Una vez intenté un trío y resultó ser un puto lío.
Fue con dos mujeres bisex y aunque empezamos relativamente bien, aquello pronto se convirtió en un desconcierto de brazos, manos, piernas, pies, bocas, tetas, culos, etcétera en el que ninguno sabíamos bien que hacer. Como no nos aclarábamos, nos detuvimos un momento a deliberar y decidimos que yo me sentaría enfrente de la cama para calentarme viendo como ellas se calentaban y entrar a matar por turno cuándo ellas se sintieran preparadas. O sea, que más que un trío aquello fue una exhibición lésbica con final feliz para el único mirón.
Creo que rebasando la pareja, el sexo coral en grupo necesita que alguien asuma de manera implícita o explícita el rol de director de orquesta y ahora lo que más me complacería es dirigir orquestas ...HMH... con cualquier número de instrumentos H masculinos y una una mujer de solista (especialmente si esa mujer fuera la mía pero no se decide todavía

).