Recuerdo como el año pasado estaba veraneando con unos amigos en la playa. Éramos dos chicos y cuatro chicas. Las chicas la verdad es que todas estaban muy buenas y siempre se nos iban los ojos cuando se echaban crema o se levantaban de la toalla para resfrescarse en el mar. En un momento que estábamos en el agua, jugamos al típico juego de que una persona se subía en hombros de otra e hicimos competiciones de quien aguantaba más sin caer. Mi amigo y yo éramos imbatibles ya que teníamos mejor condición física que ellas. Aún así, ellas se picaron e intentaron ganar como fuera. En uno de los últimos asaltos hubo un forcejeo y cuando mi amiga cayó al agua, el bikini se le movió y que quedó al descubierto una de sus tetas. Después de muchos años pude verle el pezón y su bonita teta que siempre lo tendré guardado en mi mente. Fue muy morboso.