Amigas/Familiares que os hayan visto la polla o hayáis visto desnudas

Contar esta historia siempre hace que mi verga se ponga durísima y tenga ganas de tocarme. Así que léanme y tengan en cuenta que la escribo mientras intento correrme.

Cuando estaba en la universidad tenía una amiga a la que le tenía muchísimas ganas. Tenía una piel muy blanca, cabello castaño, una mirada de ángel, labios carnosos, unas tetas de campeonato y un culo de esos que te provoca darles nalgadas hasta que la mano se quede tatuada en la piel.
Por fortuna, ella era muy abierta a hablar de sexo y de sus experiencias, que no habían sido pocas. Ella es menor que yo. En ese entonces tenía 20 y yo 22, pero compartíamos algunas clases en la facultad.

El punto es que una noche, para celebrar el final del ciclo y desestresarnos fuimos a un bar en el que se presentaba un grupo de poesía que nos gustaba a los dos. Ella fue con un pantalón negro muy ajustado, una blusa roja con detalles de encaje y que tenia un escote que dejaba ver los detalles de su sujetador negro. Lo acompañó con una chaqueta de cuero negra. En resumen: se veía deliciosa.

Al llegar y saludar a todos (en el grupo ya nos conocían) nos sentamos juntos y tomamos varios tragos, pero tambien estuvo hablando con un tipo que estaba al lado, parte del grupo de poesía. Se notaba cierta complicidad entre los dos y no pude hacer nada para evitar que se besen. El sujeto ya estaba en sus 50 y para ser sincero se veía bastante acabado, pero ahi estaba introduciendo su lengua en la garganta de mi amiga.

Hacia el final de la noche ambos se separaron y me atrevo a decir que se detestaban. Algo había pasado. Mi amiga y yo nos fuimos del lugar algo ebrios. "Vamos a mi casa", me dijo. Pedimos un taxi y en pocos minutos estábamos en camino.
De la nada, sin previo aviso, ella se lanzó sobre mi como una leona cazando a su presa. Se subió en mis piernas, se abrió la blusa y me hundió la cara en sus tetas suaves y con olor a fresas. Yo estaba encantado y el chófer del taxi aún más por el espectáculo gratuito. Yo solo quería follármela en el taxi, pero cuando se lo dije se detuvo, me miró a los ojos, se arregló el cabello y me hizo una mamada deliciosa que de recordarla hace que quiera follar.

El taxista lo vio todo... hasta que llegamos a su casa. El hombre tenía la impresión de que lo dejaríamos entrar, pero se equivocó. Lo dejamos con las ganas en el auto y subimos a su departamento. Estuvimos a poco de follar en las escaleras, pero me dijo que ella era de las que grita mucho, asi que seguimos nuestro camino a su casa.

Ella sacó las llaves y cuando se dispuso a abrir la puerta, esta se abrió de inmediato. Era su madre, que había llegado de visita la noche anterior. Mi amiga se había olvidado de ese pequeño detalle y, ya que la señora era muy celosa con su hija, la dejó pasar y a mi tambien, pero yo fui obligado a quedarme a dormir en el sofá mientras que mi amiga y su madre entraron a su habitación a descansar.

Se había arruinado el plan, pero solo en esa ocasión. Ya les contaré más en otro momento si les gusta lo que leyeron. Háganme saber, me da mucho morbo que sepan de esto porque jamás lo he contado tan abiertamente 🥵. Seguiré tocándome mientras sexteo con otra amiga 😈🔥
 
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