La playa del Capellans es de las playas que más me gustan, para mí lo tiene todo.
Aunque el aparcamiento está un poco complicado, es la única pega, al final siempre se acaba aparcando, yo creo que no he tardado nunca más de 20 minutos en aparcar, como mucho. Luego si eliges bien la hora de llegada, no hay ningún problema.
La zona, cuando llegas desde la pasarela, si está un poco masificada, pero andando 5 minutitos hacia el monolito ya se está muy bien y hay sitio para poner la toalla. Bueno la toalla y montar todo el chiringuito para los que ya tenemos una edad.
La zona antes del monolito es la parte que más diversidad tiene y donde más parejas te encuentras. Mi mujer siempre suele colocarse "cerca" de alguna pareja, se ve que le da como más seguridad y si se puede, prefiere estar cerca de la orilla.
Es una zona en la que se convive con textiles, aunque en cuanto te aproximas al monolito, los nudistas arrasan por goleada. Eso si, no quita que te encuentres muchos textiles paseando por la orilla, que en ocasiones no pueden evitar echar un ligero vistazo. La verdad y hasta ahora siempre con discreción y respeto. Aunque algún pescozón o miradas asesinas de la parienta si he visto cuando al marido se le van los ojos.
Es estrecha, así que da un poco igual que te pongas detrás o en la orilla, vas a estar expuesto. A mí me encanta que puedan ver a mi mujercita como Dios la trajo al mundo, además, mi mujer no es nada recatada y se comporta con toda naturalidad estando desnuda en la playa, que si está espatarrada, lo está sin preocuparse y si se tiene que pasear para sacudir la toalla o para hacer cualquier cosa, no tiene ningún complejo.
En la playa, se respira morbillo todo el día, parejitas con caricias sutiles, más atrevidos dentro del agua, que por mucho que quieran disimular, se nota y siempre caen algunos que acaban follando en el agua. La verdad es que como es poco profunda, hay que andar bastante para que te cubra y con la sensación de estar muy lejos de la orilla, pues pasa lo que tiene que pasar. Nosotros no hay verano que no caigan un buen par de polvos en el agua en esa playa y luego cuando vuelves a las toallas, esas miradas y sonrisas cómplices con los que saben lo que has estado haciendo, pues bueno, eso.
Para los que puedan estar interesados, también tiene zona de cancaneo, aunque nosotros nunca la hemos probado ni visitado. Hay bastante movimiento gay en las dunas traseras y algún mirón discreto que se pone a observar justo en el límite detrás de la cuerda.
Luego al caer la tarde, cuando baja el sol, se despeja bastante y las caricias sutiles de las parejas, pasan a ser un poco más descaradas. Me llama la atención, que son las parejas de lesbianas las que menos reparo tienen a la hora de prestarse "arrumacos".
En fin, eso es un poco todo. A todo el que le haya gustado y que sienta curiosidad por conocer esta maravillosa playa, bienvenido sea, aunque ya lo dejamos para el verano que viene.
Poco a poco os iré contando pequeñas anécdotas y situaciones curiosas vividas en esa playa.
De este mismo verano, la última quincena de Agosto.
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