Bueno, como os decía, el primer caso que conozco es el de una tía de mi esposa. Pero lo primero que hay que tener claro, es que los curas no tienen voto de castidad, como los religiosos de las distintas ordenes. Se les obligó a ser célibes, es decir solteros, por un tema económico, si no tenían hijos legítimos, estos no podían heredar y asi la iglesia se quedaba con todas las posesiones.
En definitiva, pueden mantener relaciones y tener hijos sin reconocerlos. Esto ha llevado al dicho de: "nunca digas que este cura no puede ser tu padre". Esto unido al hecho del secreto de la confesión, ha propiciado que se hayan producido y se sigan produciendo muchos casos de mujeres casadas o solteras manteniendo relaciones con curas. Dejemos a un lado los abusos con niños y los curas homosexuales, que sería un tema muy distinto.
Bien, partiendo de esta situación, mi mujer tenía unos tios que vivían en un pueblo de Castilla. Allí pasó las vacaciones de verano desde los 12 a los 19 años, en casa de estos tíos.
En estas circunstancias y durante esos veranos, se enteró, vio y escuchó la relación del cura del pueblo con sus tios. Posteriormente yo por circunstancias laborales estuve viviendo un año en su casa y ellos mismos me fueron comentando su relación con esa persona, por eso os puedo contar con detalle todo lo ocurrido.
La tía de mi mujer es una de esas mujeres que llama la atención y va desprendiendo sexualidad por donde va, alta, guapa, siempre con tacones y con vestidos ajustados. Cuando yo la conocí ya tenía más de cincuenta años, pero seguía llamando la atención, a mí el primero y mi mujer siempre lo ha sabido que me gustaba. Un día me empezó a contar su relación con el cura y lo que ella sabía desde que empezó a ir a su casa de vacaciones. El marido aunque guapo, es más bien bajo, un poco gordito y se le nota cierta tendencia homo. Cuando se casaron, él trabajaba haciendo una ruta de autobús entre un pueblo de la sierra y la ciudad. Al inicio vivían en la ciudad, pero el se tenía que quedar a dormir en el pueblo, para salir temprano. Es decir se veían por las mañanas cuando llegaba a la ciudad y hasta que regresaba al pueblo por la tarde. A los tres años y ya con dos niñas, decidieron que era mejor irse a vivir al pueblo. Así cambiaron las tornas, él salía por las mañanas para la ciudad y ella le salía a recibir todas las tardes, cuando llegaba, bien emperifollada. En esa época, años 60, debía ser la única en el pueblo que se pintaba y maquillaba. En ese momento estaba en el pueblo un cura que les sacaría más de 10 años a la pareja. Alto, guapo y con buenas habilidades para las mujeres. Os podéis imaginar donde puso el punto de mira en cuanto la vio.