Diario de un pene pequeño (Relatos SPH)

Koba

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PARTE 1: LA PLAYA

Mi nombre es Alex y tengo 24 años. Desde que era adolescente he sido consciente de que tengo un pene muy pequeño. En los vestuarios, cuando nos cambiábamos, ya observaba que la mayoría de penes que veía eran bastante más grandes que el mío. Esto me provocaba algo de envidia y de frustración, pero nada que no haya ido aprendiendo a gestionar con los años. Me ha causado alguna anécdota divertida o alguna reacción de sorpresa en mis primeras veces con alguna chica, pero nada que no haya conseguido sacar adelante haciendo uso de otras técnicas. Pero entiendo que mi tamaño pueda llamar la atención. Yo soy un chico alto (como 1,84 o así creo) y atlético, me gusta mucho hacer deporte y no tengo mal cuerpo. Pero mi pene es bastante pequeño, especialmente por el contraste con mi cuerpo. En momentos de erección puede llegar a 10-11 centímetros, pero cuando está flácido descansando a veces encoge hasta casi desaparecer. Puede medir unos 3 o 4 centímetros y se ve realmente minúsculo.



Esto no me ha impedido explorar mi sexualidad y llevar una vida plena. Aunque de adolescente si que me preocupaba más, ahora lo llevo con total naturalidad y me encanta normalizarlo. Tanto es así que alguna vez he llegado a hacer nudismo y a exponer mi cuerpo sin ninguna vergüenza, algo que hace unos años me hubiera costado mucho. Una de estas veces que hice nudismo (la primera de hecho) fue con un grupo de amigos y amigas de la universidad, hará un par de veranos. Eramos 3 chicos y 3 chicas, y estábamos de vacaciones en Almería en una casa de un familiar de una de ellas. Un día, no sé muy bien cómo ni por qué, apareció en el grupo la idea de ir a una playa nudista. Ninguno de nosotros habíamos ido nunca a ninguno y aunque estábamos de acuerdo en que nos daba vergüenza, también había algo en la idea que nos atraía un poco, como que nos picaba la curiosidad. Estuvimos varios días bromeando con la idea hasta que al final nos animamos a ir a una que encontramos en google y quedaba cerca de nuestra casa. Una vez allí me sorprendió el ambiente. Todo era bastante menos sexual de lo que imaginaba en mi cabeza. Estaba lleno de familias y de parejas mayores, diría que eramos los más jóvenes de la playa con mucha diferencia. Eso ayudó a tener menor vergüenza a la hora de despelotarnos, ya que los cuerpos que se veían allí no eran precisamente de modelos. Reconozco que ese primer momento de despelotarse delante de amigos (y amigas sobre todo) fue un poco un shock. Yo seguía teniendo bastante vergüenza de mi cuerpo pero tampoco quería ser el único friki que no se desnudase. Recuerdo que fue Sofía la que dio el primer paso quitándose toda la parte de arriba del tirón. Sofía era la chica más abierta del grupo, una chica muy extrovertida, ella ya había hecho topless en alguna casa rural con nosotros y no fue tanta sorpresa verla así. Tenía unas tetas pequeñas pero bonitas, con un piercing en un pezón. Cristina al ver el piercing le dijo una especie de piropo, y comentó que ella tenía intención de hacerse el mismo piercing, pero no se atrevía. Fue la siguiente en dejar su pecho al aire. (sin contar los chicos, que ya estábamos solo en bañador/calzoncillos). Sus tetas eran algo más grandes que las de Sofía, tenía los pezones bastante mas pequeños y como hundidos hacia dentro (pezón inverso creo que se llama). Eran bonitas y proporcionadas para su cuerpo, los tres chicos nos quedamos embobados mirando durante un segundo. La última en hacer lo propio fue Paula, que es la chica más grande del grupo. Ella es más alta que Sofía y Cristina y también más gordita, le sobran algunos kilos pero tiene un cuerpo proporcionado, es una mujer grande en resumen. De las amigas del grupo es quizá con quien mejor me llevo y con quien más confianza tengo, nos contamos de todo y hablamos de nuestra vida muy a menudo, es una chica muy guay. Quizá por aquello de ser la mas gordita es también la más insegura con su cuerpo y por tanto la última en quitarse el bikini, pero cuando lo hizo la verdad es que fue una sorpresa positiva para todos. Aunque ya imaginábamos que tenía los pechos grandes, como todo en su cuerpo, creo ninguno imaginábamos que fueran tan bonitos. Cuando las tetas son grandes tienden a caerse y eso hay gente a la que le puede parecer menos atractivo, pero os aseguro que sus tetas eran preciosas. Eran enormes, como todo en ella, y tenía unos pezones oscuros, con una aureola super grande. Tenían algo de caída, natural por su tamaño, pero todos nos deshicimos en elogios por lo exuberantes que eran. A juzgar por la reacción de las chicas, también debía ser la primera vez que ellas le veían el pecho a Paula, y creo que los comentarios positivos de todos le ayudaron a quitarse la vergüenza inicial. A mí me encantan las tetas grandes y no pude evitar quedarme pasmado un momento observando ese fenómeno, creo que hasta Paula se dio cuenta. Una vez pasado este momento de desnudez de las tres amigas, que no debió durar más de 30 segundos pero en mi cabeza fue un mundo, se hacía evidente que el segundo paso era quitarnos todos la parte de abajo, un pequeño paso quizá más difícil de dar. El primer valiente fue esta vez Martín, que se quitó el bañador sin pensárselo mucho dejando a la vista un pene bastante grande para estar flácido, diría que de unos 12 o 13 centímetros tranquilamente. Después de unos segundos, Cristina rompió el silencio incómodo con un simple “¡joder!” que hizo que todos estalláramos de risa por la espontaneidad de su reacción. La verdad es que era un pene bastante bonito, cualquier hombre en esa playa hubiera sentido envidia por lo que tenía Martín colgando y yo reconozco que en ese momento me acojoné pensando en lo ridículo que se me vería al desnudarme después de eso. Por ello me hice el ocupado, sacando cosas de la mochila y colocando la toalla sobre la arena para ganar algo de tiempo y posponer un poco más lo inevitable. Sofía y Cristina hicieron lo propio y se quitaron la parte de abajo rápidamente también, pero la verdad es que no había mucho que ver porque al estar de pie no se apreciaba nada y yo estaba más ocupado pensando en que tendría que quitarme mi bañador. Siempre he pensado que si fuera mujer me daría más vergüenza quitarme la parte de arriba que la de abajo, porque los genitales femeninos van casi todo por dentro y salvo que estés tumbada espatarrada, no enseñas nada. Julio fue el siguiente en quitarse la ropa, el directamente había venido en pantalones y calzoncillos porque no tenía intención de usar el bañador en todo el día. No fue nada espectacular, tenía una polla promedio bastante normal, lo que llamó la atención fue que estaba circuncidado. Esta vez fue Sofía la primera en hacer un comentario:



S: Uy, si la tienes descapotable jajaja

J: Sí, me tuvieron que operar de pequeño…

C: Yo estuve una vez con un chico que estaba operado también, la verdad es que no sabía muy bien como tocar

J: En realidad es bastante parecido, yo creo que es hasta más cómodo

S: Bueno bueno luego nos haces una demostración



Julio se puso rojo de la vergüenza al oír la broma de Sofía, que a veces se pasaba de extrovertida y nos encantaba. Yo no quise posponer más el momento e hice lo propio, quitándome el bañador sin darle mayor importancia. Las chicas esta vez no hicieron ningún comentario como habían hecho con los otros chicos, quizá por respeto o por miedo a hacerme sentir mal. Aunque la polla de Julio no era muy grande, mi pene era con diferencia el más pequeño de los tres. No hubo comentarios al respecto y eso me alivió, así que yo desvié la atención rápidamente comentando algo sobre un hombre que se veía a los lejos haciendo paddle surf.



Las chicas empezaron a echarse crema, dispuestas a tumbarse al sol y aprovechar la desnudez para coger un bronceado sin marcas. A nosotros lo de ponernos morenos nos daba bastante igual, así que decidimos ir directos al agua a darnos un baño y jugar con una pelota que había traído Martín. Cosas de chicos, supongo. El mar estaba bastante tranquilo y el agua, aunque estaba un poco fría, se veía casi cristalina; la verdad es que esa playa había sido todo un descubrimiento, mucho más tranquila que las que habíamos estábamos visitando los días anteriores. Estuvimos un buen rato en el agua, la mitad jugando a la pelota, la mitad comentando sobre las tetas de nuestras amigas, que nos habían dejado impresionados.



Como una hora después decidimos salir del agua y volver a las toallas, la idea de tumbarse un rato a descansar no pintaba mal después de haber salido la noche anterior. Cuando salimos de esa agua fresquita caí en la cuenta de algo: mi pene había encogido exageradamente. Ahora mismo ni siquiera colgaba nada, solo se podía ver un pequeño botoncito con un aspecto muy infantil, porque el enorme prepucio tenía forma de trompetita de elefante. Me fijé en Julio y Martín disimuladamente y me sorprendió lo que vi. Julio también había mermado su tamaño respecto a lo que había visto antes, y ahora se veía un pene tirando a pequeño aunque yo seguía viéndolo como algo dentro del promedio. Lo increíble era que la polla de Martín se mantenía exactamente igual que antes, ¡no había encogido nada! Si la diferencia antes ya era visible, ahora era directamente ridícula. Debía ser un espectáculo vernos salir a los tres del agua, con el pene de Martín balanceándose de lado a lado rodeado de dos chicos con la pilila como un cacahuete. Y vaya que si era un espectáculo. Cuando llegamos a las toallas las chicas no pudieron contener las risas y rompieron a hacer bromas ante ese cuadro:



S: Sí que estaba el agua fría sí, se me están quitando las ganas de meterme

C: Chicos tendríais que volver al agua, creo que os habéis olvidado la cola allí

S: Tened cuidado de que no pique ningún pez viendo ese gusano!



Paula, que hasta ese momento se había abstenido de decir nada sobre nuestros penes, levantó la vista para hacer un comentario con la mejor intención del mundo, intentando defendernos:



P: Oye pues son bien monas así recogiditas me parecen super cuquis



Pero solo consiguió las risas de todos



S: jajajaja bueno eso es verdad, son graciosas así aunque me recuerdan un poco a la de mi hermano

C: tu hermano la tiene así tía?

S: Bueno al menos la última vez que le vi desnudo, que tenía como 7 años o así



Todas se partieron de risa y Martín se unió a ellas, sabiendo de sobra que los comentarios no iban por él. Julio y yo seguíamos de pie, con los brazos en jarra y mirando nuestros penes constatando que las bromas eran completamente ciertas. Yo miré a Paula y la guiñé un ojo, agradeciendo que hubiera intentado sacar algo positivo de esa imagen, aunque no hubiera salido como ella imaginaba. Decidimos tumbarnos en la toalla a tomar el sol, a ver si ese calor nos hacía recuperar nuestro anterior tamaño y así un poco de dignidad. Pero las bromas ya estaban en el aire y las chicas no paraban de comentar y llorar de la risa:



C: Pues creo que no había visto ninguna como la tuya, Alex, cuando las veo suelen estar empalmadas

S: yo en adultos tampoco había visto ninguna así, pero es bonita

A: Bueno, cuando está empalmada cambia…

P: Claro, seguro que luego en el momento de la acción es diferente

C: Eso es que es de sangre!

S: Cómo de sangre

C: Pues de sangre, tía. Hay pollas de carne y de sangre. Las de sangre son muy pequeñitas y crecen mucho al empalmarse, y las de carne son grandes y luego empalmadas cambian poco

M: Yo creo que soy de carne

S: Pues espero que sí amigo porque como eso crezca mucho van a tener un problema las que follen contigo

M: Pues algo cambia, una vez me la medí empalmada y son 19 centímetros

C: venga ya!

M: Os lo juro

S: Bueno yo la verdad es que viendo eso me lo creo, solo las he visto así en el porno

P: Yo creo que nunca he follado con chico que la tenga tan grande

S: Yo tampoco

C: Yo sí y la verdad es que no os lo recomiendo, fue terrible

S: Tía! Eso no lo sabía yo, con quién?

C: Pues con un chico negro, que resulta que una es curiosa y quería comprobar los clichés…

P: Y fueron ciertos

C: Fueron ciertos

S: Pues que suerte tía, yo ya me he encontrado dos que la tenían diminuta

C: El polla lápiz!

S: Ese, que horror tía



Sofía se dio cuenta de que su comentario podía herir mi orgullo y rápidamente me miró para excusarse:



S: Que no pasa nada eh, el tamaño no lo es todo pero es que los muchachos no daban pie con bola.

P: pobrecillos…

C: Yo he tenido suerte en ese aspecto, ni mucho ni poco



En nuestro grupo era bastante habitual hablar de sexualidad abiertamente, pero la verdad es que nunca las había visto hablar tan abiertamente de pollas, ¡y menos con las nuestras delante! La verdad es que recuerdo ese día con mucho cariño porque fue tremendamente divertido.



CONTINUARÁ...
 
Diario. Parte 2: La propuesta



Tres o cuatro años después de la experiencia en la playa, ya después de la universidad, me escribió Paula un mensaje bastante intrigante: tengo que proponerte una cosa un poco extraña, quedamos??



Somos muy buenos amigos y tenemos mucha confianza, nos contamos de todo, así que me pareció muy extraño que esa cosa no me la pudiera contar por whatsapp y tuviera que ser en persona. Yo por supuesto le dije que sí, vivimos cerca y nos vemos muy a menudo, así que quedamos en nuestro bar de confianza para esa misma tarde. Yo me moría de ganas de saber que era esa cosa tan extraña que me quería proponer.



Cuando la vi estaba un poco agobiada y cansada, se la veía agotada. Me preocupó verla así y le pregunté si todo estaba bien. Su respuesta me tranquilizó, porque no estaba tan mal como yo había imaginado. Para poneros en contexto, Paula trabaja en una pequeña productora audiovisual desde que terminó la carrera, ella se dedica a la producción y encontró en esa productora un sitio donde trabaja bastante contenta y se siente valorada. Llevaba varias semanas trabajando en una especie de programa documental sobre educación sexual enfocada a adolescentes. Era un proyecto del que me había hablado poco: solo sabía que era un proyecto pequeño pero que le ilusionaba, para algunas televisiones públicas, en el que abordaban la sexualidad desde un punto de vista didáctico con el fin de enseñar a los más jóvenes. Sé que le estaba dedicando muchas horas a preparar este programa pero no sabía mucho más. Así que en el bar me empezó a contar: que llevaba unos días currando mucho en el documental y preocupada porque estaban teniendo muchos contratiempos, principalmente para conseguir gente que saliera.



P: Pues mira, llevo varios días currando en lo del documental y creo que me voy a quedar calva ya. No nos está saliendo nada, todo el rato hay contratiempos



A: Cómo contratiempos, qué os pasa?



P: Pues de todo, pero vamos solucionándolo ahí como podemos. Lo principal ahora mismo es que no encontramos a nadie para salir



A: Nadie quiere salir en el programa? Si la gente se muere por salir en la tele



P: No en estas condiciones



A: Qué condiciones?



P: Pues desnudos



A: Cómo?



P: Es un programa sobre educación sexual, ya te lo conté no? Pues necesitamos modelos masculinos y femeninos que salgan desnudos en varias partes del programa



A: no sabía que era así de explícito



P: Pues sí, cada capítulo está dedicado a una cosa y hay capítulos dedicados a los penes o a las vulvas, y necesitamos personas diversas para utilizar de ejemplo y salir en cámara



A: Guau, no me imaginaba que fuera así tan directo. Y tan difícil es encontrar gente asi?

P: Pues sí y no… al principio no fue tan difícil porque nos pusimos a buscar a modelos eróticos, gente de *******s y cosas así y nos salían a patadas.



A: Entonces?



P: La cosa es que necesitamos dar una imagen más natural y más diversa, y toda la gente que se ha pasado por el casting es muy parecida



A: Y qué más da?



P: Pues que esto no es una película porno, es un documental didáctico y necesitamos que los modelos sean gente más normal. Todo lo que nos está llegando para los castings son tías super operadas y tíos de gimnasio con la polla enorme



Yo no pude evitar reírme en alto. Lo cierto es que no lo había pensado nunca. Encontrar gente dispuesta a desnudarse por un poco de dinero no es tan difícil, pero un proyecto así puede ser complicado si buscas gente normal que enseñe cuerpos más normales



P: Yo por ejemplo ya he tenido que ceder y me va a tocar salir, porque no hemos encontrado chicas gorditas que quisieran salir



A: Tú no estás gordita tía, tú estás estupenda



P: Bueno, como tú quieras, pero que cuerpos así como el mío no han llegado al casting, llámalos como quieras



A: Y vas a salir en pelotas??



P: No me hace mucha gracia pero sí, aunque no sale mi cara y mi cuerpo a la vez. Salgo en el episodio de las tetas, en el de las vulvas y luego hablando a cámara pero no se sabe que soy yo.

A: Bueno bueno estoy deseando ver ese programa



P: Tonto! Tú ya has visto todo lo que se podía ver, ya ves tú



A: Tengo la memoria fatal, tendré que refrescarla



P: jajajaja menudo idiota, pues te va a hacer gracia lo que te quería proponer

A: Soy todo oídos



P: Necesito que salgas en el programa. Te pagamos como a los demás



A: A hablar sobre sexualidad? Pero si yo no soy experto



P: No, a hablar precisamente no. Sería para desnudarte en el capítulo de los penes.



A: Qué?? Ni de coña



P: Alex por favor no te pediría esto si no estuviera desesperada. El lunes empezamos a rodar y nos falta, por lo menos, un chico para ese episodio. Hazlo como favor a una amiga



A: Es que no hay más chicos que quieran salir desnudos??



P: Ninguno como tú



A: Como yo?



P: Sí, me da un poco de vergüenza esto pero ya te digo que necesito tu colaboración. Tú eres consciente de que la tienes pequeña y cuando fuimos a la playa nudista pudimos comprobarlo todos, y es un tema del que no tienes tapujos en hablar…



A: Pero no los tengo para hablar contigo, porque eres mi amiga! Es diferente a desnudarse en un documental



P: Lo sé lo sé, pero ten en cuenta que no va a salir tu cara ni nada. Solo tu polla.



A: Mi polla y ya está? Ahí en todo el plano? Tía es rarísimo



P: Son escenas super cortas y explicitas que sirven para explicar tanto la diversidad de cuerpos como la variedad de tamaños y formas. Explicamos las diferentes partes del pene, no sé, muchas cosas



A: Y necesitais un pene pequeño como el mío



P: No te ofendas, te lo digo con todo el cariño. Los que nos han llegado hasta ahora son bastante grandes y alguno normalito, pero no tenemos ninguno pequeño. Nos gustaría que en el documental se mostrase de todo con naturalidad para no dar una imagen equivocada



A: Me muero de vergüenza tía. Una cosa es que me la veais vosotras en la playa y otra enseñarla en un programa que puede ver cualquiera



P: Pero no sale tu cara! Nadie sabrá que eres tú



A: No sé Paula, me da bastante cosa. No hay otra persona que pueda hacerlo?



P: Pusimos el anuncio de que buscábamos chicos de cualquier edad con miembro pequeño y que estaba remunerado, pero nadie se ha ofrecido, supongo que les da vergüenza



A: Normal



P: La idea era encontrar mínimo dos, pero de momento solo te tenemos a ti



A: Para el carro que aun no te he dicho que si… y por qué dos?



P: Mas diversidad, ya sabes, iban a salir como 8 en ese episodio y queríamos dos pequeños al menos uno circuncidado y otro sin circuncidar



A: Ah que eso también afecta??



P: Anda claro y la edad, si tienes pelos o no… todo influye porque son planos super explícitos



A: Qué risa



P: En el de mujeres tampoco ha sido fácil encontrar variedad, pero ya tenemos cerrado el casting por lo menos, aunque hemos tenido que participar varias chicas del equipo



A: Y no hay chicos del equipo que participen?



P: Pues somos casi todo mujeres, hay pocos chicos y uno de ellos ya participa porque tiene un piercing en el glande y nos parecía gracioso incluirlo, pero los otros dos no nos han querido decir como la tienen



A: jajaja normal, sabiendo para lo que es…



P: Bueno tú piénsatelo y me dices, necesitaríamos empezar a grabar el martes



A: Este martes ya?? Si eso es en tres días



P: Te estoy diciendo que estamos desesperadas, si no no te pediría algo así…



A: Déjame pensármelo

CONTINUARÁ...
 
Diario. Parte 2: La propuesta



Tres o cuatro años después de la experiencia en la playa, ya después de la universidad, me escribió Paula un mensaje bastante intrigante: tengo que proponerte una cosa un poco extraña, quedamos??



Somos muy buenos amigos y tenemos mucha confianza, nos contamos de todo, así que me pareció muy extraño que esa cosa no me la pudiera contar por whatsapp y tuviera que ser en persona. Yo por supuesto le dije que sí, vivimos cerca y nos vemos muy a menudo, así que quedamos en nuestro bar de confianza para esa misma tarde. Yo me moría de ganas de saber que era esa cosa tan extraña que me quería proponer.



Cuando la vi estaba un poco agobiada y cansada, se la veía agotada. Me preocupó verla así y le pregunté si todo estaba bien. Su respuesta me tranquilizó, porque no estaba tan mal como yo había imaginado. Para poneros en contexto, Paula trabaja en una pequeña productora audiovisual desde que terminó la carrera, ella se dedica a la producción y encontró en esa productora un sitio donde trabaja bastante contenta y se siente valorada. Llevaba varias semanas trabajando en una especie de programa documental sobre educación sexual enfocada a adolescentes. Era un proyecto del que me había hablado poco: solo sabía que era un proyecto pequeño pero que le ilusionaba, para algunas televisiones públicas, en el que abordaban la sexualidad desde un punto de vista didáctico con el fin de enseñar a los más jóvenes. Sé que le estaba dedicando muchas horas a preparar este programa pero no sabía mucho más. Así que en el bar me empezó a contar: que llevaba unos días currando mucho en el documental y preocupada porque estaban teniendo muchos contratiempos, principalmente para conseguir gente que saliera.



P: Pues mira, llevo varios días currando en lo del documental y creo que me voy a quedar calva ya. No nos está saliendo nada, todo el rato hay contratiempos



A: Cómo contratiempos, qué os pasa?



P: Pues de todo, pero vamos solucionándolo ahí como podemos. Lo principal ahora mismo es que no encontramos a nadie para salir



A: Nadie quiere salir en el programa? Si la gente se muere por salir en la tele



P: No en estas condiciones



A: Qué condiciones?



P: Pues desnudos



A: Cómo?



P: Es un programa sobre educación sexual, ya te lo conté no? Pues necesitamos modelos masculinos y femeninos que salgan desnudos en varias partes del programa



A: no sabía que era así de explícito



P: Pues sí, cada capítulo está dedicado a una cosa y hay capítulos dedicados a los penes o a las vulvas, y necesitamos personas diversas para utilizar de ejemplo y salir en cámara



A: Guau, no me imaginaba que fuera así tan directo. Y tan difícil es encontrar gente asi?

P: Pues sí y no… al principio no fue tan difícil porque nos pusimos a buscar a modelos eróticos, gente de *******s y cosas así y nos salían a patadas.



A: Entonces?



P: La cosa es que necesitamos dar una imagen más natural y más diversa, y toda la gente que se ha pasado por el casting es muy parecida



A: Y qué más da?



P: Pues que esto no es una película porno, es un documental didáctico y necesitamos que los modelos sean gente más normal. Todo lo que nos está llegando para los castings son tías super operadas y tíos de gimnasio con la polla enorme



Yo no pude evitar reírme en alto. Lo cierto es que no lo había pensado nunca. Encontrar gente dispuesta a desnudarse por un poco de dinero no es tan difícil, pero un proyecto así puede ser complicado si buscas gente normal que enseñe cuerpos más normales



P: Yo por ejemplo ya he tenido que ceder y me va a tocar salir, porque no hemos encontrado chicas gorditas que quisieran salir



A: Tú no estás gordita tía, tú estás estupenda



P: Bueno, como tú quieras, pero que cuerpos así como el mío no han llegado al casting, llámalos como quieras



A: Y vas a salir en pelotas??



P: No me hace mucha gracia pero sí, aunque no sale mi cara y mi cuerpo a la vez. Salgo en el episodio de las tetas, en el de las vulvas y luego hablando a cámara pero no se sabe que soy yo.

A: Bueno bueno estoy deseando ver ese programa



P: Tonto! Tú ya has visto todo lo que se podía ver, ya ves tú



A: Tengo la memoria fatal, tendré que refrescarla



P: jajajaja menudo idiota, pues te va a hacer gracia lo que te quería proponer

A: Soy todo oídos



P: Necesito que salgas en el programa. Te pagamos como a los demás



A: A hablar sobre sexualidad? Pero si yo no soy experto



P: No, a hablar precisamente no. Sería para desnudarte en el capítulo de los penes.



A: Qué?? Ni de coña



P: Alex por favor no te pediría esto si no estuviera desesperada. El lunes empezamos a rodar y nos falta, por lo menos, un chico para ese episodio. Hazlo como favor a una amiga



A: Es que no hay más chicos que quieran salir desnudos??



P: Ninguno como tú



A: Como yo?



P: Sí, me da un poco de vergüenza esto pero ya te digo que necesito tu colaboración. Tú eres consciente de que la tienes pequeña y cuando fuimos a la playa nudista pudimos comprobarlo todos, y es un tema del que no tienes tapujos en hablar…



A: Pero no los tengo para hablar contigo, porque eres mi amiga! Es diferente a desnudarse en un documental



P: Lo sé lo sé, pero ten en cuenta que no va a salir tu cara ni nada. Solo tu polla.



A: Mi polla y ya está? Ahí en todo el plano? Tía es rarísimo



P: Son escenas super cortas y explicitas que sirven para explicar tanto la diversidad de cuerpos como la variedad de tamaños y formas. Explicamos las diferentes partes del pene, no sé, muchas cosas



A: Y necesitais un pene pequeño como el mío



P: No te ofendas, te lo digo con todo el cariño. Los que nos han llegado hasta ahora son bastante grandes y alguno normalito, pero no tenemos ninguno pequeño. Nos gustaría que en el documental se mostrase de todo con naturalidad para no dar una imagen equivocada



A: Me muero de vergüenza tía. Una cosa es que me la veais vosotras en la playa y otra enseñarla en un programa que puede ver cualquiera



P: Pero no sale tu cara! Nadie sabrá que eres tú



A: No sé Paula, me da bastante cosa. No hay otra persona que pueda hacerlo?



P: Pusimos el anuncio de que buscábamos chicos de cualquier edad con miembro pequeño y que estaba remunerado, pero nadie se ha ofrecido, supongo que les da vergüenza



A: Normal



P: La idea era encontrar mínimo dos, pero de momento solo te tenemos a ti



A: Para el carro que aun no te he dicho que si… y por qué dos?



P: Mas diversidad, ya sabes, iban a salir como 8 en ese episodio y queríamos dos pequeños al menos uno circuncidado y otro sin circuncidar



A: Ah que eso también afecta??



P: Anda claro y la edad, si tienes pelos o no… todo influye porque son planos super explícitos



A: Qué risa



P: En el de mujeres tampoco ha sido fácil encontrar variedad, pero ya tenemos cerrado el casting por lo menos, aunque hemos tenido que participar varias chicas del equipo



A: Y no hay chicos del equipo que participen?



P: Pues somos casi todo mujeres, hay pocos chicos y uno de ellos ya participa porque tiene un piercing en el glande y nos parecía gracioso incluirlo, pero los otros dos no nos han querido decir como la tienen



A: jajaja normal, sabiendo para lo que es…



P: Bueno tú piénsatelo y me dices, necesitaríamos empezar a grabar el martes



A: Este martes ya?? Si eso es en tres días



P: Te estoy diciendo que estamos desesperadas, si no no te pediría algo así…



A: Déjame pensármelo

CONTINUARÁ...
Vas a seguir?
 
Hola, buenas noches.

Interesante tema, a ver por donde lo desarrollas.

Saludos y gracias

Hotam
 
Diario de un pene pequeño. Parte 3: el rodaje.



Quizá se pueda intuir mi respuesta a Paula por el título de este relato. Pero creedme, no fue una decisión fácil. Después de esta propuesta seguimos hablando de otras muchas cosas, fueron llegando otros amigos del barrio y nos dieron las mil en el bar. Al despedirnos Paula me cogió de la mano y, poniéndose todo lo seria que el alcohol le permitía, me espetó un: “Por favor, piénsatelo. Como favor a una amiga”. Yo me fui de allí asintiendo, porque no quería hacerla sentir mal, pero lo cierto es que tenía claro que eso no era para mí.



Me desperté al día siguiente dándole vueltas al mismo tema. Me enterneció ver a Paula tan preocupada siendo una muchacha tan vivaracha y alegre como es. Fui, durante todo el domingo, rumiando la idea de que quizá no era para tanto pasar ese mal rato con tal de ayudar a mi amiga. Yo era consciente desde hace muchos años de que tenía un pene más pequeño de la media, después de haber compartido vestuario con otros chicos y fijarme en otros penes en el momento duchas. Había tenido mucho tiempo para interiorizarlo y normalizarlo, y estaba orgulloso del punto al que había conseguido llegar, pero eso no quita que hubiera sido un camino difícil para mí aceptar que en el reparto de penes yo había salido mal parado y no había nada que hacer. Aunque ahora era algo que tenía normalizado y podía hacer bromas de ello o exteriorizarlo en pequeños círculos, no había sido un fácil para un adolescente bombardeado con la idea de que el pene es un medidor de virilidad y valor para los hombres. Pensé, además, lo bien que le hubiera venido al Alex adolescente tener referentes de todo tipo para no crecer pensando que todos los penes son los que se ven en internet, y que quizá participar en ese documental era la oportunidad para poner mi granito de arena con esos chicos preocupados por su tamaño. Es complejo explicar el proceso que siguió mi cabeza aquel domingo aburrido, pero se puede resumir con el whatsapp que, de la nada, envié a Paula por la tarde:



“Cuenta conmigo”



Paula estalló de felicidad y puso seguidos todos sus stickers de alegría. Me dio las gracias más veces de las que lo habían hecho en toda mi vida anteriormente y pasó a detallarme la jornada de rodaje que tendría lugar dos días después.



P: Le paso tu contacto al resto de chicas de producción y te incluimos en la orden de rodaje del martes. Es posible que también tengas que venir el miércoles, pero intentaremos dejarlo todo hecho en un solo día.



A: Pues espero que sí…



P: Yo creo que sí, aunque tengamos que echar más horas el martes. Empezaremos sobre las 6 de la mañana



A: ¿Por qué tan pronto?



P: ¿Nunca has estado en un rodaje verdad?



A: Pues la verdad es que no



P: Bueno, no te preocupes, en el equipo son todas bastante majas y va a estar bien ya verás



A: ¿Qué pasa, que solo hay chicas en la productora?



P: Pues casi, la verdad es que la jefa prefiere mujeres porque dice que trabajamos mejor. Yo lo veo una tontería pero bueno, es un equipo bastante guay



A: Genial, despelotarme delante de 5 tías, lo que más me apetece del mundo



P: Uy cinco…



A: ¿Más?



P: Hombre tienes que contar con las de producción, sonido, dos personas de cámara, fotógrafa, luces, redactoras… somos cerca de veinte.



A: ¿¿Veinte chicas??



P: Chicas seremos 15 o 16. Por algún motivo hay pocas que se dediquen a la iluminación.



A: Me estoy arrepintiendo ya y aún no hemos empezado…



P: Que no! Ya verás, es un equipo bastante majo, no te preocupes por eso. El martes te veo





No voy a negar que el lunes no paré de darle vueltas al tema y a rayarme pensando en todos los posibles escenarios que podrían darse. Esto era muy diferente a desnudarse en una playa nudista, donde todo el mundo estaba en igualdad de condiciones y nadie se fijaba en tu desnudez (salvo tus propios amigos). Esto era despelotarse en un plató y ser el centro de atención de un equipo que te prestaría toda su atención y grabaría detalladamente mi cuerpo desnudo. La idea era aterradora y prefería no pensar en ello, pero el miedo volvía constantemente a mi cabeza. ¿De verdad me voy a despelotar delante de un montón de gente (chicas, encima, seguramente guapas) para que me graben en pelotas y se lo enseñen a cualquiera que quiera verlo?



No me dio tiempo a reaccionar cuando sonó el despertador a las 5 de la mañana. Por suerte el plató me quedaba en línea directa de metro y no tardaría mucho en llegar. Me di una ducha y me lavé los genitales con todo el fervor con el que se puede lavar un pene, sacando brillo al protagonista del día, cuidando cada detalle para que estuviera presentable para una cámara. La verdad es que me sentía ridículo. Antes de salir de casa me llamó Paula, supongo que tenía miedo de que me hubiera echado atrás a última hora y quería asegurarse de que iría



P: Te veo luego no??



A: No me he levantado a esta hora para nada



P: Qué bien se vive sin trabajo, qué envidia.



A: No me puedo quejar



P: Oye, al final hemos conseguido al otro!!



A: Qué otro



P: El otro chico con pene pequeño, que necesitábamos dos. Yo ya había tirado la toalla pero hemos conseguido un voluntario a última hora. No vas a ser el más peque de hoy. O al menos no el único, no lo sé, yo no le conozco



A: Anda! Y cómo lo habéis conseguido?



P: Pues gracias a Carlota, una chica de cámara. Tenía un amigo chino y le preguntó. A veces los prejuicios sirven…



Yo me reí en alto. Es verdad que era bastante prejuicioso haber ido a por el amigo chino, pero me sentía muy aliviado de no ser el único chico talla S de hoy, así que no rechisté.



P: Yo no estaré cuando llegues pero di que vas de mi parte, luego te veo!

A: Vale! Luego nos vemos!



Una vez que llegué al plató, que no era más que una nave industrial de un polígono, llamé a la puerta y me abrió una chica de mi edad bastante mona.



A: Hola! Vengo por lo del rodaje, de parte de Paula



-: ¡Ah, sí! Tú debes ser Alex, ¿verdad? Yo soy Lorena, encantada, ven conmigo.



Lorena era una chica morena, con la raya del ojo grande pero bien hecha, con dos trenzas estilo boxeadora y vestida como si viniera del gimnasio. Me recibió con una sonrisa de oreja a oreja y me pregunté cuántas cosas le habría dicho Paula sobre mí, además de mi nombre.



L: Sígueme, casi todos los chicos ya están por aquí.



“Los chicos”. Me había emparanoiado tanto con desnudarme ante un equipo femenino que ya se me había olvidado que lo haría junto a un grupo de tíos, todos más dotados que yo. Mi estómago era un nudo de nervios en ese momento.



L: Aquí es. Os hemos dejado albornoces ahí colgados para que estéis más cómodos. Podéis guardar vuestras cosas en las taquillas y cuando tengáis solo el albornoz puesto, podéis pasar por esa sala de ahí que es maquillaje y peluquería. Todavía queda un buen rato hasta que empecemos, pero id haciendo todo el proceso cuando podáis que sois muchos.



Maquillaje y peluquería, pensé. ¿Para enseñar la chorra? La idea de un peluquero de penes me hacía mucha risa, como una especie de barbería Deluxe donde te tumbas y un señor muy serio te hace un peinado muy guapo en la cola. Esa idea tonta consiguió que se me fueran un poco los nervios.



Al entrar en el vestuario me encontré con otros 5 chicos. Algunos estaban vestidos, otros desnudándose, y otros ya con el albornoz puesto. Yo saludé con bastante vergüenza, pero todos me devolvieron el saludo como si nos conociéramos de toda la vida. Me dijeron sus nombres pero la verdad es que no fui capaz de recordar ninguno. Lo bizarro de la situación tenía mi atención puesta en otras cosas. En el centro de la sala había un chico negro enorme, que pesaría unos 140 kilos y con cuerpo de guardaespaldas, con el albornoz ya puesto. No hacía falta verle desnudo para imaginar en qué espectro de tamaños estaría este hombre. A su lado había un hombre calvo con barba y cuerpo de gimnasio. Tenía pinta de dedicarse al porno gay pero quién sabe, no estaba yo para preguntar. En ese momento estaba ya en calzoncillos, doblando su ropa dentro de su mochila, y se intuía que tenía un pene bastante grande a juzgar por el bulto de los calzoncillos. Eso confirmaría las sospechas sobre su profesión.



Otro chico estaba ya en pelotas y parecía importarle bien poco. Tenía el cuerpo lleno de tatuajes de todo tipo, un par de piercings en la cara y coleta. Los ojos se me fueron rápidamente a su polla. Estaba circuncidado y me fijé en que en el glande tenía también un piercing enorme brillante y recordé rápidamente en el compañero del que me había hablado Paula. Tenía que ser él. La actitud de ese tío era tan relajada y tan de sudarle la polla todo que terminó de quitarme los nervios por completo. El tío estaba repanchingado en el banquillo hablando con los demás como el que está en la barra de un bar.



En una esquina de la sala estaba el chico chino del que me había hablado también Paula. Parecía más receloso también a la hora de desnudarse y solo se había quitado un par de prendas de momento. Era una imagen bastante tierna y lo cierto es que me tranquilizaba tener un compañero a mi altura. Nos dimos la mano y fue el único que recuerdo: Yan. Tenía una cara bondadosa e inocente, con una edad comprendida entre los 15 años y los 40. Parecía majete.



Otro chico al que no presté mucha atención ya tenía el albornoz puesto y estaba ensimismado mirando el móvil, iba a saludarle cuando entró en el vestuario un señor mayor bastante dicharachero que venía de la sala de maquillaje y peluquería de al lado. Entró haciendo bromas de padre y riéndose mucho, con una energía contagiosa que nos puso de buen rollo a todos. Dijo que estaba listo y mandó al siguiente a la sala. El chico negro se levantó entre risas y puso rumbo a la misteriosa sala. Yo tenía entre miedo y curiosidad por lo que se hacía en esa sala, teniendo en cuenta que íbamos a enseñar nuestro pene y ya, no podía imaginar qué clase de arreglo necesitaríamos.



Yo estaba sentado cuando el señor mayor vino directo a saludarme, con el albornoz abierto por delante y unos enormes huevos colgones bamboleando de lado a lado. Tenía un pene de tamaño normal, bastante arrugado y con pelos ya canosos. Recordé aquello que me había dicho Paula de que necesitaban que los penes fueran diferentes entre sí y me puse a pensar en qué rasgos tendría cada uno de nosotros para diferenciarnos de los demás. Había un pene de hombre mayor, uno circuncidado con piercing… pero el resto eran aún un misterio. El mío era, además de pequeño, un pene con bastante prepucio. Cuando estaba encogido le sobraba piel, formando una pequeña trompa de elefante que le daba un aspecto más infantil. Cuando era pequeño sobrevoló sobre mi cabeza la sombra de una posible circuncisión, pero lo cierto es que no fue necesario porque la fimosis desapareció con el tiempo. Tenía vello púbico pero lo normal, me gustaba llevarlo algo recortado porque me era incómodo tener una mata salvaje. En mi cabeza era el pene estándar, el que llevaba viendo toda la vida. Y aunque había visto muchos más a lo largo de mi paso por vestuarios en la adolescencia, nunca me había parado a pensar en la diversidad que hay en los penes y en lo diferentes que son unos de otros.



Fue entonces cuando el chico chino, Yan, se quedó completamente desnudo en su esquina del vestuario. Estaba un poco escorado, como tímido, dando la espalda a los demás. Pero desde donde yo estaba se podía apreciar bien su pene. Y eso hice con disimulo. El pene de Yan era, efectivamente, diminuto. No sabría decir si más o menos que el mío, pero me llamó la atención que no tenía ni rastro de vello corporal. Por algún motivo los hombres asiáticos tienen muy poco pelo en el cuerpo, y los genitales no iban a ser una excepción. Eso le daba al pene de Yan un toque aniñado que no ayudaba nada a su tamaño, era como si a mi pene le hubiera hecho la cera o el láser. Supongo que debe ser cómodo no tener pelos ahí, pero bonito no era. Era raro explicar la tranquilidad que me daba estar acompañado por Yan y no ser el único pene pequeño que pasaría por allí hoy.



Yo ya me había agenciado un albornoz que había dejado junto a mis cosas y estaba desnudándome tranquilamente cuando entró por la puerta otro chico, el único que faltaba para sumar ocho. Era un chico pelirrojo con pelo rizado y cara de bonachón, que entro saludando a todos con una efusividad y alegría que no dejaba lugar a dudas sobre su orientación sexual. Hablaba de sí mismo en femenino y era bastante divertido, no paraba de hablar mientras se quitaba las prendas con la rapidez propia de alguien hiperactivo. Antes de que nos pudiéramos dar cuenta estaba en pelotas en medio del vestuario. Su pene era normal tirando a grande, pero lo más llamativo era que estaba muy torcido. Aunque el tronco empezaba recto hacia abajo, de repente el pene giraba hacia la izquierda haciendo una curva cerrada. Yo nunca había visto nada igual y la curvatura de esa cola hacía olvidar ese vello público frondoso y pelirrojo. La verdad es que había un ambiente muy divertido en el vestuario y los nervios ya se habían olvidado por completo. Parecía como si quitarnos la ropa hubiera acelerado nuestro proceso de coger confianza.



El chico enorme negro volvió a entrar, también con el albornoz abierto, dejando a la vista una vez más que los prejuicios muchas veces se cumplen. Tenía un pene enorme, muy muy grueso y coronado por un glande oscuro del tamaño casi de mi puño. Aunque estaba flácido podía ser perfectamente dos veces mi tamaño erecto, y el grosor era algo que asustaría a no pocas mujeres. El chico pelirrojo emitió un grito de júbilo cuando lo vio entrar y verbalizó lo que todos teníamos en la cabeza. Se presentó con dos besos y, sin parar de hablar, soltó una retahíla de bromas sobre pollones mezcladas con algunas experiencias personales que recordaba con nostalgia.



Yo seguía a lo mío desvistiéndome con calma, ya solo me quedaba el calzoncillo y tenia toda mi ropa doblada y guardada en la mochila, así que no podía retrasar más el momento evidente de quedarme totalmente desnudo. Lo hice del tirón, como se mete uno en la piscina cuando el agua está muy fría. Y aparentando una normalidad que en nada se correspondía con todo lo que estaba pasando por mi cabeza.



Cuando me quedé en pelotas pasó algo que me sorprendió: nada. Todos siguieron con su vida y nada se movió, como era de esperar para todos menos para mí. Ninguno pareció prestar especial atención y siguieron a lo suyo. Me puse el albornoz rápidamente y salí al pasillo buscando la sala de “arreglos”. Estaba la puerta abierta y dentro había un par de sillas frente a dos espejos con luces. Junto a las sillas, dos mujeres preparando sus herramientas sobre la mesa. Una era una chica joven, diría que mas joven que yo, que ordenaba material de maquillaje sobre la mesa. Era bastante guapa y tenía actitud de ser hiperactiva, porque no paraba. La otra mujer era mas mayor, de unos cuarenta y muchos, y tenía pinta de ser la peluquera. Llevaba el pelo teñido de un naranja chillón y vestía bastante moderna. Para su edad no estaba nada mal, incluso es probable que tuviera mas edad de la que calculé a ojo. Nada más asomarme a la puerta la chica joven me saludó con mucha energía y me invitó a entrar. Como no me dijeron sus nombres, serán chica joven hiperactiva y señora de pelos naranjas.



CJH: Pero no te quedes ahí, que no mordemos!



SPN: Pasa pasa, ven por aquí que vamos justas de tiempo



Entré y me acomodé a un lado de las sillas. Había una tablet en la mesa con una galería de fotos llena de penes. Pronto me di cuenta que eran fotos que acababan de hacer a los que habían entrado antes que yo. Ellas empezaron a hablarme y todo cobró sentido:



SPN: Necesitamos hacer un par de fotos, para que confirme la directora que está todo ok y por mantener el racord si tenemos que grabar otro día



CJH: Puedes dejar aquí el albornoz si quieres



Ahora las cosas se ponían serias. Lo de desnudarme delante de mujeres ya era diferente, pero intenté hacerlo con naturalidad para no transmitir esa inseguridad. Dejé el albornoz en la silla y puse mis manos detrás de la espalda para que pudieran fotografiar a gusto con la tablet.



CJH: Tú eres Alex, verdad?



A: Sí, cómo sabes?



CJH: A ver, tenemos unos perfiles determinados y por lo que veo, eres uno de los dos…



La chica hizo el gesto de pene pequeño, juntando los dos dedos, intentando hacer así su comentario menos ofensivo.



A: Creo que es la primera vez que me identifican viéndome la polla



CJH: Pues tengo que decirte que es muy bonita! Puedes estar orgulloso



A: Gracias supongo



CJH: Yo estuve con un chico que la tenía así, un poco mas grande pero parecida



SPN: Deja tranquilo al muchacho que le vas a crear trauma



A: Tranquilas, está todo superado ya



CJH: Pero si le he dicho que es bonita!! Qué mas dará el tamaño eso es una tontería



SPN: Yo seré una antigua, pero prefiero burro grande ande o no ande



Una vez terminaron de hacer fotos de frente y de perfil me despidieron, sin más complicación.



CJH: Listo, Alex

SPN: Adiós chiquitín, dile al siguiente que pase



Continuará…
 
Diario de un pene pequeño. Parte 3: el rodaje.



Quizá se pueda intuir mi respuesta a Paula por el título de este relato. Pero creedme, no fue una decisión fácil. Después de esta propuesta seguimos hablando de otras muchas cosas, fueron llegando otros amigos del barrio y nos dieron las mil en el bar. Al despedirnos Paula me cogió de la mano y, poniéndose todo lo seria que el alcohol le permitía, me espetó un: “Por favor, piénsatelo. Como favor a una amiga”. Yo me fui de allí asintiendo, porque no quería hacerla sentir mal, pero lo cierto es que tenía claro que eso no era para mí.



Me desperté al día siguiente dándole vueltas al mismo tema. Me enterneció ver a Paula tan preocupada siendo una muchacha tan vivaracha y alegre como es. Fui, durante todo el domingo, rumiando la idea de que quizá no era para tanto pasar ese mal rato con tal de ayudar a mi amiga. Yo era consciente desde hace muchos años de que tenía un pene más pequeño de la media, después de haber compartido vestuario con otros chicos y fijarme en otros penes en el momento duchas. Había tenido mucho tiempo para interiorizarlo y normalizarlo, y estaba orgulloso del punto al que había conseguido llegar, pero eso no quita que hubiera sido un camino difícil para mí aceptar que en el reparto de penes yo había salido mal parado y no había nada que hacer. Aunque ahora era algo que tenía normalizado y podía hacer bromas de ello o exteriorizarlo en pequeños círculos, no había sido un fácil para un adolescente bombardeado con la idea de que el pene es un medidor de virilidad y valor para los hombres. Pensé, además, lo bien que le hubiera venido al Alex adolescente tener referentes de todo tipo para no crecer pensando que todos los penes son los que se ven en internet, y que quizá participar en ese documental era la oportunidad para poner mi granito de arena con esos chicos preocupados por su tamaño. Es complejo explicar el proceso que siguió mi cabeza aquel domingo aburrido, pero se puede resumir con el whatsapp que, de la nada, envié a Paula por la tarde:



“Cuenta conmigo”



Paula estalló de felicidad y puso seguidos todos sus stickers de alegría. Me dio las gracias más veces de las que lo habían hecho en toda mi vida anteriormente y pasó a detallarme la jornada de rodaje que tendría lugar dos días después.



P: Le paso tu contacto al resto de chicas de producción y te incluimos en la orden de rodaje del martes. Es posible que también tengas que venir el miércoles, pero intentaremos dejarlo todo hecho en un solo día.



A: Pues espero que sí…



P: Yo creo que sí, aunque tengamos que echar más horas el martes. Empezaremos sobre las 6 de la mañana



A: ¿Por qué tan pronto?



P: ¿Nunca has estado en un rodaje verdad?



A: Pues la verdad es que no



P: Bueno, no te preocupes, en el equipo son todas bastante majas y va a estar bien ya verás



A: ¿Qué pasa, que solo hay chicas en la productora?



P: Pues casi, la verdad es que la jefa prefiere mujeres porque dice que trabajamos mejor. Yo lo veo una tontería pero bueno, es un equipo bastante guay



A: Genial, despelotarme delante de 5 tías, lo que más me apetece del mundo



P: Uy cinco…



A: ¿Más?



P: Hombre tienes que contar con las de producción, sonido, dos personas de cámara, fotógrafa, luces, redactoras… somos cerca de veinte.



A: ¿¿Veinte chicas??



P: Chicas seremos 15 o 16. Por algún motivo hay pocas que se dediquen a la iluminación.



A: Me estoy arrepintiendo ya y aún no hemos empezado…



P: Que no! Ya verás, es un equipo bastante majo, no te preocupes por eso. El martes te veo





No voy a negar que el lunes no paré de darle vueltas al tema y a rayarme pensando en todos los posibles escenarios que podrían darse. Esto era muy diferente a desnudarse en una playa nudista, donde todo el mundo estaba en igualdad de condiciones y nadie se fijaba en tu desnudez (salvo tus propios amigos). Esto era despelotarse en un plató y ser el centro de atención de un equipo que te prestaría toda su atención y grabaría detalladamente mi cuerpo desnudo. La idea era aterradora y prefería no pensar en ello, pero el miedo volvía constantemente a mi cabeza. ¿De verdad me voy a despelotar delante de un montón de gente (chicas, encima, seguramente guapas) para que me graben en pelotas y se lo enseñen a cualquiera que quiera verlo?



No me dio tiempo a reaccionar cuando sonó el despertador a las 5 de la mañana. Por suerte el plató me quedaba en línea directa de metro y no tardaría mucho en llegar. Me di una ducha y me lavé los genitales con todo el fervor con el que se puede lavar un pene, sacando brillo al protagonista del día, cuidando cada detalle para que estuviera presentable para una cámara. La verdad es que me sentía ridículo. Antes de salir de casa me llamó Paula, supongo que tenía miedo de que me hubiera echado atrás a última hora y quería asegurarse de que iría



P: Te veo luego no??



A: No me he levantado a esta hora para nada



P: Qué bien se vive sin trabajo, qué envidia.



A: No me puedo quejar



P: Oye, al final hemos conseguido al otro!!



A: Qué otro



P: El otro chico con pene pequeño, que necesitábamos dos. Yo ya había tirado la toalla pero hemos conseguido un voluntario a última hora. No vas a ser el más peque de hoy. O al menos no el único, no lo sé, yo no le conozco



A: Anda! Y cómo lo habéis conseguido?



P: Pues gracias a Carlota, una chica de cámara. Tenía un amigo chino y le preguntó. A veces los prejuicios sirven…



Yo me reí en alto. Es verdad que era bastante prejuicioso haber ido a por el amigo chino, pero me sentía muy aliviado de no ser el único chico talla S de hoy, así que no rechisté.



P: Yo no estaré cuando llegues pero di que vas de mi parte, luego te veo!

A: Vale! Luego nos vemos!



Una vez que llegué al plató, que no era más que una nave industrial de un polígono, llamé a la puerta y me abrió una chica de mi edad bastante mona.



A: Hola! Vengo por lo del rodaje, de parte de Paula



-: ¡Ah, sí! Tú debes ser Alex, ¿verdad? Yo soy Lorena, encantada, ven conmigo.



Lorena era una chica morena, con la raya del ojo grande pero bien hecha, con dos trenzas estilo boxeadora y vestida como si viniera del gimnasio. Me recibió con una sonrisa de oreja a oreja y me pregunté cuántas cosas le habría dicho Paula sobre mí, además de mi nombre.



L: Sígueme, casi todos los chicos ya están por aquí.



“Los chicos”. Me había emparanoiado tanto con desnudarme ante un equipo femenino que ya se me había olvidado que lo haría junto a un grupo de tíos, todos más dotados que yo. Mi estómago era un nudo de nervios en ese momento.



L: Aquí es. Os hemos dejado albornoces ahí colgados para que estéis más cómodos. Podéis guardar vuestras cosas en las taquillas y cuando tengáis solo el albornoz puesto, podéis pasar por esa sala de ahí que es maquillaje y peluquería. Todavía queda un buen rato hasta que empecemos, pero id haciendo todo el proceso cuando podáis que sois muchos.



Maquillaje y peluquería, pensé. ¿Para enseñar la chorra? La idea de un peluquero de penes me hacía mucha risa, como una especie de barbería Deluxe donde te tumbas y un señor muy serio te hace un peinado muy guapo en la cola. Esa idea tonta consiguió que se me fueran un poco los nervios.



Al entrar en el vestuario me encontré con otros 5 chicos. Algunos estaban vestidos, otros desnudándose, y otros ya con el albornoz puesto. Yo saludé con bastante vergüenza, pero todos me devolvieron el saludo como si nos conociéramos de toda la vida. Me dijeron sus nombres pero la verdad es que no fui capaz de recordar ninguno. Lo bizarro de la situación tenía mi atención puesta en otras cosas. En el centro de la sala había un chico negro enorme, que pesaría unos 140 kilos y con cuerpo de guardaespaldas, con el albornoz ya puesto. No hacía falta verle desnudo para imaginar en qué espectro de tamaños estaría este hombre. A su lado había un hombre calvo con barba y cuerpo de gimnasio. Tenía pinta de dedicarse al porno gay pero quién sabe, no estaba yo para preguntar. En ese momento estaba ya en calzoncillos, doblando su ropa dentro de su mochila, y se intuía que tenía un pene bastante grande a juzgar por el bulto de los calzoncillos. Eso confirmaría las sospechas sobre su profesión.



Otro chico estaba ya en pelotas y parecía importarle bien poco. Tenía el cuerpo lleno de tatuajes de todo tipo, un par de piercings en la cara y coleta. Los ojos se me fueron rápidamente a su polla. Estaba circuncidado y me fijé en que en el glande tenía también un piercing enorme brillante y recordé rápidamente en el compañero del que me había hablado Paula. Tenía que ser él. La actitud de ese tío era tan relajada y tan de sudarle la polla todo que terminó de quitarme los nervios por completo. El tío estaba repanchingado en el banquillo hablando con los demás como el que está en la barra de un bar.



En una esquina de la sala estaba el chico chino del que me había hablado también Paula. Parecía más receloso también a la hora de desnudarse y solo se había quitado un par de prendas de momento. Era una imagen bastante tierna y lo cierto es que me tranquilizaba tener un compañero a mi altura. Nos dimos la mano y fue el único que recuerdo: Yan. Tenía una cara bondadosa e inocente, con una edad comprendida entre los 15 años y los 40. Parecía majete.



Otro chico al que no presté mucha atención ya tenía el albornoz puesto y estaba ensimismado mirando el móvil, iba a saludarle cuando entró en el vestuario un señor mayor bastante dicharachero que venía de la sala de maquillaje y peluquería de al lado. Entró haciendo bromas de padre y riéndose mucho, con una energía contagiosa que nos puso de buen rollo a todos. Dijo que estaba listo y mandó al siguiente a la sala. El chico negro se levantó entre risas y puso rumbo a la misteriosa sala. Yo tenía entre miedo y curiosidad por lo que se hacía en esa sala, teniendo en cuenta que íbamos a enseñar nuestro pene y ya, no podía imaginar qué clase de arreglo necesitaríamos.



Yo estaba sentado cuando el señor mayor vino directo a saludarme, con el albornoz abierto por delante y unos enormes huevos colgones bamboleando de lado a lado. Tenía un pene de tamaño normal, bastante arrugado y con pelos ya canosos. Recordé aquello que me había dicho Paula de que necesitaban que los penes fueran diferentes entre sí y me puse a pensar en qué rasgos tendría cada uno de nosotros para diferenciarnos de los demás. Había un pene de hombre mayor, uno circuncidado con piercing… pero el resto eran aún un misterio. El mío era, además de pequeño, un pene con bastante prepucio. Cuando estaba encogido le sobraba piel, formando una pequeña trompa de elefante que le daba un aspecto más infantil. Cuando era pequeño sobrevoló sobre mi cabeza la sombra de una posible circuncisión, pero lo cierto es que no fue necesario porque la fimosis desapareció con el tiempo. Tenía vello púbico pero lo normal, me gustaba llevarlo algo recortado porque me era incómodo tener una mata salvaje. En mi cabeza era el pene estándar, el que llevaba viendo toda la vida. Y aunque había visto muchos más a lo largo de mi paso por vestuarios en la adolescencia, nunca me había parado a pensar en la diversidad que hay en los penes y en lo diferentes que son unos de otros.



Fue entonces cuando el chico chino, Yan, se quedó completamente desnudo en su esquina del vestuario. Estaba un poco escorado, como tímido, dando la espalda a los demás. Pero desde donde yo estaba se podía apreciar bien su pene. Y eso hice con disimulo. El pene de Yan era, efectivamente, diminuto. No sabría decir si más o menos que el mío, pero me llamó la atención que no tenía ni rastro de vello corporal. Por algún motivo los hombres asiáticos tienen muy poco pelo en el cuerpo, y los genitales no iban a ser una excepción. Eso le daba al pene de Yan un toque aniñado que no ayudaba nada a su tamaño, era como si a mi pene le hubiera hecho la cera o el láser. Supongo que debe ser cómodo no tener pelos ahí, pero bonito no era. Era raro explicar la tranquilidad que me daba estar acompañado por Yan y no ser el único pene pequeño que pasaría por allí hoy.



Yo ya me había agenciado un albornoz que había dejado junto a mis cosas y estaba desnudándome tranquilamente cuando entró por la puerta otro chico, el único que faltaba para sumar ocho. Era un chico pelirrojo con pelo rizado y cara de bonachón, que entro saludando a todos con una efusividad y alegría que no dejaba lugar a dudas sobre su orientación sexual. Hablaba de sí mismo en femenino y era bastante divertido, no paraba de hablar mientras se quitaba las prendas con la rapidez propia de alguien hiperactivo. Antes de que nos pudiéramos dar cuenta estaba en pelotas en medio del vestuario. Su pene era normal tirando a grande, pero lo más llamativo era que estaba muy torcido. Aunque el tronco empezaba recto hacia abajo, de repente el pene giraba hacia la izquierda haciendo una curva cerrada. Yo nunca había visto nada igual y la curvatura de esa cola hacía olvidar ese vello público frondoso y pelirrojo. La verdad es que había un ambiente muy divertido en el vestuario y los nervios ya se habían olvidado por completo. Parecía como si quitarnos la ropa hubiera acelerado nuestro proceso de coger confianza.



El chico enorme negro volvió a entrar, también con el albornoz abierto, dejando a la vista una vez más que los prejuicios muchas veces se cumplen. Tenía un pene enorme, muy muy grueso y coronado por un glande oscuro del tamaño casi de mi puño. Aunque estaba flácido podía ser perfectamente dos veces mi tamaño erecto, y el grosor era algo que asustaría a no pocas mujeres. El chico pelirrojo emitió un grito de júbilo cuando lo vio entrar y verbalizó lo que todos teníamos en la cabeza. Se presentó con dos besos y, sin parar de hablar, soltó una retahíla de bromas sobre pollones mezcladas con algunas experiencias personales que recordaba con nostalgia.



Yo seguía a lo mío desvistiéndome con calma, ya solo me quedaba el calzoncillo y tenia toda mi ropa doblada y guardada en la mochila, así que no podía retrasar más el momento evidente de quedarme totalmente desnudo. Lo hice del tirón, como se mete uno en la piscina cuando el agua está muy fría. Y aparentando una normalidad que en nada se correspondía con todo lo que estaba pasando por mi cabeza.



Cuando me quedé en pelotas pasó algo que me sorprendió: nada. Todos siguieron con su vida y nada se movió, como era de esperar para todos menos para mí. Ninguno pareció prestar especial atención y siguieron a lo suyo. Me puse el albornoz rápidamente y salí al pasillo buscando la sala de “arreglos”. Estaba la puerta abierta y dentro había un par de sillas frente a dos espejos con luces. Junto a las sillas, dos mujeres preparando sus herramientas sobre la mesa. Una era una chica joven, diría que mas joven que yo, que ordenaba material de maquillaje sobre la mesa. Era bastante guapa y tenía actitud de ser hiperactiva, porque no paraba. La otra mujer era mas mayor, de unos cuarenta y muchos, y tenía pinta de ser la peluquera. Llevaba el pelo teñido de un naranja chillón y vestía bastante moderna. Para su edad no estaba nada mal, incluso es probable que tuviera mas edad de la que calculé a ojo. Nada más asomarme a la puerta la chica joven me saludó con mucha energía y me invitó a entrar. Como no me dijeron sus nombres, serán chica joven hiperactiva y señora de pelos naranjas.



CJH: Pero no te quedes ahí, que no mordemos!



SPN: Pasa pasa, ven por aquí que vamos justas de tiempo



Entré y me acomodé a un lado de las sillas. Había una tablet en la mesa con una galería de fotos llena de penes. Pronto me di cuenta que eran fotos que acababan de hacer a los que habían entrado antes que yo. Ellas empezaron a hablarme y todo cobró sentido:



SPN: Necesitamos hacer un par de fotos, para que confirme la directora que está todo ok y por mantener el racord si tenemos que grabar otro día



CJH: Puedes dejar aquí el albornoz si quieres



Ahora las cosas se ponían serias. Lo de desnudarme delante de mujeres ya era diferente, pero intenté hacerlo con naturalidad para no transmitir esa inseguridad. Dejé el albornoz en la silla y puse mis manos detrás de la espalda para que pudieran fotografiar a gusto con la tablet.



CJH: Tú eres Alex, verdad?



A: Sí, cómo sabes?



CJH: A ver, tenemos unos perfiles determinados y por lo que veo, eres uno de los dos…



La chica hizo el gesto de pene pequeño, juntando los dos dedos, intentando hacer así su comentario menos ofensivo.



A: Creo que es la primera vez que me identifican viéndome la polla



CJH: Pues tengo que decirte que es muy bonita! Puedes estar orgulloso



A: Gracias supongo



CJH: Yo estuve con un chico que la tenía así, un poco mas grande pero parecida



SPN: Deja tranquilo al muchacho que le vas a crear trauma



A: Tranquilas, está todo superado ya



CJH: Pero si le he dicho que es bonita!! Qué mas dará el tamaño eso es una tontería



SPN: Yo seré una antigua, pero prefiero burro grande ande o no ande



Una vez terminaron de hacer fotos de frente y de perfil me despidieron, sin más complicación.



CJH: Listo, Alex

SPN: Adiós chiquitín, dile al siguiente que pase



Continuará…
continua, es muy morboso
 
continua, es muy morboso
Tengo ganas de leer el siguiente capitulo. Me estoy identificando mucho con tu relato, Koba. Quizas por el nombre, Alex, quizas por tenerla tambien pequeñita, y quizas por lo que comentas de que con el tiempo le has ido quitando importancia al tamaño.
En mi caso, tengo bastantes mas años, ha ido siendo así. Pasé de la preocupacion de despelotarme delante de amigos a que me diera igual, llegando a bromear con tias de mi confianza sobre mi minusculo tamaño. (que compenso con mis habilidades con la lengua).
Espero al final del relato para hacer mas comentarios...
 
Diario. Parte 2: La propuesta



Tres o cuatro años después de la experiencia en la playa, ya después de la universidad, me escribió Paula un mensaje bastante intrigante: tengo que proponerte una cosa un poco extraña, quedamos??



Somos muy buenos amigos y tenemos mucha confianza, nos contamos de todo, así que me pareció muy extraño que esa cosa no me la pudiera contar por whatsapp y tuviera que ser en persona. Yo por supuesto le dije que sí, vivimos cerca y nos vemos muy a menudo, así que quedamos en nuestro bar de confianza para esa misma tarde. Yo me moría de ganas de saber que era esa cosa tan extraña que me quería proponer.



Cuando la vi estaba un poco agobiada y cansada, se la veía agotada. Me preocupó verla así y le pregunté si todo estaba bien. Su respuesta me tranquilizó, porque no estaba tan mal como yo había imaginado. Para poneros en contexto, Paula trabaja en una pequeña productora audiovisual desde que terminó la carrera, ella se dedica a la producción y encontró en esa productora un sitio donde trabaja bastante contenta y se siente valorada. Llevaba varias semanas trabajando en una especie de programa documental sobre educación sexual enfocada a adolescentes. Era un proyecto del que me había hablado poco: solo sabía que era un proyecto pequeño pero que le ilusionaba, para algunas televisiones públicas, en el que abordaban la sexualidad desde un punto de vista didáctico con el fin de enseñar a los más jóvenes. Sé que le estaba dedicando muchas horas a preparar este programa pero no sabía mucho más. Así que en el bar me empezó a contar: que llevaba unos días currando mucho en el documental y preocupada porque estaban teniendo muchos contratiempos, principalmente para conseguir gente que saliera.



P: Pues mira, llevo varios días currando en lo del documental y creo que me voy a quedar calva ya. No nos está saliendo nada, todo el rato hay contratiempos



A: Cómo contratiempos, qué os pasa?



P: Pues de todo, pero vamos solucionándolo ahí como podemos. Lo principal ahora mismo es que no encontramos a nadie para salir



A: Nadie quiere salir en el programa? Si la gente se muere por salir en la tele



P: No en estas condiciones



A: Qué condiciones?



P: Pues desnudos



A: Cómo?



P: Es un programa sobre educación sexual, ya te lo conté no? Pues necesitamos modelos masculinos y femeninos que salgan desnudos en varias partes del programa



A: no sabía que era así de explícito



P: Pues sí, cada capítulo está dedicado a una cosa y hay capítulos dedicados a los penes o a las vulvas, y necesitamos personas diversas para utilizar de ejemplo y salir en cámara



A: Guau, no me imaginaba que fuera así tan directo. Y tan difícil es encontrar gente asi?

P: Pues sí y no… al principio no fue tan difícil porque nos pusimos a buscar a modelos eróticos, gente de *******s y cosas así y nos salían a patadas.



A: Entonces?



P: La cosa es que necesitamos dar una imagen más natural y más diversa, y toda la gente que se ha pasado por el casting es muy parecida



A: Y qué más da?



P: Pues que esto no es una película porno, es un documental didáctico y necesitamos que los modelos sean gente más normal. Todo lo que nos está llegando para los castings son tías super operadas y tíos de gimnasio con la polla enorme



Yo no pude evitar reírme en alto. Lo cierto es que no lo había pensado nunca. Encontrar gente dispuesta a desnudarse por un poco de dinero no es tan difícil, pero un proyecto así puede ser complicado si buscas gente normal que enseñe cuerpos más normales



P: Yo por ejemplo ya he tenido que ceder y me va a tocar salir, porque no hemos encontrado chicas gorditas que quisieran salir



A: Tú no estás gordita tía, tú estás estupenda



P: Bueno, como tú quieras, pero que cuerpos así como el mío no han llegado al casting, llámalos como quieras



A: Y vas a salir en pelotas??



P: No me hace mucha gracia pero sí, aunque no sale mi cara y mi cuerpo a la vez. Salgo en el episodio de las tetas, en el de las vulvas y luego hablando a cámara pero no se sabe que soy yo.

A: Bueno bueno estoy deseando ver ese programa



P: Tonto! Tú ya has visto todo lo que se podía ver, ya ves tú



A: Tengo la memoria fatal, tendré que refrescarla



P: jajajaja menudo idiota, pues te va a hacer gracia lo que te quería proponer

A: Soy todo oídos



P: Necesito que salgas en el programa. Te pagamos como a los demás



A: A hablar sobre sexualidad? Pero si yo no soy experto



P: No, a hablar precisamente no. Sería para desnudarte en el capítulo de los penes.



A: Qué?? Ni de coña



P: Alex por favor no te pediría esto si no estuviera desesperada. El lunes empezamos a rodar y nos falta, por lo menos, un chico para ese episodio. Hazlo como favor a una amiga



A: Es que no hay más chicos que quieran salir desnudos??



P: Ninguno como tú



A: Como yo?



P: Sí, me da un poco de vergüenza esto pero ya te digo que necesito tu colaboración. Tú eres consciente de que la tienes pequeña y cuando fuimos a la playa nudista pudimos comprobarlo todos, y es un tema del que no tienes tapujos en hablar…



A: Pero no los tengo para hablar contigo, porque eres mi amiga! Es diferente a desnudarse en un documental



P: Lo sé lo sé, pero ten en cuenta que no va a salir tu cara ni nada. Solo tu polla.



A: Mi polla y ya está? Ahí en todo el plano? Tía es rarísimo



P: Son escenas super cortas y explicitas que sirven para explicar tanto la diversidad de cuerpos como la variedad de tamaños y formas. Explicamos las diferentes partes del pene, no sé, muchas cosas



A: Y necesitais un pene pequeño como el mío



P: No te ofendas, te lo digo con todo el cariño. Los que nos han llegado hasta ahora son bastante grandes y alguno normalito, pero no tenemos ninguno pequeño. Nos gustaría que en el documental se mostrase de todo con naturalidad para no dar una imagen equivocada



A: Me muero de vergüenza tía. Una cosa es que me la veais vosotras en la playa y otra enseñarla en un programa que puede ver cualquiera



P: Pero no sale tu cara! Nadie sabrá que eres tú



A: No sé Paula, me da bastante cosa. No hay otra persona que pueda hacerlo?



P: Pusimos el anuncio de que buscábamos chicos de cualquier edad con miembro pequeño y que estaba remunerado, pero nadie se ha ofrecido, supongo que les da vergüenza



A: Normal



P: La idea era encontrar mínimo dos, pero de momento solo te tenemos a ti



A: Para el carro que aun no te he dicho que si… y por qué dos?



P: Mas diversidad, ya sabes, iban a salir como 8 en ese episodio y queríamos dos pequeños al menos uno circuncidado y otro sin circuncidar



A: Ah que eso también afecta??



P: Anda claro y la edad, si tienes pelos o no… todo influye porque son planos super explícitos



A: Qué risa



P: En el de mujeres tampoco ha sido fácil encontrar variedad, pero ya tenemos cerrado el casting por lo menos, aunque hemos tenido que participar varias chicas del equipo



A: Y no hay chicos del equipo que participen?



P: Pues somos casi todo mujeres, hay pocos chicos y uno de ellos ya participa porque tiene un piercing en el glande y nos parecía gracioso incluirlo, pero los otros dos no nos han querido decir como la tienen



A: jajaja normal, sabiendo para lo que es…



P: Bueno tú piénsatelo y me dices, necesitaríamos empezar a grabar el martes



A: Este martes ya?? Si eso es en tres días



P: Te estoy diciendo que estamos desesperadas, si no no te pediría algo así…



A: Déjame pensármelo

CONTINUARÁ...
Muy buen relato, muy bien escrito...ojalá en el próximo capítulo esté lo del desnudo de Paula, que se ofreció para salir en el capiíulo de las gorditas...!
 
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