Punto de ruptura

Porque el texto está bien redactado, pero tú cuando comentas, pones faltas de ortografía bastante graves y eso me resulta extraño. Nada más.
 
Porque el texto está bien redactado, pero tú cuando comentas, pones faltas de ortografía bastante graves y eso me resulta extraño. Nada más.

Los relatos los leo varias veces y los voy corrigiendo, pero los comentarios no los corrijo, si te basas en eso para decir que no soy el que los escribe tu mismo, yo tengo la conciencia muy tranquila.
 
Porque el texto está bien redactado, pero tú cuando comentas, pones faltas de ortografía bastante graves y eso me resulta extraño. Nada más.

Has leído muy poco de este autor, de lo contrario te habrías dado cuenta de que ese estilo es, sin duda, característico de su obra. Estoy completamente seguro de ello, no me queda ninguna duda. Su forma de escribir es inconfundible para quienes hemos leído obras suyas.
 
Yo también voy a dar mí opinión. Está muy fuera de lugar insinuar que no lo ha escrito Berserk37. No se con qué intención, eso solo tú lo sabrás. Pero muy mal,eh.
 
Que bueno volver a leer otra obra tuya.
Que pena que le toco un esposo cojudo que esta subyugado por su padre, perdió una gran mujer.
Isabella va a salir adelante en su vida, lo único que ha tenido son piedras, o mejor dicho rocas gigantes, y lo que se le viene ahora es puro éxito tanto en lo laboral como en el amor.
Así que esperamos continuación para ver a Isabella triunfar y a su ex, ex suegro y ex jefes pagar por todo lo que le hicieron.
En la vida todos somos iguales ni el hombreces mejor que la mujer, ni la mujer mejor que el hombre, somos complementos uno de otro y el resultado que se obtiene es increhible, éxito total en todos los aspectos de la vida (sentimental, laboral, familiar, etc, etc, etc)
 
Última edición:
Que bueno volver a leer otra obra tuya.
Que pena que le toco un esposo cojudo que esta subyugado por su padre, perdió una gran mujer.
Isabella va a salir adelante en su vida, lo único que ha tenido son piedras, o mejor dicho rocas gigantes, y lo que se le viene ahora es puro éxito tanto en lo laboral como en el amor.
Así que esperamos continuación para ver a Isabella triunfar y a su ex, ex suegro y ex jefes pagar por todo lo que le hicieron.
En la vida todos somos iguales ni el hombreces mejor que la mujer, ni la mujer mejor que el hombre, somos complementos uno de otro y el resultado que se obtiene es increhible, éxito total en todos los aspectos de la vida (sentimental, laboral, familiar, etc, etc, etc)

Gracias amigo.
 
Aunque sea duro y muy triste, creo que ni de coña.
Pero bueno, yo quiero creer que a esas mujeres cuando le dan confianza en otras empresas lo hacen bien y se le sabrá dar su lugar. Aunque se que soy muy ilusos.
Las empresas que tienen como principal objetivo ganar dinero, siempre escogen lo mejor de sus opciones, los que le rindan mayores ganancias, sean hombres o mujeres 🤷🏽‍♂️
 
Que la despidan por que el degenerado de su marido hizo, depende de muchas circunstancias. Puede que sea algo raro pero tampoco imposible.

Y con respecto al offtopic... Kamalah, Sanchez, y todos los representantes progres y zurdos, pues 🤮
Pues como tengas el color de la piel como tú foto, tus amigos fascistas igual te gasean, ponte maquillaje claro.
 
Seguramente me enseñarás historia tu...
Yo no, eso está a la mano, por ejemplo, lee sobre Mussolini, su doctrina, su estatismo y su visión.

Listo, lo último, por respeto a los demás, paren ya por favor.
 
Punto de ruptura 2

Un nuevo amanecer


Han pasado seis meses, el juicio contra Roberto ha terminado, al final no entrará en prisión. Es lo que tiene tener un padre rico con un ejército de abogados, pero el padre de Clara así se llama su ex amante y protagonista del video, se defendió con uñas y dientes con la ayuda de su padre que demostró ser muy buen abogado. Consiguieron que el video completo fuera admitido como prueba, con eso a los abogados de Roberto no les quedo otra que negociar.

Tuvieron que pagarle mucho dinero a Clara en forma de indemnización, pero eso no fue lo peor, la reputación de la familia de Roberto quedo por los suelos, por desgracia la mía también, pero tengo que reconocer que me consoló un poco saber que a mi ex suegro le bajaron los humos. Perdido sus principales clientes, su empresa había entrado en números rojos. De verdad que por los únicos que lo lamentaba eran por los trabajadores que iban a terminar en la calle por la negligente actuación de Roberto.

Otra cosa de la que me entere fue que mi ex suegro dejo la empresa y se recluyo en su casa, las malas lenguas decían que el juicio había hecho mella en su salud y estaba enfermo, algunos incluso decían que se podía morir. Nunca me alegraré de la muerte de nadie, aunque esa persona sea mi ex suegro.

Ahora vivía con mis padres, después del despido y el divorcio tenía la necesidad de rodearme de las dos personas que más me querían en este mundo. Su apoyo fue fundamental para superar la ruptura, no se deja de estar enamorada de la noche a la mañana, sé que no se lo merecía, pero llore durante días hasta que mis ojos se secaron. Después decidí que tenía que empezar a planificar mi nueva vida, lo primero era encontrar trabajo.

Mande mi currículum a distintos estudios de arquitectura, algunos en las ciudades cercanas a la mía y otros en distintas comunidades, pero de momento no había recidivo contestación de ninguna. Una mañana que me estaba duchando empezó a sonar el móvil, salí disparada de la ducha, casi me caigo en dos ocasiones por tener los pies mojados, pero conseguí mantener el equilibrio, cuando tuve el móvil en mis manos no me podía creer el nombre que estaba viendo en la pantalla.

Era Roberto, mi primer instinto fue colgar, pero la verdad es que me entro una gran curiosidad de saber que pretendía decirme, así que acepte la llamada.

• Isabel soy Roberto.
• Sé quien eres, he visto tu nombre en la pantalla, ¿se puede saber que quieres?
• Hablar.
• Un poco tarde, ¿no crees?

Sabía que no era buena idea, pero decidí quedar con él en una cafetería cercana de mi casa, para cuando entre por la puerta de la cafetería él ya se encontraba allí, se le veía bastante tranquilo, eso, cambio cuando me vio, su expresión se endureció dejando entre ver un profundo rencor. No entendía nada, era yo la que tendría que estar cabreada, por sus acciones había perdido mi trabajo, además de tener el corazón roto, me acerque con cautela sentándome delante de él.

• Tú dirás – dije con recelo.
• He venido para que me pidas perdón.
• ¿Cómo? - no me podía creer lo que acababa de escuchar.
• ¿Pedirte perdón yo a ti?
• Sí, has hecho que mi padre me desprecie y no quiera saber nada de mí.

Todo mi ser temblaba de rabia, tendría que haberle abofeteado hasta que se me hubiera roto la mano, pero le deje hablar, sabía que me arrepentiría, pero una parte de mí sentía curiosidad de si conseguiría decepcionarme más de lo que ya lo había hecho, lo consiguió y con creces. Según él, cuando nos conocimos en la universidad se fijó en mí porqué estaba buena y era guapa, pero después de ver mi fuerte carácter decidió que era la adecuada para demostrar a su padre que no era ninguna decepción.

La noche que me llevo a cenar a su casa era una prueba que su padre me puso, al demostrarle mi fuerte carácter pase la prueba, para ver si conseguía domarme como decía su padre. Este podría confiar en él para dirigir la empresa, según contó su madre también tenía carácter cuando eran jóvenes y ahora no movía un dedo sin el consentimiento de su padre. Escuchar eso me dio mucho asco, ¿qué se creían Roberto y su padre que las mujeres éramos juguetes con los que podían jugar hasta romperlos? Me dieron ganas de levantarme, pero le dejé terminar.

Me confesó que nunca estuvo enamorado de mí, pero que si me cogió cierto cariño a su manera, pero ese cariño se acabó el día que le dije que acepte ese proyecto que me situaba por encima de él en puesto y sueldo sintiéndose profundamente humillado ante su padre. No podía entender que aceptar un proyecto pudiera humillar a otra persona, esa forma de pensar estaba en las antípodas de la mía.

Algo tenía que reconocerle, hizo un gran papel de novio enamorado, me lo trague entero, si no hubiera estado tan ciega cuantos disgustos me hubiera ahorrado. Según él, como sabía que yo no dejaría el proyecto por mucho que él me lo pidiera, decidió hacerme él vació y comportarse tal cual se comportaba su padre con su madre, esperando similar resultado, vamos mi sumisión absoluta. Pero no funciono, estropeándolo todo hasta el punto de llevarme a tomar la decisión de irme de casa y separarnos.

Esa noche no lloro porque perdía el amor de su vida como yo pensaba, esa noche lloro de rabia, porque al irme había ratificado a su padre sobre lo que pensaba de él, que era un fracasado, después reconoció que tomo una decisión estúpida grabando el video, pero que de alguna forma había funcionado, pues había logrado que me despidieran del estudio de arquitectura. Tenía tanta rabia dentro de mí que pensé que me había hecho sangre en las manos de tanto que las estaba apretando.

• ¿Qué tienes que decir a todo lo que has escuchado? - pregunto Roberto esperando una respuesta.
• Eres un ser acomplejado con cero personalidad que vive subyugado a los deseos de su padre, incapaz de tomar una decisión si tu padre no la toma por ti, ¡encima querrás que te pida perdón! – estaba muy enfadada.
• ¿Cómo? - pregunto confuso.
• ¿Sabes que es lo que más me molesta?
• No.
• No sé lo que vi para enamorarme de un gusano como tú, pero eso me avergüenza profundamente, ¡desaparece de mi vista antes de que haga algo irremediable!

Roberto fue a decir algo, pero viendo mi expresión decidió plegar velas y salir corriendo de la cafetería, en el fondo sentía lástima de él, porque no tenía vida, vivía la vida que su padre le exigía sabiendo que siempre lo decepcionaría, Hablar con Roberto me había servido para cerrar esa parte de mi vida y saber a ciencia cierta que es lo que no quería en la mía. Termine el café de un trago y después de pagar salí a esa cafetería, ni siquiera había sido capaz de pagar su propio café.
Seguí con mi vida, mandando currículums y no recibiendo contestación. Tenía el paro, pero me resultaba muy difícil pasar los días sin hacer nada más que mandar currículums o dar paseos. Bueno si tengo que ser sincera los paseos eran lo mejor del día porque los daba juntos a mis padres. Desde que me mude con Roberto ya no los veía tanto, no siendo consciente de lo mucho que los echaba de menos. Una mañana recibí la llamada de Unai mi mejor amigo de la infancia, fue su madre la que hizo que el gusanillo de la arquitectura me picara.

Pase largas horas en su casa viendo como la madre de Unai creaba sus diseños, mientras mi amigo se entretenía con los videojuegos yo me entretenía viendo como su madre trazaba un plano, por la voz de Unai pude intuir que algo malo había sucedido.

• Hola Isabel, cuanto tiempo.
• Si es verdad, ¿va todo bien?
• Mi madre ha muerto, prefería que te enteraras por mí.

Esa noticia me impacto como un proyectil, incluso estando casada con Roberto seguía manteniendo contacto con él, cosa que a Roberto no le gustaba, pero igual que yo no le decía con quien tenía que quedar, tampoco deje que interfiriera en mi amistad con mi amigo de toda la vida.

• ¿Cómo no me habías dicho que estaba enferma? - pregunte enfadada.
• Lo siento Isabel, nos hizo prometer que no se lo diríamos a nadie, ya sabes como era mi madre.
• ¿Cuándo enfermo?
• Hace un año más o menos, pero nosotros nos enteramos hace unos tres meses cuando la enfermedad ya se había diseminado por todo su cuerpo.
• Tu madre, genio y figura.
• Cierto, el entierro es mañana por la mañana y el funeral por la tarde a las seis y media.

Unai y yo seguimos hablando durante un par de horas, de esa manera pudo desahogarse conmigo. Estaba muy unido a sus padres, cuando se lo conté a los míos no podían creérselo, hace unas semanas estuvieron con Anselmo el padre de Unai y nos les había dicho nada. Les dije lo que les había pedido Helena, que no dijeran nada a nadie. Recuerdo una de las veces que se pasó una semana con un dolor de muelas horrible, no yendo al dentista hasta que su marido e hijo la llevaron a rastras.

Esa noche no pude dormir bien, me levante antes de que saliera el sol para preparar la ropa que llevaría puesta en el entierro, después baje a la cocina para hacer café. Ya en el salón me puse a ojear álbumes de fotos viejas, en muchas de ellas apararíamos Unai y yo, en otras aparecía Helena riéndose junto a mi madre. Helena no era una mujer muy sociable, creo que mis padres y yo fuimos las únicas personas con las que se abrió, dejando que nos acercáramos, Anselmo era distinto mucho más extrovertido.

Unai era una mezcla entre los dos caracteres de sus padres, para casi todo era tan extrovertido como su padre, pero cuando algo le hacía daño se cerraba en banda como su madre, sé que no mentía cuando me dijo que su madre le pidió que no contara nada, pero también sabia que tampoco me lo hubiera contado por esa manía que tenía de guardárselo todo.

Mis padres se levantaron, después de desayunar fuimos al cementerio de la ciudad. Al llegar no había mucha gente, como ya he comentado Helena no tenía muchos amigos. No me costó reconocer a Unai, con uno noventa de altura destacaba ante todas las demás personas. Nos acercamos a ellos y lo primero que hice fue abrazar a mi amigo, entonces ocurrió algo que jamás había pasado, Unai empezó a llorar mientras me abrazaba con fuerza. Yo no decía nada solo lo abracé mostrándole que estaba ahí y no pensaba irme a ningún lado. Desde ese momento hasta cuando fue enterrada no solté la mano de mi amigo, mis padres también estuvieron al lado de Anselmo, se le acababa de ir el amor de su vida, ojalá Roberto me hubiera amado como Anselmo amo a Helena. Unai volvió a derrumbarse mientras metían el féretro en la tumba, algo había cambiado en él en el tiempo que no nos habíamos visto, ahora no le costaba mostrar sus sentimientos.

Una vez terminado el entierro le dije a mi amigo que iríamos a la iglesia media hora antes para estar con ellos, entonces Unai se acercó a mí y me dijo.

• ¿Podemos quedar antes?, mi padre y yo tenemos que comentarte algo.
• Muy bien, donde y a qué hora.
• ¿Te parece bien si quedamos a las cuatro en el estudio?
• Me parece muy bien.

Con eso nos despedimos, no podía dejar de pensar en lo que querrían hablar conmigo. Me puse nerviosa, tenía un mal presentimiento ¿y si Anselmo también estaba enfermo? Intente dejar mis pensamientos a un lado mientras comía con mis padres, la espera se me hizo eterna, pero para las tres y media ya estaba preparada para ir al estudio. Para cuando llegue hacia las cuatro menos cuarto los dos ya se encontraban allí.

Les saludé con sendos besos en la mejilla.

• Vosotros diréis.
• Mejor lo hablamos dentro – dijo Anselmo mientras abría la puerta.

Una vez dentro entramos en el despacho de Anselmo, yo me senté en la silla que estaba delante de la mesa, mientras Anselmo se sentaba en la suya y Unai se quedaba de pies detrás de su padre. Los dos estaban muy serios, eso me puso más nerviosa todavía.

• Te preguntarás de qué queremos hablar contigo, ¿verdad? - pregunto Anselmo
• Pues si – la verdad es que me estaba acojonando.
• El ayuntamiento quiere hacer un Hospital nuevo y contacto a Helena para que proyectara uno, ella sabía que estaba enferma y no podría hacerlo, por eso pensó en ti.
• ¿En mí?
• No me digas como lo hizo, pero consiguió una copia del proyecto que dirigiste, estaba orgullosa, no tenía ninguna duda de que eras la arquitecta perfecta para hacer este proyecto. - me decía Anselmo mirándome fijamente.
• ¿Y vosotros opináis lo mismo?
• Claro, Mi madre siempre quiso trabajar hombro con hombro contigo, pero este estudio es pequeño y no daba para un sueldo más, siempre tuvo esa espinita clavada.
• ¿Por qué nunca me dijo nada?
• Ya sabias como era Helena.
• Sí que lo sabía sí.
• Cuando se enteró de tu injusto despido, quiso ir a hablar contigo para proponértelo, pero la enfermedad empeoro y no volvió a bajar del hospital – comento Anselmo.
• Acepto, pero diseñaremos un hospital donde los pacientes y los trabajadores sanitarios se sienten lo más cómodos posible, un edificio que transmita calidez y no como el viejo hospital que parece que vas a cumplir condena.
• Nos parece bien, esa era la idea de mi madre.

Anselmo abrió uno de los cajones y saco un contrato que puso encima de la mesa, no era un contrato de final de obra, era un contrato indefinido.

• ¿Tanta confianza tenéis en mí?
• Según mi madre, eres la única que puede hacer un diseño tan bueno como el que hubiera hecho ella, mientras estuviste trabajando en el otro estudio de arquitectura, mi madre tanteo a otros arquitectos, pero ninguno tenía algo esencial para la arquitectura.
• ¿Qué es eso tan especial?
• Pasión y humildad.
• Muy bien, crearemos un proyecto que pueda competir de tú a tú con los demás estudios de arquitectura, teniendo la posibilidad de ganar, aunque será difícil desbancar a mis antiguos jefes.
• Si alguien puede eres tú – dijo Unai con una sonrisa.
• Claro más presión, que bien.

Después de firmar el contrato fuimos a buscar a mis padres para ir al funeral, Unai me pidió que me sentara en la primera fila junto a él, por otro no lo hubiera hecho, la primera fila suele ser para los familiares directos, pero como era el quién me lo pedía no pude negarme, volvió a cogerme la mano y no la soltó hasta que termino la misa. Después del funeral pensé que se tomarían unos días libres, pero no fue así, teníamos poco tiempo para hacer el proyecto y preferían tener la mente ocupada en el trabajo.

Como solía ocurrir con Helena, mi idea principal era inviable desde el punto de vista financiero, pero tengo que decir que después de años trabajando junto a Helena. Unai y Anselmo se convirtieron en dos genios ajustando los presupuestos dejándome un buen margen para poder trabajar en el diseño definitivo. No quedaba mucho tiempo hasta el día que teníamos que presentar nuestro proyecto, eso me obligo a quedarme muchos días hasta muy tarde.

Anselmo se quedaba un par de horas ayudando a su hijo, pero ya tenía una edad y necesitaba descansar. Unai después de dejar a su padre en casa, solía volver para que cenara algo, en eso era como su madre, cuando estaba inmersa en el trabajo se me olvidaba hasta comer. Unai preparaba la cena para los dos todas las noches, era un cocinero de primera. Si no empezaba hacer algo de ejercicio terminaría engordando.

Las semanas fueron pasando, dentro de mí empezó a crecer un sentimiento que no era la primera vez que sentía. Lo sentí cuando éramos jóvenes, pero en aquel entonces fui incapaz de reconocer que estaba enamorada de mi mejor amigo, siendo una cobarde al escudarme en que no quería perder su amistad si las cosas salían mal. También tenía miedo a ser rechazada, puesto que Unai nunca dio una paso en esa dirección, poco a poco fui escondiendo esos sentimientos dentro de mí hasta que se fueron diluyendo.

Tiempo más tarde apareció Roberto y creí que ya había superado ese enamoramiento por mi mejor amigo, pero cada día que pasaba era más consciente de que esos sentimientos estaban saliendo a flote con fuerza. Ahora mismo no estaba preparada para tener una relación y en cierta forma agradecía que esos sentimientos no fueran correspondidos, ese cambio una de las noches que me trajo la cena, quedándose a cenar conmigo.

• Llevas un rato rumiando algo Unai, ¿ocurre algo?
• No nada, solo estaba pensando en cuando éramos más jóvenes.
• ¿En qué pensabas? - pregunte con cierto miedo.

• En que tal vez las cosas hubieran podido ser diferentes si te hubiera confesado lo que realmente sentía por ti – El tenedor se quedó a medio camino de mi boca, mientras mis ojos estaban fijos en los suyos.
• Yo sentía lo mismo, preguntándome también estos días si todo podría haber sido diferente – mientras me limpiaba la boca con la servilleta.
• ¿Cómo?
• Así es, en su momento no tuve valor para decírtelo.
• Isabel, desde el día del funeral no puedo pensar en otra cosa, me he pasado los últimos años inmerso en relaciones fallidas, todo porque no he conseguido olvidarte, arrepentido por ser un cobarde.
• En mí también se están despertando esos sentimientos – vi como le brillaban los ojos al escucharme, pero tuve que pararlo en seco.
• Necesito curar mis heridas, ahora mismo no estoy para empezar una relación, Roberto me hizo mucho daño.
• Lo entiendo, llevo años esperando, podre esperar un poco más.

Una sonrisa creció en mi rostro, pero ahora mismo no estaba en condiciones de darle mi mejor versión, sabía que si me dejaba llevar por lo que estaba sintiendo la relación terminaría fracasando, estaba demasiado quemada. No vi ni un ápice de decepción en su rostro, estaba delante de mí, dispuesto a concederme todo el tiempo que me hiciera falta. Terminamos de cenar y por esa noche decidimos ir a tomar una copa a un pub irlandés que quedaba cerca del estudio.

Bebimos cerveza Guinness hasta reventar, pero también bailamos y nos reímos, si algo tenía claro era que Unai había aparecido en el momento justo. Gracias a él volví a recobrar mi fe en el género masculino. La verdad es que fuimos a tomar una copa y terminamos cerrando el local, ninguno de los dos estábamos en condiciones de conducir, Unai me dijo que el sofá del despacho de su madre era un sofá cama, lo compro porque como se quedaba muchas noches, se tumbaba en él para descansar unas cuantas horas.

Me desperté con una resaca que me estaba matando, al despertarme abrazada a Unai, teniendo una gran nebulosa de la noche anterior me asuste. No quería que nuestra primera vez hubiera sido así, empecé a levantar la manta que nos tapaba con cierto miedo, pero al ver que estábamos vestidos respire algo tranquila. Me levante y pase por el baño, después de adecentarme y peinarme un poco me fui a comprar una par de cafés bien cargados, nos esperaba un día muy largo.

Cuando volví Unai seguía dormido, lo desperté, tenía los ojos rojos y un dolor de cabeza que podría rivalizar con el mío. Lo peor fue cuando entro su padre, viéndonos a los dos con la misma ropa que llevamos ayer, sonrió metiéndose en su despacho. Unai me miro, empezando a reírse hasta que el dolor de cabeza le corta la risa de raíz. Abrí el bolso sacando dos ibuprofenos, le di uno a Unai y el otro me lo tomé yo, tardo media hora agonizante en hacer efecto, pero la verdad es que después sentí un gran alivio.

A media hora Anselmo salió de su despacho, un conocido de él le había llamado para contarle que mi ex suegro había fallecido. Según me contó Anselmo que el lío del video de Roberto empeoro mucho su salud teniendo un amago de infarto que le obligo a dejar la empresa en manos de su poco preparado hijo. Este tomo malas decisiones haciendo que la empresa empezara a perder clientes hasta entrar en números rojos, esto había sido demasiado para su maltrecho corazón que ya no aguanto más y dijo basta.

Era un hombre odioso, pero no me alegraba de su muerte, no estuve en su entierro, pero si fui al funeral acompañada por Unai, nos pusimos en la parte de atrás de la iglesia, Roberto no llego a verme en ningún momento, pero yo sí que lo vi a él, no quedaba ni la sombra de los que fue, parecía nervioso y asustado mirando a todos lados. Según le dijeron a Anselmo había hecho negocios con gente poco recomendable para poder corregir los errores que le habían llevado a estar en números rojos, pero al final resulto ser peor el remedio que la enfermedad. La madre de Roberto seguía igual, siempre tuve la sensación de que esa mujer decidió desconectar de la realidad hace mucho tiempo. Está seria la última vez que vi a Roberto, tiempo después los periódicos se hicieron eco de su desaparición, no se volvió a saber nada de él, si estaba vivo o muerto era un misterio.

No sentí nada por él, ni pena, ni rabia, todo sentimiento hacia Roberto los mato su comportamiento, ahora tenía otra vida donde volvía a sentirme bien, las heridas que Roberto me infligió estaban cicatrizando correctamente. La normalidad se volvió a restaurar en mi vida, bueno si se podía considerar normal trabajar doce horas al día, incluso más en algunos días, pero la verdad es que no me importaba porque lo hacía al lado de Unai, Estaba consiguiendo algo que creí que me habían arrebatado, estaba consiguiendo que la felicidad volviera a mi cuerpo.

Día tras día fuimos dando forma al proyecto, ¿podíamos ganar? Yo tenía una respuesta a esa pregunta, pero me la callaría hasta que llegara el momento, lo que si tenía claro era que nuestro proyecto podría plantar cara a los demás proyectos sin ninguna duda. Tardamos seis meses en terminarlo, utilizaría las dos semanas que quedaban para preparar la presentación, en el anterior estudio no le daban importancia a las presentaciones, siempre ganaban así que solían hacerlas insulsas y aburridas.

Yo me propuse hacer una presentación dinámica y muy entretenida, con la capacidad de atraer la atención y el interés de todos. Anselmo y Unai se implicaron en la presentación aportando ideas muy buenas, por fin teníamos el proyecto terminado.

• Helena estaría orgullosa de este proyecto – dijo Anselmo.
• Si no ganamos con esto es que están ciegos – dijo Unai con convicción.

La verdad es que aunque no era el proyecto que yo había ideado, por ser este inviable financieramente hablando, me gustaba mucho, las variaciones que había hecho, no restaban en absoluto, sino que sumaban y mucho. Esa noche decidimos salir a cenar para celebrarlo, Anselmo insisto en invitarnos a cenar, tanto su hijo como yo protestamos, pero él se mantuvo firme diciendo que si Helena hubiera estado viva hubiera sido ella la que nos hubiera invitado.

La cena fue exquisita, pero lo que más me gusto era el sitio, no era un restaurante con estrellas michelín. Era un restaurante familiar donde hacían comida casera de toda la vida, tengo que decir que me puse morada, no conocía el sitio, pero lo apunte para llevar a mis padres, les encantara. Otra cosa que pensé es en apuntarme a un gimnasio, entre las cenas de Unai y ese restaurante que acababa de conocer y pensaba frecuentar más asiduamente iba a engordar irremediablemente.

Mi siguiente tarea sería apuntarme a un gimnasio, no tenía un cuerpo de modelo, pero me gustaba, queriendo mantenerlo. Después de la cena Anselmo decidió retirarse a casa, dijo que la noche nos pertenecía a los jóvenes, volvimos al pub irlandés, la verdad que me gusto mucho, buena música, buena bebida y con sitio para bailar sin chocarse con nadie. El dueño era amigo de Unai, una de las amistades que hizo cuando dejamos de vernos.

• Qué parejita, ¿ya habéis terminado el proyecto?
• Si – dijimos al unísono.

El dueño del establecimiento se dirigió a una campana donde ponía alea iacta est (la suerte está echada en latín), haciendo que sonara en tres ocasiones, entonces todos los clientes del bar se pusieron de pie mirándonos con sus jarras en alto, fue muy bonito. Durante toda la noche bailamos, bebimos y nos reímos, pero lo mejor llego poco antes de que llegara la hora de cierre, empezó a sonar una canción lenta para que pudiéramos bailarla bien pegaditos. Tenía mi rostro pegado a su hombro, en un momento de la canción decidí mirarlo, entonces ocurrió, nuestros labios se unieron en un apasionado beso.

Una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo, haciendo que sintiera fuegos artificiales a mi alrededor, ya no había dudas, Unai había conseguido que mis heridas cicatrizaran, era hora de volver a ser feliz junto a él. Pagamos la última consumición mientras el amigo de Unai volvía a hacer sonar la campana con una gran sonrisa en el rostro.

Volvimos a la oficina a aquella cama donde tantas noches habíamos dormido abrazados, hasta esa noche Unai cumplió lo que prometió, darme mi espacio para que sanara, esta noche pensaba demostrarle lo mucho que lo quería no con palabras, sino con actos. Una vez dentro de la oficina desplegamos la cama y nos empezamos a besar mientras nos íbamos arrancando la ropa literalmente.

Lo empujé para que cayera sobre la cama, antes de que pudiera hacer un movimiento tenía su polla metida en la boca, escuchar los gemidos de Unai fue música celestial para mí. Tenía un tamaño normal, pero a mí chuparla me estaba dando tanto placer que tenía a mi coño totalmente encharcado. Unai me paro, no quería correrse todavía, ahora fui yo la que se tumbó en la cama y él el que se metió entre mis piernas para poder degustar mi néctar.

Era muy bueno, consiguió que concatenara tres orgasmos seguidos con la boca, tuve que pararlo, de seguir así me dejaría el coñito al rojo vivo. Termine de desnudarme dejándome solo los zapatos puestos como él me pidió, me subí sobre él empezando a meterme su polla en mi encharcado coñito poco a poco, disfrutando de cada centímetro hasta que la tuve entera metida dentro de mí, cuando la tuve toda dentro, otro orgasmo me atrapo de improvisto, un orgasmo atronador. Si Unai no llega a agarrarme me hubiera caído al suelo, entonces me atrajo contra él para besarme mientras comenzaba un mete saca pausado que me estaba llevando al mismísimo cielo.

Lágrimas de felicidad empezaron a brotar por mis ojos, al abrirlos pude ver que Unai también las tenía, me acerque a su oído para que pudiera escuchar como le decía te quiero entre gemidos, no sé cuanto tiempo estuvimos haciendo el amor, solo sé que durante ese tiempo experimente lo que era la verdadera felicidad. Note que estaba a punto de correrme, Unai notando esto también acelero sus embestidas logrando que explotáramos los dos a la vez, tumbándome a su lado mientras apoyaba mi cabeza en su pecho.

• Ya estoy preparada – dije llena de emoción.
• ¿Para qué?
• Para ser feliz junto a ti.

Unai esbozó una sonrisa de oreja a oreja, eso fue lo último que vi antes de caer en los brazos de Morfeo. Quedaban dos días para la presentación de proyectos, los decidamos a estar juntos, eso me ayudo, las presentaciones nunca se me habían dado bien, me ponía muy nerviosa. Se me sacaba la boca y solía tartamudear, pero solo con que me cogiera mi mano con la suya, diciéndome que todo saldría bien era suficiente para que los nervios desaparecieran.

El día de la presentación llego, nos tocó ser los últimos en presentar, un par de proyectos me parecieron muy interesantes, el penúltimo fue del estudio de arquitectura del que fui despedida. El gran candidato a llevarse el gato al agua, como suponía fue un proyecto aburrido frío y gris, sin embargo, los tres socios sonreían confiados en su victoria.
Llego el momento de nuestra presentación, subí al atril, metí el pendrive en el portátil, la presentación ya había empezado, me temblaba todo el cuerpo, mi respiración se aceleró y las palabras no salían de mi garganta. Empecé a mirar desesperadamente a donde estaban Anselmo y Unai, este último me miraba con un rostro lleno de orgullo, lo que para Roberto fue una humillación para Unai era un momento de orgullo, eso me dio las fuerzas para templar mis nervios y empezar con la mejor presentación que había hecho en toda mi vida.

De repente todos empezaron a mostrar interés, habían venido representantes de distintos ayuntamientos ninguno se perdió ni un solo detalle. La presentación llegó a su fin, estaba orgullosa del proyecto que habíamos hecho entre los tres, pero la sonrisa de mis anteriores jefes me ratifico lo que yo ya sabia, que el contrato ya se lo habían concedido a ellos antes de las presentaciones.

Sabía que este proyecto no ganaría, por eso me esmere en hacer el mejor proyecto para asegurar el futuro de nuestro estudio de arquitectura como lo hubiera hecho Helena. Baje del atril, sentándome al lado de Unai, padre e hijo estaban nerviosos, yo no, pero, sin embargo, estaba contenta porque había conseguido mi propósito, cuando dijeron el nombre del ganador fue un jarro de agua fría para mi novio y mi suegro, pero les mire con una sonrisa diciéndoles que todo había salido bien.

Los dos me miraban muy confundidos, mientras tanto pude ver como uno de los socios se acercaba a nosotros, me levante para interceptarlo.

• Ha sido una grandísima presentación Isabel, también tengo que reconocer que tu proyecto era mucho mejor que el nuestro, pero a la hora de la verdad has perdido – muy sonriente.
• ¿Eso crees?, mira para donde está mi jefe y con quienes está hablando.

Los diferentes representantes de los otros ayuntamientos se habían acercado a hablar con Anselmo y Unai, por eso me esforcé tanto sabiendo que perderíamos, este era el mejor escaparate para demostrar lo que nuestro pequeño estudio de arquitectura podía ofrecer y no fallamos, entonces mire a mi anterior jefe.

• ¿Sigues pensando que he perdido? - vi rabia en sus ojos.
• Bien jugado – dijo mi ex jefe con una forzada sonrisa.

Me acerqué a donde estaban Anselmo y Unai hablando con los rostros llenos de ilusión, los representantes alabaron nuestro proyecto y demostraron interés en contratarnos para futuras obras.

• Tu sabías que no ganaríamos, ¿verdad? - dijo Unai.
• Si y estoy segura de que tu madre también lo sabía.
• ¿Pero entonces?
• Para que el estudio pudiera sobrevivir a este mundo corrupto, teníamos que mostrar nuestra mayor fortaleza, proyectos de calidad con precios competitivos, pues bueno, ya lo hemos conseguido.
• Sabes que te quiero mucho, ¿verdad? - dijo Unai mientras me abrazaba.
• Igual que yo a ti – dije abrazándolo con más fuerza.

Anselmo nos abrazó a los dos con fuerza mientras lloraba, el legado de Helena estaba más vivo que nunca y lo habíamos llevado a lo más alto.

FIN.
 
Me ha parecido un buen final, sobre todo me ha gustado ese giro de la derrota que realmente es una victoria.

Te has esmerado creando a Roberto, hacía tiempo que no conocía a un personaje tan gilipollas y despreciable. Es de esas personas que también conoces en la vida real, que las ves junto a su pareja (que es una persona encantadora) y te preguntas cómo coño consiguió conquistar a una persona tan cabal.

Si te soy sincero, la intriga laboral/profesional/personal de Isabel me ha interesado tanto que ni me he planteado que realmente no es un relato erótico y, de hecho, hasta la escena de sexo entre ella y Unai me ha parecido prescindible, casi como un añadido puesto para poder ser publicado aquí. Pero ojo, no lo critico, y también me gusta que ella logre rehacer su vida con alguien mucho más decente.
 
Me ha parecido un buen final, sobre todo me ha gustado ese giro de la derrota que realmente es una victoria.

Te has esmerado creando a Roberto, hacía tiempo que no conocía a un personaje tan gilipollas y despreciable. Es de esas personas que también conoces en la vida real, que las ves junto a su pareja (que es una persona encantadora) y te preguntas cómo coño consiguió conquistar a una persona tan cabal.

Si te soy sincero, la intriga laboral/profesional/personal de Isabel me ha interesado tanto que ni me he planteado que realmente no es un relato erótico y, de hecho, hasta la escena de sexo entre ella y Unai me ha parecido prescindible, casi como un añadido puesto para poder ser publicado aquí. Pero ojo, no lo critico, y también me gusta que ella logre rehacer su vida con alguien mucho más decente.

Gracias de verdad, las escenas sexuales no son mi fuerte, por eso prefiero crear una buena historia.
 

📢 Webcam con más espectadores ahora 🔥

Atrás
Top Abajo