Compañeros

37​

Al día siguiente. Miércoles.
Carlos


Entré en la fábrica y busqué a Antonio. Había pasado muy mala noche con el tema de la infidelidad de él y si debía o no decírselo a Silvia. Al final decidí hablar con él y, según me dijera, hablar o no con Silvia. Si solo era un escarceo, le echaría la bronca pero no le diría nada a Silvia. Si era algo serio, se lo contaría a pesar de que me dolería en el alma.

Cuando encontré a Antonio me saludó como siempre pero al decirle que me acompañara, se extrañó. Vi a la chica de la piscina. La había buscado en la plantilla. Se llamaba Rosa, una rubia de bote de 29 años bastante atractiva y con muy buen tipo, bastante diferente físicamente a Silvia en todo.

Salimos fuera y me lo llevé a un lado, alejados de todo el mundo. Le dije enfadado:

- ¿Qué coño haces, Antonio?

Él me miró sin entender nada y le dije:

- Ayer en mi casa

Se quedó con la boca abierta. Le dije:

- Tengo un sistema de alarma que me avisa cuando alguien entra aunque sea con la contraseña correcta

- Joder

- Sí, joder, ¿Por qué le haces esto a Silvia?

- Es que…

- Joder, a Silvia que te quiere con locura, me dan ganas de partirte la boca, Antonio, no sabes como…

- Espera, espera, es… fue… solo…

- ¿Qué?

- No sé, una locura, Carlos, no le digas nada a Silvia

- ¿Por qué no le tengo que decir lo que vi?

- Porque es una tontería, es por… por el estrés, no sé, muchas horas aquí y… se me fue la cabeza

- ¿Y la llevas a mi puta casa?

- No sé, no lo pensé bien

- Coño, pues es un viaje de una hora, tenías tiempo para pensarlo

Antonio se movía intranquilo. Me dijo:

- No volverá a pasar

- ¿El qué? ¿Que te folles a Rosa en mi casa o que te la sigas follando?

- Las dos cosas

- Mierda, Antonio, es que no me lo puedo creer, hacerle esto a Silvia, joder

- Lo sé, lo sé, no lo merece, soy un capullo y…

- ¿Un capullo? Eres un pedazo de cabrón

- Lo sé, lo siento, yo…

- ¿Y ahora qué hago? Me pones en un puñetero compromiso enorme, debería decírselo a Silvia

- No, por favor

- Y eso la destrozaría, lo sé, y… mierda, Antonio, de verdad que…

- Te juro que no volverá a pasar, te lo juro

Lo miré, parecía sinceramente acojonado y apenado. Le dije:

- ¿Es algo… es la primera vez?

- Sí, fue… no sé, salimos y dijimos de tomar una cerveza y… no sé, no sé como pasó

Quería gritarle de todo pero me tranquilicé. Le dije:

- Como… como me entere que pasa una sola vez más, o Silvia me dice algo raro, te aseguro que se lo cuento

- No, no, no va a pasar más, te lo juro

Lo miré con enfado. Le dije:

- Me has defraudado, Antonio, no sabes cuanto, no entiendo como le puedes hacer esto a una mujer como Silvia

- Lo sé, lo sé, lo siento

Me fui sin despedirme. Esperaba estar haciendo bien y que Silvia nunca se enterara de nada de esto y que ese gilipollas supiera mantener su polla dentro de los pantalones.

Antonio
Me metí en el baño y me eché agua en la cara. “JODER, MIERDA, MIERDA” dándole golpes a la máquina de secarse las manos. Me calmé y pensé “Todo es culpa de Rosa, que se le metió en el coño ir a follar en la puta piscina”. Había sido el lunes, tras echar un polvo en su casa, que le había enseñado fotos de la casa de Carlos porque ella tenía curiosidad de donde había estado el fin de semana y ahí se emperró en que quería ir cuando le dije que tenía las llaves.

“Es que soy tonto, gilipollas” me recriminé. Con Rosa llevaba tonteando más de una año, nada serio, alguna broma y mirada lasciva pero sin llegar ni a tocarla. Pero todo el estrés de Silvia con el primer embarazo, luego con lo mala que había salido Gema con tanto lloro, lo mal que lo había llevado Silvia que siempre anteponía a la niña antes que a nosotros… y el colmo había sido lo del puto curso cuando Silvia se negó a ir a Barcelona. Rosa era otra de las que estaba recibiendo el curso y allí, enfadado con Silvia, caí en sus brazos y ahora no parábamos de follar.

“Tengo que cortar con Rosa” pensé por milésima vez, pero es que no podía, Rosa era un volcán en la cama, mucho mejor que Silvia con sus reglas y sus agobios. Con Rosa era todo diversión. Y me volvía loco, sabía calentarme como ninguna.

Pensé en un refrán que venía que ni pintado “Tanto va el cántaro a la fuente…”. Tenía que cortar con Rosa antes de que el puto cántaro se rompiera y Silvia se enterara de todo.

Carlos
Llegué a mi despacho aún alterado por la charla con Antonio y justo en ese momento me llamó Silvia por video. No me atrevía a hablar con ella por si me notaba raro y le descolgué para intentar cortar rápido:

- Hola, Silvia

- Buenas… ¿Seguimos por donde ayer lo dejamos?

“Mierda, es verdad, que teníamos que seguir con la planificación” pensé. Le dije:

- Mmmm mejor en otro momento, ando con lío

- ¿Te puedo ayudar?

- No, no, son cosas de recursos humanos

- Ah, vale, vale… Por cierto, que quizás voy a tener que tirar de mi contacto con el tío bueno de recursos humanos

- ¿Qué?

Estaba solo pensando en Antonio y no me percaté de su broma. Ella dijo:

- Sí, el director buenorro de recursos humanos

La miré sin comprender que estaba bromeando conmigo y ella dijo:

- ¿Qué te pasa?

- No… nada

- ¿Nada? Pero si estás en babia

- ¿Yo? ¿Por qué?

Ella me miró asombrada y me dijo:

- Te estoy llamando buenorro y no reaccionas como siempre ¿Qué te pasa?

- Ah, sí, perdona, es que tengo la cabeza en otras cosas

- Pero ¿Pasa algo grave?

- No, no

Ella me miró con suspicacia, Silvia tenía un sexto sentido para saber cuando no quería decirle algo. Dijo:

- ¿Es algo de Carmen?

- No, es que ahora tengo una reunión y estoy pensando en ella

Me miró durante unos segundos y luego dijo:

- Bueno, pero me parece que estás raro

- No, no, no empieces, jeje, es solo un despiste… A ver, dime ¿Qué necesitas de recursos humanos?

Me volvió a mirar durante unos segundos sin decir nada, sospechando, hasta que dijo:

- Nada, era una tontería

- No, dime

- Es que ayer llegó muy tarde Antonio, cerca de las 12, cansado de tantas horas con las máquinas ¿No podrías preguntar a su jefe a ver si pueden bajar un poco el ritmo? Sé que es algo puntual, como nos ha pasado a nosotros a veces con las urgencias con los servidores pero es que llevan ya muchas semanas a este ritmo y me preocupa

“Madre mía, este cabrón me ha mentido, si lleva así semanas es porque se está tirando a Rosa desde hace semanas, al final se va a enterar Silvia” pero dije:

- Sí, claro, veré a ver que ocurre, no te preocupes

- Gracias, Carlos, pero no le digas nada a Antonio de que te lo he dicho yo ¿Eh?

- Vale

- Que luego me dice que me meto en todo

- No te preocupes

Silvia me sonrió agradecida y dijo:

- Como me aprovecho de ti, Carlos, lo siento

- No pasa nada

- Sí pasa, siempre me ayudas en todo y yo solo pido, y pido…

- No, Silvia, no pides tanto, son cosas normales entre amigos



Ella me miró con gratitud y dijo:

- Bueno, te dejo con esa reunión tan importante y que te tiene preocupado

- No, no es eso, jeje, es solo que es complicada

- Ya… tú me avisas cuando quieras que sigamos con la planificación

- Sí, por supuesto, hasta luego, Silvia

- Hasta luego, Carlos

Y cortamos. Me llevé las manos a la cabeza “¿Voy a por Antonio y le digo que sé que me ha mentido y lleva semanas con Rosa? Joder, joder, joder” pensé presionando mis dedos contra mi cabeza, que me dolía un montón por la falta de sueño y la preocupación por Silvia.

Héctor
Mónica se me acercó con su silla y me dijo:

- Nene, ya tenemos plan para el sábado

- ¿Qué plan?

- Vamos a quedar con Chechu

- ¿Qué?

Chechu era un tipo que hacia viajes en plan mochilero y que Mónica había contactado por un foro. Le puse mala cara y le dije:

- Moni, a saber ese tío si es un colgao o…

- No, no, es legal

- Ya, claro, como lo conoces tanto

- No, tontín, pero ayuda a mucha gente con los viajes sin pedir nada a cambio

- ¿Y viene aquí?

- Sí, vive en un pueblo pero dice que este sábado viene a la ciudad y he pensado que podrías quedar con él y nos cuente ¿No?

La miré con pocas ganas pero a ella se la veía ilusionada. Me dijo:

- Anda, dí que sí, dí que sí

- Pero si no lo conocemos

- Bueno, es para charlar, no para acostarnos con él jiji

- Ya, ya, pero…

- Tomamos un café y que nos cuente… pienso llevarme una libreta para tomar apuntes jiji

- Pero…

- Anda, solo un café, porfi

- Bueno, solo eso

- Genial, gracias, amor

Y me dio un beso en la mejilla y se volvió a su sitio. Vi que Cris me miraba con una sonrisita y le hice un gesto de “no me impongo”. Ella sonrió y encogió los hombros, sabía perfectamente que no me hacía ninguna ilusión ese viaje.

Me resigné y seguí trabajando.

Antonio
Estaba almorzando con Rosa y me costaba sacar el tema de romper con ella pero tenía que hacerlo aunque me jodía porque ella estaba de muy buen humor y sabía que me iba a armar un follón.

Rosa me miró y dijo:

- Estás muy callado, guapo

- Mmmm

- ¿Qué pasa? Ayer te dejé tan cansado que no espabilas ¿No? jeje

- No, lo de ayer fue una cagada, Rosa

- ¿Cómo?

- Nos pillaron

- ¿Quién?

- Carlos

- ¿El dueño? ¿El de recursos humanos?

- Sí

- ¿Nos vio?

- Por las cámaras

- Coño, que le dimos espectáculo porno gratuito jajaja

- No tiene ni puta gracia, Rosa, que es muy amigo de Silvia

- Ya, ya, muy “amigo” jeje

- No son de ese tipo de amigos, Silvia es totalmente fiel

- Sí, ya

- Eres gilipollas hablando sin conocerla

- Vale, vale, no veas como estamos hoy ¿eh?

- Y Carlos se está follando a la morenaza de Marketing

- ¿A quién?

- A la tía esa que está buenísima

- No me jodas

- Sí, desde hace un tiempo

- Coño con el de recursos humanos jajaja

- Deja de reírte, lo de Carlos es grave

- Claro, ya podía habernos avisado, a mí me pone que me miren cuando follo jeje

- Joder, Rosa, tómate esto en serio, coño

- Si me lo tomo muy en serio, Antonio ¿O no lo notaste ayer en los tres polvos que me echaste?



Meneé la cabeza, con Rosa siempre era lo mismo, nunca se preocupaba por nada mientras el sexo fuera bueno, y con ella siempre era bueno. Dudé de si decirle ahora lo de que rompíamos o mejor en su casa. El problema de ir a su casa era que seguro que follábamos así que me armé de valor para decírselo. Pero en ese momento ella puso su mano en mi muslo y dijo:

- Joder, lo de ayer estuvo de puta madre, nene, y he pensado una cosita para la próxima vez que vayamos

- Mierda, Rosa, ¿No me escuchas o qué? Nos pillaron, no vamos a volver

- Oh, que pena, había pensado invitar a mi amiga Tere a esa piscina

Me quedé callado. Rosa era bisexual y, además de follar conmigo, follaba con la tal Tere que era un bellezón de 24 años, modelo y guapísima. Me había enseñado fotos de ella en ropa interior y verlas juntas debía ser un espectáculo increíble. Le pregunté:

- ¿Invitar?

- Sí, nene, para divertirnos las dos… o los tres

- Joder

- Y tanto que joderíamos jajaja

La miré sin terminar de creérmelo. Me dijo:

- Si quieres, te vienes luego a casa y hablamos de los “detalles”

- ¿Detalles?

- Sobre invitarla… o no, y las cositas que podríamos hacer los tres

Sonreí ampliamente. Bueno, rompería con ella más adelante, tampoco se iba a enterar Carlos de lo que hiciera en casa de Rosa ¿No?

Carmen
Miré a Carlos algo mosqueada. Llevaba toda la cena bastante callado para lo que era habitual en sí. Estábamos en mi casa y Daniel ya dormía pero la cena estaba siendo rara. Me harté y le dije:

- Carlos, a ti te pasa algo

- No, no, perdona, es que tengo la cabeza en otro sitio

- ¿Y te parece bonito estar pensando en otras cosas con tu pareja hablándote?

- No, Carmen, tienes razón, son cosas del trabajo y…

- Pues desconecta del trabajo, cariño

- Ojalá fuera tan fácil

- Mira, yo también ando preocupada con varias cosas del trabajo

- ¿Sí? ¿El qué?

- Estoy cansada de trabajar tanto y hacerle todo el trabajo a Patri y que ella se lleve todo el mérito

- Pero eso no puede ser, Carmen

- Pues lo es, Patri me cae genial, es un amor pero es… es… está acomodada, Carlos

Me miró sin decir nada. Le dije:

- Sinceramente, creo que deberías plantearte un cambio en la dirección de mi departamento

- ¿A qué te refieres?

- Patri no es la adecuada, y yo sí

- Ufff, Carmen, Patri lleva muchos años y…

- Por eso mismo, está estancada y es mayor para la agilidad y empuje que necesita ese departamento, y te digo una cosa, actualmente soy yo la que lleva todo el peso, todo

- Pero…

- No te digo que la eches, no, por Dios, Patri es mi amiga

- ¿Entonces?

- Pues, no sé, ponla en otro puesto

- ¿Cuál? A ella le gusta ese departamento, no la veo en otro

- Pues… no sé, asciéndela a un puesto donde no sea una carga

- ¿Ascenderla?

- Sí, invéntate un puesto para ella y me pones a mi de directora, es lo justo

Carlos me miró sorprendido y dijo:

- Yo no puedo poner y quitar directores así como así, Carmen

- ¿Cómo que no? Eres el responsable de recursos humanos y…

- Sí, pero porque nadie quiso serlo cuando éramos pequeños. Es más, se me da fatal, soy muy indulgente y nunca he podido despedir a nadie

Pensé en decirle que sabía que la empresa era suya pero no, mejor que me lo dijera él. Le dije:

- Pues llevas un montón de años en ese puesto para no gustarte

- Ya, hemos buscado candidatos pero ninguno nos ha convencido

- En EEUU ¿También eras de recursos humanos?

- Noooo, jajaja, que va

- ¿Entonces?

- Era encargado de desarrollos en una IT, me encargaba de dirigir proyectos software, aunque tenía que hablar mucho con recursos humanos… Pero siempre he sido un técnico, por eso aquí llevo a los técnicos, es lo que de verdad me gusta

Lo miré y le dije:

- Tú piénsalo, cariño, creo que para la empresa yo sería mejor directora, estoy convencida

- Carmen, es que…

- Piensa en eso pero en otro momento, ahora dejemos el trabajo

- Jeje, vale, vale

Seguimos comiendo pero seguía igual y le dije:

- Ya vale, Carlos

- Perdona, perdona...

- Esto lo arreglo yo, verás como no vas a pensar más en el puñetero trabajo, cariño

Estábamos en la mesa de comedor de mi salón. Me agaché y me puse debajo de ella, y luego me fui a por él. Le bajé la cremallera mientras él decía:

- Pero Carmen, ¿qué hac…?

Y se calló cuando comencé la mamada a su polla flácida que no tardó en endurecerse. Estuve varios minutos con la mamada y luego salí de debajo de la mesa. Me incorporé, me bajé la falda, luego el tanga y me incliné sobre la mesa, dándole mi culo. Él se levantó y me la metió despacio. Me cogió de las caderas y me folló rápidamente hasta correrse dentro de mí. Me giré y lo besé lentamente. Luego le dije:

- Bueno, y ahora que estamos más relajaditos los dos, cenemos mientras me cuentas algo divertido

Él se rio y nos vestimos.

Carlos
Salí de casa de Carmen con una sonrisa. La verdad es que había llegado con dolor de cabeza y sin poder parar de pensar en la infidelidad de Antonio, pero ahora me iba sin ese dolor y de mejor humor, Carmen era mi medicina, estaba claro.

Entonces recordé lo que me había dicho durante la cena, lo de ponerla como directora. Era algo complicado, Patri era una veterana y todo el mundo estaba contenta con ella, todos la querían, no podía echarla de su puesto, no tenía ningún motivo, pero eso de ascenderla era una buena idea, y estaba claro que Carmen se merecía ser la responsable de esa dirección, había revolucionado esa dirección. Lo pensaría.

No había sido totalmente franco con Carmen ya que sí podía poner o quitar direcciones, al fin y al cabo, la empresa era mía, pero yo delegaba todo en otros, solo daba las directrices principales pero la organización del día a día y el tema económico lo llevaban personas que sí sabían de esas cosas, personas de mi confianza. Por eso no me gustaba que se supiera mi verdadero papel en la empresa, y prefería que todo el día a día organizativo, de relaciones públicas y de números lo llevaran otros, aunque todo pasaba por mí antes de tomarse la decisión final. En los presupuestos sí participaba activamente ya que era mi dinero, pero más que nada para dar el visto bueno o no a nuevas ideas o líneas. Lo mío, lo que me gustaba de verdad, era el software y el cacharreo.

Silvia
“¿Estás seguro que no quieres que te haga algo de cena?” le pregunté a Antonio que negó diciendo:

- He comido en la fábrica un bocadillo

- No me cuesta nada hacerte algo rápido

- No, gracias

Antonio abrió la mampara y me dijo:

- Anda, vuelve a la cama, ya mismo voy

- Vale, te espero en la cama

Me metí en la cama. Eran las 12 y Antonio había llegado hacía 15 minutos. Lo había esperado despierta leyendo en la cama, impaciente. Cuando al fin llegó, se fue directo a la ducha, cansado de estar todo el día con las máquinas.

Intenté leer algo mientras esperaba a que Antonio se acostara pero me costaba concentrarme. Al poco llegó acostándose con unos boxers y una camiseta. Le abracé y le dije:

- ¿Cuándo vais a terminar de dejar listas las máquinas?

- No lo sé, Silvia

- Es una mierda

Lo dije en un tono que quería decir que me fastidiaba por no tenerlo allí, pero él me malinterpretó y dijo:

- Yo no me quejaba cuando tú llegabas a las 3 o las 4 de la noche tras horas con los ordenadores

- Ya, yo no...

- Ni me hacía la víctima, ni…

- Oye, oye, que no he querido decir eso, solo que te echo de menos, solo eso

Él refunfuñó y apagó la luz. Le abracé y le dije:

- Solo estoy preocupada por ti

- Ya

- Sí, y claro que quiero que llegues temprano a casa por nosotras, pero por ti también, para que puedas descansar

- Vale, lo siento, es solo que estoy cansado

- Lo sé

Le acaricié el pecho y luego bajé mi mano hasta su paquete. Él dijo:

- Silvia, que estoy cansado

- Ya, pero si quieres…

- No, hoy no

- Una mamadita para que te relajes y…

- No, gracias, de verdad que estoy agotado

- No tienes nada que hacer, yo…

- Silvia, por favor, vamos a dormir, ha sido un día complicado

- Bueno…

Se giró dándome la espalda. Lo abracé por detrás y le dije:

- Buenas noches, nene

- Buenas noches

Y al poco noté como se dormía. Me quedé pensando, no recordaba ni una sola vez que me hubiera rechazado una mamada. “Espero que Carlos influya en que el jefe de Antonio relaje el trabajo, esto no puede seguir así más tiempo” pensé esperanzada en Carlos.​
 
Espero que Silvia se entere y mandé a paseo a Antonio. No se la merece.
Por otra parte Carmen vuelve a demostrar lo arpía que es y aprovechando de su situación quiere quitarle el puesto a Patricia por la cara. Espero que Carlos no lo haga.
 
"
- Nos pillaron

- ¿Quién?

- Carlos

- ¿El dueño? ¿El de recursos humanos?

- Sí
"

No sé si me perdí de algo. Una simple empleada y Antonio sabían que Carlos es el dueño y Silvia no?, es que casi todos lo saben y Silvia no?, que alguien me aclare por favor.
 
Ala, a disfrutar de esas vacaciones.

Por como se comporta Antonio, creo que Carlos se ha equivocado. Tenía que haber hablado con Silvia y contarle la infidelidad de Antonio. Cuando Silvia se entere y le pregunte a Carlos si lo sabía, que le va a decir? Que no, que no lo sabía y mentirla? Que sí, que si lo sabía? Silvia se va a sentir traicionada dos veces, por su marido y por su mejor amigo.

Y el bicho sigue a lo suyo, engatusar a Carlos para trepar en la empresa sin importarle nadie.

Mónica parece muy enamorada de Héctor como para traicionarle con Chechu, pero todo puede pasar cuando se conozcan físicamente.
 
Uff, no sé si merece la pena el esfuerzo de resubirlos. Cuando dijeron de cerrar el otro foro, me planteé si hacer algo o no con mis relatos, pero me dio pereza el ponerme a hacer algo como lo que hizo Keranos, mucho trabajo para tan poca cosa en mi caso.

Quizás los ponga como pdf por si algún "loco" quiere tenerlos :p o quizás suba el de "El paso del tiempo" a TR que allí casi no me conocen y de ese relato tengo buen recuerdo de cuando lo escribí.
Franrel, me quede a media lectura de "El paso del tiempo", te estaré muy agradecido si puedes enviarlo a mi correo: luisgh.lgh@gmail.com. Gracias por tus trabajos.
 
Franrel, me quede a media lectura de "El paso del tiempo", te estaré muy agradecido si puedes enviarlo a mi correo: luisgh.lgh@gmail.com. Gracias por tus trabajos.
¿Y aún te acuerdas de la trama y los personajes?

Quería darle un repaso a mis antiguos relatos pero me da mucha pereza y vergüenza releerme así que nada, los convertiré a pdf tal como están y los pongo por aquí para que os bajéis lo que queráis. Los errores que encontréis (que seguro que hay un montón) me los decís y los voy arreglando.
 

38​

Día siguiente. Jueves.
Antonio


Vi a Carlos de lejos y pensé “Joder, otra vez el tío éste”. Me hizo una señal y salí fuera con él. Sin saludarme, me dijo:

- Ayer me mentiste

- No sé de qué me hablas

- Silvia me ha dicho que llevas semanas llegando tarde a casa

- Es que el trabajo...

- Una mierda, he visto tus fichajes de salida, son normales

- Bueno, sí, vale, llevo un tiempo con Rosa

- Joder, ayer me dijiste que era la primera vez

- ¿Y qué coño quieres que te diga, Carlos?

- La verdad

- La puta verdad es que me enfadé con Silvia en Barcelona, me emborraché y acabé en la cama con Rosa y luego…

- Joder ¿Desde lo de Barcelona?

- Sí

- Eres…

Vi que de buena ganas me daría un puñetazo y le dije:

- Carlos, no te metas en nuestra vida

- ¿Cómo no me voy a meter? Le estás haciendo daño a Silvia y…

- No le estoy haciendo daño porque no sabe nada

- Ah, maravilloso, y tan contento ¿No?

- No, para nada contento pero Silvia es… es complicada

- Joder, Antonio, Silvia es… pocas mujeres son como ella, parece que no sabes la suerte que tienes

- Silvia es maravillosa pero también tiene su lado inaguantable y…

- Mierda, Antonio, no digas gilipolleces

- Que no te metas, Carlos

Me miró durante un buen rato sin decir nada. Luego dijo:

- Ayer me dijiste que lo ibas a dejar

- Sí

- Y anoche llegaste a las tantas a tu casa

- Sí

- Joder, y me lo dices tan pancho

- Rompí con ella, se enfadó, y tuve que quedarme con ella para tranquilizarla ¿Vale?

- No te creo

- Me importa una mierda, Carlos

- Como mañana me diga Silvia que vuelves tarde...

- ¿Qué? ¿Qué vas a hacer? ¿Destrozarle la vida por una tontería?

- ¿Una tontería? Le estás poniendo los cuernos, coño

- Sí, lo sé, pero no significa nada, es solo sexo, y contárselo sería destrozar mi familia

Carlos inspiró con fuerza y dijo:

- Le voy a decir a Silvia que me he enterado de vuestros sobre esfuerzos y he hablado con tu jefe y se han acabado

- Vale

- Ya no vas a tener excusa para llegar tarde a casa

- Perfecto

- Quedas avisado

Y se fue. Lo miré irse y pensé “Me cago en la puta el cabrón éste” pero lo cierto era que la noche anterior me había pasado. Rosa me volvía loco, era una bestia salvaje en la cama y no me había dado cuenta de la hora. Quizás era mejor no tener excusa y romper ya con Rosa, aunque estaba la promesa del trío. “Joder, puta, mierda, todo es complicado” pensé queriendo dar un puñetazo a la pared. Entonces se me ocurrió una idea.

Jamal
Cogí el móvil y busqué el contacto de Carmen. La llamé y se puso al tercer tono:

- Hola, Jamal

- Hola, preciosa ¿Puedes hablar?

- Sí, dime

- Te he buscado un cliente muy especial para este sábado

- Huy, miedo me das jajaja

- Que va, mujer, si te va a traer recuerdos

- Ah, uno que repite ¿Quién es?

- Alguien que solo te quiere a ti

- Jaja, no me extraña, cariño jajaja

- Me ha dicho que te diga que se llama madame Camille

Escuché como Carmen lanzaba un jadeo y luego dijo:

- ¿Esa vieja bruja?

- Sí, la madre de tu amiguito Jean

- Pero… ¿Otra vez lo mismo con los dos?

- No, solo ella

- Joder

- Te apuntas ¿No?

- Joder, no sé, es que esa tía es una hija de puta de primera, no sabes la mala leche que tiene la vieja

- A ti te va la marcha, preciosa

- Ya pero… es que no quiero marcas y con esa voy a acabar destrozada, que no sabes como me dejó las tetas y el coño

- Pues quiere el pack completo, y lo paga, y muy bien, 6.000 limpios para ti

- Joder... No sé

- Pero nena, no me defraudes

- A ver como coño explico yo las marcas a mi novio, Jamal

- Algo se te ocurrirá

- Ufff, déjame pensarlo

- Pero no tardes

- Vale, vale, te digo algo pronto

- Hasta luego, preciosa

- Chao

Y colgamos. Dejé el móvil en la mesa. Lo de la vieja era una petición especial de un cliente, un ricachón que le debía salir el dinero por las orejas. Había pedido expresamente una escena entre Carmen y la vieja como protagonistas aunque también quería que participaran dos tíos con pollas grandes para que se follaran a ambas, y había enviado una lista de cosas que quería que las dos hicieran, y pagaba un pastón por el video exclusivo. Si aceptaba, y no dudaba que lo iba a aceptar, Carmen iba a sufrir bastante y más valía que se buscara una buena excusa para no desnudarse durante unas semanas delante de su novio. La verdad es que me daba cosa por Carmen, pero el negocio era el negocio.

La vieja ya había aceptado y solo quedaba Carmen. Luego, aunque el video era exclusivo, pasado un tiempo prudencial lo pensaba vender a unos pocos ricachones, no demasiados, solo a los que sabía que iban a pagar bien por ese video. Menudo filón tenía con Carmen, solo con sus 7-8 servicios al mes y los videos, me generaba mucho más dinero que 3 o 4 de mis putas juntas, y sin darme ni un problema. Pero es que putas como ella había pocas.

Lo del novio podría ser un problema en el futuro pero conocía bien a Carmen, no tardaría en picarle el coño y se las ingeniaría para seguir de puta. Y si no, siempre la podría “convencer” de una forma u otra, pero estaba seguro que no haría falta llegar a eso.

Carmen
Me recliné en mi silla y pensé en la propuesta de Jamal. “Joder, la puta vieja esa cabrona” pensé sonriendo. Me había masturbado bastantes veces recordando aquella noche con ella, y no lo entendía, la vieja me daba hasta asco pero, a la vez, sentía una gran atracción hacia ella. Rememoré la humillación, el dolor y el placer de aquella noche y noté que me recorría un escalofrío por el cuerpo. Metí mi mano por dentro de mi falda y toqué mi tanga, estaba húmedo “Joder, que estoy cachonda y todo”. Pasé mis dedos por encima del tanga, acariciándome suavemente mi rajita y me estremecí, tenía ganas de masturbarme, pero recordé donde estaba y saqué la mano.

Suspiré y pensé “Esa cabrona me va a hacer mucho daño, eso seguro” y de nuevo me recorrió una corriente de excitación por todo el cuerpo. “¿Qué hago con las marcas y Carlos?” pensé durante unos segundos y cogí el móvil. Le puse a Jamal:

- De acuerdo, acepto

- Esa es mi chica, ya te contaré los detalles

- Chao

A Carlos le contaría un cuento de que estaba mala o algo así para no follar con él durante unos días. Me levanté y fui al baño, muy nerviosa, y entonces me di cuenta que necesitaba follar, pero follar de verdad. Me paré y busqué a Santi:

- Esta noche a las 10 en mi casa

Santi tardó unos segundos en responder:

- No sé voy a poder

- A las 10, sin retraso

- Te he dicho que no sé si puedo

- Pues puedes

- Yoli está muy pendiente de mí y…

La verdad es que ya casi no quedaba con él por culpa de Carlos y los servicios, pero hoy me apetecía. Imaginé que la chica se había puesto las pilas con el sexo porque ahora Santi casi no me daba el coñazo para quedar pero hoy sí tenía ganas de él:

- O vienes o te despides

- Joder, Carmen, ya veremos

- Tú mismo

Dejé de escribirle y leerle. Sabía que esa noche lo tendría en casa. Me metí en el baño y allí me encontré con dos compañeras de mi antiguo departamento de ventas. Las saludé y me lavé las manos y la cara, me notaba sofocada. Entonces una de ellas dijo:

- Oh, Carmen, que pulsera más bonita

Levanté la mano para que la vieran. Era un regalo de Carlos, debía haberle costado un pastón y me encantaba. Les dije:

- Sí, no está mal

- ¿Regalo?

- Por supuesto

La miré sonriendo, se morían de envidia. La verdad es que Carlos estaba siendo generoso con sus detalles y regalos. Y decía que en unos días tenía otra sorpresa más grande. A ver que era. Me despedí de las envidiosas y me volví a mi despacho. Cerré la puerta y me senté a seguir con lo que estaba haciendo antes de la interrupción de Jamal.

Miré la pantalla y seguí revisando donde quería que Carlos me llevara de vacaciones este verano. Él aún no lo sabía pero me iba a invitar a un viaje maravillosamente caro, pero aún dudaba donde. Pero antes de ese viaje iba a pedirme vivir juntos, lo tenía claro, y no pensaba vivir en mi mierda de piso ni en el suyo, buscaríamos un chalet que yo elegiría y decoraría, ya tenía echado el ojo a un par, absurdamente caros pero estupendos. Sonreí, la vida podía ser maravillosa.

Silvia
Cogí el móvil y dije:

- Hola, Carlos

- Hola, Silvia

- Estaba pensando en ti

- Ah ¿Y eso?

- Eres un cielo

- Eso ya lo sé, estrellado jeje

- No, tonto, un cielo azul y precioso

- Jajaja, pero ¿Te has dado un golpe en la cabeza o qué?

- Ay, que tonto eres…

- ¿Y Gema?

- Ahí está con su padre viendo la tele mientras termino de preparar la cena de todos

- Ah

- Eres el mejor, solo es pedirte un favor y me lo haces enseguida, ya tengo aquí a Antonio y me ha dicho que se acabaron las horas extras

- Ah, sí

- Gracias, Carlos

- Nada, mujer

- Si al final eso de enseñarle las tetas al jefe tiene sus cosas buenas y todo jiji

- Jajaja, las tetas y algo más

- Jajaja, no me lo recuerdes, o sí, jaja

Estaba de muy buen humor, feliz de tener a Antonio en casa a una hora decente. Charlé un poco más con Carlos y luego llamé a Gema para que hablara con él, como casi todas las noches. Los tuve que cortar porque la cena ya estaba. Nos despedimos de Carlos y le di la cena a Gema en la cocina. Antonio vino y me dijo:

- Silvi

- ¿Qué?

- Estoy pensando una cosa

Lo miré esperando y dijo:

- Creo que me voy a apuntar a un gimnasio

- ¿Y eso?

- Para hacer algo de natación después de salir del trabajo

- Oh

- Es por la espalda, me está molestando y me han recomendado eso

- Pero ve al médico y…

- No, no, es solo por los esfuerzos de estos días

- Ah, bueno, no sé

- ¿No te parece bien?

- Sí, sí, digo que no sé si eso es bueno o no

- ¿La natación? Claro, pero vamos, probaré un mes o así

- Mmmmm ¿Y eso son muchas horas?

- No, no, solo un ratito, llegaré temprano a casa

- Ah, vale

Le sonreí. Y le dije en broma:

- Así te pones cacha, los nadadores tienen unos músculos muy sexis jajaja

- En un mes dudo que me salga algún músculo sexy

- No los necesitas, nene, jajaja

- Jejeje. Por cierto, no le digas nada a Carlos

- ¿Y eso?

- No quiero que piense que estoy achacoso y…

- Anda ya, que tontería

- Bueno, ya, pero no me hace gracia

- Vale, vale, pero es una tontería, Carlos no te va a decir nada de eso

- Bueno, pero no le digas nada ¿Vale?

- Vale, no le digo nada

- Gracias, Silvi

Y le sonreí feliz. Esta noche le demostraría lo contenta que estaba.

Carmen
Miré la hora, las 10. Sabía que Santi estaba a punto de llegar, no tenía dudas, pero me impacientaba. Llevaba nerviosa y cachonda todo el día desde la llamada de Jamal y quería follar ya. Cogí el móvil y leí los mensajes de Santi que antes había ignorado. Me decía que su novia no le dejaba ni a sol ni a sombra, que lo acompañaba a todos sitios, que ahora siempre tenía ganas de sexo, que no sabía si podría darle esquinazo. Luego me decía que se le había ocurrido algo, luego que quizás llegaría más tarde, luego que sí llegaría a la hora, luego que su novia no se creía su excusa de que había quedado con unos amigos para ver el fútbol, que habían discutido y él se había cabreado con ella por ser tan plasta, que ella también se había enfadado. Luego que ella había accedido a lo del partido, pero que insistía mucho que donde era, con quien… Y así mensaje tras mensaje.

Me reí pensando en la chica, ya se había tomado en serio lo de atrapar a su novio a base de sexo, pero allí estaba su novio, acudiendo a mi llamada siempre que lo requería, y no había venido más porque yo no lo había llamado.

Me serví una copa de vino y me tumbé en el sofá a tomármela mientras esperaba. Si no llegaba pronto, lo mismo me tendría que masturbar, me costaba contenerme. Entonces, llamaron abajo y abrí. Al poco, Santi llamaba a la puerta y lo metí dentro para besarlo metiéndole la lengua hasta la garganta mientras sus manos me apretaban las tetas y el culo. Solo llevaba un camisón de seda, muy corto y sexi.

Lo llevé a mi dormitorio sin dejar de besarlo y lo empujé a la cama para ponerme encima de él. Le quité la camiseta y lamí su torso. Y entonces, su móvil empezó a sonar y él, echándome a un lado, dijo:

- Hostia puta, Yoli, no me deja en paz

- Ponlo en silencio

- No, tengo que contestar, si no, se pone de los nervios y llamará a todo el mundo y… Solo un momento, no hagas ruido

Santi se levantó y se dirigió a la ventana donde contestó:

- Yoli, que estoy viendo el partido

Escuchó algo y dijo:

- No, no sé, ahora no sé, joder, Yoli

Volvió a escuchar y dijo:

- Claro que quiero follarte, pero no sé a qué hora terminaremos, si ganamos lo mismo lo celebramos y…

De nuevo silencio mientras ella hablaba y él respondió:

- Claro que es mejor celebrarlo contigo echando un polvo, pero joder, que es solo un día, Yoli

Me reí de lo desesperada que estaba y Santi puso cara de susto:

- No, no sé, yo solo he escuchado a esta gente riéndose y puteando a los jugadores… sí, me he salido fuera para hablar contigo, que hay mucho ruido… venga, te dejo

Me levanté y me quité el camisón. Santi me miró, sus ojos recorriéndome el cuerpo. Me acerqué mientras él escuchaba y le decía “sí, sí, Yoli” y cosas así. Me arrodillé y le bajé la cremallera. Él intentó apartarme pero no le dejé. Se la saqué y me la metí en la boca. No tardó nada en ponerse totalmente dura y se la chupé rápidamente, haciendo ruidos húmedos. Santi, asustado y excitado, tapaba el móvil con la mano mientras balbuceaba a su novia. Entonces paré y empecé a metérmela todo lo posible en la boca, hasta la garganta, haciendo ruidos de atragantamiento. Santi jadeó y luego dijo:

- No, es que casi meten… meten gol y… Yoli, te dejo, luego hablamos

Y le colgó, ya sin poder aguantar más mi mamada. Tiró el móvil a la cama y dijo:

- Joder, que bien la chupas, zorra

Se la chupé unos minutos más hasta que él me cogió, me tiró a la cama y, tras desnudarse del todo rápidamente, se echó sobre mí metiéndomela de un golpe y follándome rápidamente, con dureza. Nos corrimos al poco, los dos gritando. Luego, él se salió de mí y se tumbó diciendo:

- Joder, joder, joder

Me reí sin casi poder moverme, del gran orgasmo que acaba de tener. Le dije:

- ¿No te folla así tu novia?

- No, joder, no

- ¿Ni te la chupa así?

- No, joder

- ¿Y te ha dado su culo?

Él se rio y dijo:

- No, en la vida

- ¿Quieres el mío?

- Sí

Sonreí. Una chica tan joven y guapa y él me prefería a mí, siempre. Le cogí la polla y le dije:

- Espero que el partido tenga prórroga porque no te vas a ir de aquí pronto​
 
¿Y aún te acuerdas de la trama y los personajes?

Quería darle un repaso a mis antiguos relatos pero me da mucha pereza y vergüenza releerme así que nada, los convertiré a pdf tal como están y los pongo por aquí para que os bajéis lo que queráis. Los errores que encontréis (que seguro que hay un montón) me los decís y los voy arreglando.

Que buena noticia
 
¿Y aún te acuerdas de la trama y los personajes?

Quería darle un repaso a mis antiguos relatos pero me da mucha pereza y vergüenza releerme así que nada, los convertiré a pdf tal como están y los pongo por aquí para que os bajéis lo que queráis. Los errores que encontréis (que seguro que hay un montón) me los decís y los voy arreglando.
Deseando que lo hagas para leerlos otra vez.
Apariencias que engañan y La Ventana de enfrente son de mis favoritos y los leeré otra vez.
 

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