luis5acont
Miembro muy activo
- Desde
- 24 Jun 2023
- Mensajes
- 174
- Reputación
- 828
Hola amor.
Sí, no me importa llamarte amor porque, aunque todavía no sabemos lo que hay detrás de esa pasión que nos consume, para mí el simple hecho de arder a tu lado ya es amor. Espero que no te moleste que te llame así, no solo cuando estamos en la cama, que sé que te gusta, sino también fuera de ella. Ya sé que tienes esposa y que dices quererla, se te nota preocupado, pero no debes estarlo, al menos por lo que a mí respecta. Como te dije, nunca intentaré apartarte de su lado, no competiré con ella, me basta con tenerte entre mis brazos con la misma frecuencia e intensidad que lo hacemos ahora. No ocuparé el espacio de una esposa, yo solo quiero ser tu amante nada más… y nada menos.
Te he notado incómodo hablando de ella. Si es por mí no debes preocuparte, siempre guardaré nuestro secreto y como te he dicho, no aspiro a sustituirla como la persona con la que quieres formar una familia. Yo tengo mi lugar contigo y es más placentero, profundo e intenso de lo que podría imaginar. No debes enfadarte conmigo, sé ver lo evidente. Mi antiguo profesor me lo decía: “quiero a mi mujer, pero contigo es distinto”. Yo percibo que a ti y a mí nos pasa lo mismo. Lo noto en cómo me posees, como me follas con contundencia, con violencia incluso. Sé que tu mujer no te deja penetrarla de esa manera. Vuestra forma de amaros es más delicada y ella te reclama que sea así, pero conmigo sabes que puedes abrir y empujar fuerte con tu miembro hasta el fondo, para que suenen tus gemidos y los míos junto con los golpes secos al dar cuerpo contra cuerpo. Estoy segura que ella no te recibe en su boca como lo hago yo, que no te permite que te derrames en sus labios, que muestra su disgusto. A mí nada de eso me incomoda, todo lo contrario, tu placer es el mío y mi placer es el tuyo. Estoy dispuesta a lamer tu miembro para extraer tu esencia, a recibirla en mi boca, a tragarla y a saborearla con todo el placer del mundo para luego compartir nuestras lenguas, para dejar en tus labios el olor a tu propia corrida. Creo que todo esto te gusta y sé que precisamente te gusta porque nadie te lo da, pero para eso estoy, para exigirte mi placer, pero también para abandonarme incondicionalmente al tuyo.
Esto es solo un adelanto de los caminos que nos quedan por explorar. A mí me puedes pedir todo. Recuérdalo. Entre nosotros no hay secretos, ni límites, ni ofensa posible. Creo intuir que cosas te gustan y que aún no has tenido la oportunidad de satisfacer. Y también que perversiones te gustaría probar. Lo haremos todo, amor. Lo probaremos todo para quedarnos con aquello que más nos guste.
Estoy deseando volver a verte.
Sí, no me importa llamarte amor porque, aunque todavía no sabemos lo que hay detrás de esa pasión que nos consume, para mí el simple hecho de arder a tu lado ya es amor. Espero que no te moleste que te llame así, no solo cuando estamos en la cama, que sé que te gusta, sino también fuera de ella. Ya sé que tienes esposa y que dices quererla, se te nota preocupado, pero no debes estarlo, al menos por lo que a mí respecta. Como te dije, nunca intentaré apartarte de su lado, no competiré con ella, me basta con tenerte entre mis brazos con la misma frecuencia e intensidad que lo hacemos ahora. No ocuparé el espacio de una esposa, yo solo quiero ser tu amante nada más… y nada menos.
Te he notado incómodo hablando de ella. Si es por mí no debes preocuparte, siempre guardaré nuestro secreto y como te he dicho, no aspiro a sustituirla como la persona con la que quieres formar una familia. Yo tengo mi lugar contigo y es más placentero, profundo e intenso de lo que podría imaginar. No debes enfadarte conmigo, sé ver lo evidente. Mi antiguo profesor me lo decía: “quiero a mi mujer, pero contigo es distinto”. Yo percibo que a ti y a mí nos pasa lo mismo. Lo noto en cómo me posees, como me follas con contundencia, con violencia incluso. Sé que tu mujer no te deja penetrarla de esa manera. Vuestra forma de amaros es más delicada y ella te reclama que sea así, pero conmigo sabes que puedes abrir y empujar fuerte con tu miembro hasta el fondo, para que suenen tus gemidos y los míos junto con los golpes secos al dar cuerpo contra cuerpo. Estoy segura que ella no te recibe en su boca como lo hago yo, que no te permite que te derrames en sus labios, que muestra su disgusto. A mí nada de eso me incomoda, todo lo contrario, tu placer es el mío y mi placer es el tuyo. Estoy dispuesta a lamer tu miembro para extraer tu esencia, a recibirla en mi boca, a tragarla y a saborearla con todo el placer del mundo para luego compartir nuestras lenguas, para dejar en tus labios el olor a tu propia corrida. Creo que todo esto te gusta y sé que precisamente te gusta porque nadie te lo da, pero para eso estoy, para exigirte mi placer, pero también para abandonarme incondicionalmente al tuyo.
Esto es solo un adelanto de los caminos que nos quedan por explorar. A mí me puedes pedir todo. Recuérdalo. Entre nosotros no hay secretos, ni límites, ni ofensa posible. Creo intuir que cosas te gustan y que aún no has tenido la oportunidad de satisfacer. Y también que perversiones te gustaría probar. Lo haremos todo, amor. Lo probaremos todo para quedarnos con aquello que más nos guste.
Estoy deseando volver a verte.