Ford Fiesta
Miembro muy activo
A los dos días de la pillada en la ducha, nos llamaron al despacho del director, cosa poco común que te llamen de tan alta esfera.
Como este relato es de morbo, voy a ahorrar los detalles de ese despacho, donde el dueño de la empresa pretendió sacar partido de todo aquello, pero se quedó con las ganas, el calentón y dos trabajadoras menos que echo a la calle por no obedecer sus deseos sexuales.
Así que de repente, nos quedamos sin trabajo, el día libre y unos dineritos, (se portó bien por la parte que le tocó) y muchas ganas de que pasaran cosas entre las dos.
Lo primero que hicimos al salir de la INEM fue ir a celebrarlo a un MacDonalds y final de fiesta en su coche en un descampado lejos de todo, y allí sí que pasaron cosas, muchas muchas cosas.
Esa vez sí que iríamos más en serio que la ducha, a las dos nos apetecía darnos placer, ella, por ser primeriza a tener relaciones con otra chica, la curiosidad y las ganas le ganaban y solo pasarnos al asiento trasero se precipitó en sacarme toda la ropa y quedarse ella solo en bragas, nada de sensualidad, más bien desespero. Yo le segui el juego, aunque soy más de no correr y disfrutar a cada botón, cada tira, cada calcetín, pero no, ya me tenía a mi en bolas, tumbada en el asiento y corrió a intentar comerme el coño.
Espera Marta, que prisa tienes, le dije. No estamos en una maratón, disfruta de este momento. Y empecé a enseñarle que las caricias, los mimos, unas palabritas, cualquier cosa es bonita. Luego más adelante me contaría, que todos los novios que había tenido, eran de Pim Pam pun, y que eso de los preliminares apenas los conocía.
Fue tal el grado de calentón que allí se pillo, que las dos nos corrimos 3 veces y a cuál más intensa, una de ellas, a ella se le escapó un poco de pipi al tener el orgasmo y se avergonzó, tampoco sabía ella que eso era fruto de las ganas y que es normal que en ese momento se te descontrola el cuerpo y se manifiesta de esa manera.
Tres revolcones que nos dimos en toda una tarde y que desnudas nos pilló la luna. Sudadas, oliendo a perras, pegajosas de tantas babas por todo el cuerpo, despeinadas como locas y con los labios... Todos... Doloridos de tantos besos y chupeteos.
Lo que hubo dentro de ese coche fue vicio y puro vicio. Una vez repuestas y descansadas, entre risas y comentarios de lo allí sucedido, me comentó: por qué me has puesto un dedo en el culete? Tú sabías que me gustaría? Pues si, le dije, a todas nos gusta que nos masajeen allí abajo, más que intentar meter algo más gordo. No te a gustado? Si te meneabas como una serpiente pisada por un coche... Eres una perra viciosa...
Sus risas y vergüenza no le dejaron contestar.
Nos vestimos y nos fuimos para casa, que ya era hora de cenar, eso si, por el camino aún hubo algún amago para meterse mano.
Como solía ser normal, luego ya en mi cama me tuve que hacer unos dedos recordando lo sucedido esa tarde, que si no me dedeo no logro coger el sueño.
Como este relato es de morbo, voy a ahorrar los detalles de ese despacho, donde el dueño de la empresa pretendió sacar partido de todo aquello, pero se quedó con las ganas, el calentón y dos trabajadoras menos que echo a la calle por no obedecer sus deseos sexuales.
Así que de repente, nos quedamos sin trabajo, el día libre y unos dineritos, (se portó bien por la parte que le tocó) y muchas ganas de que pasaran cosas entre las dos.
Lo primero que hicimos al salir de la INEM fue ir a celebrarlo a un MacDonalds y final de fiesta en su coche en un descampado lejos de todo, y allí sí que pasaron cosas, muchas muchas cosas.
Esa vez sí que iríamos más en serio que la ducha, a las dos nos apetecía darnos placer, ella, por ser primeriza a tener relaciones con otra chica, la curiosidad y las ganas le ganaban y solo pasarnos al asiento trasero se precipitó en sacarme toda la ropa y quedarse ella solo en bragas, nada de sensualidad, más bien desespero. Yo le segui el juego, aunque soy más de no correr y disfrutar a cada botón, cada tira, cada calcetín, pero no, ya me tenía a mi en bolas, tumbada en el asiento y corrió a intentar comerme el coño.
Espera Marta, que prisa tienes, le dije. No estamos en una maratón, disfruta de este momento. Y empecé a enseñarle que las caricias, los mimos, unas palabritas, cualquier cosa es bonita. Luego más adelante me contaría, que todos los novios que había tenido, eran de Pim Pam pun, y que eso de los preliminares apenas los conocía.
Fue tal el grado de calentón que allí se pillo, que las dos nos corrimos 3 veces y a cuál más intensa, una de ellas, a ella se le escapó un poco de pipi al tener el orgasmo y se avergonzó, tampoco sabía ella que eso era fruto de las ganas y que es normal que en ese momento se te descontrola el cuerpo y se manifiesta de esa manera.
Tres revolcones que nos dimos en toda una tarde y que desnudas nos pilló la luna. Sudadas, oliendo a perras, pegajosas de tantas babas por todo el cuerpo, despeinadas como locas y con los labios... Todos... Doloridos de tantos besos y chupeteos.
Lo que hubo dentro de ese coche fue vicio y puro vicio. Una vez repuestas y descansadas, entre risas y comentarios de lo allí sucedido, me comentó: por qué me has puesto un dedo en el culete? Tú sabías que me gustaría? Pues si, le dije, a todas nos gusta que nos masajeen allí abajo, más que intentar meter algo más gordo. No te a gustado? Si te meneabas como una serpiente pisada por un coche... Eres una perra viciosa...
Sus risas y vergüenza no le dejaron contestar.
Nos vestimos y nos fuimos para casa, que ya era hora de cenar, eso si, por el camino aún hubo algún amago para meterse mano.
Como solía ser normal, luego ya en mi cama me tuve que hacer unos dedos recordando lo sucedido esa tarde, que si no me dedeo no logro coger el sueño.
