IN
CENTE...
Bona tarda, parella.
No hay delito consentido, ni condena para quien desde hace tiempo le he regalado mis sueños, creados a partir de la belleza sinuosa de tan hechicera mujer. No hay delito que contemple el allanamiento de mis deseos descritos con mi propio puño con conocimiento de causa, ni existe apropiación indebida de mis fervientes palabras inspiradas en tus seductores encantos..., versadas en tus muchos hechizos. Por consiguiente, no te veo como tal ladrona, sino como la irresistible mujer capaz de alimentar mis sueños aquí rendidos a ti.
No existe dolo en tus intenciones en absoluto lesivas. No hay negligencia al aceptar mis sueños por regalo, descritos desde la nostalgia de querer y no poder escribir desde el recuerdo. Ni resulta imprudente disfrutar de la lectura de mis deseos, alimentados por tu provocadora manera de ofrecer tus muchos encantos y la arrolladora belleza de ese cuerpo que me descubre un mundo de seducción y provocación difícil de imaginar, imposible de crear, irresistible e inspirador gracias a tu sola presencia.
No te puedo acusar de robar mis palabras que me habría encantado escribir en tu piel desnuda, confesando mis sueños y narrando mis deseos con la misma naturalidad con la que tú desnudas tus encantos para lograr encender mi inspiración y dictar mis ganas de pecar. Ojalá pudiera leer con mis labios, en silencio directamente sobre tu piel, a modo de peculiar lenguaje de braille, maravillosos y ardientes pasajes, palabras tan provocadoras como tu actitud, expresiones tan encendidas como el juego que se traen tus dedos, tan atrevidas como mis sueños que deseo confesarte al oído de manera dolosa e imprudente, sucia como describes tus juegos...
No me atrevo a juzgar, pero ardo en deseos de instruir la causa, conocer los indicios, sacar conclusiones, descubrir las pruebas, demostrar la culpa de tanto deseo, hallar los hechos privados, alcanzar la sentencia y poder fallar declarándote culpable de alimentar mis sueños, de avivar mis deseos, de desvelar mis noches y dictar mis textos...., con conocimiento con causa, hechos irrefutables y testigos presenciales, vestigios incuestionables impregnando tu cuerpo de sueños, deseos, pasión..., frenesí.
Deja que te admire no tanto como ladrona, sino como la Hechicera que alimenta mis sueños que aquí comparto y deseo que sean tan tuyos, como míos, porque te pertenecen tanto como a mi, porque formas parte de ellos por derecho propio, por tu belleza que me inspira, por tu actitud que me ilustra, por tu seducción que me enloquece, por la provocación que te empuja a llenar mí cabeza de esa pasión literaria y de ensueños.
Por todo ello, te declaro inocente de mis muchos deseos y mis apasionadas ganas de ti, de acompañarte en tu caminar por estos parajes, en este loco mundo de sueños erigido en palabras y conmovedoras imágenes.


Tu ferviente y culpable Soñad

r.
Pd: Gracias a quien ha sido capaz de plasmar las pruebas del delito no consumado pero que, cabe decir, espero nunca dejéis de soñar.

Feliz fin de semana.