Mi esposa y el coach

Corelli

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22 Jun 2023
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Historia basada en confesiones reales, reescrita y traducida al español.

Me llamo Hugo, tengo 44 años y estoy casado con Sandra (39). Hemos estado juntos durante 11 años, sin hijos. Solíamos ser una pareja bastante rellenita hasta hace 2 años, cuando me hice un análisis de sangre y descubrí que era propenso a contraer diabetes e hipertensión. Realmente me asusté y ambos, poco a poco, empezamos a llevar una vida más saludable. Pasé de pesar 117 a 85 kg, mientras que Sandra pasó de 83 a 65 kg. Nos sentíamos genial y, como era de esperar, nunca desarrollé esas enfermedades.

Solíamos ir al gimnasio casi todos los días por la tarde. Fue allí donde conocimos a Sergio, nuestro coach. A medida que mi esposa comenzó a ponerse en forma, noté que varios hombres comenzaron a notarla. Sergio no fue una excepción. De cierta manera, estaba orgulloso de Sandra. Tiene una figura envidiable, con un buen busto y unas piernas magníficas. El orgullo que sentía se fue diluyendo, convirtiéndose más bien en incomodidad al ver las atenciones que recibía mi esposa. Sergio no solía ponerle mucha atención a Sandra, el ayudaba a las chicas en forma y de cuando en cuando, lo atrapaba mirando sus culos discretamente cuando creía que nadie lo miraba. No me importaba mucho, pero cuando Sandra comenzó a mostrar resultados, la atención de Sergio se centró poco a poco en ella. Empezó a darle consejos para mejorar su técnica, hablar de rutinas e incluso a supervisar sus ejercicios en busca de posibles errores. Sandra parecía disfrutar de la atención que recibía.

Una vez, estábamos usando las máquinas elípticas, frente a ellas, hay una máquina de cables. Sergio se quitó la camiseta y empezó a hacer cruces. Me giré hacia Sandra con cara de "¿Puedes creer a este tipo?" ella lo estaba mirando y se humedeció los labios. Vi a Sergio y puedo jurar que estaba sonriendo. Me sentí destrozado. Quiero decir, yo estaba poniéndome en forma, pero no soy tan musculoso y en forma como él. Cuando íbamos de camino a casa, hice un comentario sobre cómo Sergio estaba presumiendo.


—¿En serio? No me di cuenta —dijo Sandra.

—Estabas mirándolo fijamente —respondí.

—No lo recuerdo. Debe ser que estaba pensando en otra cosa —Ella contestó.

Encogí los hombros y seguí conduciendo, pero a partir de ahí, noté que hablaban más frecuentemente en el gimnasio.

Unas semanas después, Sandra estaba haciendo sentadillas con la máquina Smith. De repente, Sergio haciéndose el amable, fue a ayudarla. La agarraba por la cintura, cosa que claramente me hizo enfadar. Ella terminó la primera serie y me acerqué.

—Yo me encargo de aquí en adelante —le dije desagradablemente al entrenador.

—No hay problema, colega —sonrió Sergio y se fue.

Sergio suele decirle a todo el mundo colega, pero en esta ocasión lo sentí un poco diferente la forma en la que lo dijo. Mi esposa me conoce muy bien, y cuando escuchó mi tono de enfado, dijo: "Por dios Hugo" A lo que yo contesté: "Hablaremos de esto en casa".

En casa, la situación se volvió dramática. Ella me llamó inmaduro y celoso. Le dije que noté que él estaba intentando conquistarla, y Sandra respondió que estaba viendo cosas donde no las hay, y si fuese así, nunca me engañaría después de tantos años juntos. Entonces le pregunté por qué permitió que él la tocara, Sandra contestó que no quería ser grosera, que él solo estaba intentando hacer su trabajo, pues Sergio siempre se ofrece a ayudar a todos.

“A ayudar a las mujeres dirás” —contesté amargamente.

Después de discutir durante aproximadamente una hora, acordamos cambiar de gimnasio. Así que fuimos a otro lugar para hacer ejercicio, pero Sandra estuvo resentida conmigo en los meses siguientes, argumentando que no confiaba en ella.

En el tercer mes después de cambiar de gimnasio, se presentó una oportunidad muy buena en mi trabajo, pero en horario de tarde. Lo discutimos y acepté el trabajo, lo que implicaba que teníamos que ir al gimnasio en horarios diferentes. Yo iba por la mañana y Sandra por la tarde. Fue entonces cuando todo empeoró. El resentimiento de mi esposa aumentó y apenas hablábamos. Le enviaba mensajes contándole sobre mi día, que la extrañaba, memes. Pero ella rara vez respondía o simplemente decía: "Sí, vale, lo mismo aquí, jajaja". Estaba muy preocupado y propuse terapia de pareja. Ella dijo que yo era quien necesitaba terapia, porqué yo era el que tenía problemas de confianza. Estuve de acuerdo. Estaba tan desesperado por arreglar nuestro matrimonio que incluso llegué a pensar que todo era culpa mía.

Así que al año siguiente (2022) fui a terapia, pero el comportamiento de Sandra no cambió. Ya no éramos íntimos, nunca estaba de humor. Husmeé en su teléfono, pero no encontré nada fuera de lo común. Miré dentro de su coche en busca de un segundo teléfono. Nada. Volví a revisar su teléfono para ver el historial de mapas. Solo me mostraba Casa-Trabajo-Casa-Gimnasio-Casa. Cada vez que intentaba hablar con ella, simplemente decía que sentía que estaba pasando por una fase de los 40. Nunca tuve pruebas de una infidelidad, así que seguí trabajando y preocupándome.

Vivimos en un condominio. El guardia de seguridad, un hombre muy alegre al que llaman "Sr. P", me saludaba cada que llegaba. Platicábamos mucho. En una ocasión, cuando hablábamos, me dijo que ayer tuvo problemas con la iluminación de la casa, que al parecer era un corto y me pidió que si le podía pasar el número del electricista. Le dije "¿Quién?" Él dijo "El tipo que vino la semana pasada que se quedaron sin luz". Me llevó un segundo procesar esto. Le dije "¿Tienes un video de él?" Creo que notó que me puse pálido y se apresuró a mostrármelo. ¿Adivina de quién se trataba? Por supuesto, Sergio. Me tomé el día libre y comencé a investigar. Le pedí a un compañero de trabajo su coche y por la tarde seguí a Sandra. Estacionó su coche en el centro comercial donde está el gimnasio, y allí estaba Sergio esperándola. Se ríen y se comportan como una pareja. Besos, abrazos, casi me desmorono al verlos. Caminan un par de cuadras y entran en una zona residencial. Intenté seguirlos con mi teléfono listo para grabar, pero el guardia me detuvo y me preguntó: "¿Puedo ayudarte?" Solo dije: "Qué bonita pareja, ¿los conoces?" Dijo que cree que son recién casados, pero no puede decirme nada más. Llamé a Sandra, pero nunca respondió. Fui a su coche en el centro comercial y me pregunté, ¿por qué ese lugar no aparece en el mapa? Marqué de nuevo y pude escuchar su teléfono dentro de su coche. Por eso.

Regresé el coche a su dueño y fui a casa, luego llamé a mis padres. Afortunadamente, mi papá contestó y le conté todo. Estaba llorando y él me consoló y me dijo que obtuviera pruebas. Obviamente, mi matrimonio ha terminado y necesito recopilar todo lo que pueda mientras él contactará a uno de sus amigos, que es un excelente abogado de divorcios. Jane me llamó cuando vio las dos llamadas perdidas. Simplemente le dije que ya estaba en casa y ella me dijo: "Estoy de camino desde el gimnasio. Me duele mucho el trasero" (sí, puedo adivinar). Cuando me vio, preguntó: "¿Qué pasó, por qué lloraste?" No sé cómo, pero estaba mentalmente enfocado, sonreí y le dije que me había agarrado la gripe, por eso salí temprano del trabajo. “No te acerques, podría ser el virus ese, me harán la prueba mañana. Dormiré en la habitación de invitados". Ella estuvo de acuerdo. Lloré en silencio y no pude dormir ni un minuto. Cerca de la medianoche, la oí riendo. Supongo que estaba enviándose mensajes con Sergio. No encontré ninguna evidencia de que estuviese en contacto con otro hombre. Luego me di cuenta, ¿por qué no lo vi antes? Apuesto a que su amante se disfraza como una de sus compañeras de trabajo.

Por la mañana, mientras Sandra estaba en la ducha, tomé su teléfono y creé una sesión en mi computadora portátil, luego volví a poner su teléfono en el mismo lugar (ambos podemos desbloquear nuestros teléfonos). La sesión funciona mientras el teléfono está cerca de mi computadora portátil o en la misma cuenta de WiFi. Luego lo vi. Bajo un nombre femenino, la foto de perfil era una mancuerna. Entré y la mayoría de las conversaciones estaban borradas, supongo que usan palabras relacionadas con el trabajo como código en caso de que yo intente husmear, "¿Puedes entregar los papeles en mi escritorio?" Sé que no tiene un escritorio en el trabajo. "Yendo a la reunión, ¿dónde estás?" En la parte superior de ellas "El jefe está en su oficina. No tiene idea" (bastante astuto. Supongo que yo soy el "jefe" porque sé que su jefa es una mujer). Sandra salió de la ducha y me vio.

—Te ves peor, ¿por qué no te quedas con tus padres? — dijo mi esposa.

Negué la idea pensando en obtener pruebas. Después de que Sandra se fuera, me puse en contacto con mi papá y me dio el nombre y el número del abogado, lo llamé y le expliqué todo. Él me dijo que las capturas de pantalla que tomé en mi computadora portátil no sirven de nada, no tienen ninguna evidencia real ya que no está el nombre del amante y ella fue lo suficientemente inteligente como para dejar fragmentos de conversaciones que parecen bastante inocentes. Puedo tomar fotos de ellos en el centro comercial, pero ella puede argumentar que son solo amigos cercanos y no puedo invadir la zona.

En el trabajo, estaba en modo zombie, pensando en cómo obtener pruebas. Podría instalar cámaras ocultas en mi casa, pero por lo que sé, Sergio rara vez va a mi hogar y Sandra podría descubrirlas. A menos que... yo esté fuera de casa. Le envié un mensaje de texto a Jane y le dije que estoy seguro de tener el virus y me quedaría con mis padres, porque tal vez necesite ayuda. A ella le gustó la idea y me dijo que me extrañaría pero que me llamaría todos los días. Cuando colgué, llamé a mi papá y a mi hermano.

Cuando llegué a casa, ella ya había empacado una maleta para mí. La pera estaba tan ansiosa por deshacerse de mí. Le dije que tomaría mi computadora portátil y luego revisé sus mensajes:

"El jefe estará fuera de la oficina, ¿quieres venir a mi escritorio?" Envió este mensaje casi después de que le dije que tenía el virus. Bien, ella picó el anzuelo. No cenamos, no hubo besos ni abrazos. La vi mirando su reloj dos veces. Desde la puerta le dije: "Te extrañaré". Esperaba que me cerrara la puerta en la cara, pero ella me acompañó hasta mi coche. Y me fui. Mi papá y mi hermano estaban fuera del edificio esperando a que apareciera Sergio, pero no apareció. Después de media hora pensé, ¿por qué me acompañó hasta mi coche? ¡Por supuesto! Porque Sergio ya estaba dentro del edificio, quizás dentro de su coche. Sería muy sospechoso si su "electricista" viniera a esta hora.

Regresé, me apresuré a mi casa y entré en silencio. Escuché música proveniente del dormitorio. Junto a la puerta hay un sofá, la ropa de mi esposa y la de Sergio estaban sobre él. El corazón me palpita muy rápido a medida que comenzaba a acercarme al cuarto. Ya podía escuchar los gemidos por detrás de la puerta que habían dejado entreabierta. Puse mi teléfono a grabar y entonces los vi. Estaban de espaldas a mí. Sandra, el amor de mi vida durante 11 años, en todo su esplendor, estaba en cuatro con Sergio detrás de ella bombardeándola.

Hacía tiempo que no miraba el culo desnudo de Sandra. Ya no era el culo rellenito de grasa que recordaba, ahora era firme y voluminoso, y este nuevo culo le pertenecía a él. Mi esposa jadeaba y resoplaba de placer. Sandra terminó por acostarse en la cama. Sergio la abrió de piernas y fue introduciendo su polla hasta caer sobre ella.

—¡Ah cabrón, no la metas así de golpe! —se quejaba mi esposa.

Pero poco duraron sus quejas cuando Sergio empezó su vaivén de forma lenta y pausada. Sacaba su polla unos momentos, y la volvía a clavar dentro del coño de mi mujer, cada vez llegando más fondo. En un momento dado, Sergio detuvo sus movimientos para tomar el celular y sacarle unas fotos al culo sudado de mi mujer. Al ver que Sergio se estaba tardando, Sandra movió su culo buscando el contacto de su coño con la polla de él. Sergio se divertía al ver la desesperación de mi esposa, y jugaba frotando su polla.

—Déjate de juegos y follame… —suplicaba Sandra

—¿Qué dijiste? no te escuché —se burlaba él.

—¡Quiero que me folles cabrón! Méteme tu… ahhh joder sí —gimió mi esposa al ser interrumpida por las rápidas envestidas de Sergio.

Había visto más que suficiente. Capturé unos buenos segundos sus caras cuando me vieron entrar por la puerta. Sandra gritó y se cubrió con la manta. Sergio se convirtió en un macho alfa de inmediato, caminando desnudo hacia mí (capturé una imagen de él tomando a mi esposa sin pudor). Me gritó agresivamente: "¿Por qué no te vas a dar un paseo, colega?". Le golpeé la garganta con la mano abierta. En unos momentos, Sergio comenzó a toser y jadear, arrodillado en el suelo. Grité: "¡Fuera de mi casa!" y lo eché lanzándole su ropa. Cuando mi papá, mi hermano y el Sr. P llegaron a casa. Les dije: "Yo me encargo de esto" y cerré la puerta.

Sandra todavía estaba en la cama, cubriéndose a sí misma, temblaba. Le dije: "Nunca te he hecho daño y nunca lo haré. Vístete, te esperaré en la sala de estar". Mientras esperaba, envié el video a mi abogado y él respondió: "Lo siento por ti, ¡pero es justo lo que necesitábamos!". Unos minutos después, mi esposa apareció, no pudo mirarme a los ojos. Comencé a grabar la conversación.

—¿Por qué? —pregunté.

Ella no respondió.

—¿Fui un esposo tan horrible para ti?

Sandra comenzó a llorar, pero no respondió.

—¿Lo amas? —pregunté. Ella negó con la cabeza.

Me levanté y golpeé la mesa. "¡Dime algo Sandra, maldita sea!" Ella abrió los ojos de par en par y comenzó a temblar nuevamente, como un cachorro cuando tiene miedo. Nunca antes le había gritado. Me senté y hablé con calma.

—Mi abogado se pondrá en contacto contigo para el divorcio. Consigue un abogado —la miré fríamente.

—¡Podemos arreglar esto! —mi esposa por fin hablaba.

—¿Arreglar qué? Nuestro matrimonio terminó desde que Sergio entró en escena y lo elegiste a él sobre mí. Fue un error. No, no lo fue. Fue una elección, tú elegiste y esta es la consecuencia. ¿Qué pensabas que iba a pasar cuando me enterara? —hubo un silencio nuevamente.

—Ve a casa de tu hermana y cuéntale la verdad o le mostraré el video —sentencié.

Ella fue a la habitación y comenzó a hacer las maletas. La seguí y observé. Desde hace dos días intentaba convencerme de que mi esposa se había ido para siempre. La persona con la que compartí mi casa ya no era mi esposa. Pero verla, poner su ropa ordenadamente dentro de la maleta, con sus movimientos característicos y esas pequeñas cosas que amo de ella, me golpeó fuertemente. Fui a la habitación de invitados y me derrumbé en la cama desconsoladamente cuando escuché que Sandra cerraba la puerta principal.

Mucho más tarde, llamé a mi padre. Me dijo que Sergio quería presentar cargos, pero el Sr. P le dijo que él no había registrado su ingreso, por lo que estaba allanando la propiedad, el condominio podría demandarlo, así que lo dejó ir. Mi entrometido hermano acercó su oído a la puerta y mi padre lo tomó del otro oído para llevarlo a su auto.

Estaba exhausto. Los días anteriores no había dormido bien. Casi me desmayé en la habitación de invitados. A la mañana siguiente, mi teléfono tenía muchos mensajes de Sandra disculpándose y pidiendo una segunda oportunidad. Simplemente la bloqueé. Mi cuñada me llamó, al parecer Sandra no le había contado lo que sucedió, solo que estábamos peleados. Supongo que es bueno que mi suegro no esté vivo para ver el comportamiento de Sandra, ella era la más joven y su favorita.

Tuve una agradable charla con el Sr. P, él confesó que fingió tener problemas con la electricidad en su casa, solo quería advertirme sobre Sergio. También me contó que una vecina muy entrometida vio cuando eché a mi ex entrenador desnudo de mi apartamento, seguramente en una semana todo el condominio sabrá mi situación. Mi hermano vino a ayudarme a cambiar la cerradura de la puerta. Cuando se fue, me sentí tan solo y lloré mucho. Llamé a mi trabajo para pedir un día libre. Por la noche hablé con mi abogado, me dijo que está preparando los documentos de divorcio. No pudo comenzar hasta tener las pruebas. Así que mi divorcio será "Divorcio por mutuo acuerdo", que es más fácil que el "divorcio sin causa" que es más largo y desagradable. También me dijo que no compartiera el video. Sandra será notificada en 2 semanas.
 
Esto es lo que a mí me gusta. Un tío con los cojones bien puesto y no dejarse humillar. Ella se lo ha buscado y todo por un capullín.
Como digo siempre y ya me conocéis, ojalá aparezca una buena chica que le ayude a superar esto.
Supongo que sigue el relato.
 
Mientras haya una posibilidad, creeré en esa segunda oportunidad

Pero una segunda oportunidad, para qué? Ya le engañó y no una vez, y le metió en su casa y en su cama y más de una vez. Si le da otra oportunidad, le monta el gimnasio en su casa, así no tienen ni que salir al centro comercial a verse.
 
Pero una segunda oportunidad, para qué? Ya le engañó y no una vez, y le metió en su casa y en su cama y más de una vez. Si le da otra oportunidad, le monta el gimnasio en su casa, así no tienen ni que salir al centro comercial a verse.
Estoy de acuerdo contigo, para qué darle una segunda oportunidad si le mintió en su cara diciéndole que estaba loco que ella jamás lo engañaría, y qué hizo, lo engañó y más encima en su casa y en su cama, para qué darle una segunda oportunidad, que siga con el preparador físico no más y se joda.
 
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