Desiree.
Te voy a decir algo, algo que me provoca esa fotografía.
No hay nada mejor que una mujer calienta pollas.
Personalmente, creo que una mujer que no sepa calentar pollas, no es una mujer completa.
El hecho de saber calentar, conquistar con una sonrisa, con una mirada pícara e inocente, es algo que no todas las mujeres llevan en su código genético.
Hay muchas, pero más de las que nos imaginamos que esa esencia, la tienen perdida por completo, pero en cambio hay otras, que con su sola presencia, con su olor, con cada uno de sus movimientos, consiguen sacar del hombre todo lo que ellas desean.
Y a veces, lo hacen hasta sin quererlo ellas.
Incluso algunas lo ven como una maldición.
En tu caso, tú rebosas esa esencia.
Ese superpoder, que hace que cualquier hombre te desee, desee poseerte, olerte, que le dediques una sonrisa, unas palabras…
Y eso, amiga mía, es lo que yo llamo ser una calientapollas.
En el sentido más bonito, elogiante y admirable.
Te puedes sentir afortunada. Porque a la mayoría de los tipos de este grupo nos tienes locos