El paso del tiempo

35



LUIS

Me desperté sobresaltado tras un sueño guarro, para notar inmediatamente que la mamada era real, que Carmen estaba chupándomela. Dije:​

  • Cariño, cariño, para que me corro


Carmen paró la mamada y me miró sonriente diciendo:​

  • Buenos días, amor ¿Y qué problema hay?
  • Jaja… ¿No tuviste suficiente sexo anoche?
  • Claro que sí, pero eso fue anoche, ahora es de día y… bueno, como no está la niña, quería agradecerte lo bien que me lo pasé anoche en la cama, estuviste genial, cariño


Y me dio un beso en la polla para luego, reanudar la mamada. Pensé “¿Yo genial? A duras penas conseguí darle el sexo que quería, estaba desatada” pero dije:​

  • Solo intenté seguir tu ritmo


Carmen prosiguió la mamada, a un ritmo lento. Estaba desnuda y acaricié su pecho. Paró y me miró sonriente:​

  • ¿Mi ritmo? Si yo solo disfrutaba de como mi hombre me follaba fantásticamente
  • Jajaja


Se incorporó para besarme. Entonces, se sentó sobre mí y lanzó un gran jadeo al entrar en ella:​

  • AHHHHHHH


CRISTINA

Me desperté de pronto, confundida y sin saber donde estaba. Me acababa de despertar un ruido fuerte pero no sabía que había sido ni donde estaba. Conseguí situarme tras unos segundos de pánico, estaba en un dormitorio de la casa de Cloe. Entonces escuché de nuevo el sonido, era un gemido alto. Miré a mi alrededor, estaba desnuda y sola en la cama. Vi mi ropa en una silla, junto a mi bolso. Me levanté mareada. Entonces recordé la noche anterior, el desfase total que tuve. Me dolía todo el cuerpo, incluido el coño. “Dios, pero ¿Qué hice?”



Miré el móvil, eran las nueve de la mañana. Entonces, sentí una gran urgencia por ir al baño. Fui a la puerta y la abrí. Ahora los sonidos de un polvo eran más claros. Salí sin hacer ruido y me acerqué a la habitación de Cloe. Tenían la puerta abierta. Miré y vi a Cloe cabalgando a Paco.



Fui al baño e hice pis intentando recordar la noche anterior. No conseguía acordarme como había llegado aquí. Terminé y miré si había algo para el dolor de cabeza. Encontré paracetamol y me tomé uno. Luego, salí sin hacer ruido ¿Habían terminado de follar? Me acerqué y escuché el inconfundible sonido de una mamada. Me asomé. Cloe se la chupaba con ganas de Paco. Me pareció una escena muy excitante y, por un momento, fantaseé con la idea de unirme, pero rápidamente lo deseché “Ya lo que me faltaba, liarme con Paco”. Me fui a mi cuarto y, en cuanto me eché, me dormí.



Me volví a despertar con alguien zarandeándome. Abrí un ojo para ver a una sonriente y espléndida Cloe. Me cubrí la cabeza con el brazo y dije:​

  • ¿Qué hora es?
  • Las doce y media, chérie


Me incorporé de un salto:​

  • ¿Las doce? ¿Tan tarde?
  • Diossss, me duele todo
  • Jajaja
  • Anoche me pasé mucho ¿No?
  • Pero fue divertido
  • Pufff, no sé… no me acuerdo de mucho
  • ¿No? Qué lástima
De pronto, me vinieron imágenes y dijo:​

  • Joeeee, me parece que follé con el tertuliano.. y con el de los perros… incluso con el viejo ese que era futbolista
  • Jajaja
  • ¿Lo hice?
  • Cariño, follaste con todos los tíos de la fiesta que no eran gays, y con la mayoría varias veces
  • ¿Qué? ¿En serio?
  • Claro, me dijiste que te los querías follar a todos ¿No te acuerdas?
  • ¡¡¡Diosssss!!!!
Echándome sobre la almohada. Cloe dijo:​

  • Y con las chicas, bueno, creo que con la rusa esa sosa no, pero con el resto sí, seguro
  • Me quiero morir (dije contra la almohada)
  • Jajaja ¿Por qué?
  • He follado con tíos que no me gustan nada y viejos
  • Le das mucha importancia a la edad y al físico, y ayer era una noche para disfrutar, y tú lo hiciste


Me vinieron a la cabeza las sensaciones, era verdad que me había corrido muchas veces, me lo había pasado muy bien aunque no lo entendía. Entonces recordé:​

  • Follé con ellos por las putas pastillas ¿no?
  • No, follaste antes de tomártelas
  • Joeeeee, pero si alguno tendría la edad de mi padre
  • Y más, John tiene 57 años
  • ¿Me lo follé?
  • Dios
  • Y a Ingrid, que tiene 53
  • ¿También?
  • Sí ¿No te acuerdas como te puso?
  • ¿Cómo?
  • Ingrid parece una manguera cuando se corre y se corrió en tu boca mientras se lo comías
  • ¡¡¡No puede ser!!!


Dije con la boca abierta. Y entonces me vino a la cabeza, era verdad, me había puesto chorreando. Dije:​

  • Pero si no me gustan las tías, solo tú
  • Cariño, ayer te gustaba todo… menudo polvazo echasteis tú, Irina y la actriz
La miré con la boca abierta pero, de pronto, me acordé. Era cierto, ahora me acordaba, había estado con ellas usando juguetes. Me tumbé en la cama diciendo:​

  • Soy una zorra
  • Bueno, fue combinación de todo, la buena compañía, la excitación, las risas, la bebida, las drogas…
  • Con razón me duele el coño
  • Jajaja
  • Y el culo, joe, me duele un montón ¿Me follaron todos por detrás o qué?
  • Noooo, jajaja, en la fiesta fuiste clara, nada de por detrás, los dejaste a todos muy tristes con esa negativa jeje
  • Ah, pero ¿Entonces por qué me duele?
  • ¿No te acuerdas qué pasó después de la fiesta?
  • ¿Pasó algo?
  • Jajaja
  • Tía ¿Qué pasó?
  • Nos vinimos aquí y follamos las dos, e insististe en usar…


Cloe se agachó para coger algo del suelo, luego me lo enseñó:​

  • Esto
Era el enorme consolador de Cloe. Lo miré con los ojos muy abiertos y dije:​

  • ¿Por… por detrás?
  • ¿Me metiste eso por detrás? ¿De verdad?
  • Jajajaja
  • ¡¡¡¡Tía!!!!
  • Lo pediste tú “fóllamelo como si fueras Robi” jajaja
  • Pero… estaba colocadísima
No me lo podía creer. Cloe se partía de risa y dijo:​

  • Jajajaja ¿De verdad no te acuerdas?
  • ¿En serio te pedí eso por detrás?
  • Y tanto
  • Pero… pero…


Y en ese momento me vino a la cabeza, había sido en esa cama y yo se lo había pedido… no, suplicado, y me corrí de forma salvaje. Miré a Cloe y dije:​

  • Joe, pues me duele un montón y mira, sangre (señalando la sábana)
  • A ver, gírate y te pongo una pomadita, se te habrá roto alguna venilla o algo


Me giré y Cloe salió. Volvió al poco y me puso la crema que, estando fría, me alivió al instante. Dije:​

  • Que desfase, Cloe, no me lo puedo creer
  • Jajaja, la verdad es que me sorprendiste


Cloe me besó en la espalda y noté inmediatamente un escalofrío. Me dijo:​

  • ¿Te arrepientes?
Me quedé pensando y, al rato, dije:​

  • No, pero es una experiencia que jamás volveré a repetir
  • ¿Seguro?
  • Y tanto, no me veo en un sitio así con Borja jeje
  • Ya
  • Pero me lo pasé bien, Cloe, muy bien
Me incorporé y la besé en los labios. Le pregunté:​

  • Pero estas cosas que hacéis ¿Son normales?
  • ¿Si las orgías son normales? Pues no sé que es normal
  • ¿Lo hacéis mucho?
  • Ah, pues depende de Ingrid y John, ellos son los que lo organizan desde hace años… una vez cada dos meses o algo así
  • Ah
  • Casi todos somos asiduos desde hace mucho, es como un pequeño club, pero siempre hay algún “invitado”
  • Ya
  • Anoche lo que había eran pocas chicas, normalmente estamos bastante parejos, por eso llamaron a la rusa esa con tan poca gracia, guapa pero muy sosa
  • Ya me di cuenta que había pocas mujeres
  • Por cierto, me ha dicho Ingrid que estás invitada siempre que quieras ir
  • Ya, claro jajaja
  • Sí, en serio, causaste sensación
  • Pufff, la más zorra ¿no?
  • No, la más sexi y cachonda
  • Ya
  • Y te digo una cosa… bueno, dos… a Paco le encantan esas fiestas y anoche te cedió su sitio
  • ¿Por qué?
  • Porque se lo pedí yo, sabía que si él iba, te cortarías muchísimo
  • Joe
  • Y la otra cosa es que nunca habíamos llevado a nadie, y llevamos años asistiendo
  • Oh y ¿Por qué yo?


Cloe me sonrió y dijo:​

  • ¿Por qué va a ser, tontita?
Y me dio un beso tierno. Luego dijo:​

  • Bueno ¿Te levantas? Están a punto de llegar Pablo y Ade con los niños
  • Ehhh, vale, estoy muerta de hambre pero antes quiero ducharme
  • Vale, luego te pones el bikini y baja, te voy preparando algo de comer
  • Gracias


Cloe salió de la habitación. Cogí el móvil y vi un mensaje de mi madre preguntando. Le contesté que todo bien y me fui a la ducha. Allí, conseguí despejarme la cabeza gracias al agua y fui recordando la noche. Estaba alucinada, en una sola noche había follado con más del doble de tíos que en toda mi vida y me lo había pasado bien con todos, incluso con los feos. Pero no solo eso, también con las tías, sobre todo con la actriz.



Cuando terminé, me puse el bikini y bajé. Vi a Paco en la piscina, limpiando el agua de bichos y ramas. Cloe estaba en la cocina. Fui allí y le dije:​

  • Tía, con razón me duele así el culo, ya me he acordado de todo
  • Jajaja
  • Eres una… puffff, no sé como no me partiste en dos
  • Jajaja, que exagerada, pero si estabas gozándolo a tope
  • Ya, claro… en ese momento y porque tú no parabas de hacerme otras cosas


Me senté en un taburete con una mueca de dolor recordando la escena. Entonces, entró Paco y dijo:​

  • Bueno, bueno, al fin despierta
Lo saludé con la mano y una sonrisa cansada. Cloe dijo:​

  • Dice que le sigue doliendo el culo
  • ¡¡TIAAA!!!!!! pero ¿Cómo dices eso???


La miré estupefacta, no me lo podía creer. Cloe rio y dijo:​

  • Pero nena, si lo despertarte con tus gritos de “ASÍ, ASÍ, RÓMPEME EL CULO”
  • ¿Qué???


Me cubrí las manos con la cabeza. Me quería morir. Paco se rio y dijo:​

  • Lo siento, pero para no enterarme jeje
  • Me quiero morir (dije sin levantar la cabeza)
  • Tranquila, jeje, si lo que cuenta es lo bien que te lo pasaste ¿no?
  • No quiero hablar de eso
  • Jajaja, vale, vale… ¿Le has dado pomada o algo?


Cloe dijo:​

  • Sí, pero como se ha duchado… espera que te ponga otra vez
Salió de la cocina mientras Paco me ponía delante un café y un plato con bollos. Luego, Cloe volvió y dijo:​

  • Anda, levántate
Me incorporé y ella se agachó bajándome el bikini. Paco nos miraba con una sonrisita pero no podía ver nada porque la mesa se interponía. Cloe me puso la crema, me subió el bikini y me dio un beso en una nalga. Se incorporó y dijo:​

  • Ya está, verás como en unos días podrás pedirle a otro que te rompa el culo otra vez jajaja
  • No tiene gracia, tía


Paco sonreía delante mía, los muy cabrones se divertían a mi costa. Cogí un café y un bollo y salí a la piscina. Me comí el bollo rápidamente. Luego, el café poco a poco. Paco volvió a salir y siguió preparando todo. Le pregunté que qué tal con mis padres y me contó que bien, que se divirtieron. Me tumbé mientras me contaba y me quedé dormida, estaba cansadísima. Me despertaron al llegar la visita.



Cuando salió Ade a la piscina y me vio, me miró fijamente unos segundos antes de saludarme bastante secamente. Claramente no se esperaba encontrarme allí. Los niños rápidamente se metieron en la piscina y los seguimos todos. Luego, Paco y Pablo prepararon una barbacoa y los filetes y pinchos. Comimos pasándolo bien.



Tras comer, yo seguía muy cansada y pensé que me iba a tirar la tarde tumbada y dormitando, pero antes fui al baño. Al salir, me esperaba Ade que me dijo:​

  • ¿Puedo pedirte una cosa?
Me cogió de imprevisto y asentí. Me cogió de la mano y me volvió a meter en el baño. Allí me dijo:​

  • Cristina, yo… ejem yo sé que…
Intentaba decirme algo pero estaba nerviosa. Tras unos cuantos intentos más, dijo:​

  • Por favor, parezco una puta cría…
Inspiró y dijo:​

  • Cristina, sé que te acuestas con Cloe y Paco y…
La miré con los ojos como platos. Dije:​

  • Pero ¿Qué dices?
  • Sí, se nota claramente, y no me importa, lo veo normal, eres muy guapa y es normal que ellos..
  • A ver, Ade, no digas tonterías, no me acuesto con ellos
No mentía del todo, con Paco no me acostaba, pero me empecé a poner nerviosa, no me gustaba nada que fuera tan evidente. Pensé en mi madre, si Ade se había dado cuenta, mi madre que tenía un sexto sentido… Ade dijo:​

  • Mira, Cristina, no me chupo el dedo, solo hay que miraros… Paco disimula bien, pero tú y Cloe nada de nada, os miráis de una forma que es evidente
  • Pero que no…
  • Ya te digo que no me importa, pero yo también me acuesto con ellos y he pensado que, bueno, los cuatro juntos nos podríamos divertir más ¿No?
  • Pero ¿Qué coño…?
  • Llevamos años follando juntos, no sé si lo sabes, bueno, me da igual si lo sabes o no, pero es así, años, y yo… bueno, eso… pregúntales, seguro que quieren si tú se lo dices, siempre nos hemos divertido mucho entre los tres o con otra persona, de verdad
La miraba sin salir de mi asombro. Entonces, Ade intentó besarme pero me aparté:​

  • Eh, eh… pero ¿De qué vas, tía?
  • Te encuentro muy atractiva, eres una chica preciosa y me gustaría…


De nuevo, intentó besarme pero la frené poniéndole una mano en el hombro y empujándola hacia atrás. Le dije:​

  • Que no soy bollera, tía
Ade dudó. Dijo:​

  • ¿Sólo te acuestas con Paco?
  • Que no, que no me acuesto con él, joe, que es mi puto padrino


Intenté apartarla para salir pero dijo:​

  • No, no me engañas, te acuestas con ellos, ya casi no me llaman para follar, es cosa tuya, lo sospechaba pero tras veros hoy estoy segura
  • Que no, déjame en paz
  • Vamos a probar un día, de verdad que te gustará
  • Lo flipas, Ade, de verdad que lo flipas ¿Te puedes apartar o te aparto yo?


Me miró unos segundos y se apartó. Salí de allí sin creerme lo que acababa de pasar. Corriendo busqué a Cloe. Me la llevé a un sitio apartado y le conté lo que me había pasado. Terminé diciéndole:​

  • Esa tía está como una cabra, muy salida o no sé, pero joder…
  • Tranquila, tranquila
  • No, no lo estoy… contigo y los chicos tenía esto controlado, ni mi familia ni Borja se iban a enterar. Lo de anoche, bueno, un descontrol pero puntual, tampoco es peligroso, pero lo de esta tía, joder, que conoce a mis padres, que a saber lo que les puede contar la loca esa
  • No le va a contar nada
  • No la has visto, tenía ojos de loca
  • Que no… a ver, Ade está un poco desquiciada, es cierto, pero no es una loca, tiene algunos… problemas con el sexo… pero ahora hablo con ella
  • No le digas que nos acostamos, no quiero que lo sepa
  • Tranquila, no lo va a saber
  • Joe, ya lo que me faltaba, ahora una loca
  • Que no, vete a la piscina, tranquila, no pasa nada
Me fui y al poco, escuché como Cloe decía en alto:​

  • Ade, cariño ¿Subes conmigo? Te quiero enseñar lo que me compré el otro día
Y las dos entraron en la casa.



CLOE

Cerré la puerta de mi dormitorio y me encaré con Ade:​

  • Pero a ti ¿Qué te pasa?
Ade me miró intentando aparentar frialdad pero, tras unos segundos, dijo:​

  • Solo le he dicho que yo también quiero participar en el sexo
  • La has asustado
  • ¿Asustado? ¿Os la folláis y la he asustado?
Me jodía mentir pero Cris me lo había pedido, ella no quería que Ade lo supiera, no se fiaba de ella. Inspiré y dije:​

  • No nos la follamos
  • JA
  • Ade, no.. nos… la… follamos
En verdad no había mentido, solo me la follaba yo. Ade me miró dubitativa. Dijo:​

  • Pero os he visto
  • Has visto ¿Qué? ¿Tus celos en acción?
  • No, he visto como os miráis y…
  • Has visto lo que tus celos quieren que veas
  • Pero no estoy celosa, lo entiendo, solo quiero participar
  • Ade, estás celosa, llevas así una temporada
Ade me dio la espalda y caminó hacia la cama. Luego, se volvió y me dijo:​

  • Hace semanas que no follamos
  • ¿Y?
  • Es por ella
  • Mira Ade, follo con más gente de siempre, no solo contigo
  • Ya pero…
  • Pero nada.. te lo expliqué la última vez, o dejas las exigencias o nuestros juegos se acaban
  • No os estoy exigiendo nada, solo me ofrezco
  • Ade, has ido a esa chica a decirle que te acuestas con nosotros y que ella también, ha pensado que estás loca
  • Yo…
  • Ahora nos has metido en un problema
  • Pensé que…
  • Has intentado besarla en el baño
  • Pero es que…
  • Ade, piensa con la cabeza, no con el coño


Ade miró al suelo. Le dije:​

  • Pensaba que con Lola ya estarías más tranquila
  • Lola está bien pero os echo de menos, quiero follar con vosotros
  • Lo sé, pero yo ahora no quiero
  • Pero ¿Por qué?
  • Porque no me apetece, así de claro
  • ¿No te gusto ya?
  • No es eso, follo con otros y me apetece eso… te estoy siendo clara como siempre ¿No?
  • ¿Ya no vamos a…?
  • No he dicho eso


Me acerqué a ella y le acaricié la mejilla:​

  • Ade, estás descontrolada, lo sabes
  • No… no sé, Cloe, yo… solo pensaba que…
  • ¿Ves normal lo que has hecho con Cris?


Ade me miró y negó con la cabeza. Le dije:​

  • Cristina se va a vivir a Londres con el novio en un mes o así, y sé que ella no va a contar nada, pero como vuelvas a decirle a alguien que te acuestas con nosotros, esto se acaba definitivamente
  • Lo… lo siento
  • Ahora cuando terminemos, le pides perdón
  • De acuerdo
  • Esto merece un castigo, y de los gordos
  • Compré lo que me dijiste
  • Bien, pero eso lo usaremos otro día… y ese día te dolerá, te lo aseguro, pero ahora no
  • No me importa, cuando tú quieras…
  • No, y déjame pensar


La miré fijamente. Le dije:​

  • Podría prohibirte follar con Lola
  • No, por favor
  • Y con Paco
  • Cloe, por favor (casi suplicando)
  • ¿Qué tal estáis tú y Pablo?


Me miró sorprendida por el cambio de tema. Me dijo bastante perpleja:​

  • Bi… bien, como siempre
  • Como siempre… ya veo ¿Desde cuándo no folláis?
  • ¿Qué? No sé…
  • ¿Semanas? ¿Meses?
  • Meses
  • ¿Por qué?
  • No sé… él no me lo pide y yo… no sé…
  • Antes no le ponías pegas
  • Y no se las pongo, es él el que no me lo pide
  • Ajá… y tú ¿Lo calientas?


Ade me miró fijamente. Dije:​

  • No, evidentemente que no, porque si lo calentaras te follaría, eres muy follable
  • No me apetece calentarlo
  • Pues ese va a ser tu castigo
  • ¿Qué?
  • Esta noche te vas a comportar como una auténtica zorra con él, lo vas a calentar y le vas a hacer todo lo que nunca le haces
  • Pero…
  • Pero nada, sé muy bien lo zorra que puedes ser… esta lo noche lo serás pero con él
  • Sabes que no puedo
  • Sí, puedes y lo harás, porque te lo ordeno ¿O prefieres que te prohíba follar con los otros?


Ade me miró con algo parecido al enfado pero contenido. Iba a decir algo pero la corté:​

  • Me has dicho muchas veces que muchas cosas que hacemos juntos no las has hecho con Pablo nunca ¿Verdad?
  • Pues esta noche harás unas cuantas cosas de esas
  • ¿Como qué?
  • ¿Te tengo que decir yo lo que a tu marido le gustaría hacerte?


Ade me miró sin decir nada. Le dije:​

  • Y lo grabas, quiero escucharlo
  • ¿Qué? Pero ¿Cómo voy a grabar…?
  • Con el móvil, solo quiero escuchar, no veros
  • Cloe, sabes que con él no me pongo tanto y no soy capaz…
  • Pues te pones… espera…
Abrí un cajón y le di una pastilla. Le dije:​

  • Te tomas esto justo antes de meterte en la cama, ya verás como no tienes problemas


Ade miró la pastilla. Le dije:​

  • Con esa pastilla querrás mucho sexo así que si se corre pronto, te masturbas delante de él para calentarlo rápido de nuevo, ah, y le das el culo, que parece mentira que tu marido aún no lo haya estrenado
  • Yo…
  • Yo nada, mierda, Ade, que es tu marido, no te estoy pidiendo nada raro
  • Nuestra relación no es… no es tan guarra
  • Pues que lo sea, tienes a tu marido abandonado, a saber si no se ha buscado ya algo por ahí, no me extrañaría
  • Me da igual
  • Me da ganas de pegarte dos tortas ¿En serio te da igual si tu marido se está follando a alguna puta por ahí porque tú pasas de él?


Me miró seria. Le dije:​

  • ¿Te da asco?
  • ¿Pablo? No
  • ¿Entonces?
  • No sé, Cloe, hemos perdido… no le encuentro atractivo
  • Ni él a ti, pero tu marido ha cambiado poco, y tú lo mismo, os falta volver a conectar, y eso será esta noche
  • ¿Por qué haces esto?
  • Te lo he dicho, para castigarte y porque… mierda, Ade, eres mi amiga y veo como estáis, tenéis que solucionarlo o de aquí a unos meses os separáis
  • No sería solo por el sexo
  • Pero eso influye… inténtalo, si no funciona, pues nada, pero tú lo habrás intentado
Ade miraba la pastilla, indecisa. Le dije:​

  • Y te digo más, habla con Lola y métela en tu cama con Pablo
  • ¿Qué? Ni hablar
  • ¿Por qué? ¿Crees que él no lo fliparía?
  • Claro pero…
  • ¿Y tú no? ¿Follártela delante de él?
  • Pero él querría follársela
  • ¿No dices que te da igual que se folle a otras?
  • Mmmmm Lola no querrá
  • ¿Seguro? Mira, tú prueba esta noche, si va bien, otro día hablas con Lola y le preguntas
Ade siguió mirando la pastilla, pensando. Entonces cerró la mano y dijo:​

  • Quizás… quizás estaría bien lo de Lola
  • ¿Quizás? Los tres os lo pasaríais muy bien
  • Sí, puede… está bien, esta noche seré una zorra… Toma, no necesito esto
  • ¿Seguro?
  • Sí, sé como ser una zorra y qué le gusta, y si no consigo animarme es que ya no me pone nada, prefiero saber que es eso a engañarme con la droga
  • Bien


Me acerqué a ella y le di un beso en los labios. Luego, le dije:​

  • Vamos a bajar


CRISTINA

Salí fuera con mi mochila viendo como el coche de Pablo arrancaba y se iban. Entonces miré a Paco que estaba junto a su coche y le dije:​

  • ¿Vamos?
  • Sí, sube


Paco me iba a llevar a casa. Miré a Cloe que estaba junto a mí y le dije:​

  • Bueno, mañana nos vemos
  • Claro, nena… ah, pásate por mi despacho a las nueve y desayunamos juntas mientras te cuento una cosa de los papeles
  • ¿El qué? ¿Quieres que me quede y me cuentas ahora?
  • No, no, las dos estamos muy cansadas, mañana
  • Vale
  • Pienso darme un largo baño y acostarme temprano
  • Jeje


Le di un rápido beso y entré en el coche. Paco arrancó y me despedí con la mano de Cloe. Paco empezó a contarme cosas pero yo estaba realmente cansada. Entonces dijo:​

  • Me ha contado Cloe lo de Ade
  • Pufff, menuda loca
  • No te creas, está un poco… un poco hecha un lío
  • Ya pero, joe con la tía
  • Jeje
  • Luego se ha disculpado y me ha pedido que no se lo cuente a nadie, pero me ha hecho pasar un mal rato
  • Ya
  • Es que no me gustan las tías, a ver, Cloe sí, pero solo Cloe, y bueno, ayer noche algo hice con otras chicas, pero por el ambiente y eso, es que no, me gustan los tíos y Cloe, solo eso
  • Jaja
  • Por cierto, me ha dicho Cloe que no fuiste a la fiesta por mí, y eso que te gustan mucho
  • Muchas gracias, la verdad es que me hubiera cortado bastante, aunque bueno, ya me has visto… desnuda y liada jeje
  • Es verdad ¿Y qué? ¿Te gustó?
  • Pufff, no sé, sí, pero me resulta… no sé… abrumador, un desfase total
  • Claro
  • Pero sí, estuvo… divertido
  • ¿Y cómo tienes el culo?
  • Pufff, paso de hablar de eso jeje
  • Jajaja, lo siento, pero ese consolador es grande
  • Pufff, también sabes eso… en fin ¿Qué te voy a decir? Es que soy así de lista jeje
  • Jajaja, el calentón
  • Supongo
Lo miré extrañada, hablando de sexo con él y no estaba demasiado incómoda, al contrario, era una conversación distendida. Me dijo:​

  • ¿Repetirás?
  • Que va jajaja, una y no más
  • Pero si te lo pasaste bien ¿No?
  • Ya pero… es que mi novio vuelve ya, y cuando esté aquí se acabó todo este desfase
  • Ajá
  • Oye, Paco, los famosillos que había ayer ¿Siempre se apuntan?
  • Pues no sé ¿Quién estuvo? No he hablado mucho con Cloe


Se lo dije y él me contó que no tanto, que llevarían dos fiestas o así. Me reí y le dije:​

  • Ya verás cuando le cuente a mi madre que he conocido al tertuliano ese y a la actriz, aunque no le voy a decir que me los he tirado jajaja
  • Jeje
  • Va a flipar con lo del tertuliano, le gusta mucho
  • ¿Sí?
  • Sí, jeje, es que está bueno
  • Mmmmm ten cuidado con lo que cuentas
  • No voy a contar nada del sexo
  • Ya, ya, pero es que una de las reglas de la fiesta es no hablar de ella con nadie de fuera del grupo
  • Ah, pero no pasa nada si solo le cuento que los he conocido ¿no?
  • A tu madre no, pero a tus amigas…
  • Ya… estoy pensando que mejor a mi madre tampoco, que tiene un sexto sentido y es capaz de notar algo, y ese tío tiene fama de ligón
  • Vale
  • ¿Tony y Robi saben algo de estas fiestas?
  • No, es lo que te digo, no hablamos de eso
  • Me ha dicho Cloe que nunca habíais llevado a nadie
  • Eso es, no nos gusta mezclar… mezclar relaciones
  • Habéis hecho una excepción conmigo
  • Sí, contigo hay confianza absoluta
  • Vaya, gracias


Seguimos charlando hasta que llegamos a mi casa. Me despedí dándole un beso en la mejilla y subí a casa pensando en ducharme, cenar algo y acostarme, estaba realmente cansada.



ADE

Entré en la habitación y vi a Pablo acostado leyendo en la tablet. Cerré la puerta echando el pestillo pero Pablo ni se enteró. Lo miré. Estaba gordo pero eso nunca me había importado. Lo que sí me importaba era el tamaño de su polla tras probar la de Paco. Inspiré y encendí mi móvil para activar la grabación. Lo dejé en la mesita de noche y me quité la bata, quedándome desnuda. Pablo seguía leyendo, absorto.



Me tumbé en la cama y le puse la mano en la barriga, acariciándolo. Entonces, él me miró sorprendido, y se sorprendió más al verme desnuda. Me miró unos segundos sin decir nada. Le dije:​

  • Tengo ganas de hacerlo
  • ¿En serio?


Esa pregunta junto al tono de absoluta sorpresa me indignó. Tuve que poner mala cara porque dijo:​

  • Perdona pero es que llevas meses sin querer hacerlo, no he podido evitar sorprenderme


Le iba a replicar con una bordería pero me mordí la lengua y solo dije:​

  • Estoy cachonda


Pablo me miró con más sorpresa aún en su cara. Bajé la mano hasta su paquete y se lo agarré. Estaba totalmente flácido. Comencé a besar su cuerpo. Él dijo:​

  • ¿No apagas la luz?
  • No
  • ¿No?


Me estaba costando ponerme a tono con tanta pregunta tonta y ese tono de sorpresa. Me tragué de nuevo la contestación y lo besé. Luego dije:​

  • No, quiero ver como me follas


Pablo me apartó y dijo:​

  • Espera, espera… tú nunca hablas así ¿Te pasa algo?


“Joder, calla la boca o esto se acaba” pensé mientras le quitaba el calzoncillo y me metía en la boca su polla totalmente flácida. Al fin, Pablo calló mientras su polla iba creciendo rápidamente en mi boca. Se la mamé con ganas. Pablo dijo:​

  • Cariño, para que no aguanto


No le hice caso. Chupé más rápido mientras con mi mano le acariciaba los huevos. Dijo:​

  • Oh, cariño, que bien lo haces


Seguí más y más rápido. Pablo, con urgencia, dijo:​

  • Para, para, que no aguantooooooohhhhhhhh


Y se empezó a correr en mi boca. Paré aguantando su leche en mi boca. Cuando paró, me erguí, y mirándolo, dejé escapar el semen de mi boca, derramándose por mi barbilla y cuerpo. Luego, lo recogí con un dedo y me lo lamí. Pablo me miraba con los ojos desorbitados de asombro. Le dije:​

  • Mmmmm sigo cachonda (mientras recogía más leche de mi cuerpo y me la llevaba a la boca, chupándola con deleite)


Entonces, me abrí de piernas delante de él y le dije:​

  • Mira como tengo el coño ¿Me lo quieres follar?


La boca abierta de Pablo era todo un poema. Me hice un dedo mientras gemía y con la otra mano me esparcía lo que quedaba de leche. Al rato, me incorporé y le metí el dedo en la boca diciéndole:​

  • ¿Sabe bien mi coñito?


Pablo, chupando mi dedo, asintió. Le dije:​

  • ¿Me lo quieres comer?


Hacía siglos que no me lo comía. Él asintió y le dije que se tumbara boca arriba, me senté sobre él, poniéndole mi coño en la boca. Lo lamió mientras yo gemía exageradamente. Lo hacía bastante mal pero simulé que lo comía genial. Luego, se la volví a chupar y cuando estuvo otra vez dura, me puse encima, cabalgándolo y gimiendo como una posesa. Todo era teatro, pero poco a poco me había ido calentando, aunque estaba lejos de tener un orgasmo.



Me puse a cuatro patas sobre la cama y él me folló desde atrás. Cuando noté que estaba cerca de correrse de nuevo, lo paré y le dije:​

  • ¿Te gusta mi culito?
  • Ehhh, sí
  • ¿Mucho?
  • Fóllamelo


Pablo no dijo nada. Miré atrás y lo vi otra vez descompuesto y con la boca abierta. Moví el culo diciéndole:​

  • Venga, rápido, estoy muy cachonda


Pablo lo intentó pero no lo conseguía. Temí que perdiera la erección y me chupé dos dedos y me los metí, diciéndole “así, así, métemela así”. Me saqué los dedos y lo guie. Al fin me la metió y me empezó a follar. Noté que me encendía. Para nada era como cuando Paco me lo follaba, pero me gustaba. Gemí y esta vez era de verdad. Me empecé a tocar mientras Pablo me follaba el culo despacio. Le dije:​

  • Más rápido, dame duro, fóllame duro


Pablo aumentó el ritmo y yo mi mano en mi coño. Me dio tiempo a correrme justo un poco antes que él terminara dentro de mi culo. Me derrumbé boca abajo en la cama, sorprendida, hacía años que no me corría con Pablo.



Me giré y lo miré. Me miraba con una sonrisa bobalicona. Me dio un beso diciendo “guau, cariño, que pasada”. Me limpié y me puse el pijama. Corté la grabación y, al acostarme Pablo ya dormía. Apagué la luz satisfecha, Cloe estaría contenta… y yo también estaba contenta.​
 
36



CRISTINA

  • Buenos días, Silvia ¿Está Cloe en el despacho?
  • Buenos días, Cristina… Sí, me ha dicho que pases en cuanto llegues
  • Gracias


Llamé a la puerta y entré. Cloe estaba en su mesa. Al verme, sonrió. Se levantó mientras yo cerraba la puerta. Fui hacia ella mientras ella salía de su mesa. Nos dimos un beso en la boca, que Cloe transformó en un morreo en toda regla, abriendo su boca buscando mi lengua. Nos demoramos varios segundos degustándonos. Luego, me miró y dijo:​

  • Buenos días, chérie
  • Jeje, buenos días


Se separó de mí y fue a su mesa para tocar su teléfono y decir:​

  • Silvia ¿Puedes traernos lo que te pedí?
  • Por supuesto, Cloe


Cloe me hizo un gesto para que me sentara en el sillón. Ella fue a su mesa y escribió algo en su ordenador. La impresora se activó imprimiendo algo. Entonces llamaron a la puerta y entró Silvia cargada con una gran bandeja. La dejó en la mesa. Era un desayuno muy completo para dos. Cloe, recogiendo los papeles de la impresora, dijo:​

  • Gracias Silvia, que no nos molesten
  • Muy bien ¿Algo más?
  • No, nada


Silvia salió cerrando la puerta. Cloe dejó los papeles en la mesa y sirvió los cafés. Luego, se sentó a mi lado. Me miró y dijo:​

  • ¿Cómo estás?
  • Mmmm bien
  • ¿El culo?
  • Jajaja, eso mejorando, sí
  • Jeje
  • Pero estoy un poco enfadada contigo


Cloe me miró con cara de sorpresa. Le dije:​

  • Ayer noche me costó dormirme de tanta siesta que me di durante todo el día y estuve pensando
  • ¿En qué?
  • En la encerrona que me preparaste el sábado
  • ¿Encerrona?
  • Me llevaste allí sabiendo a qué íbamos y no me avisaste
  • Ay, cariño, es que si te lo digo, te asustas y no vas jajaja
  • Seguramente jeje
  • Pero te pregunté si te querías follar a alguno, si me llegas a decir que no, nos hubiéramos ido
  • A alguno, no a todos jeje
  • Jajaja
  • Hasta el último momento pensaba que el plan era irnos a bailar con algunos de la fiesta y quizás acostarnos con uno o dos, no más
  • ¿Te arrepientes?
  • No, por eso no estoy enfadada del todo jeje
  • Ah, menos mal
  • Pero la próxima vez avísame de algo así
  • ¿Habrá una próxima vez?
  • No, no, jaja, me refiero a que me cuentes las cosas jeje
  • Vale
Cloe se puso a preparar una tostada e hice lo mismo. Dijo:​

  • Pero dime ¿Con cuál repetirías de la fiesta?
  • No voy a repetir con nadie, Borja llega en unos días
  • Ya, ya, pero supongo que alguno te haría más gracia que otros ¿no?
  • Sí, claro
  • ¿Quién?
  • Pues… el marido de Irina, está muy bueno y folla muy bien
  • Sí, jajaja
  • Y quizás… no sé, el de la tele, es guapo ¿No?
  • Sí pero no es una maravilla follando
  • No, quizás no, no sé…
  • ¿La actriz?
  • Noooo, ya he cumplido mi morbo con ella jajaja
  • ¿Y Sebas?
  • ¿Quién? No me quedé con muchos nombres
  • El que se sentaba frente a ti en la cena
  • Ah, ya, el de los perros jeje
  • ¿Perros?
  • Sí, estaba feliz por haberse quedado con los perros en su divorcio
  • Ah, jaja
  • Bueno, no es para nada mi tipo, regordete y calvo…
  • Ya
  • Pero… la verdad es que lo hacía bien ¿No?
  • Sí, es muy buen amante
  • Ah, eso me había parecido, me gustó hacerlo con él… creo que lo hice un par de veces con él
  • Conmigo una, eso seguro
  • Ah, es verdad, nos lo follamos juntas, no me acordaba… estuvo muy bien ¿Verdad?
  • Jamás me hubiera imaginado acostándome con alguien como él
  • ¿Cómo él?
  • No es guapo y es viejo ¿No?
  • Bueno, JuanFra, el tertuliano de la tele es mayor
  • ¿Sí? No lo parece
  • JuanFra tiene 45 años
  • ¡¡NO ME DIGAS!! Pensaba que tenía algo menos de 40
  • No, no… Sebas tiene cuarenta y poco, JuanFra es mayor pero está con algún retoque
  • Joe, casi la edad de mi padre… madre mía, estoy fatal
  • Jajaja, deja de pensar en las edades, lo que cuenta es que te lo pasaste bien con ellos
  • Sí, bueno, con alguno mejor que con otros, sí…
  • ¿Y el sexo anal?
  • ¿Qué le pasa?
  • Te gustó
  • No, bueno, sí pero… menudo colocón tenía ¿Cuántas pastillas de esas me tomé?
  • Tú sabrás
  • Me pasé con eso pero es que menudo subidón me daba jajaja
  • Ya te vi
  • Y no, paso del sexo anal, me dueeeeele jajaja
  • Jejeje
  • Me gustó más la primera vez contigo, lo otro fue… desenfrenado
  • Sí, pero menudo orgasmo
  • Ya… por cierto, no sé cuántos tíos intentaron metérmela por detrás, que obsesos jajaja
  • Es que tienes un culito precioso
  • Pero ninguno fue pesado con eso, menos mal
  • Es una de las reglas, ya sabes, no insistir, ser respetuoso


Seguimos charlando y riendo mientras comíamos. Al terminar, Cloe apartó la bandeja y me dio los papeles. Dijo:​

  • Mira, estuve revisando con Paco los papeles que me trajiste
  • Ah
  • Y hemos encontrado algunas cosas interesantes, llévate eso y te lo lees en tu casa, no en tu mesa
  • Vale
  • Ahí te he puesto algunas cosas que quiero que le pidas a tu “amigo”
  • ¿A Álvaro? Puffff, es un cagado, no sé yo si nos va a dar algo más
  • Bueno, seguro que lo convences ¿No?
  • No sé, ya te digo que es bastante pusilánime, para mí que no se atreverá
  • Esto es importante y me da a mí que tu poder de convicción lo alentará


Me sonrió ¿Qué me estaba diciendo? ¿Que siguiera calentándolo? ¿Que fuera más lejos? Miré los papeles algo preocupada. Entonces, Cloe me los quitó de las manos y los dejó en la mesa. Luego, me besó intensamente. Su mano me recorrió el cuerpo y acabó en mi muslo. Lo acarició y metió la mano entre mis piernas, llegando a mis bragas. Gemí con su lengua en mi boca, abriendo más mis piernas. Cloe me acarició sobre las bragas y luego las echó a un lado, acariciándome directamente.



Cloe no paraba de besarme y tocarme, me metió un par de dedos y jadeé. Los movió dentro de mí. De pronto, paró el beso y sacó los dedos. Los chupó dejándome temblorosa y deseando que siguiera. Me dio un beso rápido y dijo:​

  • Lo siento, chérie, aquí no podemos hacerlo


La miré asombrada y quise gritarle “Entonces ¿PARA QUÉ COÑO ME CALIENTAS ASÍ?” pero no me salió nada. Cloe se levantó y dijo:​

  • Mejor vete a tu sitio, a ver si la zorra esa te va a decir algo


Me levanté recomponiendo mi ropa. Cloe cogió los papeles y dijo:​

  • No te olvides de esto, pero no los leas en tu sitio, guárdalos y los lees esta tarde en casa ¿Vale?
  • Va… vale
  • Por cierto, esta tarde no vamos a poder quedar
  • ¿Qué? ¿Por qué?
  • Tengo que acompañar a Paco a un almuerzo de trabajo y a saber cuando termina, esas cosas se dilatan mucho
  • Ah
  • Pero queda con Tony y Robi, ya están de vuelta
  • Vale


Me dio un beso rápido y se fue a su sitio. Salí de allí turbada y caliente. Me fui directa al baño donde me refresqué para bajar los calores que sentía. Luego, me volví a mi sitio pensando lo cabrona que había sido al calentarme y dejarme así, incluso sabiendo que luego no follaríamos. Sí, tendría que llamar a Tony aunque aún me notaba el coño algo escocido de tanto follar.



PACO

Saludé a Pablo cuando entró en la cafetería, buscándome. Se sentó pesadamente y me dijo:​

  • Lo siento, cuando estaba saliendo me han llamado
  • No pasa nada, he empezado con la tostada
  • Bien


Pablo llamó a la camarera y pidió su desayuno. Hablamos del almuerzo y de la reunión de esa tarde, el desayuno era para preparar todo. Tras un rato hablando de eso, le dije:​

  • ¿Te pasa algo, Pablo? Te noto… despistado
  • No, no, perdona
  • ¿Seguro?
  • Sí, es que…


Se quedó callado. Lo miré y dijo:​

  • Ade que… bueno… me tiene mosca
  • ¿Por qué?
  • Es que anoche… ufff, verás, ella y yo…


Lo noté angustiado. Le dije:​

  • ¿Algo preocupante?
  • No, no sé, no estoy seguro…
  • Venga, cuenta, necesitas desahogarte, está claro


Pablo me miró, dubitativo. Nos conocíamos desde hacía años, de negocios y también por irnos de vacaciones juntos. Suspiró y dijo:​

  • Yo… estoy poniéndole los cuernos desde hace unas semanas
  • Con Beli ¿No?


Me miró asombrado. Beli era su secretaria. Dije:​

  • Tío, se te nota muchísimo jeje
  • ¿Sí?
  • Joe… pues eso es lo que temo, que Ade se haya dado cuenta
  • ¿Por qué?
  • Porque anoche… anoche lo hicimos y…
  • Si lo hicisteis entonces todo bien ¿no?
  • Sí, pero fue… extraño
  • ¿Extraño?
  • Uff, es que Ade ha sido siempre muy… muy clásica
  • ¿Sí?
  • Mucho


Me reí interiormente “Ade clásica en el sexo, madre mía, que poco la conoces”. Le indiqué con la cabeza que siguiera. Dijo:​

  • Anoche no lo fue, para nada
  • ¿Y es un problema? ¿No te gustó?
  • Joder, vaya si me gustó, pero me escama mucho que justo ahora se ponga así
  • Bueno, estaría caliente por algo
  • Pero es que no es solo que estuviera caliente, es que era como… como si fuera una actriz porno
  • Jajajaja
  • En serio, Paco, no te haces una idea
  • Vale, vale… quizás haya estado viendo porno
  • Quizás, no lo había pensado… pero sí, tiene que haberlo aprendido ahí, está claro
  • Pero he pensado ¿Sabrá lo mío con Beli y estará intentando dejarse notar? Porque Beli es una guarra total, pero lo de anoche de Ade la supera, te lo aseguro
  • Jajaja ¿Y le vas a decir algo?
  • ¿Algo? ¿A qué te refieres? ¿Contarle lo de Beli? Ni de broma
  • No, digo sobre ese tipo de sexo
  • Ella… esta mañana estaba como siempre, seria, seca… ya sabes como es ella
  • Ya
  • Y cuando se iba con los niños, para llevarlos al cole, me ha dado un beso como siempre, pero al oído me ha dicho “Lo de anoche me gustó, hay que repetirlo”
  • Pues genial, si también te gustó, pues eso que ganas
  • Ya pero… Es raro de cojones, te lo aseguro… hicimos cosas que jamás habíamos hecho ni… en fin, muy fuerte, Paco, de verdad
  • Tú disfruta, y dale lo que quiere, tenla contenta, es una gran mujer
  • Lo sé… es que los cuernos han sido porque… llevábamos meses sin hacerlo
  • ¿Meses?
  • Más de medio año
  • Ah
  • Y ahora, me decido a buscarme un lío, y de repente, ella sale con esto… no sé, demasiada casualidad todo, y no creo en las casualidades
  • Ya… Pregúntale a qué se debe el cambio
  • Quizás, no sé, tengo miedo a ver que me dice
  • Jeje, tú mismo
  • Bueno, me tengo que ir Paco… nos vemos en el restaurante en… (miró el reloj) en tres horas… Cloe sabe la hora y sitio ¿no?
  • Claro
  • Oye, ni una palabra de esto ¿Eh? Ade me cortaría los huevos si supiera que hablo de nuestras cosas con alguien
  • Descuida
  • Adiós
  • Hasta dentro de un rato


Lo vi irse y sonreí. Al fin Ade actuaba como una amante con su marido. A ver si se calmaba de una vez.



CRISTINA

Dejé los papeles en mi mesa y miré la hora, casi las cinco. Tras terminar el trabajo me había venido a casa y tras un rato de charla con mi madre, me había venido a mi cuarto y sentado en mi escritorio donde tantas horas había estudiado, para ponerme a leer los papeles de Cloe. Al terminar, me quedé pensando. Cloe necesitaba muchas cosas y dudaba que Álvaro fuera tan colaborativo.



Medité unos minutos. Eran las cinco. Me daba tiempo a ir a su casa, contarle todo esto, y luego quedar con Tony y Robi para un polvo. No es que me apeteciera demasiado follar, pero hacía más de una semana que no veía a Robi, y eso sí me apetecía, y tenía claro que si lo veía, follaríamos.



Me levanté y me puse algo cómodo, unos pantalones cortos, una camiseta y unas deportivas, pero luego me lo pensé mejor y me puse unas sandalias, por si tenía que darle algún aliciente a Álvaro. Metí los papeles en mi mochila y me despedí de mi madre.



Tras salir del metro, me dirigí a la casa de Álvaro sin avisarle ni nada. Cuando me abrió, me miró con la boca abierta. Le dije:​

  • ¿Me invitas a pasar o qué?
  • Cl… claro


Se echó a un lado y entré. Rápidamente saqué los papeles y me puse a explicarle. Me intentó cortar varias veces con un “pero eso no puedo”, pero no le hice caso. Encendió su portátil a regañadientes y nos pusimos a mirar las cosas que me había puesto Cloe. Quería informes y actas que había visto referenciados en los papeles. Álvaro se puso a buscar y, aunque encontró un par, la mayoría no los tenía y no tenía acceso. Además, Cloe me había puesto una serie de preguntas que le hice a Álvaro para que me enseñara documentación o me explicara de qué iba.



Tras un buen rato, sonó mi móvil, una notificación. Me lancé a por él pensando que sería Cloe, pero no, era Borja. Suspiré contrariada. Me decía que quería contarme esa noche unas cosas importantes. Le dije que de acuerdo y quedamos. Miré la hora, eran más de las ocho de la tarde. Me quedé asombrada. Llevaba allí más de dos horas. Pensé “Adiós al polvo con los chicos” porque ya no me daba tiempo a ir a su casa, follar y llegar a tiempo para hablar con Borja. Me resigné, tampoco es que estuviera con tantas ganas de follar.



Volví a la mesa de Álvaro y le dije:​

  • Quiero que mañana empieces a buscar todo eso
  • Pero, pero, no puedo, ya te lo he dicho
  • Sí puedes, lo que pasa es que eres un acojonado
  • Si me pilla Claudia fisgando, me echa
  • No te va a pillar si tienes cuidado


Estuvo un rato lloriqueando que no podía, que era muy arriesgado. Miré la hora, me tenía que ir ya si quería llegar a casa para hablar con Borja. Me iba a ir pero no podía dejarlo así, tan acojonado y sin incentivo. Me senté en su sofá, delante de su silla. Me quité las sandalias y le puse mis pies en sus rodillas. Álvaro llevaba un pantalón corto y acaricié sus rodillas con mis pies. Le dije:​

  • ¿Te gusta?


La cara de abobamiento de Álvaro casi provoca mi risa pero me aguanté. Lo miré sensualmente. Vi como se le ponía dura y montaba una tienda de campaña en sus pantalones cortos. Y me fijé que era una buena tienda de campaña. Le dije:​

  • ¿Te gustaría tocar mis pies?


La cara de asombro y luego de ganas de Álvaro fueron transparentes. Dijo:​

  • ¿Pu… puedo?
  • No


La decepción fue patente, pero seguí moviendo mis pies sobre sus rodillas aunque adelanté un poco un pie y le acaricié el muslo. Álvaro miraba mis pies como hipnotizado. Le dije:​

  • ¿Y besarlos? ¿Te gustaría? A mí me encanta que me los besen… y me los chupen


Álvaro estaba en trance. Mi pie subió algo más y noté que me acaloraba. Dije:​

  • Que pasen la lengua sobre mis deditos mmmm, me encanta


Entonces, le toqué la polla ligeramente, para luego tocársela completamente con mi pie. Lo primero que pensé fue “Mierda ¿Es que todos tienen que tenerla más grande que mi novio?” y luego “Joder, que lástima que sea tan feo” porque me estaba poniendo cachonda de verdad. Me incorporé a duras penas. Me puse las sandalias y me levanté. Le dije:​

  • Tú consígueme esos papeles y si estoy contenta…


Y le sonreí. Cogí los papeles y los metí en la mochila. Álvaro me miraba totalmente empalmado y sin decir nada. Luego me fui sin despedirme. Pensé “Te espera una buena paja… o dos”.



Me fui de allí con un calentón horrible “Menuda mierda, hoy dos calentones sin terminar en nada”. Llegué a casa. Besé a mis padres, algo de charla y luego, cogiendo comida, me metí en mi cuarto diciéndoles que tenía video con Borja.



PACO

Abrí la puerta de la casa y entramos. Cloe se quitó los tacones y luego fue hacia la piscina quitándose la blusa, el sujetador, la falda y el tanga. Se tiró al agua sumergiéndose. Al sacar la cabeza dijo:​

  • ¿No te metes?
  • Mmmm, ahora
  • Estaba deseándolo, todo el día con los tacones…


Empezó a nadar de un lado a otro. Entré dentro y serví dos copas. Salí fuera y me senté a ver como nadaba mientras tomaba mi copa. Cuando se cansó, le acerqué la suya y bebió sin salir del agua, dejándola luego en el borde. Llevábamos todo el día de reuniones agotadoras pero parecía que serían fructíferas, incluso habíamos cenado con ellos. Necesitaba ese momento de tranquilidad. Cerré los ojos escuchando solo las brazadas de Cloe que parecía tener energía infinita. Entonces recordé algo y le dije:​

  • Parece que Ade te hizo caso anoche


Cloe paró de nadar y dijo:​

  • Ah, es verdad, me mandó esta mañana una cosa, no me ha dado tiempo de verla


Le conté la conversación con Pablo durante el desayuno. Cloe sonreía, satisfecha. Entonces dijo:​

  • Coge mi móvil y mira a ver que me mandó Ade


Me levanté y entré buscando su bolso. Luego volví a salir mientras desbloqueaba el móvil, sabía su pin así como ella sabía el mío. Le dije:​

  • ¿Dónde busco?
  • En WhatsApp


Busqué la conversación con Ade. Vi que era un fichero de audio. Se lo dije a Cloe que, sonriendo, me dijo que lo pusiera. Era el polvo de anoche entre Ade y Pablo. Escuchamos el principio y dije:​

  • Se nota a Pablo muy sorprendido ¿Eh?
  • Sí, mucho
  • Y Ade, me la imagino haciendo un esfuerzo por no soltarle una bordería jeje
  • Sí, eso estaba pensando


Seguimos escuchando. Tras un rato, Cloe dijo:​

  • Está simulando esos gemidos
  • Sí, eso parece
  • Y tanto, sé perfectamente como son sus gemidos y jadeos cuando está cachonda


Seguimos escuchando y se notaba claramente como Ade se animaba. Cloe me miró sonriendo y asintiendo. Luego llegó el sexo anal, la voz de Pablo de total desconcierto y finalmente el orgasmo de Ade, un orgasmo nada fingido. Cloe dijo:​

  • Al fin Pablito ha estrenado ese culito
  • Jeje
  • Y la cabrona como lo ha disfrutado, esos sí eran gemidos de placer… nunca entenderé porqué le cuesta tanto soltarse
  • Ya la conoces
  • Anda, escríbele
  • ¿El qué?
  • Que esta noche más
  • Vale
  • Y dile que muy bien


Escribí a Ade. Vi como leía pero no decía nada. Luego, tras unos minutos, escribió y se lo leí a Cloe:​

  • Pregunta si quieres que haga algo especial
  • Mmmmm, no sé, dile tú algo
  • Vale
  • ¿Qué le has puesto?
  • Que Pablo se corra en su cara
  • Ah
  • Nunca le ha dejado ¿No te acuerdas?
  • No, pero bien, que lo haga, eso les gustará a los dos
  • Pregunta si quieres audio
  • Sí, claro


Escribí y luego dejé el móvil. Cloe salió del agua y admiré su cuerpo mojado y esbelto. Ella se dejó mirar y dijo:​

  • Hoy casi me follo a Cris en el despacho
  • ¿Sí? jeje
  • Ufff, me puso… pero conseguí controlarme a duras penas
  • Jaja
  • A ver si consigue lo que le hemos pedido
  • Bueno, con lo de hoy no creo que nos haga falta
  • Nunca se sabe, además, así ella participa
  • Ya
  • Además, quiero ver si es capaz de follarse a ese tío para conseguirlo
  • ¿Quieres que lo haga?
  • No, bueno, lo que ella quiera, es cosa suya… pero no creo que necesite llegar a eso si sabe jugar sus bazas, a ese chico lo puede calentar sin problemas para conseguir que haga lo que ella quiera, sin tener que follárselo
  • Más sencillo sería contarle el plan
  • No, ahora mismo sabe lo que necesita saber


Cogió una toalla y se secó el cuerpo y el pelo. Luego dijo:​

  • ¿Subimos?
  • ¿Ya quieres irte a dormir?
  • No, quiero irme a follar, ha sido un día estresante y estoy cachonda ¿Vamos?
  • Claro, nena


La seguí mirando su culo, un culo que pensaba follarme en unos minutos.



CRISTINA

Miré a Borja a través de la pantalla. Tenía los ojos de un corderito ansioso, esperando a que yo dijera algo. Le respondí:​

  • No sé, Borja, ya sabes que trabajo
  • Pero algo de vacaciones te tienen que dar ¿No?
  • No sé, no sé si podré, estamos con algo urgente y…


Pero la verdad es que me gustaría poder ir. Borja me acababa de proponer irnos una semana a la Costa del sol, a un hotel con todo pagado, a no hacer nada más que tomar el sol, comer y follar. Además, tenía ganas de pasar tiempo con él e ir olvidando todo el descontrol de estos días, volver a mi rutina.



Me eché hacia atrás en mi silla. Estaba en mi habitación, con la tablet en mi escritorio, terminando de comer lo que me había llevado para cenar mientras hablaba con Borja. Llevábamos ya media hora hablando y me había contado todo lo que había hecho y visto ese día, para terminar con su sorpresa, esas vacaciones a las que me quería invitar. Él insistió:​

  • Venga, nena, una semana juntos, y allí se está de puta madre y por la noche hay mil sitios donde salir
  • Ya
  • No sabes las ganas que tengo de estar contigo


Medité, yo también tenía ganas pero estaba el tema de Cloe y Álvaro, no podía irme así como así ¿No? Le dije:​

  • No sé, quizás mejor solo el fin de semana…
  • No, mira, el lunes llegamos de Londres y por la tarde cogemos el coche y nos vamos para la costa, tardamos 3-4 horas, no más, y luego, a descansar
  • Y a follar, que eso es lo que quieres en realidad jeje
  • ¡¡¡¡Claro!!!! jajaja, venga, nena
  • No depende de mí, Borja


Seguimos hablando mientras me terminaba mi manzana. Entonces le dije:​

  • Mira, mañana hablo con mi jefa, pero no te prometo nada
  • Vale, pero insiste, te mereces unas vacaciones
  • Claro, una becaria se merece unas buenas vacaciones jajaja
  • Sí, claro


Me levanté y fui a mi armario. Me desabroché el vestido, que aún llevaba la ropa del trabajo, no me había dado tiempo a cambiarme. Borja dijo:​

  • ¿Qué haces?
Había salido del plano de la cámara de la tablet y él no me veía. Le dije:​

  • Ponerme el pijama


Entonces se me ocurrió algo. Le pregunté:​

  • ¿Quieres verme?
  • ¡¡Claro!!


Giré la tablet para que me viera. Me desnudé lentamente hasta quedarme en ropa interior. Luego, me quité el sujetador pero sin enseñarle nada, girando la espalda, quería hacerle sufrir. Me quité las bragas quedándome totalmente desnuda, pero de nuevo, sin enseñarle más que un lateral. Él no aguantó más y me dijo:​

  • Gírate, nena
Lo miré sonriendo de forma seductora y, al final, me giré. Borja me miraba abobado y logró decir:​

  • Que buena estás, cariño
  • ¿Sí?
  • Ya te digo
  • Pues no veo que te alegres mucho
  • ¿Qué?
  • Sácatela, a ver si de verdad te alegras o no de verme


Borja, rápidamente, se bajó los pantalones y me enseñó su polla erecta. Me relamí, tenía ganas de metérmela en la boca. Me di cuenta que necesitaba sexo, llevaba todo el día con calentones. Le dije:​

  • ¿Jugamos un poquito?
  • Sí, sí


Cogí la tablet y me la llevé a la cama. Paseé la tablet por mi cuerpo, lentamente, y luego la puse sobre la cama, y me comencé a acariciar. Borja casi salivaba y eso me ponía aún más. Me tiré de los pezones hasta ponerlos duros, y luego bajé mi mano hasta tocarme. Me acaricié suavemente, tras los calentones de ese día, pensaba hacerme una buena paja. Me introduje un dedito y gemí. Borja se comenzó a pajear y solo pensé “No te corras pronto, por favor”. Gemí más y entonces, de repente, se abrió la puerta de mi habitación y mi madre dijo:​

  • Cristina, no me has…


Y mi madre se quedó mirándome con los ojos muy abiertos. Entonces, cerró la puerta. Me quise morir. Me levanté como un resorte y me puse el pijama. Borja preguntaba “¿Qué pasa? ¿Qué pasa?”. Entonces le dije:​

  • Mierda, mierda… mi madre
  • ¿Qué?
  • Me acaba de pillar
  • Joder
  • Mierda, mierda


Estaba súper nerviosa. Me despedí de Borja de mala manera y apagué la tablet y la luz, y me acosté, echándome la almohada sobre la cabeza, me quería morir de vergüenza.​
 
37



CRISTINA

“Menudo día de mierda” pensé mientras me subía las bragas dentro del reservado del cuarto de baño de mujeres de la oficina. Primero la “charlita” con mi madre aquella mañana, que había querido quitarle importancia a lo de la noche anterior diciendo “Son cosas normales entre jóvenes, no le des tanta importancia”. Tenía que reconocer que había sido muy comprensiva y no me había reprochado nada ni de lejos, pero me puse totalmente a la defensiva diciéndole que no quería hablar, que dejara el tema y por poco no salí corriendo de la casa. Y lo peor era esa sensación que tenía de estar totalmente descontrolada con el sexo, me había dejado llevar sin pensar en nada, ni se me había ocurrido que estaba con mis padres al lado, estaba fatal, menos mal que Borja volvía ya y entonces me auto controlaría. Y menos mal que no había sido mi padre el que había entrado, me hubiera muerto directamente.



Lo segundo la charla con Cloe. Había ido a decirle lo de las vacaciones para la semana que viene y había dicho que sin problema pero que necesitaba lo que me había pedido antes de irme, que era muy importante y que presionara a Álvaro. Había estado afable y cariñosa, como siempre, pero con un deje claro de exigencia. Me sentí muy agobiada.



Lo tercero, la charla con Álvaro. Lo había convencido para salir fuera y nos apartamos para hablar tranquilamente. Le presioné con lo de los papeles. Él, como siempre, se mostró acojonado y tuve que desplegar todas mis armas de insinuaciones, prácticamente le había prometido sexo si conseguía lo que le había pedido, que asco me daba a mí misma.



Lo cuarto, mi compañera Lidia. Nos había visto a Álvaro y a mí justo cuando más provocativa estaba con él, casi pegada e insinuante. Me había mirado con una cara de asco y odio que me había cortado mucho. Luego, me la había encontrado en el baño y me había soltado que era una zorra, que llevaba semanas calentando a los compañeros para conseguir algo, que me tenía calada. La muy cabrona, como si alguno de esos tíos me interesara algo. Lo que yo sospechaba es que a ella le interesaba Álvaro y estaba picada.



Lo quinto, la conversación con Claudia. Cloe me había dicho que ella no me podía dar vacaciones, que tenía que ser Claudia. Decidí hablar con ella para ver si estaba dispuesta o no a darme vacaciones. Se mostró muy dispuesta, tanto que me dijo “Con tal de no verte por aquí, por mí como si te coges todo el mes”. Me había dicho de forma directa que era una inútil para ella, que no me quería allí y que se estaba intentando deshacer de mí. Me había jodido sentirme tan poco valorada, la cabrona no me había dado ni una oportunidad.



Y lo último, que me había llegado la regla de pronto, sin avisar, aunque seguramente algo había notado pero con tanto estrés y mal ratos, no me había dado cuenta. Y encima era de las dolorosas, me tenía encogida como si me estuvieran desgarrando por dentro. Y como no me había dado cuenta, no tenía nada en el bolso, ni una triste compresa y, mucho menos, pastillas para el dolor. Me acerqué a Lidia y le pregunté si tenía una compresa y la muy cabrona me miró y ni me contestó, siguió trabajando. No quise rebajarme más preguntando a las otras así que me puse papel higiénico y fui a una farmacia.



Ahora, ya tenía un tampón puesto y me había tomado una pastilla para calmar el dolor, aunque tardaría un rato en hacerme efecto. Podía despedirme de quedar esta tarde, mañana y posiblemente el jueves para hacer deporte o follar. Le mandaría un mensaje a Cloe para decirle que no podía quedar, pensaba quedarme en casa tumbada y sin hacer nada. Menuda mierda de martes.



El miércoles no estuvo mejor aunque los dolores ya estaban controlados. En la oficina la misma dinámica de mierda de siempre pero había quedado por la tarde con mis amigas, al menos eso me distraería.



CARMEN

Estaba exhausta pero me giré y abracé a Paco, que respiraba rápido, también cansado. Puse mi cabeza en su pecho escuchando su corazón. Me di cuenta que aún tenía el consolador metido en el culo y me lo quité, dejándolo sobre la cama. Había sido un polvo intenso, largo… “Que digo un polvo, un polvazo” pensé. Paco, como siempre, no defraudaba.



Descansamos así, sin hablar. Entonces sonaron varias notificaciones en mi móvil. Me giré y lo cogí. Paco preguntó:​

  • ¿No te tendrás que ir tan pronto, no?​
  • No, no, es Cristina, preguntándome por la cena de esta noche, que le apetece pizza, que si la pedimos o la hacemos​
  • Ah​


Le contesté que mejor la pedíamos. Miré la hora, aún era temprano, tenía tiempo de sobra para otro polvo pero antes necesitaba descansar algo más. Me volví a abrazar a Paco y él dijo:​

  • La vas a echar de menos cuando se vaya​
  • Claro, mucho, pero es lo que toca​
  • Sí​
  • Me preocupa un poco​
  • ¿Por qué?​
  • No sé… el novio…​
  • ¿Qué le pasa?​
  • Es buen chico y le conviene pero… es un poco…​
  • ¿Qué?​
  • Simple, no sé si llegarán a algo realmente, menos mal que el padre está forrado…​
  • Jajaja​
  • No te rías, Cristina vale mucho y no estoy segura si ese chico… a ver, antes pensaba que sí pero ahora…​
  • No te sigo​
  • Es que Cristina es un poco… ingenua​
  • ¿Ingenua?​
  • No ha tenido muchas parejas y lleva con éste desde hace casi un par de años, y ahora irse con él a otro país… no sé​
  • Sigo sin entenderte​
  • A este chico lo veo poco espabilado, muy dependiente de sus padres, y Cristina tiene poca experiencia con los hombres, y en el ámbito profesional ninguna experiencia… no sé, me da miedo​
  • ¿Quieres que se acueste con más chicos?​
  • No, no sé, a veces pienso que le vendría bien, es muy… reservada en el tema del sexo, casi como si fuera tabú para ella​
  • Ajá​
  • Aunque el otro día me llevé una sorpresa​
  • ¿Con qué?​
  • Sin querer, la pillé teniendo sexo por video con su novio jeje​
  • ¿Sí? jajaja​
  • Sí, en la cama, con la tablet, desnuda y tocándose​
  • Jajajaja ¿Y te enfadaste?​
  • Que va, al contrario, me alegró saber que es capaz de hacer cosas así​
  • Jajajaja, que cosas tienes​
  • Ya pero, no sé, es sano que le guste el sexo, a veces me parece que no le gusta​
  • Es tu hija, es raro que no le guste​
  • No seas idiota, estoy hablando en serio, a veces me ha preocupado​
  • Entonces ¿No te gusta ese chico para ella?​
  • No he dicho eso, solo digo que Cristina tiene poca experiencia, que no me creo que sea el hombre de su vida​
  • ¿No? Tú a su edad estabas ya colgada de Luis ¿no?​
  • Pero tenía mi experiencia y Luis es Luis, no me lo compares con ese niño, Luis a su edad era muy maduro y guapísimo​
  • Jeje​
  • Que la suerte que he tenido con Luis no es normal, un hombre así tan bueno y buen amante, no, no es normal​
  • ¿Follasteis el sábado?​
  • Claro, a ver si te crees que con ese polvo cutre y rápido en la calle contigo me iba a conformar​
  • Jajaja​


Estaba de broma, el polvo en la calle con Paco me había encantado, super morboso y arriesgado, pero intenso. Levanté la cabeza y lo besé, sonriendo. Entonces dijo:​

  • ¿Sigues con ganas de follar con otro más?​
  • Mmmm sí, claro ¿Has hablado con el chico?​
  • No, no sería con él​
  • Paco, no me líes, que conozco tus ideas y…​
  • Te va a gustar, ya verás​
  • Pero…​
  • A ver si para la semana que viene lo tengo todo arreglado​
  • Joder, no sé si fiarme de ti​
  • Jajaja​
  • ¿Otra vez el juego de hacerme pasar por puta?​
  • No sé, ya veremos, aunque sé que ese juego te gusta​


Lo miré haciéndole una mueca de enfado, pero la realidad era que sí, me gustaba, me excitaba mucho, aunque ya a mi edad era casi patético. Le cogí la polla y comencé a masturbarlo. Le pregunté:​

  • Pero tú estarás ¿no?​
  • Claro​
  • Digo que participarás, no estarás solo mirando​
  • Que sí, te follaremos entre los dos​
  • Bien​


PACO

Carmen se movió hacia abajo y me lamió la polla para luego metérsela en la boca empezando una mamada lenta. Moví mi mano y busqué su coño. La acaricié también lentamente, mientras ella gemía flojito al notar mis dedos entre sus piernas, que abrió inmediatamente.



Pensé en lo que estaba preparando para ella, claro que le iba a gustar aunque todo dependía de un par de cosas que aún estaban en el aire, pero si lo conseguía, sería una noche como las de antaño con ella.



Pensé también en la visión que Carmen tenía de Cristina, si ella supiera como era en realidad su niña “Que no le interesa el sexo” y reí interiormente. Cristina era tan sexual como Carmen, lo que pasa es que era verdad que había tardado más en dejarse llevar.



Vi el consolador en la cama y lo cogí. Fui a metérselo de nuevo por el culo. Carmen levantó la cabeza para protestar pero se la volví a empujar para que siguiera mamando mientras le metía el consolador. Le dije:​

  • Tranquila, no lo vas a tener mucho, pienso follarme este culo de puta ya mismo​


Carmen gimió notando como iba entrando despacio el consolador en su culo. Tenía un buen tamaño y me costaba, quizás debería haber usado algo de lubricante. Cuando estuvo dentro la mitad, seguí con su coño mientras ella reanudaba la mamada. Empujé su cabeza para que se metiera más profundamente mi polla en la boca. Ella se atragantó pero no la dejé hasta pasados unos segundos. Levantó la cabeza tomando aire, pero se la volví a empujar de nuevo. Repetimos el proceso varias veces. Luego, la giré y la puse boca arriba. Ella dio un grito y se quejó:​

  • Cuidado, el consolador…​


Lo miré, se le había metido aún más al apoyar su culo contra la cama. Me puse encima y se la metí, follándola rápidamente mientras la besaba y le apretaba con fuerza uno de sus tetones. Tras un rato, la giré, poniéndola boca abajo. Carmen jadeaba, muy excitada. Miré su culo, tenía el consolador metido casi totalmente en el culo. Se lo saqué con algo de esfuerzo y metí mi polla. Le follé el culo rápidamente mientras ella gritaba, pero no de dolor sino pidiendo que le diera más fuerte.



Cuando ya no pude aguantar más el ritmo de folleteo, me salí de ella y me tumbé boca arriba. Carmen, inmediatamente, se incorporó y me chupó la polla unos segundos, para luego ponerse encima y metérsela de nuevo por el culo. Me cabalgó de esa forma mientras yo le tocaba el coño masturbándola. El orgasmo le llegó unos minutos más tarde, con grandes gritos y gemidos. Se derrumbó sobre mí, saliéndose mi polla. Eché a un lado a Carmen, que quedó boca arriba, respirando rápidamente. Me puse de rodillas al lado de su cabeza y le metí mi polla en la boca. Ella chupó pero sin muchas ganas. Cogí mi polla y me masturbé hasta correrme sobre su cara. Carmen me miró, exhausta, la cara llena de semen.



Me tumbé a su lado, los dos callados. Al rato, dijo:​

  • Con el juguete, usa el puto lubricante, me has hecho daño​
  • Lo siento​
  • Me va a doler el culo​
  • Será por el folleteo, te he dado fuerte​
  • Por eso también, pero me ha dolido más al principio​


Me volvió a abrazar, apoyando su cara aún mojada contra mi pecho. Le acaricié con una mano su culo dolorido. La tía era un volcán, me ponía malísimo.



CARMEN

Abrí la puerta y entré en casa. Vi las llaves de Cristina en la repisa. Dejé las mías y fui a su habitación. Tenía la puerta abierta y escuchaba música, tumbada en la cama. Al verme, se levantó y me dió un beso:​

  • Que tarde llegas ¿no?​
  • Sí, me han liado​
  • ¿Quién?​
  • Estaba comprando y me he encontrado con unas clientas y nos hemos puesto a charlar…​


En realidad había sido Paco, que había querido echar otro polvo, el tercero de la tarde, mucho más calmado que el segundo, pero igual de satisfactorio. Por su culpa llegaba tarde a casa.



Fui a mi dormitorio para cambiarme. Ya me había duchado en el hotel así que me puse unas mallas y una camiseta. Luego, fui a hablar con Cristina hasta que llegó Luis y pedimos las pizzas. Comimos los tres tranquilamente, charlando de esto y aquello. Me molestaba el culo y notaba el cuerpo cansado, pero estaba muy satisfecha, es lo que tenía una tarde con Paco, mucha excitación, buen sexo y algo de dolor. Sonreí por dentro.



CRISTINA

El jueves me levanté mejor, ya casi sin molestias. Pensé que seguramente por la tarde se habría acabado todo y lo mismo me pasaba por casa de Cloe, pero no quería decirle nada por si acaso, le daría una sorpresa.



En el trabajo, noté que Álvaro me miraba insistentemente, pero cada vez que le hacía un gesto preguntando qué pasaba, él desviaba la mirada. Intenté hablar con él pero no hubo forma, no me hacía caso.



Ya casi a la hora de salir del trabajo, se me acercó y me dijo:​

  • Ven a mi casa esta tarde​
  • ¿Tienes algo?​
  • Ven​


Y se fue. Me quedé pensando “Claro que voy a ir”. Me fui a comer para luego ir a su casa. Allí me abrió muy nervioso:​

  • Esto no está bien, me la estoy jugando muchísimo​
  • Cálmate ¿Tienes algo?​
  • Sí, ayer tarde me quedé en la oficina con la excusa de que tenía algo que terminar​
  • ¿Y?​
  • Y cuando se fueron todos, estuve mmmm registrando​
  • ¿El qué?​
  • Los archivadores, pero estaba todo cerrado​
  • Joder, Álvaro​
  • Menos uno, y conseguí esto​


Y me dio un montón de folios. Me puse a leerlos. Eran informes, actas y estudios de un montón de proyectos. Tras un buen rato revisándolos, me di cuenta que esto era aún más de lo que me había pedido Cloe. Estaba muy contenta pero no quise que se me notara. Le pregunté:​

  • Álvaro, esto que dicen en tantos sitios ¿Qué es?​


Álvaro lo leyó y dijo:​

  • Es el repositorio del departamento​
  • ¿Y ahí que hay?​
  • Pues todo, claro​
  • Todo ¿Te refieres a todos estos documentos?​
  • Y más, casi siempre graban las reuniones y están ahí​
  • Ah​
  • Incluidas con proveedores​
  • ¿Con EFERVE también?​
  • Claro​
  • Quiero las grabaciones de estas reuniones​


Le dije señalando varios días. Álvaro negó con la cabeza diciendo:​

  • Mi acceso es limitado, no tengo permiso para eso​
  • Pues lo consigues​
  • Joe, Cristina, no puedo, no puedo, me estoy arriesgando muchísimo y…​


Lo noté otra vez agobiadísimo y decidí actuar. Me senté en el sofá, me descalcé y me acaricié los pies con suavidad, mirándolo. Él, inmediatamente, me miró embobado. Sonreí y dije sensualmente:​

  • Mmmmm me duelen los pies, no me dijiste si sabes dar masajes​


Álvaro no decía nada, sin apartar la vista de mis pies. Le dije:​

  • ¿Te has portado bien como para darme ese masaje? No sé, no estoy segura​
  • Yo… por favor​


Casi gimoteando. Dejé pasar unos segundos y palmeé en el sofá. Se sentó y le puse los pies sobre su regazo. Me miró y asentí. Me cogió los pies con ternura y delicadeza. Le advertí:​

  • No me hagas cosquillas​


Pero no, no me las hizo, me los tocó bien, y me gustó. Lo dejé hacer y me sorprendí notando que estaba cachonda. “Estoy loca, no me puedo poner con este tío” pero sí, no había dudas. Levanté un pie y se lo acerqué a la boca. él, rápidamente me lo cogió y besó, lamió, chupó… y yo, con el otro pie, le toqué el paquete, la erección que se notaba claramente en su pantalón.



Mi falda se subió y supe que le estaba enseñando las bragas, pero me dio igual. Vi como sus ojos recorrían mis piernas desde los pies hasta mis bragas. Tenía ganas de tocarme pero me resistí. Le dije:​

  • Sácatela​


Él se bajó los pantalones y saltó su polla erecta. La miré, no era tan grande como me había parecido el otro día, más bien normalita, como la de Borja. Me llevé una decepción pero se la toqué con mi pie derecho mientras él seguía chupándome el otro pie. Le quité el pie de la boca y lo bajé a su polla. La cogí entre los dos pies y le masturbé, pero me costaba y él tuvo que cogerme los dos pies para moverlos más rápidamente. No tardó nada en correrse sobre mis pies.



Cuando se calmó, me miró avergonzado. Le pedí una toalla y se levantó. Volvió con una y me limpió los pies. Cogí la toalla y me fui al baño donde la mojé y me limpié mejor los pies. Luego, salí, me puse las sandalias y le dije:​

  • Quiero esas grabaciones​
  • Pero es que no… bueno…​


Lo miré, había tenido una idea. Le insistí y dijo:​

  • A través de su móvil podría…​
  • Ah pero el móvil siempre lo llevara con ella​
  • No, se lo deja muchas veces olvidado en la mesa​
  • Pero estará protegido​
  • Creo que sé su pin, lo vi ayer en uno de sus cajones​


Le sonreí y le dije:​

  • Perfecto​
  • Pero es arriesgado, yo…​
  • Ya has visto lo que pasa cuando estoy contenta​
  • Ya pero…​


Cogí todos los papeles y los guardé en mi mochila. Le dije:​

  • Mañana, los quiero mañana​
  • Va… vale, pero no sé si ella lo dejará en su despacho, yo…​


Me fui sin decirle nada más. Casi que me fui corriendo, pero porque estaba cachonda y no quería estar más allí, por si acaso.



En el metro me calmé y pensé en la locura que acaba de hacer “Le he hecho una paja a un tío que me da asco” pero recordé los papeles y sonreí, había merecido la pena, Cloe se pondría muy contenta, y seguro que ahora no me pondría mala cara por irme de vacaciones la semana que viene. Me puse aún más contenta al pensar en esas vacaciones con Borja.



ADE

Vi a Lola sentada en una mesa, con una cerveza en la mesa. Me acerqué y le di dos besos. Me senté a su lado. Ella me miró con curiosidad. Me dijo:​

  • ¿Vamos a follar a estas horas?​
  • No, Lola, no, es tardísimo, tengo que ir a recoger a los niños​
  • Ah, ya me parecía raro​
  • Es que he tenido mucho lío en el despacho​
  • ¿Entonces?​
  • Te quería… comentar una cosa, una idea​


Lola me miró con un brillo en los ojos, y dijo con tono vicioso:​

  • ¿Para la cama? mmmm, cuenta, cuenta​
  • No, bueno, sí y no…​


Me miró con sorpresa y me levanté para pedirme una cerveza. Volví y bebí un buen trago antes de decir:​

  • Yo… sabes que lo mío con Pablo no está bien​
  • Ya​
  • Pero estos días estoy… estoy haciendo un esfuerzo​
  • ¿Un esfuerzo?​
  • Por tener más sexo con él​
  • Ahhhhh​


Me miró divertida. Continué:​

  • Y sexo más… más atrevido​
  • Lo quieres calentar​
  • Sí, pero también, de paso, divertirme yo​
  • Jajaja, me alegra pero…​


Entonces me miró seria y preguntó:​

  • ¿Estás cortando conmigo?​
  • No, tonta​
  • Ahhhhh​


Me sonrió con alivio, cosa que me gustó. Le dije:​

  • Es… a ver, sería… hacer un trío conmigo y Pablo​
  • ¿Qué???​
  • Sí, tú, yo y Pablo​
  • ¿Quieres que folle con tu marido?​
  • Chissst, coño, Lola, baja la voz​
  • Perdona, perdona, ha sido la sorpresa jijiji​
  • Bueno ¿Qué dices?​
  • Pero ¿Solo follaríamos entre nosotras o quieres que folle también con Pablo?​
  • Con los dos, claro​
  • ¿Seguro?​
  • Sí ¿Quieres?​
  • No sé, tía​


Cogió su vaso y bebió, pensativa. Después dijo:​

  • No es mi tipo​
  • Ya​
  • Pero como contigo me pongo tan cachonda… venga, vale​
  • ¿Sí? genial​


Dije sonriendo. Pero entonces ella dijo:​

  • Pero tú tienes que hacer lo mismo​
  • ¿A qué te refieres?​
  • A un trío conmigo y Guille​
  • ¿Con tu novio???​


Ella afirmó con la cabeza. Pensé rápidamente. Guille estaba bueno, no tendría ningún problema pero entonces dijo:​

  • Y se lo tenemos que contar a los dos​
  • ¿Cómo?​
  • No quiero ponerle más cuernos no consentidos a Guille con otro tíos, le voy a contar que será un doble trío​
  • ¿Cuernos no consentidos? Pero si se los pones con Paco…​
  • Ya, pero solo con él​
  • Y conmigo, y otras tías​
  • Con tías es diferente, y ahora solo follo contigo, cariño, y más de una vez he estado a punto de contárselo​
  • Joder, Lola, estás como una cabra (dije con espanto)​
  • No, en serio, hablemos con ellos, yo creo que Guille va a alucinar pero querrá, sé que le gustas​
  • No puedo decirle a Pablo que me voy a acostar con otro tío, estás loca​
  • ¿Por qué no? Mira Paco y Cloe, yo quiero ser como ellos, esa sinceridad y mira que bien se llevan​
  • Ya pero…​
  • Mira, Ade, al final se lo contaré a Guille, me siento mal por estos cuernos, no quiero engañarlo más, creo que esto es una buena oportunidad para ser sinceras​


La miré incrédula ¿Tan ingenua era? Porque yo tenía clara la respuesta de Pablo ante una proposición así. Estuvimos un rato más hablando pero ella no se bajaba del burro, ahora tenía claro que se lo contaría a Guille. Conseguí que me prometiera que no le iba a contar nada de que ya nos acostábamos ni entre nosotras ni con Paco y Cloe. Ella accedió a eso, pero dijo que esa noche le contaría la proposición de los dos tríos.



Me metí en el coche e intenté tranquilizarme. La cosa no había ido como había pensado, al revés, podría haber liado una buena con la tonta de Lola. Luego, pensé que quizás no estaría mal serle totalmente franca a Pablo, proponerle el trío pero por los dos lados. Seguro que me decía que no, pero, al menos, sería solo una idea hablada con sinceridad, se lo vendería así, que quería una relación sincera y franca, y por eso le contaba todo, pero que si no quería, no pasaba nada. Sí, eso podría estar bien. Arranqué más tranquila.



PABLO

Ade llegó al dormitorio y se fue al armario a meter algo de ropa que tenía en una silla. La miré con curiosidad ¿Tendríamos sexo también esa noche? Porque llevábamos 4 noches seguidas teniéndolo, y no solo sexo, sino sexo guarro.



Ade terminó de guardar la ropa y se quitó la bata, metiéndose en la cama con una camiseta pijama. Me dijo:​

  • Pablo​
  • Dime​
  • Hoy… ejem… hoy he estado con Lola tomando una cerveza​
  • Ah, bien​
  • Y hemos hablado​


La miré sin saber a qué venía eso. Continuó:​

  • Ella y yo mmm últimamente, ella y yo nos hemos hecho muy amigas​
  • Lo sé​
  • Y… hablamos y nos contamos cosas y…​


Entonces caí, todo esto del sexo era cosa de Lola, seguro. Me reí y ella me miró desconcertada. Le dije:​

  • Perdona, perdona, es que… llevo varios días pensando que no sabía que te había dado con el sexo, estaba pensando que veías porno o algo así, pero no, es cosa de Lola ¿no?​


Ade me miró enfadada, pero luego suavizó el rostro. Dijo:​

  • Bueno, un poco sí, como te digo, hablamos, pero lo del sexo es porque tú y yo no estamos bien, hemos perdido la chispa, los dos lo sabemos, y estoy intentando recuperarla​
  • Ah​
  • Pero sí, hablar con ella me ayuda a eso, a tener ese interés​
  • Bien, vale, me gusta que tengas una buena amiga con quien hablar​
  • Pero no es eso lo que te iba a contar​
  • Dime​
  • Ella… mmmm ella… ella me ha propuesto un trío​
  • ¿Qué?​


La miré con la boca abierta. Ade siguió:​

  • Un trío con nosotros​


No pude articular palabra hasta que me empecé a reír de nuevo y dije:​

  • Te estás quedando conmigo​
  • No, Pablo, te lo digo en serio​


La miré sin poder decir nada, mi mente era un barullo de sensaciones e ideas. Ade dijo:​

  • Yo… quiero tener contigo una relación totalmente sincera y franca ¿eh? Por eso te lo cuento, no le he dicho que sí ni que no, solo que lo hablaría contigo​
  • Pero…​
  • Déjame terminar, que hay más​


La miré “¿Más? Joder, si está a punto de darme un infarto”. Ella continuó:​

  • Follaríamos los dos con ella​
  • ¿Tú… yo… con Lola???​
  • Sí, los dos… yo siempre he tenido algo de curiosidad por el sexo con una mujer, pero nunca me he atrevido y… no sé, probarlo contigo… probar una experiencia así contigo… no sé ¿Qué te parecería?​
  • Yo… pues…​
  • Espera, pero hay una segunda parte… ella me ha propuesto esto pero con una condición​
  • ¿Cuál?​
  • Hacer yo un trío con ella y su novio​
  • ¿Qué????​
  • No te enfades, son solo ideas, nada cerrado, es solo que… le he dicho que esto tenías que saberlo, que si tú no querías, nada de eso iba a ocurrir, que solo contigo, que yo busco complicidad y sinceridad contigo​
  • Ya pero… ¿Te acostarías con Guille?​
  • Y tú con Lola, sí​
  • Joder, que fuerte​
  • Lo sé, cariño, pero son solo ideas​


La miré sin poder aclararme la cabeza. Ade, nerviosa, no me miraba. Dije:​

  • Pero es que… es que es muy fuerte​
  • Lo sé, lo sé​
  • Yo… no sé que decirte​
  • Nada, no digas nada, solo que lo pienses si quieres, ya te digo que yo solo haría esto si tú quieres, no te voy a engañar​
  • Ya, ya…​
  • Si no te gusta mi sinceridad, lo siento, pero te lo tenía que contar​
  • Ya, joder, pero, es que no veas, yo…​
  • Mira, y siguiendo con la sinceridad, de las cosas “nuevas” que hemos probado estos días ¿Qué te ha gustado más?​
  • No sé, Ade, ahora mismo yo…​
  • A mí el sexo anal, me ha gustado mucho ¿Me lo quieres hacer hoy?​
  • Yo…​


Entonces, Ade se quitó la camiseta y me besó. Dijo:​

  • Ahora relájate, no pienses en eso, no tiene importancia, solo relájate y disfruta​


Y se metió entre las sábanas buscando mi polla para metérsela en la boca. Gemí de gusto.​
 
38



ADE

Miré al móvil que sonaba en mi mesa. Vi que era Lola pero estaba liada, estuve a punto de colgarle pero al final lo cogí:​

  • Lola, estoy liada en el trabajo​
  • Hola, guapi​
  • Hola, pero te llamo esta tarde, que tengo mucho trabajo​
  • Vale, pero solo una cosita​
  • Venga, dime, pero rapidito​
  • Anoche le conté eso a Guille​
  • Ajá​
  • Y lo flipó jajaja​
  • Ya, claro​
  • Dice que sí, que se apunta​


Me quedé callada. Lola dijo:​

  • Ade ¿Se ha cortado?​
  • No, no… quiere… ¿Quiere acostarse conmigo?​
  • Claro​
  • Pero ¿Sabe que tú te acostarías con Pablo?​
  • Sí, y dice que le parece morboso jajaja​
  • Joder​
  • Incluso dice que estaría mejor los cuatro juntos​
  • Estáis los dos locos​
  • Jajaja, dice que le molaría ver como me folla otro jajaja​


Meneé la cabeza, vaya dos tontitos. Sonreí. Entonces dije:​

  • Yo… yo también se lo dije a Pablo​
  • ¿Sí? ¿Las dos cosas?​
  • Sí​
  • ¿Y? Nena, no me tengas en ascuas​
  • Es que no dijo nada, se quedó flipado y ya está​
  • Oh​
  • Solo sabía decir “que fuerte, que fuerte”​
  • jajaja​
  • En fin, no sé, no le hizo ninguna gracia que me follara a otro​
  • Pero sí le hacía gracia lo de que él me follara ¿no?​
  • Claro​
  • Jajaja, que listo​
  • Ya, pero es lo normal, supongo​
  • Pues a Guille le encantó la idea, después echamos un polvo como hacía meses no echábamos​
  • ¿Sí?​
  • Sí, nos pusimos a contarnos las cosas que te haríamos​
  • Venga ya​
  • Sí, jajaja, la que te espera jajaja​


Sonreí y pregunté:​

  • ¿Qué cosas?​
  • Huy, cosas muy guarras jajaja​


Asentí riéndome. Entonces dije:​

  • A nosotros nos pasó algo igual, echamos un buen polvo​
  • ¿Sí?​
  • Pero sin hablar, pero los dos estábamos muy a tono jeje​
  • Genial, genial​
  • Bueno, nena, te tengo que dejar, ahora a ver como coño me concentro yo en estos papeles​
  • Jajaja, vale, te dejo, pero vete pensando como convencer a Pablo, o si quieres, lo convenzo yo jajaja​
  • Jeje, ya veremos, ya veremos​
  • Ahora solo pienso en esos tríos jajaja​
  • Anda, loca, te dejo​
  • Besitos​


Colgué el teléfono sin poder parar de sonreír. Y pensé en el polvo de anoche, el mejor de los últimos días, sin duda, del último año, o años… Suspiré y cogí los papeles maldiciendo a Lola, a ver ahora como me concentraba en este puñetero contrato.



CRISTINA

“Hola Silvia ¿Está Cloe?” le pregunté a la secretaría de Cloe. Silvia me sonrió y me dijo:​

  • No, lo siento Cristina, hoy no viene​
  • Oh, ¿Y eso?​
  • Está en un evento todo el día​
  • Ah, vaya​
  • ¿Quieres algo?​
  • Bueno, la llamo, gracias​
  • De nada​
  • Hasta luego​


Salí del despacho triste ya que iba con toda la ilusión del mundo a enseñarle mis grandes descubrimientos. Cogí el móvil y le escribí a Cloe pero ni me leía. Volví a mi mesa pensando que ya se lo enseñaría esta tarde, o mañana sábado.



Al sentarme en mi sitio, vi como Álvaro me observaba de soslayo, bastante azorado. Pensé en la paja de la tarde anterior. La verdad es que había sido algo excitante pero no pensaba repetirlo. Le había pedido más cosas pero ayer noche estuve leyendo con detenimiento los documentos y creía que con ellos era suficiente, así que de Álvaro ya no quería nada más.



Cloe me escribió un par de horas después, que hoy tenía todo el día liado, pero que si quería, podía ir a una cena con ellos y unos amigos. Le pregunté:​

  • Pero ¿Cena, cena?​
  • Claro​
  • ¿Sin orgías ni nada raro?​
  • Jajaja, a ver si te crees que estamos siempre de orgías​
  • Yo que sé​
  • No, es una cena con gente del evento, pero te puedes venir si quieres​
  • No, saldré con mis amigas si eso​
  • Vale, pero mañana te reservas todo el día conmigo, que tenemos que despedir tu “soltería” por todo lo alto​
  • Jeje, vale, y te llevaré los papeles, al final los he conseguido​
  • ¿Sí? Genial​
  • Te van a gustar, seguro​
  • Bien, bien, sí, tráelos, vente por la mañana y avisa que no duermes en casa jeje​
  • Jajaja, vale, vale​
  • Te dejo, chérie​


Pensé un rato sobre qué hacer esa tarde y noche. Escribí a Tony para ver si quedábamos, pero me contestó que era el cumpleaños de su padre y estarían por la tarde con ellos y luego cenando. Escribí a mis amigas pero, o no salían porque tenían cosas que hacer o salían con los novios, Todo el mundo ocupado. Me esperaba una tarde en casa viendo pelis.



Le mandé un correo a Claudia informando que la semana siguiente estaría de vacaciones, si tenía su visto bueno. Me respondió que sí. Le escribí a Borja diciéndole que cogiera el hotel. Luego, al terminar la jornada, salí rápidamente sin despedirme de nadie ni decirles nada de mis vacaciones, que les dieran a todos.



Me fui a mi casa y le conté a mi madre lo de mis vacaciones, y noté que me hacía mucha ilusión. Me fui a mi cuarto a pensar que me iba a llevar de ropa. Llevaba allí un rato cuando sonó mi móvil. Lo miré, era Álvaro. Torcí el gesto y pensé “Paso del raro ese”. Lo ignoré pero seguía llamándome y al final lo cogí:​

  • ¿Qué quieres, Álvaro?​
  • Joder, joder, la he liado​
  • ¿Qué? ¿De qué hablas?​
  • Creo que me han pillado​
  • ¿Cómo?​
  • Joder, joder​


Estaba super nervioso. Lo intenté calmar pero el tío nada, estaba de los nervios. Me rogó que fuera a su casa, que tenía que enseñarme una cosa. Le dije que no, ya no me interesaba nada que pudiera haber cogido del trabajo. Pero él insistía, que era muy fuerte lo que tenía, que debía verlo. Al final, le dije que sí, que me pasaba, ya sentía curiosidad. Me puse un vestido de verano, ni largo ni corto, con sandalias, aunque no pensaba hacerle nada ni insinuarme, ya no me interesaba nada de él.



En el metro empecé a arrepentirme, y estuve a punto de volver a casa, pero al final me bajé y fui a su casa. Me abrió un Álvaro de los nervios. Me dijo que esa tarde se había quedado un rato más cuando vio que Claudia salía a una reunión un poco después de irme yo y vio que se había dejado el móvil en su mesa. Como todo el mundo se había ido ya, se aventuró, cogió el móvil, entró en él y se puso a investigar en el repositorio, enviándose a su carpeta lo que parecía interesante. Y todo iba bien hasta, que de pronto, escuchó en la puerta del despacho de Claudia “¿Qué haces?”. Era Alfredo, el favorito de Claudia. Álvaro dio una excusa mala y se fue, y ahora estaba fatal. Lo tranquilicé pero pensando que sí, que la había cagado y bien.



Tras un rato de lloriqueos y temblores se empezó a calmar. Y me enseñó lo que quería mostrarme. Era una videoconferencia donde se veía a Claudia y otros dos hombres. Álvaro dijo:​

  • Ese es un representante de EFERVE, viene mucho a la oficina​
  • Ah ¿Y el otro?​
  • ¿No sabes quién es?​
  • No​
  • Es el marido de Claudia, un pez gordo de la empresa​
  • Ah, ya​


Escuchamos la conversación. Hablaban de un nuevo contrato. Lo identifiqué, era uno de los grandes del año pasado, una pasada de dinero, y de pronto, se pusieron a hablar de sus “comisiones”, sin ningún tapujo. Me quedé flipando. Miré a Álvaro con la boca abierta. Él asentía:​

  • Ya te lo dije, es muy fuerte, muy fuerte​


Y tanto, Cloe iba a flipar con esto. Le dije:​

  • Dámelo​
  • No​
  • ¿Qué? Dame ese lápiz USB, me lo llevo​
  • No​
  • ¿Por qué?​
  • Yo… me he arriesgado mucho, por ti, y me… no sé, no sé que le contará Alfredo, yo…​
  • Sí, lo sé, y te lo agradezco, pero con esto vamos a echar a esa zorra, ya lo verás​
  • Ya pero…​


Y de la forma que me miró, supe lo que quería. Suspiré y me senté en el sofá, quitándome las sandalias y luego echándome. Le haría otra paja, que remedio. Volvimos a repetir lo del día anterior, su manoseo a mis pies, sus besos y lamidas, su polla… y me empecé a excitar a pesar mía. Se quitó los pantalones y le volví a pajear con mis pies, pero entonces, una mano suya subió por mi pierna, acariciándome los muslos por la parte interna, y lo paré:​

  • Oye, no te pases, una paja y ya, como ayer​
  • ¿Qué?​
  • Nada de tocar​
  • Una mierda​


Y puso su mano en mis bragas, tocándome de forma brusca. Le quité la mano, cerrando las piernas y diciendo:​

  • ¡¡¡Pero que coño haces!!!​
  • No me voy a conformar con una paja después de todo lo que he pasado y habiéndote conseguido ese puto video​


Lo miré con incredulidad y dije:​

  • ¿Quieres que te folle por un video? ¿Tú estás tonto?​


Él me miró serio y luego, se levantó y se puso al lado mío, con su polla a pocos centímetros de mi cara, que giré hacia el lado contrario. Álvaro dijo:​

  • Si quieres ese video, tienes que darme algo más​


Giré la cabeza para mirarlo, su polla muy cerca de mi boca. Le dije:​

  • Está bien, puedes tocarme mientras te pajeo​


Álvaro dudó, pero luego se volvió a sentar. Puse un pie en su boca y otro en su polla, pajeándole despacio. Él chupó mis dedos mientras su mano acariciaba mi muslo y llegaba a mis bragas. Poco a poco, me fui excitando de nuevo, y aunque tocaba por encima de las bragas, sabía donde tocar. Noté como mojaba las bragas. Entonces dijo:​

  • Desabróchate el vestido​


Mi vestido tenía botones desde el escote hasta el ombligo. Quise negarme pero me lo desabroché, me excitaba verlo así. Me lo desabroché dejándole ver mi sujetador y mi vientre. Mi ropa interior no era sexy, era cómoda, blanca, pero a él lo puso como una moto. Se me escapó un gemido y entonces, él se levantó y se puso de nuevo al lado mío, su polla cerca de mi cara, pero lo que hizo fue meterme mano en las tetas mientras seguía con otra en mis bragas, por encima de la ropa.



Mis manos apretaban el sofá, me quería ir, pero a la vez, quería que siguiera, no entendía nada. Su mano se coló dentro de mi sujetador, tocándome el pezón, duro como una piedra por la excitación. Gemí de nuevo al notar como apartaba un poco mis bragas y metía un dedo dentro, acariciándome directamente el coño. Sacó su mano de dentro de mi sujetador, y dirigió su polla a mi boca. De nuevo giré la cabeza al lado contrario. Noté su polla contra mi cara y como un dedo entraba dentro de mí. Gemí más fuerte y giré de nuevo mi cabeza para mirarlo. Su polla se puso en mis labios pero no abrí la boca.



Entonces, su dedo encontró mi clítoris y lo acarició, arrancándome otro gemido. Su polla estaba ahora entre mis labios entreabiertos y ya no aguanté más, con un rápido movimiento, me quité las bragas, me abrí de piernas y cogí su polla para metérmela en la boca. Se la chupé con ganas mientras le acariciaba los huevos y él me metía dos dedos y, con el pulgar, me acariciaba el clítoris.



Después, le empujé al sofá. Me incorporé y me senté, metiéndomela. Me moví rápidamente encima de él. Álvaro me subió el sujetador, dejando mis tetas al aire. Las intentó chupar pero no le dejé por como me movía. El orgasmo me llegó rápido, intenso. Grité y arqueé mi espalda. Él aprovechó para cogerme las tetas. Caí sobre él, temblando. Busqué su boca y lo besé, metiéndole la lengua.



Me levanté y me quité el vestido y el sujetador. Me giré y me apoyé contra la mesa, para que me follara desde atrás, pero él me cogió y me tumbó en la mesa. Alzó mis piernas poniéndolas en sus hombros y me la metió. Me folló así un rato, entre jadeos de los dos. Sin parar de moverse, me cogió un pie y lo chupó con ansia. Me volví a excitar totalmente, gimiendo alto. Me corrí de nuevo al notar como él se corría dentro de mí.



Tras terminar, se echó para atrás y se tiró en el sofá. Bajé de la mesa y, cogiendo mi ropa tirada en el suelo, me fui al baño. Allí me limpié y me miré al espejo “¿Qué coño he hecho? ¿Cómo me he podido follar a este tío?”. Salí del baño ya vestida y calmada tras echarme agua en la cara y peinarme un poco.



Fui hacia donde él seguía sentado pero ya vestido. Cogí el lápiz USB y me lo guardé. Le dije:​

  • No he follado contigo por esto ¿Te enteras?​
  • ¿Qué?​
  • Eres un cabrón chantajeándome con esta mierda, he follado contigo porque me he calentado, solo por eso, no por tu chantaje de mierda, cabrón​


Y me fui. En el metro me puse a pensar en todo. Había follado con un tío que me daba hasta asco, y encima, a pelo, pero lo peor era que me había corrido dos veces y que el polvo había estado bien, muy bien. Estaba desquiciada con el sexo, lo sabía, lo notaba. Necesitaba que Borja estuviera ya aquí, centrarme en él y dejar atrás estas locuras. Entonces recordé lo que me había dicho Cloe esa mañana y sonreí “Sí, dejar atrás estas locuras pero lo de mañana no me lo pierdo, será mi última locura”.



Cuando me bajé del metro ya estaba tranquila. Había sido una tontería lo que había hecho con Álvaro pero ya está, un error. Lo bueno era lo contentos que se pondrían Cloe y Paco, se iban a llevar una sorpresa cuando le enseñara el video. Y la fiesta de mañana me ilusionaba y estaba deseando saber que había preparado Cloe. Entonces recibí un mensaje de mi madre preguntando donde estaba. Le dije que llegando a casa.



A los diez minutos entré en casa contenta y saludando. Mi madre me contestó que estaban en el salón. Fui allí sonriendo y me quedé pasmada al ver quien estaba en el salón. Borja me sonreía con cara de tonto. Se me acercó y me dio un beso. Luego me abrazó y entonces reaccioné y le abracé también. Conseguí decir:​

  • Pero.. pero… ¿Qué? ¿Cómo?​


Borja, muy sonriente, dijo:​

  • Una sorpresa, ya no aguantaba un día más sin verte​


Mi madre nos miraba sonriente y nos sentamos en el sofá. Borja me explicó que, aunque el plan era volver el lunes, esa mañana al ver mi mensaje sobre las vacaciones había convencido a su madre para volver ya y había cogido el hotel desde mañana hasta el siguiente domingo, una semana en la Costa del Sol en un hotel de cinco estrellas con todo pagado, que lo íbamos a pasar genial, blablabla… y yo solo pensando “¿Ahora cómo se lo digo a Cloe?” mientras asentía sonriendo.



Entonces Borja señaló varias bolsas con regalos y los repartió. A mi madre le había traído una pulsera muy bonita que a ella le encantó. A mí, varias cosas, un colgante, ropa,... Tras un rato de charla. Llegó mi padre. Nos pusimos a hablar los cuatro y también le dio un regalo a mi padre, una pipa para fumar. También, un típico souvenirs con la estatua de la libertad. Mi padre estaba también encantado con la pipa, casi nunca fumaba pero le gustaba coleccionarlas. Dijo:​

  • Venga, salgamos, os invito a cenar​


Pero mi madre dijo:​

  • Cariño, que llevan más de un mes sin verse, que se vayan solos, tendrán muchas ganas de hablar de sus cosas y no de estar con dos viejos​


Borja rio diciendo que no, que no era eso, pero se le notaba claramente que su idea era estar a solas conmigo. Me levanté y le dije:​

  • Sí, mejor salimos… me voy a duchar, ahora vengo​


Salí y me fui a mi habitación. Allí, le mandé un mensaje a Cloe explicándole lo que había pasado. Vi que lo leyó pero no me dijo nada. Esperé varios minutos mientras preparaba las cosas del baño pero no respondía. Me entró ansiedad y me fui a la ducha.



Cuando salí, Cloe seguía sin contestarme. Quise escribirle pero al final lo dejé. Me vestí con una falda amplia y una camiseta de tirantes que me había traído Borja así como el colgante. Entonces llegó mi madre llamando a mi puerta. Entró y me dijo muy flojito:​

  • ¿A ti qué te pasa?​
  • ¿A mí? Nada​
  • Estás muy seca con Borja​
  • Eso no es verdad, es solo que… no sé, no me lo esperaba​
  • Ya… pero ¿No estás contenta o qué?​
  • Claro que lo estoy​
  • Pues demuéstraselo, el chico estaba casi dando saltitos de nerviosismo en el sofá mientras te esperaba​
  • Mamá, no seas pesada​


Me miró seria unos segundos y luego, enseñándome la pulsera que se había puesto en su muñeca, me dijo:​

  • Es muy bonita ¿No?​
  • Sí​
  • Y cara​
  • No sé​
  • Y el regalo de tu padre lo mismo​
  • Ya​
  • Y mira que camiseta tan bonita, y ese colgante…​
  • Mamá, que lo sé​
  • Tiene buen gusto​
  • Dudo que lo haya comprado él, habrá sido la madre​
  • ¿Sí? No sé…​
  • Seguro, a él estas cosas no le interesan​
  • Pero es todo un detalle​
  • Que sí, mamá​
  • Si esta noche quieres pasar la noche fuera…​
  • ¿Qué? No​
  • Podéis iros a un hotel, es normal que después de tantos días queráis…​
  • MAMÁ, ya vale​
  • Solo digo que…​
  • Que ya vale, mamá, y déjame que termine de pintarme​


Me miró unos segundos y luego se fue. Me reventaba que me explicara las cosas como si fuera una niña. Terminé de maquillarme y salí.



Borja me miraba con una sonrisa. Nos despedimos de mis padres y tomamos el ascensor. Allí nos morreamos profundamente. Borja era todo manos tocándome por todos lados. Lo tuve que parar cuando el ascensor estaba a punto de llegar al bajo.



Nos fuimos a su coche. Cuando arrancó, volví a mirar el móvil. Cloe seguía sin escribirme.​
 
39



CLOE

Salí con Ade al jardín del restaurante donde habíamos cenado. Estaba llena y no me apetecía el postre, pero al resto sí, y aproveché para hablar con ella a solas. La miré, se había arreglado para la cena y lucía muy elegante y guapa. Era una cena de fin del evento de ese día y como Pablo había asistido al mismo, Ade había venido a la cena. Le dije:​

  • Estás muy guapa​
  • Se hace lo que se puede​


Sonriendo, sacó un cigarrillo y lo encendió. Fumó tranquilamente mientras escuchábamos las risas que nos llegaban desde la gran mesa, dentro del restaurante. Comenté:​

  • ¿Qué tal la semana?​
  • Te refieres al sexo ¿no?​
  • Sí​
  • Bueno, ya has escuchado las grabaciones ¿no?​
  • Sí​
  • ¿Y qué te parece?​
  • Creo que te lo has pasado bien​


Ade fumó, pensando. Entonces asintió y dijo:​

  • Estoy sorprendida, sí​
  • ¿Sorprendida de disfrutar follando con tu marido?​
  • Sí, pensaba que eso ya no iba a pasar​
  • Ay, Ade, es que eres demasiado cuadriculada​
  • Ya​
  • Te ha venido bien soltarte con él​
  • Eso parece​


Me miró unos segundos, dudando o pensando, hasta que dijo:​

  • Me ha venido bien sincerarme con él​
  • Ya​
  • Bueno, sincerarme hasta cierto punto, no le pienso contar mis infidelidades pasadas​
  • ¿Entonces?​
  • Me refiero a sincerarme en la cama, en hacer lo que me apetece​
  • Es que es lo normal​
  • Ya, lo será para ti, para mí no​


Tiró el cigarro, pero al poco, volvió a encender otro, estaba nerviosa. Dijo:​

  • Ayer hablé con Lola sobre el trío​
  • ¿Sí? ¿Y qué dijo?​
  • Ella encantada, ya sabes lo zorra que es​
  • Jeje​
  • Pero se le ocurrió que quería también un trío con su novio​
  • Ah​
  • A ver, el novio está bueno, por mí encantada, pero es que se le ha ocurrido que quiere ser totalmente franca con Guille y solo hacer el trío si nuestras parejas saben que será en los dos lados​
  • ¿Y a ti no te gusta eso de decirle a Pablo que te vas a acostar con Guille?​
  • No, no me hacía ni puta gracia, pero se lo dije ayer noche​


La miré con sorpresa. Me contó todo, y también la llamada de esa mañana con Lola. Terminó diciendo:​

  • No creo que Pablo quiera que me folle a Guille​
  • No te ha dado un no rotundo ¿no?​
  • No pero… lo conozco, aunque se muera de ganas de follarse a Lola, eso otro no lo va a permitir​
  • Ya​
  • Jodida Lola, podríamos haber hecho los tríos cada uno por su lado y ya está, pero no, la tonta ha querido ser franca, menuda estúpidez​
  • Jaja, a mí me parece bien​
  • Claro, es lo que ella decía, como tú y Paco, como si fuera lo normal​
  • Nosotros estamos muy bien sin secretos​
  • Vosotros sois vosotros, no sois normales​
  • Jajaja​
  • Pero bueno, al menos Pablo no se ha enfadado y está receptivo… quizás me lo pida con otra chica, no sé​
  • ¿Harías un trío con otra chica?​
  • Quizás, no sé, ahora mismo estamos probando cosas nuevas… nuevas para él, claro… no sé como no se da cuenta que sé muchas cosas que no debería saber jeje​
  • Jajaja​
  • Me dijo que pensaba que veía mucho porno, pero ahora piensa que es cosa de Lola, que me cuenta que hacer en la cama jajaja​
  • Jajaja​
  • Ya ves tú, si ella ha aprendido de mí… en fin ¿Volvemos dentro?​
  • Sí​
  • Cloe, gracias por obligarme a esto, estoy mucho más tranquila ahora​
  • ¿Más tranquila?​
  • Sí, en casa, antes no lo estaba, odiaba todo y… ahora estoy deseando que llegue la noche… a ver Pablo cuanto tiempo aguanta mi ritmo jeje​
  • Jajaja, ayyy, si es que eres una zorra pero no te gusta que se sepa jajaja​


Y la cogí del brazo y entramos en el restaurante, pero entonces me acordé de algo y volví a salir. Miré el móvil, aún estaba jodida por el mensaje de Cris y su novio. Me había fastidiado totalmente el fin de semana y mis planes. Estaba enfadada aunque sabía que no era culpa de Cris. Le escribí:​

  • No pasa nada, lo entiendo… nos vemos a la vuelta de tus vacaciones, disfruta​


CRISTINA

La cena fue bien, Borja muy pesado con su viaje y sus planes en Londres, pero bien. Tras la cena, fuimos a un bar donde estaban sus amigos. Allí, bebimos algo, bailamos, nos morreamos un poco… pero no conseguía animarme del todo, sentía dentro de mí una sensación fuerte de culpabilidad, y seguía preocupada porque, aunque había visto el mensaje de Cloe y parecía normal, intuía que estaba enfadada. Le había querido escribir pero Borja no me dejaba tranquila ni un minuto.



Cerca de las doce, Borja me dijo de irnos y yo, encantada, le dije que sí. De camino al coche, me dijo:​

  • Podríamos ir a un hotel, cari​


Lo miré, sabía que es lo que debía hacer pero no tenía cuerpo, me sentía mal porque solo hacía unas horas había follado con otro tío, me sentía muy sucia y zorra. Le mentí diciéndole:​

  • Es que… tengo la regla​
  • ¿Qué? No me jodas​
  • Sí, lo siento​
  • Joder, con las ganas que tengo de…​
  • Lo sé, yo también, pero así ya sabes que no me gusta… vamos al picadero y allí te hago una mamada, me apetece mucho​


Le dije falsamente, pero a Borja le gustó la idea. En el coche, mientras él conducía, cogí el móvil y le pregunté:​

  • Mañana ¿A qué hora salimos?​
  • No sé, cuando tú quieras, cuenta unas 4h de coche o así​
  • Ajá… es que tengo que llevarle unos papeles a Cloe​
  • ¿Mañana?​
  • Sí, había quedado con ella​
  • ¿Papeles de qué?​
  • Del trabajo, claro, como voy a estar una semana fuera, se los quiero dar​
  • Bueno, vale​
  • Me llevas y luego nos vamos ¿No?​
  • De acuerdo​
  • Le voy a decir que estaremos en su casa sobre las… ¿11?​
  • Sí​


Le escribí a Cloe:​

  • Lo siento mucho, de verdad, ha sido inesperado, no te miento… no te enfades​


Pensé unos segundos que más ponerle y entonces me escribió:​

  • No estoy enfadada, tonta, sé que no es culpa tuya, pero estoy decepcionada, tenía grandes planes​
  • Ainssss, lo sientooooo​
  • Tú disfruta, te mereces esas vacaciones​
  • Gracias​
  • Buenas noches​
  • Espera, mañana antes de salir de viaje, te voy a llevar los papeles​
  • No importa, me los das cuando vuelvas​
  • No, no, creo que es importante, te los llevo, vas a flipar​
  • Bueno, como quieras​
  • Sobre las once estaremos allí​
  • ¿Estaremos?​
  • Sí, me llevará Borja​
  • Vale​
  • Buenas noches​
  • Buenas noches, chérie​


Me sentí más aliviada y tranquila, Borja me dijo:​

  • ¿Tanto escribir para decirle solo eso?​
  • Ya hemos charlado un poco ¿Te importa o qué?​
  • No, no… es que…​
  • ¿Qué?​
  • Que pensaba que solo le ibas a decir eso​
  • Somos amigas, le he preguntado por una cena que ha tenido hoy ¿Vale?​
  • Vale, vale, no te enfades​
  • No estoy enfadada​


Pero sí lo estaba. Entonces me acordé del polvo con Álvaro y se me fue el enfado. Le dije:​

  • Estoy cachonda, tengo ganas de chupártela​
  • ¿Sí?​
  • Claro, y mañana ya no tendré la regla así que prepárate, me debes muchos polvos​
  • Jajaja, no hay problema jajaja​


En cuanto Borja aparcó, nos fuimos atrás y nos enrollamos. Borja era todo manos y lengua. Intenté calmarlo un poco, ir más despacio pero era imposible, estaba a mil. Se la saqué y empecé a chupar despacio. No me apetecía mucho pero el sentimiento de culpabilidad me impelía a hacerle una buena mamada. Borja, mientras yo se la chupaba, me metía mano en el culo, dentro de la camiseta cogiéndome las tetas, todo muy brusco.



En menos de treinta segundos se corrió, casi sin darme cuenta. Aguanté la corrida en la boca, y cuando terminó, fui a hacer lo de siempre, abrir la puerta y escupirlo, pero entonces me paré. Estas semanas había tragado bastante semen de otros, y el suyo casi nunca. Lo miré y me lo tragué. A él le encantó, me miraba con cara de tonto y vicio. Le enseñé la lengua y me reí al ver su cara. Me dijo:​

  • Joe, sí que tenías ganas​
  • Claro​


Nos recompusimos y me llevó a casa. Me despedí de él y subí a mi casa. Mis padres ya estaban acostados y, tras una rápida visita al baño y limpiarme los dientes, me acosté.



ADE

Miré la hora mientras Pablo abría la puerta de nuestra casa. Eran las doce y media, hacía mucho que no salíamos y volvíamos tan tarde. Los niños estaban con mi madre así que no pasaba nada por llegar tarde. Me notaba algo achispada, pero no demasiado. Le dije:​

  • ¿Tomamos una última copa antes de acostarnos?​


Pablo me miró entre sorprendido y divertido. Nos fuimos al salón y las preparó. Me dio mi copa y bebí, los dos de pie. Entonces dije:​

  • Hoy me ha llamado Lola​


Pablo me miró expectante. Bebí de nuevo y él, impaciente, preguntó:​

  • ¿Y?​
  • Anoche se lo contó a Guille​
  • ¿Lo del… trío?​
  • Sí, claro​
  • Ah​
  • Guille está… entusiasmado​
  • ¿Cómo?​
  • Que le parece bien​


Pablo me miraba como si no pudiera creérselo. Dijo:​

  • ¿Le parece bien que yo mmmm que yo mmm con Lola…?​
  • Sí, le parece bien que te folles a Lola​
  • Que fuerte, joder, que fuerte​


Oculté una mueca, otra vez estaba con lo de “fuerte“. Continué:​

  • Y quiere follarme​
  • Joder​


Pablo se bebió todo el vaso de un trago. Luego dijo:​

  • Joder, es que es… es muy fuerte, joder​
  • Ya​
  • ¿Y tú quieres follártelo?​


Lo miré unos segundos, y luego le pregunté:​

  • Pablo, si hablo con franqueza ¿te enfadarás?​
  • No, yo… no, claro que no, yo…​
  • En serio, Pablo… sabes que no estamos bien, hemos estado meses y meses sin follar, a mí no me apetecía, y creo que a ti tampoco, pero quiero cambiar eso, por eso estamos probando cosas nuevas, y te estoy diciendo las cosas que quiero probar o, incluso, si quieres probar algo, estoy dispuesta a probarlo, o quizás no, pero estoy dispuesta a escucharte sin enfadarme, estoy abierta hasta cierto punto a casi todo y, aunque tendré un límite, no me enfadaré si llegas a él​


Pablo me miraba sin decir nada. Continué:​

  • Me apetece descubrir mi lado.. mi lado de zorra, y quiero que sea contigo, claro​
  • Ya pero…​
  • A tu pregunta, sí, me gustaría follármelo, pero si tú quieres, y si no quieres, no pasa nada​
  • Joder​


Me bebí el resto de la bebida y fui a poner otras dos copas. Pablo me miraba sin decir nada. Entonces dijo:​

  • Ese vestido te hace un culo fantástico​


Me giré sorprendida, hacía muchísimo que no me decía algo así, ni me acordaba. Le sonreí y dije:​

  • Gracias… pues este culo fantástico tiene ganas de guerra​
  • ¿Sí? Joder, me sorprende lo que te ha gustado eso​


Fui hacia él y le di la copa. Le dije:​

  • ¿Eso?​
  • Sí… ya sabes… por detrás​
  • Me gusta porque… porque es algo guarro, nuevo y duele​
  • ¿Duele? Oh, lo siento, yo…​
  • No, es parte de lo morboso, me gusta que duela​
  • Ah​


Mirándome con cara de tonto. Le dije:​

  • ¿Sabes lo de ese famoso libro, las sombras de no se qué?​
  • Sí​
  • Quiero probar algunas cosas de ahí​
  • Pero si eso va… ¿No va de atar y… azotar?​
  • Sí​


Lo miré a los ojos, él con cara de sorpresa total dijo:​

  • Me… me estás diciendo que quieres… ¿Quieres que yo te azote???​
  • Puede, podríamos empezar por lo de atar y luego… luego ya veremos ¿no?​
  • Joder, Ade, que fuerte​
  • Pablo, si te incomodan estas cosas, que te proponga estas cosas, dímelo​
  • No, yo… es solo la sorpresa​
  • ¿Seguro?​
  • Sí, me mmmm me gusta que me las digas​


Nos miramos sin decir nada, bebiendo. Me estaba poniendo cachonda, muy cachonda. Bebí de un trago mi bebida, la dejé en la mesa y me arrodillé. Le bajé la cremallera y le saqué la polla, la tenía dura y eso me gustó. Me la metí en la boca, mirándolo desde abajo. Comencé a mamársela. Pablo me miraba con vicio aunque, debido a su barriga, no veía la mamada, solo mi cabeza y mis ojos mirándolo. Tras un rato, paré y le masturbé con la mano, mientras le decía:​

  • Guille le ha dicho a Lola otra cosa​
  • ¿Qué?​
  • Que preferiría los cuatro juntos​
  • ¿En serio?​
  • Sí, dice que le gustaría ver como te follas a Lola​
  • Joder​


Volví a meterme su polla en la boca y seguí con la mamada. Le desabroché el pantalón y tiré de él hacia abajo, y luego de sus calzoncillos. Le cogí los huevos con suavidad. Aumenté el ritmo de la mamada hasta que él dijo:​

  • ¿Te… te gustaría que te… te folláramos los dos a la vez?​


La pregunta me sorprendió. Paré la mamada y lo miré. Dije:​

  • Sí, me encantaría​
  • Joder​
  • ¿A ti te gustaría verme follar con Lola?​
  • Ya te digo ¿Le comerías el coño?​
  • Claro, y el culo si quieres para que luego tú se lo folles​
  • Joder​
  • ¿Te gustaría ver como me folla Guille?​
  • N… puede​
  • ¿Te gustaría ver como se la chupo?​


Y comencé una mamada rápida, sabía que no iba a tardar en correrse chupándosela de esa manera. Pero entonces paré y, mirándole desde abajo, le dije:​

  • ¿No quieres ver como la zorra de tu mujer se la chupa a otro?​


Pablo me miraba con ojos desorbitados. Temí estar pasándome pero ya no podía parar, me estaba poniendo muy cachonda. Le dije mientras movía la mano masturbándole rápido:​

  • ¿Quieres que le coma la boca a Lola? ¿Eso te gustaría?​
  • Síííí​
  • ¿Quieres ver como me come el coño?​
  • Síííí, joder, me estás matando​
  • ¿Qué más quieres? Dime, pide​
  • Quiero…​
  • Venga, pide, soy una zorra, haré cualquier cosa, pide​


Y me la metí en la boca, sabía que estaba a punto de correrse. Chupé con ganas mientras él gemía y cuando se iba a correr, dijo:​

  • Quiero mearte en la cara, zorraaaaaa​


Me quedé sorprendida y paré la mamada, mientras él se corría en mi boca. Retuve la corrida y me levanté. Abrí la boca para enseñársela y me lo tragué. Luego, lo besé con lengua. Terminé bruscamente el morreo y lo miré fijamente mientras pensaba “Joder, puto degenerado, vaya idea, menudo asco…” pero, a la vez, me había puesto aún más cachonda. Pablo, muy apurado y avergonzado, me dijo:​

  • Yo, lo siento, no sé porque he dicho eso, yo…​
  • No pasa nada, te he dicho antes que no me iba a enfadar​
  • Ya pero…​


Me giré y me dirigí hacia la puerta mientras me desabrochaba el vestido. Le dije:​

  • Está bien, vamos a probar eso en la bañera, pero luego quiero que me folles duro y por el culo, que duela​
 
40



Sábado

CLOE


Bajé y escuché como Paco estaba en la cocina, preparando el desayuno. Le di un beso y me senté a tomar el café que me acercó. Le dije:​

  • Hoy viene Cris​
  • ¿Y eso?​
  • Me escribió anoche​
  • Pero ¿No estaba con el novio?​
  • Sí, viene con él… creo que luego se van a sus vacaciones​
  • ¿Y a qué viene? ¿A disculparse por dejarte tirada?​
  • No, no hace falta disculparse por eso, es totalmente entendible​
  • ¿Entonces?​
  • A darme más papeles de lo de Claudia​
  • Ah, pero si eso ya lo tenemos cerrado con Pablo, tenemos todo lo necesario​
  • Sí, le he dicho que no pasaba nada si me lo daba dentro de una semana pero ha insistido y no he querido despreciarle ese trabajo, que se ha tomado mucho interés por conseguirnos la información​
  • Ya… yo creo que será una excusa para disculparse, se sentirá mal​
  • Puede ser, no sé​
  • Qué lástima, con los planes que habías preparado​
  • Sí, una verdadera lástima​
  • ¿En serio no estás enfadada?​
  • No, estoy triste, pero ella ya nos lo dijo, que cuando llegara el novio, todo se acababa​
  • ¿Ahora sí te lo crees?​
  • Jajaja, ni de broma… tiene una semana para valorar si con el novio tiene suficiente o no​
  • Jeje, y tu apuesta está clara ¿No?​
  • Sí​
  • ¿Vas a influir en ella?​
  • No, nada, es mayorcita, vendrá a mí ella sola​
  • Jajaja​
  • Pero la echaré de menos, mucho​
  • ¿Por el sexo?​
  • Por eso pero sobre todo porque me gusta estar y charlar con ella​


Y era verdad, Cris se había hecho un hueco en mi círculo más íntimo que prácticamente era solo Paco y un poco Roby.



CRISTINA

Me levanté temprano y me metí en el baño para ducharme y arreglarme para el viaje. Me depilé a fondo y me miré desnuda al espejo. El moreno que había cogido estas semanas me quedaba genial. No se apreciaba tono blanco en los pechos, y en el pubis y culo poco.



Miré mi pequeña franja de pelo del pubis. Me puse a pensar, y creía recordar que Borja siempre me lo había visto igual, esa estrecha franja, muy recortada y cuidada. No me gustaba dejarme pelo ahí pero tampoco quitármelo, pensando que con mi delgadez me haría parecer una cría, pero Cloe lo llevaba totalmente depilado y le quedaba genial, pero claro “Cloe es una mujer con todas las letras, y una mujer muy sexi, en cambio yo con estas tetas…” pensé. Me acaricié los pelos mientras seguía meditando “¿Le gustaría a Cloe? pero ¿Qué hago pensando eso? Eso ya se acabó, debo pensar si le gustará a Borja, estúpida” Entonces, cogí la maquinilla y me lo quité todo. Me aparté del espejo y me examiné “Bueno, mal, mal, no me queda ¿No?”



Me puse crema por todo el cuerpo y al rato, salí con un albornoz. Escuché ruido en la cocina, sería mi madre, pero fui a mi habitación, cerrando la puerta para vestirme y preparar la maleta. Me puse ropa interior cómoda, un pantalón corto y una camiseta. Luego, fui metiendo cosas en la maleta. Al rato, mi madre llamó a la puerta y entró:​

  • Buenos días​
  • Buenos días, mamá​


Me acerqué a ella y le di un beso. Luego, volví al armario, mirando. Ella se acercó y curioseó en mi maleta. Preguntó:​

  • ¿Qué tal anoche?​
  • Bien​
  • Llegaste pronto​
  • Sí, queremos salir pronto​
  • ¿A qué hora?​
  • Vendrá a recogerme sobre las diez​
  • Ajá… ¿Tienes ganas de ir?​
  • Claro, mamá, muchas​
  • Ayer no lo parecía​
  • Ayer estaba un poco… sorprendida, solo eso​
  • Ya, solo eso​
  • Sí, mamá ¿Qué iba a ser?​
  • No sé, te noté rara​
  • ¿Rara?​
  • Muy apática con él​
  • Para nada, mamá, para tu información, sí, tuvimos sexo ¿Contenta?​
  • Ni contenta ni descontenta, lo veo algo normal, lo anormal hubiera sido no tenerlo con tu novio que no ves desde hace cinco semanas​
  • Ya, pues ya está, lo tuvimos, fin del tema​
  • Venga, vente a desayunar, luego te ayudo con la maleta​
  • Mmmm​
  • Vamos, que hay tiempo de sobra​


Y me fui con ella. Al rato apareció mi padre con cara de sueño. Charlamos y luego mi madre me ayudó con la ropa, recordándome cosas que me tenía que llevar. Borja llegó puntual y me despedí de ellos. En la puerta, mientras yo esperaba al ascensor, mi madre dijo:​

  • Y llama todos los días​
  • Que sí, mamá​
  • Y si necesitas dinero o…​
  • No, mamá​
  • O lo que sea, llama rápido​
  • Que sí, mamá​


Llegó el ascensor y fui a ellos y volví a abrazarlos y besarlos. Luego bajé y Borja me ayudó con la maleta tras darme un buen beso. Fuimos al chalet de Paco y Cloe escuchando música y charlando. Cuando llegamos, nos abrió Paco que me besó y saludó efusivamente a Borja. Le pregunté por Cloe y me dijo que estaba en el despacho. Fui para allá con los papeles y el lápiz USB mientras Paco y Borja salían fuera al jardín.



Llamé y entré en el despacho. Cloe levantó la vista y me sonrió. Me acerqué a ella y le di dos besos. Luego, le pasé los documentos y nos pusimos a revisarlos. Notaba a Cloe fría, distante, no estaba enfadada pero no era la Cloe cariñosa de siempre. Tras media hora revisando todo, me miró con una sonrisa y dijo:​

  • Esto es perfecto, muchas gracias, Cris​
  • Te vale ¿No?​
  • Claro, es lo que necesitábamos ¿Te costó conseguirlo?​
  • No, que va​


Pero pensé en el sexo con Álvaro y noté como me subían un poco los colores. Aparté la mirada y saqué el lápiz. Cloe me miraba atentamente a los ojos. Le di el lápiz diciéndole:​

  • Pon esto, vas a flipar​


Cloe ni miró mi mano, seguía mirándome fijamente. Me puse nerviosa y entonces, miró mi mano y cogió el lápiz. Estaba deseando ver su reacción, por eso no había podido esperar a volver de mis vacaciones o dárselo a mis padres para que se lo trajeran. Lo puso en su portátil. Nos pusimos a ver el video. Yo miraba a Cloe, buscando su reacción. Cloe, intrigada, escuchaba y miraba hasta el momento donde hablaban de las comisiones. Me miró con los ojos muy abiertos. Entonces, se levantó y salió fuera llamando a Paco. Paco y Borja se acercaron pero Cloe dijo:​

  • Perdona, Borja, es una cosa confidencial del trabajo, ahora te devuelvo a los dos, serán cinco minutos​


Paco entró en el despacho con Cloe, que puso el video de nuevo. Paco, al escuchar lo de las comisiones, nos miró sonriendo y dijo:​

  • Están acabados, totalmente acabados​


Y me apretó en un hombro, de forma efusiva pero suave. Les sonreí ampliamente, contentísima al ver sus reacciones. Paco dijo:​

  • Cris, no sabes lo bien que nos viene esto​
  • ¿Sí? Genial​
  • Sí, sí, que bien calada te tiene Cloe, siempre ha dicho que ibas a conseguirlo, ni un momento lo ha dudado​


Miré a Cloe poniéndome colorada. Ella rio. Paco salió del despacho para ir con Borja, riendo a carcajadas. Miré a Cloe que cerró el portátil, mirándome con una sonrisa. Le dije:​

  • ¿De verdad no lo dudabas?​
  • Claro que no dudaba​
  • Yo sí he dudado mucho, pensaba que no iba a conseguirlo​
  • Sabía que harías cualquier cosa por conseguirlo​


Se levantó y nos dirigimos fuera del despacho, pero antes de cruzar la puerta, me cogió y me puso contra la pared, mirándome de frente, casi pegada. Tras unos segundos me preguntó:​

  • ¿Estuvo bien el sexo?​
  • ¿Qué sexo? (pensando que se refería a sexo con Borja anoche)​
  • Con ese chico ¿Álvaro me dijiste?​


Me quedé anonadada. No dije nada pero ella, sonriendo, continuó:​

  • Chérie, te conozco bien, eres un libro abierto para mí​


Y fue a besarme. Giré la cabeza y dije:​

  • No, Borja…​
  • ¿Qué?​
  • Ya está aquí Borja, no pienso ponerle más cuernos​


Nos miramos sin decir nada. Entonces dijo:​

  • Esto no son cuernos, es mi despedida​
  • ¿Despedida? Solo me voy unos días​
  • Despedida de nuestro pequeño “affair”​


Y fue de nuevo a besarme. Esta vez, no giré la cabeza y respondí a su beso. Cloe besaba genial, muy diferente a Borja, apasionada pero sin brusquedad, con su lengua moviéndose pero sin atosigarme, y sus manos acariciando, sin apretar. Cuando paró el beso me tenía temblando. Me miró y dijo:​

  • ¿No estuvo bien el sexo con ese chico?​
  • Fue… raro​
  • ¿Raro?​
  • No sé que me pasó…​
  • Pero disfrutaste​
  • Sí, pero no lo hice por conseguir ese video, fue… me calenté, no sé​
  • Eso me lo tienes que contar con detalle cuando vuelvas​


Fue a separarse de mí pero entonces la besé yo, ahora tocaba mi despedida. Saboreé su boca, mis manos recorrieron su cuerpo con lentitud. Nos separamos a regañadientes. Me dijo:​

  • Chérie, te voy a echar mucho de menos​


No quise decirle lo mismo, no quise darle esperanzas. Me dijo:​

  • Había preparado una despedida por todo lo alto​
  • ¿Con los chicos?​
  • Con ellos y con Paco​
  • ¿Paco?​
  • Sí, los cinco… juntos​


Me miró a los ojos ¿Quería decir follando los cincos juntos? ¿Paco también? Entonces, salió, dejándome allí temblando. Fui al baño a echarme agua, me notaba totalmente encendida. Cloe salió fuera diciéndole que estaba en el baño, que ya salía. Estuvimos con ellos un rato más y luego nos despedimos.



PACO

Tras despedir a la parejita, entramos en la casa y Cloe me dijo:​

  • Este video nos pone aún mejor las cosas​
  • Ya te digo​
  • Esto va a ser… ¿Cómo lo decís en España?​
  • Coser y cantar​
  • Eso​
  • ¿Y cómo lo consiguió?​
  • ¿Preguntas si se lo folló para conseguirlo?​
  • Sí​
  • Mmmmm según ella, no, dice que se lo folló porque se calentó​
  • Jajajaja ¿La crees?​
  • Creo que sí, Cris se enciende muy rápido y seguro que se puso muy contenta al ver el video y si el chico supo jugar sus cartas…​
  • ¿No la ves follando por algo así?​
  • Mmmmm no lo tengo claro​
  • Jejeje, la cuestión es que esto nos lo deja en bandeja de plata​
  • Sí​


Y Cloe me sonrió mientras se desnudaba para irse a la piscina, haciéndome un gesto para que la siguiera. Cris se calentaba rápido, pero Cloe era igual.



PABLO

Me levanté al escuchar la tele en el salón y a los niños gritando. Fui al baño y luego salí. Los niños ni me miraron cuando me dieron los buenos días, absortos en la tele. Les pregunté:​

  • ¿Cuándo os ha traído la abuela?​
  • Hace un rato​


Entonces fui a la cocina. Ade estaba al teléfono y enfadada. Me miró pero siguió hablando. Me eché un café y me senté. La miré. Llevaba unas mallas y una camiseta. Hablaba con la chica que teníamos para la limpieza y comida, y estaba enfadada porque no encontraba algo. le soltaba una bordería tras otra a la chica. Miré su culo y pensé en la noche anterior, en todas las barbaridades que habíamos hecho, y en lo bien que me lo había pasado, pero ahora, viéndola así de enfadada, pensé que ella se había levantado de mal humor. Lo cierto es que me había pasado mucho en muchas cosas, tenía que estar cabreada y con razón.



Mientras seguía buscando y hablando con la chica, se puso a prepararme unas tostadas. Entonces colgó y dijo:​

  • La voy a echar, no hace más que mover las cosas de sitio, y mira que se lo digo, pero ni puto caso​


Terminó las tostadas y me las trajo. Y entonces, se inclinó y me dio un beso en los labios diciendo “buenos días”. Me sorprendió, hacía años y años que no me daba los buenos días así. La miré perplejo. Se sentó y me dijo:​

  • Anda, come, que anoche gastaste mucha energía​


Y me sonrió. Le dije:​

  • Pensé que estarías… de mal humor​
  • ¿Por la llamada a la tonta esa? No, me he levantado de muy buen humor​
  • Ah, pero anoche hicimos cosas que…​
  • Anoche fue anoche, te dije que no me enfadaría con nada, y así sigo​
  • Ah​
  • Fue divertido ¿No?​


La miré totalmente confundido. Me vino a la cabeza la imagen en la bañera y sentí vergüenza, aunque también excitación. Le dije:​

  • Ade, yo.. lo sie…​
  • Y eso “especial” también, muy guarro pero…​


Torció el gesto en una media sonrisa. Se levantó y dijo:​

  • Había pensado en hacer esa pasta que tanto te gusta​
  • Ah, va… vale​
  • Por eso estaba llamando a Ceci, no sé donde ha puesto los condimentos, ahora miraré ahí arriba​


Me levanté y la abracé desde atrás. Le dije al oído:​

  • Dile a Lola que sí​


Ade se giró aún en mis brazos y me sonrió. Dijo:​

  • ¿Seguro?​
  • Sí​
  • ¿Los dos tríos?​
  • Sí​
  • Vale, seguro que será muy excitante y divertido para todos​


Y me besó. Luego, me dijo:​

  • Lo organizaré con ella​
  • Ajá​
  • El primero será entre nosotros, eso seguro​
  • De acuerdo​
  • Y vete pensando que cositas quieres que hagamos entre nosotras, aunque Lola tiene experiencia con chicas, nos guiará bien​


Asentí y me volví a sentar. Ade siguió buscando cosas y la miré pensando “Esto es muy fuerte, veremos si no me arrepiento”. Entonces, cogí una tostada y empecé a comer con ganas.



CRISTINA

Cuando llegamos a Marbella, fuimos directamente al hotel. Había sido un viaje largo porque habíamos ido tranquilos, parando varias veces para descansar, comer,... Llamé a mi madre para contarles que habíamos llegado bien y subimos a nuestra habitación para ponernos los bañadores e irnos a la playa. Revisé la habitación, estaba bastante bien, grande, una buena cama, una buena tele, el cuarto de baño me gustó… Borja había elegido bien. Me asomé y vi el mar, azul y con un sol radiante, sonreí contenta.



Luego, fuimos a sacar las cosas de las maletas pero empujé a Borja sobre la cama y me eché sobre él, besándolo, había que probar esa cama. Le quité la camiseta y las bermudas. Su polla saltó ya dura. Me la metí en la boca, chupándola un poco. Luego, me levanté y me fui desnudando despacio, para que me viera. Me quité la camiseta, luego el pantalón corto, y luego el sujetador. Le dije:​

  • ¿Te gusta como se me ha pegado el morenito?​
  • Sí, nena, estás fantástica​


Me giré dándole la espalda y me bajé las bragas. Le mostré mi culo y le dije:​

  • ¿Y te gusta aquí?​
  • Joder ¿Has tomado el sol desnuda?​
  • No, tonto, he tomado unas sesiones, para ti ¿No te gusta?​
  • Ya te digo, joder, que culo, cariño​


Había pensado en esa excusa porque no quería contarle la verdad. Entonces me giré y observé su cara. Me miró con vicio y me gustó. Le pregunté:​

  • ¿Me queda bien por delante?​
  • Jooooder​
  • ¿Sí? ¿Y te gusta así, todo depiladito?​
  • Síiii​


Me volví a echar sobre él, besándolo con pasión. Luego, me puse sobre él y fui a metérmela cuando él dijo:​

  • Espera, el condón​
  • Da igual​
  • ¿Te da igual?​
  • Sí, ya sabes que tomo protección​
  • Ya, pero no te gusta ¿No?​
  • Hoy sí, esta semana sí​


Y me senté sobre su polla, metiéndomela poco a poco. Me moví despacio aunque vi claramente que no iba a tardar en correrse así que me moví rápido y le dije:​

  • Córrete, cariño, córrete​


Se corrió gimiendo y estremeciéndose, llenándome por dentro. Me eché sobre él, besándole en el cuello. Borja dijo:​

  • Joder, lo siento, no he podido…​
  • Da igual, me ha gustado​


Sí, me había gustado pero ni me había dado tiempo a ponerme cachonda de verdad. Le dije:​

  • Luego, cuando volvamos de la playa, me toca a mí ¿Vale?​
  • Claro, claro​


Me levanté y me fui al baño a limpiarme, luego sacamos la ropa y nos vestimos para la playa. Empezaban las vacaciones y pensaba tomar mucho el sol y follar mucho con mi novio, vaya que sí.



Cuando bajamos, Borja dijo de ver la piscina. Era grande y no había mucha gente. Él quiso quedarse pero yo estaba deseando pisar la playa, la arena, meterme en el mar… llevaba un año sin meterme en el mar y no podía esperar más.



En la playa sí había mucha gente y tuvimos que andar unos minutos hasta encontrar un hueco donde poner la toalla que no estuviera muy lejos de la orilla. Luego, me fui rápidamente al agua, metiéndome en ella. Estaba fría pero me encantó. Nadé hasta que llegó Borja. Me abracé a él, rodeándolo con mis piernas y morreándolo. Borja estaba guapísimo, mojado, sonriente, me puse cachonda pero allí era imposible hacer algo con tanta gente. Me separé de él y nadé.

Cuando salimos para tumbarnos en las toallas, le dije:​

  • Voy a hacer topless​


Borja me miró sorprendido. Le pregunté:​

  • ¿Te molesta o qué?​
  • No, es que me has sorprendido, el año pasado te tuve que insistir mucho​
  • No voy a echar a perder mi moreno ¿no?​


Quitándome la parte de arriba del bikini y tumbándome. Estuvimos allí un par de horas, hasta que el sol estaba ya demasiado bajo. Entonces, volvimos al hotel. Ya en nuestra habitación, llevé a Borja al cuarto de baño y nos metimos juntos en la bañera. Activé la ducha para quitarnos la sal y nos morreamos bajo el caño de agua. Le cogí la polla que la tenía ya dura y moví mi mano, pero le dije:​

  • Estoy cachonda​
  • Ya lo veo​


Le empujé la cabeza hasta mis tetas y me chupó los pezones. Busqué su mano y la puse en mi coño. Me masturbó torpemente mientras me comía las tetas. Con mi mano, le indicaba donde tocar, como hacerlo, pero se resistía, quería hacerlo como él quería que estaba mal. Me estaba ofuscando y enfadando, pero intenté relajarme. Le dije:​

  • Haz que me corra​


El farfulló algo sin dejar de chuparme un pezón. Le insistí:​

  • Haz que me corra, déjame guiarte​


Entonces él paró y me dijo:​

  • Date la vuelta y te follo​


Estuve tentada a hacerlo pero sabía que era capaz de correrse rápido y no darme tiempo, y necesitaba correrme. Le dije:​

  • No, sigue así, luego me follas y te corres en mi cara si quieres​


Él me miró sorprendido. Le volví a empujar la cabeza para que siguiera chupando mi pezón y volví a cogerle la mano, guiándole. A pesar de su torpeza, conseguí llegar a un orgasmo. Luego, me giré y me incliné un poco. Él me cogió por las caderas y me folló rápido. Me estaba gustando pero sabía que Borja no aguantaría mucho más. Le dejé un poco más y luego, me volví a girar y, poniéndome de rodillas, le miré desde abajo, abriendo mi boca y sacando la lengua. Se corrió al momento, echándomelo todo en un ojo. Los cerré. Luego, me metí su polla en la boca y chupé un poco. Cuando me levanté, me aclaré con el agua y abrí los ojos. Borja me miraba alucinado. Le pregunté:​

  • ¿Te ha gustado?​
  • Joder, estás… estás… pareces otra​
  • ¿Por qué?​
  • Muy… con muchas ganas de hacer cosas que nunca has querido​
  • Estamos de vacaciones y me has dejado sin sexo durante semanas, aprovecha​
  • Vale, vale jeje​
  • Pero apunta mejor, no a los ojos, a la boca, tonto jajaja​


Le dije riendo. Él rio y me besó. Nos duchamos con gel y luego salimos de la ducha. Borja se echó en la cama y puso la tele. Yo cogí mis cosas y mi móvil y me volví al cuarto de baño, para peinarme y ponerme crema. Puse música en el móvil mientras me arreglaba. Al rato, llegó un mensaje. Lo miré. Era Paco y me extrañó. Lo abrí:​

  • Hola Cris, perdona que te moleste, imagino que ya habéis llegado y todo bien ¿no?​


Seguía escribiendo y esperé. Lo siguiente que puso fue:​

  • Te quería pedir un favor, aunque tú y Cloe ya no… bueno, ya sabes, no la dejes de lado ¿Vale? Cloe te quiere mucho, te has convertido en alguien muy importante para ella, en su amiga, su única amiga de verdad, escríbele de vez en cuando, eso le gustará mucho, te va a echar mucho de menos, esta semana y cuando te vayas a Londres​


Le iba a responder pero seguía escribiendo:​

  • Sé que tú también la quieres, que la consideras tu amiga, pero quizás te de miedo darle esperanzas o algo así… que eso no te haga rechazarla, por favor, no sabes lo sensible que es Cloe, ella sabe que lo otro es imposible pero se deprimirá mucho si encima te pierde como amiga​


Le escribí:​

  • Hola Paco, claro que no voy a dejarla de lado, Cloe también es mi mejor amiga​


En realidad, Paco me había leído la mente, me daba miedo darle esperanzas a Cloe, o incluso que yo tuviera tentaciones, no me fiaba de mí, pero Paco tenía razón. Le dije:​

  • Le escribiré y seguro que, aunque no estemos en la misma ciudad, seguimos igual​


Nos escribimos un poco más, le conté sobre el hotel, la playa. Me puse a pensar en como hacía unas semanas le había cogido manía a Paco pensando que traicionaba a Cloe, y era todo lo contrario, Paco se desvivía por ella, y eso me encantaba. Cuando terminé con él, le escribí a Cloe:​

  • Hola, Cloe… ya hemos llegado, y ya he estado en la playa, que ganas tenía​


Cloe me respondió de inmediato y me puse a charlar con ella. Y me gustó, mucho… No, no quería perderla como amiga, eso seguro.​
 
41



Miércoles

CRISTINA


Abrí los ojos al escuchar mi móvil. Me incliné para buscarlo dentro de la bolsa de playa que tenía al lado de la tumbona. Eran las cinco de la tarde y estaba medio dormida, tomando el sol en una de las tumbonas de la piscina. Vi quien me llamaba y contesté:​

  • Hola, papi
  • Hola, Cristi ¿Te pillo mal?​
  • No, estoy tomando el sol en la piscina​
  • Ah, que bien ¿no?​
  • Sí, esta mañana hemos estado en la playa y ahora un poco de piscina, Borja se ha ido a alquilar una moto acuática​
  • Y tú pasas de eso ¿No?​
  • Sí, paso mucho, ya lo sabes, prefiero quedarme aquí al sol​


Llevábamos varios días en Marbella y Borja no paraba de hacer cosas, cualquier cosa menos quedarse tumbado al sol. Habíamos cogido una lancha, motos, un hidropedal, hecho submarinismo,... y él tenis y pádel… pero yo prefería estar descansando. Le pregunté a mi padre:​

  • ¿Está bien tu hotel?
  • Pues no sé, aún no he ido, me vine directo al cliente y aún estoy aquí


Mi padre había tenido que ir a Barcelona un par de días para visitar a un cliente. Su jefe había insistido que fuera él. A mi padre le había hecho poca gracia, ya casi nunca viajaba por trabajo y le había costado. Y a mi madre menos, se había quedado sola en casa, sin mi padre y sin mí. Le dije:​

  • Mamá lleva mal que te hayas tenido que ir tan repentinamente
  • Lo sé, cariño, lo sé… y yo también, pero bueno, es lo que tiene el trabajo​
  • Ya ¿Cuándo vuelves? ¿Mañana o el viernes?​
  • Espero que mañana, será solo una noche fuera​
  • Te noto cansado, papi​
  • Sí, estoy ya mayor para viajes y trabajar jaja​
  • Pero si es un viaje cortito y cómodo en tren, que exagerado​
  • Eso para ti que eres joven, yo soy un viejo jajaja​


Seguimos charlando un poco y luego nos despedimos. Los echaba de menos, estaba demasiado acostumbrada a tenerlos siempre a mi lado, pero me tendría que acostumbrar, en unas semanas me independizaría y, encima, en un país extranjero, iba a ser duro no tenerlos ahí.



Me levanté y pensé en irme a la playa. Allí, en la piscina, se estaba muy bien pero me encantaba la arena y, además, en la piscina me daba corte hacer topless. Me di cuenta que unos chicos me miraban atentamente. Ya me había fijado en ellos, parecían extranjeros, de mi edad, y estaban bien. No me quitaban ojo y sonreía para mis adentros. Cogí mis cosas y me dirigí a la playa.

Cuando estaba saliendo del hotel empezó a sonar mi móvil. Pensé que sería Borja pero me paré al ver quien era, Álvaro. “Pero ¿Qué querrá ahora este tío?” pensé. El lunes me había escrito extrañado porque no estaba en el trabajo. Le contesté con un escueto “estoy de vacaciones, en la playa”. Me contestó diciendo que no lo sabía, y preguntando que cuando volvía pero pasé de él.



Miré el teléfono y pensé en colgarle, pero ¿Y si me llamaba con Borja delante? Pasaba de dar excusas de por qué me llamaba alguien del trabajo. Descolgué:​

  • ¿Qué pasa, Álvaro? Te dije que estoy de vacaciones
  • Ho… hola Cristina​
  • Hola​
  • Perdona que te moleste​
  • Dime, que me voy al agua​
  • Era solo por… por saber cuando vuelves​
  • El lunes​
  • Ah, yo estaré de vacaciones, bueno, prácticamente todos, incluso Claudia​
  • Bien, me da igual, vuelvo a mi antiguo sitio​
  • ¿Sí? ¿Y eso?​
  • Ya he acabado mi tarea​
  • Ah, entiendo​


Se quedó callado. Iba a cortarle ya cuando dijo:​

  • Po… podríamos vernos la semana que viene ¿No?
  • ¿Vernos?​
  • Sí, para cenar o…​
  • A ver, Álvaro, lo que pasó fue un calentón, nada más​
  • Ya pero…​
  • Pero nada, no voy a salir contigo, tenlo claro​
  • Pero estuvo bien ¿no? He pensado…​
  • Deja de pensar, ocurrió aquello y ya está, se acabó, no volverá a pasar​
  • Pero…​
  • Pero nada, ahora estoy saliendo con alguien, y en unas semanas me mudo a Londres… olvídate de mí​
  • Ah​


Me dio lástima y le dije:​

  • Invita a Lidia
  • ¿A Lidia?​
  • Sí, está colada por ti​
  • ¿Qué? Pero… Lidia no me gusta​
  • ¿No?​
  • Es muy borde y… y no es mi tipo​
  • Pues es lo que hay, si no quieres invitarla, bien, pero de mí te olvidas… y te dejo, me voy al agua​
  • Yo…​
  • Adiós​


Colgué. “Ya lo que me faltaba, este tío detrás mía por un mísero polvo… bueno, no tan mísero, pero que no, ni de coña”.



Puse la toalla en la arena y me quité el vestido. Luego, me quité la parte de arriba del bikini y me tumbé.



ADE

Me subí la falda y me la abroché. Luego, me senté en el borde de la cama para ponerme los zapatos, y dije:​

  • ¿No te levantas?


Lola se estiró en la cama, lanzando un ruidito de satisfacción. La miré, seguía desnuda y sonriente. Me dijo:​

  • Estoy muerta, me has dejado muerta jajaja
  • Y tú a mí, pero me tengo que ir a por los niños​


Llevábamos en la cama desde hacía más de dos horas, follando casi sin parar. Había juguetes por toda la cama. Lola se incorporó y me abrazó desde atrás, besándome en el cuello. Le dije:​

  • Para, que es tarde
  • Lo sé​


Giré la cabeza y la besé. Ella rio y dijo:​

  • Estás de muy buen humor, Ade
  • ¿Sí? Quizás tenga que ver con los orgasmos que he tenido ¿No?
  • No, lo estabas de antes, ahora sonríes mucho más
  • Puede ser
  • Eso es porque estás bien follada, cariño
  • Claro, hemos tenido muy buen sexo
  • No, digo de antes
La miré. Era cierto, estaba más animada y contenta, y ella lo había notado. Dijo:​

  • Es por Pablo ¿No?
  • El sexo con Pablo no es tan bueno
  • Pero es bueno
  • Sí, no está mal
  • No está mal… pues se nota que no está nada mal por como me has follado, amor
  • A ti siempre te follo bien, Lola
  • Jajajaja, cierto, pero hoy ha sido diferente, se te nota contenta
  • No sé… pero hablando de Pablo ¿Vamos a quedar este sábado los tres?
  • Claro
  • ¿No lo tienes que consultar con Guille?
  • No, lo está deseando, y yo
  • ¿Tú? No vayas con la idea de que va a ser como con Paco… Pablo está muy lejos de las habilidades de Paco, y del tamaño de su “cosa”
  • Lo sé, pero seguro que nos vamos a divertir, y mucho
  • Eso espero… pero tampoco vamos a follar tú y yo como aquí
  • ¿Qué?
  • Que tenemos que ser más… más prudentes
  • ¿Prudentes?
  • Ay, Lola, que no se nos debe notar que follamos de antes
  • Ah, vale
  • Que se nos debe notar inexpertas
  • Vale, vale
  • Tú con Pablo mmm ¿Guille te ha dicho algo?
  • ¿Algo? Me ha dicho que luego le tengo que explicar todo
  • ¿Todo?
  • Como me folláis tú y Pablo
  • Ah, joder
  • ¿Pablo no quiere saberlo?
  • Ni de broma, ni siquiera creo que quiera saber cuando hacemos nuestro trío con Guille
  • Oh, es una lástima
  • No sé, casi prefiero eso, no vaya a ponerse celoso y la liemos
  • Ya, Guille, en cambio, está nervioso perdido, lo quiere saber todo jajaja
  • Ya, pero te lo repito, no esperes gran cosa de Pablo, que es muy limitado en el sexo
  • No lo será tanto cuando te tiene así de contenta
  • Me tiene contenta porque es mi marido, siempre me ha gustado aunque la tenga pequeña
  • Ajá
  • Además, ahora está probando cosas nuevas y eso pone mucho morbo al sexo
  • ¿Cosas como qué?


La miré indecisa. Al final le dije:​

  • Algunas interesantes y otras no tanto
  • Cuentaaaaaa​
  • He comprado algún que otro juguetito​
  • ¿Sí???​
  • Y el otro día me ató a la cama, eso estuvo bien​
  • Jajajaja​


Dudé si seguir contando. Lola lo notó y dijo:​

  • Sigue, hay algo más
  • No, nada más
  • Noooo, mentirosa, sé que habéis hecho más cosas
  • Alguna más
  • Cuentaaaa
Dudé más pero al final solté:​

  • Y otro día me hizo… una lluvia dorada


Lola se quedó con la boca abierta:​

  • ¿En serio?
  • Sí​
  • ¿Se lo pediste?​
  • No, fue cosa de él​
  • ¡¡¡Tía!!! jajajajaja​
  • Le había dicho que estaba dispuesta a probar lo que fuera y me pidió eso y le di el gusto​
  • Pero que ascoooooo jajajaja​
  • Ya pero…​
  • ¿Pero?​
  • Fue morboso​
  • Jajajaja​


Me estaba arrepintiendo de habérselo contado, ahora me sentía profundamente humillada. Entonces ella preguntó:​

  • ¿En las tetas?
  • Mmmmm​
  • Ahora me lo tienes que contar ¿Sólo en las tetas?​
  • No​
  • ¿Te lo tragaste?​
  • No, lo escupí, es asqueroso​


Lola me miró con una sonrisa y, tras unos segundos, dijo:​

  • Pues lo voy a probar con Guille
  • ¿Sí?​
  • Sí, por probar​
  • Yo ya lo había probado​
  • ¡¡¡Venga ya!!!​
  • Con Paco y Cloe​
  • ¿Te echaron el pipi en la cara?​
  • No, no fue así… estábamos los tres en el jacuzzi y a Paco le entró ganas de orinar, se salió y se puso a orinar, y cuando estaba terminando, me salí y se la chupé​
  • ¿Te lo ordenó Cloe?​
  • No, fue iniciativa propia… la verdad es que pensaba que había terminado pero no… aún le quedaba algo…​
  • Jajaja​


Asentí. Aquella vez estábamos los tres muy colocados. Lola se rio y dijo:​

  • Que guarro jajajaja
  • Sí, mucho​
  • ¿Te dio asco?​
  • Claro, pero las dos veces estaba muy caliente, y esa guarrada añadió mucho morbo a la situación​
  • Lo probaré jajaja​
  • ¿Seguro?​
  • Jajajaja, bueno, no sé, me da asco, pero síííí, lo intentaré, jajaja, que guarras somos jajajaja​
  • Eso parece​


Eso es lo que más me gustaba de Lola, nunca me juzgaba, en cambio, yo siempre la juzgaba pero a ella parecía que todo lo mío le gustaba. Le sonreí y me dijo:​

  • Joder, sí que estáis probando cosas raras jajaja
  • Ya te lo he dicho​
  • Y te gusta probar​
  • Me gusta el morbo, y que me estoy corriendo mucho jeje​
  • Me alegro mucho, cariño​


La miré y miré el reloj. Me había vuelto a calentar y vi que nos daba tiempo a otro polvo si nos dábamos prisa. Me incliné y la besé, metiéndole la lengua en la boca mientras acariciaba sus senos.



CARMEN

Llegué a casa de Paco y dejé el coche fuera. Llamé a la puerta, y mientras esperaba, pensé en como se la había ingeniado Paco para mandar a Luis y a Cloe fuera. Lo de Luis lo tenía claro, pero ¿Era casualidad que también Cloe estuviera fuera o sería alguna artimaña de él? Bueno, fuera una cosa u otra, al final el resultado era el mismo, íbamos a salir a cenar y a dormir juntos. Además, decía que me tenía preparada una sorpresa e imaginaba que sería meter a un tercero en la cama.



Al fin, abrió Paco y entré dándole un beso en la boca. Había traído una mochila con ropa para cambiarme al día siguiente y no entrar en mi casa con ropa de noche. Dejé la mochila en el suelo. Él me miró de arriba a abajo, me había puesto un vestido con un buen escote así que estaría contento, pero me dijo:​

  • Me gusta pero te he comprado un vestido para la ocasión
  • ¿Ocasión?​
  • Sí, vamos a cenar con unos amigos​
  • ¿Cómo que “amigos”? Te dije solo uno​
  • Son amigos, luego ya veremos como acaba la cosa​


Lo miré sin creerme que él no sabía como iba a acabar la cosa. Le dije:​

  • ¿Y no voy bien para la “ocasión”?
  • Vas muy bien, pero ponte el que te he comprado, está arriba, en mi habitación​
  • Cloe seguro que está fuera ¿no?​
  • Y tanto​


Fui hacia la escalera y lo miré como él se metía en la cocina. Me extrañó que no viniera a verme cambiarme y para follar. Le pregunté:​

  • ¿No vienes?
  • Tengo que hacer una llamada​
  • Bueno, te espero​
  • No, cámbiate y baja, que vamos justos de tiempo​
  • Ah​


Subí y vi el vestido en la cama. Lo de vestido era por decir algo porque más bien parecía un camisón sexi, muy corto y muy escotado. Me cambié y me miré, era excesivamente corto, con la espalda al aire y un escote hasta el ombligo y muy ancho, que tapaba justo la zona del pezón y la areola, no más. Y el escote no se abría del todo gracias a un par de cuerdas entrecruzadas que sostenían la anchura del escote.



Me miré de nuevo, era totalmente excesivo, por el escote que prácticamente me dejaba las tetas al aire y por la falda, que casi me dejaba el culo también al aire. No pensaba ir a un restaurante de esa guisa, lo tenía claro. Bajé y le dije:​

  • Así no voy a ir a ninguna parte
  • ¿Por qué? Estás muy sexi​
  • Claro, enseñando de todo, ni hablar​
  • Sí, venga, vamos​
  • Que no Paco, que no pienso ir a un restaurante así, estás loco​
  • No vamos a un restaurante​
  • ¿No? ¿Y dónde vamos?​
  • Al chalet de un amigo​
  • Ah… pero de todas formas, esto es…​
  • Es sensacional, se van a morir por follarte​
  • ¿Quién?​
  • Ya verás, es una sorpresa​
  • Paco…​


Entonces me besó, un beso largo y guarro. Cuando paró, me tenía temblando. Dijo:​

  • Estás genial, venga, vamos


Salimos fuera, y al sentarme en el coche, el vestido se subió dejándome las bragas visibles sin problema. Me quejé y él pasó su mano por mi muslo y dijo:​

  • Quítate las bragas


Le obedecí, pensando que me iba a follar, pero las cogió y se las guardó. Entonces arrancó. Le dije:​

  • Pero ¿Qué haces? Dame las bragas
  • No​
  • Pero no ves que se me ve todo​
  • Lo sé​
  • Paco… ah, entiendo, el juego es que hoy voy de puta ¿no?​
  • Mmmm no, no es eso​
  • ¿Entonces?​
  • Saben que eres una amiga con ganas de marcha​
  • Paco, ufff, a ver con quien me pones a follar​
  • Jajaja, no te preocupes, te gustará, confía en mí​


Paco condujo fuera de su aparcamiento. Le dije:​

  • Por cierto, sobre las diez tengo que llamar a Luis, a ver como lo hago para que no se escuche follón
  • Te sales fuera, no hay problema​
  • Bien​


15 minutos después llegábamos a un chalet, más pequeño que el de Paco pero bonito. Paco aparcó y fuimos a la verja. Llamamos y al poco tiempo, apareció un tipo de unos 40, bajito, rechoncho, con gafas, barba poblada y con algo de melena pero también calvo, vestido con bermudas y camisa. Era bastante feo. Miré enfadada a un Paco sonriente. Pensé “Como quiera que me folle a este tipo, apañado va”.



El tipo, mientras se acercaba a la verja para abrirla, me dio un repaso sin ningún reparo y sonrió satisfecho. “Paco, te voy a matar” pensé. Cuando abrió, se abrazó con Paco y luego, se presentó:​

  • Soy Alfredo, Alfi para los amigos


El tipo me dió dos besos babosos mientras me ponía la mano en el culo. Paco dijo:​

  • Ella es Carmen, una gran amiga mía


Alfi se apartó un poco y se quedó mirándome las tetas, cosa que era normal, había mucho que ver con el vestido que llevaba. Le sonreí y le dije que tenía una casa muy bonita. Él rio y dijo:​

  • Pasad, pasad… Dafne está en la piscina


Y nos guio hacia allí. Paco le preguntó:​

  • ¿Somos los primeros?
  • Sí​
  • Vaya, jeje​


Llegamos a la piscina y vimos a una mujer en el agua, nadando lentamente. Alfi dijo:​

  • Dafne, cariño, ya están aquí los primeros invitados


La chica nos sonrió y salió de la piscina, completamente desnuda. Era una morena muy atractiva, alta, delgada, con unos pechos firmes aunque no tan grandes como los míos, y totalmente depilada. Se secó con una toalla antes de acercarse a nosotros y darnos dos besos a Paco y a mí. La chica tendría unos veinte y pocos, 21 o 22. Pensé “joder con el tío feo, se está follando a esta cría”.



La chica siguió secándose y luego se puso un vestido, sin ponerse ropa interior. Me miró intensamente y pensé “Me suena de algo” pero no caía.



Nos sentamos y Alfi nos preguntó qué bebíamos. Mientras él preparaba las bebidas, Paco dijo:​

  • Alfi es productor de la tele
  • ¿De la tele?
  • Sí, de programas, series, concursos
Y Alfi empezó a nombrar algunos, todos muy conocidos. Lo miré asombrada, y entonces caí, ya sabía de qué me sonaba la chica, era una de las asistentes de uno de esos concursos que nombró. La miré y ella, sonriendo, dijo:​

  • Me has reconocido
  • Sí, sabía que me sonabas pero no caía​
  • Pero ya no trabajo ahí, ahora estoy en una serie, pero no se ha estrenado aún​
  • Ah​


Entonces entendí por qué esa chica estaba con ese tío tan feo y poco atractivo. Paco y Alfi se pusieron a hablar de golf y amistades mientras nosotras escuchábamos aburridas. La chica no hacía más que mirarme, desnudándome con la mirada y pensé “Menuda mierda de plan ha preparado Paco, un tío feo y una bollera, pues les van a dar, no me quedo aquí ni de coña”. Alfi terminó su bebida y preguntó si queríamos otra. La chica y yo dijimos que no, pero Paco se levantó y se fue con Alfi a prepararse otra. Entonces, la chica me preguntó:​

  • No sois del mundillo ¿No?
  • ¿Mundillo?​
  • De la tele​
  • Ah, no​
  • ¿A qué os dedicáis? Llevo poco tiempo “saliendo” (dijo remarcando la palabra) con Alfi, no conozco bien a sus amistades​
  • Pues… Paco es empresario y yo… yo soy ama de casa​
  • ¿Sois pareja?​
  • No, amigos​
  • Ah, pero veo que estás casada​
  • Sí (levantando mi mano, me había olvidado quitarme el anillo)​
  • ¿Y tu marido?​
  • De viaje​


Ella sonrió como dando a entender que entendía todo. Me molestó. Ella se dio cuenta y dijo:​

  • No te estoy juzgando
  • Eso espero​


Me miró fijamente y preguntó:​

  • Hace calor ¿Nos bañamos?
  • No​
  • Qué lástima… Me gusta tu vestido, es muy sexi​


PACO

Vi como Carmen hablaba con la chica, claramente estaba incómoda y enfadada. Alfi, pasándome la copa, me dijo:​

  • Joder, menuda hembra has traído
  • ¿Te gusta?
  • Está buenísima, una MILF total, estoy deseando follármela
  • Pues dependerá de quien venga, solo con vosotros dos no se va a animar
  • Ya, ya… Tienen que estar a punto de llegar
  • Bien
  • Pero… hay un problema
  • ¿Qué pasa?
  • Al final no viene el prota de la serie esa que me dijiste
  • Coño, Alfi, te dije que esa serie le gusta y con ese se mojaría solo verlo
  • Ya, pero el chaval está empezando a salir con una y no ha querido, no he podido convencerlo
  • Joder
  • Pero el otro sí viene
  • Eso ya lo sé
  • Y de la serie esa… he convencido a otro, a un chico, no es el prota pero…
  • Bueno, a ver que pasa
  • Viene con la novia, que también sale en la serie
  • ¿Sí?
  • Es un bomboncito, y una guarra total
  • Mmmm
  • Es la que hace de hija adolescente
  • Ni idea, no veo esa serie pero ¿Es una niña?
  • No, pero tiene cara de niña, la chica tendrá veinte y pocos, pero con el vestuario y maquillaje, da el pego como adolescente de 15 en la serie
  • Que tramposos sois
  • El novio es el que hace de hermano jajaja
  • Joder, incesto ficticio
  • Lo llevan en secreto, por la prensa
  • Ya… por cierto, tu chica… ¿Es bollera? Porque veo que está tonteando sin ningún pudor con Carmen
  • Sí, pero folla de puta madre, es buena actriz jajaja
  • Ya
  • Le va todo, ya verás
  • Anda, vamos con las chicas antes que la tuya se lance sobre Carmen y la espante del todo
Nos volvimos a sentar con ellas. Carmen me miró con una mirada que decía “No quiero estar aquí”. Alfi se puso a hablar de la serie nueva, del papel de Vane, de lo que costaba un episodio. Vi que a Carmen eso sí le interesaba y se relajaba. Tras un rato, llamaron a la puerta y Alfi salió fuera.



Al poco se escucharon voces y risas y llegaron al jardín el resto de invitados. Carmen abrió muchos los ojos al reconocer a uno de ellos, a JuanFra, un tertuliano de los programas del corazón de la tele. Era mi as en la manga, sabía por Cristina que a Carmen le ponía. El tío iba a tener suerte, ya se había follado a la hija y hoy se follaría a la madre. A su lado iba una pareja muy joven, él alto y moreno, con una camiseta ajustada marcando cuerpo de gimnasio y pendiente en la oreja. Ella con un mini vestido, marcando unas tetas operadas y un buen culo. Era bajita y estaba teñida de rubio, con una larga melena. Desde luego, no parecía que tuvieran 15 años pero sí se notaba que tenían 20 o poco más.



La actitud de Carmen cambió radicalmente, sonriendo como una boba a JuanFra y al chico, Alberto. La chica, Laura, era muy extrovertida y corriendo se puso a hablar con todos. No era una belleza pero tenía un buen polvo.



Antes de las diez, Carmen se levantó y dijo que tenía que hacer una llamada. Volvió veinte minutos después y me hizo señas. Fui con ella y me dijo:​

  • El plan ¿Cuál es?
  • Está claro ¿No?
  • Tú y Alfi os quedáis con las chicas y yo me voy a una habitación con JuanFra y Alberto
  • No jajaja, va a ser una orgía
  • No, no pienso follar ni con Alfi ni con las chicas, si tienen la edad de Cristina
  • ¿Y?
  • Que no, además, ya sabes que yo con tías… no
  • Tú misma, pero aquí nos hemos juntado para una orgía, si no quieres, coge el coche y me esperas
Carmen me miró enfadada. Le dije:​

  • Dafne está deseando follarte
  • Eso ya lo sé​
  • Y tú te mueres por follarte a esos dos​
  • Claro​
  • Alberto tiene 18 años recién cumplidos​
  • ¿Y?​
  • ¿Ahí sí te da igual la edad?​


Nos miramos. Le dije:​

  • ¿Te doy las llaves?
  • Vete a la mierda… espero que haya algo más fuerte que el alcohol​
  • Claro, ya mismo lo saca Alfi​


Y fue al jardín. Me reí por dentro y la seguí.



23:00

Mientras Luis dormía reventado por un día de reuniones y trabajo, Ade le contaba a Pablo el plan para el sábado, dejar a los niños con la abuela e invitar a Lola. Pablo, muy nervioso, se removía en su silla mientras escuchaba como Ade le contaba todo, sin parar de imaginarse como sería verlas juntas, tocar esas tetas de Lola que siempre le habían puesto malo, y follársela delante de Ade. Ade, por su parte, notaba la excitación de Pablo y eso la excitó a ella también. Estaba cansada por todo el sexo con Lola aquella tarde pero supo que cuando se acostarán, iban a follar, y tenía ganas.



Cloe, que no estaba de viaje sino que se había quitado de en medio para que Paco pudiera estar tranquilo con Carmen, bailaba con Tony y Robi en una discoteca, excitada por la música y por los chicos pero pensando que echaba de menos a Cristina, que ojalá estuviera allí con ellos.



En ese mismo momento, Cristina, sentada en una terraza y con una cerveza en la mano, dejaba de prestar atención a Borja y a sus nuevos amigos, que hablaban de motos, deportes… y pensaba en lo que había pasado aquella tarde en la playa. Los chicos de la piscina la habían seguido a la playa, y cuando ella se había puesto en topless, el más atractivo se había acercado. Era un italiano muy simpático, y habían charlado en una mezcla de español-italiano-inglés muy gracioso. Se había excitado con el chico, como la miraba, como miraba sus tetas, y ¿Qué habría pasado si Borja no la hubiera llamado para decirle que ya había vuelto y estaba en la habitación del hotel? Quería pensar que nada, claro, no hubiera pasado nada… ¿O no? No, no hubiera pasado nada, no pensaba ponerle más cuernos a Borja, lo tenía claro.



Borja miró a Cristina. Ella miraba hacia el mar, aburrida. Sabía que se aburría cuando se hablaba de deportes, pero él también tenía derecho a hablar de lo que le gustaba. Además, en un rato volverían al hotel y allí seguro que no iba a estar aburrida, la follaría bien, como a ella le gustaba. Estaba sorprendido con las ganas de Cristina, la verdad es que tenía mucha suerte de tener una novia tan guapa y activa en la cama. Cada vez se arrepentía más de lo que había pasado en aquella discoteca de Nueva York, y el polvo en el hotel con aquella chica. Había sido una tontería pero la chica estaba tremenda y se había puesto a tiro, no lo pudo evitar. Bueno, quizás no se arrepentía del todo, solo se sentía algo culpable, pero ahora, con Cristi a su lado, eso no volvería a pasar.



Y al mismo tiempo, Paco miraba a una Carmen totalmente desinhibida, riendo sin parar y con los ojos chispeantes, estaba colocada. JuanFra tenía una mano entre las piernas de Carmen, acariciando sus muslos, mientras le contaba anécdotas de su programa. Dafne los miraba, o más bien miraba a Carmen, sin ocultar su deseo. Alberto, al otro lado de Carmen, también la miraba, o más bien miraba sus tetones, mientras Alfi le estaba contando algo. Al lado de Paco, estaba Laura que le contaba que se había follado al que hacía de su padre en la serie y que le gustaba follar con hombres maduros porque sabían como follar. Paco la miró pensando que esa noche iba a saber lo que era follar con un maduro. Entonces, Laura le dijo que le quedaba poco en la serie, que el director se había enfadado cuando se puso tetas y decía que ya no podía hacer de adolescente, y Laura se quejaba de que bien que le habían gustado sus tetas nuevas cuando se lo había follado.



00:00

Pablo, tumbado boca arriba, tiraba de los duros pezones de Ade mientras ella lo cabalgaba rápidamente, con las manos atadas a la espalda y una mordaza de bola en la boca. Ade brillaba por el sudor y no paraba de gemir aunque la bola tapaba la fuerza de esos gemidos. Tenía ojos de vicio y estaba próxima al orgasmo, igual que él. Le encantaba esta Ade.



Ade solo pensaba que quería que tirara más fuerte de sus pezones, mientras restregaba su coño sobre su marido, notando su polla dentro de ella. Entonces llegó su orgasmo y gritó.



Cristina, tumbada boca arriba en la cama del hotel, tenía a Borja encima, que la penetraba rápidamente. Ella tenía sus manos sobre la espalda de Borja y gemía, le estaba gustando pero así no se iba a correr, Borja se movía a su bola y no la acompañaba ni acariciaba ni nada. Se movió para colocarse encima y lo cabalgó rápido. Borja gimió y empezó a correrse dentro de ella. Cristina siguió moviéndose hasta que le llegó el orgasmo unos segundos después, y gritó, había faltado poco para que no se corriera. Borja se durmió casi al instante, muy contento con lo satisfecha que tenía a su novia, se sabía un gran amante, lo tenía claro por las ganas de sexo de ella.



Cloe chupaba con ansia la polla de Tony mientras Robi, detrás suya, la penetraba rápidamente. Le llegó el primer orgasmo de la noche tan rápido que gritó sin dejar de chupar. Era el primero de muchos, eso lo sabía bien.



Carmen también se corría en ese mismo momento mientras chupaba la polla de Alberto y cabalgaba a un JuanFra tumbado boca arriba que chupaba sus pezones. Alfi también la penetraba, por el culo, mientras la cogía por las caderas.



Paco la miraba mientras Laura y Dafne se afanaban en hacerle una mamada entre las dos, Laura chupándole la polla y Dafne los huevos. No estaba nada mal, pero aún quedaba noche.​
 
42



Jueves

CARMEN


Me desperté al notar como alguien me sacudía. Abrí los ojos como pude y vi a Paco, vestido. Me dijo:​

  • Carmen, me voy al trabajo​
  • ¿Qué? ¿Dónde estoy?​
  • En mi cama… te puedes quedar un rato más, Cloe no llegará hasta las 4 o 5 de la tarde​
  • Pero…​
  • Duerme un rato más, adiós, preciosa​


Me dio un beso rápido y se fue. Cerré los ojos para volver a dormir pero entonces fui consciente donde estaba y los abrí. Me dolía muchísimo la cabeza pero hice el esfuerzo por levantarme. Me metí en la ducha y luego busqué mi ropa. Me acordé de la mochila y bajé. Tras vestirme con vaqueros y una blusa, bajé y me preparé un café. Hasta que no me lo tomé, no me desperté del todo. Entonces recordé la noche anterior. Había sido como en los viejos tiempos, sexo, drogas y descontrol.



Tras colocarme, bailé con JuanFra y me enrollé con él. Qué lástima no poder contarle a nadie que me había follado a ese tío. “Cristina se quedaría de piedra” pensé riendo. La verdad es que Paco se había comportado y mira que empezó mal la noche cuando vi a ese asqueroso de Alfi.



Cuando estaba en lo mejor del morreo con JuanFra, las dos zorras esas me cogieron y me tiraron a la piscina, vestida y todo. Allí, nos enrollamos las tres. La verdad es que Dafne no lo hacía nada mal, sabía besar muy bien. Para ser sexo con mujeres no había estado mal, y más teniendo en cuenta que llevaba muchos años sin probar un coño. Cuando salimos del agua y follamos las tres en el césped de la piscina, lo que más me puso fueron las caras de los tíos. Primero le provoqué un orgasmo a Laura, y luego a Dafne. Con Dafne me lo tomé en serio, le comí la boca, las tetas y el coño haciendo que se corriera varias veces hasta el gran orgasmo que la dejó tirada en el suelo.



Después de aquello, fui a por JuanFra y Alberto, me los quería follar con urgencia. El asqueroso de Alfi se nos unió, pero tampoco molestó, eso es verdad. Los besé, se las chupé, y dejé que me follaran como quisieran mientras yo gozaba. Y mientras, Laura fue con Paco. Entonces recordé algo y sonreí. Mientras se la chupaba a los otros, escuché como decía Laura “HOSTIA PUTAS, PERO QUE TIENES AQUÍ” y la zorra se reía mirando incrédula la polla de Paco. Ninguno de los otros tenía algo así ni de lejos, eran pollas normales.



Paco se folló a la zorrita que gritaba de gusto sin parar. Se corrió sobre ella mientras los otros tres me follaban por todos lados. Luego, Paco llamó a Dafne y les dijo a las dos que se la chuparan. Se las folló pero ninguna de las dos le dejaron que se la metiera por detrás.



Tras un buen rato, terminamos todos tirados por el suelo del jardín, exhaustos. Cuando me incorporé y miré a Paco, vi en su mirada su excitación y supe que quería follarme. Y ahí me sorprendió. Se levantó, cogió mi vestido y me dijo que me lo pusiera, mientras él se vestía. Lo miré sin entender ¿Estaba enfadado por algo? Los demás protestaron, que nos quedáramos para un segundo asalto pero Paco no decía nada. Salimos rápidamente. En el coche, le pregunté:​

  • ¿Te has enfadado?​
  • No​
  • ¿Entonces?​
  • Quiero follarte, pero que seas solo mía, y te voy a destrozar​


Entonces sonreí, no me acordaba ya de esas reacciones de Paco, se excitaba muchísimo viéndome follar con otros, y luego quería tener sexo conmigo, un sexo muy salvaje. Y eso hizo, me trajo aquí, a su casa y me folló duro, con muchos insultos, durante más de una hora. Me había dejado muerta, como solo él sabía hacer. Sonreí, Paco no había cambiado nada, seguía teniendo esos episodios de excitación y celos. Le gustaba verme con otros pero, a la vez, le jodía.



Me preparé otro café y, al terminármelo, le escribí, que ya me iba, si quería que pusiera la alarma o algo. Me contestó:​

  • No, no hace falta, la pongo yo de forma remota​
  • Bien​
  • Carmen, anoche… estuviste fantástica​
  • Tú también​
  • Sigues siendo tan puta y zorra como siempre​
  • Lo sé​
  • Esas dos zorrillas no te llegan ni a la suela de los zapatos​
  • Lo sé​
  • Tanto en belleza como en habilidades​
  • Jajaja, vale, vale, ya te estás pasando con las exageraciones​
  • No son exageraciones… gracias por una noche tan increíble​
  • A ti, cariño​


Me fui para casa con una sonrisa en la cara.



Sábado

CRISTINA


Pagué al de las tumbonas de la playa y me puse en una de primera fila. Era temprano y había poca gente en la playa pero se llenaría, lo sabía bien. Era nuestro último día allí, se acaban las vacaciones, y pensaba tirarme todo el puto día en la playa, lo tenía clarísimo. Borja se había ido con sus amigos a hacer algo, motos o pádel… no tenía ni idea ni me interesaba, solo quería quedarme tumbada, bañarme y ya está, aprovechar cada minuto de mi último día de vacaciones.



Me quité la parte de arriba del bikini y me tumbé. Al rato, me giré, y luego me fui al agua. Cuando volví a la tumbona, levanté el respaldo y me puse las gafas de sol, quería mirar al mar y ver a la gente. Ya estaba empezando a llegar la gente, ya mismo estaría todo abarrotado de toallas, sombrillas y ruidos. Entonces, me pondría los auriculares, pero ahora mismo aún se escuchaban las pequeñas olas, y eso me gustaba. Por la orilla vi acercarse a una pareja. Rápidamente me llamó la atención el chico, alto, sin camiseta, muy moreno de piel y de pelo, con melena, y guapo, pero no guapo de perfecto sino de atractivo. Y estaba fuerte, tenía todo marcado y se depilaba, no tenía ni un pelo en el torso. “Está para hacerle un favor… o cien” reí por dentro.



Entonces me fijé en la chica, una rubita muy guapa, con un pareo y una camiseta. Los dos reían pero no les entendía por la distancia. De todas formas, pensé que ella debía ser extranjera, muy blanquita y muy rubia. En cambio, él no, era español, claramente. Pensé que era lo típico por allí, un español ligándose a una alemana o sueca o algo así. Los dos se pararon en la orilla y él señaló hacia una sombrilla y toallas que había un par de metros delante mía y que estaban allí desde antes de yo llegar. La chica asintió con la cabeza y se despidieron con un gesto de la mano. Vi como el chico seguía por la orilla y ella llegaba a la sombrilla y extendía su toalla en la parte de la sombra. Luego, se quitó su camiseta y pareo. Llevaba un bikini normal que dejaba ver un bonito cuerpo, un vientre liso y unos pechos no muy grandes pero sí más que los míos. La chica estaba muy bien, lo tenía que reconocer, con razón ese chico estaba con ella, aunque me había extrañado la forma de despedirse, sin beso, “Lo mismo aún no se la ha follado” pensé.



La chica se tumbó y sacó un libro y una libreta. Se puso a leer y, de vez en cuando, anotaba algo en la libreta. Me pareció raro pero no le hice más caso. Seguí mirando la orilla, más interesada en ver a tíos buenos.



Estaba atenta a un par de chicos que jugaban a las palas en la orilla cuando escuché:​

  • Jo, princesa, no te encontraba, ya podías haberme esperado​
  • Te he buscado en el hotel pero no te he visto por ningún lado​


Miré, había llegado una chica junto a la rubia. “Pues no es extranjera” tras escucharla hablar en un perfecto español. La otra chica tenía el pelo corto y de un color indefinido pero porque tenía un lado morado, otro rubio, otro negro… aunque corto en longitud, era algo abundante en cantidad por la parte superior. La catalogué inmediatamente de bollera ¿Serían dos bolleras?



La chica extendió su toalla al lado de la de su amiga pero en la parte del sol, y luego se quitó la holgada camiseta que llevaba y me sorprendió. La chica tenía un cuerpo fantástico. No llevaba la parte de arriba del bikini, y como estaba de perfil, vi que tenía unos pechos grandes pero muy redondos y bien puestos, eran envidiables. La chica se giró y me miró unos segundos. La vi de frente, estaba delgada y no era ni fea ni guapa, pero su cuerpo era casi perfecto. Luego, se giró y miró al mar. Vi su culo. El bikini que llevaba dejaba su culo casi al aire, era todo lo contrario al bikini de la rubia que era muy clásico, el de la nueva chica era muy atrevido, iba a captar muchas miradas, eso estaba claro. La chica preguntó:​

  • ¿Cómo está el agua?​
  • Pues… no sé, no me he bañado​
  • Ana ¿En serio?​
  • Sí, es que… te estaba esperando​
  • Una mierda jajaja, que has llegado y seguro que te has puesto corriendo con ese puto libro​
  • Jajajaja​
  • Mira que eres tonta, nuestro primer día de vacaciones y ni pruebas el agua​
  • Ahora, ahora​
  • ¿Y Jorge y los demás?​
  • Me ha dicho que estaban haciendo deporte​
  • Joder, otros igual con la puñetera promoción de los bomberos, QUE ESTAMOS DE VACACIONES​
  • Jajaja​
  • Estamos aquí para descansar, que hemos aprobado y nos lo merecemos​
  • Lo sé​
  • Pues deja el puto libro​
  • Solo estoy tomando unas notas​
  • Ya, unas notas…​
  • Sí, para nuestro proyecto​
  • Princesa, descansa, te lo mereces​
  • Ya, ya​
  • ¿Y Jorge?​
  • Ya te he dicho que están…​
  • Digo si te lo vas a follar de una puta vez​
  • Uff, que bruta eres, Nati​
  • Joder, princesa, que llevas dos años sin follar, eso no es normal​


La rubia miró alrededor diciendo:​

  • Chisstttt, pero no grites, loca​
  • No he gritado​
  • No que va… y, de todas formas ¿Tú que sabrás con quién me acuesto o no?​
  • Me lo dijiste tú la otra noche, cuando te emborrachaste en la fiesta de fin de curso​
  • ¿Yo dije…? Pufff, vale, sí, pero ya sabes que he estado muy liada​
  • No, has estado llorando y esperando a ese cabrón de Diego​
  • Yo no… no lo he estado esperando ni llorando​
  • Ana…​
  • Vale, quizás un poco, pero ya hace tiempo que no pienso en él, y mucho menos lo estoy esperando​
  • Dos años, Ana, dos años​
  • Que sí, lo sé​
  • Y Jorge está coladito por tus huesos​
  • Jorge está con Susi​
  • No, Jorge se folla a Susi de vez en cuando, es diferente​
  • Pues ella piensa…​
  • Ella pensará lo que quiera, pero no salen, y lo sabes​


Así que el guaperas se llamaba Jorge. La rubia no dijo nada. Entonces la otra se agachó y dijo:​

  • Ana, necesitas pasar página, olvida de una puta vez a Diego, se fue, te dejó​
  • Lo sé​
  • Y tienes detrás tuya a un tío que está como un tren​
  • Ya​
  • Siempre pendiente de ti​
  • Que sí, lo sé​
  • Joder, Ana, despierta, con lo inteligente que eres y en este tema no conozco a nadie que sea tan tonto como tú​
  • Idiota, pues tú en amores no es que seas una lumbreras jeje​
  • Jajaja, touché, pero como no te folles a Jorge, lo haré yo, avisada estás​
  • Jajajaja​


“Anda, pues no es bollera” pensé sorprendida. La no-bollera se levantó y dijo:​

  • Deja ese libro y vamos al agua​
  • Ahora voy, quiero terminar este capítulo y…​
  • Princesa, deja el puto libro, tú, María y yo vamos a crear esa empresa y a desarrollar tu proyecto, tu idea, que es acojonantemente buena, pero que nos va a costar muchísimo esfuerzo hacerlo​
  • Ya​
  • Y ahora, esta semana, lo que tenemos que hacer es recargar pilas, que vamos a estar muy liadas cuando volvamos a casa​


La rubia no dijo nada. La otra extendió la mano y dijo:​

  • Venga, deja el libro y disfruta de esta semana, ya habrá tiempo para tomar notas y estudiar, hoy vamos a bañarnos, a reír, a comer y, si tenemos suerte, a follar​
  • Como si tú necesitaras tener suerte para eso jajaja​
  • Es un decir jeje, venga, levanta, princesa​


La rubia la miró desde la toalla, sonriente. Cerró el libro y, cogiendo a su amiga de la mano, se levantó. Las dos fueron a la orilla. Vi como todos los tíos de alrededor las miraban, y no era para menos. Se metieron en el agua. Al rato, llegaron varios chicos, entre ellos el tal Jorge y se bañaron con ellas.



Me levanté y fui a la orilla. Al pasar junto a la sombrilla, miré el libro. Estaba en inglés con un título que asustaba de la frikada que tenía que ser, algo de computación big data y no se qué más. Pensé “joder con la cerebrito”. Al lado tenía su libreta, llena de diagramas y anotaciones. Meneé la cabeza, sí que necesitaba esa chica un buen polvo.


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Nota del autor:
Para los desmemoriados. Imagino que todos os habéis dado cuenta que la rubia es Ana, la del primer libro, junto a Nati y Jorge. El primer libro empezaba en 2010 y terminaba en el verano de 2011.
Esto que acabáis de leer, ocurre en el verano de 2013, es decir, han pasado dos años.

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PACO


Llamaron a la puerta y escuché como Cloe abría y decía “Ade, que sorpresa”. Me extrañó. Fui hacia ellas y cuando vi la cara de Ade, supe que algo le pasaba.



Entramos y nos fuimos a la cocina. Cloe preparó un té. Ade se movía nerviosa. Nos dijo:​

  • A: Necesito hablar con vosotros​
  • P: ¿Qué pasa, Ade?​
  • A: Es sobre… sobre el trío​


Miré a Cloe. Ella me había contado lo del trío de esa noche entre Pablo, Ade y Lola. Cloe dijo:​

  • C: ¿Ha pasado algo con eso? ¿Se ha cancelado?​
  • A: No, no… no ha pasado nada​
  • C: ¿Entonces?​
  • A: Es que… no estoy segura​
  • C: ¿No estás segura de hacerlo?​
  • A: Eso es​
  • C: ¿Y eso?​
  • A: No sé, ya no me parece buena idea​


Cloe me miró. Le dije a Ade:​

  • P: ¿A ti no te parece buena idea o a Pablo?​
  • A: Pablo… Pablo está impaciente​
  • P: Imagino​
  • A: Es que… no sé…​


Cloe le dió la taza a Ade que sopló y esperó, como ordenando sus ideas. Al poco, dijo:​

  • A: Pablo y yo… ahora estamos bien​
  • C: Ajá​
  • A: Estamos mejor que nunca, hablamos mucho, y follamos mucho​
  • C: Genial​
  • A: Sí, es una… una pasada​


Cloe le sonrió. Entonces Ade dijo:​

  • A: No creo que ahora sea buena idea meter a Lola en nuestra cama​
  • C: Creo que entiendo por donde vas​
  • P: Pues yo no​
  • C: Te refieres a que ahora el sexo entre vosotros es bueno, y temes que con Lola, él piense que tú no eres tan buena ¿No?​
  • A: Ufff, tan buena o tan atractiva, Lola es…​
  • P: Ahhhhh, jajaja​
  • A: No tiene ni puta gracia, Paco​
  • P: Sí, Ade, tiene mucha gracia porque Pablo está alucinando contigo​
  • A: ¿Te ha contado algo de lo que hacemos?​
  • P: No, solo que eres una pasada, y que, aunque nunca ha dejado de quererte, dice que ahora es verte y ponerse muy bruto jajaja​


Ade sonrió a su pesar. Preguntó:​

  • A: ¿Eso te ha dicho?​
  • P: Sí, dice que tenéis mucho sexo y mejor que nunca, y que estás más atractiva que nunca​


Ade miró a Cloe indecisa. Cloe afirmó con la cabeza. Ade dijo:​

  • A: Lo he pillado varias veces mirándome… mirándome con deseo​
  • C: Claro​
  • A: Y está muy sobón últimamente​
  • C: ¿Y es un problema?​
  • A: No, para nada​
  • C: ¿Entonces?​
  • A: ¿Y si…? ¿Y si con Lola se da cuenta que yo soy como un palo?​
  • C: Jajajaja​
  • P: Que cosas tienes, Ade​
  • A: Os lo pregunto en serio​
  • P: No tienes nada que temer sobre eso​


Miré a Cloe. Hacía unos días le había contado que había ido al despacho de Pablo y me había extrañado no ver a su secretaría. Cuando le pregunté por ella, Pablo me dijo que había cambiado de trabajo. Al final confesó que era cosa suya, que le había buscado un trabajo mejor para que se fuera, que no quería estropear nada lo que tenía con Ade, que había sido un gilipollas engañándola, y que se moriría si ella se enteraba y lo dejaba.



Cloe sonrió y, cogiendo la taza de manos de Ade y dejándola en la encimera, dijo:​

  • C: Anda, vente, vamos a relajarte y practicar lo de esta noche​
  • A: ¿Ahora?​
  • C: Sí, claro, no solo tu marido ve lo atractiva que eres​


Y la besó tiernamente. Luego, la besé yo. Cloe la cogió de la mano y la llevó hacia nuestro dormitorio. Las seguí sonriendo.



CRISTINA

Miré la hora, las cinco de la tarde, seguro que mi madre estaba viendo la tele si no habían salido. Cogí el móvil y la llamé:​

  • Hola, mami​
  • Hola, cariño ¿Qué tal?​
  • Nada, era para decirte que mañana volvemos​
  • Lo sé ¿A qué hora salís?​
  • No sé, sobre las doce, esta noche queremos salir por aquí por última vez, así que mañana nos levantaremos tarde​
  • Ah, vale​
  • ¿Qué tal por ahí?​
  • Bien, tu padre está con Paco, que han ido a tomar un café al club de golf​
  • Ah, mira que bien​
  • Sí, el pobre ha tenido una semana muy estresada, ha sido un marrón lo de Barcelona​
  • Ya me contó​
  • ¿Dónde estás?​
  • En la piscina ¿No escuchas el alboroto?​
  • Sí, se escucha​
  • Hay un montón de gente en el agua​
  • ¿Y Borja?​
  • Está aquí, a mi lado, medio dormido​
  • Ah​
  • ¿Qué haces?​
  • Viendo la tele​
  • Me lo imaginaba jeje, viendo a las marujas hablando del cotilleos​
  • Bueno, no todas son marujas​
  • ¿Está JuanFra o aún de vacaciones?​
  • Está, y muy guapo y moreno, por cierto jeje​
  • Jajaja, mira que te gusta ese tío, mami​
  • No está mal, nada mal jajaja​


“Y no folla mal, mami… si tú supieras” pensé sonriendo. Entonces ella dijo:​

  • Han contado una cosa de la serie esa que veías antes tanto​
  • ¿Cuál?​
  • La de la familia con la hija que era una empollona y el hijo que era un delincuente​
  • Ah, sí​
  • Resulta que esos dos están saliendo​
  • ¿Quién?​
  • Los que hacen de hermanos​
  • ¿Sí? Jajaja, que guarros jajaja​
  • No son hermanos de verdad, tonta​
  • Lo sé, pero si son unos críos, esos dicen eso para que se hablen de ellos​
  • No, no, salen juntos y no son tan críos, tienen más de 18 años​
  • Ah, pues no los aparentan​
  • Le pondrán maquillaje y esas cosas​
  • Ya​
  • Y, según dicen, ella se ha puesto pecho​
  • ¿Sí? mmmm estaba muy plana​
  • Pues ya no​
  • Pues me alegro por ella​
  • El chico es guapo​
  • Bueno, si te gustan los que van de chulitos​


Seguimos hablando un rato. Cuando colgué pensé que aquella orgía fue un descontrol total, pero que me alegraba de haberlo probado. “Ojalá se lo pudiera contar a mi madre, se moriría de la impresión…. y quizás de la envidia jaja” pensé con maldad.​
 
43



Sábado por la noche

ADE

  • ¿Qué hora es, Pablo?​


Pregunté saliendo del cuarto de baño tras pintarme los labios. Pablo me dijo:​

  • Casi las nueve​
  • Está a punto de llegar​
  • Ya​


Lo miré, se le notaba muy nervioso. Me miró dubitativo y dijo:​

  • Ade… esto es una locura​
  • Lo sé​
  • Yo… no sé si…​
  • ¿Te vas a rajar?​
  • No, pero… no sé… es que es muy fuerte​


“Otra vez con lo de que es muy fuerte” pensé y suspiré. Le dije:​

  • No tienes que hacer nada si no quieres, ya lo sabes​
  • Ya​
  • ¿La llamo y le digo que se cancela?​
  • Yo…​


Entonces sonó el teléfono de la calle. Lo miré y dijo:​

  • Pues va a ser que no​
  • Bien​


Abrí a Lola y esperamos. Cuando llamó a la puerta, abrí. Lola iba con un vestido blanco que dejaba ver un interesante escote. La abracé y le di dos besos. Luego, la llevé al salón. Por el camino me dijo muy bajito:​

  • Que nervios, Ade​


Me lo iba a decir a mí. En el salón, Pablo nos esperaba, más nervioso aún. Le dio también dos besos. Nos miramos los tres, muy cortados. Le dije:​

  • A: He preparado algo para picar, sentaos y lo traigo​
  • L: Te ayudo​
  • A: No, no​


Fui a la cocina y cogí dos bandejas. Las llevé al salón. Allí, Lola le estaba contando a Pablo que hacía mucho calor. Pablo solo asentía. Les pregunté que querían beber y les llevé las bebidas. Me senté en el sofá junto a Pablo. Lola estaba al lado, en el sillón. Nos quedamos todos callados. Yo no podía ni beber de los nervios. Vi que Lola bebía un poco, y Pablo todo el vaso del tirón. Se levantó y se sirvió otro, para luego volver a sentarse.



La incomodidad era apabullante. Dije:​

  • A: Creo que los tres estamos de los nervios ¿no?​
  • L: Sí, jiji​
  • A: Yo ni puedo comer​
  • L: Yo tampoco​
  • A: ¿Y si vamos ya al dormitorio?​


Lola y yo miramos a Pablo que se puso rojo. Me levanté y alargué una mano hacia Lola y la otra hacia Pablo. Ambos se levantaron. Los llevé al dormitorio. Allí, me descalcé y me eché en la cama. Lola hizo lo mismo y se tumbó a mi lado. Miramos a Pablo. Dije:​

  • A: Cariño, tú mandas, hoy somos tus putitas​
  • L: Jiji​
  • A: ¿Quieres que nos besemos?​


Pero Pablo parecía estar en shock, no decía nada, solo nos miraba con los ojos muy abiertos. Aquello no iba bien. Miré a Lola que esperaba sin decir nada. Me puse de rodillas sobre la cama y tiré de Lola para que también se pusiera igual. Le aparté el pelo de la cara y le di un pequeño beso en los labios. Le di otro, esta vez quedándome pegada a sus labios. Luego, la besé en la cara y en el cuello mientras le apretaba uno de sus pechos por encima del vestido. Lola gimió flojito. Paré y, mirando a Pablo, le pregunté:​

  • A: ¿Te gusta así?​


Pero Pablo seguía sin reaccionar “Joder, pero ¿Qué hace ahí plantado???” pensé poniéndome aún más nerviosa. Quería lanzarme sobre Lola pero tenía que parecer inexperta, no podía ponerme a follar sin más. Miré a Lola, y arqueé las cejas como diciéndole que no sabía que pasaba.



Lola miró a Pablo y dijo:​

  • L: Mmmm, creo que esto le gustará más​


PABLO

Las miraba ensimismado, no me podía creer lo que estaba viendo, a Ade y otra mujer en mi cama, tocándose y besándose. Entonces, Lola besó a Ade pero esta vez fue un morreo en toda regla. Le metió la lengua en la boca y Ade, asombrada, gemía devolviéndole el beso como podía. Mi polla se puso durísima mientras Lola cogía el culo de Ade y lo apretaba, sin dejar de meterle la lengua.



Quise moverme, decirles algo, pero seguía sin poder salir de mi parálisis. Lola paró el beso y, mirándola, dijo:​

  • L: Ahora me vas a comer las tetas, preciosa, y luego te voy a follar, y después me follaré a tu marido​


Lola se desabrochó el vestido por detrás y se lo bajó, dejando ver su sujetador. Agarró la cabeza de Ade y la pegó contra sus tetas. Ade las lamió, las apretó y le quitó el sujetador. “Diossss, que tetas” pensé mirándolas mientras Ade lamía un pezón y se lo chupaba. Lola me miraba con vicio mientras Ade no paraba de chupar ese pezón.



Luego, Lola empujó a Ade y la tumbó. Le subió la falda, le quitó las bragas y se puso a comerle el coño. Ade gemía sin parar mientras Lola se lo lamía y le metía dos dedos. No tardó en correrse, gritando. Lola dejó de lamerle el coño y subió por su cuerpo para besarla tiernamente.



Entonces me miraron. Lola dijo:​

  • Chúpasela, cariño​


Ade se levantó, se arrodilló delante mía, me bajó los pantalones y el calzoncillo y comenzó a mamármela. Mientras, Lola se desvistió, quedándose desnuda. Vi su cuerpo, precioso y excitante, y su coño con un pequeño triángulo de pelo. Lola se abrió de piernas enseñándomelo todo y dijo:​

  • Ven, fóllame​


Al fin pude moverme. Me acerqué a ella que se había puesto en el borde de la cama, con las piernas abiertas. La penetré y la follé para correrme casi de inmediato. Ade miraba arrodillada, sonriendo. Lola se incorporó y me besó con lengua. Luego dijo:​

  • Guay​


Ade vino y la besó, y luego a mí. Dijo:​

  • A: Ahora que nos hemos quitado el nerviosismo, vamos a comer para luego seguir, quiero más sexo​


Nos reímos mientras nos vestíamos.



CRISTINA

Borja y yo entramos en la discoteca. Al día siguiente saldríamos para Madrid pero no temprano así que nos podíamos trasnochar sin problema, y yo tenía ganas de bailar, era mi última noche en Marbella.



Tras un rato los dos solos bailando y bebiendo, llegaron sus nuevos amigos. Bailamos todos juntos hasta que ya no pude más y me fui a la barra a pedirme algo. Borja me siguió. Luego, nos quedamos a un lado, bebiendo y recuperando fuerzas. Entonces Borja me dijo:​

  • Joder, mira esas dos​


Giré la cabeza para ver a dos chicas comiéndose la boca. Lo miré sin comprender. Borja me dijo:​

  • Menudas guarras​
  • ¿Por qué?​
  • Son unas bolleras​
  • ¿Y?​
  • Joder, Cristi, que son unas guarras​
  • Pues no las mires​
  • Ya​


Entonces me di cuenta de algo, una de las chicas era la de aquella mañana en la playa, la del pelo raro y las tetas perfectas. Pensé “ah, mi intuición no me falló, es bollera” y sonreí. Y también recordé otra cosa:​

  • Pues esta mañana no dejabas de mirarla​
  • ¿Qué? ¿A quién?​
  • A la bollera del pelo corto​
  • ¿Cuándo?​
  • En la tumbona, estaba delante nuestra, haciendo topless​


Borja la miró con atención y vi que la reconocía, aunque dijo:​

  • No sé, no me fijé​
  • Jajaja, mentiroso, la chica tiene unas tetas preciosas, y no dejabas de mirarlas​
  • Yo no…​
  • No me importa, las tiene bonitas, es normal​
  • Ya pero… es una puta lesbiana​
  • Otra vez con eso, pues no la mires, déjala tranquila​
  • Pero si yo no…​
  • Salgo a fumar ¿Vienes?​
  • Ve saliendo tú, yo voy a mear antes​
  • Vale​


Y salí fuera a fumar y tomar el aire, me estaba agobiando con el calor y el ruido. Empecé a fumar. Entonces, giré la cabeza y vi a una pareja dándose el lote. No les hice caso y me giré, pero entonces volví a mirarlos, eran la rubia y el buenorro de la playa. Se estaban comiendo la boca y algo más. Él tenía la mano dentro de la camiseta de ella, y ella le tocaba el paquete. Pensé “Bueno, parece que se te acabó la abstinencia sexual, rubita friki” y sonreí. La verdad es que era normal, el chico estaba tremendo.



Me giré y me fui hacia el otro lado para dejarles intimidad aunque parecía que ellos no prestaban atención a nada de lo que tenían alrededor.



ADE

Lola, muy achispada por el vino, no paraba de reír mientras contaba una anécdota muy tonta. Pablo la miraba sonriendo pero nervioso. Llevábamos una hora sentados comiendo y bebiendo y me estaba impacientando. Me serví más vino y bebí hasta que no aguanté más y dije:​

  • ¿No vamos a follar más o qué?​


Los dos me miraron sorprendidos hasta que Lola empezó a reírse a carcajadas. Pablo me miraba nervioso. Lola se levantó y dijo:​

  • Voy a hacer pipi​


Cuando Lola se fue, le dije a Pablo:​

  • Pablo, despierta, llevas toda la noche como en estado catatónico​
  • Yo… es que todo esto es muy…​
  • Como me digas otra vez que esto es muy fuerte, le digo a Lola que se vaya y esto se acabó​


Le dije enfadada. Él me miró asustado. Le dije:​

  • Coño, Pablo, que tienes a dos tías aquí deseando follar y que te las folles, y ahí estás, sin decir nada​
  • Ya…​
  • ¿Qué te pasa?​
  • Estoy… cortado, no sé​
  • Pero si ya te has follado a Lola​
  • Ya​
  • ¿Tienes miedo de ella o qué?​
  • No… bueno…​
  • Joder, no te entiendo, Pablo​
  • Es que…​
  • ¿No quieres vernos follar?​
  • Sí​
  • Pues dilo, coño​


Pablo miró al suelo. Intenté calmarme y le dije apasiguadora:​

  • Cariño, hemos descubierto que me pone ser sumisa… pues aprovecha, joder​
  • Pero…​
  • Pero ¿Qué?​
  • ¿Y Lola?​
  • Lola ha dicho que también quiere ser sumisa​
  • Pero…​
  • Joder, tanto pero ¿Ahora qué?​
  • ¿Y si se me va la cabeza y os pido cosas que…?​
  • ¿Qué cosas? ¿Qué cosas nos vas a pedir que no queramos hacer?​
  • No sé​
  • ¿Nos quieres mear o qué?​
  • NO, eso no…​
  • Si quieres eso, pídelo, no sé si ella querrá pero no pasa nada​
  • Va a pensar que soy un degenerado​
  • Y lo eres ¿Y qué? Pufff, Pablo, no te entiendo, de verdad​


Entonces llegó Lola que se sentó, cogiendo su copa y bebiendo mientras nos miraba. Iba a decir de volver a la habitación a ver si aquello se animaba cuando Pablo dijo:​

  • Ade, besa a Lola​


Me sorprendió pero me levanté rápidamente para sentarme al lado de Lola. La besé en los labios suavemente pero Pablo dijo:​

  • No, un morreo, no esa mierda​


Abrimos nuestras bocas y nos liamos en un buen morreo. Pablo dijo que nos tocáramos sin dejar de besarnos, y le apreté los pechos intentando parecer inexperta, mientras Lola me subía la falda y me acariciaba los muslos. Pablo dijo:​

  • Quiero ver vuestras lenguas​


Lola y yo sacamos nuestras lenguas y las entrecruzamos, lamiéndonos, saboreándonos. Me comencé a calentar mucho y mis tocamientos se fueron haciendo más atrevidos, buscando los pezones de Lola. Pablo me ordenó comerle las tetas y rápidamente le desabroché el vestido y el sujetador. Le chupé los pezones. Intenté controlarme, recordándome que tenía que parecer inexperta, torpe, pero me costaba no tirarme sobre ella y follármela.



Pablo nos miraba atentamente, estaba segura que empalmado. Entonces me ordenó desnudarla completamente. La incorporé y tiré de su falda hacia abajo, luego de su tanga. Se quedó desnuda y Pablo dijo que se tumbara en el sofá y abriera las piernas. Lola le obedeció mostrándonos su coño mojado e hinchado. Me dijo:​

  • Cómeselo hasta que se corra​


Y me lancé con ansia. Se lo lamí, le metí la lengua, unos dedos, le lamí el clítoris… mientras Lola gemía en alto, muy cachonda. Ya no me pude controlar, olvidé que tenía que parecer que era mi primer coño y se lo comí como siempre. Pablo se movió para ver como se lo comía. Lola se pellizcaba los duros pezones, sin parar de gemir. Entonces, Pablo me levantó la falda, me bajó las bragas y me metió dos dedos, masturbándome con habilidad. Me corrí un poco antes que Lola y luego, me derrumbé sobre sus piernas.



Lola acarició mi cabeza con suavidad, respirando entrecortadamente, aún excitada. Miré a Pablo que nos observaba visiblemente excitado pero no decía nada. Pensé “No, ahora no te calles, que lo estabas haciendo muy bien”. Pablo dudaba y me incorporé. Lo besé con ardor, con mucha lengua. Cuando terminé, le pregunté:​

  • ¿Te gusta como sabe el coño de Lola?​


Pablo asintió pero estaba otra vez callado, sin reaccionar. Le dije al oído:​

  • Sigue así, lo estás haciendo muy bien​


Él me miró pero no dijo nada. Pensé que conmigo no había tenido problema en ordenarme cosas, pero que ahora se quedaba cortado por Lola, quería decirle algo pero no se atrevía. Le dije al oído:​

  • Ordénale que te la chupe, lo está deseando​


Me miró, con muchas dudas, pero, carraspeando, dijo:​

  • Lola, ven y…​


Carraspeó otra vez y dijo:​

  • Ven y chúpamela​


Lola se incorporó rápidamente sonriendo. Se puso entre las piernas de Pablo y le desabrochó el pantalón. Tiró de él para bajárselo. Pablo, sentado en el sofá, se levantó para ayudar y le dije:​

  • Así, de pie y ella de rodillas, cariño​


Él asintió y Lola empezó a chupar. La polla de Pablo era pequeña pero estaba muy dura. Tras unos segundo, me dijo:​

  • Tú también, las dos a la vez​


Me acerqué y entre las dos chupamos aquella pequeña polla, alternándonos. Pablo no aguantó mucho y se corrió en la boca de Lola. Cuando terminó de correrse, besé a Lola, pasándonos el semen de forma que él lo viera. Pablo se derrumbó en el sofá mientras las dos seguíamos con el morreo guarro.



PABLO

Entré en casa reventado, miré la hora, casi las tres de la noche, estaba deseando echarme a dormir. Cuando pasé por el salón vi que Ade ya había recogido todo, ella como siempre, metódica y eficiente. Fui al dormitorio y la vi dentro del baño, poniéndose crema mientras se cepillaba los dientes. Entré y la abracé desde atrás. Ella me miró a través del espejo e hizo un gesto inquisitivo. Le dije:​

  • Todo bien, sana y salva en su casa​


Entonces escupió y dijo:​

  • Gracias, amor, que sé que estás cansado, pero a estas horas no me gustaba que se fuera sola​
  • Ya, ya​


Cuando habíamos acabado de follar por tercera vez, Ade había abandonado su papel sumiso para coger de nuevo el mando de todo y “pedirme” que llevara a Lola a su casa. Se enjugó la boca y luego dijo:​

  • Ha sido divertido ¿no?​
  • Sí, una pasada​


La solté y Ade se giró para mirarme. Le dije:​

  • Al principio estabas cortadilla, pero luego te has desenvuelto muy bien con ella​
  • Sí, bueno, ya sabes… a ti te ha pasado igual, en el primer polvo ni te movías​
  • Ya, lo siento, estaba en shock​
  • Lo sé, pero después has estado muy bien, muy participativo​


Asentí mientras Ade pasaba por mi lado para ir a nuestro dormitorio. La seguí mientras me llegaban imágenes del sexo tan salvaje que acabábamos de tener. Vi que ella ya había cambiado las sábanas y rehecho la cama. Le dije:​

  • Ade…​
  • ¿Qué? (mientras abría la cama, dándome la espalda)​
  • ¿Te… te ha gustado tener sexo con una mujer?​


Ade se giró y me miró unos segundos. Luego dijo:​

  • Sí​
  • ¿Sí?​
  • Sí, me ha gustado besarla, comerle las tetas, el coño y el culo, y me ha gustado que ella me hiciera lo mismo​
  • Ya, eso me parecía​
  • ¿Pensabas que lo estaba simulando?​
  • No, yo… es que ha sido todo extraño​
  • Ha sido diferente, sí​
  • Y… ¿Te ha molestado que yo…?​
  • ¿Que te la folles? No​
  • ¿Seguro?​
  • Segurísimo, incluso me ha puesto más cachonda de lo que ya estaba​
  • Ah​


Me quité la ropa y fui al baño. Al volver, Ade ya estaba tumbada. Me metí en la cama y apagué la luz. Al poco dijo:​

  • Hubo un momento que pensé que no te ibas a arrancar​
  • ¿Qué?​
  • En la cena, has estado muy callado​
  • Ya, los nervios​
  • Pero si ya habíamos follado​
  • Lo sé, lo sé, pero…​
  • Menos mal que reaccionaste​
  • Sí​
  • Y luego aquí en la cama me has sorprendido varias veces​
  • ¿De forma negativa o positiva?​
  • Positiva, claro​
  • Ah​
  • Cuando nos has dicho que hiciéramos la tijera​
  • ¿Te ha gustado?​
  • Sí… o en el 69 con Lola, cuando me la has metido por el culo, no me lo esperaba​
  • Ya​
  • Casi me corro en ese momento​
  • Estabas muy caliente, parecías una lesbiana de verdad​
  • ¿Sí? El calentón​
  • Ya​


Nos callamos, pero quería decirle algo más. Dije:​

  • Ade​
  • ¿Qué?​
  • Lola me ha dicho…​
  • ¿Qué?​
  • Tu trío con ellos…​
  • ¿No quieres que lo haga?​
  • Sí, bueno, creo que sí​
  • ¿Entonces?​
  • Ella dice que mejor los cuatro juntos​
  • Ah​
  • ¿A ti te gustaría?​


Ade se calló unos segundos, pensando. Luego dijo:​

  • ¿Aguantarías ver como otro tío me folla?​
  • No sé… no estoy seguro​
  • A mí sí me gustaría que lo vieras​
  • ¿Sí?​
  • Sí, y que participaras, claro​
  • Uff, no sé, Ade​


Nos callamos. Luego dije:​

  • Creo que mejor… mejor pruebas tú antes con ellos dos, y luego, ya veremos​
  • ¿Seguro?​
  • Sí​
  • Como quieras​
  • ¿Cuándo… cuándo vais a quedar?​
  • No sé… alguna tarde de esta semana, supongo​
  • Ah​
  • ¿Quieres saberlo?​
  • Sí, no.. no sé​
  • Lola le va a contar a Guille todo lo que hemos hecho​
  • Ya​


Nos volvimos a quedar callados. Cuando ya pensé que se había dormido, dijo:​

  • Te has comportado genial, has estado genial durante el sexo​
  • Puff, no sé yo… no he aguantado casi nada​
  • No, que va, no solo es aguantar, ha sido todo muy excitante y morboso, me lo he pasado muy bien, estoy muy contenta de haberlo probado​


Entonces se incorporó y me dio un beso en la boca. Se pegó a mí a pesar del calor y nos dormimos.



CRISTINA

Me incorporé de la cama, no conseguía dormir. Estaba mareada por el alcohol y los porros, y los oídos me zumbaban aún por la música de la discoteca, pero esa no era la causa de mi falta de sueño, eran los nervios.



Me levanté desnuda y busqué en mi bolso, luego me fui hacía la ventana y la abrí. Me encendí un cigarrillo y fumé un par de caladas. Entonces miré a la cama. Borja seguía durmiendo a pierna suelta. Me había costado horrores traerlo, estaba muy borracho y había caído redondo a la cama, lo había tenido que desvestir sin que él se enterase.



Miré fuera y pensé en la causa de mi nerviosismo. La semana de vacaciones había estado muy bien, la playa genial, el hotel también, las actividades, y mucho sexo, habíamos follado mínimo un par de veces al día, y el sexo había estado bien, me había corrido en bastantes polvos y todos me habían gustado, estaba satisfecha en ese tema aunque… Me quedé pensando un par de segundos… estaba satisfecha comparándolo con el sexo normal con Borja, pero si lo comparaba con el sexo sin Borja… No caía ahora mismo en ningún polvo con Cloe, Tony o Robi donde no me hubiera corrido… es más, donde no me hubiera corrido varias veces. “Joder, si hasta con Álvaro me había corrido un par de veces” pensé desanimada, porque mira que era poco atractivo Álvaro.



Miré a la cama y observé a Borja. “Joder, es que está mil veces más bueno que Álvaro, y Álvaro ni siquiera la tiene más grande, entonces ¿Por qué con él me lo pasé mejor? Es que con Borja jamás me he corrido más de una vez”. Di una larga calada y luego exhalé el humo “Lo de Álvaro fue por el morbo, está claro, aunque se notaba que sabía follar”. Recordaba que alguien me había dicho que Álvaro estaba divorciado, se notaba que había follado bastante, eso seguro. “¿Y en la orgía? Allí follé con tíos que jamás miraría dos veces por la calle, viejos, feos… y me lo pasé genial, aunque claro, estaba colocadísima… bien, la orgía no cuenta, pero lo de Álvaro… eso me tiene mosqueada, no puedo dejar de comparar a Borja con él y no entiendo por qué con Borja no alcanzo eso”.



Seguí pensando. No podía comparar a Borja con Cloe, ella estaba a otro nivel en todo, y tampoco con Tony o Robi, también estaban en otro nivel, primero por el tamaño, y luego por las habilidades y morbo. Entonces pensé en la putada de no haber podido tener una despedida en condiciones con ellos, con los tres “¿Incluso con Paco? ¿Me lo hubiera follado?”. Pensé un poco y tuve claro que sí, pero, por esa parte, me alegraba no haber tenido despedida, lo de Paco ya hubiera sido el colmo aunque claro “está muchísimo más bueno que Álvaro o los de la orgía, y a todos me los follé ¿Por qué no a Paco?”. Pensé en un polvo con Cloe y Paco y me entró un escalofrío, pero meneé la cabeza “No, mejor que no hubiera pasado, me pongo a pensar en mis padres y me entra de todo si se enteraran de algo así”.



Y Cloe… Cloe era la causa principal de mi nerviosismo. Había hablado con ella a diario, al principio algo temerosa, pero luego contándole de todo, y ella a mí. Quería verla, tenía muchas ganas, pero a la vez, temía esos encuentros ¿Sería capaz de contenerme? Porque me tenía que contener, eso lo tenía claro, las infidelidades se habían acabado pero ¿Y si ella se insinuaba? ¿Sería capaz de resistirme? Temía que no.



Terminé el cigarrillo y miré a Borja “Joder, el muy cabrón, mira que emborracharse así, con lo bien que me hubiera venido un polvo para tranquilizarme y dormir”. Cerré la ventana y volví a la cama. Me tumbé al lado de Borja e intenté dormir, pero nada. Entonces pensé en Cloe, en su mirada, su cuerpo, el sabor de su boca… y comencé a tocarme suavemente…​
 
44



Lunes 9:00

CRISTINA


“Buenos días, Silvia ¿Está Cloe disponible?” le pregunté a la secretaria de Cloe. Silvia me sonrió y dijo:​

  • Buenos días, Cristina, espera un momento y le pregunto​


Descolgó el teléfono y dijo:​

  • Cloe, está aquí Cristina​


Silvia escuchó durante unos segundos y luego dijo:​

  • Bien, la hago pasar​


Me hizo un gesto y llamé a la puerta y luego entré. Cloe se estaba levantando y nos dimos un abrazo y un par de besos. Iba hecha un pincel, con unos taconazos, una falda ejecutiva muy ajustada y una blusa sin escote, ajustada y sin mangas. Me llevó a la mesa de reuniones que tenía en el despacho y nos sentamos allí. Estuvimos un rato charlando sobre las vacaciones, el sol, la playa,... Entonces le pregunté:​

  • Cloe, no sé muy bien donde sentarme o con qué ponerme​
  • En tu antiguo sitio​
  • Ya pero ¿Qué hago? Hay muy poca gente y no sé…​
  • Luego te cuento, me vas a ayudar con una cosilla pero antes, vamos a desayunar, le he dicho a Silvia que nos traiga el desayuno​


Seguimos charlando hasta que llegó Silvia con dos chicos que dejaron un montón de cosas en la mesa. Cloe y yo desayunamos tranquilamente, charlando de tonterías. Cuando ya estábamos terminando, me preguntó:​

  • Y con Borja ¿Bien?​
  • Sí, muy bien, muy contenta​
  • Que bien​
  • Hemos tenido mucho sexo, el pobre, después de más de un mes sin mojar, estaba…​
  • Bueno, sin mojar que tú sepas jeje​
  • ¿Qué? Que va, Borja no…​
  • Borja es un chico guapo, nena​
  • Ya pero… que va, él no, está tonto conmigo​
  • ¿Y el sexo bien?​
  • Sí, bastante bien, estoy contenta​
  • Genial​
  • ¿Y tú?​
  • Ya te puedes imaginar jajaja​
  • Me contaste que con Tony y Robi pero que el sábado ibas a buscar algo nuevo ¿Lo hiciste?​
  • Sí, salí de caza jajaja​
  • ¿Y bien?​
  • Bastante aceptable, nos lo pasamos bien​
  • Jajaja, como eres ¿Y Paco?​
  • Paco con sus “temitas” también, claro​
  • Jajaja​
  • Oye ¿Te vas a venir esta tarde a casa?​
  • Ufff, no puedo​
  • ¿Y eso?​
  • He quedado con Borja​
  • Ah​
  • Además…​
  • ¿Qué?​
  • Me da miedo quedarme contigo y Tony jajaja​
  • Jajaja, no te vamos a comer… o sí, quien sabe, jajaja​
  • Eso mismo jajaja​


Nos reíamos pero es que lo temía de verdad. Tras terminar de desayunar y después que se llevaran todo, le pregunté:​

  • Cloe, y lo de Claudia​
  • Eso sigue en marcha​
  • Ah​
  • Está Pablo con ello​
  • ¿Pablo?​
  • El abogado de Paco​
  • Ah, ya… pues ella está de vacaciones​
  • Lo sé, se va a llevar una buena sorpresa… ya te contaré cuando el tema está cerrado​
  • Vale​
  • Oye, ¿Y el chico que te ayudo…?​
  • ¿Álvaro?​
  • Sí, ese​
  • Está de vacaciones​
  • ¿Vas a…?​
  • Nooooo, eso fue… fue un calentón y ya está, y es muy feo jajaja​
  • Bueno, algo tendría para llegar a eso​
  • Que va, solo fue… pues eso, calentón​
  • Pues ha ayudado mucho​
  • Lo sé, cuando me lo enseñó me emocioné, quizás vino de ahí el calentón jeje​
  • ¿Y estuvo bien?​
  • Sí, bueno, ya te conté, es un fetichista de los pies, pero sí, mal no estuvo​


Cloe me miró sonriendo. Entonces quise cortar el tema y le pregunté:​

  • Y ahora ¿Con qué me pongo?​


Cloe siguió mirándome unos segundos más, se había dado cuenta que quería cambiar de tema, y entonces dijo:​

  • Quiero que me hagas un informe sobre la forma de trabajar en el departamento de Claudia, tipo de trabajos que hacían, como…​
  • Pero si yo casi no he hecho allí nada​
  • Pero has visto los informes que te dio… ¿Antonio?​
  • Álvaro​
  • Eso… explica como trabajan, luego puntos fuertes, débiles, mejoras,...​
  • Pero Cloe, yo no sé…​
  • La semana que viene me enseñas como lo llevas, y si tienes dudas, te vienes por aquí cuando quieras y lo vamos viendo​


La miré un poco desesperada, no tenía ni idea de como hacer ese trabajo. Ella sonrió y dijo:​

  • Empieza, ya verás como lo haces bien​


Cloe se levantó, dando por terminada la reunión. Me levanté y me despedí de ella. Fui a mi sitio dándole vueltas al trabajo que tenía que hacer, y no las tenía todas conmigo, para nada.



Martes, 14:00

CLOE


Entré en el restaurante y miré a mi alrededor. Vi a Lola en una mesa saludándome y fui hasta ella. Nos dimos dos besos y me senté. Dijo:​

  • Ade me ha dicho que tardará unos veinte minutos​
  • Ah, vale​
  • ¿Una cerveza?​
  • Sí, por qué no​


Llamé a un camarero. Estaba sedienta y muerta de calor, agosto en Madrid no es normal. Bebimos mientras Lola me contaba sus cosas. Entonces le pregunté:​

  • ¿Y qué tal el trío?​
  • Jajaja, pues… bien, sí, bien​
  • ¿No te gustó?​
  • Sí, pero… Pablo fue mmmm​


Se me acercó mucho y me dijo:​

  • La tiene chiquita jijiji​
  • Ya, siempre lo ha dicho Ade​
  • La tiene más pequeña que Guille, eso seguro​
  • ¿No te gustó?​
  • Pseee, bueno, fue morboso pero… a ver, es que me folló poco​


La miré sin comprender qué quería decir. Le pregunté:​

  • ¿Que folló más con Ade que contigo?​
  • No, que se corrió muy pronto las tres veces jiji​
  • Ahhh​
  • El pobre… Ade dice que no siempre es así, que estaba muy excitado​
  • Ya​
  • La tercera duró algo más, nos folló a las dos un poco, pero las dos primeras, pufff, ni me enteré jijiji​
  • Pero con Ade sí te enteraste ¿no?​
  • Sííí, con ella siempre​
  • Entonces ¿No vas a repetir?​
  • Sí, claro que sí, Ade dice que se tiene que acostumbrar​


Pensé en el pobre Pablo, que siempre se agobiaba por todo, allí con dos mujeres guapas… Sonreí y le dije:​

  • ¿Y el otro trío?​
  • Pues hoy queremos hablar de eso​
  • ¿Y Guille?​
  • Con muchas ganas, claro​
  • Me refiero a qué dice del trío con Pablo​
  • Ahhh, ufff, esa noche me estaba esperando​
  • ¿Enfadado?​
  • Que va, cachondo perdido jijiji, le conté todo y me folló, pero le pasó lo mismo, se corrió demasiado pronto​


Y puso cara de pena. Siguió:​

  • Pero al día siguiente lo arregló un poco, follamos más​


Con una sonrisa enorme. Entonces llegó Ade casi corriendo y acalorada, diciendo:​

  • A: Perdón, perdón, un cliente que…​
  • C: No importa​
  • L: No pasa nada​


Nos dimos besos y nos sentamos, pidiéndole una cerveza. Nos pusimos a hablar, pedimos la comida y luego, en los postres, volví a sacar el tema:​

  • C: Ade, entonces, el trío ¿Cómo fue?​
  • A: Yo creo que bien, que muy bien ¿No, Lola?​
  • L: Sí, estuvo bien​
  • A: A ver, Pablo no es Paco, ni en tamaño ni en potencia, eso está claro, y se quedó como atontado, pero reaccionó y bien​
  • L: Es verdad, Cloe, se quedó allí parado, sin hacer nada, daba cosita verlo tan agobiado jajaja​
  • A: Sí, pero luego estuvo bien, yo me lo pasé muy bien​
  • L: Jiji​
  • A: Fue muy morboso que me viera con Lola, no sé, a mí me puso mucho​
  • L: Ya lo noté​
  • A: ¿Y Guille?​


Lola contó como su novio la esperaba, como le contó todo, lo cachondo que se puso… Al terminar, Ade dijo:​

  • A: Pues Pablo me tiene cansada con el trío con vosotros​
  • L: ¿Por?​
  • A: Me dice que no quiere saber nada, luego que sí, luego que no… está en un mar de dudas​
  • C: Es normal, cariño​
  • A: Ya pero… a ver si se decide… entiendo que no quiera saber como me folla otro, pero si ya sabe que voy a hacerlo, pues ¿Qué importa el día? Mejor que lo sepa ¿No?​
  • C: El miedo…​
  • A: Y ayer noche me estaba follando por detrás y me dice “¿Vas a dejar que Guille te folle el culo?”​
  • L: ¿Sí? ¿Durante el polvo?​
  • A: Sí, y me puso mucho​
  • C: ¿Qué le dijiste?​
  • A: Nada, él se montó su película, que si con lo puta que soy seguro que quiero y esas cosas​
  • C: ¿Enfadado?​
  • A: Que va, cachondo perdido​
  • L: Jajaja​
  • A: Igual que yo jeje​
  • C: Eso está bien​
  • A: Sí, muy bien… bueno, nena ¿Cuándo vamos a quedar?​
  • L: Guille dice que el jueves puede estar en casa sobre las cinco de la tarde​
  • A: Mmmm, a ver, voy a ver mi agenda​


Se puso a mirar una agenda que sacó del bolso y dijo:​

  • A: Vale, puedo mover lo que tengo a otro día​
  • L: Genial​
  • C: Cuéntaselo a Pablo​
  • A: No sé, Cloe​
  • C: Sí, al final se enterará​
  • A: Pero quizás es mejor que lo sepa después, para que no se tire toda la tarde dándole vueltas a la cabeza​
  • C: Yo se lo diría​
  • A: Tú se lo dices todo a Paco, no cuenta​
  • L: Es cierto jiji​
  • A: Me gustaría que Pablo viniera, pero está acojonado​
  • L: Sí, molaría los cuatro​
  • A: A ver como lo convenzo para otro día, a esta primera no va a querer, eso seguro​


Seguimos charlando. Vi a Ade muy bien, tranquila y excitada, nada que ver con la casi histérica de hacía unas semanas. Me alegré mucho.



Jueves 21:00

ADE


“Entrad e id con vuestro padre” dije mientras abría la puerta de casa. Cerré la puerta y los seguí. Pablo estaba en el salón, viendo la tele. Pablo dijo:​

  • Llegáis muy tarde hoy​
  • Sí, lo siento, se me ha hecho tarde​
  • Ya​
  • En casa de Lola y Guille​


Me quedé mirándolo y él abrió mucho los ojos al entender la implicación de aquello. Le dije:​

  • Me quiero dar una ducha ¿Le haces tú algo de cena?​


Pablo asintió sin dejar de mirarme con ojos de corderito asustado. Cuando salí de la ducha me reuní con ellos y tomé algo de fruta como cena. Pablo estuvo muy callado todo el tiempo y me empecé a preocupar.



Tras acostar a los niños, me senté junto a él y dije:​

  • ¿Estás enfadado?​
  • No… no es eso​
  • ¿Entonces?​
  • Joder, Ade, te has follado a otro tío, me acuesta asimilarlo​
  • Tú te follaste el otro día a Lola​
  • Ya, pero…​
  • Y estabas de acuerdo, te he preguntado mil veces​
  • Pero… no sé, me lo podrías haber dicho ¿no?​
  • ¡¡¡Pero si eras tú el que no quería saberlo!!!​


Lo miré incrédula. No hablamos más y vimos la tele en silencio. Luego, nos fuimos a la cama. Pablo apagó la luz y ni me dio las buenas noches ni un beso ni nada. Suspiré resignada por su enfado, aunque no le entendía. Al rato me preguntó:​

  • ¿Te ha gustado?​
  • Sí, Pablo, ha estado bien​


Silencio de nuevo. Los dos acostados boca arriba, sin mirarnos. Le dije:​

  • Lola me ha preguntado cuando vamos a repetir nosotros tres​
  • ¿Nosotros o vosotros?​
  • Nosotros, Pablo, te estoy preguntando si quieres volver a quedar con Lola​
  • Ah, ya… sí, bueno, si tú quieres​
  • Claro que quiero, ya lo sabes​
  • Pues no sé, cuando tú digas​
  • Bien, lo hablo con ella​


Tras un rato, preguntó:​

  • ¿Cuántas veces lo habéis hecho?​
  • ¿Quieres detalles?​
  • No, no… solo eso​
  • Hemos estado cerca de tres horas, no todo el rato follando, también hemos descansado​
  • Ah​
  • Él se ha corrido tres veces, como tú el otro día, y yo… no sé, bastantes veces, casi todas con Lola​
  • ¿Folla bien?​
  • ¿Guille?​
  • Sí​
  • No está mal​


Entonces me giré para mirarlo en la oscuridad, le dije:​

  • Guille es un chico muy atractivo, tiene cuerpo atlético y la tiene bien de tamaño​
  • ¿Más que yo?​
  • Sí​
  • Ah​
  • Pero vamos, como Lola que tiene mucho más pecho que yo y es muy atractiva y joven ¿no?​
  • Sí, bueno, sí​
  • Y has seguido follándome a pesar de haber estado con ella ¿no?​
  • Sí, claro​
  • Pues yo igual​


Y puse mi mano en su paquete, y me sorprendió al notar que la tenía dura. Metí la mano dentro del calzoncillo y se la cogí, moviéndola lentamente. Le pregunté:​

  • ¿Quieres saber algo más?​
  • No… bueno… no sé​
  • Pregunta​
  • ¿Te ha follado el culo?​
  • No, pero porque no lo ha pedido​
  • Ah​
  • Lola sí, con los dedos y la lengua​
  • Ah… y… ¿Cómo se ha corrido?​
  • La primera vez durante una mamada de las dos, casi al principio​
  • ¿En tu boca?​
  • En parte, pero casi todo en nuestras caras, intentó sacarla para no correrse pero no aguantó​
  • Ah​
  • La segunda vez… mmmm fue con Lola, mientras se la follaba en un misionero​
  • ¿Y tú qué hacías?​
  • Estaba sobre él, besándole en la espalda y hombros mientras le acariciaba los huevos​
  • Joder​
  • Y la tercera fue sobre mi culo y espalda. Lola estaba tumbada boca arriba, yo a cuatro patas se lo comía a ella mientras él me follaba cogiéndome de las caderas. La sacó para no correrse pero no aguantó y me lo echó encima.​


Estaba muy cansada, mucha excitación y nerviosismo durante todo el día, y luego tanto sexo por la tarde, pero la conversación y ver a Pablo así de excitado me había puesto cachonda de nuevo. Me quité las bragas y me subí sobre él. Empecé a cabalgarlo despacio. Preguntó:​

  • Cuéntame un orgasmo tuyo con él​
  • Puessss… mientras me lo comía​
  • ¿Lo come bien?​
  • Sí.. yo estaba tumbada boca arriba y Lola sentada en mi cara para que yo se lo comiera​
  • Joder​
  • Y la segunda vez fue… Aghhhhhhh​


Gemí, estaba a punto de correrme. Le dije:​

  • Fue cuando lo estaba cabalgando, como estoy haciendo ahora​
  • ¿SÍ?​
  • Sí, Lola me besaba y me tocaba y yo me movía encima de él, así​


Y me moví más rápido. En cuanto noté como se corría, me corrí también. Me derrumbé sobre él y nos besamos tiernamente. Luego, cogí un pañuelo de papel de la mesita y nos limpié. Me volví a acostar a su lado, quedándonos tumbados boca arriba, mirando el techo. Entonces, él se giró, me dio un beso en los labios y me dijo:​

  • Buenas noches, cariño​


Sábado noche

CRISTINA


Borja y yo, aprovechando que sus padres estaban fuera, nos habíamos quedado en su casa a pasar una noche tranquila viendo una peli y durmiendo juntos. Antes de cenar ya habíamos follado en la cama de los padres, un polvo rápido que me había dejado bastante insatisfecha y llevaba toda la noche dándole vueltas al tema.



Estaba mirando la peli pero sin prestarle atención, pensando en el sexo, cuando él dijo:​

  • ¿Nos vamos ya a la cama?​
  • Vale​
  • Me da morbo follar en la cama de mis padres jeje​


Lo miré y le dije:​

  • Borja, hay cosas que deberías ir aprendiendo a hacer​
  • ¿Cosas? ¿De qué hablas?​
  • Del sexo, claro​


Me miró sin comprender. Suspiré y le dije:​

  • No todo es usar tu polla​
  • ¿Qué?​
  • Que no todo es metérmela​
  • No te entiendo​
  • Joder, Borja, que hay preliminares​
  • Ya hacemos preliminares​


Era cierto, nos morreábamos mucho, y eso estaba bien, pero poco más. Le dije:​

  • Besarnos mola, me gusta mucho pero… hay otras cosas​
  • No te sigo, Cristi​
  • En mi cuerpo hay muchas zonas erógenas​
  • Eso ya lo sé, siempre te como las tetas ¿no?​
  • Eso lo haces bien, sí, pero ya está​
  • Y te toco mientras nos besamos​
  • Ya, ya… esa parte de los preliminares mola pero…​


Borja me miraba con cara de no entender nada. Le dije:​

  • Mi cuello, mis orejas, mis hombros, mi espalda, mi culo, mis piernas, mis pies, y sobre todo, mi coño​
  • Pero si te gusta mucho como te follo​


Me tuve que reír y dije mintiendo:​

  • Me encanta como me follas, ya lo sabes​
  • Lo sé, sí​
  • Pero antes de eso hay otras cosas que puedes hacer y nunca haces​
  • ¿Esto es porque quieres que te coma el coño?​
  • Por ejemplo​
  • Bueno, vale​
  • Pero no solo eso, prueba con… no sé, los pies​


Puso cara de asco. Dije:​

  • Usa más las manos, no sé​
  • Vale, vale, pero si al final como te corres es con el folleteo ¿no?​


Estuve a punto de decirle “con el tamaño de tu polla, lo otro ayudaría mucho a que me corriera más” pero me callé. Le sonreí y le dije:​

  • Claro, pero cuanto más cachonda llegue al folleteo en sí, mejor​
  • Ajá​
  • Si no te la chupara, también te correrías al follarme ¿no? Pero te lo pasas mejor si te la chupo antes ¿Verdad?​
  • Claro​
  • Pues eso mismo te estoy diciendo​
  • Ah, vale​


Apagamos la tele y nos fuimos al dormitorio. Allí nos tumbamos en la cama y nos besamos mientras nos íbamos desnudando. Luego, se puso a comerme las tetas, que eso sí le gustaba y lo hacía siempre. Y fue a meterme mano en el coño pero era demasiado pronto. Se la cogí y la puse en mi espalda, que me acariciara pero nada, la dejaba quieta.



Tras unos segundos con mis tetas, me tumbó boca arriba y fue a mi coño. Me lo comió pero mal, como siempre, no cogía ritmo, su lengua pasaba rápidamente sin detenerse en ningún lado. Tras un rato, desistí de intentar enseñarle, no hacía ni caso. Entonces se me ocurrió algo, le dije de hacer un 69. Me puse encima y se la chupé con ganas. Él me daba lametones y, aunque algo mejoró, no era nada espectacular.



Al final, me puse encima y lo cabalgué lentamente. Al poco, se me ocurrió otra idea y me giré dándole la espalda, lo cabalgué así, mostrándole mi culo. Puse una mano en mi nalga y me lo abrí para que viera mi ano, a ver si le daba por jugar con él, pero no, ni caso.



Luego, me tumbé boca arriba y él me folló. Después de un rato, puse mis piernas en alto, en sus hombros, para notar mejor su polla. Eso me gustó. Le acerqué un pie a su cara pero tampoco me hizo caso, quería que me lo chupara mientras me follaba pero nada, no lo entendió o pasó. Al final, conseguí correrme gracias a esa postura y a que Borja duró lo suficiente.



Cuando terminó él, se derrumbó a mi lado y dijo:​

  • Joder, ha sido una pasada​


Pensé “Bueno, tanto como pasada…aprobadillo”, pero dije:​

  • Sí, cariño​
  • ¿Ves como siempre te corres con mi polla? Si es que te conozco bien, sé lo que quiere mi chica jajajaja​


Lo miré sonriendo y pensando “No me conoces nada porque ahora lo que me gustaría es que me lo comieras hasta que se te volviera a poner dura para que me follaras otra vez, pero ahí estás, dispuesto ya a dormir”. Borja apagó la luz y se quedó dormido casi de inmediato.​
 
45



Dos semanas después

CRISTINA


Estaba sentada en mi sitio revisando unos papeles cuando sonó el teléfono de mi mesa. Era Silvia, la secretaria de Cloe, que me dijo:​

  • Buenos días, Cristina​
  • Buenos días, Silvia​
  • Cloe pregunta si puedes pasarte por la sala de reunión del consejo​


Me extrañó ¿La del consejo? Siempre nos reuníamos en su despacho. Le dije que claro y fui de inmediato. Dentro estaban Cloe, Paco y Pablo. Tras saludarlos con besos, me senté. Cloe me dijo:​

  • En una hora tenemos una reunión con Claudia y Gregorio, su marido​
  • Ah​
  • Vamos a decirles que se tienen que ir, dimitir​
  • ¿No los echáis directamente?​
  • No, es complicado, son miembros del consejo y… bueno, tienen sus cláusulas… es posible pero complicado y, sobre todo, caro​
  • Pero con las pruebas de…​
  • Sí, pero si vamos a malas se pueden aferrar y conseguir mucho dinero por despido improcedente​
  • No lo entiendo​


Entonces intervino Paco:​

  • Tendríamos que ir a juicio y no nos conviene que estos trapicheos se hagan públicos​
  • Ah, claro​
  • Si no hay más remedio lo llevaremos al consejo y allí los despediremos, pero antes, queremos presionarlos a ver si se van solos​
  • Ajá​


Y se pusieron a contarme todo el plan que no era más que presentarles las pruebas y amenazarles con repercusiones si no se iban ellos solos. Pablo tenía preparados hasta los papeles de sus dimisiones.



Me fui un rato antes de que llegaran Claudia y Gregorio. Tras una hora larga, recibí un mensaje de Cloe “Está hecho” con una sonrisa. Me alegré mucho y fui hacia la sala. Aún estaban dentro y esperé, quería ver la cara de Claudia. Cuando salieron, eran un poema. Claudia me vio y me miró fijamente. Le dije:​

  • Bueno, tan tonta e inútil parece que no soy ¿no?


No lo pude evitar. La cara de Claudia fue un gran regalo para mí ya que le saltaron chispas de los ojos y vi que tenía hasta ganas de pegarme. No me moví y no aparté la mirada de ella. Su marido la cogió del brazo y se fueron. Vi a Cloe sonriendo en la puerta y me hizo un gesto para que pasara. Allí me explicaron que había sido complicado pero que al final habían aceptado dimitir de inmediato tras enseñarles el video, aunque se llevarían una buena compensación, pero mucho menor que la que les correspondería por despido. Estaban los tres muy contentos y dijeron de irnos a almorzar juntos para celebrarlo. Naturalmente, acepté.



El almuerzo fue muy bien, con muchas risas y buen ambiente. Tras los postres, Pablo se excusó y se fue, y Paco, Cloe y yo nos quedamos tomando un café. Entonces, Cloe dijo:​

  • En unos días se reunirá el consejo y se tomarán algunas decisiones
  • Ya


Entonces pensé “¿Van a cerrar el departamento de Claudia?” Pensé en Álvaro y me dió algo de pena. Lo pregunté y Cloe dijo:​

  • Bueno, tenemos que estudiar algunas posibilidades
  • Ya
  • Mira, te cuento, al consejo iré y llevaré varias propuestas


Asentí y esperé. Cloe dijo:​

  • Voy a proponer a Paco como sustituto de Gregorio


Sonreí. No había pensado en nada de eso, pero tampoco me sorprendía. Cloe continuó:​

  • Y voy a presentar tu informe sobre el departamento de Claudia


“Mi informe” como ella lo había llamado era poco mío. Lo había hecho con mucha ayuda, de Cloe y sobre todo, de Paco. Ahora entendía porqué Paco se había involucrado tanto, pensaba que solo le estaba echando una mano a Cloe pero era algo más que eso. En las dos semanas anteriores había estado muchas horas reunida con Paco revisando documentación y mi informe. Les dije:​

  • Bueno, eso de “mi informe”... es más cosa de Paco y tuya
  • No, nena, nosotros hemos perfilado cosas, pero el trabajo es tuyo
  • Ya pero…
  • Casi todas las mejoras y cambios los has propuesto tú, nosotros solo hemos puntualizado algunas cosas


Los miré sonriendo, exageraba pero era adulador escucharla, estaba claro. Cloe continuó:​

  • Lo presentaré y te propondré a ti como sustituta de Claudia... si quieres, claro
Me quedé con la boca abierta. Los dos sonrieron y conseguí decir:​

  • Pero… pero… si no tengo experiencia ni sé…
  • Mira, chérie, necesito a gente de confianza, y Paco es el primero, pero la segunda en quien más confío eres tú
  • Pero…
  • Sé que es un poco abrumador


“Un poco, dice” pensé sin poder creérmelo. Cloe siguió:​

  • … pero te ayudaremos en todo, claro, lo que quiero es alguien de confianza, trabajador, con ideas, con empuje y con ambición, y tú tienes todo eso
  • Ya pero…


Intervino Paco:​

  • Nos tendrás todo el tiempo a mano, por si tienes alguna duda o miedo
  • Pero… tendré miedo y dudas por todo, Paco (dije angustiada)
  • Lo entendemos, y te estaremos apoyando todo el tiempo necesario
Los miré, totalmente abrumada. Entonces pensé “Cloe quiere a alguien de confianza y que pueda manipular ¿Será eso?” y se lo dije:​

  • ¿Me… me queréis porque soy… novata y fácil de manipular?
  • No, chérie, si quisiera alguien fácil de manipular puedo contratar a muchos… pero necesito alguien que sepa que no me va a traicionar, y me va a apoyar sin fisuras en el consejo
  • ¿En el consejo?
  • Claro, serías parte del consejo ejecutivo
  • ¿Yoooo?


Los miré con los ojos totalmente abiertos así como la boca. Ellos rieron y Cloe, sacando unos papeles, me dijo:​

  • Mira, éste sería el cargo y el sueldo que lo acompaña
Cogí los papeles, eran un montón de hojas, era un contrato. Pasé páginas leyendo por encima hasta llegar a la cifra y los miré totalmente muda. Cloe dijo:​

  • Es el mismo sueldo de Claudia
  • Pero… pero… esto es una barbaridad
  • No, chérie, es lo que te mereces si aceptas
  • Pero…


Había un montón de ceros en esa cifra, los conté despacio mientras Cloe decía:​

  • A eso le tienes que sumar las comisiones por objetivos, está todo ahí explicado
Paco dijo:​

  • Y le hemos añadido nosotros algo más, mira la última hoja
Fui a ver y vi que era una casa, me daban una casa. Los miré sin comprender. Cloe dijo:​

  • Te explico, para venderte al consejo, vamos a tener que mmmm adornar un poco tu currículum
  • ¿Qué?
  • Algún detallito… vamos a poner que vives fuera, que has estudiado en Inglaterra y…
  • ¿QUÉ?
  • Y vives allí, que te tendrás que desplazar aquí, y como incentivo, la empresa te rentará una vivienda durante tres años
  • Pero ¿Queréis que mienta sobre mí?
  • Nada, alguna cosita, de eso se encargará Pablo, sabe hacerlo
  • Pero…
  • Es que si no, al consejo no le vamos a poder “vender” la necesidad de contratarte
  • Pero si yo estoy de becaria
  • Les contaremos que todo fue una treta para desenmascarar a esos dos
  • ¿Qué?
  • Está todo pensado… si aceptas
  • Yo…
  • Pero una cosa, es un trabajo para estar aquí en Madrid ¿Entiendes?
  • Ah, pero si me voy en tres semanas…
  • Lo sabemos
  • Pero…
  • Tienes que tomar una decisión
  • Pero…
  • Tranquila, chérie, no es algo para decidir ahora mismo, el consejo se reunirá en unas dos semanas, para entonces tendremos que conocer tu decisión


Los miré totalmente mareada. Cloe dijo:​

  • Quédate esos papeles, los lees con cuidado y piénsalo con tranquilidad, analiza los pro y contras
Paco dijo:​

  • Y si algo no te gusta de lo que dice ahí o prefieres otra cosa o tienes dudas de algo, nos lo dices
Me callé pensando en Borja que llevaba dos semanas haciendo planes para cuando estuviéramos en Londres, que ya no pensaba en irse con los tíos sino en alquilar algo para los dos. Me mordí los labios, muy nerviosa. Cloe me puso una mano sobre la mía y me dijo:​

  • Es una oportunidad, pero tendrás muchas más en tu vida, no pasa nada si no quieres aceptar
  • Ya, Cloe pero…
  • Tienes tiempo para pensarlo, sé que es una decisión complicada, y nos tienes aquí para cualquier duda o lo que sea, tal como te acaba de decir Paco
  • Pero es que Borja… sería decirle que no voy con él y…
  • Dile que se quede aquí contigo
  • Pero…
  • Tienes que valorar todo, no solo tu sacrificio por él sino el suyo por ti ¿No?
  • Sí, ya…


Me quedé callada. Entonces me reí y dije:​

  • Madre mía, no me esperaba nada de esto jeje
  • Ya jeje
  • Me habéis… bueno, me siento muy sobrevalorada y…
  • Para nada
  • Sí, mucho, pero, joe, me encanta que tengáis esta confianza en mí, no sé que he hecho para merecerla pero…
  • Pues algo habrás hecho porque la tienes
Paco me cogió de la otra mano, en el mismo gesto de Cloe y dijo:​

  • Tienes la confianza de ambos y sabemos que eres capaz de esto y mucho más, de eso no tenemos dudas
  • Joe…
Y se me saltaron las lágrimas como a una tonta. Los tres reímos. Estuvimos allí media hora más y luego nos despedimos, y me fui a mi casa. En el metro me di cuenta que tenía fuertes sentimientos contradictorios, por un lado un miedo absoluto ante una responsabilidad de ese tamaño, por otro, una gran felicidad por la confianza de ellos dos sobre mí, y luego, Borja, tenía miedo de contarle esto, pero porque sabía que no me apoyaría. ¿Y mis padres? ¿Cómo reaccionarían? Pufff, mucho que pensar. Por ahora, lo pensaría sola, sin contárselo a nadie. Me prepararía una tabla de pros y contras y la analizaría, tal como me había dicho Cloe.



Una semana después

CRISTINA


Salí de casa con intención de ir a comprar algo de ropa para llevármela a Londres aunque aún seguía sin tomar una decisión.



Aún no se lo había contado a mis padres y, mucho menos, a Borja, aunque ya tenía pensado hablarlo primero con mis padres a ver que opinaban.



La única decisión que había tomado era dejar el trabajo de becaria. Lo había hablado con Cloe que me había dicho que no tenía sentido seguir con ese trabajo, total, en unos días me tenía que ir si finalmente iba a Londres o en unos días sería directora si lo aceptaba, así que ahora estaba con todos los días libres. Esa mañana había estado con Borja en una piscina y esta tarde él se iba con sus amigos a jugar al fútbol a un pueblo y luego se quedaría allí por la noche, por lo que no tenía nada que hacer y había pensado que podía aprovechar para ir de compras. Se lo dije a mi madre pero me dijo que esa tarde no podía, algo de su trabajo así que salí sola.



Fui a las tiendas que normalmente solía ir, tiendas asequibles para mí. Pensé que con el sueldo de directora eso podría cambiar e ir a otras tiendas, pero en ese momento no me lo podía permitir. De todas formas, entré en una de esas tiendas caras para cotillear. Las dependientas cuando me vieron entrar se acercaron pero les dije que solo quería mirar. Por sus miradas supe que me catalogaron como pobre. Ese día iba con ropa muy cómoda y fresca porque hacía muchísimo calor, unas sandalias, pantalones cortos, camiseta de tirantes y bolso, nada era de marca. Pasé de ellas y me puse a mirar.



La ropa era monísima pero asustaban los precios. Estaba flipando con una blusa por lo bonita que era y, a la vez, por lo súper cara que era cuando escuché:​

  • ¿Cristina?
Me giré y vi al tipo de los perros en la orgía. Me quedé cortada pero él se acercó y me dio dos besos. Me preguntó como estaba y qué buscaba. Le mentí diciéndole que buscaba algo para mí por no parecer una pobretona. Ni me acordaba de su nombre pero sí recordaba bien los polvos que eché con él, era de los pocos que recordaba bien porque me lo pasé genial con él. Lo miré mientras me contaba algo sobre que él buscaba algún detalle para hacer un regalo. No era guapo pero tampoco feo aunque estaba medio calvo y algo regordete, y viejo para mí, pero a pesar de todo eso, era como Álvaro, sabía follar o me daba morbo, no sabía bien que era.



Me sentía incómoda allí con él, era un tío que me había visto y follado en una orgía, así que le dije que me tenía que ir pero entonces él dijo que esa blusa que tenía en mis manos me quedaría genial y se puso a decirme otra ropa que me sentaría bien, y me sorprendió porque tenía buen gusto y ojo. Al final estuve allí con él un rato viendo ropa y riéndome de sus ocurrencias, era un tipo simpático pero le dije:​

  • Me tengo que ir
  • Pero ¿No compras nada?
  • No, que va… todo es muy caro para mí
  • Ah, que lástima, estarías preciosa con ese vestido
  • Ya pero… en otra ocasión jeje
  • Espera, Cristina ¿Te puedo invitar a un café y charlamos?
  • No, es que me tengo que ir y…
  • Por favor, un cafetito, no me gusta tomarlo solo


Y me miró con cara de lástima. Me reí y acepté no sé bien porqué. Fuimos a una cafetería cercana y nos sentamos apartados del resto de la clientela. Cuando nos trajeron los cafés le dije:​

  • Me vas a matar pero es que soy horrible para los nombres y no recuerdo el tuyo
  • No importa jajaja, soy Sebas
  • Eso, dios, que vergüenza jajaja
  • Esa noche conociste a mucha gente
  • Ya te digo jeje
  • ¿Era tu primera vez?
  • Síííí ¿Se notaba?
  • Un poco, pero te divertiste ¿no?
  • Sí, estuvo interesante jeje
  • Yo me lo pasé como nunca
  • Ya te vi jeje
  • Esa noche, todas las veces que me corrí fue contigo
  • ¿Sí? (lo miré extrañada)
  • Sí, ya no te acordarás pero lo hicimos varias veces
  • Claro que me acuerdo, no estaba tan colocada
  • Ah
  • Pero te vi con otras chicas
  • Sí, pero tú eras la que más me excitaba
  • ¿Por la novedad?
  • ¿Novedad?
  • Por ser la única que no repetía de otras noches
  • No, que va, por ejemplo, la rusa nunca había estado
  • Ah, pues era preciosa
  • Sí, pero no como tú
  • Que tonto jajaja
  • Estoy deseando que llegue el mes que viene para verte allí
  • Ah, pero es que no voy a estar
  • ¿No? Pero si te gustó ¿no?
  • Sí, bueno, no sé, fue todo un poco… bueno, muy descontrolado
  • No me digas eso
  • Pero sobre todo es porque me voy a vivir fuera, a Londres
  • Ohhhh ¿Cuándo?
  • En un par de semanas
  • Me rompes el corazón
  • Ya jajaja pero no creo que te vayas a quedar con las ganas esa noche jajaja
  • No será lo mismo, para nada


Mirándome con cara de lástima. Bebimos y dijo:​

  • De verdad que me has dejado tocado
  • Que tontería jaja


Me miró y entonces vi que tomó una decisión. Puso una mano en mi muslo y preguntó:​

  • ¿Te puedo invitar a cenar?
  • ¿Qué? No
  • ¿Por qué no?


Le aparté la mano de mi pierna y le dije:​

  • Porque… por varias cosas
  • Dímelas
  • A ver, eres muy mayor para mí
  • Pero si te lo pasaste bien ¿no?
  • Sí pero… fue por el ambiente de esa noche, el descontrol
  • Ahora eres tú la que dices tonterías
  • Jajaja ¿Cuántos años tienes?
  • Pero eso no importa
  • Dímelo


Me miró sin decir nada. Cogí el móvil y le dije:​

  • Voy a preguntarle a Cloe
  • Tengo 44
  • Me doblas la edad, casi tienes la edad de mi padre
  • Ya pero mira Paco, tiene algún año más que yo y…
  • ¿Y qué?
  • Te acuestas con él y Cloe ¿no?
  • No, para nada
  • ¿No?
  • Solo con Cloe… y me acostaba, ahora no, estoy saliendo con alguien, con él me voy a Londres
  • Oh


Me miró con lástima infinita y acabó diciendo:​

  • ¿No tengo ninguna oportunidad de convencerte?
  • Ninguna
  • Me siento muy desdichado
  • Jajaja
  • En serio
  • ¿Desdichado? jajaja, menuda forma de hablar jaja
  • Es como me siento


Me dio lástima y le dije:​

  • Pero te reconozco que esa noche, las tres veces que follamos, me corrí
  • ¿Sí?
  • Sí, incluso cuando quise compartir un tío con Cloe, te busqué
  • Vaya… gracias, me levantas un poco el ánimo, aunque se me levantaría más si pudiéramos despedirnos en condiciones jeje
  • Jajajaja, eres insistente ¿eh?
  • Por ti merece la pena ser un pesado jejeje
Y nos estuvimos riendo un rato más recordando cosas de esa noche y él contándome alguna anécdota de otras noches. Me lo estaba pasando bien con Sebas, lo tenía que reconocer. Miré la hora y me sorprendí al ver que llevábamos allí más de una hora. Lo miré y le dije:​

  • Ahora sí que me tengo que ir
  • Vale
  • Me lo he pasado muy bien
  • Yo más
Nos levantamos y salimos fuera. Me acompañó unos pasos y nos paramos junto a un cartel. Sebas lo miró y preguntó:​

  • ¿Te gustan?
Miré y vi que era un cartel anunciando un concierto de Bon Jovi en octubre. Dije:​

  • Claro, está buenísimo jajaja
  • ¿Y su música?
  • Sí, sí
  • ¿Vas a ir a verlo?
  • Que va, estaré en Londres
  • Pero vendrás de vez en cuando ¿no?
  • Sí pero… están ya todas vendidas
  • Te puedo dar un par… junto a un pase VIP
  • ¿Qué? ¿En serio?
  • Sí, mi empresa lo organiza
  • ¿No me digas???
  • Podrías saludarlo


Lo miré con la boca abierta. Me dijo:​

  • Ven a mi casa y te doy las entradas
Entonces lo miré con suspicacia y le dije:​

  • Ah, es un intento de polvo por entradas ¿no?
  • Noooo, es un regalo


Lo miré atentamente y luego le dije:​

  • No me voy a acostar contigo, Sebas
  • Lo sé
  • No te tienes que inventar historias ni regalos, no vamos a follar nunca más
  • No lo hago como chantaje, de verdad, las tengo reservadas para otra persona pero te las doy a ti en agradecimiento a lo bien que me lo pasé esa noche, solo por eso


Lo miré unos segundos y se lo volví a decir:​

  • No voy a follar contigo, Sebas
  • Lo sé, lo sé… si prefieres nos vemos otro día y te las doy
  • Ya, y lo mismo ya se lo has dado a otra ¿no?
  • Jajaja, no, mujer
  • ¿En serio las tienes y podría ver a ese tío?
  • Y hablar con él, claro


Lo miré sin fiarme pero al final le dije:​

  • Bueno, vale, vamos a tu casa, pero no voy a follar contigo
  • No me lo digas más, que me va a entrar depresión
  • Jajaja, es para que quede claro
  • Me queda claro, tranquila, soy un caballero
  • Jajaja


Me llevó a un aparcamiento y nos montamos en su coche. Condujo hasta las afueras, a una zona de chalets. Allí entramos en un bonito chalet con jardín y piscina. Al entrar en la casa, llegaron unos perros y dije:​

  • Ah, los famosos perretes
  • ¿Qué?
  • En la fiesta no parabas de hablar de ellos
  • Ah, sí, jeje, es que fue una gran victoria contra la zorra de mi ex jajaja, ven, te voy a presentar a mis amores
Y me dijo sus nombres. Los perros eran estridentes pero graciosos. Luego, Sebas me dijo que volvía en un minuto. Al poco, apareció con las entradas y me las dio. Lo miré agradecida. Entonces dijo:​

  • Venga, te llevo de vuelta
Asentí y nos dirigimos fuera. Miré la hora, eran las ocho de la tarde, era temprano. Me volví y le dije:​

  • ¿No me invitas a tomar algo fresquito?
Él me miró sorprendido y luego, sonriendo, me dijo:​

  • Claro ¿Qué te apetece?
  • No sé, sorpréndeme


Y se fue hacia la cocina. Me asomé al jardín, con todo el calor que había hecho durante toda la tarde, allí se estaba genial. Llegó con dos copas de vino rosado frío. Lo probé, estaba riquísimo. Le pregunté mientras me sentaba en las sillas que tenía en el jardín:​

  • ¿Sales con alguien?
  • No, ahora mismo no, el divorcio está reciente
  • Ah, pero sí tendrás “amigas”
  • Alguna, claro jeje


Entonces él se puso a contarme una anécdota que ocurrió hacía tiempo allí en su jardín con unos famosetes. Me reí porque era un tipo divertido, sabía hacerme reír. Entonces tomé una decisión. Me bebí el resto de la copa, se la di y dije:​

  • Me apetece un bañito
Me quité toda la ropa delante de él y me tiré de cabeza en su piscina, totalmente desnuda. Al sacar la cabeza fuera del agua, le dije:​

  • ¿No te bañas?
Él se quitó la ropa rápidamente y se tiró también al agua. Cuando salió, me acerqué, enrosqué mis piernas alrededor de su cintura y lo besé con ardor. No sabía que tenía este hombre pero me ponía cachondísima. Se le puso dura rápidamente y me la metí. Me folló contra la pared de la piscina hasta que nos corrimos a la vez. Pensé “Dios, pero ¿Qué hago tirándome a este tipo sin condón ni nada?” mientras temblaba entre sus brazos por el gran orgasmo. Me besó tiernamente y salimos del agua. Entonces, me cogió de la mano y me llevó a un dormitorio. Me tumbó en la cama y me besó por todo el cuerpo. Al llegar a mi pubis paró y dijo:​

  • Te lo has depilado
  • Me gusta


Y lo besó y luego me lo comió de una forma sensacional, llevándome una y otra vez a estados cercanos al orgasmo para luego calmarme y volver a llevarme otro pico de placer, hasta provocarme un gran orgasmo. “Así hay que comer un coño” pensé mientras no dejaba de temblar. Tiré de él para ponerlo a mi altura y besarlo con pasión.



Nos quedamos los dos tumbados mientras me recuperaba del orgasmo. Me di cuenta que estaba cansada pero quería más. Me giré y le besé en el pecho, le mordisqueé un pezón y le cogí la polla flácida. Pronto se le puso morcillona y bajé y me la metí en la boca. Se le puso dura de nuevo y pensé que tenía una buena polla, claramente más grande que la de Borja. Le lamí los huevos y la polla, se la chupé con ansia, quería hacerle sufrir de placer como él había hecho conmigo pero no quería que se corriera, me lo quería follar.



Me subí encima y lo cabalgué. Luego, me puso a cuatro sobre la cama y me folló cogiéndome de la cintura, rápido y duro. Tras un buen rato, me puso boca arriba y me folló mientras me besaba metiéndome la lengua en la boca y yo la mía en la suya. Se corrió así, dentro de mí. Yo ya me había corrido en algún momento antes y me volví a correr.



Ahora sí que estábamos los dos exhaustos. No me lo podía creer, este tío viejo y feo me había hecho correrme casi tantas veces como con mi novio en toda una semana. Lo miré y pensé “No es tan feo ni tan viejo… está descuidado, si se cuidara un poco y perdiera barriga… y se pusiera pelo… es resultón para su edad”.



No dijimos nada durante un rato hasta que le pregunté:​

  • ¿Aún me quieres invitar a cenar?
  • ¿Qué?
  • Porque estoy muerta de hambre jeje
  • Claro ¿Salimos?
  • No, pide algo
  • ¿El qué?
  • Pasta, quiero pasta
  • ¿Algo en especial?
  • Mmmmm, algo con mucho queso, sorpréndeme


Y se levantó. Al poco llegó diciendo que en 45 minutos llegaba y se volvió a tumbar. Me dijo:​

  • Como me pones, Cristina
  • Jajaja
  • En serio, hacía mucho tiempo que no hacía algo así
  • En la fiesta
  • Allí tenía la ayuda del viagra jeje
  • Jajaja
  • Contigo no me hace falta, por lo que parece jeje


Me puse boca abajo y él me acarició la espalda, cosa que me encantó. Me preguntó:​

  • En la fiesta no quisiste sexo anal ¿No lo has probado?
  • Sí, lo he probado
  • Ah, pensaba que no… entonces es que no te gusta
  • No sé… lo he probado pero no mucho, no es algo que me llame la atención
  • Ya, te duele ¿no?
  • Claro, y esto que acabamos de hacer no jeje
  • Ya… pero tienes un culo precioso
  • Lo sé
  • Jajaja
  • Pero que no haga sexo anal no quiere decir que no me guste algún juego ahí
  • Ahhhh, interesante
  • Jajaja


Charlamos tranquilamente mientras Sebas seguía con sus caricias. Al rato llamaron y él bajó tras vestirse. Miré en el armario y me puse una de sus camisas porque mi ropa estaba en la piscina. Bajé para ver como estaba poniendo la mesa en el jardín. Comí con hambre una pasta buenísima acompañada con buen vino y supe que me lo iba a volver a follar y que quería quedarme a pasar la noche. Le escribí a mi madre y le dije que me quedaba a dormir con Borja, cosa que no le extrañó.



Tras cenar nos fuimos a unos sillones de jardín que tenía Sebas y me eché. Eran ya cerca de las 10 y hacía una noche espectacular. Me tumbé en el sillón poniendo mis piernas sobre él. Miré el cielo nocturno mientras notaba la mano de Sebas acariciándome las piernas. Sabía que la camisa se me había subido y estaría viéndome todo, pero quería tenerlo excitado así que no me tapé. Entonces, me cogió los pies y me los acarició. Le pregunté:​

  • ¿Te gustan?
  • ¿Tus pies? Claro
  • Hace poco he descubierto que me gusta que me los toquen mientras follo
  • ¿Sí?
  • Eso parece
  • ¿Solo tocar?
  • Mmmmm eso tendrás que descubrirlo ¿No?
  • Jajaja
  • ¿Y mis tetas? ¿Te gustan?
  • Menuda pregunta
  • Son pequeñitas, las más pequeñitas de la orgía
Sebas desabrochó la camisa y la echó a un lado, dejándome un pecho al aire. Lo acarició suavemente. Jadeé al notar sus dedos en mi pezón. Dijo:​

  • Son preciosas
“Este tío sabe tocar a una mujer” pensé mientras notaba sus manos. Luego pensé “Y aquí estoy, otra vez cachonda perdida deseando follármelo”. Y estaba a punto de incorporarme para besarlo y follármelo allí mismo cuando dijo:​

  • No te he enseñado una de mis habilidades
  • ¿Cuál?
  • Es famosa
  • ¿Sí? Jajaja ¿Cuál es?


Quitó mis piernas de su regazo y se levantó. Me tendió la mano y dijo:​

  • Ven y te la muestro


Me reí pero le cogí la mano. Me llevó a su dormitorio. Me besó, un buen morreo, mientras me quitaba la camisa. Luego, me dijo que me tumbara y él salió. Le esperé tumbada y llegó con unos botes. Dijo:​

  • Te voy a hacer un masaje sensual
  • ¿Qué? jajaja
  • Sí, tú ríete, ya veremos luego lo que te ríes jeje
  • Vale, vale jajaja
Se desnudó y se puso sobre la cama. Yo estaba boca arriba y me echó uno de los botes sobre el cuerpo. Estaba fresquito y me gustó. Con sus manos me aplicó el aceite sobre el cuerpo y era cierto que era habilidoso, lo hacía bien, muy bien.



Vi como su polla se ponía dura y fui a cogerla pero dijo:​

  • Eso después, ahora déjame hacer, que solo he empezado
  • Pero…
  • Después, hazme caso
  • Pufff, vale


Pero sí, quería que siguiera el masaje. Sus manos recorrían mi cuerpo, parándose sobre ciertas zonas que me producían más placer aún “Joe, ya te digo que sabe tocar” pensé dejándome hacer. Cuando llegó a mis pies ya estaba totalmente derretida y en sus manos. El masaje en los pies fue aún más sensual y excitante. Entonces me dijo que me girara. Me puse boca abajo y repitió el proceso por mi espalda, culo y piernas.



Se sentó sobre mí, notaba su polla contra mi espalda, sus huevos contra mi culo. Quería decirle que me follara pero no quería que parara de mover sus manos en mi espalda y hombros, era sensacional. Bajó por mi culo, sus manos masajeándomelo, luego mis muslos, mis pantorrillas y, de nuevo, mis pies. Ya no podía aguantar más, quería tenerlo dentro de mí, y se lo dije pero él reía y seguía.



Dejó mis pies y noté como su mano pasaba por mi culo hasta llegar a mi coño, y empezó a masajear mi clítoris. Mis gemidos eran ya claros. Levanté el culo para que siguiera y me metiera los dedos. Entonces, noté un chorro del aceite justo en mi culo, y como sus dedos lo esparcían por mis nalgas y por el ano. Noté un dedo entrando en mi ano mientras su mano acariciaba más rápido mi clítoris. Otro dedo entró en mi culo, y me masturbó de esa forma hasta que estallé en un gran orgasmo, gritando sin ningún pudor.



Me quedé resoplando contra la almohada mientras sus dedos seguían dentro de mí. Le dije:​

  • Métemela
  • ¿Por detrás?


Sebas sacó sus dedos y noté la presión. Debía tener mucho aceite porque le costó pero cuando entró, lo hizo sin dificultad. Jadeé, se notaba muy grande, pero no dolía. Me folló despacio, con cuidado, y cuando mi ano se acostumbró, aumentó el ritmo. El tío follaba de puta madre, sabía perfectamente que hacer, y me tenía totalmente ida.



Follamos durante un buen rato, en muchas posturas. Me corrí varias veces, me chupó los pies mientras me follaba, me folló más veces por el culo, se la chupé con ansia, y él no paraba de darme placer. Perdí la cabeza y la cuenta de las veces que me había corrido.



Cuando me desperté entraba el sol por la ventana y Sebas no estaba. Bajé y me lo encontré vestido con pantalón y camisa, y preparando café. Me dijo que se tenía que ir a la oficina. Asentí mientras cogía el café que me acercó. Luego me vestí. Sebas me llevó cerca de casa, sin parar de decirme lo increíble que era yo. Me despedí de él con un beso. Me pidió el número de móvil pero le dije que mejor me diera el suyo. Lo vi alejarse aún atontada por la noche de sexo y sorprendida por haberle vuelto a poner los cuernos a Borja con alguien del que ni recordaba el nombre, pero que ya no lo pensaba olvidar.​
 
46



CRISTINA

Cuando entré en casa solo estaba mi madre, mi padre ya se había ido. La saludé y me dijo:​

  • Huy, que cara traes, ayer tuviste fiesta ¿eh?


Pensé “Si tú supieras” pero solo asentí sonriendo. Le dije que me iba a duchar y ella me preguntó si me preparaba algo para desayunar. Le dije que café, que luego me prepararía algo de comer.



Tras ducharme, fui a la cocina y me eché café y cogí unas magdalenas. Las tomé mojándolas en el café mientras mi madre me contaba cosas. Cuando terminé de comer, miré la taza y me di cuenta que esto no era normal, no era normal que tuviera mejor sexo con cualquiera antes que con mi novio. Y entonces decidí algo. Me levanté, fui a mi cuarto y volví con el contrato. Se lo conté a mi madre. Ella me escuchó con sorpresa. Al terminar, me dijo:​

  • Ahora entiendo porque llevabas así todos estos días
  • ¿Cómo?
  • Nerviosa… pensé que era por el viaje pero veo que no, que es por esta decisión
  • Sí, mami, no sé que hacer
  • Ufff, es algo… complicado, sí ¿Lo hablamos luego con tu padre?
  • Sí pero ¿Qué piensas tú?
  • ¿Yo? Pues… es una gran oportunidad
  • Ya
  • Y Paco y Cloe confían en ti, está claro
  • Pero yo no estoy preparada para algo así
  • Eso es una tontería, tú vales para eso y más
  • Mamá, en serio
  • Te lo digo en serio… mira, si fuera con otros no sabría que decirte, pero estando Paco, para mí es totalmente de confianza, él va a cuidar de ti, para él eres casi como una hija
  • Mamá, que llevaba sin verlo años y años


Mientras pensaba que las miradas que me echaba en la piscina cuando estaba desnuda no eran exactamente de “padre”, y en las pajas que me había hecho pensando en cómo se follaba a Ade y Lola aquella primera vez que lo vi. Entonces mi madre dijo:​

  • Eso no importa, él cuidará de ti como si lo fueras, estoy segura


Nos quedamos calladas. Entonces le dije:​

  • ¿Debería aceptar?
  • ¿Qué dice Borja?
  • No lo sabe, y no creo que se lo tome bien
  • Claro
  • Y no creo que él se quiera quedar aquí por mí
  • Ya


Y entonces, sin proponérmelo, le dije:​

  • Y hay otra cosa
  • ¿Qué?
  • Ayer noche… no estuve con Borja


La cara de sorpresa de mi madre fue un poema. Me arrepentí al momento, pero ella dijo:​

  • Perdona, eso sí que no me lo esperaba
  • Ya


Se quedó pensando y dijo:​

  • Vale, lo entiendo
  • ¿El qué? ¿Que le haya puesto los cuernos?
  • No, bueno, no sé… digo que entiendo que pasen esas cosas a tu edad
  • Ya, pues yo no
  • Déjame un minuto que piense
La miré mientras mi madre se recomponía de la sorpresa. Dijo:​

  • Lo primero es que me alegro mucho que me lo cuentes, sabes que me puedes contar todo lo que necesites
  • Mamá, ya pero…
  • ¿No quieres ya a Borja?
  • No es eso… es que…


Mi madre esperó. Me debatí pero pensé “A la mierda con todo, necesito ayuda”. Dije.​

  • El sexo con Borja no es como debería ser, no sé
  • Ah, ¿y con ese chico de anoche sí lo fue?
  • ¿Te has enamorado de ese chico?
  • No, mamá, solo fue sexo
  • Vale, vale


Se calló y esperé muy nerviosa. Entonces dijo:​

  • Con Borja, el problema es porque…
  • Por todo, mamá, no sé
  • ¿La tiene… pequeña?
  • Mamáaaa
  • Mira, hija, con tu padre llevo muchos años y él la tiene grande pero…
  • Mamá, no quiero saber nada de vuestras cosas, como tires por ahí, me voy
  • No, no es eso, escucha
  • No voy a escuchar como la tiene mi padre, me niego
  • Vale, vale… lo que te quería decir es que antes de estar con tu padre estuve con otros y alguno la tenía… bueno, que se notaba poco ¿Eso es lo que te pasa?
  • Puffff
Nos quedamos calladas pero al poco respondí a regañadientes:​

  • Un poco, pero sobre todo es que no es hábil, es torpe y no quiere aprender, no sé
  • Ya… pues es un tema importante
  • ¿El tamaño?
  • No, el sexo en sí… no sé, no me vería pasando mi vida con un hombre que no sabe satisfacerme
  • ¿Tan importante es?
  • Sí, hija, lo es, por épocas lo es
  • No sé si me estás ayudando


Cogió los papeles y dijo:​

  • Esto es una gran oportunidad, y mucho dinero, es casi tres veces lo que gana tu padre
  • Lo sé
  • Y solo se interpone Borja
  • Tampoco es eso, aún no lo sé
  • Vale, rectifico, solo se podría interponer Borja
  • Si se interpone, ¿Qué deberías hacer? Eso quieres saber ¿No?
  • ¿Te ves con Borja durante años?
  • No sé, mamá
  • Piénsalo, eso es importante
  • ¿Tú qué harías?
  • ¿En mi caso con tu padre? No dejo a tu padre ni muerta, lo tengo clarísimo
  • Joe
  • Pero Borja no es tu padre, nadie es tu padre
  • Ya
  • Mira, lo de Borja solo lo puedes pensar tú, ahí no me puedo meter, pero esto (señalando los papeles) creo que es muy importante para ti, para tu futuro, algo muy bueno, pero vamos a esperar a ver qué dice tu padre, que él sabe más de estas cosas que yo
  • Vale, pero mamá
  • ¿Qué?
  • No le cuentes a papá lo de mi lío de anoche
  • Tranquila, eso es un secreto entre nosotras
  • Gracias
  • No ha sido la primera vez ¿Verdad?
  • ¿Qué? Yo…
  • Te notaba algo rara durante las vacaciones de Borja
  • Ya
  • ¿Es el mismo chico?
  • Y solo es sexo ¿No?
  • Vale


Entonces sonó mi móvil, lo miramos, era Borja llamándome. Nos miramos. Mi madre dijo:​

  • Anda, cógelo, y que no note nada hasta que te decidas
  • Ya


Y lo cogí sin descolgar y me dirigí a mi cuarto, pero me paré y le dije:​

  • Pensaba que te ibas a poner a favor de Borja
  • ¿Por qué?
  • Porque te gusta para mí
  • Cristina, siempre me pondré a favor de mi niña, eso no lo dudes nunca
  • Gracias, mami, y gracias por no juzgarme por lo del chico ese
  • Cariño, tú eres lo primero para nosotros, ya los sabes


Y fui a mi cuarto e iba más tranquila, me había gustado hablarlo con mi madre.



CARMEN

Vi como Cristina contestaba y entraba en su habitación. “Vaya, vaya con Cristina” pensé. Sabía lo del contrato, me lo había contado el día anterior Paco en el hotel, entre polvo y polvo, y sí, lo consideraba una gran oportunidad y pensaba hacerle ver que era más importante eso que Borja, pero tenía que ir con cuidado. Borja estaba bien para ella, pero había más peces en el mar.



Lo que me había sorprendido era lo de anoche, pero ya sospechaba algo, mi intuición me lo gritaba. Y también sospechaba que Borja no debía ser hábil en el sexo, el poco interés de Cristina por el sexo venía de ahí, lo tenía claro.



“Bueno, esta noche lo hablamos con Luis, y poco a poco le iremos haciendo ver que Borja no merece dejar pasar una oportunidad así” porque dudaba mucho que él se quedara en Madrid por ella, aunque lo mismo me daba una sorpresa, pero lo dudaba.



Pensé de nuevo en la aventurilla de Cristina y me alegré “Esta niña necesita probar más hombres, no quedarse con el primero” y sonreí.



CRISTINA

Aquella noche me acosté en mi cama nerviosa pero a la vez, más tranquila. La conversación con mis padres se había alargado un buen rato. Mi padre, al ver el contrato, había alucinado con el sueldo y se puso super contento, todo el rato diciendo “si es que mi niña vale esto y mucho más, claro que sí”. Se había quedado sorprendido cuando le dije que no sabía que hacer y dijo “¿Por qué te lo tienes que pensar? No lo entiendo, esto es… es fantástico”.



Le expliqué lo que suponía para mi relación con Borja. Él asintió y dijo que si Borja no se daba cuenta de esta oportunidad y me apoyaba, no era el hombre que tenía que estar a mi lado.



También le dije de mi miedo a no ser capaz de hacer ese tipo de trabajo y él dijo que entendía ese miedo pero que yo tenía la ventaja de tener a Paco y Cloe, lo mismo que me había dicho mi madre. Dijo que al día siguiente hablaría con Paco pero que sabía que ellos me apoyarían al 100% y eso era una gran ventaja.



Mi otro miedo era lo de mentir con mi currículum pero eso no se lo quise contar porque conociendo a mi padre, eso jamás lo haría y entonces me diría que dejara pasar esta oportunidad. Mi padre era un hombre súper íntegro.



Al final, mi padre me dijo:​

  • Mira, Cristi, esto es una oportunidad única, y va a dirigir tu carrera profesional hacia un lugar al que pocos llegan
  • Ya, papi, pero no me veo…
  • Espera, mira, en el peor de los casos, que te agobies mucho, que no seas capaz… lo que sea ¿Qué puede ocurrir? Pues que hayas ganado mucha experiencia, solo eso
  • Pero ¿Y si me tienen que echar?
  • Pues nada, cosas que pasan pero esa experiencia es única, y esto que te digo es el peor de los casos, conociéndote y con Paco ahí, sé que al principio estarás agobiada pero luego lo harás genial, solo es cuestión de tiempo


Mi madre asentía, ella lo tenía claro.



Miré al techo, ya casi tenía tomada una decisión pero me tomaría un día para recapacitar sobre lo que me habían dicho mis padres. Otro tema era Borja ¿Qué haría con él? Se lo contaría y sabía que se enfadaría, pero ¿Me apoyaría? Y de todas formas ¿Quiero seguir con Borja? Porque el sexo con otros siempre ha sido mejor, ahora lo tenía clarísimo. Pensé que todo dependería de la forma en que reaccionara con lo de mi propuesta de trabajo.



Cogí el móvil y miré el móvil de Sebas. Le había puesto otro nombre, Perretes, por si lo veía Borja. Fui a borrarlo pero en el último momento dudé. “Que bien me lo pasé anoche con él” pensé. Dudé más y al final apagué el móvil sin borrarlo. Todo dependería de la reacción de Borja.



El día siguiente, viernes, lo pasé con Borja y nuestros amigos. Por la noche salimos y echamos un mediocre polvo en el coche, pero me daba igual, ya había decidido que hacer con la propuesta. Y había decidido otra cosa.



El sábado, cuando me levanté, escribí a Cloe:​

  • Buenos días… ya he tomado una decisión
  • Buenos días, cuéntame
  • Creo que es mejor hablarlo en persona
  • Huy, que misteriosa
  • ¿Vais a estar esta mañana?
  • Vale, desayuno, voy a vuestra casa y hablamos
  • Bien, te esperamos
Tras ducharme, desayuné con mis padres y les conté mi decisión. Les pedí el coche para ir a casa de Cloe y Paco, y mi madre me dejó el suyo.



Cuando llegué, nos sentamos en el jardín. Allí me miraron con curiosidad y les dije:​

  • Tengo una duda


Cloe hizo un gesto para que preguntara. Le dije:​

  • ¿Vendréis a la fiesta de inauguración de mi nuevo trabajo y casa?


Paco soltó una carcajada y Cloe me abrazó, un fuerte abrazo diciéndome cosas en francés. Tras calmarnos, Cloe me preguntó:​

  • ¿Y qué ha dicho tu chico?
  • No se lo he dicho aún, esta tarde se lo contaré, a ver por donde sale
  • Oh
  • Pero es que esto es una oportunidad increíble, no la puedo rechazar, me arrepentiría toda la vida, además, os tengo a vosotros, sé que me vais a ayudar en todo
  • Claro que sí, chérie
  • Se lo conté a mis padres y ellos me han dado el empujón


Paco rio y dijo:​

  • Sí, ayer me llamó Luis emocionado, está muy orgulloso de su niña jajaja
  • Sí jeje, pero no le he contado nada de lo del currículum, eso no le gustaría, y me preocupa mucho
  • Eso no es nada, chérie, nadie se va a enterar, solo nosotros


Y hablamos un buen rato. Me dijeron que el jueves tenían la reunión del consejo, que allí presentarían su propuesta y seguro que lo aprobarían. Entonces me di cuenta que no era algo seguro al 100%, aún dependía de un acuerdo en ese consejo. Lo vieron en mi cara y dijeron:​

  • Es un trámite, no pasa nada


Me despedí de ellos con la promesa de celebrarlo con mis padres un día de estos. Cloe me acompañó al coche y le dije:​

  • Cloe… ha pasado algo
  • ¿El qué?
  • Te lo contaré pronto


Me miró con una sonrisita y dijo:​

  • ¿El chico ese?
  • ¿Qué? ¿Quién?
  • El que te pasó el video de Claudia
  • Ah, no, joe, otra vez con ese… que no me gusta, tonta


Me siguió mirando con esa sonrisita. Le dije:​

  • Fue con otro… algo casual
  • Jajaja
  • No sé…
  • Un calentón
  • Ya te digo, pero no fue buscado... ocurrió
  • Ya
  • ¿Estás molesta?
  • Nooooo, chérie, ya sabes como somos con el sexo jeje
  • Menos mal, jejeje… ayer tomé otra decisión
  • ¿Cuál?
  • Independientemente de si Borja decide quedarse o irse, quiero… quiero seguir viéndote
  • ¿Viéndome?


Me acerqué a ella y la besé en los labios. Ella abrió la boca y nos liamos en un lento pero profundo beso. Luego, le sonreí esperando. Ella rio y dijo:​

  • Me haces muy feliz, chérie
  • ¿Sí?
  • Mucho, vaya dos noticias me has dado hoy


Nos acariciamos tiernamente y luego, a regañadientes, me separé de ella y me metí en el coche. Ella dijo:​

  • Quédate
  • Ya quisiera yo pero tengo que hablar con Borja
  • Mmmm
  • La semana que viene
  • No sé si podré esperar, chérie
  • Jajaja
Nos dimos otro beso y arranqué, despidiéndome de ella. Volví a casa para dejar el coche e irme con Borja pero me avisó que tenía que comer con su familia, que si me apuntaba y le dije que no, no tenía el ánimo para eso. Pensé si volver con Cloe pero estaba demasiado ansiosa con lo de Borja así que decidí que no. Comí con mis padres y por la noche me recogió Borja. Fuimos a cenar y allí le conté la noticia. No se lo tomó nada bien, tuvimos una bronca tremenda aunque sin gritos, solo con malos gestos y palabras. Se enfadó tanto que me dejó plantada en la mesa. Me quedé flipada. Pensé que volvería pero nada. Al final, pagué y me fui.



En la calle me planteé que hacer. Fui a una parada de taxi mientras me debatía si escribirle o no. Al final, llamé a Cloe para contárselo, estaba más flipada con la situación que cabreada. Cloe lo cogió tras varios tonos y me respondió sorprendida. Le dije:​

  • Me acaba de dejar plantada Borja
  • ¿Qué?
  • Le he contado lo del trabajo y mi decisión y se ha enfadado como nunca lo he visto, estoy alucinando
  • Oh
  • Ha sido en el restaurante
  • ¿Dónde estás?
  • En una parada de taxi, me vuelvo a casa, pero estoy tan flipada que quería contártelo
  • Espera, te recogemos
  • No, no
  • Estamos en el centro, cenando… mejor vente y cenas con nosotros
  • Pero…
  • Vente


Y me dijo el restaurante. Dudé pero cogí un taxi para ir. Cené con Cloe y Paco aunque poco, estaba mal de ánimo y tenía el estómago cerrado. Lo que sí hice fue beber más de la cuenta. No hacía más que repetir:​

  • ¿Ha roto mi novio conmigo?


Me dolían las cosas que me había dicho, que si era egoísta, que solo pensaba en mí, que era más importante para mí el dinero que él… ¿Sería verdad todo eso?



Cuando nos levantamos de la mesa, me mareé, demasiado vino. Miré a Cloe y le dije:​

  • Hoy… vas de caza ¿no?


Cloe iba con un mini vestido con un buen escote. Se rio y afirmó con la cabeza. Y dijo:​

  • Pero hoy ha sido una caza sencilla… esta noche te vienes a casa


Miré a Paco que sonreía y dije:​

  • Ay, Cloe, no estoy de ánimo, estoy jodida con lo de Borja
  • Ahora vamos a bailar, y luego ya veremos


No tenía ganas de nada, era verdad que me sentía mal, pero fui con ellos. Estuvimos un par de horas bailando, bebiendo, besándonos… luego me llevaron a su casa. Allí entré muy mareada y con una risa tonta que no podía parar. Cloe le dijo a Paco que preparara otras copas y nos echamos en el sofá. Le dije que no podía beber más pero Paco dejó unos vasos en la mesa. Cloe se abalanzó sobre mí y nos morreamos salvajemente en el sofá, bajo la atenta mirada de Paco.



Cloe paró el morreo y me miró con vicio. Quise levantarme para irnos a la cama pero me volvió a empujar al sofá. Me quitó la camiseta y el sujetador y comenzó a chuparme los pezones. Gemí mientras notaba su lengua y dientes, y vi como Paco no nos quitaba ojo. Vi como se notaba su erección dentro del pantalón y eso me puso aún más. Lo miré sin dejar de gemir. Entonces, Cloe paró, cogió una de las bebidas y me la echó sobre una teta y luego me la chupó. De pronto, noté en el otro pezón algo frío, Cloe había cogido el hielo del vaso y me lo estaba pasando por mi pezón. Luego, me lo chupó, el paso del frío al caliente de su boca y luego de nuevo al frío del hielo me produjo un escalofrío de placer por todo el cuerpo.



Estuvo un rato jugando con el hielo y luego, me desnudó completamente. Me abrió las piernas y me lamió. Empezó a comérmelo de una forma increíble. Yo solo miraba a Paco que nos observaba claramente excitado. Me corrí de esa forma, con la lengua y dedos de Cloe y la mirada de Paco.



Cloe me besaba los muslos mientras yo me estremecía por el orgasmo, y de pronto, se levantó y se quitó el vestido y el tanga, quedándose desnuda. Pensé que se echaría a mi lado para que yo la follara pero se giró y fue donde Paco. Lo besó y dijo:​

  • El coñito de Cris es lo más rico del mundo ¿Verdad? y hoy lo tiene depiladito


Y me miraron. Yo seguía con las piernas abiertas y no las cerré, me ponía como me miraban. Cloe se arrodilló mientras desabrochaba el pantalón de Paco. Tiró de él hacia abajo y saltó su enorme polla. Cloe la cogió y me miró. La lamió y empezó a mamársela lentamente.



Notaba como todo me daba vuelta, estaba muy borracha, pero no podía dejar de mirar esa mamada. Sin darme cuenta, empecé a tocarme, masturbándome lentamente. Paco alternaba su mirada entre Cloe y yo. Me sentía fascinada viendo esa enorme polla en la boca de Cloe. Su mano se veía pequeña mientras se la agarraba y con la otra acariciaba sus testículos.



Cloe me miró sin dejar de mamar. No supe si me invitaba a ir o no pero mi excitación no hacía más que aumentar. Me incorporé y fui hacia ellos. Me arrodillé al lado de Cloe y la besé en el hombro. en el cuello, le cogí un pecho y apreté su pezón. Ella gimió y dejó de mamar para mirarme. La besé, metí mi lengua en su boca que sabía muchísimo a polla y me encantó. Dejé de besarla y ella volvió a meterse la polla en la boca, mirándome.



Entonces, con la polla de Paco dentro de su boca, la puso contra su mejilla, se veía claramente el bulto. Besé la mejilla, la lamí. Cloe cogió mi mano y la llevó hacia los testículos de Paco. Se los acaricié con la punta de los dedos. Luego, llevó mi mano a lo largo de la polla, un dedo acariciándolo. Sacó la polla de su boca y pasó mi dedo por el glande, hinchado, enorme, mojado. Por último, metió mi dedo en mi boca y lo chupé.



Miré a Paco desde abajo mientras chupaba mi dedo lleno de su líquido. Cloe sacó el dedo de mi boca y me besó. Luego se separó y sacó la lengua. También saqué mi lengua y las entremezclamos en el aire, fuera de nuestras bocas. Y de pronto, mi lengua tocó algo distinto. Miré, Cloe había acercado la polla de Paco a nuestras lenguas. Lamí el glande junto con Cloe y luego, ella me empujó ligeramente la cabeza para que me metiera la polla en la boca. Chupé esa enorme polla mientras lanzaba un gemido de gusto.



Cloe y yo nos alternamos en lamer y chupar con ansia, sin parar de gemir y besarnos también. Puse mi mano en su coño y la toqué. Entonces, mientras yo se la chupaba y Cloe movía su mano a lo largo de la polla, dijo:​

  • Córrete, cariño


Al poco, sentí un latigazo llenar mi boca, y luego otro, y otro, y otro. Seguí chupando aunque se me salía el semen por las comisuras de mi boca. Cloe lamió la polla recogiendo el semen que se iba saliendo de mi boca, y luego me besó, buscando mi lengua y el semen.



Paró el beso y me miró con vicio. Se levantó y tiró de mí para levantarme. Casi me caigo del mareo pero ella siguió tirando de mí hacia la piscina y se lanzó al agua. La seguí. Allí, nos volvimos a besar y tocar. Se apoyó contra una pared y llevó mi mano a su coño. La masturbé sin dejar de besarla hasta que se corrió.



Nos miramos mientras se recuperaba. Seguía cachonda, muy cachonda. Entonces miré por encima de Cloe y vi a Paco de pie mirándonos, desnudo y la polla de nuevo dura. Le dije a Cloe:​

  • Quiero follarme a Paco
  • Claro, chérie, nos lo vamos a follar


Salí de la piscina y me acerqué a Paco. Cogí su polla y me pegué a él. Le besé y metí mi lengua en su boca. Paco acarició mi cuerpo suavemente. Noté a Cloe detrás mía y como me besaba en la espalda y hombros. Cloe dijo:​

  • Vamos a la cama


Lo que siguió fue la mejor noche de sexo de toda mi vida. Follamos juntos, separados, nos turnamos cabalgando a Paco, o poniéndonos a cuatro. Paco era inagotable, follaba con una potencia que me tenía loca. Se corrió dentro de mí, en nuestras caras y en el culo de Cloe.​
 
47



CRISTINA

Me desperté al día siguiente molida y con mucha resaca. Cloe seguía durmiendo pero no estaba Paco. Fui a la ducha y me metí bajo el agua fría. Luego, bajé y me puse mi ropa de la noche anterior. Entonces escuché un coche y al poco entró Paco con el desayuno. Me sonrió y yo a él pero con cierta incomodidad. Me dijo:​

  • ¿Se ha levantado Cloe?​
  • No, sigue durmiendo​
  • Voy a despertarla​


Dejó la comida en la cocina y subió. Hice café, me iba a estallar la cabeza. Al poco, empecé a escuchar gemidos, estaban follando “Pero ¿Cómo pueden tener tanta energía?” Yo estaba para el arrastre. Me tomé una aspirina junto al café y salí fuera. A los 15 minutos apareció Paco y dijo:​

  • Se va a duchar ¿Me ayudas a preparar el desayuno o estás muerta?​
  • Estoy muerta, pero te ayudo​


Preparamos todo en el jardín. Le pregunté por la hora y me dijo:​

  • Las once y media​
  • Ah… no sé donde he dejado mi bolso​
  • Lo he visto en el coche​
  • Voy a por él​


Salí y cogí el bolso. Mi móvil tenía llamadas perdidas y mensajes. Eran de mi madre y de Borja. Primero llamé a mi madre y le dije:​

  • Perdona por no llamar, ayer tuve bronca con Borja y me emborraché​
  • ¡¡Cristina!!​
  • Ya, ya… y…​
  • Espera, imagino donde has dormido (bajando la voz, imaginé que porque mi padre estaba cerca) pero voy a decir otra cosa​


Y dijo en voz más alta:​

  • Ah, que te has quedado en casa de Cloe y Paco, vale, vale​


Me reí, lo decía como si fuera una mentira para cubrirme delante de mi padre porque pensaba que había pasado la noche con mi “amigo”. Luego me dijo:​

  • ¿Tan mal fue con Borja?​
  • Mucho, se enfadó y me dejó plantada​
  • Ah​
  • Tengo llamadas perdidas de él, y mensajes, ahora veré que dice pero fue un cabrón​
  • ¿Por?​
  • Me dijo de todo, luego te explico, mami, me duele mucho la cabeza​
  • Vale​
  • Y, por cierto, sí estoy con Cloe y Paco, me emborraché con ellos y me trajeron medio desmayada​
  • ¡¡Cristina!! que van a ser tus jefes​
  • Jaja, sí, menuda imagen he dado jaja​


Reí sin ganas… si ella supiera. Mi madre dijo:​

  • ¿Te vienes ya?​
  • Supongo, no sé… quizás me quede aquí tumbada y tomando el sol, no me puedo ni mover​
  • Si quieres vamos a recogerte​
  • No, no sé… luego te digo, voy a llamar a Borja​
  • Vale, cariño, luego me cuentas​
  • Sí, hasta luego, mami​
  • Hasta luego​


Colgué y leí los mensajes de Borja. Se disculpaba aunque decía que estaba muy afectado. No le respondí, aún me dolía la cabeza y tenía que pensar que decirle. Entré en la casa. Cloe ya había bajado y la muy guarra tenía un aspecto genial. Se lo dije y ella rio:​

  • Es lo que tiene echar un buen polvo mañanero y luego una ducha fresquita​
  • Lo de la ducha ya lo he hecho y sigo que me va a estallar la cabeza​
  • Jajaja​


Nos sentamos los tres en el jardín. Me eché otro café y los miré. Dije:​

  • Le he contado a mi madre que ayer me emborraché con vosotros tras lo de Borja y me trajisteis medio desmayada​
  • Jajaja​
  • Y dice que menuda imagen he dado a mis futuros jefes​


Los dos se partieron de risa y Paco dice:​

  • P: Una imagen inmejorable ¿Verdad, cariño?​
  • CL: Que noche, chérie, que noche​
  • C: Jaja, lo vuestro ¿Siempre es así?​
  • CL: ¿El sexo? Siempre, pero ayer, con la mejor compañía​
  • C: Jajaja, pues creo que lo tengo hasta escocido jajaja​


Y estuvimos bromeando pero bien, muy cómodos los tres. Al rato, Cloe me dijo:​

  • Bueno, cuéntanos lo de tu “calentón”​


Miré avergonzada hacia Paco. Dije:​

  • C: Eso… eso no fue nada​
  • CL: Algo fue, está claro​
  • C: No… además… me da corte​
  • CL: Paco ya sabe que algo pasó​
  • C: ¡¡Cloe!!​
  • CL: Ya deberías saber que no tengo secretos con mi marido​
  • C: Ya, pero…​
  • CL: ¿Lo conocemos?​
  • C: Mmmmm sí​
  • P: ¿Robi?​
  • CL: No, él me lo habría contado​
  • C: Joder, no hay forma aquí de tener algo de intimidad​
  • CL: Cariño, después de lo de anoche ¿Para qué quieres intimidad? jaja​
  • C: Bueno, bueno… fue con… con Sebas​


Cloe soltó una carcajada y Paco me miró desconcertado. Dije:​

  • C: De la orgía​
  • P: Ahhhhh​
  • C: Estaba comprando ropa y me lo encontré y… no sé como, pasé la noche con él​
  • CL: ¿No sabes como? jajaja pero si no parabas de follar con él durante la orgía jaja​
  • C: Ya, ya… no sé, supongo que conectamos bien​
  • CL: ¿Y qué tal fue la noche?​
  • C: Súper bien (con una gran sonrisa)​
  • CL: Jajaja ¿Ves?​
  • P: Pues una vez Sebas me contó que tenía una técnica especial​
  • CL: ¿Para ligar?​
  • P: La llamaba “su técnica especial para abrir culitos”​


Lo miré con la boca abierta. Cloe, al ver mi reacción, estalló en otra carcajada y dijo:​

  • CL: Cuenta, cuenta​
  • P: No lo recuerdo bien, dijo que era algo que había aprendido en un viaje, con masajes, aceite, masturbación, tanto vaginal como anal​
  • C: Que hijo de puta​
  • CL: jajajaja​
  • C: Pues…. es una técnica buenísima jajaja​
  • CL: ¿Te gustó?​
  • C: Una pasada, no me dolió, ni durante ni al día siguiente​
  • CL: Jajaja​
  • C: Y no te creas que Sebas fue delicado, al principio sí, pero luego… una pasada, de verdad… y la tiene grandecita pero todo fue… una pasada jajaja​
  • CL: La experiencia, nena​
  • C: Ya, de eso me he dado cuenta, la gran diferencia entre Borja y cualquiera con experiencia ¿Tú has probado esa técnica?​
  • CL: No, solo he follado con Sebas en las orgías, pero ahora tengo curiosidad por probar eso jajaja​
  • C: Tiene unas manos… dios, que manos jajaja​


Poco a poco se me fue quitando el dolor de cabeza y entonces vi que Borja me había escrito más, con más disculpas. Le escribí diciéndole que me dejara en paz. Luego, silencié el móvil, me quité la ropa y me tumbé desnuda al sol.



En algún momento me dormí hasta que me despertó Paco diciendo:​

  • Es tu madre​


Cogí el móvil y escuché:​

  • ¿No coges el móvil?​
  • Lo he silenciado, el pesao de Borja no paraba de llamar o mandar mensajes, y me he dormido tomando el sol​
  • Ya, eso me ha dicho Paco, lo he tenido que llamar a él​
  • Ya ¿Qué pasa?​
  • Está aquí Borja​
  • Paso de él​
  • Dice que no se mueve hasta hablar contigo​
  • Pues que no se mueva, él sabrá​
  • Dice que se imagina donde estás y va a ir​
  • ¿Y acierta?​
  • Sí​
  • Puffff, bueno, vale, que venga​


Me despedí de ella y colgué. Me levanté y le llevé el móvil a Paco y dije en voz alta:​

  • Ahora viene Borja y no tengo ninguna ganas de verlo​


Me fui a la piscina y me eché al agua. Al poco, Cloe también se echó y se acercó a mí diciéndome:​

  • ¿Qué le vas a decir?​
  • No sé, estoy enfadada con él​
  • Ya​
  • Es que… es un gilipollas, tenías que haber visto como se puso, no me dio ni tiempo a contarle, empezó con que me buscaba excusas para no irme con él y gilipolleces así​
  • ¿Quieres seguir con él?​
  • No lo sé​
  • Ayer noche estabas muy afectada pensando que habíais roto​
  • Lo sé​
  • Escúchalo a ver que dice ¿No?​
  • Que remedio, pero lo tiene complicado para arreglar lo de ayer, no se me va a olvidar… si éste es el apoyo que puedo esperar de él…​
  • Ya​
  • Menos mal que te tengo a ti, Cloe​


Me abracé a ella y le dije:​

  • Cuanto echaba de menos esto​
  • Y yo, chérie​


Nos dimos un tierno beso. Noté la lengua de Cloe buscando mi lengua y me separé diciendo:​

  • No seas mala, que me pongo cachonda muy rápido contigo y Borja estará aquí ya mismo​
  • Jajaja, pero ven, ven, que te quiero preguntar una cosa​


Tiró de mí hasta que me volví a pegar a ella y me dijo:​

  • ¿Y qué me dices de Paco?​
  • Jajaja​
  • ¿Nada que decir?​


Me separé de nuevo de ella diciéndole:​

  • Solo puedo decir “¡¡¡Que barbaridad!!!” jajaja​


Nos reímos las dos y Paco, que estaba sentado a la sombra leyendo, levantó la vista y preguntó:​

  • ¿Qué pasa? ¿Me puedo reír yo también?​
  • NOOOOO jajaja​


Y seguimos un poco más con la broma hasta que salí de la piscina y cogí una toalla para secarme. Me di en el pelo para que se secara más rápido y cuando acabé, me di cuenta como me miraba Paco. Estaba desnuda y con la toalla en el pelo así que me veía el cuerpo sin problema. Me gustó como me miraba y quise jugar un poco. Le dije:​

  • Oye, Paco ¿Te puedo hacer una pregunta?​
  • Claro​
  • ¿Crees que me queda bien así depilado o era mejor como lo tenía antes? ¿Te fijaste como lo tenía antes?​


Paco sonrió abiertamente y dijo:​

  • Claro que me fijé​
  • ¿Entonces? ¿Mejor así o como antes?​
  • Me gusta así​
  • ¿Sí? No sé… creo que a Cloe le queda genial con ese cuerpo que tiene pero a mí… no sé​


Cloe, desde la piscina, dijo:​

  • Oye ¿A mí no me preguntas?​
  • A ti ya sé que te gusta​
  • ¿Seguro?​
  • Sí (mientras la miraba y le sacaba la lengua riendo)​


Paco dijo:​

  • Estás muy sexi así​
  • Entonces ¿Me lo sigo depilando?​
  • Sí​
  • Mmmm, no sé​


Y estuve un rato más tonteando con él de forma descarada, y más porque se le notaba la erección en el bañador, cosa que me encantaba. Entonces, escuchamos el timbre de la calle y pensé “Mierda, Borja”. Me vestí y salí.



PACO

Cloe salió de la piscina cuando Cristina se fue. Me miró y rio diciendo:​

  • Te ha estado calentado ¿Eh?​
  • Jajaja, un poco, estaba jugando conmigo​
  • Jajaja​
  • Por cierto, Cloe, me ha enviado un mensaje Pablo​
  • ¿Qué pasa?​
  • Para ir con ellos, que están preparando una barbacoa​
  • Ah, si tienes ganas, vamos​
  • Sí, que venga Cristina también ¿no?​
  • No creo​
  • ¿Por?​
  • Se irá con el novio​
  • ¿Tú crees? Está muy enfadada con él​
  • Creo que sí​


La miré incrédulo y dijo:​

  • Tampoco me creíste cuando te dije que en 2-3 semanas la tendría de nuevo en la cama, y ya ves​
  • Jajajaja, mi adivina​
  • No, es solo que sé calar muy bien a la gente​
  • Jajaja​


Cloe se puso el bikini. La miré extrañado y dijo:​

  • Por si entra con el novio ¿No?​
  • Ah, vale​


Se me acercó y se inclinó, dándome un beso con lengua. Luego dijo:​

  • ¿Entiendes ahora porqué me gusta tanto Cris?​
  • Ya, lo voy entendiendo​
  • Es… es muy fogosa y atractiva pero es más que eso​
  • Sí, es muy sexual… me recuerda mucho a la madre​
  • ¿Sí?​
  • Sí, no físicamente pero si en esas ganas, como se pone de cachonda, en lo buena que es en el sexo… y me recuerda mucho a ti, exigente durante el sexo pero muy complaciente​
  • Tenía muchas ganas de que te acostaras con ella​
  • Lo sé, cariño, y gracias​
  • De nada​
  • ¿Crees que dejará de preocuparse por los cuernos?​
  • No, pero lo está asimilando y le será infiel muchas veces​
  • Debería dejar a ese chico, está claro que no sabe satisfacerla ni sabe apoyarla​
  • Sí, pero ya se dará ella cuenta​
  • ¿No crees que romperá ahora con él?​
  • No, se siente culpable y le dará otra oportunidad​
  • Bueno, ya veremos​


Cloe se tumbó y a la media hora larga apareció Cristina. Dijo:​

  • C: Me… me voy con Borja​
  • CL: ¿Habéis hecho las paces?​
  • C: Bueno, no tanto pero… me ha dado lástima​
  • P: ¿Por?​
  • C: Casi se echa a llorar y se ha puesto de rodillas a pedirme perdón​


Cloe me miró con una sonrisita de “Yo tenía razón”. Dije:​

  • P: Pero ¿Está de acuerdo en que te quedes mientras él se va a Londres?​
  • C: Bueno, tanto no, pero dice que lo asumirá… dice que ayer se puso así porque lo ha pasado muy mal sin mí esas semanas que ha estado fuera, y pensar en estar sin verme tantos días, lo puso malo​
  • P: Ya​
  • C: Y, bueno, lo intentaremos, nos veremos los fines de semana o algo así ¿No? Hay muchos vuelos​
  • CL: Sí​
  • C: No sé… es que… ahora sí ha escuchado todo lo de mi trabajo y se ha quedado alucinado y dice que ahora me comprende, que siente mucho lo que me dijo ayer noche, que fue porque le hacía mucha ilusión que viviéramos juntos​
  • CL: ¿Y por qué no se queda aquí en vez de irse a Londres solo?​
  • C: Es que dice que el máster ese ya está pagado, que es mucho dinero, que sus padres no se lo van a permitir​
  • CL: Entiendo​
  • C: No sé, Cloe… probaremos y ya veremos ¿no?​
  • CL: Ajá​
  • C: Pero… pero lo que te dije ayer… eso no cambia​


Y me miró para decir:​

  • C: Bueno, sí cambia porque tú también​
  • P: ¿El qué?​
  • C: Pues… (miró a Cloe avergonzada)​
  • CL: Quiere que seamos sus amantes​
  • C: Jajaja, dicho así parece muy cursi jajaja​
  • CL: Pero es eso ¿No?​
  • C: Sí​


Cris, nerviosa, se movió hacia Cloe y dijo:​

  • Me tengo que ir, me espera Borja… va a tener que currárselo mucho para que me olvide de lo de ayer noche​


Se inclinó y besó a Cloe en la boca. Luego, vino a mí y también me besó, sacando un poco la lengua. Se despidió diciendo:​

  • Hablamos pronto​


Y se fue. Miré a una Cloe sonriente y dije:​

  • Has acertado… como siempre​
  • Jeje, anda, vamos a vestirnos para esa barbacoa​


Fuimos al chalet de Pablo y Ade y allí nos bañamos, comimos y tomamos el sol. Tras comer, Cloe y Ade se metieron en la piscina mientras los niños entraban en la casa para jugar a la consola. Pablo me dijo de andar un poco para bajar la comida y charlar. Me extrañó porque él no era de moverse, pero le dije que sí.



CLOE

Me acerqué a Ade y le dije:​

  • ¿Cómo lo lleváis, Ade?​
  • ¿Te refieres al sexo?​
  • Bueno, en general​
  • Bien​
  • Yo te veo muy bien, sonriente, de buen humor​
  • Sí, es cierto​
  • Ya te lo dije la última vez, se te nota, estás calmada y contenta ¿Tan bueno es el sexo?​
  • No es eso… es más que el sexo​


La miré esperando que siguiera. Tras unos segundos, dijo:​

  • Pablo y yo llevábamos mucho tiempo donde solo hablábamos de lo mínimo imprescindible, de los niños, de la compra… nada personal o ni siquiera del trabajo, no hablábamos​
  • Ya​
  • Y ahora, a raíz de esto del sexo, nos hemos abierto otra vez, ahora está cariñoso, atento, me cuenta cosas… volvemos a hablar​
  • Que bien​
  • Ahora por las noches, mientras cenamos, me cuenta su día, yo le cuento el mío… eso me gusta, no sé por qué dejamos de hacerlo, los dos somos abogados, entendemos el trabajo del otro, pero…​


Se quedó callada, pensando. Dijo:​

  • Creo que todo era culpa mía, los niños me han absorbido, lo he notado hasta en el trabajo, ya no cuentan conmigo tanto como antes, he estado distraída, sin ganas… No me sentía valorada excepto con vosotros, por eso necesitaba tanto estar con vosotros, erais los únicos con los que me sentía valorada… y luego con Lola… ya, ya sé que era solo porque era muy zorra en la cama pero, no sé, me sentía bien con vosotros​
  • Nos gusta que seas una zorra pero hay muchas zorras, tú nos gustabas más que eso, lo sabes​
  • Sí, es cierto, y con Lola igual, sé que es más que mi amante, es mi amiga, a pesar de que me comporto como una cabrona con ella, la menosprecio muchas veces y no se lo merece pero es que… no estaba bien, ya lo sabes, me viste casi suplicando un polvo​
  • Lo sé​
  • Si toda esta mejoría con Pablo solo fuera por el sexo me preocuparía pero no, ahora estamos como antes de que nacieran los niños… el otro día le conté una bronca del trabajo y me apoyó, me escuchó y me apoyó, casi me puse a llorar porque ese día estaba muy jodida, con ganas de dejar el trabajo y… se comportó muy bien, incluso se enfadó con el de mi despacho​
  • Me alegro, es lo que debe hacer​
  • Ya, pero hace un mes no le hubiera dicho nada, me lo hubiera tragado todo hasta que… no sé… hasta reventar​


Lanzó un profundo suspiro y luego dijo:​

  • ¿Sabes que se ha puesto a régimen?​


Lo miré extrañada y dijo:​

  • Sí, sí, lleva dos semanas que controla lo que come… hoy ha sido una excepción y tampoco ha comido mucho, no sé si te has fijado​
  • Pues no​
  • Y respecto al sexo, muy bien​
  • ¿Seguís con los tríos?​
  • Sí, hemos hecho más, llevamos tres con Lola y yo dos con Lola y Guille​
  • Ah ¿Cómo lleva lo tuyo con Guille?​
  • Pues bien, al principio muy reservado, sin querer saber nada pero poco a poco ha querido saber cosas y ahora incluso lo usamos durante el sexo, ya sabes, “mira que puta soy que me ha follado otro” y cosas así​
  • Le pone​
  • Sí, sorprendentemente sí​
  • ¿Y qué tal con Guille?​
  • Bien, bueno, normalito, pero bien, es divertido​
  • ¿Y Lola y Pablo?​
  • Mejor, en el último hasta se corrió mientras Pablo la follaba​
  • Jajaja​
  • Y ahora estamos hablando de hacerlo los cuatro juntos​
  • ¿Sí?​
  • Sí, está costando por parte de Pablo pero creo que lo haremos​
  • Jeje​
  • Tengo ganas de eso, de estar con ellos dos a la vez, y Pablo también tiene ganas pero le cuesta reconocerlo​
  • Jajaja ¿Y el sexo entre vosotros dos?​
  • Muy bien, e imaginativo, a veces demasiado, pero bien, me gusta que me pida o me haga cosas diferentes aunque no todas sean cosas que me gustan​
  • Ajá​
  • Estamos experimentando con juguetes que compro, aunque el otro día él trajo uno… mira, ven, te los enseño​


Salimos del agua y nos secamos un poco. Luego entramos en la casa. Saludamos a los niños pero no dijeron nada. Ade dijo:​

  • Estos con la consola no se enteran de nada​


Me llevó a su dormitorio y allí abrió un armario, y dentro un cajón. Quitó unas toallas y vi una colección de juguetes. Sacó uno y dijo:​

  • Esto lo compró el otro día, para que lo usemos Lola y yo la próxima vez​


Me enseñó un consolador doble, muy flexible. Sonreí. Ade dijo:​

  • Esa noche lo usamos, me ató a la cabecera con esto (señalando unas esposas), me amordazó con esto (una mordaza de bola) y luego, me lo metió por delante y por detrás ¿Ves? es muy flexible​
  • Ya​
  • Estuvo muy bien​
  • Jajaja​
  • Este tipo de cosas sí me gustan, que me ate y me mande, ya sabes, pero me gusta porque es solo ahí (señalando a la cama), fuera de ahí me respeta y me hace caso, si no fuera así, mala cosa​
  • Ya, sabe distinguir entre el sexo y la vida normal​
  • Eso es​
  • Tienes una buena colección​
  • Sí, bueno, poco a poco… la tuya es más impresionante​
  • Jajaja, sí​
  • ¿Y sabes? Los tríos están bien, son divertidos, pero lo que de verdad me alegra el ánimo es esa confianza que hemos retomado y nuestros encuentros por la noche​


Bajamos de nuevo hacia la piscina y seguimos charlando.



PACO

Miré a Pablo que sudaba mucho. Le pregunté:​

  • ¿Y esto de andar?​
  • Estoy intentando perder algo de peso​
  • ¿En serio? ¿Con todo lo que hemos comido hoy?​
  • Sí, bueno, un día es un día, pero estoy a régimen​
  • Jajaja, anda ya​
  • Que sí​
  • Pero si te encanta comer​
  • Ya pero… tengo que bajar algo de esto (cogiéndose la barriga)​
  • Es por Ade ¿no?​
  • Sí, bueno, por salud y, sí, por ella​
  • Os veo bien, hacía tiempo que no os veía así​
  • ¿Verdad?​
  • ¿Es por… el sexo?​
  • Sí, joder, no sabes como… en el plan en el que estamos​
  • ¿Plan?​
  • Sí, bueno, no te voy a contar detalles pero…​


Lo miré sonriendo. Dijo:​

  • Solo te diré que hay dos Ade, la de día, y luego, la de noche​
  • Jajaja​
  • La de día es mandona, irritante, soberbia… bueno, ahora no tanto, le gusta mandar, ya lo sabes, o más bien, que se hagan las cosas como a ella le gusta​
  • Ya​
  • Pero se ha suavizado bastante en cuanto a su mal carácter​
  • Me he dado cuenta​
  • Y por la noche…​


Miró hacia atrás, como si Ade la pudiera escuchar que estaba ya a 500 metros o algo así. Bajó la voz y dijo:​

  • Por la noche es una zorra​
  • Jajaja​
  • Sí, Paco, ni te puedes imaginar, no parece ella, de verdad, nunca antes… bueno, está muy… complaciente​
  • Me alegro, hombre​
  • No sé que le ha pasado, si se enteró de lo de mi secretaria pero no me lo dice por orgullo o qué, pero…​
  • A saber​
  • Joder, pero es que ni te imaginas, Paco, ni te imaginas​
  • Ya​
  • Y, no sé, está muy guapa y atractiva y yo estoy hecho un cerdo gordo, para llevarme al matadero​
  • Jajaja​
  • Sí, Paco, a veces pienso que ella… ella se podría follar a quien quisiera, y aquí está, conmigo que estoy así… (señalándose)​
  • Está claro que algo ve entre tanta grasa jajaja​
  • Que cabrón jajaja, pero sí, algo ve, no tengo ni puta idea de lo que ve, pero sí, está claro​


Seguimos andando y me dijo:​

  • Estoy un poco acojonado​
  • ¿Por?​
  • Porque… esto que tenemos ahora puede volver a desaparecer en cualquier momento ¿no?​


Se calló durante más de un minuto hasta que dijo:​

  • Hace un mes llegaba a casa y ni me hacía ilusión, en serio, bueno, por los niños pero pensaba en la cara larga de Ade, sus silencios… y se me quitaban las ganas de volver a casa, de verdad​
  • Joe​
  • Solo hablaba para criticar algo, a los niños, a mí, a la chica que limpia… solo eso, y siempre enfadada o con mala cara… yo… lo estaba pasando mal​
  • Ya​
  • Y ahora, joder, entro por la puerta y me sonríe, y me dice guarradas, y… y charlamos ¿Sabes cuánto tiempo hacía que no charlábamos de verdad?​
  • No​
  • Yo tampoco, ni me acuerdo de la última vez, pero ahora sí, joder, el otro día me contó algo de su trabajo, una chorrada con otro socio pero que la había afectado bastante, estaba enfadada con ese tío y me gustó que me lo contara, y me pidió opinión y… bueno, casi tenía lágrimas en los ojos y me entró de todo por dentro, tenía ganas de ir a ver a ese gilipollas y partirle la cara​
  • Jajaja​
  • En serio, si lo llego a tener delante le parto la cara​
  • Me lo creo jeje​
  • Ahora estoy deseando llegar a casa, verla y… y ver que hacemos por la noche​
  • Jajaja​


Le di varias palmadas en la espalda y le dije:​

  • Pero Pablito, si es que te has enamorado de nuevo de tu mujer​
  • Joe, y será verdad y todo​
  • Jajaja​


Y seguimos andando, riéndonos y charlando.​
 
48

Jueves

CRISTINA


Estaba de los nervios en mi habitación, mirando cada dos por tres mi móvil. Eran las doce de la mañana y hoy era la reunión donde Cloe presentaría mi designación y la de Paco. Ella decía que era un trámite, y eso era seguro en el caso de Paco pero ¿Quién iba a querer poner como directora a una niña sin experiencia? Cada vez lo veía más claro, iban a rechazarme y todas mis ilusiones se iban a ir al garrete.



Intenté ver una serie pero no podía concentrarme. Había intentado hablar con mi madre pero me había puesto más nerviosa aún. Me puse los auriculares con música y me tumbé en la cama. Cerré los ojos pero nada, no podía estarme quieta.



Me volví a incorporar y pensé en la reunión del día anterior con Cloe. Me había explicado la reorganización que iba a explicar hoy al consejo. Lo que más nos afectaba a Paco y a mí era que cogía la dirección de Gregorio (el marido de Claudia) y la dividía en tres direcciones. Dos se las daba a Paco y la otra y la de Claudia, a mí. Su idea era minimizar gastos en la de Claudia, iba a plantear una reducción de presupuesto de esa unidad, y me daba el departamento de aplicaciones internas, es decir, todo lo referente a la informática de la empresa. Eso me asustó porque yo no sabía nada de informática pero ella dijo que para eso estaban los expertos del departamento.



Mi sensación de que todo me iba grande aumentaba con cada palabra de Cloe. Entonces, para colmo, sacó mi “currículum”. Lo leí y la miré desesperada:​

  • Pero Cloe, esto… esto es una barbaridad
Contaba mentiras por todos lados, sobre mis estudios, mi vida, mis conocimientos… Cloe rio y dijo:​

  • Tranquila, solo lo leeré mañana de pasada y ya está​
  • Pero… ¿y si me preguntan por algo de esto?​
  • No te preocupes por eso​
  • Pero… Cloe, que no tengo ni idea de informática y has puesto que tengo un máster en análisis de datos mediante big data que no sé ni lo que es…​
  • Ni ellos, no te preocupes, chérie​
  • Uff, Cloe​
  • Lo importante es que te muestres segura​
  • Pero ¿Segura de qué? Si no sé de nada​


Seguimos hablando y yo cada vez más nerviosa. Estábamos en su despacho, sentadas en el sofá. Me eché las manos a la cabeza y le dije:​

  • Yo no valgo para esto, Cloe
Tenía hasta ganas de llorar. Ella me pasó el brazo por encima del hombro y me abrazó. Me dijo:​

  • Sé que asusta, pero ya verás que no es para tanto​
  • Pero…​
  • Nos tienes a Paco y a mí​
  • Lo sé​
  • Pues ya está, tú tranquila​


Y me besó. Nos enrollamos allí, en su sofá, y hubiera follado con ella allí mismo pero paró. Dijo:​

  • ¿Qué tal con Borja?
  • Joder, Cloe, vaya cambio de tema
  • Jajaja, es para tranquilizarte, que te has puesto muy cachonda y aquí no vamos a follar
  • Ya… con Borja, pues bien, ya le he perdonado aunque sigue castigado
  • ¿No folláis?
  • No, aún no
  • Jajaja
  • Que se joda
Cloe me miró. Intenté besarla pero ella me esquivó. Le dije:​

  • Podríamos… podríamos quedar esta tarde con Paco y…
  • ¿Y Borja?
  • Le cuento alguna historia
  • Mmmm, me encantaría, chérie, pero tengo una reunión con Pablo para cerrar estas cosas (señalando los papeles)
  • Joe ¿Muy larga?
  • Seguro… además, Paco tampoco puede… hoy se ve con su amiguita
  • Ah ¿Con Ade?
  • No, con Ade ya casi no quedamos


Entonces me contó la situación de Ade. Aluciné y dije:​

  • ¿Pablo se está follando a Lola y Ade a Guille?
  • Alucino con vosotros, sois de lo que no hay jajaja
  • Oye, que tú eres la que se ha follado a su padrino jajaja
  • Jajaja, y es peor aún, la que se lo quiere seguir follando jajaja
  • Jajaja
  • Joe, mi padrino y mejor amigo de mi padre… estoy fatal, sí
  • Jajaja
  • ¿Y quién es esa amiga?
  • ¿La de esta tarde? Pues eso, una buena amiga, queda con ella todas las semanas y me lo deja para el arrastre jajaja
  • Jajaja, pero como sois…. ¿A cuántas se folla?
  • Ahora mismo, a esa amiga, rara vez ya a Ade o Lola, a ti y a mí, claro
  • Joe
  • Yo quedo con más, quedo con Tony, con Robi y con mis “cazas”, y contigo, naturalmente jajaja


La miré sonriendo, menudos dos. Le dije:​

  • No entiendo como te apetece quedar con otros teniendo a Paco, si es alucinante
  • La variedad, nena, Paco y yo somos así, cuando follamos lo hacemos salvajemente y nos queremos muchísimo, pero nos gusta la variedad
  • Ya…


De pronto, escuché el móvil. Lo miré, una llamada de Paco “¿Paco? ¿Me llama Paco? ¿Ha salido mal?” lo descolgué nerviosa perdida. Me dijo:​

  • Hola Cris
  • Ho… hola ¿Qué ha pasado?
  • Es que…
  • Joder Paco, me va a dar algo
  • Jajaja, tranquila, es que Cloe sigue dentro pero ya está todo aprobado, sin problema
  • ¿Estoy… me… me contratan?
  • Claro que sí, están encantados contigo
  • Joe


Y me puse a llorar de nervios. Paco dijo:​

  • Te dejo, solo era para avisarte, que me imaginaba que estarías nerviosa
  • No, bueno, sí jeje
  • Venga, tranquila, luego hablamos
  • Gracias Paco, muchas gracias
  • De nada, cariño


Y colgó. Di un grito y empecé a bailar. Mi madre apareció rápido y le dije:​

  • Me han contratado, mami
Y nos pusimos las dos a bailar como tontas. Luego, llamé a mi padre:​

  • Papi, papi (gritando)
  • ¿Ya? ¿Ya es oficial?
  • Sííííí
  • Mi niña, mi niña, si es que vales mucho (riéndose y gritando en su oficina)


Estuve un buen rato con mi madre, casi histérica. No me acordé de Borja hasta una hora después. Lo llamé y me felicitó aunque nada parecido a la alegría de mis padres. Le dije a mi madre de ir a por mi padre, que los invitaba a los dos a comer donde quisieran. De nuevo, ni pensé en Borja.



Le mandé varios mensajes a Cloe dándole las gracias pero solo me contestó que no era nada y ya hablaríamos, que tenía almuerzo con el consejo y más reuniones por la tarde.



A media tarde me llamó Borja y me sorprendió porque quiso invitarme a cenar para “celebrar” mi trabajo. La verdad es que sabiendo como se debía sentir, me gustó mucho su gesto. Estuvo muy bien toda la cena, sin recriminar ni quejarse. Esa noche le levanté el castigo y echamos un polvo en el coche que estuvo relativamente bien.



A la mañana siguiente, viernes, fui a la oficina y hablé con Cloe y Paco. Me contaron la reunión, que no hubo ningún problema, todo se aprobó tal como ellos habían propuesto y que podía empezar cuando quisiera. Le dije que ya. Cloe nos llevó a RRHH y firmamos los contratos. No me podía creer el sueldo que tenía y los beneficios. Luego, de vuelta al despacho de Cloe, me explicó que tendría que hacer una presentación al consejo de mi plan de trabajo para ambos departamentos. Al ver mi cara, Cloe se rio y dijo que ya lo tenía casi hecho con mi informe y que Paco me ayudaría con el otro. Después, me llevó a mi despacho. No era tan grande como el de Cloe pero era una pasada, me emocioné. También me presentó a Begoña, mi secretaria, iba a tener una secretaria, aunque me dijo que era compartida con Paco que tenía el despacho al lado del mío, cosa que me alegró. Me dijo también que el despacho de Claudia también era mío, que tendría dos al tener dos departamentos en zonas diferentes del edificio.



Tras un rato, Cloe se disculpó y se fue a una reunión. Me quedé sola en mi despacho, flipando mucho. Luego, llamé a Begoña para que me explicara un poco como estaba organizado el departamento de informática. Al acabar, le dije que quería tener una reunión a primera hora con los encargados principales, y que quería un portátil listo, junto a un móvil y lo que me hiciera falta. Begoña me dijo que lo tendría todo a primera hora del lunes. Luego, entré en el despacho de Paco, era como el mío pero él no estaba. Me despedí de Begoña hasta el lunes. A Cloe y Paco les escribí que teníamos que celebrarlo a lo grande.



Por la tarde, en casa, mi padre llegó diciendo que nos invitaba a cenar, a Borja y a mí y a Cloe y Paco. Fuimos los seis a un buen restaurante y nos lo pasamos bien, incluso Borja que era el menos animado de todos. Luego, nos fuimos a un bar a tomar una copa aunque Borja y yo nos íbamos a ir pronto porque habíamos quedado con amigos.



PACO

En la barra, vimos como Cloe, Carmen y Cristina bailaban y atraían muchas miradas, las tres iban magníficas y muy sexis, cada una con su estilo. Pensé “Y me follo a las tres, soy un tío afortunado”. Borja estaba a nuestro lado, callado, y Luis estaba algo borracho. Me cogió del brazo y dijo:​

  • Paco, amigo mío, mi mejor amigo
  • Huy, como estás Luis
  • En serio… Borja, tienes que buscarte amigos así, alguien en quien confiar


Borja nos miró sin comprender. Luis siguió:​

  • Me presentó a mi mujer, y gracias a él, me casé con ella y tuve a la niña más guapa y lista del mundo
  • Jajajaja
  • Y sé muy bien que me salvaste el culo hace unos meses, no soy tan idiota
  • No sé de qué me hablas
  • Ya, ya… joder, estaba a punto de arruinarme económicamente y también mi vida familiar, mi maravillosa vida familiar
  • Anda ya, hombre
  • Y llegas tú y… joder, tío, me has salvado la puta vida, en serio
  • Que exagerado
  • No te haces una idea… ¿ves a mis dos chicas? Estuve a punto de mandarlo todo a la mierda… a punto de defraudarlas... pero me salvaste
  • Luis, deja de beber, hombre jeje
  • Pídeme lo que quieras, haré lo que sea por ti, lo sabes ¿No? Eres… eres un gran amigo


Meneé la cabeza “Ay, Luis, si ya lo haces, me follo a tus chicas y es un gran placer, sin duda”. Le palmoteé la espalda y me fui con las chicas.



Bailamos un rato hasta que Cristina y Borja se fueron. Escuché como le decía a la madre:​

  • Mamá, esta noche me quedo con Borja
  • Claro


Luego, los cuatro viejos nos fuimos a otro bar más de nuestro estilo.



2 horas después

En un hotel, Cristina desnuda a cuatro sobre la cama, gemía sin parar mientras Borja la cogía por la cintura penetrándola rápidamente. En su casa, Carmen en la misma postura y también desnuda, gritaba que la follara más fuerte su marido por el culo, mientras ella se tocaba sintiendo el orgasmo a punto de llegar. Y justo en ese momento, Cloe inclinada sobre el sofá de su salón, recibía las embestidas de Paco desde atrás, rápidas y fuertes, cerrando los ojos mientras explotaba en un profundo orgasmo, gritando al igual que Carmen cuando llegó al orgasmo o como Cristina que se corría en ese mismo momento. Tres intensos orgasmos de tres hermosas mujeres.



Lunes

CRISTINA


Me levanté temprano y, tras ducharme, cepillarme el pelo, vestirme y maquillarme, fui a la cocina. Allí me esperaban mis padres con una sonrisa. Los miré y pregunté:​

  • ¿Qué pasa?
  • Nada, hija, que estamos muy orgullosos
  • ¡¡Papá!! no seas tonto


Mientras me inclinaba y le daba un beso. Me senté con ellos y tomé un café. Mi padre dijo:​

  • ¿Quieres que te lleve?
  • Claro, papá, como si fuera al cole jeje
  • Jaja, no es eso…
  • No, voy en metro, como siempre
  • Vale, vale


Cuando llegué a la oficina, en recepción me pararon y me dieron un sobre. Lo abrí, era mi nueva tarjeta de acceso, y en ella se leía “Cristina Valle, directora”. Me gustó. Fui a mi despacho y vi que habían puesto también mi nombre en la puerta. Sonreí mientras saludaba a Begoña. Entré y vi un montón de cosas en mi mesa, un portátil nuevo, un iPad, un iphone… Escuché llamar a la puerta y dije que pasará. Entró Begoña que me preguntó:​

  • Señora, por las mañanas ¿Quiere un café cuando llegue?
  • Yo…


Me quedé cortada. Begoña siguió:​

  • O un té
  • Un café está bien
  • ¿Con leche?
  • ¿Azúcar?
  • Sacarina, una pastilla
  • Bien ¿Algo más?
  • No, creo que no… bueno, sí, mis claves de acceso ¿Dónde están?
  • Ahora viene un chico y se lo configura y explica todo
  • Vale
  • ¿Le digo que venga ya?
  • No, trae antes el café, por favor
  • Bien, señora


Me senté en mi silla. Begoña tenía unos 30 años y me daba apuro que me llamara señora pero a la vez, me gustaba. Cuando volvió con el café, me dijo:​

  • Tiene la reunión con los responsables dentro de media hora
  • Ah, bien
  • ¿Le digo al informático que venga y le explique…?
  • Sí, dile que venga
  • Voy a avisarle
  • Gracias


Entonces recibí un mensaje en mi móvil personal. Lo miré, era Álvaro. Me decía:​

  • Hola, hoy he vuelto de mis vacaciones y aquí ha habido lío


No le contesté y él siguió escribiendo:​

  • Han echado a Claudia, o eso dicen ¿Ha sido por mi culpa? Seguro ¿no?
Tampoco dije nada. Al poco, escribió de nuevo:​

  • Unos dicen que van a cerrar el departamento y otros que ya hay un nuevo jefe ¿Sabes algo? Joe, estoy muy nervioso, espero que no nos echen, me dijiste que solo echarían a Claudia ¿no?
Suspiré. Sí que habría despidos. Entonces llegó el informático y silencié mi móvil. Fue una mañana muy intensa, con muchas reuniones y recabando mucha información. También me reuní varias horas con Paco para que me asesorara de mis primeros pasos. Y con Cloe.



Era la última semana de Borja en Madrid así que me iba a ser imposible quedar con Cloe y Paco. En cuanto terminé la jornada me fui con Borja. El día siguiente lo dediqué a terminar el informe de mi otra dirección, la de Claudia. Revisé los números y miré a ver que suponía esa reducción de presupuesto. Actualmente había quince personas y debía quedarme solo con cinco. Empecé a mirar los currículum. Tras leerlos todos, no sabía bien que hacer.



Me quedé pensando y entonces tomé una decisión. Todos los que habían estado conmigo en aquella sala irían a la calle, me habían hecho el vacío absoluto, no los quería conmigo. Busqué sus carpetas y las llevé a un lado. Eso eran seis personas pero… me quedé pensando, había puesto en ese lado la carpeta de Álvaro y Lidia. Las cogí y pensé. Lidia era una madre soltera con más de 30 años y le sería más complicado encontrar trabajo. Y Álvaro me ayudó mucho, sin él hubiera sido imposible, pero me había acostado con él, y me había chantajeado y esas dos cosas me molestaban. Tras unos segundos, dejé la carpeta de Lidia en el montón de despedidos, “Que se joda, fue una cabrona conmigo”. Con la de Álvaro me costaba decidirme, quería ponerla en los despedidos porque no quería saber nada más de él, pero me sentía mal, era una putada. Al final, dejé la carpeta en otro lado, por ahora lo dejaría pendiente de decidir. Con eso llevaba cinco despedidos, me faltaban otros cinco. Cogí el resto de carpetas y las repasé. A un par los llevé a la de despedidos porque se habían reído de mí, eran los más unidos a Claudia. Llevaba siete. Miré el resto de carpetas y no conseguía decidirme.



Me levanté y fui al despacho de Paco. Tras saludarnos, me senté y le dije:​

  • Tengo un problema
  • Dime
  • Tengo que… que decidir a quien hecho del departamento de Claudia
  • Es el tuyo, no de Claudia
  • Bueno, sí
  • ¿Te ayudo?
  • No, lo tengo que hacer yo pero… tengo una duda
  • ¿Cuál?
  • Hay un chico que nos ayudó con lo de Claudia
  • Sí, lo sé
  • Y… me acosté con él
  • Lo sé
  • Y… no sé que hacer
  • ¿Es un problema el haber tenido sexo con él?
  • Sí, para mí sí
  • Pues échalo
  • Pero me ayudó mucho, sin él no hubiera conseguido la información
  • Ya
  • Y también… bueno…
  • ¿Qué?
  • El sexo mmmm
  • ¿Fue bueno?
  • No tiene que ver con eso
  • ¿Entonces?
  • Mmmmm verás… yo… estaba contenta y emocionada
  • Ya
  • Y… tonteé con él y… me calenté
  • Ajá
  • Y… bueno, la cosa iba hacia eso
  • ¿Eso?
  • Sexo, pero entonces él dijo… bueno, que quería sexo por el video
  • Ah
  • Y eso no me gustó, pero a pesar de eso, me lo follé
  • ¿Te lo follaste para conseguir el video?
  • NO, bueno, quiero decir, en ese momento creo que ya sabía que me lo quería follar, pero él… creo que se llevó la sensación de que me había chantajeado y gracias a eso habíamos follado
  • Entiendo, pues más razón para echarlo
  • Ya pero es que le prometí que solo echaríamos a Claudia y ahora…
  • Cris, en ese momento no lo sabías
  • Ya pero…
  • Creo que debes echarlo
  • Pero ¿Y si le cuenta a la gente lo que pasó?
  • Mmmmm ¿Lo haría?
  • No lo sé
  • Que cuente lo que quiera, lo desmentimos
  • Pero no quiero que… ya sabes, quedaría como una puta, la gente se queda con eso
Paco me miró pensativo. Luego dijo:​

  • Trasladémoslo
  • ¿A dónde?
  • A otro departamento, que no esté contigo
  • Ah
  • Déjame pensar donde
  • Vale
  • Pásame su currículum y lo pienso
  • Gracias Paco, me parece una buena solución
  • Para eso estamos…


Me levanté y me preguntó:​

  • ¿Vamos a quedar una tarde de estas?
  • Que va, es la última semana de Borja, imposible
  • Ya, que pena, Cloe y yo tenemos muchas ganas de repetir lo del sábado
  • Y yo, pero se va el sábado, salimos los tres esa noche, os tengo que invitar, y me quedo a dormir con vosotros ¿Vale?
  • Genial
  • Sí, jeje, hay que celebrarlo a lo grande
Me fui a mi despacho y puse la carpeta de Álvaro sobre el montón de despedidos aunque fuera un traslado. Le envié un correo a Paco con el currículum de Álvaro. Ya solo me quedaba decidir otros dos. Tras un rato me decidí y llamé a RRHH para concretar estos despidos. Quedé en ir al día siguiente al departamento, contar la nueva organización y los despidos y que me acompañaría alguien de RRHH.



Pensé en llamar a Álvaro y contarle pero no me apetecía verlo y me lie con otras cosas.



Martes

Se escuchaba el taconeo de mis zapatos por el pasillo mientras caminaba al lado de la de RRHH que me acompañaba para la reunión con el departamento. Me había vestido con ropa elegida para parecer muy profesional, unos pantalones de oficina grises con chaqueta a juego, camisa blanca y sandalias de tacón.



Cuando entramos en la sala, todos se nos quedaron mirando sorprendidos. Los llamé para que salieran a la sala de reunión y me senté presidiendo la mesa, con la de RRHH a mi lado. La gente se fue sentando mientras se miraban entre ellos muy extrañados. Álvaro me miraba con cara de no entender nada.



Cuando todos estábamos sentados, habló la de RRHH:​

  • Buenos días. Creo que todos me conocéis pero por si acaso hay algún despistado, soy María de RRHH
Les sonrió a todos pero nadie dijo nada. Se mascaba la tensión en el ambiente. Permanecí seria y en silencio. María continuó:​

  • Como ya sabéis, Claudia ha dejado la empresa y estos días se ha estado reorganizando un poco algunos departamentos, y claro, el vuestro es uno de ellos
Silencio total. María dijo:​

  • Lo primero es que os presento a vuestra nueva directora, Cristina Valle, ella os contará con más detalle los cambios
La cara de pasmo de todos fue para reírse pero mantuve la compostura. Les dije:​

  • Buenos días. Como os ha dicho María, soy la nueva directora de este departamento que a partir de hoy se llamará Strategy and Innovation. También soy directora del departamento de Internal IT
Hubo un poco de revuelo y el que fuera la mano derecha de Claudia dijo:​

  • No me jodas, si eras una becaria
Lo miré unos segundos y dije:​

  • Por favor, no vuelvas a interrumpirme, los comentarios y preguntas al final… y no, no era una becaria, me hacía pasar por una… sigamos
Les conté los nuevos objetivos del departamento y terminé diciendo:​

  • Tristemente, con este nuevo enfoque, vamos a tener que hacer un reajuste de la plantilla. María os lo notificará a continuación. Mientras tanto, vosotros (dando los nombres de los cinco que sí iban a continuar) seguidme al despacho. El resto, si tenéis alguna pregunta, os atenderé cuando acabe la reunión con mi equipo.
Me levanté y me dirigí al despacho. Al poco entraron los cinco y cerramos la puerta mientras se escuchaba alboroto fuera.



La reunión se prolongó durante más de una hora donde les informé de sus nuevas tareas. Cuando salieron la cosa ya se había calmado. Entró la de RRHH contándome un poco pero no había habido grandes problemas. Cuando se fue, la primera que entró fue Lidia. Cerró la puerta y se sentó. Dijo:​

  • Cristina, yo…
La miré esperando. Dijo:​

  • Necesito este trabajo, soy madre y tengo muchos gastos, la casa…
  • Eso no es problema de la empresa
  • Lo sé pero… por favor, dame una oportunidad
  • ¿La misma que me diste tú?
  • Yo… aquello fueron órdenes de Claudia
  • Sí, pero lo tuyo contra mí no fue normal ¿En serio crees que voy a querer a alguien así dentro de mi equipo?
  • No sabía…
  • Estuve días y días sin que nadie me hablara, me ignorabais… tú ni siquiera fuiste capaz de darme una puta compresa
  • Lo siento, de verdad
  • Las acciones tienen consecuencias, Lidia
  • Por favor, Cristina
  • ¿Has visto tu carta de despido?
  • Si la comparas con las de tus compañeros, verás que en tu caso tienes 40 días por año, en vez de los 20
  • Ya me lo ha dicho María
  • RRHH no quería eso, decía que era un precedente para el futuro
  • Yo…
  • Eso es cosa mía, darte más días…
  • Cristina, por favor, me va a costar mucho encontrar un trabajo, nadie quiere a una treintañera con hijos
  • Eso es cosa tuya, no mía, teniendo en cuenta como te portaste conmigo, bastante he hecho con esos 40 días, y ahora, por favor, deja que otros compañeros vengan a preguntarme


Lidia se quedó mirándome, ya no estaba en plan súplica, ahora era la Lidia de siempre, con la mirada de enfado. Se levantó y cuando iba a abrir la puerta, le dije:​

  • ¿No se te olvida algo?
  • ¿Qué?
  • Darme las gracias
  • ¿Qué? (con voz de sorpresa)
  • Por los 40 días ¿O prefieres irte con 20 como el resto?


Lidia me miró con odio pero dijo:​

  • Gracias
  • De nada, y un consejo, en tu próximo trabajo, trata bien a tus compañeros, te irá mejor
Y se fue. Sonreí para mis adentros “Jódete, hija de puta”. Lo cierto es que lo de los días de más había sido una propuesta de RRHH, yo ni sabía de esos temas, pero me había parecido bien. A continuación entraron un par más también con lloriqueos pero los despaché rápido. Por último, entró Álvaro. Cerró la puerta y se sentó. Lo miré y dijo:​

  • Yo… yo… no entiendo nada, Cristina
  • Pues está bien claro
  • Pero… dijiste que solo Claudia…
  • Ya
  • Esto es una escabechina, mis compañeros…
  • Es cosa del consejo


Era una mentira, la idea era nuestra, de Cloe, Paco y mía. Álvaro dijo:​

  • ¿Por qué no sigo aquí?
  • Porque no
  • Pero…
  • Mira, Álvaro, no te quejes, has salido bien parado de la reorganización
  • Pero…
  • Teniendo en cuenta que me quisiste chantajear, eres un cabrón
  • Yo no…
  • Ah ¿No?
  • Me utilizaste
  • ¿Y? Lo sabías y te parecía bien
  • No, yo…
  • Álvaro, seamos claros… en tu puta vida habías soñado en follarte a una mujer como yo y lo has hecho, bien por ti, y encima, no te vas a la puta calle, te vas a otro puesto donde vas a estar bien, cobrando lo mismo
  • Ya
  • Y sabes que tengo muy buena relación con la directora general, y vas a un departamento donde el director es su marido, y si te portas bien, lo notarás
  • ¿Bien? ¿A qué…?
  • Álvaro, sé discreto, recuerda bien aquellos días, hazte todas las pajas que quieras con esos recuerdos pero en la intimidad
  • ¿Quieres decir que crees que yo contaría…?
  • No lo sé, y no importa mucho, pero no quiero habladurías
  • Jamás lo contaría
  • Y nadie te creería, lo sé, pero mantén la boca cerrada
  • Claro
  • Bien… ¿Te gusta tu nuevo puesto?
  • No… no lo sé
  • Paco, tu director, es muy buen amigo mío, si necesitas algo, dímelo, pero a partir de ahora solo mantendremos una relación profesional ¿Entiendes?
  • Sí, sí
  • Bien ¿Algo más?
  • No… yo… Lidia está llorando y…
  • ¿Y qué? Aquí no hay sitio para ella. Consuélala, te dije que si quieres follártela lo tienes bien fácil
  • Ya pero… ¿No podrías trasladarla como a mí?
  • No
  • Pero…
  • He dicho que no, eres una excepción, el resto a la puta calle


Álvaro miró unos segundos a mi mesa. Luego, se levantó y se dirigió a la puerta. Le dije:​

  • Y recuerda, eres afortunado, no lo estropees
  • Lo sé
  • Bien
  • Gra… gracias, Cristina
  • De nada


Y se fue. Me quedé pensando que me gustaba esto, era un subidón. Me daban ganas de ir al despacho de Paco o Cloe y follármelos… ”Estoy loca” pensé divertida.



Miércoles

En principio, se presentaba un día ajetreado pero tranquilo, ya me había quitado de encima la reestructuración del departamento y ahora me quedaba preparar la presentación para el consejo. En ello estaba cuando entró Paco. Se sentó frente a mí mesa y me dijo:​

  • Mañana vamos a ver a los de EFERVE
  • Ah, bien… ¿Para cortar con ellos?
  • ¿Cortar? Nooo, jaja
  • Pero… todo esto fue para cortar esos temas de las comisiones y los precios inflados ¿no?
  • En parte eso pero principalmente para hacer limpieza, ahora el consejo obedece a Cloe sin casi impedimentos
  • Ya… entonces ¿Para qué vamos?
  • Para presentarnos, para ver aquello y para poner las nuevas reglas de juego en la mesa
  • ¿Y cuáles son?
  • Que ahora tendrán que bajar márgenes y que tú y yo seremos los que recibamos esas comisiones
  • ¿Qué? Pero… eso es ilegal ¿no?
  • No somos una empresa pública
  • Ya pero… los socios
  • Sí, eso sí… por eso lo haremos bien, no una chapuza como la de Claudia
  • Ah


Me puse nerviosa. Paco sonrió y dijo:​

  • No te preocupes, lo haremos todo con cuentas en paraísos fiscales, nadie se enterará
  • Cloe… ¿Lo sabe?
  • Claro, en realidad lo repartiremos entre los tres
  • Ah
  • Pero tenemos que hacerles ver que esos márgenes actuales no son viables, si hay una oferta mejor, se tendrán que ajustar un poco para que podamos seguir tratando con ellos de forma preferente
  • Ajá
  • Al consejo hay que hacérselo ver, que se les ha apretado las tuercas
  • Entiendo
  • Prepara un informe con los contratos con ellos, comparaciones de ofertas… para que lo vean… Luego me llamas y lo revisamos juntos
  • De acuerdo
  • Va a ser divertido, ya verás… los voy a llamar para que nos preparen una visita guiada y reunirnos con los encargados


Paco se fue y me dejó intranquila. Hice lo que me pidió, tenía casi todos los números en mi informe. Tras terminar, lo revisé con Paco y preparamos todo para el día siguiente.



Esa noche me acosté intranquila, me daba miedo hacer algo así, pero cuando Paco me contó las cifras de las comisiones, me convenció, era mucho dinero.



Jueves

Me metí en el taxi con Paco y hablamos sobre la reunión pero sin detalles. Ese día me había vestido de nuevo de forma muy profesional, con un traje pero esta vez con falda ejecutiva. La falda me quedaba de muerte, lo sabía bien, iba atractiva pero profesional. En el taxi, le comenté a Paco que me quería comprar un coche, que cual me aconsejaba. Paco me dijo que había sido un descuido no meter un coche de empresa en mis condiciones laborales, que no era algo normal en la empresa y no lo habían pensado. Le dije que daba igual, ya estaba alucinada con todo lo que tenía en mi contrato.



Cuando llegamos nos hicieron una visita por sus instalaciones. Paco se mantuvo reservado durante toda la visita y dejó que yo hiciera preguntas y comentarios, ya lo habíamos hablado “Es importante que vean que no eres solo una mujer guapa, que vean que controlas y llevas las riendas, habla de los contratos, pregunta sobre ellos… que vean que sabes y controlas del tema” y eso hice. En más de una ocasión los dejé sin saber contestar, no tenían tanto detalle como yo y quedaron en contestarme a esas preguntas.



Luego, nos reunimos en una sala. Ellos eran tres, el director de ventas, de producción y el general. Tras unos primeros minutos de buenas palabras, fui al grano sacando cifras y tablas. Los noté nerviosos y con dudas. Tras terminar, el director general pidió quedarse a solas con nosotros. Entonces fue cuando Paco intervino y empezó la negociación de verdad. Se habló de márgenes, comisiones, forma de pago… Fue largo y duro, con un Paco intratable pero, a la vez, que sabía cuando dejar de presionar, me tenía impresionada. Yo intervenía cuando había que hablar de cifras pero la negociación la llevó él.



Cuando terminamos alucinaba, Paco me había contado que esperaba una cifra baja en las comisiones pero había conseguido varios puntos más que era un dineral. Yo estaba súper tensa y cuando la cosa se relajó me disculpé y fui al baño. Cuando volví, los dos bebían una copa y me dieron otra. Hicimos hasta un pequeño brindis por la nueva relación de trabajo. Luego, entraron los otros dos directores y charlamos un poco más de nuevos contratos que estábamos a punto de sacar. Cuando terminamos y dijimos de irnos, vino de nuevo el director general a despedirnos. En la puerta, me dijo:​

  • Me ha comentado Paco que te has mudado recientemente y aún no tienes coche ¿No?


Miré a Paco extrañada pero asentí. El hombre me dio una tarjeta y dijo:​

  • Pásate por aquí, es donde contratamos nuestros coches de empresa, he llamado y tienen uno a tu disposición, si te gusta
  • ¿Qué?
  • Son varios modelos y colores, elige el que más te guste


Miré de nuevo a Paco que sonreía. Le di las gracias y nos metimos en el taxi. Allí le pregunté:​

  • ¿A qué venía esto?
  • Nada, que le he comentado eso y el buen hombre ha pensado que le conviene tenerte contenta
  • Pero… ¿Puedo cogerlo?
  • Claro
  • Pero…
  • No lo cuentes, claro, es un renting anual
  • Ah
  • ¿Vamos y vemos qué coches son?
  • Bueno
  • Por cierto, Cris, has estado muy bien
  • ¿Yo? Eso tú, menuda forma de negociar, tengo mucho que aprender
  • Bueno, la verdad es que nos hemos compenetrado bien ¿No crees?
  • Eso seguro… ya teníamos experiencia de compenetración jajaja
Fuimos al concesionario y me enamoré de un BMW deportivo y descapotable de color azul oscuro. Me arreglaron los papeles y salimos de allí con el coche, yo al volante muy nerviosa y contenta. Entonces Paco dijo:​

  • Espera, vamos a ir a otro sitio, te voy guiando
Aparcamos delante de un edificio. Paco entró en él y lo seguí. En el ascensor subió a la última planta. Salimos del ascensor y Paco llamó a alguien. Luego dijo:​

  • Mierda, a Cloe la han metido en una reunión
  • ¿Qué?
  • Quería estar aquí pero no va a poder ser… dice que te lo enseñe yo
  • ¿El qué?
  • Ven
Fue a una puerta y la abrió. Entramos. Era un apartamento precioso. No era muy grande, tenía solo dos habitaciones pero tenía un gran salón, una cocina también grande y una terraza amplia y con buenas vistas. Estaba situado en una buena zona de Madrid. Tras revisarlo un poco, lo miré sin entender. Paco dijo:​

  • ¿Te gusta?
  • Claro, es precioso pero…
  • Es tu nuevo apartamento, si te gusta


Lo miré con la boca abierta. Era un apartamento caro y muy bien amueblado, y muy bien situado. Le dije:​

  • Pero esto tiene que ser carísimo
  • Lo paga la empresa, ya lo sabes
  • Ya pero…
  • ¿No te gusta?
  • Me encanta, claro
Fui al baño, era grande y con bañera. Luego fui al dormitorio. Abrí un armario y vi que era un vestidor amplio, entré en él embobada. Salí y lo miré con cara de tonta:​

  • ¿En serio?
  • Toma


Y me alargó las llaves. Lo abracé con fuerza. Luego, me quité los tacones y me eché en la cama. Llevaba toda la mañana cachonda perdida viendo a Paco desenvolverse con los de EFERVE. Le dije:​

  • Esto hay que estrenarlo, me has puesto muy cachonda durante la negociación


Paco se rio.



PACO

Cris me miraba desde la cama con cara de vicio, se la notaba cachonda. Recordé a Carmen el día anterior, en esa misma cama y con esa misma mirada de vicio. La había llevado allí para mostrarle el piso y preguntarle, y follármela, claro. Habíamos pasado una tarde increíble en esa cama, y ahora sería lo mismo pero con su hija.



Me acerqué a la cama y entonces, Cris levantó una pierna y me la puso en el torso, parándome. Me preguntó:​

  • Cloe ¿Se enfadará?
  • ¿Enfadarse porque follemos sin ella?
  • No, es lo que espera
  • ¿Seguro?
  • Vale


Fue a bajar el pie pero se lo agarré y lo besé y lamí. Cris se estremeció. Luego, me eché sobre ella y la besé. Un beso profundo, guarro. Le quité la falda y la chaqueta, luego la camisa. La volví a besar mientras le cogía un pecho por encima del sujetador. Cris gemía en mi boca mientras su mano buscaba mi polla.



Le quité el sujetador y las bragas. Le chupé los pechos y luego bajé hasta lamerle el coño. La chica estaba a punto de correrse, era verdad que estaba muy cachonda. Se lo comí un poco pero paré antes de que se corriera. Me puse encima suya y se la metí. La follé rápido mientras ella no paraba de gritar. Pensé “Joder, es igual de gritona que la madre, como me pone” y entonces le llegó el orgasmo. Se abrazó a mí con fuerza gritando y temblando. Me corrí dentro de ella casi de inmediato. Nos quedamos en esa postura, ella abrazándome con fuerza pero temblando y yo agotado por la tensión. Cuando me fui a mover dijo muy flojito “Espera, espera, un ratito más así“. Al final se salió mi polla sola y me dejó ir. Me tumbé a su lado.



Cris respiraba entrecortadamente y la dejé descansar. Luego, le dije:​

  • Anda, vamos la oficina


Entonces ella se incorporó como con un resorte y dijo:​

  • No, un poquito más
  • Pero es tarde, Cris
  • Sé que te recuperas rápido


Y me besó mientras me desabrochaba la camisa. Me acarició el pecho sin dejar de meterme la lengua y luego, bajó por mi cuerpo hasta meterse mi polla medio flácida en la boca. A los tres segundos ya me la había puesto dura y chupaba con ansia. Tiró de mis pantalones hacia abajo, liberando mi polla del todo. Me lamió los testículos y luego siguió con la mamada.



Tras unos minutos de mamada, se incorporó y se puso encima, comenzando a cabalgarme despacio. Lanzó un profundo jadeo y, poco a poco, se fue moviendo más rápido y comenzó a gritar. Estuvimos follando en varias posturas, Cris totalmente desatada y pidiendo más. Tras un orgasmo especialmente prolongado, ella se quedó tumbada boca abajo en la cama unos segundos. Luego se incorporó y me la empezó a mamar rápidamente. Entonces paró y dijo:​

  • Córrete en mi cara


Movió sus manos a lo largo de mi polla rápidamente, abriendo la boca y sacando la lengua. No tardé en correrme sobre ella, llenándola de leche. Cris me la chupó sacando hasta la última gota de semen y luego se derrumbó boca arriba, riendo. Me eché a su lado y nos quedamos tumbados, exhaustos. Al poco, Cris se levantó y fue al baño. Volvió secándose la cara con una toalla diciendo:​

  • Me encanta el baño, es inmenso
  • Y la casa es una pasada ¿Quién la ha elegido?
  • Cloe
  • Joe, que buen ojo tiene
  • Jajaja


Se paseó por la habitación mirándolo todo con detenimiento. La miré, desnuda con ese culito pequeño pero redondo. Entonces volvió a la cama y se echó sobre mí besándome con ganas y me dijo:​

  • Mmmm te follaría otra vez
  • ¿No estás satisfecha?
  • Mucho pero quiero más, estoy de subidón jajaja
  • Jajaja
  • ¿Nos da tiempo a otro?
  • Noooo, mira que hora es
  • Jooooo, jajaja


Y nos vestimos. Luego, se puso a hacer la cama. Le pregunté y dijo:​

  • Esa tarde voy a traer a mis padres y Borja y no es cosa que vean así la cama ¿no? jeje
  • Jajaja


Me hizo gracia, era más o menos lo que había dicho el día anterior Carmen sobre la cama. Bajamos y le enseñé la plaza de aparcamiento del edificio. Luego volvimos a la oficina.



CRISTINA

“Y mira mamá, mira que vestidor“ le dije a mi madre mientras lo abría. Mi madre, con cara de entusiasmo lo miró. Le dije:​

  • Pienso llenarlo de ropa cara y bonita jajaja
  • Haces bien


Borja y mi padre estaban en la terraza. Me acerqué a ellos y les dije:​

  • ¿Qué os parece?
  • Está genial, Cristi


Borja no dijo nada. Estuvimos allí un rato. Primero habían flipado con el coche, y ahora con el piso, lo mismo que yo aquella mañana tan loca. Volví con mi madre al dormitorio. Estaba sentada en la cama y dijo:​

  • Se nota cómoda
  • Sí, eso parece
  • Y es grande
  • ¿Esta noche os quedáis Borja y tú aquí?
  • No sé, mamá, no parece que esté contento
  • Ya, ese está pensando que debería quedarse aquí contigo jeje
  • No sé, a ver por donde sale


Me senté al lado de ella, recordando los polvos con Paco, habían sido una bestialidad, “menuda forma de estrenar la cama” pensé sonriendo. Le dije:​

  • Estoy súper contenta, mamá
  • Ya te veo
  • No es solo por el coche o esto, que sí, es que en el trabajo estoy cómoda, me lo paso bien
  • No dudaba que se te daría bien
  • No sé, es pronto, pero creo que me gusta
Mi madre me abrazó. Tras un rato más por allí, bajamos y los llevé de vuelta a casa en mi coche. Luego, cuando me quedé a solas con Borja le pregunté:​

  • ¿Qué te pasa? ¿No te ha gustado o qué?
  • Sí, sí
  • ¿Entonces?
  • No me hace gracia que te independices sin mí
  • Ah, ¿no me puedo independizar sin un hombre?
  • No es eso, es que había pensado que lo haríamos juntos
  • Cuando vuelvas
  • Ya
  • Bueno, deja esa cara larga, estoy contenta, no me lo estropees
  • Vale, vale, lo siento
  • Esta noche ¿Nos quedamos en la casa?
  • Bueno
  • Vaya, que entusiasmo, que vamos a follar, Borja
  • Sí, sí, lo sé, claro, genial


Viernes

Entré en el despacho de Cloe sonriendo. Ella se levantó y me abrazó. Me preguntó por la casa y el coche y empecé a hablar sin poder parar. Ella reía ante mi entusiasmo. Le conté los polvos con Paco, que ella ya sabía:​

  • Que rabia que no estuvieras
  • Lo sé, chérie
  • Hubiera sido perfecto del todo
  • Jajaja ¿No lo fue con Paco?
  • Ufff, lo de Paco es una barbaridad, pero contigo hubiera sido una… una… no sé, no me sale el calificativo, lo mejor de lo mejor jajaja
  • Jajaja


Le conté la visita de mis padres y Borja, su poco entusiasmo. Le dije:​

  • Hasta en el polvo estuvo como abobado
  • El chico está jodido por dejarte
  • No sé, pero menuda mierda de polvo
  • Jeje, no se lo tengas en cuenta
  • No, si solo le tengo en cuenta los buenos porque si contara todos, puffff
Hablamos también de trabajo, de mis departamentos, de la presentación, de los despidos… Me sentía tan cómoda hablando con ella de todo.



Aquella noche fue la cena de despedida de Borja con los amigos. Se emborrachó y lo tuve que llevar a su casa.



Sábado

Salí del aeropuerto tras despedirme de los padres de Borja. Acababa de salir su avión. Me dirigí al aparcamiento y entré en mi coche. Llamé a Cloe y le dije:​

  • Ya se ha ido Borja
  • Vale
  • ¿Voy a vuestra casa?
  • No, chérie
  • ¿Entonces?
  • Habrá que ir a rellenar ese vestidor ¿no?
  • ¿De compras?
  • Sí ¿No tienes ganas?
  • SÍÍÍÍ jajaja, pero esta noche salimos, os invito y os pienso dejar muertos a los dos, ve avisando a Paco
  • Jajaja
  • Pero más a ti, mañana no te vas a poder mover jajaja


Y colgué feliz. La vida me sonreía.



Dos meses después. Diciembre.

Me desperté de pronto, acababa de escuchar algo. De repente, vi un resplandor, era una tormenta. Noté que tenía la boca seca aunque pastosa. Me levanté con cuidado de no despertar a los chicos y fui desnuda a la cocina. Bebí agua y me acerqué a la puerta de la terraza. Estaba lloviendo y parecía que tenía que hacer bastante frío, aunque dentro de mi apartamento tenía hasta calor gracias a la calefacción.



Miré a mi dormitorio y vi que los chicos seguían durmiendo. Habíamos salido la noche anterior y habíamos descontrolado mucho, y más cuando llegamos a casa. Me encantaba follar con ellos y verlos follar. Sonreí. La habitación estaba a oscuras pero con la luz de la terraza se les distinguía bien. Miré sus cuerpos, Robi tumbado boca arriba, su polla flácida pero muy visible. Tony de lado, mostrándome su duro y redondo culito. “Ufff, que buenos están“ pensé.



Miré en la mesa buscando mi móvil y vi que eran las nueve de la mañana. Pensé si acostarme de nuevo o no. Vi los papeles que había en la mesa, era el presupuesto para la intervención de aumento de pecho. Al final me había decidido y firmado. Sería en enero, después de las fiestas. Me daba un miedo atroz pero, a la vez, me hacía mucha ilusión.



Recogí unos papeles del trabajo que había dejado allí la tarde anterior. Estaba muy contenta con el trabajo, me había dado cuenta que se me daba bien gestionar a la gente, sus tareas y mandar, me encantaba mandar. Los tenía a todos firmes y me temían, y eso me producía una gran satisfacción. Me encantaba mi trabajo y disfrutaba viendo como me miraban, con temor y admiración.



También vi el billete de avión para Londres, para la semana siguiente, para ir a ver a Borja aprovechando el puente largo por el día de la Constitución y la Inmaculada. Suspiré, no me apetecía nada de nada. También recordé que hoy salían de viaje Cloe y Paco, iban a una boda en Italia y ya no volvían hasta después del puente, más de una semana sin verlos, se me iba a hacer duro.



Entonces vibró mi móvil en mi mano, era un mensaje. Lo miré y vi que era Sebas. Sonreí. Desde que me había independizado había quedado varias veces con él y siempre habían sido magníficas, no al nivel de Paco pero cercano, sabía follar muy bien. Esa noche había quedado con él y me hacía ilusión. Abrí el mensaje y vi que era otro intento para convencerme de ir con él a una estación de esquí en el puente. Llevaba una semana intentando convencerme, contándome cosas sobre fiestas con famosos, mucho esquí, mucho sexo… Leí su nueva ocurrencia:​

  • ¿A que nunca has probado a follar en un jacuzzi al aire libre y rodeada de nieve? Pues allí puedes probarlo, el calor del agua, el frío del ambiente, esa diferencia es muy estimulante


Sonreí y pensé “Ya quisiera yo ir contigo“ pero tenía el viaje a Londres. Entonces pensé “Joder, pero es que no me apetece nada estar con Borja y sus polvos de medio pelo… es que no lo quiero ya“. Eso me llegó de pronto como una certeza total, llevaba tiempo pensándolo pero sin querer reconocerlo, pero ya no podía dejarlo pasar, no, no lo quería y no, no quería estar con él ni follármelo. Cogí el móvil y busqué a Borja. Escribí “Tenemos que hablar“. Luego, le puse a Sebas “De acuerdo, me has convencido, quiero follar en ese jacuzzi“. Puse el móvil en silencio y lo dejé en la mesa. Miré a mi alrededor, me encantaba mi trabajo, me encantaba esa casa, me encantaba mi coche, me encantaba mi vestidor, con toda mi ropa y zapatos caros… pero eso solo era el principio, tendría mucho más, una casa mejor, un coche mejor, más ropa… estaba segura. Y muchos amantes, nada de novios. Luego, me fui a mi cuarto, pensaba despertar a los chicos y follar, “vaya si vamos a follar, hay que celebrar que soy libre y tengo por delante un gran futuro“.


FIN LIBRO 2
 
LIBRO 3
49

Las cosas más importantes son las más difíciles de decir”
El cuerpo - Stephen King

Enero 2022. Málaga

ANA


Abrí la puerta con el nombre “Anatim Soft” y entré. Busqué a María y le pregunté:​

  • ¿Dónde está Nati?​
  • Estará a punto de llegar​
  • Joe, mira que sabe que hoy es importante que esté aquí temprano para que hablemos antes de que lleguen los inversores y ni por esas​


Dije enfadada. Más que enfadada es que estaba nerviosa, muy nerviosa. Esta semana era clave, todo dependía de esta semana y lo que pasara con los inversores para ver si nos íbamos a la ruina o seguíamos en pie y con el proyecto vivo.



Me levanté y miré fuera, a la sala grande donde solía sentarse Nati, pero no, no estaba. Dije:​

  • La voy a matar como llegue tarde​


Mientras cogía el móvil para escribirle. Entonces se acercó Antón que me había visto asomada y preguntó:​

  • ¿Qué pasa, Ana?​
  • Nati, que no aparece​
  • Lo mismo se está follando al barrendero, que esa folla con cualquiera​


María le reprendió:​

  • Antón, ya vale​
  • Jajaja, es broma… mira, ahí viene​


Y todos miramos hacía la puerta y me quedé de piedra. Nati llegaba con un jersey tres o cuatro tallas más grande que la suya, y de tío, y el pelo recogido en dos moños horribles. Llevaba sus pantalones caídos que parecían sucios por lo viejos que eran, unas botas enormes y la cara de estar aún dormida. Se acercó a nosotras y antes de que diera los buenos días me metí en el despacho enfadada. Los demás entraron detrás mía y cerré la puerta diciendo:​

  • A: Coño, Nati, os dije ayer que había que estar hoy presentables​
  • N: ¿Qué? ¿Cómo voy?​
  • M: Dormida​
  • N: Eso sí jeje​
  • A: ¿De verdad es tan difícil ver lo importante que es esta puta semana???​
  • M: Tranquila, Ana​
  • A: No, de tranquila nada, ayer os lo dije, tenemos que dar buena imagen, nos van a comprar casi la mitad de la empresa pero no van a comprar una mierda si ven a unos… pordioseros​
  • N: Pero ¿Qué pasa?​
  • A: Joder, Nati ¿De quién coño es ese jersey? Porque está claro que no es tuyo​
  • N: No sé, de algún tío que se lo dejó en casa​
  • AN: Un tío grande, muy grande, zorrita​
  • N: Sería, yo que sé, me lo follaría borracha​
  • AN: Que zorra eres​
  • N: Y tú mariquita (riéndose)​


Ya estaban otra vez Nati y Antón bromeando entre ellos. Se llevaban genial pero no paraban de meterse el uno con el otro, pero yo estaba de los nervios y sin ganas de tonterías. Dije:​

  • A: ¡¡Callaos!! Joder, joder, que me vais a matar a disgustos​
  • N: Vale, mamá​
  • AN: Jiji​


Los fulminé con la mirada. Dije:​

  • A: Nati, hoy calladita ¿eh?​
  • N: Que sí, pesada​
  • A: No, en serio, que te conozco y empiezas a largar más de la cuenta​
  • N: No, mamá, no diré nada indebido​
  • A: Y quítate ese puto jersey, joder, a ver si te miras en el espejo antes de salir de casa​
  • N: Joder, ni que esto fuera una agencia de modelos​
  • AN: ¿Tú modelo? JA​
  • M: Oye, que tiene cuerpazo​
  • AN: Demasiadas tetas, no sirve para modelo​


Nati se quitó el jersey y puse los ojos en blanco. Debajo llevaba una camiseta blanca pero, al contrario que el jersey, la camiseta le estaba pequeña, varias tallas por debajo de la suya y la tenía superajustada. Dije:​

  • A: Te mato, Nati, te mato​
  • N: ¿Qué pasa?​
  • A: Joder, y sin sujetador​
  • N: Ya, bueno ¿Y qué?​
  • A: Que se te nota todo!!! hasta los piercings​
  • N: Ah, bueno, tampoco es para tanto​
  • AN: Noooo, no es nada, un par de tetones marcando pezones y piercings, nada del otro mundo​
  • N: Sigo teniéndolas bonitas ¿No? Pues ya está​


María se partía de risa y la miré seria y dije:​

  • A: Y tú para de reírte y ayuda algo​
  • M: Vale, vale​
  • A: Aunque estés embarazada no te vas librar de las tortas que voy a empezar a repartir​
  • M: Jajajaja​


Me senté e intenté calmarme inspirando fuerte. Entonces Nati levantó una bolsa y dijo:​

  • N: ¡¡¡Tachán!!!​


Miré y todos se rieron. Nati dijo:​

  • N: Anda, mira, si tengo aquí una camisa, y unos pantalones, y zapatitos… que curioso​
  • A: Serás… me quieres matar, cabrona (dije pero sonriendo)​
  • N: Jajaja, anda, vente al baño y me ayudas a arreglar mi cara, que el sueño sí es de verdad jajaja​
  • A: Vosotros lo sabíais​
  • M: Sí jeje​
  • A: Me queréis matar a disgustos​
  • N: Relájate, princesa, jajaja​
  • A: Te voy a dar yo relajación​
  • N: No seguiste mi consejo de ayer ¿no? polvete con el buenorro de tu novio​
  • A: Déjame de polvos, que me acosté a las tantas con la puñetera presentación​
  • AN: Préstame a Jorgito, yo le hago un par de favores​
  • N: Ya quisieras tú, mariquita​
  • AN: El bombero buenorro, pues sí, claro que quiero jajaja​
  • A: Anda, vamos, Nati​


Y fuimos al baño. Allí se quitó las botas y los pantalones, quedándose en bragas y camiseta. Pensé lo mismo que siempre pensaba cuando la veía casi desnuda, con ese cuerpo que tenía ¿Cómo era posible que se pusiera esa ropa tan horrible, y ni se peinara ni maquillara un poco, y que solo se arreglara cuando salía de noche para ligar?



Nati se puso los pantalones y una camisa, y luego los zapatos. Se arregló un poco el pelo y parecía otra persona. La maquillé un poco para que no se notara tanto que había dormido poco y la miré diciendo:​

  • Gracias, Nati​
  • Princesa, si siempre te hacemos caso​
  • Ya, ya… pero estoy muy nerviosa​
  • ¿De verdad no follaste?​
  • No estoy para el sexo​
  • Para eso siempre se está ¿Desde cuándo no echas un buen polvo?​
  • Yo que sé… a ver si terminamos esto y me quedo tranquila…​


Nati me abrazó y lo agradecí, quedándome en sus brazos unos segundos. Me dijo:​

  • Estás espectacular​


Me había arreglado bastante, e iba con tacones, falda, camisa… quería dar el pego como directora seria y competente. Me reí y dije:​

  • No sé cuando fue la última vez que me arreglé tanto​
  • Pues estás genial​
  • Gracias​


Normalmente iba en vaqueros, deportivas y camiseta, con el pelo recogido en una cola de caballo y dos pinceladas de maquillaje para las ojeras, pero hoy era un día especial. Me separé de ella y dije:​

  • Venga, volvamos​


Volvimos al despacho y nos sentamos todos. Los miré. Eran mis amigos de verdad y mis socios. Hacía nueve años que habíamos creado la empresa. Al principio solo Nati, María y yo. Malvivimos un par de años haciendo programas para cualquiera que nos los pidiera. Luego, cuando la cosa fue mejorando, contratamos a un diseñador gráfico, Antón, y un par de años después, lo hicimos socio. Y ahora teníamos en plantilla a quince personas más.



Les expliqué como haría la presentación, un poco de historia, nuestros clientes, nuestros ingresos, gastos y, finalmente, nuestro proyecto estrella que aún no había arrancado del todo aunque llevábamos con él desde el inicio de la empresa, pero estaba cerca. Les dije:​

  • Estaremos todos en la presentación, hablaré yo pero esta diapositiva la explicas tú, y esta tú y esta tú​


Dije mostrándoles a cada uno la suya. Todos asintieron. Continué:​

  • Nada más, no contéis nada más, si os preguntan, me miráis a mí y yo contesto​
  • Vale​


Habíamos acordado eso porque a María y Nati no les gustaba hablar en público y no querían. María se bloqueaba y Nati lo contrario, hablaba sin ton ni son. A Antón sí le gustaba y me ayudaría en más cosas. Lo miré:​

  • Tú contarás sobre la oficina, nuestro crecimiento,... esas cosas​
  • Sí, sí​
  • Bien​


Suspiré y continué:​

  • Sobre la venta, ya sabéis, vamos a vender el 49%. El restante 51% es nuestro y se repartirá igual que ahora, es decir, 25% cada uno de nosotros. Yo seguiré siendo la directora. Cualquier decisión será unánime entre los cuatro… bueno, cinco socios si ellos entran. El cargo de directora se elige anualmente por mayoría. Sobre el reparto de beneficios, en los siguientes dos años no habrá, todo será para invertir en el proyecto, y después de esos dos años se votará entre los socios si se reparten o se invierten, será por mayoría, como todo el resto. El voto de la presidenta vale por dos en caso de empate pero como ahora seremos cinco, no se dará el caso​
  • De acuerdo​
  • Y sobre Dimitri, ni una palabra​
  • Al final ¿No quiere participar en la empresa?​
  • No, no quiere, se niega, quiere seguir como hasta ahora, ayudando sin cobrar, no quiere participaciones en la empresa​
  • Este ruso loco…​
  • Ya, pero no quiere, ni Nati ni yo hemos conseguido convencerle​
  • Ya, que pena, como un día no quiera seguir ayudándonos…​
  • Estaremos jodidos, lo sé​
  • Bueno, pues es lo que hay​
  • Sí, esta noche haré un último intento pero seguro que no consigo convencerlo… Bien, el resto de puntos de las negociaciones está ahí, en ese documento, por si queréis echarle un último vistazo​


Y señalé unos papeles impresos. Continué:​

  • La negociación la haré yo… pero si alguno quiere estar…​
  • No, no​


Ninguno quería pasar por el trance de la negociación. Dije:​

  • María, me gustaría que estuvieras​
  • Pero si yo no…​
  • Por tener otra persona que se entere de las cosas, no hace falta que hables, me encargo yo de todo​
  • Yo…​


Miró a todos y luego asintió. Dije:​

  • Gracias, me vendrá muy bien tu apoyo, va a ser duro, esa gente está acostumbrada a negociar y yo no​
  • Gracias a ti, Ana, que te lo echas todo en tus hombros​
  • Bien, pues nada, vamos a trabajar un poco ¿no? Aunque llegarán en cualquier momento​


Y salimos todos. Nos gustaba trabajar entremezclados con nuestros equipos de programadores, no desde el despacho. Habíamos dividido a la plantilla en equipos de desarrollo y en uno más pequeño de diseño. Cada uno nos fuimos con nuestros equipos para ver las tareas del día.



NATI

Estaba concentrada en la pantalla, programando un método complejo que me tenía absorta. Tenía puesto unos airpods para aislarme cuando noté que alguien me zarandeaba. Miré, era María. Me quité un airpods y la escuché decir:​

  • ¿Serán esos?​


Miré y vi a un tipo de espalda hablando con el móvil y a una mujer muy guapa de unos 30 hablando con Clara, nuestra recepcionista. Clara miró hacia nosotros y marcó en su teléfono. Sonó el mío y lo descolgué:​

  • Nati, preguntan por Ana ¿Sabes dónde está?​
  • Pues… está con Arturo, en su mesa​
  • Ah​
  • ¿Quién es? Yo la aviso​
  • Creo que es la visita que esperáis, son de GR Consulting… es la señora mmmmm Cristina Valle y el señor…​
  • Sí, son esos, espera, aviso a Ana​


Me levanté y fui hacia Ana que estaba discutiendo con Arturo algo del programa que estaba él haciendo. Les interrumpí y le dije a Ana:​

  • Han llegado​
  • Ah, vale, voy a recibirlos, ahora os aviso​
  • Vale​


Vi como Ana se levantaba e inspiraba profundamente. Le sonreí para darle ánimos pero ella me miró nerviosa. Le cogí la mano y se la apreté cariñosamente. Le dije flojito “Todo va a ir bien, princesa“. Ana me devolvió el apretón con una sonrisa nerviosa. Se dirigió fuera y vi como saludaba a los dos aunque apareció un tercero al que también saludó. Se pusieron a charlar un poco y luego los llevó al despacho. Al poco, me hizo un gesto.



Me levanté y fui a por María y Antón. Los tres fuimos al despacho donde Ana dijo:​

  • Os presento a mis socios, María, Natalia y Antoni… Antón​


Los tres se levantaron y la chica dijo:​

  • Hola, encantada de conoceros. Él es Paco, él Carlos y yo soy Cristina​


Todos nos saludamos y nos sentamos alrededor de la mesa de reuniones que teníamos en el despacho. Ana cogió las riendas y comenzó a hablar contando cosas. Desconecté y miré a los “invitados“. Me fijé en el más viejo, Paco. Debía tener unos 50 y supuse que era el jefe. Tenía el pelo blanco y bien recortado. Se notaba que ese hombre se cuidaba. Era un hombre atractivo, muy atractivo a pesar de su edad, con un aire a lo Richard Gere. Entonces Paco se dio cuenta que lo miraba y me observó sin pestañear, una mirada intensa. Me vino a la cabeza un pensamiento “me lo follaría“. Luego miré al chico, era joven, menos de 30 y bastante guapo. Se notaba que era el novato, tomaba apuntes sin parar. Pensé “también me lo follaría“. Y por último observé a Cristina. Era un bombón. Una morena guapa con una frondosa melena morena. El cutis perfecto y, cuando se había levantado para saludar, me había fijado en su figura ya que llevaba una falda ejecutiva y le marcaba un buen culo. Miré sus pechos, llevaba una chaqueta abierta y debajo una camisa. Sus pechos eran grandes, sin duda. Tendría nuestra edad, unos 30 y se notaba que se cuidaba mucho, incluso quizás algún retoque con el bisturí… no estaba segura pero quizás. La chica estaba muy buena “También me la follaría… joder, que salida estoy, me los follaba a todos“.



Miré a mis compañeros y me detuve en Ana. La conocía y, aunque aparentaba control y tranquilidad, sabía que por dentro estaba muy nerviosa. Es más, sabía que llevaba un tiempo mal, trabajando mucho y muy estresada. Había perdido algo de peso y ya casi nunca salía. Me preocupaba. Ella siempre decía que cuando tuviéramos el dinero para terminar el proyecto se tranquilizaría y se tomaría las cosas de otra forma pero lo dudaba, Ana vivía para su trabajo. A pesar de todo, estaba guapísima. Su pelo rubio, su cara tensa pero tan bonita. Seguía siendo una princesa. Este verano teníamos que volver a recuperar las vacaciones juntos, irnos todos por ahí a una playa o algo, pero claro, el bebé no permitiría que María viniese, y luego el trabajo sería la excusa de Ana, como los dos años anteriores. “Pero este año tengo que convencerla, tiene que desconectar, relajarse“ pensé.



MARIA

Ana lo estaba haciendo muy bien, la presentación había ido de lujo, pero no era de extrañar, Ana lo hacía todo bien. Ahora nos habíamos quedado solo Ana, Cristina, Paco y yo en el despacho. Los demás habían salido, incluido el chico guapo. En ese momento empezaron las preguntas de ellos, las de verdad, y me sorprendió ver que quien llevaba las riendas era la chica, Cristina.



La tal Cristina no me gustaba nada, desde el primer momento que la había visto me había parecido una persona prepotente y engreída. Me parecía una falsa con esa bonita sonrisa pero sus ojos mostraban otra cosa. La chica se sabía guapa y poderosa, y lo dejaba patente. Dos o tres veces había tratado como a un sirviente al chico, incluso una vez le había regañado sin importarle que el resto estábamos delante. Y también había enarcado las cejas ante algún dato de Ana, mostrando escepticismo o desprecio ante nuestras cifras. Me caía mal.



El hombre, Paco, estaba extrañamente callado. Escuchaba y casi no participaba. Cristina no paraba de pedir datos de clientes y de contabilidad. Tras casi dos horas, decidimos hacer un descanso. Vi que Ana estaba agotada. Me dolía mucho verla así, por nuestra incapacidad en estos temas, ella se encargaba de todo y eso le pesaba.



Tras el descanso, volvimos a lo mismo. Luego, hicimos una parada para el almuerzo y Ana se fue con ellos. Yo me quedé para preparar la presentación del proyecto, que era nuestra gran baza porque como empresa, no éramos gran cosa, conseguíamos lo suficiente para pagar las nóminas, el alquiler y el “hierro“, es decir, servidores, ordenadores y portátiles. Pero el proyecto era lo que nos diferenciaba de los demás y era nuestro futuro. Nos lo jugábamos todo en la presentación de esa tarde.



ANA

Llegué a casa reventada, menudo día. La mañana había sido para llorar mientras veíamos nuestros números. La chica, Cristina, se había dado cuenta que no teníamos donde caernos muertos, que todo lo que ganábamos se gastaba en nóminas y demás gastos.



Pero la presentación del proyecto había ido genial. Los había mirado a la cara y había visto su sorpresa y emoción. Les había encantado, sobre todo a ella. Seguro que ahora estarían pensando en como sacar dinero del proyecto, había muchísimas posibilidades… solo necesitábamos un empujón, un pequeño empujón.



Suspiré mientras abría la puerta de casa. Entré y me quité los tacones, como me dolían los pies. Vi las llaves de Jorge y fui a nuestra habitación. Vi su ropa en la cama y supuse que estaría duchándose. Entré en el baño y lo vi desnudo, a punto de meterse en la ducha. Le sonreí mientras me acordaba de Nati y Antón, que no paraban de hablar del bombero buenorro, y tenían razón, Jorge estaba buenísimo. Me acerqué y le di un beso en los labios. Me preguntó:​

  • ¿Qué tal ha ido?​
  • Estoy destrozada​
  • ¿Mal?​
  • No, creo que bien, creo que la presentación del proyecto ha sido un éxito​
  • ¿Sí? Genial​
  • No sé, a ver mañana como sigue la cosa​
  • ¿Crees que habrá algún problema?​
  • No sé, nos quieren auditar también el software, quieren enviarnos a un equipo de “expertos”​
  • Jeje, eso te cabrea​
  • Sí, bueno, han dicho que es un equipo muy bueno, especialmente a uno lo ponen por las nubes, “un friki como vosotros”​
  • Jajaja, vaya tonito le pones​
  • En fin, veremos a ver a quien nos mandan y lo pesados que son ¿Y tu día? ¿Alguna salida?​
  • No, nada, solo inspecciones​
  • Ah​
  • Pero ya sabes, tenemos que trepar, arrastrarnos… para llegar a los sitios que tenemos que inspeccionar​
  • Sí, sí… anda, dúchate ¿Qué quieres cenar?​
  • No sé, ahora lo vemos​


Y se metió dentro de la ducha. Yo volví a la habitación y me quité la falda, y luego los pantis. Me tumbé en la cama, estaba realmente cansada, demasiada tensión. Escuché la ducha y pensé que me vendría bien una buena ducha. Me incorporé y me quité la camisa, quedándome en ropa interior. Dudé si ponerme ropa de estar por casa o me iba a la ducha ya. Entonces pensé en otra cosa, en Jorge ¿Cuánto tiempo llevaba sin hacerlo con él? Por lo menos dos semanas… o quizás más, no estaba segura, habían sido semanas de mucho trabajo.



También pensé en Nati, en como me presionaba con el tema del sexo, ella no entendía la vida sin sexo pero yo sí, no era algo imprescindible para mí, pero sí para ella. Definitivamente para mí no era importante pero ¿Y para Jorge? Para él sí, eso seguro, y lo tenía abandonado. Me quité el sujetador y las bragas y fui al cuarto de baño. Abrí la puerta de la ducha y me metí con Jorge.



Jorge me miró sorprendido y le dije:​

  • Creo que me vendría bien una ducha​
  • Claro, nena​


Le cogí la esponja de la mano y se la pasé por el cuerpo. Luego lo besé. Nos liamos en un beso profundo y le cogí la polla que se había empezado a poner dura. Moví mi mano por ella y luego me agaché y me la metí en la boca. Se la chupé hasta que se puso dura del todo. Entonces me incorporé, le volví a besar y me giré para darle la espalda. Me incliné un poco y él, cogiéndome por la cintura, me penetró.



Me folló rápido en esa postura. Gemí y disfruté, me gustaba. Sus manos recorrieron mi espalda, una me cogió un pecho. Siguió follándome y le dije que se corriera. Simulé un orgasmo mientras él se corría, ya estaba acostumbrada a hacerlo, llevaba meses sin conseguir tener un orgasmo, y no era culpa de él, lo hacía todo muy bien, era culpa mía, mi estrés, mis preocupaciones… pero me seguía gustando cuando me follaba. Nati tenía razón, necesitaba unas vacaciones, desconectar de todo y desestresarme.



Me giré y nos besamos lentamente, luego terminamos la ducha y salimos riéndonos.​
 
50



CRISTINA

“Voy a pagar y salgo a fumar mientras terminas el postre, no hay prisa“ le dije a Carlos que asintió. Me acerqué a la barra y pagué pidiéndole la factura para pasarla como gastos. Luego salí y encendí un cigarrillo, lo necesitaba.



Miré al restaurante, Carlos se afanaba con su postre. El chico era bien guapo, sin duda, el típico al que me ligaría si me lo encontrara en un bar de noche, pero siendo mi empleado ni de broma. Además, ya tenía otros planes para esa noche.



Miré el móvil, Paco seguía sin contestarme. Se había largado tras la presentación, tenía otra reunión, y no habíamos podido hablar sobre ese jodido software. Tenía que reconocer que la presentación me había dejado impresionada, eso tenía potencial, mucho. La pija rubia esa no tenía ni puta idea del potencial que tenía entre manos. Tenía que hablar con Cloe y Paco sobre esto, era importante, ya no era una mera inversión en una empresa de mierda, no, esto prometía más.



Carlos salió antes de que me terminara el cigarrillo y volvimos al hotel andando, estaba cerca y no hacía mala noche, enero en Málaga no era el enero de Madrid. Por el camino, le dije a Carlos:​

  • Mañana quiero que analices a fondo la contabilidad​
  • Vale​
  • Estará la contable de Anatim… joder, es que hasta el nombre es feo, parece una medicina​
  • Me parece que son las siglas de ellas tres ¿no?​
  • ¿Cómo?​
  • Sí, A de Ana, Nati y M de María​


Lo miré fijamente y le dije:​

  • Como sea esa gilipollez… bueno, sí, puede ser, me parece que son así de tontitas esas tres​
  • No sé, no lo pone en ningún lado pero cuando se presentaron esta mañana lo pensé y…​
  • Bueno, me importa una mierda… lo que te estaba diciendo, es una contable que tienen contratada, sácale todo, no dejes piedra sin remover​
  • De acuerdo​
  • Carlos, todo​
  • Sí, sí​
  • Después lo voy a revisar y como vea que te has dejado algo…​
  • No, no… estaré con esa contable todo el tiempo que sea necesario​
  • Bien… quiero saber exactamente lo que llevan gastado en ese proyecto​
  • Bien​
  • Hasta el último céntimo​
  • Entiendo​
  • Y Carlos, sin miedo, pregunta y exige todo, ellos son los que tienen que tener miedo, no tú​
  • Lo sé, lo sé​


Lo miré seria. El chico era bueno en su trabajo, muy concienzudo, eso me gustaba de él, pero era demasiada buena persona, no tenía mala leche y eso no me gustaba. Le dije:​

  • Haz que sude, luego la invitas a un café si quieres, pero haz que sude, que vea que no te puede ocultar nada​
  • Ya​
  • Ya no, Carlos, quiero verla mañana sudando, no me vayas a joder​
  • Yo… sí, sí, lo tendré en cuenta​


Llegamos al hotel y pensé que me apetecía otro cigarrillo. Le dije:​

  • Entra tú, quiero fumar​
  • De acuerdo​
  • Descansa, mañana será un día duro​
  • Sí… buenas noches, Cristina​


Me giré sacando el paquete de cigarrillos y el mechero, olvidándome de Carlos y pensando que tenía que hacer varias llamadas, a mi novio, a mi amante, a mis padres, a Cloe y hablar de una puta vez con Paco. Medité unos segundos y marqué un móvil. Rápidamente me contestó Juan:​

  • Hola, preciosa​
  • Hola, guapo​
  • ¿Qué tal por Málaga?​
  • Bien, hace buena noche​
  • ¿Has salido?​
  • A cenar con mi compañero, Carlos​
  • ¿Te lo vas a follar?​
  • Noooo, idiota ¿Te crees que soy una zorra?​
  • No lo creo, lo sé​
  • Jajaja, lo soy contigo​
  • Te echo de menos, Cris​
  • Y yo, Juan, te follaría ahora mismo​
  • ¿Vuelves el fin de semana?​
  • No lo sé aún, tengo que hablar con mi novio a ver que hacemos​
  • Ya​
  • Me dijo que lo mismo se pasaba por aquí, la semana pasada estuvo en Londres y esta semana en Alemania​
  • Ojalá te puedas venir, de verdad que te echo de menos​
  • Estuvimos juntos el sábado, tonto​
  • Ya, y me supo a poco​
  • ¿Te parece poco no salir de la cama en todo el día y la noche? jajaja​
  • Sí, muy poco, joder, si la tengo dura de solo escucharte y pensar en ti​
  • Jajaja​


Entonces vi como llegaba un taxi a la puerta del hotel y bajaba Paco. Le dije a Juan:​

  • Nene, te tengo que dejar, estoy en la puerta del hotel y acaba de llegar Paco​
  • Que le den a ese viejo​
  • Ya, pero tengo que hablar con él de una cosa del trabajo​
  • ¿Ha ido todo bien?​
  • Sí, demasiado bien, ya te contaré​
  • Vale​
  • Adiós, amor​
  • Adiós, Cris​


Colgué justo cuando llegaba Paco a mi lado. Le dije:​

  • ¿Dónde coño estabas?​
  • Te dije que tenía una reunión​
  • ¿Toda la tarde y la noche?​
  • Me han invitado a cenar​
  • Tenemos que hablar de lo de esta tarde​
  • Mañana​
  • No, hoy, es importante​


Paco me miró. Él no se había dado cuenta del potencial. Le dije:​

  • No me puedo creer que no te hayas dado cuenta de lo importante que es lo que hemos visto esta tarde​
  • Pues no, es un programa más​
  • No, Paco, es mucho más​
  • Bueno, vale, ahora en un rato me paso por tu habitación, que quiero cambiarme y llamar a Cloe, y me cuentas eso tan importante​
  • Vale​
  • ¿Subes?​
  • No, voy a terminar el cigarrillo y voy a ver si llamo a mis padres o a mi novio​
  • Bien​


Y entró en el hotel. Cogí el móvil pensando a quién llamar antes.



PACO

Al final me había dado una ducha rápida y hablado con Cloe casi media hora. Llamé a la puerta de la habitación de Cristina y, al poco, me abrió con una toalla en el pelo y otra alrededor del cuerpo. Me hizo un gesto de silencio con un dedo y me dejó entrar. Entré y escuché la voz inconfundible de Carmen hablando:​

  • … mientras yo le decía que no, que eso no podía ser así​
  • Mamá, mamá​
  • ¿Qué pasa?​
  • Que llevas media hora sin parar de hablar y tengo que trabajar un poco​
  • Hija, que exagerada, si has llamado hace cinco minutos…​
  • Ya… cinco minutos jeje, pero tengo que trabajar, anda, déjame hablar con papá, dile que se ponga​
  • Vale… Luis, tu hija​


Al poco escuché a Luis:​

  • Cristi ¿Qué tal por ahí?​
  • Bien, papá, aquí hace muy buena temperatura aunque mucha humedad, estamos muy cerca del mar​
  • Aquí está helando esta noche​
  • Ya​
  • ¿Vas a volver pronto?​
  • No lo sé, os lo diré en cuanto lo tenga claro​
  • ¿Está bien el hotel?​
  • Muy bien​
  • ¿Has cenado ahí?​
  • No, en un restaurante que nos habían recomendado por aquí cerca​
  • ¿Con Paco?​
  • No, Paco tenía que ver a gente, he cenado con Carlos, el consultor que ha venido con nosotros​
  • Ah​
  • Estaba bien el sitio pero a ver si vamos una noche de esta a comer pescaito, como dicen por aquí​
  • Claro, claro, eso es muy típico por allí​
  • Cuando Paco se digne a cenar con nosotros​


Y me sacó la lengua. Entonces Luis dijo:​

  • Ah, eso me recuerda… pregúntale cuando lo veas si sigue en pie lo del domingo​
  • ¿Qué?​
  • Un partido de golf​
  • Puff, papá, escríbele y le preguntas​
  • Ya, es verdad​
  • Bueno, os dejo, que tengo unas cosas que hacer​
  • Vale, cariño, buenas noches​
  • Buenas noches… pon a mamá​
  • Cariño, dime​
  • Mamá, buenas noches​
  • ¿Ya vas a cortar?​
  • Sí, que tengo cosas que hacer​
  • Ay, hija, siempre con las prisas y no hemos hablado nada de la boda​
  • Mamá, que aún quedan más de ocho meses, hay tiempo​
  • No, sabes que no, hay que preparar muchas cosas y…​
  • Mañana hablamos, mamá, que tengo muchas cosas que hacer​
  • Bueno, Cristina​
  • Buenas noches, mamá​
  • Buenas noches, hija​


Y cortó la llamada. Entonces dijo:​

  • Tengo que secarme el pelo y ponerme crema… Prepárame algo de beber del minibar​
  • Vale​


Cristina se quitó la toalla del pelo y puso el secador. Mientras, fui al minibar y saqué dos ron, el mío con coca cola y el de ella con limón. Tras unos minutos de mucho ruido con el secador, lo dejó y se cepilló su larga melena negra. Me senté en la cama y la miré. Bebí un trago y entonces ella salió del baño diciendo:​

  • Dame el mío, tengo sed​


Se lo acerqué y bebió un sorbo sin dejar de cepillarse el pelo. Dijo:​

  • He llamado a Cloe​
  • Ah​
  • Pero comunicaba… ¿Eras tú?​
  • Sí​
  • Joe, habéis estado un buen rato​
  • Nos gusta hablar​


Cris dejó el vaso en una mesa y entró de nuevo en el cuarto de baño. Siguió cepillándose mientras yo la miraba. Estaba de perfil respecto a mí, mirándose al espejo. Entonces dejó el cepillo y se quitó la toalla del cuerpo, quedándose desnuda. Cogió un botecito y se empezó a echar una crema por el cuerpo. Dijo:​

  • Entonces ¿No te ha llamado la atención lo que nos han enseñado esta tarde?​
  • Me llama la atención lo que estoy viendo ahora​
  • Paco, te lo estoy preguntando en serio​
  • No, no me ha llamado la atención especialmente​
  • Coño, Paco, pues a mí me ha sorprendido, y mucho​
  • ¿Por qué?​
  • Eso se vende solo​
  • Anda ya​
  • Que sí… ¿Sabes una cosa?​
  • ¿Qué?​
  • Lo que hemos hablado esta mañana en el AVE, que no entendíamos que había visto Diego en esa empresa​
  • Sí ¿Crees que es eso lo que le interesa?​
  • Estoy segura… ya has visto los números de la empresa esta mañana, son una mierda, casi no pueden pagar ni el alquiler​
  • Ya​
  • Diego no es tonto, es un raro pero de estas cosas sabe​
  • Cierto​
  • Estoy segura que le ha llegado algo de este tema del proyecto y por eso le interesa​
  • Puede ser ¿Se lo has preguntado?​
  • Le he mandado un mensaje esta tarde al salir de Anatim pero no lo ha leído​
  • Ya​
  • Lo que no entiendo es por qué no la compra entera ¿Por qué quiere solo una parte?​
  • Ni idea​
  • A esta gente la puede comprar por poco dinero, eso seguro, no tienen donde caerse muertos​
  • Jajaja, que exagerada​
  • Ya, claro, menudas cifras de mierda manejan​


Cris se miraba al espejo sin dejar de extenderse la crema por el cuerpo. En ese momento se masajeaba los grandes pechos operados. Lo hacía lentamente, de una forma que me pareció muy sensual y noté como se me ponía cada vez más dura. Me miró y dijo:​

  • Tenemos que convencer a Diego de que la compre entera​
  • Cris, nosotros solo somos socios minoritarios, Diego es el dueño de la empresa​
  • Lo sé, pero tú y Cloe sois los jefes, joder, Cloe es la directora general​
  • Diego es como es, ya lo sabes, y es nuestro jefe aunque no figure en el organigrama, el jefe de los tres… si fuera una de las empresas de Cloe, pues sí, pero en ésta, él tiene la última palabra​
  • Lo sé, lo sé, pero me vais a ayudar a convencerlo, quiero esta empresa​
  • ¿La quieres? No te entiendo​
  • Quiero dirigirla yo​


Lo miré sorprendido. Le dije:​

  • Creo que esa chica, Ana, lo está haciendo bien​
  • Esa pija no tiene ni puta idea de como sacar partido a ese producto​
  • ¿Y tú sí?​
  • Claro… eso se lo vendo yo a… a una de las grandes por 50 veces lo que nos cueste, y me quedo corta​
  • Jajaja​
  • Diego tiene contactos en Google, hace un tiempo les convenció de comprar una empresa de aquí, de Málaga ¿Te crees que yo no soy capaz?​
  • Claro​
  • Pero antes haré crecer a esa empresa, y que se conozca, la rubia esa no tiene lo que hay que tener para llevarla arriba, se conforma con sobrevivir​
  • Que segura estás​


Cris me dio la espalda y apoyó una pierna en algo para extenderse la crema por ella. Vi su culo, redondo y pequeño, y me levanté. Me puse detrás de ella cogiendo el bote de crema y se lo extendí por el culo. Ella no dijo nada y cambió de pierna. Le dije:​

  • Esta crema… ¿Sirve como lubricante?​
  • Ah, no, ni hablar, llevamos más de un mes sin follar y lo primero que me dices es para darme por el culo​
  • Mujer, no solo eso, pero con este fabuloso culo que tienes…​
  • Tengo todo fabuloso​
  • Jajaja, cierto​


Apreté su culo, muy durito gracias al ejercicio. Cloe la había aficionado al gimnasio y, aunque no llegaba al nivel de Cloe ni de lejos, se mantenía muy en forma, sin nada de grasa. Dejé su culo y llevé mis manos hacia su plano vientre. Lentamente, subí mis manos a sus grandes pechos. Se había operado dos veces, la segunda unos años más tarde de la primera operación y se los había vuelto a aumentar. Le quedaban muy bien. Le dije:​

  • Es verdad, llevamos sin vernos así más de un mes​
  • Llevamos sin follar más de un mes porque no habéis querido​
  • No hemos podido​
  • Ya… excusas​
  • Hemos estado de viaje, y cuando hemos podido, tú no​
  • Ya, claro… pues tenéis que aprovechar, ya mismo estoy casada y entonces seré una buena pareja, nada de infidelidades, solo follaré con mi marido​
  • Jajaja​
  • No te rías, tonto, es verdad​
  • Vale, vale… pues aprovechemos… tengo muchas ganas de follarte​
  • Ya lo noto​


Me había pegado a ella y seguro que notaba mi erección. Se giró y me miró con una sonrisita. Luego me dio un buen morreo y dijo:​

  • Yo también tengo muchas ganas pero déjame que termine​
  • Jajaja​
  • Anda, vete desnudando y me esperas en la cama, ya casi estoy​


Salí del cuarto de baño y me desnudé, tumbándome en la cama mientras la miraba. Ella giró la cabeza y al verme ya desnudo y con la polla tiesa, sonrió y dijo:​

  • Ya voy, ya voy, un minuto​


Entonces sonó su móvil. Me dijo:​

  • ¿Quién es?​


Lo miré y dije:​

  • Cloe​
  • Descuelga​


Así hice y Cris dijo:​

  • Cloe, guapa​
  • Cris, chérie… te escucho lejos​


Dije:​

  • P: Es que está en el baño​
  • CL: Ah, pensé que lo mismo os pillaba ya liados​
  • C: Por poco, ahí tienes a tu marido en mi cama, desnudo y con la polla dura, mirándome​
  • P: Es que está desnuda poniéndose potingues​
  • C: ¿Potingues? Será… es para estar suave para ti, tonto​
  • P: Eres muy suave​
  • C: Ahora más…. Cloe, te he llamado antes​
  • CL: Lo sé, te he devuelto la llamada pero comunicabas​
  • C: Estaba hablando con mis padres​
  • CL: Ah​
  • C: Era para contarte lo de la empresilla que estamos viendo​
  • CL: Algo me ha contado Paco, dice que te has quedado muy impresionada esta tarde y que él no se ha enterado de nada pero que al ver tu reacción debe ser importante​


Cris salió del baño apagando su luz y me miró extrañada:​

  • C: Sí, lo es​
  • CL: ¿Por qué?​


Cris se sentó en la cama, me cogió la polla y movió su mano lentamente. Dijo:​

  • C: Pues…​
  • CL: Os interrumpo ¿Verdad?​
  • C: Es que… llevamos mucho sin follar y le tengo ganas​
  • CL: Jajaja, lo siento, lo siento​
  • C: Es que ya casi no follamos entre nosotros y hay que aprovechar jeje​


Entonces dije:​

  • P: Cariño ¿Por qué no te quedas?​


Cris me miró sorprendida y entonces dijo:​

  • C: Pues es verdad, te llamo por video y nos ves, y te vemos​
  • CL: Mmmmm​
  • C: Anda, sí, te digo lo mismo, más de un mes sin follar contigo, quiero verte​
  • CL: Jajaja​
  • C: Cuelgo y te llamo por la video​
  • CL: Bueno, vale…​


Cris cogió su móvil y colgó. Se levantó, buscó en la mesa y volvió con un iPad que encendió. Al poco estaba llamando a Cloe que apareció en pantalla sonriente. Dijo:​

  • CL: Mmmm hola preciosa​
  • C: No vale, sigues vestida​
  • CL: Jajaja, eso se arregla pronto​


Cris se quedó mirando la pantalla sonriendo y luego dijo:​

  • Así mejor… voy a dejar esto por…​


Miró alrededor y puso el iPad de pie en la mesita, apoyado contra una lámpara. Entonces, lo movió preguntando “¿Se ve toda la cama?”. Cloe respondió que sí. Cris se tumbó al lado mío besándome pero escuchamos a Cloe decir:​

  • Me gusta tu culo, chérie, pero mejor ponte por el otro lado​


Cris se movió para tumbarse a mi derecha. El iPad estaba a mi izquierda. Me cogió la polla y sonrió a la pantalla diciendo:​

  • C: ¿Sabes qué es lo primero que me ha dicho tu marido al verme desnuda?​
  • CL: No​
  • C: Que me quiere follar por el culo​
  • CL: Jaja, es que es muy sexi​
  • C: Lo sé, pero joe, con todo el tiempo que llevamos sin follar, lo primero que me dice es eso​
  • P: Quiero follarte de todas las formas, pero es que me estabas dando la espalda y no podía quitar los ojos de tu culo, Cris​
  • CL: Jaja​
  • C: Tranquilo, si me vas a follar de todas las formas, pero por detrás no​
  • P: Que aburrida eres​
  • C: ¿Aburrida? Serás… tú deja tranquilo mi culo y dedícate a lo importante, y verás que aburrida soy​
  • CL: Jajaja​


Decía todo esto con una sonrisa y sin parar de mover su mano a lo largo de mi polla, pero sabía que no, que no me dejaría. Cris no era muy aficionada al sexo anal, las veces que se había dejado eran muy contadas y siempre por estar muy colocada o cachonda, y siempre a instancia de Cloe.



Entonces nos besamos ardientemente mientras ella seguía masturbándome y yo jugaba con sus pezones. Luego fue bajando por mi cuerpo y me lamió la polla. Miró al iPad y preguntó:​

  • ¿Ves bien, Cloe?​
  • Sí​


Sonrió y siguió con las lamidas a lo largo de mi polla. Luego, lamió mis huevos, y subió por mi polla, pasando su lengua con lentitud hasta llegar a la punta y entonces engullirla. Mamó con ansia, sin dejar de mirarme a mí o a Cloe.



CRISTINA

“Me encanta esta polla” pensé mientras la chupaba. Era una polla especial, gruesa y grande, y solo pensar en tenerla dentro me excitaba muchísimo pero quería que los dos disfrutaran. Miré a Cloe que se acariciaba, aún sin meterse los dedos, mirándome con ojos de vicio “Ojalá estuviera aquí” pensé. Cloe dijo:​

  • Poneos en un 69​


Me moví y me puse encima de Paco, sin dejar de chupársela. Cuando noté su lengua lamiéndome, me estremecí. Cloe preguntó:​

  • ¿Cómo tiene el coño, cariño?​
  • Riquísimo​
  • Eso ya lo sé, pero ¿está mojadito o aún no?​
  • Está mojadísimo​


Y era verdad, estaba muy excitada. Gemí sin sacar aquella bestialidad de mi boca. Paco lamió de nuevo mi clítoris y luego introdujo su lengua dentro de mí y pensé “joder, que me voy a correr sin que me la meta”. Cloe dijo:​

  • Acércame, quiero verlo de cerca​


Paco se movió y cogió el iPad. Cloe dijo:​

  • Mmmmmm, que rico, sí… mete los dedos y enséñamelos​


Noté los dedos de Paco y luego los sacó. Cloe dijo:​

  • Que mojados, mira que le gusta tu polla, se pone como una perra​
  • Sí, y como chupa, que ganas le pone​
  • Quiero verlo, dale el iPad​


Paco me alargó el cacharro que cogí sin dejar de chupar. Lo puse delante mía y vi como Cloe ya se estaba metiendo un par de dedos mientras me miraba con vicio total. Noté la lengua de Paco y sus dedos y supe que me iba a correr en breve. Chupé más rápidamente sin dejar de mirar a Cloe hasta que dijo:​

  • Fóllatelo, chérie, fóllatelo rápido​


Me incorporé dándole el iPad a Paco y me puse encima suya. Me la metí del tirón, lanzando un grito de gusto. Lo cabalgué rápidamente. Paco puso el iPad a su lado y veía las caras de ambos. Cloe gritó con un orgasmo, la seguí yo con el mío y al poco llegó el de Paco dentro de mí. Me derrumbé sobre él con respiración agitada pero con ganas de más, mucho más.



ANA

Terminé de recoger la mesa mientras escuchaba a Jorge lavando los platos. Fui a la cocina y sequé los cubiertos para guardarlos. Cuando Jorge terminó me dijo:​

  • Nos vamos ya a la cama ¿no?​
  • Sí pero antes quiero contarle lo de hoy a Dimitri​
  • ¿Ahora? Que mañana madrugas y tienes más lío con los compradores​
  • Ya, ya, pero quiero ver si logro convencerlo para que se venga​
  • Pero si lo has intentado mil veces​
  • Ya, pero ésta será casi la definitiva, luego ya no sé si podrá ser tan fácil​
  • Bueno, pero no te enrolles, que duermes muy poco desde hace semanas​
  • Lo sé​


Le di un pico y Jorge se retiró a nuestra habitación mientras yo me iba al despacho que teníamos en casa. Encendí el portátil y escribí:​

  • Hi Dimitri​


Y esperé. Entonces recordé toda nuestra historia con él, lo mal que había empezado todo con él, de los peores días de mi vida si no contaba el accidente de Diego o su huida y los siguientes dos años. Había sido un día de junio de 2018. En la empresa lo estábamos pasando mal pero no por los clientes que eso iba bien, nos daba para vivir, el problema era el proyecto. Habíamos llegado a un punto donde nos encontramos un muro que aquellos días nos parecía imposible de derribar. El problema era el rendimiento, tardaba minutos en realizar cualquier acción, minutos cuando debía ser instantáneo, pulsar y verse, pero no conseguíamos bajar los tiempos y las tres estábamos muy desanimadas. Antón no participaba en el proyecto, era solo cosa de nosotras tres. Nos estábamos planteando aparcarlo a la espera de algún avance técnico en el futuro, mejores servidores, un cambio de software… algo porque para nosotras era imposible. Y entonces, una mañana, María se me acercó con la cara blanca y me hizo señales para ir al despacho. También avisó a Nati y las tres entramos y cerramos la puerta. Nos dijo:​

  • Nos han hackeado​


Nos quedamos unos segundos sin poder reaccionar. Luego, Nati y yo la bombardeamos a preguntas y nos dijo que lo había detectado de casualidad, que quien fuera había sido muy habilidoso y sigiloso pero que había visto un acceso raro, había tirado del hilo y estaba segura, alguien había entrado en nuestros sistemas. Revisamos todo y encontramos trazas de por donde había estado. Milagrosamente no había accedido al servidor del proyecto. Nos pusimos a actualizar todo con los últimos parches de seguridad, pusimos alertas y por la noche nos fuimos nerviosas a nuestras respectivas casas pero más tranquilas. Al día siguiente no detectamos nada, ninguna intromisión nocturna, y respiramos aliviadas.



Fue la noche siguiente cuando María me llamó a las tres de la noche, alguien había entrado y estaba en nuestros sistemas. Nos conectamos remotamente y empezamos a cerrar cosas. María fue a la oficina porque vivía cerca. Entonces, me dijo:​

  • Han entrado en el servidor del proyecto​


Casi me dio un vuelco al corazón. Le pregunté y me dijo que estaba en el repositorio de código. Le dije:​

  • Apaga, apaga inmediatamente​


María desconectó físicamente el servidor de la red, quitando el cable, y cuando nos calmamos, revisamos todo. Me dijo:​

  • Ha estado… ha estado más de diez minutos en el repositorio​


Se me cayó el alma al suelo. Eso era más que suficiente para copiarse nuestro código. María confirmó que había copiado cosas, no estaba segura de cuanto pero sí, nos habían robado. Me sentí una estúpida, nos habíamos confiado, habíamos pensado que estábamos seguras, no habíamos desconectado el servidor… quería llorar. María lloraba así que yo intenté mantenerme fuerte aunque quería gritar y llorar. Esa noche no dormí y seguro que Nati y María tampoco.



A la mañana siguiente nos reunimos las tres en una cafetería. Vimos claro que nos habían robado, que nuestro software ya estaría analizado y puesto a la venta y que no había nada que hacer, habíamos perdido todo porque quien lo comprara dedicaría recursos y lo sacaría antes que nosotras. Decidimos apagar el servidor y olvidar todo, guardar en un armario años de trabajo e ilusión.



Dejamos todo en manos de María, y Nati y yo seguimos con nuestro trabajo con clientes, amargadas y tristes, pero por la tarde recibí un correo en inglés. De forma muy correcta, alguien explicaba lo ocurrido por la noche. Según contó, un bot suyo descubrió nuestra red con varias vulnerabilidades y entró a investigar. Vio que era una empresa pequeña e iba a dejarlo pasar cuando descubrió el servidor del proyecto y le entró curiosidad pero no entró, lo dejó para la siguiente noche. Y luego, cuando ya entró e investigó, le gustó lo que vio, le pareció muy interesante y quiso verlo en funcionamiento. Lo ejecutó y nosotras ni nos enteramos de eso. Y a la noche siguiente volvió, vio nuestras alarmas y las activó porque quería parecer menos peligroso. Y revisó nuestra documentación y código, y le gustó aún más el proyecto. Y nos alababa diciendo que era una idea muy buena y un buen código, que no nos preocupáramos, que no pensaba hacer nada con el código, solo había copiado un par de ficheros porque había leído en nuestra documentación los problemas de rendimiento y quería investigarlo. Y nos adjuntaba un código revisado para que lo ejecutáramos a ver si se notaba diferencia así como instrucciones para mejorar el rendimiento del servidor y la base de datos.



Avisé a las chicas y releímos el correo varias veces, y revisamos el código y las instrucciones, y no veíamos nada raro pero lo cierto es que ni lo comprendíamos bien. Y Nati dijo “vamos a probarlo”. María y yo fuimos reacias pero al final la curiosidad nos pudo y lo lanzamos extremando las precauciones. Tuvimos que ajustar varias cosas porque se notaba que el hacker ni lo había compilado, solo escrito sin probarlo. Nati se encargó de todo como pudo, casi siempre sin entender lo que hacía. Cuando conseguimos ejecutarlo, nos quedamos estupefactas, los tiempos eran ahora de menos de 30 segundos, aún mucho pero una rebaja bestial. Y lo había hecho un tío en su casa en unas horas y sin probar nada, solo a ojo. Nos quedamos alucinadas.



Empezamos a escribirnos con él. El hacker era un crack total, empezó a explicarle a María como resolver los problemas de vulnerabilidades de la red, y a Nati y a mí nos explicó su código. Nos hizo nuevas sugerencias y nosotras avanzamos de una forma sorprendente. Conseguimos rebajar los tiempos a menos de cinco segundos. Tras un año, lo invitamos oficialmente a ayudarnos y le dimos acceso, y cada vez se fue haciendo más del equipo hasta el día de hoy que era como uno más de nosotros.



Pero cuando llevábamos ya un año y pico con él, le dije un día a las chicas:​

  • Tengo una sospecha​
  • ¿Cuál?​
  • Creo que Dimitri es… es Diego​
  • Anda ya jajaja​
  • Sí​
  • ¿Por qué?​
  • Por… por su código, no sé, me da esa sensación​
  • Tía, que Diego no es el único genio en este mundo​
  • Ya lo sé, idiota, pero es que… mira, leo su código y te juro que me recuerda a Diego​
  • Pero si casi no entendemos su código jajaja​


Las dos se estuvieron riendo de mí un rato pero yo no daba mi brazo a torcer. El problema era que nunca lo habíamos visto, siempre hablábamos con él por chat o por voz, todo en inglés. Su excusa era que tenía problemas de sociabilización, que no salía de casa, que no soportaba a la gente, que no podía mirar a la cara… Y todo eso me hacía sospechar aún más que era Diego, y si era él, yo no lo quería en mi vida. Esa noche le di un ultimátum a Dimitri. O conectaba la cámara o no volvíamos a trabajar con él. Tras mucho discutir, la puso y vi a un chico de unos 30, bastante feo, gordo y con gafas, que me miraba angustiado mientras hablaba en un inglés entrecortado y con mucho acento ruso. A partir de ese día, de vez en cuando lo obligaba a poner la cámara porque pensaba que le venía bien ver que no nos importaba, pero él lo pasaba mal, siempre. Y fue entonces, ya segura de que no era Diego sino que era otro genio más, cuando realmente lo integré en mi vida esperando que este genio no me decepcionara.



Miré la pantalla y vi que se conectaba y escribía:​

  • Hi princess Ana​


Me reí y le escribí:​

  • Hablas demasiado con Nati​


(NOTA DEL AUTOR: A partir de este momento, las conversaciones con Dimitri las pongo en español pero en realidad son en inglés).​

  • Quizás, es divertida​
  • Sí, mucho​
  • ¿Cómo ha ido?​
  • Pufff, bien, supongo​


Le dije de hacer una llamada y le conté todo. Terminé diciéndole:​

  • Dimitri, vente a vivir aquí​
  • No puedo, Ana​
  • No quieres… sabes que nos encantaría tenerte aquí​
  • Ya​
  • Y te buscaríamos una casa genial​
  • Lo sé pero… no puedo salir​
  • Haz un esfuerzo​
  • No me gusta la gente​
  • Te gustamos nosotras​
  • Vosotras, no la gente​
  • Aquí la gente es diferente, más simpática​
  • Eso seguro​
  • Y el clima, joder, si hasta entiendo que no salgas a la calle con la mierda de tiempo que tenéis ahí pero aquí es espléndido​
  • Lo sé​
  • Por favor, Dimitri, vente​
  • No puedo​
  • Quiero que seas socio​
  • No​
  • Te lo mereces, sin ti no lo hubiéramos conseguido​
  • Eso no es verdad, al final lo hubierais conseguido​
  • Lo dudo mucho​
  • Yo no​
  • Pufff, D, de verdad, yo… quiero que seas socio​
  • No​
  • Si al final esto prospera y nos hacemos todos ricos, quiero que tú también​
  • No me hace falta el dinero​
  • Ya, seguro​
  • Cuando necesito, lo cojo​
  • Jajaja​
  • Lo digo en serio​
  • Conozco tus habilidades​
  • Pues eso​
  • Pero esto sería legal, sería tuyo​
  • Tengo todo lo que necesito​


Me desesperé, siempre era igual, era un cabezón total. Le dije:​

  • Mira, como esto salga bien, pienso darte la mitad de mis ganancias​
  • No​
  • Sí, no tienes ni idea de lo testaruda que soy​
  • Creo que sí, pero no hace falta eso​
  • Pues lo voy a hacer… y…​


Puse a grabar la conversación y le dije:​

  • Pon la puta cámara​
  • No​
  • Ponla​


Dimitri no dijo nada pero al cabo de unos segundos apareció en pantalla. Yo también puse la mía. Dije:​

  • Esto va a quedar grabado​
  • Ana…​
  • Calla… si damos el bombazo y tenemos beneficios de… de… de lo que sea, de un millón o más, te daré la mitad de mi parte​
  • No​
  • Sí, queda aquí grabado, es mi decisión libre y sin coacciones, y ésta es la prueba​
  • Esto no vale de nada​
  • Vale mucho si me tienes aprecio​
  • Claro que sí, me refiero a legalmente​
  • Me da igual, tienes un video mío declarando mi intención​
  • Ana, de verdad que…​
  • O eso, o te vienes y te hacemos socio​
  • No​
  • Pues ya está, si llegamos a ser ricas, tú también, con mi parte​
  • Ana, estás loca​
  • No, soy justa​


Nos quedamos callados. Le volví a insistir:​

  • D, es casi la última oportunidad, cuando vendamos la mitad será difícil meterte​
  • Lo sé​
  • Por favor, hazte socio, no tienes que pagar nada, te cederemos una parte por un dólar o algo así, y…​
  • No​
  • Joder, que cabezón eres​


Nos quedamos callados. Entonces apagó la cámara, compartió pantalla y dijo:​

  • Mira, he estado revisando el algoritmo y he pensado…​


Y empezó a hablar de lo que le gustaba, del software. Trabajaba horas y horas para nosotras sin cobrar nada, nunca, jamás habíamos conseguido pagarle algo. Él lo hacía por diversión y porque le caíamos bien, seguro que no tenía muchos amigos.



PACO

Cris gemía con cada una de mis embestidas. La tenía a cuatro sobre la cama, cogiéndola de la cintura mientras la follaba rápidamente. Cloe seguía en el iPad, gimiendo también. Llevábamos un buen rato follando aunque habíamos descansado un poco, pero yo ya estaba en las últimas, necesitaba correrme y descansar. Entonces pensé en terminar a lo grande, follando su culo y corriéndome en él.



Paré y la saqué. Ella protestó y cuando puse mi polla en su culo, se giró como un resorte y me dijo:​

  • No, Paco​
  • Cris…​
  • No, la tienes demasiado gorda y grande, no me vas a romper el culo otra vez​
  • Pero…​


Me miró enfadada pero entonces cambió el gesto y, sonriendo, me besó ardientemente. Tiró de mí y se tumbó boca arriba poniéndome encima. Dijo:​

  • Fóllame, estoy casi a punto​


La penetré y la follé mientras ella me clavaba sus dedos en mi espalda. Enroscó sus piernas alrededor mía y comenzó a gritar:​

  • JODER, JODER, SIGUE, SIGUE​


Al poco, lanzó un grito y se convulsionó. Me corrí dentro de ella de nuevo. y nos quedamos los dos abrazados, temblando. Tras un rato, me incorporé y cogí el iPad y me despedí de Cloe. Luego, me levanté y Cris dijo:​

  • No te vayas​
  • Sí, a mi habitación​
  • No, duerme aquí​
  • Pero…​
  • Por favor, duerme aquí, no me gusta dormir sola​


Y tiró de mi mano. Me acosté a su lado tras apagar las luces. Se quedó dormida enseguida, abrazándome. Yo la seguí rápidamente.​
 
51



MARIA

Miré hacia Nati que observaba al despacho atentamente. Arrastré mi silla hasta ponerme a su lado y le pregunté:​

  • ¿Qué miras tan atentamente?​
  • Los observo​


Levanté la mirada hacia el despacho. Estaban allí Ana, Cristina, Paco y Carlos. Ana y Cristina estaban de pie delante de una pizarra blanca, discutiendo y apuntando cosas en la pizarra. Los gestos de Cristina eran bruscos, de exigencia, y los de Ana eran cansinos, y parecía a punto de perder la paciencia. Le pregunté:​

  • ¿De qué discuten?​
  • Ni puta idea​
  • ¿Entonces?​
  • Míralas​


Las observé y luego pregunté:​

  • No sé de qué hablan​
  • Mira a Cristina, tan arreglada y mona, parece un maniquí ¿No?​


La miré. Llevaba una camisa enseñando algo de escote, una falda ejecutiva ajustada, medias y tacones altos. Su figura era espectacular pero no entendía a donde quería ir a parar Nati. Le dije:​

  • Sí, es una mujer atractiva y elegante ¿Y qué?​
  • Y mira a Ana​


Ana llevaba un jersey de cuello vuelto, ajustado que realzaba su figura. Luego, unos pantalones de vestir y unos zapatos de tacón bajo. Le dije:​

  • Sí ¿Y?​
  • Mira que estilos tan diferentes, una que lleva ropa que cuesta un riñón, y la otra con ropa normal, y ¿Cuál de las dos es más atractiva?​
  • Pues… no sé, las dos son muy guapas, ya lo sabes​
  • Mira a Ana, con su pelo recogido en una cola… Joder, tan sencilla y está tremendísima, mientras la otra es un estilo mucho más llamativo, todo llama la atención, sus tacones, su escote, su pelo suelto, sus operaciones…​
  • ¿Operaciones?​
  • Esas tetas son operadas, fijo​
  • ¿Se las has visto?​
  • No, pero se nota… y tiene algún retoque también en los labios, seguro​
  • Jajaja​
  • Pero a pesar de esa ropa cara, esos retoques, Ana es mucho más atractiva ¿No crees? Mucho más natural tanto en belleza como en… en todo​
  • Es Ana, claro que sí​
  • Pero lo cierto es que… de esa habitación… me follaba a los cuatro jajaja​
  • Ya estamos… Nati la salida​
  • Jajaja ¿No están buenos los cuatro?​
  • Pufff pero si Paco tendrá… ¿50 años?​
  • O más, pero míralo, es un tío muy atractivo​
  • Puah, un viejo… mejor el jovencito​
  • También pero… Paco tiene que follar genial​
  • Anda ya, pero si es… viejo​
  • ¿Y? Míralo, sus gestos, como mira… ese tío folla como nadie​
  • Jajaja​
  • Y ella lo mismo, tiene que ser una gata salvaje en la cama​
  • Estás fatal​
  • El chico… no sé… quizás, pero no tanto como los otros tres​
  • ¿Ana también?​
  • Claro​
  • Lo dicho, estás fatal​
  • Oye, que lo sé bien, ya sabes que follé una vez con ella​
  • Ya, ya… hace años​
  • Pero eso no se olvida, fue un trío inolvidable​


Entonces Ana y Cristina se giraron y fueron hacia Paco, dándonos la espalda. Nati puso los ojos en blanco diciendo:​

  • Mi madre, vaya par de culos jajajaja​
  • ¡¡¡Tía!!! jajajaja​
  • Y te digo otra cosa… por como se miran, Paco y Cristina están liados​
  • Tú lo flipas jajaja​
  • Que sí​
  • Pero si él tiene una alianza y ella una de compromiso​
  • ¿Y? Como si los cuernos no existieran​
  • Jajaja… esa chica podría optar por cualquiera, no se iría con un viejo​
  • Ya, ya… pero vaya viejo, está cañón​
  • Jajaja​
  • Te lo aseguro, esos dos follan​


Las dos nos reímos y entonces nos avisaron que había llegado la contable. Fui y la llevé al despacho. Se pusieron a ver papeles y los dejé, pero antes Cristina dijo algo como “joder, si casi no tenéis ganancias, que desastre” y Ana me dirigió una cara de “no aguanto a esta tía”.



A la hora del almuerzo, Paco y Cristina se fueron por su cuenta y dejaron al chico con la contable. Ana, Nati y yo salimos a comer juntas. Ana nos contó su cabreo:​

  • Esa tía nos quiere comprar por una miseria​
  • ¿Sí?​
  • Sí, ha estado toda la mañana diciendo que estamos casi en pérdidas, que no merecemos la pena​
  • Joe, pero tampoco es eso ¿No?​
  • Y que no se cree lo del proyecto​
  • ¿No?​
  • No, dice que estaba trucado, que va a mandarnos a un auditor para revisar el código​
  • ¿Y lo vas a permitir?​
  • No, ni hablar​
  • ¿Entonces?​
  • Bueno, al final tendremos que dejar que alguien suyo revise algo, pero con nosotras, claro, y no dejándole ver el núcleo, pero sí que vea que se ejecuta sin trampa ni cartón​
  • Ah​
  • Pero de verdad, esa tía es… insoportable, ni te deja hablar, y dice las cosas con un desprecio en la voz… que asco​


Ana estaba cabreada y Nati y yo la animamos y la miramos agradecidas, solo ella era capaz de aguantar una negociación así. Le dije:​

  • No has dormido mucho ¿no?​
  • No, el puto Dimitri​


Y nos contó su conversación intentando convencerlo de ser socio, y terminó diciendo:​

  • Y quiso hablar del algoritmo y me tuvo tres horas el muy capullo​
  • Ya, jaja, te tuvo atada​
  • Quería dormir​
  • Ya, ya… que te quedaste hablando del algoritmo sin ganas​
  • No, pero… joder, es que el tío es la rehostia, mirad lo que me dijo y creo que es una ideaza…​


Y se puso a contarnos todo muy emocionada, le encantaban estas cosas y me imaginé que seguro que fue ella la que retuvo a Dimitri preguntándole cosas y dándole ideas. Sonreí mientras veía sus ojos brillantes de emoción. Yo los había visto discutiendo y emocionados, sin entender casi nada porque los dos estaban en otro nivel… Dimitri era muy bueno, un genio, pero es que Ana no iba muy atrás, la tía se enteraba rápido de todo y seguía su ritmo sin problema. Nati muchas veces también pero estaba claro que en la empresa Ana y Dimitri eran el cerebro y alma del proyecto.



CARLOS

Eran las once de la noche y llevaba dos horas con Cristina y Paco revisando las cuentas de la empresa, y los números no estaban mal pero Cristina los revisaba una y otra vez, incansable, bombardeándome a preguntas. Me miró y dijo:​

  • Carlos, ¿Seguro que no te han ocultado nada?​
  • Yo creo que no​
  • ¿Crees?​
  • Bueno, estoy seguro, he revisado todas sus cuentas, no pueden haberme ocultado nada​


Cristina me miró duramente durante varios segundos y me amedrenté, como siempre. Carraspeé y dije:​

  • No pueden haberme ocultado nada​


Entonces Cristina se giró hacia Paco y le dijo:​

  • Esto es una mierda de empresa, Paco, fíjate, sin activos, sin bolsa… lo que cobran lo gastan rápidamente, invertir aquí es desperdiciar dinero que podríamos invertir en una buena empresa​


Paco dijo:​

  • ¿Y el proyecto ese que tanto te gustó ayer?​
  • No sé, para mí que nos quieren timar… mira hoy como la rubia no quería ni que lo revisáramos, para mi que es un timo​
  • Ayer no decías eso​
  • Pero vista su reacción, para mí que es todo fachada… si no podemos revisarlo, mi informe para Diego es que pasemos de esto a no ser que lo revisemos y sea real​
  • Diego no va a estar de acuerdo, ya sabes que estaba muy interesado​
  • Lo sé, y sigo sin entenderlo…​


Los escuché hablar pero desconecté, no entendía nada. No conocía al tal Diego ni su importancia en la empresa donde Cloe era la directora general y sus segundos Paco y Cristina ¿Qué pintaba ese Diego en ese tipo de decisiones? Que yo supiera ni estaba en el accionariado pero algo me perdía, estaba claro.



Estábamos en uno de los salones del hotel, solos. Me eché atrás en mi silla y cerré los ojos, llevaba todo el día con las cuentas, ni había comido aún, solo cafés. Cuando abrí los ojos, Cristina y Paco seguían hablando. Cristina se había movido un poco y bajé mi vista hacia sus piernas donde la falda se le había subido un poco dejando ver el encaje de sus medias. Tenía un cuerpo de escándalo y en la fiesta de verano de la empresa, recién llegado a la misma, la vi en bikini y puffff, estaba tremendísima.



Había muchos rumores en la empresa sobre ella. Además de su fama de cabrona y dura, cosa que yo podía confirmar sin dudarlo, el rumor más extendido era que se follaba a Paco. El otro era que se follaba a Cloe. Otro era que tenía un novio multimillonario. Yo había estado muchas veces en su despacho y tenía muchas fotos de ella con un hombre joven en yates, viajes,... estaba claro que era su pareja y que tenían dinero. Yo apostaba por ese último rumor, el del novio rico. Además, el tío estaba bien, muy bien. Había estado de pasada en la fiesta de verano y el tío había llamado la atención de todas las compañeras.



De repente, me di cuenta que se había hecho el silencio y levanté la vista. Los dos me miraban. Les dije:​

  • Perdón, es que…​
  • Estás en las putas nubes, Carlos​
  • Sí, perdón​
  • Te he dicho que recojas, nos vamos a dormir​
  • Vale, vale​
  • Mañana preparas un informe con todo esto​
  • De acuerdo​
  • Salgo a fumar y a llamar a mi novio​


La vi irse y la seguí con la mirada, tenía un culo de diez. Paco se rio y noté que me ponía colorado, había pillado mi mirada. Entonces preguntó:​

  • ¿Has cenado?​
  • No​
  • Pues ve, coño, que te va a dar algo​
  • Ya, es que…​
  • Cristina ni se da cuenta de esas cosas, pero tú habla, no te va a prohibir comer​
  • No sé yo jeje​
  • Acojona pero no quiere que te desmayes por falta de energía jeje​
  • Ya​
  • Anda, vamos a recoger esto y te vas a… joder, a esta hora ni estará ya abierto​
  • No sé…​
  • Pues sal fuera, aquí hay muy buenos restaurantes​
  • No importa, creo que prefiero acostarme ya, ha sido un día duro​
  • Tú mismo​


Y me ayudó a recoger. Luego nos fuimos a nuestras habitaciones. Llegué y me eché en la cama, sin desvestirme ni nada, totalmente agotado.



A la mañana siguiente, mientras me preparaba para salir, llamaron a mi puerta. Abrí y era Cristina. Me dijo:​

  • Buenos días Carlos​
  • Bue… buenos días​
  • Hoy Paco quiere que le acompañe a ver a una gente, a ver si aprovechamos el viaje para algo más que para ver a esa mierda de empresita​
  • Bien​
  • No sé si llegaremos a la oficina esa antes de comer o después, quizás nos quedemos a comer con esa gente a la que vamos a ver​
  • Va… vale​
  • Tú vete para allá, termina el informe ese y mézclate con la gente​
  • ¿Cómo?​
  • Mira a ver como es el ambiente laboral, a ver si te enteras de algo​
  • No te entiendo​
  • Intenta preguntar por el proyecto ese, a ver si es de verdad o no​
  • Ah, pero yo no…​
  • Come con ellos e intenta sacarles información… por la tarde me cuentas​
  • Va… vale​


Y se fue. Me terminé de preparar y salí. Llegué a la oficina y me metí en el despacho. Luego se acercó Ana para preguntarme si necesitaba algo. Le dije que no y le expliqué que esa mañana no iban a venir ni Cristina ni Paco. Al rato llegó María y me preguntó si quería desayunar con ellas. Bajamos a una cafetería y me di cuenta que entre ellas había mucha complicidad y amistad, no era solo por trabajo. Además, vi que eran muy diferentes. Por un lado Ana, espectacularmente guapa y atractiva, pero demasiado seria. Totalmente lo contrario a Nati, que no paraba de reír y bromear. No era una chica guapa ni fea, era extraña, con un corte de pelo extraño y de color también raro, ni rubio ni moreno ni nada, una mezcla de colores y mechas. Y María, la embarazada que estaba a medio camino entre la seriedad de Ana y la hilaridad de Nati. Me gustaron las tres.



Luego, a la hora del almuerzo me fui con ellas a comer, pero solo con María y Nati, Ana se fue con su pareja. Allí aproveché para preguntarles por el proyecto. Nati, que hablaba por los codos, me dio mucha información, que era una idea de Ana de cuando la facultad, que llevaban años trabajando y evolucionándolo, que el núcleo estaba casi listo, que solo necesitaban inversión para terminarlo… Les pregunté con tacto si de verdad funcionaba y las dos se rieron con ganas, según ellas “funciona de puta madre” y estaban totalmente convencidas, me quedó claro. Entonces María dijo:​

  • Sabemos que Cristina no se lo cree pero ahí no hay trampa ni cartón, cuando venga vuestro especialista se lo demostraremos aunque no le dejaremos ver las “entrañas” pero sí su ejecución… no tendrá dudas, te lo aseguro, podrá hacer todas las pruebas que quiera​


Cuando por la tarde llegaron Cristina y Paco, les di el informe terminado y les expliqué la conversación. Cristina solo dijo:​

  • Bueno, eso está por ver… me lo creeré cuando tengamos nuestra revisión​


Me hizo cambiar un montón de cosas de mi informe y se volvieron a ir a otra reunión. Estuve otro par de horas retocando el informe y cuando ya estaba a punto de recoger para volverme al hotel, entró Nati al despacho y me preguntó:​

  • ¿Te vas ya?​
  • Sí​
  • ¿Quieres que te acerque? Tengo coche​
  • No te molestes​
  • No es molestia, anda vamos​


Recogí, me despedí de Ana y María y me fui con Nati.



MARÍA

Nati me dirigió una sonrisita mientras salía con Carlos de la oficina. Sabía que significaba esa sonrisa. En la oficina ya solo quedábamos Ana y yo. Ana estaba concentrada en su portátil y me acerqué a ella diciéndole:​

  • Alguien va a triunfar esta noche​
  • ¿Qué?​


Levantando la mirada sin entenderme. Señalé hacia la puerta y ella miró sin entender. Le dije:​

  • Se acaban de ir Nati y Carlos​
  • Ya ¿Y…? Ahhhh ¿Sí?​
  • Joe, Ana ¿Estás ciega?​
  • Pero… bueno, vale, el chico está bien pero… no sé​
  • Es Nati… Si dependiera de ella se follaría a los tres​
  • ¿A los tres? ¿A Cristina también?​
  • Jajaja​
  • Pero si esa tía es una borde y una… una… pufff, esa solo permitirá que le metan consoladores de marca​
  • Jajajaja​
  • Sí, tú ríete pero seguro que es así jajaja​
  • ¿Y lo de Paco no te extraña?​
  • ¿El qué?​
  • Que se lo tiraría si pudiera​
  • No, a ver, es mayor pero tiene algo… es un tipo atractivo​
  • ¿Otra igual? ¿Os van los viejos o qué?​
  • No, no me acostaría con él pero tiene su atractivo, es indudable​
  • Estáis las dos fatal​
  • Jajaja​
  • Pues al chico ese se lo folla esta noche, fijo​
  • Está bastante bien, es normal​
  • Está como un queso, está clarísimo​
  • Sí​
  • Lleva toda la tarde mirándolo con ojos de salida​
  • Jajaja, anda que no eres exagerada​
  • Tú no te enteras de nada con la cabeza metida en el código, pero es así​
  • Bueno, pues eso que va a disfrutar, es Nati, es lo normal jaja​
  • Sí, es lo normal​


Nos reímos un poco más hasta que Ana me dijo:​

  • Pero tú ¿Qué haces todavía aquí? Mira que hora es​
  • Ya me voy, y tú también​
  • No, tengo que terminar esto​
  • No, vámonos​
  • En un rato, vete tú, que no sé como puedes tirarte tantas horas aquí sentada con ese barrigón que tienes jeje​
  • Puff, lo mío me cuesta pero vamos retrasados con las nuevas funcionalidades​
  • Mañana os ayudo​
  • No, Ana, no te vas a meter también en esto, como si no tuvieras suficiente con lo tuyo y el proyecto​
  • No importa​
  • Sí importa, mira que carita tienes, necesitas descansar​
  • Estoy bien​
  • No, estás de los nervios, estresada y cansada, a mí no me engañas​
  • Bueno, en cuanto cerremos la venta, me tomaré las cosas de otra forma​
  • No, tú nunca aflojas​


Nos quedamos calladas. Entonces dijo:​

  • Es que en el almuerzo hemos discutido Jorge y yo y no tengo muchas ganas de volver a casa para discutir más​
  • ¿Por qué habéis discutido?​
  • Quiere que nos casemos y formar una familia​
  • Bueno, normal, lleváis un montón de años juntos​
  • Pero yo… ahora no puedo pensar en eso, son muchas cosas ahora mismo, con eso no puedo ahora mismo​
  • Ana​
  • ¿Qué?​
  • Siempre vas a estar así, eres la persona más responsable que conozco, y controladora y siempre atenta de todo y de todos, siempre dispuesta a ayudar a todos​
  • ¿Y qué?​
  • Que siempre vas a tener muchas cosas, debes priorizar​
  • Lo hago​
  • ¿Priorizas tu trabajo por delante de tu vida personal?​
  • No, eso no… pero ahora mismo no puedo…​
  • ¿Se ha enfadado Jorge?​
  • Siempre se enfada con este tema, lleva ya unos meses sacándolo​
  • Normal​
  • No es buen momento​
  • Tenemos 31 años, vives con él desde hace más de siete años, yo veo normal que quiera dar el siguiente paso y tener familia, es la edad perfecta, luego pueden venir los problemas con el embarazo​
  • No me agobies tú también​
  • No te agobio, solo digo que lo entiendo, yo me planteé lo mismo y mira (señalándome la barriga)​
  • Lo sé​
  • ¿No quieres ser madre?​
  • Claro que quiero, pero ahora no puedo, tras la venta…​
  • Tras la venta vendrá el proyecto, te centrarás en él con el dinero de la venta​
  • Bueno, sí pero en un año o dos ya estará listo y…​
  • Y entonces será la comercialización, la evolución… siempre habrá cosas​
  • No, ese será el momento​
  • ¿Seguro?​
  • Sí​
  • Bien, al menos tienes un plan​
  • Siempre tengo uno jeje​
  • Me alegro​


Dejé el tema pero sabía que ese plan cambiaría, Ana tenía buenas intenciones pero sus prioridades… A veces pensaba que Jorge no estaba en sus prioridades. Entonces, Ana cambió de tema diciendo:​

  • Por cierto, va a venir su experto​
  • ¿Experto?​
  • De Cristina, para revisar el proyecto​
  • Ah​
  • Me lo ha dicho antes, que ya lo ha gestionado​
  • ¿Y?​
  • Nada, que tú y yo siempre estaremos con él, no lo vamos a dejar solo ni le vamos a dejar tocar nada, solo enseñaremos la ejecución y haremos todas las pruebas que quiera, pero nada de enseñarle el código fuente del núcleo​
  • Claro​
  • Bien, cuando venga nos organizamos​
  • ¿Y Nati?​
  • Nati es muy despistada, es capaz de levantarse y dejarse todo abierto para que ese tipo aproveche y fisgoneé más de la cuenta… mejor tú y yo​
  • Tienes razón​
  • Que un tipo así es capaz de sacar mucha información de un vistazo, no nos podemos arriesgar a que nos roben ninguna idea del algoritmo​
  • Claro, pues sí, nos organizaremos​
  • Bien​
  • ¿Cuándo viene?​
  • Ni idea, solo me ha dicho que ya lo está organizando​


Miré la hora, las ocho de la tarde, y le dije:​

  • Yo me voy ya ¿Seguro que te quedas?​
  • Sí​
  • No tardes​
  • No, mamá​
  • Jajaja… te cierro la puerta cuando salga​
  • Claro​


CARLOS

Estaba en un bar con Nati, riéndome de las ocurrencias de esta chica que parecía que no tenía ningún filtro a la hora de decir lo primero que se le pasara por la cabeza. En el coche me había preguntado si había salido por la ciudad y le había dicho que no, solo a comer y ella había insistido en llevarme a la zona de bares, que estaba muy cerca de su casa. Primero me llevó a mi hotel para dejar el portátil y quitarme el traje, y luego me llevó a su casa para aparcar y luego salimos. Me llevó a un bar donde la conocían y nos sirvieron cerveza con buenas tapas.



En ese bar se le acercó una chica que le dio un pico. Me la presentó y hablaron de quedar. Me dejó sorprendido aunque mirándola bien, lo cierto es que Nati tenía pinta de lesbiana, con ese pelo corto, muy corto por un lado y espeso por el otro, y esa ropa que usaba que eran camisas o jerseys anchos. Ese día llevaba un jersey anchísimo que imposibilitaba totalmente hacerse una idea de su figura. El jersey casi le llegaba a medio muslo. Debajo parecía llevar unas mallas negras. Las piernas parecían delgadas y bien formadas pero con ese jersey tan largo y los pantalones que le había visto los otros días era imposible saber como tenía el culo. Los tobillos sí eran delgados, llevaba unas deportivas sin calcetines y se le veía un tatuaje en cada tobillo.



Cuando la chica se fue, Nati me miró sonriendo y dijo:​

  • Un antiguo lío​
  • Ah​
  • ¿Tienes pareja?​
  • No, ahora mismo no​
  • Oh, pues eres muy guapo​
  • Gracias​
  • ¿Te dejó o la dejaste tú?​
  • Pues… fue hace poco, cuando me mudé a Madrid para trabajar con GR Consulting la cosa no duró mucho más, la distancia…​
  • Ya… ¿La engañaste o te engañó ella?​
  • No… no lo tengo claro si me engañó antes de romper jeje​
  • Ya​
  • ¿Y tú? ¿Tienes pareja?​
  • No, no me va eso de las parejas, soy un pajarillo libre jeje, prefiero follar con quien me apetezca, sin ataduras​
  • Ah​


Nati me dejaba cortado con afirmaciones como esa. Entonces apuró su cerveza y me dijo:​

  • Ven, vamos a otro sitio​
  • Es que ya me debería ir…​
  • Anda ya, si no son ni las ocho y media​
  • Pero…​
  • Venga, ponen música que me gusta y quiero bailar un poco ¿Bailas?​
  • Sí, algo pero…​
  • Genial, genial, vamos​


Y me llevó a un local más oscuro y de música metal que era ensordecedora. Allí pidió más cerveza y me llevó a una mesa. Bebimos y me dijo:​

  • ¿Te gusta?​
  • Sí, me gusta este tipo de ambiente​
  • Bien, me lo imaginaba​
  • ¿Por?​
  • Por ese tatuaje​


Yo tenía un pequeño tatuaje en el antebrazo de un grupo metal, cosa del alcohol tras un concierto de ese grupo y un “no hay huevos” entre los amigos. Me había arremangado la camisa y lo había visto. Me reí y dije:​

  • Bueno, eso es de mi adolescencia heavy jeje​
  • Vamos, hace nada​
  • Nooo​
  • ¿Cuántos años tienes?​
  • 26​
  • Un pimpollo jajaja​
  • ¿Y tú?​
  • 31 ¿Una vieja para ti?​
  • Nooo, jaja, son solo cinco años​
  • Ya​
  • Tú también tienes tatuajes​
  • Sí, unos cuantos​
  • Me he fijado en los de los tobillos​
  • Sí, también tengo uno aquí en la espalda (señalándose), otro aquí (señalando sobre su pecho izquierdo) y otro en una zona más interesante jajaja​
  • Ah​
  • Todos con su historia, claro​
  • ¿Cuál es?​
  • Ufff, necesito más cervezas para contarte mis amores y desamores jeje​
  • Ah, vale​


Nos quedamos mirándonos y ella sonrió sacando la lengua. Le dije:​

  • Y tienes piercings​
  • Unos cuantos​
  • En la lengua, orejas, nariz y ¿En el ombligo?​
  • Sí, en todos esos sitios y alguno más​
  • ¿Dónde?​


Entonces me cogió la mano y la metió debajo de su jersey. Me la llevó a un pecho apretó mis dedos sobre su pezón. No llevaba sujetador y noté claramente el piercing. Sacó mi mano sonriente. Me quedé sin habla. Dijo:​

  • Estoy planteándome otro ahí abajo​
  • ¿Dónde?​
  • Sobre el coño o en los labios vaginales, no sé, pero me da algo de miedo jeje​
  • Joe​


No podía ni hablar, aún impresionado por haberle tocado la teta. Ella bebió esperando a ver si decía algo más. Por decir algo, le pregunté:​

  • ¿Y los otros no dolieron?​
  • No demasiado​
  • No me lo creo​
  • Da miedo, eso no te lo niego, pero… mola​
  • Ya​
  • ¿Has follado alguna vez con alguien con piercings?​
  • No​
  • ¿Ni besado con alguien con uno en la lengua?​
  • No, a mi novia… a mi ex no le gustaban​
  • Pues lo fliparías​
  • ¿Sí? No sé…​
  • Con el piercing de la lengua, mis mamadas y comidas de coño son fabulosas, siempre me lo dicen​
  • ¿Tus… tus mamadas?​
  • Claro, me encantan​
  • ¿Te… te acuestas con tíos?​
  • Claro jajajaja​


Entonces se levantó y se quitó el jersey, quedándose con una camiseta super ajustada que le marcaba unos pechos grandes y redondos, con los piercings totalmente visibles. Las mallas se le ajustaban totalmente mostrando una figura espectacular. Me quedé abobado mirándola. Ella se inclinó y me dijo:​

  • Luego me contarás si mis mamadas son buenas o no, pero antes, vamos a bailar​


Y tiró de mi. La seguí sin poder quitar los ojos de un culo redondo y perfecto, y entonces me di cuenta de lo que me había dicho y sonreí como un gilipollas.



NATI

Abrí la puerta de mi casa con mucha dificultad porque Carlos no paraba de meterme mano pegado a mi espalda. Sus manos dentro de mi camiseta, agarrándome las tetas y su duro paquete contra mi culo, mientras me lamía el cuello y una oreja.



Entramos dentro de mi casa y cerré la puerta. Luego, me enfrenté a él y le di un morreo de muerte mientras le desabrochaba la camisa. Se la quité y me aparté de él. Tenía un bonito cuerpo, se cuidaba y estaba delgado pero fibroso, con algo de pelo en el pecho, cosa que me gustó. Intentó acercarse a mí pero me volví a apartar negando con la cabeza mientras le sonreía. Me quité el jersey y luego la camiseta. Él ya no pudo aguantar más y se abalanzó sobre mis tetas, chupando y lamiendo, ansioso.



Le dejé hacer hasta que le levanté la cabeza y le morreé, besaba muy bien. Me dijo:​

  • Joder, tienes unas tetas perfectas, son espectaculares​
  • Jajaja​
  • En serio, son… fantásticas​
  • Gracias​
  • No tenía ni idea…​


Le volví a besar y luego tiré de él para llevármelo a mi cama. Allí le empujé para tumbarlo en ella y me quité las deportivas y las mallas, quedándome solo con el tanga. Él me miraba flipado y dijo:​

  • Que cuerpazo tienes​


El bulto en su pantalón dejaba claro que le gustaba lo que veía. Le pregunté:​

  • ¿Quieres ver mis tatuajes?​
  • Veo ese (señalando a mi pecho)​
  • Sí, ese es uno​


Me giré y le enseñé el de la espalda. Él solo dijo:​

  • Joderrr, que culo tienes​
  • ¿No te gusta el tatuaje?​
  • Sí, sí pero… que culo, es…​
  • ¿Quieres ver el último?​
  • Sí​


Me bajé el tanga de forma sensual, aún dándole la espalda. Escuché como él lanzaba un jadeo apagado, tenía al chico totalmente cachondo. Me giré y señalé con mi dedo sobre mi pubis totalmente depilado. Carlos me miraba fijamente, sus ojos recorrieron mi cuerpo varias veces y acabaron en la V tatuada. Dijo:​

  • Estás buenísima, Nati​
  • Ahora me toca a mí ver que tienes ahí​


Me eché sobre él para besarlo. Luego, le quité el resto de ropa. Su polla saltó dura y preparada. No estaba nada mal y sonreí. Le dije:​

  • Mmmmm me gusta ¿Quieres saber que se siente al recibir una mamada con piercing?​
  • Sí, por favor​


Lamí esa polla desde la base hasta la punta, varias veces, y luego solo la punta, pasando la bolita del piercing por el glande. Él jadeó varias veces. Se la chupé un poco pero estaba claro que estaba sobre excitado, iba a durar poco y yo estaba con ganas de follar. Pensé “A ver si me dura lo suficiente”. Me giré hacia el cajón y cogí un condón. Se lo puse y me senté sobre él, metiéndomela despacio. Lo cabalgué rápido, cachonda perdida aunque sabía que era mejor ir lento pero no lo pude evitar.



Carlos me sorprendió aguantando hasta que me llegó el orgasmo. Entonces se corrió mientras yo me convulsionaba encima de él. Me tumbé a su lado, agitada pero riéndome, había estado bien. Nos quedamos callados hasta que él dijo:​

  • Engañas mucho​
  • ¿Yo?​
  • Con tu ropa​
  • Ah, eso​
  • Sí, no tenía ni idea del cuerpazo que tienes​
  • Ya, me gusta ir cómoda, no enseñando carnaza jeje​
  • Ya pero… vistes de una forma que es imposible saber lo buena que estás​
  • Me da igual​


Entonces se giró y me acarició suavemente por el cuerpo.



CARLOS

“Que polvazo, que polvazo” pensaba mientras la miraba y la acariciaba. Nati era tremenda, me sorprendía una y otra vez con alguna cosa, había estado sorprendiéndome toda la noche. Además, es que estaba tremenda, tenía un cuerpazo alucinante.



Con un dedo, acaricié el tatuaje que tenía sobre el pecho izquierdo y pregunté:​

  • ¿Qué es?​
  • Una A y una M entrelazadas con un corazón​
  • ¿Una A y una M? Ah​
  • Sí, Ana y María, mis amigas, las mejores personas del mundo, siempre en mi corazón​
  • Me he dado cuenta que os queréis mucho ¿Verdad?​
  • Muchísimo, y tengo absoluta confianza en ellas​
  • Bueno, jeje, eso parece exagerado​
  • Para nada… ¿Has visto esa peli de Indiana Jones donde hay una prueba de fe sobre un barranco? Pues si Ana o María me dijeran que cruzara un barranco así, lo haría sin pensármelo, tengo fe absoluta en ellas, sé que si me piden algo así, nunca será para hacerme daño​
  • Guau, me encanta que os llevéis tan bien, se nota que son buena gente​
  • Las mejores​


Llevé mi dedo hacia abajo y señalé la V tatuada. Ella rio y dijo:​

  • Eso es mi secreto​
  • ¿Sí?​
  • Es la inicial de mi amor​
  • ¿V?​
  • Vanessa​
  • Ah​
  • Un amor imposible pero mi amor​


Nos quedamos callados. De repente, saltó con algo inesperado, aunque ya no me extrañaba, me había dado cuenta que ella hablaba de lo primero que se le ocurría. Me preguntó:​

  • ¿Te follas a Cristina?​
  • ¿Cristina? Que va, ya quisiera jeje​
  • Está buena​
  • Mucho, sí​
  • ¿Seguro que no te la follas?​
  • Y tan seguro jeje​
  • ¿Y Paco?​


La miré divertido y me reí. Ella insistió:​

  • ¿Follan?​
  • Bueno, es un rumor que corre por la empresa​
  • ¿Sí?​
  • Sí, ese y que se folla también a la directora​
  • ¿Y es verdad?​
  • Ni idea, no creo… la directora es la mujer de Paco jeje​
  • Ah, un trío​
  • Jajaja​
  • ¿No?​
  • No, Cristina tiene novio​
  • ¿Y? He visto su anillo de compromiso pero eso no impide los cuernos jeje​
  • Es un tío guapo y multimillonario​
  • ¿Y?​
  • Que no se va a acostar con unos viejos teniendo a un tío así ¿No?​
  • No sé​
  • Aunque Cloe, la directora, está buena​
  • ¿Te la follarías?​
  • Ya te digo​
  • ¿Y es vieja?​
  • Bueno, vieja, vieja no, tendrá cuarenta y tantos​
  • Mmmm, buena edad, experimentada y aún con todo en su sitio jajaja​
  • Jajaja, en su caso es totalmente cierto, tiene todo muy bien​
  • Entonces, si hay rumores por algo será ¿no?​
  • No sé, yo no he notado nada, pero llevo poco en la empresa​
  • Ya​
  • Además, mira, juzga tú misma, creo que tengo una foto de una fiesta en verano, cuando entré, donde sale el novio​


Me incliné y busqué en mis pantalones que estaban en el suelo. Volví a tumbarme con el móvil.



NATI

Buscó en su móvil hasta enseñarme una foto. Me dijo:​

  • Mira, esta es Cloe​


Vi a una mujer atractiva, con un vestido de verano, junto a Cristina, con otro vestido de verano, las dos muy morenas. Me fijé en sus brazos y dije:​

  • Guau, esas dos hacen muchas pesas​
  • Sí, eso parece​
  • Me la follaría… bueno, a las dos jajaja​
  • Jajaja espera, a ver si encuentro la otra del novio, que apareció un poco por la fiesta y sale con todos los jefes​


Se puso a buscar en el móvil y me lo volvió a pasar. Me dijo:​

  • Mira, es éste, está bueno ¿no?​


Cogí el móvil, miré y me quedé con la boca abierta. Me incorporé sin dejar de mirar el móvil. Él se extrañó y dijo:​

  • Está bueno, pero no tanto ¿no?​
  • Es…. es ¡¡¡Diego!!!!​
  • ¿Quién?​
  • Se llama Diego ¿no?​
  • Ni idea, pero estos días Paco y Cristina nombran mucho a un tal Diego​
  • ¿Cómo?​
  • Sí, como si fuera alguien importante de mi empresa y tuviera interés en vuestra empresa​
  • ¿Nuestro Diego?​
  • ¿Qué?​
  • Diego estudió con nosotras​
  • ¿Sí? Que pequeño es el mundo pero este tío es millonario según dicen​
  • ¿Millonario?​
  • No sé, no estoy seguro, pero eso dicen​


Le di su móvil y busqué el mío. Busqué en Google por el nombre completo de Diego y no salió nada. Se lo enseñé y él meneó la cabeza como diciendo “¿Y qué?”. Le dije a Carlos:​

  • Envíame esa foto​
  • ¿La del novio de Cristina?​
  • Sí, por favor​
  • Bueno…​


Pensé rápidamente “¿Llamo a Ana y le cuento?”. Medité un poco y preferí postergarlo para la mañana siguiente, conociéndola se pondría de los nervios y no dormiría, mejor que descansara. Y María “¿estaría ya acostada?” con el embarazo se acostaba siempre muy temprano, y no quería asustarla. Miré la hora, eran poco más de las nueve, aún seguiría despierta. Le envié un mensaje diciéndole:​

  • Mira lo que acabo de descubrir​


Y le adjunté la foto. Le puse “Mañana hablamos con Ana, no le digamos nada de esto ahora mismo, que no duerme… te dejo, que tengo en la cama a Carlos jajaja”. Dejé el móvil en silencio en la mesita y me volví a tumbar. Miré a Carlos y dije:​

  • Flipante jajaja​
  • ¿El qué?​
  • Diego desapareció un buen día de nuestras vidas, y ahora reaparece millonario y con una novia, bueno, prometida ¿no?​
  • Creo que sí​
  • Joder, que fuerte​


Nos quedamos callados, los dos ocupados con nuestros pensamientos. Entonces él dijo:​

  • Creo que mejor me voy ¿no?​
  • No ¿Te crees que he terminado contigo?​
  • ¿No?​
  • No, nene, esto ha sido el aperitivo, y no me has dicho ¿Te ha gustado la mamada?​
  • Jajaja​
  • ¿No?​
  • Bueno, quizás necesite comprobarlo un poco más​
  • ¿Sí? ¿Eso crees?​
  • Sí, me parece que sí​
  • Bueno, haré el esfuerzo jajaja​


Y me lancé sobre él para besarlo, excitada por él y por las noticias sobre Diego.



ANA

Escuché como llamaban a la puerta de la oficina y me extrañé. Miré la hora, casi las diez de la noche, lo mismo era el servicio de limpieza de la oficina, solían limpiar por las noches y habrían visto la luz. Me levanté y fui a la puerta que era de cristal. Vi a un tipo de espalda a la puerta, mirando hacia fuera y me extrañó, no era de la limpieza. Entonces se giró y fue como si chocara contra un muro de cristal transparente, me paré en secó mirándolo con los ojos muy abiertos. dijo:​

  • Ho.. hola… Ana​


No pude reaccionar, había pensado un millón de veces qué le diría si lo volvía a ver, como me mostraría, si enfadada, indiferente,... pero ahora no podía ni moverme. Diego estaba en la puerta, mirándome nervioso y yo quieta. Conseguí decir muy despacio:​

  • ¿Qué haces aquí?​
  • Es que… acabo de llegar a la ciudad y…​
  • ¿Qué haces aquí?​
  • Yo… soy… GR y…​


Entonces lo tuve claro, era el experto, el que mandaban para auditar el proyecto. Le dije:​

  • Vuelve mañana​
  • Sí, era solo…​
  • Mañana​


Y me giré para volver a entrar, no quería que me viera casi temblando de la sensación. Le escuché decir:​

  • Solo quería avisarte que yo…​
  • Mañana​


Y entré dentro donde no me podía ver. Me derrumbé en mi silla y me cubrí la cabeza con los brazos “joder, joder, menudo momento para aparecer, como si no tuviera suficiente con todo…” y se me saltaron las lágrimas. Ya no sentía nada por él, lo tenía claro, pero no podía evitar que me afectara, me había hecho mucho daño, muchísimo. Quería llamar a las chicas, contárselo, pero no quería llorar delante de ellas y en ese momento lo estaba haciendo y eso me daba aún más rabia “¿Cómo me puede afectar así el volver a verlo? Si ya no es nada para mí”.



Cuando conseguí recuperarme vi que eran más de las diez. Me levanté y fui al baño. Tras lavarme la cara, cogí mis cosas y me fui a casa. Hablaría al día siguiente con las chicas, pero a ese tío lo quería lejos de mí, que María se encargara de todo con el “experto”.





DIEGO

Miré el cielo estrellado. Estaba sentado en el jardín de mi casa de Marbella. No podía dormir, y dudaba que lo hiciera. Había cometido un error al ir a ver a Ana, siempre me equivocaba con Ana. Nunca había dejado de interesarme por ella, pero desde la distancia, sin querer entrometerme en su vida. Sabía perfectamente lo guapa que seguía estando, pero al verla allí frente a mí, casi me había vuelto a dejar sin habla, como antiguamente. Ana estaba radiante, más guapa que nunca, y me dolió todo por dentro, por como la perdí, como le hice tanto daño…



Me cubrí la cara con mis manos, notando mis lágrimas entre mis dedos. Sabía que ahora era feliz, tenía una vida plena, con una buena pareja y un buen trabajo, su trabajo, fruto de su esfuerzo, de su inteligencia,... y tenía a sus amigas que siempre estaban ahí, no como yo que le había fallado totalmente. No me merecía hablarle ni estar cerca de ella, lo sabía perfectamente, y mi intención había sido mantenerme alejado para siempre, pero primero aquella llamada de María, la única con la que mantenía algo de contacto, y luego la llamada de hoy de Cristina, me habían hecho venir en un arrebato.



María me había llamado hacía un par de meses para contarme los problemas financieros que les impedía prosperar en su proyecto y que necesitaban inversión urgentemente. Fui yo el que le planteó comprarle un 49% de la empresa pero sin que se enteraran ni Ana ni Nati, Ana porque era una mujer orgullosa que jamás permitiría que yo la ayudara, y Nati porque se le acabaría escapando. Mi idea era solo eso, ayudar en la financiación, sin ninguna participación más. María no quería engañar a sus amigas pero pensó que era la mejor forma sin meter a nadie por medio que se entrometiera y les impusiera cosas, ella confiaba en mí.



La idea era simple, usar mi empresa GR para hacer un estudio de inversión pero simulado, y luego comprar y no volver a entrometernos más allá de lo mínimo indispensable, dejando a Ana, María y Nati el control total, tal como tenían ahora. Por eso mandé a Cristina y Paco, pero Cristina en su afán de hacer todo perfecto, se había involucrado totalmente como siempre, al 100%, haciendo un trabajo profesional, y su informe era devastador, meter ahí dinero era como tirarlo, y tenía razón en gran parte, pero ella no conocía a Ana, María y Nati, ni conocía el proyecto. Yo tenía absoluta fe en ellas.



Al final, había decidido venir y hablar con Cristina y Paco en persona, pero cuando llegué al aeropuerto e iba a alquilar un coche para dirigirme al hotel de Cristina y darle una sorpresa, me llamó María contándome que Nati se había enterado de todo y que al día siguiente lo sabría Ana. María estaba muy preocupada pero decía que era lo mejor, que ella llevaba muy mal lo de engañar a sus amigas y que prefería que todo se supiera.



María me advirtió que conociendo a Nati, lo mismo hasta llamaba a Ana esa misma noche para contarle todo porque Nati era así de impulsiva, y me dijo que Ana seguía en la oficina. Cuando colgué, pensé durante unos minutos. Luego busqué la dirección de la oficina de Ana y me dirigí allí. Le debía a Ana explicarle todo de primera mano, no ser un cobarde con ella como siempre lo había sido. Pero una vez delante de ella fui incapaz de hablar, me volví a quedar mudo y me retiré con el rabo entre las piernas. Sabía perfectamente que me iba a afectar mucho volver a verla en persona pero no pensaba que sería tanto.



Me había dejado muy afectado el encuentro con Ana, y tal como estaba no podía presentarme ante Cristina así que decidí irme a mi casa de Marbella. Y aquí estaba, el mismo cobarde y estúpido de siempre, lamentándome por Ana, y haciéndole daño una vez más porque la cara que había puesto al verme había sido inicialmente de sorpresa pero luego de dolor.​
 
52



ANA

Entré en la cafetería y vi a María sentada, esperando. No vi a Nati pero era lo normal, siempre llegaba tarde a todo. Me acerqué y María me dijo:​

  • Que mala cara, Ana​
  • Ya ves, no he dormido​


María me miró muy seria sin decir nada más. Eran las ocho de la mañana. Las había llamado hacía una hora diciéndoles que tenía que hablar con ellas urgentemente. Pedí un café y noté a María nerviosa, imaginé que se moría por saber que pasaba. Le dije:​

  • Vamos a esperar a Nati ¿Vale?​
  • Vale​


Nati no tardó en llegar, cosa que me sorprendió. Nos miró y dijo:​

  • Guau, que caras​


Se sentó y pidió también un café. No quise ir con más rodeos y les dije:​

  • Anoche vi a Diego​


Me sorprendió no ver en sus caras una sorpresa mayúsculas. Solo se quedaron mirándome y luego se miraron. Les pregunté:​

  • A: ¿No os sorprende?​
  • N: Es que ayer… nos enteramos de una cosa​
  • A: ¿Qué cosa?​
  • N: Diego es el novio de Cristina, lo viste con ella ¿no?​


Me quedé sin habla, eso no me lo esperaba. Tras unos segundos encajando la noticia dije:​

  • A: No, se presentó en la oficina sobre las nueve de la noche​
  • M: ¿Qué?​
  • N: Joder​
  • A: No… no hablé con él, me quedé…​
  • N: Princesa ¿Cómo estás?​
  • A: Jodida, rabiosa​
  • M: ¿Por qué?​
  • A: Me quedé callada en vez de mandarlo a la mierda​
  • M: Tía, es normal​
  • A: No… no sé, supuse que era…​


Y me eché a reír sin ganas. Dije:​

  • A: Pensé que sería el auditor de software de GR jajaja​
  • M: ¿Qué?​
  • A: El listo que nos mandan para ver nuestro código​
  • N: Puede ser, aunque Carlos me dijo que es millonario​
  • A: ¿Qué Carlos?​
  • N: Ayer noche me tiré al chico que está haciendo la auditoría​


La miré meneando la cabeza, ya no me acordaba de eso. Nati como siempre. Le pregunté:​

  • A: ¿Cómo sabe eso?​
  • N: No lo sabe seguro, piensa que sí​


Cogí mi móvil y busqué a Diego. Hacía varios años que no lo buscaba. No me apareció nada. Le dije:​

  • A: No lo encuentro, ni en Linkedin​
  • N: Ya, ayer lo busqué, no sé​
  • A: Joder ¿A qué coño ha venido?​
  • N: Carlos dijo… mmmm​
  • A: Suéltalo​
  • N: Carlos me dijo que cree que es alguien importante en GR​


Volví a buscar en el móvil y no aparecía en la junta directiva ni nada. La miré enseñándole el móvil:​

  • A: Aquí ni sale​
  • N: Ya pero…​
  • A: Joder, Nati, suelta todo de una puta vez​
  • N: Carlos también me dijo que cree que es Diego quien ha mostrado interés por nuestra empresa​


La miré sin comprender. Nati dijo:​

  • N: Princesa, no creo que sea el auditor, quizás es el dueño de la puta empresa que nos va a comprar​
  • A: Joder, que hijo de puta​


Me entraron ganas de llorar de impotencia. Dije:​

  • A: ¿A qué coño ha venido? ¿A jodernos?​
  • M: No, Ana, no creo que…​
  • A: Joder, joder, joder​


Me levanté y les dije:​

  • A: No puedo con esto, no puedo, estoy al límite y ahora esto… me voy a casa​
  • M: Pero Ana, escúchame​
  • A: No, trabajaré desde casa, ocupaos vosotras de… de…​


Las miré. Inspiré y les dije:​

  • A: Mandadlos a la mierda​
  • M: Pero Ana…​
  • A: No, no lo quiero en mi vida, no quiero que participe en nada de mi vida, ya me jodió una vez, no le dejaré que… JODER, no​


Nati me miraba asustada. Les dije:​

  • A: Si compra, yo me voy, dejo la empresa​
  • M: Ana, espera​
  • A: Trabajaré desde casa pero no quiero saber nada de él ni de la venta ni de nada, decidles que se cancela todo​


Y me fui.



MARIA

Nati salió corriendo detrás de Ana pero yo me quedé sentada, asombrada por todo. Cogí el móvil y lo llamé. Se puso casi de inmediato:​

  • ¿Por qué fuiste anoche a la oficina?​
  • Yo… no sé​
  • Joder, me dijiste que ella no se enteraría de nada, que tu nombre no saldría, que no…​
  • Lo sé​
  • Entonces ¿Para qué coño vas, Diego?​
  • Es que… lo iba a saber y quise… quise contárselo en persona, pero no pude, me… no… no pude​
  • Joder​
  • ¿Cómo está?​
  • Muy jodida, Diego, mucho​
  • Ya​
  • No quiere saber nada de ti​
  • Lo sé​


Respiré hondo y luego le dije:​

  • Sé que lo estás haciendo con buena intención pero la has jodido y bien​
  • Lo sé​
  • No quiere saber nada de la venta​
  • Lo imaginaba​
  • Joder, su proyecto era… para ella es…​
  • Lo sé, espera, he pensado algo​
  • ¿El qué?​
  • Dile que ponga ella las condiciones que quiera, cualquiera, firmaré lo que sea​
  • No va a querer nada tuyo​
  • Convéncela​
  • No creo que…​
  • María, convéncela por favor, ya le hice mucho daño una vez, no quiero hacérselo una segunda vez​
  • Ya pero…​
  • Dile que es solo… que lo hago por las tres y por el recuerdo, que ponga las condiciones que quiera, que… no sé, que a los dos años pueda recuperar esa parte en las mismas condiciones de venta, que nunca me verá, que nunca exigiré nada, que nunca… lo que sea​
  • Diego, ya sabes como es​
  • Lo sé, pero…​


Nos quedamos callados. Dijo:​

  • Si voy a verla será peor ¿no?​
  • Mucho peor​
  • Además, no sabré expresarme… Con ella no me salen las palabras...​
  • Ya, mejor hago de puente entre los dos​
  • Vale, pero dile eso, aceptaré cualquier cosa, que nunca me verá, todas las decisiones serán vuestras, no tendré ni voz ni voto ni opinión, nada​
  • No sé, Diego​
  • Por favor, María, sé lo importante que es para ella su proyecto, tienes que convencerla​
  • Buscará otra fuente de financiación​
  • Nadie va a querer invertir, la situación financiera no está para inversiones de este tipo sin que os exijan un control férreo​
  • Lo sé​
  • Si alguien invierte será con muchas condiciones y no seguiréis igual, eso es seguro, quien compre un 49% querrá el poder​
  • Ya, ya…​
  • Solo os quiero dar ese colchón financiero, solo eso, y luego desapareceré, no volverá a saber de mí​
  • Diego… sé todo eso, pero… es Ana​
  • Por eso mismo, es Ana, es su sueño​


Nos quedamos callados. Entonces dijo:​

  • Inténtalo, por favor​
  • Sí, lo intentaré​
  • Gracias, María​
  • Pufff​
  • Y perdona, lo de anoche fue un error, no sé en qué estaba pensando​
  • ¿Te ha afectado?​
  • Mucho​
  • ¿Aún la quieres?​
  • No es eso… es… me ha llegado todo de pronto, aquellos días con ella, como la dejé… no fue fácil para mí​
  • Pero la dejaste por tu carrera​
  • Sí​
  • ¿Te arrepientes?​
  • No, hice lo que tenía que hacer​
  • Ya​


Pensé en todo lo que me contó una vez, su carrera en el MIT, su auge, como consiguió rodearse de gente con carisma y ser él el cerebro, siempre en la sombra pero manejando los hilos y tomando las decisiones… Había triunfado, tenía dinero, éxito, prestigio,.. y ahora me había enterado que tenía una novia deslumbrante e inteligente… claro que no se arrepentía.



Vi que Nati volvía y me despedí de él. Nati se sentó y dijo:​

  • Joder, está afectadísima​
  • ¿Aún lo quiere?​
  • No es eso, ella dice que es porque no supo reaccionar, que le debería haber dicho de todo, echarlo a patadas, pero que fue incapaz y se odia por eso​
  • Pero ¿Crees que lo quiere?​
  • No, creo que no, quiere a Jorge ¿No?​
  • Supongo​
  • No sé… quizás nunca lo ha olvidado pero…​
  • Pero entonces se acuerda como la dejó y lo mal que lo pasó​
  • Sí… nunca se lo perdonará​
  • Normal​


Nos callamos. Entonces dijo:​

  • ¿Te acuerdas lo tímido que era?​
  • Claro​
  • Imagino que ahora que es un triunfador ya no lo será​
  • No sé​
  • ¿Será un engreído?​
  • No creo, Nati​
  • Cristina lo es​
  • Ya ¿y?​
  • Joder, se ha buscado a una chica que es lo contrario a Ana, morena, que le gusta llamar la atención, que es engreída, prepotente…​
  • Ya​
  • Como cambia la gente, con lo buen chico que era​
  • No sabes si ya no lo es​
  • Cierto… ¿Has visto en la foto que sigue cañón?​
  • Sí, incluso más​
  • Sí​


Seguimos hablando un rato más sobre Diego y el futuro. Intenté ponerla de mi lado para convencer a Ana pero Nati no lo tenía claro.



CRISTINA

Estaba terminando de maquillarme mientras pensaba en qué hacer. Tenía claro que hoy cerraría el tema de la empresilla, el informe lo dejaba claro, no merecían ni un minuto más. Pero mi duda era si volver a Madrid o ir a Alemania a darle una sorpresa a Diego. Llevaba tres noches seguidas follando con Paco y había sido genial. Sonreí al recordarlo y pensé que era increíble como un tío de su edad era capaz de dejarme como él me dejaba, pero es que lo de Paco no era normal para nada.



Había tenido muchos amantes, algunos jóvenes y otros no tanto. Me vino a la cabeza Sebas con el que estuve casi un año hasta que me cansé de él, pero del que guardaba un buen recuerdo en la cama y fuera de ella. Luego vinieron muchos más hasta que hace tres años me tranquilicé y empecé a controlarme más. Con Paco y Cloe nunca lo dejé, nunca me aburría con ellos y, además de amantes, es que eran mis mejores amigos.



Luego vino Juan, un rollo casual que poco a poco se había convertido en algo más serio. Era un gran amante como Cloe y Paco, aunque mientras el sexo con ellos dos era bastante guarro, el sexo con Juan era muy intenso, duro, le gustaba imponerse, insultar… me gustaba como follaba, mucho. Y luego estaba Diego que follaba también genial, pero de una forma más normal, sin las guarradas que tanto les gustaban a Cloe y Paco ni el salvajismo de Juan, pero me encantaba follar con Diego. Lo cierto es que tenía la suerte de tener a cuatro grandes amantes.



Me pinté los labios pensando que tenía muchas ganas de estar con Diego, era mi amor, el hombre de mi vida, eso lo tenía claro. Con él formaría una familia y sería un matrimonio como el de mis padres, cariñoso, atento y con mucho sexo. Cloe y Paco no se lo creían cuando les decía que en cuanto me casara dejaría de ponerle los cuernos pero yo lo tenía clarísimo, quería un matrimonio sin secretos, sin engaños, quería sentirme como mi madre.



Dejé el pintalabios y pensé “Mmmmm, también podría irme a Madrid y quedar con Cloe, o con Juan… total, quizás tengo que aprovechar el tiempo que me queda de ser infiel ¿no?”. Pero no me decidía, lo cierto es que tenía muchas ganas de ver a Diego, llevaba más de una semana sin verlo y eso me quemaba. Y tenía ganas de follar con él.



Cogí el móvil con intención de mirar los vuelos cuando escuché que llamaban a mi puerta. Pensé que sería Paco y al abrir pero me quedé con la boca abierta, era Diego. Le dije:​

  • Pero… ¿Qué haces aquí?​
  • He pensado que…​


Salté sobre él y lo besé y abracé, muy contenta. Me dijo:​

  • He pensado darte una sorpresa​
  • Me encanta​


Aunque me asusté un poco, un rato antes estaba Paco en la cama. Entró en la habitación y dijo:​

  • ¿Estás lista?​
  • ¿Para qué?​
  • Para ir a desayunar​
  • Ah, vale​
  • Llama a Paco, que venga​
  • Sí, voy​


Avisé a Paco y quedamos en la cafetería. Diego y yo fuimos, me acababa de resolver el dilema sobre si irme a Madrid o Alemania, y estaba muy contenta. Nos sentamos en una mesa y poco después llegó Paco que se abrazó con Diego, se llevaban muy bien. Me sentí culpable al pensar en los cuernos que le ponía con él pero lo deseché rápidamente de mi cabeza pensando que ya mismo no habría más cuernos, ni con Paco ni con nadie.



Nos pusimos a hablar de trivialidades hasta que Diego preguntó:​

  • D: ¿Cómo va lo de Anatim?​
  • C: Te mandé el informe​
  • D: Lo he leído, Cris​
  • C: Entonces está claro, he pensado que hoy les diré que ahí se quedan y…​
  • D: No, Cris​
  • C: ¿No? ¿Por qué?​
  • D: Quiero invertir en esa empresa​
  • C: ¿Por lo del proyecto ese? No sé, cariño, a mí al principio me encantó pero luego, pensándolo tranquilamente, creo que es un timo, que es una maqueta o algo, que a eso le queda mucho​
  • D: No lo es​
  • C: ¿Lo has visto?​
  • D: Confío en ellas​
  • C: ¿En quién?​
  • D: En Ana, María y Nati​


Miré a Paco desconcertada, y luego a Diego:​

  • C: ¿Las conoces?​
  • D: Estudiamos juntos​
  • C: ¿Han estudiado en el MIT?​
  • D: No, aquí en España​
  • C: Ah, bueno… pero eso da igual, ya has visto las cifras, no saben ganar dinero ni…​
  • D: Me da igual, quiero invertir​
  • C: Pero…​
  • D: Cris, has hecho un gran trabajo, como siempre, pero os dije que solo quería que llegarais a un acuerdo con ellas, no hacía falta más​
  • C: Pero no voy a dejar que inviertas tu dinero en cualquier cosa sin analizarlo bien​
  • D: En este caso sí​
  • C: Pero…​
  • P: Cris, está claro, no es una cuestión de cifras en este caso​
  • C: ¿Tanta confianza tienes en ese producto?​
  • D: Sí, pero no es eso, quiero ayudarlas​
  • C: ¿Comprándolas?​
  • D: Comprando un 49%, y quiero que todo siga como están ahora​
  • C: Pero si tienes un 49% tú serás el socio mayoritario y deberías dirigirla y…​
  • D: No, todo seguirá como ahora​
  • C: Pero…​
  • D: Cris, escucha, hoy vais a ir los dos y hablais con ellas, les decís que os den su presupuesto para los mmmm tres años siguientes, lo que ellas estiman que necesitan, seguro que tienen esos cálculos​
  • C: ¿Qué?​
  • D: Y le compráis el 49% por esa cifra si supera los 100 millones. Si no la supera, la oferta será de 100 millones​
  • C: Pero eso es una locura, esa empresa no vale ni 10 millones toda entera, Diego ¿100 millones?​
  • D: Sí, para conseguir sacar adelante ese proyecto​
  • C: ¿Y si piden 300?​
  • D: Los aceptas si ves coherente el presupuesto​


Lo miré con la boca abierta. Luego miré a Paco y dije:​

  • C: Pero… Paco, dile tú algo​
  • P: Cris, no es cuestión de dinero, esto va más allá​
  • D: Eso es​
  • C: Pero…​
  • D: Y les dices que pongan las cláusulas que quieran, las firmaré​


Los miré sin poder creerme lo que decía, era una locura total. Discutimos un poco más pero Diego zanjó el debate diciendo:​

  • D: Tengo que irme, tengo reuniones​
  • C: Pero esto lo tenemos que hablar más​
  • D: No, cariño, haz lo que digo, por favor​
  • P: No hay problema, Diego​
  • D: Gracias, Paco​


Nos levantamos y entonces apareció Carlos que miró a Diego con curiosidad. Los presenté:​

  • Diego, este es Carlos, un consultor que hemos traído para revisar las cuentas​
  • Encantado, Carlos​


Carlos lo saludó pero sin tener ni idea de quién era Diego. Paco dijo:​

  • P: Entonces ¿Cuál es el plan?​
  • D: Conseguís esa información, informáis de lo que os he dicho y Paco y Carlos os volvéis a Madrid​
  • C: ¿Y nosotros?​
  • D: Nos quedamos a pasar el resto de semana y el fin de semana aquí, en Marbella​
  • C: Ah, genial​


Nos quedamos todos callados hasta que Paco dijo:​

  • P: Me alegra haberte visto, Diego, nosotros vamos a ir buscando un taxi​
  • D: Bien, Paco​


Se dieron la mano. Carlos se quedó mirando sin saber que hacer. Diego lo saludó con la mano y luego me miró mientras Paco y Carlos salían fuera. Me dijo:​

  • Esta noche te voy a llevar a un restaurante que está muy bien​
  • ¿Conoces esto?​
  • Sí, un poco, tengo una casa en Marbella​
  • Ah​
  • Nos quedaremos allí​
  • Bien, bien​
  • Paso a recogerte sobre las… Nueve de la noche​
  • ¿Tan tarde?​
  • Sí, tengo el día súper liado, no voy a poder terminar antes​
  • Vale, bien, así me da tiempo a comprarme algo bonito, que solo traigo ropa de trabajo​
  • Estás preciosa, como siempre​
  • Gracias, tonto​


Y nos dimos un buen beso con lengua. Luego salí fuera buscando a Paco y luego entramos en el taxi. Estuve pensando en la actitud de Diego y me estaba cabreando cada vez más. Cuando llegamos a la empresa nos bajamos mientras Paco pagaba. Al salir dijo:​

  • Carlos, ve subiendo​
  • Mmmm vale​


Paco me miró y dijo:​

  • Cris, no luches batallas perdidas​
  • Pero no ves que es tirar el dinero​
  • Su dinero​
  • Sí, y nosotros estamos para asesorarle y…​
  • Cris, Diego es rico y tiene este capricho, no lo vas a convencer​
  • Pero…​
  • Cris, en serio, deja el tema​
  • ¿Le dejo tirar 100 millones?​
  • Sí​
  • Es que ni la quiere dirigir, joder, es que no lo entiendo​


Paco me miró unos segundos y dijo:​

  • ¿Ya no quieres dirigirla tú?​
  • No, es una mierda, no creo que merezca el esfuerzo y no me creo que tengan tan avanzado ese proyecto​
  • Diego no es tonto, sabía de ese proyecto y va a invertir 100 millones, por muy amigas que sean, son 100 millones, algo ha visto​
  • Eso es lo que yo te dije y…​
  • Y ahora lo tengo claro​


Ahora la que lo miró mientras pensaba era yo. Le dije:​

  • ¿Crees que puede ser un bombazo?​
  • Puede ser​


Me quedé pensando… ¿Y si era real el proyecto?. Le dije:​

  • Yo sabría llevar a la cima a esa empresa​
  • Seguro​
  • Pero él no quiere cambiar las cosas en esa empresa​
  • Cris, eres su prometida, seguro que sabes como convencerlo poco a poco ¿no?​
  • Pero no has visto que no quiere…​
  • De esa forma no, preciosa, habla con él, escúchalo, interésate, no discutas con él, solo ve poco a poco metiéndole esa idea en la cabeza… joe, que tú sabes persuadir muy bien​
  • No sabes lo cabezón que puede llegar a ser​
  • ¿Y tú no puedes llegar a ser muy persuasiva?​


Le sonreí. En eso tenía razón. Paco dijo:​

  • Hazme caso, poco a poco, con paciencia y al final te la dará​
  • Mmmm​
  • Empieza convenciéndole de darte a ti el control de ese 49%, que Anatim te reporte a ti, y si lo ves interesante, entonces vas a por ella​
  • Ya​
  • No vayas directamente, deja pasar unos meses, observa y analiza a ver si merecen la pena de verdad ¿no?​
  • Vale, lo pensaré​
  • Bien​
  • Gracias, Paco, a veces salto y…​
  • Nada, cariño​


Nos miramos sonriendo. Entonces dijo:​

  • Me lo he pasado muy bien estas tres noches contigo​
  • Yo también, Paco, yo también, pero un poco más y nos pilla​
  • No, mujer​
  • Sí, si el polvo mañanero llega a ser como el de anoche, nos pilla follando​
  • Jajaja​
  • No te rías, tonto, que me he asustado, menos mal que ha sido uno rapidito​
  • Anda, vamos dentro, y pórtate bien, ahora tenemos que ir en otro plan​
  • Ya​
  • Tenemos que enterarnos de sus planes, no seas borde​
  • Nunca soy borde​
  • Jajaja​
  • Idiota​


Le empujé flojito mientras reíamos y entrábamos en el portal de la empresa.



CARLOS

Cuando llegué a la oficina, busqué a Nati. La saludé con un par de besos y le dije:​

  • ¿Te puedo invitar a un café?​
  • Claro​


Fuimos a por el café y luego salimos fuera. Le dije:​

  • Nati, lo de anoche fue fabuloso​
  • Sí, nos lo pasamos bien​
  • Yo más que bien​
  • Yo también, tonto​


Dijo sonriendo. Había sido una noche increíble, Nati era puro sexo y muy divertida. Me había sorprendido mucho. Tras un segundo polvo bestial, me había ido al hotel a regañadientes porque ella me invitó a quedarme a dormir pero yo no podía, tenía que volver para al día siguiente levantarme temprano, ducharme, vestirme… Le dije:​

  • Hoy ha pasado una cosa extraña​
  • ¿El qué?​
  • ¿Te acuerdas lo que te conté anoche del novio de Cristina?​
  • Sí, claro, Diego​
  • Está aquí​
  • Ya​
  • ¿Lo sabes?​
  • Sí, me he enterado esta mañana​
  • Ah, pues lo he visto antes​
  • Ajá​
  • Y se ha puesto a dar órdenes como si fuera el dueño de la empresa​
  • ¿Sí?​
  • Sí, incluso a Paco, y me ha extrañado lo solícitos que han estado tanto Paco como Cristina con él​
  • Ajá​
  • Y nos ha dicho a Paco y a mí que nos volvamos a Madrid hoy mismo​


Nati me miró de una forma que no supe descifrar. Le dije:​

  • Me jode irme, quería volver a salir contigo y…​
  • Y follarme de nuevo​
  • Bueno, sí​
  • No hubiera estado mal pero estaba claro que te ibas esta semana​
  • Ya, pero…​


Nos quedamos callados, tomando el café. Me armé de valor y le dije:​

  • Si algún día quieres ir a Madrid, podríamos quedar y…​
  • Cuando voy a Madrid es porque tengo planes​
  • ¿Qué?​


Nati se señaló la zona donde tenía la V tatuada y sonrió. Le dije:​

  • Ah, entiendo, tu amiga…​
  • Sí​
  • Ya​
  • Pero puedes venir tú aquí algún finde si quieres​
  • ¿Sí? Me gustaría​
  • No hay problema, tienes cama y sexo asegurados jajaja​


Y me dio un beso pasando su lengua por mis labios, luego rio y dijo que tenía que volver a su mesa. La observé alejarse, Nati me ponía muchísimo y maldije mi mala suerte por tener que irme.



CRISTINA

Salí de Anatim enfadada. Las reuniones habían sido extrañas. Lo primero es que no estaba Ana, el peso lo había llevado la embarazada que no tenía ni puta idea de nada y estaba todo el rato nerviosa y sin saber que decir. Les había pedido su plan de trabajo y me habían pasado uno que no parecía una locura, más bien al contrario, parecía bastante correcto y que consistía en montar un nuevo equipo de trabajo para el proyecto de 50 personas más, ordenadores, servidores, servicios, un local nuevo… unos 50 millones de euros.



Lo revisé a solas con Paco y no estaba hinchado, estaba muy claro en qué gastarían cada euro y todo era razonable. Paco me dijo:​

  • Pues haz la oferta​
  • Pero esto no vale 50 millones​
  • No, Diego dijo que si no llegaba a 100, la oferta era de 100​
  • Pero ¿En serio? ¿100 millones por esta mierda de empresa?​
  • Cris, lo ha dejado muy claro​
  • Pero…​
  • Pero nada, él manda​
  • Y nosotros aconsejamos​


Discutí un rato con Paco y al final quedamos en no presentar nada directamente. Llamamos a los tres socios que seguían allí y le dijimos que lo teníamos que revisar con tranquilidad pero que nos parecía razonable. Entonces, la embarazada, empezó a poner condiciones que eran una locura. Lo que querían prácticamente es que le regaláramos el dinero y que no tuviéramos ningún control ni información ni nada. Eso me cabreó de verdad y estuve a punto de mandarlos a la mierda pero Paco intervino apaciguador. Me llevé las condiciones y nos fuimos. Lo pensaba hablar con Diego muy seriamente.



Paco y yo almorzamos solos, a Carlos lo mandamos para la estación a comer por allí y esperar a Paco. En el almuerzo seguí discutiendo con Paco porque no entendía que no me apoyara más y le siguiera el juego a Diego. Al final nos despedimos sin ponernos de acuerdo pero bien, con Paco no me podía enfadar.



Luego, me fui de compras, tenía que comprarme un vestido para la noche, no me había traído nada sexi para Diego. Cuando Diego pasó a recogerme, me dijo que bajara las maletas, que dejaba el hotel así que tardé un poco en recoger todo pero cuando bajé, lo vi esperándome en el hall del hotel y su mirada me confirmó que había acertado con el vestido que era negro con un buen escote, la espalda al aire, de falda larga y ajustada pero abierta por la pierna izquierda. Me había comprado una ropa interior muy sexi, medias y unos tacones preciosos.



Me puse el abrigo para salir. Nos guardaron las maletas en el maletero del coche que Diego tenía de alquiler, un Audi muy elegante. Me llevó a un buen restaurante donde pedimos vino. Empezamos a hablar de esto y aquello hasta que saqué el tema de la compra. Ahí me equivoqué porque en vez de tener una cena romántica en pareja, la transformé en una discusión de trabajo, pero no lo pude evitar, estaba enfadada por el dinero y por las condiciones. Diego se puso a leer el presupuesto de 50 millones y luego las condiciones mientras nos traían los platos. Cuando acabó, dijo:​

  • Bien, acepta todo y preséntales una oferta por 120 millones​
  • ¿Qué? Pero ¿Estás loco?​
  • Se les ha olvidado meter la campaña de publicidad y marketing​
  • Pero… Diego, es una locura, no valen eso y esas condiciones son…​
  • Acéptalas, mañana se lo mandas​
  • Pero…​
  • Cris, hazme caso, por favor​


Pero no, no podía. Nos liamos en una discusión, Diego tranquilo pero yo no. Al final, conseguí que metiera una condición, una reunión trimestral para contar avances, pero él insistió que pusiera claramente que era una reunión informativa, no de control. También conseguí una pequeña victoria, que me pusiera a mí como controladora de ese 49% aunque me insistió de nuevo que dejara claro que nada de control, solo informativo.



La discusión duró casi toda la cena y cuando nos metimos en el coche, yo seguía enfurruñada, no entendía nada. Diego condujo mientras yo miraba por la ventana, intentando tranquilizarme. Al rato, me di cuenta del silencio cuando frenó para entrar en una zona de pago de la autopista. Giré mi cabeza y lo vi mirándome la pierna. Como el vestido estaba abierto por la parte izquierda, tenía la pierna al aire, solo cubierta por la media de encaje. La mirada de Diego era de deseo pero la retiró rápidamente al ver que yo lo miraba. Entonces me di cuenta del error que había cometido en la cena. Llevaba días sin verlo y en vez de tener una buena cena con él, me había ofuscado con la compra de esa empresa de mierda. Inspiré profundamente y sonreí mientras le decía:​

  • ¿Te gusta?​
  • ¿Qué?​
  • Mi vestido​
  • Claro​
  • Me queda bien ¿no?​
  • Estás preciosa​


Entonces le tocó pagar y luego arrancó. Vi una salida a una zona de descanso y le dije:​

  • Para ahí un momento​
  • ¿Por?​
  • Estoy un poco mareada​
  • Ah​


Diego se metió en la zona de descanso. Era ya noche cerrada y no se veía a nadie. Me desabroché el cinturón y me acerqué a él y le di un buen morreo. Entonces bajé mis manos hacia su paquete, lo tenía duro. Le desabroché el cinturón y él dijo:​

  • Pero ¿No estás enfadada y mareada?​
  • No, nene, estoy cachonda​
  • Pero…​
  • Chiiisssttt​


Le saqué la polla y le volví a besar mientras lo masturbaba lentamente. Luego, me agaché y me la metí en la boca. Comencé una mamada lenta. Luego, paré y le dije:​

  • Mmmmm la echaba de menos​
  • Estamos cerca de la casa, vamos y…​
  • No, me he quedado con hambre​


Me encantaba la polla de Diego. No era tan gruesa como la de Paco pero era una maravilla, y Diego follaba de diez. Me planteé si follármelo allí o no, ganas tenía pero después de mi cabezonería durante la cena, se merecía un regalito, así que aumenté el ritmo de la mamada, pero Diego era de los que aguantaban mucho así que le dije:​

  • Córrete, nene, quiero tu leche​


Seguí con la mamada hasta que Diego comenzó a correrse. Paré intentando aguantar sus sacudidas sin atragantarme porque echaba mucha leche. Tragué lo que pude aunque mucho se derramó por su polla, era imposible tragarse tanto. Seguí un poco más con la mamada y luego lo miré sonriente:​

  • Mmmmm, rico jajaja​


Él se rio y nos besamos. Luego, nos recompusimos y arrancó. Durante el trayecto, charlamos y me acarició la pierna, el ambiente ya era otro, más relajado y tranquilo. Al rato se paró delante de una puerta que abrió con un mando y metió el coche. Tras aparcarlo, salimos del coche y él cogió las maletas.



Era un chalet amplio y moderno. Le pregunté:​

  • ¿Cómo es que no hemos venido aquí antes?​
  • Es que lo tengo para invitar a compañeros y clientes americanos​
  • Ah​
  • Se la dejo durante el verano, yo vengo muy poco​
  • Pues está muy bien​
  • Sí​


La casa estaba muy, pero que muy bien. Tenía un jardín amplio con su enorme piscina. Entramos en la casa y lo mismo, amplia, bien decorada. Mientras él llevaba las maletas al dormitorio, paseé por las habitaciones. Miré por una cristalera y vi una piscina interior. Entonces llegó Diego y le pregunté:​

  • ¿Está climatizada?​
  • Sí, pero no está conectada​
  • Que lástima​
  • Ahora la activo, es que lleva meses sin que venga nadie, solo los que la cuidan y limpian​
  • Ya​


Diego puso la calefacción, se notaba que en la casa no vivía nadie y estaba fría. Seguí paseando mientras inspeccionaba el gran salón. Le dije:​

  • Pon unas copas ¿no?​


Diego fue hacia un mueble y me sirvió una copa. Él se puso agua, casi nunca bebía más que una copa de vino en las comidas como mucho. Me la dio y me quité el abrigo que él cogió y lo dejó en un sofá. Bebí despacio mientras él ponía música tranquila.



Me moví al ritmo de la música, contoneándome sensualmente mientras él me miraba sin perder detalle. Me giré para que viera mi espalda desnuda y mi culo, que el vestido me marcaba muy bien. Terminé la bebida y fui hacia él. Le pasé las manos por los hombros y él me puso sus manos en mis caderas. Bailamos lentamente, mirándonos a los ojos. Me gustaban mucho sus ojos, los tenía realmente bonitos.



Diego era alto y, a pesar de mis tacones, tenía que mirar hacia arriba para sostenerle la mirada. Me pegué a él y sus manos empezaron a recorrer mi espalda. Olía muy bien. Aspiré su aroma y le dije flojito:​

  • Sigo muy cachonda​


Y era totalmente cierto a pesar de que llevaba días follando primero con Juan y luego con Paco, un sexo muy bueno, pero Diego me ponía muchísimo. Diego bajó su cabeza y me besó. Rápidamente aquello degeneró en un morreo en condiciones, con sus manos agarrándome el culo y yo desabrochándole la camisa sin dejar de besarlo.



Me desabrochó el vestido por el cuello, dejándome los pechos al aire ya que no llevaba sujetador. Me los agarró y los besó y chupó mientras me llevaba contra la cristalera que daba a la piscina climatizada. Le dejé hacer mientras no podía parar de gemir. Luego, tiró del vestido hacia abajo y me dejó solo con el tanga, las medias y los tacones. Se alejó unos pasos de mí para mirarme y sonreí, sabía que le encantaba verme así. Tras unos segundos, no aguantó más y se volvió a abalanzar sobre mí, besándonos apasionadamente.



Luego, me giré y le di la espalda, y le dije:​

  • Fóllame, cariño​


Escuché como se desabrochaba y bajaba los pantalones, y al poco como echaba a un lado mi tanga y me la metía en mi coño totalmente mojado. Me folló rápido, cogiéndome por las caderas, mientras yo gemía sin parar contra la cristalera. Saqué un poco mi culo y me incliné para sentirlo más y no tardé en correrme, gritando y derrumbándome en el suelo.



Tomando resuello, lo miré desde el suelo. Diego se quitó toda la ropa y lo admiré, tenía un cuerpo cuidado, atlético, y una buena polla, dura y bonita. Me levantó y me llevó en brazos hasta el dormitorio. Allí me dejó en la cama y me besó por todo el cuerpo. Luego, me comió el coño hasta provocarme un nuevo orgasmo. Follamos durante un buen rato hasta que quiso terminar, Diego tenía un auto control admirable y, por ello, siempre me dejaba muerta.



Me dormí casi de inmediato.



DIEGO

Escuchaba la respiración de Cristina, profundamente dormida tras el sexo. Me levanté y bajé al despacho. Cuando llegamos a la casa había visto una notificación en el móvil y no podía dejarlo pasar. Abrí el portátil, me identifiqué y abrí el chat. Vi que ponía:​

  • Hola D​


Respondí:​

  • Hola Ana​


Al poco, vi como escribía. Miré la hora, más de las doce de la noche. Ana puso:​

  • Pensaba que hoy no te conectabas​
  • Lo siento, estaba ocupado​
  • Ya​
  • ¿Qué tal la venta?​
  • Pufff, fatal​
  • ¿Y eso?​
  • Hoy me he enterado que nos quiere comprar un ex novio mío​
  • ¿Y?​
  • No quiero ni verlo​
  • Vaya​
  • Me hizo mucho daño y…​


Pensé en preguntarte si me odiaba o no, pero tampoco me quería aprovechar de mi engaño. No dije nada hasta que ella comentó:​

  • Me dejó muy mal durante años​
  • Ah​
  • Fue… bueno, fue algo especial mi relación con él pero eso ya es agua pasada​


No escribí nada. Sabía que lo había pasado muy mal, me lo había dicho muchas veces María, pero a la vez, me alegré al ver que aún recordaba nuestra relación como algo especial. Al cabo de unos segundos escribió:​

  • Eso es pasado, ya no importa, ahora los dos tenemos nuestras vidas, nuestras parejas​
  • Ya​
  • Pero no sé por qué ha tenido que aparecer ahora, en este momento, no puedo con esto​
  • No te entiendo, Ana​
  • Lo siento, no sé por qué te cuento esto… creo que me estoy desahogando​
  • Ya​
  • Ha sido un mal día​
  • Entonces ¿No va a comprar?​
  • Él quiere, y no sé por qué, pero soy yo la que ahora no quiere vender, a él no​
  • No te entiendo​
  • No lo quiero en mi vida, ni siquiera en la profesional​
  • Ah​
  • Las chicas dicen que él solo quiere ayudar sin interferir, pero no sé​
  • ¿No te fías de él?​
  • Diego es buen chico, o lo era, o lo fue hasta que un día decidió darme la patada jeje​
  • Ah​
  • No sé como será ahora, aquello fue hace diez años​
  • Ajá​
  • María insiste en que le pongamos cláusulas a la venta, que nosotras pongamos las condiciones, pero no sé​
  • Ya, pero si no compra él ¿Quién?​
  • No lo sé​
  • Necesitas el dinero para tu proyecto ¿no?​
  • Claro, es imposible sin esa inyección de dinero​
  • ¿Entonces?​
  • No lo sé, D, no lo sé​


Nos callamos. Entonces ella preguntó:​

  • ¿Qué crees que debo hacer?​
  • No lo sé, Ana​
  • ¿Me arriesgo otra vez con él?​


Lo pensé durante casi un minuto. Quería decirle que sí, que se fiara, que no iba con malas intenciones, que solo quería hacerla feliz una vez, solo era eso, pero no quería interferir en ella. Además, era cierto que ambos teníamos ya nuestras vidas, yo me iba a casar en unos meses, y ella, según María, estaba a punto de formar una familia. Al final escribí:​

  • No te puedo aconsejar en esto, Ana​
  • Ya​
  • Solo te puedo decir que con lo inteligente que eres, la decisión que tomes estará bien tomada​
  • Pufff, eso no ayuda​
  • Lo siento, pero sé que es la verdad​
  • No sé qué hacer, D​
  • Pídele todo lo que necesites para quedarte tranquila​
  • ¿A quién? ¿A Diego?​
  • Sí, cualquier cláusula que pienses… si no te lo da, pues lo mandas a la mierda… si te lo da, te lo piensas​
  • Mmmm​
  • ¿No te vale?​
  • María le ha propuesto muchas cláusulas que no le dejaría controlar nada en la empresa​
  • ¿Y qué ha dicho?​
  • No lo sé, pero tienes razón, si dice que no, lo mando a la mierda​
  • ¿Y si dice sí?​
  • Lo hablaré con las chicas y Antón, quizás les diga que dejo la empresa​
  • No, Ana, tú eres el alma​
  • No, no lo soy, lo somos los cinco​
  • No, tú lo eres, no lo dejes, o aceptas o no, nada de dejarla, has echado muchos años ahí, mucho esfuerzo​
  • Sí​


Eso sería lo peor, me hundiría en la miseria si todo esto provocaba que Ana dejara su empresa. Entonces ella dijo:​

  • No sé, a ver que decidimos entre todos​
  • Eso, habla con tus socios​
  • Y contigo, esto es una decisión de los cinco​
  • Yo no soy socio​
  • Porque eres un cabezón, pero para mí sí lo eres y debes participar en la decisión​


Nos callamos. Entonces dijo:​

  • Bueno, dejemos este tema que me tiene deprimida​
  • Vale​
  • He estado revisando lo que me dijiste​
  • ¿Y?​
  • Funciona muy bien, pero he hecho unos cambios ¿Los revisamos juntos?​
  • Vale​


Y nos pusimos a revisarlo. Como siempre, Ana no se contentaba con aceptar una mejora, la revisaba y la mejoraba a su vez, era increíble, y por eso me gustaba tanto estos ratitos por la noche. Cuando me despedí de ella eran cerca de las cuatro de la noche.



Me quedé pensando mirando a la pantalla apagada del portátil. Llevaba engañando a Ana durante años con lo de Dimitri. No lo había hecho queriendo. Todo empezó con una conversación con María donde me comentó las dificultades por las que estaban pasando en su proyecto. María era mi único contacto con mis antiguas amigas, y no me contó detalles, solo que no conseguían mejorar el rendimiento y estaban pensando en dejarlo aparcado. Me entró curiosidad y entré en sus servidores hackeándolos, sin decirle nada a María. El problema fue que María me descubrió y se lo contó a las demás.



Como mi intención era solo curiosear y no quería asustarlas, intenté ayudarlas y tranquilizarlas, y sin saber muy bien como, al final me encontré totalmente involucrado con ellas. El problema vino cuando Ana quiso verme. Entonces tuve que recurrir a un programa de animación de una de mis empresas y me monté un deep fake de un ruso junto con un modificador de voz. Ana se quedó contenta y seguí ayudándolas en todo lo que pude, sin interferir en nada, pero poco a poco, Ana había ido cogiendo confianza con Dimitri y yo intentaba cortarla siempre que quería profundizar en esa confianza, no quería engañarla más ni aprovecharme de esa confianza así que intentaba que solo fuera en la parte profesional, pero Ana saltaba a veces con cosas como las de ese día, pidiéndome consejo.



Suspiré al recordar la conversación. Podría haberla convencido de que aceptara la oferta pero entonces estaría interfiriendo y eso no lo quería hacer, quería que Ana tomara sus decisiones sin mi participación porque si algún día se llegará a enterar de algo, quería decirle que solo intentaba ayudarla técnicamente, y por eso me hacía pasar por un informático insociable, y cada vez que ella quería algo fuera del ámbito técnico, me hacía el insociable para cortarlo rápido. A pesar de eso, no podía evitar que me gustara hablar con ella, y sabía que poco a poco iba rompiendo mi regla de no involucrarme.



Me levanté y fui al dormitorio. Cristina dormía. La miré. Estaba desnuda y de lado. Recorrí con mis ojos sus piernas, su culo, sus pechos… Era una chica excepcional, me tenía loco, la quería y me gustaba mucho estar con ella. No solo era guapa sino que era muy inteligente y con mucha iniciativa. No estaba conmigo por mi dinero, eso seguro porque cuando nos conocimos ella no sabía nada de mí. Recordé cuando nos conocimos hacía cuatro años en un parque en San Francisco. La veía corriendo casi a diario y llamaba la atención, una morena guapa, con una figura genial, y era inevitable no fijarse en ella. La llevaba viendo varios días cuando un día vi como se paraba y cojeaba hasta un banco. Al pasar a su lado la escuché quejarse en español y eso me llamó aún más la atención porque era español de España. Me paré y le pregunté. Tenía un tirón. La ayudé y desde ese día, nos saludábamos y, poco a poco, empezamos a hablar.



Me enteré que ella estaba allí por trabajo durante unos meses y luego se volvía a Madrid. Me preguntó que hacía yo y le dije que me dedicaba a la informática. Ella me llamó friki pero con buen humor. Salimos unas cuantas veces para enseñarle varios sitios por los alrededores durante los fines de semana. Más tarde, salimos a cenar, y al final, acabamos en la cama.



Tras romper con Ana había estado una temporada larga sin relaciones. Luego, cuando empecé a trabajar, tampoco tenía tiempo. Fue cuando empecé a ganar dinero que muchas mujeres se interesaron por mí. Me acosté con algunas pero rápidamente las dejaba porque se notaba lo que buscaban de mí. Con Cristina fue diferente, ella no me conocía, no sabía nada de mí y nos acostamos por atracción. Fueron tres semanas maravillosas hasta que ella volvió a España.



Antes de irse, le pedí llamarla cuando yo fuera a Madrid y ella accedió. No tardé mucho en ir a verla. Luego, en una de esas visitas, nos pilló la pandemia y me quedé en su casa. Ahí afianzamos nuestra relación porque estuve tres meses en su casa. Tuvimos mucho sexo, pero también comprobamos que estábamos muy bien los dos juntos, y de ahí a comprometernos fue cosa de meses.



Me acosté a su lado y puse mi mano sobre su cadera. Ella, al sentirme, me cogió la mano y tiró de mí para que me pegara, pero sin despertarse. Me gustaba mucho Cristina, además de guapa y atractiva, me gustaba mucho lo inteligente, fuerte y decidida que era, y que tenía su carácter, no se callaba cuando algo no le gustaba, aunque también era muy cariñosa. Y en el sexo era buenísima, siempre con ganas y dispuesta, y muy activa.



Me parecía increíble haber encontrado a alguien así después de perder a Ana… aunque Ana era Ana, nadie era igual a ella, eso lo tenía claro.​
 
53



ANA

Alcé la mirada de mis papeles cuando escuché el taconeo rápido. Vi a Cristina dirigirse hacia mí. La examiné más detenidamente. Aunque Cristina era muy guapa y atractiva, nunca hubiera pensado que Diego se fuera a emparejar con alguien así, tan borde, engreída e insoportable. Pensé “Se ve que donde haya dos tetas…” pero luego me di cuenta que estaba siendo injusta, Cristina, además de ser muy atractiva, era una mujer fuerte e inteligente, y eso siempre le había gustado a Diego. Me levanté y, tras saludarla, le dije de ir al despacho. Avisé a Nati, María y Antón.



Esa mañana, a primera hora, había mantenido una reunión larga con todos los socios. Había sido una reunión dura, con mucho debate y sorpresas. Dimitri me había dicho por la noche, antes de cortar, que él me apoyaba en cualquier decisión que yo tomara siempre que no fuera dejar la empresa, y eso me gustó mucho, esa confianza de él en mí, pero lo que no me esperaba era la confesión de María.



Hablamos de las cláusulas y del dinero que les habíamos pedido. Nos parecía una locura de dinero pero bueno, era un punto de partida para negociar. Antón era el que más discutía, no entendía nada y para él, estábamos intentando sabotear la venta. Era normal, no conocía nuestro pasado. Pero lo peor fue cuando María dijo:​

  • M: Os… os tengo que contar una cosa​
  • A: ¿Ahora qué pasa?​
  • M: Yo… no os va a gustar, a ti no te va a gustar, Ana​


La miré seria, no me gustaba nada su tono. No dijimos nada hasta que María dijo:​

  • M: Lo de Diego, su oferta…​
  • A: Coño, María, suéltalo de una puta vez​
  • M: Se lo conté yo​
  • A: ¿Cómo?​
  • M: Le conté nuestro plan de buscar un socio y él se ofreció​


Me quedé mirándola fijamente, sin poder creérmelo. Nati dijo:​

  • N: Tía ¿Lo llamaste?​
  • M: Mmmmm, no exactamente​
  • N: ¿Entonces?​
  • M: Diego y yo hablamos regularmente​
  • A y N: ¿Qué??? ¿Desde cuándo? ¿Cómo?​


La asaltamos a preguntas rápidas, incrédulas ante lo que oíamos. María continuó:​

  • M: Sí, bueno, poca cosa pero sí…​
  • N: ¿Y no me lo has contado?​
  • M: No porque se lo hubieras contado de inmediato a Ana y ella…​
  • A: ¿Yo qué?​
  • M: Me hubieras mandado a la mierda​
  • A: Claro que te hubiera mandado a la mierda, joder​
  • M: También es mi amigo, Ana​
  • A: Es un traidor​
  • M: Sí, te dejó tirada, pero también a nosotras, a Nati y a mí también nos dolió mucho​
  • A: ¿Y vas y te pones a hablar con él?​
  • M: No fue… no lo busqué​
  • A: ¿Él te buscó?​
  • M: Tampoco​
  • A: Joder, déjate de misterios y habla claro de una vez​
  • M: ¿Os acordáis hace como 5 o 6 años cuando intentábamos vender el software para farmacias y nadie nos hacía caso?​
  • A: Claro​


Fue nuestro primer producto y aún lo teníamos y nos daba ingresos periódicos que nos permitían sobrevivir. María siguió:​

  • M: Fuimos a aquel evento en Madrid a darnos a conocer​
  • A: Sí​
  • M: Nos iba fatal, nadie se acercaba​
  • N: Ya te digo, que desastre​
  • M: Me fui a dar una vuelta. Vi que había conferencias, y vi su nombre. Me metí. Fue súper interesante y sorprendente porque Diego hablaba con un aplomo y seguridad…​
  • A: Siempre lo hacía cuando hablaba de lo que le gustaba​
  • M: Ya, pero había allí 200 personas o así, y todo el mundo callado, escuchándolo… cuando terminó, me acerqué. Se le cambió la cara al reconocerme, me sonrió con total alegría, pero se quedó parado, ya sabéis como era. Al principio fue incómodo. Le conté que hacíamos allí, que nos iba mal… bueno, incluso le invité a venir al stand pero se acojonó. Me preguntó por ti, Ana​


La miré sin decir nada. María continuó:​

  • M: En fin, hablamos durante un buen rato. Me contó que había estudiado en el MIT, que tenía una empresa, que le iba bien… Me despedí de él sin conseguir que viniera al stand, te tenía miedo, Ana​
  • A: Me lo llegas a llevar y te mato​
  • M: Os habría venido bien hablar​
  • A: No quiero hablar con él, ya hablamos todo lo que se tenía que hablar, me dejó por una puta carrera en el MIT, pues bien, genial​
  • M: Ese día estuvimos a punto de recoger e irnos ¿Os acordáis?​
  • N: Claro​
  • M: Al final nos quedamos porque habíamos pagado, aunque ya no teníamos ninguna esperanza, pero al día siguiente todo cambió, empezó a llegar gente e hicimos demostraciones, planificamos reuniones… de allí salieron nuestros primeros clientes​
  • A: Sí​
  • M: Esa gente llegó por Diego​


Eso me dolió. Le dije:​

  • A: ¿Qué quieres decir?​
  • M: Diego nunca me lo dijo pero estoy segura, él se encargó de hablar con gente porque los que vinieron a vernos estaban allí en la conferencia con él​
  • A: ¿Quieres decir que encima tenemos que agradecerle que nos salvara?​
  • M: Sí, Ana, nos ayudó en un mal momento, y a mí me pareció un detallazo por su parte, y más porque nunca lo ha usado para intentar que lo perdonemos ni nada, lo hizo por su cuenta y sin anotarse el tanto. Y ahora, con este tema de la financiación he sido yo la que le ha contado todo porque es otro momento clave para nosotros​


Me levanté nerviosa y enfadada. Le dije:​

  • A: Yo no quería su ayuda ni la quiero ahora​
  • M: Lo sé, por eso él y yo no lo queríamos contar​
  • A: Estoy a punto de mandarte a la mierda, María​
  • M: Lo sé, pero piensa, Diego quiere que nos vaya bien y no quiere llevarse méritos, solo apoyarnos y…​
  • A: No sé que coño quiere, pero ha aparecido y…​
  • M: Ha aparecido porque te ibas a enterar por Nati que lo descubrió, si no es por eso, ni te hubieras enterado que estaba tras la compra​
  • A: Joder​
  • M: Ana, que solo quiere apoyarnos, no quiere ni quedarse con la empresa, ni controlarnos ni llevarse el mérito ni nada… es como un préstamo, solo eso, sin casi condiciones​
  • A: Ya vendrán​
  • M: No, Ana… lo de las cláusulas es idea de él, para que estés segura​
  • A: ¿Segura?​
  • M: Él dice que esto es cosa nuestra, que lo que pase con la empresa será por nuestras decisiones, él no interferirá en nada y por eso quiere que tú lo tengas claro, que pongas todas las condiciones que quieras​
  • A: Pero se lo tendremos que agradecer, nos salva el culo por segunda vez ¿no?​
  • M: Ana, por favor, olvida el pasado, ni lo vas a ver​
  • A: No tiene ni cojones de venir a contarme esto​
  • M: Le he dicho que mejor que no venga, ninguno de los dos queremos que te sientas mal​
  • A: ¿Y cómo crees que me siento ahora?​
  • M: Vale, sí, te sientes mal, lo sé, pero… ¿Quieres que lo llame y le diga que venga?​
  • A: No, no lo quiero ver​
  • M: Pues eso, todo se hará por intermediarios, nunca más volverás a saber de él si no quieres​


Seguimos discutiendo durante un buen rato. Al final, entre María y Antón me convencieron de seguir adelante. Nati casi no intervino, visiblemente enfadada con María.



Entré en el despacho con Cristina y esperamos a los demás. Ahora tocaba saber si de verdad era tal como había contado María o no. Esperamos a que Cristina sacara sus papeles y su portátil y empezara a hablar:​

  • C: Bien, hemos revisado el presupuesto y las condiciones y…​


Mostró en su pantalla el presupuesto y empezó a hacer preguntas y a recortar. Al final, tras un tira y afloja de cerca de una hora, el presupuesto se quedó en 40 millones que era bastante más de lo que esperábamos ya que los 50 millones eran lo idílico. Luego, comenzó con las cláusulas pero ahí nos mantuvimos firmes y, al final, Cristina solo consiguió algunos ajustes menores. Lo que sí consiguió fue imponer una cosa cuando dijo:​

  • C: Queremos que nos mantengáis informados de los avances o problemas​
  • A: No, la cláusula 11 lo deja claro, ningún control ni interferencia por vuestra parte​
  • C: Sí, eso queda claro pero, Ana, os vamos a dar 40 millones ¿Y ni nos vais a informar periódicamente?​
  • A: No tenemos por qué…​
  • C: Que no os estamos exigiendo controlaros, estamos pidiendo información, que menos ¿no?​


Entonces miré a los demás. La verdad es que era lógico, lo que no era lógico eran nuestras cláusulas, eso lo sabía. Discutimos un poco más pero al final pusimos que sí, que habría informes mensuales y una reunión informativa con ella cada tres meses. Eso lo quise dejar claramente escrito, con ella o en quien delegara, no con Diego.



A las tres de la tarde, tras casi cuatro horas de dura negociación, ya teníamos un acuerdo. 40 millones por el 49% de nuestra empresa, cinco socios pero todos con un voto, y sin posibilidad de interferir más allá de dar su voto cuando hiciera falta.



Nos despedimos de Cristina y dijimos de ir a comer pero ella no quiso y se fue por su cuenta diciéndonos que haríamos la firma formal en unos días tras la revisión de su departamento legal pero que eso solo era un trámite. Nosotros cuatro sí salimos a celebrarlo aunque a mí me seguía doliendo que Diego volviera a participar en algo de mi vida, pero tenía que confesar que había sido muy complaciente en todo y, quitando mi enfado con él, se había portado genial aunque me costara reconocerlo.



CRISTINA

Volví a la casa de Marbella contenta tras cerrar el trato con ese gran ahorro de dinero y consiguiendo lo que me proponía. Comí algo rápido por el camino y al llegar, busqué a Diego que estaba en su despacho en una video conferencia. Lo saludé desde la puerta y luego me fui a la piscina. Comprobé la temperatura y me quité la ropa para luego zambullirme desnuda. Nadé un buen rato, necesitaba hacer deporte ya que llevaba unos días sin salir a correr ni nada.



Diego apareció cuando ya llevaba bastantes largos y me dijo:​

  • ¿Qué tal ha ido?​
  • Bien​
  • Has aceptado todas las cláusulas ¿no?​
  • Sí, Diego, son abusivas pero sí, las he aceptado​
  • Bien​
  • Solo queda que lo repasen los abogados y…​
  • No, lo repaso yo y lo firmo​
  • Pero Diego, estas cosas siempre deben…​
  • En este caso, da igual​


Noté que me empezaba a enfadar. Me metí bajo el agua y conté hasta diez. Luego, salí y le sonreí diciendo:​

  • Anda, métete, está muy buena​
  • Es que ahora tengo otra reunión​
  • Jo, Diego, un bañito, anda​
  • Luego​
  • Pues agáchate y dame un beso​


Diego se agachó y entonces tiré de él y lo metí en el agua, con la ropa puesta. Cuando emergió, tenía cara de sorpresa y me enganché a él y le di un buen morreo mientras lo rodeaba con mis piernas y mis brazos alrededor de su cuello. Cuando paré, le dije:​

  • ¿A que está muy buena el agua?​
  • Jajaja, estás loca​
  • ¿Loca? Debías decirme que estoy muy buena, que estoy desnuda ¿no?​
  • Jajaja, sin duda​


Entonces fui a quitarle la camiseta y él dijo:​

  • Espera, que de verdad que tengo una reunión​
  • Pues que le den a la reunión, ahora me has calentado y toca otra cosa​
  • Cristi, espera​
  • Si quieres, voy y les digo que has puesto muy cachonda a tu prometida y necesitas un ratito para acabar una cosita​
  • Jajaja​
  • Unos minutitos, con eso te dejo tranquilo y a mi me dejas satisfecha hasta la noche jeje​
  • Jajaja​


Lo desnudé y luego me volví a abrazar a él rodeándolo con mis piernas mientras me metía su polla. Diego me sostuvo por el culo mientras me movía hacia delante y atrás sin parar de besarnos. Luego, me llevó contra la pared de la piscina y, finalmente, lo llevé a los escalones donde él se sentó y yo me puse encima, cabalgándolo hasta que nos corrimos. Un polvo de minutos pero muy satisfactorio.



Al poco, Diego salió de la piscina y cogió una toalla para secarse. Yo me quedé dentro, descansando mientras lo miraba, estaba realmente bueno. Luego, se despidió y se fue al dormitorio para ponerse ropa y volver al despacho.



Me quedé allí un rato más y luego me fui a ducharme. Al salir, Diego me esperaba y dijo:​

  • Acabo de ver el acuerdo​


Estaba serio. Le dije:​

  • ¿Y?​
  • ¿40 millones? Te dije 120​
  • Bueno, eso te he ahorrado, y ellos están de acuerdo​
  • No, Cristina, te dije 120​
  • Pero…​
  • Pero nada, por algo te lo diría ¿no?​
  • Mi responsabilidad es velar por tus inversiones y…​
  • Cristina, no es una inversión, esto no, es una ayuda a unos antiguos compañeros​
  • En los negocios no hay amigos​
  • No es un negocio​


Lo miré sin entenderlo, en serio que no lo entendía ¿Cómo podía dar 120 millones a una gente con esas condiciones? Me dijo:​

  • Toma, lo he redactado de nuevo​


Me pasó un ipad que leí, aún desnuda. Vi que ponía 120 millones y había añadido otra nueva cláusula por la que los socios podían volver a comprar ese 49% en cualquier momento de aquí a diez años al mismo precio y sin intereses. Lo miré incrédula y él dijo:​

  • Ese es el acuerdo, ahora te lo doy firmado y se lo llevas mañana​
  • Pero… pon algo de intereses, la inflación… algo, Diego​
  • No​
  • Y 120 millones, es una locura​
  • Cristina, de esto sé un poco y el desarrollo de algo así no vale solo 40 millones, han sido muy optimistas​
  • Eso es cosa de ellos, es su estimación y…​
  • Les dices que lo has estado pensando y que crees que ese es el dinero que van a necesitar tanto para el desarrollo como para la puesta en marcha, venta… Diles que es cosa tuya​
  • ¿Cosa mía?​
  • Sí, cosa tuya, que con tu experiencia, lo ves así y que yo estoy de acuerdo, que me has convencido​
  • ¿Por qué?​
  • Para que te vean como una amiga, no una enemiga que los quieres fiscalizar​


DIEGO

“Y porque no quiero llevarme ningún mérito” pensé. Cristina me miraba incrédula. Me acerqué a ella, le acaricié la cara y le dije:​

  • Por favor, Cristina, tú hazlo, ya te digo que no son negocios, esto no, y confío en ti para esto​
  • Claro que puedes confiar, pero…​
  • Admiro tu profesionalidad y como quieres siempre ahorrarme dinero y lo bien que lo haces, pero en este caso no ¿Vale?​


Cristina se lo pensó varios segundos y luego sonrió:​

  • Claro, cariño, no sabía que para ti era tan importante​
  • Sí, es como un préstamo sin intereses para esos antiguos amigos, me ayudaron mucho en esa época​
  • Vale, vale, mañana se lo llevo y les digo eso, no te preocupes​
  • Gracias, Cristi​


Nos miramos a los ojos unos segundos y luego dije sonriendo:​

  • Y vístete, que no soy de piedra​
  • Jajaja, pues yo me sé de algo que siempre se pone como una piedra jajaja​


Y fue a meterme mano pero me alejé diciendo:​

  • No seas mala, que tengo mucho trabajo que hacer​
  • Jo​
  • ¿Cenamos fuera?​
  • Claro​
  • Vete pensando donde​
  • ¿A qué hora?​
  • Sobre las diez, aún tengo varias reuniones​
  • Vale​


ANA

Terminé de contarle todo a Jorge que me miraba sin decir nada. Le pregunté:​

  • ¿No dices nada?​
  • No sé, Ana, no me esperaba que Diego apareciera ahora​
  • Ni yo​
  • Y os quiere dar 40 millones, así como si nada​
  • No, nos va a comprar casi la mitad de la empresa​
  • Un nuevo socio​
  • Sí, pero como te he dicho, sin casi mando ni nada, solo… pues eso, lo que te he dicho, María dice que solo quiere ayudarnos, y como es rico…​
  • Rico…​
  • Sí, eso parece​


Lo miré mientras él pensaba. Me acerqué a él y lo besé. Le dije:​

  • No lo vamos a ver nunca, él está con sus negocios de verdad​
  • Ya​
  • ¿No te gusta la venta?​
  • Pues no sé, Ana, Diego te dejó fatal​
  • Lo sé​
  • No quiero que vuelva a…​
  • No lo va a hacer, es cosa del pasado​
  • Ya pero…​
  • Ni lo vamos a ver, además, ¿Crees que voy a volver a sus brazos por ser… rico?​
  • No, claro que no, pero…​
  • Pero nada, que me importa una mierda. Jorge, me importas tú y las chicas, nada más​
  • Ya, ya…​
  • Sé que llevo una temporada alejada y estresada, pero ahora con esto, con este dinero, seguro que ya me puedo relajar y…​
  • ¿Tú relajarte? jajaja​
  • No seas tonto​
  • Pero si vives para el trabajo, Ana​
  • Eso no es cierto, yo…​
  • Ana ¿Desde cuándo no vamos de vacaciones? Siempre tienes algo que hacer en el trabajo​
  • Ya pero ahora eso va a cambiar, seremos más y…​
  • Y tú tendrás que controlarlo todo y más estrés y más…​
  • No, no, delegaré, te lo prometo​
  • ¿Y cuándo vamos a tener niños, Ana?​
  • Yo… pronto, en cuanto todo esté normalizado, no sé​
  • Ana, que te conozco​
  • Que no, de verdad, el año que viene quizás, no sé, no me presiones tú también, que bastante tengo ya encima como para…​
  • Vale, vale, pero en algún momento nos lo tenemos que tomar en serio​
  • Lo sé, cariño​


Lo miré y le dije:​

  • Mira, este finde vamos a desconectar los dos​
  • ¿Cómo?​
  • Vamos a… no sé, vamos a irnos a una casa rural o algo​
  • Este finde tengo guardia​
  • Pues la cambias​
  • No sé si podré con tan poco tiempo​
  • Pues lo vamos viendo, pero les preguntaré a las chicas por un buen sitio, y llamaré y…​
  • Espera, espera, primero tengo que ver mañana si puedo cambiar la guardia o no​
  • Vale, vale, pero yo voy preguntando, me apetece mucho desconectar y estar contigo​
  • Genial, me parece genial, lo vamos viendo​


Y sonreí. Era verdad que necesitaba desconectar y descansar, y un poco de buen sexo a ver si de una vez volvía a disfrutar de verdad.



Esa noche echamos un polvo rápido en la cama. Yo no tenía cuerpo para eso, demasiada tensión durante todo el día y mal cuerpo, pero él tenía ganas así que lo hicimos. En cuanto se durmió, me levanté y fui a hablar con Dimitri para contarle toda la negociación.



DIEGO

Cristina me clavaba sus uñas en la espalda mientras gemía y gritaba en cada una de mis embestidas. Estaba tumbada boca arriba conmigo encima, y tenía cruzadas sus piernas alrededor mía, cercana a un orgasmo. Llevábamos un buen rato follando y ya estábamos extenuados, en el final. Cuando se quedó rígida y luego gritó, me corrí también dentro de ella a la vez que se ponía a temblar. No me soltó hasta pasado casi un minuto. Entonces me tumbé a su lado, muy cansado.



Cristina suspiró satisfecha y luego, me abrazó diciéndome “Te quiero, cariño”. Le dije que yo también y al poco, noté como se quedaba dormida con su cabeza en mi pecho. Dejé pasar unos minutos y luego, con cuidado de no despertarla, me levanté y fui a mi despacho. Metí mi contraseña y vi el mensaje de Ana:​

  • Hola D​


Sonreí y me senté, ansioso por saber de ella. Me estuvo contando toda la negociación y la noté contenta. Esta vez no se quejaba tanto de mí, parecía que estaba satisfecha con como había ido todo. Le dije:​

  • Me alegra que estés contenta​
  • Tampoco es que esté contenta, aún no sé si esto es buena idea o no​
  • ¿Por Diego?​
  • Sí​
  • Pero me has dicho que no va a aparecer por la empresa ni nada ¿no?​
  • Sí, eso parece pero… no sé​
  • No te fías​
  • Sí, sí me fío, Diego siempre fue una persona sincera y generosa, no es eso​
  • ¿Entonces?​
  • Mmmm no me gusta deber nada a nadie, y menos a él​
  • ¿Le vas a deber algo?​
  • Sí, esta venta​
  • Bueno, piensa que cualquier empresa hubiera estado encantada de participar con vosotros​
  • No, siendo sincera, sé que nadie nos hubiera dejado unas condiciones tan favorable ni tanto dinero sin nada de control, eso es por ser Diego​
  • No creo, hay muchas empresas de inversión​
  • No, D, al menos aquí no… si te dan dinero, te controlan a tope, pero Diego… es como si nos lo prestara a fondo perdido, y por eso sé que debería agradecérselo pero… me cuesta​
  • Bah, no te preocupes por eso, tú haz lo que sabes, aprovecha ese dinero y saca tu proyecto adelante, y luego, cuando vengan los beneficios, él será el que te lo agradecerá​
  • Jajajaja​
  • Te lo digo en serio, es muy buena inversión​
  • No sé, D, no sé​
  • Yo lo sé​
  • Gracias pero se arriesga a perder ese dinero​
  • No, no se arriesga, seguro que te conoce y sabe perfectamente que es una buena inversión​
  • Hoy me he enterado de otra cosa​


Y me contó la confesión de María. Terminó diciendo:​

  • Al principio me enfadé con ella pero luego pensé que no soy nadie para prohibir con quien habla o no​
  • Ya​
  • Y bueno, ahí nos salvó el culo Diego, estábamos en la bancarrota y, a partir de ese día, conseguimos buenos clientes y crecimos, fue mucho antes de que tú aparecieras​
  • Lo único que hizo, por lo que cuentas, fue poneros en contacto con gente​
  • ¿Lo único? Eso es mucho​
  • No, como ya os conozco, sé que en esas reuniones lo haríais genial, los convencisteis, eso fue cosa vuestra, no de él​
  • No sé, D, eso pensábamos pero ahora…​
  • Ana ¿Tanto poder le das a Diego como para influenciar en otras empresas que no son ni tecnológicas?​
  • No, claro que no​
  • ¿Crees que convenció a esas farmacias y laboratorios para que os contrataran?​
  • No​
  • ¿Entonces? El mérito sigue siendo vuestro, él solo dio un empujoncito pero sin vuestro buen trabajo eso no hubiera servido de nada ¿Verdad?​
  • Mmmmm​


Se quedó sin escribir nada durante unos segundos y luego dijo:​

  • Gracias D, tienes razón, en esas reuniones los convencimos nosotras, no Diego​
  • Eso mismo​
  • Fue mérito nuestro​
  • Sí​
  • Gracias​
  • ¿Sigues enfadada con María?​
  • No, y mañana hablaré con ella, y con Nati, que sí está enfadada con María, pero saldremos las tres a tomar una cerveza y aclararemos todo, como siempre​
  • Me alegro, nadie debe romper vuestra amistad, ni siquiera un fantasma del pasado​
  • Eso mismo jeje​


Nos volvimos a quedar sin escribir nada. Luego puso:​

  • Hoy no he podido hacer nada en el proyecto, demasiado lío con las negociaciones​
  • Yo tampoco, también he estado liado​
  • Pero me ha gustado mucho hablar contigo, como siempre, y te lo vuelvo a decir, la mitad de mi porcentaje de la empresa es tuyo, cuando tengamos beneficios, te los enviaré​
  • Jajaja​
  • Esto es tanto tuyo como mío​
  • Ana, por favor​
  • Sí, es así​


Al poco nos despedimos. Me quedé mirando la pantalla. Menos mal que parecía que mi torpeza al final no había roto nada entre Ana y las chicas ni Ana con la empresa. Suspiré aliviado y contento por haberla notado tranquila y alegre.



ANA

Me quedé mirando la pantalla. Dimitri, a pesar de ser un asocial, sabía ver las cosas desde otros puntos de vista y tenía razón, Diego nos había ayudado dos veces pero no le debíamos todo, el mérito seguía siendo nuestro aunque algún día, en el futuro, pensaba agradecerle ambas cosas, se había portado bien con nosotras.



Estas conversaciones nocturnas con Dimitri me gustaban cada vez más, ya no solo a nivel tecnológico sino como amigo. Tenía mucha suerte de tener a las chicas y a Dimitri en mi vida.



Cerré el portátil y me acosté. Me sentía muy tranquila y contenta, y me quedé dormida de inmediato.​
 

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