Mi primer gloryhole

Parece que te está gustando zorrear y vas a ir buscando nuevas sensaciones.
Habrá que darse unas vueltecitas por los sexshop de Madrid a ver si coincidimos y disfrutar de tu excitación.
 
Soy una chica de 26 años, madre primeriza desde hace un año. Mi cuerpo todavía está produciendo leche materna y eso, junto con las hormonas post-parto, ha creado una mezcla de deseo y culpa en mí. Hoy decidí hacer algo que nunca antes había considerado: ir a un gloryhole. Sí, eso es lo que estoy a punto de hacer. Es un lugar donde los hombres y las mujeres desconocidos se encuentran para tener relaciones sexuales anónimas. La idea de ser infiel a mi pareja me llena de mala conciencia, pero también me excita de una manera que no puedo explicar.

Llegué al lugar, un pequeño local en un barrio desconocido. El ambiente estaba oscuro y cargado de adrenalina. Nunca antes había estado en un lugar así, y la verdad, estaba un poco asustada. Pero algo dentro de mí me impulsaba a seguir adelante.

Entré en el local y me encontré con un pasillo oscuro y estrecho. Había varias cabinas a lo largo de las paredes, y podía oír gemidos y susurros provenientes de algunas de ellas. Mi corazón latía con fuerza mientras caminaba hacia una de las cabinas.

Me deslicé en la oscuridad y me senté en el suelo. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba a que alguien apareciera. Entonces, lo vi. Un pene anónimo asomándose por un agujero en la pared. Mi primera reacción fue de pánico, pero luego, algo dentro de mí se prendió. Tomé su miembro en mi mano y comencé a acariciarlo suavemente. La sensación de la piel cálida y suave bajo mis dedos me hizo estremecer de deseo.

Comencé a chupar suavemente, sintiendo su erección crecer en mi boca. Mi cuerpo temblaba de excitación y culpabilidad. Pero no podía detenerme. Quería más. Quería sentirlo dentro de mí.

Me deslicé hacia abajo, abriendo mis piernas para él. Sentí su miembro deslizarse en mi interior, llenándome por completo. Mis pechos aún llenos de leche se mecían con cada embestida, y yo no podía evitar gemir de placer.

Mientras se movía dentro de mí, mi mano libre se deslizó entre mis piernas, tocando suavemente mi clítoris. Con cada embestida, mi dedo se movía más rápido, haciéndome gemir de placer. Mi coño se mojaba cada vez más, y yo no podía evitar mover mis caderas, buscando más fricción.

El pene que tenía dentro de mí era impresionante. Era grande y grueso, con una cabeza bulbosa que se sentía increíble en mi coño. La piel estaba suave pero firme, y podía sentir la vena que corría por el lado de su eje mientras me llenaba.

Cuando llegó el momento de su orgasmo, él gruñó y me llamó "puta" mientras se corría dentro de mí. Su semen caliente llenó mi interior, y yo no pude evitar seguirme moviendo, buscando mi propio orgasmo. Cuando finalmente llegué al clímax, mi cuerpo se sacudió con violencia, y mi vagina se contrajo alrededor de su miembro, exprimiendo cada gota de su semen.

Fue una experiencia intensa y liberadora. Me sentí sucia y culpable, pero también viva y deseada. Fue algo que nunca olvidaré. Ahora, mientras vuelvo a casa hacia mi hija y mi marido, me siento algo culpable.
Ufff ojala hubiera estado ahi
 
Soy una chica de 26 años, madre primeriza desde hace un año. Mi cuerpo todavía está produciendo leche materna y eso, junto con las hormonas post-parto, ha creado una mezcla de deseo y culpa en mí. Hoy decidí hacer algo que nunca antes había considerado: ir a un gloryhole. Sí, eso es lo que estoy a punto de hacer. Es un lugar donde los hombres y las mujeres desconocidos se encuentran para tener relaciones sexuales anónimas. La idea de ser infiel a mi pareja me llena de mala conciencia, pero también me excita de una manera que no puedo explicar.

Llegué al lugar, un pequeño local en un barrio desconocido. El ambiente estaba oscuro y cargado de adrenalina. Nunca antes había estado en un lugar así, y la verdad, estaba un poco asustada. Pero algo dentro de mí me impulsaba a seguir adelante.

Entré en el local y me encontré con un pasillo oscuro y estrecho. Había varias cabinas a lo largo de las paredes, y podía oír gemidos y susurros provenientes de algunas de ellas. Mi corazón latía con fuerza mientras caminaba hacia una de las cabinas.

Me deslicé en la oscuridad y me senté en el suelo. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba a que alguien apareciera. Entonces, lo vi. Un pene anónimo asomándose por un agujero en la pared. Mi primera reacción fue de pánico, pero luego, algo dentro de mí se prendió. Tomé su miembro en mi mano y comencé a acariciarlo suavemente. La sensación de la piel cálida y suave bajo mis dedos me hizo estremecer de deseo.

Comencé a chupar suavemente, sintiendo su erección crecer en mi boca. Mi cuerpo temblaba de excitación y culpabilidad. Pero no podía detenerme. Quería más. Quería sentirlo dentro de mí.

Me deslicé hacia abajo, abriendo mis piernas para él. Sentí su miembro deslizarse en mi interior, llenándome por completo. Mis pechos aún llenos de leche se mecían con cada embestida, y yo no podía evitar gemir de placer.

Mientras se movía dentro de mí, mi mano libre se deslizó entre mis piernas, tocando suavemente mi clítoris. Con cada embestida, mi dedo se movía más rápido, haciéndome gemir de placer. Mi coño se mojaba cada vez más, y yo no podía evitar mover mis caderas, buscando más fricción.

El pene que tenía dentro de mí era impresionante. Era grande y grueso, con una cabeza bulbosa que se sentía increíble en mi coño. La piel estaba suave pero firme, y podía sentir la vena que corría por el lado de su eje mientras me llenaba.

Cuando llegó el momento de su orgasmo, él gruñó y me llamó "puta" mientras se corría dentro de mí. Su semen caliente llenó mi interior, y yo no pude evitar seguirme moviendo, buscando mi propio orgasmo. Cuando finalmente llegué al clímax, mi cuerpo se sacudió con violencia, y mi vagina se contrajo alrededor de su miembro, exprimiendo cada gota de su semen.

Fue una experiencia intensa y liberadora. Me sentí sucia y culpable, pero también viva y deseada. Fue algo que nunca olvidaré. Ahora, mientras vuelvo a casa hacia mi hija y mi marido, me siento algo culpable.
Ufffff
🔥 🔥 🔥 🔥
 
Pero era un tío que ni con un palo y al final ...
Es lo excitante de los glory, que no no ves lo que hay al otro lado. Precisamente una gran parte de la excitación es ese misterio. Lo importante es que disfrutaste y que te gusta lo que haces. No le des mas vueltas y disfruta.
 
Soy una chica de 26 años, madre primeriza desde hace un año. Mi cuerpo todavía está produciendo leche materna y eso, junto con las hormonas post-parto, ha creado una mezcla de deseo y culpa en mí. Hoy decidí hacer algo que nunca antes había considerado: ir a un gloryhole. Sí, eso es lo que estoy a punto de hacer. Es un lugar donde los hombres y las mujeres desconocidos se encuentran para tener relaciones sexuales anónimas. La idea de ser infiel a mi pareja me llena de mala conciencia, pero también me excita de una manera que no puedo explicar.

Llegué al lugar, un pequeño local en un barrio desconocido. El ambiente estaba oscuro y cargado de adrenalina. Nunca antes había estado en un lugar así, y la verdad, estaba un poco asustada. Pero algo dentro de mí me impulsaba a seguir adelante.

Entré en el local y me encontré con un pasillo oscuro y estrecho. Había varias cabinas a lo largo de las paredes, y podía oír gemidos y susurros provenientes de algunas de ellas. Mi corazón latía con fuerza mientras caminaba hacia una de las cabinas.

Me deslicé en la oscuridad y me senté en el suelo. Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba a que alguien apareciera. Entonces, lo vi. Un pene anónimo asomándose por un agujero en la pared. Mi primera reacción fue de pánico, pero luego, algo dentro de mí se prendió. Tomé su miembro en mi mano y comencé a acariciarlo suavemente. La sensación de la piel cálida y suave bajo mis dedos me hizo estremecer de deseo.

Comencé a chupar suavemente, sintiendo su erección crecer en mi boca. Mi cuerpo temblaba de excitación y culpabilidad. Pero no podía detenerme. Quería más. Quería sentirlo dentro de mí.

Me deslicé hacia abajo, abriendo mis piernas para él. Sentí su miembro deslizarse en mi interior, llenándome por completo. Mis pechos aún llenos de leche se mecían con cada embestida, y yo no podía evitar gemir de placer.

Mientras se movía dentro de mí, mi mano libre se deslizó entre mis piernas, tocando suavemente mi clítoris. Con cada embestida, mi dedo se movía más rápido, haciéndome gemir de placer. Mi coño se mojaba cada vez más, y yo no podía evitar mover mis caderas, buscando más fricción.

El pene que tenía dentro de mí era impresionante. Era grande y grueso, con una cabeza bulbosa que se sentía increíble en mi coño. La piel estaba suave pero firme, y podía sentir la vena que corría por el lado de su eje mientras me llenaba.

Cuando llegó el momento de su orgasmo, él gruñó y me llamó "puta" mientras se corría dentro de mí. Su semen caliente llenó mi interior, y yo no pude evitar seguirme moviendo, buscando mi propio orgasmo. Cuando finalmente llegué al clímax, mi cuerpo se sacudió con violencia, y mi vagina se contrajo alrededor de su miembro, exprimiendo cada gota de su semen.

Fue una experiencia intensa y liberadora. Me sentí sucia y culpable, pero también viva y deseada. Fue algo que nunca olvidaré. Ahora, mientras vuelvo a casa hacia mi hija y mi marido, me siento algo culpable.
Me encantan esas situaciones, me hubiera encantado ser el macho que tuvo la suerte de follarte
 
Decidí volver al gloryhole una vez más, buscando la excitación y la liberación que solo ese lugar podía ofrecerme. El anonimato para mi es importante.
Entre más decidida pero temblando por si alguien me reconocía.
Entre en una cabina al lado de una cerrada .
Me puse cómoda, me quite toda la ropa y abri la portezuela .
Esperé pacientemente a que algo sucediera. El silencio en la cabina de al lado me estaba poniendo nerviosa. ¿Y si nadie venía? ¿Y si había cometido un error al venir aquí de nuevo?
De repente, la portezuela de la cabina de al lado se abrió y un pene apareció a través del agujero. Era pequeño y arrugado, y su piel estaba moteada de manchas oscuras. A pesar de su apariencia, sentí una oleada de deseo y excitación recorrerme.
Tomé su pene en mi mano y comencé a acariciarlo suavemente, intentando hacerlo crecer y ponerlo duro. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos, su pene permaneció pequeño y arrugado.
Intenté chuparlo, sintiendo su sabor y su textura en mi lengua, pero aún así no había manera de ponerlo duro. Mi coño comenzó a mojarse de frustración y decepción mientras intentaba en vano hacer que su pene se erectara.
Saque el glande y trate de estimularlo con la lengua .
Ya me estaba desesperando cuando empezó a ponerse dura . Puse mi boca lo más pegada posible al agujero y empezó a moverla como si me follara la boca .
Yo estaba cachonda me daban arcadas y casi me venia el vómito. Se escuchaba de fondo " puta , que puta eres !!"
Entonces me di la vuelta y restregue el glande contra mi vagina .
Parecía que no quería penetrarme , pero finalmente lo hizo , unas embestidas duras y los pechos me chorreaban leche ...
Se meneo muy rápido y en poco tiempo escuche " me corro ,puta.." yo también estaba cerca .
Note como palpitaba su polla y se corrio dentro de mí, me tire de rodillas no me aguantaban las piernas.
Aún la tenia ahí y la chupe en agradecimiento por el orgasmo , notando como se hacía pequeña .
El la saco vi un pantalón marrón por el agujero .
A los dos segundos escucho algo el cabron había metido un billete de 20 euros y un papel. Que se pensaba que era una prostituta barata ?
Me vesti rápido sin pensarlo y salí antes que el y me quedé mirando los juguetes eroticos .
Aún estaba cachonda y un poco nerviosa . Quería ver quien me había hecho disfrutar , y veo que sale por una puerta un hombre , no maduro , ... por lo menos tenía 70 años podría ser mi abuelo con los pantalones que había visto .
Sali de allí rápido, que humillación me he follado a un hombre que podía ser mi abuelo y me ha tratado como una prostituta .
Me siento humillada . Eso sí nerviosa . Y algo caliente . En que me he convertido? Que me ocurre ? Miro el papel y es un número de teléfono.
Llamo a mi marido y me dice que está cerca que pasa con el coche .
Le he besado aún sabiendo me la boca a semen de ese hombre .
Tengo los pechos que me explotan , en vez de dar de mamar a mi hija he estado haciendo otras cosas . Me retumba en la cabeza cuando dijo puta y las palabras de la doctora tened cuidado que en esta etapa te puede embarazar el aire.
Me va a explotar la cabeza y mientras en el coche noto como me baja el esperma hasta las bragas .
Sería pequeño y arrugado pero te dejo toda su semilla bien dentro de ti, esperemos que ese regalo no te traiga dolores de cabeza después...
 
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