Pajas juveniles con amigos

Lo más curioso es que los tíos que de adultos van de muy machotes, son los que de críos no le quitaban ojo al de al lao mientras se hacían pajillas y aprovechaban las peleillas con los colegas para meterse mano
 
Se que ya lo he comentado en alguna que otra ocasión y me llamaréis pesado, pero es que para todos los tíos esas primeras pajillas con los amigos son de las cosas más placenteras que se recuerdan toda la vida.

Además de que diría que el 99.9 por ciento de los tíos lo hicimos de alguna u otra forma, aunque todavía haya quién lo niegue y diga que jamás lo ha hecho ni con amigos, hermanos o primos por vergüenza al creer que por hacer esas cosas cambias de acera.

Y lo vuelvo a decir por si ayudo a convencer a quién piense así, porque sí fuese verdad, entonces no existirían los tíos heteros y en cambio nos han seguido gustando las mujeres, hemos tenido novias, nos hemos casado y hasta con hijos, sin echar cuenta a los viejos prejuicios que nos metieron.
cuanta razon tienes
 
Era reunirse los amigos en las excursiones o para pasar un fin de semana en el campo, y siempre acababamos con la polla en la mano compitiendo a ver quién llegaba mas lejos con la corrida. De paso nos mirabamos los cipotes a ver quién la tenía mas grande.
 
Mis compis de clase y yo, en el viaje de fin de curso de 3ro de BUP competíamos por ver quién se corría antes 😆
Hasta que el más "experto" del grupo, uno que ya había follado, nos dijo... "de lo que se trata es de tardar lo más posible, pringaos!!"
 
Yo recuerdo en el campamento de veranos de juntarnos 4 o 5 en umas chozas que haciamos de helechos y alli ponernos en circulo y masturbarnos unos enfrente de otros cada uno con la suya, perdia el que mas tardaba en correrse, menudas corridas nos pegabamos, recuerdo que nos salian chorritos de leche teniamos 13 años
 
Era reunirse los amigos en las excursiones o para pasar un fin de semana en el campo, y siempre acababamos con la polla en la mano compitiendo a ver quién llegaba mas lejos con la corrida. De paso nos mirabamos los cipotes a ver quién la tenía mas grande.
Nosotros competíamos a ver quien se corria antes, jajaja en aquella época ganaba el eyaculador precoz
 
Recuerdo en el colegio, con un colega, meternos en el baño cada uno en un cubículo, no teníamos suficiente confianza para hacerlo a la cara, y vamos a ver quien se corre, me acuerdo que no conseguí que se me pusiera del todo dura y la corrida fue mínima, jeje los nervios y eso que en esa época se me empalmaba de la brisa, jeej
 
Que buenos tiempos de pajillas . Y ya despuntaban algunos cipotes a ser buenas herramientas. También , las menos veces había alguna amiga y con la escusa de jugar a la botella se tocaba carne con mucho morbo
 
Nosotros competíamos a ver quien se corria antes, jajaja en aquella época ganaba el eyaculador precoz
Esa competiciones nunca podían faltar en los grupos de pajillas jejejej. Nosotros competíamos por ver quién se corría antes, llegaba más lejos con la corrida y hasta con ver a quién le llegaba más lejos con el chorro cuando meaba...
 
Yo con 10 años solo tenía un colega de pajas, eso si nos las hacíamos por todos los chicos del barrio. Ya con esa edad éramos muy precoces, nos las cambiábamos, y hasta nos las chupabamos. Imagino que sin saber muy bien que estábamos haciendo, pero nos daba gustirrinin y salía aguilla que nos retregabamos por los culetes.Un día que hicimos peyas en el cole, nos fuimos a nuestro refugio privado, vamos una antigua fábrica de luz medio derruida. Pero esa mañana nos sorprendió un hombre mayor, digo mayor ya que por aquel entonces con 55 años parecía la gente muy viejita. La cosa que estábamos a lo nuestro, cuando esté hombre entro donde estábamos, que era como un vestuario con mesas y bancos de piedra. Nos asustamos claro, mas que nada por qué antes teníamos mucho respeto y miedo, pues si alguien te veía haciendo algo no muy bueno, se lo diría a nuestros padres, con el consiguiente guantazo y castigo.
La cosa que nos dijo que estuviéramos tranquilos que no se lo diría a nuestros padres, y apuntalo que el también se hacía pajas. Esto que voy a contar hoy en día sería impensable claro, pero en aquel entonces, hablo de los años 70, no se daba mucha importancia. Tanto yo como mi amigo, no cogimos ningún trauma, pues ya éramos unos pajilleros precoces y tampoco nos forzó en ningún momento. Y hemos llevado una vida hetero normal. Cuando esté hombre nos sorprendió como he comentado antes, nos dijo que si nos gustaría ver cómo el también se hacía una paja. A lo que le dijimos que si, sacó su cipote de la bragueta y nos lo mostró sacudiéndolo con su mano. Nosotros en principio nos quedamos un poco descolocados, con nuestras pollitas en mano, no parabamos de contemplar, ese cipote morcillón con un capuyo gordo y colorado, al lado de nuestros palitos.
 
Todo tío hetero aunque no sea algo que se suela reconocer, empezó hacerse pajillas con sus amigos, hermanos o primos...
Todos hicimos alguno de los típicos juegos de críos para aprender lo que era una paja y cómo se hacía.
Eran cosas que tenían más que ver con la curiosidad y el despertar sexual que con la orientación y los gustos de cada uno.
 
Todo tío hetero aunque no sea algo que se suela reconocer, empezó hacerse pajillas con sus amigos, hermanos o primos...
Todos hicimos alguno de los típicos juegos de críos para aprender lo que era una paja y cómo se hacía.
Eran cosas que tenían más que ver con la curiosidad y el despertar sexual que con la orientación y los gustos de cada uno.
Completamente de acuerdo contigo y hace años mas (hablo de los 70 que es cuando tenia mis 13 y 14 años), cuando no había ni tanta información sexual ni pornografía fácil de ver.
 
Completamente de acuerdo contigo y hace años mas (hablo de los 70 que es cuando tenia mis 13 y 14 años), cuando no había ni tanta información sexual ni pornografía fácil de ver.
Si es que aunque creamos que es algo que nos hace menos hombres y por eso los tíos no lo solemos contar, no tiene nada que ver con los gustos de cada uno.
Son solo juegos por curiosidad y experimentación que todos tenemos que aprender jejej
 
Si es que aunque creamos que es algo que nos hace menos hombres y por eso los tíos no lo solemos contar, no tiene nada que ver con los gustos de cada uno.
Son solo juegos por curiosidad y experimentación que todos tenemos que aprender jejej
Tal cual contáis, es así, no conozco ninguno que no lo haya hecho con más o menos cantidad de amigos o colegas de pajas...entonces ha sido para mí, entre los 14 y 15 aproximadamente, una experiencia que, si bien tenía algo de morbo, era más curiosidad y diversion que otra cosa...ver a otros y dejarse ver era casi como un acto de libertad prematura a esas edades.
 
Yo con 10 años solo tenía un colega de pajas, eso si nos las hacíamos por todos los chicos del barrio. Ya con esa edad éramos muy precoces, nos las cambiábamos, y hasta nos las chupabamos. Imagino que sin saber muy bien que estábamos haciendo, pero nos daba gustirrinin y salía aguilla que nos retregabamos por los culetes.Un día que hicimos peyas en el cole, nos fuimos a nuestro refugio privado, vamos una antigua fábrica de luz medio derruida. Pero esa mañana nos sorprendió un hombre mayor, digo mayor ya que por aquel entonces con 55 años parecía la gente muy viejita. La cosa que estábamos a lo nuestro, cuando esté hombre entro donde estábamos, que era como un vestuario con mesas y bancos de piedra. Nos asustamos claro, mas que nada por qué antes teníamos mucho respeto y miedo, pues si alguien te veía haciendo algo no muy bueno, se lo diría a nuestros padres, con el consiguiente guantazo y castigo.
La cosa que nos dijo que estuviéramos tranquilos que no se lo diría a nuestros padres, y apuntalo que el también se hacía pajas. Esto que voy a contar hoy en día sería impensable claro, pero en aquel entonces, hablo de los años 70, no se daba mucha importancia. Tanto yo como mi amigo, no cogimos ningún trauma, pues ya éramos unos pajilleros precoces y tampoco nos forzó en ningún momento. Y hemos llevado una vida hetero normal. Cuando esté hombre nos sorprendió como he comentado antes, nos dijo que si nos gustaría ver cómo el también se hacía una paja. A lo que le dijimos que si, sacó su cipote de la bragueta y nos lo mostró sacudiéndolo con su mano. Nosotros en principio nos quedamos un poco descolocados, con nuestras pollitas en mano, no parabamos de contemplar, ese cipote morcillón con un capuyo gordo y colorado, al lado de nuestros palitos.
Sigue contando sigue...jejejeje. Muy interesante la historia
 
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