La Destartalá

No me ha gustado que el autor lo haya vuelto a hacer ... :mad: ... Mi brillante teoría de un Benítez turbio, oscuro y con más sombras que luces ha motivado la reacción forzada del autor metiendo a Susan en una reunión en la que no pinta nada para sacarse de la manga unas explicaciones que desmontan sistemáticamente, una a una y por orden, todas mis argumentaciones. La ha vuelto a hacer, y solo por humillarme, que lo sé.

Pues a mi no me engaña, sospecho de él desde el primer día. El autor es un gran conocedor de la naturaleza humana y lo demuestra en la construcción de sus personajes, pero también conoce la naturaleza humana de sus lectores y lo demuestra en sus giros y desenlaces que nos pillan descolocados. Y sabe perfectamente que nadie puede dudar de un viudo capaz de consolar a una mujer necesitada de afecto. Ya veréis ya ...
 
Última edición:
Susan no es ingenua, siempre a pensando que Benitez esta con ella por culpa de no estar con Soria cuando fue asesinadoy que se siente culpable de eso.
Lo bueno es que al fin lo han hablado y Benitez le ha demostrado que la ama y que quiere una relación formal con ella y sus hijos que sean una familia.
Se viene pronto una boda.
Ya ... otro que se ha tragado el sentimiento de "culpabilidad" de Benítez, al que le faltó el tiempo para "consolar" a la viuda ... hoy ya ha empezado a mostrar su verdadero yo, ya le ha gritado a Susan y ahora quiere ocupar el sitio de Soria a toda prisa, mientras Susan no parece tenerlo tan claro.
 
Sobre la Logia, me parece muy acertada la perspectiva que introduce el Autor. Ya nos anticipó cómo había sido el origen y cómo una "sociedad" creada para el progreso de la ciudad, que agrupaba a los diferentes "gremios" y responsables del progreso, se vio corrompida por la naturaleza vertical de su propia estructura. En una estructura vertical y hereditaria o familiar, si uno de los herederos resulta ser un cabrón, es capaz de utilizar toda la organización para satisfacer su caprichos, deseos, necesidades o depravaciones, y la obediencia debida lo mantiene en su "trono".

Me ha parecido una metáfora muy interesante, aplicable a la mafia y a cualquier organización "familiar", lo vemos incluso en empresas familiares que acaban siendo utilizadas y destrozadas por los herederos, o lo hemos podido ver en alguna que otra monarquía. Son organizaciones, muchas de ellas, que nacen con un noble propósito, pero los derechos de sangre no son garantía de mejora y progreso de las mismas.

El carácter ocultista que acompaña a esa sociedad del relato, es otra metáfora estupenda. Donde hay sombras, hay ocultación, hay incomprensión desde fuera, hay encubrimiento inconfesable, hay temor infundado.
Cada uno podemos ver matices o cosas distintas en el relato, a mi me parece que pone en valor a las instituciones democráticas y transparentes, frente a las hereditarias y opacas. Veremos qué Logia se impone, pero si se impone la que supone simplemente una agrupación para favorecer el progreso, más le valdría abandonar las prácticas de cuando este tipo de sociedades eran perseguidas por situarse al margen del poder establecido.

Quizás acabe de poner mis expectativas demasiado altas y el autor solo pretenda presentarnos una intriga policiaca, sin más pretensiones, pero es lo bueno de esto, sin alterar los hechos relatados, puedes hacer volar tu imaginación y rellenar los espacios grises o vacíos ... hasta que el autor te da un bofetón con toda la realidad abierta, claro.
 
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Un buen comienzo todo muy happy y relajado y Monica invita a Elvira a la inauguración de su casa y a quedarse a dormir 😃 Aku será un polvo sincronizado entre los cuatro o por fin veremos un cuarteto? 🙄 Con intercambios.
Ni tercetos, ni cuartetos ni sonetos ni metáforas ni hipérboles. Vamos a dejar a cada pareja con la suya y nada de liarla.
 
Claro, pero el marido de García no ha tenido casi visibilidad, pero estos dos se follaban a Adelaida, y se han jugado la vida en la operación del orfanato. Ahora están de comadreo con el resto del equipo. ¿Como coño se llaman?
No sé si el autor les pondrá nombre simplemente para llevarme la contraria y que no se llamen Pol, ya veremos, pero tu comentario, al nombrar a Adelaida, me ha hecho pensar en esos dos ... ahí, llegando a un domicilio en el que han sido requeridos, observando la casa, el jardín, los accesos, mirándose y diciendo uno de ellos eso de ... "Tú por delante y yo por detrás" ... mientras echan mano de su arma reglamentaria ...

Ya, cada uno que piense si iban a visitar a Adelaida o a investigar un allanamiento.
 
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Vale, aunque lo de folladores, últimamente no lo practican mucho 😂
los agentes folladores se fueron a tomar una última copa y…

En su última referencia a los Agentes Folladores Pol Delante y Pol Detrás, el autor no deja claro si follan o no ... eso queda a la imaginación del lector, a si la última copa la tomarán los dos con la misma, o cada uno con una diferente.
 
Ahora solo hay que esperar la reacción de la logia mala, y ahí si que habrá que tener cuidado porque Irán a por todas. Si yo fuera Elvira, contaría con Fran y su equipo, que al menos estos si que son profesionales.
 
"he trabajado muchos años investigando a la Logia..."

Lo dicho, parece que para Alex todo le suena a rosas lo que diga Elvira, y como Mónica le mira la cara a Alex, tampoco dice nada. Es un idiota.

Le ha dicho en su cara que sabía todo y que no les advirtió nada, que su mejor amigo murió por ella y Alex no reacciona. Menudo pelele.

Tengo mis esperanzas de justiciera en Susan. Vamos Susan, has respetar la casa 💪🏼
 
...

Una mañana, la subinspectora García y su marido desayunaban con sus hijos, como hacían cada día, después se despedían en el parking del edificio, ella, con su vehículo utilitario se dirigiría a la comisaría, él, con los niños, en el coche familiar lo aparcaría en el reservado para profesores, acompañaría a los niños al colegio y entraría por la puerta del instituto del mismo centro. Un centro privado que aceptaban a sus hijos por ser profesor de historia de secundaria, ESO y bachillerato, Vicente, el marido de la subinspectora García siempre sintió pasión por la historia, ya desde pequeño le gustaba leerla. Aquel día, cuando entró y saludó como hacía cada día al bedel y a la chica que trabajaba en la oficina, la oficina estaba en la misma entrada, le dijeron que habían traído un paquete para él, se extrañó, no era normal recibir paquetes en el trabajo, nada normal, es que nunca había recibido ninguno, le entregaron un paquete, en realidad era un sobre grande, parecía claramente un escrito, como un borrador de un libro con pocas hojas, por la forma y como se doblaba. Vicente preguntó quién lo había dejado, un motorista con el casco puesto me lo ha entregado diciendo que era para ti, le decía el bedel, no me ha hecho firmar nada, solo me ha dicho que me asegurara que te llegara, yo ya le he contestado que no se preocupara que yo…

-¿Qué raro, no?- Preguntaba Vicente, cortando al bedel que se estaba enrollando mucho.
-¿No lo habías pedido?- Le preguntaba la secretaria.
-No, lo que pido me lo traen a mi casa.
-Será algún trabajo de uno de sus alumnos.- Le decía el bedel, dándose la vuelta saliendo por la puerta.

La secretaria miraba a Vicente como diciéndole, es posible que tenga razón, él se encogía de hombros y caminaba en dirección a la sala de profesores, mientras caminaba miró lo que habían escrito en el sobre. “Para Vicente, el profesor de historia”. Le dio la vuelta al sobre, estaba limpio, sin remitente, se volvió a encoger de hombros, guardó el sobre en su bolsa y entró en la sala de profesores.

Estuvo dando clases toda la mañana, hasta las dos del medio día, después almorzó con algunos compañeros, tenía tiempo, sus hijos no salían del colegio hasta las cinco. Cuando acababa de comer, normalmente, se dirigía a la biblioteca y leía, historia por supuesto, o investigaba para hacer algún trabajo que después publicaba, o aprovechaba para corregir exámenes. Ese día como no tenía exámenes que corregir, se sentó y sacó de su bolsa el sobre que le habían entregado por la mañana, ese era el momento para leer lo que fuera, un trabajo de alguno de mis alumnos, pensaba él. Abrió el sobre, miró dentro, tal como se imaginaba, se veían hojas escritas, unas treinta y algo o cincuenta, calculó a ojo, escritas en ordenador e imprimidas. Pensó que el alumno que fuera se había informado bien y le entregaba un buen trabajo, al sacar las hojas de papel, cayó una más pequeña, Vicente la leyó.

“Señor profesor Vicente, léase atentamente este documento, a un apasionado de la historia como usted, seguro que le interesará la historia contemporánea. Lo que se explica, es totalmente cierto, ha estado pasando durante muchos años en esta ciudad.”

Vicente hizo una mueca, la nota no estaba firmada, miró el final de documento, tampoco estaba firmado, volvió a mirar por todos lados el sobre, no se sabía quién lo había escrito o enviado. Recordó lo que le dijo el bedel, se lo entregó un motorista con casco, imposible de saber su identidad.

Intrigado empezó a leer, al principio hablaba como llegó a la ciudad un marqués que se había hecho construir una bonita casa modernista, diseñada por uno de los afamados arquitectos de la época…

Vicente, cuanto más leía, más se le habrían los ojos sorprendido, la casa la relacionó rápidamente con la ‘Destartalá’, lo que leía después, desde la Logia, los sacrificios de chicas jóvenes, hasta las personas implicada, como eran cómplices la mayoría de comerciantes de la ciudad, como se pasaban el testigo de padres a hijos, la implicación de la familia de Elvira y Álex, la estancia de ellos dos en la academia de policía, su separación, porqué ocurrió, el motivo por el que Elvira dejó a Álex… Todo, se explicaba todo. Vicente acabó mirando fijamente una pared, le costaba procesar todo lo que había leído.

Recogió a sus hijos del colegio cuando salieron, se dirigió a su casa, les dio de merendar a los niños, luego se pusieron a hacer deberes y estudiar. Fue cuando llegó la agenta García, al entrar en la casa… y ver la cara de su marido, se dio cuenta que algo no iba bien.

-¿Ha pasado algo, Vicente?
-Tienes que ver una cosa.
-Se ha vuelto a romper el grifo de la cocina, ya te dije que no lo arreglaras tú, que de eso no sabes, manazas.
-Que no ¡Coño! No tiene nada que ver con el puto grifo. Ven conmigo.

Le contestaba Vicente, agarrándola de una mano, medio arrastrándola a la habitación de matrimonio.

-¡Vicente! ¿No me dirás que vamos…? Los niños están despiertos.
-¡Joder! Como has llegado hoy ¡Eh! Siéntate en la cama.

La subinspectora García se sentaba en la cama, mirando como su marido sacaba de la bolsa que se llevaba cada día al trabajo, un sobre. Vicente se sentó con ella, sacó las hojas del sobre y se las entregó. Ella empezó a leer, como le pasó a él, cuanto más leía, más le cambiaba la cara. Cuando acabó, le entregó las hojas a Vicente mirándolo fijamente, sorprendida, preocupada.

-Me voy a duchar, les haré la cena a los niños, los ponemos a dormir, después cenamos nosotros y hablamos ¿Vale?

Vicente movía la cabeza, era mejor esperar y hablar con ella con tranquilidad. En cuanto se sentaron en la mesa con la cena, empezaron a hablar del tema.

-¿Por qué? Porqué alguien te ha enviado eso, y a ti precisamente.
-No lo sé.
-¿Por qué no se lo han enviado a la prensa? Cualquier periodista tendría una gran historia que contar.
-Tampoco lo sé, cariño.- Volvía a contestar Vicente.
-Por qué, lo que está claro es que…- Se paró la subinspectora García pensando.
-Supongo que piensas lo mismo que yo, la historia es la hostia, y debe ser cierta por vuestra investigación del caso de la universidad, pero…
-¿Por qué se centra tanto en Álex y Elvira?- Se preguntaba en voz alta la subinspectora García.
-Eso mismo- Le daba la razón Vicente.- una cosa es la Logia, como se creó, como los comerciantes del momento aprobaron ser miembros, como el ser miembro pasaba de padres a hijos, como hacían de testigos de las muertes de esas pobres chicas, todo eso es una gran historia, pero…
-¿Qué coño pinta la historia de amor de Álex y Elvira?- Volvía a preguntar García.
-Lo has leído, Elvira abandonó a Álex para que él siguiera sin saber lo de la Logia, para que no supiera que sus padres estaban presentes cuando mataban a las chicas, para mantenerlo fuera de esa mierda.
-Eso es lo que no entiendo, si alguien quiere que tú sepas lo que es la Logia, lo que ocurrió aquí, en esta ciudad durante tanto tiempo, hablaría principalmente de la Logia ¿Por qué tanta insistencia en ellos dos?
-¿Por qué ella no estaba dentro y la metieron extorsionándola?- Preguntaba Vicente.

Ella pensaba, miraba a Vicente, de aquella manera que miras a alguien pero no ves nada cuando estás totalmente metido en tus pensamientos.

-¿No será que les quieren hacer daño? Según esto, Álex sigue sin saberlo.- Acabó diciendo.
-¡Hostia!- Exclamaba Vicente.- ¿Qué hacemos? ¿Se lo enseñamos a Álex?
-No.
-¿Le vas a esconder algo así?
-¿Le vamos a rebelar un secreto de tantos años porque alguien te ha enviado eso? Creo que primero tenemos que asegurarnos de algunas cosas.
-¿En qué estás pensando?
-En hablar con Elvira.- Contestó la subinspectora García sin dudar.

Prefirió no hacerlo aquella misma noche, García pensó que era mejor darle alguna vuelta más al asunto con la almohada. El día siguiente, cuando su marido se fue con los niños para llevarlos al colegio y a trabajar, tranquilamente, sola en su casa, sabiendo que aquel día llegaría tarde al trabajo, la llamó.

Elvira, vio en su móvil el nombre de la subinspectora García, la estaba llamando, pensó que lo tenía guardado desde la intervención que hicieron en la universidad, para darle las instrucciones de lo que tenían que hacer ella y su compañero cuando ellos entraron.

-¡Hola!- Contestó Elvira, pensaba que podía ser que la subinspectora García se equivocara de número, nunca se habían llamado.
-Hola Elvira.
-Hola García ¿Qué pasa? Es que tengo prisa, estoy a punto de salir de casa.- Mentira, estaba estirada en el sofá después de desayunar, pensando si tenía ganas de ir al gimnasio o no.
-Escúchame Elvira, voy a venir este fin de semana con mi marido a Madrid, tengo que verte, tengo que enseñarte algo que le enviaron a Vicente.
-¿Quién es Vicente?
-Mi marido ¡Coño!
-¡Ah vale! No me acordaba ¿Y a Vicente le han enviado algo?- Se extrañaba Elvira.
-Algo que te conviene leer, que tienes que leer, yo también necesito que lo leas para saber qué hacer.
-A ver, a ver ¿Tu marido no es historiador y da clases de historia? Te aseguro que yo en esa materia soy muy floja, lo aprobaba siempre por los pelos, no me gustaba estudiarla.
-Esta vez te interesará…
-Está bien, vayamos al grano ¿Qué pasa García? ¿De qué estamos hablando?
-Hablamos de ti, de Álex y de la Logia.- Le dijo García de golpe.

Elvira pegó un salto del sofá poniéndose de pie, le cambió la cara de golpe.

-¿Cuando llegaréis el fin de semana?- Le preguntó directamente a García.
-Vendremos en AVE el sábado por la mañana.
-Os vendré a buscar a la estación, nos vemos el sábado.

Elvira colgó la llamada, García miraba el móvil, que mala folla tiene esta mujer cuando se estresa, pensaba García. Elvira miraba pensativa por un ventanal la ciudad, Fran entró al salón encontrándosela de aquella manera.

-¿Alguna novedad?- Le preguntaba Fran.
-Creo que se están complicando las cosas cada día más.- Respondió preocupada Elvira.
-Y… ¿Eso quiere decir que…?
-Que están presionando mucho, no sé exactamente hasta donde llegarán y que pretenderán, no será nada bueno para nosotros, ni para mí ni para gente a la que quiero.
-Elvira, cariño, no sé qué es lo que pasa exactamente, siempre has sido muy prudente con tus cosas, solo te pido una cosa, no me dejes a un lado, quiero ayudarte en todo lo que pueda ¿Vale?

Elvira miraba a los ojos a Fran.

-Vale, gracias Fran.
-Bueno, al menos ha servido para que me llames por mi nombre, no está mal.- Se cachondeaba Fran.
-¡Que tonto eres!- Reía Elvira.


El sábado por la mañana, casi medio día, cuando bajaron García y Vicente del AVE, ya les estaba esperando Elvira, los llevó a una cafetería de la misma estación, se tomaban un café.

-Está bien ¿De qué me queréis hablar?- Les preguntaba impaciente Elvira.

Vicente, abría la mochila y sacaba el sobre.

-Me enviaron esto al instituto donde trabajo.
-¿Te lo enviaron a ti? ¿Al trabajo?- Preguntaba Elvira mientras agarraba el sobre que le entregaba el marido de García.
-Lo entregó un motorista…
-Con el casco puesto ¿No?- Preguntaba asegurándolo Elvira.
-Sí ¿Cómo lo sabes?
-Porque es la manera típica de hacerlo si no quieres que sepan de donde viene ni quien lo entrega, imposible de rastrear.

Elvira leyó primero la nota, después fue ojeando las diferentes hojas.

-¿Lo habéis leído?- Preguntaba Elvira.
-¡Coño Elvira! ¿Por qué te crees que te llamé?- Exclamaba la subinspectora García.
-Ya, ya ¿Me podéis hacer un resumen? De lo más importante.

García y su marido se miraban, como preguntándose quién hablaba.

-Habla de la Logia- Empezó a hablar Vicente.- Su historia, sus inicios, como los antiguos comerciantes se unieron… y como seguía hasta estos días…
-Mira Elvira- Era García quien seguía.- lo más importante, al menos para mí, es lo siguiente, es verdad que habla de la Logia y todas sus mierdas, pero… hay una cosa que no entiendo ¿Por qué habla tan en primera persona de ti y de Álex? Incluso de vuestras familias ¿Por qué destapan algo tan íntimo como que tú dejaste a Álex por amor? Porque lo dejaste para separarlo de la Logia, para que no se enterara que…

García paró de hablar al ver la cara de Elvira, estaba a punto de llorar y lo intentaba disimular pasándose la mano por la cara y los ojos.

-Lo siento, Elvira.- Se disculpaba García.
-No te disculpes- Contestaba Elvira recomponiéndose.- no es culpa vuestra, es culpa de esos hijos de puta, la Logia, esa secta de asesinos. Veréis, desde que entramos y desarticulamos la parte de Ciudadseca se sienten amenazados…
-Y tú, eres parte de esa amenaza.- Decía Vicente. Elvira se lo confirmaba con la cabeza.
-Por eso te atacan a ti y a Álex, te quieren desestabilizar.
-Si solo fuera desestabilizarme ya estaría contenta, buscan algo peor.
-¿Por qué le entregaron esto a mi marido?- Preguntaba extrañada García.
-Supongo que pensaron que él, como historiador, lo entregaría a la prensa, o haría un trabajo sobre eso.
-No, no lo creo- Intervenía Vicente.- si hubieran querido que acabara en la prensa, lo habrían enviado ellos mismos, costaba lo mismo dejármelo a mí que en la recepción de un medio de comunicación. Saben quién soy, que soy el marido de ella, saben que te conocemos, y sabían que te lo diríamos a ti, nos han utilizado como mensajeros.
-¡Hostia!- Exclamaba García.- ¿Y por qué no se lo enviaron a ella directamente?- Preguntaba después.

Elvira y Vicente se miraban serios, Elvira giró la cabeza y miró a García.

-Es un aviso, es una amenaza.- Le decía Elvira.- Me están diciendo que saben quienes son mis amigos, que saben mi historia… Lo que quieren es que pare, que desaparezca seguramente.
-¿Y qué harás?- Preguntaba García.
-De momento, invitaros a comer.

Les dijo Elvira mientras se levantaba de la mesa con el sobre en la mano. Caminaban los tres por la estación cuando se les acercó Fran, llevaba una bolsa colgada del hombro.

-¡Hola! ¿Qué tal?- Les saludó amablemente, estrechándole la mano a Vicente y dándole dos besos a García.
-Bien, y tú.- contestó García.
-He venido con Elvira, tenía que hacer unas gestiones aquí cerca ¿Ahora vamos a comer, no?
-Sí cariño, vamos a celebrar que García y Vicente nos han venido a visitar.

Todo mentira, era tan extraña aquella visita que Elvira y Fran no se fiaron, llegaron a pensar que podía ser una trampa, Fran los estuvo vigilando discretamente, por si pasaba algo, al no ver nada raro en el entorno… y que salían caminando tranquilamente de allí, dio por acabada la vigilancia y se unió a ellos. Cuando llegaron al coche, se subió Elvira, detrás se colocaron Vicente y García, Fran se entretuvo en el maletero, tenía que dejar la bolsa llena de armas y munición que llevaba colgando del hombro.

Después de un agradable almuerzo y una larga sobremesa, Elvira y Fran acompañaron a la subinspectora García y su marido para que llegaran al AVE de vuelta a casa. Mientras Fran conducía el coche de Elvira para llegar a su apartamento.

-Han dado un paso más, me están provocando y avisando, les han enviado un escrito, un informe o algo parecido, les explican la historia de la Logia… y la mía con Álex, saben… y tú también tienes que saberlo…
-¿Qué vas a hacer con esa documentación?- Preguntaba Fran por el sobre que tenía Elvira en su manos.
-Quemarla.- Respondió escuetamente ella.
-¿Qué saben? ¿Qué pasó entre Álex y tú?- Preguntaba intrigado Fran.
-A Álex lo dejé por culpa de la Logia, ellos me obligaron a cambio de que no se enterara de ciertas cosas.
-Siempre le dijiste que fue porque te enamoraste de otro.
-Es mentira, yo nunca lo hubiera dejado, él… él fue el…

Elvira calló, no quiso seguir hablando.

-¿Él fue… o sigue siendo… el amor de tú vida?- Le preguntaba Fran.

Elvira se tocaba los ojos, no podía evitar que una lágrima bajara por su mejilla.

-Fue, fue el amor de vida, lo perdí por culpa de esos hijos de la gran puta… y es más, me están amenazando con hacer daño a la gente a la que quiero, incluso a amigos de ellos, como a García y su marido, que no tienen nada que ver con esto.
-Y con qué Álex se entere del verdadero motivo por el que lo dejaste.- Añadía Fran.
-Tanto sacrificio, tantos años trabajando, esforzándome para que él fuera feliz, no puedo permitir que lo acabe descubriendo así.

Fran seguía conduciendo, los dos pensativos.

-Dime una cosa ¿Tuviste algo que ver en que Mónica fuera destinada a la comisaría donde estaba Álex?

Elvira lo miró sorprendida, después sonrió.

-Bueno, un poquito. Sabía que Álex no levantaba cabeza, no salía, no se divertía, no quería saber nada de las mujeres, así… que- Elvira le volvía a sonreír a Fran.- en una promoción de policías que estaba a punto de salir de la academia, estudié los expedientes de las chicas más guapas, tuve suerte, la más guapa era Mónica, de lejos.
-Sí, hay que reconocer que Mónica es un bombón.- Le afirmaba Fran.
-Le hice un perfil psicológico, yo no, un experto en eso- Seguía explicándole Elvira.- cuando lo leí, no me lo podía creer, estaba segura que si Álex la conocía le encantaría. Pero… es que siempre hay un pero ¡Coño! El cabrito de Álex no le hacía ni puto caso, tuve que hablar con mis padres, para que ellos hablaran con la señora Ana, una señora que vivía con sus gatos y visitaba bastante la comisaría, ella se encargó de que Álex empezara a conocer a Mónica. Y mira, no me equivoqué en nada, se conocieron y no se han separado ni un momento, sabía que estaban hechos el uno para el otro.
-¿Así de fácil?- Preguntaba Fran extrañado.
No, después llegó el puto problema del caso de la universidad, los cabrones de mis padres no me dijeron que ellos estaban implicados en que se descubriera, eso quería decir que yo tendría que aparecer por allí, un problema, justo cuando él empezaba a hacer una nueva vida con otra mujer yo tenía que aparecer de nuevo. Al principio lo puteé todo lo que pude, quería desengañarlo como fuera, él tenía que seguir y ser feliz con Mónica, punto. Y lo conseguí, conseguí que se jugara la vida por ella, que le demostrara que la quería a ella, tuve mucha suerte, porque ella sospechaba, con aquella acción todo quedó claro, aunque también podríamos haber muerto los tres y a tomar por culo todo. Se acabó aquello y hasta quedamos como amigos, todo salió mucho mejor de lo que me esperaba, la verdad. Bueno, en realidad no fue tan fácil, tú sabes que cuando juntas un grupo para una misión por ejemplo, si los puteas y se lo haces pasar mal, el grupo crea empatía y se une, así que a él lo desprestigié delante de sus compañeros, lo machaqué, me reí de él, y tuve que hacerle ver que conmigo no tenía futuro, que yo era otra persona diferente de la que había conocido, a ella fue más fácil, solo tuve que tratarla de agente novata que no se enteraba de nada, le llegué a decir que solo estaba con Álex porque lo idolatraba como inspector, pobre Mónica, creo que le llegué a tocar tanto los cojones que si hubiera tenido la mínima oportunidad me habría pegado un tiro, funcionó, se unieron- Elvira se reía.- es que me rio cada vez que me acuerdo de sus caras cuando les decía algo, se las tenías que haber visto.
-Que cabrona- Reía Fran al decírselo.- por eso me presentaste como tu novio en cuanto pudiste, así puedes controlar su vida, estando más o menos cerca de él sin levantar ninguna sospecha. Te voy a decir una cosa, Mónica siempre sospecha de ti, que lo sepas.
-Lo sé, Mónica es muy inteligente, por eso la escogí, era la única manera de que Álex se fijara en ella, el cabrón tiene gustos refinados, cualquier tía no servía.

Los dos reían, Fran metía el coche en el parking del edificio donde tenía su apartamento, subían en el ascensor.

-Dime Elvira ¿Yo que soy para ti? Después de esa historia de amor tan puro por Álex, tengo que reconocer que…
-¿Te has puesto celoso, mi amor?- Le preguntaba Elvira acercándose a él abrazándolo.
-Pues un poquito sí.
-¿Quieres follarme aquí mismo, en el ascensor?

Preguntaba Elvira, mirándole fijamente a los ojos, acariciándole la espalda con una mano, la otra se la subía por la entrepierna agarrándole la polla.

-Tú eres el hombre de mi vida ahora, al que más quiero y más deseo ¿Está claro?

Le decía Elvira totalmente convencida, para que no viera ni un poco de duda en sus palabras.

-Mejor cuando lleguemos al apartamento.- Contestaba Fran.
-¿Qué?- Se sorprendía Elvira.
-Follar… mejor follar cuando lleguemos, te vas a enterar de lo que es bueno.
-Como me gusta que me amenaces, mi amor.

Volvían a reír en el ascensor.

...
 

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