elfo70
Miembro muy activo
- Desde
- 20 Feb 2024
- Mensajes
- 437
- Reputación
- 254
Follow along with the video below to see how to install our site as a web app on your home screen.
Note: This feature may not be available in some browsers.
Jodo!! Tú crees?Bueno no son muchss escapadas jjjjjj
Más de cien rabos se ha comido fijoJodo!! Tú crees?
A mí me sale esa cifra como mínimoMás de cien rabos se ha comido fijo
Y si cuentas los que se habrá comido a pares...A mí me sale esa cifra como mínimo
Más de uno y más de una vezY si cuentas los que se habrá comido a pares...
Esa segunda parte se supone espectacular. Tomo asientoEL MANTERO 1.
Lo que mi mujer me contó después a solas lo dejo para una segunda parte



Cuando esa segunda parteEsa segunda parte se supone espectacular. Tomo asiento![]()
Sigue sigueEL MANTERO 2
Paso a relatar lo que mi mujer me contó que pasó cuando fue acompañada por el mantero de color cuando estábamos disfrutando de un tranquilo de playa hasta que apareció el susodicho mantero a ofrecernos sus objetos de venta.
Como ya conté, ella y él se fueron juntos al apartamento que habíamos alquilado para ese puente festivo, mi mujer con la intención de recoger más dinero para el bolso que le había gustado y él para hacer sus necesidades. Como comenté, el muchacho parecía un tío legal y buena persona de modo que no me preocupé de que fuera hacerle algo malo a mi mujer y mucho menos de que pudiera pasar algo entre ellos.
Mientras mi esposa rebuscaba en el bolso el chico se fue a mear y ya con el dinero en la mano mi mujer se acercó al baño para decírselo. La puerta estaba abierta y lo que se encontró al asomarse fue al negro de pie frente al lavabo sin camiseta y refrescándose la cabeza y el torso, lógico que estuviera haciéndolo con el calor que hacìa esos días y el sudor que debería de tener acumulado de ir de un lado al otro de la playa con la pesada bolsa de mercancías.
Sin embargo, y en palabras de mi mujer, ese instante fue un momento hipnótico, se quedó un rato, como embobada, observando sin decir palabra simplemente contemplando como ese chico se frotaba ese cuerpo joven y musculoso hasta que este se giró y la vio allí, también de pie, frente a la puerta del baño.
Fue como un hechizo, se quedaron los dos mirándose a los ojos hasta que el chico se acercó a ella. No hubo palabras, éste la abrazó y le plantó un beso en los morros sin ningún pudor. Tampoco hubo rechazo, mi mujer no quería interrumpir ese momento mágico y correspondió a ese beso abriendo la boca y dejándose hacer, sus lenguas entraron en contacto y comenzó una lucha por ver quièn de los dos conseguía introducirla más profundamente en la boca del otro.
Juntaron sus cuerpos, las manos de él fueron a su cintura para bajar inmeditamente a acariciar su culo, las de ella pasaron de abrazar el cuello del chico a agarrar con fuerza sus potentes glúteos y atraerlo hacia sí. En esos primeros momentos de pasión pudo notar la virilidad del chico contra su pelvis.
Mi mujer ya me había puesto los cuernos con otros hombres de color y ya había podido corroborar en primera persona la fama que tienen sobre el tamaño de su miembro. No obstante, en el caso de este moreno y mientras se morreaban delante de la puerta del baño, no dejaba de sentir, a pesar de que llevara aun los pantalones puestos, como la polla del chico no paraba de crecer y crecer y ponerse cada vez más dura.
Siento dejarlo aquí, pensaba haber finalizado el relato en esta segunda parte pero el tiempo o, mejor dicho, la falta de ello, me impide hacerlo. Seguiremos contando...
Que maravilla!! Me apunto a hartarla de polla!!Mi mujer con un amante!!
Siiií... continuaré según vaya sacando tiempo para escribirloSigue sigue
Me parece que tú señora se va a pegar un atracón de moreno por todos lados, ve acomodandote en la arena que la cosa va para ratoEL MANTERO 2
Paso a relatar lo que mi mujer me contó que pasó cuando fue acompañada por el mantero de color cuando estábamos disfrutando de un tranquilo de playa hasta que apareció el susodicho mantero a ofrecernos sus objetos de venta.
Como ya conté, ella y él se fueron juntos al apartamento que habíamos alquilado para ese puente festivo, mi mujer con la intención de recoger más dinero para el bolso que le había gustado y él para hacer sus necesidades. Como comenté, el muchacho parecía un tío legal y buena persona de modo que no me preocupé de que fuera hacerle algo malo a mi mujer y mucho menos de que pudiera pasar algo entre ellos.
Mientras mi esposa rebuscaba en el bolso el chico se fue a mear y ya con el dinero en la mano mi mujer se acercó al baño para decírselo. La puerta estaba abierta y lo que se encontró al asomarse fue al negro de pie frente al lavabo sin camiseta y refrescándose la cabeza y el torso, lógico que estuviera haciéndolo con el calor que hacìa esos días y el sudor que debería de tener acumulado de ir de un lado al otro de la playa con la pesada bolsa de mercancías.
Sin embargo, y en palabras de mi mujer, ese instante fue un momento hipnótico, se quedó un rato, como embobada, observando sin decir palabra simplemente contemplando como ese chico se frotaba ese cuerpo joven y musculoso hasta que este se giró y la vio allí, también de pie, frente a la puerta del baño.
Fue como un hechizo, se quedaron los dos mirándose a los ojos hasta que el chico se acercó a ella. No hubo palabras, éste la abrazó y le plantó un beso en los morros sin ningún pudor. Tampoco hubo rechazo, mi mujer no quería interrumpir ese momento mágico y correspondió a ese beso abriendo la boca y dejándose hacer, sus lenguas entraron en contacto y comenzó una lucha por ver quièn de los dos conseguía introducirla más profundamente en la boca del otro.
Juntaron sus cuerpos, las manos de él fueron a su cintura para bajar inmeditamente a acariciar su culo, las de ella pasaron de abrazar el cuello del chico a agarrar con fuerza sus potentes glúteos y atraerlo hacia sí. En esos primeros momentos de pasión pudo notar la virilidad del chico contra su pelvis.
Mi mujer ya me había puesto los cuernos con otros hombres de color y ya había podido corroborar en primera persona la fama que tienen sobre el tamaño de su miembro. No obstante, en el caso de este moreno y mientras se morreaban delante de la puerta del baño, no dejaba de sentir, a pesar de que llevara aun los pantalones puestos, como la polla del chico no paraba de crecer y crecer y ponerse cada vez más dura.
Siento dejarlo aquí, pensaba haber finalizado el relato en esta segunda parte pero el tiempo o, mejor dicho, la falta de ello, me impide hacerlo. Seguiremos contando...
Más de 2 horas estuve esperandoMe parece que tú señora se va a pegar un atracón de moreno por todos lados, ve acomodandote en la arena que la cosa va para rato
Menuda gozada comérselo mientras se toca.
Sigue adelanteEL MANTERO 3
Tras unos minutos comiéndose la boca el uno al otro, el chico cogió a mi esposa y la sentó en el borde de la cama junto a él.
Poco le costó quitarle la blusa que llevaba anudada al cuello para volver a besarla y acaricarle las tetas por encima del bikini.
Fue mi mujer la que se quitó ella misma la parte de arriba del bikini porque según ella tenía los pezones tan duros de la excitación que parecía que le iban a estallar. Antes de dejarse llevar por la lujuria aun tuvo un momento de lucidez para alcanzar el móvil y mandarme un mensaje para decirme que los espera en la playa sin moverme de ahí mientras el negro le quitaba al mismo tiempo la braguita del bikini, la única prenda que le quedaba puesta.
Fue también ella la que ayudó al chico a quitarse el pantalón y los calzoncillos de un solo tirón sentada en la cama y él de pie frente a ella. Cuando vio aparecer ese barrote negro a escasos centímetros de su cara no daba crédito a que lo veían sus ojos.
Mi mujer se había follado ya numerosas pollas y algunas de considerables tamaños pero me dijo que nada comparable a semejante monstruosidad. No la abarcaba con la mano de grosor y agarrándola con las 2 manos le quedaba espacio casi para otras 2.
Se quedó tan sorprendida que no supo ni cómo reaccionar hasta que el chico le acercó el pollón a la boca. Ella la abrió instintivamente agarrándola con ambas manos y se introdujo en la boca todo lo que pudo pero apenas consiguió meterse un poco más que el capullo. Lo que sí hizo fue recorrerla de arriba a abajo con su lengua hasta los huevos incluidos de forma golosa y lasciva hasta que le chorreó tanto el coño de lo cachonda que estaba que ya no podía esperar más para sentir dentro ese pedazo de carne y se tumbó boca arriba sobre la cama con las piernas bien abiertas dispuesta a recibir esa joya de la naturaleza.
El negrazo no se hizo esperar y se tumbó encima de ella. Le volvió a meter la lengua en la boca, le comía las tetas, le succionaba los pezones pero no acaba de penetrarla. Mi mujer no paraba de jadear, sentía la polla dura como una piedra deslizarse desde el clítoris, pasando por sus labios vaginales hasta la entrada de su coño. Ese roce la estaba matando de gusto, se estaba derritiendo por dentro y sentía como le resbalaban sus propios flujos por su entrepierna.
Hubo un momento en que ya no pudo más y le pidió al chico, casi le suplicó, que la follara ya, que acabara con esa tortura. El mantero no la hizo sufrir más y apoyó la punta de su enorme polla en la entrada de ese chocho palpitante.
"¡Diooos...!" Exclamó mi mujer cuando sintió como le introdujo la punta y la volvió a sacar. El negro volvió al ataque y la penetró un poco más, la volvía a sacar y a la siguiente penetración se la hundía otro poco más. Mi esposa notaba como la iba abriendo cada vez más poco a poco y la iba llenando entera por dentro. Le pedía que siguiera, que no parara, que siguiera metiéndosela hasta el fondo, quería disfrutar de todo ese pollón al completo que parecía no tener fin.
Tras este mete-saca lento y cadencioso el negro se quedó quieto con los brazos estirados y mirándola fijamente a los ojos. Mi mujer se pensaba que ya se la había metido entera por fin pero el tío de un golpe de cadera empujó hasta que sus huevos chocaron con los glúteos y en ese momentó sintió como si la hubieran partido en dos.
El "¡Oooooooh!" que soltó al notar como ese rabo le llegaba a lo más hondo que nunca hubiera llegado otra polla lo debieron de escuchar en todo el edificio. No me supo especificar si ese grito fue de dolor o placer. Al momento el chico se dejó caer sobre ella y se quedó quieto por unos instantes.
He sacado un poco de tiempo para seguir el relato. Seguiremos...
Utilizamos cookies esenciales para que este sitio funcione, y cookies opcionales para mejorar su experiencia.