Mi exnovia inicialmente siempre usaba condones con sus amantes, de hecho ella misma decía claramente que no quería bromas con embarazos... Pero cuando dio con uno que la volvía loquita en la cama, comenzó a tomar píldoras anticonceptivas porque se enchochó de él a tal punto que quería que la follara a pelo, corriéndose en lo más profundo de su coño.
Lo más chocante es que no me advirtió de ello, aunque yo ya sabía que al hacerle mamadas se tragaba hasta la última gota, pero lo de correrse en su rajita prieta era como una línea roja. Sin embargo una noche que llegó de estar con él hasta las tantas y, encima, bastante bebida. Siempre se duchaba nada más llegar, iba directa a la bañera, pero esta vez a duras penas se mantenía de pie y entró en el dormitorio y se desnudó; al quitarse las bragas vi como le corrían dos gotas de leche desde el coño muslo abajo. Fue el morbo total y, a la vez, asumir totalmente que ya no era mía, que la mujercita de cuerpo menudo y coño apretado que me prometío amor eterno, estaba llena por dentro de la abundante lefa de otro.
Se fue a la ducha y volvió toda aseadita, se metió en la cama conmigo ambos desnudos y yo la abracé desde atrás y arrimándole mi polla morcillona a su coño ya follado y orgasmado; borrachita como estaba se durmió casi al instante y yo noté que traía el coño muy dilatado aún, aproveché para ir empujando con los dedos mi polla excitada pero blandorra dentro de su raja y me quedé dentro, mientras imaginaba como el amante habría descargado sus testículos en el cuerpecito de mi chica. Comencé a moverme bobeando muy en corto y despacio, para que mi morcilla no se saliera, y me vino un placer brutal aunque mi corrida fue, como siempre, dos o tres chorros de esperma a baja presión.
A partir de ese día mi ex follaba a pelo y recibía en sus entrañas las lefadas de su amante, yo sentí cómo el morbo estaba por las nubes porque no podìa alejar de mi mente la imagen de ella toda abierta de piernas, y el amante con su polla grande hundida en su raja y contrayéndose a cada chorro de semen que le metía dentro. A cabo de dos semanas ya ella me lo dijo abiertamente: "Cariño mi amante ahora se corre dentro de mi cuerpo, pero no hay peligro porque tomo la anti-baby".