Princesachicle…
El destino baraja las cartas y nosotros jugamos la partida.
Al leerte pienso y si no se trata solo de cartas ni de azar, sino de elegir conscientemente, de mirar el riesgo y caminar hacia él con los ojos abiertos.
No somos termitas, somos Héctor… y tú, con tus silencios y tu fuerza, me dice que algo en tus palabras hace que te recuerde como el héroe que no espera ser salvado, sino que se lanza hacia lo que quiere, aunque tiemble. Me gusta imaginar que ese tatuaje tuyo del destino no es solo tinta, sino un recordatorio de que eres la jugadora que decide el momento de mover cada pieza.
Si el destino ya esta escrito, ¿sería capaz de sorprenderme tanto como mis silencios, esos que dicen más que cualquier gesto?
Porque detrás de cada pausa, hay historias que nadie más toca, decisiones que se sienten antes de tomarlas… y quizá un lugar donde solo unos pocos tienen permiso de entrar.
Si el destino me cruza con ese segundo que te hace sentir vivo, no quiero quedarme de espectador. Prefiero ser un jugador que observa, respira y se atreve a mover su pieza, aunque el juego sea peligroso, aunque las cartas sean traicioneras. Porque sé que, no se trata de esperar… sino de sentir, arriesgar y dejar que la vida tiemble un poco entre los dedos.
A veces basta un solo instante, un roce de mirada, un silencio compartido, para recordar que lo extraordinario siempre empieza en lo inesperado.
Besosss
P.D. Gracias por tus aportaciones, son bellísimas y llenas de detalles.
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