Compañeros

Al jaleo.
Pues el amigo Carlos o cambia de actitud o tiene todos los números de ser el coñazo de la historia.
Al que al final deseas no tenerlo frente a ti para no darle dos collejas. Vamos de los que cargan.

Carmen y Cristina, sin duda, las mejores.
Carmen en el puesto número uno y la joven Cristina a la zaga.
Cuanto juego va a dar cristina!!!
Y al tiempo con hector. Que tonto, tonto, mierda, mierda.
🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦🤦.
Como se dice, no has dejado Pollo sin cabeza.
Las que consideras mejores, a mí, precisamente una no la puedo ni ver desde el minuto 1 y la otra ha ido de más a menos.
Por cierto, Fran, es curioso que la Carmen de otro de tus relatos era parecida a esta .
 
Como se dice, no has dejado Pollo sin cabeza.
De Silvia no he dicho nada.
Pero espera que te digo.
Esta va a conseguir que el marido le deje por maltrato psicológico y luego jodera el ambiente laboral peleando con Carmen por Carlos.
Jodera a Carlos, jodera a Carmen y de rebote estropeará la relación entre hector y Cristina.
 

9​


Cuatro días después. Sábado.
Carmen


Vi como el coche del padre de Daniel se alejaba con él dentro moviendo su manita para despedirse de mí. Moví mi mano despidiéndome y suspiré. Entré en mi casa. Acaba de tener una buena bronca con mi ex. Le había pedido dinero y se había negado diciendo que me había dado mucho tras el acuerdo del divorcio ¿Sería posible que no me lo diera? Lo estaba empezando a pensar. “Seguro que esa zorra lo tiene bien agarrado por los huevos, Jorge siempre ha sido muy fácil de manejar y ahora es ella quien lo maneja”.

Iba a tener que cancelar la compra de los muebles de la habitación de Daniel y comprar algo más barato. Y finalizar ya la puta obra. Pero sobre todo, tendría que controlarme con los gastos. Miedo me daba ver la cuenta del banco y mis gastos durante estos dos meses.

Me llegó una notificación al móvil y la leí. Era de la tienda, tenían mi vestido listo para recoger. Al menos esto no me había costado un euro. Durante la semana me había llamado Jean y habíamos hablado un poco. Estaba fuera pero volvía hoy. Habíamos quedado para cenar. “Por lo menos hoy me voy a divertir sin gastarme nada” pensé mientras cogía mi bolso y salía de casa.

De todas formas, todo era bastante extraño. Me iba a invitar a un buen restaurante y me había comprado un vestido de noche en una tienda muy cara. Ayer por la tarde fui a verlo y era precioso, sexy pero no demasiado atrevido aunque tenía un buen escote pero, quitando eso, era un vestido bastante clásico, con falda larga y abierta por una pierna ¿Qué hombre te invita a cenar y te compra un vestido? Me había probado el vestido y me estaba casi bien, solo tuvieron que hacer un par de ajustes en la cadera y la altura de la falda, y hoy tenía que recogerlo. Además del vestido, me había comprado unos preciosos zapatos de tacón muy alto.

No entendía bien todo ese gasto. Estaba claro que me lo iba a follar, ya habíamos follado antes, no hacía falta convencerme para eso. Pero bueno, yo encantada con esos regalos.

Pero lo más extraño es que cenaríamos con su madre. Esto me había dejado muy sorprendida. Dijo que llevaba unas semanas sin verla y su madre había insistido. Y además, él quería que me conociera ¿Se habría enamorado de mí? El tío tenía dinero, mucho dinero, la cosa prometía, lo mismo era el tonto que iba a acabar con mis preocupaciones económicas.

Carlos
Llegué a la puerta de mi casa y toqué el claxon. No tardó en abrirse la puerta. Metí el coche y vi a Antonio en bañador y mojado, esperándome. Nos dimos la mano y me llevó a la piscina donde Gema se bañaba y Silvia se estaba secando.

Me acerqué a ellas y Silvia me dio dos besos, mientras Gema gritaba mi nombre. Me acerqué al borde y ella decía:

- Ven, ven, Cajlos, ven al agua

- Ahora, cariño



Me giré y miré a Silvia. Estaba en bikini y me quedé pasmado por lo delgada que estaba. Había estado hablando con ella a diario y sabía que seguía mal de los nervios. Le dije:

- Joe, Silvia, estás demacrada

Ella me apartó de la piscina y dijo:

- No... no puedo comer

- Te vas a poner mala

Ella me miró con cara de circunstancias. Tenía los preciosos ojos verdes apagados, nunca la había visto así. Me dijo:

- Anda, ve a tu cuarto y cámbiate, que Gema lleva toda la mañana impaciente por bañarse contigo

Asentí y me fui a hacer lo que me había dicho. Volví al rato y me metí en la piscina con la familia. Estuvimos jugando un buen rato con Gema y luego salí. Me tumbé en una silla. Silvia se sentó a mi lado mientras veíamos a Gema y su padre en la piscina. Le pregunté:

- ¿Duermes?

- No mucho

- Ya se nota

Nos callamos. Entonces se levantó y se puso un pareo, y dijo:

- Ven, ayúdame en la cocina

Y luego, en voz alta:

- En 20 minutos comemos

Gema protestó pero entramos dentro mientras yo me ponía una camiseta. Sacó una bandeja del frigorífico y dijo:

- Te hemos saqueado la despensa, te la repondremos antes de irnos

- No seas tonta

- Ahí está la comida de Gema ¿La puedes calentar un poco?

- Claro

Me puse a ello y entonces Silvia dijo:

- Esta mañana me ha llegado la regla

La miré entendiendo que significaba eso. Ella continuó:

- Se me ha adelantado bastante, imagino que con el estrés de todo esto

- Silvia, lo siento

- No, no, me alegro, ahora mismo no podría llevar adelante lo de Gema y un embarazo

Pero empezó a sollozar. La miré sin saber que decir. Dijo:

- Además, no quiero tener más niños, no quiero que les pase lo mismo, si tengo algo mal, no quiero pasárselo a otro niño y…

Empezó a llorar. Me acerqué a ella y me abrazó. Tenía el bikini mojado y lo noté sobre mi camiseta. Ella se tranquilizó y se apartó diciendo:

- Te he mojado

- No importa

- No paro de llorar, soy una tonta

- Anda ya

Se giró hacia la bandeja pero dijo:

- No se lo he contado aún a Antonio

- ¿Por qué?

- No… no sé si quiero verle la cara cuando se lo diga

- No te entiendo

- No sé si se alegrará o entristecerá

- Ah

- Y cualquiera de las dos cosas me dejará mal

La entendí. Si se alegraba, ella sabría que no quería tener un hijo, y si se entristecía, ella se sentiría aún peor por fallarle.

Almorzamos fuera, con Gema sin parar de reír, era una niña super risueña. Observé que Silvia solo removía la comida en su plato. Cuando terminamos, Gema se caía de sueño y la llevaron a dormir. Nos hicimos un café y, mientras lo tomábamos, les dije:

- Si os queréis quedar otra semana no hay problema por el trabajos

Silvia dijo:

- No podemos abusar más, Carlos

- No es ningún abuso

- Sí, lo es, además esta semana tenemos más citas para que nos expliquen cosas de Gema y… nos vendrá bien volver a la rutina ¿No, cariño?

Antonio asintió. Les dije:

- Esta es vuestra casa, quedaos con la llave y si queréis venir en algún momento, no hay problema

- No, Carlos, no podemos…

- Sí, a Gema le encanta y ahora hay que pensar en ella

Silvia me miró muy triste y asintió. Dijo muy bajito:

- Gracias, eres lo que no hay

Pasamos una buena tarde con la niña, incluso dimos un paseo. Me pensaba ir por la noche para dejarlos solos pero Gema no quería que me fuera, y Silvia tampoco así que me quedé.

Carmen
Me miré al espejo, estaba estupenda “Que digo, estoy sensacional”. El vestido me quedaba como un guante, me realzaba la figura y el escote era muy sexy. No llevaba sujetador, obviamente, pero sí unas bragas de tipo culote monísimas y sexys, y unas medias negras con encaje, además de los preciosos taconazos. Me giré un poco para observar mi culo “Sensacional es poco” pensé sonriendo.

Me puse unos bonitos pendientes junto con un collar a juego. Me pinté los labios y me retoqué el pelo para darle más volumen aún.

Me llegó la notificación de Jean, me esperaba abajo. Terminé de revisarme y cogí mi bolsito donde metí mi móvil y el botecito de pastillitas que me había dado Jamal. Esa noche no pensaba gastar nada de nada. Cogí un pequeño abrigo y bajé. Miré a mi alrededor buscando a Jean. Lo vi junto a un deportivo negro. Me acerqué sonriendo. Me dio dos besos y me abrió la puerta. El coche era una pasada, tapizado en cuero y nuevo.

Charlamos de tonterías hasta llegar al restaurante. Nunca había estado en él y me encantó. Esa noche pensaba matar a polvos a ese franchute porque me encantaba este nivel de vida, ese tío me lo podría dar.

Nos llevaron a la mesa donde había una mujer de unos 60 años, muy seria y con cara de pocos amigos. Le dijo algo a Jean en francés y él respondió. La mujer ni me había dirigido la mirada. Me presenté y entonces me miró y dijo:

- Dice mi hijo que llegáis tarde por tu culpa

Me quedé sin saber que decir, bien empezábamos. Me senté disculpándome y ella se presentó como “Madame Camille”. La cena fue un constante aguantar puyas de esa vieja arpía. Todo lo que yo decía le parecía mal. Pensé “esta tía me va a calar y no va a permitir que yo manipule al tonto de su hijo”. Me estaba fastidiando bien la noche a pesar de que la cena estuvo riquísima.

Cuando terminamos, la mujer se fue casi sin despedirse. Luego, Jean y yo salimos a tomar una copa. Allí me relajé y lo calenté. Nos enrollamos y me dijo de irnos a su casa, cosa que acepté de inmediato, total, ya me había follado, no valía la pena hacerse la remilgada.

Me llevó a las afueras, a una zona pija y condujo hasta un chalet enorme. Estaba flipando. Entramos en la casa y me llevó al salón donde me sirvió una copa. Saqué de mi bolso dos pastillas y me tomé una y la otra me la puse en la lengua y se la pasé a Jean en un largo morreo. Me desabrochó el vestido que cayó al suelo y me quedé casi desnuda, solo con el culote, mis medias y los tacones. Nos enrollamos más mientras él sobaba mis tetas cuando, de repente, escuchamos:

- Traes a una puta a mi casa

Di un salto por el susto y me cubrí los pechos al ver a la vieja arpía de pie en la puerta del salón. Jean se disculpó pero ella solo me miraba a mí y dijo:

- Es una puta, como todas

Me harté y le dije:

- Señora, ya vale

- Calla, puta

- No soy ninguna puta, solo estoy con su hijo

- Para acostarte con él, puta

- Claro que me voy a acostar con él, pero no por dinero

Se me acercó y pensé que me iba a pegar una torta pero paró y me dijo:

- Estás aquí por su dinero, zorra

La muy arpía me había calado. Le dije:

- Estoy aquí porque folla de puta madre… señora

Nos miramos sin decir nada. Entonces dijo:

- Carmen Jiménez Sánchez… que nombre tan… tan vulgar

Me quedé extrañada ¿Cómo sabía mis apellidos? No recordaba habérselos dicho a Jean. Ella continuó:

- Divorciada con un hijo

- Pero ¿Cómo sabe…?

- Trabaja en una emprechucha como una simple administrativa

La miré con la boca abierta. Ella continuó:

- Y no tiene donde caerse muerta, con solo 800€ en su cuenta bancaria

- Pero ¿Cómo coño…?

- Eres una despilfarradora, te has gastado todo el dinero que el tonto de tu exmarido te dio en fiestas, drogas y esa casucha que te has comprado

Miré a Jean totalmente sorprendida. Ella continuó:

- ¿Te crees que no voy a investigar con quien se acuesta el tonto de mi hijo? ¿Te crees que eres la única putilla que ha tenido la misma idea?

- Yo no…

- Calla, puta

- Señora, ya está bien

- Todas sois unas putas, quizás aún no has cobrado por sexo, no estoy segura, pero de lo que estoy segura es que hoy saldrás de esta casa como una puta

- Pero ¿Qué dice, señora?

Miré a Jean a ver si me defendía o algo, pero él solo miraba su copa. “Cobarde niño de mamá” pensé. Entonces la arpía dijo:

- Hijo, trae las tarjetas y el dinero

Jean desapareció para volver al poco. Me dio un fajó delgado de billetes de 500€ y unas tarjetas. Lo miré sin comprender y dijo:

- Lee las tarjetas

Las leí y abrí mucho los ojos. Les dije:

- Estáis fatal de la puta cabeza

Y le tiré las tarjetas y el dinero al cuerpo de la arpía, para luego ir hacia mi vestido con intención de irme de esa casa de locos. Entonces, Jean me cogió del brazo y me llevó lejos de la arpía. Me dijo:

- Carmen, piénsatelo bien

- ¿Qué tengo que pensar? Estáis de la puta olla

- Estás mal de dinero y te ofrecemos 6.000€ si haces todo lo que dicen las tarjetas

Me quedé mirándolo ¿6.000€? Pensé en las tarjetas, eran una locura pero casi todo lo había hecho ya y gratis. Jean vio que dudaba y dijo:

- Si no te gusta algo, lo puedes quitar, pero mínimo tienes que hacer 4 de las 7 cosas

- Y con 4 ¿Cuánto dinero sería?

- Depende de lo que elijas

Dudé. Estaba mareada por la pastilla y me costaba pensar con claridad. Jean me insistió:

- Puedes quitar la tarjeta de mi madre

- ¿Y eso cuánto sería?

- Se quedaría en la mitad, 3.000€

- ¿Tú sabías todo esto?

- Sí

- No es la primera vez que lo hacéis ¿no?

- No

- Hijos de puta

Él fue a tocarme pero me aparté. Miré donde estaban mis cosas, mi vestido y mi bolso. Pero luego fui donde la arpía. Ella me miró sonriendo:

- ¿Qué decides?

- Está bien

- Recoge todo y dime las tarjetas que harás

- Las haré todas

Jean soltó un “joder” sorprendido pero la arpía ni se inmutó, solo me miró. Entonces dijo:

- Recoge eso y sígueme, puta

Me agaché y recogí todo. La seguí hasta una habitación que abrió con llaves. Me quedé parada al verla, parecía una habitación de sado. Me asusté un poco y dije:

- ¿Me vais a atar?

- Claro

- Una mierda

- Hijo, tráele el móvil



Al momento llegó Jean con mi bolso que me lo dio. La arpía dijo:

- Escríbele a quien quieras para decirles donde estás y con quien



Dudé pero me aparté de ellos buscando mi móvil. Pensé a quien escribir. No tenía a nadie de confianza. Al final escribí a Jamal:

- Cabrón, esta gente está como una puta cabra

- ¿Qué gente?

- El francés y su puta madre

- ¿Cómo?

- Estoy en…

Levanté la vista y pregunté:

- ¿Dónde estamos?

- ¿Te vas a fiar si te damos la dirección?

Pensé que no y la vieja me dijo la dirección pero diciendo:

- Verifícalo en el mapa, con tu ubicación

Le hice caso y vi que era así. Le escribí a Jamal:

- Estoy aquí, esta gente quieren una sesión de sado pero son muy raros. Si mañana no te escribo, manda a alguien a buscarme ¿Vale?

- Joder, Carmen, me asustas

- Es solo por si acaso, adiós

Guardé el móvil en el bolso, pero antes saqué el botecito de pastillas y me tomé otra. Cogí el vaso que Jean tenía en la mano y me lo bebí de un trago. Luego, me puse delante de la arpía que dijo:

- Lee la primera tarjeta

La cogí y dije “20 bofetadas”. Ella dijo:

- Ponte de rodillas y mírame, puta

Eso hice. Me dio un guantazo que no me esperaba y me tiró al suelo. “Hija de puta” pensé mientras la miraba desde el suelo con odio, tocándome la cara. Ella dijo:

- Te puedes retirar cuando quieras pero entonces te vas sin un euro

Me volví a colocar y me dio otro en la otra mejilla. Dijo:

- Cuenta

La miré con odio infinito y dije:

- Dos

Me dio otro tortazo y me tambaleé. Me toqué la mejilla y dijo:

- Las manos atrás o te las atamos

Las puse y dije:

- Tres

La arpía siguió hasta la bofetada 13. Entonces llamó a su hijo:

- Sigue tú

Las bofetadas de Jean eran igual de fuertes que las de su madre, y sonreía como un tarado. Cuando conté 20, la madre dijo:

- Levanta y quítate esas bragas de puta

Me levanté mareada y me las quité. Entonces ella se me acercó y me acarició las mejillas que las notaba totalmente rojas. Dijo:

- Mañana no se notarán, tranquila

Sus manos recorrieron mi cuerpo. Primero mis tetas y luego mi culo. Dijo:

- Tengo que reconocer que para tu edad te mantienes muy bien, cuando mi hijo me habló de ti te descarté, no me gustan las cuarentonas, pero tú tienes algo, está claro

Entonces se apartó y me dijo.

- Lee la siguiente tarjeta

Y me la dio. Dije:

- 40 azotes en el trasero

- ¿Sigues?

- Sí

- Sí, madame

La miré con odio pero repetí:

- Sí, madame

- Ponte a 4 sobre ese banco

Me fui allí. Jean me ató las manos al banco y me puso una barra por debajo del vientre, para que no bajara mi culo. Miré hacia atrás y vi como la arpía cogía una especie de cinturón de cuero, grueso. Se puso detrás mía y me dio el primer azote, fuerte, muy fuerte. Grité. Ella dijo:

- Cuenta

- Uno, hija de puta

Inmediatamente me dio otro, más fuerte aún. Volví a gritar:

- Dos

- Esos no cuentan, solo me puedes llamar madame, volvemos a empezar

Y me dio un nuevo azote. Me mordí el labio y dije:

- Uno, madame

Se fueron turnando entre ellos mientras cogían diferentes azotadores. Cuando Jean me dio el último, dije:

- 40 (sollozando)

Me desataron y no me podía mantener de pie pero tampoco sentarme. Había hecho juegos sado con mi ex y algún otro, pero nada tan duro. La arpía preguntó:

- ¿Lo dejas?

- No

- Bien

Se me acercó con un bote y aplicó una crema en mi culo. Inmediatamente noté frescor y alivio, y como el dolor disminuía. La miré agradecida. Jean me dio una bebida fresca que bebí con ansia, me dolía la garganta de gritar. Entonces la arpía dijo:

- Lee la siguiente

La cogí y pensé “Oh, dios”. Leí muy bajito:

- 30 azotes en el pecho

- ¿Sigues, puta?

- Sí… madame

Algunos tíos me habían dado tortas en las tetas y nunca me había gustado. Me eché a temblar pensando en estos dos bestias. Me llevaron a otro sitio de la habitación y me ataron las muñecas a una barra que luego elevaron. Me quedé delante de la arpía, respirando rápido, temerosa, con las piernas temblándome. Ella se me acercó y echó mi pelo atrás, dejando mis tetas sin nada delante. Me las acarició suavemente mientras decía:

- Estos pechos te habrán abierto muchas puertas ¿eh? Son imponentes

Jugueteó un poco con mis pezones y me los puso duros. Entonces se apartó y me dio el primer latigazo con un fuste muy delgado. Grité, me había dado en mis pezones erectos:

- Ahhhhhh, cab… (pero me callé)

- ¿Qué dices?

- Uno, madame

Cuando terminaron con los 30, no me soltaron. Me soplaba sobre mis pechos, me escocían terriblemente. Entonces me acercó la siguiente tarjeta:

- Lee

- No, eso no, por favor

- Lee

- 20… 20 azotes en el sexo… Por favor, eso no

- ¿Te retiras?

Lo pensé, estaba harta pero negué con la cabeza porque también estaba excitada. Bajaron la barra pero sin soltarme las muñecas. Me sentaron en un banco y encajaron la barra detrás mía, dejando mis brazos atados por encima de mi cabeza tumbada. Me alzaron las piernas separándolas y ataron mis tobillos, dejándome abierta de piernas. La arpía se acercó y dijo:

- Totalmente depilada, como una buena puta, sí

Pasó el fuste por mi coño, despacio, y de repente, un golpe. Grité sin parar. Como dolía. Cuando me calmé, dije:

- Uno, madame

Se me hizo eterno. Al terminar no podía evitar las lágrimas. La arpía dijo:

- Vete, hijo

Luego, se me acercó y me puso la crema en las tetas y en la zona del coño. La sensación de bienestar que me invadió me dejó sin respiración. Entonces, ella siguió con la crema en mis labios vaginales. Los abrió y la sensación era increíble. Poco a poco fue metiendo sus dedos dentro de mí y otro en mi maltratado clítoris. Con la otra mano me masajeaba las tetas, mis pezones. Noté como me calentaba. Pensé “no me pienso correr con esta hija de puta” pero estaba atada a su merced y no lo pude evitar, lo hacía genial. No tardé en gritar de placer.

Luego, me desató y me trajo la siguiente tarjeta:

- Lee

- Sexo con la madre

- ¿Lo dejas?

La miré y negué:

- No, madame

- Pues bésame y desnúdame

La besé con ansia. La vieja me daba asco y la odiaba, pero no podía evitarlo, estaba muy caliente. La desnudé y chupé sus tetas caídas. Lamí su cuerpo arrugado y me comí ese viejo coño y culo. Nos frotamos los coños e hicimos un 69. Me corrí varias veces, igual que ella. Cuando terminamos las dos tumbadas en el suelo, me dijo:

- Eres una buena puta, mi hijo tenía razón

Se levantó y se vistió. Luego salió de la habitación y entró Jean. Me dio la siguiente tarjeta y leí:

- Sexo con el hijo

- ¿Te retiras?

- No

Lo desnudé y se la chupé lo mejor que pude. Luego me folló la boca, las tetas, el coño y el culo como quiso. Me corrí varias veces y él solo una vez, en mi cara. Me quedé tumbada, recobrándome mientras él se vestía y llamaba a la madre que llegó y me miró:

- Lee la última

Me incorporé y leí:

- Lluvia dorada en la boca

Esto me parecía de risa después de todo lo demás. Y era algo que había hecho con varios tíos, a mi ex le ponía mucho. La arpía me dijo:

- ¿Te retiras?

- No, madame

- Vete, hijo

- Pero madre, siempre lo hago yo

- Esta vez no

Y se fue. La arpía se desnudó de la parte de abajo y me dijo:

- Acércate

Me acerqué a su coño y abrí la boca. No tardó en llegarme el líquido caliente. Cuando terminó, se vistió y dijo:

- Dúchate ahí

Me levanté y me metí en la ducha. Al salir, me esperaba con ropa. Me dijo:

- Ponte esto

- ¿Y mi vestido?

- Ese vestido era de una señora, ahora eres una puta, vístete como una

Miré la ropa, era una mini falda y una blusa muy chillona y escotada. También estaban mis bragas y medias. Los zapatos eran unas horribles botas de tacón alto. Me vestí enfadada. Me miré al espejo y, en efecto, pintas de putón.

Salí fuera. La arpía me dijo:

- Ponte esto en las zonas de los azotes, desaparecerá cualquier marca en un par de días

Y me dio un bote. Lo cogí junto a mi bolso. Miré a Jean y dije:

- ¿Y mi dinero?

La arpía cogió el pequeño fajo sujeto con una cinta de papel. Fue sacando cada billete y, contando, me lo tiraba a la cara. Al terminar, dijo:

- Ahí lo tienes, puta

Y me miró desafiante. La hija de puta humillándome hasta el último momento. Me agaché y recogí el dinero para luego guardarlo en mi bolso. Miré a Jean y le dije:

- ¿Me llevas?

- No, arréglatelas, puta

Y me cogió de un brazo y me llevó a la calle a trompicones. Dijo:

- Entraste como una señora pero te vas como una puta

Y cerró la puerta. “Que os den por culo, hijos de putas” grité. Y llamé a un taxi. Cuando llegó, el taxista me dio un repaso y puso una sonrisita asquerosa. En el taxi pensé en todo, había sido doloroso, mucho, pero super excitante, menudos orgasmos había tenido. Y ellos también. No entendía nada de esta gente. Pero este dinero me venía genial, esta vez controlaría mis gastos…. O no, tampoco era tan malo esto de follar, pasármelo bien y cobrar.

Carlos
Me desperté de pronto sin ninguna razón aparente. Miré el reloj, casi las tres de la noche. Aprovecharía para orinar. Entonces miré por la ventana y la vi. Silvia estaba sentada en el jardín, bebiendo algo.

Bajé y salí fuera:

- No puedes dormir

Me miró y dijo:

- No

- ¿Cuánto duermes, Silvia?

- Lo que puedo

- No puedes seguir así, podrías tomarte algún tranquilizante

- No pienso tomar nada

- ¿Por qué?

- ¿Y si me llama mi niña y no la escucho?

- Ay, Silvia

Me senté a su lado. Me dijo:

- Le he contado a Antonio lo de mi regla

- Ah ¿Qué ha dicho?

- Que ahora no es el momento

- Ya

- Tiene razón pero…

La miré, estaba dolida. Ella me cogió la mano diciendo:

- Todo iba bien, iba genial, tengo un marido maravilloso, una niña que es una ricura, un buen trabajo, me siento valorada, tengo al mejor jefe del mundo y al mejor amigo del mundo en una sola persona… todo me iba bien, y ahora todo se va a ir a la mierda

- No, sabes que eso no es así

- Si le pasa algo a Gema… No soy tan fuerte como tú

- Yo no fui nada fuerte, ya te lo conté

- Yo creo que sí, solo que reaccionaste echándotelo todo encima

Y empezó a contarme todos sus miedos con Gema. La intenté tranquilizar, que viera que todo sería algo más complicado pero llevadero. Me había estado informando del tema y sabía que tendrían que llevar a la niña a una especie de cursos para enseñarle todo lo que tenía que hacer con la insulina, las comidas…

Estuvimos hablando cerca de una hora, y de repente, ella me miró muy seria, a los ojos y me dijo:

- Prométeme una cosa

- Claro

- Prométeme que siempre estarás a mi lado

- Por supuesto

- Sin ti… No sabes lo mucho que significas para mí, lo que me ayuda hablar contigo, contarte mis cosas

- Lo sé

- No me dejes nunca, por favor

- Claro que no, Silvia, ni a ti ni a Gema ni a Antonio, siempre os apoyaré

Ella me sonrió y me apretó cariñosamente la mano. Nos quedamos un buen rato en silencio hasta casi adormilarme. Entonces ella dijo:

- Vamos a intentar dormir ¿No?

- Sí, vamos

Y entramos en casa. Me dio un rápido abrazo y se metió en su habitación.​
 
Un intercambio Quimi/Valle con Luismi/Sara hubiera sido la pera 🍐 😁
Valle si recuerdo quién es, Eva Santolaria que está bastante bien por cierto.
Pero Sara no recuerdo que actriz es, pero si la nombras es porque debe estar bien.


Vale. Acabo de mirarlo y ya la recuerdo. Era guapísima y algo más , aunque creo que con el que estaba, aunque me caía bien en la serie, era un pelín inocente, por decirlo de alguna forma.
 
Última edición:
Bueno, si había dudas, hoy queda bastante claro que está más cerca y es más importante para ella mi tocayo que su Marido. Creo que van a terminar divorciándose más pronto que tarde. Es que hasta la hija le quiere mucho y no sería un trauma para ella. Aunque todavia no lo hayan visto, creo que estos sienten algo más que amistad.
De Carmen no voy a decir mucho más de lo que ya he dicho en otra web. Va por muy mal camino y como no reaccione a tiempo, mal augurio veo.
 
Cristina estará zorreando con el tal Alberto y con Sara y Héctor estará con sus amigos de verdad que le ayudarán a olvidarla. Es mejor que se olvide de Ella.
"zorreando" :LOL::LOL::LOL:

En este relato quizás he abarcado con demasiados personajes "principales" y alguno tiene más o menos importancia en determinados momentos.

Por cierto, lo de la publicación en TR es una mierda por el sistema que tienen de publicación diferida, seguro que algún día se me olvidará preparar la publicación para el día siguiente, fijo que me pasa.
 
Bueno, si había dudas, hoy queda bastante claro que está más cerca y es más importante para ella mi tocayo que su Marido.
Pues no lo veo.
Lo que le pide es simplemente apoyo por parte de su mejor amigo en un posible desenlace inesperado.
Todos tenemos uno o diez amigos de esos por los que darias todo. Pero nuestras parejas suelen estar por encima.
Cuando tienes una crisis con tu pareja te apoyas en los amigos. Si solo tienes uno…pues te centras en el.
 
Por cierto, lo de la publicación en TR es una mierda por el sistema que tienen de publicación diferida, seguro que algún día se me olvidará preparar la publicación para el día siguiente, fijo que me pasa.
Lo de TR tiene su cosa.
Creo que muchos estuvimos leyendo ahí y lo hemos ido dejando.
Yo solo le encuentro una cosa buena. Que puedo aumentar el tamaño de la fuente. 😅
 
Pues no lo veo.
Lo que le pide es simplemente apoyo por parte de su mejor amigo en un posible desenlace inesperado.
Todos tenemos uno o diez amigos de esos por los que darias todo. Pero nuestras parejas suelen estar por encima.
Cuando tienes una crisis con tu pareja te apoyas en los amigos. Si solo tienes uno…pues te centras en el.
Entonces te recomiendo que vayas al oculista 😜
 

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