En mi caso tengo una hermana melliza por lo que desde bien pequeños a base de bañarnos juntos o cambiarnos juntos, la desnudez nunca ha sido algo raro entre nosotros. A partir de la adolescencia fue cuando nuestro padres nos separaron en diferentes habitaciones más que nada para que cada uno tuviera su espacio personal pero a raíz de que nuestra difunta abuela viniera a vivir con nosotros debido a unos problemas de salud provocó que mi hermana tuviera que volver a compartir habitación conmigo y la verdad es que el espacio se nos quedaba bastante ajustado por no decir pequeño.
Como decía la desnudez no era problema, yo la veía cambiarse y ella a mí pero en esa época de adolescente comienza el despertar sexual y claro, ambos teníamos nuestras propias necesidades. Era difícil encontrar un momento de intimidad para masturbarse y al final llegó un punto que lo tuvimos que hablar porque ni siquiera el baño era un alternativa cómoda ya que nuestra abuela lo frecuentaba con asiduidad. Decidimos que cada uno se masturbaba dentro de su cama y ambos nos veíamos o escuchábamos, reconozco que era morboso y excitante pero llegó un punto que se volvió algo normal, rutina. Con el paso del tiempo perdimos poco a poco la vergüenza y tanto ella como yo empezamos a masturbarnos fuera de la cama y semidesnudos.
Debido a esto surgieron en ambos diferentes curiosidades, llegamos a tener algunas pocas experiencias juntos y más que nada por probar, por sentir la experiencia pero nunca fue nada serio ni algo que haya enturbiado nuestra relación de hermanos.
Como decía la desnudez no era problema, yo la veía cambiarse y ella a mí pero en esa época de adolescente comienza el despertar sexual y claro, ambos teníamos nuestras propias necesidades. Era difícil encontrar un momento de intimidad para masturbarse y al final llegó un punto que lo tuvimos que hablar porque ni siquiera el baño era un alternativa cómoda ya que nuestra abuela lo frecuentaba con asiduidad. Decidimos que cada uno se masturbaba dentro de su cama y ambos nos veíamos o escuchábamos, reconozco que era morboso y excitante pero llegó un punto que se volvió algo normal, rutina. Con el paso del tiempo perdimos poco a poco la vergüenza y tanto ella como yo empezamos a masturbarnos fuera de la cama y semidesnudos.
Debido a esto surgieron en ambos diferentes curiosidades, llegamos a tener algunas pocas experiencias juntos y más que nada por probar, por sentir la experiencia pero nunca fue nada serio ni algo que haya enturbiado nuestra relación de hermanos.