Bea pasado, presente y futuro (Nueva versión)

Yo que Bea asumiría mi culpa pero también lo mandaría al diablo a ese engreído que se hace la víctima.

Que piensa que un juego así no es peligroso?, que uno es de piedra?

Si él decidió jugar esa estupidez, era porque asumía riesgos, y si los asumía, también debería considerar perdonarse ambos y tratar de darse otra oportunidad, aunque por su reacción infantil de Carlos, no sé si valdría la pena.

Yo no creo que sea una reacción infantil, si volvieras de madrugada a tu casa después de conducir 500 km, te encontrarías lo que se encontró el también estarías cabreado.
 
Yo que Bea asumiría mi culpa pero también lo mandaría al diablo a ese engreído que se hace la víctima.

Que piensa que un juego así no es peligroso?, que uno es de piedra?

Si él decidió jugar esa estupidez, era porque asumía riesgos, y si los asumía, también debería considerar perdonarse ambos y tratar de darse otra oportunidad, aunque por su reacción infantil de Carlos, no sé si valdría la pena.

En esta ocasión estoy muy de acuerdo contigo.
 
Tu propones un juego, la otra parte acepta y además pone las reglas, marca las líneas rojas que no se pueden cruzar. Peeeero, quien rompe las reglas y cruza las líneas rojas es la otra parte. De que tienes tu la culpa? Has obligado a la otra parte a romper las reglas que ella marcó? La has puesto una pistola en la cabeza para que cruce esas lineas rojas que ella puso? Carlos puede ser culpable de proponer un juego, no del proceder de la otra parte y del resultado.
 
Bueno, hoy pensaba empezar con el 4 capítulo pero en TR me han puesto demasiado de mala ostia para escribir nada, me estoy pensando tomarme unos días, porque la verdad que a uno se le quitan las ganas de escribir.

Quien me mandaría a mi meterme en estos fregados, con lo agusto que estaba escribiendo mis relatos de toda la vida.
 
Vaya palo te han dado en TR Bersek37. Tampoco te lo tomes a mal, tu tienes que ser fiel a tu estilo de escritura admitiendo que no a todo el mundo le vas a agradar, y vas a recibir tanto críticas como halagos, pero no por eso tires la toalla.

A mi se me gusta tu estilo, otra cosa es la imagen que se proyecta de las mujeres en estos relatos, ya que todos tienen esa visión masculina y a veces hasta machista, pero no estoy personalizando en tí, es general. Siempre se perdona más los errores de los hombres y se juzga con mas severidad a las mujeres.

Por otro lado, meterse en los relatos de otro autor, no es buena idea, y fuiste muy valiente al hacerlo. Reconozco que yo lo hice una vez, pero me prometí no hacerlo más. Bueno sí que lo hago, escribo mis propias versiones de relatos que me han gustado y plasmo mi visión en ellos, pero no los publicaré, me los dejo para mí.

En fin, que espero que sigas con tu versión de espiando a Bea, Ánimo.
 
Pues Randor en persona acaba de decirme que siga con el relato, teniendo su permiso no tengo ninguna razón para negarme.

Hoy tomaré la tarde libre y haré un esquema de los siguientes capítulos, no me molestan los palos, ni las críticas, si no, que no se tenga la misma vara de medir para todos.
 
Pues Randor en persona acaba de decirme que siga con el relato, teniendo su permiso no tengo ninguna razón para negarme.

Hoy tomaré la tarde libre y haré un esquema de los siguientes capítulos, no me molestan los palos, ni las críticas, si no, que no se tenga la misma vara de medir para todos.

Pues teniendo el sueño reparador del autor, descansa hoy, pero mañana quiero un nuevo capítulo. Que no tenemos muchas opciones de lectura, que al final me voy a tener que leer un libro. :giggle:
 
No me molesta que me critiquen, a ver algunos de mis relatos son unas frikadas importantes, así que entiendo que no les guste, me molesta cuando se dice que mis personajes no son coherentes, pero sin embargo cuando escribe CVelarde no digan lo mismo, vamos Livia es la reina de la coherencia, pero cuando es el, todo perfecto.

También he leído que tengo que leer más cosas que no sean cómics, eso es un ataque personal, porque esa persona no sabe lo que yo leo, en TR un relato se considera bueno o una genialidad, según quien lo escriba eso es así.
 
He leído el comentario de Sandra y quizás si pudo sonar algo burlesco sobre la forma de actuar de Bea que si podría calificarse de alguna manera así (lo amo tanto... hasta que veo una gran verga).

Y ella siendo mujer, supongo que no le cayó nada bien. Pero creo que no pasó los límites de la crítica tampoco. Pienso que deberías tomarlo más deportivamente, sobre todo con comentarios como los de ella. Vamos que ni se acerca a muchos que dan con machete.

Curiosamente yo siempre me enfoco en los personajes para que no se de a entender que critico al autor. Lo he hecho con muchos, incluyendo a los que varios saben sobre que pensaba de Elvira y compañía en la historia de Aku.

A Livia y al zanahorio también les he dicho de todo, siempre a los personajes. Recuerdo una escena donde el zanahorio encuentra a Livia con el antagonista en una reunión de narcos. Y el zanahorio en vez de asustarse y tratar de sacar a su novia de ahí, se pone a celarla con el otro. Si en ese momento no exploté, fue porque me controlé, pero si me fui contra el personaje, incoherente es poco lo que dije.

Yo creo que es lo más sano al momento de profundizar una crítica, irse contra los personajes, y tomarlos como personas muy raras que pueden existir en el mundo real.

No me imagino otra forma la verdad sobre comentar sobre algo que no estemos de acuerdo.

Ya te pareces a Lola Barnon, que se me ocurrió decirle que una de sus personajes (Tania creo que se llamaba) que era una persona que se sentía vacía (follaba, se sentía sóla, volvía a follar con otro, lo mismo). Para que dije eso, se me fue con todo 😁
 
He leído el comentario de Sandra y quizás si pudo sonar algo burlesco sobre la forma de actuar de Bea que si podría calificarse de alguna manera así (lo amo tanto... hasta que veo una gran verga).

Y ella siendo mujer, supongo que no le cayó nada bien. Pero creo que no pasó los límites de la crítica tampoco. Pienso que deberías tomarlo más deportivamente, sobre todo con comentarios como los de ella. Vamos que ni se acerca a muchos que dan con machete.

Curiosamente yo siempre me enfoco en los personajes para que no se de a entender que critico al autor. Lo he hecho con muchos, incluyendo a los que varios saben sobre que pensaba de Elvira y compañía en la historia de Aku.

A Livia y al zanahorio también les he dicho de todo, siempre a los personajes. Recuerdo una escena donde el zanahorio encuentra a Livia con el antagonista en una reunión de narcos. Y el zanahorio en vez de asustarse y tratar de sacar a su novia de ahí, se pone a celarla con el otro. Si en ese momento no exploté, fue porque me controlé, pero si me fui contra el personaje, incoherente es poco lo que dije.

Yo creo que es lo más sano al momento de profundizar una crítica, irse contra los personajes, y tomarlos como personas muy raras que pueden existir en el mundo real.

No me imagino otra forma la verdad sobre comentar sobre algo que no estemos de acuerdo.

Ya te pareces a Lola Barnon, que se me ocurrió decirle que una de sus personajes (Tania creo que se llamaba) que era una persona que se sentía vacía (follaba, se sentía sóla, volvía a follar con otro, lo mismo). Para que dije eso, se me fue con todo 😁

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas y si son las cuartas, quintas o sextas ya ni te digo. Creo que seguimos dando vueltas al mismo molino y aunque hay que reconocer que el relato está bien escrito y se lee con facilidad, personalmente a mí no me aporta nada. Me quedo sin duda con el original de Randor, con sus sombras, con sus partes no aclaradas; tal vez porque prefirió dejarlas precisamente ahí para que cada uno las rellenara como quiera.

Esto es lo que me a sentado mal del comentario, aquí nada tiene que ver Bea, ademas, yo parto de la personalidad de la Bea de Espiando a Bea, a esa Bea le gustan las pollas grandes, que haya criticado a bea me a dado igual, en ese comentaria me esta criticando a mi como autor.

Con respecto a Elvira se merecia las criticas, pero molaba llevarte la contraria ;);););)
 
Tu propones un juego, la otra parte acepta y además pone las reglas, marca las líneas rojas que no se pueden cruzar. Peeeero, quien rompe las reglas y cruza las líneas rojas es la otra parte. De que tienes tu la culpa? Has obligado a la otra parte a romper las reglas que ella marcó? La has puesto una pistola en la cabeza para que cruce esas lineas rojas que ella puso? Carlos puede ser culpable de proponer un juego, no del proceder de la otra parte y del resultado.
En eso estoy muy de acuerdo contigo, nadie la obligó a traspasar los acuerdos que ella misma puso sobre la mesa y si, Carlos solo es culpable de proponer un " juego ", no de traspasar los acuerdos que la otra parte propuso.
 
Bueno, hoy pensaba empezar con el 4 capítulo pero en TR me han puesto demasiado de mala ostia para escribir nada, me estoy pensando tomarme unos días, porque la verdad que a uno se le quitan las ganas de escribir.

Quien me mandaría a mi meterme en estos fregados, con lo agusto que estaba escribiendo mis relatos de toda la vida.
Por último, escríbelo para acá no más y le das un castigo a TR, acá valoramos tu esfuerzo y tú lo sabes.
 
Lo que me da curiosidad es que TR no ha cambiado su interfaz desde que se creó, hace 20 años. Es super tedioso intercambiar opiniones allá, buscar relatos, historial de cualquier cosa, sin embargo, mantiene el rating.
 
Yo porque no he querido entrar al trapo, pero me ha parecido fuera de lugar algún comentario. Por fortuna yo no escribo relatos, porque con la cantidad de trikismikis, señoritos de cuarta, don y doñas perfes y demás que pululan por allí y dado mi carácter y que nunca me callo, la liaba en gordo.
 
Lo que me da curiosidad es que TR no ha cambiado su interfaz desde que se creó, hace 20 años. Es super tedioso intercambiar opiniones allá, buscar relatos, historial de cualquier cosa, sin embargo, mantiene el rating.
Más que tedioso es mejor no hacerlo, que hay mucho listillo y sabiondo por allí.
 
Yo no creo que sea una reacción infantil, si volvieras de madrugada a tu casa después de conducir 500 km, te encontrarías lo que se encontró el también estarías cabreado.
Creo que esta vez la responsabilidad en las traiciones de Bea debe ser compartida con Carlos.
Inició un peligroso juego, cuyo morbo consistió justamente en el riesgo de sentirse engañado.
Pasar a exponer a tu pareja a situaciones en que se sienta vulnerable a los deseos de otro, sólo facilita que sus propios deseos por este otro puedan crecer, más si el otro pasando a ser parte muy activa del juego busque hacerlos realidad.
En este caso la primera traición vino del mismo Carlos, sucumbió a su fantasía, la necesidad de ver a Bea en esas situaciones límites.
La evidencia más nítida fue esa noche, su ambiguo comportamiento, incluso lo cabreado que estaba fue superado por su necesidad de saciar su morbo, de ver a su novia culminar el juego.
Ambos deberán aprender de esta dura lección, si quieren llevar relaciones más saludables.
 
Creo que esta vez la responsabilidad en las traiciones de Bea debe ser compartida con Carlos.
Inició un peligroso juego, cuyo morbo consistió justamente en el riesgo de sentirse engañado.
Pasar a exponer a tu pareja a situaciones en que se sienta vulnerable a los deseos de otro, sólo facilita que sus propios deseos por este otro puedan crecer, más si el otro pasando a ser parte muy activa del juego busque hacerlos realidad.
En este caso la primera traición vino del mismo Carlos, sucumbió a su fantasía, la necesidad de ver a Bea en esas situaciones límites.
La evidencia más nítida fue esa noche, su ambiguo comportamiento, incluso lo cabreado que estaba fue superado por su necesidad de saciar su morbo, de ver a su novia culminar el juego.
Ambos deberán aprender de esta dura lección, si quieren llevar relaciones más saludables.

Si no quito que Carlos fuera culpable, lo que digo es que tenía motivos para enfadarse, de darse la situación a la inversa también pensaría lo mismo, Bea hubiera tenido el mismo derecha de enfadarse.
 
BEA PASADO, PRESENTE Y FUTURO 4

Abrí los ojos, una voz diciendo mi nombre me despertó, era Carol y se le veía muy preocupada, mire a mí alrededor, reconocí la habitación, era la sala de estar de mi casa, Carol cogió mi mano y me pregunto.

• ¿Que te ha hecho ese animal?

• Nada Carol, simplemente decirme unas cuantas verdades a la cara.

• Sabe lo que ocurrió esa noche, ¿verdad?

• Lo vio todo, casi desde el principio, no me puedo imaginar como se tuvo que sentir – dije, una cosa era haberme pillado con Quique, siendo esto muy grabe y otra muy distinta ser testigo de aquella noche.

• Carlos no es inocente Bea, él empezó ese juego peligroso.

• Sí, pero yo no supe parar, esa es la realidad.

• Carol, te pido perdón por ser una hipócrita, en muchas ocasiones critiqué tu forma de vida, pero en el fondo me dabas envidia, pero en vez de hacer bien las cosas, decidí tenerlo todo como buena egoísta – mi voz sonaba triste, apagada.

Carol me miro sin decirme nada, después me dijo que Nerea estaba a punto de llegar. Se levantó, puso agua a hervir y me preparo una manzanilla, tenía el estómago revuelto. El timbre de la entrada sonó, me levanté y al abrir allí se encontraba Nerea que se abrazó a mí con una fuerza sobre humana.

• ¿Qué ha ocurrido Bea? – pregunto una ansiosa Nerea.

• Carlos fue testigo de todo.

• También de… - dijo una Nerea muerta de vergüenza mientras se tapaba la boca con las manos.

• Sí, creo que fue lo primero que presencio, no creo que me perdone nunca, ahora mismo el rencor lo consume.

Las tres nos quedamos sentadas en el sofá, yo mirando a la taza de manzanilla esperando que esta se enfriara para poder tomármela, Nerea miraba al suelo y Carol nos miraba a las dos. Una vez que la manzanilla se enfrió me la tome, entonces tuve que levantarme corriendo al baño, vomite la manzanilla, pues era lo único que tenía en el estómago. Las chicas me dijeron de quedarse conmigo, pero yo decliné la oferta amablemente, lo único que de verdad me pedía el cuerpo era estar sola. Así pase los siguientes días, solo me levantaba de la cama para comer algo y asearme, aunque fuera mínimamente, no tenía hambre, pero me forzaba a comer.

Pasados unos días me encontraba con más fuerza, marque un número de teléfono en mi móvil y espere a que me respondieran, no tardaron en hacerlo, entonces pregunte por el nombre de Eliza. Ella fue una modelo muy reconocida en el pasado, vistió el mejor vestido diseñado por el mejor estilista del mundo en aquellos tiempos en el mejor certamen del mundo. Ahora era la dueña de una pequeña agencia de modelos, pero que todavía se codeaba con las grandes.

Acepte su oferta, allí sobre todo trabajaría de fotógrafa, por fin me daban una oportunidad de verdad, no sé qué milagro intercedería por mí, pero le estaba muy agradecida. Me dio una semana para poner a punto mis cosas, la verdad es que no me hacía falta tanto tiempo, le dije que para el lunes podía estar allí. El vuelo iría a cargo de ellos, también me dijo que me recogerían del aeropuerto. Le contesté que no hacía falta, conocía Londres y sabía perfectamente como llegar. Prepare unas cuantas maletas, el resto del equipaje me lo haría llegar Carol, mi intención era cenar algo, ver un poco la tele y meterme en la cama, la tele estaba encendida, pero no la miraba, más tarde llamaría a Nerea, desde el intento de suicidio de Javi, no levantaba cabeza.

Yo también sentía culpa, sobre todo de haberle hecho daño a Carlos, pero era consciente de que deje que Quique volviera entrar cuando sus intenciones eran cristalinas. Sabía perfectamente que no amaba a Quique, pero la pregunta que martilleaba en mi cabeza era, ¿amaba en verdad a Carlos? Si hubiera amado a Carlos como yo decía, seguramente jamás hubiera permitido ese juego, tampoco hubiera permitido que mi amigo me tocara un pelo y menos follar conmigo, por último no hubiéramos acabado esa fatídica noche en la casa de Carlos, porque ya no podía considerarla mía.

Lo quería, de eso no había ninguna duda, Carlos había sido un hombre muy especial en mi vida, pero jamás despertó en mí lo que Quique sí fue capaz de hacer. Si tuviera que ser sincera conmigo misma, la respuesta se acercaba más al no que al sí. Entonces el móvil empezó a sonar, al cogerlo para contestar en la pantalla aparecía el nombre de Quique. Solté mi móvil como si me quemara, no quería volverlo a ver, tenía claro que Quique quería lo que quería y yo se lo había dado, pero en realidad a que tenía miedo, tenía miedo que de contestar terminaríamos aquella noche lo que no pudimos terminar en aquella otra ocasión.

No le daría el gusto, si volvía a las andadas y Carlos se enteraba, me desterraría de su vida para siempre. Tenía claro que no volveríamos a ser pareja, pero por lo menos con el tiempo me gustaría que retomáramos una relación normal y de ser posible una amistad, por eso no podía volver a caer en las garras de Quique. Llame a Nerea y esta también se encontraba en su casa sin ganas de ver a nadie. Hablamos durante un rato, le dije que se viniera conmigo a Londres, no tendría problemas para trabajar en la agencia de moda, Nerea era dos años más joven que Carol y yo.

Me contesto que se lo pensaría, después de hablar un rato y desahogarnos la una con la otra decidí meterme en la cama, al día siguiente dejaría la casa recogida y lo dejaría todo preparado para viajar a Londres. Me levanté pronto por la mañana, me duche y desayune. Después me pasé toda la mañana preparando mi equipo de fotografía, no era el mejor del mundo, pero era bueno, me gasté bastante dinero en él y estaba muy orgullosa. Mientras me encontraba limpiando las lentes y comprobando que todo funcionaba como debería, se me paso el día volando.

Comí algo y me prepare, mi idea era pasar por el hospital para ver a Javi, el hospital no quedaba lejos de mi casa, llame a un taxi, le dije que primero quería para en el hospital, que me esperara allí y después me llevara al aeropuerto. Llegamos al hospital, el taxi aparco en el aparcamiento y yo me dispuse a encaminarme hacia el edificio, estaba por llegar a la entrada y los vi, del hospital salían Carlos y Gianna. Unas lágrimas recorrieron mis mejillas, en ese momento estaba segura de que la decisión que había tomado para mudarme a Londres había sido la correcta.

Lo único que podía hacer es intentar curar las heridas y aprender de lo ocurrido, el taxista se sorprendió de la rapidez de mi vuelta, pero no dijo nada. Una vez dentro del avión, me abroché el cinturón y me dispuse a despegar. Fue un viaje horrible, tenía el estómago revuelto y con todo olor que percibía me daban arcadas. Si esto seguía así, iría al médico en Londres. Por fin llegué a mi destino, ese horrible viaje estaba a punto de llegar a su fin. En el aeropuerto cogí mi equipaje y me dispuse a coger un taxi que me llevara a la habitación de hotel, que mi nueva jefa había reservado para mí hasta que me pudieran dar las llaves de la que sería mi nueva casa. Cuando llegue a mi habitación me puse un traje cómodo, pero elegante. Quería dar una buena impresión a Eliza.

Un nuevo taxi me llevo hasta las oficinas y una vez allí, me llevaron hasta una sala de estar donde esperaría a que mi jefa me atendiera. La pared estaba adornada de fotografías de modelos bastante conocidas. Mientras esperaba cogí una de las revistas para hacer tiempo, la reconocí enseguida, era la revista que fundo Gianna cuando dejo su carrera de modelo, la verdad es que me resulto una revista muy interesante. Entonces una chica se acercó a mí y me dijo que podía pasar.

Al entrar a su despacho me sorprendió su altura, era más alta que yo y eso que yo llevaba tacones. Aunque tenía los cuarenta pasados era una mujer muy guapa, además de elegante vistiendo, tenía una gran sonrisa, me ofreció un café o algo para beber. Yo decliné la oferta, la verdad es que no quería meter nada en ese estómago, por si lo terminaba vomitando todo.

• Tu nombre es Beatriz Sánchez, ¿verdad?

• Así, es – dije muy nerviosa.

• No necesito acerté ninguna prueba como modelo, tu book habla por sí solo, pero si me gustaría comprobar que estas fotos que me has mandado las has hecho tú.

• No tengo ningún problema, are la prueba cuando quieras.

• ¿Qué te parece ahora mismo?

• Perfecto.

Se levantó y me hizo acompañarle a un ascensor, bajamos un par de plantas y llegamos al estudio donde su agencia hacía las fotografías, era espacioso y tenía bonitos decorados, allí se encontraban un hombre y una mujer que serían los modelos. Al acercarse a mí para saludarme, el olor del maquillaje de ella y el olor del aftershave de él, me provocaron unas arcadas que conseguí controlar. Aquella sesión fotográfica fue una tortura, el estómago revuelto sumado al calor de aquella habitación me tenían muy mareada, pero aguante y conseguí hacer todas las fotos que me habían requerido.

• Las fotografías no están nada mal, te queda por aprender, pero enseguida te pondrás al día – dijo Eliza, mientras miraba las fotografías en la pantalla del portátil.

• Me disculpáis, voy al servicio, no me encuentro bien.

Casi no llego al baño, termine echando hasta la primera papilla, cuando parecía que me encontraba mejor, después de lavarme las manos y enaguarme la boca salí del baño, mi jefa me estaba esperando.

• Bea, vamos a ir a un hospital que queda cerca de aquí, no tienes buena cara, tal vez hayas comido algo en mal estado – su rostro reflejaba preocupación de verdad.

Llegamos a urgencias, me dijeron que esperara en una sala, estaba nerviosa, mi jefa estuvo a mi lado todo el rato. Viendo mi nerviosismo me cogió la mano y me dijo que estuviera tranquila. Una enfermera vino y dijo mi nombre, me sentaron en una silla de ruedas y me llevaron a una especie de box, allí me tomaron la tensión, me sacaron sangre y después me tomaron una muestra de orina. Una vez terminadas las pruebas me llevaron a otra sala, tendría que estar allí hasta que llegaran los resultados.

Estaba embarazada de dos meses, nada menos, eso quería decir que el padre era con casi toda seguridad Carlos, la noticia de que iba a ser madre me lleno de alegría, nunca me lo había planteado, pero llegado el momento me sentí muy feliz, pero esa noticia también me causo tristeza, Carlos siempre había querido ser padre y ahora que su sueño se había hecho realidad, no podía ni verme. Intente ponerme en contacto con él, pero no me quiso coger el teléfono y no quería darle la noticia de mi embarazo por WHATSAPP.

Mi jefa se alegró muchísimo al saber lo del embarazo, su intención era que trabajara de fotógrafa hasta que tuviera que cogerme la baja. Carol y Nerea se alegraron mucho, Nerea me dijo que vendría a Londres en una semana, pero que había conseguido trabajo como modelo en otra agencia. Cuando se lo comente a mi jefa, no puso muy buena cara.

• ¿Qué ocurre jefa?

• Esa agencia es bastante turbia, siempre consigue los mejores trabajos y se rumorea que los consigue de forma fraudulenta.

• Hablaré con ella.

• Si habla con ella y dile que las puertas de mi agencia siempre estarán abiertas.

Después de hablar con Nerea, me dijo que sabía cuidarse y que no me preocupara, es verdad que el dinero que podían pagarle en esa agencia era mayor al que podía pagar mi jefa, pero esa expresión que puso Eliza, me dejo preocupada. Conocía muy bien a Nerea y sabía que no cambiaria de opinión hasta que fuera demasiado tarde, estaría atenta para ayudarle llegado el momento. Mis compañeras y compañeros, además de ser muy majos, eran muy profesionales. Alguno había que intentaba ligar conmigo, pero más de broma que otra cosa.

Las semanas iban pasando, a mí cada vez se me notaba más la tripa, desde que llego Nerea a Londres, casi no tuve oportunidad de verla, entre mi trabajo y que ella viajaba bastante, además estaban las revisiones del embarazo. Solo pudimos quedar un par de veces y en la segunda la vi algo rara, como si estuviera drogada, era raro, porque Nerea no se había drogado en la vida. Me contó como intento ir a ver a Javi antes de viajar a Londres, pero no tuvo el valor, también me contó lo cabreada que estaba Gianna, no la culpaba Javi y ella siempre habían sido uña y carne, nunca había sido católica, pero rezaba todos los días para que Javi saliera del coma.

Las sesiones de fotografía cada vez iban mejor, pero terminaba agotada por el embarazo. Me quedaba poco para dar a luz, tendría que estar de baja, pero llego una gran oportunidad en forma de anuncio publicitario y quise ser la fotógrafa. Eliza puso el grito en el cielo, se suponía que tendría que estar guardando reposo y no en maratonianas jornadas fotografiando a las modelos con diferentes prendas. La verdad es que fue muy agotador, de hecho tuve un pequeño sangrado, Eliza me llevo corriendo al hospital con la amenaza de que me mataría si perdía a mi niña por trabajar cuando debería de estar guardando reposo. No lo he dicho, pero mi bebe es una niña y quiero llamarla Sara. Me pasé dos días en observación, me dieron el alta y entonces si guarde reposo hasta que nació mi preciosa niña, el último mes Carol cogió vacaciones para estar conmigo, Nerea venía de vez en cuando, según ella, cuando su trabajo se lo permitía, no tenía buen aspecto y su semblante era de una profunda tristeza. A Carol tampoco le paso desapercibido, pero Nerea no soltaba prenda, ella era de las personas que cuanto más la presionabas, más se cerraba en banda.

Por fin, el día del parto llego, estaba muy nerviosa, más bien muerta del miedo. Carol y mi jefa se encontraban conmigo, mientras esperaba en mi habitación a que me llevaran a la sala de parto, llego Nerea, Tenía muchas ojeras, parecía que acababa de llegar de juerga. Carol y yo tuvimos una conversación al respecto, Nerea se sentía culpable por lo ocurrido con Javi y desde que llego a Londres se había juntado con malas compañías. Carol me contó que intento hablar con ella, pero que parecía que Nerea intentaba autodestruirse a sí misma.

Una vez recuperara del parto la sacaría de esa espiral en la que se había metido aunque fuera a rastras. El parto fue largo y doloroso, pero jamás he sentido tanta felicidad como cuando tuve a mi pequeña Sara entre mis brazos. Siempre tuve a Carlos presente desde que llegue a Londres, pero cuando miraba a mi preciosa hija fue cuando más le eche de menos, no sabía como, pero le compensaría.

Me tuvieron que dar puntos, pero cada vez que miraba a Sara el dolor desaparecía, no podía dejar de sonreír, A Carol y a mi jefa se les caía la baba, le mire a Carol y le dije que para cuando ella, me miro como si estuviera loca y me dijo que ella sería una buena tía para Sara. Nerea subió al hospital mientras estuve ingresada a cuentagotas, la última vez vino acompañado por un hombre de aspecto siniestro, que no me gusto nada. Estuvo haciendo algunas carantoñas a Sara y después se marchó, por fin me dieron el alta, todavía me quedaba la baja por maternidad y pensaba aprovecharla para pasar todo ese tiempo al lado de mi pequeña.

Una noche que acababa de cambiar a Sara y me disponía a darle de cenar, me sonó el móvil, era mi jefa, según parecía al día siguiente estábamos invitadas a una fiesta que daba el mayor empresario de la ciudad, le había gustado nuestro trabajo y nos quería allí a las dos, no era una persona que aceptase un no por respuesta. Llame a una de las modelos, ella estaba estudiando educación infantil y solía trabajar como canguro, me dijo que se quedaría con Sara encantada.

Confirme mi presencia en aquella fiesta a mi jefa y aproveche todo el día siguiente para estar con Sara, por la tarde llego Mireia que así se llamaba mi compañera, puntual como un reloj suizo. Yo aproveché que ella jugaba con mi hija para prepararme, me puse un vestido de noche azul marino que me había comprado con unos zapatos y bolso a juego. Una vez preparada, espera a que mi jefa vendría a recogerme, otra que fue puntual, llegamos al lugar donde se celebraría la fiesta, era como un palacio de grande, un aparcacoches, nos aparcó el coche y nos adentramos en aquella espectacular casa, desde que entre no me gusto el ambiente que se respiraba allí, a mi jefa tampoco le gusto un pelo, otra cosa que me hizo sospechar es que al pedir agua te sacaban la botella de agua abierta.

Le dije al camarero que por favor quería la botella precintada, no puso buena cara, pero me la saco como le había dicho, me dispuse a volver al lado de mi jefa que estaba hablando con dos hombres que se notaba que la incomodaban cuando vi a Nerea, se tambaleaba, no sabía si estaba borracha, drogada o las dos cosas a la vez, al acercarme a ella intento hablarme, pero no se le entendía nada. De hecho, tenía mis dudas de que me hubiera reconocido. Entonces llego un hombre y le cogió del brazo de muy malas formas, fui a decir algo, pero otro hombre me cogió del brazo y me dijo al oído.

• Señorita, si sabe lo que le conviene no se entrometa – se encargó de dejarme claro que estaba armado.

Me solté de un tirón de ese hombre, seguí con la mirada a Nerea y vi como ese hombre se paraba a hablar con otro de unos cincuenta años, tembloroso y sudoroso. Aquel hombre cogió del brazo a Nerea que se dejaba llevar y subieron unas escaleras, decidí esperar que el hombre armado desapareciera, entonces empecé a subir para descubrir que estaba sucediendo. Al llegar al primer piso, en esta había un largo pasillo, empecé a andar por él, cuando empecé a escuchar gemidos, estos venían detrás de una de las habitaciones, abrí con cuidado y lo que vi me heló la sangre.

Aquel hombre se encontraba sentado sobre un sofá, con Nerea sentada sobre él, mientras este la penetraba, Nerea tenía una mueca de dolor, aquel hombre le estaba mordiendo uno de los pezones hasta hacerla sangrar. Lo preocupante era que Nerea cada vez se quejaba menos, era como si se estuviera apagando, entonces decidí parar aquello separando a mi amiga de aquel hombre. Tenía a Nerea en mis brazos y podía notar como su respiración cada vez era más débil, no sé lo que había tomado, pero algo no iba bien, la tumbe en el suelo mientras ese hombre me amenazaba, fuera de sí.

• ¡Tú que te has creído niñata, te vas a arrepentir de esto!, he pagado por ella y si ella no cumple, ¡lo harás tú!

Una ira se adueñó de mí, revolviéndome le solté un tortazo que lo hizo caer sobre el sofá quejándose de dolor, mientras intentaba mantener a Nerea despierta, aquel hombre se levantó sangrando del labio, estaba fuera de sí, empezó a gritar, los gritos cesaron cuando entro un hombre más o menos de mi edad, metro noventa, ojos negros y pelo negro desordenado, este mira a aquel hombre que estaba armando semejante alboroto y lo mando callar.

• ¿Señorita se encuentra bien? – me pregunto.

• Sí, pero, ¡Nerea no reacciona! – empecé a llorar.

Aquel hombre miró a Nerea y cogiendo su móvil llamo a una ambulancia, el pulso de Nerea era cada vez más débil, tenía mucho miedo, si no la atendían pronto podía morir.

Continuará.
 
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