Dolor de Cuernos. (Las cosas no son como esperabas)

Su mujer ,no va a olvidar a ese Macho , tiene su impronta , y deseara volver a follar con el , de joven empece a oir lo de marcar a una hembra ( generar esa predisposicion a repetir sexualmente ) y pensaba que eso era mas mito que realidad ,hasta que lo compruebas , y te das cuenta que las relaciones humanas son quimica , hormonas ,neurotransmisores , que hacen que nos volvamos "adictos" a, situaciones,personas etc , y a muchas de ellas que su cerebro funciona de distinta manera al nuestro se les queda esa impronta esa "marca" que aunque pase el tiempo , si se da la ocasion se vuelve , ahi lo llevais ......
 
El beso como dicen es algo importante aveces y acompañado de varios factores un tema de conexión etc puede ser peligroso.Mi mujer con solo tener cosas en común y una especie de "admiración o conexión " se beso con un compañero y se enamoro sin tener más que solo eso ..después tomaron distancia por diferentes razones que sucedieron .pero yo la conozco y al día de hoy le mueve cosas el. Y ya pasó un tiempo .después le pasó al revés por lastima y porque el le insistia etc se beso con otro y tenían una especie de jugueteo solo por msj y ahí a ella no le pasaba nada, pero el si se engancho .y lo último en si con otro dónde hubo besos caricias y algo más (sin llegar a penetracion etcetc ) y ninguno de los dos incluyo sentimientos y al final no paso más nada. Pero creo el tema beso si hay conexión es peligroso
Completamente de acuerdo, cada pareja sabe lo que significa en la relación.
En nuestro caso el beso es algo íntimo que siempre ha significado mucho haya más o menos conexión.
Entiendo que en esa situación y cuando sexualmente hay buena sintonía, si no hay un pacto claro de no darlos termina llegando como efecto de todas las sensaciones que comparten en ese momento.
 
Me encanta el debate del beso. Yo personalmente sin saber muy bien porque o como explicarlo tengo muy claro que el beso es una linea roja, se que es un gesto cariñoso que me haría daño si lo veo, sobre todo si es un beso en la boca. Es lo mismo un beso en la boca que en otra parte del cuerpo?Por ejemplo el cuello...
 
Hablando del debate del beso yo creo desde nuestra experiencia k no se puede generalizar igual k hay diferentes parejas hay diferentes besos, no es lo mismo el beso de lujuria y excitación de mi mujer con nuestro amigo durante un encuentro k los besos íntimos entre nosotros de dos personas enamoradas.
Así lo vemos nosotros en el momento de l acción es un beso sexual con deseo, nada k ver con los besos en la intimidad de la pareja.
 
De todas formas esa es nuestra opinión desde nuestra experiencia no significa k todo el mundo lo vea así, solo nos apetecía dejar nuestro punto de vista por si a alguien le interesa.
 
El tema besos en mi opinión es de lo más íntimo por increíble que parezca. Con casi todas las mujeres que he conocido el beso ha sido la confirmación del deseo aceptado. El primer paso que enciende una relación sexual. Es lo que casi siempre me he encontrado.
Las excepciones han sido las prostitutas, aunque alguna vez sí hubo besos, y mi segunda pareja.Sólo la podía besar (morrear) si la había calentado mucho. Eso me dió mucho que pensar como he comentado en otro hilo. Es por eso que entiendo que el beso es de lo más íntimo. Mucho más que cualquier acto carnal, mamadas, folladas etc.
 
Hablando del debate del beso yo creo desde nuestra experiencia k no se puede generalizar igual k hay diferentes parejas hay diferentes besos, no es lo mismo el beso de lujuria y excitación de mi mujer con nuestro amigo durante un encuentro k los besos íntimos entre nosotros de dos personas enamoradas.
Así lo vemos nosotros en el momento de l acción es un beso sexual con deseo, nada k ver con los besos en la intimidad de la pareja.
Cuando habéis tenido encuentros con terceras personas notáis mucha diferencia con los besos del día a dia?
 
Última edición:
Cuando habéis tenido encuentros con terceras personas notáis mucha diferencia con los besos del día a dia?
Si son totalmente diferentes como decía antes unos son con deseo, lujuria y totalmente sexuales.
También tenemos los besos de lujuria y deseo entre nosotros en el momento de la acción.
Pero los besos íntimos solo los tenemos entre nosotros.
 
No veo, ni siento lo mismo cuando doy un beso a un rollo o un polvo en un momento de excitación, ya sea cuando empezamos los preliminares o incluso durante el acto en plena faena, ese beso de lujuria, calentura, de sexo. Para mi ese es un beso de ese momento, un beso que ayuda a calentar motores que sientes como la chica se derrite, se caliente, incluso cuando la tienes dentro.

En cambio si que que no daría ese beso de cariño y pasión, aunque en el fondo sea un beso, el sentimiento no es el mismo y se nota.

Imagino que MiMaduritaRica, cuando habla de los morreos o besos que se dieron habla del resto, y es normal es parte del proceso y para mi parte del juego, sino sería muy frio todo, tanto para ellos, como para el viendo como su mujer disfruta a medias. ¿o no?

 
Un gruñido desgarrador anunció la primera descarga, que cayó en la parte baja de la nariz y la boca de mi mujer, haciendo que cerrara los ojos en un gesto involuntario. Dos chorros más cruzaron como dos latigazs su rostro, desde el cabello hasta la barbilla.

El macho sacudía su miembro, se detenía un instante y volvía a descargar sobre su rostro sin que ella se moviera, demostrando que lo que me había dicho sobre estar preparado era totalmente cierto. El semen cubría el rostro de mi mujer y se deslizaba lentamente en hilos blanquecinos, mientras gotas más densas caían sobre sus pechos.

Los últimos espasmos de placer del macho anunciaron el final del primer asalto. Todo se había consumado y la imagen era triunfal: el cuerpo sudoroso del semental con la respiración agitada, su miembro aún erguido, y mi mujer arrodillada frente a él, cubierta de su esencia. Una escena digna de ser inmortalizada.

El macho me miró con complicidad y resopló; en su rostro se reflejaba el esfuerzo mientras descendía de la cama. Las gotas de sudor resbalaban por su frente, pero también mostraba satisfacción por lo realizado.

Con el corazón aún agitado, miré a mi mujer, que alargó la mano hacia mí sin poder abrir bien los ojos, en señal de reclamo. Rápidamente me incorporé para acercarle las toallitas que teníamos preparadas.

Al aproximarme a ella pude sentir el calor que envolvía la cama, el olor a sexo que la rodeaba y el aroma a semen que la cubría y continuaba deslizándose por su rostro.

Se limpió la cara y cuando pudo abrir los ojos, me miró con una sonrisa divertida: "Uf, creo que necesito una ducha". Se incorporó y se acercó al gran espejo de la habitación, observando su cuerpo cubierto de esperma antes de volverse hacia mí: "Tengo manchado el pelo y estoy toda pegajosa".

La seguí con la mirada, disfrutando de su desnudez mientras se dirigía al baño con paso urgente, hasta que desapareció tras cerrar la puerta.

Al volverme, el macho bebía agua junto al sillón donde yo había estado sentado, mientras continuaba recuperando el aliento. Su cuerpo sudoroso se había liberado de la tensión de momentos antes. Me acerqué a entregarle una toalla y la recibió con un gesto de agradecimiento.

Se secó el rostro y comenzó con el resto del cuerpo mientras me decía: "¿Cómo estás?", con genuino interés, fijando su mirada en mí. "Ha sido tremendo, la verdad es que lo he pasado muy bien, aunque no he podido aguantar mucho. Llevaba toda la semana acumulando para poder darte un buen tributo".

"La verdad es que he tenido en algún momento una punzada aguda en la boca del estómago", respondí con tono cómplice, "pero creo que en general bastante bien, aunque no me lo has puesto fácil".

El macho me observó: "Es normal. Aunque no eres primerizo en este mundo hasta que no estás presente y vives la experiencia completa no sabes lo que es realmente. Pero te he observado en algunos momentos y no te he visto mal. Creo que vas a terminar disfrutando el resto de la noche".

La conversación fluía con naturalidad, como cualquier charla entre colegas, con la salvedad de que uno de nosotros estaba completamente desnudo. Me sorprendía lo cómodo que se encontraba en esa situación, lo que reafirmaba que estaba ante un corneador con experiencia y mucha seguridad en sí mismo.

"La verdad es que estoy muy a gusto. Sois una pareja ideal para este mundillo. Ella me encanta y me ha sorprendido; esperaba tener que ir con cuidado, pero desde el primer momento he visto que teníais buena actitud y pude disfrutar. Estoy seguro de que lo vamos a pasar muy bien".

Le agradecí el cumplido: "La verdad es que no es fácil encontrar buenos machos y personas educadas. Hemos tenido mucha suerte hasta ahora, pero además tranquiliza que haya respeto y saber estar".

El macho posó su mano en mi hombro y la apretó varias veces en un gesto de camaradería: "Por eso te agradezco que me dejes follármela toda la noche. Me encanta ser corneador, y más cuando doy con mujeres como la tuya".

Hizo una pausa, como midiendo el impacto de sus palabras: "Me encanta su cuerpo. Tiene unas tetas magníficas y un culo para disfrutar; está en ese punto de madurez perfecto que me fascina. Y si además es así de obediente, mejor que mejor. Prepárate porque voy a gozarla al máximo".

"Si te soy completamente sincero", respondí de inmediato, "es lo que realmente buscaba. Sé que ella está completamente preparada y lo has podido comprobar; la he visto disfrutar y para eso la he traído. Sé que es una mujer muy sexual, a pesar de su educación tradicional, pero con un buen macho es un volcán".

Enfrascados en la conversación, que seguía afianzando nuestra conexión y confianza, no nos habíamos percatado de que la actividad en el baño había cesado. Nos sorprendió el chasquido de la puerta al abrirse, y mi mujer reapareció en escena. Venía fresca después de la ducha, pero perfectamente maquillada: una imagen perfectamente reconocible para mí. Sus ojos y labios estaban perfectamente delineados, y su rostro lucía una base suave y muy natural. Llevaba el cabello envuelto en una toalla pequeña y su cuerpo envuelto en otra, ambas de un blanco brillante que contrastaba con su piel enrojecida por el calor del agua que siempre disfrutaba hirviendo. Caminaba lentamente pero con decisión, y los dos nos quedamos observándola fijamente, como hipnotizados.

Se detuvo a unos metros de nosotros y me dijo: "Habéis hablado mucho de mí". Luego, dirigiéndose directamente a mí, preguntó: "¿Qué le has contado?".

Cuando estaba a punto de responder, el macho se adelantó: "Me ha estado diciendo que eres una mujer increíble y toda una señora, pero que eres un volcán en la cama".

"¡Vaya! ¿Eso te ha dicho?", le respondió con una mueca divertida muy característica suya. En ese momento supe que algo rondaba en esa cabecita envuelta en un turbante; no tenía secretos para mí.

Se acercó a mí y se apoyó en las puntas de sus pies descalzos para besarme con esos labios que cuidaba para no estropear el labial. Sus dos manos se apoyaron en mi pecho y me empujó ligeramente hacia atrás: "Déjame un poco de espacio, cariño".

El macho se encontraba de pie, completamente desnudo, justo a mi lado. Ella se volvió hacia él, lo miró de arriba abajo y se arrodilló lentamente..

Pero eso otro día. 🤘🏻
Redactas muy bien. Yo espero leer más de estas.
 
Yo, después de leer entero este hilo, creo que estoy dispuesto a vivir una situación así.
Mi mujer, en cambio, me dice que sabe que yo no sería capaz de resistirlo. Me considera débil
Nuestras mujeres nos conocen mejor de lo que creemos y hay que saber escucharlas, aunque pensemos que estamos listos.

Es posible que ella no te vea preparado o que sea una manera de decirte que la que no esta lista aún es ella.

Cuando ella de el ok debes estar listo 100%, tú porque ella lo habrá analizado y se habrá preparado con total seguridad.

Un saludo. 🤘🏻
 
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Permaneció encima de él, cabalgando con un ritmo cadencioso, sus caderas giraban y subían, trazando círculos, mientras sus pechos, libres y pesados, se balanceaban con cada movimiento. La luz de la lámpara dibujaba el una imagen idílica, se sudoroso cuerpo brillaba por la curva de su espalda y la redondez de sus nalgas.

Mientras el macho gemía bajo ella, con las manos agarrando sus caderas con fuerza, ella le miraba fijamente. Su rostro estaba sonrojado, los labios entreabiertos, dibujando una sonrisa cómplice, llena de un secreto que solo ella entendía.

Él, tomo el control y la agarro con más fuerza por las caderas y comenzó a empujar desde abajo, acelerando el ritmo. Sus cuerpos chocaban ahora con un sonido húmedo. Ella cerró los ojos un momento, dejando escapar un gemido largo, pero volvió a abrirlos de inmediato en medio de un gesto de profundo placer.

—Así… —susurró—. Así me gusta…

Entonces, con un movimiento fluido pero firme, él la giró hasta ponerla boca arriba. Antes de colocarse sobre ella, se detuvo un momento y tomó su rostro entre sus manos. Sus bocas se encontraron en varios besos profundos pero breves, húmedos y audibles. Él le mordió el labio inferior suavemente antes de separar sus bocas.

Sin perder la intensidad de la mirada que se dedicaban, ella sonrió entre jadeos.

Después, él se colocó de rodillas entre sus piernas. Con sus manos firmes, abrió sus muslos hasta exponerla completamente ante mis ojos. Agarró sus caderas y, con un empuje decidido, comenzó a bombearla con fuerza. Cada embestida era profunda y resonante, haciendo temblar todo su cuerpo.

Sus pechos, ahora libres, botaban con violencia al ritmo del impacto. La piel de sus vientres chocaba con un sonido sordo y húmedo. Él mantenía los ojos fijos en el punto donde sus cuerpos se unían, concentrado en el ritmo que marcaba. Ella, con cada embestida, gemía más alto, y sus manos se aferraban a las sábanas arrugadas.

De pronto, se volvió a mirarme. Sus ojos vidriosos me sostuvieron mientras su cuerpo recibía aquellas embestidas cada vez más rápidas. Su sonrisa cómplice se transformó en una mueca de placer intenso, pero no dejaba de ser para mí.

—¡Sí! —gritó, y supe que aunque el grito era por la sensación que él le provocaba, su mirada me confirmaba que yo era el verdadero destinatario de su éxtasis.

Fue entonces cuando su cuerpo comenzó a convulsionar. Un temblor violento la recorrió de los pies a la cabeza, sus piernas se estiraron rígidas y sus dedos se crisparon en el aire. Un gemido largo y gutural escapó de su garganta mientras su vientre palpitaba alrededor del miembro que la llenaba. Él se detuvo por completo, clavado en lo más hondo de su interior, sosteniendo sus caderas con fuerza mientras ella sucumbía al orgasmo. Podía ver cada espasmo recorriendo su abdomen, cada contracción que hacía temblar sus muslos, y cómo sus pechos se tensaban con los pezones extraordinariamente erectos.

Permanecieron así, unidos en la quietud, durante lo que pareció una eternidad. Solo el jadeo de sus respiraciones y los últimos temblores de su cuerpo rompían el silencio. Él observaba orgulloso cómo los espasmos de placer la recorrían, manteniéndose profundamente dentro de ella como para prolongar cada contracción.

Lentamente, se desprendió y la giró suavemente hasta colocarla de lado. Se situó detrás de ella, curvándose sobre su espalda como una sombra protectora. Con una mano le abrió la pierna superior, exponiéndola de nuevo a mi vista, y volvió a penetrarla con movimientos suaves pero firmes.

Su boca se acercó a su oído y comenzó a susurrar. Yo, desde mi butaca, veía cómo sus labios se movían contra su piel, cómo sus palabras provocaban que una sonrisa traviesa apareciera en el rostro de ella.

Ella asentía levemente, sus ojos entrecerrados, mientras sus cuerpos se mecían con un ritmo sensual y constante.

Sus susurros eran inaudibles para mí, pero ella me miraba con sonrisa de complicidad me confirmaba que, aunque no pudiera oír las palabras, seguía siendo para ella parte de aquel momento. Sus manos se entrelazaron con las de él sobre su vientre, y pude ver cómo sus dedos se apretaban al ritmo de cada nueva penetración.

Entonces, su mano comenzó un lento recorrido por su cuerpo. Primero acarició su pecho desde atrás, tomando su peso en la palma de su mano, sintiendo cómo el pezón se endurecía aún más bajo su tacto. Los dedos ascendieron por su clavícula, trazando un camino húmedo sobre su piel sudorosa, hasta llegar a su cuello.

El macho continuaba penetrándola con ese ritmo constante, pero ahora su mano subía más, hasta llegar a su rostro. Dos dedos se deslizaron por su mejilla, recorrieron la línea de su mandíbula, y finalmente se posaron sobre sus labios entreabiertos. Ella los recibió abriendo la boca para envolverlos con su lengua.

Los chupaba con avidez, como si estuviera saboreandolos mientras sus ojos se cerraban. La saliva comenzó a escapar por las comisuras de sus labios. Él aumentó entonces el ritmo de sus embestidas, que pasaron de ser movimientos sensuales a empujes secos y profundos que hacían temblar todo su cuerpo.

Cada gemido de ella vibraba alrededor de sus dedos, cada jadeo se mezclaba con el sonido húmedo de su sexo siendo invadido.

Él mantenía sus dedos en su boca mientras su cadera marcaba un compás cada vez más rápido.

Ella seguía chupando sus dedos con devoción, mientras con la mano libre buscaba la nuca del macho para atraerlo más. Sus cuerpos estaban perfectamente sincronizados en ese ballet carnal, y yo era el privilegiado testigo de como ella se entregaba al placer con cada gemido.

Mi mujer no se olvidaba de mí en cada mirada, en cada sonrisa que me dedicaba entre jadeo y jadeo.

Pero eso lo vamos viendo otro día. 🤘🏻
 
Completamente de acuerdo, cada pareja sabe lo que significa en la relación.
En nuestro caso el beso es algo íntimo que siempre ha significado mucho haya más o menos conexión.
Entiendo que en esa situación y cuando sexualmente hay buena sintonía, si no hay un pacto claro de no darlos termina llegando como efecto de todas las sensaciones que comparten en ese momento.
Eso es. Yo estoy de acuerdo a poner reglas
 
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