54
Al día siguiente. Viernes.
Cristina
Me desperté desorientada, sin saber donde estaba durante un par de segundos hasta que recordé y sonreí, estaba desnuda en la cama de Carlos. De repente, me incorporé de un brinco ¿Qué hora era? Entraba luz por la ventana. Miré a mi alrededor buscando mi móvil para ver la hora pero no lo vi. Entonces me fijé en un despertador en la mesita y salí de la cama corriendo, eran más de las ocho y media, me había dormido ¿Y Carlos? ¿Por qué no me había despertado?
Bajé desnuda y corriendo, buscándolo. Era tardísimo, íbamos a llegar tardísimo a la oficina. Miré en su despacho pero no estaba. Fui a la cocina y tampoco estaba, pero vi una hoja de papel en la mesa y mi móvil, que me lo habría dejado anoche aquí abajo y Carlos me lo había puesto ahí para que lo viera. Cogí la nota y la leí:
“Buenos días, Cris. Disfruta de tu día de descanso. Volveré sobre las 5 de la tarde. Recuerda que esta tarde vendrán Silvia y su familia para pasar el fin de semana con nosotros. Ah, y vienen a limpiar, de 9 a 12. Les avisaré que estás. Besos”
Me puse una mano en el corazón, que susto me había llevado con lo de llegar tarde al trabajo. Me reí sola notando como me relajaba rápidamente. Era viernes, y los viernes no trabajaba. “Que tonta soy” pensé sin dejar de reír. Entonces me di cuenta que estaban a punto de llegar para limpiar la casa y subí rápidamente para darme una ducha.
Luego me puse un bikini, un pareo y una camiseta. Fui a la cocina y en ese momento llamaron. Abrí a dos mujeres de media edad que se presentaron. Las hice pasar y ellas se pusieron a sus cosas. Volví a la cocina donde me hice un café y un par de tostadas. Miré a las mujeres que estaban sacando los pertrechos para limpiar y se estaban organizando. ¿Las debería invitar a desayunar? ¿A un café? No tenía ni idea, yo había hecho ese mismo trabajo y nunca me habían invitado, pero me sentía rara comiendo con ellas allí al lado.
Al final fui con ellas y les pregunté si querían un café. Ellas se miraron extrañadas y negaron, dándome las gracias. Me volví a la cocina sintiéndome un poco tonta. Cuando terminé, limpié los platos y la taza y me fui fuera. Empezaba a pegar bien el sol. Me quité la camiseta y el pareo y me metí en el agua, y luego salí para tomar el sol.
Y tumbada recordé la noche anterior. Lo que me había costado que Carlos diera el paso “Soy una nulidad seduciendo a un tío, está claro” pensé porque incluso diciéndole claramente que me quería acostar con él, Carlos no se atrevió. Pero una vez que se decidió, todo había ido muy bien. Besaba bien, muy bien, mejor que Alberto, se parecía más a Sara besando. Y luego, en el sexo, todo había sido muy rápido para los dos. Estaba muy excitada y a él le pasaría lo mismo porque fue un polvo exprés, un buen polvo pero aún no tenía claro si era buen amante o no, aunque todo parecía indicar que sí por como besaba, tocaba,… y luego su polla, no era tan grande como la de Alberto pero ni falta que hacía, estaba muy bien.
Y entonces caí en otra cosa ¿Me había quedado dormida solo terminar el polvo? Me parecía que sí ¿Y él? “Jo, que me dormí sin decirle nada, y encima tenía ganas de más ¿Cómo me dormí así tan rápido?” pensé sintiéndome mal. Pero es que la tensión había sido enorme y tras el orgasmo me había relajado totalmente, tenía que ser eso. Y ¿Carlos qué pensaría? ¿Estaría contento? “Tiene que estarlo, lo vi muy excitado ¿No? Bueno, esta noche nos lo tomaremos con más calma… o no, quizás nos excitemos igual, no sé, pero tengo claro que volveremos a follar esta noche” pensé contenta pero luego recordé las dudas de Carlos “Porque querrá repetir ¿No? Jo, con este hombre no sé que pensar, espero que no vuelva con sus dudas”.
Carlos
Llegué a casa y me fui directo a la piscina. Me había pasado todo el día pensando en lo ocurrido y tenía muy claro que había sido un error, me había dejado llevar pensando solo con los bajos.
Vi a Cris tomando el sol en una tumbona. Me acerqué y observé que estaba desnuda, boca abajo, con música tranquila puesta en su móvil. Me quedé unos segundos mirándola. Tenía la cabeza girada al otro lado y no me había visto así que pude admirarla sin prisas. Su culito respingón y tan redondeado sobresalía claramente y era muy excitante.
Tras disfrutar de las vistas, me acerqué y dije:
- Te vas a quemar ese bonito culo
Ella dio un respingo y dijo:
- Dios, que susto
Pero me miró sonriendo y dijo:
- Me he puesto protector
- ¿Has descansado?
- Mucho
Entonces se levantó. Miré sus pechos, me parecía increíble que alguien tan delgada tuviera unos pechos así. La noche anterior, con las prisas y la excitación, no los había podido admirar en condiciones pero ahora que los veía bien, más me gustaban. Ella, viendo donde se dirigían mis ojos, dijo:
- Cuando se fueron las de la limpieza, me puse a tomar el sol así… No te importa ¿No?
- No, solo eso, que te puedes quemar
- Espero que no, he tenido cuidado aunque es la primera vez que hago topless
- Bueno, topless, topless no es jeje
- Ya, ya jeje
- ¿Estás bien, Cris?
- Genial ¿Y tú?
Cris sonrió ampliamente. Llevaba todo el camino en coche pensando como estaría, si arrepentida, si incómoda, si defraudada… y estaba convencido que debía disculparme y salir de ese embrollo como fuera, pero mirándola tan sonriente, totalmente desnuda y confiada, mostrándose sin ningún pudor, vacilé, y entonces ella me abrazó y me dio un beso en los labios. Le dije:
- Venía con miedo por si te habías arrepentido
- ¿Arrepentido?
- De acostarte conmigo
- ¿Arrepentida de tener un buen orgasmo? Jeje
- Ya, bueno, pero no sabía si…
- ¿Si lo había tenido y me habías dejado muerta? Pero mira, ahora que lo dices, sí, estoy arrepentida de una cosa
- ¿De qué?
- De haberme dormido y no haber follado más jiji
Y sacó una lengua burlona. Y luego me volvió a besar. Esta vez un beso largo, con lengua, pero tranquilo. Cuando terminamos, le dije:
- Mmmm Silvia está al llegar, quizás sería mejor que te pongas el bikini ¿No?
- ¿Sí? ¿Tú crees? Jajaja
- Jeje, voy a cambiarme y ahora bajo ¿Vale?
- Vale
Y me fui arriba. Me acababa de poner el bañador cuando entró en la habitación Cris, desnuda, y dijo:
- He llamado a Silvia, acaban de salir
- Ah, bien
- Eso nos deja ¿Media hora larga?
Le sonreí mientras se me acercaba sensual. Nos besamos y me quitó el bañador para luego tumbarnos en mi cama sin dejar de besarnos y acariciarnos. Esta vez no quería ir tan rápido como la noche anterior y me dediqué a besar y lamer todo su cuerpo, especialmente el cuello ya que había notado que eso la excitaba mucho, y sus pechos, que lamí, mordisqueé y chupé durante un buen rato, para luego bajar despacio por su estómago y besar sus muslos y su rosado coño. Se lo comí con tranquilidad mientras ella no paraba de jadear y gemir, hasta que aumenté la velocidad y Cris estalló en un orgasmo.
Me tumbé a su lado observando su respiración agitada y nos volvimos a besar despacio. Luego, ella se incorporó y me besó por todo el cuerpo, imitándome, para finalmente hacerme una magnífica mamada que tuve que interrumpir porque casi no podía aguantarme. Follamos durante unos minutos en un par de posturas hasta que nos corrimos casi a la vez.
No tenía ni idea del tiempo transcurrido, si Silvia estaba a punto de llegar o no, pero necesitaba descansar, y nos quedamos los dos tumbados mirando el techo. Entonces ella empezó a reír y le pregunté:
- ¿Qué es eso tan gracioso?
- Me estaba preguntando si volverás a pensar si estoy arrepentida jajaja
- Jeje
- ¿Te cuento una cosa?
- Claro
- Hacía años que no me corría con el sexo oral
- ¿No?
La miré sin entenderlo, era una cosa que ni me había planteado pero habiendo tenido sexo lésbico, no lo entendía. Dijo:
- Desde mi primer novio
- Ah
- Luego nada
- ¿Ni con tus… novios?
- No, Alberto era un desastre en eso, y Sara… Es que no soy lesbiana, ni bi ni nada, y no me ponía lo suficiente
- Ah
- Ella lo intentaba pero es que yo no podía, no sé, es que no soy lesbiana, solo es eso
- Pero lo hacías con ella ¿No?
- Sí, pero porque éramos tres… Ya sé que es raro, pero es así
- ¿Y a ella le pasaba lo mismo?
- Que va, ella sí es bisexual, siempre se corría cuando se lo comía, esa suerte que tiene ¿no?
- Supongo
Entonces escuchamos como se abría la puerta del garaje y Cris dio un salto y dijo:
- Ya están aquí
- Sí
- Voy a mi dormitorio a limpiarme y ponerme el bikini
Se levantó, pero antes de irse, se inclinó y me dio un beso tierno para luego sonreírme y salir rápido. Me volví a poner el bañador y una camiseta y bajé para recibirlos. Nos saludamos todos y entonces llegó Cris con una sonrisa, cogiendo a Gema y llevándosela a la piscina entre grititos de la niña porque Cris le hacía cosquillas.
Miré a Silvia que las observaba con una sonrisa. Le tendría que contar lo ocurrido, aunque seguro que se daba cuenta de todo con su intuición. Suspiré y nos metimos todos dentro, ayudando a Antonio con las maletas.
Silvia
Me tumbé para descansar un rato, dejando a Gema con Cris y Carlos. Antonio, llevaba ya un rato tumbado, descansando. Pensé por milésima vez la suerte que teníamos con Carlos, con que nos dejara venir, pero más que alegrarme por mi, me alegraba por Gema, como se lo pasaba genial con Carlos y ahora con Cris, era totalmente el centro de atención y lo disfrutaba con locura.
Vi como Cris salía de la piscina y pensé que iba a descansar también, pero se fue hacia dentro de la casa tras secarse un poco. Llevaba uno de los bikinis nuevos, pero no era ninguno de los que le elegí yo, y a pesar de eso, Antonio no le quitaba el ojo, tenía que hablar con él, Cris seguro que se daba cuenta y no sería nada cómodo para ella y a mí me estaba empezando a molestar.
Tras un rato sin salir Cris, me entró curiosidad y entré también en la casa. La vi en la cocina. Estaba tarareando y moviendo su culito al compás de la música que tenía en la cabeza. Me acerqué a ella y le pregunté:
- ¿Qué haces? ¿Te ayudo?
- Ah, no, ya casi he acabado
Miré y vi que estaba preparando una bandeja con algo de picoteo y bebidas. Dijo:
- Es que Gema dijo que tenía sed y le pedí permiso a Carlos para preparar algo de picoteo, perdona, no te lo he pedido a ti
- ¿A mí? Es la casa de Carlos, no la mía
- Ya pero…
- Y seguro que Carlos te habrá dicho algo como “no tienes que pedirme nada, estás en tu casa” (poniendo voz grave exagerada)
Cris lanzó una carcajada y dijo:
- Me ha dicho exactamente eso, que bien lo conoces
Entonces la observé y me di cuenta de una cosa:
- Oye, estás muy contenta
- ¿Sí? Bueno, claro, me lo estoy pasando muy bien, tienes una niña que es una ricura y…
- No, no… tú… tú has follado
Cris se puso colorada y me reí. Entonces dijo:
- Sí ¿Tanto se me nota?
- Jajaja ¡¡¡Y no me he dado cuenta antes!!! Estoy perdiendo facultades, si Carlos es un libro abierto para mí, pero… claro, ahora que pienso, me ha estado evitando para no hablar a solas conmigo, jajaja que cabrón
- Jajaja, le dará corte, no sé
- Jajaja ¿Y qué tal? (aunque la pregunta era una tontería, solo había que ver a la chica)
- Uff, muy bien
- Ya te veo, jeje
- Y no te creas nada de nada lo de que está viejo, funciona de maravilla jajajaja
- Jajajaja
Nos estuvimos riendo un rato hasta que dijo:
- Jo, Silvia, pero no sabes lo que me costó convencerlo, pensé que no le gustaba nada por lo canija que estoy o algo, no sé, pero te juro que más claro no se lo podía dejar, y nada, no intentaba nada, me tenía desesperada jajaja
- Bueno, es Carlos, no le entraría en su cabezota que una chica joven y guapa quisiera sexo con él
- ¡¡¡Pero si hasta se lo dije!!! Y nada, ni por esas
Le sonreí, me lo creía totalmente. Escuchamos a Gema llamarnos y le dije:
- Cris, me alegro mucho, pero cuídame mucho a Carlos ¿Eh? No está bien, lo de esa guarra lo ha dejado muy tocado
- Ya
- Sé que tú también lo has pasado mal pero lo has superado más fácilmente porque tampoco lo veías como algo serio del todo, pero Carlos ya se veía casado con ella
- Oh
- Y esa zorra… en fin, que me lo cuides ¿eh? Confío en ti
- Sí, sí, eso seguro
- Además, es algo que os viene muy bien a los dos en estos momentos
- Sí, el sexo siempre ayuda si es bueno jiji
Salimos fuera llevando la bandeja y las bebidas. Miré a Carlos y sonreí, estaba contenta por él, esto es lo que necesitaba para olvidar de una vez por todas a esa zorra y ser consciente de lo que él valía.
Carmen
Entré en el local de Jamal y le pregunté a la chica de recepción:
- ¿Dónde está?
- Carmen, hola
- ¿Que dónde coño está?
- ¿Jamal?
- ¿Quién hostias va a ser? Pues claro que Jamal
- Está… está dentro, espera y voy a avisarle
- No hace falta
Y fui para adentro mientras la chica intentaba salir para frenarme pero pasé de ella. Entré sin llamar al despacho y lo encontré sentado en su silla con una chica chupándole la polla. Tenía que ser nueva porque no me sonaba. Jamal puso cara de enfado al verse interrumpido pero cuando vio que era yo, se le cambió a sorpresa:
- Carmen, que sorpresa
- Tú, putilla, vete de aquí
La chica, de rodillas ante Jamal, lo miró sin saber que hacer. Él le hizo una seña de que saliera mientras se guardaba la polla. En cuando la chica se fue, cerré la puerta y me senté. Él espero hasta que dije:
- Eres un hijo de puta
- No empecemos, Carmen
- Es que lo eres, un hijo de la grandísima puta
- Carmen…
- No, esa es la verdad, confiaba en ti
- Solo son negocios, te he llamado un montón de veces para disculparme y…
- No me vale con una puta disculpa, cabrón
- ¿Entonces qué quieres?
- ¿Dónde has vendido esos putos videos?
- En una red privada
- ¿No están por internet?
- No, es una red de gente con pasta que le gustan estas cosas
- Quiero todos los videos
- ¿No los tenías?
- No todos, cabrón
Me miró con una expresión de enfado y dijo:
- El cabrón de tu novio… tuve que contratar a unos informáticos que me dijeron que tenía el portátil infectado, tendría que cortarle los huevos
- Seguro que fue cosa de él, al cabrón se le da bien esa mierda de ordenadores
- Me cago en sus muertos ¿Quieres que le de una paliza?
Me lo pensé un segundo pero negué con la cabeza. Me había pillado y había jugado sus cartas cumpliendo lo pactado, no merecía la pena tocarle más los huevos, me había demostrado que era un hombre con el que no se puede jugar. Le dije:
- No, déjalo en paz, lo hecho, hecho está, pero eso no quiere decir que tú te libras
- ¿De qué hablas?
- Me dio algunos videos y tus cuentas, cabrón
- ¿Mis cuentas?
- De las ventas y lo que cobrabas por mis servicios, me dabas una limosna, cabrón
- Pero Carmen, tú te los follabas pero yo te los conseguía, eso tiene un precio
- Pero no más de la mitad, hijo de puta, me has estafado todo el tiempo
- Son mis tarifas, ya te lo dije desde el principio, con las otras putas es igual, se llevan una parte, solo que tus servicios eran más caros
- Me lo ganaba, cabrón
- Sin duda, Carmen
- Mierda, Jamal, me jodiste mi futuro, tenía todo bien atado hasta que esta mierda salió y…
- Eso no es culpa mía, Carmen
- Ya… joder, que puta mierda
- ¿Estás mal de dinero, preciosa?
- No
- Porque si lo estás, ya sabes que aquí tienes pasta asegurada
- No, el dinero no me preocupa ahora mismo
- ¿Entonces?
- Vengo a hacerte una propuesta
- ¿Cuál?
- Seamos socios
- ¿Socios? ¿De qué?
- De eso (señalando la pantalla del ordenador)
- ¿Quieres hacer más videos?
- Sí, pero quiero que sea a medias conmigo
- No, ni hablar, yo tengo los contactos
- Y yo pongo la cara, el cuerpo, el coño y el culo, y he visto lo que se vende, no me engañes
- No te engaño, tus videos se han vendido de puta madre
- Pues mejor se venderán si estoy involucrada, pero tú te encargarás de la parte comercial y yo de la “artística”
- ¿Eso que quiere decir?
- Yo elijo temática, escenario, actores...
- No, Carmen, tú harías lo que te apetecería y no lo que se demanda
- Pues… vale, tú pones la temática pero del resto me encargo yo
- Mmmm puede ser
- Pero a medias, y las cuentas claras, Jamal, como me engañes una vez más…
- Déjame pensarlo, pero me gusta la idea
- Y otra cosa más, quiero participar en tu negocio del burdel
- ¿Qué? ¿Cómo?
- Llevarme una parte de todo esto
- Ya te la llevas cuando tienes servicios
- Eso seguiría igual, volvería a ser puta de lujo, pero además, quiero una parte de esto (señalando a mi alrededor)
- ¿De mis putas? Ni hablar, en los negocios de mi burdel no pintas nada
- Pintaré, me involucraré más, participaré en tus mierdas de fiestas y esas cosas, le daré clase a esta mierda de sitio, y quiero un mmmm 40%
- JAJAJAJA
- Subirán los ingresos conmigo aquí, lo sabes, y me lo debes por las ventas de mis videos, que no te voy a pedir que me des lo que me correspondería, pero sí que me debes una compensación, cabrón
- Puede, pero ni hablar un 40%, un 5% más una revisión de la parte que te llevas en tus servicios
- Eso de la revisión es por descontado, pero un 5% ni hablar, un 25%
- Mira, déjame pensarlo, pero también me puede interesar
- Bien, y mientras te lo piensas, ya me puedes ir buscando clientela
- ¿Para mañana noche, por ejemplo?
- Está bien, lo tengo libre
- Genial, Carmen… Y te adelanto que sí, que de acuerdo con lo de los videos, seremos socios e iremos al 50%
- Perfecto, pues vamos a ir organizando el siguiente video ¿No?
- Sí, sondearé a ver que quieren ciertos clientes, los que más pasta ponen, el último tuyo con la vieja fue financiado por el tío que te follaste al final
- Ah, con razón, me parecía raro que no hubiera participado antes ni saliera en el video
- Ya
Me levanté para irme pero antes me dijo Jamal:
- Oye, Carmen, y para cerrar el trato ¿Un polvo?
Lo miré sonriendo y le dije:
- Cariño, sigo enfadada contigo, mejor llamas a la putita para que acabe el trabajo porque a mí no me follas hasta que me vuelvas a tener contenta
- Jaja, pero preciosa, si ahora somos socios
- Socios sí, pero sigo cabreada
Se levantó e intentó besarme pero lo paré. Le dije:
- Lo digo en serio, Jamal
- Está bien, Carmen
- Y anda, empieza por hacerme feliz dándome hierba y algunas pastillitas
Se rio y fue tras su mesa. Volvió con una bolsa generosa y dijo:
- Paga la casa
- Naturalmente
Y salí sin despedirme. Vi a la chica de la mamada y le dije:
- Anda, guapa, vuelve y acaba lo que estabas haciendo
Y salí del local contenta y excitada, volvía a sentir ese escalofrío del morbo.
Carlos
Silvia había estado toda la cena echándome miraditas con una sonrisita. Tenía claro que ya lo sabía, me alucinaba lo pronto que me calaba. Tras terminar la cena, nos fuimos a la piscina. Silvia, Cris y Antonio se metieron pero yo me quedé fuera y les pregunté:
- Voy a echarme un licor ¿Queréis algo?
Antonio y Cris pidieron vodka, uno con Coca Cola y la otra con limón. Silvia dijo que nada. Me metí para preparar las bebidas. Al poco llegó Silvia, secándose y diciendo:
- Espera, te ayudo
- No hace falta
Seguí a lo mío pero noté el silencio y la miré. Silvia me miraba con esa sonrisita y suspiré:
- ¿Qué?
- Eso digo yo
- Ya lo sabes
- ¿El qué? (haciéndose la inocente)
- Silvia...
- Ah, sí, que yo vuelvo a tener razón jajaja
- Mira que eres
- Cuenta, cuenta
- ¿Qué? Anda ya
- Pues te cuento yo, Cris está muy, muy contenta con tu… rendimiento jajaja
- Por dios…
- ¿Qué? Lo ha dicho ella
- Sí, seguro
- No seas tonto, no te miento, me lo ha dicho así, “funciona de maravilla”
- Ahora me siento una máquina que se pensaba que estaba rota
- Jajaja, que hombre éste, es un piropo, Carlos
- Lo sé, pero…
- Ya empezamos con los peros
- Silvia, es imposible que le parezca una maravilla viniendo de un novio como ese tío, le pareceré una maravilla por las bajas expectativas que tendría
- Oughhh, que tonto eres, de verdad ¿Pero no has visto lo contenta que está?
- Ya, pero creo que me estoy aprovechando de ella, porque está en una situación de baja estima y he llegado yo y...
- Eres muy, muy tonto, Carlos, mucho
Cogí los vasos y salí fuera. Se los puse en el borde de la piscina y me senté a beberme mi licor. Silvia se sentó a mi lado y me quitó la copa para probarlo, diciendo:
- Está rico
- Voy y te preparo una
- No, tomo de ésta, no vaya a ser que te emborraches y luego no “funciones” de maravilla jajaja
- Ahora ¿Quién es la tonta?
- Jajaja
Cris salió de la piscina y puso música en su móvil, no muy alta por Gema, y se puso a bailar mientras bebía. Antonio también salió y la acompañó mientras hacía señas a Silvia para que fuera a bailar. Silvia dijo que ahora iba pero se quedó a mi lado y dijo:
- Mira a mi marido, se le van los ojos a las tetas de Cris cada vez que cree que ella no lo ve
La miré preocupado y le pregunté:
- ¿Cómo estáis vosotros dos?
Silvia me miró extrañada y preguntó:
- ¿A qué viene eso?
- No, nada, que hace tiempo que no me cuentas
- Porque no hay nada que contar
- Pero lo del embarazo…
- Ah, bueno, ahí estamos, seguimos en ello pero sin estrés
- Ajá
- No me quiero angustiar con eso
- Pero Antonio mmmmm
No sabía como preguntarle si follaba normal o no, si le daba excusas o no cumplía. Silvia me miró extrañada y dije:
- Vamos, que seguís a buen ritmo buscándolo ¿No?
- ¿Preguntas si follamos mucho?
Ahora me sonreía ampliamente. No dije nada y ella se rio y dijo:
- Pues ahora que lo dices, lleva unas semanas muy animado jeje
- Ah, bien, bien
Entonces llegó Cris y cogiéndonos a cada uno de una mano, tiró de nosotros diciendo:
- Venga, a moverse un poco jiji
Estuvimos hasta más tarde de las 12 de riendo, bailoteando y bebiendo, yo moderadamente, pero Antonio y Cris con ganas. Cuando nos fuimos a acostar, Cris se metió en su habitación. Yo me metí en la mía y Antonio y Silvia en la suya. Me fui a mi baño para asearme antes de dormir, y al salir, me encontré a Cris desnuda en mi cama, sonriente. Dio unas palmadas en la cama para que fuera. Me desnudé y me tumbé a su lado.
Silvia
Salí de mi habitación con cuidado. Iba a la cocina para hacerme una tila o algo, estaba enfadada. Habíamos follado pero había sido una mierda de polvo, Antonio se había corrido a la tercera embestida y luego se había dormido de inmediato. Había bebido demasiado y no estaba segura de si se había corrido rápido por eso o porque estaba cachondo por haberse tirado toda la noche mirando las tetas de Cris. Contenta me tenía, en casa hablaría seriamente con él.
Cuando iba a bajar, escuché los gemidos de Cris que salían de detrás de la puerta cerrada del dormitorio de Carlos, y me dio una punzada de envidia o celos o yo que sé, pero suspiré y bajé, me alegraba mucho por ellos, esa era la realidad, y esperaba que Carlos gozara de verdad, y se divirtiera sin tapujos, él más que nadie se lo merecía. Solo esperaba que esto no lo separara de mí como había pasado cuando había estado con la zorra.
Me hice la tila y me fui al jardín con la vana esperanza de que Carlos bajara para charlar tras terminar el polvo, pero no apareció, seguro que Cris lo había dejado fundido.