Perdonarme por la tardanza, pero el regreso a la actividad normal es agoviante.
Voy a terminar de contar esta anécdota, que no es seguramente lo que imagináis, pero me dió mucho morbo.
Pues eso, salimos a cenar a las terracitas en plan tapeo, un vinito aquí luego otro en otra y cuando ya llevábamos varias recorridas. Me fije que me miraba mucho un hombre de más o menos nuestra edad que estaba con la que parecía su pareja. Al fijarme más les reconocí que habíamos coincidido varias veces en la playa.
Al darse cuenta que le estaba mirando me sonrió y le devolví el gesto, mi marido que siempre está atento a todo, me insinuó en tono morboso "Ya has ligado", casi ruborizada cambié de tema de conversación y le pedí que nos fuéramos.
Nos fuimos al bar de copas cercano al hotel y al poco rato aparece la pareja, mi marido me mira pícaro y sonriente y me molesto lo que intuí que estaba pensando, porque precisamente no buscaba nada. Aunque reconozco que me sentía bién, estaba bastante apetecible y tenía unos ojos preciosos.
El caso que se sentaron cerca de nosotros, y no paraba de mirar y mi marido de decirme cosas picantonas, con la segunda copa empece a dejarme llevar y acepté lo que me proponía mi esposo. Que fuera al baño y me quitara el tanga.
Cuando lo hice al salir del baño con el tanga en el bolso, coincidí con este señor, que se presentó y me dijo que llevaba todo el rato fijándose en mi pulsera , que le excitaba mucho ver una tobillera en una mujer atractiva. Le dí las gracias y me fuí rápido hacia donde estábamos, porque el flujo me chorreaba por las piernas hacia abajo, notaba mis mejillas que me ardían y unas ganas enormes de que me dieran placer.
Hacía mucho tiempo que no había sentido esa sensación, benditas vacaciones y mágica pulsera. Desde ese día cuando lo recuerdo, me excito mucho y si estoy sola me masturbo imaginando lo que podía haber pasado