Dos Hermanas

[Carlos Sevillista]

Ayer me lo leí entero. Y es verdad que ellos tenían juegos sexuales con otras parejas y el le propuso acostarse con Ernesto . Pero la verdad es que a él no le hace mucha gracia que esto haya pasado.
Y para completar ahora va ella y se pone celosa por haber tenido sexo con la Hermana cuando es ella la que le dijo que le cuidara.
Y encima parece que lo de Ernesto la ha dejado decepcionada porque no debe ser muy bueno en la cama.
Lo mejor es que hablen y se dejen de juegos sexuales y también con la Hermana y el Marido. Todavía están a tiempo.
Como dice el dicho, cada Oveja con su pareja.

 

[Carlos Sevillista]

Para entender mejor lo acontecido en el relato debemos situarnos temporal y espacialmente.
El encuentro entre Juan y Loli, a solas en casa, inicia la noche del 23 de Julio hasta la mañana siguiente.
Mientras estaban Rocío junto a los niños acampando ese verano en la playa.
Y el viaje de Rocío y Ernesto sucede durante el finde en las Fiestas de San Isidro, a mediados de Mayo del año siguiente.
Esperando Juan con los niños en la casa familiar.
Se deduce según sus mensajes, que Rocío estuvo casi un año preparando este supuesto "desquite", para equiparar, según ella, lo de Loli con Juan.
Eso, de ser así, es una trampa muy planificada, y fríamente ejecutada. Un salvavidas de plomo su excusa.
Lo que me causa ruido es que noto en Juan un constante intento por apaciguar sus ideas negativas referente a lo obrado por Rocío.
Además me preocupa descubrir de lo que es capaz Rocío, con tal de no sentirse con alguna supuesta desventaja en su matrimonio.
Lo de Loli, ha ido escalando, se tienen un cariño muy especial y diferente, lo que podría ser trascendental para el mundo de Juan.

A ver. Con tu comentario me he perdido totalmente. Estamos todavía en el pasado o en el momento actual?.
Porque yo pensaba que era simultáneo que el hubiera estado con su Hermana y ella con Ernesto. Me ha dejado descolocado.

 

[Allteus]

A ver. Con tu comentario me he perdido totalmente. Estamos todavía en el pasado o en el momento actual?.
Porque yo pensaba que era simultáneo que el hubiera estado con su Hermana y ella con Ernesto. Me ha dejado descolocado.

No, no es simultáneo. La técnica de narración, en todo el relato, es la llamada anacronía, analepsis o, en inglés, flashback. En particular, estos dos episodios los explico entremezclados, pero tienen varios meses de diferencia entre ellos, y al principio de su respectiva narración se sitúan temporalmente cada uno de ellos.

 

[Carlos Sevillista]

Ok. Gracias por la aclaración.
Pues entonces esto se puede complicar mucho. Yo no tengo nada claro la estabilidad de este matrimonio después de que se haya ido de viaje con Ernesto. Que ya he dicho que no me cae nada bien. Y a Rocío yo no la entiendo, como arriesga su matrimonio por un tío que no vale la pena y solo por venganza o eso parece.

 

[onatrapse]

A ver. Con tu comentario me he perdido totalmente. Estamos todavía en el pasado o en el momento actual?.
Porque yo pensaba que era simultáneo que el hubiera estado con su Hermana y ella con Ernesto. Me ha dejado descolocado.

Carlos, al leerlo la primera vez también me confundí, encontré contradicciones que parecían errores en el relato, no capté los flashbacks hasta releerlo nuevamente.
Allteus, los marca con una corta línea de asteriscos.

 

[Allteus]

Ok. Gracias por la aclaración.
Pues entonces esto se puede complicar mucho. Yo no tengo nada claro la estabilidad de este matrimonio después de que se haya ido de viaje con Ernesto. Que ya he dicho que no me cae nada bien. Y a Rocío yo no la entiendo, como arriesga su matrimonio por un tío que no vale la pena y solo por venganza o eso parece.

O por curiosidad... tal vez ella no "siente" que ponga en riesgo nada, anclada en una gran seguridad sobre su relación con Juan... Si se piensa friamente, pareja de más de 25 años juntos, dos hijos, situación económica y profesional cómoda de ambos, que han evolucionado juntos a formas de sexualidad muy poco frecuentes... igual los riesgos no los percibe... aunque existen.

 

[Carlos Sevillista]

O por curiosidad... tal vez ella no "siente" que ponga en riesgo nada, anclada en una gran seguridad sobre su relación con Juan... Si se piensa friamente, pareja de más de 25 años juntos, dos hijos, situación económica y profesional cómoda de ambos, que han evolucionado juntos a formas de sexualidad muy poco frecuentes... igual los riesgos no los percibe... aunque existen.

Eso es lo que piensa Rocío, pero a mí me da que a Juan no le gusta está situación. Y por otra parte está Loli, con la que existe una cierta atracción. Yo no tengo muy claro que Juan y Rocío acaben juntos.

 

[onatrapse]

O por curiosidad... tal vez ella no "siente" que ponga en riesgo nada, anclada en una gran seguridad sobre su relación con Juan... Si se piensa friamente, pareja de más de 25 años juntos, dos hijos, situación económica y profesional cómoda de ambos, que han evolucionado juntos a formas de sexualidad muy poco frecuentes... igual los riesgos no los percibe... aunque existen.

Eso es lo que piensa Rocío, pero a mí me da que a Juan no le gusta está situación. Y por otra parte está Loli, con la que existe una cierta atracción. Yo no tengo muy claro que Juan y Rocío acaben juntos.

A sugerencia de Allteus, pensaremos fríamente al analizar lo sucedido hasta ahora.
Lo que motiva a Rocío a actuar así no importará demasiado, si las consecuencias en Juan y su entorno familiar terminan siendo dañinas.
Consideremos que la mayor parte de lo ocurrido hasta ahora, bueno o malo, han sido decisiones de Rocío.
Esto podría ser un gran problema, ya que tiempo hace que las hormonas de Rocío parecen dominar sus neuronas. A qué me refiero?
Qué pensó que sucedería al pedirle en su ausencia que Loli entretuviese a Juan, estando solos ambos ?
No parece preocuparle exponer su estabilidad e imagen laboral al actuar como amantes con su colega?
Que puedan verlos en el colegio con sus acercamientos, morreos y "anticipos", y que se enteren del viaje con Ernesto. En esos ambientes siempre salen a la luz estos chismes.
En general, no parece preocuparle mucho arriesgar y exponer su matrimonio, y a Juan. La muestra cúlmine ha sido este descarado viaje.
Y esto recién parece comenzar, al principio eran encuentros privados en un entorno que era seguro para todos.
Empezaron haciendo tríos, luego intercambios estilo swingers, ahora más semejante a una relación abierta que permite la "infidelidad consentida" en la mujer, peligrosamente muy cercano a un tipo de cornudo consentidor.
Se ve a Rocío más osada en busca de sus "entretenciones", abriendo cada vez más la relación.
Y a Juan cada vez más resignado, casi dominado por su fetiche de ver a su mujer poseída por otros.
Como reaccione Juan ante el affaire de Rocío con Ernesto determinará en gran medida el curso de lo que suceda en adelante.

 

[Carlos Sevillista]

Sinceramente, dudo que el sea un consentidor. Esto va a terminar explotando. Y que tenga cuidado Rocío, no vaya a ser que el tenga que tomar una decisión dolorosa y drastica.
Yo no veo que a él le guste demasiados sus encuentros con el sinvergüenza de Ernesto, porque eso es lo que es.
También es verdad que fue él quien originó esto con su peligrosa petición de que follara con ese impresentable.
Pero si Rocío Ama a Juan lo lógico es que deje de hacer el tonto con Ernesto.
A Juan no se le ve nada cómodo y si muy molesto con el viaje de Rocío con es impresentable que es lo que es Ernesto.
Si yo tuviera que decidir, sería muy clarito con Rocío.
Una cosa es que le permitió follar con Ernesto y otra cosa es que siga haciéndolo, así que le daba un ultimátum: o deja de verse con Ernesto o se pone fin a esta relación.

 

[Carlos Sevillista]

Y esto ya es mi opinión personal de lo que yo haría que no tiene porqué ser lo que vaya a pasar ni tampoco como lo vea Juan.
Para mí, amando mucho a Rocío, como estoy seguro que lo hace Juan, no debe permitir estos encuentros con Ernesto. Ya tuvo sus encuentros, pero hasta aquí debe llegar.
Y si no, como estamos en un mundo libre, pues nada, me sigo acostando con Loli e incluso me busco una amante.
No quiere una relación liberal?. Pues venga, una relación liberal.

 

[onatrapse]

El problema de la relación liberal abierta que se parte con la balanza cargada hacia la mujer, ellas siempre tendrán más oportunidades.
Y eso con el tiempo genera resentimiento entre ambos, se empieza perdiendo el respeto, desaparece la confianza, y se pierde la lealtad.
Una forma de controlarlo es limitarlo a encuentros presenciales, como un intercambio swinger.

 

[Carlos Sevillista]

Yo es que parto de la base que no creo en las relaciones liberales. Y no sé si Juan le gusta este tipo de relaciones, aunque me inclino por el no.
Por eso no tengo yo muy claro que esto vaya a acabar bien. Nunca debió decirle a Rocío que se acostara con Ernesto, porque le ha dado la mano y le ha cogido el brazo. Y el momento clave va a ser cuando regrese del viaje, porque creo que a Juan no le ha sentado nada bien.
Por mucho que lleven 25 años juntos, no debería aceptar esto y, como he dicho en anteriores comentarios, debe darle un ultimátum, y si Ella sigue queriendo tener sus encuentros con Ernesto, hasta aquí termina esto.
Pero claro, esto es lo que yo haría.

 

[onatrapse]

Juan ha demostrado incluso antes del primer intercambio con Loli y Carlos, que le va el tipo de relación liberal.
Incluso antes era más desequilibrada la relación, creo fueron cinco o seis tríos, casi todos con hombres, una proporción 5 a 1.
Han ido evolucionando en ese aspecto, pero el riesgo que implica esta opción lo enfrenta a lo que ahora sufre esperando el regreso de Rocío.
No sé si lo mencioné por acá, pero las estadísticas son brutales, menos del 10% de este tipo de relaciones es exitoso.

 

[Carlos Sevillista]

Supongo que a su regreso van a hablar y se aclararan las cosas. Porque puede que le vaya el tipo de relaciones liberales, pero él tiene dudas y yo no veo claro esto. Además ella ha estado muy desagradable y borde con el la última vez que hablaron. Ella debe haberse dado cuenta que el está molesto.

 

[Allteus]

Y otras tres hasta que recibí uno suyo.

***************

Estaba radiante. Siempre, desde que la conozco, encontrarme con ella después de unos días sin vernos me ha causado una emoción profunda. Su aspecto, de una elegancia no impostada, muy natural, pero imponente; su imagen, siempre cuidada hasta el más mínimo detalle, incluso en verano, cuando viste con sencillez… su porte, en fin, esa forma en la que camina, se mueve o se para, esa capacidad suya para proyectar seguridad y confianza, sin altivez ni soberbia.

En la puerta de la casita alquilada en la costa, junto a nuestros dos hijos, sonrientes los tres en la recepción del esforzado padre y esposo, sacrificado trabajador mientras ellos habían disfrutado de casi un mes de vacación…

Un vestido camisero corto, de lino, color blanco, sin cinturón, los botones abrochados salvo en el cuello y el último, mostrando ligeramente el muslo, de un bronceado, como su cara, en contraste perfecto con la tonalidad blanco roto del vestido. Sandalias de ligero tacón, abiertas, sin talón, blancas, a juego con el vestido. El pelo, perfectamente peinado y recogido en una cola, dejando el óvalo de su cara limpio, para ser contemplado sin obstáculos, mostrando su belleza andaluza y majestuosa.

Tras aparcar convenientemente, después de los besos y abrazos, la descarga de la maleta y las preguntas de rigor a los hijos, que tampoco hicieron mucho por mantener la conversación con su padre más allá de lo estrictamente cortés (cosas de la preadolescencia) y marcharon a unas actividades que al parecer hacían en la piscina de unas instalaciones cercanas, quedamos Rocío y yo, al fin, solos.

Sentada en el patio, en una especie de sillón de mimbres, con brazos, la espalda muy recta y las piernas cruzadas tan elegantemente como siempre, mantenía una sonrisa pícara pero, también, distante.

No sé cómo, ni tampoco explicarlo, pero sé que hay algunos detalles, algunos gestos, algún no sé qué que me permite diferenciar sus actitudes y que, incluso manteniendo el mismo gesto, la misma expresión corporal o pronunciando las mismas palabras, me hace sentir en desventaja con ella.

Era una de esas ocasiones. Y puede que fuera simplemente mi mala conciencia, pero algo había.

- ¿Qué tal el camino?- rompió ella el silencio.

-Bien, bien… sin problemas.

Era evidente que esperaba algo más de mí. Y yo no sabía cómo abordarlo.

-¿Y tú, cómo han ido estos días?

-Bien, también. Sin novedad.

La respuesta, lacónica, volvía a devolverme la palabra. Decidí afrontar la situación directamente, convencido al fin y al cabo de que no había escapatoria.

-Supongo que quieres que te explique ¿no?

Una apenas perceptible variación en la sonrisa demostraba que ya me había ganado la primera baza. Demoró el momento de la respuesta, acentuando así su posición dominante.

-Bueno… estaría bien.

Acerqué otro sillón idéntico al que ella estaba usando, sentándome en un ángulo de noventa grados respecto a su posición, de forma que no la enfrentaba directamente pero quedaba lo bastante cerca y bien posicionado como para no confrontar, en una posición más propia de las confidencias.

Durante unos minutos desgrané, de forma voluntariamente impersonal, lo sucedido, intentando evitar los detalles más morbosos, pero sin tampoco caer en las generalidades, algo que a ella siempre la insatisface en la narración de los sucesos.

Expliqué cómo estaba en casa, cómo apareció Loli, la explicación que me hizo sobre su marido e hija ausentes, la cena que tomamos, el inicio de nuestro encuentro sexual de forma intensa y ardiente…

Había pensado más de una vez en el momento y la explicación a dar, pero intuitivamente cambié el mensaje en ese punto. Había ideado explicar las palabras de su hermana sobre el encargo de cuidarme, inicio claro del polvazo que nos regalamos.

Lo silencié. Tuve la sensación de que podía ser confundido con un intento de justificación de mi actuación, algo que podía disgustarle al desplazar hacia la niña la responsabilidad de lo sucedido.

Al fin y al cabo -pensaba sobre la marcha- seguro que con ella ya ha hablado hasta la saciedad de todo esto, y mi relato ahora atiende solo a dos finalidades: que ella y yo percibamos que tiene un poder completo sobre mí y que verifique mi sinceridad, contrastando lo que diga con lo que ya sabe a través de su hermana.

Con lo que ya sabe porque, no hay que engañarse, la única sinceridad a contrastar por Rocío era la mía, la de su hermana jamás la pondría en cuestión y lo que ella hubiera dicho ya se había constituido como la única y completa verdad.

Seguí explicando lo sucedido, procurando como decía antes evitar los aspectos más problemáticos e intentando que el tono se despojara de altibajos, de pausas o de intensidades enfáticas, para dar una especie de relato monótono.

Así hasta llegar a un punto álgido, mi invitación a dormir en nuestra cama, al que llegué con aquella entonación aburrida y sobre el que pasé con el corazón acelerado pero la voz -ventajas de la práctica de mi oficio- sin ninguna alteración.

No daba ella tampoco ninguna pista sobre el impacto del relato, que por otra parte ya conocía, sin duda, ni ayudaba con ninguna pregunta ni con gesto alguno, hierática, siempre sonriente sin excederse, sentada muy recta con sus brazos apoyados en los del sillón y las piernas cruzadas, que de tanto en tanto cambiaba de posición para alternarlas.

Superado el primer fielato, abordé la parte final de mis explicaciones, procurando ser breve y conciso en la narración del polvo matutino en la cocina.

En ese punto pareció sorprenderse. No me cabía la menor duda de que la sorpresa era fingida, mero recurso dramático de actriz razonablemente buena, para poner el acento en donde quería ponerlo.

-Ah... Mira que bien... ¿También por la mañana otra vez?

Cometí en ese momento un error grave, efectuando una respuesta que lejos de ser conciliadora -como yo quería que fuera- resultó, para ella, ofensiva.

-Bueno... a mí me parece que fue muy normal.

*******************

 

[curro33]

Aunque aparecían las señales de haber sido entregado, pasaron dos horas más hasta que el aplicativo informaba que había sido leído.

Y otras tres hasta que recibí uno suyo.



Uffff,.... eso no concuerda con la afirmación de Rocío de que lo suyo con Ernesto había estado bien sin ser nada del otro mundo.

 

[onatrapse]

Aunque aparecían las señales de haber sido entregado, pasaron dos horas más hasta que el aplicativo informaba que había sido leído.

Y otras tres hasta que recibí uno suyo.



Uffff,.... eso no concuerda con la afirmación de Rocío de que lo suyo con Ernesto había estado bien sin ser nada del otro mundo.

Comparto ampliamente tus dudas curro33.
Este desquite de Rocío, es más cercano a una venganza, no es justificable por lado alguno.

El sentido común me dice, que un desquite lo hacemos con el fin de enmendar e igualar nuestra posición que se encuentra en clara desventaja. Lograr una satisfacción propia, sin daño colateral. Generalmente su efecto es reparable.
En cambio una venganza, va mucho más allá, a partir de equipararse, también busca generar daño y dolor a quienes consideramos autores del nuestro. Siendo la mayoría de las veces, de consecuencias irreparables.
En nada se compara a lo sucedido entre Loli y Juan, el contexto, la premeditación, la coacción ejercida sobre Juan, los intervinientes, todo lo hace más dañino y trasgresor.
Estaremos en desacuerdo con lo hecho por Rocío, criticando sus formas y motivaciones, sin embargo, tiene guardado un as bajo la manga, tiene a su favor a Juan.

 

[Carlos Sevillista]

Yo sigo insistiendo en que a mí no me gusta Rocío. Quiero pensar que ama a Juan, pero tiene una extraña forma de hacerlo. Debería cortar estas cosas con Ernesto. No tengo claro que esto acabe bien.

 

[onatrapse]

Yo sigo insistiendo en que a mí no me gusta Rocío. Quiero pensar que ama a Juan, pero tiene una extraña forma de hacerlo. Debería cortar estas cosas con Ernesto. No tengo claro que esto acabe bien.

Creo, nos hemos centrado demasiado en criticar a Rocío, distrayéndonos en el proceso de algo importante.
Llega un momento en que, aún siendo responsable de mucho, Rocío deja de ser "el problema", pasando Juan, a ser "el verdadero problema" a solucionar.
No un problema él en si mismo, pero sí su actitud demasiado indulgente y permisiva, que ha complicado la armonía de su matrimonio, probablemente siendo dominado por el deseo de vivir sus fantasías.
El propio Juan tiene las herramientas para definir lo que desea a continuación en su relación, seguir en alguna versión de matrimonio abierto, pasar a uno tradicional, o el más improbable divorcio.

 

[Carlos Sevillista]

Eso se soluciona en una charla sincera entre los dos.