Compañeros

19​

Dos días después. Domingo 24 de diciembre, por la mañana
Cristina


Cogí el móvil pero luego lo volví a dejar en la mesa. Me había tirado todo el sábado en la cama, deprimida. Alberto y Sara no me habían llamado, ni yo a ellos, y estaba enfadada, deprimida y enfadada. Y por la tarde tuve una idea pero como era una cobarde, no me decidía. Volví a coger el móvil, dudé y al final, conseguí llamar. Esperé 3 tonos hasta que contestó:

- Hola, Cris ¿Qué ocurre? (con voz preocupada)

- Hola, Carlos

- ¿Ha pasado algo?

- No, no, yo… yo...

No conseguía hablar. “Estúpida, habla” me dije pero no conseguía, y empecé a llorar en silencio. Él dijo:

- Pero ¿Te encuentras bien?

Ahora no quería hablar, se daría cuenta que lloraba. Dije:

- Lo siento

Y colgué. De inmediato, me llamó. No lo cogí pero insistió. Me sequé las lágrimas y contesté:

- Perdona por colgarte

- Pero ¿Te ha pasado algo? ¿Estás bien?

- Es que… El otro día… yo…

- Cris, respira y tranquila, no tengo prisa

- Sí… gracias

Carlos
La escuché respirar y expirar varias veces. Me tenía en ascuas y preocupado. Recordé que el viernes, antes de irnos todos a casa, ella había ido a mi despacho y, muy nerviosa pero sin entrecortarse, me había dicho:

- Carlos, te quiero agradecer la oportunidad que me has dado, no sabes lo que ha significado para mí, has sido… trabajar aquí está siendo de lo mejor que me ha pasado en la vida

- No tienes nada que agradecer, Cris, el trabajo no te lo he dado como un favor, te lo ganaste

- Pero me has ayudado mucho, te has pasado horas y horas conmigo explicándome todo y eso lo valoro mucho

- Es por conveniencia, así trabajo menos (bromeé)

Ella se rio y me dio un abrazo, felicitándome las fiestas. La vi contenta, nos había dicho que se iba con su novio y casi daba saltitos de lo contenta que estaba. Y ahora la escuchaba así y no sabía que pensar. Dijo:

- Voy a pasar la nochebuena y Navidad sola

- ¿Qué? Oh ¿Qué ha pasado? ¿No te ibas con tu novio?

- Sí, pero al final no pude

- Pero ¿Y él dónde está?

- Se fue

Me quedé pensando y le pregunté:

- ¿Habéis… habéis roto?

- ¿Roto? No, no, es solo que no había sitio para mí

Me quedé pensando ¿Qué novio deja a su pareja sola en estas fiestas? Pero dije:

- Oh, vaya, lo siento

Pensé “¿Y por qué me llama?”. Esperé:

- He pensado… sé que tú también estás solo, os escuché a ti y a Silvia hablar y…

- Pero Cris ¿Sientes pena por un viejo? Jeje, no te preocupes, no me importa pasar estas fiestas solo

- No es eso

- ¿Entonces?

- No quiero estar sola, y como tú también lo estás ¿Cenamos juntos?

Me quedé asombrado. Le dije:

- Pero te vas a aburrir muchísimo, mejor llama a tus amigos y…

- No tengo amigos

- ¿Qué?

- No tengo, solo a Héctor y está de viaje

No dije nada ¿Cómo una chica así no tenía amigos?. Le dije:

- Pero alguien tendrás ¿Y tu familia?

- No, eso no

- ¿Por que n…? (pero me callé, no era asunto mío)

- Por favor, Carlos, no puedo estar otra noche así sola, no puedo

Me dije “Eres un blando, no puedes decirle no a una mujer en apuros”. Carraspeé y le dije:

- Bien, de acuerdo

- ¿Sí? Gracias, gracias, gracias

Y rompió a llorar. La calmé y ella dijo:

- Es porque me has dado una alegría muy grande

- Pero si soy un viejo que a las 11 ya está que se cae de sueño, te vas a aburrir muchísimo

- No, no creo

- En fin, Cris… déjame pensar

Estaba en el campo. Pensé en decirle de venir pero luego me di cuenta que no tenía nada para cenar, yo pensaba tomar lo de todas las noches, nada especial. Le dije:

- Hagamos una cosa, hoy abren todo hasta las 6 de la tarde ¿No?

- No lo sé

- Sí, creo que sí, voy y te recojo y vamos a comprar algo para cenar

- No

- ¿No? ¿Y qué quieres hacer?

- ¿Puedo hacer yo la cena?

- ¿Qué?

- Me gusta cocinar y me relaja ¿Puedo?

- Pero mujer, si no hace falta, compramos y ya está

- Por favor

- No tengo casi comida

- Yo tengo aquí, la hago y voy para tu casa y…

- No, a ver, voy y te recojo ahora. Vamos a un centro comercial y vemos allí que hacemos, si compramos ya hecha o no ¿Vale?

- Pero no hace falta

- Insisto… a ver ¿Dónde vives?

Me lo dijo y calculé. Le dije:

- Te recojo en hora y media ¿Vale?

- Bien

- Te aviso cuando esté abajo

- Gracias, gracias

- Esta noche, cuando te mueras de aburrimiento, me las das jeje

- Jeje

- Hasta dentro de un rato

Y colgué. Mi plan de no hacer nada en todo el día y acostarme temprano se acababa de chafar. Cerré la casa y cogí el coche. Cenaría con Cris en mi casa de la ciudad.

Cuando llegué a su casa la llamé y bajó rápido. Traía un abrigo largo porque hacía bastante frío y una mochila. Me saludó tímidamente y fuimos a un centro comercial. Primero almorzamos y ahí me di cuenta que era una cabezona porque la quise invitar y no hubo forma. Luego, al ir a comprar la comida, intenté comprarla ya hecha y no conseguí convencerla, insistía en hacerla ella. Al final compramos carne y varias cosas más que ella fue seleccionando, y ahí vino la siguiente discusión, quería pagarla a medias pero me negué:

- Es mi casa y es comida para mi casa, la pago yo

La llevé a mi casa, y tras enseñársela un poco, ella se metió rápidamente en la cocina con la compra. Yo me fui a encender la calefacción centralizada y revisar las toallas del baño de invitados. Al volver a la cocina, me quedé parado impresionado. Cris estaba de espalda a mí. Llevaba unas mallas grises de deporte que mostraban un culo redondo, pequeño pero muy, muy redondo. “Vaya, no es cosa de los vaqueros, es que tiene así de bien puesto el culo” pensé entrando. Ella giró la cabeza sonriente y dijo:

- Ya me encargo yo

- No, te ayudo

- No hace falta

- También me gusta cocinar, dime que hago

Ella me miró sorprendida y dijo:

- ¿Sabes cortar patatas?

- Jajaja, pues claro

Y nos pusimos a cocinar. Puse algo de música de fondo y estuvimos charlando animadamente. Me contó muchas cosas de ella, sobre su afición a cocinar, que hacía, que le gustaba preparar,… Al principio estaba nerviosa pero pronto, animada por la conversación sobre un tema que le gustaba, se le olvidaron los nervios y habló sin parar. También pidió poner villancicos y la veía contenta, muy contenta.

Cuando llevábamos un rato, le entró calor y se quitó el jersey que tenía, quedándose con una camiseta ajustada que le llegaba por encima del ombligo. Estando a su lado no pude evitar fijarme en su perfil, tenía unos pechos grandes y un vientre liso. Pensé en su novio ¿Cómo la dejaba sola sabiendo que no quería estarlo? Me parecía raro.

Estuvimos toda la tarde en la cocina hasta que pusimos el horno y salimos. Entonces me dijo:

- ¿Puedo ducharme?

La miré extrañado. Dijo:

- Es que me huele el pelo a cebolla y más cosas, y tengo que vestirme para la cena

- Bueno, claro que te tienes que vestir, no vamos a cenar desnudos jeje

- Jeje, me refiero a que me he traído un vestido

- ¿Cómo?

- Claro, no voy a cenar contigo con unas mallas y camiseta

La miré sorprendido. Le dije:

- No me importa, quédate con las mallas, estarás más cómoda

- No, estaría más incómoda en Nochebuena con mallas, es cutre

Sonreí y le enseñé el cuarto de baño para visitas, que tenía ducha. Le di toallas y la dejé sola. Si ella se iba a poner un vestido, yo no debería estar en vaqueros. Suspiré y me fui a mi habitación para cambiarme y ponerme algo apropiado. Luego fui a poner la mesa.

Cristina
Salí de la ducha y me sequé rápidamente. Había pasado muy buena tarde con Carlos en la cocina. Estaba sorprendida con él, realmente le gustaba cocinar, me había ayudado muchísimo y no estaba acostumbrada a eso.

Saqué mi secador de la mochila. Lo había traído porque supuse que él no tendría. Me puse el tanga y el sujetador. Empecé a secarme el pelo mientras miraba el vestido. No estaba arrugado pero ahora me estaba arrepintiendo de haber traído ese vestido porque era viejo. Lo había cogido porque los demás eran todos muy ajustados y provocativos, y éste era muy clásico, sin mostrar nada aunque me dejaba los hombros al aire porque tenía unos tirantes finos. Entonces me di cuenta de un problema y es que no me había traído sujetador sin tirantes o tirantes transparentes.

Dejé el secador y me probé el vestido. Aunque tenía un par de años, me seguía quedando bien, pero quedaba muy feo que se vieran los tirantes del sujetador, que encima era blanco. “Bueno, pues sin sujetador”. Me lo quité y me miré, se notaban los piercings. “Mierda, así no puedo estar”. Me los quité y volví a ponerme el vestido. Ahora no se notaba nada, menos mal. Luego miré mis pantis, Carlos tenía puesta la calefacción demasiada alta y hacía calor, no me los pondría.

Seguí secándome el pelo mientras pensaba en la compra. Carlos había comprado todo de primera calidad y caro, me habría quedado sin dinero para la última semana del mes si hubiéramos pagado a medias. Menos mal que había insistido en pagarlo él, aunque no me gustara.

Terminé con el secador y me maquillé un poco. Me puse las lentillas. Metí todo en la mochila y salí.

Carlos
Ella volvió un buen rato después con un vestido hasta medio muslo y tacones no demasiado altos. El vestido era de tirantes y tenía un leve escote. Mientras la veía venir, me di cuenta que no llevaba sujetador por como se le movían. Y me fijé en sus piernas, delgadas pero bien torneadas. “Deja de ser un viejo verde” pensé y le sonreí:

- Que guapa

Ella se puso colorada y dijo:

- Te has cambiado

- Claro, no quería hacer el ridículo, y menos mal, estás preciosa

- Que va

- Y creo que es la primera vez que te veo sin gafas ¿No?

Ahora estaba totalmente colorada. Dijo:

- Voy a ver como está la carne y a calentar la sopa

- Ya lo he hecho, está todo bien, pero ve a mirar, no pasa nada

Ella sonrió y fue. Volvió al momento y dijo:

- ¿Has puesto la mesa?

- Claro

- Te habría ayudado

- Tan viejo no estoy, aún puedo poner una mesa jeje

- No quería decir eso

- Lo sé, lo sé… siéntate, anda, aún quedan 20 minutos o así ¿no?

- Sí, más o menos

- ¿Bebes vino o prefieres otra cosa?

- No suelo beber vino, pero si tú lo haces, lo pruebo

Le serví y nos sentamos. Ella volvía a estar cortada y me puse a contarle anécdotas tontas. Ella sonreía y al poco empezó a reírse. Trajimos la sopa y luego la carne y estaba todo exquisito, la chica tenía mano en la cocina. Entre el vino y la risa, se animó bastante y aproveché para preguntarle:

- Y tu novio ¿A qué se dedica?

- Es bombero

- Ah

- Bueno, estudia para bombero, para sacarse la plaza

- ¿Y mientras qué hace?

- Estudiar, hacer ejercicio… esas cosas

- ¿No trabaja?

- No

- ¿Qué edad tiene? ¿Cómo tú?

- No, tiene 29

- Anda, mucho mayor que tú

- No tanto, y a mí me gustan mayores, nunca me he llevado bien con los de mi edad

- Con Héctor te llevas bien

- Sí, pero me refiero a llevar como… como…

- ¿Novio?

- O ligue jeje

- Ah

- Además, Héctor es mi amigo

- Claro

- Solo amigo

- Ya, ya

Me quedé pensando en el novio. 29 años ¿Y viviendo con los padres? Porque sin trabajo imaginé que viviría de ellos. Le pregunté:

- Y tu novio sin trabajo ¿Sigue viviendo con los padres?

- No… Se mudo hace poco con… con nosotras

- ¿Nosotras?

- Quiero decir, a mi piso que comparto con una compañera

- Ah ¿Y le mantienes?

- Mmmmm no es eso

- ¿No? ¿Paga el alquiler?

- No

- ¿La comida?

- No

- ¿Entonces?

- Bueno, sí, le mantenemos, pero es que no tiene tiempo para nada, está siempre con la preparación de las pruebas y esas cosas, es una oposición muy difícil

- Claro, imagino que las pruebas físicas son duras

- Eso lo lleva bien, está muy… muy cachas (sonrojándose)

- Entiendo

- Pero la teoría le cuesta. Lleva 5 años preparándolas

- ¿5 años??? ¿No es mucho?

- No ha conseguido superarla las dos veces que se ha presentado

- Ajá

- Pero esta vez seguro que lo consigue, está muy concentrado y preparado

- Bien, bien

Cuando estábamos con el postre me llamó Silvia y lo cogí. Era una video y puso a Gema y bromeé con la niña un rato. Luego, cuando se quedó Silvia sola, volvió a recriminarme no haber ido con ellos, estar solo… y le dije:

- Pues para que lo sepas, listilla, no estoy solo

La cara de Silvia fue de sorpresa total. Preguntó:

- ¿Dónde estás?

- En mi casa de la ciudad

- ¿En serio?

- Sí

- ¿Y con quién?

- Con compañía femenina

Ahora su cara era de incredulidad total, del tipo “me tomas el pelo” y me reí. Giré el móvil y apunté a Cris que saludó con la mano mientras seguía comiéndose el postre. Escuché a Silvia decir:

- ¿¿¿¡¡¡¡Cris!!!!????

- Hola, Silvia

- Pero… pero…

Giré de nuevo el móvil para ver a una Silvia boquiabierta y estuve a punto de bromear para hacerle creer que había algo entre Cris y yo, pero sería una falta de respeto para Cris así que dije:

- No seas mal pensada ¿Eh? Que está aquí porque se le fastidió su plan y te escuchó decir que yo estaba solo y se ha apiadado de un pobre viejo

Cris dijo:

- Más bien él se ha apiadado de mí que no quería estar sola en Nochebuena

- Y menuda suerte he tenido porque es una cocinera fantástica, menuda cena ha preparado

Vi como Cris se ponía colorada y decía algo de que yo había ayudado mucho. Nos pusimos a charlar los tres animadamente hasta que nos despedimos de Silvia. Miré a Cris y le dije:

- Oye, no te habrá molestado que le dijera que estás aquí ¿No?

- Noooo ¿Por qué me iba a molestar?

- No sé, por si Silvia pensaba algo raro

Ella sonrió y negó con la cabeza. Recogimos la mesa e intentó ponerse a lavar los platos pero me negué:

- Eres mi invitada

- Pero no me importa

- A mí sí, venga, fuera de mi cocina inmediatamente

- No si te vas a poner tú a…

- Voy a poner el lavavajillas, que para eso está

- Ah, te ayudo

Me resigné y nos pusimos los dos. Luego fuimos ambos al baño, cada uno al suyo. Al entrar en el salón noté frío y vi la puerta del balcón abierta. Salí al ver que Cris estaba allí y le dije:

- Como llueve ¿no?

Ella dio un respingo pero sonrió y dijo:

- Está diluviando

- Ya veo

La miré, se abrazaba por el frío. Le dije:

- Mejor entramos, ese vestido no abriga mucho ¿no?

- Nada, pero es que me gusta la lluvia, aunque ésta da un poco de miedo, mira como cae

Miré fuera, y sí, caía fuerte. Entramos y cerré la puerta. Al girarme la vi mirándome encogida de frío y mis ojos se fueron a sus pechos donde se marcaban claramente sus pezones, grandes y erectos. Entonces, la habitación se iluminó por un relámpago y un segundo después retumbó un trueno. Cris dio un saltito y dije:

- Vaya, y ahora tormenta eléctrica

- Ay

- ¿Qué pasa?

- Me da miedo

- ¿Los truenos y relámpagos?

Ella asintió nerviosa, mirando por el balcón. No tardó en llegar otro y se me acercó. La miré divertido y le dije:

- ¿Quieres irte ya a casa?

Ella negó con la cabeza. Miré el reloj y vi que eran las 11 de la noche. Le dije:

- Anda, venga, te llevo antes de que sea más tarde

Sonó otro estruendo y ahora casi se me pegó y preguntó:

- ¿Puedo quedarme?

- Sí, nos quedamos otro rato más, no hay problema

- A dormir

- ¿Qué? ¿Por qué?

- No quiero estar sola en casa con esta tormenta

- Pero si ya mismo pasa

- Pero…

La miré sonriendo, parecía una niña pequeña, mirando por la puerta del balcón temerosa. Le pregunté:

- ¿Tienes frío?

Asintió sin dejar de mirar fuera. Salí y volví con una manta que le pasé por los hombros. Ella la cogió rápidamente y se apretó con ella. Luego, se sentó en el sillón quitándose los zapatos para meter las piernas bajo el cuerpo y hacerse un ovillo. Sonó otro trueno y me dijo:

- ¿Te sientas conmigo?

Me senté en el sofá y ella se pegó a mí. Hasta temblaba un poco, no sabía si de frío o miedo. Dudé si pasarle el brazo por encima o no para darle calor. Ella se pegó aún más y dijo:

- Cuéntame algo

- ¿El qué?

- Lo que sea, que me distraiga de la tormenta

Empecé a contarle una anécdota que me había pasado en EEUU. Ella puso su cabeza en mi hombro y al poco, empezó a reír flojito. Estuvimos así unos 10 minutos hasta que le dije:

- Ya acabó la tormenta

- Pero sigue lloviendo

- Ya, pero no creo que haya más truenos

- Menos mal

Se quitó la manta de encima y dijo:

- Ahora tengo calor

- Normal

- Te pareceré una chiquilla tonta

- No, mujer

- Es que… es que le tengo mucho miedo a estas tormentas desde pequeña, no sé por qué

- Venga, te llevo a tu casa

- No, por favor, aún no

- ¿No?

- No, y ¿No puedo quedarme? Puedo dormir aquí

- Pero si ya ha pasado la tormenta

- ¿Y si vuelve?

- Jeje, no, ya no

- Mira, si no para de llover

- Pero…

- Por favor, no te molestaré nada

La miré y encogí los hombros:

- Bueno, pero no aquí, tengo un cuarto de invitados

- Gracias

Y me sonrió aliviada. Le dije:

- ¿Te quieres acostar ya?

- Nooooo, es muy temprano

- Para ti, para un viejo como yo, no jeje

- Anda, anda, además, aún no hemos brindado

- ¿Brindar por qué?

- Por la Navidad

- ¿Cómo?

- ¿Tú no brindas en Nochebuena?

- Mmmm no

- En mi casa siempre se brindaba ¿Podemos hacerlo?

- Bueno, creo que tengo una botella de champán por ahí

- ¿Champán? Que bien, me encanta

- Pero está caliente, tendría que meterlo un rato en frío para…

- Vale, no hay prisa

Y me miró sonriente. Me levanté, busqué la botella y la metí en el congelador. Escuché que volvía a poner villancicos. Estaba de pie descalza, medio bailando y canturreando los villancicos. La miré hasta que ella se dio cuenta y, avergonzada, dijo:

- Me gustan

- Ya veo

- Me recuerdan mi casa… Ven, vamos a cantar

- ¿Yo? ¿Quieres que rompa los cristales?

- Jajaja, ya será menos

Fui y nos pusimos a cantar. Hacía años que no cantaba villancicos. Al rato fui a por la botella, la descorché haciendo que saliera volando el corcho ante las risas de ella y le serví en una copa. Cuando los dos las tuvimos llena, nos miramos. Ella dijo:

- Dí el brindis

- Es que no sé que brindis es

- Pero si es muy fácil… Bueno, lo digo yo “FELIZ NAVIDAD” chinchin

Y chocamos las copas. Bebimos y ella dijo:

- Mmmm que bueno

Se bebió la copa entera y se rio:

- Me encanta

Entonces dejó la copa y me abrazó. Noté sus pechos contra mí, para no notarlos con los grandes que eran. Ella me dio un beso en la mejilla y se separó. Preguntó:

- ¿Puedo echarme un poquito más?

- Claro, hay que acabarse la botella

- ¿Sí? Jajaja, no me lo digas dos veces, que me encanta el champán

Le serví y ella se sentó en el sofá. Volvió a meterse las piernas debajo del cuerpo y la falda se le subió mucho, tanto que se le veían las bragas blancas, pero ella no pareció darse cuenta. Dio unos golpecitos en el sofá a su lado y dijo:

- Sigue contándome cosas de EEUU

Me senté y le comenté varias anécdotas más. Ahora ella se reía mucho más, con los ojos brillantes, claramente se le había subido el champán a la cabeza muy rápido. Prácticamente, ella se bebió toda la botella. Entonces empezó a contarme sobre su familia:

- Nos reuníamos todos en Nochebuena, mis padres, hermanos, tíos, primos, mis abuelos… todos juntos, y hacíamos una gran fiesta, y los niños nos quedábamos todos a dormir en el salón para coger los regalos por la mañana, con mucha emoción y nervios

Ella miraba por la ventana, recordando emocionada. Siguió:

- Era fantástico, muchas risas, peleas, pero era genial, por lo menos 10 niños, imagínate

- Ya

- Y luego… luego yo lo estropeé todo

La miré sin insistirle. Estuvo un buen rato callada, pensaba que ya no iba a seguir:

- Me… hice algo que… me llevaron a un internado con 16 años

- Ah

- Fueron dos años horribles, aquello era… era como una prisión para mí. Con 18 años me independicé y mi familia no quiere saber nada de mí

- ¿Nada?

- Sí, me echaron de sus vidas, no puedo volver

- Pero con el tiempo todo se arregla y…

- No, esto no… desde entonces estoy sola, y por eso, esto de hoy significa tanto para mí… No me gusta estar sola, no quiero estar nunca más sola

La miré triste. Ella dijo:

- Pensaba que con Alberto lo tendría, no estar sola, pero nunca hago nada bien

- Anda ya, Cris

- Sí, lo hago todo mal, me merezco estar sola

Se enjugó las lágrimas. Dijo:

- Ya no me gustan los regalos, no los merezco, pero a Alberto y Sara les he comprado regalos para mañana

- ¿Que no los mereces? Eso no es…

- Lo sé bien, no los merezco, pero me hacía ilusión darles los regalos al despertar, pero no, me han dejado sola… Son mis novios y me han dejado sola

No entendía nada ¿Sara? ¿Qué Sara? ¿Son sus novios? Pero me callé. Entonces me miró. Estaba borracha, se notaba por la forma de hablar. Preguntó:

- ¿Tú por qué estás solo? No lo comprendo

- Me divorcié y no he querido más relaciones

- Pero eres un tío estupendo

- Jeje, no es lo mismo conocer a uno en el trabajo que de forma más profunda, cambiamos mucho

Ella me miró intensamente hasta que dijo:

- No, eres un buen tío, lo sé, y no lo entiendo, no deberías estar solo

- Ya, pero…

- Hay algo más ¿Verdad?

La miré. No quería hablar de mi hijo, de como casi no le hice caso porque solo estaba pendiente de mi trabajo y ganar más dinero, como en sus dos primeros años no estuve con él como un padre hasta que enfermó y ya fue tarde, solo estuve con él su último año, solo ese de tres. Meneé la cabeza, ella se guardaba sus secretos, yo también. Lo entendió y dijo:

- Es algo triste, como lo mío

No le dije nada, solo miraba al suelo, dolido por mis recuerdos. Ella dijo:

- Lo siento, me he puesto triste y he hecho que tú te pongas triste, lo siento

- No pasa nada

- Me voy a acostar

- Sí, vamos a dormir, que a mi edad estos trasnoches…

- Pero si son las 12

- Tardísimo para un viejales jeje

Ella sonrió y se levantó. Le enseñé la habitación y luego se metió en el baño. Antes le deseé las buenas noches y me fui a mi habitación. Escuché como ella salía del baño, se metía en su habitación y cerraba la puerta.

Me tumbé en la cama y pensé en Cris. Era una chica extraña, a veces parecía una cría y cambiaba mucho de ánimo, triste, melancólica, feliz, divertida… ¿Y qué era eso de los novios? ¿Y esa Sara? Bueno, ahí claramente estaba borracha y no sabía ni lo que decía. Pero ese novio que tenía no me parecía trigo limpio, me daba pena que se dejara engatusar por un tipo así bastante mayor que ella, me parecía un cara.

Entonces vibró mi móvil. Lo miré extrañado por las horas que eran. Lo cogí, era Silvia. Leí:

- ¿Estás todavía con Cris?

Dudé si contestar. Al final le dije:

- Sí

- Bien

- ¿Bien?

- Bien porque ahora me tienes que hacer caso

Miré el móvil sin comprender. Estuvo un rato escribiendo hasta que apareció en pantalla un simple texto:

- Te la tienes que tirar

Imaginé que había estado escribiendo y borrando todo el rato, para luego escribir esa tontería. Le respondí:

- Claro, claro

- En serio, es guapa y necesitas echar un polvo

- Jajaja

- Y mi intuición me dice que a ella le gustas

Me partí de risa. Le escribí:

- Vas a tener que llevar a reparar tu intuición

- No, tú hazme caso

- Tiene novio

- Eso es cosa de ella, a ti eso no te importa

- Jajaja

- No te rías, idiota, y actúa

- Es que es de risa

- Tú lee y calla, tantea el terreno antes de llevarla a su casa

- No se va a su casa

- ¿Qué?

- Se queda a dormir en el cuarto de invitados

- ¿Por qué?

- Porque hay tormenta y no quiere dormir sola en su casa

- ¿Ves? Quiere algo

- Jajaja, claro, dormir la mona, que ha bebido champán y se le ha subido

- Perfecto, perfecto, ve a su habitación con alguna excusa y ya verás

- Jajajaja

- Idiota, estoy hablando en serio, tú ve y ella lo hará todo, te lo aseguro

- A ver, Silvia, es una cría de 21 años

- Una mujer de 21 años

- Una chica muy joven de 21 años, con un novio que se prepara para bombero

- ¿Ah, sí?

- Sí, es decir, un tío cachas, y ¿Quieres que yo, un viejo fofo vaya a seducirla?

- Es que no todo es el físico

- Nooo, que va, entre un chico cachas y un viejo fofo hay poca diferencia jajajaja

- Idiota, calla y lee, tu fuerte es otro, y es un punto muy fuerte

- ¿Cuál?

- Tu forma de ser, tu personalidad

- Jajajaja

- COÑO, CARLOS, QUE TIENES UN BUEN POLVO, DEJA DE REÍRTE

Miré el mensaje sorprendido. Escribí:

- ¿Estas borracha?

- Un poco

- Ahhh

- Pero lo que te he dicho es verdad, lo que pasa es que eres muy tonto para verlo, pero es la verdad

- Jajaja, anda, ve y busca a Antonio y echa tú ese polvo

- Ya quisiera yo, se ha emborrachado y lo tengo aquí al lado durmiendo la mona

- Jajaja

- Y yo con ganas

- Jajaja

- Así que, al menos, haré una buena acción y te ayudaré a que lo eches tú

- Estás flipando

- Hazme caso, solo ve, llama a la puerta y pregunta cualquier cosa, no sé, si necesita algo. Si te contesta sin abrir la puerta, me equivoco, pero si te la abre, vas a follar

- Anda, vete a dormir

- ¿No me vas a hacer caso?

- No

- Pero ¿Por qué?

- Porque no tienes razón y si la tuvieras, que no la tienes, es una cría, y soy su jefe y no ha venido a eso y sería un aprovechado y un viejo verde

- Ella no lo ve así

- Ya, lo que tú digas

- Buenas noches

- Que tonto eres

- Eso lo sé de sobra, buenas noches

- Buenas noches, tonto

Y dejé el móvil con una sonrisa. Que mal le sentaba la bebida a Silvia.

Silvia
“Joder, me dan ganas de escribir a Cris para que ella dé el paso porque este tonto no lo va a dar en la vida” pensé enfadada.

Tenía claro el atractivo de Carlos pero él nunca lo vería. Y tenía claro que Cris también lo veía… ¿O no? Ahora empecé a dudar ¿Me he dejado llevar por mis ganas de que Carlos disfrute otra vez del sexo y deje su auto reclusión?

Dudé ¿Y si la que tiene ganas soy yo y estoy llevando esas ganas hacia Cris? “Que tonta estás, la bebida te hace pensar cosas raras”.

Dejé el móvil y me arropé. Cerré los ojos pero los abrí de pronto, no, estaba segura que mi intuición era cierta, segurísima. “Que tonto eres, Carlos, no te costaba nada ir y llamar, era sencillísimo” pensé antes de dejar de pensar en el tema.

Cristina
Estaba sobre la colcha, sin taparme porque Carlos ponía tan alta la calefacción que tenía hasta calor. Tenía solo el tanga y la camiseta y a pesar de eso estaba agobiada de calor.

Miré de nuevo el móvil, ni Alberto ni Sara me habían escrito en todo el día. Estaba muy enfadada con ellos, tanto que yo tampoco les había escrito para felicitarles ¿Cómo pasaban de mí así? Ni sabían donde andaba ni nada, no se habían interesado por mí.

La única felicitación que tenía era de Héctor, el único que se había acordado de mí, además de Carlos y Silvia con la que había estado hablando hacía un rato. Cuando vi su mensaje me había llevado una gran decepción pensando que sería Alberto. Felicité a Héctor pero de una forma triste. Ahora me daba cuenta que solo él me había escrito, nadie más.

Al menos me lo había pasado muy bien aquí con Carlos, quizás demasiado porque había habido momentos que me habría lanzado encima suyo, era un hombre super atractivo. Me había retenido el pensar en mis novios, Alberto y Sara, no podía ponerles los cuernos aunque se hubieran portado mal conmigo, pero yo no era infiel, me habría sentido muy culpable de haberme liado con Carlos pero me había costado contenerme. Y encima esa afinidad que teníamos entre los dos, esa profunda tristeza.

“Y lo tengo ahí tan cerca, solo tendría que ir a su habitación” pensé mordiéndome el labio. Había flirteado un poquito con él, poca cosa. Él se había sentido incómodo pero, a la vez, no podía dejar de mirarme las piernas, el pecho, tenía claro que lo atraía, nos atraíamos. “arghhh, mierda, con las ganas de sexo que tengo” y me volví a remover en la cama. No iba a conseguir dormirme en un rato.

Me volví a poner boca arriba y pensé “Bueno, pues al menos me haré una paja pensando en él, que se jodan Alberto y Sara” y me quité la camiseta y el tanga y comencé a tocarme.​
 
Vaya, vaya, vaya. Resulta que hay atracción entre Carlos y Cristina.
Esto se está liando al final mi tocayo se desprecia así mismo y no se da cuenta que para Silvia y Cristina si tiene atractivo. Yo creo que está noche va a pasar algo entre Carlos y Cristina, a poco que sea valiente. Ella lo está deseando.
 
Me encantan estos personajes complejos que arrastran una historia y que mandan a la mierda cualquier análisis simplista o incluso racional porque sus acciones y decisiones están motivadas por las emociones pasadas y no por los hechos presentes, y por las fantasías propias construidas y amplificadas a partir de las emociones pasadas. No todos reaccionamos igual a las mismas acciones, el bagaje nos pesa, y mucho.

En TR, un lector no opina igual. Me comenta "La historia me está pareciendo muy lineal. Los personajes no han movido su motivación ni sus actuaciones desde el inicio de la trama. Por lo tanto me están pareciendo repetitivos."

Cuando habla de historia lineal, entiendo que se refiere que es una historia sin cambios bruscos. En eso puedo estar de acuerdo, esto no es una historia de sorpresas y giros de guion. Sobre los personajes que no cambian, ahí creo que no es justo ya que en la historia, en la primera parte que es cuando me puso el comentario, habían transcurrido menos de 4 semanas desde el inicio del relato, esos 17 capítulos empiezan en septiembre y acaban sin haberse terminado el mes, no veo lógico que unos personajes cambien repentinamente en tan poco tiempo, ni siquiera si fueran unos meses. Y sobre que se hacen repetitivos, quizás ahí sí tenga razón, 17 capítulos para solo 3 semanas y poco quizás es demasiado blablabla mostrando a los personajes una y otra vez como son, quizás debería haber recortado.

Al final, cada uno tenemos nuestras opiniones, ni las de ese lector son incorrectas ni correctas, es su opinión tal como dijo en el comentario.

Hay otro, que sin comentar, me puso una valoración de "terrible" en un capítulo. Lo vi ayer, no recuerdo si fue en el capítulo 14 o por ahí. Si ese lector considera que ese capítulo merece la peor valoración posible, imagino que no habrá seguido leyendo esta basura de relato que será a su entender. Y no pasa nada, cada uno tenemos nuestros gustos.

En fin, que este relato no es de misterio, ni sorpresas ni nada de ese estilo. Es un relato sobre varios compañeros de trabajo y sus relaciones y amistades, vamos, un culebrón del estilo de la Ventana ;)
 
En TR, un lector no opina igual. Me comenta "La historia me está pareciendo muy lineal. Los personajes no han movido su motivación ni sus actuaciones desde el inicio de la trama. Por lo tanto me están pareciendo repetitivos."

Cuando habla de historia lineal, entiendo que se refiere que es una historia sin cambios bruscos. En eso puedo estar de acuerdo, esto no es una historia de sorpresas y giros de guion. Sobre los personajes que no cambian, ahí creo que no es justo ya que en la historia, en la primera parte que es cuando me puso el comentario, habían transcurrido menos de 4 semanas desde el inicio del relato, esos 17 capítulos empiezan en septiembre y acaban sin haberse terminado el mes, no veo lógico que unos personajes cambien repentinamente en tan poco tiempo, ni siquiera si fueran unos meses. Y sobre que se hacen repetitivos, quizás ahí sí tenga razón, 17 capítulos para solo 3 semanas y poco quizás es demasiado blablabla mostrando a los personajes una y otra vez como son, quizás debería haber recortado.

Al final, cada uno tenemos nuestras opiniones, ni las de ese lector son incorrectas ni correctas, es su opinión tal como dijo en el comentario.

Hay otro, que sin comentar, me puso una valoración de "terrible" en un capítulo. Lo vi ayer, no recuerdo si fue en el capítulo 14 o por ahí. Si ese lector considera que ese capítulo merece la peor valoración posible, imagino que no habrá seguido leyendo esta basura de relato que será a su entender. Y no pasa nada, cada uno tenemos nuestros gustos.

En fin, que este relato no es de misterio, ni sorpresas ni nada de ese estilo. Es un relato sobre varios compañeros de trabajo y sus relaciones y amistades, vamos, un culebrón del estilo de la Ventana ;)
Bueno sobre TR la verdad hay ocasiones que parece una selva, por supuesto hay que respetar la opinión de todos, pero alguna vez leo cada cosa que no es de recibo, a mí personalmente si un relato no me gusta ni lo valoró, ni opinó, dejo de leer y ya, ahora mi opinión de tú relató, me esta gustando en general, algún capítulo puede ser más flojo y otros más intensos, conoceis algún autor que a lo largo de un libro no sufra ésto, seran raras las excepciones que alguna abra, los personajes sabemos pocos de su vida anterior, cierto, aún así me parecen totalmente creíbles y la historia verosímil, todas las mañanas lo primero que hago es ver si has publicado y disfruto leyéndote que al final por la parte que me toca es lo que busco pasar un rato agradable de lectura, muchas gracias por escribir y espero que en el futuro haya más relatos tuyos por el foro.
 
En TR, un lector no opina igual. Me comenta "La historia me está pareciendo muy lineal. Los personajes no han movido su motivación ni sus actuaciones desde el inicio de la trama. Por lo tanto me están pareciendo repetitivos."

Cuando habla de historia lineal, entiendo que se refiere que es una historia sin cambios bruscos. En eso puedo estar de acuerdo, esto no es una historia de sorpresas y giros de guion. Sobre los personajes que no cambian, ahí creo que no es justo ya que en la historia, en la primera parte que es cuando me puso el comentario, habían transcurrido menos de 4 semanas desde el inicio del relato, esos 17 capítulos empiezan en septiembre y acaban sin haberse terminado el mes, no veo lógico que unos personajes cambien repentinamente en tan poco tiempo, ni siquiera si fueran unos meses. Y sobre que se hacen repetitivos, quizás ahí sí tenga razón, 17 capítulos para solo 3 semanas y poco quizás es demasiado blablabla mostrando a los personajes una y otra vez como son, quizás debería haber recortado.

Al final, cada uno tenemos nuestras opiniones, ni las de ese lector son incorrectas ni correctas, es su opinión tal como dijo en el comentario.

Hay otro, que sin comentar, me puso una valoración de "terrible" en un capítulo. Lo vi ayer, no recuerdo si fue en el capítulo 14 o por ahí. Si ese lector considera que ese capítulo merece la peor valoración posible, imagino que no habrá seguido leyendo esta basura de relato que será a su entender. Y no pasa nada, cada uno tenemos nuestros gustos.

En fin, que este relato no es de misterio, ni sorpresas ni nada de ese estilo. Es un relato sobre varios compañeros de trabajo y sus relaciones y amistades, vamos, un culebrón del estilo de la Ventana ;)
Lo que te puedo decir es que espero que llegue mañana para leer el próximo episodio. No sé si es lineal o elíptico, pero es un relato que atrapa, entretiene y además, excita.
 
Y bueno, la noche buena no tuvo nada especial, al menos esperaba que se pudieran ayudar en sus traumas, pero la cosa está grave, son demasiado herméticos, sobre todo Carlos, que además, su desprecio a si mismo es desesperante. Su repetitiva bromita de "un viejo como yo" lo hace más patético aún. Espero que de alguna forma espabile, ya que su mejor amiga no logra llegar a él.

Cristina tiene otro problema, también serio, y lamentablemente agravó su situación viviendo con dos seres impresentables. Lástima que su mejor amigo sea demasiado tímido como para intentar algo con ella y hacer que entre en razón.
 

20​

Al día siguiente. Lunes, 25 de diciembre
Carlos


Miré por la ventana a ver como se presentaba el día. Estaba nublado el pronóstico no daba lluvia, al contrario, daba sol aunque con bastante frío. Me estaba tomando un café mientras pensaba que tenía que ir a la casa del campo, no recordaba si había cerrado todo al venirme rápido, y con la que había caído, temía que hubiera entrado agua en la casa.

Estaba pensando en eso cuando escuché como se abría una puerta y luego se cerraba otra. Supuso que sería Cris yendo al cuarto de baño. Me fui a la cocina para prepararle un café y unas tostadas. Llegó 15 minutos después, con sus mallas y camiseta. Me saludó con un tímido “Buenos días”. Le devolví el saludo y le pregunté:

- ¿Con qué te gustan las tostadas?

Ella me miró sin entender y le dije:

- Tengo mantequilla, mermeladas, Foie gras

- ¿Eso no es hígado?

- Sí

- Puafff

- Que delicada

- Jajaja

- También tengo chocolate para untar

- ¿En serio?

- Lo tengo por Gema, la niña de Silvia

- Jeje, hace siglos que no tomo eso

- Es sin azúcar ¿Te pongo una con eso y otra con mantequilla?

- Nooo, lo hago yo

- No, no, eres mi invitada y ayer me hiciste de comer, ahora me toca a mí

- Pero…

- Ni peros ni peras, que te sientes

Ella lo hizo sonriendo y al poco le puse las dos tostadas y el café. Empezó a comer rápido, tenía hambre. Le pregunté:

- ¿Has dormido bien?

- Mucho, aunque hacía calor

- ¿Sí? Hay termostatos en cada habitación

- Oh, no lo sabía

- Pues sí

- Bueno, no pasa nada, he dormido sin taparme y ya está

- ¿Y tienes resaca?

- Cuando me levanté, pero tras la ducha ya no ¿No comes?

- Llevo levantado un par de horas, ya sabes que me gusta madrugar, y ya desayuné

- Oh

Le dio un bocado a la tostada con chocolate y cerró los ojos:

- Oh, dios, que bueno jiji

- Jeje

- No estoy acostumbrada a esto, nunca me preparan desayunos

Ahora estaba comiendo despacio, degustando cada bocado. Vi su móvil en la mesa. La noche anterior me había fijado en la funda que tenía, muy llamativa. Le dije:

- ¿Y esa funda? Es nueva ¿no?

- Sí ¿Te gusta?

- Bueno, no es de mi estilo jeje

- Jajaja, ya, ya, es… es de Héctor

- ¿Un regalo?

- Bueno, me contó que la vio y pensó que me gustaría, y la compró por si yo le tocaba en el amigo invisible

- Ah

- Pero al final no le tocó y me la dio porque a él no le sirve

- Ya

- Es un cielo, es mi mejor amigo, aunque no me gusta que me regale cosas

Cogí el móvil y miré la funda. Esa funda no costaba los 5€ del amigo invisible, costaba 10 o 15 veces más porque tenía cantidad de muñequitos y lucecitas. Sonreí pensando en Héctor. “Pobre chico, y ella no se entera de nada ¿Debería decirle algo? No, mejor no, pondría en evidencia a Héctor y no serviría de nada, Cris tiene novio y no mira de esa forma a Héctor”.

Cuando terminó de comer, recogimos e intento limpiar pero no la dejé. La eché de la cocina. Escuché como iba al salón y abrió la puerta del balcón pero la cerró rápido:

- Que frío hace pero diría que no va a llover más ¿No?

- Creo que no

Puso más villancicos pero volvió a la cocina:

- Carlos, el champán de anoche...

- ¿El que te bebiste la botella casi enterita?

- Sí, jiji, estaba riquísimo

- Me alegro

- ¿Cuál es? Me gustaría comprarlo para Nochevieja

Me reí por dentro y le dije:

- No creo que sea buena idea

- ¿Por?

- Es… es mmm en realidad no sé si se vende en tiendas, fue un regalo

- Ah

Cristina
Carlos limpiaba la encimera dándome la espalda. Era la primera vez desde que me había ido de casa que me hacían el desayuno y me sentía rara. Entonces vi la botella del champán en la encimera, para tirarla. La cogí y leí la marca “Dom Perignom”. Me sonaba mucho y saqué el móvil para hacerle una foto y buscarla en el supermercado.

Carlos salió de la cocina para ir dentro y me fui al salón. Mientras lo esperaba, busqué a ver si lo tenían en el supermercado donde yo compraba pero no, no estaba. Entonces busqué en Google y casi se me cae el móvil al ver el precio. Carlos llegaba diciendo:

- ¿Qué planes tienes hoy?

- ¿Me… me… me diste un champán de casi 500€????

- Bueno, no te lo di, lo bebimos

- Pero… pero…

- Lo tenía ahí desde hace años para una ocasión especial, y anoche lo fue

Lo miraba boquiabierta. Anoche, entre la cena y el champán se había gastado casi 700€, y eso sin contar el vino que también bebimos. Conseguí decir:

- Pero si me lo bebí casi todo

- Sí, menos mal, así no lo tiramos jeje

- Pero ¿Por qué? Yo… yo no… yo…

“Me da eso y ni intenta acostarse conmigo, ni siquiera pensaba decírmelo” pensé mirándolo sin creérmelo. Él se rio y dijo:

- Me lo pasé muy bien y es algo para bebérselo, no para tenerlo guardado

- Pero yo no… no soy nadie

- Eres la persona que me hizo compañía anoche, y perdió su tiempo cocinando toda la tarde, para mí fue importante

- Yo…

Estaba alucinada. Me empecé a reír. Él me miraba extrañado y yo no podía parar. Cuando me calmé le dije:

- Me bebí 500€ yo sola

- Yo bebí una copa

- Dios, y ni me lo ibas a decir

- ¿Para qué?

- Eres de lo que no hay

- No sé si eso es bueno o malo… Por cierto, ha sobrado bastante comida ¿Quieres llevártela?

- No, la hice para ti

- Bueno, la repartimos

- ¿Que vas a hacer hoy?

- Tengo que ir a la casa que tengo en el campo. Con mi mala cabeza, no estoy seguro si ayer me dejé algo abierto y con la que ha caído…

- ¿Puedo ir?

- Está a una hora en coche

- No me importa, no tengo nada que hacer

- Mmmmm

- Y comemos juntos las sobras ¿Vale?

- ¿Y me llevo más champán?

- Noooo, de ese no, que ahora que sé el precio me sentaría mal jajaja

- Menos mal porque no tengo más jeje

- ¿Puedo ir?

- Claro, pero te vas a aburrir

- Ya, eso me dijiste ayer y me lo pasé genial

- Bueno, tú misma… ¿Vamos?

- Sí, pero ¿A qué hora volveremos?

- Allí no hay mucho que hacer, volvemos cuando quieras

- ¿Podremos estar de vuelta antes de las 7 de la tarde?

- Sí

- Es cuando creo que volverá mi novio

- Sin problema

- Pues vamos, cojo mi mochila

- Y yo la comida, que no se nos olvide

- Ah, claro

El viaje se me hizo muy corto, no paramos de charlar. Cuando paró el coche para abrir una puerta con un mando, me quedé sorprendida, me esperaba una casa de pueblo pero aquello era un chalet con su tapia y puerta de garaje. Cuando entramos, abrí la boca. Aquello era precioso, con un jardín grande y una bonita casa de dos plantas. Salimos y, aprovechando que quería ver si había entrado agua por algún lado, me enseñó la casa que me encantó como estaba amueblada y lo grande que era. Y la piscina, enorme. Ya solo la cocina me alucinaba. Dejamos la comida y me dijo de dar un paseo para enseñarme los alrededores.

Me dijo:

- Esto es muy tranquilo

- Ya veo, es genial

- ¿Genial? No creo que lo sea para una jovencita como tú, esto es para viejos como yo

Lo miré enfadada:

- ¿Por qué siempre te llamas viejo?

- Porque lo soy

- No lo eres ¿Cuántos años tienes?

- Muchos jeje

- ¿40?

- Nooo, más

- ¿No me los quieres decir?

- No tengo problema, tengo 48

- Pues muy bien llevados, no los aparentas para nada

- Jajajaja

- Es verdad, no te rías, y no te llames viejo, me da rabia

- Te pareces a Silvia

- Pues tiene razón

Volvimos a la casa y calentamos la carne y la sopa. Volvió a sacar un vino que me dio miedo preguntar por su precio. Comimos muy tranquilos, sin prisas, riéndonos mucho. No entendía como este hombre estaba solo, no me entraba en la cabeza, era encantador, atento, con buen humor, simpático y muy listo. Volví a sentirme muy atraía hacia él, me parecía super atractivo. “Si llego a estar soltera, no te escapas” pensé.

Volvimos temprano y me dejó en casa antes de la hora que le había dicho. Nos despedimos hasta el día siguiente que los dos trabajábamos. Subí a casa y grité “HOLAAAA” pero no había nadie, no habían llegado. Miré el móvil, nada de ellos.

Carmen
Salí de casa de mi madre con Daniel, harta de escucharla. Hacía frío pero cualquier cosa antes de escucharla un minuto más, a ella y sus recriminaciones por mi divorcio, por no saber atar a un hombre.

Llevé a Daniel a un parque y me senté en un banco a fumar. Vi a varios grupos de madres pero pasé de ellas. “Menos mal que me vuelvo a casa en dos días, me da algo si me quedo aquí más” pensé. Entonces escuché una voz familiar:

- Carmen ¿Tú por aquí?

Levanté la vista. Era Reme, una antigua amiga. Estaba horrible, que mal llevaba los 40. Le sobraban bastantes quilos y tenía arrugas por toda la cara. Me levanté y le di dos besos:

- Reme ¿Qué tal?

- Bien, paseando a los niños ¿Y tú?

- Con el mío, está allí

- Ah, es guapo

- Sí

Miré los tres suyos, nada del otro mundo, como ella. Le pregunté:

- ¿Con quién te casaste?

Ella me miró con odio pero era la verdad, no me acordaba. Dijo:

- Con el Sebas

Me empecé a reír. Era el tío por el que rompimos nuestra amistad a los 16 años cuando ella estaba colgada de él y yo me lo tiré. Ella me miró enfadada. Le dije:

- Ay, guapa, perdona, es que se me había olvidado completamente

- Pues hija, teniendo en cuenta que prefirió quedarse conmigo, deberías

Me reí aún más, como si ese tío me importara algo. Entonces dijo:

- Me he enterado que te ha dejado el tuyo

- Me he divorciado

- Por una más joven

La miré, la tía asquerosa lo estaba disfrutando. Esto era culpa de mi madre, por ir contándolo por ahí. Le dije:

- ¿Y qué?

- Es que los años no pasan en balde ¿eh, Carmencita?

- ¿Tú te has mirado y me has mirado a mí?

Me lanzó otra mirada de odio infinito. Le dije:

- ¿Tú has mirado tu ropa de baratillo y la mía?

- Siempre serás la misma hija de puta

- Pues vete a tocarle el coño a otra, a mí no, Reme, a mí no

- ¿A la que luce una estupenda cornamenta porque la han dejado por una cría de 20 y pocos años? ¿Qué pasa? ¿Tienes ya el coño seco o qué?

- Sigues tan zorra envidiosa como siempre

- Y tú tan puta, que te tiraste a todos los tíos del pueblo

- Incluido a tu marido ¿O ya no te acuerdas como no te hacía ni puto caso hasta que me fui de esta mierda de pueblo?

- Y ese niño que tienes ¿Sabes de quién es? Porque dudo que sea de tu ex, con lo zorra que eres seguro que ni lo sabes ¿Verdad?

Le iba a sacar los ojos cuando vi llegar a Daniel que se quería volver. Lo cogí de la mano y me fui. “Esta puta cabrona, se va a enterar” pensé mientras volvía a casa de mi madre.

Silvia
- No me hiciste caso ¿verdad?

Dije inmediatamente al responder Carlos a mi llamada al móvil. Él se rio y dijo:

- Pero ¿No estabas anoche borracha? Pensé que no te ibas a acordar de esa conversación

- Eres muy tonto, sabes que siempre me tienes que hacer caso

- Pero ¿Qué te ha dado a ti ahora con que me acueste con Cris?

- Quiero que despiertes, Carlos, que llevas sin sexo y sin relacionarte con mujeres demasiado tiempo

- Me relaciono contigo

- Relaciones para intimar y follar, Carlos, a eso me refiero

- Jeje, estoy mayor para eso

- Una polla, Carlos

- ¿Estás enfadada?

- No, bueno, sí

- ¿Por qué?

- Antonio se fue esta mañana y me ha dejado aquí todo el día con su familia y me tienen ya harta

- Jeje

- Sí, tú ríete pero estoy hasta el moño que no tengo de esta gente

- ¿Por?

- Por como me hablan, básicamente me echan la culpa de lo de Gema, como si fueran mis genes los malos

- Que tontería

- Yo que sé, Carlos, pero dicen que en su familia nadie ha tenido esa enfermedad, y en la mía sí hay algún caso y no paro de pensarlo y…

- Respira, Silvia, respira, ya estás empezando a hiperventilar con echarte la culpa de todo

- Pero y si…

- Y si nada, sabes que no tienes la culpa, déjate de historias

Ella respiró profundamente y luego se rio:

- ¿Ves como deberías haber venido?

- ¿Para qué?

- Para apoyarme como siempre, que aquí me atacan desde todos lados

- Jeje, tú te sabes defender solita

- No cuando me atacan a la moral y mis miedos

Se quedó callada y entonces preguntó:

- ¿Vas a quedar con Cristina en Nochevieja?

- Que va, jajaja, me ha dicho que se va con el novio de fiesta

- También decía algo así de Nochebuena y ya has visto donde ha dormido

- Sí, cierto pero no, esta vez se quedan por aquí, no es un viaje

- Ah… pues ve reservando esa noche porque te vienes a mi casa

- No, yo…

- Calle y escucha… Ya he hablado con mi hermano, este año la hacemos en mi casa y tú te vienes y te callas

- Pero si sabes que prefiero estar tranquilo y…

- Y nada, solo te admito que no vengas si quedas con Cris o cualquier otra mujer y hay posibilidad de polvo, cualquier otra excusa te la metes por donde ya sabes y te vienes, y no se habla más

- Jajaja

- Te lo digo en serio

- Pero Silvia...

- Que dejes los peros, te aviso con tiempo, te vienes, pasas una buena noche y luego te vas a ser insociable en tu maravillosa casa de campo

- Ay, Silvia

- En serio, Carlos, quiero tenerte en mi casa este fin de año... no, no quiero, necesito tenerte en mi casa en Nochevieja, no me dejes tirada

Lo escuché suspirar. Lo había convencido y sonreí. Dijo:

- Bueno, pero no sé para qué quieres que un viejo vaya…

- Habrá muchos viejos, tranquilo, te pones a jugar a la petanca con ellos y a contar batallitas de cuando luchabais con los dinosaurios, no te jode

- Jajaja, que cabrona estás hecha

- Pues déjate de viejos, ya sabes lo que te dije anoche

- ¿El qué?

- Que tienes un buen polvo así que deja de infravalorarte y te vienes y bien guapo, que yo disfrute también de las vistas

- Pero ¿Qué demo…? Jajajaja, estás más que loca

- Ya, será eso… Anda, te dejo, que me parece que al fin ha llegado Antonio y le espera una buena bronca

- Pobrecito

- Serás… Venga, besos y Feliz Navidad

- Feliz Navidad, mandona

Colgué sonriendo. ¿Por qué le decía esas cosas a Carlos? “Que tiene un buen polvo”. Meneé la cabeza, eso me lo debería guardar para mí, pero últimamente me costaba callármelo.

Cristina
Miré el móvil por milésima vez esa tarde. Seguían sin llamar y ya eran las 11 y media de la noche. Y yo no quería llamarles, estaba muy enfadada con ellos. Había esperado toda la tarde a que llegaran pero ya me iba a acostar, tenía que trabajar al día siguiente. Había cenado algo rápido y ya tenía puesto el pijama. Entonces escuché la puerta y me dio un vuelco el corazón. Escuché:

- CRISSS

Salí de mi habitación casi corriendo y vi a Alberto entrando con dos maletas. Le quería decir de todo pero cuando me vio y me sonrió, me quedé bloqueada:

- Hola, preciosa

- Hola

Cerró la puerta y le pregunté:

- ¿Y Sara?

- Abajo con alguien que se ha encontrado, pero yo no podía esperar más, tenía muchas ganas de verte

Dejó las maletas en el suelo y se me acercó. Me acarició la cara y me dio un beso tierno. Fue a darme un morreo pero me aparté diciendo:

- ¡¡No!!

Él me miró extrañado e intentó besarme de nuevo pero volví a apartarme:

- He dicho que no

- ¿Qué te pasa?

- Estoy enfadada con vosotros

- ¿Por qué?

- ¿Que por qué? Habéis pasado de mí estas fiestas, ni me habéis llevado ni llamado ni nada

- Sí te hemos llamado

- No

- Sara sí ¿No?

- No

- Pensé que ella…

- No, ni ella ni tú, me habéis dejado sola

- ¿Sola? ¿No te has ido con tu familia?

- No…. No puedo

- Pues… yo que sé, es que no había sitio en casa de Sara… Anda, pequeña, ven y dame un beso

Se me volvió a acercar y esta vez sí dejé que me besara, necesitaba ese contacto, no sentirme sola. Le pasé los brazos por encima de su cuello y salté para encaramarme sobre él rodeándolo con mis piernas y abriendo mi boca para buscar su lengua. Sabía que estaba siendo una tonta, que debería mandarlo a la mierda, pero no podía evitarlo.

Nos morreamos sin parar mientras él me llevaba a mi cama donde me echó para desnudarme rápidamente. Entonces se levantó y se desnudó. Noté como todo mi cuerpo temblaba de excitación mientras lo miraba. Se echó sobre mí y me penetró rápido. Le clavé mis dedos en su musculosa espalda y luego las bajé hasta su culo para indicarle que se moviera más rápido aún. El polvo no duró ni un minuto pero me corrí a la vez que él, lanzando un grito largo y temblado mientras lo abrazaba fuerte. Lo retuve dentro de mí todo lo posible hasta que se giró para tumbarse a mi lado y dijo:

- Te he echado mucho de menos, preciosa

Le dije:

- Ya, y por eso me has llamado y escrito tanto

- Es que ha sido un jaleo, mucha gente y sin parar de un lado a otro

Entonces escuchamos abrirse la puerta y a Sara gritar “¿DÓNDE ESTÁIS?”. Alberto gritó “AQUI” y ella entró quedándose en mi puerta mirándonos con sorpresa y diciendo:

- Pero ¿Ni me habéis esperado?

- Que va, Cris me ha atacado en cuanto he entrado

- Pero yo también quería, con lo que la hemos echado de menos todos estos días

Me fue a dar un beso pero me aparté y le dije:

- Estoy enfadada con vosotros

Ella me miró sorprendida:

- ¿Por qué?

- No me habéis llamado

- Te llamó Alberto

- No, ninguno

- Pero nene, te dije que la llamaras

Él dijo:

- A mí no me dijiste nada

- ¿No?

- No

- Oh, tía, perdona, pero es que hemos tenido tanto lío estos días que se nos fue ¿No, cari?

- Sí, eso parece

La miré y le dije:

- Ni os interesa que he hecho en Nochebuena

- ¿Saliste?

- Sí

- Oh, que bien ¿Dónde?

- Con… con mi jefe

- ¿Qué?

Entonces Alberto intervino:

- Cris ¿Me haces algo de cena? Vengo canino

Sara dijo:

- Tío, siempre estás pensando en comer

- Llevo conduciendo desde las 10 que salimos

- Pero comiste antes de salir

- Pero me ha entrado hambre de tanto conducir ¿Me preparas algo, Cris?

Lo miré:

- ¿Ahora? Si son casi las 12

- Anda, cariño, algo rápido

- ¿Un sándwich?

- No, unos filetitos o algo así

Sara dijo:

- A mí también, que ahora me ha entrado hambre

- Bueno, vale

Me levanté y me volví a poner el pijama. Fui a la cocina y miré que podía prepararles. Al rato llegó Sara que se sentó y me dijo:

- Tía, estoy fundida

- ¿Y eso?

- Hemos estado todo el día en el campo, y luego tanto coche

- Ah

- Por cierto ¿Podrías poner una lavadora con lo que traemos en las maletas?

- Bueno, mete lo que sea en la lavadora y ahora la pongo

- Gracias, cariño… Pero cuenta ¿Con tu jefe?

- Ah, sí

- ¿Y eso?

- Estaba también solo y…

- ¿Los dos solos?

- Sí

- Hostias ¿Te lo has follado?

- No

- ¿Está bueno?

- Mmmm sí

- ¿Y no te lo has follado?

La miré incrédula y le dije:

- No, te recuerdo que tengo pareja, bueno, no sé ni como llamarnos, pero estamos los tres juntos ¿No?

- Claro

- Y no voy por ahí poniéndoos los cuernos aunque me enfade con vosotros

- Jajaja, ya, pero no sé, los dos solos suena raro

- Es un buen tío

Me miró como sospechando y suspiré:

- Que no me he acostado ni él ha intentado nada

- ¿Es gay?

- No, está divorciado

- ¿Y no ha intentado nada? (con tono de total incredulidad)

- Que no, nada de nada

Vi que no la convencía y le dije:

- A ver, si os hubiera engañado me habría callado y os hubiera dicho que no había salido en Nochebuena ¿No crees?

- Supongo… Bueno, tía, dejemos el tema, te creo… No te vas a imaginar lo que hemos hecho estos días, no hemos parado, fuimos a…

La escuché, me habría encantado ir a esos sitios con ellos, pero al menos ya estaban aquí y no estaba sola.

 
A mí Carlos me parece que se subestima demasiado y ha perdido una gran oportunidad de tener sexo. Cristina está cada vez más atraída por el y a Silvia me parece que le pasa igual.
Alguien debe abrirle los ojos de una vez y que mande a paseo a las 2 arpías y caraduras con los que está. Espero que mi tocayo abra los ojos y se quiera un poco, porque si da el paso puede conquistar a alguna mujer. De momento aunque el no lo vea, tiene ya a 2 atraídas por él.
 
Lo de la nochebuena ha sido un aviso, un aperitivo de lo que puede pasar en Nochevieja. Es fácil que los personajes, todos a la vez digan: ¡BASTA! Y reconduzcan su vida de otra manera. Se avecina un año nuevo, pero nuevo de verdad. Año de cambios.
 
Joder Carlos necesita subir esa autoestima, por muy duro que es su tragedia familiar, chico con 48 y que te veas viejo uff y que pena de Cristina como la manejan, tiene un miedo terrible al rechazo me intriga que le pasó con la familia, para tener ese comportamiento.

Carmen la buena de Carmen se va a follar al marido de la Reme para que sepa lo que son unos buenos cuernos 😂 😂 se va a enterar esa con su ropa de baratillo.
 
Aunque no los veo juntos, si veo que Carlos y Cristina deberían dejarse llevar y tener una relación de follamigos, y digo esto porque sigo creyendo que a Cristina el que le conviene es Héctor, no va a encontrar a nadie mejor, solo tiene que abrir los ojos.
Lo de Carlos y Silvia lo veo un poco más difícil, aunque creo que con Antonio no es feliz y eso va a estallar. Además Silvia está atraída por Carlos.
 
Joder Carlos necesita subir esa autoestima, por muy duro que es su tragedia familiar, chico con 48 y que te veas viejo uff y que pena de Cristina como la manejan, tiene un miedo terrible al rechazo me intriga que le pasó con la familia, para tener ese comportamiento.

Carmen la buena de Carmen se va a follar al marido de la Reme para que sepa lo que son unos buenos cuernos 😂 😂 se va a enterar esa con su ropa de baratillo.
Yo creo que al final Carlos y Cristina se van a dejar llevar porque los 2 se desean.
Creo que las 2 arpías se la van a volver a jugar a Cris y está pasará la nochevieja con mi tocayo y entonces si que por fin tendrán sexo.
Y a ella le va a gustar tanto que repetirá.
 
Cristina y Carlos deberían estar juntos, son tal para cual, uno más patético que el otro.

Se que tienen traumas pero ya es demasiado. Espero que Silvia logre quitarle esa armadura. Y de Silvia no tengo mucha esperanza, ya que a Carlos parece no le interesa su vida y Héctor es demasiado tímido.
 

21​

Al día siguiente. Martes, 26 de diciembre
Cristina


Ahogué un bostezo con la mano y miré la hora, solo las 10 de la mañana, se me estaba haciendo eterna la mañana estando sola en la oficina y muerta de sueño. Carlos había llegado pero se había ido a reuniones. Estaba echando muchísimo de menos a Héctor.

Me levanté a echarme otro café, el tercero de la mañana. Estaba muy cansada. Anoche habíamos estado charlando hasta las 1. Les di sus regalos y se pusieron muy contentos, les encantaron, las Nike para Alberto y la ropa interior sexy para Sara. Luego, nos habíamos ido a la cama a hacer un trío largo y hasta las 2 y pico no nos dormimos. Y esta mañana me había levantado un poco antes de tiempo para tender su ropa y dejarles preparado el almuerzo.

Sonreí tontamente al recordar el trío. Habían estado muy ardientes, se notaba que sí que me habían echado de menos y eso me gustaba mucho, ya les había perdonado que no me hubieran llamado durante las fiestas, era normal con tanta gente y lío, y me habían prometido no volver a hacer algo así, y que en Nochevieja estaríamos juntos.

Me volví a mi sitio e intenté concentrarme en mi tarea. Al rato escuché pasos y levanté la cabeza para ver llegar a Carlos que leía algo en su móvil. Se asomó a mi puerta y preguntó:

- ¿Todo bien?

- Sí, está todo muy tranquilo

- Normal, esto está vacío, está todo el mundo de vacaciones

- ¿Tus reuniones bien?

- Sí, ajustando un poco las cuentas y el presupuesto del año que viene

- Ah

- Está todo ya listo desde hace semanas pero siempre quedan cositas, ya sabes

No tenía ni idea pero asentí sonriente. Dijo:

- Bueno, me vuelvo a mi despacho, avísame con cualquier cosa

- Sí, claro

Se giró y entonces le llamé:

- Ah, Carlos

- Dime

- ¿Puedo almorzar contigo? Como Héctor no está…

- Ah, claro, claro, pero vosotros coméis fuera ¿no?

- Cuando hace buen tiempo sí

- Yo es que como en la cafetería

- No hay problema

- Bien, pues tú me avisas cuando tengas hambre ¿Vale?

- Sí

- Por cierto, tienes cara de sueño

- Sí, bastante

- ¿Saliste anoche?

- Mmmm sí, algo así

Me miró sonriendo y se alejó.

Sara
“Nene, nene, despierta ya” le dije a Al mientras lo zarandeaba. Él protestó pero abrió los ojos:

- ¿Qué pasa?

- Vamos a desayunar

- ¿Qué? Pues ve tú, tengo sueño

- No, vamos a la cafetería, paso de ponerme a preparar algo

- Pero…

- Venga, vístete y vamos

Llevaba despierta un rato y estaba nerviosa, quería salir. Él protestó un poco más pero se levantó. Miró en el armario y dijo:

- Joder, no me acordaba que tengo todo en la maleta y sucio, que ahora me quiero ir a correr un rato

- Cris ha tendido la ropa, mira a ver si está seca

- Pero estará arrugada ¿Me planchas algo?

- Noooo, ni hablar, odio la plancha… ya planchará esta tarde Cris

- Pero ahora ¿Qué me pongo?

- Pues ponte lo de anoche, está ahí tirado

Lo recogió, lo olió y se la puso. Entonces dijo:

- Voy a estrenar las Nike de Cris

- No son las que querías ¿No?

- No, pero es que esas cuestan 200€ más

- Ya, y Cris es tan agarrada, mira que es la única que trabaja y tiene dinero, pero siempre lo está contando, parece una vieja usurera de esas

- Jeje, sí, se podía haber estirado un poco

- ¿Esas que te ha regalado cuánto cuestan?

- 150€ o por ahí

- Ya te compraré yo las buenas, cariño, no te preocupes

- Gracias, preciosa

Y me dio un beso. Salimos y nos sentamos en una cafetería del barrio. Pedimos el desayuno y me puse a darle vueltas a algo que me preocupaba. Le dije a Alberto:

- ¿Tú crees que se lo ha follado?

- ¿Cómo?

- A su jefe

- ¿Quién?

- Cris, coño

- ¿A su jefe?

- Sí, ayer nos lo dijo, pasó la Nochebuena con él

- Ah, joe, no sé

- ¿Te da igual o qué?

- Bueno, teniendo en cuenta lo que hicimos nosotros…

- Lo nuestro fue un experimento, ella se fue a casa de un tío para estar a solas con él, es distinto

- Pero nos acostamos con esa chica

- Ya ¿Y?

- Que le hemos puesto los cuernos

- Pero es diferente, estábamos borrachos y era por probar si nos valía con otra o no

Había sido idea mía. No paraba de darle vueltas a si me estaba volviendo bollera o qué porque cada vez me estaba gustando más follar con Cris. Por eso le había propuesto a Al follar con otra chica, y había sido un desastre, me había dado hasta repulsión, y más cuando vi a Al follársela… No, parecía que no me iban las tías y no aguantaba que Al se follara a otras, eso solo con Cris. Al dijo:

- Elegimos mal la chica, Cris está mucho más buena que esa chica

- No tiene nada que ver con lo buena que esté, creo que no me van las tías, solo Cris

- Pues no te entiendo

- Ni yo me entiendo… y Cris me tiene mosca con lo de ella con ese tío

- Pasa del tema, pelillos a la mar

- Una mierda, si me ha puesto los cuernos se va a enterar

- ¿Y los tuyos a ella?

- Que te he dicho que es diferente… Mira, a mí nadie me pone los cuernos ¿Te enteras? Si estamos saliendo los tres, ella no puede acostarse con otros y ya está

- ¿Y nosotros?

- Nosotros tampoco, ya hemos comprobado que con otra chica no es lo mismo y ahí acaba todo, fin del tema

- Bueno, yo me divertí

- Porque tú con tener un agujero donde meterla…

- Jeje, no es eso

- Ya, además, con Cris tienes varios agujeros, como es tan guarrilla, no tiene problema en eso

- Ya, como tú sigues sin querer probar por detrás

- Tienes el de Cris, que anoche bien que se lo follaste

- Claro, como siempre ¿Por qué estás enfadada?

- Ya te lo he dicho, me tiene mosca si me ha... nos ha engañado

- No lo creo

- La vi rara

- Estaba enfadada

- Joder, no me lo recuerdes, es que ni pensé en llamarla, por eso sí me siento culpable ¿Ves? Ahí estuvimos mal

- Ya

- En fin, vamos a terminar y nos volvemos a la cama, que hoy no pienso hacer nada

- ¿Nada?

- Además de follar, claro

- Pero iba a ir a correr

- Pues ya sabes donde te vas a correr

Y me sonrió.

Carlos
Cristina me estaba contando sobre una cosa que había hecho esa mañana y le había dado problema. La miré. Comía despacio mientras hablaba y vi que estaba cansada. “Ayer el reencuentro con el novio tuvo que ser épico si la ha dejado así, se habrá disculpado bien para que ella lo perdonara” pensé porque sabía que estaba enfadada por lo de Nochebuena.

Terminamos de comer y le dije:

- He pensado una cosa

- Dime

- Como esto está muerto, a partir de mañana hasta después de reyes, ven de 9 a 2

- ¿Y el resto de horas?

- Te quedas pendiente del móvil y del portátil, por si pasa algo urgente y te llamo, que lo dudo muchísimo

- Pero tengo tareas, me dijiste que…

- Bah, nada es urgente… Vamos a disfrutar de las tardes ¿No? Vete con tu novio a dar una vuelta y esas cosas, id de tiendas, buscad regalos… Por cierto ¿Qué te regaló?

- Mmmmm por ahora nada

- ¿No?

- No, y no creo que me regale algo, es que no trabaja

- Ya pero…

Decidí callarme, no entendía a ese tío. Ella dijo:

- Y no me gustan los regalos, prefiero que no me dé nada

- Eso debes cambiarlo, la persona que te regala algo también siente satisfacción y si le dices algo así, se lo estropeas

- Pero es que no me siento… no es por la otra persona, es por mí

- Pero es lo que te digo, a muchos nos gusta regalar por ver a la otra persona feliz

- Mmmmm

- Bueno, y a él ¿Le gustó tu regalo?

- Sí, eran unas zapatillas deportivas, muy caras para mí pero hice un esfuerzo, estoy casi sin dinero ahora

Y me miró triste. Le dije:

- ¿Necesitas un adelanto para las fiestas?

- No, no, prefiero que no, luego me cuesta recuperarme en los siguientes meses… Me queda suficiente hasta cobrar este mes, pero muchas gracias

- Bien

- Necesito aprender a controlar los gastos, solo es eso

- Ya… Bueno, recoge tus cosas y vete a casa

- Pero ¿Ya? No has dicho que a partir de mañana

- Sí, ese horario, pero vete ya, creo que necesitas echarte un rato…

- ¿Seguro?

- Que sí, mujer

Me miró indecisa y le dije:

- ¿No vas a obedecer a tu jefe?

- Jeje, vale, vale, me voy

- Descansa

Entré en mi despacho y, al poco, ella volvió con sus cosas y me dijo:

- Me llamas para cualquier cosa ¿Vale?

- Sí

- ¿No te vas?

- En un rato

- Hasta mañana

- Hasta mañana

La vi irse. No pensaba irme, tampoco es que tuviera mucho que hacer en casa.

Cristina
Entré en casa y saludé pero nadie me respondió. Miré en el cuarto de Sara y la vi dormida. No había rastro de Alberto así que pensé que estaría haciendo ejercicio. Dejé mis cosas y fui a recoger la ropa. Luego lavé los platos y cacharros del almuerzo de Sara y Alberto. Sara apareció en ese momento y, bostezando, dijo:

- Que temprano has llegado ¿no?

- Sí

- ¿Y eso?

- Mi jefe, que me da las tardes libres

- ¿Ah, sí?

La miré y vi que me miraba con suspicacia. Suspiré y le dije:

- No es por acostarme con él, no lo hice

Sara no dijo nada pero no dejó de mirarme. Cuando terminé con los platos, le pregunté:

- ¿Quieres un café?

Ella asintió y lo preparé. Se lo di y le dije:

- Voy a planchar

- Vale

Ella me siguió a la plancha y dijo:

- Mira, Cris, te lo voy a decir claro

- ¿El qué?

- Soy celosa

La miré extrañada y le dije:

- Fuiste tú la que me propuso el primer trío con Alberto

- Porque en ese momento Al solo era un buen polvo

- ¿Y ahora?

- Ahora los tres tenemos una relación

- Lo sé

- Y como tal, debemos sernos fieles

- Estoy de acuerdo

- Y aunque no somos bolleras, no quiero que te acuestes con otros

- Pero es que no lo he hecho

- Joder, Cris, que te fuiste con un tío divorciado a su casa

- Y no pasó nada

- No me creo que no te entrara

- Pues es la verdad

- ¿Un divorciado a una chica como tú? No me lo creo

- Lleva divorciado años, no es un divorciado de ahora

- ¿Y?

- Y nada, solo te lo decía

- Pero te parece atractivo

- Sí, como muchos otros ¿O tú has dejado de ver tíos buenos ahora que tienes novio y novia?

Sara se rio y dijo:

- No, desde luego que no

- Pues eso

Dejé la plancha para girarme y mirarla mientras le decía:

- Si llego a estar soltera lo mismo le hubiera entrado yo, pero no es el caso

Sara me miró sin decir nada. Volví con la plancha. Entonces dijo:

- Bueno, vale

- ¿Vale qué?

- Te creo

Entonces se levantó y me abrazó desde atrás. Me dio varios besos en el cuello y dijo:

- ¿Quieres dormir esta noche con Alberto?

- Vale

- Digo solo vosotros dos, yo llevo durmiendo varios días con él, y antes hemos follado

- Vale, esta noche conmigo

- ¿No quieres que yo esté?

Me giré para mirarla. Ella seguía abrazándome. Le pregunté:

- ¿No quieres estar sola?

Ella negó con la cabeza poniendo pucheros. Me reí y le dije:

- Vale, los tres

- Genial

Y me dio un pico.

Carmen
Entré en el taller y pregunté por Sebas. Salió al poco y puso cara de sorpresa al verme:

- Coño, Carmen, cuanto tiempo ¿Qué haces aquí?

- ¿Qué pasa, Sebas? ¿No puedo venir a saludar a un viejo amigo?

Me acerqué y le di dos besos. Nos miramos, que mal había envejecido, con barriga cervecera, medio calvo y fofo. “Joder ¿Y por este tío me peleé con la Reme?” pensé mientras le sonreía. Él me daba un repaso en toda regla y le dejé disfrutar. Entonces le dije:

- Al final te quedaste con el taller de tu padre

- Sí, claro

- ¿Sigue por aquí el viejo?

- No, se jubiló, ahora lo llevo yo

- Bien, bien ¿No me invitas dentro a charlar?

- Claro, Carmen, entra, entra

Entré despacio, con la mirada de los tres empleados de Sebas fijas en mí, y la de Sebas también, tenía claro que no me quitaba ojo de mi culo mientras pasaba por la puerta. Me llevó al despacho y me senté cruzando las piernas. Él, nervioso, se quedó de pie. Miré a mi alrededor y dije:

- No ha cambiado mucho esto

- No, no estamos para redecoraciones, andamos siempre con los números del taller al límite, entra poco negocio

- Siempre fue así y aquí sigue

- Sí, da para sobrevivir, no más

- Ya

Lo miré, siempre había sido un pobretón, “como todos en este asqueroso pueblo”. Él preguntó:

- ¿Qué te cuentas, Carmen?

- Nada, estaba aburrida y me he dicho de hacerte una visita

- Aja

- Esto me trae recuerdos

- ¿Sí? (con una sonrisita)

- Tu picadero, pocas noches me follaste en esa mesa ¿Eh?

- Jeje, sí

- A mí y a unas cuantas más ¿Verdad?

- Sí, bastantes jeje

- ¿Y a la Reme?

- No, con ella follé muchos años después, ya no usaba esto de picadero

- ¿Cuándo me fui?

- No, que va, mucho más tarde… la dejé embarazada en una maldita noche y ahí estamos

Sonreí. Así que al final lo había pescado de esa forma. Me levanté y empecé a caminar por la habitación. Le dije:

- ¿Y por qué follaste con ella si no te gustaba?

- Ufff, una noche de borrachera, ya sabes que era muy pesada, siempre detrás de mí

- Sí

- Y al final… Pues eso, la preñé y tuve que joderme con esa tía

- Pues hijo, con lo que te gustaba dar por el culo, deberías haber apuntado al otro agujero

- Me gustaba darte a ti por ese fantástico culo que tienes, Carmen

- ¿Y a ella no?

- No

- ¿Por qué? ¿No te gusta su culo?

- No, joder

- ¿Y el mío? ¿Te sigue gustando?

Le estaba dando la espalda y giré la cabeza un poco para mirarle sonriendo seductoramente. Sebas se me acercó rápidamente y me cogió el culo diciendo:

- Joder, claro que sí

- Me desvirgaste el culo aquí ¿No?

- Sí, joder, como gozaste, perra

- ¿Y qué te parece mi culo? ¿Sigue estando bien con ese sobeteo que me estás dando?

- Está fabuloso

Me giré y lo miré, muy cerca. Le acaricié el paquete con mi mano y dije:

- Vaya, se te sigue poniendo dura muy rápido

- Eso seguro

- ¿Follas mucho?

- Sí

- ¿Con Reme?

Él se cortó y no me dijo nada. Le sonreí y dije:

- No me creo que solo te folles a Reme

Él siguió sin decir nada y me carcajeé:

- El que calla, otorga

Sebas rio y le dije:

- ¿Y sigues follando aquí?

- No

- ¿Dónde?

- En casa de ella

- Ahhh, entonces la pobre Reme tiene unos bonitos cuernos

- Tiene bastantes, y más que va a tener si te vienes conmigo

- ¿No me quieres follar aquí?

- Aquí no puedo

- Ohhh, que lástima

Lo aparté de mí. Él me cogió las tetas pero le aparté y me fui a la puerta:

- ¿Dónde vas?

- A mi casa

- Pero ¿No vamos a follar?

- Noooo, jaja, ya no follo con catetos

- ¿Qué?

- Nada, cariño, y hazte una paja antes de salir, que vas a romper los pantalones

Y me fui. Al salir del taller, paré la grabación y escuché un poco pegándomela al oído. Perfecta. “Y ahora, a que me de alguien el móvil de Reme, a ver si le gusta tener cornamenta o no” pensé mientras sonreía satisfecha.​
 
Carmen me parece una auténtica porqueria de Persona y hasta este capítulo pensaba que no habría nadie que se acercará, porque es imposible ser más repugnante que Ella, pero, desde luego Sara se le parece mucho.
Engreída, Prepotente, cínica, desagradecida, caradura... No sé cómo Cristina no lo ve.
Hay que ser malísima y nefasta Persona para que encima que te hacen un regalo despreciarlo y no valorar el esfuerzo.
Ya que Ella no lo ve, creo que Carlos es el que se lo puede y se lo debe hacer ver, que mandé a paseo a esos dos. Que coraje me está dando
 
Voy a hacer un pequeño comentario que ya dejé en la otra orilla también:

- Cristina es una cenicienta pero no está obligada ni maltratada a la fuerza. Es una sumisa de manual que necesita amor y así está, que le vamos a hacer, ya espabilirá.

- Alberto como bien dice Turista es un tonto a las tres pero un tonto cabrón que no duda en aprovecharse. Por cierto, ya va para 30 años. Aunque no tienen edad máxima, cada vez le costará más competir con los jóvenes en las pruebas físicas. Yo lo veo terminando de guardia de seguridad y gracias...

- Sara se está encoñando con Cris y veremos que pasa por ahí. Porque cuando este trío reviente, Sara querrá quedarse con Cris antes que con Alberto, si no al tiempo.

- Héctor es un pagafantas, de momento pasa de todo, no se ve futuro con Cris y tampoco se ofusca mucho. Sigue estando ahí, como un buen amigo, tendrá su oportunidad.

- Carmen es una zorra de manual, he dicho zorra, que no puta, aunque puta también es bastante, jejeje. Le tocó los huevos la Reme y la va a amargar con el audio. Que conste que para mí le hará un favor. La Reme tiene derecho a saber lo que piensa y hace de verdad su marido (si es que no lo sabe ya) La verdad debe fluír, ahora bien, Carmen lo hace para hacer daño y burlarse no para ayudar a una amiga.

- Silvia... siente cosas por Carlos pero tiene esposo e hija, no se yo como se romperá eso para que termine con Carlos...

- Carlos es un buenazo, humilde, nada pretencioso, no quiere estorbar pero algo pasará que le hará sacar algo más de carácter y ser más atrevido... Puede que unos buenos polvos, jajaja
 
Es increíble la jeta de Alberto y Sara :mad: de verdad que Cristina como no espabile rápido va por mal camino, veremos que ocurre en fin de año, creó que acabara con el corazón partió y hay le ayudara Carlos, pero ocurrirá algo entre los dos.

Cada vez se pone más interesante.
 

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