LA RESACA...
B

na tarda, parella.
Como el mar que enviste la roca, sin conocer la fatiga ni entender de pereza, una y otra vez, mis sueños regresan como esas olas, agitados, y empapan mis pensamientos de húmedos deseos.
Como el mar en su estado más puro y salvaje, esas ensoñaciones arrastran mis palabras, con la fuerza de la resaca, cada vez más intensa, adentrándome en un océano de deseos, sumergiendo mi voluntad y sensatez en esas aguas profundas y peligrosas, donde la hermosa Sirena seduce a los hombres con su voz, donde mi juicio no atiende a razones.
Resaca que embriaga mi sentido y nubla mi mirada, más allá de lo que quiero ver, de lo que sueño describir y tener... al despertar de esta borrachera, cegadora y dulce, embriagadora, que me mantiene en esa nube donde los sueños me llevan, de donde no quiero bajar, a donde solo la
luna llega para embrujar mis noches, desvelar mis sueños y mostrarme cómo sobrevivir a esas aguas, tan bravas como unas sabanas revueltas..., donde aprender de esta exultante diosa del amor, de la belleza, de la fertilidad y del sexo.
No hay fe más humana, que la veneración del religioso cuerpo de tan sublime mujer, con su sinuoso y hermoso cuerpo de sirena, su alma de seductora y encantadora hechicera, que nos recuerde cómo de la sangre y el semen de Urano, al mezclarse con la espuma del mar, engendraron a Venus. ¡Nadie mejor para encarnar y hacer tan hermoso homenaje a la diosa del amor... y el sexo!

Movido por la mítica pasión del mismísimo Adonis, no hay caricia que el mar te haya regalado que no sueñe dibujar en tu piel, no hay abrazo tuyo que las rocas no hayan soportado que mis brazos no deseen experimentar, no hay descanso que la arena no te haya regalado que mi cuerpo no sueñe ofrecer para que tus dedos dejen tus huellas en mi piel, arañen mi pasión y acaricien mi alma.

Bajo la resaca de este sueño, movido por la fe que me engendra esa deidad del amor, personificada en tan hermosa Venus, embriagado por su sublime belleza y su seductor deseo, fervoroso creyente de su personificación del sexo, mis pasos caminan en busca de la acogedora Cítara, donde erigir un templo a tu medida y rezar a tus encantos y atributos, donde confesar todos mis pecados más humanos... y mis debilidades.
No hay beso ni abrazo que no rece en mi oración, ni caricia que no se halle en mi plegaria... No hay fe más grande que pueda mover montañas y atraer nuestros mundos, y hacer realidad mis sueños.


Desde hace tiempo eres mi diosa y este foro es mi templo..., ¿quizás algún día mi oración me lleve al Olímpo?


Hasta entonces, seguiré soñando, rezando, escribiendo admirando...
Tu creyente Soñad

r.
Pd: gracias a quien te supo venerar con su cámara y desnudar tus hermosos atributos, propios de la mismísima Venus, con tanto arte, con tanto encanto. Como siempre, ¡un ARTISTA!




Mai deixeu de somiar.