Hola. A mí también me parece un tema muy interesante.
Hablando desde la experiencia, tengo pareja estable chico desde hace más de una década y aunque los dos somos versátiles, suelo ser yo el que adopta rol pasivo con más frecuencia. El rabo de mi chico es bastante ancho (tres dedos) y para que yo pueda disfrutar del sexo necesito antes prepararme un poco, a veces esos preliminares forman parte del juego inicial que tenemos ambos y otras veces me adelanto y me preparo para que sea sorpresa.
Para mí hay tres cosas fundamentales que me ayudan: 1) estar receptivo, tener ganas, encontrar el momento, sentir que no voy a manchar, con el paso del tiempo uno aprende a conocer cómo es su cuerpo y cómo va a reaccionar; 2) lubricante a base de agua, en abundancia (como en la foto, el bote transparente para no hacer alusión a ninguna marca); y 3) plug (en la foto, de color rosa, y con una medida que se acerca a esos tres dedos de grosor).
Este juguete fue todo un descubrimiento para mí, me lo recomendaron en un sexshop cuando les planteé la necesidad que tenía de dilatar de una forma adecuada para poder recibir después el rabo ancho de mi chico, me plantearon varias opciones y ésta fue la que más me convenció. Me lo puedo llevar de viaje, abulta poco, tiene un tacto suave. También me explicaron los diferentes tipos de lubricantes que tenían, incluso algunos pensados precisamente para sexo anal, pero decidí recurrir a un lubricante más tradicional más que nada porque donde vivo no hay sexshop y lo que tengo más a mano en las tiendas o farmacias son los habituales a base de agua.
Todo esto ha llegado mucho tiempo después de haber pasado por aquella fase de exploración y descubrimiento que viví en mi adolescencia cuando en una charla informal con mis colegas uno de ellos lanzó al aire desde su inocencia una pregunta muy atrevida: "¿vosotros también os habéis hecho alguna vez un dedo en la ducha?" A casi todos nos estalló la cabeza en ese momento, éramos muy críos, pero aquella idea me estuvo rondando un tiempo hasta que me animé a descubrir y explorar mi propio cuerpo por mi cuenta, y empecé a jugar con mi culo y a aprender a estimular la próstata para llegar al orgasmo. Ahí me vino bien que fuese en la ducha, si manchas se limpia fácil, y la mejor postura al principio es ponerse de cuclillas.
Dicho esto. Volviendo al día a día, cuando quiero dilatar me pongo cómodo, en un lugar tranquilo, habitualmente en la cama, sobre una toalla para no manchar, en una postura parecida a estar de cuclillas pero tumbado, sin prisas, y uso ese plug, lo lubrico abundante y empiezo a jugar solamente con la puntita del plug acariciando la piel que rodea el ano para activar esas terminaciones nerviosas, esa zona erógena.
Después, al cabo de un rato, cuando noto que la excitación sigue avanzando, entonces intento meter la punta dentro y con movimientos muy suaves y tomándome el tiempo necesario, sin prisas. Me resulta agradable que entre y salga, al fin y al cabo es solo la punta, como si fuese un dedo, muy lubricado.
Después llega ese momento en el que toca avanzar con la dilatación, ahí suelo estar más concentrado. Poco a poco voy metiendo el plug a más profundidad, se va ensanchando un poco, me tomo mi tiempo, noto que el esfínter va cediendo un poco, pero si duele un poco vuelvo otra vez un paso atrás, y repito las caricias desde el comienzo. Y así voy avanzando.
Sí es cierto que hay un momento que hay que hacer un poco de presión, y aguantar un poco esa tensión, sin que llegue a ser doloroso, para que el esfínter se vaya adaptando a ese nuevo grosor. Por la forma del plug, cuando llegas a esa zona mucho más ancha del juguete que es como una bola hay dos momentos en los que encuentras alivio: o bien antes de metértelo, es decir, antes de alcanzar la bola (das marcha atrás y no llegas a dilatar hasta la bola) o bien justo después (has hecho el esfuerzo de dilatar, y el plug entra dentro, pero la anchura que viene justo después es un poco menor y entonces permites al esfínter que se relaje un poquito de esa tensión). Ahora, eso sí, luego toca sacarlo de nuevo, así que vuelves a pasar por la experiencia de pasar por la bola.
Al principio, hasta que le pillé el truco, me costó un poco, pero ahora me lo enchufo en menos tiempo y controlo mucho mejor los movimientos.
En las dos últimas fotos podéis ver el antes y el después, normalmente tengo el culo cerrado, pero entre los preliminares que he descrito, la dilatación y un buen rato disfrutando de sexo con mi pareja al final de cada sesión obviamente aquello se termina abriendo (luego se vuelve a cerrar, porque el esfínter es elástico y termina recuperando la forma, aunque pueden pasar unas horas, por si alguien se quedaba con esa duda).
Espero que os animéis a explorar, a jugar y a descubrir el placer de la estimulación en esa zona de vuestro cuerpo.