Viejos amigos

Vantheway

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Capítulo 1


Me llamo Nicolás pero todos me llaman Nico, tengo 52 años y estoy casado desde hace casi 30 años. Mi mujer, Irene, es dos años más joven que yo. No me puedo quejar de mi vida sexual y considero que ella está bastante contenta. El tema es que hace aproximadamente 10 años me ocurrió un hecho que cambió mi vida en relación al sexo… Navegando por internet di con una página web que hacía una pregunta a los hombres heterosexuales. ¿Alguna vez te ha apetecido tocar el pene a otro hombre?¿Es normal?

Ese día, al leer aquello en esa página web me hizo pensar. Es cierto que siempre hemos mirado la polla a otro hombre sin tener que ser homosexual, la hemos mirado bien por compararla con la nuestra, por mera curiosidad o bien por algo de morbo… Yo me fijaba en la polla de los otros en el gimnasio, en las duchas o en los vestuarios, y es cierto que me producía algo de morbo, pero nunca pensé que la cosa fuese a más.

Al cabo de los días de leer aquello en internet nos invitaron al cumpleaños de una compañera del trabajo de mi mujer. Yo iba con desgana, no conocía a nadie y pensaba que todo sería bastante aburrido. Al llegar al local de la celebración, mi mujer comenzó a presentarme a gente, compañeros de ella y sus parejas…hasta que, entre todas las caras que veía, al fondo, había una cara que me sonaba, y bastante. Mientras íbamos al encuentro de ese grupo, mi mujer me contaba que quien me iba a presentar había llegado destinada desde la central de Madrid haría mes y poco, era una de las jefas de sección que se había incorporado a la delegación de Andalucía. Cuando mi mujer llegó hasta aquellas personas me presentó.

- Hola Carmen, mira éste es mi marido Nicolás -dijo cogiéndome de la mano y arrastrándome hacia su amiga-
- Encantado Carmen -le dije dándole dos besos en las mejillas- A tu pareja no hace falta que me la presentes, nos conocemos de hace ya bastantes años, ¿verdad Carlos?
- Joder, ¿desde cuándo no nos vemos, Nico? -me dijo apretándome la mano- creo que desde que acabamos COU, con 17 o 18 años.
- Mira que bien -me dijo Irene- te ha cambiado la cara completamente, jejeje. Ahora podrás hablar con él, yo me voy con Carmen y vosotros podéis poneros al día desde que no os veis. Por cierto Carlos, encantada soy Carmen, la mujer de Nicolás -le dijo esto mientras le daba dos besos en las mejillas-

Nuestras mujeres se alegraron de que nos conociéramos y, cogidas del brazo se marcharon sonriendo y charlando mientras nos dejaban junto a la barra.

- Bueno tío, menos mal que estabas aquí, cuando mi mujer me dice que vamos a una fiesta del trabajo me echo a temblar, eso significa aburrimiento asegurado -le dije con bastante alegría de encontrarlo allí- Y cuéntame, mi mujer me ha dicho que venís de Madrid…
- Pues sí, venimos de Madrid. Cuando acabamos el instituto, hacía unos meses que a mi padre lo habían destinado a Madrid, recuerda que era militar, allí acabé de estudiar y conocí a Carmen, nos casamos y, cuando me enteré que la podían destinar aquí, le rogué que hiciese lo que fuera para que la mandaran…y parece que eso hizo. Tenemos dos pequeños que esto les viene mejor que la capital, una vida algo más relajada, con playa, aquí no hace frío ni atascos.

Estuvimos charlando toda la noche, charlando y bebiendo, todo hay que decirlo. De vez en cuando se nos acoplaba alguna de nuestras mujeres, pero en cuestión de 10 minutos nos dejaban de nuevo solos.

Con el paso de las horas, y de los cubatas, la amistad que habíamos tenido cuando estudiábamos fue brotando de nuevo. Nuestra charla pasaba por muchos temas: el instituto, las gamberradas que hacíamos, con las chicas que nos liábamos, el sexo también salió a colación. Nos íbamos sincerando el uno al otro de lo que nos gustaba hacer y que nos hicieran, yo notaba ya mi entrepierna abultada, con las copas que llevaba le comenté lo que había leído en esa página web, que no era una página web porno. Él se quedó callado, hasta que tras unos momentos de silencio me dijo que sí, que él también había mirado pollas de otros tíos, y que le producían morbo.

Con todo esto, el tema de conversación fue cambiando a otros menos calientes, y con tanta copa me dieron ganas de ir al baño.

- Joder tío, me estoy meando -le dije- voy al baño y ahora vuelvo, no te vayas.
- De eso nada, llevo un rato aguantando -me dijo con la mano en su entrepierna- vamos los dos porque no aguanto más.

Entramos en el baño de caballeros, tenía varios urinarios en una pared y en la pared de enfrente cinco puertas que daban a tantos retretes, y en la pared del fondo, medio tapados por uno de los habitáculos de los retretes, había dos únicos urinarios y además vacíos, y hacia allí nos dirigimos. Carlos me dejó que pasara al que estaba más al interior y él se quedó en el que estaba hacia fuera. Nos la sacamos y seguimos hablando mientras orinábamos, de reojo miré su polla, tenía una polla normalita tirando para gruesa, y más larga que la mía, descapullada y de un color oscuro. Cuando levanté la mirada vi que me estaba mirando y sonreía, alargó su mano y agarró la mía. Una sensación muy agradable, pero mejor fue cuando le agarré la suya. Notar una polla en mi mano, que no fuese la mía, notando como se iba poniendo dura…esa sensación sí que me gustó. Él metió su mano hacia mis huevos, los acariciaba y yo hice lo mismo…nuestras pollas comenzaron a crecer rápidamente. Nos sonreímos y, en ese momento, comenzó a entrar un grupo de hombres en el baño, por lo que dejamos de tocarnos y acabamos para salir pronto de allí.

Cuando salimos yo quería hablar con él para explicarle qué me había pasado o qué nos había pasado, y se lo hice saber. Nos dirigimos a la barra, pedimos una copa y buscamos un sito algo más tranquilo para sentarnos. Nos sentamos en una mesa en una zona que estaba más tranquila que el resto del local.

- Carlos, quiero que sepas que no sé qué me ha pasado -le dije nervioso-
- No te preocupes, he empezado yo, tu conversación me ha calentado, y cuando he visto cómo me mirabas la polla, no he podido resistirme a cogértela…y la verdad, me ha gustado tener tu nabo en mi mano. No quiero que pienses que soy homosexual ni nada de eso, soy un tipo hetero que hoy me has puesto cachondo…
- Por supuesto que sé que no eres homosexual ni nada parecido -le corté- no te preocupes. Ni que decir tiene que esto no se lo contaremos a nadie, y te digo que no volverá a pasar, estoy avergonzado…
- ¡¡¡A ver, a ver!!! -me dijo interrumpiéndome- yo no he dicho que no lo volvería a hacer, si te digo la verdad me ha sabido a poco, tengo ganas de más.

Me sonreía mientras lo notaba nervioso, yo también lo estaba, y estaba deseando tocarlo de nuevo y que me tocase.

- Podríamos acabar lo que hemos empezado -me dijo con un poco de temblor en su voz- estoy nervioso pero me encantaría acabarlo, como sea.
- Joder Carlos -le dije nervioso- también me apetece, pero cómo lo hacemos y cuándo. Mira, ahí viene tu mujer, a ver qué dice. La mía estará bailando seguro…
- Buenas chicos -dijo Carmen- Irene está bailando, yo he venido a deciros que nos vamos a una discoteca, por si os queréis venir. Me ha dicho tu mujer que no te atrae mucho el tema de las discotecas igual que a Carlos…Podéis iros a casa si queréis, Irene y yo volveríamos en mi coche y si Nico quiere, puede llevarte a casa. Si no os apetece venir, claro.

Los dos nos miramos y sonreímos. Parecía que los astros se alineaban a nuestro favor.

- Yo estoy algo cansado, prefiero estar en un sitio más tranquilo con Carlos y terminar de ponernos al día de todo. De todas formas me iré pronto a la cama -dije aparentando tranquilidad-
- Por mí perfecto Carmen, Nico me acerca a casa después -dijo Carlos con aparente tranquilidad-

Carmen se fue a por Irene y regresaron las dos para despedirse. Carmen llevaría a Irene a casa y yo llevaría a Carlos. Según ellas nos dijeron, regresarían para desayunar.

Salimos los cuatro del local, ellas se despidieron de nosotros, Irene con unos húmedos besos en la boca, Carmen de la misma manera, pero no sé si serían húmedos o no, todo apuntaba que sí.

Nos sentamos en el coche, metí la llave en el contacto.

- ¿Dónde vamos? -le pregunté- podemos acabar lo que hemos empezado y que ha durado tan poco…
- Creo que lo suyo es ir a una zona donde vayan las parejitas a follar, ¿no te parece? -me dijo nervioso- no creo que ir a una de nuestras casas sea una buena idea, temas de vecinos y demás. ¿Qué opinas?
- Sí, es verdad. Sé que hay una zona por las afueras que van las parejitas a follar, podemos probar allí, y vemos.



Llegamos a los 20 minutos de salir, la zona era un descampado con una pared al fondo, una pared de un edificio sin uso. Todo estaba a oscuras, varios coches estaban aparcados a cierta distancia unos de otros, y algunos se movían rítmicamente, se oían gemidos y jadeos de chicas y de chicos. Algunos tenían los cristales empañados, y se adivinaban las figuras de las personas que estaban dentro.

Acerqué el coche hasta la pared, lo puse de tal forma que un lateral del coche estuviese protegido por la pared y paré el motor.

- Joder, estoy nervioso -le dije a Carlos- voy a dejar clara una cosa Carlos, sin follar, sin besos…solo paja, y de momento cada uno con su polla ¿te parece bien?
- Perfecto, también estoy nervioso. Vamos a bajarnos pantalones y slips ¿te parece bien? -me dijo con la respiración algo entrecortada, se le notaban los nervios más que a mí, o al menos eso me parecía-
- Me parece buena idea -dije levantando el culo del asiento del conductor para bajarme el pantalón una vez desabrochado-

Nos bajamos los pantalones y los slips hasta las rodillas, yo no estaba empalmado, la tenía un poco morcillona pero no estaba dura. La polla de Carlos estaba medio empalmada, tenía unos buenos huevos depilados, como yo. Me agarré el nabo y empecé a mover mi mano arriba y abajo mientras veía como Carlos comenzaba a pajearse de igual manera. Poco a poco nuestras pollas se iban endureciendo y nuestras respiraciones se aceleraban, Carlos abría más sus piernas, todo lo que el pantalón le permitía. No dejábamos de mirarnos el rabo el uno al otro. A mí me molestaba el pantalón también, así que paré y lo bajé hasta los tobillos, en ese momento nuestras pollas estaban duras y la de Carlos comenzaba a segregar el líquido preseminal trasparente y espeso.

- Nico -me dijo- ¿dejarías que te pajeara yo? Estoy muy excitado y me apetece muchísimo.
- Ummmm, lo estoy deseando -le contesté- pero creo que es mejor desnudarnos completamente y pasarnos al asiento de atrás, ¿no crees?

Carlos me miró y sonrió, se quitó la camiseta y se sacó el pantalón del todo. Pasó entre los asientos delanteros y se sentó en el trasero con las piernas abiertas y mostrándome todo aquello… En cuanto se acomodó, hice lo mismo, fuera camisa y pantalón, y me senté junto a él en el asiento trasero. Le agarré la polla a Carlos y comencé a pajearlo, tenía la polla dura y caliente y notaba pequeñas contracciones de su polla en mi mano. Él hizo lo mismo, me la agarró y comenzó a meneármela, sentía mucho placer, el notar una polla en mi mano y una mano en mi polla…nos giramos el uno al otro. Yo con mi pierna derecha encogida, con la rodilla sobre el asiento, y la pierna izquierda un poco girada hacia Carlos. De esta forma mi polla quedaba mirando hacia él. Él hizo lo mismo pero con las piernas contrarias, para que su polla quedase hacia mí.

- ¿Me dejas que te acaricie los cojones? -esa pregunta salió de mi boca sin yo esperarlo-
- No te cortes un pelo, por favor. Acaríciame las pelotas, yo te voy a hacer lo mismo -me respondió muy excitado-

Con una mano le pajeaba mientras que con la otra le masajeaba los huevos que estaban duros y pesaban, él me hacía lo mismo y me encantaba. Mis dedos buscaban más, y sin pedirle permiso, mi dedo corazón buscaba el ojal para acariciárselo, cuando lo toqué comencé a darle masajes en redondo en su ojal, y él empezó a gemir. Se posicionaba para que mi dedo entrase en él, levantando su culo y dejándolo caer sobre mi dedo hasta que le entró la primera falange.

- ¡¡¡Dios cabrón!!! Sigue con el dedo ahí y menéamela más fuerte -me decía totalmente excitado, con los dientes apretados- me queda poco para correrme…uffffffff

Aceleré el movimiento de mi mano en su polla mientras él subía y bajaba con mi dedo en su culo. Notaba en mi mano como su polla comenzaba a latir, a sentir las contracciones previas a la eyaculación.

- No te pares por favor -me decía soltando mi polla. Con una mano me agarraba la mano que tenía bajo su culo, para poner mi dedo recto y la otra mano sobre mi hombro- voy a corrermeeeeeee, diosssss………

En ese momento salió un chorro de semen de un trallazo que me llegó al cuello, los siguientes trallazos me llegaron al pecho y al vientre.

- Joder, cabrón…me pajeas mucho mejor que mi mujer…-me dijo riéndose- ahora te toca a ti, prepárate para soltar todo lo que tienes ahí.

Agarró mi polla y se puso a pajearme de nuevo, la otra mano la metía debajo de mis huevos, buscando mi ojal.

- Nico, deja que te meta un dedo, verás que como te va a gustar.
- Hazlo, no sé si me gustará, pero te lo he hecho sin pedirte permiso -le dije excitado- igual me gusta…o no.

Su dedo acarició mi ojal, sentí una pequeña descarga de excitación, su mano no paraba de pajearme y ahora, aquel dedo quería entrar en mí hasta que lo consiguió. Primero fue su yema, suave y caliente, masajeaba mi ojal en círculos, después entró unos pocos milímetros y me gustaba, molestaba un poco, pero en poco tiempo me gustaba más. Giré mis caderas hacia delante con la intención de hacer que entrara ese dedo…y lo conseguí, entraron las dos primeras falanges, y sentía un gran placer. Notaba como el placer me venía desde la base de mis huevos hacia mi vientre, y supe que me iba a correr.

- Uffff, no se te ocurra pararte ahora mismo, ¡¡¡cabrón!!! -le dije saltando sobre su dedo- estoy a punto…ummmm

El primer chorro le dio a Carlos en el pecho, los siguientes cayeron en su vientre y en sus huevos.

- Si te digo la verdad, también me la meneas mejor que Irene…joder tío -le dije con la respiración entrecortada- nadie me ha hecho una paja que me haya gustado tanto, te lo aseguro. Ahora vamos a limpiarnos, en la guantera tengo toallitas húmedas…por si alguna vez de viaje…ya me entiendes, Irene se calienta mucho pajeándome cuando viajamos.

Carlos se inclinó hacia la guantera para coger las toallitas, levantó el culo que admiré como si del culo de una mujer se tratase. Sacó el paquete de toallitas y fuimos cogiendo mientras nos limpiábamos, cada uno se limpiaba a sí mismo. Una vez limpios, nos vestimos y nos sentamos en los asientos de delante. Hablamos de lo que acababa de ocurrir, excitados y un poco avergonzados, pero contentos. Arranqué y lo llevé a su casa. Nos despedimos intercambiándonos los números de los teléfonos móviles.

Llegué a casa aún excitado, pensando en lo que había pasado. Se me venía a la mente la polla de Carlos, como echaba su leche sobre mí, el calor del semen al caer en mi piel, el olor…

Me duché y me metí en la cama desnudo como siempre. Al rato noté como alguien se metía en mi cama, era Irene, no la había oído entrar en casa. Venía un poco “contenta”, me besó en la boca y le pregunté por Carmen, me dijo que Carmen iba algo peor, habían dejado el coche en la discoteca y se habían pedido un taxi.

- Mira como vengo -me dijo cogiendo mi mano y metiéndola entre sus piernas, se acostaba desnuda igual que yo-

Tenía el coño empapado y caliente, me puso una mano en la polla y comenzó a moverla. Cuando ya me tenía duro, se sentó sobre mi polla y se puso a cabalgarme.

A la mañana siguiente, domingo, recibí un WhatsApp de Carlos dándome los buenos días y diciéndome que su mujer llegó por la noche con muchas ganas de polla, como la mía le dije yo. Nos pasamos las direcciones de *****, por si no pudiésemos vernos en real, al menos poder pajearnos “online”.

Irene y yo pasamos el día hablando de la noche anterior obviamente sin comentar nada de lo ocurrido entre Carlos y yo. Me comentó que lo pasaron genial en la discoteca, pero que bebieron más de la cuenta, por eso decidieron dejar el coche y volver en taxi. Por mi parte le dije que nosotros habíamos estado en un pub tranquilo acabando de ponernos al día de nuestras cosas.

La semana pasó rápidamente, pero sin poder sacarme de la cabeza lo vivido con Carlos la noche del sábado. Cuando me acostaba, se me venían a la cabeza retazos de imágenes de lo vivido con Carlos; el olor a sexo, a verga dura, a excitación, a semen…, y la polla se me ponía muy dura.

El jueves a media mañana me llamó Irene, la empresa mandaba a varios de sus trabajadores a Tarragona durante nueve días, entre ellos irían Irene y Carmen, se marcharían el domingo por la noche. Se me vinieron muchas cosas a la cabeza, pero decidí esperar a que Carlos me hablase para pensar en repetir la experiencia.

Cuando Irene llegó a casa le expuse una idea que había ido creciendo en mi cabeza.

- Irene, he pensado una cosa como despedida -le dije de una manera que quería aparentar la máxima inocencia- podríamos hacer una barbacoa para Carmen, Carlos y sus hijos el sábado, ¿qué te parece?
- Pues una genial idea…salvo que los niños no vendrán -me dijo alegrándose- Se los dejan a la hermana de Carlos el viernes por la noche. Eso me ha dicho Carmen, de todas formas, voy a llamarla por teléfono, y a ver si pueden venir.

Cogió su móvil y buscó en la agenda el número de Carmen, la llamó y descolgó rápido, apenas dejó el teléfono sonar.

- Carmen soy Irene -le dijo- Mira, hablando con Nico me ha propuesto que el sábado hagamos una barbacoa como despedida, vosotros y los niños…sí, se lo he dicho…claro. Pregúntale a Carlos si le parece bien y me dices…jajajaja, perfecto entonces, sí, ya te digo la hora mañana en el trabajo. Me ha dicho que perfecto, pero que los niños se los queda la hermana de Carlos esa semana, así que no vendrán. La barbacoa será para los cuatro simplemente, me ha dicho que Carlos le estaba diciendo que sí en ese momento, jajajaja, parece que vuestra amistad no había desaparecido, estaría un poco enterrada.

Al fin llegó el sábado por la tarde-noche, estaba nervioso con ganas de ver a Carlos, me apetecía muchísimo tocarlo y que me tocase…aún seguía pensando que lo de follar y besarnos lo tenía muy claro, sería una cosa que no me apetecía lo más mínimo. Estaba preparando las cosas para la barbacoa, la tenía encendida hacía un ratillo y preparaba las carnes y verduras que pondríamos en ella. Al ratillo sonó el timbre de la puerta y Carmen salió a abrir la puerta, regresó al jardín acompañada de Carmen y Carlos. Nos saludamos y enseguida teníamos una cerveza cada uno en la mano, Carmen se puso con Irene a preparar una ensalada en la cocina y Carlos se quedó conmigo aderezando la carne para ponerla en la barbacoa. En cuanto las mujeres se fueron a la cocina, Carlos se arrimó a mi espalda, colocando su paquete pegado a mis nalgas.

- Joder, Carlos…estoy lo bastante caliente para que encima me pongas eso ahí -le dije excitado-
- Ufff, no sabes la semanita que llevo pasada -me dijo igual de excitado- tenemos que repetirlo ¿no crees?
- Sí, pero en cuanto mañana se vayan podemos pensar algo para hacer -le contesté- No sé si hacerlo en el coche, no me fío de la vecina, es demasiado fisgona y traer a un hombre a casa por la noche, recién salida de viaje mi mujer, es una investigación que abrirá seguro…jajajaja
- Tranquilo, podemos ir al mismo sitio del otro día -me dijo entendiendo la situación- se estaba bien, sin nadie molestando y muy oscuro.
- ¡¡¡Chicos, a ver de qué habláis!!! Seguro que hablan de mujeres -dijo Irene a Carmen- Traemos ya la ensalada y pretendemos abrir una botella de Ribera del Duero, no nos apetece más cerveza.
- Buena elección, Irene -dijo Carlos- y no, no hablábamos de mujeres, con las que tenemos nos sobra…jejejeje, ¿verdad Nico? Hablábamos de la carne, que tiene muy buena pinta.
- Y tanto Carlos -le contesté guiñándole un ojo, y abrazando a Irene le dije- contigo me sobran todas las mujeres…

La cena fue muy amena y divertida, bebimos y comimos bastante, se alargó sin darnos cuenta, después de los postres llegó la hora de las copas. Me metí en la cocina con Carlos para preparar las copas mientras ellas recogían todo, y despejaban la mesa. Una vez acabado de recoger todo y con las copas preparadas, nos sentamos tranquilamente a disfrutar de las copas y de la compañía.

- Bueno, lo del viaje de la empresa ha venido apenas sin tiempo para avisar -dijo Carlos- Ha sido muy rápido, otras veces lo han dicho con semanas de antelación. ¿A qué se ha debido esto?
- Parece ser que lo habían preparado para la oficina de Huelva, pero por lo visto hay algunos de los trabajadores que iban a ir con COVID y la central ha preferido no moverlos y tirar de la oficina nuestra -le contestó Irene- En lugar de anular las reservas han preferido cambiarlas de nombre, más efectivo. El tema es que, cuando regresemos, tendremos que ir por fases a Huelva para explicarles lo aprendido, y esos serán unos cuantos días. Carmen y yo hemos pedido de ir juntas y no han contestado que sí, sin problemas. Pero no sabemos cuándo será eso.

Carlos y yo nos miramos, indiscutiblemente los astros seguían alineados para que todo marchase bien.

Llegó el domingo por la tarde y ya Irene tenía todo preparado desde por la mañana, en un ratillo llegaría el taxi que la llevaría a la estación de tren. Me besó, acariciando mi entrepierna y metiendo yo mi mano por debajo de la falda, hasta encontrar ese canal maravilloso, caliente y húmedo. Tenía el coño mojado, su respiración se aceleró en cuanto le pasé el dedo por esa raja mojada, mientras le acariciaba el coño, su lengua se metía en mi boca buscando enredarse con la mía.

- Joder como me has puesto, Nico…a ver qué hago ahora para no mojar el asiento del taxi… -me dijo excitada-
- Eso es fácil -le dije con la respiración entrecortada- Déjame que te ayude, esto es una emergencia.

La senté sobre mí en el sofá bien abierta de piernas y mientras que con una mano le masajeaba el clítoris, con la otra le metía un dedo por el coño. Ella estaba echada sobre mí, con su espalda pegada a mi pecho, gemía y jadeaba sin parar, el coño lo tenía empapado y muy caliente, empezó a gemir con más fuerza hasta que le vino un orgasmo. Mi mano se quedó empapada de sus jugos, su respiración acelerada se iba calmando ya.

- Joder Nico -me dijo muy contenta- que maravilla tienes por manos, hijo mío…jejejeje. Voy a lavarme un poco y cambiarme las braguitas, el taxi debe estar al llegar ya.

Cuando acabó, se dio cuenta de lo empalmado que estaba, me acarició el paquete pero en ese momento sonó un claxon en la calle, era el taxi.

- Jooo Nico -me dijo algo excitada- es el taxi, te prometo que cuando vuelva te pagaré lo que me has hecho hoy, de verdad.

Nos despedimos, con unos besos y salí a la puerta a despedirla, en el taxi iba Carmen ya, que me saludó desde el asiento de atrás.

- Llámame en cuanto llegues al hotel, ¿vale Irene? -le dije- y la despedí con la mano.

Al cabo de la media hora, sonó la puerta de la casa, abrí y ahí estaba Carlos.

- Te iba a llamar, pero he decidido presentarme -me dijo mirando hacia un lado de la casa- y tienes razón, tienes una vecina muy muy fisgona, en cuanto he tocado al timbre, se ha asomado a la ventana…y ahí sigue. Manda huevos…
- Jejeje, te lo dije –le contesté- deja que me cambie los slips…he pajeado a Irene pensando que daría tiempo a que me la hiciera o me la mamara…pero no ha dado tiempo…y llevo los slips mojados…jejejeje
- Ummm, ni se te ocurra cambiártelos, me encanta el olor que segrega tu polla cuando está caliente…y ahora tus slips deben oler a gloria pura, jejejeje.

Se dirigió a mí, me cogió las manos, y se llevó mi mano derecha a la cara, olió mis dedos y los lamió.

- Con estos dedos has acariciado el clítoris de tu mujer -Me dijo muy excitado, y cambiando mi mano hizo lo mismo con mi mano izquierda- Y con estos dedos, se los has metido por el coño.
- Eres un auténtico cabrón -le dije- me encantaría oler y saborear el coño de tu mujer. Me estoy excitando bastante y creo que es mejor que nos vayamos ya…

Salimos y observamos que mi vecina seguía en la ventana, la saludé con la mano y Carlos hizo lo mismo, ella nos devolvió el saludo y se alejó de la ventana.
Nos montamos en el coche y nos dirigimos a tomar algo, aún era temprano para ir al sitio aquel, pero Carlos empezó con juegos de mano, acariciando mi paquete, mis rodillas, mientras no paraba de hablar, se le notaba nervioso de nuevo, así que paré el coche en una zona de carga y descarga, puse mi mano sobre su paquete y lo notaba duro.

- ¿Estás empalmado, Carlos? -le pregunté extrañado-
- Joder, con lo que me has contado, lo que te he hecho y la caricia que me acabas de dar…para no estarlo. Vámonos mejor al “campito” ese, y hasta que oscurezca podemos hablar sin hacer nada.

Salí con el coche de donde estábamos detenidos y puse rumbo al “campito”, como lo había definido Carlos.
Llegamos aún con claridad, había pocos coches y casi todos estaban con las puertas abiertas, bebiendo en su interior o escuchando música. Dirigí el coche hacia la pared del fondo, ahí no había nadie, aparqué de la misma forma, el lateral del copiloto pegado a la pared, detuve el motor y nos giramos el uno al otro.

- Bueno, ¿qué? -le dije- tenía ganas de estar aquí de nuevo. Lo del otro día…no quiero que nos confundamos, amo a Irene y no me gustan los hombres, pero me has excitado muchísimo, nunca he tocado una polla que no fuese la mía hasta el otro día, y la verdad no te voy a mentir, me encantó. Ahora mismo no sé si soy bisexual, hetero curioso o marica…no tengo ni idea…

- No pienses en esas tonterías Nico -me dijo poniendo su mano sobre mi rodilla- Tampoco yo he tocado ninguna polla hasta que toqué la tuya, y también me sorprendió mi reacción, pero no pienso catalogarme de tal o cual forma, me gustan las mujeres y me gusta pajearme contigo, no creo que esto quiera decir una cosa u otra.

Su mano avanzó hacia mi paquete, nos miramos y sonreímos. Pasé mi mano sobre el bulto de su entrepierna, estaba duro. Me desabroché el pantalón y bajé slip y pantalón hasta las rodillas, me agarré la polla y comencé a pajearme, Carlos me observaba excitado, comenzó a desabrocharse el pantalón, se lo bajó junto a los slips y su polla salió como un resorte, la tenía dura y mojada. Ahora pude observarla con detenimiento, estaba ligeramente torcida hacia la derecha, era algo más grande que la mía y más o menos del mismo grosor, pero su capullo era oscuro, de un morado oscuro mientras que el mío es entre morado y rosado. Sus huevos estaban depilados y eran colgones y grandes, sin un pelo en toda la zona.

- Está oscureciendo -me dijo Carlos- ¿Qué te parece si nos desnudamos y nos sentamos atrás?
- Jajaja, es lo que estaba pensando. Pero primero bajemos un poco las ventanillas de tu lado, para que no se empañen demasiado los cristales -le contesté sacándome el pantalón y los slips por abajo y quitándome la camiseta- ¡¡¡Mariquita el último!!!

Bajé las ventanillas del lado del copiloto desde los mandos que tengo en la puerta del conductor, desde el que controlo todas las ventanillas. Me desnudé primero y me pasé al asiento trasero totalmente desnudo, Carlos no tardó ni 5 segundos en seguirme.

- Vaya, al parecer soy el mariquita -me dijo riéndose- jejejeje, tendré que hacer algo que sea de mariquita…jajajaja

Me agarró la polla y comenzó a acariciarme el capullo, ya estaba soltando el líquido preseminal y tenía la polla bien dura, y más dura que se ponía con las caricias que me estaba dando Carlos. Me recosté en el respaldo con las piernas bien abiertas y la polla en modo mástil. Con mi mano derecha acariciaba el muslo izquierdo de Carlos. Comenzó un suave movimiento de su mano con mi polla bien agarrada, de arriba abajo, con la otra mano me sobaba las pelotas.

- Tienes buenos huevos Nico -me dijo- y buen nabo también…
- Veo que te gusta mucho mi polla -le dije mirando como su polla estaba mirando el techo del coche, se la agarré y empecé a pajearlo- Dios, la tienes más dura que el otro día, o eso me parece.
- Vaya dos calentorros estamos hecho -me dijo entre risas sin parar de meneármela- dos maduros calientes, jajajaja.

Noté como sus dedos comenzaban a buscar mi “puerta de atrás”. Cuando la encontraron, su dedo corazón me masajeaba el ojal y yo comenzaba a sentir un placer tremendo, quería que su dedo me violara, me penetrara hasta el fondo, aunque me daba vergüenza decirle que me follara el culo con su dedo, tenía muchísimas ganas que lo hiciera. Levanté mi culo lo suficiente para, de manera aparentemente inocente, sentarme en su dedo. Noté como entraba sin apenas dolor, hasta que lo sentí totalmente dentro de mi culo. Los gemidos salían de mi boca sin poder controlarlos, notaba en mis entrañas un placer tremendo, como una descarga eléctrica mantenida en el tiempo, que se desplazaba desde mi culo a mis cojones. Sabía que me quedaba poco para correrme y en ese momento Carlos detuvo la paja.

- No quiero que te corras aún, ufffffff como me pones, cabrón -me dijo entre gemidos, comenzó a pajearme de nuevo sin haber sacado su dedo de mi culo - Me encanta tu polla, sigue pajeándome, quiero que nos corramos a la vez, y……ya no me queda mucho.

Aceleré el movimiento de mi mano, él levantaba su culo como invitándome a meterle un dedo cosa que, lógicamente, hice inmediatamente metiéndole el dedo corazón hasta el fondo. Su culo estaba caliente y mojado, lubricado seguramente por el sudor o porque se lubrica de forma parecida al coño de una mujer, eso no lo sé pero tendré que informarme. Noté como su polla comenzaba con pequeñas contracciones y se lubricaba más, a la vez que sentía como me venía el orgasmo, desde lo más profundo de mi ano hacia mis pelotas. Aceleré el movimiento de mi mano notando como las contracciones de su polla eran más acentuadas a la par que sus gemidos con la respiración muy acelerada.

- Sigue cabrónnn…ufffffff no te pares ahooooraaaa -me dijo lanzando el primer chorro de leche caliente, que me llegó al centro del pecho- Uffff, santo diosssss, sigue, sigueee, sigueeee.

Salieron varios chorros más de semen y, en ese momento comencé a eyacular.

- No te pares, no te pareeeess -le dije entre gemidos- No se te ocurra parar tu mano, cabróoooon.

Mi leche salió por todos lados, vi como caía parte en el asiento trasero y en el respaldo del conductor, por la parte de atrás. Nos quedamos recuperando la respiración totalmente llenos de leche, mientras sacábamos nuestros dedos del culo del otro.

- Joder Carlos, la paja de hoy ha sido infinitamente mejor que la del otro día, al menos para mí -le dije con la respiración acelerada-
- No te quepa la menor duda que me pasa lo mismo que a ti, Nico -me contestó- me ha encantado y quiero volver a repetirlo. Mejor dicho, necesito repetirlo.

Ya más relajados, limpios y vestidos, oímos risas, gemidos, jadeos provenientes de otros coches, que aunque no había muchos, había unos cuantos más que cuando llegamos. Nos quedamos un ratillo hablando y, en el momento de arrancar para irnos ya, mi teléfono comenzó a sonar, era Irene. Hice una señal a Carlos de que estuviera en silencio ya que saltó el manos libres del coche.

- Hola corazón -me dijo- acabamos de llegar al hotel y Carmen se está duchando, así que aprovecho para llamarte. El viaje ha ido bien, un poco pesado porque son bastantes kilómetros, pero bien. ¿Qué haces?
- Hola mi vida -le dije mirando a Carlos que sonreía- Bien, acabo de dejar a Carlos en su casa y ahora voy a la nuestra.
- Oye, que no he olvidado lo que me has hecho antes de salir, aún mojo las braguitas cuando lo pienso, me he quedado con las ganas de comerte la polla, que bien dura la tenías, ¿eh?
- Jajaja, no te preocupes que no se me va a olvidar cobrarme lo que me debes -le dije mientras Carlos me comenzó a acariciar el paquete de nuevo, con ganas de cachondeo, me hacía morritos con los labios, y gesticulaba como comiéndose una polla- pajéate mientras piensas en mí, ¿de acuerdo?
- No te quepa duda que ahora en la ducha lo haré -me dijo entre risas- igual hasta en la cama me vuelvo a tocar sin que Carmen se de cuenta…sabes que me excitan esas cosas. Bueno ya sale Carmen de la ducha y me meto yo, Te quiero mucho, ya hablamos.
- Por supuesto mi vida, también te quiero -le dije notando como me empalmaba de nuevo con la mano de Carlos acariciándome el paquete- ya hablamos.
- Joder tío, me has empalmado otra vez -le dije a Carlos- a ver si te llama Carmen ahora.
- No te preocupes, me ha mandado un WhatsApp de que está cansada y que se duchaba y se iría a dormir. Ya le he contestado -me dijo mientras me desabrochaba de nuevo el pantalón y me sacaba la polla- Ahora vamos a ver qué solución podemos darle a esto…

Me volví a bajar el pantalón hasta los tobillos, tenía la polla dura de nuevo. Carlos, se bajó el suyo y tenía la polla morcillona, me gustaba mucho su polla. Comenzó a meneármela mientras yo hacía lo mismo con la suya, y le masajeaba los huevos. Cada uno tenía la vista puesta en la polla del otro, nuestras respiraciones se aceleraban cada vez más. Empecé a segregar de nuevo líquido preseminal que Carlos, con la palma de la mano, se encargaba de extenderlo por el capullo, de vez en cuando, con el dedo gordo, me masajeaba el frenillo dándome un placer bastante grande, que hacía que mis gemidos subieran de potencia. Ya comenzaba a notar como mi orgasmo se acercaba, como en mis entrañas notaba ese placer que va a más, desde la base de mis huevos hacia arriba, mi polla empezó a tener contracciones, mi respiración se aceleró y empecé a gemir y jadear.

- Sigue cabrón, no te pa…pares -le dije sin apenas poder articular palabra- Voy a correrrrrmeeee.

En ese momento mi semen comenzó a brotar de mi polla, no con tanta potencia como hacía un rato, ni en tanta cantidad. Las manos de Carlos se llenaron de mi semen, haciendo ruido mientras seguía moviendo su mano alrededor del tronco de mi nabo. Me eché hacia atrás llenado mis pulmones de aire, para abrirle más las piernas a Carlos, que también tenía el pantalón por los tobillos y me puse a pajearlo, su polla bien dura y mojada, su respiración alterada, los gemidos que daba…hacía que el movimiento de mi mano fuese más acelerado, notando en mi mano como se acercaba el momento de la corrida, y ese momento llegó pronto. Me agarró el muslo derecho, hincando sus dedos en él mientras jadeaba.

- Diosssss, sigueeee, sigueeeee más rápidoooo -me decía esto recostado en el respaldo y con su cabeza hacia atrás. – Me corrooooo, uuuffff.

De su polla empezó a brotar el semen, el primer trallazo con cierta fuerza que le llegó a su pecho cubierto por la camiseta, el resto cayó sobre mi mano y su vientre.
Nos quedamos recuperándonos y con la risa tonta. Cogí el paquete de toallitas húmedas, tendría que comprar más quedaban pocas ya, a este ritmo las gastaría en un par de día como mucho. Nos limpiamos y nos vestimos, nos pasamos a los asientos de delante sin salir del coche.

- No arranques todavía Nico -me dijo Carlos- me estoy meando y no creo que llegue a casa, voy a mear aquí fuera.

Abrió la puerta, y salió con cierta dificultad por lo pegado que había dejado el coche a la pared de aquel edificio, se movió por la parte delantera hasta pasar la longitud del vehículo, yo lo observaba con curiosidad. Echó el culo hacia atrás para sacarse la polla, al sacarla comenzó a orinar y me miraba, inclinándose hacia mí para que se la viera bien. El cabrón se reía, imagino que sería por la cara que yo tenía mirándolo. Acabó de orinar, se la sacudió orientado hacia mí, y se la guardó. Arranqué el coche y lo moví despegándolo de la pared para que él pudiese entrar sin problemas, abrió la puerta, se sentó y se colocó el cinturón.

- Esta noche voy a dormir como un crío chico -soltó entre carcajadas- jajajaja, seguro que tú también duermes como un crío. Los dos descargados por dos veces…esto no pasa todos los días, jajajajaja.

Arranqué y me dirigí hacia su casa, en ese momento el móvil empezó a sonar por recibir notificaciones, en uno de los semáforos que pillé en rojo, le eché un vistazo pensando que era Irene, pero eran 3 correos electrónicos. Cuando paré en la puerta de la casa de Carlos, eché un vistazo a los correos, Carlos iba a salir y lo agarré del brazo.

- No te puedes ir, voy a leerte lo que acabo de recibir -le dije preocupado- No conozco la dirección desde la que me lo han mandado, es de proton mail. Te leo: Buenas noches, querido Nicolás. Lo de esta noche ha estado mejor que las pajas de la semana pasada, al menos esta vez han sido dos…y como jadea y gime Carlos por dios, me excito solo de oírlo, de oírlo y de verlo, lo pondré varias veces esta noche para pajearme a vuestra salud… Claro que no te he dicho que os tenemos grabados en vídeo, la semana pasada y ésta también, salís muy bien, se os ve en el vídeo que lo disfrutáis muchísimo.
No te molestes en buscarnos, os tenemos donde queremos teneros y tranquilos, no os vamos a pedir nada que no queráis hacer ni os disguste hacerlo. Eso sí, nos podremos en contacto con vosotros para pediros unos favores. Tened los teléfonos operativos, nos pondremos en contacto con vosotros por teléfono. Y no os preocupéis, lo pasaremos bien juntos, eso sí vuestras esposas no lo saben, no somos unos chivatos…claro que si no os portáis como debéis…igual les lleguan unos vídeos a todos los correos de la planta en la que se encuentran vuestras mujeres. En el siguiente correo os mandamos un ejemplo de uno de los vídeos que no queremos que llegue allí.


- ¡Mierda!, ¿quién coño son? -preguntó Carlos bastante mosqueado- Hijos de puta, tenemos que denunciar esto, Nico.
- A ver Carlos, vamos a relajarnos y a intentar contactar con ellos -le dije intentando que no se nos fuera esto de las manos- Igual solo quieren dinero o qué sé yo…Esperaremos que nos llamen por teléfono, grabaremos la conversación y veremos qué pretenden y cómo salir de ésta sin tener que hacer que haya gente que se entere de todo esto. Lo que tampoco sabemos es cómo es posible que tengan nuestros números de teléfono, eso significa que son personas que conocemos…


Espero que os guste este relato, sigo con el siguiente capítulo, un abrazo a todos
¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Viejo amigo de juventud y vecino. Colegas de pajas y roces, era .callado y no,se quejaba si siempre le tocaba a él pajearme; o que le salpicara cuando me corría.
Chillabba pero nada más. El no va a más fue que se vino al pueblo un fin de semana y dormíamos en el suelo en un colchón. Me desperte y lo vi de lado su calzoncillos le estaba un poco grande y no me costó bada bajarlo y ver su culito .
Me empecé a pajear y a sobarle el culo .El era dormilón lo cual griaproveche para con mi dedo mojado pasarlo por su ojete.
Mientras yo me pajeaba,cuando creí que estaba húmedo, moje mi capullo con mi saliva; y tuve que parar pues me iba a correr.
Espere un momento y puse la punta en su culo y sin más de un golpe seco entró la punta.
El se despertó muy me dijo de todo su forcejeo ayudo a que entrara más.
Gritaba y decía de todo estaba tan excitado que me corri al momento.
Se levantó fue al baño y cuando volvió me dijo que no le hablará más.
 
Capítulo 2


En ese momento sonó el teléfono de Carlos, me miró como asustado, en la pantalla del teléfono aparecía como número no identificado. Le dije que contestara, pero que lo pusiera en manos libres, yo grabaría la conversación con mi teléfono.

- ¿Hola? -contestó Carlos- ¿Quién es?
- Buenas noches, Carlos -respondió una voz de hombre al otro lado- ¿qué tal estás? Imagino que Nicolás está contigo. Lo primero es que me alegro mucho de hablar con vosotros, nos habéis excitado mucho con vuestras pajas, jijiji. No queremos que os sintáis presionados por nosotros, pero nos habéis calentado como nadie lo ha hecho nunca. En fin, que nos gustaría que mañana quedéis otra vez pero con unas variaciones que no son complicadas ni insalvables. La primera “variación” es que mis colegas y yo estemos presentes, somos 3 en total, la segunda “variación” es que nosotros pondremos el lugar, mejor en una habitación con cama que en el coche. Mucho más cómodo, no lo podréis negar, y por ahora esas dos serían las “variaciones” ¿Alguna pregunta?
- A ver, a ti te parecerá lo más normal del mundo el extorsionar a la gente, pero debes saber que es un delito y grave -le contestó Carlos-
- Bueno, si lo miras así…-le cortó la persona que hablaba- no tenemos problema en mandar un correo a cada trabajador de la planta en la que trabajan vuestras mujeres, imagino que habéis visto el vídeo, no tenemos problema alguno para mandarlo, y jamás sabréis quienes somos…
- No hemos visto vídeo alguno -le corté mirando a Carlos- no nos ha dado tiempo, lo veremos ahora. Necesitamos algunas garantías para saber que no nos pasaría nada en caso de que aceptemos vuestras peticiones.
- Mira Nicolás, no estáis en posición de exigir nada -dijo otra persona distinta a la primera- Se os han dicho las cosas claras, ya vosotros mismos sabréis qué tendréis que hacer. Mañana os llamaremos.

Colgó el teléfono diciendo eso, Carlos me miró asustado.

- Tranquilo Carlos, veremos cómo salir de esta…y verás que saldremos sin problema alguno.
- Eso espero Nico, deben ser alguien que nos conoce aunque esas voces no me suenan de nada. Si tiene nuestros teléfonos, conocen que nuestras mujeres trabajan juntas y en la misma planta…
- ¡¡¡Coño!!! Pues claro -grité asustando a Carlos- Es alguien que trabaja con ellas, con Irene y con Carmen, no puede ser de otra forma…ni mis compañeros de trabajo saben que tu mujer es amiga de la mía, ¿ves cómo la cosa no es tan complicada?
- Es verdad, deben ser compañeros de ellas, al menos uno, o todos…de todas formas quieren estar presentes con nosotros, los conoceremos ahí -me contestó Carlos ilusionado, admitiendo que quedaríamos con ellos, cosa que me llamó la atención- ya hay algo de luz al final del túnel. ¿Quieres quedarte esta noche en casa? Por si estás preocupado o asustado…
- No hace falta, no estoy asustado, preocupado es obvio que lo estoy, o estamos mejor dicho… -le dije algo extrañado- ¿prefieres que me quede contigo esta noche? ¿estás asustado? Si quieres vamos a mi casa.
- Hombre, prefiero no estar solo esta noche -me dijo un poco avergonzado- no soy un cobarde, pero no me encuentro con fuerzas para estar solo esta noche con esos hijos de puta haciéndonos lo que nos están haciendo. Por mí, vámonos a tu casa si la prefieres a la mía…
- Pues vámonos a mi casa, ya veremos como torear a la cotilla, jejeje -solté intentando no dramatizar más la situación-

Aparcamos el coche a unos 25 metros de la casa, por si las moscas con la vecina cotilla. Nos acercamos en silencio a la casa y abrí la puerta, pasamos al interior y cerré.

- Parece ser que está dormida la vecina -le dije a Carlos- ¿te apetece tomar algo? Yo tengo un poco de hambre, voy a prepararme un par de sándwiches, ¿te apuntas?
- De acuerdo, un par de sándwiches me vendrán bien -me dijo algo más animado- te ayudo.
- De acuerdo, pero antes vamos a ponernos cómodos, me gusta estar en casa en total “libertad”, me gusta estar en calzoncillos en casa -le dije desabrochándome la correa del pantalón y dirigiéndome a mi dormitorio- Si quieres hacer lo mismo, pasa a mi habitación o a esa de ahí y te pones cómodo.
- Perfecto, ¿pero puedo pedirte otro favor? -me preguntó- ¿puedes dejarme un slip? El que tengo huele a excitación y a semen…y no me he acordado de haber entrado en casa para coger uno.
- No te preocupes Carlos, por dios -le dije sonriendo- vente a mi habitación y te doy uno, creo que te quedará bien, aunque tu polla es más grande que la mía, pero poco más…jejejeje. De todas formas puedes ducharte si quieres, yo me voy a duchar en un momento y me cambio.
- Te lo agradezco Nico -me contestó ya con una pequeña sonrisa en su cara- dúchate primero y yo me ducho después.
- Pues perfecto entonces -le dije mientras me desnudaba completamente y sacaba un slip de un cajón de la cómoda y se lo daba- Toma este slip, seguro que te está bien, creo que usamos la misma talla…de slips, que no de pollas…jejejeje
- Sí gracias Nico, y perdona la lata que te estoy dando -me dijo un poco avergonzado y totalmente desnudo también- En cuanto salgas de la ducha entro yo.

Me duché en un momento, en cuanto salí de la ducha avisé a Carlos y se metió él, me quedé mirando su cuerpo, su culo…me excitaba bastante. Me sequé en la ducha mientras él se duchaba, mientras hablábamos.

- Tendremos que ver el vídeo que nos han grabado, Nico -me dijo desde la ducha- Igual no se nos ve con claridad y no sería tanto problema, aunque se parecieran algo a nosotros…
- Sí, lo he pensado -le dije- Ahora lo vemos y decidimos qué hacer. En el caso que se nos vea claro, voy a llamar a un compañero para decirle que no iré a trabajar mañana, veré que me invento.
- De acuerdo -me dijo saliendo de la ducha y colocándose la toalla en la cintura- yo aún no me he incorporado, tengo aún unos días para incorporarme a la nueva delegación.
- Pues genial entonces -le dije- voy a la cocina a preparar los sándwiches y una ensalada, ¿te apetece tomar vino o cerveza?
- Prefiero un poco de tinto, la cerveza me embota mucho -me dijo ya más sereno, mientras se frotaba la zona de su entrepierna-

Salí del baño con el slip en la mano, dirección a la cocina, Carlos me seguía. Al llegar al salón me detuve a coger el teléfono. Cogí el portátil que estaba en la mesa y lo encendí.

- Ven, vamos a sentarnos y vamos a ver qué vídeo nos han mandado estos hijos de puta -le dije sentándome en el sofá con el portátil sobre mis piernas-

Carlos se sentó a mi lado, tampoco se había puesto el slip, lo había dejado sobre la mesa del salón, donde había estado el portátil.

Abrí el correo y vi el mail que me había mandado con un archivo de vídeo adjunto. Pinché en él y lo abrí en pantalla completa, el vídeo comenzaba con una foto mía recortada de una foto que mi mujer subió a *********, de unas vacaciones. Tenía mi nombre rotulado en la parte inferior de la fotografía, con una leyenda que decía: Nicolás Perea esposo de Irene Bonell, Secretaria de Dirección. Después aparecía la foto de Carlos, por lo visto también recortada de su propio ********, también con su nombre rotulado y otra leyenda: Carlos De Tena esposo de Carmen Pinto, Jefa de Recursos Humanos. Lo siguiente que se veía era el interior del coche, tomado desde la parte de la pared donde aparqué el coche. Se nos veía claramente, y no solo eso, se nos oía divinamente, se escuchaba lo que le dije nada más aparcar: “Joder, estoy nervioso, voy a dejar clara una cosa Carlos, sin follar, sin besos…solo paja, y de momento cada uno con su polla ¿te parece bien?” Se nos oía y se nos veía de lujo, nítidamente. De vez en cuando la cámara hacía zoom hacia nuestras pollas o nuestras caras. Vimos el vídeo entero, de cómo me pajeaba y me metía el dedo en el culo, como yo levantaba el culo para que entrara… Se veía estupendamente el momento de su corrida, como se agarraba a mi mano que tenía el dedo en su culo, como llegó el primer trallazo de su corrida a mi cuello… Miré la cara de Carlos y estaba mirando el vídeo con cara de preocupación y de morbo, su polla estaba creciendo. Me miró con cara de preocupación, cerré el portátil y me levanté, yo también estaba empalmado pero teníamos un problema grave que resolver. Carlos se sentó en una de las sillas del salón, seguía empalmado. Me acerqué a él, mi vista iba de su cara a su polla y él se dio cuenta, alargó su mano y me agarró la polla, tiró de ella hasta colocarme delante de él. Abriendo mis piernas, me acerqué a él. Comenzó a sobarme los huevos y me pasaba un dedo por el ojal mientras no paraba de meneármela.

- No te acerques más, no te la voy a comer…jejejeje -me dijo excitado- Sé que tenemos un problema, pero el ver el vídeo me ha excitado mucho, como a ti por lo que veo. Te la hago yo y después cambiamos, ¿te parece bien?
- Ufffff, por mí perfecto -le dije excitado- sé que tenemos un buen problema, pero no he podido evitar excitarme cuando he visto el vídeo. Cuando me corra, nos cambiamos y te la meneo yo. Y tampoco te la voy a comer, por si lo pensaras…

Me encantaba la manera que tenía de acariciarme las nalgas, las pelotas, como me iba metiendo el dedo en el culo, yo me abría las nalgas con ambas manos. Mi polla se puso durísima, segregaba el líquido preseminal que él recogía con la palma de su mano y lo extendía por todo mi capullo, por el tronco de mi polla, por mis huevos…Notaba que mi corrida se acercaba.

- Sigue cabrón -le dije- vas a exprimirme hoy por tercera vez, cabrón. Sigue así, me queda poco.

Aceleró el movimiento de su mano como el de su dedo entrando en mi culo. Me apoyé en sus hombros, mi polla estaba como a 40 centímetros de su cara, notaba que me iba a correr.

- Dios mío, cabrón -le dije a punto de correrme- más fuerte, dame más fuerte.

El primer trallazo le dio en la mejilla derecha, los siguientes en el pecho y el cuello, las gotas caían sobre su polla y sus huevos. Miré hacia abajo y tenía leche por todos lados, le acerqué una servilleta de papel para que se limpiara. Con otra servilleta le limpié la leche que le había caído en la cara mientras él se limpiaba el resto. Su polla seguía dura y segregaba líquido preseminal con abundancia.

Se levantó y me sentó, agarré su polla y se acercó a mí, abriendo sus piernas y dejando las mías entre ellas. Su polla estaba muy dura y mojada, sus huevos colgaban y hasta parecían más grandes que hacía un rato. Se los acaricié mientras se la meneaba lentamente, me miraba directamente a los ojos, desde arriba, con superioridad. Yo me sentía dominado por él, y no me disgustaba en absoluto al contrario, me encantaba, Con mi mano izquierda se la meneaba mientras que con la derecha acariciaba sus pelotas, acercando mis dedos por el perineo a su ojal. En ese momento aceleraba la respiración, se le notaba las ganas que tenía de que lo follara con el dedo, al menos las mismas que había tenido yo que él lo hiciera. Con mi dedo anular empecé a masajearle el ojal en círculos, apoyaba la yema en su ojal y apretaba un poco para después hacer círculos frotándole el dedo. Se ponía como las motos, movía sus caderas como si estuviera follando a alguien cuando le hacía eso. Así que teniéndolo bien excitado, aceleraba el movimiento de la paja con la yema del dedo en su culo, para después, cuando aceleraba la respiración, paraba todos los movimientos, quitando mis manos de su cuerpo. En esos momentos su polla comenzaba a hacer movimientos hacia arriba segregando gran cantidad de líquido preseminal.

- Joder cabrón, no pares -me dijo totalmente excitado- sigue cabrón, sigueee. Necesito correrme ya, te lo pido por favor…
- Shhhh, silencio -le dije sonriendo- vas a disfrutar esta paja. Ni tu mujer podrá superar la paja que te voy a hacer, ni con la boca la superará.
- Eres un auténtico cabrón -me dijo- sácame la leche que tengo a punto de salir…no me queda muchooo.

Le agarré de nuevo la polla y metí mi mano dereche entre sus piernas, por debajo de sus cojones, buscando el ojal. Le puse el dedo en él y se lo metí un poco, suspiró y comencé a pajearlo mientras mi dedo entraba y salía de su culo, él se abría las nalgas como antes había hecho yo. Su respiración se aceleró, comenzó a mover sus caderas como si follara, su polla convulsionaba y su respiración se aceleró y se mezclaba con gemidos y jadeos. Noté en el dedo que le había metido, como su culo se contraía y se dilataba, señal de que se iba a correr. Se puso a gemir y el primer trallazo de leche me lo llevé en plena cara en los labios y en la barbilla, los siguientes ya cayeron por mi pecho, mi vientre…

Se puso a reírse mientras me acercaba servilletas para que me limpiara y él me limpiaba lo que me había caído en la cara. Al pasar la servilleta para quitarme lo que me había caído en los labios, saqué un poco la lengua y probé el semen de Carlos, estaba un poco amargo, pero me gustó. Lógicamente no le dije que lo había probado, no quería que se confundiera conmigo. No pretendía que me tomara por otra persona que no era.

- Joder tío, ha sido espectacular -me dijo aun recobrando la respiración- Sin lugar a dudas, ha sido la mejor paja que me han hecho nunca, incluidas las que me he hecho yo a lo largo de mi vida, y han sido muchas…

Preparamos los sándwiches y una ensalada, llamé a un compañero de trabajo pidiéndole que hablase con el encargado, le dije que me habían surgido unos problemas y que necesitaría tres días de asuntos propios, que me mandase por email la solicitud para pedirlos y se lo mandaría relleno en la misma mañana. Cenamos bien y decidimos acostarnos.

- Bueno Carlos, ya es hora de dormir -le dije riéndome- estamos agotados y con razón, jajaja ¿dónde te apetece dormir?
- Sí, la verdad que yo al menos estoy cansado, y así no puedo pensar -me dijo serio- Me acuesto donde tú me digas, sin problemas
- Si te parece bien, podemos dormir juntos en mi cama -dejé caer- Me apetece dormir contigo, pero que corra el aire entre los dos, no quiero encontrarme con tu verga pegada a mi culo, o al contrario…jejejejeje
- Jajajaja, tranquilo, tranquilo. No te preocupes -me dijo riéndose- aunque me gusta que me pajees y pajearte, no soy maricón y no me apetece darte por el culo, y ni que me des tampoco jajajaja

No esperaba que fuese a aceptar, pero lo hizo. Nos fuimos a mi habitación, yo escogí mi lado de la cama, como siempre el lado derecho, él se acostó en el izquierdo, nos tapamos con la sábana. Los dos estábamos completamente desnudos.

A la mañana siguiente me desperté temprano, estaba empalmado y la parte de la sábana que me cubría estaba levantada como una tienda de campaña canadiense. Carlos estaba despierto también y observaba mi polla, él me pareció que no estaba empalmado. Me guiñó un ojo y se destapó, su polla estaba entre morcillona y empalmada.

- Joder tío -le dije- no te me pongas así, que no puede ser que estemos todo el día liados. Aunque ganas no me faltan, ¿eh?

Acercó su mano a mis huevos y se puso a masajearlos, me encanta esa sensación que te estén sobando las pelotas, la polla se ponía más dura con sus movimientos. Puse mi mano izquierda sobre su vientre y fui bajándola hasta llegar a su nabo, que ya estaba duro y mojado, se lo agarré y empecé a meneársela mientras él abría las piernas. En ese momento sonó mi teléfono móvil que lo tenía en la mesilla de noche, miré la pantalla. “Número no identificado”. Se lo enseñé a Carlos que dejó de tocarme la polla y descolgué en manos libres: Buenos días tortolitos, jejejeje. Perdonad que os hayamos despertado pero hemos estado viendo los vídeos vuestros y estamos que os echamos mucho de menos. Hemos pensado que os podéis pasar por aquí ahora mismo, no preocuparos si no habéis desayunado, ya desayunaréis aquí. Os mando la ubicación y os damos media hora para que lleguéis. En cuanto estéis, llamad y os abriremos. Y no penséis en no venir, porque los treinta minutos comienzan ya, en cuanto pase ese tiempo ya sabéis qué va a pasar. Nos vemos en un ratillo, besitos para los dos, jejejeje. Y colgó.

Nos quedamos mirándonos con cara de preocupación y en ese momento sonó un archivo recibido por WhatsApp, era la ubicación.

- Joder, no nos queda otra que ir allí y ver quiénes son -le dije a Carlos- Esto queda como a unos 25 minutos de aquí, vamos a vestirnos y tiremos hacia allá. Por el camino pensamos que haremos.
- Vale pero, si nos pasa algo ¿cómo haremos para que alguien sepa todo lo que ocurre? -me dijo Carlos asustado-
- Uffff, deja que piense -le dije mientras me vestía- Deja tu teléfono cargando en la mesa del salón, mientras vamos hacia allí te mandas desde mi teléfono la grabación que les hice ayer y todos los mails y demás que he recibido, además de la ubicación. Si pasara algo, lo primero que haría la policía sería venir a mi casa y al ver tu móvil lo mirarían y vería todo lo que hay.
- De acuerdo, buena idea. ¿Dónde tienes un cargador? – me dijo ya vestido- Ya lo veo…listo, teléfono cargando y sobre la mesa del salón.

Salimos de la casa hacia donde dejé el coche aparcado el día anterior, nos montamos y nos dirigimos hacia donde nos habían mandado. Llegamos en 23 minutos, era un chalet un poco descuidado, la casa más cercana estaría como a 250 metros, con una calle de doble sentido por medio. Llamamos al portero y nos abrieron sin preguntar, me fijé que había una cámara enfocando hacia la puerta de entrada, donde estábamos nosotros. Pasamos y cerramos, nos dirigimos hacia la puerta de entrada de la vivienda, que estaba encajada. Carlos empujó la puerta y estaba oscuro su interior.

-Bienvenidos tortolitos -nos dijo la voz que nos había llamado antes- desnudaos y pasad a la tercera puerta de la izquierda, estamos aquí.

Nos miramos y encogimos los hombros, nos pusimos a desnudarnos cuando salió un joven totalmente desnudo de una de las puertas, tendría como 23 años, delgado, con el cuerpo totalmente depilado. Sin decir palabra recogió toda la ropa que íbamos dejando, una vez desnudos nos dijo que lo siguiéramos, dejó nuestra ropa en una de las habitaciones, tirándola desde la entrada. Llegamos a la tercera puerta de la izquierda, me detuve en la puerta y el chaval me empujó haciendo que entrara, seguido por Carlos.

-Vaya, vaya, estábamos a punto de mandar los respectivos correos -nos dijo el más alto y más mayor de los tres señalando al otro tipo que estaba sentado delante de un pc y tenía abierta varias direcciones de mails- Habéis llegado a lo justo. Me presento, me llamo Señor A, el que está sentado en el pc es el Señor B y quien os ha recibido y acompañado es el Señor C. A partir de ahora, cuando os dirijáis a uno de nosotros, tendréis que hacerlo de esa forma, ¿entendido?

La habitación era grande, un gran colchón estaba sobre el suelo, parecía un cochón King Size, todos ellos estaban desnudos, el Señor A tendría sobre 48 años, con bastante sobrepeso y muchos pelos de cintura para arriba, de cintura para abajo estaba depilado. El Señor B se levantó y se giró hacia nosotros, tendría unos 35 o 36 años, de buen ver, con un cuerpo con los músculos marcados, una buena polla y totalmente depilado. El señor C, como he dicho, tendría sobre los 23 años, un chiquillo, con una polla normalita, huevos depilados y algunos granos en la cara, bastante delgado bajo mi punto de vista.

-Bueno, ya que nos conocemos podéis subiros al colchón y comenzar a pajearos el uno al otro mientras miramos. -dijo el Señor A-
- A ver -dijo Carlos- tampoco es que seamos una atracción para tres tipos que no conocemos.
- Mira maricona -gritó el Señor B a Carlos- o empezáis a pajearos o me lio a ostias con los dos y acabaremos de la peor manera que se puede acabar esto.
- Venga Carlos, tranquilo -le dije en voz baja acariciándole la polla- cerremos los ojos e imaginemos que estamos solos.

Le agarré el nabo y comencé a pajearlo, tenía la polla blanda, le acaricié los huevos y nada. Él trataba de que yo em empalmara también, pero esa presión era demasiada.

- A ver -dijo el Señor A- vamos a ponerlo más fácil, sentaos el uno frente del otro con las piernas abiertas…ya sabéis qué hacer con vuestros dedos y vuestros culos, lo hemos visto. A ver si se os levantan las pollas.

Por más que hicimos, nuestras pollas estaban dormidas y lo peor es que nos estábamos poniendo nerviosos todos.

- Haced una cosa -dijo el Señor C-, comeos las bocas mientras os tocáis, los besos suelen obrar milagros jejejeje.

Nos miramos con preocupación, en todos nuestros encuentros no se nos había pasado siquiera por la cabeza el besarnos, los dos lo veíamos como una línea roja, como lo de comernos las pollas, lo veíamos más de maricón que otra cosa.

- ¡¡¡Vamos!!! Haced lo que el Señor C os ha dicho -nos gritó el Señor A-

Acerqué mi boca a la boca de Carlos, nuestros labios se tocaron, él los tenía calientes y secos, pasé la punta de mi lengua por sus labios para hidratarlos mientras mi mano en su polla comenzó a notar como ésta se agrandaba un poco. Seguí besándolo, mis labios tocaban los suyos cuando su lengua entró en mi boca y se enredó con la mía. Abrí más la boca y nuestras lenguas se enredaban dentro y fuera de la boca, notaba como se empalmaba y como mi polla crecía con su mano alrededor de mi tronco.

- Eres un crack, Señor C jajajaja -gritó el Señor B- ¡¡¡están empalmados ya!!!
-Jejejeje, los besos no fallan -dijo el Señor C agarrándose la polla- las cosas salen mejor haciéndolas con cariño jejejejeje

Teníamos las pollas muy duras, me excitaba mucho besar a Carlos y pajearlo mientras, estábamos de rodillas, en el centro del colchón con los “tres señores” a nuestro alrededor, empalmados igual que nosotros. Carlos me acariciaba los huevos buscando por debajo mi ojal, nuestras respiraciones se aceleraban. Miraba de reojo a todos ellos, todos estaban empalmados y pajeándose.

- Bien, se pone interesante -dijo el Señor B- falta que os comáis las pollas y los culos.

Al oír esto paramos de besarnos, Carlos mi miraba con cierta excitación, me acerqué lo besé en los labios y fui bajando mi boca por su cuello, me detuve en sus pezones, notaba que mi polla se endurecía mucho más de lo que estaba. Seguí bajando mi boca por su vientre, me venía el olor de su polla, olor a polla caliente. Le cogí la polla y pasé mi lengua por ella lamiendo su líquido preseminal. Pasé la punta de mi lengua por todo el contorno del glande de Carlos, notaba su respiración acelerarse y se le escapó algún gemido, froté la punta de mi lengua contra el frenillo y eso lo excitó más, le acaricié los huevos mientras cerraba mis labios alrededor de su capullo y comenzaba a mamar. Me excitaba tener la polla de Carlos en mi boca, y por lo que pude comprobar, a él le encantaba. Me cogió la cabeza imponiendo el ritmo de la mamada, lo miré a la cara y me sonrió, se notaba que le estaba gustando bastante, sus gemidos ya no los trataba de acallar y los acompañaba con el movimiento de cadera típico de follar la boca.

- Uy, uyy -dijo el Señor B sin dejar de masturbarse- esto se está poniendo muy interesante. Ahora poneos de rodillas los dos. Tenemos una sorpresa…jijiji.
- Bueno, ya tenéis lo que queréis -les dije- dejad que nos marchemos por favor.
- Shh, shhhh, solo acabamos de empezar -me dijo el Señor A acercándose y poniendo su polla delante de mi cara- Como sabemos que no os ha dado tiempo a desayunar, vamos a daros unos biberones…digamos que especiales para vosotros, jajajaja. Anda tortolito, cómeme la polla como tú sabes, como se la estabas comiendo a esta maricona.

Me agarró la cabeza y la acercó a su polla, no quería hacerlo pero estaba excitado, su polla era algo más pequeña que la de Carlos pero un poco más gruesa. Apretó su nabo conta mis labios que estaban cerrados, con la presión que estaba haciendo retiré lo que pude mi cabeza y abrí la boca, saqué la lengua y le lamí la punta del capullo, lo metí en mi boca y apreté los labios contra el tronco de la polla. Con una mano le agarré el nabo mientras con la otra le acariciaba las pelotas, que eran bastante más grandes que las nuestras y más colgonas. Notaba las venas hinchadas de su polla en mis labios, y eso me excitaba más. Le agarré las pelotas tirando un poco hacia abajo, las solté y le metí la mano entre sus piernas buscando su culo, le pasé el dedo por su ojal, de repente me dio un guantazo que sonó más fuerte que el dolor que me produjo.
- No te equivoques conmigo tortolito -me dijo agarrándome de la barbilla- no soy maricón como vosotros. Mi culito no es para meter nada, ¿lo entiendes?
- Sí, sí Señor A, lo siento -le dije arrepentido- No volverá a pasar.

Miré hacia Carlos, se estaba comiendo la polla del señor B, su polla era más grande, mediría unos 19 o 20 cm, con un capullo rosado que resaltaba con lo oscura que era la piel de su nabo, con una mano le tenía cogida la polla meneándosela mientras se la mamaba, y con la otra mano se pajeaba, se le veía la polla muy dura. De vez en cuando soltaba un gemido de placer. Giré mi vista hacia el Señor C, estaba cerca de mí con la polla tiesa, se la meneaba y le caían hilos de líquido preseminal al colchón. Le agarré la polla con la mano que tenía libre, él se acercó más a mí y empecé a pajearlo. Alternaba sus pollas en mi boca, me excitaba el tener una polla en la boca y otra esperando para ser chupada. No entendía la excitación tan grande que tenía, viendo que nos estaban obligando a hacer cosas que jamás se me habrían pasado por la cabeza, cosas que en principio, no consentiría pero que las estaba disfrutando. Mi polla estaba extremadamente dura y segregaba un hilo de líquido preseminal que caía sobre el colchón formando una buena mancha húmeda.

- Sigue chupando así, tortolito -me dijo el Señor A mientras notaba su polla con contracciones- Vas a ser el primero en desayunar por lo que veo, jejejeje.

Me cogió de los pelos y levantó mi cabeza, se puso a meneársela con movimientos más acelerados cada vez mientras gemía y jadeaba. Yo le acariciaba las pelotas esperando sentir su leche caliente contra mi cara. Al poco tiempo sus gemidos fueron más fuertes y, notaba en sus huevos las contracciones para eyacular. Al instante noté como el primer trallazo de leche me llenaba la frente, me caía en los ojos, me taponaba la nariz y caía parte en mis labios.

- Uffff, cabrón cómo la chupas, jejejeje -entre suspiros me dijo el Señor A- Anda y límpiame la polla…ummmm ¡¡¡qué bien la comes!!!

Observé como el Señor B follaba la boca a Carlos, lo tenía cogido por la cabeza y su polla entraba y salía de su boca provocándole, a veces algo de nauseas pero que, a pesar de todo, Carlos no paraba de pajearse. En ese momento, el Señor B le sacó la polla de la boca y, sin meneársela su leche salió despedida con fuerza contra la cara y la boca de Carlos. El señor B no paraba de gemir ni de soltar leche, Carlos tenía la cara totalmente embadurnada en semen. Cuando acabó correrse me miró y sonriendo mi dijo:

- Vamos, ¿a qué esperáis? Tenéis los dos las caras llenas de lefa, limpiárosla el uno al otro, joder…

Nos acercamos de rodillas los dos, nos abrazamos y comenzamos a besarnos, procurando lamernos la lefa de la cara. Carlos me agarró la polla y comenzó a meneármela, cosa que me puso a mil. Ya teníamos las caras limpias cuando el Señor C, el más joven, metió su polla por medio de nuestras bocas.

- Venga, ahora dos bocas para mi polla -dijo excitado- comédmela entre las dos zorritas…

Empezamos a pasar nuestras lenguas por su polla, de vez en cuando nuestras lenguas se enredaban, cosa que me excitaba muchísimo y a Carlos también, lo notaba. Con una mano cada uno, cogimos la polla del Señor C y se la chupábamos a la vez que lo pajeábamos, mientras que con la mano libre nos pajeábamos el uno al otro. No aguantó mucho el Señor C, al momento se puso a jadear diciendo que se corría. Los trallazos que soltó nos llenaron las caras de los dos, que seguíamos chupando y pajeándolo, Carlos se metía la polla entera en la boca, la chupaba y se la sacaba para besarme metiendo su lengua en mi boca, yo hacía lo mismo hasta que el Señor C se alejó de nosotros. Nos abrazamos besándonos y pajeándonos hasta que noté que me iba a correr.

- Más rápido Carlos, dale más rápido cabrón -le dije al oído, no quería que los Señores se enteraran- me corroooo

Llené el vientre y las manos de Carlos de mi leche. Se puso a gemir y notaba que se iba a correr, aceleré el movimiento de mi mano hasta que noté como me llenaba la barriga, el vientre, las manos de su lefa. Nuestras lenguas no paraban de enredarse con la del otro. Una vez acabamos, nos separamos. Los Señores se pusieron a aplaudir y silbar.

- Vaya polvo hemos echado todos, jajajaja -dijo el Señor B- No disimuléis, que sabemos que os ha encantado, como a nosotros ¿verdad que sí? Jajajaja Ya os podéis vestir, y estad atentos al teléfono, que os llamaremos pronto, esta fiesta no ha terminado aquí…por cierto, para la próxima quedada venid con los culitos preparados, tenemos que ver como os dais por el culo, y si alguno de nosotros quiere daros…pues también. Hoy ya no tenemos tiempo, creo que para ser la primera vez ha estado bastante bien.
- ¿podemos asearnos? ¿darnos una ducha? Vamos muy llenos de todo…
- A ducharse a casa, aquí no estamos para duchas ni masajes ni mariconadas de esas, tortolitos -gritó el Señor B- Así que a vestirse o salís en bolas, de vosotros depende.

Nos dirigimos hacia donde vimos que el Señor C echó nuestra ropa al suelo de otra habitación, nos vestimos rápidamente y salimos todo lo rápido que pudimos de allí. En cuanto entramos en el coche, nos quedamos en silencio, ninguno de los dos queríamos hablar, olíamos a semen, a sexo…

- No sé qué decir Nico -me dijo Carlos- He notado que te excitabas con algunas cosas, igual que yo. Cuando nos hemos besado ha sido la ostia, cuando me la mamaste de primera…uffff. No entiendo porqué me he excitando tanto Nico. ¿Será porque soy homosexual y me he dado cuenta hoy? ¿Cómo es posible que ellos supiesen que nos excitaríamos? Estoy avergonzado, tío, tengo ganas de llorar…

- Hey, relájate Carlos -le dije abrazándolo- No pienses tonterías, es bastante fuerte lo que nos está pasando pero no te alteres, verás como todo tiene solución. Vamos a casa y nos duchamos allí, con tranquilidad estudiaremos las posibles soluciones que hay y verás como todo se aclara. Si te sirve de consuelo, sí que me he excitado besándonos, comiéndote la polla, con solo abrazarnos he notado como mi polla se excitaba…¿significa eso que soy maricón? Pues no, significa que me excita estar así contigo…aunque también me he excitado cuando se la he chupado a los dos a la vez…No sé qué pensar.

- Venga, vámonos para la casa. Ahora veremos las posibles soluciones.

Arranqué el coche y fuimos a mi casa. Aparqué en la puerta, ya me daba igual la vecina cotilla, abrí la puerta de la casa y entramos.

- Yo me voy a duchar en la ducha de mi dormitorio, si quieres puedes ducharte en la de ese cuarto de baño -le dije a Carlos- Por cierto, parece que has tenido una llamada a tu teléfono.

Carlos se acercó a la mesa donde dejó su teléfono cargando, lo cogió y vio la llamada perdida.

- Es de Carmen, me ha mandado un WhatsApp también. Voy a llamarla -dijo Carlos un poco extrañado-
Se sentó en el sofá esperando que Carmen contestara, cosa que no pasó.
- Debe de estar ocupada, después la vuelvo a llamar -me dijo con tristeza en la cara
- Voy a ducharme si no te importa.
- Qué me va a importar, joder -le dije intentando que la cosa fuese lo más normal del mundo- vamos tío, duchémonos juntos, después de todo lo que llevamos vivido…jajaja

Nos metimos en la ducha de mi habitación, el plato de ducha es bastante grande y cabíamos sin problema y sin estar pegado el uno al otro. Aprovechamos y nos frotamos mutuamente, nos enjabonamos y nos enjuagamos. Cuando nos estábamos terminando de enjuagar, nos acercamos sin darnos cuenta. Carlos me miró a los ojos y acercó su boca a la mía. Yo me dejé hacer, cerré los ojos y noté como sus labios besaban con suavidad los míos, abrí mi boca y si lengua entró en ella buscando la mía, él me tenía cogido por la cintura, yo le eché los brazos por su cuello y lo atraje para mí.

- Parece que no tenemos final, Nico -me dijo suavemente- Me gusta estar contigo así contigo. Pero tenemos un pequeño problema y sabes cuál es.
- Lo sé -le dije asintiendo- el que nos van a obligar a darnos por el culo mutuamente…
- Así es, y prefiero hacerlo primero sin ellos delante -me dijo- los dos a solas.
- Lo veo bien -le dije- es mejor a solas que con ellos delante.

Salimos de la ducha y nos secamos mutuamente, mientras me secaba no paraba de besarme, lo que hacía que mi polla se empezara a levantar como la suya. Nos fuimos a mi dormitorio, delante de la cama lo abracé y nos comimos las bocas.
-¿Quién va a dar primero? -le pregunté- A Irene le gusta el sexo anal, así que algo de experiencia tengo en dar, usamos un lubricante especial que guardamos en este cajón. ¿A Carmen le gusta por el culo?

-Jajaja, sí también, es más le encanta más que por delante y tiene una ventaja…que no hace falta condón -me dijo excitado- Lo primero que hago es dilatarle el culo con el lubricante y metiéndole un dedo, después otro y así hasta que lo tenga bien abierto. Generalmente le meto 3 o los 5 dedos, cuando le meto la polla tengo que ir lentamente, y una vez que la tiene dentro entera, esperar que su culo se relaje para que no se cierre con el mete y saca, ya que le produce más dolor.

-Pues bueno… empieza conmigo -le dije a Carlos un poco excitado- a mí me gusta comerle el culito a Irene, no estaría mal que me hicieras lo mismo…y ya me tienes en tus manos…pero si te digo que pares, para.

Nos pusimos a besarnos mientras nos tumbábamos en la cama, nuestras lenguas se enredaban, nuestras manos buscaban las entrepiernas, de vez en cuando nuestros dedos buscaban los culitos. Estábamos muy excitados, y eso se notaba en nuestras pollas, duras y mojadas; en nuestras respiraciones, muy alteradas; en nuestros gemidos, muy calientes. Su dedo dio con mi ojal, con su yema lo acariciaba en círculos, eso me excitaba. Me giró y me puso bocabajo, me besó en la nuca y fue bajando por mi espalda, besando y lamiendo, llegó a mis nalgas, las besaba, las lamía y las mordisqueaba. Me abrió un poco las nalgas y metió su boca entre ellas. Noté como la punta de su lengua lamía mi ojal, no había notado nunca un placer semejante, lo lamía y me penetraba solo un poco; mi culo pedía más, yo pedía más, solo quería que me follase con la lengua…y eso hizo. Su lengua entraba en mi culo más cada vez, pero tenía que meter un dedo porque mi culo estaba cerrado y su lengua no podía librar ese cierre para entrar. Así que con la yema de un dedo y sin dejar de besarme las nalgas, fue masajeándolo y apretando hasta que la primera falange entró…me encantó. Quería más y se lo hice saber levantando mi culo contra su dedo, apoyó otro dedo en mi ojal, éste ya iba lubricado, y entró con apenas resistencia. Notaba un poco de quemazón pero quería más, llegó el tercer dedo, bien lubricado también. Ese sí quemaba más y se lo dije a Carlos, sacó los tres dedos y los volvió a meter pero los tres a la vez, mientras que me besaba la boca. Yo le tenía la polla agarrada y se la meneaba, me incliné sobre su polla, dejando el culito levantado, noté como los tres dedos entraban hasta el fondo. Comencé a comérsela mientras sus dedos seguían dentro de mí. Sus dedos empezaron a hacer el movimiento del mete y saca, ya estaba muy excitado.

- Túmbate bien que me voy a sentar en tu polla, cabrón -le dije sin siquiera pensarlo- Necesito que me empales ahora.

Se tumbó bocarriba, me coloqué sobre él mientras me abría las nalgas, me había echado una buena cantidad de lubricante en el culo y en su polla. Encaré su polla en mi ojal y me senté lentamente sobre ella, quemaba y dolía, Carlos no paraba de besarme y abrirme las nalgas con las manos. Su capullo entró, más que dolor quemaba. Esperé un poco y seguí metiéndomela despacio, notaba como me abría por dentro, dolía y seguía quemando, pero sentía placer. Me apoyaba con las manos en el pecho de Carlos, me miraba con atención, atento a alguna señal de dolor. Seguí sentándome sobre su polla hasta que noté como mis nalgas se apoyaban en sus muslos y en su vientre. Una sonrisa se me dibujó en la cara, cuando Carlos la vio, me sonrió también. Esperé a que mi culo se relajara y comencé a moverme arriba y abajo lentamente. Carlos me sonreía, gemía de placer, yo estaba en las nubes, no podía hablar, solo gemir.

- Ahora entiendo por qué a Carmen le gusta más por el culo que por el coño, joder tío -le dije entre gemidos- Y porqué le gusta tanto a Irene…



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Capítulo 3


Estaba erguido sobre Carlos, con su polla dentro sintiendo un placer enorme, él me acariciaba los pezones y, de vez en cuando me agarraba la polla pero yo hacía que la soltara. No quería que me la meneara y correrme pronto sintiendo lo que estaba sintiendo con esa intensidad. Para evitarlo, me incliné hacia él y le besé los labios, su boca se abrió y su lengua apareció buscando la mía, nuestras lenguas se enredaron, mis manos acariciaban su pecho, su cuello, su cara, su pelo…él gemía más intensamente y aceleró el movimiento, me agarró de las caderas y me levantaba y me dejaba caer sobre su polla al ritmo que impuso con sus caderas. Comencé a notar como su polla tenía pequeños espasmos a la par que gemía con más ímpetu, ya sabía lo que iba a pasar. Noté como parecía que su polla se dilataba y contraía con rapidez dentro de mi ano, sus gemidos eran bastante fuertes y en ese mismo instante noté como se corría, como un líquido viscoso y caliente entraba dentro de mí, él se retorcía de placer y yo alucinaba del gusto que me estaba dando. Apretaba su boca contra la mía como apretaba su pelvis contra mi culo, hasta que dejó de correrse y paramos de besarnos.

-Santo Dios -me dijo medio riéndose y queriendo coger aire- Creo que ha sido el polvo más intenso que he echado en mi vida. Ahora quiero cambiar, aunque me haya corrido quiero que me la metas.

-Ahora vas a esperarte un momento -le dije levantándome con la mano tapando mi ojal para que nada cayera sobre la cama- Tengo que evacuar todo lo que me has echado dentro, cabrón…jejejeje.

Me levanté intentando que nada saliera y fui corriendo al baño, me senté en el inodoro y aquello salió como una ducha. Me limpié y fui a la cama, yo seguía empalmado, me tumbé junto a Carlos que aún tenía la respiración acelerada. Mi culo me molestaba ahora un poco, al limpiarme vi que había restos de sangre en el papel, se lo dije a Carlos.

-Me has roto el culo, cabrón -le dije sonriendo- he echado un poco de sangre y me molesta un poco. Ahora no te va a librar nadie de que te dé por el culo…

Mientras le decía esto me besaba los pezones y subía buscando mi boca. Me besó, nos besamos y la temperatura fue, de nuevo, en aumento. Su polla estaba fláccida, pero la mía estaba bien dura. Nos acariciábamos por todo el cuerpo.

-Nico, dilátame el culo, quiero tenerte dentro -me dijo excitado y girándose para ponerse bocabajo-

Le abrí las nalgas con las dos manos, tenía un ojal grande, le metí un dedo y suspiró. Acerqué mi boca y le pasé la punta de la lengua por su ojal, se notaba áspero con un sabor distinto, parecido a cuando le como el culo a Irene, pero el de Carlos es más intenso. Empujé mi lengua y logré meterle la punta de la lengua, mientras él me acariciaba los huevos y la polla. Cogí el tarro de lubricante y le unté el culo y mi dedo. Le puse el dedo índice en el ojal y entró como si nada, sin ninguna resistencia, metí un segundo dedo y pasó lo mismo, ya con el tercer dedo si noté algo de resistencia pero no mucha.

-Cabrón, ¿te la han metido alguna vez? -le dije intrigado- Tienes el culo abierto.

Mis tres dedos estaban dentro de Carlos, notaba mucho calor en su interior.

-A veces me meto un par de dedos cuando me pajeo -me dijo excitado- y Carmen, más de una vez, ha jugado con uno de sus dildos en mi culito.

-O sea, que eres una putita -le dije levantándolo por la cintura para ponerlo a 4 patas- Pues ahora mismo vas a ser mi zorra, voy a darte por el culo como no lo ha hecho Carmen con su dildo.

Le embadurné bien el culo del lubricante como mi polla, me coloqué detrás observando esa maravilla de culo, como le colgaban las pelotas y la polla aparecía morcillona. Puse mi capullo en su ojal y empujé con suavidad, entraba sin resistencia. En cuanto entró el glande, me detuve.

-Sigue cabrón, no te pares -me dijo excitado- ¡Dios, cómo me gusta!

Él empujaba su culo hacia mí, le agarré de las caderas y se la metí de golpe. Gritó y jadeaba, pero se movía hacia delante y hacia atrás, al ritmo que yo marcaba. Notaba su culo caliente y las rugosidades que hacen que el dar por culo sea totalmente distinto a follar un coño, no es ni mejor ni peor, es distinto. Aceleré el movimiento, los gemidos salían de mí sin pretenderlo, al igual que él gemía y jadeaba como una novia la noche de bodas. Notaba que me iba a correr, esa sensación que empieza en la base de los huevos y, como una corriente eléctrica, sube hasta el vientre.

-Me corro cabrón -dije acelerando mucho más el movimiento-

Me agarré a sus caderas y me quedé clavado, apretando mi pelvis contra sus nalgas, soltando toda mi leche dentro de él.

-Sí cabrón -me decía entre gemidos- Préñame, préñame.

En cuanto acabé, le saqué la polla del culo y se lo taponé con una mano, por debajo de sus pelotas pasó su mano sustituyendo a la mía, se levantó de la cama y fue al baño. Cogí un pañuelo de papel y me limpié la polla, tenía restos de sangre, semen y heces. Carlos regresó al ratillo, ya vacío y limpio.

-Ha sido la ostia, tío -me dijo en cuanto se tumbó a mi lado- ahora entiendo porque a mi mujer le gusta por el culo.

-Bueno, parece ser que tú algo sabías de ser penetrado -le dije entre risas- No eras virgen de culo como yo, jajajaja

-A ver, te explico -me dijo volviéndose hacia mí- A veces, cuando me pajeo, me meto uno o dos dedos, me excita mucho. Además, algunas veces cuando follo con Carmen, coge uno de los consoladores y si le estoy dando por el culo, ella se lo mete en el coño, pero también aprovecha y me pone a 4 patas, metiendo un poco el consolador. Ella sabe que me excita mucho. No creo que sea maricón.

-Bueno, acabamos de darnos por el culo los dos -le dije mirándolo a los ojos- Tampoco me considero maricón, homosexual o como quieras llamarlo, pero lo cierto es que nos hemos roto el culo el uno al otro…y nos gusta follar coños, con lo que entiendo que somos bisexuales. De todas formas, la forma en que nos denominemos no es relevante. Lo importante es que estos tipos nos llamaran para ver como nos damos por el culo el uno al otro…

-O nos dan ellos -me cortó Carlos-

-O nos dan ellos -repetí asintiendo con la cabeza-

Nos quedamos un rato más en la cama, yo tenía que llamar a la empresa, pero antes tenía que tener claro qué hacer, si pedir un par de días más o ir al día siguiente a trabajar. Nos levantamos para hacer la comida y tomar algo. Nos quedamos en bolas los dos, nos metimos en la cocina y nos pusimos a preparar alguna cosilla para picar. Cuando ya teníamos la comida medio preparada, salí al salón para llamar a la empresa, les pedí tres días más que me dieron sim problema, hay que tener amigos hasta en el infierno me decía mi padre.

Carlos hizo un arroz con costillas y estábamos esperando que reposara un poco, abrí una botella de tinto, Granza crianza de 2018, de Matarromera. Empezamos a beber esperando que el arroz acabara de reposar. Me acerqué a Carlos y le besé en los labios, me miró fijamente y me devolvió el beso pero esta vez con lengua. Me acarició las nalgas y yo le abracé con fuerza. Me sentía muy bien con él, me inspiraba seguridad, paz…me gustaba estar con él, abrazarlo, besarlo…

-Bueno, a esperar unos minutos más para probar el arroz -me dijo sin separarse de mí- Este vino está buenísimo.

-Ya te digo -le contesté acariciándole las nalgas- ¿sabes que eres el único hombre que me pone?

-Bueno, bueno…-contestó riéndose- Eso se lo dirás a todos…jajajaja

Nos separamos sin parar de besarnos, en ese momento sonó mi teléfono.

-¿hola? -contesté mirando preocupado a Carlos-

-¡¡¡Holaaa mi vida!!! -era Irene, no me había dado por mirar quien llamaba- ¿cómo estás?

-¡¡¡Hola corazón!!! -le contesté con la misma euforia- Echándote de menos mucho, estoy con Carlos en casa. He pedido los días que me debían en la empresa y hemos organizado unos días de pesca y de estar juntos, nos estamos poniendo al día. Hasta se queda a dormir aquí en casa. ¿cómo estás tú?¿Todo bien?

-Genial, estamos muy bien -contestó- Ahora mismo tenemos un pequeño descanso y he decidido llamarte. Ahora se explica porqué Carlos no coge el teléfono de su casa. La vecina cotilla tiene que estar que ni duerme vigilándote, jajaja. Parece que nos quedaremos un día o dos más, ajustaron el tiempo demasiado al límite y parece ser que no dará tiempo a darlo todo. De todas formas ya te iré diciendo… Carmen me dice que te dé un beso y otro para Carlos, pero ese no igual que el que es para ti, eso lo digo yo, jajajaja. Nos llaman ya, un beso mi vida, te quiero muchísimo, ya te voy diciendo. Te dejo, mi amor.

-De acuerdo, corazón, te amo. Ya vamos hablando -le contesté-

Nos sentamos a comer en el salón, pusimos la mesa y nos sentamos a ella en bolas, aún seguían los slips en lo alto de la mesa, los slips que no nos habíamos puesto, y que ya no nos pondríamos. Los recogí y los puse en el cajón de mi ropa interior. El arroz estaba espectacular, comimos dos platos cada uno, y de postre un poco de helado.

-¿Te apetece una copa? -le pregunté- Yo voy a tomarme una ginebra con refresco de limón.

-Si tienes whisky, me tomaré uno con cola -me contestó mientras se levantaba y recogía la mesa-

Preparé las copas mientras Carlos colocaba los platos en el lavavajillas y fregaba la paellera. Yo lo observaba desde la puerta de la cocina con las copas ya preparadas en la mesa del salón.

-¿Qué miras? -me dijo algo nervioso- Pareces que nunca has visto a un hombre desnudo…jajajaja

-Ahora que lo dices -le dije acercándome- nunca he visto un cuerpo masculino desnudo salvo el mío.

Se secó las manos una vez hubo acabado de fregar y se dirigió a la puerta donde yo estaba. Me besó en la boca y, acariciándome las nalgas, se escabulló hasta la mesa del salón, donde cogió la copa y se sentó en el sofá.

-Pues cuando quieras mirarme de cerca, solo tienes que decírmelo -me contestó echándose hacia atrás y abriendo las piernas-

-Ufff, vamos a tranquilizarnos un poco -le dije sentándome junto a él y con la copa en la mano- Llevamos polvo tras polvo desde que nos hemos reencontrado. Creo que ni en mi noche de bodas me he corrido tantas veces…

-Tienes razón, me dejo llevar por lo que quiero y no puede ser -me contestó acercando la mano a mis muslo derecho- Tenemos que pensar qué vamos a hacer cuando nos llamen.

Estuvimos hablando un buen rato, viendo las posibilidades que teníamos y lo que podría pasar…pero no atinábamos a dar una respuesta correcta a lo que ellos nos pudieran pedir. En una palabra, teníamos todas las de perder.

Acabándonos las copas, sonó el timbre de la puerta, Carlos me miró serio, haciendo una mueca con la cara y encogiéndose de hombros. Fui hasta la habitación, me puse un pantalón de pijama corto y me acerqué a abrir. Miré por la mirilla y me volví hacia Carlos.

-Es el Señor C -le dije en voz baja y con cara de preocupación-

Abrí la puerta y allí estaba el Señor C, con un uniforme de seguridad privada y una bolsa de deportes en la mano.

-Buenas tardes Nicolás -me dijo nervioso- soy Marcos, el Señor C…¿puedo pasar?

-No, no puedes pasar -le dije bastante enojado- ¿cómo te atreves a venir a mi propia casa? ¿qué coño pretendes?¿Qué quieres de nosotros?

-Sólo pretendo hablar, nada más -me dijo sin responder a ninguna de las preguntas que le formulé- Quiero sincerarme con vosotros, solo eso.

Carlos me puso la mano sobre el hombro, se había puesto una toalla alrededor de la cintura. Con un gesto me indicó que lo dejara pasar. Abrí la puerta y le hice una señal a Pedro para que pasara.

-Buenas tardes Carlos -dijo nervioso- tengo que contaros algunas cosas, ¿me puedo sentar?

-Siéntate en esa silla -le dije serio- no me apetece nada oírte y mucho menos tenerte aquí, pero Carlos me ha indicado que te deje pasar. ¿Qué tienes que contarnos?

Carlos y yo nos sentamos frente a él, en otras sillas. Se le notaba nervioso.

-No sé por dónde empezar -dijo- Quiero que sepáis que no estoy nada de acuerdo en lo que os están haciendo ellos, he dejado el grupo, bueno el grupo y el trabajo, esta tarde me marcho al norte, con mi hermana. Pero antes quería pediros perdón por lo que ha pasado.

-Joder, pues bien que nos pusiste la polla en la boca -le dije cada vez más irritado- Para no querer hacerlo, bien que lo disfrutabas, y te corriste.

-Lo siento, pero estaba muy excitado, me excitáis mucho los dos -nos dijo queriendo soltar todo lo que tenía dentro- Yo soy bisexual, y ellos me han hecho algo parecido a lo que os están haciendo a vosotros. Me veía con un chico de mi edad, es cierto que a veces follábamos cuando yo tenía turno de noche en el edificio que tenía que vigilar, y por eso estos cabritos nos pillaron, me extorsionaron a mí. Mi amigo no tenía trabajo, no era de aquí, en una palabra, no había manera de chantajearlo, pero a mí sí. Trabajo en la misma empresa que ellos, así que haceros una idea de lo que tuve que hacer para que no le mandaran un mail ni a mi familia ni al trabajo. Desde comerles la polla hasta ponerles el culo.

-A dónde quieres llegar contándonos eso -le dijo Carlos- No podemos ayudarte, ¡¡¡nos tenéis cogidos por los huevos!!!

-No, yo no. Os estoy diciendo que lo dejo todo y me marcho -dijo aparentando cada vez estar más afligido- Si me dejáis, os cuento todo lo que sé.

-Vale, empieza a hablar -le dije cada vez más cabreado- Quienes son, como fue posible que nos grabaran, como sabían nuestros nombres y los de nuestras mujeres… queremos que nos cuentes todo.

-Bien, empiezo desde el principio -dijo acomodándose en la silla- El señor A se llama Emilio y el Señor B se llama José Carlos, aunque prefieren que le llamen Pepeca. Los tres trabajamos en la misma empresa de seguridad, bueno yo acabo de renunciar al trabajo. Pepeca y Emilio trabajan de seguratas en la empresa de vuestras mujeres, Pepeca es un as con los ordenadores, con la electrónica en general. Conoce a casi todos los miembros de las familias de los trabajadores de la empresa de vuestras esposas porque ha hackeado los programas de gestión y personal de esa empresa. Y, como le pasa a la gran mayoría de la gente, las redes sociales actúan como un escaparate para poder ver las caras de esos familiares…como en el caso vuestro.

-Algo así pensábamos que podría ser -le dije interesado en que prosiguiera- ¿cómo nos grabaron?

-Bueno, eso es fácil. La zona donde fuisteis a follar, bueno a pajearos, es conocida por toda la ciudad -dijo Pedro- El muro que usasteis como protección, hace el efecto contrario. Tiene unas pequeñas cámaras camufladas en él que dan a la habitación que hay al otro lado del muro de ese edificio medio abandonado, en la que todas las imágenes se guardan…

-Y entiendo que ese es el edificio donde follabas con tu amante, ¿me equivoco? -le interrumpió Carlos-

-Así es, eres listo Carlos -respondió- Y ahí es donde tiene el ordenador y se van grabando las imágenes, también puede mover las cámaras a su gusto, son motorizadas. Cuando os vio la primera vez, vuestras caras le sonaban. Solo tuvo que echar mano de los archivos que tiene de todo el personal mediante un programa que busca las caras coincidentes…y así dio con vosotros. Se llevó una gran alegría porque les gustáis mucho. Buenos, nos gustáis a los tres. Sé que hay más gente metida, que están por encima de ellos, pero no sé quienes son. Sé que les suele pasar algunos vídeos a esas personas, pero no sé más. Ni cuántos son ni quienes son. Es todo lo que sé.

-Vale, ¿cómo podremos entrar en esa habitación? -le pregunté-

-Bueno, es complicado -contestó- pero os he traído una llave del cierre que tiene la habitación, es un candado de alta seguridad, con una llave especial que os he traído.

Subió la bolsa a la mesa y rebuscó en uno de los bolsillos hasta que sacó una llave, de esas que tienen algunas puertas de seguridad. La dejó sobre la mesa.

-Espero estar haciendo lo correcto -me dijo con los ojos llorosos- Creo que lo hago, pero sé que a mi familia les va a llegar todo lo que tienen, y es lo que me preocupa.

Me dio bastante pena y lo abracé, rompió a llorar. Realmente era solo un crío que habían extorsionado al igual que a nosotros. Carlos se unió al abrazo.

-Y ahora ¿qué vas a hacer? -le pregunté emocionado- ¿cuándo te vas al Norte?

-No quiero ir a la casa donde tengo una habitación alquilada -dijo recuperándose un poco- Todo lo que tengo lo llevo en esta bolsa. Me desharé del uniforme y mañana por la noche saldré en tren hasta el Norte.

-¿Dónde te vas a quedar mientras? -le preguntó Carlos- Sabes que en un rato comenzarán a buscarte.

-Ellos trabajan esta noche, bueno desde ahora mismo no podrán ni buscarme, ni creo que se hayan enterado aún de lo que estoy haciendo -dijo mirando el reloj de muñeca- Hasta mañana al medio día o algo más no se enterarán. De todas formas, he tirado mi teléfono móvil al puerto, por si Pepeca pretende encontrarme por la ubicación, y he comprado uno nuevo. Y ahora os dejo solos, ya no os molesto más.

Cogió la bolsa y se disponía a salir, cuando lo agarré del brazo.

-¿Tienes algún sitio donde quedarte mientras? -le pregunté-

-No, me iré a un centro comercial o a un polígono industrial donde poder esconderme hasta que pueda ir a la estación.

-Vamos a ver -le dije ya bastante preocupado- Te vas mañana por la noche, tienes el tren desde aquí, lo primero que harán será buscarte en la estación de tren o de autobuses. Joder, piensa un poco. Vamos a ver, lo suyo es que pilles un AVE, por ejemplo desde Málaga a, digamos Zaragoza, nosotros podremos llevarte hasta la estación de Málaga, y mientras puedes quedarte aquí, en mi casa.

Miré a Carlos que me sonrió y me pasó una mano por la nuca, en modo de caricia.

-Te podemos sacar el billete de AVE por internet -dijo Carlos-

-No sabéis lo agradecido que estoy, pero os debo mucho más, os he hecho daño -dijo sollozando-

-A ver Pedro -le dije medio enfadado- has venido a ayudarnos y ahora te queremos ayudar nosotros, no lo hagas más difícil, ¿de acuerdo?

Volvió a echarse a llorar, y lo volví a abrazar hasta que se calmó. Cuando nos soltamos, vi que Carlos se había empalmado, se le notaba el bulto por encima de la toalla, y se lo disimulaba colocando sus manos por delante.

-Venga Pedro, pasa a esa habitación y te quitas el uniforme, si quieres puedes ducharte -le dije con voz calmada, intentando relajarlo- y relájate un poco, todo se va a solucionar bien.

-Muchas gracias Nicolás -me dijo sonriendo- no sabes lo que esto significa para mí. Estoy en deuda con vosotros.

Se marchó a la habitación, miré a Carlos que seguía empalmado. Le hice un gesto con los hombros señalando su bulto, me miró y abrió las palmas de la mano indicando que era superior a él.

-Joder, me has calentado las veces que te he visto abrazarlo -me dijo al oído excitado mientras pasaba su mano por mi paquete- Tengo ganas de ti, cabrón.

-Calla joder, que me vas a poner cachondo -le dije entre risas- también tengo ganas de ti.

Nos abrazamos y nos dimos un par de besos, a Carlos se le cayó la toalla. Cuando nos separamos, Pedro estaba apoyado en el quicio de la puerta mirándonos, desnudo de cintura para arriba.

-Perdón, no quiero molestar -dijo apurado- Solo quería una toalla para la ducha, si me dices donde está la cojo y me ducho.

-Pedro ven -le dijo Carlos- No te cortes, joder.

Pedro se acercó a los dos, Carlos le acarició el pecho mientras me besaba, yo agarré la polla de Carlos, Pedro me bajó el pantalón del pijama que llevaba puesto y mi polla salió como un resorte.

-Jajajaja joder, que polla tienes -me dijo Pedro-

-Estoy viendo lo que va a pasar…-dije excitado- vámonos al dormitorio.

Nos metimos en el dormitorio, yo me quité el pantalón del pijama de camino a él, Pedro se iba quitando el pantalón también y Carlos me acariciaba las nalgas. Una vez los tres desnudos, Pedro se arrodilló y comenzó a chuparnos las pollas mientras Carlos y yo nos besábamos, nuestras lenguas se enredaban entre sí, Carlos me agarraba de la cintura mientras yo acariciaba sus nalgas. Pedro se metió mi polla hasta el fondo mientras me masajeaba las pelotas, sabía comer bien una polla, notaba su lengua como recorría el tronco de mi nabo, desde las pelotas hasta la punta, y se esmeraba lamiendo el frenillo. Carlos me giró y se colocó detrás de mí, Pedro seguía tragando mi polla, y yo notaba la verga de Carlos entre mis nalgas, cosa que me excitaba mucho. Comenzó a besarme el cuello, mis caderas comenzaron a moverse como si estuviese follando la boca de Pedro. Carlos levantó a Pedro y se puso a comerle la boca mientras yo lo masturbaba y acariciaba sus pelotas. Su polla era más chica y delgada que las nuestras, pero extremadamente dura, normal a esa edad. El capullo era rosado, y su piel un poco más oscura que la de su cuerpo. Tenía unas venas hinchadas que le recorrían el tronco.



Me subí al cochón y me senté en la parte de arriba de la cama, en el centro, con mis piernas abiertas, Pedro se arrodilló delante de mí e inclinó la cabeza comiéndome el nabo y dejando su culo levantado. Carlos se le acercó por detrás con la verga tiesa, me miró y me guiñó un ojo.

-Pedro, vas a ser el segundo tío al que le voy a dar por el culo -le dijo excitado- Veo que tienes el culito abierto como el coño de una mujer madura. Nico, ¿dónde está el lubricante?

-En el primer cajón de esa mesilla -le dije señalándole con la mano- vamos a turnarnos para darle por el culo…

-Ummm, no sabéis cuanto lo deseo -dijo Pedro excitado- Pero también quiero daros yo, este juego va de dar y recibir.

Carlos untó el culo de Pedro con el lubricante, le pasó la polla por el ojal y refregó el lubricante sobrante por su polla. Le agarró las caderas y colocó el capullo en el ojal. Se la metió del tirón, sin ningún tipo de delicadeza.

-Ufff joder Carlos, que duele, coño -gritó dolorido- Pero gusta también cabrón. Ummmmm, dame bien……diosssss

No paraba de gemir y de decir cosas por el estilo, le agarré la cabeza y le obligué a seguir comiéndome la polla.

-¿no te decían de pequeño “come y calla? -le dije empujando su cabeza contra mi polla dura- Pues eso, ponlo en práctica.

Carlos me sonreía mientras se follaba a Pedro, tenía cara de placer y yo quería follármelo también, mejor dicho follármelos, a los dos. Empezó despacio, Pedro gemía mientras se oía el sonido del frotamiento entre la verga de Carlos, el culo de Pedro y la cantidad de lubricante que tenía, ese típico “plof, plof, plof” que todos conocemos. Pedro chupaba mi polla al ritmo que Carlos mandaba con las embestidas que metía, a veces se sacaba mi polla de la boca para pedirle que le diera más. Carlos aceleró el movimiento, Pedro se sacó la polla de su boca y se acercó a mí, comenzó a comerme la boca mientras gemía y jadeaba. Su boca sabía a polla, a sexo; su lengua se enredaba con la mía, acariciaba mis labios mientras se acentuaba el movimiento de su cabeza debido al aumento en la fuerza de las embestidas que le daba Carlos.

En ese momento Carlos sacó su polla del culo de Pedro, me miró y se vino, de rodillas, hacia mí. Buscaba mi boca, quería besarme y yo me moría de ganas por besarlo, nos abrazamos y nos besamos mientras Pedro nos pajeaba a ambos. Me puse de pie en la cama, Carlos ocupó mi lugar y yo me coloqué detrás de Pedro, su culo estaba totalmente dilatado, se le veía el interior bastante rojo y brillante. Lo agarré de las caderas, coloqué mi nabo en su boquete abierto, y mi polla entró con mucha facilidad.

-Joder, qué abierto tienes el culo -le dije a Pedro- vamos a tener que meterte las dos pollas, cabrón.

-Ummm, no es mala idea -me dijo mientras lamía la polla de Carlos- Yo me ocupo…jejeje

Se tumbó sobre Carlos agarrando su polla y encarándola había su ojal. Yo le ayudé cogiendo con mi mano la polla y empujándola hacia dentro. Me coloqué mejor y apoyé la punta de mi verga en su ojal ocupado por la polla de Carlos, aunque tenía bastante holgura. Apreté mis caderas y noté como iba entrando a la par que empujaba la de Carlos.

-Joderrrrr, así siiii -dijo entre gemidos Pedro- Dios folladme sin parar, dadme fuerte cabrones.

Los tres gemíamos, yo notaba la polla de Carlos frotándose con mi polla, y eso me ponía a mil, aceleré el movimiento y más me excitaba. Pedro jadeaba diciendo cosas ininteligibles.

-Seguid cabrones, me voy a correr -gritó Pedro en un momento dado-

Sus gemidos aumentaron de volumen a la par que los movimientos de sus caderas aumentaron su cadencia.

-Diossss, me corrooooo -dijo Pedro soltando leche y llenando el pecho de Carlos- uffffffff, siiiii.

La leche le llegó a Carlos hasta el cuello, Pedro le extendió la leche por el pecho mientras no paraba de besarlo. Carlos estaba muy excitado.

Nos levantamos de la cama Carlos y yo, Pedro se arrodilló entre los dos y comenzó a comernos la polla a cada uno. Besé a Carlos en la boca y me abrazó, le respondí de la misma manera. Boca contra boca, nuestras lenguas se enredaban dentro y fuera de la boca mientras Pedro no paraba de tragar polla. Notaba que me quedaba poco para correrme y empecé a gemir, no quería dejar de besar a Carlos o no podía parar de besarlo. Iba a correrme, me apreté contra Carlos y comencé a correrme a la par de Carlos. Miré hacia abajo y los tres estábamos llenos de semen, Carlos y yo la barriga, pollas, vientre, huevos…Pedro tenía la cara llena de lefa, bocas ojos, nariz…

Nos separamos y nos fuimos a duchar, Pedro se duchó en la de la habitación de invitados, y Carlos y yo nos duchamos juntos en la de mi dormitorio. Una vez repuestos, nos salimos al salón, Pedro llevaba un pantalón corto y Carlos y yo íbamos en bolas. Nos sentamos a la mesa del salón, teníamos que sacar el billete de AVE de Málaga a Zaragoza para Pedro, además pensamos en sacar un billete de bus de una ciudad cercana hasta Málaga, de esa forma evitaríamos tener que llevarlo hasta Málaga, por si nos llamasen para que fuésemos con ellos. Logramos sacar el billete de bus y el de AVE, Pedro llegaría dos horas antes de que partiera el AVE hacia Zaragoza, su hermana iría a recogerlo allí.

El teléfono de Carlos sonó, estaba en la habitación, y todos nos quedamos en silencio y asustados. Carlos fue a por él, oímos como contestaba llegando al salón.

-Hola mi vida -contestó Carlos- ¿Cómo va todo? Nosotros bien por aquí, me pego el día con Nico…sí, hasta los huevos va a acabar de mí…ya te digo jejejeje…Vale… Sí, claro que sí…Sí, en un ratillo saldremos y le daremos una vuelta a la casa, tú tranquila por eso…Entonces al final os quedáis un día más…eso, ya nos lo decís…halaaaa, que bien…golfeando y todo…jajajaja, claro…es broma, es broma…yo también te quiero y te echo de menos…uffff cuando regreses verás…jajajajaja…ummmm, eso sí que suena bien…jejejeje…vale mi amor, ya hablamos…te quiero…venga, vamos hablando, besos.

-Era Carmen, que seguramente se deban quedar, mínimo un día más, pero que avisarán con antelación, que te deje respirar un poco -dije mirando a Carlos- que le dé una vuelta a la casa y que en la disco del hotel han ligado las dos…y alguna cosilla más que no os puedo contar, son personales…

-Tranquilo, no nos interesa -le dije medio en broma- Ya imagino lo que te ha dicho…

-Bueno, a lo que nos interesa -cambié de tercio- Pedro, mañana te acercamos hasta Estepona, desde allí cogerás el bus hasta Málaga y ya…cuando estés con tu hermana en Zaragoza nos mandas un WhatsApp…

-No, mejor que no nos mandes el WhatsApp hasta que te preguntemos nosotros -dijo acertadamente Carlos- no sea que estemos con los Señores y pretendan saber quien nos escribe.

-Verdad -reconocí- no mandes nada hasta que seamos nosotros quienes te preguntemos antes.

-De acuerdo chicos -dijo Pedro bastante más animado que cuando llegó a casa- No os diré nada hasta que seáis vosotros quienes me habléis primero, me ha quedado claro.

Una vez todo bien atado, nos relajamos un poco, nos pusimos a preparar una cena en honor a Pedro. Charlábamos mientras cocinábamos, nos servimos unas copas de vino extremeño “Habla del Silencio”, un tinto realmente bueno. Nos sentamos a cenar unos filetes de ternera a la plancha acompañados de ensalada, y otra botella del mismo vino. Acabados de cenar, tomamos como postre una copa de Gin tonic, a Pedro se le notaba cansado, llevaba un día con muchísima tensión y, a su edad, se le notaba que le pasaba factura. Le faltaba madurez para afrontar mejor los problemas que pueden presentarse. También nosotros estábamos cansados, nuestro día no había sido tampoco un día tranquilo precisamente, así que decidimos acostarnos, Pedro dormiría en la habitación de invitados y Carlos y yo dormiríamos en mi dormitorio, juntos. Indiqué a Pedro donde dormiría.

-Venga, cada mochuelo a su olivo -dije cansado- mañana nos queda un día un poco estresante.

-Sí, tengo ganas de dormir ya -dijo Pedro dándonos un beso en la mejilla a cada uno- Muchísimas gracias a los dos por todo, no olvidaré lo que estáis haciendo por mí.

-Venga, venga tira para la cama, coño -dijo Carlos- Me vas a emocionar y todo…

-Descansa Pedro -le dije un pelín emocionado- estamos en la habitación del fondo, por si necesitas algo.



Una vez en el dormitorio, charlando con Carlos llegamos a la conclusión que llevaríamos a Pedro por la mañana. Así tendríamos el resto del día para nosotros, a expensa de recibir la llamada de los “Señores”. Me metí en la cama y Carlos se acostó a mi lado. Nos besamos, me excitaba tanto el notar sus labios contra los míos, su lengua buscando mi boca que empecé a empalmarme. Notaba como Carlos también se excitaba con mis besos.

-Para esto querías que durmiéramos juntos, ¿no? -me dijo medio riéndose y en voz baja- Me encanta dormir contigo, jejejeje.

-Shhh, creo que lo suyo es dejarlo para mañana -le dije excitado pero cansado- Estoy agotado pero si insistes, puedo hacer un esfuerzo…

-Mejor lo dejamos para mañana -me contestó- Tenemos que darle la oportunidad a nuestro organismo para producir más semen, que estamos bajo mínimos. Creo que nunca he echado tantos polvos como estos días, jejejeje

Comenzamos a acariciarnos el cuerpo, él me acariciaba las nalgas, yo le acariciaba las pelotas y la polla y así nos quedamos dormidos.



Me desperté temprano, Carlos dormía aún y me quedé observándolo. Era un tipo guapo, buen cuerpo sin ser musculado, y muy caliente. Levanté la sábana para verlo de cuerpo entero, su polla estaba entre morcillona y empalmada. Pensé en lo que me estaba cambiando la vida desde que nos reencontramos, jamás hubiese pensado, ni como ficción, lo que nos estaba ocurriendo. Estaba disfrutando de un hombre, de su boca, de su polla, de su culo…y él creo que también lo disfrutaba puesto que, referente al sexo, en ningún momento se negó a cualquier cosa conmigo. Bueno, ni al sexo ni a nada.

Salí de la cama sin querer despertarlo, cosa que conseguí. Salí al salón, encima de la mesa había una nota y una cantidad de dinero. Cogí la nota: Quiero agradeceros todo lo que habéis hecho por mí, no quiero causaros ningún problema más así que he decidido irme solo hasta Estepona. Es temprano, son las 3:30 de la mañana, pero no puedo involucraros más en esto. Sois unas personas geniales, no cambiéis nunca, se os nota un algo a los dos cuando os miráis y os habláis, yo ahí lo dejo, jejejeje. Ahora en serio, cuando me preguntéis por WhatsApp intentaré contestaros lo más pronto posible, si han pasado más de 10 minutos desde que me preguntasteis, esperaré a que de nuevo volváis a preguntarme. Os deseo lo mejor a los dos, un beso enorme. Pedro. P.D: Os dejo algo de dinero para pagaros los billetes y las molestias, no es mucho, es lo que os puedo dar.

Me fui al dormitorio con la nota en la mano, Carlos comenzaba a despertarse. Me vio con la nota en la mano y me senté en la cama junto a él.

-¿Qué ha pasado? -preguntó intrigado- Si son malas noticias no quiero saberlas.

-Pedro se ha marchado de madrugada -le contesté alargándole la nota- Ha dejado algo de dinero y unas indicaciones por si las moscas. Lee.

Carlos lo leyó y se encogió de hombros.

-No es mal tipo -dijo algo serio- Solo que ha dado con las personas equivocadas, esperemos que le vaya bien la vida. Tengo hambre.

-Bueno, pues levanta y vamos a desayunar -le dije levantándome de la cama-

-No es de comida el hambre que tengo -me sonrió mientras me abrazaba y me tumbaba sobre él-

Me besó en la boca, mi lengua se puso a buscar la suya. Me incorporé y me metí en la cama, nos abrazamos sin dejar de besarnos, notaba su polla contra mi vientre, ya estaba dura y mojada. Sus manos me acariciaban la polla, las pelotas, las nalgas, uno de sus dedos buscaba mi ojal.

-Quiero meterme dentro de ti -me dijo con la respiración acelerada- Y quiero tenerte dentro.

-Ummmm, no sabes como lo deseo -le contesté- pero tendrás que dilatarme el culito.

Uno de sus dedos comenzó a acariciarme el ojal, lo masajeaba con la yema, haciendo círculos. Yo quería que lo metiera, pero él sabía que así me excitaría más. Nuestras lenguas se enredaban, nuestras bocas semiabiertas gemían, comencé a besarlo por el cuello, notaba su excitación cada vez más acentuada, bajé hasta su pecho buscando su pezón izquierdo, lo besé, lo lamí, lo succionaba hasta sacarlo, hice lo mismo con el derecho. Sus gemidos eran ya más fuertes, seguí bajando por el pecho hasta llegar a su vientre, pasaba la punta de la lengua por su cuerpo caliente. Pellizcaba sus pezones mientras mi boca seguía bajando, esquivé su polla dura y mojada, la aparté con la mano mientras mi boca seguí bajando. Abrió sus piernas, lamí su huevo derecho, lo besé, me lo metí en la boca y lo saboreé mientras mi dedo índice se metía en su culito. Pasé al huevo derecho y mi mano comenzó a masturbarlo, le lamía los huevos como si fueran un manjar, que ciertamente lo eran para mí. Los saboreaba, los besaba, le lamía y besaba la parte interna de los muslos. Subí la boca buscando su verga, lamí la punta del capullo saboreando el líquido preseminal, un poco salado pero me sabía a gloria. Besé la punta del nabo y me la metí en la boca, comencé a comerle la polla mientras él me agarraba la cabeza con ambas manos e iba marcando el ritmo de la felación. Su polla llegaba hasta mi garganta, ocasionándome arcadas, pero no dejaba de comer polla. Su polla estaba totalmente ensalivada, subí mi cabeza haciendo el recorrido contrario al de bajada, hasta llegar a su boca. Me senté sobre su polla lentamente, me quemaba un poco pero me encantaba esa sensación de tener su polla entrando en mí. Noté como entró su capullo, paré unos segundos para volver a bajar mis caderas buscando sentarme sobre su bajo vientre. Sus gemidos eran ya bastante fuertes, yo estaba totalmente concentrado en darle placer y recibirlo, no sé si gemí, jadeé, hablé o grité, sí sé que lo estaba pasando muy muy bien.

Noté que su polla no entraba más, señal que ya había llegado hasta el fondo. Me erguí sobre él con mis manos en su pecho y me puse a cabalgarlo, su polla quemaba aún un poco, pero era mayor el placer que sentía que otra cosa. Me cogió la polla y se puso a pajearme mientras lo cabalgaba, yo quería besarlo, pero si me inclinaba hacia él, el placer no era igual, preferí sacrificar los besos a la follada. Notaba como su polla me abría por dentro, pero sin dolor, me abría con placer, con mucho placer.



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
En ese momento sonó el teléfono de Carlos, me miró como asustado, en la pantalla del teléfono aparecía como número no identificado. Le dije que contestara, pero que lo pusiera en manos libres, yo grabaría la conversación con mi teléfono.

- ¿Hola? -contestó Carlos- ¿Quién es?
- Buenas noches, Carlos -respondió una voz de hombre al otro lado- ¿qué tal estás? Imagino que Nicolás está contigo. Lo primero es que me alegro mucho de hablar con vosotros, nos habéis excitado mucho con vuestras pajas, jijiji. No queremos que os sintáis presionados por nosotros, pero nos habéis calentado como nadie lo ha hecho nunca. En fin, que nos gustaría que mañana quedéis otra vez pero con unas variaciones que no son complicadas ni insalvables. La primera “variación” es que mis colegas y yo estemos presentes, somos 3 en total, la segunda “variación” es que nosotros pondremos el lugar, mejor en una habitación con cama que en el coche. Mucho más cómodo, no lo podréis negar, y por ahora esas dos serían las “variaciones” ¿Alguna pregunta?
- A ver, a ti te parecerá lo más normal del mundo el extorsionar a la gente, pero debes saber que es un delito y grave -le contestó Carlos-
- Bueno, si lo miras así…-le cortó la persona que hablaba- no tenemos problema en mandar un correo a cada trabajador de la planta en la que trabajan vuestras mujeres, imagino que habéis visto el vídeo, no tenemos problema alguno para mandarlo, y jamás sabréis quienes somos…
- No hemos visto vídeo alguno -le corté mirando a Carlos- no nos ha dado tiempo, lo veremos ahora. Necesitamos algunas garantías para saber que no nos pasaría nada en caso de que aceptemos vuestras peticiones.
- Mira Nicolás, no estáis en posición de exigir nada -dijo otra persona distinta a la primera- Se os han dicho las cosas claras, ya vosotros mismos sabréis qué tendréis que hacer. Mañana os llamaremos.

Colgó el teléfono diciendo eso, Carlos me miró asustado.

- Tranquilo Carlos, veremos cómo salir de esta…y verás que saldremos sin problema alguno.
- Eso espero Nico, deben ser alguien que nos conoce aunque esas voces no me suenan de nada. Si tiene nuestros teléfonos, conocen que nuestras mujeres trabajan juntas y en la misma planta…
- ¡¡¡Coño!!! Pues claro -grité asustando a Carlos- Es alguien que trabaja con ellas, con Irene y con Carmen, no puede ser de otra forma…ni mis compañeros de trabajo saben que tu mujer es amiga de la mía, ¿ves cómo la cosa no es tan complicada?
- Es verdad, deben ser compañeros de ellas, al menos uno, o todos…de todas formas quieren estar presentes con nosotros, los conoceremos ahí -me contestó Carlos ilusionado, admitiendo que quedaríamos con ellos, cosa que me llamó la atención- ya hay algo de luz al final del túnel. ¿Quieres quedarte esta noche en casa? Por si estás preocupado o asustado…
- No hace falta, no estoy asustado, preocupado es obvio que lo estoy, o estamos mejor dicho… -le dije algo extrañado- ¿prefieres que me quede contigo esta noche? ¿estás asustado? Si quieres vamos a mi casa.
- Hombre, prefiero no estar solo esta noche -me dijo un poco avergonzado- no soy un cobarde, pero no me encuentro con fuerzas para estar solo esta noche con esos hijos de puta haciéndonos lo que nos están haciendo. Por mí, vámonos a tu casa si la prefieres a la mía…
- Pues vámonos a mi casa, ya veremos como torear a la cotilla, jejeje -solté intentando no dramatizar más la situación-

Aparcamos el coche a unos 25 metros de la casa, por si las moscas con la vecina cotilla. Nos acercamos en silencio a la casa y abrí la puerta, pasamos al interior y cerré.

- Parece ser que está dormida la vecina -le dije a Carlos- ¿te apetece tomar algo? Yo tengo un poco de hambre, voy a prepararme un par de sándwiches, ¿te apuntas?
- De acuerdo, un par de sándwiches me vendrán bien -me dijo algo más animado- te ayudo.
- De acuerdo, pero antes vamos a ponernos cómodos, me gusta estar en casa en total “libertad”, me gusta estar en calzoncillos en casa -le dije desabrochándome la correa del pantalón y dirigiéndome a mi dormitorio- Si quieres hacer lo mismo, pasa a mi habitación o a esa de ahí y te pones cómodo.
- Perfecto, ¿pero puedo pedirte otro favor? -me preguntó- ¿puedes dejarme un slip? El que tengo huele a excitación y a semen…y no me he acordado de haber entrado en casa para coger uno.
- No te preocupes Carlos, por dios -le dije sonriendo- vente a mi habitación y te doy uno, creo que te quedará bien, aunque tu polla es más grande que la mía, pero poco más…jejejeje. De todas formas puedes ducharte si quieres, yo me voy a duchar en un momento y me cambio.
- Te lo agradezco Nico -me contestó ya con una pequeña sonrisa en su cara- dúchate primero y yo me ducho después.
- Pues perfecto entonces -le dije mientras me desnudaba completamente y sacaba un slip de un cajón de la cómoda y se lo daba- Toma este slip, seguro que te está bien, creo que usamos la misma talla…de slips, que no de pollas…jejejeje
- Sí gracias Nico, y perdona la lata que te estoy dando -me dijo un poco avergonzado y totalmente desnudo también- En cuanto salgas de la ducha entro yo.

Me duché en un momento, en cuanto salí de la ducha avisé a Carlos y se metió él, me quedé mirando su cuerpo, su culo…me excitaba bastante. Me sequé en la ducha mientras él se duchaba, mientras hablábamos.

- Tendremos que ver el vídeo que nos han grabado, Nico -me dijo desde la ducha- Igual no se nos ve con claridad y no sería tanto problema, aunque se parecieran algo a nosotros…
- Sí, lo he pensado -le dije- Ahora lo vemos y decidimos qué hacer. En el caso que se nos vea claro, voy a llamar a un compañero para decirle que no iré a trabajar mañana, veré que me invento.
- De acuerdo -me dijo saliendo de la ducha y colocándose la toalla en la cintura- yo aún no me he incorporado, tengo aún unos días para incorporarme a la nueva delegación.
- Pues genial entonces -le dije- voy a la cocina a preparar los sándwiches y una ensalada, ¿te apetece tomar vino o cerveza?
- Prefiero un poco de tinto, la cerveza me embota mucho -me dijo ya más sereno, mientras se frotaba la zona de su entrepierna-

Salí del baño con el slip en la mano, dirección a la cocina, Carlos me seguía. Al llegar al salón me detuve a coger el teléfono. Cogí el portátil que estaba en la mesa y lo encendí.

- Ven, vamos a sentarnos y vamos a ver qué vídeo nos han mandado estos hijos de puta -le dije sentándome en el sofá con el portátil sobre mis piernas-

Carlos se sentó a mi lado, tampoco se había puesto el slip, lo había dejado sobre la mesa del salón, donde había estado el portátil.

Abrí el correo y vi el mail que me había mandado con un archivo de vídeo adjunto. Pinché en él y lo abrí en pantalla completa, el vídeo comenzaba con una foto mía recortada de una foto que mi mujer subió a *********, de unas vacaciones. Tenía mi nombre rotulado en la parte inferior de la fotografía, con una leyenda que decía: Nicolás Perea esposo de Irene Bonell, Secretaria de Dirección. Después aparecía la foto de Carlos, por lo visto también recortada de su propio ********, también con su nombre rotulado y otra leyenda: Carlos De Tena esposo de Carmen Pinto, Jefa de Recursos Humanos. Lo siguiente que se veía era el interior del coche, tomado desde la parte de la pared donde aparqué el coche. Se nos veía claramente, y no solo eso, se nos oía divinamente, se escuchaba lo que le dije nada más aparcar: “Joder, estoy nervioso, voy a dejar clara una cosa Carlos, sin follar, sin besos…solo paja, y de momento cada uno con su polla ¿te parece bien?” Se nos oía y se nos veía de lujo, nítidamente. De vez en cuando la cámara hacía zoom hacia nuestras pollas o nuestras caras. Vimos el vídeo entero, de cómo me pajeaba y me metía el dedo en el culo, como yo levantaba el culo para que entrara… Se veía estupendamente el momento de su corrida, como se agarraba a mi mano que tenía el dedo en su culo, como llegó el primer trallazo de su corrida a mi cuello… Miré la cara de Carlos y estaba mirando el vídeo con cara de preocupación y de morbo, su polla estaba creciendo. Me miró con cara de preocupación, cerré el portátil y me levanté, yo también estaba empalmado pero teníamos un problema grave que resolver. Carlos se sentó en una de las sillas del salón, seguía empalmado. Me acerqué a él, mi vista iba de su cara a su polla y él se dio cuenta, alargó su mano y me agarró la polla, tiró de ella hasta colocarme delante de él. Abriendo mis piernas, me acerqué a él. Comenzó a sobarme los huevos y me pasaba un dedo por el ojal mientras no paraba de meneármela.

- No te acerques más, no te la voy a comer…jejejeje -me dijo excitado- Sé que tenemos un problema, pero el ver el vídeo me ha excitado mucho, como a ti por lo que veo. Te la hago yo y después cambiamos, ¿te parece bien?
- Ufffff, por mí perfecto -le dije excitado- sé que tenemos un buen problema, pero no he podido evitar excitarme cuando he visto el vídeo. Cuando me corra, nos cambiamos y te la meneo yo. Y tampoco te la voy a comer, por si lo pensaras…

Me encantaba la manera que tenía de acariciarme las nalgas, las pelotas, como me iba metiendo el dedo en el culo, yo me abría las nalgas con ambas manos. Mi polla se puso durísima, segregaba el líquido preseminal que él recogía con la palma de su mano y lo extendía por todo mi capullo, por el tronco de mi polla, por mis huevos…Notaba que mi corrida se acercaba.

- Sigue cabrón -le dije- vas a exprimirme hoy por tercera vez, cabrón. Sigue así, me queda poco.

Aceleró el movimiento de su mano como el de su dedo entrando en mi culo. Me apoyé en sus hombros, mi polla estaba como a 40 centímetros de su cara, notaba que me iba a correr.

- Dios mío, cabrón -le dije a punto de correrme- más fuerte, dame más fuerte.

El primer trallazo le dio en la mejilla derecha, los siguientes en el pecho y el cuello, las gotas caían sobre su polla y sus huevos. Miré hacia abajo y tenía leche por todos lados, le acerqué una servilleta de papel para que se limpiara. Con otra servilleta le limpié la leche que le había caído en la cara mientras él se limpiaba el resto. Su polla seguía dura y segregaba líquido preseminal con abundancia.

Se levantó y me sentó, agarré su polla y se acercó a mí, abriendo sus piernas y dejando las mías entre ellas. Su polla estaba muy dura y mojada, sus huevos colgaban y hasta parecían más grandes que hacía un rato. Se los acaricié mientras se la meneaba lentamente, me miraba directamente a los ojos, desde arriba, con superioridad. Yo me sentía dominado por él, y no me disgustaba en absoluto al contrario, me encantaba, Con mi mano izquierda se la meneaba mientras que con la derecha acariciaba sus pelotas, acercando mis dedos por el perineo a su ojal. En ese momento aceleraba la respiración, se le notaba las ganas que tenía de que lo follara con el dedo, al menos las mismas que había tenido yo que él lo hiciera. Con mi dedo anular empecé a masajearle el ojal en círculos, apoyaba la yema en su ojal y apretaba un poco para después hacer círculos frotándole el dedo. Se ponía como las motos, movía sus caderas como si estuviera follando a alguien cuando le hacía eso. Así que teniéndolo bien excitado, aceleraba el movimiento de la paja con la yema del dedo en su culo, para después, cuando aceleraba la respiración, paraba todos los movimientos, quitando mis manos de su cuerpo. En esos momentos su polla comenzaba a hacer movimientos hacia arriba segregando gran cantidad de líquido preseminal.

- Joder cabrón, no pares -me dijo totalmente excitado- sigue cabrón, sigueee. Necesito correrme ya, te lo pido por favor…
- Shhhh, silencio -le dije sonriendo- vas a disfrutar esta paja. Ni tu mujer podrá superar la paja que te voy a hacer, ni con la boca la superará.
- Eres un auténtico cabrón -me dijo- sácame la leche que tengo a punto de salir…no me queda muchooo.

Le agarré de nuevo la polla y metí mi mano dereche entre sus piernas, por debajo de sus cojones, buscando el ojal. Le puse el dedo en él y se lo metí un poco, suspiró y comencé a pajearlo mientras mi dedo entraba y salía de su culo, él se abría las nalgas como antes había hecho yo. Su respiración se aceleró, comenzó a mover sus caderas como si follara, su polla convulsionaba y su respiración se aceleró y se mezclaba con gemidos y jadeos. Noté en el dedo que le había metido, como su culo se contraía y se dilataba, señal de que se iba a correr. Se puso a gemir y el primer trallazo de leche me lo llevé en plena cara en los labios y en la barbilla, los siguientes ya cayeron por mi pecho, mi vientre…

Se puso a reírse mientras me acercaba servilletas para que me limpiara y él me limpiaba lo que me había caído en la cara. Al pasar la servilleta para quitarme lo que me había caído en los labios, saqué un poco la lengua y probé el semen de Carlos, estaba un poco amargo, pero me gustó. Lógicamente no le dije que lo había probado, no quería que se confundiera conmigo. No pretendía que me tomara por otra persona que no era.

- Joder tío, ha sido espectacular -me dijo aun recobrando la respiración- Sin lugar a dudas, ha sido la mejor paja que me han hecho nunca, incluidas las que me he hecho yo a lo largo de mi vida, y han sido muchas…

Preparamos los sándwiches y una ensalada, llamé a un compañero de trabajo pidiéndole que hablase con el encargado, le dije que me habían surgido unos problemas y que necesitaría tres días de asuntos propios, que me mandase por email la solicitud para pedirlos y se lo mandaría relleno en la misma mañana. Cenamos bien y decidimos acostarnos.

- Bueno Carlos, ya es hora de dormir -le dije riéndome- estamos agotados y con razón, jajaja ¿dónde te apetece dormir?
- Sí, la verdad que yo al menos estoy cansado, y así no puedo pensar -me dijo serio- Me acuesto donde tú me digas, sin problemas
- Si te parece bien, podemos dormir juntos en mi cama -dejé caer- Me apetece dormir contigo, pero que corra el aire entre los dos, no quiero encontrarme con tu verga pegada a mi culo, o al contrario…jejejejeje
- Jajajaja, tranquilo, tranquilo. No te preocupes -me dijo riéndose- aunque me gusta que me pajees y pajearte, no soy maricón y no me apetece darte por el culo, y ni que me des tampoco jajajaja

No esperaba que fuese a aceptar, pero lo hizo. Nos fuimos a mi habitación, yo escogí mi lado de la cama, como siempre el lado derecho, él se acostó en el izquierdo, nos tapamos con la sábana. Los dos estábamos completamente desnudos.

A la mañana siguiente me desperté temprano, estaba empalmado y la parte de la sábana que me cubría estaba levantada como una tienda de campaña canadiense. Carlos estaba despierto también y observaba mi polla, él me pareció que no estaba empalmado. Me guiñó un ojo y se destapó, su polla estaba entre morcillona y empalmada.

- Joder tío -le dije- no te me pongas así, que no puede ser que estemos todo el día liados. Aunque ganas no me faltan, ¿eh?

Acercó su mano a mis huevos y se puso a masajearlos, me encanta esa sensación que te estén sobando las pelotas, la polla se ponía más dura con sus movimientos. Puse mi mano izquierda sobre su vientre y fui bajándola hasta llegar a su nabo, que ya estaba duro y mojado, se lo agarré y empecé a meneársela mientras él abría las piernas. En ese momento sonó mi teléfono móvil que lo tenía en la mesilla de noche, miré la pantalla. “Número no identificado”. Se lo enseñé a Carlos que dejó de tocarme la polla y descolgué en manos libres: Buenos días tortolitos, jejejeje. Perdonad que os hayamos despertado pero hemos estado viendo los vídeos vuestros y estamos que os echamos mucho de menos. Hemos pensado que os podéis pasar por aquí ahora mismo, no preocuparos si no habéis desayunado, ya desayunaréis aquí. Os mando la ubicación y os damos media hora para que lleguéis. En cuanto estéis, llamad y os abriremos. Y no penséis en no venir, porque los treinta minutos comienzan ya, en cuanto pase ese tiempo ya sabéis qué va a pasar. Nos vemos en un ratillo, besitos para los dos, jejejeje. Y colgó.

Nos quedamos mirándonos con cara de preocupación y en ese momento sonó un archivo recibido por WhatsApp, era la ubicación.

- Joder, no nos queda otra que ir allí y ver quiénes son -le dije a Carlos- Esto queda como a unos 25 minutos de aquí, vamos a vestirnos y tiremos hacia allá. Por el camino pensamos que haremos.
- Vale pero, si nos pasa algo ¿cómo haremos para que alguien sepa todo lo que ocurre? -me dijo Carlos asustado-
- Uffff, deja que piense -le dije mientras me vestía- Deja tu teléfono cargando en la mesa del salón, mientras vamos hacia allí te mandas desde mi teléfono la grabación que les hice ayer y todos los mails y demás que he recibido, además de la ubicación. Si pasara algo, lo primero que haría la policía sería venir a mi casa y al ver tu móvil lo mirarían y vería todo lo que hay.
- De acuerdo, buena idea. ¿Dónde tienes un cargador? – me dijo ya vestido- Ya lo veo…listo, teléfono cargando y sobre la mesa del salón.

Salimos de la casa hacia donde dejé el coche aparcado el día anterior, nos montamos y nos dirigimos hacia donde nos habían mandado. Llegamos en 23 minutos, era un chalet un poco descuidado, la casa más cercana estaría como a 250 metros, con una calle de doble sentido por medio. Llamamos al portero y nos abrieron sin preguntar, me fijé que había una cámara enfocando hacia la puerta de entrada, donde estábamos nosotros. Pasamos y cerramos, nos dirigimos hacia la puerta de entrada de la vivienda, que estaba encajada. Carlos empujó la puerta y estaba oscuro su interior.

-Bienvenidos tortolitos -nos dijo la voz que nos había llamado antes- desnudaos y pasad a la tercera puerta de la izquierda, estamos aquí.

Nos miramos y encogimos los hombros, nos pusimos a desnudarnos cuando salió un joven totalmente desnudo de una de las puertas, tendría como 23 años, delgado, con el cuerpo totalmente depilado. Sin decir palabra recogió toda la ropa que íbamos dejando, una vez desnudos nos dijo que lo siguiéramos, dejó nuestra ropa en una de las habitaciones, tirándola desde la entrada. Llegamos a la tercera puerta de la izquierda, me detuve en la puerta y el chaval me empujó haciendo que entrara, seguido por Carlos.

-Vaya, vaya, estábamos a punto de mandar los respectivos correos -nos dijo el más alto y más mayor de los tres señalando al otro tipo que estaba sentado delante de un pc y tenía abierta varias direcciones de mails- Habéis llegado a lo justo. Me presento, me llamo Señor A, el que está sentado en el pc es el Señor B y quien os ha recibido y acompañado es el Señor C. A partir de ahora, cuando os dirijáis a uno de nosotros, tendréis que hacerlo de esa forma, ¿entendido?

La habitación era grande, un gran colchón estaba sobre el suelo, parecía un cochón King Size, todos ellos estaban desnudos, el Señor A tendría sobre 48 años, con bastante sobrepeso y muchos pelos de cintura para arriba, de cintura para abajo estaba depilado. El Señor B se levantó y se giró hacia nosotros, tendría unos 35 o 36 años, de buen ver, con un cuerpo con los músculos marcados, una buena polla y totalmente depilado. El señor C, como he dicho, tendría sobre los 23 años, un chiquillo, con una polla normalita, huevos depilados y algunos granos en la cara, bastante delgado bajo mi punto de vista.

-Bueno, ya que nos conocemos podéis subiros al colchón y comenzar a pajearos el uno al otro mientras miramos. -dijo el Señor A-
- A ver -dijo Carlos- tampoco es que seamos una atracción para tres tipos que no conocemos.
- Mira maricona -gritó el Señor B a Carlos- o empezáis a pajearos o me lio a ostias con los dos y acabaremos de la peor manera que se puede acabar esto.
- Venga Carlos, tranquilo -le dije en voz baja acariciándole la polla- cerremos los ojos e imaginemos que estamos solos.

Le agarré el nabo y comencé a pajearlo, tenía la polla blanda, le acaricié los huevos y nada. Él trataba de que yo em empalmara también, pero esa presión era demasiada.

- A ver -dijo el Señor A- vamos a ponerlo más fácil, sentaos el uno frente del otro con las piernas abiertas…ya sabéis qué hacer con vuestros dedos y vuestros culos, lo hemos visto. A ver si se os levantan las pollas.

Por más que hicimos, nuestras pollas estaban dormidas y lo peor es que nos estábamos poniendo nerviosos todos.

- Haced una cosa -dijo el Señor C-, comeos las bocas mientras os tocáis, los besos suelen obrar milagros jejejeje.

Nos miramos con preocupación, en todos nuestros encuentros no se nos había pasado siquiera por la cabeza el besarnos, los dos lo veíamos como una línea roja, como lo de comernos las pollas, lo veíamos más de maricón que otra cosa.

- ¡¡¡Vamos!!! Haced lo que el Señor C os ha dicho -nos gritó el Señor A-

Acerqué mi boca a la boca de Carlos, nuestros labios se tocaron, él los tenía calientes y secos, pasé la punta de mi lengua por sus labios para hidratarlos mientras mi mano en su polla comenzó a notar como ésta se agrandaba un poco. Seguí besándolo, mis labios tocaban los suyos cuando su lengua entró en mi boca y se enredó con la mía. Abrí más la boca y nuestras lenguas se enredaban dentro y fuera de la boca, notaba como se empalmaba y como mi polla crecía con su mano alrededor de mi tronco.

- Eres un crack, Señor C jajajaja -gritó el Señor B- ¡¡¡están empalmados ya!!!
-Jejejeje, los besos no fallan -dijo el Señor C agarrándose la polla- las cosas salen mejor haciéndolas con cariño jejejejeje

Teníamos las pollas muy duras, me excitaba mucho besar a Carlos y pajearlo mientras, estábamos de rodillas, en el centro del colchón con los “tres señores” a nuestro alrededor, empalmados igual que nosotros. Carlos me acariciaba los huevos buscando por debajo mi ojal, nuestras respiraciones se aceleraban. Miraba de reojo a todos ellos, todos estaban empalmados y pajeándose.

- Bien, se pone interesante -dijo el Señor B- falta que os comáis las pollas y los culos.

Al oír esto paramos de besarnos, Carlos mi miraba con cierta excitación, me acerqué lo besé en los labios y fui bajando mi boca por su cuello, me detuve en sus pezones, notaba que mi polla se endurecía mucho más de lo que estaba. Seguí bajando mi boca por su vientre, me venía el olor de su polla, olor a polla caliente. Le cogí la polla y pasé mi lengua por ella lamiendo su líquido preseminal. Pasé la punta de mi lengua por todo el contorno del glande de Carlos, notaba su respiración acelerarse y se le escapó algún gemido, froté la punta de mi lengua contra el frenillo y eso lo excitó más, le acaricié los huevos mientras cerraba mis labios alrededor de su capullo y comenzaba a mamar. Me excitaba tener la polla de Carlos en mi boca, y por lo que pude comprobar, a él le encantaba. Me cogió la cabeza imponiendo el ritmo de la mamada, lo miré a la cara y me sonrió, se notaba que le estaba gustando bastante, sus gemidos ya no los trataba de acallar y los acompañaba con el movimiento de cadera típico de follar la boca.

- Uy, uyy -dijo el Señor B sin dejar de masturbarse- esto se está poniendo muy interesante. Ahora poneos de rodillas los dos. Tenemos una sorpresa…jijiji.
- Bueno, ya tenéis lo que queréis -les dije- dejad que nos marchemos por favor.
- Shh, shhhh, solo acabamos de empezar -me dijo el Señor A acercándose y poniendo su polla delante de mi cara- Como sabemos que no os ha dado tiempo a desayunar, vamos a daros unos biberones…digamos que especiales para vosotros, jajajaja. Anda tortolito, cómeme la polla como tú sabes, como se la estabas comiendo a esta maricona.

Me agarró la cabeza y la acercó a su polla, no quería hacerlo pero estaba excitado, su polla era algo más pequeña que la de Carlos pero un poco más gruesa. Apretó su nabo conta mis labios que estaban cerrados, con la presión que estaba haciendo retiré lo que pude mi cabeza y abrí la boca, saqué la lengua y le lamí la punta del capullo, lo metí en mi boca y apreté los labios contra el tronco de la polla. Con una mano le agarré el nabo mientras con la otra le acariciaba las pelotas, que eran bastante más grandes que las nuestras y más colgonas. Notaba las venas hinchadas de su polla en mis labios, y eso me excitaba más. Le agarré las pelotas tirando un poco hacia abajo, las solté y le metí la mano entre sus piernas buscando su culo, le pasé el dedo por su ojal, de repente me dio un guantazo que sonó más fuerte que el dolor que me produjo.
- No te equivoques conmigo tortolito -me dijo agarrándome de la barbilla- no soy maricón como vosotros. Mi culito no es para meter nada, ¿lo entiendes?
- Sí, sí Señor A, lo siento -le dije arrepentido- No volverá a pasar.

Miré hacia Carlos, se estaba comiendo la polla del señor B, su polla era más grande, mediría unos 19 o 20 cm, con un capullo rosado que resaltaba con lo oscura que era la piel de su nabo, con una mano le tenía cogida la polla meneándosela mientras se la mamaba, y con la otra mano se pajeaba, se le veía la polla muy dura. De vez en cuando soltaba un gemido de placer. Giré mi vista hacia el Señor C, estaba cerca de mí con la polla tiesa, se la meneaba y le caían hilos de líquido preseminal al colchón. Le agarré la polla con la mano que tenía libre, él se acercó más a mí y empecé a pajearlo. Alternaba sus pollas en mi boca, me excitaba el tener una polla en la boca y otra esperando para ser chupada. No entendía la excitación tan grande que tenía, viendo que nos estaban obligando a hacer cosas que jamás se me habrían pasado por la cabeza, cosas que en principio, no consentiría pero que las estaba disfrutando. Mi polla estaba extremadamente dura y segregaba un hilo de líquido preseminal que caía sobre el colchón formando una buena mancha húmeda.

- Sigue chupando así, tortolito -me dijo el Señor A mientras notaba su polla con contracciones- Vas a ser el primero en desayunar por lo que veo, jejejeje.

Me cogió de los pelos y levantó mi cabeza, se puso a meneársela con movimientos más acelerados cada vez mientras gemía y jadeaba. Yo le acariciaba las pelotas esperando sentir su leche caliente contra mi cara. Al poco tiempo sus gemidos fueron más fuertes y, notaba en sus huevos las contracciones para eyacular. Al instante noté como el primer trallazo de leche me llenaba la frente, me caía en los ojos, me taponaba la nariz y caía parte en mis labios.

- Uffff, cabrón cómo la chupas, jejejeje -entre suspiros me dijo el Señor A- Anda y límpiame la polla…ummmm ¡¡¡qué bien la comes!!!

Observé como el Señor B follaba la boca a Carlos, lo tenía cogido por la cabeza y su polla entraba y salía de su boca provocándole, a veces algo de nauseas pero que, a pesar de todo, Carlos no paraba de pajearse. En ese momento, el Señor B le sacó la polla de la boca y, sin meneársela su leche salió despedida con fuerza contra la cara y la boca de Carlos. El señor B no paraba de gemir ni de soltar leche, Carlos tenía la cara totalmente embadurnada en semen. Cuando acabó correrse me miró y sonriendo mi dijo:

- Vamos, ¿a qué esperáis? Tenéis los dos las caras llenas de lefa, limpiárosla el uno al otro, joder…

Nos acercamos de rodillas los dos, nos abrazamos y comenzamos a besarnos, procurando lamernos la lefa de la cara. Carlos me agarró la polla y comenzó a meneármela, cosa que me puso a mil. Ya teníamos las caras limpias cuando el Señor C, el más joven, metió su polla por medio de nuestras bocas.

- Venga, ahora dos bocas para mi polla -dijo excitado- comédmela entre las dos zorritas…

Empezamos a pasar nuestras lenguas por su polla, de vez en cuando nuestras lenguas se enredaban, cosa que me excitaba muchísimo y a Carlos también, lo notaba. Con una mano cada uno, cogimos la polla del Señor C y se la chupábamos a la vez que lo pajeábamos, mientras que con la mano libre nos pajeábamos el uno al otro. No aguantó mucho el Señor C, al momento se puso a jadear diciendo que se corría. Los trallazos que soltó nos llenaron las caras de los dos, que seguíamos chupando y pajeándolo, Carlos se metía la polla entera en la boca, la chupaba y se la sacaba para besarme metiendo su lengua en mi boca, yo hacía lo mismo hasta que el Señor C se alejó de nosotros. Nos abrazamos besándonos y pajeándonos hasta que noté que me iba a correr.

- Más rápido Carlos, dale más rápido cabrón -le dije al oído, no quería que los Señores se enteraran- me corroooo

Llené el vientre y las manos de Carlos de mi leche. Se puso a gemir y notaba que se iba a correr, aceleré el movimiento de mi mano hasta que noté como me llenaba la barriga, el vientre, las manos de su lefa. Nuestras lenguas no paraban de enredarse con la del otro. Una vez acabamos, nos separamos. Los Señores se pusieron a aplaudir y silbar.

- Vaya polvo hemos echado todos, jajajaja -dijo el Señor B- No disimuléis, que sabemos que os ha encantado, como a nosotros ¿verdad que sí? Jajajaja Ya os podéis vestir, y estad atentos al teléfono, que os llamaremos pronto, esta fiesta no ha terminado aquí…por cierto, para la próxima quedada venid con los culitos preparados, tenemos que ver como os dais por el culo, y si alguno de nosotros quiere daros…pues también. Hoy ya no tenemos tiempo, creo que para ser la primera vez ha estado bastante bien.
- ¿podemos asearnos? ¿darnos una ducha? Vamos muy llenos de todo…
- A ducharse a casa, aquí no estamos para duchas ni masajes ni mariconadas de esas, tortolitos -gritó el Señor B- Así que a vestirse o salís en bolas, de vosotros depende.

Nos dirigimos hacia donde vimos que el Señor C echó nuestra ropa al suelo de otra habitación, nos vestimos rápidamente y salimos todo lo rápido que pudimos de allí. En cuanto entramos en el coche, nos quedamos en silencio, ninguno de los dos queríamos hablar, olíamos a semen, a sexo…

- No sé qué decir Nico -me dijo Carlos- He notado que te excitabas con algunas cosas, igual que yo. Cuando nos hemos besado ha sido la ostia, cuando me la mamaste de primera…uffff. No entiendo porqué me he excitando tanto Nico. ¿Será porque soy homosexual y me he dado cuenta hoy? ¿Cómo es posible que ellos supiesen que nos excitaríamos? Estoy avergonzado, tío, tengo ganas de llorar…

- Hey, relájate Carlos -le dije abrazándolo- No pienses tonterías, es bastante fuerte lo que nos está pasando pero no te alteres, verás como todo tiene solución. Vamos a casa y nos duchamos allí, con tranquilidad estudiaremos las posibles soluciones que hay y verás como todo se aclara. Si te sirve de consuelo, sí que me he excitado besándonos, comiéndote la polla, con solo abrazarnos he notado como mi polla se excitaba…¿significa eso que soy maricón? Pues no, significa que me excita estar así contigo…aunque también me he excitado cuando se la he chupado a los dos a la vez…No sé qué pensar.

- Venga, vámonos para la casa. Ahora veremos las posibles soluciones.

Arranqué el coche y fuimos a mi casa. Aparqué en la puerta, ya me daba igual la vecina cotilla, abrí la puerta de la casa y entramos.

- Yo me voy a duchar en la ducha de mi dormitorio, si quieres puedes ducharte en la de ese cuarto de baño -le dije a Carlos- Por cierto, parece que has tenido una llamada a tu teléfono.

Carlos se acercó a la mesa donde dejó su teléfono cargando, lo cogió y vio la llamada perdida.

- Es de Carmen, me ha mandado un WhatsApp también. Voy a llamarla -dijo Carlos un poco extrañado-
Se sentó en el sofá esperando que Carmen contestara, cosa que no pasó.
- Debe de estar ocupada, después la vuelvo a llamar -me dijo con tristeza en la cara
- Voy a ducharme si no te importa.
- Qué me va a importar, joder -le dije intentando que la cosa fuese lo más normal del mundo- vamos tío, duchémonos juntos, después de todo lo que llevamos vivido…jajaja

Nos metimos en la ducha de mi habitación, el plato de ducha es bastante grande y cabíamos sin problema y sin estar pegado el uno al otro. Aprovechamos y nos frotamos mutuamente, nos enjabonamos y nos enjuagamos. Cuando nos estábamos terminando de enjuagar, nos acercamos sin darnos cuenta. Carlos me miró a los ojos y acercó su boca a la mía. Yo me dejé hacer, cerré los ojos y noté como sus labios besaban con suavidad los míos, abrí mi boca y si lengua entró en ella buscando la mía, él me tenía cogido por la cintura, yo le eché los brazos por su cuello y lo atraje para mí.

- Parece que no tenemos final, Nico -me dijo suavemente- Me gusta estar contigo así contigo. Pero tenemos un pequeño problema y sabes cuál es.
- Lo sé -le dije asintiendo- el que nos van a obligar a darnos por el culo mutuamente…
- Así es, y prefiero hacerlo primero sin ellos delante -me dijo- los dos a solas.
- Lo veo bien -le dije- es mejor a solas que con ellos delante.

Salimos de la ducha y nos secamos mutuamente, mientras me secaba no paraba de besarme, lo que hacía que mi polla se empezara a levantar como la suya. Nos fuimos a mi dormitorio, delante de la cama lo abracé y nos comimos las bocas.
-¿Quién va a dar primero? -le pregunté- A Irene le gusta el sexo anal, así que algo de experiencia tengo en dar, usamos un lubricante especial que guardamos en este cajón. ¿A Carmen le gusta por el culo?

-Jajaja, sí también, es más le encanta más que por delante y tiene una ventaja…que no hace falta condón -me dijo excitado- Lo primero que hago es dilatarle el culo con el lubricante y metiéndole un dedo, después otro y así hasta que lo tenga bien abierto. Generalmente le meto 3 o los 5 dedos, cuando le meto la polla tengo que ir lentamente, y una vez que la tiene dentro entera, esperar que su culo se relaje para que no se cierre con el mete y saca, ya que le produce más dolor.

-Pues bueno… empieza conmigo -le dije a Carlos un poco excitado- a mí me gusta comerle el culito a Irene, no estaría mal que me hicieras lo mismo…y ya me tienes en tus manos…pero si te digo que pares, para.

Nos pusimos a besarnos mientras nos tumbábamos en la cama, nuestras lenguas se enredaban, nuestras manos buscaban las entrepiernas, de vez en cuando nuestros dedos buscaban los culitos. Estábamos muy excitados, y eso se notaba en nuestras pollas, duras y mojadas; en nuestras respiraciones, muy alteradas; en nuestros gemidos, muy calientes. Su dedo dio con mi ojal, con su yema lo acariciaba en círculos, eso me excitaba. Me giró y me puso bocabajo, me besó en la nuca y fue bajando por mi espalda, besando y lamiendo, llegó a mis nalgas, las besaba, las lamía y las mordisqueaba. Me abrió un poco las nalgas y metió su boca entre ellas. Noté como la punta de su lengua lamía mi ojal, no había notado nunca un placer semejante, lo lamía y me penetraba solo un poco; mi culo pedía más, yo pedía más, solo quería que me follase con la lengua…y eso hizo. Su lengua entraba en mi culo más cada vez, pero tenía que meter un dedo porque mi culo estaba cerrado y su lengua no podía librar ese cierre para entrar. Así que con la yema de un dedo y sin dejar de besarme las nalgas, fue masajeándolo y apretando hasta que la primera falange entró…me encantó. Quería más y se lo hice saber levantando mi culo contra su dedo, apoyó otro dedo en mi ojal, éste ya iba lubricado, y entró con apenas resistencia. Notaba un poco de quemazón pero quería más, llegó el tercer dedo, bien lubricado también. Ese sí quemaba más y se lo dije a Carlos, sacó los tres dedos y los volvió a meter pero los tres a la vez, mientras que me besaba la boca. Yo le tenía la polla agarrada y se la meneaba, me incliné sobre su polla, dejando el culito levantado, noté como los tres dedos entraban hasta el fondo. Comencé a comérsela mientras sus dedos seguían dentro de mí. Sus dedos empezaron a hacer el movimiento del mete y saca, ya estaba muy excitado.

- Túmbate bien que me voy a sentar en tu polla, cabrón -le dije sin siquiera pensarlo- Necesito que me empales ahora.

Se tumbó bocarriba, me coloqué sobre él mientras me abría las nalgas, me había echado una buena cantidad de lubricante en el culo y en su polla. Encaré su polla en mi ojal y me senté lentamente sobre ella, quemaba y dolía, Carlos no paraba de besarme y abrirme las nalgas con las manos. Su capullo entró, más que dolor quemaba. Esperé un poco y seguí metiéndomela despacio, notaba como me abría por dentro, dolía y seguía quemando, pero sentía placer. Me apoyaba con las manos en el pecho de Carlos, me miraba con atención, atento a alguna señal de dolor. Seguí sentándome sobre su polla hasta que noté como mis nalgas se apoyaban en sus muslos y en su vientre. Una sonrisa se me dibujó en la cara, cuando Carlos la vio, me sonrió también. Esperé a que mi culo se relajara y comencé a moverme arriba y abajo lentamente. Carlos me sonreía, gemía de placer, yo estaba en las nubes, no podía hablar, solo gemir.

- Ahora entiendo por qué a Carmen le gusta más por el culo que por el coño, joder tío -le dije entre gemidos- Y porqué le gusta tanto a Irene…



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
Ufffff
Que caliente me has puesto
 
Capítulo 4


Comencé moviéndome lentamente, notando como su nabo se movía dentro de mi culo hacia arriba y hacia abajo sin llegar a salir de él. Me tenía cogido de las caderas, bien empalado, disfrutándolo muchísimo. Él quería pajearme pero yo no lo dejaba, si me pajeaba me correría pronto y quería disfrutar su polla dentro de mí el mayor tiempo posible. Notaba su polla dura, me giré con su polla dentro dándole la espalda. Así evitaba la tentación de comerle la boca inclinándome hacia él y, por otro lado, podía acariciarle los cojones a mi antojo. Mi polla segregaba un hilo de líquido preseminal que caía sobre sus pelotas y que yo refregaba en ellas. Con mis manos sobre sus rodillas aceleré el movimiento del “mete-saca”, sus gemidos aumentaron en intensidad, me sentía tan bien estando empalado por Carlos que no recuerdo si yo gemía, jadeaba o gritaba.

-Uffff Nico…diossss, voy a correrme -me dijo entre gemidos- No aguanto más.

-Córrete, lléname el culo de leche, cabrón -le dije muy excitado y acelerando la cabalgada-



Noté en ese momento como su polla se movía impulsando el chorro de leche caliente hacia lo más profundo de mí, como ese líquido viscoso y caliente iba llenando mis entrañas dejándome inundado de él. Me quedé clavado, sin moverme, dejando que se vaciara dentro, notando como su polla tenía los espasmos típicos de la corrida. Cuando ya hubo acabado, me levanté taponando el ojal con mi mano y fui al cuarto de baño, me vacié en el inodoro. Salí y me acosté junto a él. Me abrazó y nos besamos.

-Jamás hubiese imaginado que me gustaría tanto follar con un hombre -me dijo entre besos- Además siendo tú ese hombre.

-Ummm, me lo tomaré como un cumplido -le dije mirando su polla- Vaya, tengo que limpiártela….



Besé su pecho y sus pezones bajando hacia su vientre. Me coloqué entre sus piernas, tenía una visión increíble desde ese sitio. Veía sus pelotas pegadas a sus nalgas por la parte inferior, su polla, fláccida y con restos de semen apoyada sobre sus huevos. Cogí su nabo y lo metí en la boca, apretaba con los labios su tronco mientras mi lengua lamía la punta del capullo, el frenillo, acariciaba todo el glande con mi lengua llevándome los restos de semen pegados a ella. Mi cabeza se movía metiendo y sacando su polla de mi boca, pero sin llegar a sacarla entera, siempre el capullo dentro, como me lo hacía Irene. Mis dedos se colaban entre sus nalgas buscando su ojal, hasta que uno de ellos atinó con él. Cerrado, caliente…bastó que lo masajeara con la yema para que notara como se iba abriendo, como se relajaban los músculos que lo tenían cerrado. Carlos sacó su polla de mi boca y se giró, se puso a 4 patas, abriéndose las nalgas con una mano.

-Métemela ya, no aguanto más -me dijo suplicando- Te necesito dentro.

-Ummmm, me tienes muy caliente cabrón -le dije inclinándome hacia su ojal- Primero voy a comerte esta maravilla.

Apoyé mi cara en sus nalgas y pasé mi lengua por toda su raja, buscaba el tacto de su ojal. Al notarlo abrí más sus nalgas ayudándome con ambas manos, mi lengua lamía su ojal en círculos. Carlos suspiraba, mi polla segregaba líquido preseminal en cantidades industriales, y solo quería follarlo con la lengua. Empujé mi lengua y su ojal se abrió, metía mi lengua dentro con muchas ansias.

-No aguanto más, tío -le dije incorporándome- Tengo que follarte, no aguanto…

Me erguí detrás de él, coloqué mi polla en su ojal y, agarrándolo de las caderas, empujé decidido a entrar en él. Sin prisas pero sin pausas, mi capullo entraba mientras gemíamos, una vez dentro, seguí empujando, notaba su interior caliente y algo húmedo, mi polla había estado segregando mucho precum. Empujé hasta tener mi mientre pegado a sus nalgas, me detuve unos segundos para, acto seguido, empezar a bombear mis caderas contra sus nalgas. Es una de las sensaciones más placenteras que nunca he tenido, el tener a Carlos a 4 patas, totalmente sometido a mí, empalado, el estar dándole por el culo, con su interior caliente y mojado como el coño de una mujer, gimiendo y jadeando y pidiéndome más….Aceleré el movimiento de mis caderas, lo embestía con fuerza, observaba como su culo estaba totalmente abierto, rojo, caliente, mojado….El “plof” de las embestidas, sonido que junto a nuestros gemidos eran lo único que se oía en ese momento, hacía que me pusiera más caliente aún. Empujaba con fuerza contra sus nalgas, notando como mi polla avisaba de la inminente corrida. Clavé hasta el fondo mi polla y, sin moverme, empecé a vaciarme dentro de él. Fueron varios trallazos que solté, miraba hacia el techo para, inmediatamente, tumbar mi pecho sobre su espalda pero sin mover mis caderas, hasta que dejé de eyacular. Volví a moverme hacia delante y hacia atrás un par de minutos hasta que le saqué la polla, salió llena de leche. De su culo salió parte de la leche que cayó sobre las sábanas dejándolas empapadas. Carlos se giró, me agarró la polla y se la metió en la boca para limpiarla, cuando acabó me besó y se fue al baño, lo acompañé para ducharme. Una vez que terminó de vaciarse, se metió en la ducha conmigo.

-Joder -me dijo besándome- cada vez me encanta más follar contigo, follarte y que me folles. Nunca imaginé que diría esto pero, me encanta que me des por el culo.

-Ummmm -le dije abrazándolo y besándolo- no te veo como a un hombre para el sexo, te veo como un deseo tremendo, como a alguien que necesito tener siempre junto a mí.

-No lo hubiese podido explicar mejor -me dijo sin dejar de besarnos- Te deseo mucho.

Cogió la esponja, vertió gel sobre ella y la puso un momento bajo el agua de la ducha, comenzó a enjabonarme con mucha delicadeza. En ese momento me sentía en otro mundo, me hizo olvidar por completo todos los problemas a los que nos estábamos enfrentando y los que estaban por venir…, y uno de ellos era que nuestras mujeres tenían que regresar por lo que tendríamos que separarnos, manteniendo las formas y aparentando ser buenos esposos heterosexuales. Acabó por enjuagarme y tomé yo el relevo, lo enjaboné, frotando la esponja por todo su cuerpo, sus nalgas, su ojal, su nabo, sus pelotas, su espalda, sus piernas…todo eso mientras no parábamos de besarnos. Acabamos la ducha y salimos, nos secamos y nos dirigimos a la cocina, siempre en bolas, nos sentamos y mandé un WhatsApp desde mi móvil a Pedro.

-Buenos días Pedro, imagino que andas por ahí y no quiero saber dónde estás ahora mismo. Deberías haber dejado que te llevásemos hasta Estepona, pero es tu elección y me parece acertada también. Recuerda que hasta que no te preguntemos, no te pongas en contacto con nosotros, por seguridad. Verás que todo te va a salir bien, un beso y hablamos.

Se lo leí a Carlos que dio su visto bueno y se lo mandé a Pedro. Me levanté y puse café, Carlos se levantó y me abrazó por detrás mientras me besaba el cuello.

-Verás como todo le sale bien -me dijo mientras notaba su polla entre mis nalgas- Y a nosotros también nos saldrá bien.

-Lo sé, lo sé -le dije acariciándole uno de los brazos- Estando contigo sé que nada va a salir mal, pero si sigues con la polla donde la tienes ahora mismo…

-Ummm, creí que te gustaría notarme así -me dijo con una sonrisa iluminando su cara-

-No es que me guste -le dije riéndome- Es que me encanta, y aún no le he dado tiempo a mi cuerpo a producir más semen…jajajajaja. Ahora en serio, me encanta sentirte así, algo así debe ser el paraíso, si existe.

Me besó en el cuello, me soltó y me agarró de la cintura encarándome a él. Nos miramos de cerca y nos besamos con pasión, al separarnos, sonó mi teléfono, era una notificación de WhatsApp.

-Holaaaa. Como os he dejado escrito en la nota, ya habéis hecho mucho por mí, no preocuparos. Os debo muchísimo por lo que habéis hecho por mí, os quiero mucho. Por supuesto que esperaré a que me preguntéis para contestaros. Un beso enorme para cada uno.

P.D.: Sois unos máquinas follando, conservad lo que tenéis entre vosotros, es algo que tiene mucha fuerza y muy bonito, ahí hay mucho más que deseo y sexo…y lo sabéis.




Nos echamos a reír, pero creo que los dos sabíamos a qué se refería Pedro.



Desayunamos con tranquilidad, una vez acabado el desayuno sonó el teléfono de Carlos, me mostró la pantalla: “Número oculto”, descolgó y lo puso en manos libres.

-Hola tortolitos, ¿qué tal estáis? -dijo Emilio, el Señor A- Tenemos muchas ganas de veros, os hemos echado de menos, jijijiji.

-Hola Señor A -le contestó Carlos con un tono de voz neutro-

-Queremos veros en 30 minutos, en el mismo sitio que el otro día. -dijo ilusionado- Os echamos de menos y tenemos muchas ganas de veros, así que no os demoréis o sabréis que pasará.

Carlos iba a contestarle cuando el Señor A ya había colgado, me miró con menos miedo que la primera vez, yo diría que hasta lo veía con ganas. Por mi parte, tampoco me sentía asustado o preocupado, sabía que iba a pasar, pero también sabía que estaría con Carlos y follaríamos los dos.

Nos vestimos con rapidez, y nos montamos en el coche, no veía nervioso a Carlos, no nervioso ni alterado y eso me tranquilizaba también. No me encontraba tan preocupado como el otro día.

-Una cosa Carlos -le dije- No debemos mencionar a Pedro, bueno el Señor C, bajo ningún concepto. Nosotros no sabemos nada de nada, y por supuesto, no debemos llamarlos por su nombre, son los Señores A o B.

-Por supuesto Nico -me dijo asintiendo- te iba a decir lo mismo, nada de preguntar por el Señor C, ni llamarles por su nombre. Deben creer que no sabemos nada.

Llegamos a la vivienda del otro día, aparqué cerca de la casa, nos bajamos y pulsé el botón del porterillo, la puerta se abrió, entramos y cerramos. La puerta de entrada a la casa estaba encajada, pasamos y la cerramos.

-Pasad tortolitos, estamos en la misma habitación del otro día -nos gritó desde el fondo el Señor A- Pero antes de nada, tenéis que desnudaros.

Nos desnudamos los dos y pasamos a la misma habitación del otro día, el Señor B estaba delante del pc totalmente desnudo, el Señor A estaba de pie, a un lado del colchón, desnudo y con la polla empalmada. Se acercó a Carlos y le acarició el pecho, bajó su mano por el vientre y la desvió hacia sus nalgas. Las acariciaba con delicadeza, lo que hizo que la polla de Carlos comenzara a ponerse dura.

-¿Cómo están mis tortolitos hoy? -preguntó el Señor A- Parece que te estás alegrando de verme, putita.

Le agarró la polla a Carlos que inspiró aire lentamente y cerraba los ojos, su polla comenzaba a agrandarse.

-Vaya como se la estás poniendo, jajajaja -le dijo el Señor B- Y la tuya está empezando a lubricar.

Carlos estaba empalmado ya, mientras el Señor A le metía la mano entre las pelotas y él abría las piernas.

-Ummm, qué buena puta, jijijiji -le dijo el señor A al oído a Carlos, pero enterándonos todos- Mira como abre las piernas esta zorrita…

El Señor B sonrió mientras me miraba excitado, me puso las manos sobre los hombros haciendo presión hacia abajo hasta que me arrodillé, se colocó frente a mi cara.

-Mira esta putita -le dijo al Señor A- parece que tiene hambre. No te preocupes querida, papá va a darte de comer, jejejejeje

Me cogió una mano y la llevó hasta su polla, ya sabía lo que tenía que hacer. La acerqué hasta mi boca, besé la punta del capullo que tenía una gota de precum. Entreabrí la boca, metí su polla en ella despacio, mirándolo a los ojos, viendo como se estaba excitando. Eso me hacía sentir muy puta, y lo peor de todo es que lo disfrutaba, disfrutaba ver como ese cabrón cerraba los ojos, su respiración se aceleraba mientras me iba comiendo su polla. Acariciaba sus pelotas con la punta de mis dedos, notando como sus huevos se endurecían, se cargaban de leche que yo tenía que sacar de aquellos envases tan especiales. Metí su polla entera en la boca, con mis labios apretaba el tronco mientras mi lengua recorría su capullo, pasaba por su frenillo y seguía por el tronco hasta volver al punto de partida, su glande.



Miré a Carlos, estaba pajeando al Señor A mientras éste le comía la boca y le acariciaba las nalgas buscando su ojal. Se separaron sin que Carlos soltara la polla. Veía a Carlos muy excitado, me miró y me sonrió guiñándome un ojo, a lo que respondí con una sonrisa y un movimiento de mi cabeza asintiendo. El Señor A se colocó a la espalda de Carlos mientras lo abrazaba por la cintura, se movía buscando que su polla se colocara entre las nalgas de Carlos. Al notar como encontraba su sitio, Carlos suspiró excitado, se movía ayudando a que aquella polla se colocara donde ambos querían que estuviese. El Señor A agarró la polla de Carlos y comenzó a pajearlo, Carlos movía su cabeza excitado, parecía que buscaba la boca del Señor A. Él se dio cuenta y comenzó a besarlo por el cuello, en ese momento Carlos se puso a gemir y a pegar más su cuerpo al del Señor A.

-¿Qué te pasa tortolito? -le dijo el Señor A- ¿es que deseas que papi te dé por el culito? Jijijiji. Tienes que portarte bien y hacer lo que te diga, lo harás, ¿verdad?

-Ummm claro que sí, Señor A -contestó Carlos con los ojos cerrados y muy excitado- Haré lo que me mande.

-Ummm buena putita -le contestó el otro-



Dejé de comérsela al Señor B, me levantó y me agarró la polla. Yo la tenía muy muy dura y mojada, muy mojada. Acercó su boca a mi cuello y comenzó a besarlo y lamerlo, eso me ponía a mil, me excitaba muchísimo, le agarré el nabo y me puse a pajearlo. Se dio cuenta que me excitaba y bajaba su boca hasta mi pecho para besar y lamer mis pezones, ahí ya no pude aguantar y me puse a gemir, no sabía bien como había llegado a excitarme de esa manera, si era por ver a Carlos excitado, por cómo me trataban los Señores, por lo que me hacía…lo cierto es que me había calentado y ya solo quería placer, mucho placer.

-Anda zorrita, ponte como un perrito, a 4 patas -me dijo muy excitado el Señor B- voy a darte lo que creo que estás pidiendo, jejejeje

Me coloqué como me pidió, tenía miedo pero, a la vez, lo estaba deseando, estaba deseando ser sodomizado por otro hombre que no fuera Carlos, parecía que necesitaba que mi culo conociera otras pollas que la de Carlos. Estando a 4 patas, se puso detrás de mí, separó mis nalgas y comenzó a comerme el culo, pasaba su lengua por el ojal, me excitaba como metía solo la puntita dentro y movía la lengua arriba y abajo. Los gemidos se me escapaban, pero ya no hacía nada por evitarlos. Carlos y el Señor A nos miraban excitados. Miré a Carlos y me mordía el labio inferior, el cabrón del Señor B me follaba con la lengua, llevándome a un nivel superior de placer. Entonces con su lengua lamiendo mi ano, noté como me metía un dedo, lo metió hasta el fondo, mis gemidos no paraban de salir de mi boca.

-Uyyy parece que esta putita ya ha catado polla por detrás ¿te han dado por el culo ya, zorrita? -me preguntó el Señor B-

-Sí, sí Señor. Me han dado por el culo -le contesté-

-Ummmm, ¿Y te ha gustado como te ha follado? -volvió a preguntar-

-Sí Señor, me ha encantado -le respondí sumiso- Me encanta cuando esa persona me da por el culo.

-Jejejeje, imagino que quien te ha dado por el culo es el mismo al que el Señor A va a montarlo -me dijo-

-Sí Señor, Carlos es el único que me ha dado por el culo, y me encanta que él me folle -le dije sin cortarme lo más mínimo-

-Jajajaja, bueno tendrás que catar más pollas para comparar, y hoy vas a probar dos más -me dijo notando como se calentaba con esta conversación- La mía y la del Señor A.

-Sí Señor, y lo estoy deseando Señor -le contesté sintiendo que era verdad lo que estaba diciendo-

Colocó su polla en mi ojal y agarrándome de la cadera, apretó la suya contra mis nalgas, su capullo comenzó a entrar lentamente, notaba como mi ojal se abría con suavidad y como su glande iba entrando sin dificultad, al contrario, entraba dando mucho placer. En ese momento cerré los ojos y me mordía el labio inferior imaginando que era Carlos el que me estaba dando por el culo. Su polla entró completamente y siguió empujando abriéndose paso en mi interior, notaba como mi culo se abría, se abría apretando ligeramente el tronco de ese cipote que no paraba de empujar dentro de mí. Noté como su vientre se pegó a mis nalgas, estuvo unos segundos quieto para, acto seguido, comenzar a bombear su cadera. Los movimientos eran lentos, sacaba su polla impidiendo que su capullo saliera de mi ano, para empujar de nuevo y meterla hasta el fondo. La notaba dura, muy dura. Me tenía empalado y yo lo estaba disfrutando enormemente, mis gemidos se hicieron más fuertes. Me sentía como una puta, pero quería más, quería que me diera fuerte, que me hiciera gritar de placer. No quería que se acabara aquello, muchas cosas pasaban por mi mente en ese momento. Jamás hubiese pensado que me podía volver tan puta, siempre me había creído que era heterosexual, pero hetero de los que ni se imagina tocando una polla que no sea la suya… y miradme, ahí me estaba dando un cabrón por el culo y deseando que en cuanto acabara me dieran por el culo dos tipos más.

-Bueno tortolito, se nota que lo estás disfrutando -me dijo con la respiración alterada- Tienes el culito caliente, ¿te gusta tener mi polla dentro?

-Oh sí, Señor A -le contesté disfrutando de la follada que me estaba dando- Me encanta tenerle dentro.

Aceleró el ritmo de las embestidas, con cada embestida me llevaba un paso más hacia la gloria. Abrí los ojos y me encontré de frente con Carlos, estaba a 4 patas. El señor B estaba detrás suya clavándole el cipote. Podía leer en la cara de Carlos lo que le estaba pasando. Al igual que yo, Carlos estaba disfrutando de que le estuvieran dando por el culo. Lentamente fuimos acercándonos despacio hasta conseguir que nuestras lenguas se tocaran.

-Así, así zorritas. Dejemos que se acerquen un poco -dijo el Señor A- Que se coman las bocas mientras les damos por el culo.

-Ummmm, me encantan estas putas -le respondió el Señor B- Ahora vamos a cambiar, quiero probar a tu putita, jijijiji.

Sentí que una de las manos del Señor A se soltaba de mi cadera, noté como un dedo acariciaba los alrededores de mi ojal, un nuevo grado de excitación se sumó a lo que llevaba. Sentía ese dedo haciendo círculos alrededor de mi ano y me encantaba. Mi lengua se enredaba con la de Carlos, ahora con más energía. Nuestros labios se pegaban y despegaban dejando paso a nuestras lenguas, mi excitación era máxima, y notaba que Carlos estaba, como mínimo, igual que yo de excitado.

-Señor A, cambiemos de pareja de baile jijijiji -dijo el Señor B- estoy deseando probar a esa putita que tiene empalada.

-Por supuesto Señor B -le contestó- A ver cuál de las dos es más zorrona.

Diciendo eso, me sacó la polla del culo y me dio un tortazo en la nalga. El Señor B salió se la sacó a Carlos y, de rodillas, metió su polla entre nuestras bocas.

-Venga tortolitos -nos dijo- Limpiadme la polla, no quiero que se mezclen vuestros fluidos, jejejeje.

-Joder sí -dijo el Señor A acercando su polla también a nuestras bocas- Mamada doble, jijiijijiji.

Sin parar de besarnos Carlos y yo, las pollas de nuestros “violadores consentidos” entraban y salían de nuestras bocas, nuestras lenguas pasaban de lamer el tronco de una polla, a la boca de uno de nosotros, pasando por el capullo de la otra polla y enredarse en la lengua del otro de nuevo. Así estuvimos unos minutos. Carlos puso su mano izquierda sobre mi mano derecha y la apretó con suavidad. En sus ojos veía que me sonreía, no lo pude asegurar porque no llegaba a ver su boca entre las pollas y huevos que teníamos por medio.

Al cabo de unos minutos, el Señor B se colocó detrás de mí y, sin previo aviso, me la clavó hasta el fondo. Su polla era más grande y algo más gorda que la del Señor A, era la polla más grande de las 4 que había en la casa en ese momento. No me dolía exactamente pero me molestaba, aunque no tardó esa molestia en desaparecer. Me colocó las manos agarrando mis caderas y comenzó ese movimiento cíclico del “mete y saca”. Me abría el culo con sus manos mientras su polla mantenía ese ritmo que empezaba a hacerme gemir. Carlos, a 4 patas de nuevo, gemía al ritmo de las embestidas que le daba por el culo el Señor A y eso me estaba poniendo a mil, nuestras lenguas se enredaron de nuevo dentro y fuera de nuestras bocas. El Señor B aceleró su movimiento mientras notaba como apretaba más sus manos en mis caderas, su polla comenzó con espasmos en el interior de mi culo, sus gemidos sonaban más fuertes y más calientes, ya sabía que iba a pasar en breve. Se quedó parado apretando su vientre contra mis nalgas, sentí como su polla convulsionaba y su primer trallazo llegaba hasta lo más profundo de mi ser. Sus gemidos ya eran gritos de placer, se tumbó sobre mi espalda apretando aún sus caderas contra las mías, como queriendo meterla más. Notaba en mi espalda como su saliva caía de su boca sin parar de gemir, los trallazos de su leche iban a menos, pero no paraban.

-Dios mío -dijo sacando su polla de mi culo y con voz temblona- uno de mis mejores polvos. No puedo ni mantenerme de rodillas, me tiembla todo el cuerpo. Buena putita, jijiji.

Diciendo esto, se dejó caer en el colchón pasando un dedo por mi culo, rebañó el semen que salía de él volviéndolo a meter con el dedo.

El Señor A se puso a jadear y eso llamó mi atención, yo tenía un calentón tremendo, mi polla seguía muy dura y con hilos de líquido preseminal que caían sobre el colchón. Me fijé en la cara de Carlos, de mucho placer, todo su cuerpo se movía al ritmo de las embestidas que le daba el Señor A, se mordía el labio inferior. De pronto el Señor A sacó su polla del culo de Carlos y se vino hacia nosotros sacudiendo su polla. Abrimos las bocas y comenzamos a chupar su polla, que en nada empezó a expulsar chorros de leche por nuestras caras, leche caliente y espesa. Después de varios trallazos de leche, dejó que se la limpiáramos los dos a la vez. Nuestras lenguas se enredaban entre sí y en el tronco de su nabo, metíamos su polla en la boca de uno de nosotros para sacarla y meterla en la boca del otro. Así estuvimos durante un rato hasta que el Señor A se alejó de nosotros.

-Ufffff que buenas putas nos hemos agenciado -le dijo al Señor B- Ha sido un polvo espectacular. Lástima que en bre…

-Shhhhhh, ¡¡¡calla coño!!! -le cortó el Señor B- Ya se enterarán cuando nos digan.

-¿Qué pasa? -preguntó Carlos con la polla durísima- ¿Ocurre algo?

-No pasa nada -le contestó el Señor B- Y venga, vestíos y zumbado a casita. Nosotros tenemos cosas que hacer, así que lo dicho, u os vestís u os vais en bolas, vosotros sabréis.

Los dos salimos de la habitación para recoger la ropa , seguíamos con las pollas duras. Con nuestros slips, nos limpiamos la cara manchada de leche del Señor A, y yo también la leche del Señor B que salía ya de mi culo. Una vez limpios, nos pusimos los pantalones sin ropa interior, acabamos de vestirnos todo lo rápido que pudimos y salimos con rapidez de allí.

Ya en el coche, arranqué y nos incorporamos a la circulación de la calle. Algo más relajados, comenzamos a hablar.

-¿Qué iría a decir el Señor A cuando lo ha interrumpido el Señor B? y con eso de que “ya se enterarán cuando nos digan” -me preguntó Carlos, diciendo la última frase imitando una voz grave, que en ningún caso se parecía a la del Señor B- A ver qué sorpresas nos tiene reservadas.

-No tengo ni idea -le respondí- Solo sé que por lo que ha dicho y como lo ha dicho, parece que son unos mandados. No sé qué pensar.

-Ni yo, ni yo -repitió Carlos- Ahora vamos a la casa porque no sé tú, pero yo tengo un calentón que no puedo más.

Fuimos hasta mi casa, lo primero que hice fue desnudarme nada más entrar e ir para la ducha. Entré en la ducha y me froté la esponja cargada de gel por todo el cuerpo, en ese momento no quería oler a sexo de esas personas, no quería oler a semen de otros hombres, me frotaba con fuerza la cara, el cuello, el pecho, la polla y los huevos, y el culo; sobre todo el culo. Me sentía sucio y mal…no entendía nada. Mi vida había dado un giro de 180º en cuestión de días. En ese momento entró Carlos en la ducha, me agarró la cara y me besó. Lo abracé y rompí a llorar.

-¿Qué te pasa, Nico? -me preguntó al verme angustiado- Por Dios, ¿qué te pasa?

Solo lloraba, no tenía ganas de hablar, sólo quería estar abrazado a él y llorar. Me fue enjabonando con delicadeza, le ayudé a enjabonarse. Nos enjuagamos y en cuanto acabamos, salimos. Me echó la toalla por lo alto y le fue secando el cuerpo lentamente con la toalla. Cuando acabó, me dejo sentado un momento en el váter y procedió a secarse él. Cuando terminó de secarse, me llevó a la habitación y me acostó. Se tumbó a mi lado. Nos quedamos en silencio unos minutos.

-¿Me vas a contar qué te ha pasado en la ducha? -me preguntó- Me has asustado bastante, si no puedes con esto denunciemos a la policía. No te quiero volver a ver así.

-Lo sé y lo siento -le respondí aún un poco alterado- creo que han sido muchas cosas nuevas y muy distintas a lo que tenía pensado para mi vida. Demasiadas emociones que en la vida hubiera pensado que experimentaría.

Me giré hacia él apoyándome en mi costado derecho, le pasé mi brazo izquierdo por encima de su cintura y lo giré hacia mí. Nos miramos durante unos segundos, él me sonrió y me agarró por la cintura atrayéndome. Me sonrió y le sonreí, fue el pistoletazo de salida para besarnos.

-¿Sabes que te deseo a todas horas? -me preguntó mientras su lengua recorría mis labios- Joder, es que hasta tengo sueños eróticos contigo, ¡con un hombre!

-Si te sirve de consuelo -le contesté- me pasa lo mismo. Aunque hoy mientras el Señor A me daba por el culo, disfrutaba muchísimo. Es cierto que cerré los ojos e imaginé que eras tú quien me enculaba, pero abría los ojos y te veía con la cara de placer mientras el otro te la tenía clavada.

-Yo también lo estaba pasando bien -me respondió- no hay porqué negarlo. Has conseguido lo que jamás pensé que me podría ocurrir, y es que me encante que un hombre me tenga empalado y yo quiera más. Aunque deseo que ese tipo fueses tú, es cierto que he disfrutado mucho cuando los dos Señores me han follado hoy. Pero cuando follo contigo, la cosa es distinta, hay más calor humano. Joder, pensé que no te diría esto pero es que cuando follamos hay mucho de sexo, de calentura, pero también hay sentimiento. Y por un lado eso me asusta, pero a la vez me lleva a otro nivel. No sé si me has entendido, si he sido capaz de explicarme.

-Ay dios -le dije pasándole un dedo por los labios, intentando que no dijera lo que pensaba, enredando mis piernas con las suyas- Creo que vamos a tener que empezar a ver que hacemos para comer, va siendo hora ya de preparar algo.

-Vaya, prefieres no hablarlo. Soy un tonto, no me hagas caso -me contestó incorporándose de la cama- Venga, vamos a ver qué hacemos de comer y después iré a mi casa, no quiero que nadie piense que la casa está vacía y se meta alguien a ocuparla.

Salió de la habitación mirando su teléfono móvil, oí que hablaba con alguien. Cuando llegué al salón, estaba con el teléfono en la mano oyendo un audio de Carmen. Me sonrió y se giró hacia la cocina. Lo seguí, cuando acabó de oírlo, dejó su teléfono sobre la encimera de la cocina.

-Le he mandado un audio a Carmen -me dijo como excusa- Quería saber como estaba. Me ha contestado que están bien y que por ahora se quedan un día más, así que hasta el lunes que viene como mínimo, no regresarán. ¿Qué hacemos de comer?

Preparamos un poco de todo, algo de ensalada, de carne de distintos tipos, de fiambres, un revuelto de setas…todo ello acompañado por un par de botellas de tinto de Rioja, dos Matarromera Crianza 2018. No acabamos con toda la comida pero sí con las dos botellas de tinto, que estaban impresionantes. Acabadas las botellas, recogimos todo y nos fuimos al sofá del salón.

-Ese vino se sube un poco a la cabeza -me dijo riéndose- Ya me está entrando un poco de modorra.

-Joder, es que nos hemos bebido dos botellas entre los dos -le dije sentándome a su lado- Somos un poco exagerados.

Carlos se tumbó en el sofá colocando sus piernas sobre mi vientre, acomodé sus piernas para que no me presionaran los huevos. Comenzamos hablando de nuestras mujeres, del sexo con ellas.

-Pues la primera vez que se la metí a Irene por el culo fue al poco tiempo de casados -comencé contando- Estábamos follando en un hotel de Granada, que está muy cerca de La Alhambra. Le estaba embistiendo con fuerza y en una de esas, mi polla salió completamente de su coño, al volver a embestir, no sé como, se metió en el agujero equivocado. Ella dio un pequeño grito, yo noté que aquello no estaba mojado como antes, además que la sensación en la polla era distinta, me di cuenta de donde la estaba metiendo y le pedí perdón, fui a sacarla pero me la cogió y no lo permitió, me miró sonriendo y me dijo que siguiese por ahí, que le encantaba. Y tanto que le gustaba…no paraba de gemir hasta que me corrí inundándole el culo de leche. Aquello me puso muy burro, jejejeje

-A Carmen le di por el culo de novios, follando en el coche, ella me guiaba -me comentó Carlos- Yo habría follado un par de veces nada más, prácticamente era virgen. Ella se colocó a 4 patas y me dijo por donde quería que se la metiera, pero que me quitara el condón, por donde ella quería no habría peligro de embarazo me dijo. Imagínate para un chaval de unos 18 o 20 años, que la novia le diga que se la meta por el culo. Creo que le pude dar unas 5 o 6 embestidas nada más, me vacié dentro de ella, que no llegó a correrse y me “castigó”, lo digo entre comillas porque es un castigo divino, a comerle el coño hasta que se corriera. Primero se vació el culo de mi leche, me hizo tumbarme en el asiento de atrás y se sentó sobre mi cara, ella me acariciaba los huevos y la polla, y ahí fue la primera vez que me tocaron el ojal. No metió su dedo, pero con la yema de uno de ellos me lo acariciaba. Se corrió en mi boca, llenándome de sus fluidos y de parte de mi semen, y yo me volví a correr en sus manos y en mi vientre.

-Pues yo creo -le dije- que Irene ya había tenido sexo anal varias veces, mi polla entró por su culo como Pedro por su casa, sin dilatarla ni lubricarla. Nunca lo he hablado con ella, la verdad.

En ese momento mi teléfono comenzó a sonar, era Irene la que me llamaba.

-Hola mi vida -dije al descolgar- ¿Qué tal todo? Me ha dicho Carlos que por ahora os quedáis un día más,

-Hola mi amor -respondió ella- Sí, por ahora no regresamos hasta el lunes por la noche o martes por la mañana. Por aquí estamos bien, algo aburridas. La gente es un poco sosa, solo quiere regresar pronto…

-Ahhh, y vosotras no -le corté riéndome- debéis de estar pasándolo genial.

-Sí, bueno. Tú ya me conoces -me contestó- Ya que una sale por trabajo, hay que aprovecharlo todo. No sé cuando volveré a Tarragona. Jejejeje

-Pues claro que sí -le dije- Aprovechad que en unos días se os acaba todo.

-Y tú, ¿todo bien? -me preguntó- Carmen me ha dicho que le ha extrañado el mensaje de WhatsApp de Carlos, no sé si os ha pasado algo.

-Que va, que va -le respondí- Creo que Carlos la echa mucho de menos, está un poco mustio pero se le pasará.

-Es lo que pensamos -me comentó- Bueno, salid y aprovechad estos días sin nosotras, verás como se recupera pronto. Ya te dejo, tengo que entrar de nuevo. Te quiero muchísimo y no hagas locuras – se despidió-

-Adiós mi vida. Te amo -le dije colgando el teléfono-

-Ya la he oído -me dijo Carlos- En fin, habrá que hacer algo para pasar estos días bien.

Se levantó y fue a la cocina, lo oí trastear entre vasos y caer hielo en algo metálico, que imaginé que era la cubitera. Se asomó por la puerta de la cocina.

-Yo me voy a servir una copa, me apetece -me dijo sacando su mejor sonrisa- ¿Quieres una?

-Vale, no te voy a dejar beber solo -le dije sonriéndole- Échame un gin tonic. Hay tónica en la nevera, creo.

Se metió de nuevo en la cocina, se oía como servía las copas, en nada apareció de nuevo con las copas en la mano. Cogí una bandeja para poder ponerlas sobre ella, y apoyarla en el sofá. Estaba riquísimo con pequeños trozos de frutos rojos, dándole un leve color rosado al gin tonic.

-Sigamos hablando -le dije- ¿has engañado a Carmen alguna vez? Si te molesta la pregunta, lo dices y cambiamos de tema.

-No, tranquilo -me respondió acariciándome el muslo- Dos veces he estado con una chica, la misma, una excompañera del trabajo pero que no era tan buena en la cama como Carmen, ni se le acercaba. Carmen no se enteró, creo. Acabé con la relación porque ella era muy absorbente, estaba tremenda, un culo increíble, unas tetas preciosas, un coño depilado y grandecito con los labios superiores grandes, que le colgaban un poco; y me comía la polla como nadie, en eso es en lo único que le ganaba a Carmen, en como me comía la polla. ¿Y tú?

-No, nunca -le dije sin mentirle- Nunca he estado con otra desde que nos conocimos. Aunque tengo mis dudas de que ella no haya estado con otro, lo digo por lo de darle por el culo. Yo creo que tenía un amante que la…, no sé como decirlo sin que suene mal, que la envició más, o que la emputeció, no sé si se dice así, pero siempre me ha dado miedo preguntarle.

Em ese momento, Carlos me acariciaba los huevos. Yo tenía la polla levantada ya, y su polla se estaba levantando.

-Joder, cabrón -le dije excitado, y agarrándolo de la mano tiré de él- Vámonos a la cama, ya no te libra nadie, jejejeje.

Tiré de él y se levantó, lo besé y, tirando de su mano, nos fuimos directos a mi cama. Nos besamos a los pies de la cama, nuestras pollas estaban ya apuntando al techo. Le acariciaba los cojones y la polla mientras nos besábamos, él me acariciaba las nalgas. Me senté en la cama y su polla quedó a la altura de mi cara, acerqué su polla a mi boca, le pasé la lengua por todo el capullo haciendo círculos, él me aguantaba la cabeza, yo le sobaba los huevos mientras mi lengua recorría toda su polla; capullo, tronco y la base pegada a sus pelotas. Abrí la boca y la metí dentro, mis labios apretaron el tronco de su nabo mientras movía la cabeza hacia delante y hacia atrás. Mis manos sujetaban sus nalgas mientras algún dedo se iniciaba a explorar la zona buscando su ojal hasta encontrarlo y hundirse en él. Carlos suspiraba mientras mi lengua enfocaba sus movimientos en su frenillo y su capullo.

Me la sacó de la boca e hizo que me girase y me tumbase en la cama, me coloqué a 4 patas esperando las embestidas de su verga pero no fue así. Me puse con mi cabeza pegada a la cama dejando el culo levantado, acercó su cara a mi trasero y metió su boca entre mis nalgas, con sus manos las separaba mientras su lengua me acariciaba el ojal y me ponía a mil. Su lengua mojaba mi ojal, notaba el calor de su respiración en él, el calor de su lengua y de su saliva también, eso me estaba poniendo muchísimo. De pronto me dio un guantazo, no fuerte en mi nalga, me pilló desprevenido.

-¡Ay, joder!!!¿qué haces? -le dije excitado y cabreado-

-SShhh, calla zorrita -me contestó con un tono que no terminaba de entender- Vi que el Señor A te dio un guantazo en la nalga antes de cambiar de pareja, y por tu cara vi que te excitó.



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Capítulo 5


Me agarró de las caderas, colocó su capullo en mi ojal y fue metiéndola lentamente, pero sin pausa, hasta que tenía todo su nabo dentro de mi culo. Comencé a gemir, me encantaba tener su polla dentro, dejó de moverse mientras acariciaba mis nalgas. Yo estaba muy excitado, comencé a moverme hacia delante y hacia atrás, sin sacarla completamente de mi culo. Sus manos buscaban mi polla, mis huevos…los acariciaba para soltarlos después. Me la sacó y me dejé caer sobre la cama, se tumbó encima besándome el cuello, me giré completamente. Parecíamos unos adolescentes, con una calentura increíble. Nuestras bocas se tocaron, nuestras lenguas se enredaron, lo eché a un lado y me puse sobre él, me coloqué entre sus piernas sin parar de comerle la boca. Quería estar dentro de él, mi polla buscaba su ojal y él me lo ofreció levantando un poco sus caderas. Con la mano llevé mi verga hacia la entrada de su culo, le levanté las piernas poniéndolas sobre mis hombro…ya su culo quedaba a mi merced. Apreté mi cadera contra sus nalgas y notaba como mi polla se abría paso por su ojal, como su ojal iba cediendo a la presión a la que lo estaba sometiendo. Entró mi capullo, sin parar seguí empujando hasta tener toda mi verga dentro de él. Gemíamos y jadeábamos, nuestras respiraciones estaban muy aceleradas, notaba como mi polla salía y entraba del culo de Carlos. Bajó sus piernas de mis hombros, yo le besaba, besaba sus pezones que estaban de punta y volvía a su boca.

-¿Te gusta así, cabrón? -le pregunté con la respiración entrecortada- Quiero reventarte el culo…

-Ufffff -me dijo entre gemidos- sabes cuánto me gusta tenerte dentro y no se te ocurra parar, quiero que me preñes.

Le agarré de los muslos tirando de ellos hacia mí al ritmo de mis embestidas. Cogió una de las almohadas y la puso debajo de la zona lumbar de su espalda, así le quedaba el culito levantado y haciendo que la follada se hiciese con menos dificultad. Lo observaba atentamente, su cara reflejaba todo lo que sentía, todas las emociones que tenía mientras se la clavaba. Su polla, dura como una viga, segregaba líquido preseminal a raudales, un hilo constante de éste le caía sobre el vientre al ritmo de mis movimientos.

-Dios, sigue cabrón, siiigueeee -me gritaba levantando un poco la cabeza- Me queda poco para correrme.

Le agarré la polla sin meneársela, notaba como empezaban las convulsiones antes de la corrida, muy levemente. La solté y le acaricié los huevos acelerando los movimientos. Mi concentración era extrema, no quería correrme aún. Me concentré en los sonidos, los gemidos de Carlos, el sonido de mi polla saliendo y entrando de su culo, mi respiración agitada, quizás con algunos gemidos y los golpes que daba el cabecero de la cama contra la pared.

-Sí, sí, síiiii, me corrooo -me dijo comenzando a soltar su leche-

Notaba en mi polla las contracciones su culo mientras se corría, su esfínter apretaba y soltaba el tronco de mi polla de manera rítmica. El primer trallazo de semen cayó sobre su pecho, le agarré la polla para dirigirlo, pero con mis embestidas aquello caía donde le daba la gana. Algunos trallazos más cayeron sobre su pecho, otros en su barbilla y alguno sobre las sábanas.

Le saqué la polla, su cara era de completa felicidad, me sonreía. Me tumbé sobre él, llenándome el cuerpo de mi semen, para besarlo, comerle la boca.

-No sabes el placer que me das -me dijo medio riéndose- Nunca he sentido ni disfrutado el sexo con nadie como contigo.

-Ummm, eso hace que mi ego suba muchos enteros -le dije riéndome-

Me giré hacia la pared, dándole la espalda. Se pegó a mí, haciendo la cucharita, notaba su polla morcillona entre mis nalgas. Besándome el cuello se acercó a mi oído.

-Prepárate, ahora me toca a mí darte mmmmmm -me dijo excitado, notando yo esa excitación en la herramienta que tenía entre mis nalgas-

Me acomodé echando el culo hacia atrás, me tenía cogido por la cintura mientras su boca besaba mi cuello. Su otra mano acariciaba mis nalgas y la llevaba hasta mi polla, me la tocaba como queriendo comprobar el estado de excitación que tenía, que era muy alto. Me agarró la polla y comenzó a meneármela despacio mientras notaba como su polla encontraba mi ojal. Él apretaba sus caderas contra mis nalgas mientras yo apretaba mi culo contra su polla. Noté que comenzaba a entrar, a pesar de haberse corrido hacía unos minutos, su polla comenzaba a ponerse dura de nuevo.

-Ummm cabrón, veo que te gusto demasiado -le dije muy excitado- Te has corrido hace nada y ya la tienes dura de nuevo. Clávamela ya, que no aguanto.

Su capullo fue entrando sin resistencia alguna, notaba como entró completamente, como se abría paso dentro de mí. Su tronco seguía entrando hasta que sus huevos se pegaron a mis nalgas. Me tenía empalado, lleno de él. Se puso a moverse despacio, acelerando el ritmo al ritmo de mis gemidos, o mis gemidos iban al ritmo de sus movimientos…. Yo giraba la cabeza para besarlo, me daba su boca, su lengua que enredaba con la mía. Con una mano me abría la nalga que no estaba apoyada en el colchón, yo aceleré mis movimientos contra su pelvis. Notaba que me quedaba poco, me agarró la polla y comenzó a meneármela mientras sus embestidas iban a más. Tuvo que notar que me quedaba poco para correrme, imagino que por el mismo motivo que lo noté yo antes de que él se corriera, por las contracciones de mi ojal en su nabo.

-Ya te vas a correr, putita -me dijo entre susurros- Voy a llenarte el culito de mi leche, voy a preñarte, cabrón.

Eso me puso a mil y mi polla se puso a soltar leche a borbotones, no paraba de gemir, estaba en otro mundo, en otra dimensión. Lo estaba disfrutando muchísimo cuando noté en mi interior un líquido viscoso y caliente inundándome, eso me trajo de vuelta, Carlos me daba unas embestidas tremendas, jadeaba, gemía, gritaba…Y yo, yo hacía lo mismo. Cuando acabamos, sacó su polla de mi culo, se derramó parte de su leche sobre la cama. No tenía fuerzas para levantarme, no podía. Había sido un polvo espectacular, Notaba como su leche iba saliendo de mi trasero lentamente, pero no me podía mover, los músculos no me respondían como yo quería.

-Joder Nico, que polvazo hemos echado -me dijo mientras me abrazaba y me apretaba contra él- No puedo moverme, me tiembla todo.

-Ummmm, parecía que hacía un viaje astral -le dije agotado- Estaba en otro mundo hasta que tus embestidas me han traído de vuelta. Quiero muchos polvos así. No sé qué pasará cuando nuestras mujeres regresen, pero no me gustaría que esto acabase aquí.

-Ya iremos viendo cómo hacerlo -me dijo aun recobrando el aliento- por ahora no están, así que esto lo podemos repetir. Cambiando de tema, esta noche la pasaré en mi casa. Hace días que no paso por allí y no quiero sorpresas de ninguna clase.

Me giré y lo besé, en ese momento noté como la mayoría del semen de Carlos comenzaba a salir de mi culo, me tapé el ano con una mano y entre risas salí corriendo hacia el baño.



Una vez cambiadas las sábanas y puestas a lavar, y duchados y limpios (y en bolas los dos) nos sentamos en el salón. Cogí mi teléfono móvil y mandé un WhatsApp a Pedro.

-Hola Pedro, ¿qué tal vas? ¿Por dónde andas? Escríbenos cuando puedas.

En dos minutos sonó una notificación de WhatsApp en mi teléfono, era Pedro.

-Hola Nicolás, ¿cómo estáis? Acabamos de pasar Madrid, así que no queda mucho para llegar. Ya he hablado con mi hermana y estaba llegando a la estación de Zaragoza, me muero por verla y abrazarla. ¿Habéis vuelto a estar con Emilio y con Pepeca?

Le enseñé a Carlos el teléfono, lo cogió y escribió la respuesta.

-Sí, Pedro. Pero dijeron algo que nos extrañó, nos dijeron algo así como que “lástima que en breve…” y el otro contestó que se callara, que cuando a ellos les “digan” en plural, ¿sabes algo?

-Sé que hay más gente metida, más poderosos que ellos, ellos son unos mandados nada más, pero no sé ni cuantos son ni quiénes son y tampoco qué quieren. Lamento no poder ayudaros en eso, de verdad.

-Bueno, no te preocupes. Ya solucionaremos esto, ahora preocúpate en disfrutar con tu hermana y en enderezar tu vida. No eres mala persona, solo un chaval que ha pasado por unos baches. En un rato volveremos a preguntarte, no nos hables hasta que no te preguntemos, un beso enorme.

-Besos para vosotros, sois únicos y unas personas increíbles. Esperaré a que me habléis primero, cuidaros mucho.



Carlos y yo nos miramos, no sabíamos a quienes se referían con aquello, estaba claro que serían más de uno, pero no sabíamos nada más y no íbamos a presentarnos en el chalet a preguntar.

-Oye, podríamos salir esta noche a tomarnos algo -le dije con ganas de cenar fuera y tomarnos algo- ¿Te apetece?

-Esta noche me quedaré en mi casa, podrías pasar la noche en mi cama -me dijo guiñándome un ojo- Podríamos salir a cenar, tomarnos algo e ir a mi casa después, para dormir.

-Ummm, buena idea -le comenté- Me parece una idea genial.

Quedamos en que en un rato se iría a su casa para arreglarse y cuando estuviese listo se pasaría por mí. Nos entretuvimos una hora más o menos, pensábamos un restaurante para cenar, él eligió que sería un restaurante colombiano que llevaba abierto un par de meses, él ya había comido allí y me dijo que la comida estaba espectacular. Llamamos y reservamos mesa para los dos. Una vez arreglado el tema del restaurante, decidió vestirse e irse para su casa. En cuanto se marchó, me metí en la ducha, me afeité todo (barba, pelotas, trasero…) y preparé la ropa que me pondría. Me decidí por algo sport, unos pantalones chinos beige, una camisa de lino azul y unos zapatos marrones. Me quedé desnudo esperando que Carlos me avisara antes de venir para empezar a vestirme, mientras me serví un vermut con hielo y me senté a esperar. A los 10 minutos aproximadamente me llamó para decirme que saldría por mí en 5 minutos. Me acabé el vermut y fui a vestirme. Me puse un slip de los que marcan bastante el paquete, de los que lo suben, y acabé de vestirme, me peiné echándome un poco de espuma, y me rocié de colonia. Estaba un poco nervioso, como si hubiese quedado con una chica. Al ratillo llamaron a la puerta, salí a abrir, era Carlos, entró en el salón. Iba con un pantalón vaquero azul oscuro, de una conocida marca americana, una camisa blanca remangada y una blazer de cuadros. Estaba espectacular.

-Joder tío -le dije mirándolo de arriba abajo- A ver con cuánta gente voy a tener que pelearme hoy, jajajaja.

-Qué exagerado -me dijo riéndose y mirándome por todos lados- Yo sí que tendré que pelearme con la gente, jajajaja.

Nos besamos y dándome un cachete en el culo me indicó que nos fuésemos ya. Salimos, cerré la puerta y nos montamos en su coche.

-Espera -le dije con el móvil en la mano- Primero vamos a preguntarle a Pedro, ya ha debido llegar.

Abrí el WhatsApp de mi teléfono y le escribí a Pedro.

-¿Hola Pedro, has llegado ya? ¿Estás con tu hermana? Espero que el viaje haya ido bien, son sobresaltos. Nosotros no sabemos nada de estos dos tipos, solo lo que te contamos antes.

La respuesta fue inmediata.

-Holaaaa, sí. He llegado hace como 12 minutos y muy bien. Ya estoy con mi hermana que me ha dado una sorpresa, mañana tengo que presentarme en una empresa de seguridad para trabajar. Mi cuñado ya lo ha hablado con esa empresa, así que en breve estaré trabajando.

-Perfecto, no sabes cuánto nos alegramos, pero ya sabes…Donde tengas la olla no metas la polla, no sea que te pase como antes… Así que el sexo lo dejas para después de la jornada laboral. No te entretengo más, ya vamos hablando como siempre. Tú esperas a que yo te hable, ok? Un beso enorme y cuídate.

-Perfecto Nicolás, esperaré que me preguntéis antes. Tengo que dejaros ya, otro beso y mucha suerte.

Llegamos al restaurante 10 minutos antes de la hora prevista y nos pasaron sin problema. Dejé que Carlos pidiera cervezas para empezar, para mí me pidió una Tres Cordilleras Mestiza, que estaba insuperable, con unos toques de frutas tropicales que me supo exquisita. Él se pidió una BBC (Bogotá Beer Company) Monserrate Roja, que la probé y estaba muy buena, pero prefería la que había elegido para mí. Dejé que pidiera por mí la comida, no conocía la cocina colombiana hasta ese momento. Pidió varios platos: arepas, lechona, tamales…todo tan bueno que a día de hoy soy un enamorado de la cocina colombiana. Una vez acabamos de comer, imposible acabar con todo, nos fuimos a una zona de locales, para tomarnos unas copas. Entramos en el que estaba más tranquilo, tenía una terraza amplia, la música no estaba fuerte. Había un grupo de mujeres, de unos 30 años, en una esquina del local, dos parejas sentadas juntas, dos mujeres de unos 40 años en la barra y nosotros.

Nos sentamos y la camarera se acercó para que pidiésemos, Carlos se pidió un Gin Tonic y yo me pedí un Bourbon solo con hielo. En nada de tiempo volvió la camarera con las copas y con un cuenco con un rebujo de frutos secos, hablábamos de nuestras mujeres, de donde nos gustaría ir de vacaciones, etc, cuando se acercó una de las mujeres que estaban en la barra.

-Perdonad que os moleste -dijo un poco cortada- ¿sois de aquí?

-Sí, claro -se adelantó Carlos- ¿Necesitas algo?

-Veréis, estamos aquí por trabajo, es nuestra primera noche y no conocemos nada, ni donde está la zona de marcha, ni buenos sitios para comer…y en el hotel que estamos hemos preguntado, pero nos parece que no saben nada -contestó ya más tranquila-

-¿En qué hotel os alojáis? -me adelanté en preguntarle- Igual tampoco son de aquí los de recepción, jejeje.

-Jajaja, no había caído en eso, la verdad -dijo con una sonrisa preciosa- Estamos en el NH que está aquí al lado.

-Vale, bien y una pregunta muy importante -dijo Carlos- ¿Cómo te llamas?

-Ostras, lo siento -contestó riéndose y llamando con la mano a su amiga- me llamo Ana y mi compañera se llama Silvia. ¿Y vosotros?

-Mira, este es mi amigo Nico -contestó Carlos- y yo soy Carlos. Si os apetece podéis sentaros con nosotros en la mesa.

Ana y Silvia se acercaron a la mesa, Carlos y yo nos levantamos y nos presentamos dándole dos besos a cada una. Traían sus copas con ellas, Ana bebía whisky con cola y Silvia tomaba Brugal con cola. Se sentaron y comenzamos a charlar los cuatro muy animadamente.

Ana era una mujer de 41 años de Valencia capital, según nos contó, separada desde hacía 4 años, su marido era abogado y con una entrepierna bastante “ligerita de cascos”, se acostó con dos clientas, una de las secretarias del buffet y una amiga de él, “eso que yo sepa con seguridad” fueron sus palabras. Una mujer muy guapa, morena con ojos color de miel, un pecho lo suficientemente grande para llamar la atención necesaria pero justo para que cupiese en la palma de mi mano sin que sobrara demasiado, un culo que llamaba la atención por su movimiento y forma, y unas piernas que no tenían fin, en una palabra, Ana era un pibón. Llevaba un traje ajustado de color rojo de cuello vuelto que hacía que se le ajustara totalmente al cuerpo, haciendo que sus pechos llamasen la atención, unos zapatos de tacón de aguja rojos, que le estilizaban las piernas de una forma que abrumaba Era muy consciente del cuerpazo que tenía, y sabía lucirlo y sacarle provecho.

Silvia tenía 39 años, separada desde hacía unos dos años, no por infidelidades de ninguna de las partes, simplemente porque el amor se acabó o quizás no se casaran enamorados. También de Valencia capital, era castaña clara de pelo largo, recogido en una cola de caballo alta, los ojos negros, muy negros y una boca que invitaba a besarla. También con un cuerpo espectacular, llevaba un traje beige ajustado, con escote de barco que invitaba a asomarse a sus pechos que eran del tamaño justo, su culo era respingón y redondo, y sus piernas acordes con el cuerpazo que lucía.

Habían venido por un tema de trabajo, eran de la Autoridad Portuaria del Puerto de Valencia, y venían a unas jornadas de mercancías en los puertos o algo así. Se quedarían hasta el domingo, llevaban un día aquí.

Nosotros les contamos que éramos casados, que nuestras mujeres, que eran compañeras, estaban por trabajo en Tarragona y que no vendrían hasta como mínimo el lunes, estábamos de Rodríguez los dos.

-¡Vaya, qué peligro! -dijo Silvia- Dos varones como vosotros en libertad…

-Justo iba a decir lo mismo de vosotras -le cortó Carlos- jajajaja, esos cuerpazos y solas…ummm

-No estamos solas -dijo Ana- estamos con vosotros, y espero que la noche sea de las que hacen historia.

Carlos y yo nos miramos, con eso nos lo dijimos todo. Las copas fueron unas detrás de otras, hasta que a cierta hora decidimos marcharnos, serían como la 01:30 de la mañana. Salimos del local y nos dirigimos a otros locales de la misma calle, pero estaban a reventar, no había manera de entrar siquiera para pedir unas copas. Seguimos probando por las calles aledañas, pero con la misma suerte.

-La opción más efectiva que veo es ir a mi casa, tengo variedad de bebidas. -solté viendo que se pasarían las horas y no pudiésemos entrar en ningún sitio- Si no os incomoda el veniros a mi casa, podríamos seguir la charla allí.

-Por mí perfecto -dijo Ana- Prefiero un sitio tranquilo y sin mucha gente, tu casa me parece buena idea, aunque no la conozca.

-A mí también me parece bien -dijo Silvia agarrándose de mi brazo- Tengo un poco de frío.

-Pues nada, vámonos para tu casa -dijo Carlos- Voy por el coche y os recojo aquí mismo. Lo tengo en el parking de ahí enfrente.

Me quedé con ellas, charlando de tonterías, Carlos apareció con el coche a los pocos minutos. Iba a dejar que Ana se sentara delante.

-No, no, siéntate tú delante -dijo con un tono autoritario- Yo me siento con Silvia detrás.

Y así distribuidos en el coche nos dirigimos a mi casa. Les dije que en cuanto llegásemos, deberíamos ir en silencio, la vecina del chalet de al lado era muy cotilla, a lo que se pusieron a reír. Estábamos cerca ya de la casa, cuando Carlos me da un toque en la pierna, lo miré y me hizo señas de que mirase hacia atrás. Me giré y vi a las dos besándose, la mano de Silvia estaba sobre el pecho izquierdo de Ana, quien tenía una mano acariciando las piernas de Silvia. Carlos aparcó a unos 30 metros de mi casa, por el tema de la vecina cotilla, ellas se separaron y nos sonrieron.

-Perdonadnos -dijo Silvia- creo que se nos ha ido un poco la pinza con tantas copas.

-Tranquila -le dije- no pasa nada, no nos vamos a asustar a estas alturas…

-Eso digo yo -soltó Ana- La verdad es que lo estaba pasando bien, aunque para deciros la verdad, no es la primera vez que nos besamos, pero no hemos ido más allá.

-Vaya, esperemos que esta noche crucemos todos juntos “al más allá” -contestó Carlos-

Los cuatro nos echamos a reír. Llegando a la casa, nos quedamos en silencio, abrí la puerta de entrada al jardín y pasaron, después abrí la puerta y quité la alarma, entraron todos y cerré.

Ya dentro de casa, Silvia necesitaba ir al baño, la acompañé y cuando regresé al salón Ana estaba besando a Carlos. Ella me hizo un gesto con la mano para que me acercara, eso hice y se giró hacia mí, me cogió la cara y me besó en los labios. Me fijé que su mano acariciaba el paquete de Carlos, en ese momento sonó la cisterna del baño y en nada apareció Silvia.

- ¿Habéis empezado la fiesta sin mí? -dijo excitada- Nico, ponme al día de lo que ha pasado aquí, por favor.

-Será un placer, Silvia -le dije acercándome-

La besé, me pasó los brazos por encima del cuello, yo la agarré de la cintura y la atraje hacia mí, quería que notara como estaba mi polla de dura ya. Y la notó. Bajó su mano hacia mi paquete y lo acarició. Le puse mis manos en el escote del traje y lo bajé hasta la cintura, sus tetas salieron duras y mirando al techo, como mi polla. Sus aureolas eran oscuras y grandes, sus pezones estaban duros y me señalaban directamente, la piel de sus tetas estaba muy broceada, se notaba que como mínimo hacía topless. Metí mis manos por dentro de su traje y lo bajé hasta que cayó a sus tobillos. No llevaba ropa interior, no sólo hacía topless, indiscutiblemente hacía nudismo. Tenía el coño completamente depilado, lo acaricié por encima, estaba muy suave. Metí mis dedos por debajo, buscando esa entrada gloriosa. Llegué a entrar un poco con los dedos, estaba mojada. Ella me quitó el cinturón, desabrochó el pantalón y bajó pantalón y slips, mi polla salió como un resorte, la tenía muy dura y mojada. Silvia se arrodilló, giré mi vista hacia Carlos, estaba con la polla fuera, besando a Ana, que tenía el vestido subido por encima de las caderas, él le tocaba el culo y el coño mientras ella lo estaba pajeando.

-Un momento, por favor -dije bastante excitado, todos pararon y me miraron- Podríamos irnos a la cama, tengo una cama bastante grande en mi habitación, o vamos cada pareja a una habitación distinta.

-Yo voto por estar todos en una cama -dijo riéndose Carlos- No nos sentiremos solos, jejejeje

-Jajajaja, voto igual que Carlos -dijo Silvia con mi polla en su mano- Tener dos pollas es mejor que tener una, ¿no?

-Por supuesto Silvia -dijo Ana- También voto por una sola cama.

-Vale -dije levantando a Silvia del suelo y con los pantalones por las rodillas- Seguidme, vamos a mi cama.

Cuando llegamos al dormitorio, no sé cómo Silvia y Ana estaban totalmente desnudas mientras que Carlos y yo teníamos los pantalones bajados y las camisas puestas aún. Ellas aprovecharon eso para tumbarse en la cama y comenzar una sesión de sexo lésbico impresionante. Comenzaron por besarse, sus lenguas se enredaban dentro y fuera de sus bocas, las respiraciones estaban alteradas, muy alteradas, las de ellas y por supuesto, las de nosotros. Nos quitamos la ropa sin perder detalle de lo que pasaba sobre la cama, ellas nos miraban y más se tocaban la una a la otra, más se besaban, más calientes se ponían. Ana, que estaba arriba, se giró 180º, ahora su boca quedaba a la altura del coño de Silvia. Le abría el coño a Silvia para que su lengua llegase hasta el fondo. Carlos y yo comenzamos a tocarnos las pollas mientras mirábamos el espectáculo que nos ofrecían las dos, cada uno se tocaba su propia polla. Me acerqué a Carlos, que parecía que me esperaba, lo besé en la boca y se la agarré, comencé a pajearlo mientras él me acariciaba las nalgas, la polla, las pelotas…

-Una pregunta ¿sois bisexuales? -preguntó Ana-

-Sí, desde hace bien poco, pero sí -dije sentándome en la cama y asintiendo con la cabeza- Os podéis ir si queréis, os llamo a un taxi.

-Ni de coña me voy ahora, joder -dijo Ana- Nosotras también lo somos, y no hemos coincidido con dos tíos bisex aún y, como comprenderás, ahora no nos vamos a ir. Y venid aquí ya, joder. Tenemos más sitios por donde disfrutar



Me subí a la cama y me coloqué detrás de su culo. Desde donde estaba, veía la cara de Silvia comiéndole el coño a Ana, coloqué mi polla en su ojal y empujé. Fue entrando sin resistencia alguna en su culo, su respiración se hizo más intensa, más fuerte. De vez en cuando notaba la lengua de Silvia lamerme las pelotas, cosa que me excitaba bastante. Carlos se había tumbado entre las piernas de Silvia, su cabeza estaba entre sus muslos y por debajo de la de Ana, se turnaban para comerle el coño a Silvia que se puso a gemir en cuanto se percató que tenía a dos personas comiéndole el coño. Yo aceleraba el movimiento, bien agarrado de las caderas de Ana, se la saqué del culo, y se la metí por el coño.

-Dios cabrón, dame fuerte -dijo Ana con la respiración entrecortada- quiero que me llenes todos los agujeros.

Nada más decir lo que me dijo, se puso a comerle la polla a Carlos, que gemía bastante. Saqué mi polla del coño de Ana y se la puse a Silvia en la boca. Se puso a lamerla mientras quitaba a Ana de encima suya, se giró colocando su coño delante de mi nabo. Abrió las piernas y me miró a los ojos, coloqué mi polla en la entrada se su coño y empujé. Su coño estaba caliente y muy mojado, movía los músculos vaginales apretando el tronco de mi polla dándome un placer increíble. Me incliné sobre ella sin dejar de mover mis caderas, le chupaba los pezones, los mordía suavemente, los besaba. Subí mi cara buscando su boca, su lengua salía ya buscando la mía, se enredaron fuera y dentro de nuestras bocas. Ana y Carlos estaban en el lado derecho de la cama, Silvia y yo estábamos atravesados en el lado izquierdo, perpendicular a ellos.

Ana se había sentado encima de la polla de Carlos y lo cabalgaba, con sus manos apoyadas sobre el pecho de él. Él la tenía cogida por la cintura, levantándola al ritmo que marcaba la cabalgada de Ana. Miré a Carlos, lo tenía cerca él me sonrió, me incliné más y pude besarlo gracias a que él también se inclinó. Ana se bajó de la polla de Carlos y se puso entre sus piernas, me miró y cogiéndole la polla me hizo un gesto con la cara. Salí del coño de Silvia y me tumbé sobre Carlos, nos besamos con pasión. Ana me acarició el ojal con suavidad, entre los besos de Carlos y el dedo de Ana, estaba muy excitado. Noté como colocaba el capullo de Carlos en mi ojal, me encantaba sentir su capullo ahí. Fui bajando mis caderas poco a poco, notando como su glande iba abriendo mi culo. Me detuve un momento, me encantaba notar como me abría con su miembro, como me perforaba. Seguí introduciéndomela hasta llegar al fondo, notaba sus pelotas en mis nalgas, me detuve un momento y en nada me puse a cabalgarlo como había hecho Ana hacía un momento. Esa sensación de tener aquello dentro de mí, junto a los besos de Carlos era lo más. Me erguí para estar más cómodo, siempre me pasaba que, si me inclinaba para besarlo, el placer que me daba por el culo, disminuía bastante. Ana se sentó sobre una mano de Carlos, mientras me comía la boca, a veces bajaba mi boca para comerle las tetas, lamer y mordisquear aquellos pezones duros. Silvia me pajeaba y besaba a Carlos a la vez mientras yo le metía dos dedos en su coño empapado.

Estuvimos un ratillo en esas posiciones. Estábamos calientes, las respiraciones alteradas. Me incorporé, besé a Carlos con mucha pasión, ellas se calentaban mientras veían como nos besábamos y nos tocábamos. Las manos de Carlos tocaban mi entrepierna, comenzaban por debajo de mis huevos, y subían hasta agarrar mi polla, todo eso sin parar de besarnos. Mis manos acariciaban el pecho de Carlos, bajaban hacia su vientre, pasaban sobre su polla y llegaban hasta sus pelotas.

Silvia comenzó a besar a Ana, las dos se abrazaron, sus manos se metían por todos los recovecos de sus cuerpos, sonaba a humedad, olía a humedad, sabían a humedad. Sus piernas se abrían al máximo, dejando libre la entrada hacia su interior, un interior muy mojado y un espectáculo visual increíble. El poder observar eso dos coños mojados, brillantes por el flujo, rojos, abiertos, hambrientos, era una auténtica delicia. Carlos y yo dejamos de besarnos y observábamos a las dos como se tocaban, se besaban… y eso nos calentaba más. Carlos agarró mi nabo y se puso a pajearme sin dejar de poner atención al espectáculo que teníamos al lado, yo acariciaba la nalga derecha de Silvia y las pelotas de Carlos. Nuestras pollas estaban muy duras y segregando el líquido preseminal, Carlos y yo nos mirábamos, nos estábamos calentado por minutos. Parecía que ellas nos invitaban a entrar en esos coños abiertos y mojados, invitándonos a follarlas. Me puse de rodillas, le pasé un brazo por la cintura a Silvia, la tumbé sobre la cama. Su mirada era muy caliente, se pasó su mano por su entrepierna tocándose, el movimiento de su mano mientras se acariciaba el clítoris me tenía hipnotizado, se abrió más de piernas delante de mí, con la otra mano se acariciaba los pechos, su cadera se movía hacia delante, se recostó sobre la almohada. Su mirada se posó en mis ojos, se mordía el labio inferior, a veces sacaba su lengua y se relamía los labios. A gatas me acerqué a ella, me incliné sobre sus muslos, mi lengua lamía el flujo que había ido saliendo de su vagina y le caía por el interior de ellos, Iba subiendo mi boca, buscando esa gruta maravillosa, esa cueva de la vida. Mi boca llegó a los labios superiores, los besaba, los cogía entre los labios de mi boca y tiraba de ellos mientras dos de mis dedos ya exploraban en su interior. Mi lengua encontró su clítoris, con la punta de ella lo masajeaba, su respiración se aceleró. Con sus manos sobre mi cabeza, la apretaba contra su entrepierna mientras su cuerpo se curvaba hacia arriba. Mi lengua bajaba hacia la entrada de su coño, entraba en él lamiendo todo lo que éste producía, ese flujo pegajoso, sabroso, algo dulzón y salado. Subí mi boca hasta sus pechos, de punta y con los pezones duros, los mordisqueaba, tiraba de ellos con los pezones entre mis dientes, aquello la excitó más aún.

-¡Métemela! Méteme esa polla que tienes, cabrón -decía como medio poseída- Y no me la saques hasta que te vacíes dentro.

-Shhhh, vaya boca tiene la zorrita esta -dije mirando a Carlos- No sabe aún quien manda aquí.

Carlos me miró y sonrió, estaba dándole por el culo a Ana, que estaba como rezan los moros con Carlos por detrás.

-Parece ser que no aprenden estas dos furcias -me dijo muy excitado-

Me coloqué sobre Silvia con mi nabo bien duro buscando la entrada de su coño, ella me lo agarró con una mano y lo puso en la entrada. Con un golpe de caderas, mi polla entró hasta dentro del todo. Notaba el coño muy caliente y muy mojado, mi cadera se movía a un ritmo tranquilo, dejando que ella lo gozase y era lo que hacía. Iba aumentando el ritmo de penetración poco a poco. Mi polla, el frotamiento que producía el movimiento de penetración iba acompañado de unos ruidos, el primero era el típico “plof” de la polla empapada, el segundo era el “plop” de mis huevos golpeando su entrepierna. La agarré de las caderas y coloqué una almohada en su espalda, flexionó las rodillas totalmente abierta de piernas. Nuestras lenguas se enredaban si para, mis manos pasaban de sus tetas a su clítoris, masajeándolo para conseguir una excitación mayor, lo que hacía que su coño segregara más flujo por lo que el sonido de la follada era mayor. Aceleré el movimiento más, de pronto noté un dedo en mi culo, miré y era Carlos. Estaba embistiendo a Ana de una manera brutal mientras me metía un dedo por el ojal. Eso me puso a 100, aceleré más, Silvia comenzó a gemir y jadear, su cuerpo se curvaba, iba a correrse, la agarré de las caderas y la embestí con fuerza. Notaba como los músculos de su vagina apretaban y aflojaban el tronco de mi polla, de repente noté más humedad, notaba como su flujo salía hacia el exterior, como si se hubiese bosado, sus gemidos y jadeos eran gritos de placer, se estaba corriendo. Le saqué la polla y me bajé de la cama, ella bajó y se arrodilló delante de mí, se puso a pajearme con la boca abierta esperando su ración de “Vitamina S”, con una mano me la meneaba mientras con la otra me acariciaba las pelotas. Noté como se acercaba el momento de explotar, moví mis caderas de forma acelerada, ella abría su boca más mientras su mano subía el ritmo. La agarré de los hombros y solté el primer trallazo que le cayó en la boca y en la cara, el segundo le entró en la boca completamente, algunas gotas se deslizaban desde su boca hasta su pecho. Se metió mi polla en la boca y la limpió completamente mientras seguía soltando leche.

-Ya has tenido tu ración de semen hoy -le dije riéndome-

-Y tú tu ración de conejo valenciano, jajajaja -se desternillaba de la risa, risa que me contagió-

Nos quedamos sentados en la cama observando como Carlos acababa la follada con Ana, ella se había corrido varias veces, él se movía muy acelerado, le sacó la polla del culo y, meneándosela, soltó el primer trallazo que llenó la espalda de Ana, Silvia se subió a la cama y puso la polla de Carlos en su boca, para recoger la leche que seguía soltando. Cuando Carlos acabó, Silvia se dirigió hacia Ana y, besándola, le pasó todo lo que había soltado Carlos desde el segundo trallazo. Se estuvieron besándose y pasándose la leche de una a otra, hasta que Ana la dejó caer por sus pechos y por los de Silvia.

Acabado ya la sesión de sexo, nos duchamos de dos en dos. Ana con Silvia (así lo decidieron) en una ducha y Carlos y yo en la ducha de mi dormitorio. En la ducha nos besamos sin parar mientras nos enjabonábamos, hasta enjuagarnos y salir. Nos secamos y fuimos al dormitorio. Al poco tiempo salieron ellas, radiantes y con cara de satisfechas.

-Bueno, vamos a buscar la ropa y nos vamos al hotel -dijo Ana- Llamaremos un taxi para que nos recoja.

-Os puedo llevar yo si queréis -le dije- y también os podéis quedar aquí a pasar la noche y mañana os acerco al hotel, al ahora que queráis. ¿A qué hora tenéis que estar en la Autoridad Portuaria?

-Pues a las 09:30 -dijo Silvia- No empezamos temprano. Yo por mí me quedo, ahora vestirnos para desvestirnos en un ratito…vaya tontería, jejejeje

-Vale, por mí me quedo también -dijo Ana- Yo no he tenido mi ración de “Vitamina S”, igual mañana por la mañana, antes de irnos…

-Vaya dos que estáis hecha -dijo Carlos- quedaos y mañana tendréis ración doble…o de madrugada, quien sabe, jajajaja.

Nos acostamos los cuatro en mi cama, cabíamos bastante bien, un poco apretados pero es lo que buscábamos, más roce, más tocamientos, más excitación.

Me quedé dormido con una teta de Ana en mi boca y la mano de Carlos en mi polla, dormí estupendamente. A eso de las 6 de la mañana me despertó un movimiento en la cama, Ana y Silvia se tocaban la una a la otra. Era un placer ver como las dos se tocaban, se excitaban, como se comían la una a la otra, se lo comían todo. Ana se dio cuenta que estaba despierto y que las miraba, más se exhibía, lo hacía a conciencia, abría sus piernas mirándome fijamente mientras Silvia le acariciaba el clítoris y las tetas. Se mordía el labio inferior y sus jadeos se hicieron más sonoros, estaba consiguiendo lo que se había propuesto, ponerme la polla dura de nuevo.

Carlos se despertó por el movimiento en la cama y por los jadeos de ambas, se espabiló y se puso a tocarse la polla que en breve se le puso como la mía.



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Empiezo a leer y la polla se me pone igual de dura que a los protagonistas. Tengo un "amigo de juegos" y no veo el momento de poder quedar con él y besarlo tal como describes tu!!!
 
No tengo pruebas pero tampoco dudas de que lo mismo estaban haciendo Carmen e Irene en su viaje!!!!

Que morbazo de historia!!!!
 
Capítulo 6


Ana seguía mirándome con las piernas abiertas al máximo, sus rodillas ligeramente flexionadas y mordiéndose el labio inferior. Con sus brazos estirados se apoyaba en sus manos, que se encontraban por detrás de su espalda, con los codos extendidos. Dejaba que Silvia le tocase, le acariciaba el clítoris, le metía un par de dedos, le pellizcaba los labios superiores y se los estiraba… Me acerqué gateando hasta Ana que me desafiaba con la mirada, apoyé mi mano en la parte de colchón que quedaba entre sus piernas e instintivamente las cerró levemente. Se las volví a abrir, incluso algo más que antes, poniendo mi mano en su rodilla y tirando de ella hacia fuera. Levantó su barbilla con gesto chulesco, le agarré la cara y la giré hacia la mía, acerqué mi boca y la besé. Cerró su boca como si no quisiera besarme, pero yo sabía que lo estaba deseando, así que apreté la mano que seguía agarrando su cara y entreabrió los labios. Volví a acercar mi boca y su lengua apareció entre aquellos labios carnosos y calientes. Nuestras lenguas se enredaron, bajé mi boca por su cuello besándolo y lamiéndolo, su respiración iba en aumento, por lo que le hacía Silvia y por los besos en su cuello. Seguí bajando mi boca, me dirigía hacia sus pechos, esa tetas que eran como pitones de toro, inclinados hacia arriba, sus pezones de pico, estaban duros. Mi lengua jugaba con ellos, mi boca los mordisqueaba, besaba todo el volumen de sus pechos para volver a sus pezones y repetir la acción. Subí de nuevo hacia su cara, me besó con mucha pasión, sus labios se cerraron sobre los míos, su lengua exploraba el interior de mi boca, se enredaba con la mía.

Carlos se colocó por detrás de Silvia, que estaba arrodillada e inclinada hacia delante, la agarró de las caderas y comenzó a embestirla sin miramientos, desde donde yo estaba no veía si le estaba dando por el culo o por delante, lo que sí veía eran las caras de satisfacción de ambos. Ella tuvo que dejar de tocar a Ana y echar sus manos sobre la cama para que Carlos no la tirase. Aproveché ese momento para colocarme entre las piernas de Ana, la tumbaba mientras la besaba, con mi mano aguantaba mi verga y apuntaba la entrada de su coño una vez que estuvo completamente tumbada. Froté mi polla por toda su entrepierna, despacio, al pasarla por la entrada de su vagina se empapó de su flujo. Ana me miraba con deseo, con lujuria. Parecía como que necesitase ser follada, y yo necesitaba follarla. Me acerqué más a ella, la cogí de las caderas y la atraje hacía mí, se la metí sin contemplaciones ni miramientos, del tirón le enterré mi miembro en su vagina. Notaba su interior muy muy caliente, y muy muy mojado. El gemido que dio hizo que Carlos y Silvia detuvieran su follada y nos miraran. Me quedé quieto con mi polla dentro de ella un momento. Al cabo de unos minutos comencé a mover mis caderas y, lentamente, metía mi verga hasta el fondo para sacarla casi completamente dejando dentro solo mi capullo y volviendo a repetir la operación. Se enganchó a mi cuerpo levantando el suyo, buscaba mi boca mientras yo aumentaba la cadencia de las embestidas. Me besaba la boca, el cuello, la oreja…

-¡Vamos cabrón, dame fuerte! -me decía al oído apretando los dientes- Quiero que me llenes de tu leche.

Se dejó caer sobre la cama, levantó las caderas para que mi polla entrase hasta el fondo, sus gemidos iban “in crescendo”. Yo estaba muy excitado, mi polla entraba y salía de su coño mojado, notaba el calor que emanaba de su interior, me tumbé sobre ella y la besé, bajé por cuello hasta llegar a sus pechos. Lamí y besé sus pechos mientras aceleraba los movimientos de penetración. Le clavé la polla hasta el fondo y me detuve apretando mi pelvis contra la suya.

-Ahora vamos a cambiar de posición -le dije sacándole la polla, viendo como goteaba su flujo por ella- Voy a reventarte el culito a pollazos ¿lo deseas, ¿verdad?

-Ummmm cabrón -me dijo muy excitada- haz con mi culo lo que quieras.

Me levanté y la puse con las rodillas en el suelo y el pecho apoyado en los pies de la cama. Me coloqué detrás de ella, le separé las nalgas con ambas manos. Su culo estaba algo abierto, me chupé un dedo y lo metí en él, entró sin ningún problema, le metí dos y hasta tres, que fue cuando notaba como su esfínter apretaba un poco mis dedos. Silvia se sentó delante de ella con las piernas totalmente abiertas, con la clara intención de que le comiese el coño. Ana le sonrió y con sus manos separaba los labios superiores del coño de Silvia y metía su lengua entre ellos.

Coloqué mi glande en el ojal de Ana, empujé un poco y entró sin ninguna resistencia. Su culo estaba caliente y me apretaba el capullo dándome un placer tremendo, empujé de nuevo hasta llegar al fondo, su esfínter apretaba el tronco de mi nabo consiguiendo que se me escaparan unos gemidos intensos y muy placenteros. Con la mano izquierda en su cadera y la mano derecha frotándole el coño, comencé a moverme entrando y saliendo a un ritmo acelerado. Ella gemía al igual que Silvia, que no paraba de tocarse las tetas con la boca ocupada por el biberón que Carlos le estaba dando y mientras Ana le comía toda la entrepierna. Planté las palmas de mis manos sobre su espalda y aceleré el movimiento de mis caderas, ella gemía con más intensidad.

-Sigue cabrón, sigue -me decía separando la boca del coño de Silvia- voy a correrme ya…

Noté como su esfínter se cerraba y abría alrededor del tronco de mi polla, mientras ella enterraba su boca en el coño de Silvia. Notaba su culo caliente, caliente y húmedo. La agarré fuerte de las caderas, apreté mi pelvis contra sus nalgas y vacié todo mi semen dentro de su culo. Silvia gemía como una condenada gritando que se corría. Ana subió a la cama y con Silvia, le comían la polla a Carlos. Se corrió en la cara de ambas, dándoles la “Vitamina S” a las dos.

Nos duchamos y arreglamos. Ana cogió el teléfono y llamó a un taxi.

-No te preocupes Nico, dime el nombre de tu calle y el número de la casa -me dijo sin darme opción a protestar- Y vuestros números de teléfono, igual quedamos esta noche de nuevo, jejeje.

Le di el nombre de la calle y el número de la casa para que el taxi las recogieran. Salieron besándonos en la boca a los dos en cuanto el taxista tocó el claxon. Carlos y yo nos miramos encogiéndonos de hombros.

-No sé tú, pero en manera porcentual, estoy follando más en estos días que en lo que llevo de vida -dijo riéndose y tocándose sus partes-

-Ufff, ya te digo -le contesté riéndome- en mi vida he echado tantos polvos en tan pocos días. Pero lo gracioso es que no se los hemos echado a nuestras mujeres…

Nos metimos en la cocina para preparar el desayuno, necesitábamos reponernos por el gasto de energía sufrido. Mientras Carlos preparaba café, yo me dediqué a tostar rebanadas de pan de pueblo. Desayunamos tostadas con aceite de oliva, tomate rallado y jamón ibérico, un desayuno para dioses. Cuando nos disponíamos a sentarnos para comenzar a desayunar, sonó mi teléfono, era Irene. Puse el teléfono en manos libres y puse mi dedo índice delante de mis labios somo señal de silencio mirando a Carlos.

-Hola mi vida, ¿qué tal todo? -me preguntó eufórica- Te llamo mientras desayuno para decirte que al final volveremos el lunes, en tres días estaremos por allí…ya tengo muchas ganas.

-Hola mi amor -le dije intentando aparentar euforia- Qué bien, ¿y eso, a qué se debe?

-Pues que vamos avanzando muy rápido -dijo contenta- el domingo acabaremos por la mañana y haremos una fiesta de despedida el mismo domingo por la noche.

-Pues tened cuidado y espero que no bebáis mucho -le dije riéndome- que el alcohol y tu persona son mezclas explosivas, jejejeje.

-Ummm, que gracioso… -me contestó riéndose- Si te dijera que por las mañanas me levanto muy mojada de lo caliente que estoy.

-Uffff y cuéntame -le dije entre risas- ¿Qué haces para saciar esa calentura?

-Jajajaja, ¡Vaya preguntita! -me dijo- Ya te lo contaré cuando esté allí…

-¿No puedes adelantarme nada? -le pregunté inocentemente-

-Lo siento, mi vida -me dijo disculpándose- Tengo que dejarte, volvemos de nuevo al tajo…un beso muy grande. Te quiero.

-Otro para ti, te amo Irene -le dije-


Carlos me miró pensativo, nos quedamos en silencio unos minutos.

-A ver qué hacemos si nos vuelvan a llamar los “Señores” -me dijo preocupado-

-Pues a ver…no nos queda mucho -le dije pensativo- pero lo que me intriga es que cuando el Señor B le dijo al Señor A que se callar …parecía que tenían, si no miedo respeto.

-Otra cosa -me dijo Carlos- esta noche quiero pasarla en casa, hace ya varios días que no voy por allí y no quiero sorpresas. Si quieres puedes venirte a pasar la noche conmigo.

-De acuerdo -le contesté- ya vamos viendo, si quieres que la pase contigo…no tengo inconveniente alguno, jejejeje.

-Eres tonto -me dijo riéndose- sabes que quiero que pases la noche conmigo.

La mañana pasó sin que ocurriera nada destacable, salimos a tapear al medio día y enlazamos con las copas después. Ya avanzada la tarde decidimos regresar a casa, recoger algo de ropa e irnos a casa de Carlos y cenar allí, decidí llevarme un par de botellas de vino de mi bodega. Llegamos a su casa, una casa grande, con jardín y piscina en una buena zona de la ciudad.

-Por fin -me dijo una vez que entramos y cerrando la puerta- No sabes las ganas que tenía de estar en casa ya.

-Joder, pues podríamos haber venido antes -le dije con las botellas en la mano- Dime donde está la cocina, para dejar las botellas allí.

-Te enseño la casa -dijo señalándome la cocina- empecemos por la cocina.

Estuvo un buen rato enseñándome la casa, como digo era una casa grande. La primera planta con 4 dormitorios con los baños incorporados y una habitación más habilitada como despacho más un baño completo, cocina y lavadero. En la segunda planta se encontraba el dormitorio principal con vestidor y baño incorporado, y una terraza grande, con un jacuzzi en ella. En el sótano tenía una especie de sala de juegos, con un futbolín, una mesa de billar, una zona para jugar a los dardos y zona para jugar a las cartas.

-Ponte cómodo -me dijo mientras se iba desnudando hasta quedarse en bolas- Yo me quedaré como en tu casa.

Ni me lo pensé, me quité la camiseta que llevaba puesta, pantalones y slips, me quedé totalmente desnudo. Carlos se acercó y nos besamos, estuvimos un par de minutos abrazados, aproveché para quedarme con su olor, un olor que me excitaba sobremanera, una mezcla de perfume de caballero con su olor, un olor de varón, que me traía recuerdos de cuando era pequeño y llegaba mi padre de trabajar, no era olor a colonia, era olor a hombre, a hombre bueno. Notó que me excitaba, mi polla se endurecía. Se separó y me dijo:

-Si empezamos a follar a hora, a ver qué hacemos a media noche, jajajaja

Dijo esto agarrándome la polla y acariciándola, me reí. Tenía razón, teníamos que preparar la cena primero, teníamos toda la noche para follar.

En ese momento sonó mi teléfono, miré la pantalla: Número oculto. Descolgué y lo puse en manos libres.

-Hola tortolitos -me dijo el Señor B, con esa medio risa- ¿Cómo están mis putitas? Jejejeje. Os echamos de menos, ¡eh!. Deciros que el domingo no podéis hacer planes, han requerido vuestra presencia personas muy importantes. ¡¡¡Vais a ser famosas!!! Jajajaja. Ya mañana por la tarde os daremos las instrucciones necesarias.

-Perdone Señor B -le dije cortando su monólogo- pero el domingo va a ser imposible que podamos acudir…

-¡¡¡A ver si aprendes de una puta vez!!! -me cortó gritando- Primera y última vez que te atreves a interrumpirme cuando estoy hablando. Me da exactamente igual el por qué dices que será imposible o no, ¿te enteras? ¿os enteráis? Me suda la polla que tengáis otros planes, mañana por la tarde estad atentos al teléfono y no hay más que hablar. Manda cojones encima que os aviso con antelación…vas a venir a tocarme las pelotas…Ya me las tocarás, pero como a ti te gusta, con mi polla en tu boca y acariciándome los huevos… Bueno, lo dicho, atentos mañana al teléfono.


Colgó el teléfono sin dejar que pudiésemos decir nada más. Carlos estaba blanco, yo debía estar del mismo color o más claro aún.

-¿Estás bien? -me dijo agarrándome del brazo derecho- Te ha cambiado la cara.

-No te has visto la tuya -le dije- A ver qué podemos hacer.

-Mira cómo se te ha puesto la polla cuando te ha dicho que le acariciarás los huevos mientras te comes su polla… -me dijo Carlos con un curioso tono de voz-

La polla se me había puesto morcillona. Cuando el Señor B me dijo aquello noté como me excitaba a pesar del problema que era. Nos sentamos en el sofá, teníamos que buscar una solución a aquello y, la verdad, parecía que otra solución no había salvo obedecer. Analizamos la situación, un problema era no saber qué “personas importantes” habían requerido nuestra presencia, no sabíamos de quién o quiénes se podría tratar y por más que pensáramos no teníamos ni idea. Carlos decidió llamar a Pedro para preguntarle sobre si sabía qué personas podrían estar detrás de aquello.

-Hola Pedro, soy Carlos -le dijo serio- ¿qué tal estás?

-Hola Carlos, qué alegría -le contestó Pedro alegre- Estoy muy bien, hace un rato he salido de trabajar. ¿Y vosotros qué tal?

-Pues bien, Nico te está oyendo también -le dijo señalándome, como si Pedro nos pudiese ver- Una pregunta tenemos qué hacerte, y te pido que reflexiones y pienses bien la respuesta. ¿Sabrías decirnos qué personas son las que están por encima de ellos?

-Joder tíos, ya os lo dije -contestó muy apurado- no tengo ni idea de quienes son, aunque siempre hablan de la “parejita”, es lo único que os puedo decir. Los oí un par de veces hablar de ellos en el trabajo, como siempre Emilio y Pepeca trabajan en pareja… No sabéis cuanto lo lamento…¿os han dicho algo nuevo?


Carlos iba a contestarle cuando le toqué la mano y le hice un gesto de negación con la cabeza.

-No tranquilo -le dijo mirándome- es para estar prevenidos por lo que pudiese pasar. No te molesto más, un beso Pedro.

-No molestáis, joder -contestó- llamadme cuando queráis, os debo mucho. Un beso a los dos.

-Besos, Pedro -le dije-


-¿Porqué no has querido decirle nada? -me preguntó Carlos-

-Porque acabo de recordar que Pedro nos dejó la llave del edificio o de la habitación donde se encuentra el ordenador donde graba lo que pillan las cámaras -le dije entusiasmado- Mejor no decirle nada para que no sepa qué pasa.

-¡¡¡Coño, es verdad!!! -soltó Carlos dándome un beso en la boca- ¿La llave la tienes tú o está en tu casa?

-La tengo yo en mi llavero -respondí- pero tendremos que ir por la mañana, si Emilio , el Señor B, nos ha llamado significa que no está trabajando, y como ha dicho que nos llamará mañana por la tarde, significa que por la mañana estará trabajando. Además, Pedro ha dicho que siempre trabajan en pareja…Lo único que nos hace falta saber es dónde trabajarán mañana por la mañana… si no están en el edificio…podríamos entrar y buscar lo que necesitamos. ¿No crees?

Carlos me cogió de la barbilla y me besó con ternura en la boca, entreabrí los labios y su lengua entró en ella buscando la mía. Nos separamos.

-¿Hace falta que te conteste? -me dijo riéndose y acariciando mis pelotas-

Decidimos, ya de mucho mejor humor, que iríamos al edificio por la mañana y comprobar qué miembros de seguridad estarían allí sin que nos viera nadie, por supuesto.

Nos metimos en la cocina entre besos, tocamientos…para preparar la cena, abrí una de las botellas que llevé, un Matarromera Crianza del 2018, lo serví en copas que Carlos me dio y brindamos por nosotros. Carlos preparó una tabla de quesos de la zona, destacando el famoso Payoyo en distintas variedades. También cortó jamón de una pata que tenía recién empezada, aceitunas “chupadedos”, regañás de pan cristal y abrió unas latas de melva que tomamos con unos tomates cortaditos en rodajas. Preparamos la mesa del salón para comer, nos sentamos y nos pusimos a cenar. La cena pasó pronto, no bebimos una botella y media del vino que llevé. Charlamos de todo un poco, con el vino haciendo su efecto, nuestra conversación derivaba a temas sexuales, nos íbamos calentando poco a poco. Mi polla estaba medio erguida, en la punta ya veía las primeras gotas del líquido preseminal que iba produciendo.

-Creo que vamos a acostarnos pronto -dijo Carlos entre risas- quiero enseñarte la colección de consoladores que tiene Carmen, algunos se los he regalado yo, otros los ha comprado ella.

-Joder ¿colección? -le pregunté asombrado- ¿Tantos tiene?

-Bueno, dicho así parece que tiene muchísimos -dijo entre carcajadas- tendrá unos 8 creo, de distintos tipos y algunos los ha usado conmigo.

Subimos al dormitorio, me senté en la cama observando el culo de Carlos cuando se dirigía hacia el vestidor, abrió un cajón y sacó un estuche plano tamaño A3, con cremallera. Lo colocó junto a mí sobre la cama y descorrió la cremallera. Abrió el estuche como si fuera un libro, había 4 consoladores y varios huecos libres. Había también un par de botes de lubricantes de distintos sabores, además de otros huecos que parecía eran destinados a botes de lo mismo.

-¡Qué cabrones sois! -le dije impresionado- Tenéis un auténtico arsenal de consoladores…aunque parece que alguien se ha llevado algunos…jajajajaja

-¡Será zorra! -se rio Carlos mientras contaba los huecos vacíos- Se ha llevado cinco consoladores y dos botes de lubricante. ¿Pero no se iban a trabajar? Jajajaja.

Sacó un consolador con la forma de una polla, muy realista, con sus venas, su capullo, sus huevos grandes… Me miró y lo miró, lo acercó a su boca y lamió.

-Ummm -dijo excitado y excitándome- sabe a su coño.

Me lo colocó en la boca, separé los labios y me metí el consolador en la boca solo la parte del capullo, y sí sabía a coño.

-Ufff, me encanta como la chupas -me dijo inclinándose hacia mí y besándome- Parece que esta noche tenemos algunos juguetitos.

Me senté en la parte de arriba de la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y Carlos hizo lo mismo a mi izquierda, nuestras pollas estaban mirando al techo. Los consoladores los tenía Carlos en el estuche abierto sobre los muslos. Los sacaba y los olía y me los pasaba para que los oliera, uno más olía a coño, los otros dos no tenían olor alguno.

-Quería enseñarte con el que me ha enculado alguna vez -me dijo algo decepcionado- pero se lo ha llevado, aunque nos queda la polla de goma, jajajaja

-No te preocupes, con la tuya que no es de goma me conformo -le contesté riéndome-

Me incliné hacia su polla y la besé en la punta, pasé mi lengua llevándome el líquido preseminal a mi boca. Con mi lengua acaricié todo el contorno del capullo, mientras le agarraba las pelotas. Con una mano me agarró a cabeza mientras yo ya metía su nabo entero en mi boca y lo saboreaba con placer, mi saliva caía en la base de su verga mientras notaba lo dura que se le estaba poniendo en mi boca, le besé las pelotas y busqué su cara, su boca. Nos besamos mientras no parábamos de tocarnos por todos lados.

-¿Sabes qué me excitaría mucho? -me preguntó excitado-

-Sorpréndeme -le contesté- Si puedo lo haré ahora mismo.

-Jajajaja, deja que acabe -me dijo riéndose- Que follaras con mi mujer mientras os veo.

-¿Me estás diciendo que te excitaría ver como me follo a Carmen mientras nos miras y te pajeas? -le dije incorporándome mientras lo miraba asombrado-

-Eso mismo Nico -me dijo riéndose y señalándose la polla- Tirarte a Carmen mientras yo miro como lo haces. Sólo de pensarlo me excito más…

-¿No será que tienes la polla así porque te la he chupado ahora mismo? -le dije asintiendo-

-Claro, también -me contestó- Pero me caliento pensando eso.

-No me opondría a ello -le contesté imaginándome en aquella cama, metiéndosela a Carmen- pero lo haría a pelo, nada de condón.

-Jajajaja, hombre claro -me dijo entre risas- a ella le gustaría tu polla, bueno yo creo que le gustan todas las pollas, jejejeje.

Sacó uno de los botes de lubricante, se quitó el estuche de los consoladores de los muslos y lo dejó caer al suelo, se sentó sobre mis muslos y agarrándome la polla echó sobre ella un buen chorro de lubricante, lo repartió bien por ella y, cogiéndome la polla, se sentó sobre ella clavándosela completamente. Gimió no sé si de placer, de dolor o de ambas cosas a la vez. Se inclinó hacia sin parar de comerme la boca.

-Uffff, no sabes cuanto me gusta tenerte dentro -me dijo con apenas un hilo de voz al oído- Me vuelves loco, cabrón.

-Ummmmm, sigue moviéndote despacio -le dije con la voz entrecortada- me encarta empalarte. Así voy a follarme a Carmen, ¿te gustaría?

-Siiiii, y lo sabes, cabrón -me dijo muy caliente- Ufff, como la tienes de dura.

Se inclinó hacia mí buscando mi boca, yo quería la suya. Nuestras lenguas se enredaron antes de que nuestros labios se unieran, su lengua entraba en mi boca y mi lengua entraba en la suya rebañando el interior de ambas bocas, intercambiando saliva. Notaba como su ojal apretaba el tronco de mi nabo, dándome mucho placer y haciendo que se escapasen gemidos de mi boca. Su culo caliente y mojado, por el efecto del lubricante, hacía que mi excitación fuese subiendo. Agarré su polla, dura y mojada, y comencé a pajearlo despacio, acariciando sus huevos.

-Dios como me gusta tu polla y tus huevos, cabrón -le dije muy caliente-

-Todo tuyos Nico -me dijo apenas con fuerza- Sigue meneándomela así, despacio….

Su movimiento se aceleró un poco, botaba sobre mi polla con fuerza, gimiendo y jadeando. El sonido que se oía era el “plof, plof” de mi polla saliendo y entrando de su culo. Lo levanté de mi polla, se tumbó de espaldas en la cama, me coloqué encima y, cogiendo sus piernas y apoyándolas en mis hombros, puse mi polla en su ojal y con un movimiento de mis caderas, mi polla entró hasta el fondo. Me quedé parado con mi nabo dentro de él, hasta el fondo. Nos miramos a los ojos, su polla mojaba su vientre, un hilo de líquido preseminal salía de la punta de su verga cayendo sobre su vientre y dejando una pequeña mancha viscosa y brillante. Mis embestidas comenzaron, su cara lo decía todo, estaba disfrutando de la follada, mi polla llegaba hasta el fondo para retroceder y volver a sitio de partida, como un pistón. Echó abajo sus piernas de mis hombros, nos besamos mientras aceleraba el ritmo de las embestidas. Estábamos disfrutando de ese momento, de esa follada, él disfrutaba de mi polla, yo de su culo. Los gemidos y jadeos aumentaron en volumen y en número. Su nabo lo tenía en mi mano cuando noté las primeras convulsiones en él, sabía que le quedaba poco para correrse, decidí soltarla de mi mano y sacarle mi polla del culo. Teníamos las pollas muy duras, me coloqué a 4 patas delante de él, me agarró de las caderas y con un movimiento de las suyas, me la clavó hasta el fondo. Sentí como su polla se abría camino dentro de mí, como notaba esa dureza caliente dentro. Se quedó parado un instante, y se puso a bombear a un ritmo elevado, sus gemidos se iniciaron nuevamente, notaba su verga como se contraía, sabía qué vendría seguidamente. A los pocos minutos de empezar a follarme, noté su semen entrando en mí, ese líquido caliente y viscoso me inundaba por dentro. Carlos me embestía con fuerza hasta quedarse parado, apretando su pelvis contra mí y vaciándose hasta que dejó de fluir su leche. Me la sacó y, colocando mi mano para taponar mi culo sin que nada saliera, fui al baño para vaciarme. Cuando regresé a la cama, estaba tumbado bocarriba, lo besé en los labios, se la limpié con la boca y se colocó de nuevo a 4 patas.

-Ahora te toca a ti preñarme -me dijo con la voz agotada- Necesito que te corras dentro de mí, que me preñes.

Me coloqué detrás de él y se la metí del tirón, sin pensar si le haría daño o no, solo tenía en mi cabeza el correrme dentro de él, en vaciarme totalmente. Mis embestidas eran fuertes, al igual que mis gemidos. Iba notando como el placer, como si fuese una pequeña gran corriente eléctrica se desplazaba desde la base de mis testículos hacia mi vientre, en ese momento salió el primer trallazo de leche, seguido de varios más. Se la dejé dentro mientras las convulsiones de mi polla iban a menos, señal que estaba acabando de soltar el semen. En cuanto acabé, se la saqué y se marchó hacia el retrete para vaciarse. Me tumbé sobre la cama, había sido un polvo espectacular. Cuando regresó, se tumbó sobre mí, notaba su polla medio morcillona dando en mi vientre.

-¿Sigues con ganas de más? -le pregunté agarrándole la polla- La tienes subiendo de nuevo, cabrón.

-Ufff, no sé qué me pasa -me dijo riéndose- creo que me correría de nuevo.

Comencé a pajearlo mientras lo besaba, no podía creer que se fuese a correr de nuevo, su polla se estaba poniendo dura pero no tanto como antes. Con la mano libre le acariciaba los huevos mientras lo pajeaba un poco más rápido cada vez. Él me besaba entre gemidos, noté como le iba viniendo la corrida, su polla no estaba totalmente dura, pero notaba que la corrida se acercaba. Aceleré el movimiento de mi mano, sus gemidos arreciaron, su cuerpo tembló y un pequeño trallazo de semen me salpicó el vientre, fueron unas gotas y un pequeño chorro que llegó a mi pecho. Se dejó caer sobre mí, medio riéndose medio recuperando la respiración. Nos besamos y con sus dedos fue recogiendo el semen gota a gota que había caído sobre mí, le agarré la mano e hice que lo llevara hasta mi boca, chupé ese líquido de sus dedos. Repitió lo mismo hasta limpiar su semen de mi cuerpo, estaba un poco dulce, no como otras veces que lo notaba un poco amargo. Cuando acabó quedamos tocándonos hasta caer dormidos.

Me desperté temprano a la mañana siguiente, estaba solo en la cama. Toqué la sábana donde debería estar Carlos con la palma de la mano, aún estaba caliente. Me levanté, en ese momento Carlos apareció por la puerta, venía comiendo un dulce, tenía las comisuras de los labios con restos de miel.

-Buenos días Nico -me dijo agarrándome de la cintura y atrayéndome hacia él- He ido a comer algo, estaba hambriento, después de lo de anoche…

-Buenos días Carlos -le dije lamiendo la miel de sus labios- pensé que me habías abandonado, jejejeje.

-No se me hubiese pasado por la cabeza jamás -me dijo Carlos recostándose en el cabecero de la cama- consigues que me empalme con solo pensar en ti. Vamos a ver cómo hacemos para entrar en el edificio y ver si podemos encontrar las imágenes que tienen de nosotros en el coche

-Piensa que las veces que hemos estado allí, seguramente nos hayan grabado también -le contesté-

-Joder -me dijo preocupado- no había pensado en eso. De la última vez deben tener una buena película porno, vaya mierda.

-Bueno, tranquilízate -le dije colocando mi mano sobre su muslo- verás que todo va a salir bien.



Serían las 09:30 de la mañana cuando salimos de la casa de Carlos en dirección al edificio medio abandonado donde Pepeca tenía el equipo informático de grabación, y donde deberían estar las grabaciones. Llegamos en unos 15 minutos, aparcamos a una distancia prudencial y seguimos andando hasta apostarnos en un lugar que no pudieran vernos pero sí ver nosotros quién o quienes estaban de seguridad en el edificio. Al cabo de unos 10 minutos apareció un miembro de seguridad, de la misma empresa que ellos, era un hombre rellenito, con poco pelo, de unos 55 años, salió para fumar un cigarrillo, hablaba en voz alta con alguien, que apareció por detrás de él, era otro miembro de seguridad, éste sería un chaval de unos 20 o 22 años, más rellenito que el anterior. Ninguno de los dos tenía pinta de ser un deportista, todo lo contrario. Carlos y yo nos miramos, no habíamos pensado nada, ni qué decirles ni qué historia contarles para que nos dejasen entrar. Carlos me dijo que lo siguiera, mientras sacaba su teléfono móvil. Intenté frenarlo pero ya el más joven de los de seguridad nos vio y se acercó a la puerta del patio.

-Buenas días -dijo Carlos- Soy Carlos Jaburena, director de seguridad de la refinería de Carteia, y él es Nicolás Estébanez, director de recursos humanos. Estamos buscando a dos compañeros vuestros, José Carlos Rodríguez y Emilio Sánchez. Nos han dicho desde la central vuestra que podrían estar aquí.

-Buenos días -nos dijo el seguridad más mayor- Esos compañeros que buscan no se encuentran en esta dependencia, no sé dónde están, no puedo ayudarles, salvo que llame a la central y me lo indiquen, es raro que le hayan dado mal esa información.

-Bueno -le contó Carlos- los buscamos porque se han llevado de nuestra empresa unos documentos importantes sin permiso alguno, además de una serie de carpetas con documentos reservados y grabaciones de vídeo. La cosa pinta muy mal para ellos, pero también para su empresa. Estamos intentando no tener que llegar a denunciar, si ese fuese el caso, yo iría a la calle, pero su empresa, en la que trabajan no tendría el suficiente capital como para poder pagar por los daños causados, así que pretendo arreglar esto de la forma en que nadie se vea perjudicado. Nos ha contado Pedro, un compañero vuestro, que en este edificio tienen un despacho o algo parecido, queremos entrar y buscar lo que nos pertenece.

-Joooder -dijo el seguridad joven- ¿Ese tal Pedro es por quien he entrado a trabajar, tito? Llevo dos días trabajando nada más…

-Sí Leo, ese Pedro debe ser el mismo -le dijo el mayor- Miren ustedes, esos dos tipos solo crean problemas, no saben ustedes cuantos, y no me extraña nada de lo que me están contando. Les vamos a dejar pasar, nosotros no hemos visto nada y no sabemos nada de nada, no hay cámaras en este edificio, así que por esa parte no debemos preocuparnos ninguno. La habitación que dicen está en la planta baja, a la izquierda, al fondo. Tiene un candado de alta seguridad, no sé qué coño guardarán ahí, ni lo quiero saber. Si no tienen la llave del candado, no les voy a permitir que lo corten, así que…

Saqué la llave del bolsillo y se la mostré, él arqueó las cejas y con un movimiento de afirmación de cabeza nos dejó pasar. Carlos y yo entramos, a mí me temblaban las piernas de una manera que debía parecer un pato andando, pero la idea de Carlos estaba saliendo bien. Nos dirigimos a la izquierda de la planta baja y al fondo vimos la habitación cerrada con el candado, metí la llave, la giré y con un click se abrió, Carlos giró la maneta de una de las puertas y entramos a la habitación.

Al fondo de esa habitación, había una gran mesa de despacho con 3 ordenadores de sobremesa encendidos, 6 monitores y varios aparatos más, a la izquierda en una estantería, había 3 cajas del tamaño de las de zapatos, con discos duros portátiles, memorias USB, etc. Al otro lado, había un par de bolsas de compra, de las de supermercados, las cogí y vacié todas las cajas en una de las bolsas, Carlos pilló una serie de carpetas con listados de nombres, teléfonos, etc…. Los echó en la otra bolsa. Apagamos los ordenadores borrando antes los discos duros, sabiendo que los podrían recuperar, pero les haría perder tiempo. En uno de los cajones había un teléfono móvil que metí en mi bolsillo. Salimos de la habitación cerrando el candado nuevamente, vimos a los dos seguridad en la otra parte del edificio, se acercó el mayor.

-¿Han encontrado lo que estaban buscando? -nos dijo con mucho interés mirando las bolsas-

-Creemos que sí, tenemos que analizar ahora todo lo que hemos encontrado -les dijo Carlos controlando la euforia en su voz- Si no vuelven a saber de nosotros será muy buena señal. Pienso que todo está aquí.

-Yo no sé lo que hay en esa habitación, ni lo quiero saber -dijo mirándonos fijamente- tendrían que destrozar todo lo que tienen ahí, no son buena gente esos tipos.

Salimos intentando no aparentar las prisas que llevábamos, salimos andando intentando aparentar tranquilidad. Ya fuera del patio del edificio, aceleramos los pasos y, al girar, nos pusimos a reír y a felicitarnos.

-No cantemos victoria aún -me dijo Carlos- No sabemos qué es lo que levamos aquí.

-De acuerdo Señor Director de Seguridad -le dije riéndome- ¡¡¡qué cabrón!!!

-Joder pues a colado, coño -contestó echándose a reír-



Cuando llegamos a mi casa, dejamos las bolsas en el sofá del salón y nos abrazamos, los nervios los teníamos aún a flor de piel. El abrazo nos ayudó a relajarnos, el abrazo y los besos. Estaba notando en mi vientre la erección que estaba teniendo Carlos.

-Vaya, vaya -le dije desabrochándole el pantalón- te estás poniendo contento, eh?

Le abrí el pantalón y metí mi mano por dentro de sus slips, toqué aquel trozo de carne que se estaba poniendo dura. La saqué y acaricié mientras su lengua se enredaba con la mía. Bajé su pantalón con los slips y sus pelotas quedaron colgando mientras su polla ya estaba totalmente dura.

-Lo suyo es empezar a ver los discos duros y las memorias USB -me dijo entre besos-

-¿De verdad no quieres irte a la cama ahora? -le dije muy caliente-

-Ummm, creo que los discos duros pueden esperar -me dijo acariciándome el paquete-

Llegamos a mi dormitorio, nos quitamos la ropa el uno al otro, los dos íbamos muy excitados, las pollas señalando hacia el techo y mojadas, los culitos calientes y hambrientos. Carlos se arrodilló ante mí y comenzó a lamerme al capullo mientras me sobaba los huevos y las nalgas…



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos, Vantheway
 
Joder, me tiene super intrigado saber como van a escapar del problema que tienen y te pediria que acelerases los acontecimientos pero no, dedícale todo el tiempo necesario para deleitarnos con sus folladas!!!

Y no voy a hacer ninguna critica o sugerencia, para mi gusto la historia es perfecta!!!!
 
Jajaja, no sabes cuánto me alegro que te guste. Acepto las críticas, por supuesto, es más las críticas me ayudan a corregir la escritura. Por otra parte, no queda mucho para que la saga acabe, no quiero que tenga más de 8 ó 9 capítulos...o quizás esta tenga alguno más.....jejejeje
 
Capítulo 7



-Carlos, por favor -le dije cogiendo su cabeza- tendríamos que preparar también lo que diremos cuando nos llamen esta tarde…

-¿De verdad quieres que nos pongamos ahora a preparar todo? -me dijo sacándose la polla de la boca- Creo que tienes razón…

-Mierda -le contesté con la polla tiesa- Podrías haber insistido más.

Se levantó y nos besamos, le agarré la polla y él la mía.

-Bueno, una paja para calmarnos puede venirnos bien -le dije mientras comenzaba a meneársela- Quiero sacarte la leche, hace mucho que no veo a tu polla soltar lo que tienes dentro, jejejeje.

Se sentó en la cama abriendo sus piernas, me senté junto a él, con una mano se la meneaba mientras que con la otra le acariciaba las nalgas. Le besaba el cuello mientras levantaba la cabeza, notaba como su polla se ponía cada vez más dura en mi mano. El líquido preseminal ya comenzaba a mojarme los dedos, su respiración se aceleraba. Decidí sentarme sobre sus piernas, así le comía la boca sin parar de pajearlo. Me agarró la polla y se puso a meneármela también. Nuestra respiración se aceleraba, bien por el placer y el calentón o porque nuestras bocas y nuestras lenguas no paraban…o por ambas cosas a la vez. Su otra mano se deslizó por debajo de mis pelotas buscando mi ojal. Un dedo se afianzó en la entrada presionando un poco, quería que lo metiera, necesitaba que lo metiera. Y entró, la primera falange entró en mí, ocasionando un placer tremendo y provocando que mis gemidos pareciesen gritos.

-Mételo más adentro cabrón -le dije entre gemidos- Uffff, diossss.

-¿No eras tú el que quería solo una paja? -me contestó descaradamente- Te estás volviendo una putita excitante, jejeje. Mira como me tienes el nabo.

-Ya sé cómo lo tienes, cabrón -le dije- Lo tengo en mi mano…

Apretó más su dedo contra mi ojal, introduciéndolo hasta el final, después de ese dedo metió otro. Yo comenzaba a moverme arriba y abajo con sus dedos en mi culo. Me levanté totalmente, sacándome los dedos, lo miré a los ojos, lo veía muy caliente. Agarré su polla y me senté sobre ella.

-Uffff, pero si no querías follar…-me dijo subiéndome y bajándome tirando de mi cintura- Te gusta cuando te la clavo, ¿verdad?

-Sabes que sí, cabrón -le contesté sintiendo un placer muy grande mientras notaba como su verga me rellenaba por dentro- Quiero que me preñes.

Lo cabalgaba cada vez más rápido, nos besábamos, nos acariciábamos, la calentura iba subiendo cada vez más. Salían hilos de líquido preseminal de mi polla que caían sobre mis huevos, sobre su vientre, yo lo extendía por su vientre y por su pecho, tocando sus pezones que estaban duros. Llevaba mis dedos mojados a su boca y los lamía con mucho gusto, los chupaba como si fuesen una polla.

Noté como su respiración se aceleraba, como sus gemidos eran más alargados y fuertes. Me moví más rápido, sabía qué iba a pasar y lo deseaba mucho.

-¡Dios mío, cabrón! -me dijo entre gemidos- Voy a correrme, voy a correrme.

Me agarró fuerte de la cintura y me pegó a su vientre, sus gemidos inundaron el dormitorio, y su polla inundó mi culo. Noté como, en varios trallazos, su leche invadía mi interior, caliente y espesa, su polla se movía al ritmo de sus trallazos, notando esas convulsiones dentro de mí, me excitaban mucho más. Cuando acabó, lo besé y me levanté para vaciarme en el inodoro. Salió una gran cantidad de semen, bastante.

Seguía excitado, con la polla dura y señalando al techo, llegué a la cama. Él estaba tumbado bocarriba, me acerqué a él a gatas, lo besé en la boca, bajé por su cuello llegando a sus pezones, en ellos me entretuve hasta ponerlos duros como los de una chica que desea que la follen. Bajé mis labios por su barriga hasta llegar a su vientre, su polla estaba morcillona y con restos de semen. La metí en mi boca hasta dejarla reluciente. Me coloqué entre sus piernas, me las puse en mis hombros dejando su ano listo para ser penetrado. Acerqué mi polla a él y se la fui metiendo lentamente. El glande entró sin resistencia alguna, seguí empujando mis caderas y el tronco entró hasta el final. Él se mordía el labio inferior, mirándome con mucho deseo. Comencé un movimiento de mis caderas a un ritmo algo acelerado, Carlos me miraba mordiéndose el labio inferior mientras gemía y se masturbaba de nuevo. En la habitación se oía el “flop flop” de mi follada entre nuestros gemidos, aceleré la cadencia notando como mis huevos golpeaban sus nalgas, mis huevos que estaban deseando de vaciarse. Notaba como el orgasmo se acercaba con fuerza, aceleré más el movimiento mientras Carlos comenzaba de nuevo a correrse entre gemidos y jadeos, el primer trallazo soltó un poco de semen que le llegó al pecho y al cuello, los demás trallazos, 2 o 3, cayeron sobre su vientre con unas pocas gotas de leche derramándose por su barriga. Noté en ese momento que me iba a correr, apreté mis caderas contra sus nalgas, mi polla bien dentro de él, y empecé a eyacular, con varios chorros su culo quedó inundado. Al sacarle la polla, mi leche salía como una fuente de su culo cayendo sobre las sábanas de mi cama.

Me tumbé sobre él y nos besamos con pasión, las gotas de su leche se adhirieron a mi pecho, su polla la notaba aún dura sobre mi vientre.

-Vaya, vaya -me dijo entre risas- Menuda paja nos hemos hecho, ¿eh? Jajajajaja.

-Qué cabrón eres -le dije también riéndome- lo nuestro no es normal, Carlos. No podemos aguantarnos si tener que follarnos, no con Irene me ha pasado esto nunca.

-Te creo, te creo -me dijo- Me pasa igual, nada más verte ya pienso en tu polla, en tus huevos, en tu boca, en tu culo…Me tienes caliente todo el día.

-Bueno, vamos a ducharnos y a empezar a mirar discos duros -le dije levantándome y acariciándole la polla ya fláccida- ¿Te duchas conmigo?

-Ummm, lo estoy deseando -me dijo mientras se incorporaba-



Nos duchamos entre caricias, besos, tocamientos y alguna pequeña chupada de polla…Salimos, nos secamos y nos dirigimos al despacho. Yo me quedé en el Pc y Carlos con el portátil, nos repartimos el contenido de la bolsa que tenía los USB y los discos duros.

-Creo que lo suyo es mirar los discos duros y si hay alguna memoria USB de 32 Gb o más, a ver que nos encontramos -dijo con mucha lógica Carlos- Imagino que las memorias USB de poca capacidad no lleven vídeos, pero lo veremos conforme vayamos investigando.

Afirmé con la cabeza y conecté el primer disco duro, era un disco duro de 500 Gb, con varias carpetas con fechas, algunas con nombre y otras con la palabra “desconocido” como nombre. Abrí una carpeta con nombre: ”2013.03.25 Desconocidos”, aparecieron dos vídeos, pinché sobre uno, el reproductor echó a andar, se veía un coche, en la misma ubicación que usamos nosotros, es decir, pegados al muro del edificio. Había dos personas dentro en el asiento trasero. Se veía bien que era una mujer de unos 35-40 años o algo más, con un chaval de unos 18 o 20 años. Al chaval se le veía totalmente excitado, ella se quitó la camisa que llevaba y el sujetador, aparecieron entonces unas tetas increíbles, el chaval metió su cara entre ellas mientras ella le desabrochaba el pantalón, las ventanillas del coche estaba bajadas y se les oía estupendamente lo que hablaban y los gemidos. En pocos minutos los dos estaban completamente desnudos y muy excitados, se notaba que era ella la que llevaba la voz cantante, ella se sentó en el centro, poniendo una pierna sobre cada respaldo del sillón delantero, él se encontraba entre ellas metiendo su cara para comerse el coño depilado de ella. La nitidez y la resolución me impresionaron, se veía con una claridad increíble.

Pasé a otro momento en el que se veía como esa mujer le comía la polla y los huevos a él, como pasaba su lengua por todo el tronco mientras él le acariciaba las tetas. Pasé a una secuencia, unos 10 minutos después, en ella se veía a él de rodillas en el asiento, corriéndose sobre las tetas y la cara de ella. Pasé hacia adelante algo más y se veía como acababan de vestirse, se pasaban a los asientos delanteros, y se marchaban conduciendo ella.

La verdad es que mi polla comenzó a subirse, algo parecido debía estar viendo Carlos porque su polla estaba asomando por encima de la mesa.

-¿Has encontrado algo? -le pregunté- Acabo de ver una sesión de sexo del 25 de marzo del año pasado…y joder como me ha puesto.

-Jajaja, algo parecido me ha pasado, pero del 6 de abril del mismo año -contestó Carlos- Una parejita de jóvenes, ella sobre los 18-19 años muy tetona, coño depilado…parecía con experiencia. Él algo más joven, con una polla pequeña, pero solo pajas, tocamientos y sexo oral. Ni te cuento la corrida que ha tenido…se han puesto los dos pringados de leche, y el coche también…me gustaría verlos después limpiando el coche de papá…jajajaja

Pasé al otro vídeo de la misma carpeta, era la misma mujer pero con otro chico, éste tendría unos años más que el otro, sobre los 23 años le calculé. Ella volvía a llevar la batuta con este chico también. Cuando el chico se quitó el pantalón asomó una verga tremenda, la cara de ella era de un asombro absoluto, acercó su boca a la polla del chaval y se le veía con la polla en la boca, boca que tenía muy abierta, se veía como le caían hilos de babas por los lados, apenas le cabía en la boca. Se la sacó y se volvió de espaldas al chaval, sus piernas sobre el asiento, en el centro, y él entre los dos asientos delantero, en el hueco que queda, clavándole semejante polla por el coño. En ese momento pensé que no le entraría por el culo, era demasiado gorda. Pasé el vídeo y seguían en la misma posición pero ella se estaba corriendo, gemía y jadeaba con fuerza, pasé un poco más y lo mismo, en la misma posición y corriéndose de nuevo. Pasé unos minutos después, ella estaba tumbada sobre el asiento pajeándolo a la altura de sus tetas. Se corrió con un gran chorro de leche que llegó a todos lados, siguieron saliendo chorros de leche hacia todas las direcciones, acabaron asfixiados y con semen hasta en las orejas.

Seguimos viendo vídeos de distintas fechas, algunos con nombres que no conocíamos, algunos que yo conocía de vista…hubo uno que Carlos lo conoce porque vive muy cerca de su casa y la mujer con la que estaba no era su esposa, y otros desconocidos. Hombres follando con hombres, mujeres follando con mujeres, un trío entre dos mujeres y un hombre…así íbamos agotando los discos duros.

-¡Bingo! -gritó- Acabo de encontrarlo.

Me levanté y me senté junto a él, su polla como la mía, seguía empalmada. Pensé en pajearlo pero no era el momento de ello. Creo que él pensó lo mismo. En la imagen pausada que tenía en pantalla se nos veía claramente. Le dio al play del reproductor de vídeo, se nos veía charlando, calientes, cada uno tocándose su paquete, se oía muy bien lo que decíamos, como nos desabrochamos los pantalones, como nos las sacábamos y empezábamos a pajearnos. Como en determinado momento, nos desnudamos completamente y nos fuimos al asiento de atrás, y como él agarraba mi polla y yo la suya y empezamos a pajearnos. Se veía estupendamente como le metía el dedo por el culo, como no aguantaba más y su leche salía despedida hacia mi cuello, mi pecho, mi vientre… después vino mi corrida que le dio en su cuello, en su pecho…. El vídeo acababa arrancando el coche y marchándonos.

El siguiente vídeo era el del día siguiente que volvimos a repetir en el mismo sitio. Se veía y oía estupendamente. Los vídeos siguientes estaban grabados en la casa en la que tuvimos los dos encuentros con ellos. En el primero aparecía Pedro, fue el de las pajas y las mamadas, en el segundo se veía como nos follaban, como lo disfrutábamos, como nuestras pollas se ponían más duras y segregaban el líquido preseminal, se veía que nos encantaba.

-¿Qué nombre tiene la carpeta? -le pregunté a Carlos-

-Un nombre lógico -me dijo- “Tortolitos”.

-Hijos de puta -dije bien claro- ¿Hay más vídeos en ese disco duro?

-No, ninguno más -me contestó Carlos-

Seguimos repasando discos duros y memorias USB, había para todos los gustos. Ahí me di cuenta que cuando queremos follar, quien no lo hace en un hotel, porque por cualquier motivo no puede hacerlo en su casa, lo hace en el coche y en los mismos lugares que los demás. Puse un nuevo disco duro, me quedarían unos 4 por revisar.

-¡Ostias! -dije llevándome las manos a la cabeza- No me lo puedo creer…

-¿Qué pasa, Nico? -me preguntó Carlos levantándose y viniendo hacia mí- Mierda…no puede ser…¿pero qué coño está pasando?¿Qué fecha tiene la carpeta?

-23 de junio de 2014, hace un mes justo -le dije preocupado-

-Coño, algo de dos semanas después de haber llegado de Madrid -me dijo intrigado-

En el vídeo que puse se veía a Irene, mi mujer, con Carmen, la mujer de Carlos. Estaban sentadas en el asiento trasero de mi coche, se besaban mientras se desnudaba la una a la otra. Ni Carlos ni yo dábamos crédito a lo que veíamos. Cuando estuvieron totalmente desnudas se abrazaron, la boca de Carmen recorría el cuerpo de Irene, de su boca bajaba a su pecho, de sus pezones bajaba a su vientre, de su vientre bajaba a su entrepierna… Los jadeos y gemidos que daba mi mujer eran increíbles. Mi polla comenzó a subir, me estaba empalmando de ver a mi mujer con otra, y disfrutándolo. Carlos estaba junto a mí, también empalmado, nos miramos. Carlos me hizo un gesto con la cara, como queriendo decir que no entendía nada, o que le daba igual. Seguimos viendo el vídeo, Carmen se inclinó hacia delante para coger su bolso, del sacó un consolador de los que tienen dos puntas, se recostó cada una en la puerta de su lado, con las piernas abiertas, entrelazadas, y Carmen metió una punta del consolador en el coño de Irene, cuando lo tuvo dentro se metió la punta que quedaba en el suyo, y empezó a moverlo. Las dos gemían bastante, sus respiraciones eran aceleradas. Cada una se magreaba sus tetas, sus cuerpos comenzaron a moverse con más violencia, sus gemidos debieron oírse en todo el descampado, sus cuerpos convulsionaban mientras se corrían, ambas a la vez. Observamos que cerca del coche había dos tipos observándolas cerca del coche, con las pollas fuera, pajeándose mientras ellas acababan de correrse. A ellos también se les vio como se corrían, como su leche salía de sus pollas, leche a presión que llenaron la ventanilla de la puerta en la que estaba apoyada mi mujer. Los tipos se metieron sus nabos en los pantalones y se marcharon mientras ellas acababan de vestirse, se besaban y reían mientras se vestían. Ahí se acabó el vídeo. Había más.

-No sé si estoy preparado para ver más vídeos -le dije a Carlos- No me esperaba esto de ella.

-No sé a qué te refieres, Nico -me contestó Carlos- Pero estamos haciendo exactamente lo mismo. Mirémonos, estamos en bolas juntos, de vez en cuando nos besamos en la boca, nos tocamos las pollas, los huevos, los culos el uno al otro. Nos pajeamos y nos follamos y lo disfrutamos. No somos mejores que ellas, no podemos criticarlas sin antes criticarnos a nosotros. ¡¡¡Joder, que hemos follado con dos tías los cuatro juntos!!! De todas formas a los hombres siempre nos gustaría hacer un trío con dos mujeres…míralo por ahí. Hay que sacar lo positivo. Imagino que habrá mujeres que les guste hacer un trío con dos hombres, porque pienso que a Carmen le encantaría follar con nosotros dos.

- Ahora entiendo por qué en la fiesta se fueron juntas, y porqué llegó con tal calentón, se habrían comido el coño, se habrían masturbado la una a la otra…pero necesitaba una polla, y en ese momento, aquí en mi cama la tuvo -le dije con una sensación de sentimientos contrapuestos- Y ellas estaban follando con público. Sé que en parte tienes razón, pero esto tengo que digerirlo.

-Deja que te haga una pregunta -me dijo Carlos- ¿Amas a Irene? Porque yo amo a Carmen, y lo que he visto hace que mi imaginación vuele, con ella por supuesto.

Me quedé mirándolo fijamente a los ojos, tenía toda la razón del mundo y yo lo sabía.

-Sí, sí la amo -le dije volviendo mi cabeza hacia el monitor- Tienes toda la razón.

Me inclinó sobre mí y me besó en la boca, su lengua lamió mis labios, sabía lo que eso provocaba en mí.

-Ahora vamos a mirar el siguiente vídeo -me dijo acariciándome la polla que volvía a levantarse- A ver qué pasa…

Pinché dos veces seguidas sobre el vídeo siguiente, Ahora se veía a Carmen y a Irene desnudas de pie, con unos antifaces negros de piel, llevaban unos tacones de aguja de unos 15 cms, tacones que les estilizaban mucho las piernas. Delante de ellas había una cama de las grandes, se oyeron voces y apareció Emilio, el Señor A, con una especie de calzoncillo de piel, con una abertura en el culo y otra en la parte delantera que le dejaba ver las pelotas y la polla, polla que en ese momento estaba fláccida. Se puso a 4 patas y comenzó a lamer los pies de Carmen. Detrás de él apareció Pepeca, vestido de igual forma pero éste llevaba en el culo un dildo de los que imitan la cola de un caballo. Él besaba y lamía los pies de Irene. Mientras, nuestras dos mujeres se besaban y magreaban los pechos. En un determinado momento, y a la orden de Irene, dejaron de besar los pies de ellas y se pusieron a comerse la boca el uno al otro, en la misma posición, a gatas. Irene le sacó el dildo del culo de Pepeca y se lo metió a Emilio, sin consideración ninguna, se veía que a Emilio no era la primera vez que le metían algo por el culo, aunque gimió de dolor, los gestos de su cara mostraban placer. Ellos siguieron besándose mientras Carmen le metía los dedos a Irene por el coño y acariciaba sus nalgas. De vez en cuando Irene ponía uno de sus pies sobre la espalda de Pepeca y lo llamaba de todo, desde puta a maricón, pasando por zorrita, calentona, culera…nunca imaginé que Irene se transformara de esa forma en el sexo, ni lo imaginé ni lo sabía obviamente. Ellas se sentaron sobre las espaldas de cada uno de ellos y abrieron las piernas, en ese momento dieron una orden y un par de hombres mayores, creo que uno podría tener unos 68 o 70 años y el otro algo más joven, sobre los 60-65 años, se pusieron a 4 patas metiendo sus cabezas entre las piernas de nuestras esposas. Comenzaron a comerles el coño a ambas, el de 70 años se lo comía a Carmen y el de 65 a Irene. A ellas se les veía que lo disfrutaban, ellos iban vestidos como Pepeca y Emilio, pero sin dildo en el culo. Al cabo del rato ellas se levantaron, echaron a los que les comían el coño empujándolos con los pies. Carmen les ordenó (no decía no, ordenaba) que les dieran por el culo a quienes habían usado como asientos. El más mayor se colocó detrás de Emilio, y sin clemencia, se la metió de golpe, Emilio soltó un grito de dolor, pero aguantó firme. Irene lo insultaba por haberse quejado, se sentó sobre él mirando hacia el hombre mayor que daba por el culo a Emilio, y abrió las piernas para que el hombre la pajeara mientras le rompía el culo al otro. La imagen era muy morbosa y excitante. Carmen ordenó al otro a que hiciera lo mismo a Pepeca, este hombre tuvo algo de más cuidado y se la metió despacio, mientras Carmen se dirigió hacia Irene y comenzó a comerle la boca. Ante aquella imagen, mi polla estaba muy dura y mojada, miré a Carlos, empezaba a tocarse la polla, le quité la mano y empecé a pajearlo mientras no dejábamos de mirar el vídeo. Su polla estaba muy dura, notaba el latido de su corazón en la mano que la tenía agarrada. Carlos me agarró la polla y se puso a meneármela, de vez en cuando bajaba su mano hasta mis pelotas y las acariciaba.

-No sé qué pensar -le dije excitado pero contrariado- todo esto me viene muy grande.

En ese momento Carlos dejó de pajearme. Se quedó mirando el vídeo, lo paró y le dio un poco hacia atrás, volvió a darle al “play” y los pausó.

-¡¡¡Coño!!! ¡¡¡No me jodas!!! -gritó señalando al hombre mayor que enculaba a Emilio- Ese es el director de la Empresa de ellas, manda huevos… Cómo se llama… ¡Alonso! No, Alonso no es. ¡Alfonso, se llama Alfonso!

-Ostias…verdad -le dije mirando el vídeo- De algo me sonaba la cara, aunque lo he visto pocas veces.

-¡El teléfono! Tú cogiste el teléfono de la habitación…-me dijo- Veamos a quién llamaban o quien los llamaba, o si hay WhatsApp…

Me levanté y fui al dormitorio, lo había dejado en el pantalón. Lo cogí, estaba encendido pero con poca batería, lo enchufé y comenzó a cargar. Carlos se acercó, aún llevaba la polla tiesa, no tanto como hacía un rato, pero le asomaba una gota de precum por la punta del capullo. Me acerqué y se la quité con un dedo que luego me llevé a la boca, me miró y me besó con ganas, metiendo su lengua en mi boca. Las pollas empezaron a subir de nuevo.

-Vamos a ver esto, y después hacemos lo que estamos deseando -le dije excitado nuevamente- Veamos las llamadas recibidas y llamadas enviadas…

Carlos cogió el teléfono, me puse junto a él mirando atentamente la pantalla. Presionó sobre la tecla del historial de llamadas, aparecían los números de Carlos y mío como llamadas salientes. También aparecían varios números, en ninguno ponía nombre. Muchos números era de llamadas salientes, pero había algunos de llamadas entrantes, entre ellos estaba el teléfono de Irene. Le cogí la mano a Carlos para que no siguiera pasando, quería ver qué día había hecho la última llamada a ese teléfono. No podía dar crédito, Irene había llamado a ese número minutos antes de hablar conmigo el día anterior, cuando me llamó por la mañana, que me dijo que habían parado para desayunar. Su llamada al teléfono que ahora teníamos nosotros había durado 8:37 minutos, había hablado con la persona que fuese la que tenía ese teléfono durante más tiempo que conmigo. Tuve que sentarme, Carlos me agarró del brazo y me ayudó a coger siento.

-Si te sirve de consuelo -me dijo con una mano en mi hombro- Carmen también ha llamado a este teléfono y hablado con quien fuese. De todas formas, ahora mismo tenemos el teléfono desde el que nos llamaban, eso significa que más pronto que tarde van a saber que alguien ha entrado allí y cogido más cosas que el teléfono.

Nos quedamos mirándonos y pensando en nuestro próximo movimiento. Teníamos que estar preparados para cualquier cosa. No sabíamos hasta donde podían llegar esta gente… incluidas nuestras “desconocidas esposas”

-Bueno, lo primero es buscar una solución a esto antes de empezar a lamentarnos -dijo Carlos enérgico- Deberíamos guardar todo esto, menos el teléfono, en alguna taquilla de consigna, por ejemplo de la Estación de Autobuses, de la Estación de Tren o de la Estación Marítima del Puerto.

-Creo que lo suyo es en una consigna de la Estación Marítima del Puerto -le dije convencido- El teléfono podemos tenerlo nosotros, silenciado y sin vibración, por si lo buscan, ah, y con la pantalla casi sin brillo.

-No hemos acabado de ver los vídeos -dijo Carlos- Podríamos seguir después, antes de llevarnos todo a la consigna. Igual nos llevamos más sorpresas…

-No sé si estoy yo para más sorpresas…-le dije negando con la cabeza- Ya me da hasta miedo ver un vídeo más, no sea que me encuentre a algún familiar más en uno de ellos.



Seguimos mirando vídeos durante un par de horas más. Nos hicimos unos bocadillos y tomamos unas cervezas mientras seguíamos viéndolos. En uno de las memorias USB apareció una carpeta con el nombre: “Pedro maricones”, Carlos la abrió y era el famoso vídeo de Pedro con su amigo, empezamos a verlo. Era tal y como él dijo, en el interior de un edificio con un chaval que se le veía afeminado. Carlos detuvo el vídeo.

-Este se lo podemos mandar a Pedro -me dijo sonriendo- Se lo merece, merece saber que ya no podrán chantajearlo más…

-Salvo que tengan copias -le aclaré-.

Seguimos viendo vídeos y siguieron apareciendo personas que conocíamos de vista, sobre todo yo. Hombres con una edad ya considerable con chiquillas de no más de 19 años, o con chavales de esa edad también, maduros con maduros, con maduras, tenían una buena colección. Acabamos los vídeos y teníamos las pollas a reventar, duras y mojadas. Carlos se arrodilló delante de mí y comenzó a comerme la polla mientras me masajeaba los huevos. Me encantaba el barrido que hacía con la lengua, como la frotaba contra el frenillo, como lamía el capullo, como chupaba el tronco. Miré hacia la mesa, nos quedaba un disco duro. Alargué mi mano y lo traje hacia mí, lo conecté al puerto USB del portátil y lo abrí. Había una carpeta “Parejita”.

-Joder Carlos, mira esto -le dije apartando su cabeza de mi polla- Podría ser la parejita de la que nos habló Pedro.

-Vaya, dale a ver que hay -dijo con un tono de voz molesta- Como no sea nada… no te la como más. Jajajaja

Se sentó a mi lado y comenzamos a ver el vídeo. Salía una habitación bastante grande, con dos sillones grandes en el centro, en ellos se sentaron los dos hombres mayores que se follaron a Emilio y a Pepeca, Alfonso era el mayor, aún no sabíamos quién era el otro. De pronto aparecieron Carmen e Irene, se pusieron por detrás de ellos, les acariciaban el pecho, los besaban en la boca. Se acercaban a ellos y les ponían sus tetas en la boca mientras ellos metían sus manos entre las piernas de ellas. Irene le quitó la mano a Alfonso, se tocó con sus dedos y esos mismos dedos se los puso en la boca de Alfonso, que los lamió sacando su lengua. Él acariciaba las nalgas de Irene, que se dejaba tocar, incluso se le notaba que lo disfrutaba, le agarraba la polla a Alfonso que no terminaba de ponerse dura pero que ya estaba morcillona. Irene se giró y se puso de espaldas a Alfonso, se inclinó y con sus manos se abría las nalgas, la cámara se movió, señal de que había alguien más con ellos. La cámara enfocó el culo de Irene y como Alfonso metía un dedo en él, lo sacaba, lo chupaba y volvía a meterlo. De vez en cuando no lo metía en el culo sino en el coño.

-Joder con el viejo -dijo Carlos- Y parece hasta tontito…

Alfonso empezó a follar el culo de Irene con dos dedos, ella gemía de placer. La polla del viejo subía lentamente pero subía, se la veía más dura que hacía un ratillo. Irene se giró y se sentó sobre la polla de Alfonso mientras le comía la boca, él agarraba sus tetas, intentaba besarlas, lamerlas…ella lo besaba por el cuello volviendo a subir para comerle la boca de nuevo mientras él las acariciaba con las manos. Irene se levantó, se giró dándole la espalda y abriéndose las nalgas con sus manos, se sentó sobre Alfonso. Le estaba dando por el culo, y lo estaba disfrutando. No solo ella lo disfrutaba, Alfonso gemía con fuerza. Ella, en esa posición le acariciaba los huevos, que los tenía bastante grandes y colgones y con pelos canosos. La cara de placer de mi mujer lo decía todo. Me fijé en Carmen, estaba de rodillas delante del otro hombre, le estaba haciendo una mamada. La polla de aquel hombre era grande, bastante más grande que la de Alfonso y Carmen se la tragaba entera, las babas colgaban de los huevos de él hasta el suelo, mientras ella le metía un dedo por el culo. Se levantó y se sentó sobre la polla del hombre mientras subía y bajaba magreándose ella misma las tetas, unas tetas que eran espectaculares, botaban con su movimiento, los pezones erizados, las tetas apuntando hacia arriba…eran una obra maestra de tetas. Ellas se miraban y se sonreían, ambas con cara de placer, ellos gemían con más intensidad cada vez. En una de las tomas el cámara pasó delante de un espejo de cuerpo entero, era Pepeca. A través del espejo también vimos a Emilio, ambos iban desnudos y estaban empalmados. Pepeca se estaba deleitando grabándose a él y a Emilio. De pronto los gemidos fueron más fuertes, ellas se levantaron y se arrodillaron delante de ellos. Irene abrió la boca, sacando su lengua mientras pajeaba a Alfonso, salió poca leche y con poca fuerza, le manchó la mano y la barbilla nada más, pero se la metió en la boca para limpiársela, y la sacó totalmente limpia. Carmen tenía la cara llena de leche y también le estaba limpiándole la polla con el boca. Se levantaron, se abrazaron y se besaban la una a la otra limpiándose el semen de esos desconocidos de su cara, Irene le ponía la mano que tenía manchada en la boca de Carmen que la lamió hasta dejarla limpia. Se oyó a Irene:

-David, coge tú la cámara y graba a estos dos dándose por el culo -le dijo al hasta ahora desconocido caballero- Tienen un calentón que no podrán ni andar.

-Eso, eso -dijo Carmen- Graba como Emilio le da por el culo a Pepeca, jejejeje. Sabemos que os encanta tener un rabo dentro como a nosotras, jajajaja.


La cámara se movió hasta que se estabilizó, entonces pudimos ver a Pepeca a cuatro patas con Emilio reventándole el culo a pollazos, los demás observaban interesados. Al ratillo de estar bombeando, Pepeca se puso a gemir y se corrió sin tocarse la polla del placer que Emilio le daba. Cuando llegó la hora de correrse Emilio, sacó la polla del culo del Pepeca y se corrió sobre su espalda. En ese momento se acabó el vídeo.

Nos quedamos en silencio, ni nos mirábamos. Carlos golpeaba la mesa con sus dedos, yo miraba hacia la ventana del jardín de atrás, pero sin ver nada.

-Bueno, lo primero es darle solución a estos discos duros y memorias -dijo resolutivo- Vamos a la Estación Marítima, vamos a dejar esto en consigna.

Nos vestimos y salimos con una bolsa donde iban todos los discos y las memorias menos la que tenía el vídeo de Pedro. Por el camino Carlos le mandó un audio a Pedro para decirle que teníamos el vídeo por el que le habían chantajeado. Se lo mandaríamos a la agencia de transporte que quisiera, a su nombre y para recoger en la oficina de la agencia de Zaragoza.

Llegamos a la Estación Marítima, Carlos salió con la bolsa mientras yo me quedaba esperando en el coche, pocos aparcamientos y la policía portuaria no paraba de dar vueltas. A los pocos minutos regresó Carlos con la bolsa, abrió y se sentó en el coche.

-Vámonos -me dijo pensativo- No podemos dejarla ahí, todos los días, en el último turno, abren todas las consignas y sacan lo que haya dentro, por seguridad antiterrorista. Así que no podemos arriesgarnos a que esto caiga en más manos.

-Joder, no habíamos pensado en eso -le dije- A ver donde metemos esto.

-Alquilemos un trastero -me dijo sonriendo- Uno de los más baratos, creo que están sobre los 25€, no nos hace falta que sea grande, con que quepa la bolsa nos basta.

-Cierto -le dije emocionado por la rapidez que tuvo en buscar una solución- te has ganado pasar un buen rato conmigo después, jejejeje.

-Ten la seguridad que el buen rato lo iba a pasar -me dijo riéndose- no sabes lo caliente que estoy…

Llegamos a un edificio que tenía trasteros en alquiler, pedimos uno pequeño, firmamos un contrato de 3 meses y nos salió por 32€ al mes, pagamos los tres meses con antelación. Si la cosa seguía así podríamos venir y pagar por adelantado el tiempo que quisiéramos. Llegamos al trastero, era pequeño pero nos sobraba sitio, dejamos la bolsa en él, cerramos y nos quedamos con una llave cada uno. Nos fuimos para la casa directos.

Llegamos a la casa, nada más cerrar la puerta, Carlos se giró y me abrazó, le toqué el paquete, tenía la zona dura y caliente, muy caliente. Él ya había comenzado a desnudarme, le solté el cinturón, le bajé el pantalón, sin desabrocharlo, su polla salió golpeándome el vientre, estaba muy dura y mojada. Le quité la camiseta, su mano ya estaba en mi polla meneándomela, le acaricié las nalgas, las pelotas…me lengua entraba en su boca enredándose con la suya, las respiraciones se aceleraban, me saqué el pantalón por los pies, lo agarré de la mano y lo llevé hasta mi dormitorio, iba dando pequeños saltos por el pasillo, no se había sacado el pantalón, me arrodillé delante de él para sacárselos, pero me metió la polla en la boca y claro, aproveché mientras le sacaba el pantalón para comérsela. Llegamos al dormitorio con las pollas duras, sin parar de besarnos. Me tumbé sobre la cama levantando mi culo, no tenía que decirle qué pretendía que hiciera y, lo entendió a la primera. Me masajeó el ojal con su dedo lleno de saliva, lo metía y sacaba de él.

-Coje el lubricante que está en ese cajón, Carlos -le dije muy excitado- embadúrnamelo y métemela ya.

Abrió el cajón y sacó el lubricante, junto al lubricante estaba el teléfono que nos habíamos traído del edificio que “asaltamos”, lo dejó sobre la mesilla de noche. Me puso bastante lubricante en el ano y en su polla, colocó su glande en mi ojal y no esperé que moviera sus caderas, yo moví las mías y entró su capullo despacio, lentamente. Notaba como ya lo tenía dentro, notaba como se colaba por el esfínter y se quedaba quieto, abriéndome el ojal para dejar pasar el tronco, que en su base era más grueso que por arriba. En ese momento fue él quien empujó, fue penetrándome lentamente, yo notaba como su tronco invadía el interior de mi culo y me gustaba, me encantaba esa sensación de estar siendo penetrado, ese placer de tener una verga dura dentro, dura y caliente. Llegó hasta el final, notaba su vientre pegado a mis nalgas, notaba su polla como latía dentro de mí, empezó a bombear sus caderas, su polla entraba y casi salía de mi ojal para volver a recorrer el mismo camino de nuevo y llegar hasta el final. Sus manos agarraban con fuerza mis caderas, sus dedos apretaban mi cintura mientras el mete y saca no paraba, su respiración me excitaba, mi mente iba de una parte a otra de su cuerpo que estaba en contacto con el mío, parecía como si mi piel se hubiese hecho más sensible, mucho más sensible. Notaba cuando sus pelotas golpeaban la parte de debajo de mis nalgas, hasta notaba como pinchaban los pelos que le empezaban a salir en ellas. En ese instante se iluminó el teléfono que había dejado en la mesilla iluminando el techo de la habitación, rompiendo toda la magia que estaba sintiendo en ese momento.


Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Joder, imaginaba que en algún punto las mujeres tb jugaban entre ellas pero este giro se guión no lo esperaba. Me has puesto la polla durísima!!!!!
 
Joder, imaginaba que en algún punto las mujeres tb jugaban entre ellas pero este giro se guión no lo esperaba. Me has puesto la polla durísima!!!!!
Pues no sabes cuánto me alegro...por no esperártelo y por haberte puesto la polla dura. Una alegría que vale por dos.
 
Capítulo 8



-Joder, no te vayas a parar Carlos -le dije medio cabreado medio extasiado- Como te pares te juro que te corto los huevos…

-Uffff, tranquilo, no pienso parar -me dijo embistiéndome más fuerte- Ni por todo el oro del mundo dejaría de darte por el culo.

Volvía de nuevo a sentir la magia, a sentir su polla dentro de mí, la rigidez de su verga con la elasticidad del interior de mi culo, como éste se amoldaba a su nabo, como notaba sus palpitaciones en mi interior. Aceleró el movimiento mientras yo levantaba mis caderas para que llegasen más profundas sus metidas. Mi polla emanaba líquido preseminal en cantidades industriales, empapando la sábana que se encontraba debajo de mí. Carlos se paró, hizo que me acostara de lado, se me colocó detrás, haciendo la cucharita. En esa posición notaba como su verga entraba hasta el fondo mientras yo le agarraba con mi mano izquierda su nalga y él me besaba el cuello, deslizando su lengua por él. Así estuvimos unos minutos cuando el dichoso teléfono volvió a encenderse, entonces notaba como Carlos reducía la intensidad y la velocidad de penetración, descolocándome. No me quedaba otra que sacarme la polla de Carlos y coger el teléfono para ver quien llamaba.

-Vaya -me dijo Carlos disgustado- voy a ser yo quien te corte los huevos…

-Joder, adivina quién está llamando a este teléfono -le dije mirándolo con cara de asombro- No te lo vas a creer…

-Coño, dímelo ya -me dijo- que no estoy para adivinanzas.

-Lo siento, tienes razón -le dije- Es Irene.

Se me quedó mirando fijamente, al igual que él yo no entendía nada, cada vez menos.

-No me mires así -le dije- Estoy igual que tú, no entiendo absolutamente nada.

-Y qué vas a hacer si vuelve a llamar, ¿vas a descolgar? -me dijo- No se te ocurra contestar al teléfono, nadie debe saber que lo tenemos hasta que nos enteremos qué pasa. Por otro lado eso significa que, o Emilio y Pepeca aún no saben que entramos en el edificio vacío, o si lo saben no han querido decirlo a los de arriba. Lo raro es que aún no nos han llamado como dijeron, que aunque fuese desde este teléfono podrían habernos llamado desde otro.

Nos sentamos en la cama, Carlos se veía preocupado, preocupado y caliente porque su polla no había perdido la verticalidad, su rigidez… Le agarré la polla y comencé a masturbarlo, él hizo lo mismo con la mía, nos pajeábamos mutuamente. Nos sentamos más al interior de la cama, ambos con las piernas abiertas y entrelazadas, cada uno cogió el nabo del otro y comenzó a masturbarlo, Carlos además, metía un dedo entre mis nalgas buscando el ojal y lo encontró. Mientras le daba a mi polla, su dedo hacía movimientos circulares en mi ojal para relajarlo y permitir que entrara, y entró. Entró su dedo en mí, al principio la primera falange, lo sacó y me lo puso en la boca para que lo ensalivara, y eso hice. Lo ensalivé bastante y volvió de nuevo a introducirlo en mí, pero esta vez hasta el final, mis respiración se aceleraba, de mi polla salía el líquido preseminal en bastante cantidad, mis caderas comenzaron a moverse para ser follado por el dedo de Carlos. Su polla estaba muy dura, su mirada muy excitada, su respiración acelerada, con la otra mano le masajeaba los cojones mientras levantaba sus caderas para mostrarme el culito, por lo que uno de mis dedos se introdujo por su ojal también. Nos acercamos más el uno al otro, ambos siendo follado por el dedo del otro y siendo pajeado, inclinándonos un poco conseguimos unir nuestras bocas y nuestras lenguas se enredaron. Carlos me metió otro dedo y el placer que sentí fue inmenso, saltando sobre sus dedos notaba que se acercaba mi orgasmo, él aceleró el movimiento de su mano mientras su lengua no paraba de recorrer el interior de mi boca.

-Sigue un poco más, cabrón -le dije entre gemidos- Me tienes a punto de correrme.

-Ummm, que rico tienes el culito y que dura la polla -me dijo con la respiración muy alterada- No voy a parar hasta conseguir vaciarte, cabrón.

Aceleré los saltos y comencé a notar como subía el placer desde mis pelotas hacia mi vientre, en ese momento solté el primer trallazo de semen que llenó a Carlos la barbilla y el pecho, los siguientes, que no recuerdo cuantos fueron, cayeron por su pecho y su vientre. Cuando intentaba recuperar el aliento, noté en el dedo introducido en el culo de Carlos, como su esfínter se contraía y dilataba y, acto seguido y acompañado de gemidos, noté en mi pecho como su semen lo llenaba de primera, después me llenó la barriga, el vientre, la polla, los huevos…todo, estaba totalmente impregnado en su leche mientras él no paraba de jadear ni de gemir.

Nos besamos con pasión y fuimos a la ducha, nos duchamos juntos y, mientras nos duchábamos, el uno limpiaba la polla del otro con la boca. Acabada la ducha y ya secos, nos quedamos en la cama con el teléfono en la mano.

-¿Qué hacemos ahora? -le pregunté a Carlos- Si no nos llaman hoy…

-Tranquilo que se pondrán en contacto con nosotros -me contestó- Y pienso que ya saben que nos hemos llevado todo lo que les falta.

A los pocos minutos sonó el teléfono de Carlos, era Carmen. Descolgó y lo puso en “manos libres”

-Hola mi vida -dijo ella- Mañana llegaremos temprano, al final no haremos la fiesta de despedida. ¿Cómo va todo? ¿Lo pasas bien con Nico?

-Hola mi amor
-contestó Carlos haciéndome una mueca- Una lástima que no hagáis la fiesta de despedida, ¿no? Sí, todo muy bien, hemos salido por ahí, hemos conocido a gente y la verdad que lo estamos pasando muy bien. Y con Nico me llevo de lujo, como cuando estábamos en el instituto. Y tú, ¿cómo lo estás pasando con Irene? Por cierto, he visto que en la bolsa de los consoladores faltan algunos…

-Joder tío, no se te va una ¿eh? Jajajaja -contestó Carmen- Me traje algunos porque te iba a echar de menos, y la verdad, los he usado…pero bueno ya te contaré muy pronto. Con Irene estupendamente, hemos congeniado muy bien. Y bueno, prefiero que no haya fiesta, así llegamos antes, bueno llego antes para estar contigo. Por cierto, ¿os quedáis cada uno en una casa u os quedáis en la misma? Tengo muchas ganas de verte…jejejeje

-Ummm, eso suena genial -le dijo Carlos mirándome a los ojos- ya tengo ganas de verte. Nos quedamos en casa de Nico y otras veces en la nuestra, ahora mismo estamos en la casa de Nico. Esta tarde nos iremos a la nuestra, haremos una barbacoa.

-Estupendo, ya me contarás como os sale. Bueno mi vida, tengo que dejarte -dijo Carmen- Te llamaré cuando lleguemos a la estación para que vengas a recogerme, o vengáis a recogernos. ¿vale?

-Por supuesto Carmen -dijo Carlos- Allí estaremos. Un beso y adiós.


Colgó Carlos y se volvió a mí.

-Saben que tenemos todo -me dijo- por eso no nos han llamado ni Emilio ni Pepeca, ella ha llamado para saber por mi tono de voz si sabemos algo, y creo que se ha dado cuenta de que sí.

-¿Por qué le has dicho que vamos a ir a tu casa a hacer una barbacoa? -le pregunté temiendo la respuesta-

-Por si mandan a alguien para que devolvamos lo que tenemos -me contestó levantándose de la cama- No estaremos en la casa, pero estaremos vigilando, además avisaré a la policía de que hay alguien rondando por mi casa, para que manden una patrulla por si las moscas.

-Joder, vas dos pasos por delante de ellos -le dije sonriéndole- Dentro de lo malo, me alegro que esto me esté pasando contigo, yo no sabría cómo actuar. Por cierto, me encanta tu culo, uffffff, es que me pone a mil.

Se acercó a mí, se giró y se tocó las nalgas y las abrió dejándome ver el ojal un poco dilatado aún. Le agarré las nalgas y acaricié su ojal, estaba caliente. Acerqué mi boca y lo lamí con la lengua, la punta de mi lengua entró un poco en él.

-Uffff, es que me matas tío -me dijo Carlos- Tenemos muchas cosas que hacer pero…

-Ya, ya lo sé -le dije besándole las nalgas- Vamos a hacer primero lo que debemos y después daremos rienda suelta al placer.

Nos vestimos y fuimos hacia la casa de Carlos, aparcamos en una curva, teniendo visión de la puerta principal de la casa. Nos quedamos sentados en el coche, al cabo de una media hora vimos que un coche pasaba a nuestro lado para pasar por delante de la casa, cuando se acercaba a ella bajó bastante la velocidad hasta casi detenerse. En ese momento, Carlos cogió el teléfono y llamó a la policía.

-Buenas tardes, Policía Nacional -contestó una voz de hombre- ¿en qué puedo ayudarle?

-Hola buenas tardes -dijo con la voz un poco temblona- Mire usted, estoy de viaje, pero una vecina me ha llamado diciendo que hay algunas personas rondando por mi casa, me ha dicho que un Seat León gris marengo acaba de pasar por delante de la puerta reduciendo la velocidad bastante. Quisiera saber si es posible que manden a alguien.

-¿Su vecina le ha dado la matrícula del vehículo? -le preguntó el policía- Y deme también la dirección de su casa, por favor.

-Me ha dicho parte de la matrícula -le dijo Carlos- es que es un poco mayor y dice que no la ha visto bien, pero está segura que empieza por 5 y acaba con LDR. La dirección es Avenida del Embarcadero, nº 179, es una chalet individual, está a unos 150 metros de la farmacia.

-Bien -dijo el policía- ¿puede darme el nombre de su vecina y su dirección? Una patrulla sale ya hacia allá.

-Lo sient…, no le o… bien, …toy en una zon… con poca cobertur… soltó Carlos y colgó apagando el móvil inmediatamente-


Lo miré fijamente, cada vez me asombraba más, y lo conocía menos. Me miró, se acercó y me besó en la boca.

-No me mires así -me dijo riéndose- he leído mucho sobre los servicios secretos, jajaja.

-¿Has leído o sirves en uno de ellos? -le pregunté queriendo aparentar fortaleza- No me has dicho en qué trabajas.

-Jajajaja, estás de broma, ¿no? -me dijo algo incómodo- Trabajo en una empresa con ramificaciones en el norte de África…

-Joder, más claro imposible -le respondí- ¿Eres agente del CNI?

-Nico, por favor…-me dijo con un tono de voz que no me gustó- No soy un agente del CNI…

-Tampoco me lo dirías si lo fueras -le corté- Además, sabías dónde guardar los discos duros…jamás se me hubiese ocurrido en una consigna, pero no contabas con que las abrían a última hora y por eso se te ocurrió lo del trastero…Carlos, son muchas coincidencias y más de dos coincidencias es una realidad. Entiendo que no me lo quieras decir, pensándolo bien tampoco quiero saberlo.

- Pues dejémoslo ya -me contestó esta vez sin negar nada- Estamos ahora en lo que estamos.

Sonrió de lado, algo nervioso. Algo me decía que mentía pero no podía saber en qué. En ese momento pasó junto a nosotros el Seat León que vimos antes, venía a una velocidad reducida, al pasar junto a la casa redujo aún más la velocidad, hasta casi detenerse. De pronto oímos una sirena muy fuerte justo detrás de nosotros, era un coche patrulla de la Policía Nacional que se acercó al Seat León por detrás mientras otro coche patrulla les cerraba el paso por delante. Se bajaron los policías de ambos coches con sus manos en las culatas de sus pistolas y a gritos pedían que se bajaran del coche sus ocupantes. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando vimos que quien se bajaba del lado del conductor era Ana, una de las chicas que conocimos en un bar la noche en que salimos a cenar al restaurante colombiano y que follamos los 4 juntos en mi cama. Lógicamente, del lado del copiloto salió su amiga Silvia, la otra chica de la misma noche. La policía les pidió la documentación, hablaron por la emisora con la Comisaría, y para sorpresa nuestra, uno de los policías aparcó el coche de ellas mientras que montaban una en cada coche patrulla. Vimos que el policía que aparcó el coche de ellas se dirigió a la casa, se colocó delante de la puerta y llamó al timbre, lógicamente nadie abrió, escribió una nota y la dejó pegada en la puerta con un poco de cinta del CNP (Cuerpo Nacional de Policía), se dirigió a su coche patrulla y se las llevaron a comisaría.

-Joder, ahora dime que algo han tenido que ver los policías, porque no es normal que se las lleven detenidas -le dije insinuando que sabía por qué-

-Joder Nico, otra vez con lo mismo…Pues sí, imagino que algo no les ha cuadrado cuando se las han llevado -me dijo alzando la voz- y sí soy agente coño, pero no del CNI.

Me quedé mirándolo con los ojos muy abiertos al igual que la boca.

-Cierra la boca que te van a entrar moscas -me dijo- soy agente del SIGC, Servicio de Información de la Guardia Civil. A veces trabajamos con ellos, con el CNI me refiero…también con la Policía Nacional, claro…

-Y ahora ¿qué hacemos? -le pregunté- ¿nos vamos?

-¡¡¡Y una mierda!!! -gritó- Acabo de decirte lo que soy, y me vienes ahora cambiando de tema. Pregunta lo que quieras, joder. Pero lo único que te pido es que no se lo cuentes a nadie, sólo eso.

-Tranquilo, nadie lo sabrá por mí -le contesté- Pero Carmen igual sí lo puede contar o lo ha contado…

-Carmen no contará nada porque no sabe que pertenezco al SIGC -me dijo de manera rotunda- Cree que trabajo para una empresa que trabaja con la Guardia Civil, es lo que nos dicen que les digamos a nuestras familias, además de tener toda la documentación de esa falsa empresa.

-Bueno, ahora me siento más seguro estando contigo -le dije sin saber qué decir- Al menos me encanta tu pistola…jajaja.

-¡Qué cabrón eres! –me soltó mientras se inclinaba hacia mí y me besaba- Ya has usado mi pistola bastantes veces, casi me la dejas sin munición, jejejeje.

Cuando se marcharon los coches de la Policía, decidimos irnos a mi casa, teníamos que tener claro qué movimientos íbamos a hacer.

-Al menos algo de suerte hemos tenido -me dijo Carlos- No parecen muy profesionales, están cometiendo errores uno tras otro, y eso nos interesa.

Llegamos a casa y nos sentamos en el sofá, me quedé mirándolo esperando órdenes suyas, él sabía mejor que yo cómo moverse en este ambiente. Cogió el teléfono que sacamos del edificio que asaltamos, se puso a investigarlo por todos lados.

-Si comenten tantos fallos, deben de haber dejado algo aquí que se nos pasa -me dijo trasteando el teléfono- Y por ahora no lo veo…

-Imagino que has mirado ya la lista de los contactos, SMS enviados o recibidos, WhatsApp, si tiene correo electrónico…

-¡¡¡Mierda, eso es!!! -me dijo estampándome un beso en la boca y trasteando el teléfono- No he mirado si tiene email, y…bingo, aquí está. Vaya…está nuestro vídeo del coche enviado a una dirección de Gmail, ¿la conoces?

-No, ni idea -le dije mientras me enseñaba la dirección email- pero alguien más conoce nuestro secreto… La única solución es mandarle un email desde una dirección de correo creado nuevo, y ver si contestan, ¿no crees?

-Puede funcionar, Nico -me dijo sonriendo- Crea tú una dirección de correo y cuando la tengas te paso la dirección de éste y vemos qué mandarle. Pero no la crees en Gmail ni Hotmail ni nada de eso, créala en Proton mail como ellos la tienen para mandarnos los vídeos al principio. De esta manera no podrán rastrearla, aunque no creo que lo hagan, pero por si las moscas.

Eso hice, me senté en el escritorio delante del pc y me puse a crear una nueva dirección de correo en Proton mail. Carlos se quitó la camiseta que llevaba, tenía calor imagino que de la tensión que estábamos pasando, lo estaba observando y se dio cuenta, el cabrón me sonrió y comenzó a desabrocharse el pantalón mirándome y riéndose, sabía que me excitaba. Se bajó el pantalón y se lo quitó por los pies mientras masajeaba el paquete que le hacía el slip blanco que llevaba puesto. Un paquete en el que se le adivinaba bien la polla morcillona inclinada hacia arriba y a un lado, y sus pelotas bien marcadas. Me estaba calentando a conciencia y, lo peor de todo es que él lo sabía. Se quitó el slip y se quedó completamente desnudo. Me levanté, me desnudé completamente y me quedé en pie. Mi polla estaba ya morcillona, con ganas de erguirse sobre mis pelotas.

-Bueno, ya tengo la dirección de correo creada -le dije sin mirarlo- Dime la dirección a la que tengo que mandar lo que le vayamos a decir.

Me dijo la dirección y me la volvió a confirmar, la apunté en la lista del correo electrónico.

-Ahora vamos a ver qué le vamos a poner -le dije pensativo-

-No te andes por las ramas y se le dice claramente -me dijo colocándose detrás de mí, rozando su nabo por mis nalgas- Ponle que tenemos algo que ellos necesitan y que se pongan en contacto con nosotros a este mail. Háblales en todo momento en plural.

-De acuerdo -le dije pegando más mi culo a su verga- Por ejemplo: “Buenas tardes, tenemos algo que están buscando, si desean conseguirlo escríbannos aquí”

-Por el amor de Dios, Nico -me dijo riéndose, y con el movimiento de la risa, su polla golpeaba mis nalgas- No se trata de ser educado, quita lo de “Buenas tardes”, mejor bórralo todo y escribe lo que te diga.

Se separó de mí, su polla se estaba levantando y teníamos que acabar esto, mejor era separarnos un poco y eso hicimos. Me senté y me dispuse a escribir lo que él me redactaba.

-Veamos -dijo pensativo y acto seguido se puso a dictarme- “Sabemos que buscan lo que tenemos, tienen dos días de plazo para contactar con nosotros o todo será publicado”. Eso está bien. Mándalo.

Eso hice, lo mandé y en nada se encendió la pantalla del teléfono. Acababa de recibir nuestro correo electrónico.

-No vayas a abrirlo, así sabremos si lo abren ellos desde otro sitio o no -me dijo acercándose de nuevo a mí- Y ahora veamos tu “pistola” cómo está, que antes me ha parecido que se estaba “recargando”, ¿no?.

Me levantó, me abrazó y me besó metiendo su lengua dentro de mi boca, buscando la mía con mucho interés. Lógicamente la mía le salió al encuentro para enredarse ambas, mezclando las salivas de los dos. Comenzamos a calentarnos cada vez más. Yo le acariciaba las nalgas, buscando su ojal con uno de mis dedos mientras que él me acariciaba el nabo y las pelotas. Nuestras pollas no tardaron en mirar hacia arriba, mojadas, duras y calientes. Me miró a los ojos y, besándome por el cuello llegó hasta mi oído izquierdo.

-Me muero por tenerte dentro ahora mismo -me dijo con voz muy sensual y caliente- Dame por el culo ahora, cabrón.

Se giró de inmediato y se inclinó apoyando sus antebrazos sobre la mesa y separando las piernas, me arrodillé ante su culo, sus pelotas colgaban y se movían mientras él colocaba bien sus piernas, agarré las dos con una mano y acerqué mi boca a su ojal, pasé la punta de la lengua por él, Carlos dejó salir un gemido que me excitó bastante. Solté sus huevos y con ambas manos le abrí las nalgas, su ojal apareció ante mí, algo abierto. Pasé un dedo por él y lo masajeé haciendo círculos mientras mi lengua lamía los alrededores de él, empujé un poco el dedo hasta que conseguí que entrara una falange, su culo estaba caliente. Saqué el dedo y en su lugar metí la punta de mi lengua, empujé la lengua con ganas mientras notaba como iba entrando lentamente, humedeciendo la entrada del culo de Carlos. Me incorporé de nuevo y coloqué mi nabo en su ojal, lo agarré por las caderas y empujé mis caderas hacia delante, mi polla pujaba por entrar, veía como su culo se abría ante el empuje de mi nabo, como se iba introduciendo el capullo, como su culo se dilataba hasta que el capullo entró completamente. Esperé unos segundos y seguí empujando de nuevo, notaba el calor del interior del culo, la elasticidad que tenía su ojal y todo el conducto, como dejaba paso a mi polla y como se adaptaba a ella, notaba las rugosidades de su interior, hasta que mi polla llegó hasta el fondo. Carlos se puso a moverse hacia delante y hacia atrás, gemía como una novia en la noche de bodas, estaba muy excitado, lo notaba en las contracciones que su ojal ejercía en el tronco de mi polla. Aceleró sus movimientos y yo aceleré los míos. Pegó su cara a la mesa y con las embestidas que yo le daba, su cabeza no paraba de moverse sobre la mesa, notaba el golpeteo de sus huevos en los míos por el vaivén que le provocaba la follada que le estaba dando. De pronto sus gemidos se hicieron más fuertes y más seguidos, su ojal parecía que quería ordeñarme el nabo.

-¡Dame más rápido y más fuerte cabrón! -me dijo entre gemidos- me voy a correr.

Aceleré las embestidas y noté el momento que comenzó a correrse, sin tocarse la polla, simplemente por follarlo. Su ojal apretaba y soltaba el tronco de mi polla que no paraba de ir hacia delante y hacia atrás. Noté que me iba a correr también, así que seguí con la velocidad que le estaba dando y noté como ese placer te sube de los huevos, del culo, del interior y se dirige a tu vientre. Me apreté contra sus nalgas y comencé a vaciarme dentro de él, tuve que apoyarme sobre la mesa porque las piernas empezaron a perder fuerzas y las rodillas se doblaban. No sé cuántos trallazos soltaría, pero estuve un ratillo soltando leche hasta que acabé de correrme y esperé un ratillo más. La saqué y salió parte del semen que caía por sus muslos hasta el suelo. Se levantó, se giró y nos besamos, sin decir palabra fuimos a ducharnos, nos temblaban las piernas a los dos.

-Joder tío -me dijo intentando serenarse- cada vez lo disfruto más. Me tiembla todo, tío. Me he corrido sin tocarme la polla en ningún momento, me ha encantado.

Nos volvimos a besar y entramos a la ducha, allí se agachó un poco para vaciar todo lo que le había echado dentro mientras yo abría el grifo de la ducha y el agua caía sobre los dos.



Una vez duchados y secos nos fuimos hacia el salón, teníamos que ver si el correo lo habían abierto. Seguíamos desnudos, ya le habíamos cogido gusto a estar en bolas, y nos sentamos a la mesa del salón. Carlos cogió el teléfono y miró el correo, estaba marcado como que lo habían abierto, solo era cuestión de esperar. Teníamos que comprobar si nos habían mandado algo. Yo cogí el portátil y lo encendí, abriendo la nueva dirección del correo.

-Nico, abre el correo que hemos creado -me dijo serio- a ver si han contestado.

-Por ahora no han dicho nada -le dije mirando la pantalla del portátil- Miro también en papelera, en spam…nada, no hay nada. Tendremos que esperar.

La espera se hizo larguísima, Carlos miraba el teléfono cada dos por tres, esperando ver que el correo que enviamos no estuviese ya en negritas. Pasados unos 20 minutos de haberlo mandado me miró y sonrió.

-Ya lo han leído -me dijo con voz victoriosa- pasará un rato hasta que nos contesten. Quien lo haya leído no creo que sea uno de los mandamases, así que el correo tiene que llegar hasta él o ellos. Ahora habrá que pensar una nueva jugada.

-Estoy viendo que disfrutas con todo esto -le dije sin salir de mi asombro- Te recuerdo que esto no es una partida de ajedrez.

-Por supuesto que sé que no es una partida de ajedrez -me dijo molesto- Pero has de saber que debemos estar preparados para lo que ellos vayan a hacer y pensar todos los movimientos posibles. Nico, si quieres que salgamos con el menor daño de esto hay que actuar como ellos y prevenir los siguientes ataques porque, créeme, nos van a atacar para infringirnos el mayor daño posible. Y ahora vamos a vestirnos, tendremos que ir a comisaría pero antes pasaremos por mi casa. Seguramente algún vecino haya visto lo sucedido y me diga que han detenido a alguien junto a nuestra casa, además que tendremos que hacer el paripé de encontrarnos el papel que el policía ha dejado en la puerta.

Nos vestimos y fuimos con su coche, aparcamos delante de la casa y, al bajarnos y dirigirnos hacia la casa, una vecina llamó a Carlos para informarle de lo que había pasado. Yo me dirigí hacia la puerta y vi la nota del policía en un sobre pegado a la puerta con un trozo de cinta del CNP.

-¡Carlos, deberías ver esto! -le grité- Aquí hay una nota de la policía.

Se acercó junto con la vecina, despegó el sobre y sacó la nota, la leyó y nos la enseñó a su vecina y a mí. Estaba escrita a mano, con bolígrafo azul y con un tipo de letra bien cuidada, ponía: “Alertados por su llamada telefónica, las patrullas que han acudido a su dirección han detenido a dos personas que merodeaban por su vivienda. Le rogamos que acuda a la Comisaría de Policía en cuanto lea esta nota.”

-Bueno, vayamos a la Comisaría -me dijo- Muchas gracias por todo, Lidia. Ya hablaremos.

Nos montamos en el coche y nos dirigimos hacia la Comisaría de Policía. Llegamos a la Comisaría y el policía que había en la garita nos pidió la documentación y nos preguntó a qué veníamos, Carlos le contestó y nos hicieron pasar, acompañado de un policía, a una sala en la que había dos personas más. El agente que nos acompañó nos pidió que esperásemos allí hasta que viniesen a buscarnos. Al cabo de unos 7 u 8 minutos, vino una persona que diciendo el nombre de Carlos nos acompañó hasta un despacho de la primera planta, nos sentamos en las sillas que nos indicaron delante de una mesa ocupada por una inspectora de policía.

-Buenas tardes Sr. De Tena, soy la Inspectora Márquez, Rosa Márquez usted es… -dijo la inspectora señalándome y buscando en los papeles-

-Perea, Nicolás Perea -le dije sin tiempo a que encontrara lo que buscaba- Soy amigo de Carlos, del Señor de Tena quiero decir.

-Puede llamarme Carlos -le dijo a la inspectora- Dígame, ¿qué ha pasado en mi casa? Me ha contado una vecina que llegó la policía y ha detenido a dos personas, dos chicas, que estaban rondando por mi casa. Además un agente ha dejado esto pegado en la puerta de casa.

Le entregó el sobre que la inspectora dejó sin abrir sobre su mesa.

-¿Carlos, conoce usted a Ana García y a Silvia Mena? -preguntó girando hacia nosotros la pantalla de su pc y mostrándonos las fotos de ellas- son las personas que han sido detenidas merodeando cerca de su casa. Lo que no sabemos es si llegaron a entrar ellas u otras personas en su casa.

Nos miramos sorprendidos, las fotos no eran actuales, tendrían ya un par de años como mínimo. Eran las típicas fotos que se hacen para la ficha policial.

-Vaya por Dios -dijo Carlos- Las conocimos el otro día, verá usted, nuestras mujeres están en Tarragona por motivos de trabajo, son compañeras. Una noche salimos, creo que fue hace 2 o 3 noches, cenamos fuera y después fuimos a un bar a topar unas copas. Allí se nos acercaron y entablamos cierta amistad, al final fuimos a casa de Nicolás y…bueno, tampoco queremos que esto se sepa, ¿me entiende, verdad? Por otra parte, he mirado la casa y parece que nadie ha llegado a entrar en ella.

-Eso no es asunto mío, Carlos -dijo la inspectora mirándome a mí- ¿Qué pueden contarme sobre ellas?

-Vera usted -dijo Carlos- Las conocimos en un bar como le he dicho antes, se acercó la de la primera foto, que nos dijo que se llamaba Ana, nos presentó a la otra chica, Silvia, las invitamos a sentarse en nuestra mesa. Tomamos unas copas y nos marchamos a casa de Nico.

-Y usted, ¿recuerda algo más? -me dijo mirándome fijamente- No sé, sus apellidos, donde trabajan, etc.…

-Recuerdo que nos dijeron que eran de Valencia -le dije sin mirar a Carlos para no hacerla sospechar- Que estaban aquí por un tema de la Autoridad Portuaria porque trabajaban en el Puerto de Valencia, o algo así…y que eran separadas. No recuerdo nada más. Ah sí, que se hospedaban en el hotel NH, junto a El Corte Inglés.

-Vale, verán ustedes -dijo la inspectora Márquez- Es cierto que son de Valencia, son pareja, tienen varios delitos de extorsión, amenazas, prostitución de menores, robo…Llevan una temporada que se les ha localizado por la zona occidental de Andalucía. Pero hay una cosa que no entiendo, si estuvieron en su casa, Nicolás, ¿cómo es posible que supiesen donde vive usted, Carlos? ¿Les dio su dirección, las dejaron solas en algún momento para que pudieran mirar su documentación y saber así su dirección?

-Que yo recuerde no, en absoluto -contestó Carlos-

-Yo estoy seguro que no se les dio tu dirección -le dije mirando a Carlos-

-Bueno, eso es todo -dijo la inspectora- Por favor, si recuerdan algo me llaman y me lo dicen. También, cuando entre en su casa, por si se da cuenta que le falta algo o hay signos de que haya entrado alguien.

-Muy bien inspectora -dijo Carlos levantándose y tendiéndole la mano- Si recordamos algo o veo que alguien haya entrado en casa se lo hago saber. ¿Por cierto, ellas saldrán del calabozo hoy o seguirán detenidas?

-No, no saldrán -contestó ella- Estaban en busca y captura por algunas cosillas más, así que serán enviadas al Juzgado de Valencia que las declaró en Busca y Captura, en calidad de detenidas.

-Bueno inspectora -le dije tendiéndole la mano- Que tenga una buena tarde.

Salimos de la Comisaría y, una vez en el coche, nos dirigimos a su casa. Llegamos y comprobamos que todo estaba en orden, las ventanas estaban cerradas, las puertas, tanto la principal como la trasera, estaban intactas, parecía que nadie había logrado entrar en la casa. Nos sentamos en el sofá, hacía calor aún. Carlos se levantó y tiró de mi mano para levantarme. Una vez de pie me besaba mientras me desabrochaba el pantalón, yo hacía lo mismo con el suyo, notaba un bulto en su vaquero que me estaba excitando bastante. Bajé su pantalón lo suficiente para sacarle la polla por encima del bóxer, la agarré con una mano mientras con la otra tiraba del bóxer hacia abajo. Su pantalón cayó al suelo acompañando al bóxer y dejando libre su polla y sus huevos. Nos separamos un poco y me di cuenta que mi pantalón estaba por debajo de mis rodillas, mi slip estaba con mi pantalón y que Carlos me la estaba meneando. Me saqué el pantalón y slip por los pies mientras seguíamos comiéndonos las bocas, él se sacó su pantalón, al igual que yo. Nos separamos y, cogiéndome de la mano, me llevó a su dormitorio. Me colocó de cara a la pared y se aproximó por detrás a mí, rozando mis nalgas con su polla. Tirando de mis caderas hizo que las despegara de la pared, sacando mi culo hacia él y con el pecho pegado a ella. Su respiración se estaba alterando, se aceleraba al igual que la mía, quería que me la metiera, movía mi culo de un lado a otro buscando que su polla entrase por mi ojal, notaba su polla dura, muy dura. Iba dejando su líquido preseminal en mis nalgas, su boca se acercó a mi cuello, lo besaba, lo lamía mientras con una de sus manos me separaba las nalgas y con la otra me acariciaba el pecho.

-¿Te gusta Nico? Hoy vas a ser mi putita -me dijo muy excitado- Me he fijado como mirabas a la inspectora y no me ha gustado, ella no es lesbiana así que siento decirte que tu macho será el que te monte hoy, y veo que te estás excitando.

-Dios, no me he fijado en nadie, cabrón -le dije entre gemidos- pero sí quiero que me la metas porque soy tu puta y tú como mi macho que eres, me la tienes que clavar.

Noté que su polla atinó con mi ojal, empujó sus caderas y su nabo fue entrando en mi culo, invadiendo mi interior, notaba como mi ojal se abría dando paso a esa maravilla que Carlos tenía entre las piernas y que tanto me hacía disfrutar. Él seguía empujando, su polla entraba con algo de dolor, pero un dolor mezclado con placer, no iba a pedirle que la sacara, de ninguna de las maneras, quería que me la metiera entera, quería notar como ocupaba todo mi interior, quería que dejase dentro de mí su semen. Al fin llegó a meterla entera, mis gemidos salían de mí de manera inconsciente, se puso a moverse hacia delante y hacia atrás, notaba como mi culo estaba completamente dilatado abrazando su polla, como sus pelotas golpeaban mis nalgas, el placer que sentía era inmenso, notaba como mi polla emanaba líquido preseminal que caía sobre el suelo. De repente me la sacó y me volvió hacia él, me quitó la camiseta y besándome me llevó hasta la cama, se quitó su camiseta mientras yo le acariciaba la polla. Se tumbó bocarriba en la cama y me senté sobre él, me metí su polla hasta el fondo, así en esa postura, entraba más. Mi polla seguía sacando el líquido preseminal que caía sobre su vientre, mientras lo besaba con ganas, nuestras lenguas se enredaban, lamía sus labios para después seguir enredándose con su lengua, él me acariciaba los pezones como si fuesen las tetas de una chica, hasta ponérmelos de punta. Notaba que mi corrida, como la de él estaba próxima. Le cogí las manos y, con los dedos entrelazados las puse a ambos lados de su cabeza, sobre la almohada, usándolas como punto de apoyo. Comencé a moverme más rápido, su polla entraba y salía, parecía que había ganado en dureza, y yo había ganado en placer. Carlos comenzó a gemir más rápido, mis movimientos se aceleraron, prácticamente estaba saltado sobre su polla, entraba y salía de mi culo con mucha facilidad, su precum había lubricado mi ojal. Sentí como si una corriente eléctrica se agolpaba en al base de mis huevos y se dirigía hacia mi vientre.

-¡Me voy a correr cabrón! ¡Dale más rápido! -me dijo Carlos entre gemidos- Dioooossss.

Sentí como su polla se contraía y se dilataba dentro de mí, somo si fuese un corazón latiendo. Acto seguido noté como un líquido caliente inundaba mi interior. Apreté fuerte las manos de Carlos y comencé a correrme con los brazos estirados y mirando a Carlos desde arriba. Mi polla soltaba los trallazos uno detrás de otros, mi leche llegó hasta la cara de Carlos, en sus mejillas, su pecho, su vientre, la almohada, todo se llenó de mi leche mientras notaba como mi cuerpo temblaba completamente, mis brazos se quedaron sin fuerza y me recosté sobre Carlos, llenándome con mi propio semen mi pecho, lo besé mientras seguíamos gimiendo. Una vez acabamos, me la saqué del culo y notaba como su semen salía de mí, me recosté a su lado, no tenía fuerzas para levantarme. Solo quería estar junto a él en ese momento, él me abrazó y me besó en la boca.

-Joder tío -dijo suspirando- ha sido increíble, de verdad. En estos días los polvos que hemos echado, incluidas las pajas que nos hemos hecho, han sido los mejores de toda mi vida.

-Qué te voy a decir -le dije recobrando la respiración- Me das un placer que nadie ha sabido darme nunca, además eso de ser hoy tu putita me ha puesto… Ahora voy a levantarme y a vaciarme lo poco que quede dentro…jejeje.

Fui al baño y algo salió, en ese momento sonó mi teléfono y acudí corriendo hasta el salón, que es donde estaba, para ver quién era.









Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 
Ca brón, me has dejado durisimo y superintrigado, no nos hagas esperar mucho!!!!
 
Capítulo 9


Al llegar a la mesa del salón el teléfono dejó de sonar, miré quien había llamado, era Irene, la llamé.

-Hola mi vida, pensé que estabas ocupado -me dijo con un tono que no me gustó- ¿No te habré interrumpido en nada, verdad?

-Hola mi amor, tranquila, acababa de cerrar el grifo de la ducha. El tiempo justo para secarme y salir de ella, pero no me ha dado tiempo a coger el teléfono, pero ya habías colgado. -le dije un tanto nervioso- ¿Qué tal todo?

-Pues por eso te llamo -me dijo ahora con otro tono- Mañana al medio día cogeremos el tren, llegaremos por la tarde-noche. Como está ahora mismo RENFE…no sabremos si saldremos en hora o llegaremos con retraso…o ambas cosas, jejejeje.

-No te preocupes, ya me vas diciendo cuando salgáis y las incidencias que tengáis por el camino. -le dije-

-Perfecto, tengo ganas de verte ya… -me dijo ahora con algo de sumisión en la voz- Ahora tengo que dejarte, me ha dicho Carmen que le digas a Carlos que lo echa de menos. Un beso enorme.

-Venga Irene, mañana nos veremos ya -le dije- Un beso.




Carlos ya había salido del dormitorio y me miraba con cara de extrañeza. Iba desnudo, observé su cuerpo, como le colgaba la polla recién exprimida, como colgaban sus huevos. Estaba apoyado en el quicio de la puerta que daba al salón, se le veía preocupado pero apetitoso. En ese momento me di cuenta que estaba fijándome en él de otro modo, un modo digamos que además de sexual era emocional…o no tanto, pero era algo más que sexo.

-Bueno -me dijo- ¿Qué te ha contado Irene?

-Mañana a mediodía salen de Tarragona, estarán aquí por la tarde-noche. Que Carmen te echa de menos, me ha dicho.

-Claro, por eso mi teléfono no para de sonar -dijo con sarcasmo- A ver qué tienen estas dos por ahí…

En ese momento sonaron dos golpes en la puerta, me quedé mirando a Carlos sin saber qué hacer, estaba en bolas, él se fue a la habitación. Fui hacia la puerta y miré por la mirilla, me giré y en ese momento Carlos me echó un bañador que me puse inmediatamente, él llevaba otro puesto, uno mío. Me hacía señas con las manos para que abriera la puerta, y eso hice. Era la Inspectora Rosa Márquez acompañada de otra mujer.

-Buenas tardes, Señor Perea -me dijo- Hemos estado en la casa del Señor de Tena pero no había nadie. ¿Podemos pasar?

-Por supuesto, adelante -les dije cuando ya habían entrado- Íbamos a darnos un baño en la piscina. Carlos, el Señor de Tena está aquí…

-Sí, acabo de verlo. Buenas tardes Señor de Tena. -dijo la Inspectora Márquez- Podemos hacerles unas preguntas a los dos, ¿verdad? Por cierto, esta es la Subinspectora Maite Fenoy, ellos son Nicolás Perea y Carlos de Tena.

-Por supuesto inspectora, pero llámeme Carlos y usted también Subinspectora -les dijo-

-Muchas gracias Carlos -contestó la subinspectora-

-Mejor será que nos sentemos -les dije señalando al sofá y los sillones del salón- estaremos mucho más cómodos.

-Perfecto, gracias -dijo la Inspectora Márquez sentándose en el sofá e indicándole a la Subinspectora que se sentase junto a ella- Verán, hay algunas cosas que no nos han cuadrado respecto a Ana García y Silvia Mena. Igual se enteraron de algo cuando estuvieron con ellas. Lo primero es que nos digan qué vinieron a hacer por aquí, qué les contaron.

-Verá usted Rosa, las conocimos en el Bar La Barbería -contestó Carlos- Se nos acercó Ana y nos preguntó por dónde se salía , que eran de Valencia y acababan de llegar, que estaban alojadas en el Hotel NH junto a El Corte Inglés, que trabajaban en la Autoridad Portuaria de Valencia y habían venido por un curso o una convención o algo así, que las dos eran separadas. Silvia era la más callada, se notaba que la que llevaba las riendas era Ana. Y poco más podemos decirles. Nico ¿recuerdas algo más?

-Pues, a decir verdad me llamó la atención que no quisieron que las llevara al hotel -les conté intentando recordar cualquier cosa- pidieron un taxi…

-Ni se quedaban en el hotel NH, ni hubo llamada a la empresa de taxis para que viniese a esta dirección a recogerlas, ni a ningún Uber, Bolt ni VTC parecido -dijo Rosa, la Inspectora Márquez- Es una de las cosas que no encajan.

-Joder, sin habernos dado cuenta le dimos la dirección de mi casa -dije sin entender nada-

-¿Piensan ustedes que pueden tener algo que a ellas les interese? -preguntó Maite, la Subinspectora-

-¿El robo? -pregunté a media voz y Carlos me miró-

-Son estafadoras y extorsionadoras digamos que profesionales, pero no ladronas -dijo Rosa- No se van a complicar en venir a follar con ustedes para luego robarles, eso no lo hacen así, no son tan torpes como para venir desde Valencia, o desde el lugar que estuviesen si aquí no tienen nada con lo que extorsionar o estafar. Se fijaron en ustedes o ya les tenían el ojo echado a los dos, y esto es lo que pensamos, que ya los habían escogidos y estaban esperando para lanzarse contra ustedes. Ahora bien, no sabemos cómo sabían su dirección Carlos, porque usted nos dijo que no se las había dicho, salvo…

-En mi DNI no aparece aún la dirección de mi casa -la cortó Carlos- Tengo cita para la modificación del DNI en dos semanas, en él sigue apareciendo la dirección de Madrid, con lo que si registraron mi cartera, verían que la dirección no era de aquí.

-¿Y saben o intuyen de algo que ustedes tienen y que ellas querrían tener? -me preguntó Maite- De algo que piensan que está en casa de usted, Carlos o que tengan aquí en casa de Nicolás.

-No tengo ni idea de lo que pueden pensar que tenemos, porque realmente no tenemos nada -contestó Carlos- ¿Les han preguntado a ellas?

-Eso es lo que hicimos de primera pero como se imaginarán, su contestación fue otra, que se dirigían a Ceuta, a su feria, y que decidieron salir esa noche a divertirse y les encontraron a ustedes, que pasaron la noche con ustedes…follando, y que se fueron de esta casa sin más, en un taxi que pasaba por aquí.

-Pues eso no fue así -remarqué- Miren ustedes, nunca he tenido ni problemas con la policía ni he tenido que acudir a ustedes para nada porque no me ha hecho falta, jamás me han detenido ni cacheado ni nada parecido… No quiero que me malinterpreten pero esto me pone muy nervioso porque parece que he hecho algo que no he hecho, no sé si me explico.

-Tranquilícese Nicolás -me dijo Maite acariciándome la mano- Nadie le está culpando de nada…por ahora…jajaja, es broma hombre. Ya les hemos investigado a los dos, como pienso que habrán imaginado y no se preocupe, ustedes no tienen nada de qué preocuparse, son ellas las que nos interesan.

-En fin -dijo Rosa levantándose y extendiéndome una tarjeta de visita- Nos vamos, si recuerdan algo por lo mínimo que sea o quieren hablar con nosotras de nuevo, llámenme, en mi tarjeta está el número de teléfono.

Se despidieron y nos volvimos a quedar solos de nuevo, Carlos tenía cara de preocupación, veía como su cabeza no paraba de dar vueltas.

-¿Qué piensas? -le dije- Creo que tu cabeza está trabajando a tope.

-Pienso que he de impedir que esto llegue al SIGC -me dijo preocupado con su mirada evadiéndose por la ventana- Pero a la vez tendré que echar mano de ellos para impedirlo.

Se giró y me miró con una sonrisa en su cara, sabía cómo tranquilizarme mostrándome esa sonrisa.

-Ahora vamos a prepararnos, nuestras mujeres vendrán mañana por la noche y tendremos que darles la bienvenida que se merecen -me dijo colocando una de sus manos en mi hombro- Les prepararemos una buena cena.

-¿En serio después de lo que hemos visto de ellas me vas a decir que les vamos a preparar una buena cena? -le dije enfadado- Es que no sé si ellas tienen algo que ver con lo que nos ha pasado, o son simples peones como nosotros…

-Pues por eso mismo -me cortó- simplemente por eso mismo. No saben dónde tenemos los vídeos aunque sepan que los tenemos, al menos deben saberlo Emilio y Pepeca y después de haber visto lo que vimos, estoy seguro que todos lo saben pero no saben cómo hacerse con ellos. Lo único que no termina de encajar es el papel que han desempeñado Ana y Silvia, las valencianas. Que por cierto vaya polvos le echamos…y mirándote ahora…¿no les has dicho a Rosa y a Maite que íbamos a la piscina?

Se me acercó mirándome a los ojos, pasó sus manos por mi cintura y acercó su boca a la mía, su mano derecha abría la liguilla del elástico del bañador y se metía por dentro acariciándome la nalga izquierda.

-Están buenas la Inspectora y Subinspectora, ¿verdad? -me dijo con la voz alterada- Pero ahora mismo prefiero echarte un polvo a ti.

-Eres un auténtico cabrón -le dije- Que haces conmigo lo que te da la gana, y lo peor de todo es que lo sabes y me gusta.

-Jajajaja -se separó y me acarició el paquete notándose excesivamente que estaba empalmado- Es que me pones a mil, cabrón. Pero vamos a desnudarnos y preparar algo para comer, tengo hambre y me apetece estar en bolas contigo.

-No eres más cabrón porque no has estudiado para ello -le dije totalmente caliente y besándolo en los labios- Pero tienes razón, vamos a preparar algo para cenar.

-Pero antes de nada vamos a mirar el correo por si nos han mandado algo -me dijo dirigiéndose a su teléfono- Coge un momento el portátil y lo miramos.

Miré en el portátil el correo que les mandamos a la dirección que encontramos en el teléfono que sacamos del edificio del que nos grabaron. Había un correo en la bandeja de entrada, correspondía a otra dirección de correo de Proton Mail, avisé a Carlos que se sentó junto a mí, y abrí el correo, en él nos decían:

“Se puede llegar a un acuerdo sin que nadie salga perjudicado, solo dígannos qué es lo que quieren y todo será hablarlo hasta que todas las partes estemos de acuerdo. Si por cualquier motivo hacen público todo o parte de lo que tienen, como si acuden a denunciarlo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, les informamos que actuaremos en consecuencia. Ya nos indican lugar, fecha y hora para tener una primera toma de contacto”

-Bien, ha hecho efecto lo que mandamos -me dijo Carlos- Ahora queda vernos para acabar con esta pesadilla, por lo que leo no pretenden salir victoriosos, solo quieren recuperarlo porque, o hay gente más importante en esos vídeos que no hemos visto, o los extorsionadores saben que tenemos la sartén por el mango, y hablando de mango…

Colocó su mano sobre mi polla que en menos de 1 segundo reaccionó engordando y levantándose, la agarró y comenzó a subir y bajar la mano sin apretarla demasiado y a una velocidad justa para excitarme como lo estaba haciendo.

-…además, tendríamos que pensar en un sitio para quedar mañana por la mañana -decía eso como si no estuviese pasando nada, su mano seguía moviéndose y mi polla cada vez estaba más dura y comenzaba a segregar el líquido preseminal- Tendría que ser un sitio en el que estuviésemos a vista de la gente, pero que nadie pudiese oír lo que decimos.

Yo asentía con la cabeza, abrí las piernas mientras él seguía pajeándome, se giró un poco hacia mí y con la otra mano me acariciaba los huevos.

-Podríamos quedar en el llano que hay delante del edificio -prosiguió como si nada, su respiración no hacia ver lo que estaba sucediendo por debajo de la mesa- Aunque creo que no sería buen sitio, un grupo de personas reunidas allí donde la gente va a follar…llamaría mucho la atención. ¿No crees?

Asentí con la cabeza, mi respiración iba desatada. Su mano se deslizaba ahora más rápida por el lubricante que segregaba mi polla y porque había subido el ritmo, se oía muy bien como su mano se deslizaba empapada por mis fluidos. Con mis manos, me agarré a ambos lados del asiento de la silla y levanté un poco el culo del asiento, momento que aprovechó para meterme un dedo en él. Comencé a moverme arriba y abajo con su dedo dentro de mí, mientras él no paraba de masturbarme.

-Tendríamos que pensar otro sitio, no sé…ayúdame algo, estás ahí callado sin decir nada, joder -me dijo como si él no estuviese haciendo nada- Yo no puedo hacerlo todo solo…

-Ufff, cabrón -le dije entre gemidos- Gibraltar o Tánger, pienso.

-Verdad -sonrió acelerando el movimiento de su mano-, no lo había pensado, Gibraltar lo tenemos más fácil que Tánger.

Notaba que iba a correrme y comencé a moverme más rápido sobre su dedo mientras él aceleraba el movimiento de su mano. Mi respiración se aceleró más aún, cuando de repente se detuvo en seco. Me miró y me sonrió, su dedo seguía dentro de mí y mi polla estaba muy dura y había estado a punto de correrme. Me acarició los huevos con la mano que me estaba pajeando.

-Aún no he acabado de organizar esto, Nico -me dijo sonriendo- ¡No pretenderás acabar tú!.

-Eres un cabrón -fue lo único que acerté a decir-

Me sonrió y volvió su mano a agarrar mi polla. Con la palma de su mano recogía el precum que salía de mi polla y lo extendía por el tronco de mi nabo, me volvió a agarrar la polla. Los movimientos que hacía ahora eran algo más lentos, mi polla soltaba líquido preseminal a grandes cantidades y yo saltaba sobre su dedo con más énfasis.

-Bueno, decídete -me dijo retomando de nuevo el monólogo, porque yo apenas hablaba- Gibraltar o Tánger.

En ese instante aceleró el movimiento de su mano, yo sentía de nuevo que me iba a correr y más me movía. Mi respiración se aceleró más, notaba como una descarga eléctrica iba de mi culo, pasaba por mis huevos y llegaba a mi vientre. Mi polla tenía contracciones y salió un chorro de esperma caliente y blanco que impactó en el cuello de Carlos, los siguientes trallazos le dieron en el pecho, también en la mesa y en la pantalla del portátil. Acercó su boca y se metió mi capullo en ella, lamiendo y limpiándola hasta dejarla reluciente.

-Ahora vamos a hablar claramente, tú y yo de lo que podemos hacer -le dije sentándome con mi silla frente a él, recuperando mi respiración y agarrándole la polla- Pensemos en un momento los pros y los contras de ir a Gibraltar o a Tánger.

Empecé a mover mi mano arriba y abajo, su polla estaba muy dura y mojada, su precum caía por el tronco de su polla haciendo que estuviese brillante, se lo extendí por todo el tronco de la polla, le acaricié el frenillo con uno de mis dedos y comencé a pajearlo.

-Veamos, si quedamos en Gibraltar podríamos hacerlo en Grand Casamates Square -le dije moviendo mi mano arriba y abajo y sobándole las pelotas a Carlos- en alguno de los bares que hay allí.

Elevaba su culo buscando que metiera uno de mis dedos en su ano, comencé por acariciarle el ojal mientras notaba como aumentaba su excitación, su polla se ponía cada vez más dura y mojada.

-El problema es que la mayoría de la gante allí habla español y nos entenderían, además que en las terrazas de los bares las mesas están muy pegadas unas a otras.

Comenzó a suspirar cuando mi dedo entró en él y aumenté la cadencia de movimiento de mi mano.

-El tema de Tánger es algo más complicado, -seguí diciendo como si la paja se la estuviera haciendo otra persona, pero acelerando un poco el movimiento- deberíamos salir mejor en catamarán desde Tarifa que llega hasta el mismo puerto de Tánger y tarda aproximadamente una hora, en cambio si saliésemos desde Algeciras el viaje sería de media hora pero nos dejaría en Tánger Med y habría que buscar la forma de desplazarnos hasta el mismo Tánger.

Paré de pajearlo para que se excitara más pero se levantó y se sentó sobre mis rodillas con las piernas bien abiertas, la polla rezumaba muchísimo precum y estaba muy dura, la notaba palpitar en mi mano como si tuviera el corazón en la polla, mientras mi dedo anular se introducía nuevamente en su ano. Seguí con el movimiento algo más acelerado y notando como su respiración se agitaba más, con gemidos y jadeos.

-…Y podríamos salir por la mañana temprano para estar allí a media mañana -le dije notando como su polla comenzaba a dar pequeñas sacudidas señal de que se aproximaba la corrida- por ejemplo podríamos quedar con ellos en el Café Hafa con sus impresionantes vistas del Estrecho. Después podríamos volver en uno de los barcos a media tarde y ya para la tarde-noche estaríamos aquí para recoger a nuestras mujeres.

-Me corro cabrón -me dijo saltando sobre mis rodillas- no te pares, sigue así cabrón.

El primer trallazo de leche me llegó a la barbilla y el pecho, los siguientes me dejaron perdido pecho, vientre, polla, huevos…me había llenado completamente de su corrida.

Una vez recompuestos los dos, nos besamos durante un par de minutos y nos fuimos juntos a la ducha, se estaba convirtiendo en costumbre el ducharnos juntos. En la ducha fuimos recobrando la respiración poco a poco, entre besos, tocamientos y frotándonos con la esponja, al salir nos secamos y nos fuimos directos al salón y nos sentamos delante del ordenador habiendo limpiado previamente toda la corrida mía que cayó sobre la mesa y el portátil.

-Bueno, no sé si te has llegado a enterar de mi propuesta -le dije buscando en el ordenador alguna naviera para ir a Tánger- Creo que ésta es la mejor opción: Tánger, mejor que Gibraltar. Tú me dices.

-Sí, me enteré -me dijo riéndose- De aquella manera pero me enteré, y creo que tienes razón. Tánger es menos problemática que Gibraltar. Busca dos billetes de ida y vuelta a Tánger mañana a primera hora la ida y la vuelta sobre las 16:00 o 17:00, si volviésemos sobre las 17:00 estaríamos en Tarifa sobre las 18:00; pasar aduana, ir por el coche y demás…pon que nos dieran las 18:45, estaríamos en casa sobre las 19:15 o 19:30. Con tiempo más que de sobra para recoger a Irene y Carmen.

Tecleé en el ordenador buscando las navieras que por sus horarios pudiesen coincidir con nuestras necesidades. Al estar operativa la operación “Paso del Estrecho” por todos los emigrantes marroquíes que regresan por vacaciones a su país, había barcos a Tánger constantemente, así que no tuvimos problemas por los horarios. Compramos 2 billetes con la ida a las 07:00 y vuelta a las 16:30.

-Perfecto -me dijo Carlos, se le notaba en su salsa, yo en cambio estaba acojonado- Ahora hay que mandarles otro correo en el que se le diga, y te lo dicto para que lo escribas sin nada de formalismos: “Quedamos mañana 20 de julio en el Café Hafa de Tánger a las 10:30 de la mañana, si deciden no acudir entenderemos que no están interesados en ello con lo que nos dan vía libre para hacer con todos los datos que tenemos lo que veamos más oportuno”. Y listo, mándalo tal como está.

-Joder, ni un saludo ni un esperamos su contestación…-le dije entre burlas-

-Verdad -me dijo Carlos alegre- Ponle que si vienen pronto podemos hacerles unas pajas mientras hablamos, jejeje. Ahora en serio, tengo que quedar con un agente allí para que me facilite un arma, no sé cuáles son las intenciones de esta gente y como todo el mundo ve muchas películas, se piensan que tienen que ir armados sin saber manejar un arma para nada…

-Ni de coña -le corté tajante- Entonces te vas solo, no quiero ver un arma ni de coña. Es otro país, Carlos, no es España. No sabemos nada de sus leyes, ni falta que me hace saberlas, pero me niego rotundamente a acompañarte si vas armado…

-Nico ¿quieres escucharme? -me cortó con un tono de voz muy imperativo- Te dije que mi trabajo también lo hago por el norte de África, hay agentes nuestros en Tánger y, uno de ellos es bastante buen amigo mío, además tengo una relación de amistad muy fuerte, y no es lo que piensas, con el Jefe de la Policía Judicial de Tánger. Si no quieres que me faciliten un arma con plenas garantías, deberás acceder a que nos vigilen…solo para nuestra propia protección, sin que el SIGC tenga nada que ver con ello, por supuesto. Digamos que a nivel de favor personal.

-De acuerdo -dije admitiendo de esa forma que era consciente de que iríamos sin protección con el peligro que eso suponía- si nos tienen vigilados por si algo pudiese pasar, mejor.

-Vale, bien -me dijo levantándose y acariciándome el hombro- deja que haga un par de llamadas y ahora te cuento.

Se fue hacia el dormitorio, lo oía hablar, de vez en cuando soltaba una carcajada, a veces levantaba la voz más de la cuenta, a ratos parecía que susurraba. Así estuvo un buen rato, mientras yo estaba en la cocina y preparaba algo para cenar. Abrí una botella de Neo, un reserva de Ribera del Duero del que me habían hablado maravillas y me serví una copa. Al cabo de lo minutos noté como Carlos pegaba su entrepierna a mis nalgas y me abrazaba por las caderas, dejando caer una de sus manos hasta mi polla. Comenzó a besarme el cuello y lamerme un oído.

-Ya está todo arreglado -me dijo al oído de manera muy sensual- Mañana por la mañana me esperará la Policía Marroquí en la Aduana de Tánger, un par de agentes nos seguirán para protección, son muy efectivos. Por otro lado, este agente del SIGC que te he dicho, se cerciorará de que solo me sigan los agentes de la Policía Marroquí, estará pendiente de todo…

-Vale, genial -le dije soltándome del abrazo- ahora estoy metido de lleno en una trama de espías sin comerlo ni beberlo, y solo por echar un polvo con un tío…esto lo cuento y no se lo cree nadie…es que ni yo mismo me lo creo…

-Hey, relájate -me dijo Carlos- Yo también estoy metido en el ajo, pero verás cómo vamos a salir bien de esta, ya lo verás.

Le serví una copa de vino y acabamos de preparar la cena, cenamos y estuvimos charlando un buen rato hasta que decidimos acostarnos, había que levantarse pronto para ir hasta Tarifa y coger el catamarán a Tánger.



Me desperté a las 4:30, Carlos dormía junto a mí boca arriba, sin taparse con la sábana, su polla estaba levantada, dura, brillante, apetitosa. Me arrimé a él y lo agarré de las caderas mientras lo besaba, bajé mi mano hasta tocarle la polla. Él abrió los ojos y me sonrió.

-Eres un cabrón -me dijo con la voz de tener suelo aún- Mira cómo me has puesto…

-Pero qué mentiroso eres -le dije sonriéndole- SI estabas empalmado cuando me he despertado…

-Por eso mismo -me dijo- Soñaba contigo, jejejeje.

-Bueno -dije incorporándome- Vamos a levantarnos porque entonces no llegamos al barco, te recuerdo que tenemos que ir a Tarifa y son las 04:30, tenemos que desayunar, aparcar en Tarifa y estar con antelación para coger el barco. Yo me ducharé antes de ir.

-Por supuesto que lo sé -me dijo con una sonrisa- Pero nos duchamos juntos…

Llegamos a Tarifa pronto y aparcamos muy cerca del puerto, menos mal que la predicción del tiempo daba viento de poniente flojo, y el levante parecía que no haría acto de presencia. Embarcamos de los primeros, hacía una mañana increíble, estupenda para viajar pero por placer, no por obligación y menos nuestra obligación. El viaje fue tranquilo, pudimos ver ballenas, cachalotes y orcas durante el viaje. La llegada a Tánger fua en algo menos de una hora, desembarcamos y al pasar por la aduana, un policía pidió a Carlos que lo acompañara, seguí hasta salir de la aduana y lo esperé una vez fuera.

Al cabo de unos 20 minutos apareció Carlos solo y sonriendo, iba muy tranquilo y se dirigió a mí.

-Joder, cuánto has tardado -le dije- ¿qué ha pasado?¿dónde están los policías?

-Relájate -me dijo entre risas- he tenido que explicarle a mi amigo, el jefe de la policía judicial, que estoy aquí por un caso de extorsión a ti, pero que es a nivel personal, ya se lo expliqué ayer pero es normal que nos hagamos repetir las cosas para que no haya cambios inesperados de opinión. Y a la policía no la veremos, pero ellos sí nos verán, de todas formas, te diré quiénes son en cuanto salgamos, después no los volverás a ver, pero ellos a nosotros sí, o al menos eso espero.

-Un caso de extorsión a mí dice -le dije cabreado- O sea, que me estás haciendo un favor…manda cojones la cosa…

-Me han dado una pistola -me susurró-

-¡Ostias! Yo me voy -dije-

Me giré 180º queriendo dirigirme por donde habíamos venido pero Carlos me asió del brazo e hizo que me volviese a girar.

-Sigue andando, joder -me dijo en voz baja y cabreado- Tenía dos opciones, o cogía la pistola o me mandaban de nuevo a España, ¿qué habrías hecho tú? Dime

-Vale, vale -le dije más tranquilo- perdona pero es que todo esto me supera.

Salimos de la Estación Marítima del puerto de Tánger y cogimos un taxi, en ese momento sonó el teléfono de Carlos. Era su compañero del SIGC, nos tenía localizados y a los agentes de la policía marroquí también, nadie más nos seguía, eso es lo que pude entender que le decía. Nos dirigimos hacia las cercanías del Café Hafa, serían sobre las 08:45 de la mañana. Estuvimos paseando por la zona hasta que dieron las 9:00, hora a la que abría el café. Entramos y nos acomodamos en una de sus mesas que está en la zona más alta de las terrazas en escalera que hace el café. Pedimos un té moruno cada uno y esperamos, en poco tiempo comenzaron a llegar turistas y gente de Tánger, yo estaba cada vez más nervioso, no paraba de mirar hacia arriba, a la puerta que daba acceso a las mesas de las terrazas, hasta que Carlos me llamó la atención dándome un golpe en mi brazo.

-Deja ya de controlar la puerta -me dijo disimulando- se te nota a la legua que estás muy nervioso y eso no es bueno, cuando entre quien tenga que entrar vendrán directamente a nosotros, entonces déjame hablar a mí, intenta hablar lo menos posible, te lo pido por favor.

-Vale, vale -le dije con los nervios a flor de piel- siento no estar tan tranquilo como tú, no estoy acostumbrado a jugar a los espías…

-Y dale con lo de los espías -me dijo dando un sorbo al té- también estoy nervioso pero domino mis nervios.

Miré de nuevo hacia la puerta y ví como estaba Alfonso Aramburu, director dela empresa donde trabajan Irene y Carmen, con Antonio Hernández, director de una de las contratas, y los acompañaba Emilio Sánchez, el señor A. Buscaban a alguien y Emilio fue quien señaló hacia nuestra mesa.

-Acaban de llegar, Carlos -le dije con los nervios desquiciados ya- Son Alfonso, Antonio y Emilio…y vienen hacia acá

-No sé por qué no me extraña que fuesen ellos -me dijo relajado- bueno, tranquilo. Deja que hable yo.

Llegaron hasta nuestra mesa después de pedirles algo a un camarero señalando nuestra mesa.

-Vaya, buenos días -dijo Alfonso extendiendo su mano pero que ninguno de los dos estrechamos- Lamento las circunstancias en la que nos hemos conocido.

-Pues no parece que anden muy afectados -se me escapó el comentario, Carlos me miró con ojos de asesino- Después de todo lo que han hecho…

-Sí claro -contestó Alfonso mirando a Carlos- ¿podemos sentarnos? Hemos pedido té moruno con pastas, me he permitido el lujo de pedir también para vosotros.

-Adelante, siéntense -le dijo Carlos- No creo que estemos tanto tiempo como para comer pastas.

-Vaya, siento oír eso -dijo Antonio- Las pastas de aquí son las mejores que he probado en todo el Norte de África.

Emilio se quedó de pie detrás Alfonso como si fuese su guardaespaldas, por debajo de la chaquetilla que llevaba puesta pudimos ver la culata de una pistola. En ese momento me alegré que Carlos llevase otra pistola, aunque no la había visto.

-Bien, no hemos venido hasta aquí para comer pastas, y no nos intimidan por traer armas -dijo Carlos levantándose un poco de la mesa y mostrando el bulto que la pistola hacia debajo de su camiseta- Tenemos algo que ustedes quieren…

-No, Carlos -le cortó Alfonso- Tenéis algo que nos pertenece, y no hemos venido para ver quién es el que la tiene más grande.

-Por lo que hemos visto en los vídeos, no son ustedes ni él quienes las tienen más grande -no pude callarme y lo dije señalando a Emilio- Ni más dura tampoco, la cara sí, eso sí que la tienen más dura.

Carlos parecía que quería matarme por la mirada que me echó, pero no podía quedarme en silencio viendo como estaba la cosa.

-Alfonso -soltó Carlos- Alfonso y Antonio mejor dicho, parece ser que no se dan cuenta de cómo está la cosa, ¿verdad?. Ustedes no están en posición de exigir absolutamente nada, ustedes están en una situación bastante comprometida, en otras palabras: los tenemos en nuestras manos, así de simple. Tendrán noticias nuestras. Nico, vámonos ya. Y Emilio, te recomiendo que te deshagas del arma lo antes posible si no quieres problemas con la policía marroquí.

Se levantó y dándome un golpe en el brazo, hizo que me levantara. Salimos del Café Hafa, me temblaban las piernas, Carlos levantó un brazo y hacia nosotros vino un BMW 530 azul, se paró y Carlos abrió la puerta del copiloto y entró en él, me hizo una señal con la cabeza para que me montase detrás.

-Buenas Marcos -le dijo Carlos al conductor- Este es Nico, de quien te hablé ayer. A lo que vamos, el tipo de la chaquetilla azul, el más joven de los tres, lleva una Sig-Sauer P-226 en la cintura para que se lo comentes a Abdul por si intentan algo. Por lo demás, no creo que vuelvan a exigir nada más.

-Hola Nico, lamento lo que está pasándote -me dijo Marcos, que intuí era el agente del SIGC amigo de Carlos- Bien Carlos, ahora os llevaré al Barceló Tánger para que estéis tranquilos hasta que ellos se hayan marchado. Ya le comento a Abdul que tenga presente lo de la pistola. Y toma, vuestro billete de vuelta a las 17:30, y ahora vámonos.

Me quedé alucinado; nos recogió un agente del SIGC, Carlos estaba chantajeando a los capullos que nos habían chantajeado, nos metían en un hotel, nos cambiaron el billete de vuelta, y todo eso sin contar con mi opinión.

Llegamos al Hotel Barceló Tánger, con solo verlo el cabreo se fue apaciguando, entramos en recepción y Marcos pidió la llave de la habitación, una tarjeta, y subimos a ella, era impresionante. Entramos y Marcos se despidió de nosotros, Carlos cerró la puerta y se puso el dedo índice en los labios, fue hacia la mesa donde había un pequeño block de notas y un bolígrafo y escribió: ”No hables ni digas nada, déjame hablar a mí, nos cambiaremos de habitación, no me fío” Me dejó helado, cogí el bolígrafo y escribí: “Micrófonos?, Cámaras?”, él torció la cara como dudando, volví a escribir: ”menos mal que es tu amigo”. Me miró y me sonrió, se dirigió al baño y arrancó el latiguillo de la ducha, me quedé asombrado, fue al teléfono y llamó a recepción: “Hola, le llamo de la habitación 703, acabamos de entrar. He ido a ducharme y he vito que el latiguillo de la ducha está roto y del desagüe sale un mal olor increíble, ¿tendrían otra habitación en una planta más baja, por favor? No me gustan las alturas. Sí, espero…perfecto, bajamos entonces a recepción, muchas gracias” Salimos de la habitación.

-No entiendo nada, pero confío en ti -le dije a Carlos- Cosa que por otra parte veo que no haces con tus amigos.

-No seas así Nico -me dijo- Marcos es mi amigo, pero somos nosotros los que nos hemos metido en su trabajo, y su trabajo es no dejar nada a la coincidencia, todo debe estar controlado, y todo es todo.

Llegamos a recepción y hablamos con Anás, muy amable nos dio otra habitación en la primera planta.

-Disculpen lo sucedido -dijo Anás- Es curioso porque he mirado en el ordenador y anoche mismo vino una empresa externa de mantenimiento a arreglar unas cosillas en esa habitación.

-Pues se les habrá pasado eso -le contestó Carlos mirándome-

-Seguramente -le contestó Anás- A veces pasa.

Subimos a la nueva habitación, la 110, éstas con vistas a la playa y a la piscina, pero no se apreciaba bien por la poca altura a la que estábamos. Entramos y Carlos cerró la puerta, vino hacia mí y me besó en la boca.

-Ahora sí -me dijo- Pero falta una cosilla más. ¿No echas de menos un coñito? Porque yo sí, y conozco uno aquí en Tánger…

-¿Una puta? -le dije- Sí que me gustaría un coñito, pero no el de una puta…

-¿Quién ha hablado de puta? -me preguntó- Es una amiga de aquí de Tánger, se llama Leylak, y seguro que te gusta. Eso sí, le gusta follar…

Leylak llegó al cabo de unos 25-30 minutos, una chica guapísima y un cuerpazo increíble, mediaría 1,80 metros con unas tetas grandecitas, unos ojos negros que embrujaban, unas piernas que no acababan nunca y un culo duro y bien proporcionado.

-¡Joder Carlos, cuanto tiempo! -dijo Leylak cogiéndole la cara y plantándole un beso en la boca- Qué ganas tenía de verte de nuevo…

-Hola Leylak -contestó Carlos agarrándola por la cintura y bajando su mano hasta el culo- Deja que te presente a mi amigo Nico. Nico, esta preciosidad es Leylak, una chica insaciable en lo que a sexo se refiere…jajajaja

-Hola Nico -me dijo Leylak pegándose a mí y clavando sus tetas en mi pecho- Insaciable en todos los sentidos… Qué ganas de compartir esta cama con vosotros, jajajaja

-Hola Leylak -le dije- Impresionante cuerpo tienes…

-Lo sé Nico, lo sé -me contestó sin cortarse- Y espero que lo disfrutes como lo ha disfrutado Carlos otras veces…

Comenzó a besarme en la boca, su lengua frotaba mis labios mientras yo dejaba la boca entreabierta para que entrase en ella, Carlos se pegó a ella por detrás agarrándole las tetas y subiéndole la camiseta hasta llegar a quitársela, sus pechos asomaron dentro de un sujetador negro de encajes, se les veían preciosos. Noté como ella bajaba sus manos hacia mi cinturón y comenzaba a desabrocharlo, después me soltó los botones y el pantalón cayó a mis pies dejando ver mi polla empalmada por debajo de mi slip. Le bajé la falda mientras Carlos le quitaba el sujetador, me separé un poco para observarla, llevaba un tanga negro de encajes, haciendo juego con el sujetador, que en ese momento estaba en el suelo, a los pies de Carlos. Ella me bajó el slip y me sacó la polla, mientras con la otra mano frotaba la entrepierna de Carlos que lo tenía a su espalda. Coloqué mi mano en su coño y por encima del tanga y empecé a frotarla contra él, le aparté el tanga y mis dedos buscaban su raja, notaba que tenía unos labios vaginales grandes y estaba mojada no, empapada y mis dedos comenzaron a jugar con su coño, entraban y salían de él buscando su clítoris. En ese momento se arrodilló delante de mí, agarró mi nabo y lo acercó a su boca, para ese momento Carlos ya estaba junto a mí con sus pantalones a sus pies y su tranca apuntado a la cara de Leylak que sonrió y se puso a pasar su lengua por el tronco de mi polla hasta llegar al mi capullo, recogiendo con la punta de su lengua el líquido preseminal que brotaba de mi glande. Carlos me cogió la cara y se puso a comerme la boca mientras yo le acariciaba la nalga derecha. Leylak nos miró.

-¡Dios como me ponéis los bisexuales! -dijo muy excitada y sacándose mi polla de la boca- No sabía eso de ti, Carlos.

-No sabes muchas cosas de mí, Leylak -le dijo Carlos- Pero sigue comiéndole la polla a Nico mientras acaricias la mía. Hoy vas a ser nuestra putita, ¿verdad?

-Ufff Carlos, con lo que me excita que me digas esas cosas -dijo con la respiración entrecortada y mi polla en su boca- Seré vuestra puta, vuestra zorra…

Carlos se giró hacia mí para besarme mientras Leylak intentaba meterse las dos pollas en la boca a la vez, como no le entraban ambas pollas en la boca, se la comía a Carlos mientras me pajeaba y me acariciaba los huevos.

-Y ahora folladme cabrones -dijo mientras se levantaba y se quitaba el tanga- Todo esto es para mis dos machos que me van a empalar por todos mis agujeros…

Se tumbó en la cama mientras Carlos y yo terminábamos de desnudarnos completamente, ambos teníamos las pollas duras y húmedas por la saliva de Leylak, que estaba a 4 patas sobre la cama pasándose los dedos por la raja y abriéndose el coño. Se le veía rojo, brillante y muy mojado, Carlos se colocó de rodillas delante de ella metiéndole la polla en la boca, y yo de rodillas también detrás de ella, la agarraba por las caderas mientras aproximaba mi polla a aquel coño de labios grandes y color muy sugerente. Coloqué mi polla a la entrada de su coño, y ella sola se movió hacia atrás para quedar ensartada por mi polla mientras con uno de mis dedos le acariciaba el ojal, ella comenzó a gemir con su boca ocupada por la polla de Carlos que movía sus caderas a un ritmo constante.

-Uffff, dios que caliente tienes el coño, Leylak -dije con la respiración algo acelerada- Caliente y mojado…

-Es que es muy zorra y se calienta en cuanto ve una polla -contestó Carlos sacándole la polla de la boca y golpeándole con ella la cara- ¿verdad que sí, putita?

-Sí Carlos, sí -dijo muy excitada- Pero necesito que me des por el culo a la vez que Nico me la clava por el coño…

Le saqué la polla del coño y me tumbé en la cama, ella se colocó encima, agarró mi polla y la frotó contra sus grandes labios vaginales y contra su clítoris, a la vez que Carlos se colocaba detrás de ella y ponía su capullo en la entrada de su ojal. Ella se sentó sobre mi polla y Carlos apretó sus caderas haciendo que su nabo entrase en el culo de Leylak lentamente, ella suspiraba mientras me miraba la boca con hambre de sexo, bajó su cabeza mientras Carlos entraba más hondamente en ella y comenzó a comerme la boca. Su lengua barría el interior de mi boca buscando que mi lengua se enredase con la suya, cosa que no tardó en ocurrir. Por sus gemidos pude adivinar que Carlos había llegado ya hasta el fondo de su culo y comenzó a cabalgarme, notaba la polla de Carlos golpeando mi polla en el interior de ella. Sus gemidos fueron creciendo a la par que los nuestros, su boca comía la mía con muchas ansias, con necesidad, mucha necesidad.

-Uffff, hacía bastante tiempo que no tenía dos pollas dentro de mí -dijo Leylak entre suspiros y separando su boca de la mía- Había olvidado el grado de placer que esto me da, mmmmmm

-Pues el culo lo tienes bastante abierto -le dijo Carlos con la respiración entrecortada- Se nota que te la clavan mucho por detrás, ¿verdad, zorrita?

-Sabes muy bien cuanto me gusta que me den por el culo, cabrón -le contestó Leylak- Además uso mucho el dildo anal que me regalaste hace tiempo.

Carlos se la sacó y se tumbó junto a mí, le acaricié la polla que la tenía muy dura, él me empezó a besar y a acariciarle las tetas a Leylak, que tenía los pezones como nuestras pollas, duros y erectos. Leylak se sacó mi polla y se sentó sobre la de Carlos, cosa que aproveché para bajarme y colocarme entra las piernas de ambos para ver de cerca como la polla de Carlos entraba en el coño de Leylak. Acariciaba las pelotas de Carlos, el coño de Leylak y su ojal, acerqué mi boca y empecé a besarle los huevos, lamerlos y lamer el coño de Leylak, mi lengua competía con la polla de Carlos para entrar en ella. Deslicé uno de mis dedos hacia el culo de Carlos, que levantó sus caderas lo suficiente para que mi dedo entrase por su ojal. Tenía mi cara pegada a esa zona de ambos, con mi lengua recogía los fluidos que salían de los dos. El olor que desprendían de esa zona me excitaba de manera tremenda, ese olor a sexo caliente, a polla excitada y a coño mojado, a huevos cargados de semen, a coño hambriento de polla.

Leylak comenzó a cabalgar a Carlos mientras mi dedo en su culo lo follaba, los suspiros se hacían más fuertes. Me arrodillé junto a Carlos, a la altura de su cara, me agarró los huevos mientras Leylak me comía la boca, su lengua entraba y salía de mi boca arrastrando a mi lengua con ella. Carlos me pajeaba mientras yo le pellizcaba los pezones a Leylak y nos comíamos las bocas. Leylak se levantó a los pocos minutos e hizo que me sentara sobre la polla de Carlos mientras ella se sentaba sobre su boca, de esta manera Carlos le comía el coño mientras ella me comía la boca y yo estaba siendo enculado por Carlos. La postura en la que los 3 estábamos gozando se prolongó durante un buen rato, la polla de Carlos me tenía empalado, dándome un placer intenso a la vez que la lengua de Leylak se enredaba con la mía y sus manos, junto con las de Carlos, me pajeaban y acariciaban mis pelotas.



Siento haberme extendido un poco más de lo habitual, pero creo que la trama lo merece. Ya me diréis si sí o no.



Hasta aquí este capítulo, os espero para el siguiente.

¡¡¡Ahh, y no olviden supervitaminarse y mineralizarseeee!!!

Para cualquier comentario, crítica o sugerencia, mi email: vantheway@hotmail.com



Saludos.

Vantheway
 

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