La Destartalá

Cómo parecía, a Elvira que sigan asesinando a las niñas, como si se rascara el coño. Con su mamá conversan como si nada, se ríen como lo psicópatas que son.

No sé en qué forma volverá Alex al ruedo. Calculo que será por las malas, que la logia haya encontrado la forma de bloquear el seguro de Elvira y esta recién después de todo este tiempo vaya a confesarle todo. Dudo que por su cuenta, él descubra algo, a menos que los psicópatas de sus padres encuentren una razón para contarle.

Sea como fuere, espero Alex haga justicia por esas niñas y haga pagar a toda esa banda de enfermos.
 
Bueno, vamos a darle tiempo. Cuando quiera o pueda, que ponga el próximo capítulo.

Claro ... "El buey pisa lento, pero la tierra es paciente".

Yo es que sufro por Álex y Mónica, tanta felicidad no es natural ... sufro tanto por ellos, que leo cada capítulo con temor de que "la realidad" que los envuelve los acabe atrapando y pille a Álex ahí, con la cabeza metida en la tierra, como un buen avestruz ... y con el culo al aire sin saber que hay quien le quiere dar por culo.
 
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Ya ... pero, como @Carlos Sevillista , que es fan de su club, yo soy fan de este club y no lo pienso traicionar por nada ... al menos la primera lectura la hago siempre aquí. Los comentarios al hilo, las reacciones inmediatas y el ambiente son "exclusivos" de este club e inigualables.
 
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...

Mónica y Álex llegaron por la noche al apartamento, las obras en la casa seguían lentamente su proceso, tendrían que esperar todavía un tiempo para poder vivir en ella, de fuera la pintarían y arreglarían alguna cosa que estaba rota, la dejarían como estaba, o casi, ampliarían las ventanas, las harían más grandes, era un casa vieja y las ventanas eran pequeñas, como se estilaba en su época. De dentro la hacían nueva, las cañerías y la instalación eléctrica eran muy viejas y las modernizaban, eso era lo primero, después vendría todo lo otro, nueva distribución de las habitaciones y muchos cambios.

Se ducharon y se sentaron a cenar.

-Sabes- Le decía Álex.- estoy leyendo un informe curioso.
-¿Curioso?- Le preguntaba Mónica.

Álex dejó el tenedor encima del plato, dobló la servilleta y miró fijamente a Mónica, como cuando se va a decir algo importante, Mónica lo miraba expectante, ella seguía masticando con el tenedor sujeto por la mano en alto.

-Me parece… creo…- Dudaba Álex.
-Venga hombre, que me tienes en ascuas, dilo ya.
-En una ciudad hay otra secta, está pasando lo mismo que pasó aquí.- Dijo Álex, hablando muy rápido.
-¿Qué dices?- Preguntaba Mónica escéptica.
-Me he leído una y otra vez el informe, consultado algunos periódicos en esas fechas y te aseguro que algo raro está pasando.- Se animaba Álex diciéndoselo.
-¡No me jodas! ¿Te refieres a que está pasando algo parecido a lo que pasó aquí?
-Sí, sí, sí, lo que ocurre es que esta vez es en un orfanato, hay muchas desapariciones, de chicas precisamente, y ponen la misma escusa, que las chicas ya tienen una edad y se van.

Mónica había dejado de comer y miraba a Álex.

-¿Seguro que no estás obsesionado con este tema? Tal vez… leer tantos informes influenciado por lo que nos pasó, te afecte.- Intentaba razonar Mónica.
-Si te lo digo, es porque veo similitudes en los dos casos.
-Similitudes, similitudes, además, allí tienen su policía ¿No? Lo habrán investigado, sabrán ellos mejor que nadie lo que pasa y lo que no pasa.
-Bueno… no sé… yo solo…- Dudaba Álex.
-¿Quién firma el informe?- Preguntaba Mónica.
-Nadie, eso es lo raro.
-¿No lo firma nadie?- Insistía Mónica.- Pues no será muy serio.
-Mira, no lo sé, diciéndolo así, no sé.
-Tranquilo cariño, vamos a seguir cenando.
-Sí, será lo mejor.- Le confirmaba Álex decepcionado.

Mónica se dio cuenta, le agarró de una mano mirándole directamente a los ojos.

-Escucha cariño, nos estamos haciendo una casa, queremos casarnos en un futuro, tener familia, estamos bien, tranquilos ¿Es así o no?
-Sí, sí, yo no te hablo de eso, mi vida, lo nuestro va muy bien, es solo que… bueno, he visto ese caso y me ha recordado mucho…
-Ya, pero ese caso pertenece a otra gente, a otros compañeros, ellos estarán ocupándose de él.- Intentaba convencerlo Mónica.

Álex siguió cenando en silencio, Mónica estaba convencida de que él seguiría investigando por su cuenta, cuando se ponía cabezón con algo no había manera de sacárselo de la cabeza.



Era un sábado por la tarde, Elvira descansaba estirada en el sofá mirando una serie, la verdad, no le hacía mucho caso, habían pasado varios capítulos sin enterarse de nada de lo que iba el tema. Aquella mañana se había machacado literalmente en el gimnasio, comió algo y se estiró en el sofá. Pensaba, había visto dos días seguidos a Fran, Paco para ella, el día anterior cenaron, lo estuvo provocando todo lo que pudo, intentaba hacerse la desagradable, como hacía siempre que se encontraba en una situación parecida, en cuanto notaba que algún hombre se interesaba por ella, lo hacía. Como hizo con Álex cuando lo vio, esa vez fue más fácil, ya sabía con antelación que se encontraría con él. Y esta vez intentaba hacer lo mismo, intentaba que se separara de ella, no tener ningún tipo de relación, pero… No sabía que le pasaba, ni conseguía ser desagradable con él, cuando lo provocaba, parecía más una gracia que una provocación, acababan los dos riendo, y él… ¡Joder! Él… él le gustaba ¡Coño! Le gustaba mucho y eso hacía que ella tuviera una lucha interna de puta madre, por un lado pensaba ¿Por qué no? Por qué no lo puedo probar, tener una pareja estable, tampoco quiere decir que tengas que estar toda la vida con él. Llevas mucho tiempo sola, que alguien te quiera y te de cariño no esta tan mal, además, seamos sinceros, tú lo necesitas, si sigues así te acabarás convirtiendo en una puta amargada, bueno, amargada ya lo estás, para que engañarte, desde que tuviste que separarte de Álex lo has estado, es la primera vez que conoces a un hombre con el que te sientes bien, no te molesta su compañía y… sí, sí, reconócelo, te lo follarías, te atrae, te atrae mucho, es que es guapo el cabrón, y… tiene ese cuerpo que tanto te gusta de los hombres, un hombre alto con un cuerpo musculoso, trabajado en el gimnasio, en el gimnasio y vete a saber donde, seguramente en el ejercito, porque policía está claro que no lo es. Y esa melenita, no es tan larga como la de Álex pero que bien le queda ¡Hostia Elvira! ¿De verdad lo estás comparando con Álex? Existen más hombres aparte de él ¡Coño!

Elvira se giraba en el sofá, se colocaba boca arriba, mirando el techo, definitivamente no le hacía ni puto caso a la serie que había empezado a ver. Seguía pensando, ya lo sabes, si quieres verlo solo tendrás que ir al bar de siempre, seguro que él estará allí, anoche no quedamos en nada, es como si los dos ya supiéramos que si queremos vernos donde tenemos que ir. Igual él no se presenta, es posible que este harto de mis tonterías, supongo que con otra tía ya habría follado, por qué… -Sonreía Elvira pensándolo.- el tío está para mojar pan, si no he mojado yo nada es porque no he querido, el chico me lo pone fácil. Escucha mira, ya está bien de darle vueltas a la cabeza, pareces una adolescente enamorada… Elvira giró los ojos mirando el ventanal que daba a la terraza ¿Enamorada? Se preguntó a ella misma ¡Anda ya! ¿Cómo te vas a enamorar de un tío tan rápido? Estás fatal tía. Volvió a girar los ojos mirando la televisión ¿Y esta mierda de serie de qué coño va? Yo que sé, mira, mejor duermo un rato la siesta y después ya veremos. Elvira se quedó dormida.

Por la noche, Fran se tomaba una cerveza en la misma mesa que lo hizo el día anterior, esperaba, deseaba que Elvira se volviera a presentar. Desde que la vio por la mirilla de su rifle sintió algo, de hecho, pensaba que había tenido mucha suerte, si no llegan a anular la orden de asesinarla no sabía que habría hecho, le costaba creer que habría podido dispararle, seguramente hubiera acabado avisando por radio diciendo que no tenía un tiro claro, dejaría que su compañero se ocupara de ella. Por suerte anularon la orden y pudo disfrutar de la vista de su cuerpo por detrás, que buena está la cabrona, que culo tiene ¡Joder! Me tiene loco desde que la vi, pensaba Fran… Y que suerte encontrármela el otro día aquí, cuando me decidí a hablar con ella, la verdad es que no lo tenía muy claro, la tía impresiona, se le ve con carácter, la única manera que encontré de atraer su atención fue confesándole que era yo quien estuvo a punto de dispararle, y la verdad, yo pensaba que le sentaría peor de lo que le sentó, no te dice alguien cada día que ha estado a punto de matarte, pero escucha, ella no le dio importancia y después me sacó información, hay que reconocer que como policía es buena.

Fran le fue a dar un trago a la cerveza, levantó la copa para beber y… la vio. Elvira entraba en el local, caminando con paso firme, lo había visto y se dirigía donde estaba él, y como venía ¡Por Dios! Qué guapa está, pensaba Fran, ese vestidito corto y esa especie de gabardina por encima le sienta muy bien, ya se acerca el buen tiempo pero por las noches todavía refresca, me parece que hoy se ha arreglado y se ha puesto así de guapa por mí.

Elvira entró en el bar, miró la misma mesa donde estaba sentado Fran el día anterior y allí lo vio. Ella entró, con paso firme, tenía muy claro lo que iba a hacer, se acercó donde estaba él, Fran, muy educado, como se había comportado con ella cada vez que se veían, se levantó, ella se colocó justo delante de él, bastante cerca, muy cerca, le puso una mano en una cadera, la otra le acarició la cara, a la vez que acercaba su cabeza a la suya y lo besaba en la boca, con pasión, entregándole la lengua. Fran, Paco para ella, se quedó por un momento paralizado, no se lo esperaba, no tardó mucho en reaccionar y pasarle los brazos por la espalda devolviéndole el beso, un beso apasionado.

-¿Nos vamos de aquí?- Le preguntó Elvira sin separarse.
-Donde tú quieras.- Le respondió él rodeándola con sus brazos.

Fran pagó la consumición y salieron a la calle, llegaron al coche de Elvira, entraron los dos y salieron de allí. Ella condujo hasta un hotel, entró directamente al parking, desde allí, por un ascensor llegaron hasta la planta que ella indicó. Caminaban por el pasillo mirando el número de habitación.

-Muy discreto.- Opinaba Fran.
-No creo que nos interese de momento saber donde vivimos ¿O sí?
-A mí no me hubiera importado ir a mi apartamento.
-Pues a mí sí, al mío no te llevo ni en broma.

Le decía Elvira, mientras acercaba el móvil a la puerta de una habitación para abrirla.

-Tú debes de ser por lo menos una espía, yo nunca había entrado de esta manera tan discreta en un hotel.- Los dos reían atravesando la puerta de la habitación.

Elvira dejó el bolso encima de una silla, se giró y se miraron a los ojos, Fran se acercó a ella, le puso una mano en la cintura, con la otra le acariciaba la cara, ella dio un paso atrás, apoyando la espalda en la pared, él se juntó con ella, la besó, se entregaron las lenguas, por un momento con pasión. Elvira separó los labios de los suyos, le miraba a los ojos.

-Lo siento Paco, yo… pensaba que sería fácil volver a… pero ahora, no sé…

Fran se dio cuenta que a Elvira le costaba dar el paso, seguramente la herida que tenía en su corazón, aquella que no le quiso explicar, era demasiado grande.

-Tranquila- Le decía él, sin dejar de acariciarle la cintura y la cara.- si no quieres seguir no pasa nada, podemos intentarlo otro día, o nunca más, lo que tú quieras.

Elvira le sonreía.

-¡Que cabrón! Ven aquí.

Le decía Elvira mientras le agarraba del pescuezo volviéndolo a besar, esta vez sí, con pasión desatada, con ganas, aquellas palabras de Fran, apoyándola, dejándola decidir lo que quisiera hacer, la convencieron. Lo besaba y bajaba una mano agarrándole la polla, apretándosela, notando como le crecía por dentro del pantalón. Él no perdía el tiempo, le había recorrido una pierna con una mano y se la había metido por debajo del vestido, acariciándole el coño por encima de las bragas. Elvira suspiraba de excitación, ningún hombre, ninguno, después de Álex le había hecho algo así, no se había dejado tocar por nadie. Cuando pagaba por follar lo hacía fríamente, cómeme el coño, te follo y te largas. Ese día era diferente, Fran, Paco, la estaba acariciando, que digo acariciando, le estaba metiendo mano en el coño descaradamente, se lo estaba tocando y le gustaba, se estaba mojando las bragas, lo notaba ella. Elvira, le había bajado la bragueta del pantalón y se las había apañado para sacarle la polla y poder pajearla, no está mal, pensaba ella, la tiene acorde al tamaño de su cuerpo, que buena polla, me gusta. Gimió de gusto, Fran le acababa de apartar las bragas y le pasaba los dedos por el medio del chichi, rozándole los labios vaginales. Elvira se giró, lo dejó a él apoyado en la pared, le desabrochó el cinturón y el pantalón, bajándoselos con los calzoncillos, le miró la polla sin dejar de pajearla, la tiene lo suficientemente grande para lo que quiero hacer, pensó. Se quitó la gabardina, bajo la atenta mirada de Fran, se metió las manos por debajo del vestido, se bajó y se quitó las bragas, tirándolas encima del bolso. Volvió a besarlo, a restregar su lengua con la suya, mientras tanto, le agarraba la polla, se colocaba más cerca de él y se la ponía en medio del chichi, frotándose con ella, dejando que se deslizara entre sus labios vaginales, masturbándose con ella, los dos gemían de gusto. Fran le dejó toda la iniciativa, como la vio dudar al principio no quiso interrumpirla, que haga lo que quiera, pensó, y eso hacía ella, lo que quería, lo que había pensado. Le volvió a agarrar la polla, se la apuntó en el agujero del coño, a esas alturas lo tenía empapado, con un pequeño movimiento de cintura, se la metió un poco, los dos gimieron mirándose a los ojos, ella volvió a mover la cintura penetrándose más profundamente, él pensó que no se había puesto un condón, no estaba la cosa como para preguntar en aquel momento. Ella también lo pensó, para qué, fue su respuesta, tomaba la pastilla desde hacía muchos años, le ayudaba a regular la regla, preñada no se iba a quedar, y él, bueno, le inspiraba confianza, no parecía el típico tío que se follaba todo lo que le aparecía por delante, además, le había mirado la polla, estaba limpia y tenía buen aspecto, claro que con lo caliente que voy me habría parecido de buen aspecto cualquier cosa, pensaba Elvira.

Ella se movía, arriba y abajo, adelante y atrás, follándose a Fran, él, apoyado en la pared, intentaba ayudarla a penetrarse, a metérsela lo más profundamente posible vamos, lo estaba poniendo caliente como una hoguera, como se movía, como gemía, como se agarraba a su espalda y a su culo sujetándose mientras se lo follaba. Elvira dejó de agarrarse a la espalda y al culo de Paco, subió los brazos y se los enrolló en el cuello, abrazándolo, moviendo la cintura más rápidamente, más duramente, gimiendo levantando la voz, casi gritando, se estaba corriendo, Fran la sujetaba por las caderas, ella se corría, cerraba los ojos, disfrutaba de su primer orgasmo, después de Álex, interactuando con un hombre, no tratándolo como a un trozo de carne con ojos.

Cuando acabó, miró a los ojos de Fran, él le sonreía.

-¿Bien?- Le preguntó Fran.
-Muy bien, no me acordaba lo que era esto.

Le respondía Elvira temblándole la voz, se acababa de correr y notaba la polla de Fran dentro de su coño, dándole gustillo. Lo besó, le quitó la ropa, lo dejó en pelotas, allí de pie, delante de ella, le miraba el cuerpo desnudo mientras ella se quitaba su ropa. Le agarró una mano y lo colocó delante de ella, al lado de la cama.

-Fóllame.- Le pidió, a la vez que apartaba la colcha de la cama.
-¿Cómo quieres que lo haga?- Le preguntó él prudente.
-Como quieras, te lo has ganado.

Fue la respuesta de Elvira, él la besó, le acarició de nuevo la cadera mientras se dejaba caer lentamente encima de ella, acabando los dos estirados encima de la cama. Fran se fue colocando, ella habría las piernas, estaba claro lo que él quería, meterse en medio de sus piernas y ella no se lo impediría, le dejaría hacer lo que quisiera. Fran se agarró la polla, la apuntó en la mojada entrada del coño de Elvira y se dejó caer, metiéndosela hasta el fondo sin parar, apretando cuando no pudo meterla más, ella gimió, que gusto le daba sentirse penetrada por Paco, eso sí era follar, eso sí era disfrutar del sexo, como lo recordaba con Álex ¡Joder! Otra vez pensando en él, no puede ser, se decía así misma en pensamientos Elvira, sin darse cuenta le apoyó una mano en el costado, como hacía con Álex, se dio cuenta y cambió la mano de sitio, le agarró el culo a Fran, apretándoselo, dándole a entender que le diera caña, que se la follara con ganas, y él la entendió, levantó el culo, hizo una pequeña pausa, y lo dejó caer con fuerza, metiéndosela de golpe, dándole un buen pollazo. Elvira gritó de gusto y se agarró con más fuerza al culo de Paco, con las dos manos, levantando las piernas para ofrecerle una mejor penetración, más profunda, más placentera. Fran veía a Elvira y se esmeraba en darle placer, en hacer que disfrutara, que gritara de gusto, que se corriera una segunda vez. A ella, el gusto la inundaba, podía con ella, se hacía insoportable, era demasiado fuerte, se iba a correr otra vez, lo notaba, apartó las manos del culo de Fran, estiró los brazos encima de la cama, agarrándose con fuerza a las sabanas, las piernas también intentó estirarlas, lo hizo todo lo que pudo, lo que Fran le dejó. Él se había apoyado con las manos en la cama, incorporó el cuerpo y levantaba y bajaba el culo con una fuerza follándosela que parecía que iba a partirla por la mitad, era lo que ella quería, que la partiera, que la partiera de placer, de gusto, hasta correrse. Y es lo que pasó, Elvira comenzó a gritar corriéndose, cerraba los ojos para que Paco no viera que se le ponían en blanco, estiraba el cuello doblando la cabeza para atrás, los nudillos de las manos se le ponían en blanco de la fuerza que hacía apretando la sabana, la cadera se le levantaba, las piernas intentaban estirarse tensas por el orgasmo. Fran se mantenía en medio de sus piernas, dando golpes de cintura sin dejar de follársela, viendo como a Elvira se le tensaba todo el cuerpo, no dejó de moverse hasta que vio que ella no podía más y se relajaba, hasta que comprobó que el orgasmo le iba bajando a Elvira, entonces, muy suavemente, le metió y sacó varias veces la polla en el coño, hasta correrse él también. Cuando Elvira notó que Fran se corría, se abrazó a él, le rodeó el cuello con sus brazos, notando como le entraba la leche en el coño y como le salía, tenía el chichi lleno de flujos, se había corrido dos veces, y como se había corrido.

Cuando Fran acabó, no se dijeron nada, se quedaron quietos, abrazados, uno encima del otro, los dos sabían que había pasado algo especial. Para Elvira volver a disfrutar de algo que tenía olvidado, algo que se había prohibido a ella misma, volver a disfrutar del sexo con un hombre. Para Fran, Paco para Elvira, no sabía exactamente por qué, pero sabía que había sido importante para ella, y para él, no podía negar que habían pegado un buen polvo, muy bueno, y él tampoco es que tuviera una buena temporada con lo que al sexo se refería, tampoco le gustaba follar con la primera que se presentaba, y mira, con Elvira, con aquella mujer a la que tenía orden de matar, había follado de puta madre, es que está como un queso de buena la cabrona, pensaba con una sonrisilla Fran.

Se ducharon y salieron de allí tan discretamente como habían entrado, cuando Elvira salió con el coche del parking.

-Vamos a cenar, te invito.- Le dijo Elvira a Fran.
-Eso está bien, así compartimos gastos, un día tú y otro yo.
-¿Te ha gustado? ¿Te lo has pasado bien?- Le preguntaba Elvira.
-Mucho, me lo he pasado muy bien, es la primera vez que una tía me folla de pie.- Le contestaba él.
-¡Ah! Tendré que cobrarte por las clases de sexo.- Se cachondeaba ella riéndose.
-¡Si hombre! Como si tú no te lo hubieras pasado bien, solo había que verte.
-Escucha Paco, la formación vale dinero, hoy te he enseñado algo nuevo, así que ya te pasaré la factura.
-¿Contigo no se puede hablar nunca en serio?
-¿Qué quieres? ¿Qué te hable de mí? ¿De mí familia? ¿De cosas personales? Pues no, ya sabemos el trabajo que tenemos, no podemos hacer eso.
-Pues, es una relación muy rara…
-Imagínate, una relación entre un asesino a sueldo y una…
-¿Una qué?- Preguntaba interesado Fran.
-Una policía Paco, una policía.
-Ya.
-¿No te crees que sea policía?
-No.
-Ya te enseñé la placa.
-Me has enseñado algo más que la placa.
-¡Calla guarro!

Los dos reían, Elvira lo llevó a cenar a un buen restaurante, después se tomaron una copa en el mismo local, hablando de cosas intrascendentes, claro. Después lo acompañó a donde tenía aparcado su coche, cerca del bar donde se veían.

-Gracias por traerme Elvira ¿Nos veremos mañana?- Le preguntaba Fran, él de pie en la acera y ella sentada dentro de su coche.
-Sí.- Contestaba ella escuetamente.
-Podrías darme tú teléfono particular, para llamarte si me sale algún imprevisto o algo.
-De eso ni hablar, Paco.
-Y dale con lo de Paco, lo haces para tocarme los cojones ¿Verdad?
-Verdad, y no te doy mi teléfono.
-Vale, pues apunta tú el mío…
-Tampoco me interesa saber el tuyo, mañana nos vemos aquí… Paco.

Elvira aceleró, Fran le gritó- Eres una cabrona.- ella sacó la mano por la ventanilla haciéndole otra peineta. Los dos reían.

...
 
A mi también me a parecido la actitud de Mónica sospechosa, además la relación de l Fran no la veo, ella es poliby esta con alguien que cada vez quexse lo ordenan muere alguien.

Lo siento por la felicidad de Mónica y Alex, pero yo aquí veo gato encerrado.
 
A mi también me a parecido la actitud de Mónica sospechosa, además la relación de l Fran no la veo, ella es poliby esta con alguien que cada vez quexse lo ordenan muere alguien.

Lo siento por la felicidad de Mónica y Alex, pero yo aquí veo gato encerrado.
Bueno, es que en realidad creo que aquí todos tienen una "misión". La de Elvira la conocemos y su duro sacrificio es lo único que da sentido a su vida, el estar pendiente y saber que ha valido la pena y hacer lo posible para que siga valiendo la pena. De Paco podemos sospechar que tal vez también hay una misión detrás ... o tal vez no ¿Pero y si ...?. Y ahora el autor nos acaba de echar la carnaza con la reacción de Mónica, muy ladino él nos empieza a atrapar proponiéndonos una especie de juego de dobles parejas, nos las empieza a poner en paralelo y así es más fácil creer ver "paralelismos", Paco parecía tener una misión y Mónica no lo parecía ¿Pero y si ...?

El que está claro que no tiene ni idea de su misión en la vida es el mindundi ... va por ahí con todo regalado y sobreprotegido como un bebé.

La reacción de Mónica podría tener motivaciones ocultas o ser simplemente otro de esos sentimientos protectores que provoca Álex en sus más allegados ... "... anda niño no juegues con eso que es peligroso y te puedes hacer daño."
 
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Quiero dejar claro que Álex me parece una buena persona, hasta extraordinaria, es amigo de sus amigos, al que quieren sus amigos y su familia, canta bien, es alto y fuerte, se cuida físicamente y se mantiene en forma con un vida sana, tiene una novia que lo ama ... y otra exnovia que también lo ama, folla de lujo y quien folla con él sabe que nada volverá a ser igual y que no lo hará con nadie como con él ... además es un santo, él no ha hecho nunca nada que pueda dar razones a los demás para alejarse de él, odiarlo y ni tan siquiera enfadarse con él ... es una persona admirable y tiene una vida envidiable, cualquiera sería una mala persona si le desease algo malo que quebrase su felicidad ... y ese es el problema, la rabia que me da, la envidia que le tengo al puñetero mindundi ... y lo mala persona que me hace sentir.

¡Joder! maldita naturaleza humana ... esta mala conciencia no la tiene una puta Inteligencia Artificial.
 

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