Capitulo 11
Llegamos al local a media mañana. Dejamos todo tirado por un rincón.
-A los chinos quien va primero a la ducha. Y rapidito que el termo es eléctrico y no da para pasarse mucho. Tres minutos cada uno. Ok?
-Ganó Lore, y se metió inmediatamente. Sonia después y luego yo, por fin Coque.
-Buff, esto es otra cosa – dijo Sonia mientras se secaba rápidamente para pasarme la toalla. Lore ya estaba seca y cuando salió Coque se arrimó a él con las excusa de ayudarle a secarse.
Sonia se había metido de nuevo en el baño a peinarse. Y yo fui dentro también.
Nada más verla, desnuda, ligeramente inclinada sobre el espejo para mirarse algo de la cara, empecé a excitarme. La abracé por detrás para que me notara.
-Mmmm… me gusta – se insinuó.
-Me apuesto lo que quieras a que esos dos están follando ya – le dije al oído.
-No apuesto porque pierdo – respondió con una sonrisa.
Pasé una mano por delante para agarrarle el coño y su respuesta fue apretar su culo más contra mí.
-Fóllame – me rogó.
-Los condones están en la mochila, fuera – respondí con cara de circunstancias.
-Pues vamos fuera – contestó con maliciosa sonrisa.
Me agarró la polla y le dio dos meneos antes de salir primero por la puerta.
Salí detrás para ver como Lore estaba cabalgando a Coque sentados en un sofá.
Ni se inmutaron al pasar a su lado para coger un condón. Sonia me la chupó un poco antes de colocármelo. Luego nos fuimos al otro sofá, que estaba otra vez en su sitio, haciendo una ele. Se echó sobre él y yo entre sus piernas para metérsela.
Era un poco incómodo follar en esa postura porque el sofá no era muy ancho, ella no podía abrir bien una pierna y yo no podía apoyar bien las dos manos. No duramos mucho así y le pedí cambiar. Me senté y ella sobre mí agarrada a mi cuello, subiendo y bajando.
En el otro sofá Coque estaba dando fuerte a Lore a cuatro patas. Como si no estuviéramos.
Sonia me miraba sin parar, su cara era puro placer.
-El coño… me voy a correr – agarró una de mis manos con fuerza y me la puso en su coño – tócame, que me corro...- dijo casi gritando - Joder….. jodeerrrr, me corrroooo
Creo que las exclamaciones de Sonia dispararon el orgasmo de Lore, que anunció a su vez que se corría. Lore se fue al baño con el condón de Coque, y Sonia, mientras se sentó a mi lado. Yo aún estaba fresco, sin correrme, pero me quité el condón igualmente.
Me fijé en la polla de Coque, a media asta todavía, mientras se limpiaba con un pañuelo.
-Voy a hacer que te corras, quieras o no –me miró Sonia.
Empezó a pajearme con fuerza, mientras vi como Lore regresó y sin dejar descansar a Coque se arrodilló entre sus piernas para empezar una mamada-paja.
De vez en cuando, Sonia me miraba, desafiante. Cambiaba de lado para cambiar de brazo, mientras yo me iba escurriendo en el sofá.
-Córrete, joder… quiero ver cómo te corres – insistió.
Y era cierto, hasta ahora siempre me había corrido en un condón, en un pañuelo de papel envolviendo mi polla o contra su mano en posturas incómodas.
Mientras, en el otro sofá, Lore estaba llevando de nuevo a Coque al clímax.
Y efectivamente se notó el momento en el que se vaciaba de nuevo, esta vez en su boca. Lore se fue de nuevo al baño y Sonia cambio otra vez de lado. Mientras Coque estuvo solo yo rehuía mirar, sólo cuando Lore regresó les miré de nuevo, sobre todo a ella.
Sonia había colocado su cabeza en mi pecho mientras no paraba de pajearme. Yo le acariciaba su cabecita cuando empecé a notar el orgasmo inminente.
-Voy a correrme, voy a correrme – le dije bajito – Ya, ya, yaaaaa.
-Yaaa, yaaa – acompañó ella.
Creo que no se esperaba la fuerza de la corrida y por eso no hizo intento de retirarse. Yo sí escuché como los primeros chorros se estrellaban contra su cara. Seguí expulsando semen aunque ya notaba como caía en mi vientre.
-Cabróooooon – fue su reacción
Se dio la vuelta al incorporarse y fue cuando vi por primera vez su carita completamente salpicada de chorreones de leche que empezaban a resbalar por su piel y goteaban sobre mi pecho.
-Pero, pero, pero que cantidad por dioooossss- gritó, no sé si cabreada, sorprendida o contenta al principio.
Miré a los otros y Lore tenía la mano tapándose la boca y los ojos como platos.
-Joder tio, que lechada – y empezó a reírse – pero buenoooo.
Coque se reía también.
-Que no veo de un ojo, cojones – reclamó Sonia.
Empecé a buscar pañuelos y Lore se dio cuenta y me lanzó un paquete. Saqué uno, y le limpie un poco lo del ojo. Y luego mi vientre.
-Ven, vamos al baño a lavarte – la acompañé.
Cuando se vio en el espejo se quedó muda, flipada.
-Estas preciosa, cariño – le dije sin poder evitar la risa, mientras con un dedo le iba quitando lo más gordo.
-Que cabrito eres, tú sabias que iba a pasar esto, confiesa –
-Te juro que no tanto, en serio – repliqué yo
-Ya, ya, ya hablaremos – continuaba, mientras continuaba limpiándose.
-Te espero fuera - le di un beso en un hombro y una palmadita en el culo y salí.
Llegamos al local a media mañana. Dejamos todo tirado por un rincón.
-A los chinos quien va primero a la ducha. Y rapidito que el termo es eléctrico y no da para pasarse mucho. Tres minutos cada uno. Ok?
-Ganó Lore, y se metió inmediatamente. Sonia después y luego yo, por fin Coque.
-Buff, esto es otra cosa – dijo Sonia mientras se secaba rápidamente para pasarme la toalla. Lore ya estaba seca y cuando salió Coque se arrimó a él con las excusa de ayudarle a secarse.
Sonia se había metido de nuevo en el baño a peinarse. Y yo fui dentro también.
Nada más verla, desnuda, ligeramente inclinada sobre el espejo para mirarse algo de la cara, empecé a excitarme. La abracé por detrás para que me notara.
-Mmmm… me gusta – se insinuó.
-Me apuesto lo que quieras a que esos dos están follando ya – le dije al oído.
-No apuesto porque pierdo – respondió con una sonrisa.
Pasé una mano por delante para agarrarle el coño y su respuesta fue apretar su culo más contra mí.
-Fóllame – me rogó.
-Los condones están en la mochila, fuera – respondí con cara de circunstancias.
-Pues vamos fuera – contestó con maliciosa sonrisa.
Me agarró la polla y le dio dos meneos antes de salir primero por la puerta.
Salí detrás para ver como Lore estaba cabalgando a Coque sentados en un sofá.
Ni se inmutaron al pasar a su lado para coger un condón. Sonia me la chupó un poco antes de colocármelo. Luego nos fuimos al otro sofá, que estaba otra vez en su sitio, haciendo una ele. Se echó sobre él y yo entre sus piernas para metérsela.
Era un poco incómodo follar en esa postura porque el sofá no era muy ancho, ella no podía abrir bien una pierna y yo no podía apoyar bien las dos manos. No duramos mucho así y le pedí cambiar. Me senté y ella sobre mí agarrada a mi cuello, subiendo y bajando.
En el otro sofá Coque estaba dando fuerte a Lore a cuatro patas. Como si no estuviéramos.
Sonia me miraba sin parar, su cara era puro placer.
-El coño… me voy a correr – agarró una de mis manos con fuerza y me la puso en su coño – tócame, que me corro...- dijo casi gritando - Joder….. jodeerrrr, me corrroooo
Creo que las exclamaciones de Sonia dispararon el orgasmo de Lore, que anunció a su vez que se corría. Lore se fue al baño con el condón de Coque, y Sonia, mientras se sentó a mi lado. Yo aún estaba fresco, sin correrme, pero me quité el condón igualmente.
Me fijé en la polla de Coque, a media asta todavía, mientras se limpiaba con un pañuelo.
-Voy a hacer que te corras, quieras o no –me miró Sonia.
Empezó a pajearme con fuerza, mientras vi como Lore regresó y sin dejar descansar a Coque se arrodilló entre sus piernas para empezar una mamada-paja.
De vez en cuando, Sonia me miraba, desafiante. Cambiaba de lado para cambiar de brazo, mientras yo me iba escurriendo en el sofá.
-Córrete, joder… quiero ver cómo te corres – insistió.
Y era cierto, hasta ahora siempre me había corrido en un condón, en un pañuelo de papel envolviendo mi polla o contra su mano en posturas incómodas.
Mientras, en el otro sofá, Lore estaba llevando de nuevo a Coque al clímax.
Y efectivamente se notó el momento en el que se vaciaba de nuevo, esta vez en su boca. Lore se fue de nuevo al baño y Sonia cambio otra vez de lado. Mientras Coque estuvo solo yo rehuía mirar, sólo cuando Lore regresó les miré de nuevo, sobre todo a ella.
Sonia había colocado su cabeza en mi pecho mientras no paraba de pajearme. Yo le acariciaba su cabecita cuando empecé a notar el orgasmo inminente.
-Voy a correrme, voy a correrme – le dije bajito – Ya, ya, yaaaaa.
-Yaaa, yaaa – acompañó ella.
Creo que no se esperaba la fuerza de la corrida y por eso no hizo intento de retirarse. Yo sí escuché como los primeros chorros se estrellaban contra su cara. Seguí expulsando semen aunque ya notaba como caía en mi vientre.
-Cabróooooon – fue su reacción
Se dio la vuelta al incorporarse y fue cuando vi por primera vez su carita completamente salpicada de chorreones de leche que empezaban a resbalar por su piel y goteaban sobre mi pecho.
-Pero, pero, pero que cantidad por dioooossss- gritó, no sé si cabreada, sorprendida o contenta al principio.
Miré a los otros y Lore tenía la mano tapándose la boca y los ojos como platos.
-Joder tio, que lechada – y empezó a reírse – pero buenoooo.
Coque se reía también.
-Que no veo de un ojo, cojones – reclamó Sonia.
Empecé a buscar pañuelos y Lore se dio cuenta y me lanzó un paquete. Saqué uno, y le limpie un poco lo del ojo. Y luego mi vientre.
-Ven, vamos al baño a lavarte – la acompañé.
Cuando se vio en el espejo se quedó muda, flipada.
-Estas preciosa, cariño – le dije sin poder evitar la risa, mientras con un dedo le iba quitando lo más gordo.
-Que cabrito eres, tú sabias que iba a pasar esto, confiesa –
-Te juro que no tanto, en serio – repliqué yo
-Ya, ya, ya hablaremos – continuaba, mientras continuaba limpiándose.
-Te espero fuera - le di un beso en un hombro y una palmadita en el culo y salí.