Nuestra primera vez en un club liberal (real)

Y ya para terminar, que no me gusta extenderme demasiado...


EPÍLOGO

Después de estar un rato los cuatro desnudos recuperando fuerzas y hablando relajados, las chicas decidieron ir a por una cerveza a la barra. Estábamos todos aún en una nube y ellas se partían de risa por ir a la barra sin bragas y con solo una toalla, daba gusto verlas tan contentas. Así que el otro chico y yo nos quedamos solos en la habitación y nos pusimos a hablar, desnudos y con total tranquilidad. Aunque parezca mentira, este fue otro de los momentos más positivos de la noche: los dos charlando con confianza, en este caso de unos conocidos suyos que también hacían intercambio y de cómo les había salido el tema, sin que hubiera entre nosotros ningún tipo de tensión, simplemente como compañeros de experiencia sin asomo de rivalidad ninguna.

Las chicas volvieron y después de unos minutos nos dimos cuenta de que eran ya más de las 4am (¡en mi vida me hubiera imaginado que era tan tarde!), con lo que recogimos las toallas y nos fuimos a la ducha. A mí me hubiera gustado tener allí también un momento de complicidad los cuatro -yo te enjabono por aquí, un cachete por allá- pero había algunos chicos solos en el baño que rompieron la sensación de intimidad. Nos pusimos la ropa en el vestuario y fuimos hacia la salida, despidiéndonos de la chica de la entrada con una sonrisa mientras nos preguntaba qué tal nos había ido la noche.

Para mí aquello había funcionado muy bien, en gran parte por la compenetración que habíamos tenido con aquella pareja parecida a nosotros, con el mismo rollo y siempre cercanos y naturales. Por ello quería más, sentía que todo lo que habíamos creado hacía unos momentos podía dar para mucho más, con lo que les propuse si querían intercambiar los teléfonos. Sé que algunos swingers no repiten nunca y que no quieren tener ningún tipo de relación con la otra pareja, pero yo al menos quería intentarlo. Pero les pareció bien la idea y decidimos que las chicas se intercambiaran los números, que son menos dadas a liarla que nosotros en situaciones así.

Recuerdo bien que al despedirnos nos dijo él “Ahora al hotel a follar como locos” y yo lo miré un poco extrañado, porque a esas horas y después de lo que había pasado, lo lógico era irse a dormir sin parar, pero el subidón de adrenalina hizo que al llegar a la habitación yo solo pudiera tener en la cabeza follarme a mi mujer como un animal. No pensando específicamente ellos, sino impulsado por el morbazo de lo que había pasado. Le di más duro de lo habitual y después de que se corriera ella, le dije que quería correrme en su boca, algo que casi nunca había hecho. Se puso bocarriba y yo sentado sobre su pecho masturbándome y sintiendo su lengua hasta que noté que me iba a correr y se la metí toda en la boca, descargando todo el semen que me quedaba y besándola justo antes de que se lo tragara todo.

Tengo que decir que esta excitación ha seguido con nosotros muchos días, yo creo que no habíamos follado así ni cuando nos conocimos. Y en cierto sentido, para nosotros ha sido un poco como hacer un ‘reseteo’ y volver a redescubrir nuestros cuerpos (porque ella está igual de cachonda que yo), quizás por el vértigo de perderlos y volver a encontrarlos. Es obvio que esta sensación se va atenuando con el tiempo, pero lo vivido está siendo una sorpresa en todos los sentidos.

Con respecto a nuestros compañeros de folleteo, hemos dejado pasar unas semanas para no ser pesados, y pasado ese tiempo les mandamos un mensaje para ver qué pensaban ellos de volver a quedar con nosotros. Para nuestra alegría, han respondido muy bien y estamos planeando algo a medio camino entre nuestras dos ciudades, en un ambiente algo más relajado y sin la presión de un club de madrugada.

Para mí la idea de repetir no se centra únicamente en el aspecto sexual, sino que me gustaría saber más de ellos, porque hasta ahora todo fue únicamente una conversación ligera y ponernos a follar. Tengo mucha curiosidad por conocer sus sensaciones, cómo empezaron en esto y saber algo más de su vida. Soy muy consciente de que esto puede suponer un riesgo añadido, porque conocer más a alguien con el que también va a haber sexo puede complicar las cosas, pero una pareja tiene que estar lo suficientemente consolidada como para que pasar unas horas más con otros no suponga un peligro. Un paseo, conversación, cena, vino, risas y el morbo inmenso de la situación merecen la pena.

Mi mujer ya me ha dicho que va a hablar con la otra chica para comprarse algún modelito que llevar a la quedada, y yo ya le he dicho que estoy encantado con la idea. A mí me gustaría también encontrar un momento cuando nos veamos para hablar con él a solas, igual que hicimos en el club, y cambiar impresiones honestas de lo que supone ver a tu mujer disfrutando con otro. Creo que ambas parejas somos compatibles en cuanto a personalidad -porque en cuanto a gustos está claro que sí- pero igual después de un par de horas ya no nos aguantamos. En ese caso también habrá merecido la pena conocernos más y saber su punto de visto de todo esto. Lo que no estoy dispuesto a hacer es acobardarme y dejar pasar la oportunidad, porque solo se vive una vez y no quiero llegar al final de mi vida pensando en lo que podría haber sido si me hubiera atrevido.
ELLA:Menuda experiencia y menuda forma de contarlo....mis felicitaciones y ojalá pronto nos cuentes la quedada.
 
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