Situaciones Morbosas

Cuando en un larguísimo viaje en bus, una pareja no se aguanta las ganas... :eek: .......:polla2:

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Situación morbosa como pocas... Acudimos al local más de costumbre para la fiesta swinger del sábado noche ... BDSM Light, para lo que habían dispuesto toda una serie de "juguetes" trampas, cepos y demás con los que distraer al público.
Con la primera copa, el anfitrión de la noche, un chico apuesto y muy cuidado en gimnasio, nos fue dando las explicaciones de uso de cada artilugio, utilizando a algunos voluntarios para demostrar cómo había que colocar al reo en cada uno de ellos y la "pena" a la que era sometido quien estaba atrapado allí. Uno tras otro fueron pasando elementos, en el que uno hombre o mujer, quedaba atrapado y a merced de el resto de concurrentes de la sala, que aprovechábamos la ocasión para "abusar" del cuerpo del allí inmovilizado, por supuesto, atendiendo a las indicaciones de quien allí sufría "tormento".
El último elemento presentado, el muro de los lamentos es como veis en las fotos. El presentador sin mediar palabra, agarró de la mano a mi pareja como voluntaria, mientras le explicaba los deleites que iba a "padecer" aquel que cayese atrapado en este aparato de "tortura sexual".

Le fue introduciendo las piernas y brazos en los orificios del muro, no sin antes deshacerse de la fina lencería que la cubría, dejándola totalmente desnuda, para evitar que las prendas sufriesen daño alguno.

Mientras explicaba los suplicios a los que se sometería quien allí deseara permanecer, fue introduciendo los dedos primero por su vagina, hasta verla brillar por las tenues luces de la sala, y posteriormente introdujo dos dedos lentamente en su ano.
Ella no se quejaba ni ponía límite alguno, así que mientras continuaba la explicación introdujo su ya dura verga en el coño de mi mujer, que gemía sonoramente, mientras empujaba al resto de los asistentes próximos a acercarse a acariciar y dar rienda a sus deseos sobre ella.
Acudí también pudiendo colocarme de modo que tras una serie de duras envestidas del presentador que había entrado en el culo de ella, pude desplazarlo para tomar yo su lugar y introducir mi excitada verga en su tremendamente mojada vagina.

Los gritos de placer sonaban en toda la sala, haciendo un juego coral polifónico con el resto de los asistentes, que jugaban a su vez en otros potros de tortura dispuestos en la sala.

Tras vaciarme dentro de mi pareja, dejando paso al siguiente macho que esperaba su oportunidad para desfogarse y no interrumpir el placer de la sometida, me quedé sorprendido mirando al otro lado las envestidas que el presentador propinaba con su mienbro entrando y saliendo de su boca y llegando a los puntos más profundos de su bien follada garganta.
 

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Otra situación muy morbosa se nos dio en un viaje en el que conocimos a una simpatiquísima pareja liberal. Nos reímos mucho con ellos y en una cena en la que nos sentamos cada uno frente a su pareja y empezamos a tratar temas más bien calientes, el chico de la otra pareja comenzó a meterle mano a mi esposa sin ningún tipo de disimulo. Ella lo rechazó disimuladamente hasta en tres ocasiones, pero la insistencia y el ver que ni su pareja yo hacíamos caso de la situación, se dejó hacer abriendo las piernas sin recato mientras hablábamos y comenzó ella misma a dejar caer su mano hacia la entrepierna de su vecino de mesa.
Las caras y movimientos que al principio eran más sutiles, dieron paso a silencios y suspiros más claros hasta que mi esposa no pudo contener el explosión de placer que provocaban las hábiles manos de su acosador y arqueó su espalda sobre el respaldo de la silla mientras, mientras con la boca abierta y los ojos cerrados aspiraba profundamente con un intenso suspiro para recuperar el aliento.
 

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