La Destartalá

De seguro varios sustos nos vamos a llevar en lo que resta de la historia

Totalmente de acuerdo, todo el pueblo parece una secta, la forma de actuar de la universidad y del comisario son muy sospechosas, alguien se a planteado que Mónica podía ser la asesina, ella era su amiga.

Estoy dejando rienda suelta otra vez a mi imaginacion.
 
Cambiando de tema, he de decir que me está gustando mucho el ritmo del relato y el ritmo de cada capítulo. Las descripciones breves, excepto cuando se recrea con el sexo, los pasajes breves, los cambios de trama, la introducción de nuevos personajes, la desaparición de otros ... todo es muy dinámico, no te da tiempo a quedarte enganchado pensando o reflexionando en nada, como en un número de magia o en una novela de Agatha Christie o Arthur Conan Doyle, continuamente pasan cosas, breves detalles que no sabes si son distracciones o pistas. Creo que es el estilo que mejor se adapta al autor, o al que el autor mejor se adapta, con sus construcciones corales y sus giros inesperados.

De momento me está gustando mucho y valoro el esfuerzo del autor de adentrarse en diferentes temáticas y estilos. Este relato y la forma de contarlo, por ejemplo, nada tiene que ver con Caminos o El Bufet de Abogados, aunque ya se intuía la querencia del autor en Jet Set, Una pequeña ciudad o El investigador privado.

Y pese a esos cambios de estilos, unos más narrativos y reflexivos, otros más basados en el diálogo y la descripción, siempre hay un carácter propio, fresco, con el humor asomando, con las palabras justas en el momento preciso que hacen perfectamente reconocible al autor.
Con cada relato nuevo parece que incorpore aportaciones fruto del aprendizaje realizado con los anteriores, pero todos son diferentes. Comparte, por ejemplo, la buena construcción de los perfiles psicológicos de los personajes y de un paisaje de relaciones, y la intención de transmitir un mensaje, que solo es revelado al final haciendo encajar la visión del conjunto. Siempre quiere compartir con nosotros una reflexión sobre el ser humano y las relaciones, y esa intención siempre presente es la argamasa común de sus relatos.

Por poner un ejemplo, me pareció genial que en medio de una investigación, cuando estás pendiente de cualquier detalle que te permita descubrir alguna pista, el autor va y cuela por la puerta de atrás de la panadería a Soria, después de que en el único pasaje en que había referencias a la panadería el único habitante de esa trastienda fuese el padre de Álex ... y en medio de esa intriga, va y se cruza la trama de Soria el sodomizador liberal y Noelia la nonovia despechá. Me da la sensación de que nada es gratuito y de que todo va girando y encajando con una presunta naturalidad que está muy, pero que muy trabajada.

Mis felicitaciones al autor ... ahora, que nos cuente Álex su historia con Elvira.
 
Última edición:
Alguien va a morir, eso queda claro. Podríamos hacer apuestas.

Yo le voy a Mónica 😅

Como ya han muerto dos personas, no es difícil presumir que muera alguien más, pero ¿Mónica?. Yo apuesto por Elvira, durante una acción policial, se arriesgará para salvar la vida a Álex y ella recibirá la bala mortal. Mientras esperan la ambulancia, ella le pedirá perdón a Álex y le confesará que siempre le había amado y expirará mientras Álex se abraza al cuerpo ya sin vida de Elvira..​
Mensaje para Aku: Si tenías pensado otra cosa, borralo, este final es más dramático y se ha usado en muchas películas. Siempre se acierta.​
:ROFLMAO: :ROFLMAO: :ROFLMAO: :ROFLMAO:
 
Como ya han muerto dos personas, no es difícil presumir que muera alguien más, pero ¿Mónica?. Yo apuesto por Elvira, durante una acción policial, se arriesgará para salvar la vida a Álex y ella recibirá la bala mortal. Mientras esperan la ambulancia, ella le pedirá perdón a Álex y le confesará que siempre le había amado y expirará mientras Álex se abraza al cuerpo ya sin vida de Elvira..​
Mensaje para Aku: Si tenías pensado otra cosa, borralo, este final es más dramático y se ha usado en muchas películas. Siempre se acierta.​
:ROFLMAO: :ROFLMAO: :ROFLMAO: :ROFLMAO:
Como "Mate" a Mónica me lanzo al río Guadalquivir y me pongo a nada hasta encontrar su barco,y, entonces... 🪓🪓
 
...

Por la mañana, muy temprano, Mónica se despertó, Álex dormía con su cabeza apoyada en el hombro de ella, le pasaba un brazo por la barriga apoyándola la mano en la cadera contraria. Mónica le pasó un brazo por debajo de la cabeza, él se acomodó colocándole la cabeza encima de las tetas, durmiendo le acarició la cadera y se juntó más a ella, Mónica miró el techo y resopló. Siempre le había costado tener pareja estable, eso de sentirse atada a un hombre nunca le había convencido, estaba bien para salir y tener sexo, pero ellos siempre le acababan pidiendo compromiso, y eso, eso no le convencía, conocer a la familia, pensar en vivir juntos, repartir gastos, tener que estar con esa persona tuviera ganas o no, en fin, siempre acababa teniendo discusiones por lo mismo. Pero aquella vez, aquella vez fue diferente, ella no quería nada serio, Álex todavía menos… y ya ves como estamos, pensaba Mónica, si esto no se parece a una pareja convencional, yo ya no sé, y el caso es que me gusta, quiero estar con él… y él conmigo, está claro, si no fuera así no me hubiera pedido que volviera a su casa. O ¿Es que se siente solo por el fracaso con Elvira? ¿Será por eso que me lo ha pedido? No, piensa Mónica, en el coche, cuando le insististe, se sinceró, te dijo que te quería, que te echaba de menos, fue la primera vez que te dijo que te quería, por cierto, tú no se lo has dicho nunca, tal vez no valga la pena decírselo, ya sabes que pasa después, el compromiso y todo lo demás.

Álex se movió, parecía que empezaba a despertarse, Mónica le miró a los ojos, él los abrió, lo primero que vio fueron los bonitos ojos de Mónica, además, se dio cuenta que tenía la cabeza encima de sus tetas y ella le pasaba un brazo por detrás sujetándosela.

-Buenos días, Álex.
-Buenos días, Mónica.- Respondió él en un susurro, con una sonrisilla, dándole a entender que estaba muy a gusto en aquella posición.

Acomodó mejor la cabeza en medio de las tetas, ella con la mano del brazo que tenía por detrás de él le acariciaba el cogote. Álex se fue girando, se fue colocando bien, hundió la cabeza en medio de las tetas de Mónica, poco a poco le fue subiendo la camiseta, hasta destaparle las tetas, ella sonreía acariciándole el pelo, él se entretenía pasándole la lengua por el lado de una teta, alrededor del pezón, un pezón que se le ponía duro y salido, con la mano le acariciaba la otra teta. Que delicado es y cómo me pone este tío ¡Joder! Pensaba Mónica disfrutando de las caricias de Álex. Él se fue colocando en medio de sus piernas, ella las fue abriendo, notó como una mano se le acercaba al coño, como unos dedos se lo acariciaban, como le rozaban los labios vaginales, como le daban vueltas al clítoris y como le frotaban el agujerito del chichi. Un agujerito que a esas alturas lo tenía totalmente mojado, lo que facilitó que le fuera metiendo la polla lentamente, sin interrupciones, hasta llegar al fondo, hasta que los dos cuerpos quedaron juntos, uno dentro del otro. Los dos gimieron levemente.

-¿No teníamos que levantarnos y hacer deporte?- Le preguntaba Mónica en un susurro.
-Esto es mejor que el deporte y también se gastan muchas calorías.- Le respondía él.

A la vez que levantaba el culo sacándole la polla volviendo a bajarlo para penetrarla de nuevo, Mónica cerró los ojos del gusto mientras gemía, él siguió follando con un ritmo suave, un ritmo tierno y sensual. A la vez le quitaba la camiseta, ella se la quitaba a él, ahora, los dos desnudos sentían el roce de sus cuerpos unidos, las manos se acariciaban, las cinturas se movían acompasadas buscando las penetraciones placenteras. Las respiraciones se aceleraban, los besos se sucedían, las caricias aumentaban en intensidad, gemían uno delante del otro, mirándose fijamente a los ojos. Hasta que les llegó el orgasmo, se corrieron sin dejar de acariciarse, de sentirse.

Al acabar Álex dejó caer la cabeza otra vez encima de las tetas de Mónica, ella se la abrazó con los dos brazos, estrechándola en su pecho, mirando al techo de nuevo pensando ¿Cómo había llegado a ese extremo con Álex? Se preguntaba, no tenía una respuesta, lo único que sabía era que lo quería, que tal como le había dicho él, ella también lo echaba de menos cuando no estaba a su lado. Álex levantó la cabeza, se miraron a los ojos con una sonrisa.

-¡Ay Álex! No sé cómo acabará esto.- Le dijo Mónica.

Él le besó los labios.

-Dejemos que las cosas fluyan, ya veremos cómo acabara, ayer te lo dije, te quiero, me gusta estar contigo, he pensado que tal vez…

Se quedó en silencio, Mónica seguía mirándole a los ojos con la sonrisa.

-¿Tal vez qué?- Preguntó en un susurro.
-Tal vez… esto pueda llegar a algo más, no sé, el tiempo lo dirá.- Le susurró también Álex.
-El tiempo lo dirá.- Le confirmó Mónica besándole de nuevo los labios.


Cuando llegaron a la comisaría, entraron en el despacho del comisario, hablaron con Elvira, pidieron un listado a tráfico de todas las furgonetas amarillas matriculadas en la ciudad. Mientras el listado no llegaba, se alertaron a todos los agentes, se buscaba una furgoneta de color amarillo, no naranja. Hubo varios avisos, Álex y Mónica los comprobaban todos, iban de una punta a otra de la ciudad. Salían de un taller en uno de los barrios obreros de la ciudad, cuando Álex recibió una llamada en el móvil.

-Hola García.- Saludaba Álex.
-Álex, tienes que venir a la casa de Catwoman, ha pasado una desgracia.- Le dijo la agente García muy seria, muy afectada.
-¿Qué pasa García? ¿Qué ha ocurrido?- Levantaba la voz Álex preguntando en medio de la calle, sabía por la voz de García que algo grave había pasado.
-Es Soria Álex, es Soria.- Acabó diciendo García sin poder seguir hablando, lloraba sin poder hablar y colgó la llamada.

Mónica y Álex salieron de allí a toda hostia, con la sirena y las luces funcionando para llegar lo antes posible. Cuando el coche giró por la calle donde vivía Catwoman, ya lo vieron, delante de la casa varios coches de patrulla de la policía, un par de la guardia urbana, la furgoneta de la forense, algunos coches de otros compañeros y… el coche de Soria, en medio, rodeado de los demás. Dejaron el coche en medio de la calle, salieron corriendo, levantando una cinta de la policía para que pudieran pasar, estaba García, llorando.

-¿Qué ha pasado García?- Volvía a preguntar Álex, sin respuesta de la agente, estaba demasiado afectada.
-Benítez- Dijo Mónica, pasando por debajo de la cinta dirigiéndose a él, Álex le pasaba la mano por la cara a García intentando animarla, con la preocupación de no saber qué había pasado.

Los dos se acercaron a Benítez, al verlos se puso las manos en la cabeza, se le notaba también destrozado.

-¿Qué ha pasado Benítez?- Le preguntaba Mónica, fue la primera que llegó a su lado.

Esta mañana…- Empezaba a hablar Benítez con hilo de voz.- Esta mañana me ha llamado Soria, la señora de los gatos había llamado a comisaria, tenía algún problema, habrá perdido uno de sus gatos, me dijo Soria. Era muy pronto, me ha dicho que venía él y que nos veríamos en comisaría.

Benítez paró de hablar, un nudo en la garganta no le dejaba seguir.

-Tenía que haber venido con él, lo he dejado solo…
-Sigue Benítez por favor.- Le pedía Álex.
-Soria no ha aparecido, un vecino ha llamado porque ha visto la puerta de la casa abierta demasiado tiempo. García ha sido la primera el llegar, por eso está tan impactada…

Benítez empezó a llorar, Mónica y Álex se miraron, miraron la puerta de la casa abierta. Saludaron al compañero de García que hacía guardia en la puerta de la casa, con la cara pagaba, también estaba deshecho.

Entraron en el salón, lo primero que vieron fue a Catwoman tirada en el suelo, con tres disparos en el pecho, en una mano sujetaba un cuchillo de grandes dimensiones, delante de ella, los pies casi se tocaban, estaba estirado Soria, con su arma reglamentaría en una mano y un corte profundo en el cuello, por ahí se había desangrado a juzgar por el charco de sangre que rodeaba su cuerpo.

-¡Soria! ¡Soria! Gritó Álex acercándose a los cuerpos. Mónica, con las manos en la boca, se le saltaba las lágrimas.

Elvira se cruzó con Álex, lo agarró de los hombros empujándolo.

-No puedes acercarte Álex, no puedes contaminar el escenario, la forense está trabajando.
-Es mi amigo, es mi amigo, mi compañero…- Gritaba Álex enloquecido.

Lita, que estaba agachada recogiendo muestras, se levantó ayudando a Elvira a sacarlo del salón, metiéndolo en otra habitación.

-¿Qué mierda es esta Lita? ¿Qué mierda es esto? Eso es imposible…- Seguía gritando descompuesto de dolor Álex.
Tranquilo, tranquilo, escúchame, escúchame…- Le decía Lita zarandeando a Álex por el hombro.- escúchame, Soria también era mi amigo, también era mi amigo.- Repitió una segunda vez casi sin voz.- Está claro que esto lo han preparado, no hay que saber mucho para verlo, esa señora no podía cortarle el cuello a Soria y a la vez él pegarle tres tiros…
-¡Qué coño dices! Con esa señora nos conocemos de toda la vida, es imposible que le hiciera daño a nadie, solo vivía para cuidar a sus gatos…

Mónica entró en la habitación, pasó por el medio de Elvira y Lita abrazando a Álex, él le pasó los brazos por la espalda agarrándose muy fuerte, los dos lloraban.

-Tranquilo, tranquilo, vámonos de aquí, ya no podemos hacer nada.- Le decía Mónica tranquilizándolo, o al menos intentándolo.
-Lo de los gatos lo sabemos, estaban aquí, los cuatro están encerrados en otra habitación.- Le decía Elvira.- Álex, alguien tendrá que hablar con su mujer, no sé si tú…
-Por supuesto que se lo diré yo, Mónica y yo iremos a su casa.- Mónica, todavía abrazada a Álex lo confirmaba con la cabeza.
-Tomaros el resto del día libre, sé que estabais muy unidos a Soria.- Les dijo Elvira.

Cuando salieron se abrazaron con Benítez, el hombre estaba destrozado, después con García, ella fue la primera en entrar en la casa, pensaba que la señora se había olvidado cerrar la puerta de la calle en algún despiste por la edad, entró gritando para que la pudiera oír, cuando entró al salón se quedó de piedra, su compañero la ayudó a salir de la casa, era incapaz de dar un paso por ella misma, aquella imagen de los cuerpos en el suelo, con tanta sangre, la dejó paralizada y horrorizada. Todavía lo estaba mientras la abrazaban.

-¿Qué coño es esto?- Seguía preguntándose Álex mientras conducía con Mónica al lado.
-No lo sé ¿Qué ha pasado? No lo entiendo.- Le intentaba responder Mónica.
-Lo han hecho, alguien, o varios, lo han hecho, los han matado a los dos, pero… ¿Por qué? Por qué matar a una señora mayor y a un policía…
-Me parece Álex, que la llamada de la señora esta mañana, no era por los gatos, algo vio o algo pasaba en su casa, por eso llamó a la policía…- Pensaba Mónica en voz alta.
-Por eso Soria fue a su casa, él pensó que debía ser lo de siempre, tenía que haberse dado cuenta que si Catwoman no había ido a la comisaría era por algo ¡Me cago en la puta! ¡Hostia!
-Aun así, Álex ¿Por qué? ¿Por qué matar a un policía? Si querían robarle a una señora mayor que cuida de sus gatos, ¿Por qué matarlos a los dos? Es complicarse mucho la vida ¿No?
-Yo tampoco lo entiendo Mónica, aquí nunca había pasado nada, tú llevas solo unos meses, él y yo llevamos muchos años, jamás ha pasado nada serio, tú sabes que la distracción en comisaría, era saber a quién le tocaba hablar con la señora cuando venía buscando conversación, si hasta llevabas un Excel con la lista de agentes para que no perdiéramos el orden.

El coche paró delante del portal donde vivía Soria, Álex paró el motor, miró el portal.

-¡Hostia puta!- Se quejaba amargamente Álex.
-Esto va a ser duro, cariño.- Le decía Mónica acariciándole la cabeza.

Álex miró a los ojos a Mónica, los dos lo confirmaron con la cabeza, bajaron del coche y entraron en el portal, subieron en el ascensor y llamaron a la puerta. Cuando Susan la abrió se dio cuenta de que algo no iba bien, la cara que tenían los dos lo anunciaba.

-Es Soria, Susan.- Le dijo con un hilo de voz Álex.
-Soria ¿Mi marido? ¿Qué ha pasado?- Preguntó levantando la voz asustada Susan.

No les hizo falta contestar, las lágrimas que resbalaban por la cara de Mónica se lo dejó claro. Susan se tapó la boca, se quedó muda, muy despacio entró en el salón, Mónica detrás, Álex cerró la puerta de la entrada, Mónica se había sentado con Susan abrazándola, ninguna de las dos decía nada, solo lloraban ¿Qué se puede decir en estos momentos? Se preguntaba Álex pensando, mirándolas a las dos, nada, seguramente es mejor no decir nada, se respondió él mismo.


Pasaron las horas, Susan habló con sus padres y sus suegros, sus padres fueron a buscar a los niños al colegio. La casa se fue llenando de compañeros de Soria, fueron llegando para darle el pésame a la viuda, unos salían y otros entraban. Por la tarde, anocheciendo, entró Lita, se besó y abrazó con Susan.

-Descubre quien ha sido Lita, él te quería mucho.- Le dijo Susan.
-Lo sé, lo sé Susan, lo siento mucho de verdad.

Se volvieron a abrazar, después otros compañeros atrajeron la atención de Susan, entre ellas la agente García, que estaba a su lado sin dejarla sola en ningún momento. Álex apartó a Lita, Mónica se fue con ellos.

-¿Qué ha pasado Lita? ¿No creerás qué…?- Le preguntaba Álex.

Lita suspiraba.

-No sé quien ha sido, pero lo han hecho muy mal, no sé si querían robarle a esa pobre señora, Ana se llamaba, y Soria los ha enganchado…
-¿Los ha enganchado? ¿Quieres decir que fue más de uno?- Preguntó Mónica.
-Pondría la mano en el fuego que sí, uno solo no creo que fuera. Esa señora no podía cortarle el cuello así a nadie, además, hay claros signos de que lo hicieron por detrás, no creo que Soria se girara y disparara tres veces, cayendo los dos a la vez en el suelo…
-Eso es imposible Lita- Hablaba Álex.- se conocían, Soria había hablado con ella muchas veces en la comisaría, igual que yo, esa señora era una buena mujer, mi familia la conoce de toda la vida ¿Qué coño está pasando? ¿Esto tiene que ver con Reme y Magui?

Lita los miraba fijamente.

-Eso mismo he pensado yo, tantos años sin pasar nada, de golpe tres muertos, seguramente cuatro con la desaparecida, algo tendrán que ver creo yo, pero… lo cierto es que no he encontrado nada que los relacione, al menos en las pruebas forenses.
-Gracias Lita, muchas gracias… y lo siento, sé que tenías algo con él.- Le dijo Álex.

Lita izo una mueca y se fue.

A última hora de la noche, solo quedaron Mónica, Álex, Benítez y Susan.

-¿Necesitas algo Susan? ¿Quieres comer algo antes de que nos vayamos?- Le preguntaba Mónica.
-Yo me cuidaré de todo, no os preocupéis.- Les decía Benítez.

Álex y Mónica les miraron, estaban los dos sentados en el sofá, Susan no se enteraba de mucho, el médico le había suministrado un calmante, Benítez a su lado le pasaba un brazo por la espalda, ella dejaba caer la cabeza en su hombro. Álex y Mónica se dieron cuenta que había algo entre ellos, no sabían qué, pero se notaba la confianza uno en el otro, se miraron, se despidieron y se fueron.

Fueron unos días muy atareados, investigaron, pero lo más importante era Susan, el velatorio y el entierro de Soria. El comisario quiso organizar un entierro a la altura de las circunstancia, obligó a todos los agentes a vestirse de gala, a desfilar detrás del coche fúnebre por algunas calles de la ciudad. Con el uniforme oficial, Álex, Benítez y algunos más, llevaron el féretro a hombros en el cementerio, se tiraron salvas de homenaje y se hizo todo lo posible para honrar la muerte de Soria.

El día del entierro todos estaban demasiado tristes, nadie en la comisaría estaba para hacer su trabajo al cien por cien, Elvira así lo entendió y no quiso agobiar al comisario para forzar la investigación, prefirió esperar al día siguiente.

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