RELATO ESCATOLOGICO REAL
1/3. El viaje
Ya hace casi 15 años atrás, en una feria de muestras paseando con un matrimonio amigo nuestro y casi vecinos, contactamos con un representante de material de construcción y nos ofreció unos cursillos para aprender a colocar su propio material de la marca en concreto, los cursillos se hacían en Valencia, yo soy de Barcelona, y tocaba desplazarse, pero ellos pagaban dietas y hotel d la semana que duraba el cursillo.
Os preguntaréis que siendo chica, hacer de albañil suena raro, pero como yo no tenía trabajo, pues me propuse aprovechar los cursillos y ya se vería lo otro, total, me salían gratis y me apunté, junto al marido de la pareja que por aquel entonces también disponía de tiempo para ello. Total, sería bajar a Valencia una semana.
Llegó el día y aquí empezó el martirio, tras jurar y perjurar a mi pareja que no pasaría nada con ese chico, me monte en su coche para hacer el viaje de bajada, pero no sé si fueron los nervios, que tome algo en mal estado o yo que se, ya me monte con mal estar de barriga, pero soportable.
Fue a la media hora de camino que decidimos parar en un área de servicio a tomar un café, y al volver a subirme al coche, algo no andaba bien, mi barriga quería explotar, teniendo que pedirle que parara cuanto antes mejor, que tenía que hacer de cuerpo. Lo primero que pillo fue una área de descanso, de esas que solo son para parar y no tienen ni lavabo, y alli entre dos camiones tuve que ponerme a hacer de cuerpo y creo que saque un demonio. Con toda la vergüenza que me dio, aunque no se vio nada allí agazapada.
No pasaron ni 10 minutos que habíamos salido de esa área, cuando me dio el segundo retortijon, está vez más fuerte que el primero, ni siquiera pudimos llegar a la área de servicio ni nada, allí arrimado en el arcén, con las dos puertas abiertas, la del ocupante y la de atrás y allí tube que hacerlo, está vez casi nos miramos a la cara, pero el se comportó y aguanto la mirada hacia el otro lado.
Unos 15 minutos después ya fue precipitado, ni parar el coche en el arcén que ya se me había salido un poco de liquidillo y manchado las bragas, pero calle, tuve que repetir entre dos puertas, pero esta vez si me miró disimuladamente, no le dije nada de la mancha sin saber cómo lo solucionaría y miedo a manchar el asiento del coche.
La peor fue la siguiente, desde que aviso a parar y salir, y ya se me escapó una cantidad enorme de aguilla, está vez no podría disimularlo y le pedí q me buscara toallitas, y ropa de la maleta que llevábamos atrás, todas esas ordenes mientras yo estaba agachada entre las dos puertas, meando por el culo y con una verguenza que me moría. Esta vez si que me vio, almenos agachada mientras los camiones pitaban, así que.. me quite la vergüenza y tapandome lo poco que pude, me asee con las toallitas y me cambié de bragas y pantalón, todo eso mientras estaba echando la vida de lo que salía.
El viaje fue más o menos tranquilo hasta llegar cerca de Valencia, donde lo que vino como un pedete, se convirtió en un charco que mancho braga, pantalón y asiento, yo que ya me había repuesto de la vergüenza anterior, está vez creí morirme. Llegamos a otra área de descanso y suerte que no había nadie y una fuente, me lavé, lave la ropa como pude y el asiento y... Enfin, imaginaros el percal. Entre tanto, un par más de apretones, pero ya no me escondía tanto de él, aunque el muy caballerosamente, hacia como que no miraba. Otro pantalón, más bragas y acabamos de llegar al hotel, con algún apretoncillo más, pero soportable.
La llegada al hotel.. segunda aventura, teníamos habitaciones individuales reservadas según la empresaxesa pero nos informaron que eso no sería posible asta el otro día, q la primera noche habría de ser compartida o de matrimonio, decepción.. pero elegimos compartida, dos camas individuales, pero eso rompía nuestros planes... O no... Allí se me empezaron a ocurrir ideas y quizás no fuera tan mala opción
Ya en la habitación cambio la cosa, me pude sentarme en un váter como Dios manda y estarme rato. Lo curioso fue, que el se estaba meando y al estar yo, decidió mear en la ducha directamente y así como disimuladamente hice para verle la polla. A lo que el no le importo, es más, me contestó que yo ya te he visto todo y no pasa nada.
El no es el tipo de chico que yo elegiría para acostarme con el, pero bien mirado, tampoco estaba tan mal.
Bajamos a cenar, me duché y a dormir lo que pudiera, cansada del viaje pero descompuesta de vientre.