Nuestro primer trio HMH veraniego.

AFRODITAA

Miembro
Desde
2 May 2025
Mensajes
19
Reputación
254
Llevábamos casi ocho años de noviazgo y hacía relativamente poco tiempo que vivíamos juntos. Por fin solos en una casa en la que hacer nuestra vida. Nos fuimos a un pequeño piso a pocos metros de la playa, con unas vistas preciosas del Mediterráneo. Sin embargo, nuestro apetito sexual había caído en picado hacía varios meses. Este enfriamiento por el paso del tiempo o de las rutinas fue más allá. Algunos sábados Ella se iba de compras con sus amigos y luego a casa de sus padres, quedándome yo en casa viendo la tele o jugando a la Xbox 360, consola de mis locos veintipocos años.​

‘Dani quiere ser tu amigo’

¿Recordáis aquella primera etapa de las redes sociales en la que buscábamos amigos de la infancia de los que no teníamos conocimiento hacía años? Pues en navidades del 2010 me enviaron una solicitud de amistad de uno de los mejores amigos que tuve en el colegio. Hacía como diez años de la última vez que nos vimos a pesar de vivir en la misma ciudad y al curiosear sus fotos me alegré al ver que estaba prácticamente igual, como lo recordaba. Tras chatear varios días por el chat de Face y ponernos al día de nuestras vidas siempre terminábamos hablando de nuestra pasión por las consolas y la tecnología.

Recuperada en parte nuestra amistad de infancia y adolescencia, mi novia tuvo que irse una semana a Madrid para completar su formación para la empresa que trabajaba. Se presentaban unos días por delante en los que la tele del salón sería para mí solo, podría fumar en cualquier rincón del piso sin broncas por los olores y chillaría los goles del FIFA en la madrugada a los guiris del Xbox Live.

Una de las primeras noches de soltería provisional y ojeando la vida de los demás en Face, empecé a chatear con mi viejo amigo. Le comenté que estaba solo y si querría venirse a casa a tomar unas copas mientras nos viciábamos a la consola. Dicho y hecho. Después de más de diez años sonó la puerta del piso y mi otrora compañero de fechorías y yo nos fundimos en un abrazo. Traía consigo un pack de seis cervezas y dos álbumes de fotografías que conservaba de nuestra época de estudiantes. Fue una noche fantástica en las que recordamos vivencias; otros amigos y nos contamos como era nuestra vida actual.

Él estaba casado ya hacía cuatro años y con un niño pequeño. No estaba pasando precisamente por una buena etapa ya que no quería a su mujer. La dejó embarazada con 19 años y se casaron por inercia. Me enseñó fotos de su mujer y la pobre era un adefesio: no me extraña que Dani pasara meses y meses en dique seco. No hacían buena pareja. Ella estaba gordísima y no se cuidaba. Mi amigo a pesar de no ser alto tenía buena planta y lucía buen físico debido a las pruebas físicas tan duras que hacía para prepararse unas oposiciones.

Cuando le enseñé fotografías de mi novia me espetó el típico ¡Qué cabrón! Ya que mi ahora mujer era más que preciosa. De esas chicas que al ver por la calle te vuelves y las miras de arriba abajo concentrando los ojos en el culo prieto que te hace la boca agua.

Así pasaron las horas, hablando bebiendo y jugando a dobles o contra nosotros mismos. Volviendo a tener quince años por unas horas se nos escapó el tiempo y me dijo que tenía que marcharse. Así fue y durante unas semanas no supe nada más de él.

CONTINUARÁ
 
‘Calentando a mi chica’

Recuperada aquella vieja amistad, quedamos un par de veces más para salir los dos y entre copas seguir recordando viejos momentos y a viejos colegas. Una de esas noches en las que quedamos se puso a llover de forma brusca y ambos nos pusimos chorreando. Como él había aparcado cerca de mi piso, le dije de coger un taxi y tomarnos las últimas cervezas en casa y de paso secarnos un poco la ropa.

Cuando llegamos a mi casa mi chica estaba en pijama en el salón viendo la tele medio dormida. Me acerqué a su oído y le dije que la iba a pasar a la cama porque, aunque era sábado, era tarde y al día siguiente ella trabajaba temprano. Se incorporó y vio a Dani en la entrada del salón. Le saludó rápidamente y se metió en la cama. Él y yo nos fuimos al baño, secamos como pudimos la ropa y nos sentamos en el sofá. Tras un par de cervezas me confesó lo mal que lo estaba pasando con su mujer que tenían personalidades muy diferentes y que estaba planteándose separarse.

No hubo nada reseñable esa noche. Tan solo que fue la forma y la coche en la que tanto mi chica como mi amigo se vieron en persona por vez primera. Al día siguiente mi novia y yo fuimos a cenar y ver una película al cine. Tras llegar a casa empezamos a echar un polvo en el sofá.

Siempre hablábamos mientras follábamos. Que si cuéntame esto, que si te imaginas… hasta que le solté algo que empezaba a rondarme mi cabeza desde hacía semanas. Mientras Ella me cabalgaba encima, le solté: ¿te gustarían dos pollas para ti? Ella reaccionó con un sí larguísimo, enfatizando la cabalgada y sus espasmos. Continué insinuándole: ¿quieres que te folle otro tío conmigo? A lo que ella aumentaba sus gemidos, aprobando mi conversación. Me cogió del cuello con una mano y con la otra alargó su brazo, echó su espalda para atrás y me empezó a apretar los huevos, preguntándome ¿Quién quieres que me folle? Me estaba haciendo daño en los testículos pero me encantaba y quería sacarle el jugo a la situación, no dejando que se escapara el momento: ¿Te imaginas a mi amigo Dani el que vino ayer? En ese preciso instante se estaba arqueando, teniendo su orgasmo femenino y bajándose de mi entrepierna. No me dijo que sí, pero tampoco que no. Una vez satisfecha no quería saber nada de lo que hablábamos en calentura.

Pasaron los días y cada vez que follábamos le soltaba el tema a lo que Ella me respondía con gemidos y orgasmos brutales. Eso sí, una vez terminábamos no quería escuchar nada del tema: ni tríos ni gaitas.

Comencé a cambiar mis hábitos como consumidor de porno. Cada vez que me metía en una web de vídeos guarros buscaba en la categoría de HMH, Sharing girlfriend, double penetration… Supongo que todo el que esté leyendo este relato conocerá ese tipo de contenido.

¿Te gusta mi novia?

Tenía por aquellos años un amigo que se dedicaba al incipiente negocio de las viviendas turísticas. Su padre era un rentista con muchos pisos en el centro de la ciudad donde vivíamos y de un tiempo a esta parte había prescindido de los alquileres de larga duración para ofrecer alojamiento en las famosas plataformas que todos tenéis en mente.

Un día me llamó para enseñarme una de los pisos más céntricos. Estaba reformado de arriba abajo, se habían gastado una pasta para dejar un vetusto piso céntrico en un loft de lujo al que no le faltaba detalle, entre ellos una pantalla enrollable de tropecientas pulgadas con un proyector que convertía el salón en un pequeño cine.

Como este amigo me debía infinidad de favores y algo de dinero le saqué que me dejase el piso una noche que no lo tuviese ocupado con turistas. Me costó muchísimo convencerlo pero no podía dejar de pensar en ese proyector, en esa pantalla y en jugar en ella durante horas sin que nadie me molestase.

Otros en mi situación se hubieses llevado a su pareja. Otros quizás una compañía femenina retribuida. Yo no me lo pensé dos veces y se lo dije a mi amigo Dani para que también la disfrutase y pudiésemos echar unas partidas en un cine casero.
ChatGPT Image 8 may 2025, 20_23_51.png


Una vez metidos en faena y tras cenar un pedido de hamburguesas dobles a domicilio, nos quedamos en boxers, encendimos unos cigarros, abrimos las ventanas por el calor y el humo, nos pusimos nuestras copas bien frías y nuestra consola a tope, Dani y yo empezamos a hablar de mujeres, de fantasías y de frustraciones con el sexo femenino. Yo ya sabía que él no estaba pasando un buen momento, apenas follaba y el trabajo no le estaba dando alegrías. Por eso, cuando le solté lo que me llevaba rondando la cabeza hacía meses, la expresión de su cara cambió radicalmente.

¿Cómo que queréis hacer un trio? ¿pero tu novia te lo ha dicho? ¿Con quién lo queréis hacer? Dani era un rio de preguntas. Yo le conté pues todo lo que habéis leído en el relato antes. Me soltó un ´mira como me has puesto tío’, llevándose una mano al paquete y mostrándome una erección de caballo y una incipiente mancha de precum en sus boxers negros. Me dejó claro que mi novia estaba buenísima, que el prefería un trio con dos chicas pero que si llegara el momento contase con él; no se lo pensaría dos veces y más con la sequía por la que estaba pasando

CONTINUARÁ.
 
Última edición:
‘Calentando a mi chica’

Recuperada aquella vieja amistad, quedamos un par de veces más para salir los dos y entre copas seguir recordando viejos momentos y a viejos colegas. Una de esas noches en las que quedamos se puso a llover de forma brusca y ambos nos pusimos chorreando. Como él había aparcado cerca de mi piso, le dije de coger un taxi y tomarnos las últimas cervezas en casa y de paso secarnos un poco la ropa.

Cuando llegamos a mi casa mi chica estaba en pijama en el salón viendo la tele medio dormida. Me acerqué a su oído y le dije que la iba a pasar a la cama porque, aunque era sábado, era tarde y al día siguiente ella trabajaba temprano. Se incorporó y vio a Dani en la entrada del salón. Le saludó rápidamente y se metió en la cama. Él y yo nos fuimos al baño, secamos como pudimos la ropa y nos sentamos en el sofá. Tras un par de cervezas me confesó lo mal que lo estaba pasando con su mujer que tenían personalidades muy diferentes y que estaba planteándose separarse.

No hubo nada reseñable esa noche. Tan solo que fue la forma y la coche en la que tanto mi chica como mi amigo se vieron en persona por vez primera. Al día siguiente mi novia y yo fuimos a cenar y ver una película al cine. Tras llegar a casa empezamos a echar un polvo en el sofá.

Siempre hablábamos mientras follábamos. Que si cuéntame esto, que si te imaginas… hasta que le solté algo que empezaba a rondarme mi cabeza desde hacía semanas. Mientras Ella me cabalgaba encima, le solté: ¿te gustarían dos pollas para ti? Ella reaccionó con un sí larguísimo, enfatizando la cabalgada y sus espasmos. Continué insinuándole: ¿quieres que te folle otro tío conmigo? A lo que ella aumentaba sus gemidos, aprobando mi conversación. Me cogió del cuello con una mano y con la otra alargó su brazo, echó su espalda para atrás y me empezó a apretar los huevos, preguntándome ¿Quién quieres que me folle? Me estaba haciendo daño en los testículos pero me encantaba y quería sacarle el jugo a la situación, no dejando que se escapara el momento: ¿Te imaginas a mi amigo Dani el que vino ayer? En ese preciso instante se estaba arqueando, teniendo su orgasmo femenino y bajándose de mi entrepierna. No me dijo que sí, pero tampoco que no. Una vez satisfecha no quería saber nada de lo que hablábamos en calentura.

Pasaron los días y cada vez que follábamos le soltaba el tema a lo que Ella me respondía con gemidos y orgasmos brutales. Eso sí, una vez terminábamos no quería escuchar nada del tema: ni tríos ni gaitas.

Comencé a cambiar mis hábitos como consumidor de porno. Cada vez que me metía en una web de vídeos guarros buscaba en la categoría de HMH, Sharing girlfriend, double penetration… Supongo que todo el que esté leyendo este relato conocerá ese tipo de contenido.


¿Te gusta mi novia?’

Tenía por aquellos años un amigo que se dedicaba al incipiente negocio de las viviendas turísticas. Su padre era un rentista con muchos pisos en el centro de la ciudad donde vivíamos y de un tiempo a esta parte había prescindido de los alquileres de larga duración para ofrecer alojamiento en las famosas plataformas que todos tenéis en mente.

Un día me llamó para enseñarme una de los pisos más céntricos. Estaba reformado de arriba abajo, se habían gastado una pasta para dejar un vetusto piso céntrico en un loft de lujo al que no le faltaba detalle, entre ellos una pantalla enrollable de tropecientas pulgadas con un proyector que convertía el salón en un pequeño cine.

Como este amigo me debía infinidad de favores y algo de dinero le saqué que me dejase el piso una noche que no lo tuviese ocupado con turistas. Me costó muchísimo convencerlo pero no podía dejar de pensar en ese proyector, en esa pantalla y en jugar en ella durante horas sin que nadie me molestase.

Otros en mi situación se hubieses llevado a su pareja. Otros quizás una compañía femenina retribuida. Yo no me lo pensé dos veces y se lo dije a mi amigo Dani para que también la disfrutase y pudiésemos echar unas partidas en un cine casero.

Una vez metidos en faena y tras cenar un pedido de hamburguesas dobles a domicilio, nos quedamos en boxers, encendimos unos cigarros, abrimos las ventanas por el calor y el humo, nos pusimos nuestras copas bien frías y nuestra consola a tope, Dani y yo empezamos a hablar de mujeres, de fantasías y de frustraciones con el sexo femenino. Yo ya sabía que él no estaba pasando un buen momento, apenas follaba y el trabajo no le estaba dando alegrías. Por eso, cuando le solté lo que me llevaba rondando la cabeza hacía meses, la expresión de su cara cambió radicalmente.

¿Cómo que queréis hacer un trio? ¿pero tu novia te lo ha dicho? ¿Con quién lo queréis hacer? Dani era un rio de preguntas. Yo le conté pues todo lo que habéis leído en el relato antes. Me soltó un ´mira como me has puesto tío’, llevándose una mano al paquete y mostrándome una erección de caballo y una incipiente mancha de precum en sus boxers negros. Me dejó claro que mi novia estaba buenísima, que el prefería un trio con dos chicas pero que si llegara el momento contase con él; no se lo pensaría dos veces y más con la sequía por la que estaba pasando

CONTINUARÁ.
¡Qué bien! Si fue bueno el primer capítulo, este segundo es mejor. :aplausos1::aplausos1::aplausos1::aplausos1:
a por más!
 
Llevábamos casi ocho años de noviazgo y hacía relativamente poco tiempo que vivíamos juntos. Por fin solos en una casa en la que hacer nuestra vida. Nos fuimos a un pequeño piso a pocos metros de la playa, con unas vistas preciosas del Mediterráneo. Sin embargo, nuestro apetito sexual había caído en picado hacía varios meses. Este enfriamiento por el paso del tiempo o de las rutinas fue más allá. Algunos sábados Ella se iba de compras con sus amigos y luego a casa de sus padres, quedándome yo en casa viendo la tele o jugando a la Xbox 360, consola de mis locos veintipocos años.​

‘Dani quiere ser tu amigo’

¿Recordáis aquella primera etapa de las redes sociales en la que buscábamos amigos de la infancia de los que no teníamos conocimiento hacía años? Pues en navidades del 2010 me enviaron una solicitud de amistad de uno de los mejores amigos que tuve en el colegio. Hacía como diez años de la última vez que nos vimos a pesar de vivir en la misma ciudad y al curiosear sus fotos me alegré al ver que estaba prácticamente igual, como lo recordaba. Tras chatear varios días por el chat de Face y ponernos al día de nuestras vidas siempre terminábamos hablando de nuestra pasión por las consolas y la tecnología.

Recuperada en parte nuestra amistad de infancia y adolescencia, mi novia tuvo que irse una semana a Madrid para completar su formación para la empresa que trabajaba. Se presentaban unos días por delante en los que la tele del salón sería para mí solo, podría fumar en cualquier rincón del piso sin broncas por los olores y chillaría los goles del FIFA en la madrugada a los guiris del Xbox Live.

Una de las primeras noches de soltería provisional y ojeando la vida de los demás en Face, empecé a chatear con mi viejo amigo. Le comenté que estaba solo y si querría venirse a casa a tomar unas copas mientras nos viciábamos a la consola. Dicho y hecho. Después de más de diez años sonó la puerta del piso y mi otrora compañero de fechorías y yo nos fundimos en un abrazo. Traía consigo un pack de seis cervezas y dos álbumes de fotografías que conservaba de nuestra época de estudiantes. Fue una noche fantástica en las que recordamos vivencias; otros amigos y nos contamos como era nuestra vida actual.

Él estaba casado ya hacía cuatro años y con un niño pequeño. No estaba pasando precisamente por una buena etapa ya que no quería a su mujer. La dejó embarazada con 19 años y se casaron por inercia. Me enseñó fotos de su mujer y la pobre era un adefesio: no me extraña que Dani pasara meses y meses en dique seco. No hacían buena pareja. Ella estaba gordísima y no se cuidaba. Mi amigo a pesar de no ser alto tenía buena planta y lucía buen físico debido a las pruebas físicas tan duras que hacía para prepararse unas oposiciones.

Cuando le enseñé fotografías de mi novia me espetó el típico ¡Qué cabrón! Ya que mi ahora mujer era más que preciosa. De esas chicas que al ver por la calle te vuelves y las miras de arriba abajo concentrando los ojos en el culo prieto que te hace la boca agua.

Así pasaron las horas, hablando bebiendo y jugando a dobles o contra nosotros mismos. Volviendo a tener quince años por unas horas se nos escapó el tiempo y me dijo que tenía que marcharse. Así fue y durante unas semanas no supe nada más de él.

CONTINUARÁ
Ufffffffff pinta muy bien jijiiji, mañana me lo leo si o siiii
 
A la primera no va la vencida

Como imaginaréis, a partir de todo lo ocurrido los polvos con mi novia iban subiendo en intensidad. Tanto ella como yo sacábamos el tema y nos decíamos al oído guarradas del tipo imagínate que está mi amigo aquí y te la está metiendo también ¿te gustaría? A lo que nuestros cuerpos reaccionaban con contracciones y orgasmos parecidos a cuando empezamos a ser novios. Ya le sacaba el tema mientras íbamos en coche, o viendo una peli en el cine mientras le metía mano. Notaba con su sexo se empapaba y se mordía los labios. Fue un proceso un poco largo para mí. Estaba loco por verla follada por mi amigo a pesar de saber que estaba abriendo las puertas a algo desconocido. Tal vez por eso tenía tantas veces la sensación de mariposas en el estómago y tragar más saliva de la cuenta cuando me excitaba.

Pasaron algunas semanas y Dani volvió a aparecer por casa para pasar una noche de viernes con la consola y alcohol. A esas alturas imaginad que mientras jugábamos y mi novia andaba por la casa de una habitación a otra, mi mente estaba perdida en un deseo de verla compartida con mi amigo y verla convertida en una buena zorrita.
ChatGPT Image 8 may 2025, 20_39_08.png
Por eso cuando pasaba delante nuestra por algún motivo, le daba con el brazo a Dani mientras me mordía el labio para indicarle que me ponía a tope tenerlo allí y que disfrutase de mi chica, aunque fuese solo visualmente. Él me hacía señas como pidiendo que le dejase tranquilo y centrarse en el partido de turno en el FIFA. Supongo que para nervios los suyos, entre confundido, excitado y extrañado de que de verdad yo quisiera verlo follar a mi novia y que, además, ella quisiera follar con él. Creo que todo le resultaba tan extraño que hasta pensaría que serán desvaríos de un colega vicioso y hasta mentiroso.


Recuerdo que a eso de la una de la madrugada, mi novia se metió en el dormitorio y apagó la luz. Le dije a Dani que iba a ver que le ocurría a mi chica y que siguiese jugando, que lo mismo esa noche se la follaba. Él me empujó del sofá insinuando que no le contara más milongas pero me di cuenta que también se estaba excitando.

Entré en el dormitorio y mi novia estaba ya medio dormida, en aquella cama de matrimonio estrecha, con la luz apagada pero iluminada con la luz de una grandiosa luna de verano. Su cortito camisón hizo que mi mano se deslizara sobre sus muslos, dándole un breve masaje por la cadera y agarrando el culito tan suave que lucía unas braguitas blancas con dibujos de fresas y frambuesas. A los pocos minutos ella se volvió, busco mi boca y de seguido llevó su mano a mi bóxer. Empezó a comerme la boca mientras estrujaba mis huevos, demostrándome con su coño empapado que estaba cachonda desde que se acostó prematuramente.

ChatGPT Image 8 may 2025, 20_39_04.png

Tras unos instantes de mutuo morreo y caricias, fui hasta su oído y le susurré 'Dani está fuera ¿le digo que entre y se meta en la cama?' Ella no reaccionó y siguió estrujándome el paquete, agarró mi cuello por detrás y acercó mi boca a la suya. Volví a insistir mientras escuchaba a mi amigo darle al mando y meter goles en el salón contiguo. Mi chica no respondía, seguía encendiéndome con su magreo y sus contorsiones.

Me dio un pequeño bajón, no había respuesta y se seguía insistiéndola corría el riesgo de que me mandara a la mierda y al final pasara la noche durmiendo en el sofá junto a mi colega. Cuando ya lo daba por perdido, me cogió la cabeza, acercó su boca a mi oído izquierdo y me dijo dile que venga.

Escuchada esta frase mi corazón empezó a latir como nunca antes, mis manos estaban temblorosas y a pesar de ser finales de junio, un sudor frío recorrió mi cuerpo. ¿Había dicho la frase o la había imaginado? Como pude me incorporé, salí del dormitorio y al atravesar la puerta me encontré con Dani jugando a la Xbox, con el salón a oscuras y con el sonido muy bajo para no molestarnos.

Me acerqué a él y le dije Vente. Me miró exclamó en voz baja 'Si hombre, ¿quiere de verdad?' Le reiteré que no tardase, que ella quería y que se quitase la ropa para cuando entrase al cuarto no tuviese que desnudarse y ella tener que esperar.

Dani apuntó una picarona sonrisa, se desprendió de su camiseta, se quitó las deportivas y comenzó a bajarse los vaqueros. El cabrón lucía un gran físico, trabajado y definido debido a las pruebas físicas que le exigían las oposiciones que estaba preparando. Tan solo dejó un bóxer negro, ajustado. Pregunté si estaba listo, me agarró una mano y la llevó a su paquete, palpando una erección de caballo que demostraba que estaba tan excitado como nosotros.

Lo acompañé a la puerta, le di un breve empujón en el culo y no seguí sus pasos. En la penumbra observé como se introdujo lentamente en la cama, corriendo la tenue sábana que mi novia habría echado mientras estábamos los dos chicos en el salón.

Me quedé bajo el dintel de la puerta. No podía reaccionar. Estaba bloqueado. Aquello con lo que había fantaseado estaba ocurriendo a mis ojos pero una sensación extraña me invadió. ¿Qué me estaba pasando? Un leve mareo hizo que me sentase en una de las butacas del salón. Una mezcla de ira, decepción y arrepentimiento me impedían seguir adelante. Encendí un cigarro y medité lo que estaba ocurriendo y lo que iba a ocurrir. Creo que con la excitación y ver que se estaba cumpliendo el objetivo, la sangre subió a la cabeza con los bombeos de un corazón que latía a un ritmo frenético.

Tras unas caladas, me incorporé y me fui a la habitación. A la luz de la luna vi como mi novia y Dani se estaban dando besos suaves y caricias. Poco a poco me introduje en la cama por el lado de mi chica, acariciándola y haciéndola sentir que ya estábamos los tres. Ella aún estaba en ropa interior, con sus manos contoneándose en la zona de su ombligo. Dani tenía uno de sus brazos bajo la cabeza de mi novia y con inocentes besos seguía acariciando el cabello de esta inesperada conquista. En cuestión de segundos agarré una de las manos de mi chica y la llevé junto a la mía al bóxer de mi amigo. Estaba empalmadísimo y quería ayudarla a romper esa barrera. Cuando parecía que todo iba a fluir hasta una eterna follada, mi novia se incorporó y me espetó una seca e inesperada frase: No quiero seguir.

¿Habéis visto los retos estos de precipitar un cubo grande de agua helada para una ayuda benéfica? Pues eso no es nada al lado del jarro de agua fría que supuso esa frase. Dani se incorporó y se fue al salón. Yo me levanté y me coloqué en el otro lado de la cama. El gozo en un pozo y dos machos a punto de reventar.

CONTINUARÁ.
 
Última edición:
Una noche para tres

Tras una decepcionante noche que acabó sin una triste paja, amaneció la mañana del sábado con Dani dormido en el sofá del salón. Cuando desperté vi a Sara terminar de vestirse y salir apresuradamente del piso. Tras esa noche intensa no recordaba que ella me había dicho que por la mañana tenía que acercar a su hermana y a su sobrina al dentista.

Tras pasar por el baño me fui a la cocina. Hice un café para mi y para mi amigo que estaba estirándose en el sofá. Vimos durante unos minutos la tele para pasar a vestirnos y coger su coche. Me hizo el favor de acercarme al centro de la ciudad para hacer unas compras. Durante el trayecto apenas hablamos entre nosotros. Solo cuando sabíamos que nos quedaba muy poco para llegar a mi destino abrimos la boca: ¿Se ha molestado tu novia?

Le comenté que no había hablado con ella pero que seguro que estaría de morros cuando llegase a casa. Dani me dijo que era normal; Todo ha sido muy rápido, eres muy bruto. Pásame su teléfono, quiero pedirle disculpas y a ver si consigo arreglarlo. Le pasé el contacto de mi novia y bajé del coche.

Pese a que yo creí que estaría enfadada, cuando volví a ver a mi chica todo fluyó de lo más normal: dimos una vuelta, miramos ropa, fuimos al cine y por la noche volvimos a follar como bestias. La cama me daba morbo. Las sábanas me daban morbo. El cuerpo de mi novia me daba más morbo tras la noche de marras. Tan solo pensar que Dani estuvo acostado con ella me ponía durísimo. Ella notó que estaba más excitado de la cuenta, volvimos a fantasear durante la follada con que Dani estuviese allí.

A los dos días, estando cada uno en su trabajo, llamé a mi novia como hacía todos los días para preguntar como le había ido la mañana. Me dijo con tono cómplice que Dani le había escrito. No me contó nada más, tan solo se me hizo un nudo en la garganta y empecé a darle vueltas a la cabeza ¿qué le habría escrito? Estaba seguro que a mi chica no le había molestado porque me lo dijo con un tono cómplice. Me tocaba esperar a vernos a la tarde, cuando ella se pasaba a recogerme al trabajo.

Cuando mi chica aparcó salí rápidamente del curro y me senté a su vera. Hablamos un rato mientras acababa de fumarme el cigarro y le pregunté por los mensajes de Dani. Me dijo que le había pedido disculpas y que esperaba que perdonase la actitud que tuvo, que solo siguió mis indicaciones y no se paró a pensar si ella realmente quería. Diciéndome eso me excité imaginando si los dos había guarreado por wasap. Sara notó mi erección y me dijo que solo habían hablado tres tonterías, enseñándome la conversación. Sin esperarlo, mi novia me dijo ¿tanto te excita la idea? Yo le guie una de sus manos a mi paquete y le contesté Me pone burrísimo, el otro día se me salía el corazón por la boca solo el saber que te estaba compartiendo y que Dani te iba a follar delante mía. Ella acercó su cara a la mía y mirándome fijamente a los ojos me dijo: Al final me estoy poniendo muy cachonda, llámalo y que venga esta noche.

Nerviosísimo y como quien no quiere la cosa, cogí el móvil y escribí a Dani: Oye ¿te vienes esta noche? He hablado con ella y quiere, estamos al lado de mi trabajo, pero nos vamos para casa en breve. A los pocos minutos mi amigo me respondió que aún no sabía si podría, me lo tendría que decir más tarde.

Una vez en casa le dije: para que no os sintáis incómodos llegaré tarde a casa con cualquier excusa, le diré que suba y así puedes estar con él un rato a solas, hablad más y si queréis haced algo sin mí, hacedlo. Cogí su móvil entré en su wasap y escribí a Dani: Tu amigo tiene que ir a comprar. Voy a estar sola un buen rato. Si te quieres venir ya, te espero en casa.

Dani respondió que llegaría pasadas las doce de la noche. Mientras Sara se duchaba le dije que salía a tirar la basura y a dar una vuelta para hacer tiempo a que Dani llegara. Indiqué que dejase la luz del dormitorio encendida hasta que él llegara, así sabría yo desde la calle que mi amigo había llegado dispuesto a follarse a mi novia. Cogí la bolsa de basura, unas cajas y me fui. Aproveché para buscar un sitio abierto donde comprar un tabaco, así haría tiempo para la llegada y para que tuvieran tiempo de hablar algo y comenzar el lío.

El único sitio abierto estaba bastante lejos. A unos treinta minutos ida y vuelta de la casa que compartía con mi novia. Cuando me encaminaba a nuestro domicilio, vi que la luz del dormitorio estaba apagada. La señal que anunciaba que Dani había llegado. Como no quería entrar a casa y estropear la situación, cogí en el ascensor hasta una planta inferior, subí los escalones hasta mi casa muy despacio y pegué la oreja a la puerta de casa. El silencio imperante en el rellano de la escalera me facilitaba escuchar la conversación y saber si mi novia estaba bien.

Dani: Bueno, no creo que le quede mucho para llegar. ¿Y si tu y yo vamos…

Cuando escuché ese vamos... me puse cachondísimo. No podía abrir la puerta aún y ya tampoco escuchaba nada, ya que se metieron en el dormitorio. Quise darles un tiempo a solas pero las ganas me podían. Cogí las llaves y abrí la puerta de la casa. Todo estaba a oscuras. Como ellos me esperaban, no hubo sobresaltos. En la penumbra los observaba tumbados en la cama -aún con la ropa puesta- besándose y acariciando sus cuerpos. Dani abrazaba fuertemente a mi novia mientras le comía la boca. Ella le acariciaba el culo cubierto por unos vaqueros gastados. Entré en el dormitorio y en tono cómplice les saludé: ¿No os habéis podido resistir a esperarme eh? Voy a entrar a ducharme.

Ambos sonrieron sin dejar de morrearse mientras yo me dirigí a la ducha. Llevaba todo el día trabajando y quería entrar en el juego limpito y bien aseado. Mientras me duchaba en el aseo que había en el dormitorio, no pude evitar comenzar a masturbarme con una soberana paja con la visión reciente de mi novia con Dani. Salí de la ducha, me sequé y los gemidos de Sara me indicaban que estaba gozando como a ella le gusta.

Me puse tan sólo los bóxer, salí del baño y la estampa que observé nunca se me podrá olvidar. Mi novia y Dani ya estaban follando en nuestra cama. Ella a cuatro patas mientras mi amigo le daba por detrás con un ritmo tranquilo pero contundente. Él agarraba los cachetes de ella con ganas mientras le propinaba una buena embestida. Era la una de la madrugada.​
Salir de la ducha y encontrarte a tu novia y a tu amigo así...

Me quedé observándolos un tiempo. Mi polla estaba a punto de explotar y se salía de mis bóxer. Dani contraía sus blancos y depilados glúteos para apretar la follada y clavarle hasta el fondo la polla a Sara que no dejaba de gemir y contonearse. El calor de la noche hacía que mi amigo sudase y ser tan blanco de piel y estar completamente depilado su cuerpo brillaba a la tenue luz de la luna que entraba por el balcón.

Sara balbuceaba pidiendo mi entrada en la cama, quería más pollas. Intenté retrasar mi incorporación porque quería recrearme en lo que estaba viendo. Quería retener en mi mente la postura, quería verla en primera persona. Dani aumentó el ritmo se sus embestidas y giró la cabeza para mirarme, sonriendo en un gesto de complicidad, parecía querer decirme ´Mira bien, mira como me follo a tu novia’

Tras unos minutos comencé a introducirme en la cama con el cuidado de no rozar mi polla con la de mi amigo, me coloqué justo debajo de mi novia, metiéndose Sara mi nabo en la boca como si no hubiese un mañana. Me puse a comerle el coño mientras Dani se lo follaba, podía ver como la polla de mi amigo entraba y salía sin condón, totalmente dura y empapada del coño de Sara. Mi novia comenzó a comerme los huevos mientras yo le lamía los labios de su vagina entre las embestidas de Dani. Que sensación más rara para un hetero, pensaréis. Todo justo lo contrario. El morbazo y la calentura me inhibió de estar siendo prácticamente humillado por mi amigo mientras se follaba a Sara. Yo lamiendo el coño de mi novia mientras rozaba su polla y sus huevos con mi nariz.

Seguimos así un buen rato con mi novia y yo haciendo un 69 mientras Dani la taladraba por detrás. Observando la polla de Dani entrando y saliendo pude compararla con la mía. Ambos gastamos buenas herramientas.

A mi novia le encanta que la den fuerte, que le hagan y digan guarradas, sentirse sumisa y dominada. Como Dani no tomaba la iniciativa le agarré de los glúteos y le hice que se acercase todo lo posible para escucharme. Aprovechando que mi chica no paraba de gemir, le dije que fuera duro, que tomase la iniciativa y lo que le gusta a ella.
Mi chica quería sentir la polla de mi amigo hasta el fondo y yo miraba excitado...


Mi amigo lo cogió a la primera. En menos de diez segundos interpretó mis indicaciones y apretó con sus manos el culo de Sara, vi como sacó de golpe su polla, con una mano le recogió el pelo, pegó un guantazo al culo y le dijo en voz alta ¿Te gusta mi polla puta?

Sara se sacó mi rabo de la boca, soltó un desgarrador y Dani le metió la polla de golpe. Ese momento de ver a mi novia totalmente sumisa, entregada a mi amigo y a éste metiéndole el rabo sin contemplaciones y delante de mi cara, hizo que me corriese instantáneamente, salpicando la cara de mi chica que comenzó a tragar y a mamar polla mientras Dani seguía dándola por detrás.

Sara se tumbó en la cama y nos pidió que le comiésemos el coño. Allí estaban dos machos dándole placer. Con nuestras lenguas íbamos recorriendo cada rincón de su coño y de su culo. Ya daba igual saborear la saliva del otro. La excitación nos embargó a los tres y Dani y yo perdimos los prejuicios morales de que el pene de otro tío te roce cualquier parte del cuerpo. Habíamos perdido el pudor. Mi novia le comía la polla y yo al momento la besaba; yo le metía la polla en el coño y al momento él se lo comía.

Me encantaba ver a mi novia meterse la polla de Dani hasta la garganta y cómo le apretaba los huevos queriendo ordeñarlo. En ese momento mi novia cogió mi cabeza y la dirigió a su boca, hizo que los dos le comiésemos la polla a Dani y así hicimos durante un buen rato.

Mi chica y yo apenas articulábamos palabra pero mi amigo siguió -al pie de la letra- las indicaciones que antes le había dado. Se incorporó, dándole un suave pero sonoro guantazo en la mejilla y mientras le metía unos dedos en la boca le dijo: Ven aquí, zorra. Ahora me vas a lamer el culo ¿A que sí? Sara afirmaba con la cabeza mientras gemía y me miraba a los ojos derretida por la excitación.

Dani colocó el culo sobre el pecho de ella, le puso los cojones en la boca y comenzó a restregarse desde los huevos hasta la raja del culo mientras le decía a Sara: Venga zorra, saca esa lengua. Así, sácala más, cómeme el culo. Vamos puta dame gusto.

Mi amigo continuó pajeándose en la cara de mi novia, restregándole la polla por la nariz, y su frente mientras ella saboreaba sus huevos y su culo con la lengua. Mientras tanto yo, lamía el coño, cogía sus manos y se las apretaba a los glúteos de Dani para que éste achuchase sus pelotas cargadas de leche a la boca de Sara. Yo disfrutaba escuchando los lametones de mi novia a las partes más íntimas de mi amigo, que seguía sin correrse.

Decidí cambiar de posición y me tumbé bocarriba. Sara se acostó sobre mí y le metí la polla. Ella me cabalgaba ahora mientras Dani, agachado a los pies de la cama, pasaba la lengua por las partes de su coño y por mi polla. Lo animé a subirse sobre ella para intentar una doble penetración. Ella empezó a darse cuenta de que iba a disfrutar de dos pollas en su coño y se corrió nada más sentir el capullo del pene de Dani arrimarse a sus labios vaginales.

Dani la abrió de piernas mientras con su polla empujaba a la mía para que las dos tuvieran hueco. Teníamos las pollas tan duras que la sensación era la de dos duras barras calientes intentando entrar en un orificio chorrean. La dificultad para meter las dos a la vez hizo que mi amigo cogiese su polla junto a la mía con una mano, las apretó y empezó a metérselas a mi novia muy despacio. Me corrí al instante y mi polla menguó lo suficiente para que Dani metiera la suya y fuese en ese momento el macho dominante. Con el movimiento de su dura barra expulsó mi polla y se folló a mi novia, que derramaba el semen con la que la llené yo minutos antes. Noté como la polla de Dani entraba y salía llena de los jugos del coño de mi novia y de mi propio semen. Sexo sucio y explícito en tu propia cama, con tu propia mujer y uno de tus mejores amigos.

Mi novia se había corrido ya unas cuantas veces y el cabrón de Dani seguía con la polla tiesa sin muestras de fatiga. Decidimos parar para beber agua y fumar unos cigarros en la terraza que da al dormitorio. Allí estábamos los tres en pelotas en pleno verano. Dani no dejaba de mirar a mi novia y de darme las gracias por ser él el elegido para nuestro primer trío. Mientras Sara se fue al baño a hacer un pis, le dije que puede que algún día y si esto le había gustado a mi novia, podría venir a follársela a solas sin mi presencia siempre cuando quisiera ella.

Fui unos instantes a la cocina a beber más agua. Entre la follada, el calor y la excitación estaba exhausto. Me puse a buscar algo en la nevera para llenar el estómago. No pasaron diez minutos cuando escuché un cachetazo. ‘Chupa puta, cómeme la polla hasta que te hartes. ¿Te gusta, zorra? Voy a venir a follarte cuando quiera y te voy a echar la leche donde quiera’ Sara gemía y sólo atinaba a afirmar con la cabeza mientras se tragaba el rabo de Dani.

Volví al dormitorio que estaba solo iluminado por la luz de la luna. Desde luego habían aprovechado mi ausencia: Dani estaba plácidamente tumbado con su polla apuntando al techo mientras Sara le obsequiaba con una fabulosa mamada.

Me sumé rápidamente a la fiesta y comencé a follarme a mi novia por detrás, empujándola a tragarse hasta el fondo el pollón y los huevos de mi amigo. Seguimos así un buen rato hasta que Dani decidió darle él por detrás mientras yo era ahora el que disfrutaba de una mamada. Dani golpeaba con fuerza el trasero de mi novia, que pedía más y más. Dani nos avisó que se corría y le preguntó a Sara dónde quería su leche. Ella le dijo ‘Hazme lo que quieras Dani. Échamela donde tú quieras’. Escuchando esto me corrí, llenando la boca de mi novia. Dani seguía con sus embestidas y soltó ¡me voy a correr! ¡Sara me voy a correr dentro, te voy a preñar putaaaa! Metió su polla hasta el fondo del coño de Sara y la llenó de semen, restregando después su polla brillante por el culo de mi chica.

Sara, que aún seguía con ganas de marcha, se puso debajo de Dani y empezó a lamerle el culo y besarle los glúteos. Mi amigo estaba flipando de lo guarra que llegaba a ser mi novia. Yo me calenté tanto con la imagen que me arrimé a comerle el coño. Dani, que había recuperado el calentón, acercó su boca a la cara de Sara, la escupió varias veces y le dio un par de guantazos, la tumbó agarrándola del cuello y se corrió nuevamente llenando su cara de lefa.

No podíamos más. El reloj marcaba las seis y media de la mañana y nos quedamos dormidos. Fue el final a una noche inolvidable que sería el inicio de más noches con Dani y de una revolución que supuso tanto para mi chica como para mi. Un despertar que nos haría muy felices en la cama.

CONTINUARÁ.
 
Hola, buenos días.

Pues no está mal, un in crescendo espectacular. Bueno y parece que habrá más aventuras...

Saludos y gracias.

Hotam.
 
Una noche para tres

Tras una decepcionante noche que acabó sin una triste paja, amaneció la mañana del sábado con Dani dormido en el sofá del salón. Cuando desperté vi a Sara terminar de vestirse y salir apresuradamente del piso. Tras esa noche intensa no recordaba que ella me había dicho que por la mañana tenía que acercar a su hermana y a su sobrina al dentista.

Tras pasar por el baño me fui a la cocina. Hice un café para mi y para mi amigo que estaba estirándose en el sofá. Vimos durante unos minutos la tele para pasar a vestirnos y coger su coche. Me hizo el favor de acercarme al centro de la ciudad para hacer unas compras. Durante el trayecto apenas hablamos entre nosotros. Solo cuando sabíamos que nos quedaba muy poco para llegar a mi destino abrimos la boca: ¿Se ha molestado tu novia?

Le comenté que no había hablado con ella pero que seguro que estaría de morros cuando llegase a casa. Dani me dijo que era normal; Todo ha sido muy rápido, eres muy bruto. Pásame su teléfono, quiero pedirle disculpas y a ver si consigo arreglarlo. Le pasé el contacto de mi novia y bajé del coche.

Pese a que yo creí que estaría enfadada, cuando volví a ver a mi chica todo fluyó de lo más normal: dimos una vuelta, miramos ropa, fuimos al cine y por la noche volvimos a follar como bestias. La cama me daba morbo. Las sábanas me daban morbo. El cuerpo de mi novia me daba más morbo tras la noche de marras. Tan solo pensar que Dani estuvo acostado con ella me ponía durísimo. Ella notó que estaba más excitado de la cuenta, volvimos a fantasear durante la follada con que Dani estuviese allí.

A los dos días, estando cada uno en su trabajo, llamé a mi novia como hacía todos los días para preguntar como le había ido la mañana. Me dijo con tono cómplice que Dani le había escrito. No me contó nada más, tan solo se me hizo un nudo en la garganta y empecé a darle vueltas a la cabeza ¿qué le habría escrito? Estaba seguro que a mi chica no le había molestado porque me lo dijo con un tono cómplice. Me tocaba esperar a vernos a la tarde, cuando ella se pasaba a recogerme al trabajo.

Cuando mi chica aparcó salí rápidamente del curro y me senté a su vera. Hablamos un rato mientras acababa de fumarme el cigarro y le pregunté por los mensajes de Dani. Me dijo que le había pedido disculpas y que esperaba que perdonase la actitud que tuvo, que solo siguió mis indicaciones y no se paró a pensar si ella realmente quería. Diciéndome eso me excité imaginando si los dos había guarreado por wasap. Sara notó mi erección y me dijo que solo habían hablado tres tonterías, enseñándome la conversación. Sin esperarlo, mi novia me dijo ¿tanto te excita la idea? Yo le guie una de sus manos a mi paquete y le contesté Me pone burrísimo, el otro día se me salía el corazón por la boca solo el saber que te estaba compartiendo y que Dani te iba a follar delante mía. Ella acercó su cara a la mía y mirándome fijamente a los ojos me dijo: Al final me estoy poniendo muy cachonda, llámalo y que venga esta noche.

Nerviosísimo y como quien no quiere la cosa, cogí el móvil y escribí a Dani: Oye ¿te vienes esta noche? He hablado con ella y quiere, estamos al lado de mi trabajo, pero nos vamos para casa en breve. A los pocos minutos mi amigo me respondió que aún no sabía si podría, me lo tendría que decir más tarde.

Una vez en casa le dije: para que no os sintáis incómodos llegaré tarde a casa con cualquier excusa, le diré que suba y así puedes estar con él un rato a solas, hablad más y si queréis haced algo sin mí, hacedlo. Cogí su móvil entré en su wasap y escribí a Dani: Tu amigo tiene que ir a comprar. Voy a estar sola un buen rato. Si te quieres venir ya, te espero en casa.

Dani respondió que llegaría pasadas las doce de la noche. Mientras Sara se duchaba le dije que salía a tirar la basura y a dar una vuelta para hacer tiempo a que Dani llegara. Indiqué que dejase la luz del dormitorio encendida hasta que él llegara, así sabría yo desde la calle que mi amigo había llegado dispuesto a follarse a mi novia. Cogí la bolsa de basura, unas cajas y me fui. Aproveché para buscar un sitio abierto donde comprar un tabaco, así haría tiempo para la llegada y para que tuvieran tiempo de hablar algo y comenzar el lío.

El único sitio abierto estaba bastante lejos. A unos treinta minutos ida y vuelta de la casa que compartía con mi novia. Cuando me encaminaba a nuestro domicilio, vi que la luz del dormitorio estaba apagada. La señal que anunciaba que Dani había llegado. Como no quería entrar a casa y estropear la situación, cogí en el ascensor hasta una planta inferior, subí los escalones hasta mi casa muy despacio y pegué la oreja a la puerta de casa. El silencio imperante en el rellano de la escalera me facilitaba escuchar la conversación y saber si mi novia estaba bien.

Dani: Bueno, no creo que le quede mucho para llegar. ¿Y si tu y yo vamos…

Cuando escuché ese vamos... me puse cachondísimo. No podía abrir la puerta aún y ya tampoco escuchaba nada, ya que se metieron en el dormitorio. Quise darles un tiempo a solas pero las ganas me podían. Cogí las llaves y abrí la puerta de la casa. Todo estaba a oscuras. Como ellos me esperaban, no hubo sobresaltos. En la penumbra los observaba tumbados en la cama -aún con la ropa puesta- besándose y acariciando sus cuerpos. Dani abrazaba fuertemente a mi novia mientras le comía la boca. Ella le acariciaba el culo cubierto por unos vaqueros gastados. Entré en el dormitorio y en tono cómplice les saludé: ¿No os habéis podido resistir a esperarme eh? Voy a entrar a ducharme.

Ambos sonrieron sin dejar de morrearse mientras yo me dirigí a la ducha. Llevaba todo el día trabajando y quería entrar en el juego limpito y bien aseado. Mientras me duchaba en el aseo que había en el dormitorio, no pude evitar comenzar a masturbarme con una soberana paja con la visión reciente de mi novia con Dani. Salí de la ducha, me sequé y los gemidos de Sara me indicaban que estaba gozando como a ella le gusta.

Me puse tan sólo los bóxer, salí del baño y la estampa que observé nunca se me podrá olvidar. Mi novia y Dani ya estaban follando en nuestra cama. Ella a cuatro patas mientras mi amigo le daba por detrás con un ritmo tranquilo pero contundente. Él agarraba los cachetes de ella con ganas mientras le propinaba una buena embestida. Era la una de la madrugada.​
Salir de la ducha y encontrarte a tu novia y a tu amigo así...

Me quedé observándolos un tiempo. Mi polla estaba a punto de explotar y se salía de mis bóxer. Dani contraía sus blancos y depilados glúteos para apretar la follada y clavarle hasta el fondo la polla a Sara que no dejaba de gemir y contonearse. El calor de la noche hacía que mi amigo sudase y ser tan blanco de piel y estar completamente depilado su cuerpo brillaba a la tenue luz de la luna que entraba por el balcón.

Sara balbuceaba pidiendo mi entrada en la cama, quería más pollas. Intenté retrasar mi incorporación porque quería recrearme en lo que estaba viendo. Quería retener en mi mente la postura, quería verla en primera persona. Dani aumentó el ritmo se sus embestidas y giró la cabeza para mirarme, sonriendo en un gesto de complicidad, parecía querer decirme ´Mira bien, mira como me follo a tu novia’

Tras unos minutos comencé a introducirme en la cama con el cuidado de no rozar mi polla con la de mi amigo, me coloqué justo debajo de mi novia, metiéndose Sara mi nabo en la boca como si no hubiese un mañana. Me puse a comerle el coño mientras Dani se lo follaba, podía ver como la polla de mi amigo entraba y salía sin condón, totalmente dura y empapada del coño de Sara. Mi novia comenzó a comerme los huevos mientras yo le lamía los labios de su vagina entre las embestidas de Dani. Que sensación más rara para un hetero, pensaréis. Todo justo lo contrario. El morbazo y la calentura me inhibió de estar siendo prácticamente humillado por mi amigo mientras se follaba a Sara. Yo lamiendo el coño de mi novia mientras rozaba su polla y sus huevos con mi nariz.

Seguimos así un buen rato con mi novia y yo haciendo un 69 mientras Dani la taladraba por detrás. Observando la polla de Dani entrando y saliendo pude compararla con la mía. Ambos gastamos buenas herramientas.

A mi novia le encanta que la den fuerte, que le hagan y digan guarradas, sentirse sumisa y dominada. Como Dani no tomaba la iniciativa le agarré de los glúteos y le hice que se acercase todo lo posible para escucharme. Aprovechando que mi chica no paraba de gemir, le dije que fuera duro, que tomase la iniciativa y lo que le gusta a ella.
Mi chica quería sentir la polla de mi amigo hasta el fondo y yo miraba excitado...


Mi amigo lo cogió a la primera. En menos de diez segundos interpretó mis indicaciones y apretó con sus manos el culo de Sara, vi como sacó de golpe su polla, con una mano le recogió el pelo, pegó un guantazo al culo y le dijo en voz alta ¿Te gusta mi polla puta?

Sara se sacó mi rabo de la boca, soltó un desgarrador y Dani le metió la polla de golpe. Ese momento de ver a mi novia totalmente sumisa, entregada a mi amigo y a éste metiéndole el rabo sin contemplaciones y delante de mi cara, hizo que me corriese instantáneamente, salpicando la cara de mi chica que comenzó a tragar y a mamar polla mientras Dani seguía dándola por detrás.

Sara se tumbó en la cama y nos pidió que le comiésemos el coño. Allí estaban dos machos dándole placer. Con nuestras lenguas íbamos recorriendo cada rincón de su coño y de su culo. Ya daba igual saborear la saliva del otro. La excitación nos embargó a los tres y Dani y yo perdimos los prejuicios morales de que el pene de otro tío te roce cualquier parte del cuerpo. Habíamos perdido el pudor. Mi novia le comía la polla y yo al momento la besaba; yo le metía la polla en el coño y al momento él se lo comía.

Me encantaba ver a mi novia meterse la polla de Dani hasta la garganta y cómo le apretaba los huevos queriendo ordeñarlo. En ese momento mi novia cogió mi cabeza y la dirigió a su boca, hizo que los dos le comiésemos la polla a Dani y así hicimos durante un buen rato.

Mi chica y yo apenas articulábamos palabra pero mi amigo siguió -al pie de la letra- las indicaciones que antes le había dado. Se incorporó, dándole un suave pero sonoro guantazo en la mejilla y mientras le metía unos dedos en la boca le dijo: Ven aquí, zorra. Ahora me vas a lamer el culo ¿A que sí? Sara afirmaba con la cabeza mientras gemía y me miraba a los ojos derretida por la excitación.

Dani colocó el culo sobre el pecho de ella, le puso los cojones en la boca y comenzó a restregarse desde los huevos hasta la raja del culo mientras le decía a Sara: Venga zorra, saca esa lengua. Así, sácala más, cómeme el culo. Vamos puta dame gusto.

Mi amigo continuó pajeándose en la cara de mi novia, restregándole la polla por la nariz, y su frente mientras ella saboreaba sus huevos y su culo con la lengua. Mientras tanto yo, lamía el coño, cogía sus manos y se las apretaba a los glúteos de Dani para que éste achuchase sus pelotas cargadas de leche a la boca de Sara. Yo disfrutaba escuchando los lametones de mi novia a las partes más íntimas de mi amigo, que seguía sin correrse.

Decidí cambiar de posición y me tumbé bocarriba. Sara se acostó sobre mí y le metí la polla. Ella me cabalgaba ahora mientras Dani, agachado a los pies de la cama, pasaba la lengua por las partes de su coño y por mi polla. Lo animé a subirse sobre ella para intentar una doble penetración. Ella empezó a darse cuenta de que iba a disfrutar de dos pollas en su coño y se corrió nada más sentir el capullo del pene de Dani arrimarse a sus labios vaginales.

Dani la abrió de piernas mientras con su polla empujaba a la mía para que las dos tuvieran hueco. Teníamos las pollas tan duras que la sensación era la de dos duras barras calientes intentando entrar en un orificio chorrean. La dificultad para meter las dos a la vez hizo que mi amigo cogiese su polla junto a la mía con una mano, las apretó y empezó a metérselas a mi novia muy despacio. Me corrí al instante y mi polla menguó lo suficiente para que Dani metiera la suya y fuese en ese momento el macho dominante. Con el movimiento de su dura barra expulsó mi polla y se folló a mi novia, que derramaba el semen con la que la llené yo minutos antes. Noté como la polla de Dani entraba y salía llena de los jugos del coño de mi novia y de mi propio semen. Sexo sucio y explícito en tu propia cama, con tu propia mujer y uno de tus mejores amigos.

Mi novia se había corrido ya unas cuantas veces y el cabrón de Dani seguía con la polla tiesa sin muestras de fatiga. Decidimos parar para beber agua y fumar unos cigarros en la terraza que da al dormitorio. Allí estábamos los tres en pelotas en pleno verano. Dani no dejaba de mirar a mi novia y de darme las gracias por ser él el elegido para nuestro primer trío. Mientras Sara se fue al baño a hacer un pis, le dije que puede que algún día y si esto le había gustado a mi novia, podría venir a follársela a solas sin mi presencia siempre cuando quisiera ella.

Fui unos instantes a la cocina a beber más agua. Entre la follada, el calor y la excitación estaba exhausto. Me puse a buscar algo en la nevera para llenar el estómago. No pasaron diez minutos cuando escuché un cachetazo. ‘Chupa puta, cómeme la polla hasta que te hartes. ¿Te gusta, zorra? Voy a venir a follarte cuando quiera y te voy a echar la leche donde quiera’ Sara gemía y sólo atinaba a afirmar con la cabeza mientras se tragaba el rabo de Dani.

Volví al dormitorio que estaba solo iluminado por la luz de la luna. Desde luego habían aprovechado mi ausencia: Dani estaba plácidamente tumbado con su polla apuntando al techo mientras Sara le obsequiaba con una fabulosa mamada.

Me sumé rápidamente a la fiesta y comencé a follarme a mi novia por detrás, empujándola a tragarse hasta el fondo el pollón y los huevos de mi amigo. Seguimos así un buen rato hasta que Dani decidió darle él por detrás mientras yo era ahora el que disfrutaba de una mamada. Dani golpeaba con fuerza el trasero de mi novia, que pedía más y más. Dani nos avisó que se corría y le preguntó a Sara dónde quería su leche. Ella le dijo ‘Hazme lo que quieras Dani. Échamela donde tú quieras’. Escuchando esto me corrí, llenando la boca de mi novia. Dani seguía con sus embestidas y soltó ¡me voy a correr! ¡Sara me voy a correr dentro, te voy a preñar putaaaa! Metió su polla hasta el fondo del coño de Sara y la llenó de semen, restregando después su polla brillante por el culo de mi chica.

Sara, que aún seguía con ganas de marcha, se puso debajo de Dani y empezó a lamerle el culo y besarle los glúteos. Mi amigo estaba flipando de lo guarra que llegaba a ser mi novia. Yo me calenté tanto con la imagen que me arrimé a comerle el coño. Dani, que había recuperado el calentón, acercó su boca a la cara de Sara, la escupió varias veces y le dio un par de guantazos, la tumbó agarrándola del cuello y se corrió nuevamente llenando su cara de lefa.

No podíamos más. El reloj marcaba las seis y media de la mañana y nos quedamos dormidos. Fue el final a una noche inolvidable que sería el inicio de más noches con Dani y de una revolución que supuso tanto para mi chica como para mi. Un despertar que nos haría muy felices en la cama.

CONTINUARÁ.
Increible! espectacular! he estado en prácticamente la misma situación y no sabes lo identificado que me siento!
 
Una noche para tres

Tras una decepcionante noche que acabó sin una triste paja, amaneció la mañana del sábado con Dani dormido en el sofá del salón. Cuando desperté vi a Sara terminar de vestirse y salir apresuradamente del piso. Tras esa noche intensa no recordaba que ella me había dicho que por la mañana tenía que acercar a su hermana y a su sobrina al dentista.

Tras pasar por el baño me fui a la cocina. Hice un café para mi y para mi amigo que estaba estirándose en el sofá. Vimos durante unos minutos la tele para pasar a vestirnos y coger su coche. Me hizo el favor de acercarme al centro de la ciudad para hacer unas compras. Durante el trayecto apenas hablamos entre nosotros. Solo cuando sabíamos que nos quedaba muy poco para llegar a mi destino abrimos la boca: ¿Se ha molestado tu novia?

Le comenté que no había hablado con ella pero que seguro que estaría de morros cuando llegase a casa. Dani me dijo que era normal; Todo ha sido muy rápido, eres muy bruto. Pásame su teléfono, quiero pedirle disculpas y a ver si consigo arreglarlo. Le pasé el contacto de mi novia y bajé del coche.

Pese a que yo creí que estaría enfadada, cuando volví a ver a mi chica todo fluyó de lo más normal: dimos una vuelta, miramos ropa, fuimos al cine y por la noche volvimos a follar como bestias. La cama me daba morbo. Las sábanas me daban morbo. El cuerpo de mi novia me daba más morbo tras la noche de marras. Tan solo pensar que Dani estuvo acostado con ella me ponía durísimo. Ella notó que estaba más excitado de la cuenta, volvimos a fantasear durante la follada con que Dani estuviese allí.

A los dos días, estando cada uno en su trabajo, llamé a mi novia como hacía todos los días para preguntar como le había ido la mañana. Me dijo con tono cómplice que Dani le había escrito. No me contó nada más, tan solo se me hizo un nudo en la garganta y empecé a darle vueltas a la cabeza ¿qué le habría escrito? Estaba seguro que a mi chica no le había molestado porque me lo dijo con un tono cómplice. Me tocaba esperar a vernos a la tarde, cuando ella se pasaba a recogerme al trabajo.

Cuando mi chica aparcó salí rápidamente del curro y me senté a su vera. Hablamos un rato mientras acababa de fumarme el cigarro y le pregunté por los mensajes de Dani. Me dijo que le había pedido disculpas y que esperaba que perdonase la actitud que tuvo, que solo siguió mis indicaciones y no se paró a pensar si ella realmente quería. Diciéndome eso me excité imaginando si los dos había guarreado por wasap. Sara notó mi erección y me dijo que solo habían hablado tres tonterías, enseñándome la conversación. Sin esperarlo, mi novia me dijo ¿tanto te excita la idea? Yo le guie una de sus manos a mi paquete y le contesté Me pone burrísimo, el otro día se me salía el corazón por la boca solo el saber que te estaba compartiendo y que Dani te iba a follar delante mía. Ella acercó su cara a la mía y mirándome fijamente a los ojos me dijo: Al final me estoy poniendo muy cachonda, llámalo y que venga esta noche.

Nerviosísimo y como quien no quiere la cosa, cogí el móvil y escribí a Dani: Oye ¿te vienes esta noche? He hablado con ella y quiere, estamos al lado de mi trabajo, pero nos vamos para casa en breve. A los pocos minutos mi amigo me respondió que aún no sabía si podría, me lo tendría que decir más tarde.

Una vez en casa le dije: para que no os sintáis incómodos llegaré tarde a casa con cualquier excusa, le diré que suba y así puedes estar con él un rato a solas, hablad más y si queréis haced algo sin mí, hacedlo. Cogí su móvil entré en su wasap y escribí a Dani: Tu amigo tiene que ir a comprar. Voy a estar sola un buen rato. Si te quieres venir ya, te espero en casa.

Dani respondió que llegaría pasadas las doce de la noche. Mientras Sara se duchaba le dije que salía a tirar la basura y a dar una vuelta para hacer tiempo a que Dani llegara. Indiqué que dejase la luz del dormitorio encendida hasta que él llegara, así sabría yo desde la calle que mi amigo había llegado dispuesto a follarse a mi novia. Cogí la bolsa de basura, unas cajas y me fui. Aproveché para buscar un sitio abierto donde comprar un tabaco, así haría tiempo para la llegada y para que tuvieran tiempo de hablar algo y comenzar el lío.

El único sitio abierto estaba bastante lejos. A unos treinta minutos ida y vuelta de la casa que compartía con mi novia. Cuando me encaminaba a nuestro domicilio, vi que la luz del dormitorio estaba apagada. La señal que anunciaba que Dani había llegado. Como no quería entrar a casa y estropear la situación, cogí en el ascensor hasta una planta inferior, subí los escalones hasta mi casa muy despacio y pegué la oreja a la puerta de casa. El silencio imperante en el rellano de la escalera me facilitaba escuchar la conversación y saber si mi novia estaba bien.

Dani: Bueno, no creo que le quede mucho para llegar. ¿Y si tu y yo vamos…

Cuando escuché ese vamos... me puse cachondísimo. No podía abrir la puerta aún y ya tampoco escuchaba nada, ya que se metieron en el dormitorio. Quise darles un tiempo a solas pero las ganas me podían. Cogí las llaves y abrí la puerta de la casa. Todo estaba a oscuras. Como ellos me esperaban, no hubo sobresaltos. En la penumbra los observaba tumbados en la cama -aún con la ropa puesta- besándose y acariciando sus cuerpos. Dani abrazaba fuertemente a mi novia mientras le comía la boca. Ella le acariciaba el culo cubierto por unos vaqueros gastados. Entré en el dormitorio y en tono cómplice les saludé: ¿No os habéis podido resistir a esperarme eh? Voy a entrar a ducharme.

Ambos sonrieron sin dejar de morrearse mientras yo me dirigí a la ducha. Llevaba todo el día trabajando y quería entrar en el juego limpito y bien aseado. Mientras me duchaba en el aseo que había en el dormitorio, no pude evitar comenzar a masturbarme con una soberana paja con la visión reciente de mi novia con Dani. Salí de la ducha, me sequé y los gemidos de Sara me indicaban que estaba gozando como a ella le gusta.

Me puse tan sólo los bóxer, salí del baño y la estampa que observé nunca se me podrá olvidar. Mi novia y Dani ya estaban follando en nuestra cama. Ella a cuatro patas mientras mi amigo le daba por detrás con un ritmo tranquilo pero contundente. Él agarraba los cachetes de ella con ganas mientras le propinaba una buena embestida. Era la una de la madrugada.​
Salir de la ducha y encontrarte a tu novia y a tu amigo así...

Me quedé observándolos un tiempo. Mi polla estaba a punto de explotar y se salía de mis bóxer. Dani contraía sus blancos y depilados glúteos para apretar la follada y clavarle hasta el fondo la polla a Sara que no dejaba de gemir y contonearse. El calor de la noche hacía que mi amigo sudase y ser tan blanco de piel y estar completamente depilado su cuerpo brillaba a la tenue luz de la luna que entraba por el balcón.

Sara balbuceaba pidiendo mi entrada en la cama, quería más pollas. Intenté retrasar mi incorporación porque quería recrearme en lo que estaba viendo. Quería retener en mi mente la postura, quería verla en primera persona. Dani aumentó el ritmo se sus embestidas y giró la cabeza para mirarme, sonriendo en un gesto de complicidad, parecía querer decirme ´Mira bien, mira como me follo a tu novia’

Tras unos minutos comencé a introducirme en la cama con el cuidado de no rozar mi polla con la de mi amigo, me coloqué justo debajo de mi novia, metiéndose Sara mi nabo en la boca como si no hubiese un mañana. Me puse a comerle el coño mientras Dani se lo follaba, podía ver como la polla de mi amigo entraba y salía sin condón, totalmente dura y empapada del coño de Sara. Mi novia comenzó a comerme los huevos mientras yo le lamía los labios de su vagina entre las embestidas de Dani. Que sensación más rara para un hetero, pensaréis. Todo justo lo contrario. El morbazo y la calentura me inhibió de estar siendo prácticamente humillado por mi amigo mientras se follaba a Sara. Yo lamiendo el coño de mi novia mientras rozaba su polla y sus huevos con mi nariz.

Seguimos así un buen rato con mi novia y yo haciendo un 69 mientras Dani la taladraba por detrás. Observando la polla de Dani entrando y saliendo pude compararla con la mía. Ambos gastamos buenas herramientas.

A mi novia le encanta que la den fuerte, que le hagan y digan guarradas, sentirse sumisa y dominada. Como Dani no tomaba la iniciativa le agarré de los glúteos y le hice que se acercase todo lo posible para escucharme. Aprovechando que mi chica no paraba de gemir, le dije que fuera duro, que tomase la iniciativa y lo que le gusta a ella.
Mi chica quería sentir la polla de mi amigo hasta el fondo y yo miraba excitado...


Mi amigo lo cogió a la primera. En menos de diez segundos interpretó mis indicaciones y apretó con sus manos el culo de Sara, vi como sacó de golpe su polla, con una mano le recogió el pelo, pegó un guantazo al culo y le dijo en voz alta ¿Te gusta mi polla puta?

Sara se sacó mi rabo de la boca, soltó un desgarrador y Dani le metió la polla de golpe. Ese momento de ver a mi novia totalmente sumisa, entregada a mi amigo y a éste metiéndole el rabo sin contemplaciones y delante de mi cara, hizo que me corriese instantáneamente, salpicando la cara de mi chica que comenzó a tragar y a mamar polla mientras Dani seguía dándola por detrás.

Sara se tumbó en la cama y nos pidió que le comiésemos el coño. Allí estaban dos machos dándole placer. Con nuestras lenguas íbamos recorriendo cada rincón de su coño y de su culo. Ya daba igual saborear la saliva del otro. La excitación nos embargó a los tres y Dani y yo perdimos los prejuicios morales de que el pene de otro tío te roce cualquier parte del cuerpo. Habíamos perdido el pudor. Mi novia le comía la polla y yo al momento la besaba; yo le metía la polla en el coño y al momento él se lo comía.

Me encantaba ver a mi novia meterse la polla de Dani hasta la garganta y cómo le apretaba los huevos queriendo ordeñarlo. En ese momento mi novia cogió mi cabeza y la dirigió a su boca, hizo que los dos le comiésemos la polla a Dani y así hicimos durante un buen rato.

Mi chica y yo apenas articulábamos palabra pero mi amigo siguió -al pie de la letra- las indicaciones que antes le había dado. Se incorporó, dándole un suave pero sonoro guantazo en la mejilla y mientras le metía unos dedos en la boca le dijo: Ven aquí, zorra. Ahora me vas a lamer el culo ¿A que sí? Sara afirmaba con la cabeza mientras gemía y me miraba a los ojos derretida por la excitación.

Dani colocó el culo sobre el pecho de ella, le puso los cojones en la boca y comenzó a restregarse desde los huevos hasta la raja del culo mientras le decía a Sara: Venga zorra, saca esa lengua. Así, sácala más, cómeme el culo. Vamos puta dame gusto.

Mi amigo continuó pajeándose en la cara de mi novia, restregándole la polla por la nariz, y su frente mientras ella saboreaba sus huevos y su culo con la lengua. Mientras tanto yo, lamía el coño, cogía sus manos y se las apretaba a los glúteos de Dani para que éste achuchase sus pelotas cargadas de leche a la boca de Sara. Yo disfrutaba escuchando los lametones de mi novia a las partes más íntimas de mi amigo, que seguía sin correrse.

Decidí cambiar de posición y me tumbé bocarriba. Sara se acostó sobre mí y le metí la polla. Ella me cabalgaba ahora mientras Dani, agachado a los pies de la cama, pasaba la lengua por las partes de su coño y por mi polla. Lo animé a subirse sobre ella para intentar una doble penetración. Ella empezó a darse cuenta de que iba a disfrutar de dos pollas en su coño y se corrió nada más sentir el capullo del pene de Dani arrimarse a sus labios vaginales.

Dani la abrió de piernas mientras con su polla empujaba a la mía para que las dos tuvieran hueco. Teníamos las pollas tan duras que la sensación era la de dos duras barras calientes intentando entrar en un orificio chorrean. La dificultad para meter las dos a la vez hizo que mi amigo cogiese su polla junto a la mía con una mano, las apretó y empezó a metérselas a mi novia muy despacio. Me corrí al instante y mi polla menguó lo suficiente para que Dani metiera la suya y fuese en ese momento el macho dominante. Con el movimiento de su dura barra expulsó mi polla y se folló a mi novia, que derramaba el semen con la que la llené yo minutos antes. Noté como la polla de Dani entraba y salía llena de los jugos del coño de mi novia y de mi propio semen. Sexo sucio y explícito en tu propia cama, con tu propia mujer y uno de tus mejores amigos.

Mi novia se había corrido ya unas cuantas veces y el cabrón de Dani seguía con la polla tiesa sin muestras de fatiga. Decidimos parar para beber agua y fumar unos cigarros en la terraza que da al dormitorio. Allí estábamos los tres en pelotas en pleno verano. Dani no dejaba de mirar a mi novia y de darme las gracias por ser él el elegido para nuestro primer trío. Mientras Sara se fue al baño a hacer un pis, le dije que puede que algún día y si esto le había gustado a mi novia, podría venir a follársela a solas sin mi presencia siempre cuando quisiera ella.

Fui unos instantes a la cocina a beber más agua. Entre la follada, el calor y la excitación estaba exhausto. Me puse a buscar algo en la nevera para llenar el estómago. No pasaron diez minutos cuando escuché un cachetazo. ‘Chupa puta, cómeme la polla hasta que te hartes. ¿Te gusta, zorra? Voy a venir a follarte cuando quiera y te voy a echar la leche donde quiera’ Sara gemía y sólo atinaba a afirmar con la cabeza mientras se tragaba el rabo de Dani.

Volví al dormitorio que estaba solo iluminado por la luz de la luna. Desde luego habían aprovechado mi ausencia: Dani estaba plácidamente tumbado con su polla apuntando al techo mientras Sara le obsequiaba con una fabulosa mamada.

Me sumé rápidamente a la fiesta y comencé a follarme a mi novia por detrás, empujándola a tragarse hasta el fondo el pollón y los huevos de mi amigo. Seguimos así un buen rato hasta que Dani decidió darle él por detrás mientras yo era ahora el que disfrutaba de una mamada. Dani golpeaba con fuerza el trasero de mi novia, que pedía más y más. Dani nos avisó que se corría y le preguntó a Sara dónde quería su leche. Ella le dijo ‘Hazme lo que quieras Dani. Échamela donde tú quieras’. Escuchando esto me corrí, llenando la boca de mi novia. Dani seguía con sus embestidas y soltó ¡me voy a correr! ¡Sara me voy a correr dentro, te voy a preñar putaaaa! Metió su polla hasta el fondo del coño de Sara y la llenó de semen, restregando después su polla brillante por el culo de mi chica.

Sara, que aún seguía con ganas de marcha, se puso debajo de Dani y empezó a lamerle el culo y besarle los glúteos. Mi amigo estaba flipando de lo guarra que llegaba a ser mi novia. Yo me calenté tanto con la imagen que me arrimé a comerle el coño. Dani, que había recuperado el calentón, acercó su boca a la cara de Sara, la escupió varias veces y le dio un par de guantazos, la tumbó agarrándola del cuello y se corrió nuevamente llenando su cara de lefa.

No podíamos más. El reloj marcaba las seis y media de la mañana y nos quedamos dormidos. Fue el final a una noche inolvidable que sería el inicio de más noches con Dani y de una revolución que supuso tanto para mi chica como para mi. Un despertar que nos haría muy felices en la cama.

CONTINUARÁ.
muy caliente me habéis puesto con este relato. Pensaba que después de que Dani se hubiera corrido en el coño de Sara, ibas a limpiárselo. Mmmm.
Hubo más, verdad? Esperándolo con muchas ganas!
 
Increíble tío!! Además de bien escrito lo acompañas de imágenes que molan muchísimo. Menudas pajas han caído leyendo.
 
Dani se pasa el juego

Por diversos motivos no volví a saber de Dani durante semanas, apenas tuvimos conversaciones por wasap. Después del trio mi novia y yo estábamos más cachondos que de costumbre, pasamos de follar una vez en semana a polvo diario. Aquella aventura nos devolvió la fogosidad y el deseo de sexo continuamente. Fue como una inyección sexual para nuestra relación.

Sin embargo, fuera de la cama, no hablábamos de lo sucedido. A ella le gustó la experiencia de tener dos tíos dándole placer pero cuando íbamos en el coche y sacaba el tema me lo terminaba recriminando ´Una vez y no más´, me repetía.

Por mi parte comencé a experimentar un morbo inusitado por los tríos. Me empezó a excitar muchísimo verla follar, ver a otro tío empotrándola y a ella comer una polla que no fuese la mía. Mi yo interior me contrariaba: esto no puede estar bien ¿A quién puede darle morbo compartir a su mujer o novia con otro hombre? En las webs porno buscaba vídeos titulados como Comparto a mi chica, Mi mujer con mi amigo, esposa con otro hombre… descubrí vídeos con una temática nueva para mi y que hasta ahora no sabía de su existencia: la categoría Cuckold.

Me empapé de vídeos, relatos y experiencias de parejas reales, fantasías… y empecé a darme cuenta que encajaba con mis morbos y sueños húmedos recientes. A Sara todo aquello le sonaba fatal, comenzó a rechazar de plano seguir hablando del tema incluso cuando estábamos follando. Sin embargo, no tuve tiempo que esperar mucho tiempo para darme cuenta que los dos queríamos probar ese camino.

A mediados de octubre mi chica y yo celebrábamos nuestro aniversario, una noche de esas de eterno verano mediterráneo en la que íbamos a cenar en un restaurante de playa a la luz de las velas. Sara iba espectacular, con su pelo negro recogido y un vestido color rosa crema perfectamente entallado hacía que los ojos de más de un comensal se dirigiese al espectacular culo que marcaba mi novia. Tras una comida ligera, observé como Sara se estaba poniendo más contenta tras beber tres copas del vino tinto que nos sirvieron.

Para mi sorpresa me soltó de sopetón: ‘Tengo ganas de follar’
Cogió una de mis manos y por debajo del mantel se la llevó a la raja de su vestido, notando yo como tenía las braguitas húmedas y calientes.

-Chica como estás… ¿quieres que te folle duro?

Mientras me afirmaba aumenté la presión y el manoseo a su coñito, cosa que la estaba volviendo loca. Empujado por nuestra excitación me atreví a dar el siguiente paso: Oye ¿quieres que llame a Dani a ver si puede venir?

Con una convulsión interior me dio por buena la iniciativa así que, sin dejar de manosearla, con la otra mano escribí un wasap a mi amigo.

A los pocos minutos Sara y yo nos marchamos camino a casa. No hizo falta coger el coche pues el restaurante estaba a menos de diez minutos de nuestro piso andando. Cuando llegamos a la puerta de la urbanización vimos a Dani aparcando.

Nos llegó con un pantalón vaquero, zapatillas blancas y un polo negro. El cabrón, pese a ser bastante más bajo que yo, estaba poniéndose cachas.
  • ¿Parejita que hacéis? ¿Dónde vais?
  • ¿Cómo estás loco? Pues acabamos de cenar.
Se situó al lado de mi chica y comenzó a hablar de tonterías del día a día. Entramos al portal y subimos a nuestro piso. Cuando entramos Sara se dirigió al baño para hacer un pis y durante su ausencia Dani y yo tuvimos la siguiente conversación:
  • Bueno que ¿viene muy cachonda? ¿le gustó la última vez?
  • Cachonda estaba en la cena, luego con la caminata parece que se le ha bajado la calentura un poco.
  • Bueno ¿y que hago entonces? ¿lo dejamos y nos ponemos a jugar?
  • A ver que nos dice al salir del baño. Tío en realidad es cosa mía. Me dio mucho morbo veros a los dos follar.
  • Jajaja, eso lo sabía yo. Al final vas a ser un cornudo contento.
  • ¿y tú que sabes de eso Dani?
  • Tío pues que si te da morbo que me folle a Sara es que te gusta ser cornudo y que otro tío sea tu corneador.
En el instante que Dani me dijo eso tuve que tragar saliva y reconocerle mis nuevos morbos, le conté que me había masturbado rememorando como se la folló; que veía vídeos cuckold, etc. Ambos oímos como se abría el grifo de la ducha por lo que Sara aún no iba a salir en un rato del baño.
  • Pero a ver ¿esto porqué no me lo has contado antes?
  • Ni idea tío no sabía que eso me excitaba. Es más, creo que me lo planteas hace un año y te parto la cabeza.
  • Jajaja ¿Y Sara que opina?
  • Dani cuando estamos follando le pone a mil que le recuerde aquella noche. Además como a ella le gusta que la dominen a tope y tu le diste bien, se revuelca de gusto cuando le hablo de como la follaste.
  • ¿Y tú de que tienes ganas?
  • Yo de ver como te la follas y la dominas.
  • ¿Pero también eres sumiso ahora?
  • No lo sé. Dani creo que ahora mismo podrías hacer lo que quieras con los dos, estoy cachondo perdido.
En ese instante Dani, mi amigo del colegio, cogió mi mano y se la llevó a su paquete, restregando mis dedos para que palpara su prominencia.

- ¿Ves esto? Pues esto se lo va comer tu novia y se lo voy a meter por el culo cada vez que me de la gana. Vas a ser cornudo, me voy a follar a tu novia todos los días que quiera y tú vas a mirar como me corro en su cara.

Me soltó la mano y, con un gesto de complicidad me dijo:

- ¿Te gustan esas cosas? ¿Qué me porte así?

Ruborizado le dije que sí, que me había puesto a mil verme humillado de esa manera. Vale pues ya sé lo que puedo hacer, me espetó.

CONTINUARÁ
 
Al amigo, el Culo.

El sonido del agua seguía cayendo detrás de la puerta del baño. Cada gota parecía marcar los segundos como un metrónomo perverso. Dani me sostenía la mirada con una mezcla de diversión y dominio. No necesitaba decir mucho más. Ya lo había entendido todo. Yo lo había aceptado, y él lo iba a aprovechar.

Me acerqué a la cocina para sacar unos helados, necesitaba distraerme, romper por un momento esa sensación de vértigo interior. Mis manos temblaban. No sabía si era de nervios, de deseo o de las dos cosas. Mientras tanto, Dani se quitó el polo, se sentó en el sofá y encendió uno de mis cigarros como si estuviera en su casa. La seguridad que desprendía era... abrumadora.

Escuchamos la ducha apagarse. Silencio.

Después, unos pasos suaves y el clic del pomo girando. Sara salió con una toalla anudada al cuerpo. La piel aún húmeda, el pelo chorreando oscuridad, los ojos brillando más que nunca. Al vernos, se detuvo un segundo, como midiendo la escena.

¿Y esta tensión en el aire? —dijo con una media sonrisa, ladeando la cabeza.

Nadie respondió. Yo le tendí la mano con uno de los helados que acababa de coger y ella la aceptó sin dejar de mirarme. No a Dani. A mí. Como si buscara leer en mis ojos si realmente estaba preparado para lo que estaba a punto de pasar.

Caminó hasta el salón, lenta, deliberada. Cada paso era un disparo silencioso de electricidad. Dani se puso en pie, se acercó a ella por detrás y apoyó una mano en su cintura. Sara no se apartó. Cerró los ojos por un instante. Se estaba rindiendo al momento.

Yo no me movía. Observaba. Sentía cómo el pecho se me apretaba, cómo algo se encendía en lo más profundo de mi cuerpo. Un calor diferente. No solo físico. Algo que iba más allá del morbo. Era entrega, era vulnerabilidad convertida en fuego.

¿Quieres que Dani te folle? —le pregunté a ella, con la voz apenas audible.

Sara giró la cabeza hacia mí. Sus labios se curvaron suavemente, sin perder ese brillo en los ojos.

Quiero que me mires. Quiero que te corras solo con verme disfrutar.

No supe si sonreír o morderme la lengua. Dani le desató la toalla y la dejó caer al suelo. Solo llevaba unas braguitas blancas con una gran cara del Pato Donald, en su culo. El resto de su cuerpo desnudo, recién salido del baño se convirtió en el centro de la habitación. No era solo belleza, era poder. Lo sabía. Sabía lo que provocaba en mí, y ahora también lo sabía él.

Dani se acercó aún más a ella y la besó en la nuca. Su mano bajó por su vientre, y yo vi cómo Sara se tensaba ligeramente, cerrando los ojos, entregada al momento. Sus pezones se endurecieron al contacto. Respiraba con profundidad, como si cada caricia fuese una carga más de electricidad que recorría su espina dorsal.

Te encanta esto, ¿verdad? —susurró Dani, sin mirar ni a ella ni a mí.

Sara asintió en silencio, mordiendo su labio inferior.

Y tú —añadió, mirando hacia mí—, ¿te gusta verla así? ¿Ver cómo se le moja el coño por otro?

Yo asentí también. Las palabras no me salían, pero mi cuerpo ya lo decía todo. Sentía mi polla dura marcando mi pantalón, la boca seca, la piel encendida.

Dani la llevó al sofá con suavidad, pero con firmeza. Ella no opuso resistencia. Se dejó guiar, se dejó tumbar. Dani la puso a cuatro patas y comenzó a morderle el culo aún con las braguitas blancas de Donald puestas. Parecía una actriz de una escena que conocía al detalle, como si la hubiera ensayado en su mente una y otra vez.

Yo me senté en la butaca frente a ellos. No sabía si estaba allí como espectador, como cómplice, como protagonista de mi propio deseo. Pero sabía que era el sitio correcto. No quería estar en ningún otro lugar del mundo más que allí. Mi novia abrió los ojos y me buscó con la mirada.

La tensión sexual se volvía cada vez más densa, como si se pudiese cortar con un cuchillo. No hacían falta movimientos bruscos ni jadeos exagerados. Bastaba con la mirada. Con los suspiros. Con el modo en que ella arqueaba ligeramente la espalda al sentir el aliento de Dani. Con el leve temblor de su muslo cuando sus dedos la acariciaban como si ya supieran cada centímetro de ella.

Yo respiraba más rápido, sin tocarme, sin moverme. La escena me envolvía. Me atravesaba.

En un momento, Sara se giró y extendió una mano hacia mí.

Ven. Quiero verte más cerca.

Me levanté, sin saber del todo qué esperaba ella. Me arrodillé junto a ellos. Dani seguía mordiéndole el culo y empapando las braguitas con saliva. No detuvo su ritmo, ni bajó su mirada. Solo sonrió con el mismo gesto de antes. De quien sabe que ya tiene el control.

Sara me acarició la cara, suave. Con ternura. Como diciéndome que todo estaba bien. Que me rindiera del todo. Que esto también era mío.

Mi novia estaba tumbada en el sofá, con una pierna ligeramente flexionada y la otra extendida, la respiración acompasada pero cada vez más profunda. Yo, de rodillas junto a ellos, sentía el calor de su piel irradiar contra la mía. Mi mano aún estaba sobre su muslo, pero sin moverla. No quería interrumpir. No quería romper el hechizo.

Dani, sin embargo, no se detenía. Le acariciaba el cuello, le hablaba al oído, le apretaba el pecho con una firmeza que solo tiene quien sabe que puede. Y lo hacía mirándome de reojo, midiendo cada reacción que tenía yo con ese gesto apenas perceptible de superioridad.

¿Ves cómo se abre para mí? —me dijo, sin dejar de tocarla—. Está empapada. Ni siquiera hemos empezado y ya me está pidiendo que la folle. ¿A que quieres que te la meta ya putita?

Sara soltó un leve gemido, como una confirmación inconsciente. Sus caderas se movieron apenas, buscándolo. Y Dani lo sabía. Le encantaba ver cómo la respuesta no venía solo del cuerpo de ella… sino también del mío. Porque no podía evitarlo: tenía los ojos fijos en su entrepierna, en los dedos de él que jugueteaban, en la forma en que ella se estremecía.

Me parece que a partir de hoy voy a tener que venir mucho más por aquí. Tu novia ama a mi polla y a ti te sienta bien ese sitio —me soltó entonces, mirándome directamente—. De rodillas. Cerca, pero sin tocar. Mirando.

Quise responder, pero no pude. Me mordí el labio, en parte por vergüenza, en parte porque el deseo me quemaba por dentro. Sara abrió los ojos y me buscó de nuevo con la mirada. Había dulzura en ella, pero también fuego. Me leía como si supiera lo que estaba pasando por mi cabeza.

Dani bajó la voz, pero no el tono. Más bien, lo afiló.

¿Sabes por qué esto te excita? Porque ya no necesitas estar dentro de ella para sentirte parte. Porque ahora, verla entregarse a mí, es más tuyo que cualquier otra cosa. Eso es ser cornudo de verdad. Y lo aceptas. Por eso estás así, temblando y callado como una maricona.

Me quedé quieto. Su voz tenía algo hipnótico, como si supiera poner en palabras mis pensamientos más profundos antes de que yo los aceptara. Dani me conocía de siempre, pero ahora parecía conocerme aún más que yo mismo.

¿Quieres una prueba? —añadió, como quien no pregunta sino anuncia—. Voy a hacer que se corra solo con mi voz. Sin que la toque.

Me apartó suavemente con un gesto de la mano, y se inclinó sobre mi chica. Le habló tan cerca del oído que no pude oír qué decía, pero vi cómo ella comenzaba a respirar más fuerte, cómo sus pezones se endurecían aún más y cómo sus caderas se movían en busca de un contacto que no llegaba. Dani no la tocaba. Solo le hablaba, le ordenaba cosas que la hacían gemir con la boca cerrada, como si intentara controlar el impulso. Yo lo observaba todo en silencio, fascinado y humillado al mismo tiempo. Sentía una mezcla contradictoria de orgullo —por tener una novia tan deseable, tan viva— y de derrota, porque ese deseo ahora lo manejaba otro. No yo.

Sara se arqueó de pronto, el cuerpo entero en tensión, sus dedos aferrados al cojín, la boca abierta en un gemido ahogado. Dani la había hecho llegar al borde sin tocarla. Solo con su voz. Solo con su dominio. Y entonces se volvió hacia mí.

Aún no has visto nada —dijo, levantándose y comenzando a desabrocharse el pantalón—. Esto no ha hecho más que empezar.

El sonido del cinturón deslizándose fue como un látigo silencioso. Yo seguía sin moverme. Quería hablar, pero cada palabra se me atascaba entre los dientes. Mi excitación era insoportable. Me ardía la piel. Dani se quitó el pantalón y lo dejó caer al lado, sin prisa, sabiendo que cada gesto suyo tenía poder sobre mí.

Dani llevó una de sus manos al enorme paquete que aún escondía bajo aquel bóxer ocuro y dándole un intenso meneo me dijo: Mira el pedazo de polla que le voy a meter a tu novia.

Sara se giró hacia mí desde el sofá. Me sonrió con una ternura casi cruel. Y, sin decir nada, asintió lentamente. Como si también ella me colocara en ese sitio. No solo para esta noche, sino para algo más duradero.

Dani se sentó en el sofá -conmigo al lado- puso a mi novia de rodillas y la agarró de la cabeza, llevándole la boca a su durísima polla. Mi chica solo emitía sonidos irreproducibles fruto de la presión de la polla de mi amigo y las babas que derramaba sobre sus huevos. Mi amigo giró la cabeza hacia mí y me dijo: ¿Te gusta eh? Lo que más me mola de tu novia es como la chupa. Vete por detrás, quítale las bragas y cómele el culo hasta que te diga.

Dejé el sofá y me tumbé boca arriba, dejando mi cara sobre el coño y el culo de Sara, le bajé sus braguitas hasta los tobillos y metí mi lengua en su culo. Comencé a masturbarme mientras introducía mi lengua en su ano y con mi nariz rozaba su coño. Mi chica lo tenía empapado a la enésima potencia. Cuando habían pasado unos minutos Dani se incorporó para abrirle los cachetes a Sara, metiéndole el nabo hasta la coronilla y provocándole arcadas a lo que Dani le respondió cerrándole la nariz, escupiéndole en la cara una y otra vez. Volvió a abrirle los cachetes y exclamó con una voz dura y contundente: Venga maricón, métele la lengua en el ojete que esta noche le peto el culo a tu novia.

Esa frase fue el detonante de mi primera corrida mientras me hacía una paja. Ni eso impidió que metiese la lengua hasta bien dentro del culo de mi chica, ayudado por Dani que seguía abriendo sus cachetes.

Sara y yo no practicábamos el sexo anal. Yo no le daba por el culo desde que empezamos como novios porque le dolía y nos cortaba el rollo. Sin embargo mi chica ni se inmutó cuando escuchó la frase de Dani.

Éste, metido en el papel, seguía manejando la mamada interminable que le hacia mi novia, soltando algunas frases que demostraban que estaba hecho para este tipo de situaciones. Disfrutaba como un rey en su trono cobrando el derecho de pernada. Agarraba de los pelos a Sara mientras ella se deleitaba con su brillante capullo rosado y pasaba las manos por los marcados pechos de mi amigo:
Venga putita, traga polla… Así, así… que se note que eres buena puta. Voy a venir a follarte cuando tenga ganas, zorra.
Cornudo mira como traga tu novia, menuda puta traga leches. Se la va a tragar toda.

Vas ser mi puta a partir de ahora ¿verdad Sara?

Dani se levantó, le dio la vuelta a mi chica, apuntó su polla y se la introdujo de golpe en el coño. Empezó un mete saca incesante, agarrando a Sara de su cabello y pasando a coger sus tetas. Las piernas de mi chica temblaban fruto del tiempo que pasó de rodillas y yo, desde el suelo, observaba como mi amigo empezaba a tirarse a mi novia.

Tras unos minutos de follada, no tuve más remedio que incorporarme y marchar a la cocina. Entre el sudor y el helado que me había comido antes, tenía una sed inaguantable. Saqué una botella helada de la nevera y mientras bebía me dispuse a colocarme bajo el arco de la puerta de la cocina para no perder detalle. Para mi sorpresa en ese instante pasaron junto a mi, en dirección al dormitorio y mientras mi chica se colocaba el pelo a sus hombros, Dani paró, me guiñó un ojo y me dijo: Vamos a follar en vuestra cama.

Me dispuse a colocar la botella de agua al frigorífico y a dirigirme al baño del dormitorio para hacer pis. En la penumbra de la noche distinguí como Sara se colocaba a cuatro patas y Dani se incorporaba a la cama colocándose a su espalda.

Cuando volví al dormitorio mi amigo hizo el gesto de que me acercase: Venga ábrele el culo, que se la voy a meter. Sara emitía gemidos de placer, estaba entregada a la causa así que comencé a abrirle el culo y ver como Dani apuntaba su polla al ojete de mi novia que comenzó a decir ‘con cuidado, porfi. Con cuidado, no de golpe’.

Mi amigo apuntó a meter su polla en el culo de mi novia con extrema suavidad, escupiendo sobre su rabo para lubricar la inminente follada. Yo me fui a besar a Sara. Unos morreos guarros con sabor a polla ajena y a los flujos de coño mojado. Para entonces, Dani la había ensartado por completo y comenzó a subir el ritmo de la follada: ¿Te gusta como te follo el culo Sara?


Mi chica paró tibiamente el morreo conmigo para afirmar aunque por su cara notaba que era placer y dolor. Sometida a un macho que hacía con nosotros lo que le había dicho yo horas antes. Me incorporé y me dirigí a mis pantalones, saqué el móvil del bolsillo y me coloqué bajo el culo de Dani. Quería grabar el instante.

Mi amigo se dio cuenta y me dijo
- Cabrón ¿qué estás grabando?
- Sí tio esto luego lo vemos y me servirá para alguna paja.
- Que maricona eres. Bueno pero que no se me vea.


Tras unos diez minutos de follada anal y por los gestos de Dani, intuí que se había corrido. Le había dejado el culo lleno de leche a mi novia y la noche solo acababa de empezar.

CONTINUARÁ
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo