Recomendaciones de Relatos Eróticos

Para los que le interese, Selena Valente acaba de publicar la segunda parte de Infiel. Por lo que he visto en ********* es el desenlace.
Deseo sin mucha esperanza que esta segunda parte se convierta en el libro de Fernando, rato ya que no veo a uno de nosotros triunfar en estas desiguales batallas de traiciones y engaños, desigualdad inevitable si vemos como los autores desde bastante tiempo dan su preferencia y apoyo al infiel.:cool:
 
También mencionar que Tanatos12 publicó un par de semanas atrás en la selva el segundo libro de Colegiala, el secreto de Inés Lizardi.
Aunque lo descargué todavía no lo leo, el anterior me tuvo gratamente sorprendido por alejarse de lo usualmente escrito por Tanatos, hasta que llegué a su desenlace, demasiado Tanatos. :cool:
 
Deseo sin mucha esperanza que esta segunda parte se convierta en el libro de Fernando, rato ya que no veo a uno de nosotros triunfar en estas desiguales batallas de traiciones y engaños, desigualdad inevitable si vemos como los autores desde bastante tiempo dan su preferencia y apoyo al infiel.:cool:
Pues por lo que he leído, creo que aciertas. Es el libro de Fernando. Y te aseguró que tiene una narrativa digna de Truman Capote. Este me va a llevar algo más, ya que es bastante largo. Pero tiene muy buena pinta.
 
También mencionar que Tanatos12 publicó un par de semanas atrás en la selva el segundo libro de Colegiala, el secreto de Inés Lizardi.
Aunque lo descargué todavía no lo leo, el anterior me tuvo gratamente sorprendido por alejarse de lo usualmente escrito por Tanatos, hasta que llegué a su desenlace, demasiado Tanatos. :cool:
Como sea tan descriptivo como el primero, con una escena se acaba la novela :ROFLMAO::ROFLMAO:
 
Deseo sin mucha esperanza que esta segunda parte se convierta en el libro de Fernando, rato ya que no veo a uno de nosotros triunfar en estas desiguales batallas de traiciones y engaños, desigualdad inevitable si vemos como los autores desde bastante tiempo dan su preferencia y apoyo al infiel.:cool:
Solo espero que no de marcha atrás en el nuevo libro
 
También mencionar que Tanatos12 publicó un par de semanas atrás en la selva el segundo libro de Colegiala, el secreto de Inés Lizardi.
Aunque lo descargué todavía no lo leo, el anterior me tuvo gratamente sorprendido por alejarse de lo usualmente escrito por Tanatos, hasta que llegué a su desenlace, demasiado Tanatos. :cool:
Fue un gran cambio en el autor y sorprendio bastante ya que se alejo del estilo liberal/Cuckold.
El protagonista, la amiga/amante, la estudiante y su novio todo fue distinto a sus anteriores libros y un gran acierto en el autor.

Haber que tal es el segundo libro ya que la parte final del primer libro dejó todo muy abierto.
 
yo he empezado recién el Infiel2 de Selena Valente, y hasta ahora estoy muy sorprendido, porque en lo que llevo leyendo la profundidad de personajes y la prosa ha mejorado mucho.
Parece increíble , con lo que escribe este autor@, cada libro es mejor.


y respecto al 2 de Colegiala, con Tanatos ya me llega en algún momento a desesperar.
Es tan intenso, tan descriptivo que aún con su evidente calidad, en varios pasajes llega a aburrir (al menos a mi).
 
yo he empezado recién el Infiel2 de Selena Valente, y hasta ahora estoy muy sorprendido, porque en lo que llevo leyendo la profundidad de personajes y la prosa ha mejorado mucho.
Parece increíble , con lo que escribe este autor@, cada libro es mejor.


y respecto al 2 de Colegiala, con Tanatos ya me llega en algún momento a desesperar.
Es tan intenso, tan descriptivo que aún con su evidente calidad, en varios pasajes llega a aburrir (al menos a mi).
Si. Infiel 2 es alucinante. Si le quitas la parte erótica podría ser una novela de nivel.
 
Alguien tiene el relato " la desesperación de los chacales " de Julián Torres.
Me lo podrían pasar.
Gracias
 
Partamos de la base, evidente, de que mi opinión se fundamenta en mis preferencias respecto a los relatos eróticos: me gustan las historias de infidelidades (tanto las que terminan con el triunfo del amor como las que finalizan con un recuento de cadáveres) con todo lo que ello conlleva de tensión, angustia, sospechas, miedos, odios, alivios, sometimientos, malentendidos, etc..., por lo que, por supuesto, lo que voy a comentar a continuación no pretende convencer a nadie, sólo expresar mis sensaciones.

Tengo todo lo que ha publicado Tanatos, por lo que se puede afirmar que soy un fiel seguidor de su obra, y lo cierto es que, para el tipo de literatura erótica que me gusta, las novelas "Jugando con fuego" y "La vanidad de Ana" son de mis preferidas del género (de hecho las releo con una cierta asiduidad), porque considero que tienen la dosis justa, equilibrada, de descripción y diálogo, con este último, además, aportando no sólo información, sino también morbo y sexualidad pura y dura.

Sin embargo, los otros dos relatos anteriores al de Inés Lizardi ("Esposos cornudos" y "5 horas con Alejandra"), me dejaron un regusto amargo (por no decir que supusieron una enorme decepción), porque adolecen, para mi gusto, de un exceso de descripción y una reducción al mínimo del aporte erótico de los diálogos, de esa capacidad para excitarte con una frase que caracteriza a los relatos que he indicado en el párrafo anterior.

Esto mismo, desgraciadamente, me ha pasado tanto con la primera como con la segunda parte de "Colegiala: el secreto de Inés Lizardi". Me ha llegado a aburrir tanta descripción y tanta falta de diálogo. Me ha quedado la impresión de que Tanatos ha optado (y tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, faltaría más) por volcar la mayor parte de su inmensa creatividad en lo meramente descriptivo, que permite dar vueltas y vueltas sobre una simple sensación (por ejemplo, el olor del pelo, el brillo de la piel, la intensidad de una mirada...) llenando páginas y más páginas de un erotismo que a mí se me hace blando y que no provoca ninguna reacción ni en mi polla ni en mi estómago, hasta el punto de que he llegado a leer en diagonal páginas enteras, porque me resultaba tremendamente monótono.
He añorado la intensidad y el erotismo de las frases directas, de las palabras, a veces escupidas, a veces susurradas, con las que se entienden las personas, porque eso es, para mí, lo que más acerca los relatos a la vida real, ya que soy de la opinión de que el presente se construye con mucho de diálogo y algo de sensaciones, y sólo una vez que la acción ha finalizado, cuando estás fuera de la vorágine de lo que se ha hecho, es cuando puedes recuperar esas sensaciones, olores, tactos, sabores... y analizarlos, desmenuzarlos y sublimarlos hasta, incluso, hacerlos irreconocibles en relación a lo que realmente ocurrió.
Quizá, por eso, esta serie de Inés Lizardi me ha dejado frío, porque no he podido ponerme en la situación de alguien que es capaz de analizar tanto, en tiempo real, las cosas que van ocurriendo, lo que ha hecho que no me llegara a lo más hondo lo que estaba leyendo, sino que, al contrario, me resultara insulso, casi superficial e innecesario mucho de su contenido.

Estoy seguro de que leeré la siguiente obra de Tanatos, porque conservo la esperanza de que quien fue capaz de atraparme en otras ocasiones, pueda hacerlo de nuevo, pero, al igual que pasa con algunas historias de infidelidades, donde la parte engañada, en algún momento, siente desaparecer aquello que lo unía a la parte infiel y, sin acritud y sin rencor, la hace desaparecer de su vida, si su evolución como escritor sigue ese mismo camino, sé que en algún momento desaparecerá la ilusión con la que recibo cada nuevo relato, y buscaré otras orillas donde la hierba sea más verde, recordando y agradeciendo los buenos momentos pasados.
 
Partamos de la base, evidente, de que mi opinión se fundamenta en mis preferencias respecto a los relatos eróticos: me gustan las historias de infidelidades (tanto las que terminan con el triunfo del amor como las que finalizan con un recuento de cadáveres) con todo lo que ello conlleva de tensión, angustia, sospechas, miedos, odios, alivios, sometimientos, malentendidos, etc..., por lo que, por supuesto, lo que voy a comentar a continuación no pretende convencer a nadie, sólo expresar mis sensaciones.

Tengo todo lo que ha publicado Tanatos, por lo que se puede afirmar que soy un fiel seguidor de su obra, y lo cierto es que, para el tipo de literatura erótica que me gusta, las novelas "Jugando con fuego" y "La vanidad de Ana" son de mis preferidas del género (de hecho las releo con una cierta asiduidad), porque considero que tienen la dosis justa, equilibrada, de descripción y diálogo, con este último, además, aportando no sólo información, sino también morbo y sexualidad pura y dura.

Sin embargo, los otros dos relatos anteriores al de Inés Lizardi ("Esposos cornudos" y "5 horas con Alejandra"), me dejaron un regusto amargo (por no decir que supusieron una enorme decepción), porque adolecen, para mi gusto, de un exceso de descripción y una reducción al mínimo del aporte erótico de los diálogos, de esa capacidad para excitarte con una frase que caracteriza a los relatos que he indicado en el párrafo anterior.

Esto mismo, desgraciadamente, me ha pasado tanto con la primera como con la segunda parte de "Colegiala: el secreto de Inés Lizardi". Me ha llegado a aburrir tanta descripción y tanta falta de diálogo. Me ha quedado la impresión de que Tanatos ha optado (y tiene todo el derecho del mundo a hacerlo, faltaría más) por volcar la mayor parte de su inmensa creatividad en lo meramente descriptivo, que permite dar vueltas y vueltas sobre una simple sensación (por ejemplo, el olor del pelo, el brillo de la piel, la intensidad de una mirada...) llenando páginas y más páginas de un erotismo que a mí se me hace blando y que no provoca ninguna reacción ni en mi polla ni en mi estómago, hasta el punto de que he llegado a leer en diagonal páginas enteras, porque me resultaba tremendamente monótono.
He añorado la intensidad y el erotismo de las frases directas, de las palabras, a veces escupidas, a veces susurradas, con las que se entienden las personas, porque eso es, para mí, lo que más acerca los relatos a la vida real, ya que soy de la opinión de que el presente se construye con mucho de diálogo y algo de sensaciones, y sólo una vez que la acción ha finalizado, cuando estás fuera de la vorágine de lo que se ha hecho, es cuando puedes recuperar esas sensaciones, olores, tactos, sabores... y analizarlos, desmenuzarlos y sublimarlos hasta, incluso, hacerlos irreconocibles en relación a lo que realmente ocurrió.
Quizá, por eso, esta serie de Inés Lizardi me ha dejado frío, porque no he podido ponerme en la situación de alguien que es capaz de analizar tanto, en tiempo real, las cosas que van ocurriendo, lo que ha hecho que no me llegara a lo más hondo lo que estaba leyendo, sino que, al contrario, me resultara insulso, casi superficial e innecesario mucho de su contenido.

Estoy seguro de que leeré la siguiente obra de Tanatos, porque conservo la esperanza de que quien fue capaz de atraparme en otras ocasiones, pueda hacerlo de nuevo, pero, al igual que pasa con algunas historias de infidelidades, donde la parte engañada, en algún momento, siente desaparecer aquello que lo unía a la parte infiel y, sin acritud y sin rencor, la hace desaparecer de su vida, si su evolución como escritor sigue ese mismo camino, sé que en algún momento desaparecerá la ilusión con la que recibo cada nuevo relato, y buscaré otras orillas donde la hierba sea más verde, recordando y agradeciendo los buenos momentos pasados.
Totalmente de acuerdo. Las excesivas (casi compulsivas) descripciones te sacan de la novela, hace que te den ganas de saltarte ciertas partes y eso hace que pierdas interés y concentración em lo que estas leyendo, que no disfrutes con la lectura.
 
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