En la sauna

Mi amigo me tomó de un brazo, su primo del otro y me dirigieron, o me llevaron, a uno de esos cuartos.
Me sacaron la toalla, haciéndome ir totalmente expuesto, desnudo, exhibiendo mi erección y mi culo, sobre el cual el primo apoyaba su mano.
Era claro cómo se formaba el grupo.
Cuando entramos cerraron la puerta y me sentaron en la cama.
Los dos se pararon frente a mí y se quitaron las toallas. La polla de mi amigo ya la conocía, era gruesa y de largo normal.
¡Pero la del primo era otra cosa! ¡Un pollón! Larga, oscura y gorda, colgaba, aún flácida, por delante de dos huevos grandes, proporcionados a la pija que acompañaban. Dos gruesas venas la recorrían.
Parados frente a mí me apuntaron con sus pollas, una ya bastante dura y la del primo todavía no. Este me agarró la cabeza con su manaza y me frotó la verga por la boca. El otro se masturbaba despacio, para tenerla dura.
Me empujó contra los labios, estaba soltando algo de líquido que mojaba el glande, grande y colorado. Sin piel, lo frotaba contra mis dientes, y me daba órdenes: :

- abrí la boca, dale puto, métetela bien, trágala que eso te encanta. Veamos cuan bien chupas pijas, eso, si abra la boquita, a ver que esa lengüita, mmmmmm es habilidosa, si...así, si, más adentro, trágala toda, toda, vamos, más que no está toda, mmmm
- Te la tragó toda, - intervino mi amigo, apoyándome su erección en mi mejilla. Se la tomé con mi mano y me acaricié la cara con ella, que iba dejando un rastro de humedad. - es buen chupa pija, yo te dije, te la tragó toda, fóllale la boca ahora, como si fuera un coño,

Me sentía muy dominado, con los dos parados y yo sentado, cons us dos pollas en mi cara y en mi boca. El primo la sacó hasta la mitad y tomando con su mano la pija de mi amigo hizo fuerza para que las dos entraran a la vez.
Se reía mientras trataba de hacerme abrir más la boca, que finalmente pudo darles cabida a ambas vergas. Las dos eran gruesas y me llenaban todo.
Yo estaba muy caliente, con las dos vergas adentro. La polla del primo ya estaba bastante más grande pero no estaba dura del todo. Ambas soltaban jugos en mi boca, gustosos me llenaban y me obligaban a tragar. Se pusieron a jugar, entrando uno cuando el otro la sacaba, y así me follaban los dos a la vez. Estaban deliciosas, suaves y calientes.

- no aguanto más - dijo el primo, - me lo voy a coger, dale puto, date vuelta Pedrito, a ver ese culo como está

Me dio vuelta, poniéndome boca abajo, el culo ofrecido en el borde de la cama. Separó con sus gruesas manos los cachetes de mi culo y escupió en el ojete. Lo exploro luego con los dedos, sin ninguna delicadeza ni consideración.
Me metió un dedo fuerte, por suerte yo ya estaba dilatado y lubricado de antes, de otra forma me habría dolido mucho. Así fue apenas una molestia. A un dedo siguió otro de la otra mano, y los separaba, abriéndome. Yo trataba de aflojar todo lo posible.
De verdad me gustaba, pero me quejaba para darle gusto, ya que era lo que él quería. Así me estuvo trabajando el culo unos minutos mientras mi amigo me acariciaba la cabeza, diciéndome que lo dejara, que me iba a gustar, aunque me doliera un poco,
Cuando le pareció que era suficiente sentí que sacaba los dedos y que me apoyaba la cabeza de su polla. La dirigió, ayudándose con la mano para irla metiendo. Mi culo estaba ya flojo y dolió muy poco. Sentí cómo entraba y me abría, mi culo cediendo a su presión y aceptándolo adentro. Pegó entonces un golpe de riñones y me metió un buen pedazo de golpe, mientras me daba una fuerte palmada. ¡Eso sí que dolió!, me abrió de golpe y no fue nada fácil aguantarla. Grité, creo y se rio,

-ahhhh eso quería yo! que sufrieras hijo de puta, cómo me hiciste a mí, ahora soy yo el que te cojo y te vas a acordar de esta follada varios días, ya falta muy poquito, tomá de nuevo - y pego otro golpe y otra metida y sentí que me desgarraba todo, que me destrozaba.
MI amigo me acariciaba, se había acostado al lado y me daba besos mientras su primo me la metía.
El primo se quedó quieto, una vez que tuvo toda su verga adentro. De a poco se fue aflojando y fue pasando el dolor. Me sentía lleno, gordo y abierto. Sentí su boca en mi nuca, me lamía y me dio un grueso chupón, fuerte, mientras también me mordía.

- no me marques la nuca, no seas malo - le pedí

-jajajaj, ya estás bien marcado, jajaja, todos van a ver cómo te follaron, hahaha. Ya la tenés todita adentro, sos todo mío, mi puto aah, cuando soñé con poder hacerte esto! la sentís bien?
- ya no duele, me siento muy lleno
- síiiii, estás bien lleno, ¡de polla! -me dijo, - y ahora vas a estar más, -susurró en mi oreja, empujando para meterla aún más y empezando un lento mete y saca, sacándola del todo y luego entrando profundamente, cada vez más rápido, con más fuerza hasta que me golpeaba duro. En unos pocos de esos golpes hondos y violentos se vino, con un bramido, sosteniéndome de las caderas, la empotró profundamente y juro que la sentí sacudirse mientras me llenaba con su leche caliente.
Me acabé sin tocarme, soltando mi lefa en el colchón.

-Te gusto? - preguntó, - espero que sí, porque esto recién empieza.
 
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Asi siguió.
Me follo mi amigo, como nos gustaba a los dos.
Yo acostado, el parado a mis pies, dándome verga duro mientras yo lo miraba. Me la daba con fuerza, enterrándola hasta chocar sus huevos contra mi cola. Me agarraba de los pies, después de las rodillas, y me follaba sacudiendo mi cuerpo en la cama, me levantaba en la verga vigorosamente, para luego caer cuando se retiraba. Mi culo están abierto por el pollon del primo y lubricado por su lefa. Solo asi me sentía.
De pronto la saco, y derramó toda su leche en mi barriga. La desparrame con mis manos, embarrándome todo.
Mientras, el primo se masturbaba, preparándose para una segunda ronda. Su pija están otra vez levantada.
Me puso otra vez con el culo para arriba. Pero, cuando yo esperaba su verga, sentí un latigazo en mi espalda. Me estaba azotando con la toalla mojada. Dolía. Sin piedad me golpeaba desde los hombros al culo, y no paraba de hacerlo aunque mi amigo y yo tratábamos de detenerlo.
Mientras lo hacía me insultaba. Era asombroso el odio que había generado una pelea de adolescentes en este tío.
Su primo quiso agarrarlo, pero fue peor.
Le pego una trompada a su primo, mi amigo. Eso me dio la oportunidad de sentarme y agarrarle la toalla. Se la arranque de las manos y le pegue en las bolas. Le dolió y se arrugo doblando la cintura, intentando proteger sus partes íntimas. Pero lo castigue en la cabeza, con lo que cayó al suelo, todo expuesto. Lo volví a patear en las bolas, se dobló más. Con ayuda de su primo lo levantamos a la cama.
Los dejé ahi a los dos, a mi amigo y su primo.
Nunca más los vi.
 
Recien había llegado, estaba cruising en los corredores de cuartos.
No pasaba nada, había gente pero no contacto. Me senté en un par de bancos que hay en la unión de dos corredores y la escalera.
Se para a mi lado un hombre alto, de piel muy blanca. De unos 55 años, ni gordo ni flaco, normal. Algo de barriga y hombros algo caídos, por su altura? Tiene el pelo blanco y está todo afeitado.
Me saluda y comenta qué tranquilo está todavía. Asiento y me pregunta qué me gusta.
Cuando le digo que las pollas se abre la toalla y me muestra la suya. Es cómo él, blanca, larga, de grosor normal. No está dura del todo pero tampoco baja del todo. La piel cubre parcialmente un glande rojo brillante, jugoso.

- te gusta chupar?
- si, claro, me gusta mucho.
- que haces con la leche?
- me encanta la leche, me la como, - le contesto.
- así que te la comes! me encanta eso. No te vayas de acá, espérame.

Se ajusta la toalla y se va. No pierdo nada esperándolo.
En pocos minutos vuelve acompañado por dos hombres más. Uno parece algo mayor que él, de menor altura, totalmente calvo, gordo sin ser obeso. El otro es cómo el complemento, flaco, desgarbado, le estimo unos 40 años,, pelo largo a la altura de los hombros, barba completa, todo desprolijo, despeinado pero de aspecto limpio, brilla. Tiene una nariz larga y unos ojos oscuros, penetrantes.
Los dos me saludan extendiéndome las manos.
El primero me dice de ir a su cuarto.
Estos son chicos, tienen una cama larga de una plaza, alta, y están provistos de condones, lubricante y toallas de papel.
El que él tiene es más grande, con más espacio entre la cama y las paredes.
Entramos y me saco la toalla. Me indican que me siente en la cama. Los tres se desnudan, tirando las toallas sobre la cama. La polla del gordo es cómo él, gorda y corta, ya está dura, la del flaco es grande, de largo y de grosor. No enorme pero es la más grande de las tres.

- Chúpanos a los tres, - me ordena -, ponlas bien duras, disfrutá, dale.
 
y seguro que eso hice, tomaba una con la boca y las otras dos con las manos. ¡Tres vergas a la vez! Un momento inolvidable.
Era interesante lo distintas que eran, una grande, otra más o menos y otra más chica, pero muy gorda. Esta última era la más dura y la más grande la más blanda. Nunca se puso dura del todo, ni cuando se vino.
Todas sabrosas, cálidas y tan suaves. El gordo segregaba mucho precum, casi cómo si se viniera. Me encanta.
Luego me acostaron, primero de costado y el flaco me punteaba de atrás, tratando me follarme, pero no lo dejé.
El primero me la puso en la boca y me folló cómo si fuera un coño. Se vino rápidamente y me llenó la boca de leche caliente. La sentí cuando se endurecía y se sacudía, inyectando su vida en mi boca. La abrí para mostrarle bien cómo estaba de llena y la tragué, tal como una buena puta debe hacer.
Mientras el gordo se pajeaba y me acabó sobre la barriga y el pecho, una acabada muy abundante y caliente. Era una leche espesa y dulzona cuando tomé con mis dedos y la probé. MMMM, muy rica!!!!
El flaco se resignó a que no me iba a follar y también se hizo una paja sobre mí, regándome desde la cara, el cuello y el pecho.
Tambien la probé y era más amarga, ´pero estaba bien.
Después que acabaron tomaron sus toallas y se fueron.
El dueño de la habitación salió último y cerró la puerta, diciéndome que cerrara al salir que quedaba bloqueada.
Yo me quedé unos minutos descansando y tocándome la polla. La tenía bien dura, era un placer acariciármela así de dura y de caliente. Me pasó las manos por todo el cuerpo, recogiendo la leche que me habían dado y desparramándola sobre mi piel, ¡dicen que le hace mucho bien! jejejeje de vez en cuando me chupaba los dedos sintiendo los distintos gustos de la lefa ajena.
Y así, casi sin darme cuenta, de golpe me estaba acabando yo, agregando mi leche a la que tenía sobre mi cuerpo.
Sin bañarme, me fui a mi habitación, me vestí y volví a casa.
 

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