Escribidor
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Hace poco me enteré de algo por una persona cercana a mí y me dio tanto morbo que me apetecía darle un desarrollo ficticio en forma de relato. He cambiado algunos datos como nombres o referencias, pero he intentado mantener el mayor rigor para que se refleje todo lo mas realista posible, salvo la parte erotica y ficticia. Espero que lo disfruten.
Alicia miraba incrédula a su amiga, esperando que en cualquier momento esta dibujase una sonrisa en su cara y le anunciase que todo aquello era una broma, pero no. Su rostro no había mutado del nerviosismo con el que había llegado a la cita.
-Tía, es que me dio mucha pena. No pude decir que no.
El sol de principio de la tarde pegaba en la terraza del bar dándole un ambiente cálido, a pesar de ser diciembre, mientras ambas disfrutaban de un café que se tornó en silencio.
La abuela de Lorena, la protagonista de la historia, siempre fue una mujer con un compromiso social fuerte. Ella transmitió esas preocupaciones y lucha a sus hijos, y estos a su vez a los suyos, los nietos como Lorena. La madre de Lorena se implicó desde muy joven en una asociación local que luchaba por darles una vida digna a niños con vidas difíciles. Los había que venían de familias completamente desestructuradas, hijos de prostitutas, yonkis, delincuentes, o directamente huérfanos. Lorena siguió los pasos de su familia y también se implicó en aquellos movimientos, siendo una colaboradora esencial y reconocida de la asociación para la que su madre trabajó durante tiempo y de la que tuvo que desengancharse por falta de tiempo. No faltaba su mano ni su hombro en mercadillos solidarios, funciones teatrales, belenes vivientes o meriendas sociales con las que se recaudaban fondos para costear gastos necesarios para el buen funcionamiento de la asociación. Sobre todo en época de Navidad, donde el espíritu navideño le hacía volcarse aún mas con todo aquello.
Una semana antes de la conversación en aquella terraza, Lorena se encontraba en el Belén viviente de aquellas Navidades. Era una especie de coordinadora. Estaba pendiente de organizar los distintos pases, cobrar entradas y solventar si surgiesen contratiempos. Era muy organizada y metódica, así que la directiva de la asociación confió en ella desde el primer día, y ella, muy predispuesta, aceptó sin pensar. Fue en un descanso entre pase y pase cuando se le acercaron dos miembros de la Junta Directiva, Fernando y Germán. Traían rostros de preocupación y algo avergonzados. Lorena pensó en una bronca.
-Hola, Lorena, ¿Cómo te va?- abrió la veda Germán.
Lorena, que en ese momento comía un sandwich en una pequeña mesa que le servía de apoyo para cobrar, se levantó de un respingo.
-Bien, bien. Descansaba un poco... Hoy no ha parado de venir gente.
-Si, ya hemos visto. Esto va a venir bien para los fondos de la asociación, no pasamos por un buen momento.- soltó Fernando.
-Ya sabéis que yo no quiero cobrar, os lo digo todos los años. Lo hago porque quiero y creo en esto, pero Tamara insiste en pagarme algo de aguinaldo.
-No te preocupes, Lorena. No es eso.
-Es un tema un poco mas delicado...- Interrumpió Germán.- Verás, el dueño del local en el que estamos nos va a meter una subida a partir de Enero. No es una cantidad alta, pero ya llevamos todo calculado al milímetro y esto nos descuadra mucho. Sobre todo en previsiones a doce meses.
Visto que Germán no iba al grano, Fernando continuó.
-Verás... Hemos estado debatiendo diversas formas de financiarnos, y muchas van a salir adelante, pero tardará en llegarnos el dinero. La Junta Directiva acordó a principios de mes hacer este año otro calendario. Vamos a tener como siempre el nuestro, con los gorritos de papá noel, los niños y eso, y otro un poco mas...
-Especial- interrumpió Germán.
-¿Con famosos o algo?- Dijo Lorena con bastante deje infantil.
-Erótico.- soltó de repente Fernando.
Durante unos segundos se hizo el silencio.
- Teníamos ya cogidas a doce modelos que iban a posar desinteresadamente, una por cada mes, pero a última hora una de ellas se nos ha echado atrás...
-Tú eres la mas joven de las de por aquí y.. bueno.. podrías sacarnos del paso...- Fernando interrumpió a su compañero y marcó claramente el objetivo final de aquella conversación.
(...)
Y allí estaba Lorena, una semana después, sentada frente a un vaso de café que aún humeaba, pidiendo ayuda a su mejor amiga sobre como afrontar aquella sesión de fotos a la que no había tenido mas remedio que apuntarse. Alicia la miraba como si estuviese loca. Lorena sabía que su amiga llevaba razón, pero su conciencia no le dejaba echarse ya atrás. Debería haberlo pensado mejor, pero se dejó llevar por el corazón.
-¿Y sabes como vas a posar?- Rompió el silencio Alicia.
-En ropa interior, ¿No? A ver.. me dijeron erótico, no en pelotas. Como mucho me quedo sin sujetador, pero tendría que ver en qué condiciones, que no es plan que ese me cuelgue luego en la pared de su cuarto.- Lorena señaló a un chaval, algo friki, que se tiró meses respondiendo a las historias que subía a redes y que en ese momento estaba sentado en una mesa un poco mas alejada pero echando constantes miradas a ambas.
-Sabes que eso terminará pasando. Incluso aunque poses en bikini.- Alicia intentó dibujar una situación que echase a su amiga para atrás en su loca idea.
-Como que no lo hará ya con lo que ve en mi insta...
Ambas soltaron una carcajada.
-Bueno, qué. ¿Me ayudas a elegir que me pongo?
-O sea que vas en serio...
-Que sí, no me hagas pensarmelo más.
Ambas pagaron el café y fueron caminado hacia casa de Lorena, que estaba a unos metros, ajenas a la conversación que Germán y Fernando tuvieron aquel día.
(Una semana antes, Belén viviente.)
-¿Sabes que día vienen a hacer las fotos para el calendario?- dijo Fernando.
Germán consultó su móvil.
-Creo que el 28 de Diciembre, viernes.
-¿Que te juegas que le cuelo una inocentada a esta?- dijo señalando a Lorena.
-Lo que quieras.
(CONTINUARÁ)
Capitulo 1: La propuesta.
-Tía, estás loca.
Alicia miraba incrédula a su amiga, esperando que en cualquier momento esta dibujase una sonrisa en su cara y le anunciase que todo aquello era una broma, pero no. Su rostro no había mutado del nerviosismo con el que había llegado a la cita.
-Tía, es que me dio mucha pena. No pude decir que no.
El sol de principio de la tarde pegaba en la terraza del bar dándole un ambiente cálido, a pesar de ser diciembre, mientras ambas disfrutaban de un café que se tornó en silencio.
La abuela de Lorena, la protagonista de la historia, siempre fue una mujer con un compromiso social fuerte. Ella transmitió esas preocupaciones y lucha a sus hijos, y estos a su vez a los suyos, los nietos como Lorena. La madre de Lorena se implicó desde muy joven en una asociación local que luchaba por darles una vida digna a niños con vidas difíciles. Los había que venían de familias completamente desestructuradas, hijos de prostitutas, yonkis, delincuentes, o directamente huérfanos. Lorena siguió los pasos de su familia y también se implicó en aquellos movimientos, siendo una colaboradora esencial y reconocida de la asociación para la que su madre trabajó durante tiempo y de la que tuvo que desengancharse por falta de tiempo. No faltaba su mano ni su hombro en mercadillos solidarios, funciones teatrales, belenes vivientes o meriendas sociales con las que se recaudaban fondos para costear gastos necesarios para el buen funcionamiento de la asociación. Sobre todo en época de Navidad, donde el espíritu navideño le hacía volcarse aún mas con todo aquello.
Una semana antes de la conversación en aquella terraza, Lorena se encontraba en el Belén viviente de aquellas Navidades. Era una especie de coordinadora. Estaba pendiente de organizar los distintos pases, cobrar entradas y solventar si surgiesen contratiempos. Era muy organizada y metódica, así que la directiva de la asociación confió en ella desde el primer día, y ella, muy predispuesta, aceptó sin pensar. Fue en un descanso entre pase y pase cuando se le acercaron dos miembros de la Junta Directiva, Fernando y Germán. Traían rostros de preocupación y algo avergonzados. Lorena pensó en una bronca.
-Hola, Lorena, ¿Cómo te va?- abrió la veda Germán.
Lorena, que en ese momento comía un sandwich en una pequeña mesa que le servía de apoyo para cobrar, se levantó de un respingo.
-Bien, bien. Descansaba un poco... Hoy no ha parado de venir gente.
-Si, ya hemos visto. Esto va a venir bien para los fondos de la asociación, no pasamos por un buen momento.- soltó Fernando.
-Ya sabéis que yo no quiero cobrar, os lo digo todos los años. Lo hago porque quiero y creo en esto, pero Tamara insiste en pagarme algo de aguinaldo.
-No te preocupes, Lorena. No es eso.
-Es un tema un poco mas delicado...- Interrumpió Germán.- Verás, el dueño del local en el que estamos nos va a meter una subida a partir de Enero. No es una cantidad alta, pero ya llevamos todo calculado al milímetro y esto nos descuadra mucho. Sobre todo en previsiones a doce meses.
Visto que Germán no iba al grano, Fernando continuó.
-Verás... Hemos estado debatiendo diversas formas de financiarnos, y muchas van a salir adelante, pero tardará en llegarnos el dinero. La Junta Directiva acordó a principios de mes hacer este año otro calendario. Vamos a tener como siempre el nuestro, con los gorritos de papá noel, los niños y eso, y otro un poco mas...
-Especial- interrumpió Germán.
-¿Con famosos o algo?- Dijo Lorena con bastante deje infantil.
-Erótico.- soltó de repente Fernando.
Durante unos segundos se hizo el silencio.
- Teníamos ya cogidas a doce modelos que iban a posar desinteresadamente, una por cada mes, pero a última hora una de ellas se nos ha echado atrás...
-Tú eres la mas joven de las de por aquí y.. bueno.. podrías sacarnos del paso...- Fernando interrumpió a su compañero y marcó claramente el objetivo final de aquella conversación.
(...)
Y allí estaba Lorena, una semana después, sentada frente a un vaso de café que aún humeaba, pidiendo ayuda a su mejor amiga sobre como afrontar aquella sesión de fotos a la que no había tenido mas remedio que apuntarse. Alicia la miraba como si estuviese loca. Lorena sabía que su amiga llevaba razón, pero su conciencia no le dejaba echarse ya atrás. Debería haberlo pensado mejor, pero se dejó llevar por el corazón.
-¿Y sabes como vas a posar?- Rompió el silencio Alicia.
-En ropa interior, ¿No? A ver.. me dijeron erótico, no en pelotas. Como mucho me quedo sin sujetador, pero tendría que ver en qué condiciones, que no es plan que ese me cuelgue luego en la pared de su cuarto.- Lorena señaló a un chaval, algo friki, que se tiró meses respondiendo a las historias que subía a redes y que en ese momento estaba sentado en una mesa un poco mas alejada pero echando constantes miradas a ambas.
-Sabes que eso terminará pasando. Incluso aunque poses en bikini.- Alicia intentó dibujar una situación que echase a su amiga para atrás en su loca idea.
-Como que no lo hará ya con lo que ve en mi insta...
Ambas soltaron una carcajada.
-Bueno, qué. ¿Me ayudas a elegir que me pongo?
-O sea que vas en serio...
-Que sí, no me hagas pensarmelo más.
Ambas pagaron el café y fueron caminado hacia casa de Lorena, que estaba a unos metros, ajenas a la conversación que Germán y Fernando tuvieron aquel día.
(Una semana antes, Belén viviente.)
-¿Sabes que día vienen a hacer las fotos para el calendario?- dijo Fernando.
Germán consultó su móvil.
-Creo que el 28 de Diciembre, viernes.
-¿Que te juegas que le cuelo una inocentada a esta?- dijo señalando a Lorena.
-Lo que quieras.
(CONTINUARÁ)