Se acercaron, tímidamente al principio, y, al ver que mi mujer no decía nada, se arrimaron con más decisión.
Se pararon uno a cada lado de mí, bien cerca y se bajaron pantalones y gayumbos. Eran normales, de unos 30 o 40 años, con algo de barriga y ropa normal. Ni ricos, hahaha, ni pobres, normales. Estaban prolijos, aspecto limpio y cuidado. El de mi derecha tenía una polla norma, pero la verga de el de la izquierda era chiquita, fina y corta. La masturbaba con dos dedos. se veía muy dura. Él era delgado y bajito, con pelo negro largo y algo afeminado en sus gestos.
Mi mujer los miró, y cuando vio al de la pijita, casi larga la carcajada. Por suerte se contuvo y disimuló, divertida, lo llamó que se acercara a ella, pero el tío dijo que no con la cabeza y se quedó ahí mirando. Veía a mi mujer en el asiento, tetas al aire, que son chicas pero muy lindas, con largos pezones, duros por la excitación y el fresco de la noche. A mí, en lencería de mujer, con mi polla ahora bien dura, y a su amigo, de buena polla, del otro lado.
-acércate, prometo no morder, solo déjame una chupadita, - le pidió mi mujer, pero él parecía algo tonto porque volvió a decir que no con la cabeza y se quedó ahí, masturbándose.
El otro era bien distinto, se acercó bien, metiendo su polla en la ventana del auto, para lo que tuvo que pararse muy cerca mío. Le pidió que le diera a él la "chupadita", por favor. Muy amable y educado, hahaha. Mientras apoyó su mano en mi hombro desnudo para sostenerse. Sentí su mano grande, cálida y suave. Me gustó.
Mi esposa se encogió de hombros, tomó la polla del desconocido con su mano y la pajeó un poquito, mirándola bien y apretándola un poco, viendo si no había algo raro. Satisfecha con su examen se la pasó por la mejilla y se la metió en la boca.
La fue lamiendo e introduciéndola de a pedacitos, cada vez más adentro, hasta que su boca se apoyó en su vello. El tío suspiró y bajó su mano de mi hombro a mi espalda y a mi culo, despacio, acariciando.
- qué bien la chupa tu mujer! es una genia, como juega con esa lengua, mmmmm, y qué suave está tu culo! lo depilas? a ti también te gusta la polla, no? con esa tanga que tienes, queda muy lindo tu culito mmmm.
Siento entonces otra mano acariciándome el culo, desde el otro lado. Era el pollita, que metió su mano bajo la tanga buscando mi culo. Cuando lo encontró, lubricado y dilatado, introdujo sus dedos en mi interior. Los movía muy bien.
- te lo voy a abrir bien, vale? para que Cacho te folle, le gusta follarse a los maridos cornudos, sabes? y tú tienes aspecto de marido, no me equivoco, verdad? eres el marido de la rubia, no?