Ron_Artest
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Buenas, este capítulo me ha quedado un pelín largo. Así que lo he dividio en dos partes. Si estás en la parte 2, recuerda leer antes la parte 1.
Gracias.
COLEGAS DE PAJAS Y SUS ARDIENTES NOVIAS
Capítulo 11 - Doctor Amor parte 1
Domingo amaneció en casa de Marta con la canción de Fresh Air de Iseo & Dodosound a todo trapo. No es que fuera una gran fanática de los ritmos jamaicanos, pero esa canción la ponía siempre de muy buen humor. Mientras la música caminaba con su ritmo sincopado y alegre, ella bailaba moviendo su cuerpo jóven y libre. Se sentía en paz con ella misma y con todo lo que la rodeaba.
Jordi, al verla bailar con los ojos cerrados y esa gran sonrisa de felicidad, al ritmo de ese suave y despreocupado reggae; no pudo evitar unirse a ella. Se puso detrás y se pegó a su cuerpo siguiendo sus movimientos - Me encanta esta canción cariño! Cuando suena no puedo evitar moverme - le decía ella mientras se giraba y le rodeaba los hombros con sus brazos sin dejar de moverse al ritmo de la canción.
Mientras él se duchaba, Marta se tomaba un café en el balcón al mismo tiempo que chateaba por wasap con Noe mendiante audios de voz. “Ya ves… Lo de ayer fué salvaje tía! Nunca lo había echo en un sitio público jiji” - dijo recordando la orgía en la playa del día anterior. “No he podido sacarle nada, no suelta prenda. Me ha dicho que ha quedado con tu novio para acabar de prepararlo todo. A saber que estará montando jijiji… me da mucho morbo la verdad” - grabó otro audio mientras tomaba otro sorbo al café. De repente sonó el interfono. “Tía hablamos luego que han picado al telefonillo. Supongo que será tu churri. Besitoooos”
Marta se acercó al interfono y abrió la puerta de la calle al escuchar la voz de Marc. Mientras esperaba que subiera se peinó, revisó que sus dientes estuvieran blancos y se echó el aliento, delante del espejo del recibidor. Antes de que sonara el timbre, aprovechó para subirse un poco su diminuto pijama y se hizo un dobladillo en la cintura, dejando más a la vista sus muslos y un poco de sus nalgas. Cuando se encontró lo suficientemente sexy, abrió la puerta de su casa.
Marta muy cachonda, levantó ligeramente unos centimetros el culo del sofá para que él pudiera quitarle los shorts facilmente. Su coño quedó desnudo enfrente de él y abrió las piernas ofreciendole el paraiso. - Intenta no hacer mucho ruido vale? - dijo él mientras acariciando sus muslos con las dos manos acercó su cara lentamente hacía su entrepierna.
Antes de empezar a comerle el coño, Marta soltó un ligero gemido al ver que él se paraba para oler su entrepierna. Lo hizo varias veces cerrando los ojos, como si fuera una cata de vinos. Saboreando ese aroma a chocho húmedo sin duchar. Luego sujeto sus nalgas con fuerza y la empujó contra su boca.
Una vez en la calle los dos chicos se pusieron manos a la obra y acabaron de preparar los últimos detalles de la fantasía de Jordi. De la cúal entraremos en detalles muy pronto. De momento vayamos a ver que hacía el bueno de Guillermo.
A un kilometro de distancia, los dos colegas seguían trabajando en el local del padre de Jordi. Entraban y salían del taller cargando trastos y electrodomesticos en una furgoneta corporativa, que habían dejado aparcada justo delante. Marc se limpiaba el sudor de la frente recuperando el aliento. - Disculpad chicas, pasad por favor. - les dijo a dos morenas muy guapas que pasaban justo por la calle. Ellas le sonrieron dandole las gracias y mientras seguian andando los dos amigos se las quedaron mirando un buen rato.
Las chicas no dudaron ni un momento en ofrecer su ayuda. Pero ellos se negaron a que se pusieran a coger trastos con el calor que estaba callendo. - Ni hablar! - dijo Miare levantando su brazo izquierdo mostrando músculo. - Si somos parte del grupo es a las duras y a las maduras.
Le suponía un esfuerzo concentrarse con ella encima. Su perfume se mezclaba con el olor de su cuerpo sudado. Y sentirla pegada a él le hacía flotar como si estuviera embriagado.
Nuestro querido grupo de amigos siguió con sus quehaceres diarios, cómo si de un Domingo cualquiera se tratara. Nada más lejos de la realidad. Por su lado Marta y Noe se tumbaron en el sofá, despúes de comer y siguieron charlando a medida que caían un par o tres de botellas de vino más. Laia y Gemma ayudaron a Guillermo a que se sintiera cómodo en su provisional hogar; le enseñaron el piso y le indicaron dónde iba a dormir las siguientes semanas, descubrimiento que por otro lado, alegró mucho a nuestro querido friki. Fran y su gemelo, seguían intentando comunicarse con Guille, no estaban preocupados por él, sinó más bien, estaban desesperados por formar parte de su nuevo grupo de amigos. No hubo manera, el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.
Por último, las dos Marias y los dos colegas ya habían terminado de prepararlo todo. Y esperaban dentro del local del padre de Jordi a que llegara la hora acordada. Ya faltaba muy poco y los nervios estaban a flor de piel.
Jordi la ayudó a sentarse enfrente de la mesa de trabajo de su padre, que la habían dispuesto de tal manera para que aparentase ser la recepción de una clínica. - Te puedes poner aquí para ir controlando las cámaras fijas, estarás más cómoda. - le dijo mientras la sujetaba con delicadeza de su apretada cintura y la ayudaba a sentarse en la silla.
El local estaba irreconocible, realmente se sentían orgullosos con el trabajo realizado. Si alguien hubiese entrado en ese momento hubiera pensado que estaban en un hospital. Uno clandestino y turbio, eso sí. Pero un hospital al fin y al cabo.
Jordi la ajustó detrás suyo para que no pudieran ver nada del interior. Ya era de noche y la calle estaba bastante vacía. Lo mejor de quedarse en la ciudad durante las vacaciones de verano, era precisamente eso. Parecía más un pueblo que una gran metropolis.
Marc observaba sonriendo las caras de sorpresa de las chicas, que alucinadas contemplaban como el sucio y destartalado taller se había convertido en una sala de espera de una clínica.
Jordi puso paz entre ellas tres, poniendose entre medio para que no se mataran a ostias. - Haya Paz! Vengaaaa. - cuando las hubo apartado y consiguió una cierta distancia de seguridad, añadió - Es para dar ambiente, solamente por eso. El vestuario forma parte de la escenografía.
Gracias.
COLEGAS DE PAJAS Y SUS ARDIENTES NOVIAS
Capítulo 11 - Doctor Amor parte 1
Domingo amaneció en casa de Marta con la canción de Fresh Air de Iseo & Dodosound a todo trapo. No es que fuera una gran fanática de los ritmos jamaicanos, pero esa canción la ponía siempre de muy buen humor. Mientras la música caminaba con su ritmo sincopado y alegre, ella bailaba moviendo su cuerpo jóven y libre. Se sentía en paz con ella misma y con todo lo que la rodeaba.
Jordi, al verla bailar con los ojos cerrados y esa gran sonrisa de felicidad, al ritmo de ese suave y despreocupado reggae; no pudo evitar unirse a ella. Se puso detrás y se pegó a su cuerpo siguiendo sus movimientos - Me encanta esta canción cariño! Cuando suena no puedo evitar moverme - le decía ella mientras se giraba y le rodeaba los hombros con sus brazos sin dejar de moverse al ritmo de la canción.
- A mi me ecanta que te encante mi amor! - contestó Jordi mientras la besaba con amor.
- Bueno… me vas a contar que has preparado para hoy? - preguntó Marta moviendo sus caderas lentamente.
- Va a ser que no… jejeje. - contestó Jordi mientras posaba sus manos sobre el culo de su novia, sin dejar de bailar. Llevaba unos pequeños shorts rosas de algodón que le iban muy pequeños y que le ponían muy caliente.
- Ya te dije que es una sorpresa amor. Si te lo contara la estropearía. - Jordi hizo un esfuerzo por no caer en la trampa de su novia. Estaba claro que lo único que quería era sacarle información y para ello usaba sus mejores armas.
- Voy a pegarme una ducha mi vida! He quedado con Marc para que me ayude a acabar con los últimos detalles.
- Estupendo! A tu novia no le puedes contar nada pero a tu amigo sí? Me parece genial… pffff! - contestó ella sentandose en el sofá con las piernas y los brazos cruzados. A veces era muy difícil follar con su novio.
Mientras él se duchaba, Marta se tomaba un café en el balcón al mismo tiempo que chateaba por wasap con Noe mendiante audios de voz. “Ya ves… Lo de ayer fué salvaje tía! Nunca lo había echo en un sitio público jiji” - dijo recordando la orgía en la playa del día anterior. “No he podido sacarle nada, no suelta prenda. Me ha dicho que ha quedado con tu novio para acabar de prepararlo todo. A saber que estará montando jijiji… me da mucho morbo la verdad” - grabó otro audio mientras tomaba otro sorbo al café. De repente sonó el interfono. “Tía hablamos luego que han picado al telefonillo. Supongo que será tu churri. Besitoooos”
Marta se acercó al interfono y abrió la puerta de la calle al escuchar la voz de Marc. Mientras esperaba que subiera se peinó, revisó que sus dientes estuvieran blancos y se echó el aliento, delante del espejo del recibidor. Antes de que sonara el timbre, aprovechó para subirse un poco su diminuto pijama y se hizo un dobladillo en la cintura, dejando más a la vista sus muslos y un poco de sus nalgas. Cuando se encontró lo suficientemente sexy, abrió la puerta de su casa.
- Buenos días preciosa! - dijo un sonriente Marc con gafas de sol y sujetando una bolsa de papel. - Traigo crusanes!
- Oooooh gracias encanto! - dijo Marta coquetamente mientras le daba dos calidos besos y lo invitaba a pasar. Mientras pasaban al salón, Marta lo invitó a sentarse en el sofá y le ofreció un café. Todos sus movimientos, palabras y gestos solo pretendían llamar su atención. - Solo verdad? - dijo ella sonriendo mientras le daba la espalda y se dirigía a la cocina.
- Sí por favor! - sonrió él mientras le deboraba el culo con la mirada imaginando cómo le arrancaba con la boca ese pequeño pijama.
- Jordi acaba de entrar en la ducha… - gritó Marta desde la cocina.
- Ah si! Tranquila. - contestó él, que ya se había olvidado por completo de su amigo.
- No hay de qué guapo! - contestó ella mirandole a los ojos, deseando que la ducha de su novio durara muchas horas. Luego se sentó a su lado en el sofá, más cerca de lo que la novia de un amigo debería sentarse.
- Desde que he entrado no he podido quitarte los ojos de encima… estás… ufff! Estás muy sexy Marta - dijo él mientras tomaba un sorbo de café mirandola profundamente a los ojos.
- Ah sí? Gracias jiji. - coqueteó ella sintiendo que su temperatura corporal aumentaba drasticamente. - Al menos alguien se fija… porqué Jordi la verdad… ni caso.
- Bueno… no tenemos todo el día, pero si quieres uno rapidito… - contestó mientras acercaba sus labios carnosos para que la besara.
- Joooo! - contestó ella cruzandose de brazos y malhumorada como una niña pequeña.
Marta muy cachonda, levantó ligeramente unos centimetros el culo del sofá para que él pudiera quitarle los shorts facilmente. Su coño quedó desnudo enfrente de él y abrió las piernas ofreciendole el paraiso. - Intenta no hacer mucho ruido vale? - dijo él mientras acariciando sus muslos con las dos manos acercó su cara lentamente hacía su entrepierna.
Antes de empezar a comerle el coño, Marta soltó un ligero gemido al ver que él se paraba para oler su entrepierna. Lo hizo varias veces cerrando los ojos, como si fuera una cata de vinos. Saboreando ese aroma a chocho húmedo sin duchar. Luego sujeto sus nalgas con fuerza y la empujó contra su boca.
- Diooos! Pero como eres tan bueno… - decía ella sintiendo cómo su lengua lamia su clitoris. Marc se animó y empezó a meterle el dedo lentamente mientras no dejaba de chupar. - Ooooh síiii! - chillaba tapandose la boca para que su novio no la oyera.
- Quieres la especialidad de la casa? - dijo Marc. - A Noe le pone a cien…
- Te ha gustado? - prefuntó Marc mientras besaba cariñosamente su ano. Podía sentir como involuntariamente sus músculos vaginales apretaban sus dedos que seguían aún dentro.
- Que si me ha gustado?… Quiero más, madre mía… - contestó Marta riendo con el corazón a mil.
- Ah sí? - dijo Marc mirando hacía el baño donde su amigo seguía duchandose. - Creo que tenemos un poquito más de tiempo. - y mientras le giñaba el ojo volvió a bajar hacía su entrepierna.
- Sí por favor… - dijo Marta asintiendo con la cabeza y volviendose a tapar la boca.
- Buenas colega! - dijo Marc con el sabor a coño aún en su boca.
- Me visto y nos vamos! - dijo Jordi con una toalla atada a su cintura, al mismo tiempo que entraba en el dormitorio.
- No… nada! Lo.. juro - contestó Marc con la lengua de Marta dentro de su boca e intentando pararla para que no le desabrochase el pantalón. Ella no pensaba en nada más que devolverle el favor. Todo lo demás le daba igual.
- Así me gusta! Sabia que podía contar contigo colega.
Una vez en la calle los dos chicos se pusieron manos a la obra y acabaron de preparar los últimos detalles de la fantasía de Jordi. De la cúal entraremos en detalles muy pronto. De momento vayamos a ver que hacía el bueno de Guillermo.
- Plantando bomba! Fran, estáis cubriendo?
- Si estoy cubriendo la puerta de C, tranqui!
- Y Cisco?
- Está cubriendo el pasillo de B, tú planta que aquí no entra nadie.
- Subiros al camión…
- Dónde vamos ahora Guille?
- Yo iría a A que parece más despejada
- Oye! - preguntó Fran mientras conducía un camión militar del bando italiano durante la primera guerra mundial - Y cómo conocistes a esas chicas?
- Se presentaron en el Ciber hace un par de semanas buscando voluntarios para… cuidado con las minas joder!
- Perdón! - dijo Fran mientras Cisko, que llevaba la clase de ingeniero, reparaba el vehículo.
- A qué viene tanto interes? - preguntó Guille mosqueado por acabar perdiendo la partida.
- Bueno, es que ayer… pasó algo muy desconcertante, por decirlo de algún modo. Verdad Cisko?
- … - tan solo silencio por su parte.
- A qué te refieres? - preguntó Guille cancelando la búsqueda de “nueva partida en conquista” al comparar los niveles del equipo contrario con los del suyo. Puto Matchmaking.
- Guille? Estás? - preguntó el gemelo con cuerdas vocales, al terminar de explicarle la orgía a su amigo.
- Sí! Es que… Tengo que colgar colegas…
- Pero y la partida?, Va todo bien?… - No obtuvo respuesta, Guille había salido del chat de voz. Estaba furioso por no haber podido ir con ellos a comer el día anterior, estaba harto de que su madre controlase su vida.
- Primero me mete en casa a una fresca… ay virgen santa! Debería haber visto a esa pecadora - decía mientras gesticulaba como si se agarrase dos grandes pechos. - al día siguiente aparece con dos chicos mayores que él que no conozco de nada… se pasa las noches fuera, no nos cuenta nada…
- Mamá! - dijo Guille asomando la cabeza por la puerta. - Buenos días señora Dolores…
- Hola ricura! Cómo va todo? - dijo la vieja vecina desde su piso.
- Bien… bien!… Mamá podemos hablar un momento?
- Si es para discutir otra vez, no! . Creo que tu padre y yo ya te dejamos las cosas bastante claras ayer.
- Mamá, te lo pido por favor. Es importante. - suplicó Guille muy seriamente.
- … estáaaa bieeeen, vaaaamos. - los dos entraron dentro de la cocina mientras la vieja se despedía saludando desde su balcón.
- A ver que es tan importante? - preguntó Norma mientras los dos se sentaban en la mesa.
- No tengo todo el día Guillermo! - dijo ella de forma autoritaria.
- Mamá… - masculló él, tragando saliba y sin dejar de mirar al suelo. La manilla del reloj marcando los segundos, el pie de su madre golpeando el suelo inpaciente; el aire se podía cortar con unas tijeras. - Pegaso, dame tu fuerza! - dijo Guille para sus adentros.
- Pero qué sandeces dices hijo? Por qué te empeñas tanto en hacerme perder el tiempo? No ves que estoy ocupada? Pero por qué te comportas así?… santo padre! Qué he hecho para merecer un hijo así? - su madre no dejaba de hablar, cada vez más rápido y más alto. Parecía un pelotón de afusilamiento disparando sin piedad a sus prisioneros de guerra.
- Calla! - gritó Guille poniendose de pie y apoyando con rabia ambas manos sobre la mesa. Sus puños cerrados y tensos agarraban con fuerza el mantel. - Se acabó! Ya no aguanto más!
- Jajaja! Pero que tonterías dices Guille.. - reía su madre mientras observaba a su hijo en calzoncillos con su camiseta vieja manchada de ganchitos.
- Se acabó mamá! He vivido durante años bajo tu régimen opresor. No puedo salir sin dar tres informes, firmar una declaración jurada y enviarte mi ubicación en tiempo real. Jugar videojuegos es 'una falta de respeto'. Ver manga, 'una herejía'. ¡Y ni hablemos de las veces que me juzgaste por usar la misma camiseta dos días seguidos, como si fuera una amenaza al orden mundial! Pero hoy, madre, hoy me declaro libre. ¡Hoy el hijo se levanta! ¡Hoy el pájaro deja el nido aunque el nido tenga Wi-Fi y comida gratis!
- Has confundido amor con control, cuidado con vigilancia, y preocupación con paranoia. Me escondías las llaves, me revisabas la mochila, me prohibías soñar fuera del perímetro autorizado. Pero sabes qué? ¡La revolución no se hace con permiso! No se firma con tinta, ¡se grita con coraje! ¡Soy un ciudadano del mundo! ¡Un soldado de la libertad! ¡Un mártir de la desobediencia!
- Pero… pero qué dices hijo mío? - decía su madre sollozando.
- Madre… gracias. Gracias por todo. Pero me voy.
- Dónde? - dijo ella levantandose de la mesa con lágrimas en sus ojos intentando detenerlo.
- Hasta nunca, campo de concentración afectivo! ¡Hasta siempre, libertad! - Gritó el chaval mientras caminaba erguido, por primera vez en muchos años, hacía la salida.
- Hijo espera! Dios bendito, espera… - lloraba su madre que corría detrás de él.
- Hijo… Antes deberías ponerte unos pantalones - interrumpió su madre.
- Tienes razón. - Dijo Guillermo al darse cuenta que se había olvidado de ponerselos. Intentando no perder su solemne postura, regresó a su cuarto y una vez listo, volvió a salir para dirigirse otra vez a la puerta. Volvió a agarrar el pomo, suspiró y salió al mundo.
- Pero por cuanto tiempo? … mmm… sí vale, te hacemos sitio, no hay problema… vale no te preocupes por eso… ajá!… ok, ok… ahora te paso ubicación por wasap… sí claro, 4º 2ª escalera A… vale ahora nos vemos… ciaoooo
- Quien era tía? - preguntó Gemma mientras desayunaba.
- Guillermo. - contestó Laia retomando su chucho de crema.
- Y qué queria?
- Ah nada hermana! Que se queda un tiempo a vivir aquí.
- Queeee? - Gemma dejó caer el chucho en el plato.
- Bueno, se ha peleado con su madre y… no lo sé tía. No lo he entendido muy bien. Ahora cuando venga ya te lo explica él mejor.
- Pero dónde va a dormir? No hay más camas.
- Yo que sé, en el sofá o con alguna de las dos… ya nos las apañaremos - contestó Laia sonriendo.
- No se yo si vamos a caber! - dijo Gemma no muy convencida, mientras seguía desayunando y recordaba el tamaño del monstruoso pene de Guille.
A un kilometro de distancia, los dos colegas seguían trabajando en el local del padre de Jordi. Entraban y salían del taller cargando trastos y electrodomesticos en una furgoneta corporativa, que habían dejado aparcada justo delante. Marc se limpiaba el sudor de la frente recuperando el aliento. - Disculpad chicas, pasad por favor. - les dijo a dos morenas muy guapas que pasaban justo por la calle. Ellas le sonrieron dandole las gracias y mientras seguian andando los dos amigos se las quedaron mirando un buen rato.
- No se mosqueará tu padre por esto? - le preguntaba Marc mientras seguían trabajando. Tenían casi todo listo pero aún faltaba espacio.
- Que va! Ya le comenté que hariamos una fiesta y que teniamos que vaciar un poco… por cierto, le prometí que luego la dejariamos como estaba, así que…
- Ya puede valer la pena lo de esta noche colega!
- Tu me dirás… - dijo Jordi sonriendo a su amigo.
- Jajajaja! Ok! Trato hecho! - rió Marc mientras le sonaba el móvil. - Dame un segundo bro!… Hola preciosa que te cuentas? - dijo Marc al ver que era Miare quien le llamaba.
- Eh! No te enrolles que aún queda mucho por hacer, hay que decorarlo todo, ir a recoger los trajes… no tenemos tiempo para… - insistia su amigo un poco estresado.
- Que sí colega! Dame un minuto. - contestó tapando el micro de su teléfono móvil.
- Hola encanto! Bon i preciós día! - contestó Miare que lucía especialmente hermosa esa calurosa mañana de verano.
- Holaaaa! - gritó Masi acercandose al telefono que su amiga sujetaba entre su pelo rizado.
- Hola Masi jajajaj!… Bueno que dicen mis dos rubias preferidas? - contestó Marc apoyado en la furgoneta, mientras aguantaba las miradas de “ponte a currar” de su colega que iba y venía cargando cacharros.
- Nada nuevo, solo que estaba pensando en tí y quería escuchar tu voz - dijo Miare mientras remobía la cuchara en su café con leche. Masi sonreía observando a su amiga, pensando “menudo flechazo”.
- A mí también me alegra escuchar la tuya. No sé que me hicistes ayer, pero no puedo dejar de pensar en tí - coqueteaba Marc que empezaba a ponerse cachondo recordando como su polla se deslizaba entre las nalgas de ella.
- Cómo dices?
- Nada, nada. La loca de Masi que no para… jajaja
- Jajaja! Qué tremenda es.
- Sí… la verdad que sí. - Miare le indicó con la mirada que se relajase, mientras ella seguía haciendole gestos lascivos y se reía descontroladamemte. - Oye! Que estaba pensando…
- Ya voy colega! Un segundo de nada… es Miare - dijo Marc a Jordi tapando otra vez el micro. - Dime preciosa…
- Cómo lo tienes para que nos veamos hoy? - preguntó Miare mientras se enrollaba un rizo de su dorada cabellera entre su dedo anular.
- Oooh! Vaya… me encantaría, pero es que…
- Oh! Tranqui… si no te apetece, no pasa nada. - Miare también silenció con la mano su telefono para decirle esta vez seriamente a su amiga que se callase.
- Te lo dije Maria! Un porvo de una noche! Si se veía vení, es que te hase ilusione como una tonta, que tiene parienta hermana!…
- Calla joder que no me entero pesá! - contestó sonriendo Miare, y es que nadie en este mundo se podía enfadar con su amiga. - Perdón encanto!, qué decías?… Hola?
- Sí! Dame un segundo rubia… - Marc se alejó el telefono de su oreja y lo silencio. - Colega tienes que hacerme este favor. Te lo pido de rodillas si hace falta.
- Joder bro! Ya somos un montón y además las normas dicen expresamente que no podemos aceptar nuevos miembros…
- Ya déjate de normas, colega! Ayer no te importó mucho que estuvieran en la partida de Guille y aún te importó menos lo que pasó luego… dónde estaban las putas normas cuando te follaste a Gemma en el lavabo? O a la andaluza en la playa? Eh? - los dos amigos chillaban en medio de la calle, discutiendo.
- No me jodas, no es lo mismo bro! - dijo Jordi mientras pensaba también en la paja que le hizo la novia de su amigo en las duchas públicas.
- Pero si hoy te toca a tí. - contestó Masi.
- Va tía, luego te lo pago. - contestó Miare que agarrando su bolso empezaba a andar dirección a los chicos.
- No vea lo catalane! Si al final va a se verdá que son má agarrao que la virgen del puño!
- De que hablan rubia? - susurró Masi a su amiga, mientras los escuchaban discutir, escondidas detrás del otro extremo de la furgoneta.
- Creo que tienen otra quedada esta noche, Marc está intentando convencer a Jordi para que nos dejen participar. - decía Miare inentando escuchar mejor.
- Quedada de esta… guarrilla? Yo me apunto pero ya! - contestó la andaluza entre risas.
- No sé que decirte colega! - reflexionaba Jordi. - A ver no es que me disgusten ellas, al contrario, parecen ser un encanto de chavalas… pero las normas…
- Joder con las normas colega, que cabezón eres a veces.
- No es eso tío! Es que no hace ni dos días que las hemos redactado y ya nos las estamos pasando por el forro de los cojones.
- Pero quieras o no, en algún momento habrá que hacer alguna excepción, no? - dijo Marc inentando convencerlo.
- Sí claro! Seguro que pasará… Pero si hay que hacerlo, lo deberemos decidir entre todos, no? Es lo que pactamos en las normas…
- Y dale con las normas bro! Te repites más que el ajo, joder. No te estoy pidiendo que invitemos a todo el puto barrio, solamente a ellas dos. No creo que a las chicas les importe, se cayeron muy bien…
- No estoy yo tan seguro de que tu novia opine lo mismo… - dijo Jordi recordando como se puso Noe cuando vió a su colega follandose a Miare cuando salían de las duchas.
- A que te refieres? - preguntó Marc confundido.
- Naaa… da igual! A lo que ibamos. Las normas están por algo. Ayer conocimos a las Marias y ya las quieres meter dentro del grupo, ok. Entonces que hacemos con los gemelos? También los metemos?
- Hombre no es lo mismo…
- Sí que es lo mismo colega! Y te diré más, que hacemos con todos los del grupo de pajas que vendrán esta noche? Según tu forma de pensar, también los tenemos que meter, no?
- Venga no exajeres colega! - Marc miró su móvil y se dió cuenta que había colgado. Pensó en Miare, justo le vino la imagen de cuando ella de rodillas le hacía esa felación en la sala de juegos, mientras él la grababa. “Claro, ya lo tengo”, pensó esbozando una gran sonrisa.
- Que te pasa ahora? - preguntó Jordi observando a su amigo con una gran sonrisa de oreja a oreja dibujada en su rostro.
- Que vengan a grabar!
- Cómo? Venga ya!
- Si tío es la excusa perfecta. Les diremos a las chicas que las hemos invitado para que lo graben todo… y si luego pasa algo más… pues bueno, casualidades del destino jeje. - Jordi meditó sujetandose la barbilla al escuchar esas palabras. - Son buenissimas haciendo lo que hacen, a grabar me refiero… ya viste el resultado… además no me negarás que no te gustaría volver a repetir con Masi?
- Hombre… jejeje. La verdad que tiene un polvazo la jodida.
- Entonces qué? Las llamo y les cuento todo?
- Dale cabrón! Llama! - Jordi siguió con la tarea de sacar trastos del local mientras le decía - deberías plantearte seriamente lo de cambiar de trabajo colega, tienes un don innato para convencer a los demás.
- No me hables de trabajo, que estamos de vacaciones hermano. - contestó riendo Marc mientras marcaba el número de Miare.
- Miare?… Masi?- dijó Marc asomando la cabeza por el lateral de la furgo, con cara de gran sorpresa. - Qué hacéis aquí? Jajaja
- Ah! Ho… hola! - contestó Miare aún de rodillas, al mismo tiempo que su amiga escondía la cabeza detrás de su cuerpo, como las avestruzes lo hacen cuando se sienten en peligro.
- Estábais espiandonos?… jajaja. No entiendo nada. - volvió a preguntar Marc sonriendo alegremente.
- Qué pasa colega? - Jordi se asomó también y se quedó igualmente sorprendido. - Ostras! Pero que hacéis aquí agachadas?
- Entonces me estás diciendo que somos vecinos? Que fuerte! Dónde vives? Desde cuando? - Marc estaba muy contento por volver a ver a Miare.
- Bueno jejeje… justo delante del mercado. Hace unos dos años más o menos.
- Ostías en la calle Torres de Baró? No jodas! Marta y yo vivimos al final, llevamos cinco años ya en ese piso. - dijo Jordi sin salir de su asombro.
- En serio? Me parece super fuerte que jamás nos hayamos cruzado en todo este tiempo. Es imposible que en dos años no nos hayamos visto ni una vez…
- No tiene sentido tía! Seguro que os habéi cruzaó, pero no os habreí fijado… - añadió Masi.
- Tu también vives aquí Masi? En el barrio? - pregunto Jordi.
- Si, hase uno sei mese má o meno, quisá una mijita má que empesé a compartí piso con la amiga. - dijo la andaluza mientras agarraba por la cintura a Miare.
- Ha sido un poco bochornoso - dijo ella mientras bebia timidamente el refresco que le habían ofrecido.
- No te preocupes! Jeje… Esto… estoy muy contento de que seamos vecinos - dijo Marc acariciandose la nuca.
- Ya… y yo jeje.
- Seguro que nos hemos tenido que cruzar alguna vez.
- No creo! - contestó Miare coqueteando.
- Por qué?
- Porqué yo me acordaría de tí si te hubiese visto antes.
Las chicas no dudaron ni un momento en ofrecer su ayuda. Pero ellos se negaron a que se pusieran a coger trastos con el calor que estaba callendo. - Ni hablar! - dijo Miare levantando su brazo izquierdo mostrando músculo. - Si somos parte del grupo es a las duras y a las maduras.
- Si hay que elegí! Yo prefiero las dura! - soltó Masi provocando la risa de los cuatro. Y sin darse cuenta ya estaban trabajando todos juntos.
- Ahora voy pillando de que va todo! - dijo Miare observando el resultado final. - Bueno y ahora qué?
- Bueno, tenemos que ir a guardar la furgo en el parking, ir a la tienda de disfrazes a recoger el encargo que hize… - decía Jordi mirando la hora en su reloj. - Y podemos comer algo por el camino si queréis.
- Y deberiamo pasá por la tienda pa recojé las camara! - añadió Masi saliendo del baño y secandose el sudor con una toalla.
Le suponía un esfuerzo concentrarse con ella encima. Su perfume se mezclaba con el olor de su cuerpo sudado. Y sentirla pegada a él le hacía flotar como si estuviera embriagado.
- Pues a mi Jordi no me ha dicho nada! - decía Marta hablando con Noe por teléfono.
- Va no te rayes! Seguro que se habrá despistado. Estarán liados con lo de esta noche. - contestó. - Oye! Por qué no te vienes a comer a casa? Total para comer solas… qué me dices, te animas?
- Vale! Me visto y vengo. En diez minutos estoy ahí. Te quierooo…
- Me parece muy valiente lo que has hecho colega! - le decía Laia intentando levantar la moral del chabal.
- Sí… no se! Aunque quiero mantenerme firme en mi decisión, no puedo dejar de pensar en qué voy a hacer ahora… Esto es nuevo para mí!
- Bueno! Es normal Guillermo. - le dijo Gemma mientras le ofrecía un refresco al chico. - Los cambios asustan. Es lo más natural sentirse así. Pero piensa que no estás solo. - añadió ella sentandose en la mesa y entregandole una gran sonrisa amistosa.
Nuestro querido grupo de amigos siguió con sus quehaceres diarios, cómo si de un Domingo cualquiera se tratara. Nada más lejos de la realidad. Por su lado Marta y Noe se tumbaron en el sofá, despúes de comer y siguieron charlando a medida que caían un par o tres de botellas de vino más. Laia y Gemma ayudaron a Guillermo a que se sintiera cómodo en su provisional hogar; le enseñaron el piso y le indicaron dónde iba a dormir las siguientes semanas, descubrimiento que por otro lado, alegró mucho a nuestro querido friki. Fran y su gemelo, seguían intentando comunicarse con Guille, no estaban preocupados por él, sinó más bien, estaban desesperados por formar parte de su nuevo grupo de amigos. No hubo manera, el teléfono estaba apagado o fuera de cobertura.
Por último, las dos Marias y los dos colegas ya habían terminado de prepararlo todo. Y esperaban dentro del local del padre de Jordi a que llegara la hora acordada. Ya faltaba muy poco y los nervios estaban a flor de piel.
- Cómo me queda? - dijo Miare saliendo del cuarto pequeño con uno de los disfrazes que habían comprado y paseando por delante de los chicos como si fuera un pase de modelos.
- Mama mia! - exclamó Marc.
- Creo que me va un poco estrecho no? - decía ella mientras intentaba bajarse la parte de abajo del apretado disfraz de infermera sexy que llevaba puesto.
- Ufff! Yo creo que te queda como un guante… - comentó Jordi muy cachondo. Haciendo lo imposible por resistirse a sus instintos más primarios.
- Dios Masi! Estás espectacular! - dijo Miare mirando a su amiga.
- La verdá que sí nena! Imagina que mientra me miraba en el espejo me he puesto cachonda a mi misma…
Jordi la ayudó a sentarse enfrente de la mesa de trabajo de su padre, que la habían dispuesto de tal manera para que aparentase ser la recepción de una clínica. - Te puedes poner aquí para ir controlando las cámaras fijas, estarás más cómoda. - le dijo mientras la sujetaba con delicadeza de su apretada cintura y la ayudaba a sentarse en la silla.
El local estaba irreconocible, realmente se sentían orgullosos con el trabajo realizado. Si alguien hubiese entrado en ese momento hubiera pensado que estaban en un hospital. Uno clandestino y turbio, eso sí. Pero un hospital al fin y al cabo.
- Dónde te duele cariño? - le decía Miare a Marc moviendose sensualmente cerca suyo mientras le pasaba un dedo por el cuerpo. - Dime ‘para’ cuando toque dónde te hace pupa.
- Eh eh! Relajaros! Qué esto no ha empezado todavía. - exclamó Jordi, al ver lo que estaba sucediendo. Luego miró su reloj y se fué a cambiar.
Jordi la ajustó detrás suyo para que no pudieran ver nada del interior. Ya era de noche y la calle estaba bastante vacía. Lo mejor de quedarse en la ciudad durante las vacaciones de verano, era precisamente eso. Parecía más un pueblo que una gran metropolis.
- Bueno! Bienvenidas a todas y a todos - añadió mirando a Guille. Que sólo, entre tanta mujer, parecía un Sultán con sus preciosas mujeres visitando la ciudad.
- Pero cariño! Jijiji - rió Marta observando a su novio vestido de doctor. - de que va todo esto?
- Bueno… a ver… os explico… cuando empezé a pensar en mi fantasía, barajé varias posibilidades. - Jordi hablaba animado enfrente de las demás que ya empezaban a ponerse morbosas, intuyendo por dónde iban a ir los tiros. - Si os soy sincero, se me ocurrieron muuuuuchas ideas guarras y cerdas, jejeje. Pero al final decidí empezar con esta. Bienvenidas a mi clínica. Pasad!
Marc observaba sonriendo las caras de sorpresa de las chicas, que alucinadas contemplaban como el sucio y destartalado taller se había convertido en una sala de espera de una clínica.
- Qué hacen estas dos aquí! - exclamó rapidamente Gemma al ver a las dos Marias disfrazadas de infermeras.
- Las hemos invitado para que graben la sesión! - respondió Marc en defensa de su nuevo amor.
- Y es necesario que vayan así disfrazadas? - añadió mosqueada Noe apoyando a su ‘amiga’ y señalando a Miare que estaba otra vez demasiado cerca de su novio, cruzando los límites.
Jordi puso paz entre ellas tres, poniendose entre medio para que no se mataran a ostias. - Haya Paz! Vengaaaa. - cuando las hubo apartado y consiguió una cierta distancia de seguridad, añadió - Es para dar ambiente, solamente por eso. El vestuario forma parte de la escenografía.
- Entonces… nosotras también… - insinuó Laia que no podía contener su ilusión.
- Si claro! Os he dejado los trajes en el cuartillo de atrás. Podéis pasar a cambiaros. - dijo Jordi sonriendo mientras las cuatro amigas empezaron a desfilar. - Guille!
- Sí! Dime! - contesto el caval que no podía dejar de mirar el cuerpo de aquella enfermera rubia y despanpanante.
- Le puedes hechar una mano a Masi a acabar de configurar las cámaras, antes de empezar?
- Claro! - exclamó Guille y dando un respingo se acerco a la otra enfermera que trabajaba detrás del mostrador.
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