Meses antes de la pandemia.
Conocí a un hombre en un club gay. Unos cuarenta años y bien parecido. Hablamos trivialmente y con coqueteo. Era medía tarde, sobre las 8 y media, le propuse cambiar y tomar una copa en otro lugar. Me dijo que se tenía que marchar, vivía en una comunidad religiosa y era muy estricto en cuanto a la hora límite de llegada al centro, pues cenaban todos juntos. Me dejó perplejo, me dio su móvil y se marchó. Al cabo de unos 15 días vi la nota donde apuntó su número y la curiosidad me llevó a llamar. Al principio disimuló que no se acordaba por los datos que le di. Me disculpé y colgamos los teléfonos. Al poco rato me hace una llamada y dice que si, que algo recordaba. Quedamos en vernos.
Durante el encuentro, intrigado por su peculiaridad le preguntaba sobre su religiosidad, si era cura o algo así (yo soy totalmente agnóstico). No, me respondió. Vivía en un centro solo para hombres de su grupo religioso desde los 16 años con celibato, profesor universitario en un centro de la congregación, su sueldo lo entregaba para la comuna y solo se quedaba con algo simbólico para sus gastos personales. Al igual que la vez anterior, llegada una hora se marchó con la idea de volvernos a encontrar.
Volvimos a vernos, yo siguiendo con mis preguntas. El respondía a mis curiosidades. Sus manos se volvieron más expresivas y mientras conversamos no se cortaba en rozarme muslos y espalda de manera aparentemente espontánea. No pasó a más.
Un día me llama por si podíamos vernos. Le digo que trabajo hasta las 7 de la tarde y no puedo ir al bar. Al final quedamos cerca de mi lugar de trabajo y damos un paseo por un parque. Había poca gente, lloviznaba, el parque muy grande y con muchos rincones discretos. En un momento me cogió la cara y me dio un beso en la boca con lengua y todo. Tras el magreo pasamos a mayores y las manos empezaron a jugar con las braguetas. Me tocaba los huevos y el culete evitando tocarme la polla (pero de eso no caí en ese momento) Yo si aproveché para agarrar su rabo. Se corrió enseguida, creo que yo no llegue a eyacular. Tras correrse le cambió la cara y como otras veces se tenía que marchar.
El siguiente encuentro fue en el bar de siempre pero esta vez me propuso entrar en el cuarto oscuro magreos, morreos… me dice que le puedo tocar los huevos, el culo la base del pene pero no el glande, ya que evita correrse porque después le entra mucho cargo de conciencia ¿…? Mete la lengua hasta la garganta, aprieta y acaricia mi culo y juega con mis bolas (he de decir que de polla y huevos voy sobraó)
Un día en verano, mi pareja sale unos días de viaje. Le invito a tomar algo en mi casa y ni lo duda. Primera vez los dos desnudos y en una cama. Como ya dije para el tocar una polla es pecado para sus creencias por lo que no duda en agarrarme el tronco y comerme los huevos, lo hace a conciencia y dado el entusiasmo el ofrezco el culo que no duda en comer con ansia y metiendo la legua lo mas adentro posible. Esta vez el que tuvo una descomunal corrida fui yo. El no, su religión lo prohíbe.
Al día siguiente me vuelve a llamar, quedamos repetimos, comida de huevos y culo… y ducha calentita, En su lugar de residencia lo hacen con agua fría ¿…?
Creo que el quedar en mi casa era excusa perfecta para la ducha calentita, disfrutaba con el aguay no tenía fin .
En casa nunca más, pero algunos encuentros tuvimos en saunas.
Si os interesa os cuento algún encuentro de sauna.