javierpacense
Miembro muy activo
La primeras veces que fui a los cines X era para ver la película y correrme vivo mientras me tocaba, pero lo más discretamente posible. Sabía que alguna gente hacía algo más pero también de forma muy discreta.
Un domingo por la mañana entré en este cine con la determinación de dar un pasito más, necesitaba un contacto humano porque estaba con el calentón del siglo. Sabía que no iba a encontrar ninguna chica, que era lo que más me gustaba, pero empezaba a abrir mi mente a otras cosas.
Después de superar el trámite de la entrada al pasillo y la taquilla me dirigí al patio de butacas y en la entrada dejé que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad. Pensé que para ambientarme lo mejor que podía hacer es sentarme en algún sitio apartado y calentarme con la película mientras observaba las cosas que sucedían a mi alrededor. Ni corto ni perezoso me fui a la mitad de la sala, a una butaca que estaba en el centro de las filas donde no había nadie.
Entonces vi que la gente no era tan discreta como pensaba, un poco más atrás y en el extremo, un tío estaba apoyado en una columna con la polla fuera y en la butaca que estaba justo al lado otro tío se la estaba comiendo. Mis ojos iban y venían de la pantalla a aquella otra escena.
De la gente que estaba dando vueltas por la sala hubo uno que se sentó en el extremo de la fila en la que yo estaba, no le di más importancia y me centré más en la película. Al ratito este se levantó y se vino hacía mí, creía que buscaba ver la película desde un sitio más centrado, no esperaba que se sentase justo a mi lado. Me entraron todos los nervios del mundo, no era capaz de mirar a su lado, era como si me hubiesen puesto una escayola en el cuello.
No tardó mucho en tocar mi rodilla con la suya para poner su mano en su rodilla y distraídamente pasarla a la mía. Puta escayola, no podía girar la cabeza. Despacito empezó a recorrer mi pierna con la mano hasta llegar a mi polla, se detuvo y enseguida empezó a darme un masaje suave por encima del pantalón. Ya estaba a mil, lo estaba disfrutando un montón, pero no era capaz de hacer nada. Apretó un poco más y a continuación me desabrochó el pantalón y me la sacó fuera, entonces por fin colaboré un poco, me aupé lo suficiente como para poder bajar mis pantalones para estar más cómodo.
Tomó mi mano y la puso sobre su polla, se la empecé a masajear y así estuvimos un rato hasta que me dijo que se la comiese. No venía yo tan preparado, era muy pardillo en estos temas y como no me atreví a dar ese paso decidió irse a buscar otro plan.
Me quedé un poco cabreado conmigo mismo, pero la verdad es que no sabía muy bien que es lo que quería. Me levanté y me fui a los servicios, había visto movimiento por allí al entrar. No me esperaba tanta gente en ese espacio. Tenía una fila de 5 urinarios todos ocupados con gente que me parecía que no estaba orinando. A la vuelta un par de WCs y en el lateral otra fila de urinarios, todo ocupado. En la pared de enfrente de los primeros urinarios, al lado de la puerta de entrada a los servicios estaban unos cuantos como esperando a que terminasen. Me puse al lado de ellos para ver de que iba todo. En los urinarios laterales había un tío que descaradamente se estaba haciendo una paja, viendo todo esto me dio un subidón y me la saqué para meneármela delante de todos, con lo pardillo que era!
Los demás se quedaron mirando y el que se estaba haciendo la paja se vino hacia mí y se me puso justo en frente, casi tocándonos las pollas. En ese momento me vi superado, me entró todo el acojono del mundo y me fui disparado. Sali a la calle y me mezcle con la gente que pasaba con la sensación de que más de uno me habría visto salir y me señalaba con dedo acusador. Pufff, que tontería.
La imagen del tío pajeándose en frente mía no me la he quitado de la cabeza después de los muchísimos años que han pasado. Y me he hecho más de una paja pensando en situaciones orgiásticas que se podrían haber dado allí mismo si yo hubiese tenido las ideas más claras y un mínimo de experiencia. Por supuesto, con el tiempo se me han repetido situaciones parecidas o mejores y ya las he podido disfrutar a tope, pero esta y otras ocasiones primeras que me perdí me persiguen siempre, no las olvido.
Os dejo, me habéis hecho revivir esta historia y ahora necesito sacar el diablo que llevo dentro
Un domingo por la mañana entré en este cine con la determinación de dar un pasito más, necesitaba un contacto humano porque estaba con el calentón del siglo. Sabía que no iba a encontrar ninguna chica, que era lo que más me gustaba, pero empezaba a abrir mi mente a otras cosas.
Después de superar el trámite de la entrada al pasillo y la taquilla me dirigí al patio de butacas y en la entrada dejé que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad. Pensé que para ambientarme lo mejor que podía hacer es sentarme en algún sitio apartado y calentarme con la película mientras observaba las cosas que sucedían a mi alrededor. Ni corto ni perezoso me fui a la mitad de la sala, a una butaca que estaba en el centro de las filas donde no había nadie.
Entonces vi que la gente no era tan discreta como pensaba, un poco más atrás y en el extremo, un tío estaba apoyado en una columna con la polla fuera y en la butaca que estaba justo al lado otro tío se la estaba comiendo. Mis ojos iban y venían de la pantalla a aquella otra escena.
De la gente que estaba dando vueltas por la sala hubo uno que se sentó en el extremo de la fila en la que yo estaba, no le di más importancia y me centré más en la película. Al ratito este se levantó y se vino hacía mí, creía que buscaba ver la película desde un sitio más centrado, no esperaba que se sentase justo a mi lado. Me entraron todos los nervios del mundo, no era capaz de mirar a su lado, era como si me hubiesen puesto una escayola en el cuello.
No tardó mucho en tocar mi rodilla con la suya para poner su mano en su rodilla y distraídamente pasarla a la mía. Puta escayola, no podía girar la cabeza. Despacito empezó a recorrer mi pierna con la mano hasta llegar a mi polla, se detuvo y enseguida empezó a darme un masaje suave por encima del pantalón. Ya estaba a mil, lo estaba disfrutando un montón, pero no era capaz de hacer nada. Apretó un poco más y a continuación me desabrochó el pantalón y me la sacó fuera, entonces por fin colaboré un poco, me aupé lo suficiente como para poder bajar mis pantalones para estar más cómodo.
Tomó mi mano y la puso sobre su polla, se la empecé a masajear y así estuvimos un rato hasta que me dijo que se la comiese. No venía yo tan preparado, era muy pardillo en estos temas y como no me atreví a dar ese paso decidió irse a buscar otro plan.
Me quedé un poco cabreado conmigo mismo, pero la verdad es que no sabía muy bien que es lo que quería. Me levanté y me fui a los servicios, había visto movimiento por allí al entrar. No me esperaba tanta gente en ese espacio. Tenía una fila de 5 urinarios todos ocupados con gente que me parecía que no estaba orinando. A la vuelta un par de WCs y en el lateral otra fila de urinarios, todo ocupado. En la pared de enfrente de los primeros urinarios, al lado de la puerta de entrada a los servicios estaban unos cuantos como esperando a que terminasen. Me puse al lado de ellos para ver de que iba todo. En los urinarios laterales había un tío que descaradamente se estaba haciendo una paja, viendo todo esto me dio un subidón y me la saqué para meneármela delante de todos, con lo pardillo que era!
Los demás se quedaron mirando y el que se estaba haciendo la paja se vino hacia mí y se me puso justo en frente, casi tocándonos las pollas. En ese momento me vi superado, me entró todo el acojono del mundo y me fui disparado. Sali a la calle y me mezcle con la gente que pasaba con la sensación de que más de uno me habría visto salir y me señalaba con dedo acusador. Pufff, que tontería.
La imagen del tío pajeándose en frente mía no me la he quitado de la cabeza después de los muchísimos años que han pasado. Y me he hecho más de una paja pensando en situaciones orgiásticas que se podrían haber dado allí mismo si yo hubiese tenido las ideas más claras y un mínimo de experiencia. Por supuesto, con el tiempo se me han repetido situaciones parecidas o mejores y ya las he podido disfrutar a tope, pero esta y otras ocasiones primeras que me perdí me persiguen siempre, no las olvido.
Os dejo, me habéis hecho revivir esta historia y ahora necesito sacar el diablo que llevo dentro
