Hace algunos años, anduve con una chica, tenía una cuñada, esposa de su hermano, el tuvo que irse a otro país por cuestión de trabajo, dejando a su mujer e hijo en su ciudad natal, y ella venía una vez al año a visitar a los suegros, ( los papás de mi novia) esta chica no era ni la más bonita ni la de cuerpazo pero tenía algo que me ponía la polla bien dura, y lo corrobo re en una navidad que se quedó dormida en el sofá y cuando entre por una chamarra la vi, traía una mini negra y asi como estaba acostada, se le podían ver unos muslos bastante bien formados y la puntita de su tanga, eso basto para no poder sacarla de mis fantasías chaqueteras.
Le caí bien y nos empezamos a llevar mejor, lo que implicaba que el mes que se pasaba de visita, anduvieramos con ella de paseo o si tenía que ir a algún lado y mi novia no podia llevarla, la llevaba yo, con los consiguientes descuidos de su parte que me permitan verle su abultado coño y si se daba cuenta nunca me dijo nada, como yo tampoco le dije nada cuando se me quedaba viendo las tremendas erecciones que me provocaba, con esa confianza comenzaron los refregones de verga en sus muy sabrosas nalgas, si estábamos haciendo fila, o el recargo de ella en mi espalda embarrandome las tetas, que eran pequeñas pero me ponían bien caliente.
Recuerdo que en varias ocasiones se ponía a exprimirme alguna espinilla de la cara y me decía que me sentará, se me paraba enfrente metiéndose entre mis piernas y su cara a centímetros de la mía, lo que ocasionaba que me tuviera que ir a deslechar al baño.
La cereza del pastel fue poco antes de que terminara con mi chica, nos fuimos de parranda mi chica, ella, dos amigas de mi novia y yo, como eran fechas decembrinas todos los lugares estaban atascados de gente, lo que sergiq de pretexto para untarle la verga o meterle la mano hasta tocarle la almeja y ella regresarme el favor pasando su mano y sobándome mi abultada tranca, poco falto para que me la sacará y se la metiera, ya que los tragos nos habían deshinibido bastante, pero atras estaban mi chica y sus dos amigas y se iban a a dar cuenta, se puede decir que gran parte de la parranda me la pasé con la polla entre sus nalgas, al otro día con una resaca del diablo, fuimos a un poblado a visitar su museo ya que los niños lo querian conocer, mi novia tuvo que manejar los tres niños con su escándalo y ella se fue sentada en mis piernas según durmiendo porque no aguantaba el dolor de cabeza, ni yo, pero el de la cabeza de mi polla que parecía iba a explotar de lo hinchada que se puso de venir frotándose entre sus nalgas, yo estoy seguro que iba consciente pero según iba dormida, llegamos al poblado se bajaron todos y a medio recorrido, me salí con mi chica para que me sacará la leche a sentones en el carro porque ya no pude más, esa fue la última vez que la vi y la sentí. Todo quedó en puros calentones.