Volviendo a sentir

berserk37

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Volviendo a sentir

Me encuentro en el porche leyendo un libro a Isabella, mientras me mira entusiasmada, impaciente por saber más de la historia. Mi hija será una gran lectora y quien sabe tal vez incluso una gran escritora. El móvil empieza a sonar, Isabella se queja, pero me levanto para contestar. En la pantalla aparece el nombre de Illia, Illia es el hijo de Boris. La verdad es que no se parecía nada a su padre, por suerte había heredado la belleza de su madre, además de su buen carácter y bondad.

La vida de Illia no fue fácil, desde pequeño tuvo que ver como su padre maltrataba a su madre día sí y día también. Illia intentaba proteger a su madre, pero su padre era más fuerte y también terminaba recibiendo grandes palizas, en una de ellas termino en el hospital. Sé que mi padre se encaró a Boris, no sé qué hablarían, pero pude ver el miedo en los ojos de Boris al mirar a mi padre. Illia era consciente que no podía proteger a su madre, entonces accedió a que los hombres de su padre lo adiestraran.

Sustentado en el gran odio que sentía por su padre, se convirtió en el guerrero más letal de la organización de Boris, sin embargo, Illia no utilizo sus habilidades para acabar con las personas que atentaban contra su padre, su mira estaba puesta en Boris. Cuando Illia tenía veinte años, Boris borracho intento abusar de la madre de Illia, este se interpuso entre los dos. Boris acabó en el hospital, según nos contó mi padre, Illia no lo mato porque su madre se lo pidió llorando.

No lloraba porque Boris iba a morir, sino porque su hijo estaba a punto de cruzar una puerta sin vuelta atrás que le acercaría a lo que Illia más odiaba, a su padre. Desde ese día Illia y su madre se mudaron a un pueblecito del sur de España. Irina, que así se llamaba la madre de Illia, enfermo, lucho durante años contra esa enfermedad, pero algo me decía que esta llamada traía malas noticias.

Mi instinto nunca fallaba, Illia me llamo roto para decirme que su madre había fallecido, Illia fue del primer hombre del que me enamore, entonces éramos unos críos, pero jamás se me olvidara esa sensación de mariposas en mí estómago y como me sudaban las manos, además de ser incapaz de decir dos palabras seguidas sin tartamudear. Illia era el hombre más guapo que había visto en mi vida, mucho más guapo de lo que fue Lisandro. De hecho Lisandro tenía un aire a Illia, pero terminé comprobando por las malas que eso era lo único en lo que se parecía, como persona Lisandro no le llegaba a Illia a la suela del zapato.

Illia con una voz cargada de tristeza me contó como su madre había fallecido después de luchar durante años contra una enfermedad que la fue consumiendo hasta que su cuerpo dijo basta. Entonces empezó a llorar, le dije que hablaría con Aurelio para ir junto a él lo antes posible. Escuchar eso tranquilizo a Illia, me dijo que en cuanto llegáramos al aeropuerto mandaría a alguien a recogernos, nos llevaría a su casa para que descansáramos.

Le dije que pronto estaríamos a su lado, antes de colgar me dio las gracias, después seguido llame a Aurelio, este me dijo que prepararía el avión privado, yo me dispuse a llamar a Dante para que cuidara a Isabella, Alegra y Alessandra. Dante dijo que sin ningún problema, Lisa y él cuidarían de las chicas. Dante se llevaba muy bien con sus sobrinas y las malcriaba que no veas, a Aurelio y a mí nos cabreaba mientras Chiara se partía de risa. Prepare una maleta y espere a que Dante y Lisa llegaran, por suerte se encontraban en Nápoles, Lisa quería conocer la ciudad donde nació el hombre que amaba. No tardaron en presentarse en casa, Lisa saco un regalo para Isabella, cuando lo abrió era un libro, el siguiente del que yo le estaba leyendo. Mi hija se puso muy contenta, Aurelio, Chiara y las niñas no tardaron en llagar, Alegra y Alexandra saludaron con mucho cariño a sus tíos, Lisa también trajo regalos para ellas, esta vez mi hermano Aurelio sonrió, viendo lo contentas que estaban sus hijas.

• ¿Cómo está Illia?, estaba muy unido a su madre.

• Mal Aurelio, mal.

• No te preocupes el avión, ya está preparado, nos despedimos y vamos directos al aeropuerto.

Eso hicimos, nos despedimos de las tres chiquillas que estaban encantadas de pasar unos días con sus tíos, Aurelio, Chiara y yo estábamos tranquilos, sabíamos que Dante jamás dejaría que a sus sobrinas les pasara nada. Durante el trayecto al aeropuerto no hablamos nada, una vez embarcamos el avión despego, no me di cuenta, pues estaba demasiado absorta en mis pensamientos. No tardamos en llegar a nuestro destino, los tres recogimos nuestro equipaje y nos pusimos en marcha hacia la salida.

Cuál fue mi sorpresa al ver que fue el mismo Illia en persona el que vino a recogernos, me puse roja como un tomate. Aurelio y Chiara se rieron disimuladamente, a Illia se le notaba cansado y muy triste, pero al verme se le dibujó una sonrisa, me alegro saber que se alegraba tanto como yo. Estaba mucho más guapo que la última vez que nos vimos, estaba vestido de forma impecable y esa barba de tres días le hacía todavía más atractivo. Metimos nuestro equipaje en su todoterreno y nos llevó a su casa. Al llegar me encanto, tenía un aire a mi casa en Nápoles.

• Me alegro mucho de volver a verte Antonella.

• Que pasa que no te alegras de verme a mí – protesto.

• No, solo me alegro de ver a Chiara y Antonella – dijo Illia sonriendo otra vez.

Por lo menos nuestra presencia, alegro a Illia, era un hombre fuerte e intimidante, pero me alegraba saber que también era sensible. Estaba nerviosa, mis manos sudaban copiosamente, parecía una chiquilla de instituto enamorada por primera vez. En realidad era eso, él fue mi primer amor, solo que no pudimos concretarlo por culpa del padre de Illia. Pero la vida nos había dado una segunda oportunidad, entonces pare en seco todos mis pensamientos, tenía una hija, ya no era aquella chiquilla inocente, de repente mi rostro se entristeció.

Note como una mano apretaba cariñosamente la mía, era Illia, él estaba hecho polvo y me estaba animando a mí, cuando tendría que ser al revés. Nos enseñó cuáles serían nuestras habitaciones, lo primero que hice fue darme una ducha y escoger la ropa adecuada para acompañar a Illia al tanatorio. Cuando llegamos se me partió el alma al ver a Illia llorando mientras apoyaba sus dos manos sobre el cristal que nos separaba del féretro abierto de su madre.

Fueron días duros, paso el entierro y después el funeral, no fue mucha gente, pero se notaba que los que fueron apreciaban a Irina e Illia. La lápida que Illia había elegido era preciosa, en ella se veía reflejado todo el amor que ese hombre sentía por su madre. Llego el día que teníamos que volver, tenía muchas ganas de volver a abrazar a Isabella. Una vez en el aeropuerto, Illia me dijo que se pondría en contacto conmigo, que en poco tiempo tendría que ir a Nápoles. Me sorprendió saber que Illia era geólogo, experto en volcanes, también me comento que tenía que ir a Nápoles, pues tenía que ir a comprobar algo en el Vesubio. Su rostro cambió cuando me lo estaba contando, como si algo malo estuviera a punto de pasar. Viendo mi cara de susto me dijo que de momento no había nada de que preocuparse.

Llego el momento de la despedida, nos despedimos con un fuerte abrazo y dos besos, el segundo me lo dio cerca de la comisura de los labios. Inconscientemente, lleve mi mano a mis labios y sonreí, atrás de nosotros mi hermano y mi cuñada no perdían detalle mientras los dos sonreían, seguro que después tendría que aguantarles. Así fue, menudo viajecito de vuelta, pero como dicen sarna con gusto, no pica, la verdad es que era escuchar su nombre y una sonrisa crecía en mi rostro.

Paso un mes, pensaba diariamente en Illia, solo Isabella conseguía que dejase de pensar en el mientras jugaba con ella. Una noche que había acostado a Isabella y me había sentado en el sofá a ver esa serie que llevaba tiempo queriendo ver cuando me sonó el móvil. Solo con escuchar su voz todo mi cuerpo se estremeció, empecé a tartamudear, mientras Illia se moría de risa.

• No te rías, ¡hombre!

• No he podido evitarlo, Antonella, tengo que ir a Nápoles, como te dije, llegaré en una semana.

• Muy bien, prepararé la habitación de invitados.

• Antonella, no quiero molestar, me cojo un hotel.

• ¡Un hotel mendrugo!, vas a pagar un hotel teniendo una casa, mira que eres mastuerzo.

• Bueno, bueno, llegaré el lunes que viene, una hora antes de aterrizar, te aviso.

• Muy bien, estoy deseando de verte.

• Yo también lo deseo Antonella.

Después de colgar me puse a dar saltos de alegría, arme tanto escándalo que desperté a Isabella. Esta me miraba con el ceño fruncido por haberla despertado, pero viendo lo contenta que estaba su madre, enseguida se animó, como compensación me hizo que le leyera el libro que Dante y Lisa le habían comprado. El tiempo pasa volando y me encontraba en el aeropuerto esperando a Illia. Mis piernas temblaban de lo nerviosa que estaba.

De repente vi como se acercaba a mí, se me hicieron eternos esos segundos, cuando lo tuve delante le bese en los labios sin darme cuenta mi subconsciente me había pasado una mala pasada. Me sonrojé como nunca lo había hecho, mire a Illia y a este se le veía muy complacido.

• Si llego a saber que me ibas a recibir así, hubiera venido antes.

• Calla tonto – dije mientras le daba un golpe en el hombro.

Nos montamos en mi coche y puse rumbo a casa, Isabella se quedó a cargo de una canguro que solía contratar cuando tenía que ausentarme durante unas horas. Estaba nerviosa, no sabía como reaccionaria cuando conociera a Illia, pronto lo comprobaría. Empecé a dar un rodeo, Illia se dio cuenta y eso que no conocía Nápoles, decidí que lo mejor era no alargarlo. Cuando llegamos nos esperaban Isabella y su canguro en el porche. Isabella, como de costumbre, salió corriendo saltando a mis brazos, dándome una gran bienvenida. Después de comerme a besos y abrazarme con fuerza, la deje en el suelo. Isabella fijo su vista en Illia, si antes estaba nerviosa, ahora era mucho peor. Isabella dio algunos pasos y se puso delante de Illia, levanto la cabecita y dijo.

• Me llamo Isabella.

• Mi nombre es Illia, encantado de conocerte – dijo Illia mientras se agachaba para saludar a mi hija.

Illia coloco su mano sobre la cabeza de mi hija acariciándola, Isabella me miro con una sonrisa y me dijo.

• Me agrada mami.

Me puse muy contenta, no lo quería reconocer, pero los sentimientos que tuve por Illia volvieron en cuanto lo vi y comprobar la buena sintonía que había entre mi hija e Illia me tranquilizo mucho. Illia y yo teníamos que hablar, sabía que había venido a Nápoles para algo más que verme a mí y conocer a Isabella. Le pedí a la canguro si se podía quedar un tiempo más, esta no puso ninguna objeción, me lleve a Illia a dar un paseo, de esa manera podríamos hablar con más calma.

• Que ocurre Illia, tú no solo has venido a verme, ¿verdad?

• Así es, uno de los socios de mi padre ha utilizado una de las creaciones de mi padre aquí en Nápoles, poniendo a mucha gente en peligro.

Nos sentamos en una roca e Illia empezó a contarme lo sucedido, su padre creo una máquina de ultrasonidos capaces de convertir el carbón en un diamante. Aunque era artificial, no podría diferenciarse de uno extraído naturalmente. Según contó, solo había dos sitios donde las vetas de la mina reunían las propiedades necesarias pare poder crear los diamantes. Una era una mina que estaba a pocos kilómetros del Vesubio y la segundo en una cueva cercana al volcán de Santorini, aquella máquina disparaba un láser que creaba las mismas condiciones que el planeta para poder crear los diamantes.

Según los cálculos de Illia, aquel hombre de nombre Nikolai, solo podría crear uno o dos diamantes, pero con una pureza sin igual. Illia cambio su expresión y aquí era donde de verdad las cosas se ponían negras, ese láser tenía efectos secundarios, licuaba la corteza terrestre creando una cámara magmática artificial y extremadamente inestable.

• ¿Podría crearse un nuevo volcán al lado del Vesubio?

• No, sería algo peor, la cámara magmática artificial, iría creciendo hasta conectarse con la cámara del Vesubio.

• ¿Entonces el Vesubio podría erupcionar?

• Sí, pero ese no es el mayor problema, el Vesubio pasaría a ser un VEI 7, alcanzando la escala de supervolcán.

• ¿Qué significa el VEI?

• Índice de explosividad volcánica, el máximo de esa escala es 8, imagínate la destrucción de un volcán con el índice de explosividad de rango 7.

• ¿Se puede detener?

• Tenemos un plan, utilizaremos una tuneladora de nueva generación para hacer un túnel por donde evacuaremos el magma hasta que la presión baje y la caldera se enfríe por sí sola.

• ¿Por qué me lo cuentas a mí?, yo no soy científica.

• Tú conoces estas tierras como la palma de tu mano y Aurelio ya me ha contado que sabes cuidarte muy bien de ti misma, necesito que me ayudes a detener a ese hombre.

• Si no detenemos esa caldera, Nápoles estará en peligro, mi hija estará en peligro.

• No, esa erupción pondría en jaque a toda Italia, los muertos se contarían por cientos de miles.

• Si llevo a Isabella al norte de Italia, ¿estará a salvo?

• Sí, en que has pensado.

• Hablaré con Aurelio, para que cuiden de Isabella en la casa que tienen en las montañas en Milán.

Llame a Aurelio y este viendo el peligro me dijo que pasaría enseguida a recoger a Isabella, Dante y Lisa. Tenía claro que si Aurelio y Dante cuidaban de Isabella esta estaría a salvo, ninguno de ellos dejaría que le ocurriera nada a mi hija, además Chiara y Lisa la querían mucho. Aurelio tardo dos horas en llegar, para entonces tenía una maleta con la ropa de mi hija ya preparada. Isabella no se quería ir, pero algo vio en mi rostro, dejo de protestar y abrazándome me dijo que tuviera cuidado y después mirando a Illia le dijo que cuidara bien de su mami.

Illia le dijo que lo dejara en sus manos, Cuando se fueron, nos montamos en el todoterreno de Illia y le fui guiando para poder llegar a las coordenadas que sus compañeros le habían mandado, cuando llegamos, la tuneladora estaba allí, pero todos los compañeros de Illia habían sido asesinados y quedaban dos hombres armados custodiando la tuneladora. No podíamos acercarnos sin que nos vieran, todo el terreno estaba despejado, pero para eso, traje mi rifle, lo monte y me puse en posición para abatir a esos dos hombres.

Con dos disparos los dos hombres cayeron fulminados, nos acercamos con cautela, no estábamos seguros de que no aparecieran más hombres para emboscarnos. No fue así, Illia se acercó a sus compañeros, vi como cerro el puño lleno de rabia, cuando se serenó cogió una de las pocas tablet que no habían destruido y metió un código, en él aparecieron una serie de cifras.

• ¿Qué son esas cifras Illia?

• La situación exacta de la caldera, presión y temperatura.

• ¿Estás seguro de que este vehículo funcionara?

• Sí, hemos tenido suerte de que la caldera quede cerca de la superficie, exactamente está a tres kilómetros de profundidad.

• ¿Que ocurriría si hubiera estado más profundo?

• Que la tuneladora no podría llegar sin implosionar, por la gran presión de las profundidades.

Illia me explico que por cada 10 metros de profundidad la presión aumentaba una atmósfera, a tres kilómetros de profundidad abría alrededor de trescientas atmósferas de presión. Luego había otro problema, la tuneladora necesitaba a dos personas para poder ser pilotado. Todos los compañeros de Illia estaban muertos, él me dijo qué sabía pilotarlo, pero que no podía hacerlo solo, yo me arme de valor o de locura, no lo tengo claro todavía, pero le dije que iría con él. Le pedí que me explicara que tenía que hacer. Al principio se negó, pero viendo que no conseguiría nada, resoplo y empezó a explicarme cuál sería mi cometido, yo tendría que ir indicándole la temperatura, la presión y la profundidad a tiempo real.

Cerca del Vesubio había un cráter que se creó al colapsar el suelo con la erupción, con el tiempo se llenó de agua de lluvia y tenía suficiente profundidad para contener todo el magma que saldría del túnel que nosotros excavaríamos. La tuneladora se encontraba en posición, Illia lo encendió y activo el prelaser para comprobar que funcionaba, yo me senté a su lado y cerro la puerta herméticamente. De repente me empezó a entrar miedo.

• ¿Si la lava nos engulle, este casco aguantará?

• Magma, dentro de la tierra, es magma.

• Que sí, pero no me has respondido a mi pregunta.

• El casco aguantará, pero como esta tuneladora está diseñada para trabajar en la corteza, donde la temperatura aunque alta es mucho más baja que en el magma.

• En definitiva.

• Moriremos cocidos aquí a dentro, pero eso solo si el magma nos alcanza.

• Me dejas más tranquila – mientras todo mi cuerpo temblaba.

Illia acciono la palanca hacia delante y ese vehículo empezó a perforar la tierra como si está fuera de mantequilla. Yo miraba a los monitores que tenía delante, según entrábamos más en la tierra estos empezaron a mostrar datos como si se hubieran vuelto locos. La tuneladora se movía de forma brusca y de vez en cuando hacía ruidos que me acojonaban mucho, Illia me dijo que era el casco de la tuneladora amoldándose a la presión y temperatura.

No tardamos mucho en llegar a la profundidad que Illia me había indicado, entonces paro y no quedamos esperando.

• ¿Por qué nos quedamos aquí parados?

• Cuando ocurra lo sabrás, ten paciencia.

Era fácil decirlo, jamás en mi vida había pasado tanto miedo, entonces lo vi, la pared que teníamos delante de nosotros empezó a ponerse cada vez más roja, Illia tenía sus manos en las palancas, dispuesto a maniobrar para salir por el mismo túnel por el que habíamos llegado. Os juro que pensé que esa pared iba a estallar y los dos moriríamos en ese mismo instante, pero cuando la pared se puso de un color rojo intenso, Illia grito ¡ahora! Después maniobro para que la pequeña tuneladora diera la vuelta usando el láser para agrandar un poco el túnel y nos pusimos en marcha hacia la salida.

El magma derritió la pared y empezó a perseguirnos, la temperatura empezó a subir rápidamente, Illia subió la refrigeración al máximo, eso atenuaba bastante el calor que empezábamos a sentir, pero tenía la sensación que mi piel se iba a carbonizar. Illia estaba nervioso, según comento el túnel mantenía el magma fluido y muy caliente, la tuneladora a duras penas podía escapar del flujo de magma, por suerte parte del túnel se derrumbó a nuestras espaldas y eso nos dio el tiempo suficiente para poder salir del túnel antes de que el magma nos alcanzara. La tuneladora salió disparada del túnel aterrizando a cientos de metros de aquel agujero, entonces Illia y yo salimos corriendo y nos pusimos a salvo detrás de una gran roca, entonces pude ver como una columna de lava salía de ese agujero directo a aquel cráter lleno de agua, el contacto del material candente con el agua saco mucho vapor, la temperatura del lugar empezó a subir, mientras escuchábamos explosiones por el contacto de un líquido frió y un material muy caliente.

Una vez que tuve claro que estábamos a salvo, eche mis brazos al cuello de Illia y le bese con todas mis fuerzas, la traición de Lisandro me hizo mucho daño, pero esta experiencia al límite me había enseñado que no podía seguir teniendo miedo a que me hicieran daño. Illia colaboro totalmente con el beso hasta que nos quedamos sin aire, después le mire y le dije.

• ¿Y ahora qué?

• Tenemos que llegar a Santorini antes de que usen la máquina.

• ¿Y si no lo conseguimos?

• El volcán de Santorini ya es un supervolcán, imagínate la destrucción.

Ya volvía a estar metida hasta el cuello en otra misión peligrosa.

Continuará.
 
Es agradable ver como algunos autores acostumbran hilvanar narrativas dentro de sus universos.
Nos facilita una visión más corpórea de algunos personajes, como pasar del 2-D al 3-D.
 
Me agrada el regreso de Antonella, lo confieso me encantan los relatos protagonizados por mujeres, que tanto escasean por estos lares. Pero mujeres buenas como Antonella ¿eh?. No de esas malvadas e infieles y que tanto se prodigan por estas historias.
 
Bueno, espero poder ponerme mañana con el segundo capitulo, acabo de llegar a casa y solo tengo ganas de darme una ducha y sentarme ha seguir viendo el anime Ataque a los titanes.

Si soy muy Friky, que le vamos hacer.
 
Tengo muy claro como va a ser el segundo capítulo, sobre todo como va a terminar, mañana creo que tendré un día tranquilo en el curro, porque vaya semana más infernal, todo lo que podía salir mal, salió peor.
 
Bueno, espero poder ponerme mañana con el segundo capitulo, acabo de llegar a casa y solo tengo ganas de darme una ducha y sentarme ha seguir viendo el anime Ataque a los titanes.

Si soy muy Friky, que le vamos hacer.

Dias más, días menos de espera no importa.
Date tu tiempo que necesites y deleitanos solo como tu sabes hacer con tus historias.
 
Chicos y chicas hasta mañana nada, estos dos meses son una putada, porque muchas empresas cierran por vacaciones y es una locura no dejar colgados a los clientes, mañana seguire con el segundo capitulo, pero como compensación os dejare el primer capitulo de ESPIANDO A BEA MIRANDO AL FUTURO, Cristina (estrella de las nieves) me animo a que participara en el homenaje al relato de Randor y al final me anime, espero que os guste.
 
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