El Club

Capitulo 72

Coque se levantó por fin para encender las luces, acercarse al frigorífico y coger una botella grande de agua. Echó un trago, le ofreció otro a Sonia y luego nos pasó la botella a los que estábamos en el otro sofá.

-Bueno, habrá que empezar a levantarse, vestirse y marcharnos. Menudo día el de hoy, yo estoy reventado – dijo.
-Habrá que ir tirando, sí – apostillé yo.

Nos fuimos levantando, y mientras nos vestíamos Sonia se acercó a abrazar a Isa. Fue un abrazo largo y cariñoso entre ambas.
Isa se puso especialmente parlanchina, y muy graciosa, pareciera que esa fuera la enésima vez que estaba con nosotros en esa situación. Se había puesto el sujetador y estaba buscando por todas partes.

-Qué vergüenza – dijo – no encuentro mis bragas.
-Jajajajajaja – todos nos reímos con ella.

Coque las vio asomando un poco debajo del sofá y se agachó a buscarlas.

-¿Son estas? – le preguntó mostrándolas con la mano alzada - ¡Qué chulas!
-¡Trae aquí! – se las quitó de un manotazo – Que vergüenza más grande…por favor...

Luego le miró fijamente, con cara de pilla, se acercó a él, le agarró de la cabeza y le plantó un beso de tornillo en los morros por sorpresa.
Los demás aplaudimos al verlo.

-Toma, a ti era al único al que no había besado hoy – añadió riendo.
-Jajajajaja.

Acabamos de vestirnos y salimos paseando de vuelta a casa.
Sonia e Isa iban cogidas del brazo un poco por detrás de los demás, hablando.
Me giré un par de veces y las vi muy relajadas. No quise interrumpir su conversación.
Lore y Coque no paraban de repetir que estaban deseando llegar a casa y meterse en la bañera de lo cansados que estaban.
Llegó la hora de separarse e Isa marchó en la misma dirección que Coque y Lore.
Sonia y yo continuamos como siempre hasta su casa.

-¿Qué tal con Isa, te ha contado algo más? – le pregunté curioso.

Se sonrió, y me pasó la mano por la cintura.

-¡Que maja es! – dijo – Pues nada, que se lo ha pasado muy bien en la excursión, que no quiere perderse otra…
-Otra excursion…, ¿no?
-Jajajaja – se rió – me ha hecho alguna confesión, sí. Que sabía lo que podía pasar esta noche, dice que tenía algo de miedo y que al principio tenía sentimientos contradictorios, quería pero no quería, le daba cierto pudor, pero que al ver como nos comportábamos de una forma tan natural y cariñosa entre nosotros y con ella, se le fueron quitando los miedos.
-Bueno, eso lo estaba viendo yo – le respondí – me refiero a algo más sabroso y suculento jejeje...
-Jajaja, ya lo sé bobo, que te conozco – respondió – Pues, claramente me ha confesado en una sola frase que nunca se había reído y se había corrido tanto en un día, como hoy.
-¡Vaaaya! – exclamé – me alegro por una parte y por la otra…¡¿pero con qué zoquete de tío salía?! Es increíble.
-Manu muy majo, muy guapo y todo eso, pero por lo visto un manta en la cama…
-Y eso que llevaban saliendo bastante. Joder, que nosotros no teníamos apenas experiencia pero creo que nos hemos ido apañando bien, ¿no? – le pregunté con picardía.
-Jejeje – levantó la cara sonriente – muy bien, diría yo. Yo no tengo quejas. – añadió apretándose contra mí - El problema de Isa es que es muy tímida y no se debía atrever a hablarlo o a sugerir cosas.
-Bueno, parece que va dejando la timidez a un lado – dije yo.

Llegamos a la puerta de su casa y nos besamos de nuevo, sin ganas de despedirnos pero ya era muy tarde.

Al día siguiente quedamos para tomar algo por la tarde en uno de nuestros sitios preferidos, Isa también vino. Parecía relajada aunque estuvo bastante callada comparado con el día anterior. Más bien observaba, escuchaba y a veces intervenía, y se reía, mucho. Como siempre una tarde agradable y divertida con los amigos,
Cuando volvía a casa con Sonia, me comentó que Isa le había sorprendido para bien el que no habláramos sobre lo ocurrido la noche anterior y que ella le explicó que nunca lo hacíamos más allá de algún chascarrillo para reírnos, y que esa actitud nuestra le había encantado.

Pasaron los días y nos metimos en el invierno y en plena vorágine de clases y estudio. Durante ese tiempo no volvimos a quedar en el local por diversas razones que no vienen al caso. Sólo Sonia y yo nos escapábamos en cuanto teníamos una oportunidad. Pero por supuesto quedábamos y nos veíamos los cuatro y a veces también Isa y otros amigos. Isa seguía “soltera” pero no se la veía especialmente ansiosa o preocupada por eso, según le comentaba a Sonia y Lore entre clase y clase.

Por fin llegaron las vacaciones. Y, como el año anterior, mi hermano y el grupo no ensayaban esos días, y teníamos el local para nosotros. El día de Navidad por la tarde, quedamos para vernos en el local. Las chicas, que habían salido por la mañana a caminar con Isa, se lo dijeron, y esta se apuntó sin dudarlo.
 
Capitulo 73/74

Ese día hacía mucho frío, y quedamos en una chocolateria para tomar un chocolate hacia media tarde. Todos íbamos bastante abrigados y recuerdo perfectamente el gorro de lana de Sonia cuando entró por la puerta, por alguna razón con el gorro ese puesto me resultaba especialmente guapa, no sé si era porque remarcaba la redondez de su cara o por qué, pero siempre que se lo ponía, me parecía más guapa. Y también el brillo en los ojos y la sonrisa de Isa al vernos a todos.
Después del chocolate fuimos caminando arrimados por el frío, Isa abrazada a Lore y Coque.
Llegamos al local e inmediatamente encendí las placas, pero no nos quitamos ni los abrigos. Hacía demasiado frío. Así que nos estuvimos moviendo un poco por dentro mientras entrabamos en calor. Pusimos música y comprobamos que había en la nevera.

-¿Os acordáis de un día como hoy de hace justo un año? – dijo Sonia con fina intencióní
-Ya lo creo – respondió rápidamente Coque
-¿Qué…qué pasó hace año? – preguntó inocentemente Isa.
-Nada, que nos intercambiamos regalos entre nosotros – dije medio riendo.
-De eso nada – saltó Lore – el regalo os lo hicimos nosotras…
-Jajajajajaja – nos reímos los cuatro dejando desconcertada a Isa.
Lore se dio cuenta.
-Isa, hace un año empezó todo…nuestra primera vez juntos nosotros cuatro.
-Bueno, no exactamente – terció Sonia – ya hubo alguna cosa antes pero cada pareja por separado.
-Aaaaaaahh, eso no lo sabía, jajajaja – se rió también – ¿Y cómo fue?…bueno, si se puede saber, jejeje.
-Estas dos chifladas idearon un juego y nos estuvieron torturando mucho tiempo jajaja – dije yo.

Luego le explicamos un poco como había sido el juego de las telas en los ojos y flipaba y se reía.

-Quién me iba a decir a mí hace un año que iba a …bueno…ya sabéis…jaja– dijo Isa.
-Pues ya que estamos, podríamos jugar a algo – dije yo
-A ver, ya sé que alguna vez hemos comentado que lo del juego de las prendas era como muy de adolescentes y tal pero…mirad todo lo que llevamos encima, si no jugamos hoy no jugaremos nunca jajajajaja – dijo Coque entre risas
-Sobre todo aquel día en Formentera que propusiste jugar y estábamos todos con sólo una prenda encima jajajajajaja – me descojoné.
-Pues podríamos jugar hoy – dijo Sonia – Total, esto todavía está calentándose.
-¿Qué dices, Isa? – le preguntó Coque.
-Yo lo que queráis – contestó ella sonriendo.
-Vale, jugamos con unos dados – me levanté a buscar en la estantería el juego de dados – Podéis ir poniendo los sofás enfrentados para poner la mesa en medio.
-¿Cómo va esto? – preguntó Isa.
-Hay varias maneras de jugar, la típica es el que pierde la partida se quita una prensa y así sucesivamente, se juega bastante rápido, pero se me ocurre otra más divertida que he oído por ahí. A ver, en cada ronda de tiradas hay dos ganadores y tres perdedores, porque somos cinco jeje. El que saque la jugada más alta elije a uno de los perdedores, y el que saque la segunda más alta elige que prenda se quita, vale? Para quitarse la prensa hay que levantarse – expliqué rápidamente.
-Vale, mola, bien,… – dijeron todos
-Y más vale empezar ya porque esto se está empezando a calentar jejeje – añadió Coque.

Nos pusimos de nuevo las bufandas y Sonia se puso el gorro. Todo lo que llevábamos, aunque no todos llevábamos la misma cantidad de prendas y eso también juega.
Empezamos a jugar y más o menos iba yendo muy igualado todo, nos quedamos sin abrigos rápidamente. Y menos mal. Luego empezaron los jerseys, los pantalones, calcetines, etc. Llegó un momento en el que por alguna razón nadie proponía que Sonia se quitara el gorro, me di cuenta y me hizo gracia.

Coque iba muy retrasado, aún llevaba los pantalones puestos y la camiseta, ganaba bastantes jugadas, el suertudo. Luego poco a poco fueron desapareciendo prendas, y Sonia seguía con el gorro puesto, yo creo que ni ella misma se había dado cuenta. Si me tocaba elegir prenda intentaba ser muy puñetero. A Sonia le hice quitarse el sujetador antes que la blusa, y sudó un poco para hacerlo, entre risas eso sí. Lore fue la primera en tener que quedarse con las tetas al aire. Cuando se quitó el sujetador, cruzamos las miradas y aproveché para decirle, dibujando las palabras con los labios, que eran preciosas. Sonrió y me lanzó un beso. Acabé sin ropa a la siguiente y poco después Isa logró que Sonia quedara completamente desnuda a excepción del gorro. Apenas quedaban prendas sin quitar pero la situación era curiosa.

-Un momento – dije – ¿os habéis dado cuenta de cómo estamos?

Nos miramos todos unos a otros. Sonia solo con el gorro puesto, Isa sin más prenda que el sujetador. Lore sólo los calcetines. Y el suertudo de Coque todavía en ropa interior.

-Madre mía, que surrealista – dijo Sonia provocando la risa de todos.
-Por mí te puedes quedar toda la noche sólo con el gorro, eh! – soltó Coque descojonándose.

Sonia se quitó el gorro y se lo tiró con fuerza a Coque a la cara.
-¡Hala! Ya he vuelto a recibir – exclamó.

Sonia se acercó a él contoneándose, se lo quitó de un manotazo y se lo volvió a colocar, luego se sentó sobre él y se le quedo mirando fijamente.
Miré a Isa que se reía en silencio al observarlos.

-Total, para esto – volvió a exclamar Coque riendo.
-¡Calla! – le ordenó Sonia. Luego se quitó el gorro y se lo que puso a Coque – Ahora el que lo vas a llevar toda la noche vas a ser tú.

Y Coque ni rechistó.
-A ver, estamos un poco ridículos así, o nos ponemos algo de ropa o nos desnudamos del todo – dijo Lore.
-Yo de momento me voy poner los calzoncillos, que ya habrá tiempo de quitárselos jajajajaja – dije.

Todos se descojonaron. Nos fuimos poniendo algo de ropa. Las chicas se quedaron otra vez con bragas y blusa o camiseta. Y me levanté mirar que había para beber.

-Hay ginebra, algo de vodka y en la nevera, varias latas de naranja y un par de coca-colas además de agua ¿queréis algo?

Como nadie me hizo ni caso porque se pusieron a hablar, puse las botellas y varias latas en la mesa junto a los vasos y que cada uno se pusiera lo que quisiera.
Sonia e Isa se habían levantado y estaban junto al estante de discos mirando para elegir alguno y ponerlo.

-¿Qué hacéis, chicas? – pregunté agarrando a las dos por la cintura.
-Eligiendo algo ¿pongo este? – sugirió Lore.
-Pon lo que quieras, mientras no sea disco machacón jajaja – respondí.

Puso un disco y empezó a sonar la música.
Las dos empezaron a llevar el ritmo con sus cuerpos mientras seguían mirando más discos. Me acerqué a los interruptores y apagué algunas luces, pero no dejé el ambiente tan en penumbra como la vez anterior. Eché un ojo a Lore y Coque que estaban los dos echados de lado en el sofá con sus cabezas reposando en el mismo y hablando. Luego volví con las dos que seguían mirando discos.

-Voy al servicio - dijo Isa de pronto en voz baja. Y se metió al cuarto de baño.

Sonia y yo continuamos de pie un rato hasta que caí en que tardaba demasiado en salir.

-¿No está tardando mucho en salir del baño Isa? – le comenté a Sonia – Lo digo porque yo tendría que entrar también un momento.
-Pues ahora que lo dices…igual le ha sentado mal el chocolate o algo – dijo Sonia.
-Ve a ver, anda – le pedí.

Sonia entró en el pequeño pasillo que daba al baño y llamó a la puerta. Yo me quedé a un metro en la entrada del pasillito.
-Isa, ¿estás bien? – preguntó. La puerta se abrió.
-No lo sé…no… – se escuchó débilmente entre sollozos.
Yo no la veía pero estaba claro que algo le ocurría.
-Isa, ¿qué te pasa cariño? – le preguntó Sonia de nuevo.

Sonia me indicó con la mano que me alejara un poco, y entró del todo.

Me volví a acercar para arrimar la oreja.

-¿Qué te pasa, Isa? – preguntaba Sonia - ¿Ha pasado algo con alguno de nosotros que te haya hecho sentir mal?
-No – decía entre sollozos Isa – no que va, no es eso…
-¿Te sientes mal en esta situación, no te encuentras cómoda?…puedes contármelo con toda confianza, sea lo que sea...
-No lo sé…no sé cómo explicarlo…es que os veo tan… tan felices y contentos siempre… y yo…y a veces pienso que por qué yo no…
-Venga Isa, que no siempre estamos contentos, también tenemos problemas…todos tenemos problemas de vez en cuando.
-Lo sé, pero me refiero a lo contentos que estáis siempre entre vosotros, cómo se os ve, los apoyos que os dais, vuestras relaciones y como lleváis lo vuestro, con esa alegría y esa naturalidad difícil de entender para mí hace sólo unos meses – al final se le intuyó una pequeña risa entre los sollozos.

Me asomé un poco para ver como Isa estaba abrazada a Sonia llorando en silencio sobre su hombro.
Por fin se fue calmando y hablando con un poco más de entereza.
Me giré un momento y vi a Lore a la entrada del pasillo. Salí.

-¿Qué le pasa? – preguntó bajito
-No lo sé exactamente pero creo que es una especie de bajón anímico por su situación, no con nosotros, si no la suya personal – dije yo.
-Mejor dejamos que sea Sonia la que esté con ella, muchos a la vez no es bueno para que alguien se desahogue – dijo Lore. Luego se acercó a Coque a explicarle un poco.

Volví a acercarme a la puerta a escuchar.

-Estuve mucho tiempo equivocada con Manu, obsesionada con que las cosas cambiarían, pero no cambiaban, y cuando empecé a conoceros mejor y a tener más confianza con vosotros y lo bien que os portabais conmigo empecé a abrir los ojos, a ver todo distinto – Isa se estaba claramente desahogando con Sonia, aunque podría haber sido con Lore igualmente si hubiera sido ella la que hubiera entrado, estaba seguro.
-Bueno, cielo, muchas veces tenemos que darnos de bruces con algo para darnos cuenta de que estamos equivocados, nos pasa a todos…
-Yo también tengo la culpa – continuó – no supe hablarle con claridad, se lo insinuaba pero no fui lo bastante contundente, me daba miedo o vergüenza…

Hubo una pausa, la escuché sonarse los mocos provocados por las lágrimas ( supongo que con papel higiénico porque en la poca ropa que llevaban no creo que tuvieran pañuelos) y abrir el grifo para lavarse. Luego continuó más serena y sincera si cabe.

-Sonia, nunca hubiera imaginado hace unos meses poder expresarme así con alguien – continuó – Os tengo envidia, envidia sana – se la oyó un amago de risa – no te ríiias…
-No me río – respondió entre risas Sonia.
-Pero me ha costado mucho conocerme a mí misma, y me habéis abierto los ojos – seguía hablando – Ahora lo veo de otra manera…sólo me falta encontrar a un tío como dios manda, jajaja – se rió por fin, aun entre moqueo y moqueo.

Parecía que se iba calmando a base de sincerarse con Sonia.

-Bueno Isa, ya te lo dije la otra vez, todo llega, cuando menos te lo esperas.
-¡Pues a ver si llega pronto! – dijo ya mucho más calmada y con una tímida risa.
-Jajaja – escuché reir a Sonia.
-No me da tanta vergüenza como antes hablar de estas cosas, me gusta el sexo, no creas que no, jajaja… pero no lo he podido disfrutar bien con otra persona…Con Manu, desde el principio siempre era todo corriendo, rápido y mira que teníamos un sitio que no nos molestaba nadie, pero era así, no me daba tiempo…ya te lo conté… a disfrutar yo – flipaba como se estaba sincerando – al principio pensé que era por la poca experiencia de ambos, pero yo estaba informada, y esperaba otra cosa, luego con el tiempo pensé que mejoraría al ir teniendo experiencia pero no era así…en cambio…- hizo una pausa - el día que estuve con vosotros, el día que me atreví… fue otro mundo…esa calidez – seguía moqueando de vez en cuando – y también ese respeto me dejó sorprendida… me dejé llevar y disfruté como nunca – hubo otra pausa y de pronto una sorpresa – se te ve un pie, no sé quién está junto a la puerta pero ¡se te ve un pie! Jajaja, entra anda…

Me quedé paralizado un momento y tardé unos segundos en reaccionar. Por fin entré. Sonia estaba sentada en la taza del váter, abrazando por la cintura a Isa que estaba a su vez sentada sobre ella.

-Hola Isa – dije tímidamente
-No te preocupes, no creas que no he pensado que alguien estaría ahí detrás, de todas maneras Sonia os lo iba a contar luego, lo que me parece normal eh – dijo Isa mirando a Sonia.

Luego se levantó y me dio un largo abrazo. Yo la abracé a su vez y la besé en la mejilla.

-Bueno, creo que será mejor que me vaya, no estoy con ánimo hoy – siguió.
-Lo entiendo, te acompaño a casa – dijo Sonia.
-No, no hace falta, quedaos vosotros, no os quiero fastidiar la noche – replicó Isa
-Que no, que no, te acompaño a casa y no se hable más – insistió Sonia – Hay muchos más días por delante.

Salimos fuera y en cuando la vio se echó en brazos de Lore. Se miraron con dulzura en sus ojos. También le dio un beso a Coque.

-Bueno, ya os contará Sonia supongo jajaja – dijo esbozando una sonrisa.

Nos empezamos a vestir.

-Si quedéis quedaros aquí, no hay problema eh – le dije a Coque.
-No, no, también nos vamos -dijo Lore
-Como queráis.

Salimos todos y fuimos caminando despacio y apretaditos por el frio que hacía, y hablando poco. Alguna broma de Coque para animarnos un poco. Isa iba esta vez cogida del brazo de Lore un poco detrás hablando bajito. La acompañamos todos hasta su casa y nos despedimos con largos abrazos. Luego nos fuimos despidiendo entre nosotros y acompañe a Sonia a su casa.

-¿Cómo la ves? – le pregunté.
-Yo creo que hoy en algún momento, le ha venido un recuerdo y le ha dado un bajón, seguro que pronto está más animada.
-Mi impresión es que le hubiera gustado estar con nosotros teniendo novio.
-Pero es jodido encontrar a un chico que piense como nosotros, y luego está la otra parte, que nos caiga bien a nosotros, que yo no me junto con cualquiera. Un capullo, por mucho que le gustara a una amiga mía, seguiría siendo un capullo… y no lo digo por Manu, que me parece majo en el fondo, y el problema era otro.
-Bueno, ya iremos viendo que pasa.

Dos días después, Isa llamó a Sonia para dar una vuelta por la tarde. Yo iba a ir al local por la tarde a grabarme unas cintas para escuchar en casa mientras estudio, y le dije que si después se querían pasar que estaría allí hasta las 8 o así.
 
Capitulo 75/76

Llamaron a la puerta, y eran ellas.

-Hola chicas – las saludé, le di un piquito rápido a Sonia y dos besos a Isa.
-¿Qué haces? – preguntó Isa.
-Estoy grabando unas cintas para tener en casa… ¿No has hablado con Lore, Sonia?
-Sí, al mediodía, iban a ir al cine esta tarde y luego a casa de ella, que se quedaba sola – contestó Sonia.
-Bueno, pues nada, nosotros aquí, ahora acabo de grabar esta cara, y luego dejo grabando la otra y si queréis vamos al bar de la plaza a tomar algo caliente y luego volvemos o como veáis - sugerí yo.
-Como ves, no siempre estamos los cuatro juntos, de hecho nos vemos relativamente poco, aunque bastante más en vacaciones, eso es cierto – le dijo Sonia a Isa – Sí, vamos a tomar algo caliente y luego volvemos que aquí se está calentito también.

Isa estaba aún algo tristona de cara pero con mucho mejor ánimo.
Cuando acabé, nos pusimos los abrigos y nos acercamos al bar a tomar un café con leche caliente. Isa no paró de hablar en todo el rato, parecía que lo necesitaba, que estaba deseando hablar con alguien para distraerse y animarse a sí misma. No hablamos de lo sucedido días atrás ni de Manu ni de nada referido al tema. Simplemente una conversación normal de pelis, de televisión, del curso, y por supuesto nos volvió a hacer preguntas sobre Formentera.
Un buen rato después estábamos de vuelta en el local. Había dejado las placas encendidas y estaba calentito. Nos quitamos los abrigos y me puse a comprobar la grabación mientras Sonia se iba al baño un momento e Isa se sentaba en el sofá que estaba frente al televisor.

Cuando Sonia regresó le pedí que sacara una botella de agua y unos vasos y los dejara en la mesa por si queríamos beber.
Después de hacerlo se sentó junto a Isa en el sofá. Encendí la televisión a ver que ponían. Seguro que alguna serie o película y la dejamos prácticamente de fondo.
Me senté con ellas, en el hueco que quedaba. Se podía estar bien tres en ese sofá.
Las chicas no tardaron en verse obligadas a quitarse los jerséis que llevaban puestos. Yo ya me lo había quitado nada más entrar.

-Ups! – dijo Isa de repente - me he sentado en medio de los dos, poneos juntos si queréis – añadió haciendo amago de levantarse.

Sonia la agarró de un brazo y la obligó a quedarse donde estaba.

-No seas boba, qué más da – soltó.
-Que no, que a mí me da igual – insistió Isa
-Que noooo…quieta ahí – volvió a tirarle ahora del brazo.
-Vaaaale – cedió por fin Isa.

Nos quedamos callados mirando la tele. Miré de reojo a Isa y la vi tranquila, se había deslizado un poco en el sofá y estaba mirando la pantalla con los brazos cruzados. Su pecho subía y bajaba lentamente al compás de su respiración. Sus vaqueros ajustados y sus piernas ligeramente cruzadas marcaban la curva de sus caderas. Al cabo de un rato, algo cansado de la misma postura, me giré ligeramente en el sofá y estiré el brazo sobre el respaldo. Sonia me miró e hizo lo mismo, nos cogimos de la mano.

Me levanté un momento para ir al baño y al regresar, Isa, que se había acomodado un poco más todavía en el sofá y apoyaba la cabeza casi a mitad del respaldo, me siguió con la mirada, esa mirada dulce que reflejaba su timidez al mismo tiempo que parecía estar pidiendo atención y cariño. Noté algo en ese instante, algo intangible pero que me hizo decidir dar el paso adelante. Me senté de lado sin dejar de mirarla, y ella continuó mirándome. Sonia se estaba dando cuenta, y sin mirarla siquiera supe que también ella notaba que era el momento. Y la imaginé dibujando su sonrisa de siempre.

-¿Estás bien? – le susurré.

Asintió levemente con la cabeza.
Me incliné sobre Isa, mirando sus labios y a sus ojos alternativamente. Entreabrió sus labios levemente y junté los míos con los suyos. Un beso breve, lo justo para notar su calor, la miré de nuevo a los ojos, a medio palmo de distancia y al besarla de nuevo su lengua me recibió sutilmente a las puertas de su boca, entre sus labios. Enseguida la abrió para que mi lengua penetrara en ella, poco a poco fuimos aumentando la profundidad del beso, del jugueteo de nuestras lenguas, explorando nuestras bocas muy sensualmente, muy despacio.
Mientras con una mano acariciaba su pelo con delicadeza, deslizaba la otra por su muslo hasta que al subir por él choqué con otra mano. Era la mano de Sonia que estaba recorriendo el camino a la inversa en el otro muslo de Isa. Abrí los ojos sin dejar de besar a Isa para encontrarme con la mirada de Sonia y una sensual sonrisa de complicidad.

Noté como Isa abría ligeramente las piernas, dejando perfectamente clara su entrega. Me cogió la mano y me la llevó a su pecho sin parar un instante de jugar con su lengua en la mía.
Como pude, con una mano empecé a desabrochar su blusa y luego metí una mano por dentro magreándole suavemente las tetas por encima de la fina tela se su sujetador. Por fin interrumpimos el beso, la miré de nuevo y su cara era otra.
Su mirada era ahora más afilada y penetrante.

-Sigue, por favor – se atrevió a decir.

Miró a Sonia, justo a su lado, respirando con la boca abierta, con aparente ansiedad, pero no era ansiedad, era puro deseo. Sus ojos la delataban. Casi a la vez, las dos empezaron a quitarse la blusa, y yo la camisa. Los tres con el pecho ya desnudo nos levantamos. Me acerqué a ellas y las abracé. En ese instante me vino el recuerdo del encuentro con Alicia.
Besé a Sonia, luego a Isa y de nuevo a Sonia. Por fin se miraron y mientras les acariciaba la espalda a ambas a la vez se besaron. Sonia me soltó y le cogió la carita a Isa con ambas manos para besarla, mirándola a continuación y provocando en ella una tierna sonrisa casi de sonrojo. Mientras, aproveché para quitarme los pantalones y desabrocharle luego los suyos a Sonia. Mientras ella luego se los quitaba, Isa se despojaba a toda prisa de los suyos. En un momento estábamos los tres desnudos abrazados de nuevo, sin decir nada, sólo sintiendo nuestras pieles.
Mientras Sonia y yo nos besábamos intensamente, noté, por la postura de la mano, que era Isa la que había agarrado mi polla y me la acariciaba lentamente, logrando en breves segundos que se endureciera al máximo.
La miré y sonrió, esta vez con una sonrisa amplia. Había vuelto a cambiar el semblante otra vez. Ya se parecía más al de la noche de la excursión.

Retiré un metro y medio la mesa de la cercanía del sofá para tener sitio y ambas se subieron al sofá, arrodillándose en él mientras yo me mantenía de pie delante de ellas.
Pero a nosotros no nos gustaba tomarnos el sexo de una manera demasiado trascendente ni demasiado seria. Para nosotros era, aparte de placer y ternura, complicidad y diversión. Sonia, lista y atrevida como es ella, quiso de alguna manera relajar la situación al máximo, y quitarle seriedad. Abrazó por la cintura a Isa, se miraron y se sonrieron.

-Y bien, ¿qué te parecen estas dos damiselas inocentes deseosas de jugar con alguien? – dijo tratando de no reírse.
-Me parecen dos chicas…. perdón dos damiselas guapísimas, encantadoras y que están las dos para comérselas a bocados jajaja – repliqué acercándome a ellas – Así que queréis jugar, ¿eh? - añadí.
-Veo que tú también – dijo Sonia señalando mi polla más tiesa que un palo.
-Soy muy juguetón jajaja – las abracé de nuevo poniéndome entre las dos y mis manos se fueron simultáneamente a sus coños.

Isa cerró los ojos y suspiró levemente, Sonia y yo nos besamos otra vez. En segundos las dos estaban empapadas, y mis dedos entraron facilidad en ellas. Empecé a masturbarlas simultáneamente metiendo y sacando los dedos despacio y tratando de rozar sus clítoris con las palmas de las manos. Ellas empezaron a gemir y jadear cada vez con más intensidad. Acomodaban su postura para buscar el mejor roce, abriendo las piernas más o menos o echando sus caderas para adelante o para atrás. Ellas se iban alternando mi polla, agarrándomela como si fuera el mango de una raqueta y pajeándome así lentamente.

-Que bien, chicas – les susurré.
Isa abrió los ojos y la besé inmediatamente, devorándonos la boca con fiereza por momentos. Al separar nuestras bocas nos miramos de cerca, ella boqueaba y se mordía los labios, el ritmo de su respiración aumentaba.
Estaba decidido a darle todo el placer que pudiera. Me separé de ellas, lo que provocó un suspiro casi simultaneo al sacarles los dedos, y agarré a Isa del culo haciendo que se sentara en el sofá en un movimiento rápido. Al mismo tiempo que me arrodillaba en el suelo le abrí y separé las piernas y hundí mi cara en su coño. Su oscuro vello aterciopelado acarició mis labios y mi nariz. Aspiré profundamente y hundí mi lengua entre sus labios buscando sus jugos. Mientras estaba dedicado a ella, noté como Sonia se colocaba detrás de mí y volvía a masturbarme mientras me acariciaba y besaba la espalda y el cuello.
Cada vez que rozaba el clítoris de Isa, esta pegaba un respingo, retorciendo sus caderas cada vez más bruscamente. Aumenté aún más la intensidad buscando su clítoris, succionándolo con mis labios o masajeándolo con mi lengua…

-Madre mía, dios oohh oohh mmmmm, así, así oohhh, madre, diooossss.

Cada vez que veía que levantaba incontroladamente su cuerpo como respuesta al placer que estaba sintiendo la empujaba con la mano sobre su vientre de nuevo hacia atrás, así una y otra vez.
Aún tuve reflejos para hacer que Sonia parara de pajearme unos momentos. Ver la cara de placer desbordado de Isa, como me miraba cuando yo la miraba desde abajo, me estaba excitando de tal forma que si Sonia seguía pajeándome iba a correrme irremediablemente.
Sonia se levantó y se sentó de nuevo en el sofá, vi como acariciaba las tetas a Isa y se volvían a besar, mucho más intensamente que antes.
Continué comiéndole el coño, llevándola poco a poco al clímax, parando cada pocos segundos para lamerle alrededor de sus labios suavemente y volver luego a penetrarla con la lengua o chuparle el clítoris, así cada vez más fuerte. Su cuerpo ya brincaba desbocado mientras la sujetaba fuerte de los muslos. Por fin noté como su cuerpo se contrajo del todo y explotó temblando como si hubiera un terremoto.

-DIOOOOSSSSS…..AAAAHHH…AAAHHHH, SI SI SI SSIIIIIIIII DIOS DIOS dios dios uuuff uuf uf..

Retiré mi boca pero la continué mirando desde abajo casi a través de su vello brillando por mi saliva y sus jugos en primer plano. Mientras recuperaba el aliento con los ojos cerrados, le acaricié los muslos con suavidad dándoles besos al mismo tiempo. Sonia me miró con su cara junto a la de Isa y me sonrió. Le devolví la sonrisa.

Por fin Isa abrió los ojos y aún sin dejar de mirarnos hice que bajara las piernas para apoyarlas en el suelo. Su cara era indescriptible, quería reír, quería hablar, quería creo que incluso llorar, pero parecía que no tuviera fuerza. La dejé relajarse mientras la miraba y la sonreía, sin dejar de acariciarla. Por fin rompí el silencio. Miré a Sonia y le guiñé el ojo.

-Creo que voy a besarte otra vez – le dije a Isa mientras deslizaba un dedo por sus ingles, subiendo por una y bajando por la otra, rozando sutilmente sus labios abiertos.
-¡¿Más?! – exclamó sorprendida con un hilito de voz.
-Aquí – le dije pasando esta vez el dedo sobre los labios – y le planté un beso suave en su coño rosadito y húmedo.
-Ay…cosquillas – dijo de repente – Ohh, está muy sensible ahora jajaja.
-Jajaja.
-No me esperaba eso – rió Isa de nuevo – Es…es… increíble lo que he sentido.

Me levanté y apoyándome sobre el sofá me acerqué a ella y la besé de nuevo en la boca. Luego a Sonia a su lado.
Mi polla seguía igual de erguida.
 
Capitulo 77/78

Sonia no me dio tregua, y se lanzó directamente sobre mi polla. Chupando el capullo como si fuera un helado, lamiendo el tronco a lo largo por todos los lados, para luego empezar a engullirla poco a poco ante la mirada sorprendida de Isa, hasta metérsela entera hasta la garganta mientras con una mano acariciaba mis huevos como tanto me gusta. Me apretó luego el culo arrimándome hacia ella y yo a su vez la sujeté aún más la cabeza haciendo que aguantara ahí hasta verla congestionarse.

-Jodeeer – escuché musitar a Isa al verlo.

La solté por fin para que se la sacara y respirara mejor otra vez. Segundos después volvió a la carga, engulléndola de nuevo entera hasta llegar al límite. Al salirse de nuevo, un hilillo de babas resbalaba desde su barbilla. Se limpió con una mano y aprovechándolas como lubricante empezó a pajearme con fuerza. Se desató toda.
Y me desató a mí. La dulzura y las risas con las dos de hacía unos minutos dieron paso a lo más primitivo de nosotros, ese deseo de sexo casi animal.

-¿Vas a follarme? Eh? Dime, ¿vas a follarme como me gusta?...Dime – repetía.
-Por supuesto que voy a follarte como te gusta – repliqué apartándola de golpe y haciendo que se sentara en el sofá – y me vas a suplicar que no te la saque.

Sonia estaba ansiosa porque se la metiera, pero aún en ese estado me gustaba torturarla hasta que suplicara. Y tener al lado a Isa me ponía aún más el verla así. Se mordía los labios, jadeaba mientras se tocaba y me miraba con una lascivia irrefrenable.

-Joder…mmmm….venga… métemela…vengaa…métemela yaaa…fóllameeee – pedía sin parar.

Isa se había echado en la esquina del sofá y nos miraba mientras se tocaba de nuevo. Parecía transformada, desatada también. Se metió varios dedos en el coño para follarse ella misma.

-¡Métesela ya! - soltó de pronto mirándome seria y con una cara de lujuria como no se la había visto antes – Vamos, fóllatela, quiero ver como la follas – continuó segura de sí misma y jadeando al hablarme.
-FOLLAMEEEE! – gritó Sonia casi con rabia.

Me puse entre sus piernas y se la metí de golpe, provocando un gemido agudo de su parte.
Agarrándola por los muslos empecé a embestir fuerte hasta saciar un poco su ímpetu inicial. Luego rebajé la cadencia para seguir más calmadamente y para no correrme yo demasiado rápido. Levantó su cuerpo para abrazarse a mí y aproveché para agarrándola del culo y tomando impulso con las piernas darnos la vuelta y sentarme yo en el sofá con ella a horcajadas. Colocó sus manos en mis hombros y siguió subiendo y bajando sus caderas jadeando al mismo tiempo. Isa se estaba masturbando con furia sin dejar de mirarnos.

De pronto se levantó y dijo algo que no entendí, dejándome muy sorprendido.
Vi como se dirigió a las sillas dónde estaban los abrigos y los bolsos de ellas y se inclinó sobre el suyo. En esa postura, con las piernas ligeramente separadas su culo destacaba perfecto. Rebuscó dentro y se dio la vuelta regresando con una sonrisa casi perversa y un par de condones en la mano.

-Los te...nía… ahí… desde... hace meses – dijo a trompicones claramente muy excitada – y no…no están caducados…

Me quedé estupefacto por una parte y más excitado por otra.

-¡Quiero que me folles! – dijo mirándome – Necesito que me folles como a Sonia, por… favooor – siguió casi con tono de súplica – Fóllameee…

Sonia aceleró su golpeteo de caderas al escuchar a Isa, la agarró de un brazo y la hizo sentarse al lado para morrearse con ella. Se besaron con brío, sus lenguas bailaban tanto fuera como dentro, se comían la boca la una a la otra. Sonia paró luego un poco y se quedó sentada con mi polla completamente dentro. Se relajó un poco y ayudó a calmar también a Isa. Luego la cogió de las mejillas y la volvió a besar más tiernamente. La miró de nuevo y sonrieron ambas.

Era algo que solíamos hacer muchas veces Sonia y yo cuando teníamos tiempo por delante, relajar el ritmo hasta prácticamente pararnos, para reemprenderlo poco después y alargar el polvo al máximo. Sólo que esta vez estaba Isa con nosotros y por primera vez iba a follar con ella porque ella lo estaba deseando. Y yo también. Pero estaba rozando el límite. Lo mejor es que teníamos mucho tiempo por delante.

-¿Cariño, me puedes acercar un poco de agua? – le pidió de repente Sonia a Isa esgrimiendo una amplia sonrisa.

Isa le acercó un vaso con agua y luego se arrodilló junto a mí. La cogí de la cintura, acariciándola mientras Sonia bebía.

-Buuff, estaba sedienta – dijo Sonia.

Isa se inclinó sobre mí para besarme de nuevo, su estado de excitación aumentaba por momentos, comiéndome la boca con verdadero ansia. Sonia se levantó y se sentó a un lado. Isa me miró e intentó abrir nerviosamente el envoltorio de un condón, pero no lograba romperlo y Sonia, viéndola se lo quitó de las manos y lo abrió en un momento.
Isa la miró entre risas…

-Ya ni práctica tengo… – logró articular.

Sonia me lo colocó en un santiamén. E Isa intentó nerviosamente sentarse sobre mí. La agarré de la cintura a tiempo, la miré y la besé suavemente en los labios. Luego, sin decir nada, hice que se echara en el sofá con una pierna flexionada encima y la otra apoyada en el suelo, y me puse frente a ella con una rodilla en el sofá y la otra pierna también en el suelo. Sonia acercó una silla y se sentó delante, abrió las piernas y empezó a tocarse.
La respiración de Isa empezó a acelerarse, se pasaba nerviosa la lengua por los labios, boqueaba, jadeaba, su vientre plano subía y baja. Me la agarré con una mano y me acerqué lo justo para rozar su coño.

-Uumh – gimió casi inaudible.

Repetí de nuevo apretando un poco más para ver como sus labios se abrían.

-Oooh – volvió a gemir un poco más fuerte. Me miraba con la boca y los ojos muy abiertos y respirando aceleradamente.
Volví a repetir, varias veces, apretando cada vez más, llegando hasta su clítoris y luego dando suaves golpecitos sobre él.

-OOoooHHH, diooosss – casi gritó – Métela, por favor… métemela ya…

Miré un momento a Sonia, con las piernas muy abiertas en la silla y masturbándose sin parar. Volví a mirar a Isa, apoyé la punta de mi polla entre los labios de su coño y entré con decisión y sin parar hasta meterla entera.
En ese instante, ese sentimiento que llevaba tiempo peleando por salir apareció en forma de hondo suspiro de satisfacción, acompañado de una sonrisa tierna y nerviosa. La saqué despacio casi completamente para volver a entrar de nuevo hasta el fondo con un poco más de fuerza. Sus suspiros se transformaron en gemidos cada vez más intensos según iba entrando y saliendo con más rapidez.
Estaba convencido de que no iba a aguantar mucho así dada la excitación acumulada desde hacía rato, por eso decidí abreviar y le llevé un mano hasta su coño.

-Acaríciate - le pedí.

Isa empezó a masturbarse mientras yo la agarraba mejor de su pierna flexionada. Mientras, Sonia se había levantado y flexionando ligeramente sus piernas continuaba masturbandose a medio metro de nosotros,
Cuando noté que Isa estaba casi a punto de correrse, me incliné un poco sobre ella para acariciarle la carita y el pelo. Quería que también se se sintiera lo más confortable posible. En el último instante decidí girarla sobre el sofá para que se sentara de manera normal pero recostada y poder apoyarme yo con más firmeza en las dos manos.

-Me….voy...a.. co..rrer - dijo entre gemidos - dios...aahh...aaahh,...mmm…
-Córrete cielo... - dijo Sonia arrodillándose a un lado de ella para besarla suave y brevemente.
-Me voy a correeeerr...
-Mírame Isa, abre los ojos y mírame - le dije para excitarla aún más.
-OOHHH...DIOS DIOS DIOOSSS….
-Quiero que me mires mientras te corres - insistí. Por fin Isa abrió los ojos y me miró. Me miró mientras empezaba a temblar levemente. La agarré aún con más fuerza de sus muslos y empujé repetidamente con fuerza. Ella me abrazó la espalda con sus piernas justo en el instante previo a estallar de placer, entre continuos y bruscos movimientos de sus caderas.
-AAAAHHH DIOS DIOSSSS JO...DEEERR AH AH AAAAHH…UF UF UFFF UFFFF

Mientras contemplaba su rostro de cerca al correrse tuve que hacer un esfuerzo ímprobo para no correrme yo. Ella me miraba fijamente mientras su orgasmo iniciaba su curva descendente. Su cara era una mezcla de sentimientos, la expresión de su boca reflejaba placer, satisfacción, risa contenida, cierta timidez. Aún estaba adentro de ella y ella seguía con sus piernas alrededor de mi espalda. Noté la mano de Sonia acariciando mi espalda y supe que quería sin siquiera mirarla. Lo mismo que yo.
Besé con ternura a Isa y me salí lentamente de ella para levantarme. Me quité el condón mientras Sonia dejaba de masturbarse y se colocaba a cuatro patas al lado de Isa. La toqué para certificar que estaba chorreando. Me coloqué tras ella y se la metí de un empujón provocándole un alarido de placer. Ambos sabíamos que no iba a aguantar apenas así que ella siguió masturbándose y yo embistiendola con furia agarrádonla por las caderas. Quería aguantar hasta que se corriera pero el ver a Isa echada justo al lado mirándome hizo que no pudiera más.

-No puedo más cariño, me corro ya - le avisé.
-Córrete, vamos, lléname... diosss... lléname toda - y tras un par de últimos y fuertes golpes me vacié completamente dentro de su coño.
-Asíiiii cariño, ohh...me encanta sentir como te corres...

Me salí de ella con la polla todavía goteando las últimas gotas de semen sobre el suelo, pero no podía esperar a verla a ella. Hice que se levantara y pasando una brazo por su cintura, la masturbé sin parar hasta que se corrió abrazada a mí.

-DIOOSSS cariño, Ummmm… madremia que corrida...

Nos besamos de nuevo con cariño y después Sonia alargó la mano a Isa para que se levantara. Se acercó a nosotros y nos abrazamos los tres. Tras un ratín de acariciarlas a las dos, Isa se llevó las manos a la cara, meneó la cabeza, se las quitó y sonrió radiante y casi incrédula.

-Que pasada...ha.. ha sido … buff… una pasada, madre de dios…- se sentó en el sofá de nuevo. Su cara era de nuevo reflejo de muchos sentimientos, pero destacaba la satisfacción por encima de todo - Aún no me creo que haya ocurrido esto…es una locura….una maravillosa locura y ME HA ENCANTADO - casi gritó sonriente abriendo los brazos.
 
Capitulo 79

La veía tan contenta que la abracé más fuerte. Luego las solté a las dos y me dirigí al baño a por papel para limpiar las gotas que habían caído en el suelo. Sonia e Isa estaban echadas cada una en una lado del sofá, todavía desnudas.

-¿Me dejáis un sitio, chicas?.
-Claro - Isa que estaba con una pierna encima del sofá se sentó mejor.
-Puedes estirar las piernas encima de la mías, sin problema - le dije.
-No, es igual, estoy bien - respondió ella. Sonia aprovechó para estirar las suyas sobre mí.

Tras unos segundos en los que nadie decía nada, Isa se atrevió a hablar. Se sentó más en el borde y se giró hacia Sonia y hacia mi.

-A ver… - empezó con una sonrisa nerviosa - lo primero...os confieso que me lo he pasado genial y he disfrutado de una manera que no esperaba… no sé, tal vez porque hasta ahora nunca me habían hecho disfrutar así...uff…- hizo un gesto con la mano como dándose aire - aún me cuesta hablar sin cortarme jajaja.
-Cielo, somos amigos, habla lo que quieras sin miedo - le dijo Sonia incorporándose un poco para acariciarle la pierna - Ten en cuenta una cosa, todo esto no lo sabe nadie más que nosotros, Lore y Coque.
-Y Manu - respondió Isa.
-Ya, pero no lo sabe todo, además él no ha visto nada y por otro lado no parece que lo haya ido contando por ahí. - añadí yo.
-Bueno, ya que estamos - intervino Sonia, lanzándome una mirada antes de volver sobre Isa - Hay dos personas más que lo saben.

Isa abrió los ojos sorprendida y echó ligeramente su cuerpo hacia atrás.

-Pero tranquila - prosiguió Sonia - No son de aquí, y sólo saben lo de Lore, Coque y nosotros dos.

Isa seguía con cara de sorprendida.

-Formentera - dije yo.
-¿En serio?! - exclamó Isa - Pero…
-Sí - la atajó Sonia - Conocimos a dos chicas encantadoras en la isla, y una cosa llevó a la otra.
-¿Os enrollasteis con dos chicas? - preguntó de nuevo alucinada
-No estuvo planeado - proseguí - simplemente se creó un clima con ellas muy bueno y ocurrió. Dos chicas lesbianas por cierto.
-Ahora si que flipo - volvió a sorprenderse Isa.
-¿Por qué? ¿Te extraña? - dijo Sonia.
-Un poco.
-Isa, ni a mí ni a Lore y creo que a tí tampoco nos van las tías, pero nos hemos enrollado, una cosa es eso en determinadas circunstancias y otra salir con una chica. Lo mismo pasó con ellas. Quisieron experimentar… - explicó Sonia.
-Bueno, Alicia sí había salido con tíos, Nati no - apostillé.
-Caray - exclamó Isa.
-¿Pero cómo fue? - preguntó Isa despertando su curiosidad y ya mucho más tranquila.
-¿Cómo fue? Dos tríos, cuando nos dimos cuenta se habían formado dos tríos de manera muy natural, jajaja - dije yo riendo - Pero...ni Coque ni yo follamos con ellas.

Sonia apoyó mis palabras afirmando con la cabeza.

-Guau! - exclamó Isa otra vez. Iba de sorpresa en sorpresa.
-Un par de chicas encantadoras y simpatiquísimas.

Isa se recostó de nuevo en el sofá mirando al techo. Nos quedamos callados un minuto o dos, como si estuviéramos reposando lo hablado hasta ese momento.

-Sabéis - continuó sin dejar de mirar al techo - Todo esto me hubiera parecido inaudito e increíble hace solo unos meses, lo que me contáis, el que yo misma esté aquí...todo, pero… me encuentro tan bien en estos momentos que hasta pienso en la rabia que me da el haberme perdido todo lo que habéis vivido vosotros, jajajajajajaja - acabó estallando en una carcajada sincera y contagiosa.
-Jajajajajaja - reímos Sonia y yo con ella.

Le pasé el brazo por sus hombros y la atraje hacia mí abrazándola. Me miró para sonreírme. De pronto se me ocurrió provocarla un poquito.

-Bueno, bueno… esto no puede quedar así jeje - dije levantándome de pronto y arrodillándome en el suelo entre ellas.

Miré a Sonia que se tapó la cara como diciendo “a ver este que va a soltar ahora”.

-Ahora que lo has probado, ejemm... Sonia me pincha diciendo que Lore besa mejor que yo…- le lancé una mirada a Sonia - ¿tú que dices?

Isa se echó a reír.

-¿Me puedo acoger a mi derecho a no contestar? Jajaja - respondió entre risas.
-No!
-Ahmmm bueno, cada uno tenéis vuestra manera, aunque no tengo mucho donde comparar, jajaja.
-Jajajaja.
-Lo importante es que es que lo hacéis de verdad y eso me gusta.
-Ay, como te quiero - dijo Sonia.
-Bueno, bueno, bueno basta ya de tanto almíbar - dije yo interrumpiéndolas - Por cierto Isa, ya que estamos con confesiones, ¿Tienes alguna fantasía confesable? Las inconfesables también puedes contarlas si quieres, jajajaja - le pregunté mientras acariciaba las piernas de la dos.
-¡Que malo eres! - contestó riendo.
-Jajaja, malo no, curioso jeje - le dije levantando las cejas y poniendo mi mejor sonrisa - Luego Sonia te cuenta la suya jijiji.
-¡Y tú las tuyas! - atajó Isa.
-Por supuesto - respondí - Pero no valen fantasías imposibles como acostarse con actor famoso ni cosas de esas...
-Mmm, vale, tengo algunas...pero me da mucha vergüenza…
-A estas alturas te queda todavía vergüenza?! jajaja - le respondí.
-Jajajaja...no...ufff, vale bueno, venga...la verdad es que dada mi pobre experiencia, ya sabéis… con Manu...que aunque el sexo era relativamente frecuente….pero vamos, la calidad era manifiestamente mejorable jajaja...por lo rutinario y por lo rápido que era todo...pues diría que la primera fantasía que tengo es una muy simple...echar un polvo largo y guarro, muy guarro...jajajaja - se tapó la cara otra vez para aparecer riendo al quitarse las manos. Sonia aplaudió entusiasmada con una amplia sonrisa.
-¡Eres de las mías! - se le escapó - jajajajaja. ¡Di que sí!
-Jajajaja - se rio Isa - Ayyyyy! Otra es hacerlo al aire libre y que me pillen y me aplaudan jajaja.
-Anda, como Sonia - dije yo. Sonia me dió una colleja.
-Pero si es verdad…Sigue Isa.
-Otra es un clásico...un trio con dos tios jijiji - añadió ahora con una tímida sonrisa.
-Eso está hecho jajaja - nos reímos los tres a continuación.
-Ay, que vergüenzaaaa!
-Jajajaja.
-Chicas, me voy a dar una ducha rápida - les dije mientras me levantaba.

En un armario del pequeño pasillo al baño siempre había toallas que o Sonia o yo nos encargábamos de lavar y reponer en casa. A estas alturas mi hermano sabía, porque me lo había insinuado, para que usábamos el local. Lo que no sabía era que éramos más de dos los que usábamos la ducha.

-Vale - contestó Sonia.

Me metí en la ducha, gradué el agua a mi gusto y me puse bajo el chorro. Cuando me giré y abrí los ojos ahí estaban las dos.

-¿Quieres compañia? - dijo con voz sensual Sonia. Sinceramente no me lo esperaba.
-Eeeh no sé si cabremos…
-Claro que sí - me interrumpió rápidamente abriendo la mampara sin esperar mi respuesta e invitando a Isa a entrar.

Isa entró y se pegó a mí, seguida de Sonia. Estaba claro que aunque cabíamos apenas podíamos movernos. Entre risas y pequeños movimientos nos fuimos mojando más que ducharnos. Sonia acabó enseguida y se salió a secarse.

Isa y yo nos quedamos con más espacio, el agua le caía sobre el pelo y este le tapaba la cara. Por fin se lo recogió y se lo echó para atrás y tras escupir graciosamente un chorrito de agua abrió sus preciosos ojos azules y se encontró con los míos, mirándola. Sonrió un momento y luego se puso seria con los labios entreabiertos. Me acerqué a ella unos centímetros y le acaricié suavemente uno de sus pechos. No apartó la mirada, y subiendo con la mano por su cuello llegué a su barbilla y le pasé el dedo pulgar por los labios. Ella abrió un poco más la boca y se lo introduje ligeramente. A esas alturas mi polla ya estaba de nuevo como un mástil, ella la notó y me la acarició pasando un par de dedos a lo largo.

Sin verla, sabía que Sonia nos estaba mirando, y eso me ponía aún más. Bajé la mano despacio por su vientre y atravesando la maraña chorreante de su vello púbico llegué hasta su coño. Al rozar su clítoris se le escapó el primer suspiro cerrando los ojos brevemente. Insistí con dos dedos, dibujando suaves circulitos sobre el mismo. Los suspiros fueron en aumento y se tornaron en gemidos cuando presione más. Cerró los ojos de nuevo.
-No cierres los ojos - le susurré - Me gusta verlos…

Abrió un poco más las piernas, y agarrándome la mano me la llevó más abajo aún. Era la señal inequívoca. Le metí dos dedos sin dejar de mirarla, ella abrió la boca gimiendo y acto seguido se lanzó sobre la mía. Nos besamos casi agresivamente, mientras la follaba con los dedos. De reojo observé como Sonia acababa de secarse sin dejar de mirarnos.
Isa se estaba deshaciendo de placer delante de mí y lo estaba expresando sin pudor alguno.

-Dioooss, me encanta… así así, sigue...aaahh, ohhhhh, jooooderrrr.

La apoyé contra la pared para que dejara de estar agarrada a mi cuello y en ese instante me di cuenta de que Sonia no estaba en el baño.
 
Capitulo 80/81


-Así, que una de tus fantasías es un polvo guarro, ¿eh? - le pregunté con toda la intención y sin dejar de mover mi mano muy pausadamente.
-S..sí..sí - respondió entrecortadamente.
-¿Y cómo imaginas un polvo guarro? – continué. Por un instante fugaz pareció que iba a apartar la mirada, tal vez algo avergonzada de nuevo, pero no lo hizo y entró al juego.
-Lo imagino de muchas maneras…no sé como...
-Cuéntame una - insistí, siempre sin dejar de mover los dedos. Antes de continuar se le escapó una leve sonrisa tímida de nuevo.
-Lo imagino sudoroso, muy sudoroso, sin pensar, sólo dejándome guiar por el instinto, entregándonos los dos al puro placer, descubriendo co…sas…lo he imaginado muchas noches…me he imaginado acabando rendida y sucia pero al final satisfecha…oohh…por fin y contenta de estar con mi chico…
-Dime algo que no te hubieras atrevido a decir hace unos meses… - me miró abriendo más esos ojos azules inmensos.
-Me… me masturbo cada noche...y más en el último año - respondió seria.

La besé de nuevo y ella me metió la lengua hasta el fondo, la correspondí acelerando el ritmo de mis dedos y empezó a gemir cada vez que nuestras bocas se separaban brevemente.

Sonia apareció de nuevo en el baño, la miré de reojo y puede ver que llevaba otro condón en la mano. Enseguida imaginé sus intenciones. Se sentó en la taza del váter a mirarnos. Un par de minutos después cerré el grifo del agua y le pedí una toalla a Sonia.
Esta me la acercó y sequé un poco a Isa para invitarla a salir primero. Luego me sequé yo. Cuando salí de la ducha, Isa estaba sentada sobre las piernas de Sonia, que le estaba besando cariñosamente un hombro mientras la sujetaba por la cintura.

Me acerqué a ellas y las atraje hacia mí. Isa me la volvió a coger con la intención de continuar. Se la metió en la boca semi morcillona y empezó a chuparla, mientras Sonia me acariciaba suavemente los huevos. En segundos estaba de nuevo a tope.
Sonia me colocó el condón con maestría e Isa se levantó sin apartar su mirada de mis ojos. No hacía falta decir nada. Sonia también se levantó y yo me senté en la taza. Isa se acercó de frente con una pierna a cada lado y se sentó sobre mí para metérsela casi de golpe. Un gemido salió de su garganta y luego se abrazó a mi cuello.
Mientras empezaba a subir y bajar despacio con mis manos apoyadas en sus caderas, Sonia se colocó tras ella para acariciarle la espalda y besar sus hombros y su cuello. De vez en cuando alargaba el cuello por encima de sus hombros para besarme.
Isa aceleró sus caderas, y tras una larga e intensa cabalgada se detuvo de nuevo jadeando.

-UFFF…madre…uuuuff,…ooohh…jajajaja…ummm..diosss…jajaja - era una amalgama de placer y euforia, estaba realmente pasándoselo bien y nada más. Olvidándose de cualquier otra cosa.

Le acaricié los pechos y se los pellizqué con mimo. En esa postura los tres nos besábamos alternativamente. Le di un par de palmaditas en los muslos.

-Date la vuelta – le pedí. Se levantó y se giró obediente.

Estaba entregada y cada vez más proactiva. No tardó en apoyar su mano en el hombro de Sonia para besarse de nuevo y yo no puede evitar acariciar sus nalgas, apretándoselas levemente. Isa era un poco más alta que Sonia y que Lore y algo más rellenita, pero no mucho más. Su culo era más carnoso que el de ellas y eso hacía que su raja fuera a su vez más estrecha y profunda.
Me acerqué a ella para darle un par de mordisquitos y reaccionó como si le hubiera hecho cosquillas.

-Siéntate – le sugerí de nuevo.

Fue bajando las caderas mientras yo me aguantaba la polla bien recta hasta que noté su abertura. Luego se dejó caer casi de golpe para ensartársela entera.

-Oooohh diiiioossss – exclamó. Enseguida empezó a subir y baja de nuevo. Yo la seguía acompasando con mis manos en su cintura y Sonia se inclinaba sobre ella para acariciarla o besarse. Isa alternaba rápidas y fuertes sentadillas con momentos más calmados en los que sólo movías sus caderas de adelante hacia atrás y viceversa.
-Ufff…jodeeer.. me encaaaanta…jajajaja – se explayaba.
-Te falta todavía, ¿no? – me preguntó Sonia.
-Espero que sí, no hace ni veinte minutos que me he corrido – respondí.
-Así me gusta, quiero que dures mucho – me miró con cara lujuriosa.
-Mmmm…me gusta esa mente sucia tuya.

Sonia me sonrió y mientras se inclinaba de nuevo sobre mí vi como metía la mano entre las piernas de Isa. Noté sus dedos rozando mis huevos por un instante y como empezaba a masturbarla.

-Ooohh mmm,,, diooss oohhh aahhh – Isa volvió a jadear y gemir de nuevo – Ufff – soltó después de que Sonia parara otra vez – Nunca… había fo…llado en es…ta postura – se sinceró mientras suspiraba.

Me llamó la atención porque no es que fuera una postura muy rara, pero dado su bagaje y lo que contó de Manu, ya empezaba a pensar que no habían pasado del misionero y la amazona.
El cuerpo de Isa brillaba de lo empapada en sudor que estaba otra vez.
Aparté la mano de Sonia. No quería que Isa se corriera de nuevo tan rápido y además en ese momento me apetecía follar con Sonia y además sabía que ella también lo estaba esperando. Hice que Isa se levantara, y me las llevé de la mano a las dos hasta uno de los sofás. No sin antes colocar una toalla sobre el mismo. Hice que se pusieran a cuatro patas las dos, pero en ese momento caí en la cuenta de que sólo tenía un condón, el que llevaba puesto. No quería quitármelo para follar con Sonia y luego volver a ponérmelo para acabar con Isa, por si las moscas. Así, que tras interrogar con la mirada y un gesto a Sonia me indicó que siguiera con Isa.

Me puse detrás de ella y me agaché un poco para mordisquear sus nalgas otra vez mientras tanteaba su coño con los dedos. Era la primera vez que la tenía en esa postura, sus contundentes y tersas nalgas estaban coloradas del sofoco, los pequeños mordiscos y algún cachetito que le había dado. Se la metí hasta el fondo de nuevo y la agarré por las caderas para empujar con fuerza.
Isa volvió a gemir, cada vez más alto, ayudada también por la mano de Sonia.

Me paré de nuevo, salí y me acuclillé tras ella. Me vino a la mente su culo, su ojete. Como por instinto separé sus nalgas. Por primera vez pude ver como su empapado y negro vello púbico se extendía más allá de sus labios en dirección a su ano hasta formar junto a él un suave y tenue remolino. Me dieron ganas de darle un lametazo en ese momento, pero sabía que no era el momento. ¿Cómo sería metérsela por ahí? Me pregunté también. Tal vez un día lo averiguaría, me respondí.
Me levanté y me dispuse a metérsela de nuevo. Apenas había metido la punta cuando ella empujó contra mí de golpe engulléndola de un solo viaje.

-Veo que estás deseosa, eh? – le dije.
-Sí, sí, sí, oooh, oooh, fóllame, fóllame – repetía.

La agarré de nuevo y seguí empujando otro poco hasta que la mano de Sonia en mi nalga me hizo mirarla. Su mirada fue suficiente para saber lo que quería ya. Salí de nuevo de Isa, me quité el condón de un tirón y se la metí de un empujón a Sonia.

-AAAAHHH -gimió profundo y alto – Dame.. dame.. DAAAAMEEEEEE- gritó.

La sujeté fuerte y empuje con la furia suficiente para que los golpes de nuestras carnes retumbaran en todo el local.
Isa se había sentado y estaba masturbándose mientras nos miraba y continuó así hasta que finalmente estalló de placer.

-Oooohhh, sí sí síiiii.. aaahhhhhh – gritó, para quedar luego rendida en el sofá.

Apenas recobrado el aliento se acercó un poco y metió su mano entre las piernas de Sonia que reaccionó levantando la cabeza y gimiendo más alto aún. Otro minuto más y también explotó entre fuertes gemidos.
Intenté correrme al mismo tiempo pero no me venía, y ante el cansancio de Sonia desistí por el momento. Me senté a descansar entre ellas dos.

Tras un par de minutos de relajación observé a Isa un momento de reojo. Con su mirada fija en el fondo, sus labios dibujaban una sutil sonrisa de satisfacción. No sé qué pasaría por su cabeza en ese momento, pero seguro que estaba contenta con lo que fuera que pensara. Luego me giré hacia Sonia, nos miramos y nos besamos de nuevo. Mientras nos besábamos le pasé un brazo por el hombro a Isa y la atraje hacía mí. No quería ni por asomo que se sintiera olvidada después de lo vivido. Es más, tras besar a Sonia, bromee con ella.

-Y bien, Isa, ¿te ha parecido un polvo suficientemente guarro?
-Jajajaja - se echó a reír.
-Porque puede ser más guarro – continué bromeando.
-Sí, ya, no lo dudo jajaja – paró un instante – perooo…no te has corrido – siguió ahora con una media sonrisa socarrona.
-Muy observadora – le contesté en el mismo tono.
-Jajajajaja.
-Jajaja, no ha acabado la noche.

Mi polla había menguado casi a la mitad durante la relajación, pero empezó a entonarse casi inmediatamente al oírle decir eso.
Sonia no se quedó atrás y empezó a acariciarme el interior del muslo, llevando la mano muy cerca de mi entrepierna y dejando que un dedo rozara levemente los testículos.
En cuanto Isa puso su mano alrededor de mi polla y empezó a pajearme me recosté con los brazos estirados sobre el respaldo del sofá y cerré los ojos para disfrutar del momento. Pronto noté los labios de Sonia sobre los míos. Y un par de minutos después como se intercambiaban entre ellas, Sonia pasaba a pajearme e Isa a besarme.

-¿Dónde quieres correrte? – me preguntó Sonia en voz baja y sensual.

Enseguida me dí cuenta de que no me apetecía para nada correrme sobre mi vientre o mi pecho porque tendría que ducharme de nuevo, no debía quedar mucha agua caliente en el termo, y prefería hacerlo en casa al llegar, y tampoco quería romper el momento levantándome para hacerlo en el lavabo. Así que sólo había una alternativa.

-Súbete – le respondí a Sonia.

Sonia se levantó del sofá, se colocó frente a mí, me miró y se acarició morbosamente el cuerpo, luego se subió de pie sobre el sofá con un pie a cada lado y bajó lentamente sus caderas hasta atinar justo sobre mi polla.

-Ooohh – un suspiro suave surgió de su boca al sentarse y metérsela del todo.

Se abrazó a mi cuello al mismo tiempo que yo la sujeté por las nalgas, e inmediatamente empezó a subir y bajar.

-Más fuerte – le dije. Aceleró más y más, golpeando con fuerza contras mis muslos. Ahora sí iba a correrme de forma inminente.
-Me corro, cariño, me corro – le advertí. Y agarrándola fuerte con mis brazos la sujeté bien abajo justo en el momento en que empezaba a vaciarme dentro de ella. Tras varios espasmos finales, la solté y me relajé contra el respaldo del sofá.

-Guaaaau, madre de dios.

Sonia me sonrió mordiéndose los labios al mismo tiempo, sus ojos brillaban de satisfacción.
Miré a Isa, que estaba recostada en el ángulo del sofá y había estado mirándonos todo el tiempo. Alargué el brazo y se acercó de nuevo a nosotros. Sonia le rodeo la cintura y nos besamos los tres de nuevo. Por fin, Sonia se bajó y se fue directa al baño a asearse un poco.
Yo me quedé unos segundos mirando al techo y resoplando. Cuando miré de nuevo a Isa, estaba apoyada de nuevo en el ángulo, con las piernas recogidas y la barbilla apoyada en sus rodillas, mirándome.

-¿Estás bien? – le pregunté.
-Sí – respondió con una sonrisa tímida – En serio, estoy bien. Es que a veces me vienen pensamientos a la cabeza…
-¿Buenos o malos? – le respondí en tono de broma.
-Jaja, buenos...pero me sigo sorprendiendo de todo esto jajaja – rio nerviosamente.
-Jajaja
-Una cosa que me da un poco de miedo es si alguien se entera…ya sabes.
-No te preocupes por eso, tampoco queremos que lo nuestro corra de boca en boca. Queda entre nosotros cinco. Te doy mi palabra que por nuestra parte no se enterará nadie, de verdad.

Sentí una necesidad imperiosa de acercarme a ella y abrazarla, pero decidí esperar a que regresara Sonia para evitar malos entendidos, no de Sonia, por supuesto, sino de la propia Isa. No quería de ningún modo que pensara lo que no era.
En cuanto volvió Sonia del baño propuse que nos fuéramos vistiendo porque se estaba haciendo tarde para ir a casa a cenar.
Me levanté y le tendí la mano a Isa, que me la aceptó y se incorporó.

-Ven aquí, anda – le dije, antes de abrazarla fuerte.

Estuvimos unos largos segundos abrazados mientras le acariciaba la espalda suavemente. Luego nos miramos, me sonrió tranquila y le di un beso en la mejilla. Sonia también se acercó a darle otro.
Nos fuimos vistiendo y tras estar listos y apagar todo salimos y nos pusimos en camino.
Hacía mucho frío, y aceleramos el paso bastante para llegar lo antes posible. Apenas hablamos hasta llegar a casa de Isa. Allí nos despedimos de ella con un fuerte abrazo y un par de besos cada uno, y esperamos desde la verja exterior a que entrara en el portal de su bloque de pisos. Cuando iba por la mitad se dio la vuelta, nos sonrió y dijo de nuevo adiós con la mano y continuó hasta la puerta.
Sonia y yo nos fuimos para su casa.

-¿Has visto? Se ha girado a mirarnos – le dije a Sonia – Eso es que está feliz.
-Jajaja, eso parece – contestó.
-Bueno, ¿qué te ha parecido la tarde? – la pinché un poco.
-Jajajaja – se agarró más a mi brazo por el frío – psee, no ha estado mal…
-¡¿Qué no ha estado mal?! - exclamé en plan coña.
-Vaaale, ha estado bien, incluso me ha sorprendido…pero…
-¿Pero qué?
-He echado mucho de menos a Lore y a Coque. ¿Tú no?
La abracé aún más fuerte.
-Yo también, cielo.
-Y a Isa, comooo…
-Creo que está abriendo su mente y va a encarar a los tíos de otra manera - me interrumpió adivinando mi pregunta.
-Yo también lo creo.
Continuamos charlado de otras cosas hasta llegar a su casa, allí nos despedimos, y marche para la mía.

La siguiente vez que nos vimos todos fue unos días después, en la fiesta de Nochevieja. Además de los amigos habituales fuimos conociendo gente nueva. Siempre conoces gente nueva en una fiesta.
También estaba Manu, el ex de Isa, acompañado por una chica con la que aparentemente estaba saliendo. Nos saludamos como siempre y continuamos la fiesta. Isa había venido con Pili y Mónica y otro par de chicas, no recuerdo sus nombres porque nunca llegamos a vernos de manera continuada los años siguientes. Isa parecía otra, mucho más desenvuelta y radiante. Estaba guapísima con sus ojazos azules y su sonrisa. No me fijé si se cruzó con Manu, pero poco nos importaba.
Y lo que pasa en las fiestas multitudinarias, pierdes de vista a gente y vuelves a encontrarlos pasado un tiempo. Total que nos fuimos desperdigando entre la gente.
En una de las que Sonia regresó del servicio, se me acerca al oído.

-He visto a Isa muy acaramelada con un tio que va a nuestra clase.
-¿Liados?
-No, pero no me extrañaría nada al final de la noche. Se les veía muy juntitos y contándose cosas al oído.
-Me alegro por ella.
-Ya veremos.

Una semana después Isa les contó a las chicas que estaba saliendo con él, de manera informal, que se estaban conociendo.

-No le veo para ella a medio plazo, le conozco y es bastante pedante. Creo que se está desfogando con él. Y, eh! que me parece estupendo, que se lo pase bien.

Dos semanas después, en una de las tardes que quedamos para tomar algo, Isa se presentó con ese tío, agarrados de la mano, y con una sonrisa enorme al vernos a todos. No me pareció tan pedante como contaba Sonia, pero bueno, eso es subjetivo.
Mes y medio después, tras los exámenes de mitad de curso, lo habían dejado, pero Isa estaba igual de feliz.
 
Arco 5 - Época de cambios

Capitulo 82/83


Había pasado bastante tiempo desde la última vez que nos juntamos los cuatro en el local. Tiempo en el que aunque Sonia y Lore se veían a diario, y quedábamos casi cada semana para salir a tomar algo, fue imposible, entre exámenes, catarros o no disponibilidad del local quedar para pasar un buen rato. El sexo entre Sonia y yo, había vuelto a bajar al mínimo otra vez. Apenas encontrábamos un hueco en su casa o en la mía en que pudiéramos quedarnos solos, y siempre con prisas.

Después de los exámenes, Lore había empezado a trabajar algunos días por semana por las tardes en una inmobiliaria como auxiliar en la parte de contabilidad. Así iba cogiendo experiencia. Sonia había doblado el número de clases particulares que daba a niños y yo, que estudiaba físicas, daba también clases de mates a algunos alumnos de bachillerato. Coque tenía bastante con estudiar y además no necesitaba el dinero.

Una tarde que habíamos quedado los cuatro en la chocolatería, Coque y yo llegamos primero. Sabíamos que ellas habían quedado antes por su cuenta para hacer algo. Estuvimos esperando un buen rato y no llegaban, hasta que por fin con bastante retraso aparecieron por la puerta.

-¡Bueno, qué?!, casi que pedimos la cena, no? – les solté en plan irónico
-Perdón chicos, lo sentimos, nos hemos entretenido con una cosa – dijo Lore excusándose.
-Muy importante debía ser…- refunfuñó Coque.
-Pues bastante, ¡so listo! – le soltó Lore amagando con darle una colleja.
-¡Haya paaaz! – exclamó Sonia. Todos reímos.

Después de que ellas pidieran y nosotros repitiéramos empezó a explicarnos.

-Bueno, chicos, nos hemos retrasado porque hemos estado en la oficina donde trabajo viendo unas cositas – dijo mirando a Sonia – continua Sonia.
-Chicos, Lore y yo lo veníamos hablando desde hacía unas semanas pero no os habíamos dicho nada porque queríamos estar seguras.

Coque y yo las mirábamos pensando a ver por dónde iban a salir ahora, conociendo sus ocurrencias anteriores.

-Hemos estado mirando un piso para…
-¡¿Qué?! – exclamó Coque, y antes de que pudiera continuar, Lore le hizo callar.
-Lo hemos hablado en casa estos días con nuestros padres, y lo único que nos han dicho es que si podemos pagarlo adelante. No os hemos querido decir nada hasta no estar seguras. Necesitamos empezar a independizarnos – se explicó - Coque y yo casi no nos podemos ver y ya no te digo vosotros dos – añadió con razón.

Coque y yo nos miramos alucinados pero contentos en nuestro interior. Siempre habían sido muy atrevidas y osadas con todo y ahora lo mismo. Sabía que eso iba a pasar algún día pero siempre pensé que esperaríamos a acabar la carrera y encontrar curro.

-Tenemos algunos ahorros, y con lo que saco yo de la oficina y Lore de las clases, podemos pagar uno que hemos visto. Por eso estábamos en la oficina, buscando algo que fuera factible y que no fuera un cuchitril. Y hemos encontrado uno ideal, además relativamente cerca de la Uni.

-Joder, chicas, eso es genial – mentiría si en lo primero que pensé no fue en “ahora podremos follar sin prisas, jeje”.
-La semana que viene vamos a verlo a ver qué tal, pero no tiene mala pinta en las fotos – añadió Sonia.
-¿Podemos ir con vosotras, porfa porfa? – preguntó Coque.
-Claro, tonto – respondió Lore.

No acabaron ahí las sorpresas de la tarde. Coque también tenía una guardada que también me pilló de sorpresa.

-Bueno, pues ya que estamos tengo que contaros una cosa, ni siquiera lo sabe Lore porque me enteré hace un par de días y apenas hemos hablado – miró a Lore - Lo siento Lore, se me olvidó contártelo jajaja.
-¡Pues larga ya! – replicó ella riendo.
-Nos cambiamos de casa – dijo Coque – nos mudamos de barrio. No para ahora, para verano.
-Anda, ¿y eso? ¿A dónde? – preguntamos casi a la vez.
-A una urbanización a las afueras, una vivienda con jardín.
-Uaaala!! – exclamó Lore

Como ya conté al principio la familia de Coque estaba forrada, el piso en el que vivían era espectacular, pero nunca alardeaba de ello. Y se le notaba algo de pudor al explicar esto ahora.

-¿Y por qué esperáis tanto? ¿Está en construcción aún? – pregunté.
-No, es una vivienda recién terminada de un extranjero creo, y a última hora el propietario la ha puesto a la venta por algún problema familiar grave. Pero mis padres quieren hacer unas reformas a su gusto y por eso hay que esperar. Ahora les ha dado con que quieren ir a vivir fuera. Pero ya te digo yo, que en pocos años querrán regresar al centro.
-¿Tiene piscina? – preguntó Sonia.
-Sí
-Bieeeenn – dijimos todos a la vez.
-Jajajaja – se descojonó Coque.

Días después visitamos el piso, a las chicas les gustó aunque había que limpiar bastante y hacer algunos arreglos para dejarlo bien. Pequeño, una habitación grande de matrimonio y otra más pequeña de dos camas, pero no estaba mal. Las chicas habían decidido alternarse cada tres meses el cuarto grande. Y después de la firma del contrato de alquiler nos metimos los cuatro el siguiente fin de semana a limpiar y adecentar a fondo. Al final del domingo olía todo a limpio por fin. Pero estábamos agotados. Ya habría tiempo de celebrarlo con una “fiesta privada”.

Pasaron las semana siguiente llevando sus cosas al piso y llenando la despensa, ayudadas algunos días por nosotros dos. Y las chicas habían decidido dar una pequeña fiesta para celebrar lo del piso.

-¿Sabéis algo de Isa? – se me ocurrió preguntar.
-Claro, si la vemos a diario en clase.
-Como no contáis nada – dijo Coque
-Pues está feliz – dijo Lore – la he visto coquetear con un tío entre clase y clase. Ya contará.
-Me alegro por ella – apostillé yo.
-La veréis el sábado en la fiesta – dijo Sonia – También vendrán Pili, Mónica, Carol y unos pocos de clase que no conocéis.
-¿Carol, quién es Carol? - pregunté yo. No me sonaba de nada.
-Carolina, una amiga de Mónica.

Acabamos la semana molidos de tanto ajetreo, entre limpiar y llevar cosas de las casas de las chicas al nuevo piso. El viernes aún durmieron cada una en su casa. Yo creo que hacía tiempo que no dormía tantas horas seguidas.

Por la tarde quedamos en el piso y cuando llegué las chicas ya estaban allí. Coque llegó algo más tarde. Las chicas nos habían hecho una copia de las llaves para no depender siempre de ellas. También habían traído cosas de su casa para comer y después de preparar todo fuimos al supermercado a comprar el resto de cosas y bastante bebida.
Después de dejarlo todo preparado, meter las bebidas en el frigo y ordenarlo todo nos sentamos en el pequeño salón. Sólo había un sofá de tres plazas y un sillón a aparte, además de unas pocas sillas de la mesa.

-Os habéis dado cuenta de que sólo hay un sofá – dijo Coque moviendo repetidamente las cejas.
-¡Pero tenemos tres camas jajaja! – le respondió Lore provocando las carcajadas de todos.

Estuvimos charlando un rato mientras esperábamos a los invitados, reconociendo que estábamos cansados.

-Deberíamos haberlo pospuesto una semana – dijo Sonia.
-Ya, yo también lo pensé – dije yo, pero ya está hecho.

Empezó a llegar gente. Primero algunos compañeros de ellas que no conocía, al poco llegaron Pili, Mónica y Carol. A Pili y a Mónica las veíamos con cierta frecuencia al salir de fiesta o en alguna cafetería. A veces las chicas quedaban con ellas. Carol era nueva para mí. Amiga de Mónica de siempre y que recientemente parece que lo había dejado con el novio. Pelirroja, la primera chica pelirroja que conocía. De mediana estatura y con la clásica melena rizada de pelirroja. No sé por qué casi todas las pelirrojas que había visto tenían el pelo así. Y simpática, de charla fácil, que era lo importante.

Isa llegó la última. Hacía un tiempo que no la veía. Desde el día que estuvimos juntos habían pasado muchas cosas en su vida, de las que Sonia me contaba algunas de vez en cuando. Nos habíamos visto unas pocas veces en algún bar, siempre sonriente y cariñosa, y sentía curiosidad por ver que contaba. Lore fue a recibirla a la puerta y yo la encontré a medio pasillo. Nos miramos y me abrazó muy cariñosa. Nos dimos dos besos.

La fiesta trascurrió distendida, con música de fondo de la que se encargaba Coque y la gente haciendo pequeños corrillos que iban cambiando. Me gusta observar a la gente y sus miradas. No tardé en darme cuenta de la conexión que se estableció entre Mónica y uno de los chicos invitados. Efectivamente, días después supe que de la fiesta salió una nueva pareja.

Casi a la medianoche la gente empezó a irse después de varias insinuaciones de Lore que estaba muy cansada.
Isa quedó la última y Sonia y yo bajamos con ella a despedirla hasta la puerta de la calle. Se abrazó fuertemente a Sonia, y luego a mí.

-¿Puedo? – dijo mirando a Sonia con una sonrisa.
-¡Pues claro! – respondió ella riendo

Y me dio un beso rápido en los labios. Tuve que abrazarla de nuevo.

-Gracias - me susurró al oído. Me sorprendió pero imaginaba por qué iba.
-Cuando quieras pásate a vernos - le dijo Sonia.
-Lo haré - respondió - Adíos, chicos.

Como hizo aquel día, al alejarse a coger su moto, se giró de nuevo para saludar. Y esperamos a que se marchara.
De vuelta arriba, Coque y Lore estaban echados en el sofá en ropa interior del calor que hacía. Habiamos encendido la calefacción a media fiesta, y aunque acabábamos de apagarla la estancia estaba aún muy caldeada. Lore estaba realmente cansada, se le notaba en la mirada. Me senté en el sillón y Sonia se sentó sobre mí después de casi desnudarse también.
Comentamos sin muchas ganas algunas anécdotas de la fiesta. No mucho rato.
Por fin, Lore se levantó y tras ir a buscar un vaso de agua y bebérselo de un trago soltó una de las suyas.

-De verdad chicos, me gustaría estrenar la cama con un polvazo, pero estoy reventada – dijo con una risa cansada. Los que nos reímos fuimos los demás.
Y añadió la frase que dejó abierta una puerta. Una puerta que no tardaríamos en cruzar.

-Si queréis jugar vosotros tres un rato no hagáis mucho ruido – dijo guiñando un ojo – Buenas noches.

Luego se acercó a cada uno a darnos un beso y se marchó a su habitación.
 
Capitulo 84/85

Cuando Lore se marchó a su habitación, nos miramos y nos levantamos riéndonos de sus palabras.

-Bueno, creo que no estamos ninguno para trotes – dije yo.
-Sí, vamos a dormir que mañana será otro día – añadió Sonia.

Nos despedimos de Coque y tras asearnos nos fuimos al dormitorio.
A Sonia le había tocado en suerte el grande, con cama de matrimonio, los primeros tres meses. Pero en cuanto nos metimos en la cama caímos redondos.
A la mañana siguiente, me desperté más tarde de lo habitual, Sonia estaba dormida y me levanté intentando no despertarla.
La sorpresa fue al ir a la cocina y ver a Lore vestida y terminando su desayuno de pie.

-Hola preciosa – dije al verla de espaldas.
-Hola guapo! – contestó como siempre al darse la vuelta mientras apuraba su último sorbo de café.
-¿Qué haces ya vestida de calle? – pregunté aún desperezándome
-Es que me tengo que ir, había quedado con mi madre para acompañarla a comprar. Ya se lo he dicho a Coque pero igual ni se ha enterado, díselo tú luego, anda.
-No te preocupes.
-Me quedaré a comer hoy con mis padres, que tengo que coger un par de cosas que me dejé. Luego he quedado con Sonia porque vamos de tiendas a comprar unas cositas.
-¿En serio? ¿Nos vais a dejar solos el primer día? – le dije en tono de coña.

Levantó las cejas y puso esa expresión suya de pícara. Luego se acercó y me dio un achuchón y un beso, antes de irse. Era imposible no quererla.

Como todavía no había teléfono en el piso era difícil la comunicación entre nosotros. Así que hasta que no se levantaron los otros me quedé ahí y luego nos organizamos. Total que ese primer día en el piso iba a pasar sin pena ni gloria.
Así que cada uno comimos en casa con nuestros padres, y quedamos al final de la tarde de nuevo. Si las chicas iban a ir de tiendas podían echarse la tarde entera tranquilamente.
Cuando llegaron ellas al piso cargadas con bolsas de todo tipo, Coque y yo ya llevábamos esperándolas un buen rato

-¡Qué! ¡Os han debido echar de las tiendas, eh! ¿Habéis visto la hora que es? – les soltó Coque.

Lore se burló de él, pero después, riendo, se inclinó para besarle.
Después de que dejaran todo se sentaron un momento a descansar y beber algo.

-No sé vosotros pero a mí no me apetece cocinar nada, así que Coque y yo hemos pensado en invitaros a cenar esta noche para celebrar el estreno del piso, ¿qué os parece? – pregunté.
-Genial, estupendo! – respondieron a la vez.
-Pues nada, cuando queráis – añadió Coque.

Nos levantamos y mientras esperábamos que Lore fuera al servicio, Sonia y yo nos abrazamos y nos besamos.

-Que ganas te tengo – me susurró al oído mientras me agarraba del culo apretándolo bien.
-Uuuuu, eso me gusta, sí sí, me gustaaa, jejeje – le respondí también al oído.

Salimos a cenar a una pizzería y luego fuimos a tomar una copa. Hacía un frío de cojones esa noche y nos costó encontrar una mesa para sentarnos en uno de los bares. Tras apurar las copas y ponernos los abrigos salimos fuera. Y Lore, como siempre, con su labia y su sinceridad desbordante, capaz de que las cosas más atrevidas resultaran tan naturales hizo su pregunta.

-Bueno chicos, ¿preferís ir a tomar algo más y seguir pasando frío o nos vamos a casa a follar calentitos? - dijo como si tal cosa.
-¡A follar! – dijo Coque entusiasmado entre risas.
-Jajajaja – se rio Sonia haciéndole la señal de ok.
-Bueno, creo que ahí tienes tu respuesta – terminé yo.
-No, si ya sabía yo qué ibais a decir, granujas – contestó riéndose.

Lo cojonudo de todo es que como otras veces, de camino al piso, o antes al local, no seguimos con el tema. Estaba tan interiorizado en nosotros que parecía que hubiera sido así de normal siempre. Seguimos caminando hablando de otras cosas, de clase, de música, o incluso vislumbrando ya las vacaciones de Semana Santa o los primeros días de buen tiempo para ir de excursión o a la playa.

Entramos en casa y menos mal que habíamos dejado la calefacción encendida. Tras quitarnos los abrigos y colgarlos, fuimos desfilando uno tras otro por el baño y luego por la cocina para beber algo. Cuando yo entré en ella, Sonia estaba echándose un vaso de la jarra, pero no me pude contener y la abracé por detrás para besarle el cuello y acariciar sus tetas suavemente por encima de su blusa. No sé en que momento se había quitado el sujetador pero el caso es que no lo llevaba ya puesto.

-Ummm, me encanta, sigue …ummm – luego se dio la vuelta y nos besamos apasionadamente un buen rato.

De fondo en el salón, Coque había encendido una radio para poner algo de música.

-Ufff, déjame beber, anda – interrumpió Sonia.

Después de beber los dos, salimos al salón. Coque y Lore estaban desabrochándose el uno al otro las camisas contoneándose al ritmo de la música.
Sonia sonrió al verles y yo empecé a ponerme cachondo. Hacía mucho que no estábamos los cuatro juntos así.
Sonia se dirigió hacia la habitación y al pasar junto a Coque le pellizcó el culo. Este dio un respingo. Yo fui tras ella. Cuando entramos, todavía sonreía supongo que pensando en lo que acaba de hacer. Nos estábamos acabando de quitar los pantalones sentados en la cama cuando apareció Lore ya sólo en braguitas. Hacía mucho que no la veía desnuda, y durante ese tiempo parece que había puesto un par o tres de kilos. Y claro, sus tetas habían aumentado también ligeramente. Pero ya se le había pasado la obsesión aquella de querer reducírselas. Menos mal.
Y yo, siempre que tenía oportunidad no dejaba de decirle que eran preciosas. Se dio cuenta que se las miraba.

-Qué bonitas - le dije sólo con los labios.
No se ruborizó, porque a estas alturas no se ruborizaba, pero sí que sonrió dándome las gracias como siempre y moviendo graciosamente su cuerpecito.

Ahora estaba estupenda, igual que Sonia, que había ganado algo también, quizá un kilo y medio. Antes estaban algo delgadas para mi gusto.
Acabamos de quitarnos los pantalones y calcetines, mientras Lore se subía de rodillas a la cama y botaba sobre ella ligeramente.

-Parece que es un buen colchón – dijo con pícara sonrisa.
-Esperemos que aguante, jajaja – dije yo exagerando a propósito.
-Jajajaja, claro que aguanta, ni que fuéramos pesos pesados. Mira el tute que se llevó el de Formentera y era poco más que una colchoneta, y aguantó, jajajaja. Madre mía, aquel sí que era malo – respondió Lore descojonándose y estirándose al mismo tiempo en la cama con las piernas colgando.
-Uuufff…que placer – añadió.

De fondo la música se paró y al poco apareció Coque con la radio en la mano para enchufarla en la habitación y dejar el volumen bajito.
Sonia se quitó las bragas por fin y se dejó caer también sobre la cama en el sentido inverso al que estaba Lore.
Me eché entre sus piernas e inmediatamente me rodeó la espalda con ellas apretándome contra su cuerpo. Nos besamos despacio e inmediatamente me abstraje del resto de la habitación, como otra veces, como si no estuvieran ahí.
Entre beso y beso…

-¿Que me dijiste antes? – le dije susurrándole al oído - ¿Qué me tenías qué? ¿Ganas, me pareció oir? ¿Eh?
-Humm, mmm…- apretó más sus piernas a mi alrededor. Mi polla ya estaba casi a tope apretando contra su bajo vientre – Que ganas tengo…Dios…

Aún llevaba puesto el bóxer y me incorporé un momento para deshacerme de él.
Lo justo para ver a Coque a un lado con las piernas de Lore apoyadas sobre sus hombros y tirando de sus bragas hasta quitárselas.

Volví a centrarme en Sonia y después de echarme sobre ella rodamos en la cama hasta que ella se colocó sentada sobre mí. Al rodar hizo que nos juntáramos mucho con ellos, quedando Sonia y Lore con sus cabezas muy juntitas pero cada una apuntando con los pies a un lado de la cama. Se miraron y se rieron.

-A ver – dijo Lore alargando un poco el cuello. Intentaron besarse estando al revés y al ver la dificultad volvieron a reírse y desistieron.
Sonia y yo nos separamos un poco, y volvimos a lo nuestro. Besos, arrumacos, más besos, caricias. Largo rato.

No tardé en escuchar los primeros gemidos de Lore.
Al estar yo ahora tumbado en la cama, tenía la acción detrás de mi cabeza. Pero los gemidos de Lore eran inconfundibles cuando tiene una lengua entre sus piernas.
Giré la cabeza para ver su cara a medio metro, con los ojos cerrados y la boca entreabierta, suspirando.
Miré a Sonia de nuevo, que levantó del todo su cuerpo y tras mirarme fijamente unos segundos adelantó sus rodillas hasta situar su coño junto a mi cuello. Barrió mi barbilla y mi boca con su vello púbico mientras yo miraba como se pasaba la lengua por sus labios en señal de deseo.

-¡Cómemelo! – ordenó.

Y no espero a que yo levantara la cabeza para alcanzarlo, sino que ella se abrió aún más para casi aplastarme la boca con su coño. Lo restregó con mimo al principio y según se iba calentando con más fuerza. Mi lengua buscaba su clítoris a través de su aterciopelado vello, o su entrada para meterme en ella. Sus gemidos iban también en continuo aumento. Empecé a sentir su mano tanteando detrás de ella hasta agarrar mi polla y empezar a acariciarla y apretarla, como calibrando su dureza. Sin decir nada retrocedió de nuevo con las rodillas hasta situarse sobre mis caderas, las levantó brevemente lo justo para metérsela de una sentada hasta el fondo, acompañado por un breve gemido.
Se quedó así, quieta, como otras muchas veces, mirándome y acariciándome el pecho. No se movía, sólo contraía y aflojaba los músculos de su vagina mientras me dedicaba una sonrisa entre simpática y perversa.
En cuanto le puse las manos sobre los muslos supo que quería que empezara a moverse. Y eso hizo, acelerando y parando continuamente, subiendo y bajando, o rotando con sutileza.

A veces, cuando paraba era para mirar a Coque y a Lore. Aproveché uno de los parones para incorporarme, abrazarla y girarnos un poco sobre la cama, para vernos mejor. Coque tenía a Lore agarrada de frente por los muslos y la estaba follando sin contemplaciones, dándole bien fuerte por momentos, tanto que esta tenía que sujetarse las tetas mientras no paraba de gemir cada vez más alto.
Sonia y yo en cambio estábamos abrazados, apenas moviéndonos mientras les mirábamos.

-Joder, que em..pu..je por di…os, Co..que – exclamó Lore entre soplidos – Buuuufff, madre mía – dijo por fin cuando este paró.

Sonia se inclinó para atrás apoyándose en sus manos y abrió un poco más las piernas.

-Tócame el coño – volvió casi a ordenarme.

Alargué la mano para masturbarla con el pulgar. Ella echó la cabeza hacia atrás y continuó suspirando y gimiendo.
Mientras masturbaba a Sonia y ella se iba excitando cada vez más, Lore se había dado la vuelta y colocado a cuatro patas junto a mí. Noté el momento en el que Coque se la metió de golpe desde atrás por el respingo que pegó y el reflejo del mismo en su cuello. Mientras soportaba las embestidas de Coque me agarró como pudo del cuello y acercándo su boca metió la lengua en la mía. Nos devorábamos el uno al otro mientras yo con una mano seguía dándole placer a Sonia y esta lo recibía de Coque. Era una posición incómoda para estar mucho tiempo así, con mi cuello y el de Lore semi retorcidos. No tardamos en darnos cuenta y nos paramos. Lore empujó en el muslo a Coque para que parara y este se retiró.

Sonia, excitadísima, se levantó sin dejar de tocarse y de gemir. En unos segundos estábamos los cuatro de pie. Coque, sin dar tregua, dio la vuelta a la cama y agarró a Sonia por la cintura, le apartó su mano y continuó masturbándola él mientras le besaba las tetas. Sonia no paró de gemir, ni de mirarnos a Lore y a mí. Eso me excita mucho, pero mucho. Verla disfrutar así, verla follar delante de mí me excita igual que si lo hiciera yo con ella. Y a ella también le excita que la miremos.

A estas alturas ya nos conocíamos bien, y Coque también sabía cómo dejarla en el límite, evitando que se corriera, para continuar un poco después, una y otra vez hasta lograr que se volviera casi loca de deseo. Mientras Coque y Sonia seguían de pié, Lore me la estaba chupando sentada en la cama como si no hubiera mañana.

-¡Fóllame! – me pidió cuando consideró que era el momento.

Se puso a cuatro patas en un abrir y cerrar de ojos y apoyando una mano en su cadera se la metí sin pensarlo dos veces. Empecé a entrar y salir de ella mientras le ayudaba con mi mano acariciando su coño suavemente. No tardó en volver a gemir de nuevo, levantando la cabeza buscando el aire, respirando rápido y profundo. De pronto se fue dejando caer sobre la cama haciendo que yo fuera con ella para no salirme, acabando tumbado sobre ella. Giró levemente la cara riendo.

-Jajaja… sigue, dame, vamos, dame fuerte, fuerte, fuerte - casi gritó.

Me apoyé en los brazos y continué follándola bien fuerte, chocando mis caderas con sus nalgas cada vez que caía sobre ella.

-Asíiiii… joder, como me guuuusta, asiiií, fuerte…- continuaba super excitada.

Después de darle duro unos minutos me fui parando poco a poco.

-¿No te vas a correr, verdad? – me preguntó Lore esperanzada.

Después del tiempo pasado cada uno con su pareja y los cuatro juntos, en el que prácticamente fuimos aprendiendo a follar como quien dice, tanto Coque como yo habíamos llegado a controlar el momento de querer corrernos. Aunque es cierto que no siempre lo conseguíamos. Meses antes, en una situación así, ya me habría corrido al menos una vez.

-No, tranquila - respondí - pero déjame que respire, jajaja – me quedé echado sobre ella, aún dentro, acariciando su pelo y su carita, besando su cuello.

Mientras descansaba un poco, Coque estaba ahora con las piernas de Sonia apoyadas en sus hombros y follandola justo en el borde de la cama. Veía como entraba en ella y salía casi completamente cada vez, pero muy despacio, mientras ella seguía tocándose. Y no paraba de gemir. Hice que Lore girara la cabeza al otro lado para que los mirara como yo. Inmediatamente metió la mano debajo de su cuerpo para tocarse.

-Me excita verles – le dije al oído. No sé si se lo había confesado antes a Lore, pero suponía que con todo lo que hablan entre ellas sin tapujos, lo sabría. De hecho así era.
-Lo sé – me respondió bajito.

Me reí, le besé el cuello y empecé a follarla de nuevo, aunque no tan fuerte, más bien para sentirla completamente. Ella volvió a suspirar y gemir dulcemente.

-Ummm, me encanta así, despacito, oh sii – exclamaba.

Coque y Sonia dieron por acabada esa postura cuando a Coque casi se le escurre una rodilla del borde de la cama. Se levantó, y Sonia hizo lo mismo.

-Estoy excitadísima – dijo mientras se sentaba junto a Lore y a mí y empezaba a acariciarme la espalda y el culo – Ven – añadió.

Me salí de Lore y me tumbé de nuevo boca arriba. Inmediatamente Sonia se subió encima y después de metérsela empezó a cabalgarme con una energía desbordada. Lore se quedó todavía como estaba, boca abajo, mirándonos ahora a nosotros.
Sonia no paraba quieta, más que gimiendo, ahora gritando.

-¿No te corres, no? – preguntó e pronto
-¿Quieres que me corra? – respondí.
-No. Si puedes, aún no – contestó bajando bastante el ritmo mientras empezaba a mirar a un lado y a otro hacia atrás como buscando algo.
 
Capitulo 86/87

-¡Coque! – dijo Sonia
-Ahora vuelve, ha ido a por agua – respondió Lore, que seguía echada al lado mirándonos sin dejar de tocarse.

En cuanto regresó Coque, que había escuchado a Sonia, se arrodilló detrás de ella y le empezó a acariciar la cintura y a magrearle las tetas, besando sus hombros.

-Uummm, me encanta esto oohh – suspiraba Sonia mientras Coque le besaba el cuello.
-Ya estoy aquí – le dijo sin dejar de besarla – ¿qué quieres, cielo? -añadió insinuante.

Sonia me miró con la boca entreabierta de cuando está con una excitación desmesurada. Luego ladeo un poco la cara hacia Coque.

-¿Quieres follarme el culo? – le preguntó con una voz susurrante.
-Claro que quiero, cariño – respondió Coque - ¿Pero estás segura? – insistió Coque.
-Segurísima – respondió Sonia con rotundidad - Lo estoy deseando – remató.

Mi polla se estremeció aún más dentro de ella al escucharla.

Tras casi dos años de intercambios nunca habíamos practicado sexo anal con la pareja cambiada, probablemente porque nunca forzamos las cosas y dejamos que fueran surgiendo espontáneamente. Creo que ese era uno de los secretos de que nos fuera tan bien, el otro, era dejar la iniciativa casi siempre a ellas.

Habían pasado meses desde que probamos la doble penetración por primera vez durante las vacaciones en Formentera. Algo que surgió de forma inesperada y natural aquella noche, imagino que por las ganas locas que teníamos de probar cosas. No volvimos a repetirlo, no porque no lo disfrutáramos o nos arrepintiéramos, sino sencillamente porque la inercia de los pocos intercambios que tuvimos desde entonces no nos llevó a ello.

-Lore, abre el cajón de esa mesita y saca el gel, ¿quieres? – le pidió Sonia.

Lore se medió incorporó y alargando su brazo lo cogió y después de abrirlo se lo dio a Sonia. Esta, después de ponerse un buen chorro en sus dedos se llevó la mano atrás para untarse bien y luego le pasó el tubo a Coque.

-Con cuidado, que hace bastante que por ahí no entra nada – dijo entre risas, provocando las de Lore a su vez.

Luego Coque le lanzó el tubo a Lore, que se puso de rodillas, como expectante, junto a nosotros. Acarició el pelo de Sonia y se besaron con ternura. Sonia se inclinó sobre mí, con una media sonrisa, con la expresión que pondría si fuera a cometer una travesura. Nos besamos con pasión de nuevo y luego me miró con otra cara, esta vez de sucia lujuria.

Se llevó una mano atrás para apoyarla en una de sus nalgas, indicando de esa manera a Coque que estaba preparada.
Me miraba impaciente, mordiéndose el labio, esperando ser penetrada. Su cara era cambiante, su mirada hacia arriba cuando empezó a notar la polla de Coque rondando su agujerito, ligeros mordiscos en los labios cuando notó, supongo, la primera presión, y la boca abierta en un grito sordo cuando la polla de Coque por fin se abrió paso a través de su ano.

-Uf uf uf uf uf uf, despacio, des…pa..cio – dijo con firmeza al tiempo que ponía una mano en el muslo de Coque.
-Sí, sí, voy muy despacio – contestó Coque casi con miedo.

Tras unos segundos de tensión por fin se relajó.

-Ya ya ya, jo..der…bufff, dios, yaaa…mmmm… - exclamaba.

Yo acababa de sentir la polla de Coque presionando contra la mía según entraba.
Segundos después Coque empezó a moverse despacio, y tardamos muy poco en lograr la sincronización entre los tres. Sonia se agachó aún más sobre mí. Le acaricié el pelo y la cara mientras a ella se le escapaba la risita entre gemidos. Estaba disfrutándolo.

Miré a un lado lo justo para ver a Lore echando un buen chorro de gel sobre sus dedos y untándoselo después en su culito. Eso me avisó de lo que estaba por venir y me puso casi en el límite. Intenté relajarme mirando al otro lado y cerrando los ojos. Pero tras un nuevo beso de Sonia abrí los ojos, y al ver los suyos pletóricos de satisfacción no pude apenas aguantar más y se lo dije.

-Me voy a correr, cariño, lo sien…to – balbuceé.
-No lo sientas, disfruta – dijo inmediatamente – tenemos la noche entera.

En ese momento exploté inundando su coño entre espasmos y gruñidos.
Sonia se echó sobre mi pecho, aun con la polla de Coque dentro de ella y la mía perdiendo dureza por momentos.

-¿Qué ha pasado, tio? - bromeó.
-Joder, tú que crees?! - respondí.
-Jajajaja - se rió Lore con ganas.
-¡Ya te voy a dar yo a tí! - le dije afilando la mirada.
-¡Eso espero! - remató ella con un gesto pícaro en su cara.
-¡Tiempo muerto! – exclamé.
-Jajajaja – Lore seguía riendo.

Sonia primero, después Coque muy rápidamente, y por fin yo, pasamos por el baño para limpiarnos y asearnos un poco.
Cuando yo regresé a la habitación me di cuenta de que no había tregua posible. Coque estaba a los pies de la cama con la cabeza entre las piernas de Sonia, y Lore, echada a su lado y apoyada en su costado, le estaba acariciando dulcemente las tetas. Sonia, con los ojos cerrados, empezaba a suspirar otra vez.
En cuanto Lore me vio me invitó a acercarme. Mi polla se armó de nuevo a tope y me subí a la cama gateando hasta echarme sobre ella.
Pasando un brazo alrededor de mi cuello me atrajo hacia ella y empezamos a morrearnos, mientras poco a poco me frotaba contra su bajo vientre. En unos segundos me tenía atrapado con sus piernas rodeando mi espalda. Tras un largo y apasionado beso nos miramos. Todavía después del tiempo transcurrido a veces no podía evitar pensar que todo lo que estábamos viviendo era un sueño. Y parecía que Lore me leyera el pensamiento, porque me sonrió y me susurró al oído.

-Sí…es increíble. Disfrutémoslo – dijo un segundo antes de suspirar al moverme ligeramente sobre ella.

Empecé a frotarme contra su coño con más fuerza y ella gemía cada vez más alto.

-Entra ya – volvió a susurrarme – por favor, entra ya, venga.

Me acomodé un poco mejor y levantando un poco mis caderas busqué su coño y la penetré de un firme empujón provocando un grito de placer.

-Mmmm, me encanta, así, fóllame así así así… fóllame – repetía una y otra vez.

Aumenté el ritmo, golpeando cada vez más fuerte hasta llegar casi al límite.
Lore me agarraba, me besaba, me apretujaba continuamente hasta que, ante un apretón más intenso de sus piernas contra mi espalda me dejé caer sobre ella parándome casi en seco, para recuperar el aliento.
En ese momento no sabía ni dónde estaban ni que hacían Sonia y Coque. Quería mirarles porque eso también me excita mucho pero ni me dio tiempo. Lore me cogió la cabeza con ambas manos y volvió a dedicarme esa sonrisa tuya tan entusiasta y sincera.

-Por el culo – dijo con toda tranquilidad. Buff, menos mal que me había corrido hacía unos minutos porque mi polla empezó a palpitar como pocas veces.

Al levantarme para coger el bote de gel fue cuando fui consciente de nuevo de que Coque estaba estirado en la cama y Sonia sobre él, cabalgándole. Mientras abría el bote me fijé en que tenía su polla prácticamente entera dentro del culo.
Por unos segundos me pareció verlo todo a cámara lenta. Sonia moviendo sus caderas, gimiendo entrecortadamente, yo extendiéndome el gel en la polla, volviendo a mirarles. Por fin volví en mí y vi que Lore me miraba relamiéndose los labios.
En cuanto me acerqué, de dos impulsos colocó su culo casi en el borde de la cama.

-Vamos, métemela… dame por el culo – dijo mirándome fijamente a los ojos.

Era la primera vez por detrás con ella y no sabía cómo sería la resistencia de su ano, pero al verla tan segura lo tuve claro.
Flexioné un poco las piernas y mientras con una mano me apoyaba en la cama, con la otra froté ligeramente la punta alrededor de su ano justo antes de presionar con decisión. Levanté la vista un instante para ver su reacción y no tuve duda. Seguí empujando despacio pero sin parar hasta tenerla toda dentro.
Dio un suspiro largo y profundo. Me eché sobre ella y le di un beso tierno en los labios. Un instante después empujó ligeramente mi pecho con sus manos y colocó sus piernas sobre mis hombros.

-Así, fóllamelo, vamos. – exclamó.

Empecé a entrar y salir poco a poco hasta coger ritmo. Ella me miraba, con la boca entreabierta, y de vez en cuando una ligera sonrisa se entremezclaba con sus suaves gemidos. Debió leer alguna expresión de sorpresa en mi cara ante la facilidad con la que había entrado.

-Me encanta… me encanta – acercó su cara a mí y volvió a susurrarme – He… practicado bastante… últimamente – dijo con clara intención de provocar mi excitación. La miré y me reí, luego la besé de nuevo. Aquello era una gozada.
Cuando me cansé de estar apoyado sobre los brazos le propuse cambiar de postura.

-Déjame echarme a mí y ponte encima – le propuse.
-Como quieras – respondió - Pero ni se te ocurra correrte hasta que yo lo diga – añadió entre risas.
-Lo intentaré – contesté también entre risas.

Mientras me tumbaba vi como ahora Sonia estaba de lado en la cama, echa casi un cuatro, y Coque detrás de ella, muy concentrado, con una rodilla en la cama y un pie en el suelo, continuaba follándole el culo con ritmo pausado.
Volví a concentrarme en Lore, que se estaba poniendo de nuevo un poco de gel antes de subirse a la cama, y bajar sus caderas sobre mí para metérsela de nuevo en el culo hasta sentarse sobre mis caderas.

-Que bueno ahora – volvió a exclamar al llegar abajo.

Me pidió las manos para apoyarse y empezó a subir y bajar su culo. Su abundante mata de vello impedía que pudiera ver como mi polla desaparecía en su interior con cada sentadilla, pero sentía perfectamente el anillo de su ano al resbalar a lo largo de toda mi polla con una suavidad pasmosa. Aceleró más sus sentadas hasta empezar a escucharse los chasquidos de nuestras carnes, hasta que no pudo más y se sentó de nuevo relajándose un poco.

-Jajaja, madre mía, jodeeeer, que bueno – dije yo.

Me hizo un gesto de aprobación con las cejas y se rió. Luego se echó hacia atrás apoyándose en los brazos y abrió y cerró sus piernas repetidas veces. Me volvió a mirar.

-¿Qué, te gusta lo que ves? – dijo relamiéndose.

Ahora si podía ver como mi polla estaba desaparecida en su interior y empecé a sentir como apretaba sus músculos.
Alargué una mano para masturbarla con el dedo pulgar, como me gusta hacerles, y soltó un gemido grito que me cogió desprevenido.

-Ummm, veo que te gusta.
-Pero por dios, no pares, sigue, sigue – insitió. Continué masturbándola hasta que por fin se estremeció en un orgasmo, abriendo y cerrando las piernas con fuerza y gimiendo de placer.

-Guau… bufff, jajaja no esperaba jaja correrme tan pronto jajaja, madre mía – exclamó entre risas.

Le acaricié los muslos mientras se relajaba y movía la cabeza feliz. Se agarró las tetazas y se pellizcó los pezones, que estaban duros como piedras.

-Mira, mira como están… mira… jajaja.

Con cuidado nos dejamos caer de lado, y siguiendo dentro de ella, la abracé de nuevo, la besé y le acaricié la carita y el pelo.

-¡Fóllame! – exclamó de repente volviendo a la carga.

No tenía mucho recorrido en esa posición pero la abracé como pude y empecé a empujar con las caderas, aunque no por mucho tiempo.

-Espera, espera, déjame cambiar de postura – dijo ella.

Me salí y me quedé de rodillas en la cama. Ella se levantó y se puso a cuatro patas.

-Vamos, dame fuerte.

Eché un salivazo en su ano para ayudar y se le metí de nuevo entera, para a continuación embestirla con fuerza sujetándola por las caderas. A metro y medio Coque y Sonia seguían casi en la misma postura, ella echada de lado apoyando su pecho y su cara en el colchón con los ojos cerrados y una cara con la boca entreabierta revelaba el placer que sentía, y Coque ahora de rodillas tras Sonia con las piernas entre las de ella.

Al contrario que Lore, Sonia o yo mismo, Coque nunca había sido de mucho hablar cuando follaba. A veces parecía una maquina de precisión, con un aguante increíble.
Un par de minutos después Lore y yo volvimos a cambiar de postura, me senté en el borde del colchón y ella poniendo un pie a cada lado volvió a sentarse sobre mis caderas y agarrarse esta vez a mi cuello mientras yo la sujetaba por las nalgas.
Era increíble lo suave que entraba y sin un atisbo de dolor o molestia por su parte en ningún momento.
Me empujó de los hombros para que me echara y apoyándose sobre mis hombros aceleró al máximo de nuevo sus sentadillas hasta casi quedarse agotada.
Cuando se paró empezó a reir y a resoplar, y de repente se calló y se puso seria, con esa mirada que pone cuando la lascivia la desborda. Se echó sobre mí y me lo soltó sin yo esperarlo.

-¡Salpícame! – dijo de pronto. Usó esa palabra porque era la que usaba Sonia cuando no quería que me corriera dentro y sí sobre su cuerpo para verlo.

Por mi cabeza pasó en un milisegundo lo que iba a venir y casi me corro antes de que ella se levantara.
Me cogió de la mano y me condujo al baño. Sabía que si me corría en la cama habría que cambiar las sabanas y en el suelo habría que pasar la fregona ( eso me lo comentó posteriormente jajaja ).
Pero también era la primera vez que no íbamos a estar los cuatro en una misma estancia al practicar sexo. Pero ya habíamos dejado atrás todas las cortapisas y la confianza entre los cuatro podía con todo.
Al entrar en el baño corrió la mampara de la ducha con intención de meterse dentro, pero después haber llegado unos minutos antes al límite yo seguía dispuesto a seguir un poco más, y la sujeté del brazo.

-Espera, ven – dije

Ella lo captó enseguida y se dejó atraer. La besé de nuevo y le di la vuelta para que se apoyara en el lavabo y metérsela otra vez por el culo. No quería esta vez darle fuerte, sólo sentir su cuerpo pegado al mío y su cara en el espejo al mismo tiempo. Mis manos estrujaban sus tetas y ella empujaba con sus caderas contra mí. Fue sólo poco más de un minuto, lo suficiente para por fin ponerme a mil. Se la saqué de golpe y nos metimos en la ducha. Ella se arrodilló y yo empecé a sacudírmela para correrme sobre su cuerpo. Pero de nuevo volvió a sorprenderme y me apartó la mano para cogérmela ella.

-Déjame a mí – dijo seca pero dulcemente.

Me apoyé con las dos manos en la pared de la ducha y me dejé hacer. Que cayera donde ella quisiera.

-Lore, cielo, me corro, me corroooo – le avisé mirando hacia abajo.

En ese instante levantó un poco mi polla y exploté. Exploté lanzando los primeros chorros entre espasmos sobre su frente para acto seguido ver como la leche empezaba a resbalar entre sus ojos y su nariz, luego abrió la boca para intentar recibir el resto, pero como no dejaba de sacudírmela, impactaban en cualquier punto de su cara lengua incluída.

-Dios mío, que catarata – acertó a decir – jodeeer madremia – Yo seguía disparando y ella poniendo caras. Hasta que por fin las últimas gotas cayeron en la punta de su lengua. Se la volvió a meter en la boca para relamer los restos, y luego se sentó en el suelo de la ducha. Yo seguía apoyado en la pared observando la estampa desde arriba, levantó la cara y se empezó a descojonar.

-Jajajaja, menuda lechada me has dado tio, es increíble…dios. Y eso que te habías corrido antes ya, jajajaja – se reía.
-Bueno, tu ya lo sabes – le dije casi sin aliento.
-Sí, sí, pero el sentirlo es otra cosa. Mejor jajajaja.

El semen le seguía resbalando por las mejillas, la barbilla y de ahí a sus tetas.
Abrí el grifo de la ducha y la ayudé a levantarse. Antes incluso de que le cayera el agua nos abrazamos, le quité un poco de semen de la nariz y la besé de nuevo.

-Lore, eres increíble. Sois las dos increíbles. Y sabes que no lo digo sólo por esto.

Me abrazó de nuevo y luego se puso bajo el chorro de agua.
Mientras nos estábamos secando empezamos a escuchar gemidos fuertes en la habitación y el típico chasquido del coche de cuerpos follando. Cada vez más fuertes. Nos asomamos todavía a medio secar para ver como Coque estaba tumbado sobre Sonia, boca abajo ambos en la parte de los pies de la cama, y seguía follándole el culo sin compasión. Sonia gritaba de placer mientras se masturbaba con una mano por debajo. Nos acercamos y nos subimos a la cama. Me apoyé en el cabezal y Lore se recostó sobre mi hombro, ambos mirando la escena.
De pronto Sonia levantó y giró la cabeza y nos vio. En ese momento le sobrevino el orgasmo, Coque se paró unos segundos y vimos como el cuerpo de Sonia empezaba a temblar hasta que por fin se fue relajando despacio. Pero Coque no había dejado de moverse en ningún momento y retomó las embestidas, de una dureza increcendo, hasta golpear fuerte contra sus nalgas y retumbar en toda la habitación. Yo me estaba excitando de nuevo y Lore tenía la mano entre sus piernas. Coque estaba esa noche desatado. Si no fuera porque Sonia ya estaba agotada hubiera estado dándole más tiempo, me confesó luego.

-Me voy a correr, Sonia – dijo por fin.
-Lléname el culo, cabrón ¡Dámela ya!– fue su respuesta.

Se apoyó finalmente sobre sus dos manos y empujo fortísimo los últimos golpes de cadera hasta correrse en un alarido como no le había escuchado nunca antes. Se dejó caer luego sobre el cuerpo de Sonia, que ya estaba agotada, con los brazos colgando por el borde de la cama y la cara cansada, pero feliz según reflejó su sonrisa al mirarnos a Lore y a mí.
Por fin Coque se retiró quedando tendido boca arriba y la polla todavía morcillona.
Hubo un par de minutos de silencio, como otras muchas veces. Sólo se escuchaban las respiraciones de Coque y Sonia.

-Joer, creo que no me voy a poder sentar en una semana – dijo Sonia a duras penas pero haciendo gala de humor.
-¡Pues anda que yo! – apostilló Lore.

Los cuatro nos echamos a reir.
 
Capitulo 88/89/90

A partir de ese día Coque y yo nos quedábamos prácticamente todos los fines de semana a dormir, y entremedias raro era que pasaran más de un par de días sin que nos pasáramos un rato aunque no siempre coincidíamos. Nuestra actividad sexual se disparó las primeras semanas después de tanto tiempo de altibajos.
Nos gustaba estar juntos, nos gustaba jugar, sí, pero también queríamos disfrutar de intimidad con nuestras parejas las más de las veces. Aún así, los intercambios durante el verano probablemente duplicaron a todos los que habíamos tenido hasta entonces.
Sólo impusimos una regla extra en la casa (aparte de las puramente domésticas), después de una pillada casi al principio, un día que Coque y Lore nos sorprendieron en el sofá al llegar de la calle: Prohibido follar en el salón a no ser que estuvieramos los cuatro de acuerdo.

Por supuesto también colaborábamos económicamente en la medida de las posibilidades de cada uno.
Acabó el curso, llegó el verano, y cambiamos la rutina de estudio por la de diversión, playa y clases de repaso para niños para ir ahorrando algo de dinero.
Los fines de semana en casa de las chicas se convirtieron a veces en cuatro o cinco días seguidos. A mediados de verano Coque y familia se trasladaron por fin a la nueva casa de las afueras, y visitamos asiduamente su piscina.
Por lo demás no pasó nada reseñable, a Isa la vimos poco aunque vino con nosotros varios días a la playa y a la piscina. Estaba saliendo con un chico nuevo y se la veía contenta.


Un año después.

Las chicas acabaron la carrera de empresariales y lo celebramos por todo lo alto.
A Coque y a mí aun nos quedaban un par de años si todo iba bien.

Llevábamos meses pensando en ir unos días a Mallorca, incluso habíamos hablado con Alicia y Nati por teléfono ya en primavera. Se llevaron una sorpresa enorme al ver que las llamamos y otra mayor al decirles que pensábamos ir a visitarlas y que nos recomendaran hoteles baratos.
Pero el tema se torció por un imprevisto médico familiar y Sonia y yo tuvimos que renunciar a ello (tuvieron que pasar aún unos años para que por fin pudiéramos visitar esa isla). Los otros tampoco querían ir pero insistimos y al final llamaron a las enfermeras para confirmar que iban ellos dos y la sorpresa fue que no hacía falta que fueran a hotel, que a dos personas sí podían acogerlas en su casa. Nati fue la que insistió y acabó por convencerles. Y sí, compartieron su casa durante unos pocos días y algo más.

Al regresar de Mallorca, nos contaran con pelos y señales su aventura con ellas, pero como yo no lo viví sólo diré que Coque se tiró a Alicia, o más bien fue ella la que se lo tiró a él, según la versión de Lore. No sería la última vez que volviéramos a verlas.

A finales del verano, un día se dio la oportunidad de montar otra excursión a la playita. Como el tema empezó hablando entre Lore e Isa, que ese día estaba con nosotros en una terraza, Mónica, que también estaba, lo oyó y preguntó que si podía apuntarse. Por supuesto, Lore le dijo que no había ningún problema, pero, tras mirar a Isa que empezó a esbozar una sonrisa, y para no repetir lo ocurrido con ella, le explicó por qué íbamos a esa playa. La sorpresa, relativa, nos la llevamos nosotros, cuando contestó que por ella no había ningún problema. Digo lo de relativa, porque las chicas sabían que Mónica había ido a playas nudistas con sus padres cuando era muy joven, y como nos contaría después, alguna vez se escapaba sola a tomar el sol desnuda a algún rincón perdido.

Habíamos quedado con varios coches cerca de la parada del bus para partir todos juntos. Al final éramos nosotros cuatro, Isa, su novio que se apuntó en cuanto se enteró de que iba el asunto, Mónica y Carol, a la que había conocido el año anterior el día de la fiesta del piso de las chicas. La había visto algún otro día, pero no solíamos coincidir mucho. Al llegar nosotros, ellos ya estaban ahí, habían llegado en dos coches. Nos saludamos todos, y decidimos dejar uno de los coches y partir sólo en dos. Antes de salir estuvimos unos minutos de charla.

-¡Carol, cuanto tiempo hacía que no te veía! – dije yo – ¿Cómo te va?
-Pues muy bien, apurando ya el veranito jajaja. Sí, hacía tiempo, que poco coincidimos.
-Por cierto – dijo Coque – ¿Carol está al tanto de a dónde vamos, se lo habéis dicho?
-Sí, sí, tranquilo – atajó ella directamente – ya me lo contó Mónica y ¡aquí estoy, jajaja! – acabó, abriendo los brazos y riendo.
-Todo aclarado pues – dijo Coque - ¿nos vamos?

Y emprendimos la marcha.
Mientras íbamos en el coche, las chicas empezaron a hablar de Toni, al novio de Isa.
Que no veían nada sólida esa relación. Contaban que el tío era amable y majo pero un “pocasustancia”, según ellas. E Isa necesitaba alguien más cañero en esta etapa suya, tras haber dejado atrás la relación con Manu.

-¿Pero os ha contado algo suculento sobre él? – les pinché.
-Si te refieres a sexo, poca cosa ha contado, también es cierto que últimamente la hemos visto menos, pero por lo poco que sé, parece que en ese aspecto no debe irles mal, pero ya os digo, poco ha contado – dijo Lore.
-Pues llevan ya un tiempo, ¿no? – preguntó Coque.
-Ya, pero lo dejaron, luego volvieron y así, es muy raro lo suyo, pero bueno, que no es crítica, cada cual que haga lo que quiera, y tampoco sabemos mucho más – añadió Sonia.
-Al menos se la ve contenta – dije yo.
-Sí, pero creo que es porque empezó a ver las cosas de otra forma, ya me entendéis… - dijo Lore – y se toma la vida con otra filosofía, se le han ido muchos miedos.
-Sí, lo sé, jejeje , y me alegro por ella, es muy muy maja…Pero una cosa ¿creéis que Toni sabe lo nuestro, creéis que Isa le ha contado algo… a ver, me refiero tanto a nosotros como a nuestra relación con ella aquellos días.
-Puff, no lo creo, de verdad… pero no sé… pregúntaselo jajajaja – se rio Sonia.
-Pues igual lo hago – respondí - jajaja.

Tras aparcar, empezamos la caminata por el sendero hacia la playita.
Descendimos bastante desperdigados, Coque y Toni iban muy adelantados, las chicas cada una a su ritmo y aunque pensaba pillar a Isa en algún momento en el agua para preguntarle, me surgió la oportunidad mientras bajábamos al verla la última y retrasarme yo hasta esperarla.

-¿Cómo vas, Isa? que te estás quedando muy rezagada, jajaja – le dije para iniciar la conversación.
-Bien, un poco sofocada y que me he doblado el pie hace un rato, pero no es nada – dijo.
-Echa un trago de agua, anda – abrí mi cantimplora y le ofrecí.
-Gracias. Eres un sol – sonrió.
-Una cosa quería preguntarte, a ver, no es que me importe mucho, en el fondo me da igual, pero… ¿le has hablado a tu novio de lo nuestro? Me refiero a lo de Coque, Lore, Sonia y yo. Nuestra relación…a eso me refiero.
-No es mi novio – contestó sin titubear.
-¿Eh? Ah, bueno como las chicas dijeron que estabas saliendo con él.
-Ya bueno, eso les dije, pero no le considero mi novio.
-¿Entonces? Simplemente amigo… - no me dejó acabar la frase.
-Follamos de tanto en tanto – dijo mientras me miraba con esos ojos azules y esa sonrisa limpia y sincera.
-Ah, vale jajaja – le respondí un tanto sorprendido.
-Pues eso jajaja, y no, no sabe nada de lo vuestro – hizo una pausa – ni de lo que pasó entre vosotros y yo.
-Bien, ya te digo que no es que me importara que lo supiera, es que bueno, ya conoces a Sonia y a Lore y a veces creemos que estamos solos y se nos va la mano jajaja –
-Jajajaja, sí…. – se rio con más ganas aún.

Según doblamos el último recodo ya pude a ver que Coque y Toni estaban en pelotas en la orilla y las chicas se estaban desnudando.

-Vaya, sí que han sido rápidos – exclamé.
-Jajajaja, sí… deben estar muy acalorados – respondió Isa siempre con una sonrisa.
-¿Pero que os ha pasado? – preguntó Sonia
-Nada, que Isa se dobló ligeramente el pie pero no es nada, tranquilos, no pasa nada – dije yo.
-¿Estás bien, Isa? – gritó Toni.
-Sí, tranquilo, no es nada, metí el pie en un agujero, no es nada.

La verdad es que ni había pensado en que Mónica y Carol era la primera vez que compartían excursión con nosotros. Las había visto en la playa algunas veces, dos chicas normales, no exageradamente llamativas.
Busqué dónde dejar la mochila, y después de sacar la toalla y dejarla al lado, levanté de nuevo la vista para ver ante mí lo más llamativo de la playa.

-¡Guau! –exclamé por lo bajo.

Al alzar la vista lo primero que vi frente a mí fue su triángulo púbico. Carol era pelirroja, de melena cobriza y rizada, piel blanca y con lunares y pecas. Pero aún así me sorprendió el color de su vello, mucho más claro, tirando a zanahoria de lo que podría imaginar. Y mucho menos denso también, tanto, que se podían atisbar los labios y la rajita claramente. Durante unos segundos no pude apartar la mirada de ese foco de atracción, hasta que Mónica cruzó por delante de mí en dirección a la orilla.

Mónica era también morena, como las otras tres, y la más alta de todas. Se la veía suelta y acostumbrada a la desnudez, y no tenía ni una marca de bikini. Carol era la primera vez que hacía nudismo, y dada su piel, no se notaban mucho las marcas de sol.

Nos metimos una primera vez todos en el agua rápidamente, y al salir ella la primera, después de secarse, se pasó un buen rato embadurnándose bien de crema anti-solar por todo su cuerpo. Su piel era demasiado delicada según nos contó.
Menos mal que resultó ser bastante cachonda y se tomaba las cosas de buenas porque cuando Coque, con su guasa habitual le soltó una de las suyas, con lo poco que la conocía, me puse a temblar por un instante.

-¡Carol! – le gritó - ¿Te has traído sólo el color ámbar del semáforo o qué? Jejejeje.

Carol tardó algo en darse cuenta de la broma y por fin cayó en ello. Y le replicó siguiendo la broma.

-Estuve pensado hace tiempo en teñirme de tres colores pero el verde no me acababa de convencer jajaja – se rió – me gusta así - continuó mientras se pasaba la mano por el vello como si lo desenredara.

A mi lado Sonia y Lore se partían de la risa.

-Menos mal que es una cachonda – les dije - Porque a este lenguasuelta no todo el mundo le pilla.

Al final Carol resultó ser muy extrovertida y afable con todos, siguiendo la corriente de las continuas bromas.
Mientras Carol se tumbaba bien embadurnada y con medio cuerpo bajo una sombrilla, Coque y Toni, que habían hecho buenas migas, pasaban el rato charlando sentados en la orilla junto a Lore, que entraba y salía del agua con frecuencia. Mónica, Sonia, Isa y yo nos metimos algo más adentro para hacer unos largos paralelos a la orilla. Al final me acerqué a Isa y me dio por tirarle de la lengua, para ver por dónde me salía.

-Así que Toni no es tu novio…
-No, ya te lo dije, es un amigo – se calló unos segundos – no es que nos veamos mucho, de vez en cuando…
-Ya – dije, ella se sonrió – una relación abierta…
-Más o menos… muy abierta, sí, jajaja
-Bien.
-¿Por qué dices bien?
-Por nada, por nada, que me parece estupendo.
-¿Qué tal vosotros? – contra preguntó ella pillándome por sorpresa.
-¿A qué te refieres, a Sonia y a mí?
-Ehh, sí y con los otros, ¿seguís igual? – preguntó sin cortarse.
-Sí, seguimos igual… estamos bien así.
-La verdad es que es…raro, sorprende…
-No te lo voy a negar – dije con sinceridad – sorprende sí, incluso a nosotros algunas veces. Pero tenemos las cosas claras y la confianza necesaria.
-Eso se os ve, es verdad – dijo finalmente.
-¿Y tú, te has arrepentido de aquellos días con nosotros? – le pregunté ahora yo con mucha intención.

Sonrió, se dio la vuelta y nadó unas brazadas, al girarse de nuevo me contestó.

-No – se acercó un poco – claro que no – dijo mirándome con esos ojazos azules que reflejaban sinceridad.
-Me alegro – repliqué sonriéndole.
-De hecho… - se quedó callada.
-¿Qué?!, de hecho, qué? – insisti entre risas – venga, no me dejes así…jajaja.
-Nada… - se volvió a alejar un poco y regresó nadando despacio y soltando chorritos de agua por la boca en cada brazada.
-Pues vaya amiga…
-Jajajajaja – me miró de nuevo fijamente – de hecho nunca me lo había pasado tan bien como esos días, hala, ya está, ya lo he dicho, jijjiji – se rio como una cría feliz.

En ese momento vi que miraba a un lado con cara de sorpresa, pero a mí no me dio tiempo a escaparme del “ataque” de Lore, que se había acercado por detrás y montándose encima, me hundió hasta el fondo por sorpresa.
Cuando saqué de nuevo la cabeza del agua y antes de poder ni siquiera articular palabra.

-¡¿Qué estáis tramando?! – soltó Lore - Que os llevo observando desde hace un rato.
-Pero bueno, pero será posible, ese ataque a traición… como te pille ya sabes lo que te espera – le respondí.

Lore salió huyendo en dirección a donde estaban flotando Sonia y Mónica.

-Jajajaja – se reía Isa. Que se fue nadando dejándome sólo también.

Me acerqué hacia dónde estaban las tres muy despacio y en cuanto Lore me vio salió pitando para la orilla sacándome la lengua en tono de burla. Mónica la siguió y salieron del agua. Fue la primera vez en que me fije en el culazo de Mónica, mientras salía del agua. Su estatura y sus amplias caderas daban forma a un culo firme, terso y potente.

-Buen culo – me susurró Sonia, justo al lado.
-Vaya, me has pillado, jajaja.

Se abrazó a mí enroscándose con las piernas a mi espalda. Nos besamos.

-¿Eres consciente de que si no estuviéramos tantos, estaría ahora mismo sentada sobre ti en la orilla? – dijo de sopetón mientras me buscaba la polla hasta a agarrarla con su mano.
 
Capitulo 91

-¡Sonia! – le espeté – que tenemos público
-Me encanta y me excita lo que pueda estar pasando por sus mentes – me susurró al oído.
-No, si todavía me vas a encender.
-Pues juraría que ya estás a la mitad – respondió mientras me daba unos meneos en la polla, apretándola para valorar su dureza.
-No, no, no… para, que luego a ver como salgo del agua.
-Sería para ver sus caras jijiji – continuó provocando mi excitación.

Intenté escaparme pero me tenía bien atrapado con sus piernas, aunque en el fondo no quería escaparme. Nada me hace sentir más a gusto que notar su cuerpo pegado al mío.

-Que puñetera eres - le dije – y lo que me gusta. Le agarré con fuerza del culo y nos besamos de nuevo.

Éramos los dos únicos en el agua y estuvimos así un rato largo, yo empalmado como un burro, agarrados y rozando mi polla contra su cuerpo.
En la playa algunos estaban tumbados al sol o a la sombra, como Isa y Carol y otros como Coque, Toni y Lore de pie en la orilla charlando o jugando con los pies y la arena.

-¡Os vais a arrugar! – nos gritó Lore. Sonia se giró hacia ella y ante mi sorpresa le dijo con la mano que se acercara.

-Pero qué… - exclamé al observar como Lore se lanzaba al agua y nadaba en nuestra dirección – pero que malota estás hecha – le dije a Sonia, adivinando sus intenciones – tú no quieres que salga tranquilo del agua.
-Qué pasa chicos, que lleváis la tira dentro del agua – dijo Lore al llegar hasta nosotros.
-No puede salir del agua – respondió Sonia con una risita.
-Qué!, ah, oh, jaja, en serio oi oi oi oi oi oiiii… - exclamó Lore riendo – A ver… - lo dijo justo medio segundo después de poner su mano alrededor de mi polla – Humm, pues sí que estamos contentos, eh! – miró a Sonia - ¿pero que le has hecho para que se ponga así? Jajaja.
-Yo nada, se pone así él solito, además creo que el culo de Mónica ha tenido algo que ver.
-Ya claro – me quejé sin mucho entusiasmo.
-No me extraña – añadió Lore todavía echando más leña al fuego – menudo culo tiene - continuó sin soltarme la polla ni un momento.
-Lore, quieres hacer el favor de soltarme – le dije – que nos van a pillar.
-Si no ven nada desde allí – siguió – pues está gordota, yo le metía un muerdo ahora mismo – continuó ante mi incredulidad – O prefieres un polvete rapidito, si quieres subimos ahí detrás y echamos uno rápido.
-¡¿Pero que os pasa?! – exclamé asombrado ante la actitud de las dos.
-¿No me digas que no te gustaría? – prosiguió Sonia ahora.
-Joder, claro que me gustaría – concedí - pero mira los espectadores…

Lore me soltó por fin, y Sonia no dudó en volver a echarme mano de nuevo. No me quejé, decidí dejar que hiciera y esperar a que se cansara. Ya vería como salía del agua.
Isa estaba en la orilla en ese momento y Lore se fue hacia ella, dejándonos solos.

-¿Pero que os pasa, como estáis hoy! – le dije a Sonia.
-Yo estoy que quemo, y Lore me parece que también, y el despistado de Coque aguantando la chapa de Toni.
-Ya, pero aunque Toni no estuviera, están Mónica y Carol… a Isa no la cuento, que está en el ajo, jaja.

Mientras Sonia me hablaba vi como Lore se dirigía expeditiva hacia Coque, le agarraba de la mano y le arrastraba al agua con ella. En cuanto se metieron lo suficiente empezó a hacerle carantoñas.
En la orilla ahora coincidían Carol, que se había levantado por fin, e Isa que había entrado un momento en el agua a refrescarse y había salido quedándose a su lado.
Sonia, que había dejado de agarrarme la polla, estaba ahora detrás de mí agarrada a mi cuello con su cara junto a la mía.

-¡Que contraste, no?! – dijo – Una tan blanca y la otra tan morena.
-Jejeje, no sólo por la piel – le contesté.
-Jajaja, ya veo ya jaja. Sí, yo tampoco había visto nunca un color tan anaranjado en un pubis.
-¿Qué te contaba antes Isa, que estuvisteis tanto rato hablando? – inquirió
-Nada, le pregunté si lo suyo con Toni iba en serio y me dijo que no… y por lo que veo no creo que dure mucho ni siquiera el folleteo que se llevan.
-Ya, es un tio un tanto raro, seguro que es buen tio, pero raro. Antes Lore me ha dicho que no le gustaba nada como miraba de reojo, y ya sabes que a Lore no le importa que la miren si está desnuda, pero no de esa manera.
-Creo que ella sigue desfogándose con él, y te diré más, creo que le gustaría volver a pasar un día con nosotros, estoy seguro. Ha cambiado mucho desde que la conocimos.
-Jajaja – se rio – le gusta de verdad un tío. Eso también lo sé, pero él no se fija en ella.
-Pues habrá que hacer que se fije – solté
-Jajajaja, claaaro, tú lo ves todo tan claaaaroooo, jajaja – me volvió a agarrar y apretar la polla, no sé si esta vez como castigo o no, porque fue algo más fuerte.

Después de que Sonia por fin me dejara, intenté relajarme y me fui acercando despacio nadando hasta casi tocar con la tripa en la orilla y luego me levante. Aún estaba algo morcillón pero ya no iba a esperar más. Isa se fijó y esbozó una leve sonrisa.

Fueron pasando las horas en la playa, entre comer, baños y charlas. Y pullitas y roces de las chicas hacia mí durante toda la tarde.

-¿Oye, y por qué no os dedicáis un rato a pinchar a Coque, chicas?
-Con él no tiene gracia…es capaz de salir empalmando del agua sin importarle lo más mínimo, jajajajaja.

De nuevo en el agua con Isa y Coque esta vez.
-Oye Coque, todavía no he probado tu piscina - dijo ella con una sonrisa insinuante.
-Pues es verdad – dijo pillado de sorpresa – ehmm, habrá que ponerle remedio a eso.
-Eso, a ver, a ver – continuó Isa entre risas.
-Jajaja, eso está hecho, el próximo día que vengan estos te avisamos. Tampoco es que la usemos asíduamente, pero bueno, no te preocupes, te damos un toque.

Sonia se metió en el agua y me fui a por ella.

-Isa prácticamente se ha apuntado a un día de piscina en casa de Coque, pero entre líneas se le notaba que insinuaba algo más…fíjate lo que te digo.
-¿Ella sola?, porque ya te digo yo que con Toni ni hablar…
-Ya, ya lo sé, no te preocupes – le dije, besándola la frente.

Me miró abrazada a mí de nuevo.

-Sigo cachonda, que lo sepas – me dijo al oído.
-¿Y crees que yo no? Estoy deseando volver a casa para…
-Chicoosssss! – gritó Lore desde la orilla – que nos vamos a ir yaaaaa, venga salid del aguaaaa.
-Ya vamos, ¡pesada! – contesté. Lore me respondió con un gesto de la mano simulando una mamada. No pude menos que reírme y luego le contesté dando un par de "lamidas" al aire.

Se hizo la hora de regresar, y tras vestirnos y recoger todo emprendimos la caminata hasta los coches. Cuando Sonia y yo empezamos a caminar, los demás ya estaban doblando el primer recodo, Poco a poco les fuimos alcanzando. Isa y Lore iban las últimas, hablando en voz baja. Al llegar a su altura le di un pellizco en el culo a Lore que pegó un grito. Eso hizo que los que iban delante se giraran de repente para ver que había pasado.

-No pasa nada – dije – Lore ha tropezado, seguid seguid…

Lore me dio a mí un pellizco en el brazo.

-Serás mamón – exclamó.
-Jajajaja.
-Venga tirad para arriba – intervino Sonia, que aceleró mucho su ritmo y nos fue dejando atrás. Isa se quedó entre medias y yo con Lore.
-¿Qué, cómo ha estado el día? – le pregunté.
-¡Genial - contestó mientras se abrazaba a mi cintura y me daba un beso con su actitud cariñosa de siempre a pesar de las pullas que nos damos - Podía haber estado mejor sin Toni, eso también te lo digo. Creo que Mónica y Carol han estado bastante cohibidas por su presencia. Ya has visto que no han participado mucho.
-Sí, ya me ha contado algo Sonia. No durará mucho Isa con él. Por cierto, que Isa se quiere apuntar si vamos un día a la piscina.
-Pues dentro de una semana se van sus padres y hermanos unos días y la tenemos para nosotros.
-Uy, eso será interesante, jejeje.
Me agarró del culo apretándolo un poco.
-Ya estás pensando cochinadas, seguro.
-Y a ti te encantan.
-Por supuesto jijiji.
 
Capitulo 92/93

En la despedida Isa se mostró especialmente cariñosa con Sonia y conmigo, con sentidos abrazos y besos. Mónica y Carol dijeron que lo habían pasado bien y que no les importaría repetir.

Llegamos a casa y tras dejarnos caer en el sofá y descansar un poco en casi absoluto silencio, fuimos circulando hasta la ducha uno tras otro. Y nos costó movernos, nadie quería levantarse. La paliza de sol había sido de las buenas. De hecho, en el sorteo habitual para el orden de ducha me tocó el primero y cedí el puesto. Al final me quedé el último. Cuando salí del baño con la toalla atada a la cintura no vi a nadie en el salón.

-¿Dónde estáis? –
-En la cocina – respondió Coque.

Cuando entré en la cocina, estaba Coque sentado en una silla envuelto en una toalla por la cintura y apoyado con el brazo en la mesa y ellas dos de pie apoyadas en el canto de la encimera, desnudas todavía, frescas, con el pelo todavía mojado, algunas gotitas de agua en los hombros, preciosas, y con un vaso de limonada en la mano.

-Caray, chicas, estáis que quitáis el hipo - exclamé

Sonrieron y Sonia sacó un vaso del armario para mí.

-Sírvete un poco de limonada si quieres, la hicimos esta mañana antes de salir y está deliciosa – me dijo.
-Gracias, cielo – respondí. Me serví un buen vaso de la jarra del frigo -¿De qué hablabais? – pregunté.
-De momento de nada importante, pero ya que estamos os quiero hablar de una cosa – respondió Lore.
-Cuenta – dije – y empezó a hablar, y estuvo un buen rato.
-Mmm…Es que me he puesto a pensar según veníamos en el coche…¿Cuánto ha pasado, dos años y medio? Desde que empezamos esta… como queráis llamarle…esta relación nuestra… tan tan…no sé como calificarla, no me digáis que no es extraña, poco habitual, no me lo habría podido imaginar y sin embargo aquí estamos. Sí, hace tres años éramos más jóvenes, más alocados…aunqueee – se quedó pensativa – creo que éramos ya bastante maduros y responsables...

-Y seguimos siéndolo – interrumpió brevemente Coque. Lore le miró – lo de alocados jeje.
-Quiero decir que esto que hemos vivido, que estamos viviendo, no nos ha afectado negativamente, al contrario. Os acordáis, o al menos así lo creo yo, que empezó todo como una travesura, como un juego, un atrevimiento juvenil… y sin embargo fue transformándose en algo más profundo, algo que a pesar de estar a veces semanas o meses de vernos poco, estaba ahí, y cuando nos reencontrábamos era como gasolina. Bah, me estoy poniendo muy cursi…

-No que va – dijo Sonia – sigue cielo, si quieres.

Lore se sentó sobre las rodillas de Coque que la rodeó por la cintura para sujetarla y continuó hablando.

-Recordáis las bromas sobre el Club y que había que aumentar el número de miembros y tal y cual.
-Jajajaja. Sí – dije yo.
-Ya sé que no lo buscábamos y sin embargo ocurrió. Lo más normal hubiera sido que no hubiera ocurrido nada. Y tuvimos suerte, tuvimos suerte entre nosotros, y con las encantadoras Alicia y Nati, o con mi querida Isabel. Ocurrió porque ocurrió, y me pareció precioso. Pero, y ahí es a donde quería llegar. No quiero tentar a la suerte otra vez, no lo necesito. Vale, tampoco lo necesitaba antes y ocurrió jejeje… pero ya me entendéis que quiero decir. Creo que nos llevamos bien, muy bien diría. Nos respetamos, sabemos lo que queremos y dónde están los límites.
Soy feliz así. Es muy probable y normal que un día se acabe, y seré feliz con el recuerdo. Como decía, no quiero que se estropee todo y creo que vosotros tampoco, por tanto, y volviendo a lo del “Club”, no quiero a nadie más en este club de cuatro. Sí, ya sé que está Isabel. Pero es un caso especial, que se presentó casi sin querer, sí, vale que pusimos algo de pimienta al principio jajaja. Ella sabe todo lo nuestro y nos entiende, pero si un día llega a tener un novio serio no quiero tenerlo entre nosotros. Y ya…bueno, una cosa más. Eso no significa que yo os tenga que decir lo que tenéis o no que hacer – se dirigió a Sonia y a mí – faltaría más. Así que si algún día conocéis a alguien y queréis experimentar, no hay ningún problema. Pero tened cuidado por favor. Y ya… jajaja – dijo finalmente.

La verdad es que me quedé sorprendido, pero gratamente.
Sonia se agachó y la abrazó.

-Dios, como te quiero cariño – le dijo.
-Bueno, que tampoco ha sido un discurso trascendental jajaja – respondió con guasa.

Se levantó y me acerqué a ella para darle un abrazo y piquito.
Me miró con esa sonrisa suya típica de labios apretados, como de niña que no ha roto un plato. Y me rozó sutilmente la entrepierna con una mano.

-¿Y esto… está como estaba en el agua? – me soltó de pronto.
-Jajajaja.

Y luego, tras ponernos algo de ropa y sentarnos en el salón, inició una conversación que nada tenía que ver con lo anterior, era como para quitarle trascendencia y ponernos de nuevo en un tono desenfadado. Una conversación un tanto surrealista por momentos.

-Bueno chicos, nunca hablamos de sexo, o muy pocas veces… y mira que follamos a veces como conejos…y otras como posesos.
-¡Pero Lore! – atajó Coque.
-Jajajajajaja – se rio a mandíbula batiente Sonia.
-No me digas que no… casi desde el principio, después de vernos no hablábamos de lo ocurrido, salvo algún chascarrillo. Que está bien, no digo nada, es mejor follar y no hablar que hablar mucho y no follar jajajaja.
-Jajajajaja – nos reímos todos.
-Dios, jajajaja, estás sembrada Lore – exclamé.
-Tenemos que hablar más – insistió Lore.
-Estoy de acuerdo – dijo Sonia.
-Entonces, a ver, creéis que follamos bien, así en general, me refiero a todos, a los cuatro ¿follamos bien?
-Follamos poco – soltó Coque.
-Pero que…! – exclamó Sonia. No se si por la pregunta de Lore o por la respuesta de Coque.
-¡Que follamos poco! Pero pero pero… a que te lo haces tú solito esta noche – replicó Lore.
-Yo no me quejo, eh! – tercié mirando a Lore.
-Lore, ¿qué quieres decir con esa pregunta? – intervino Sonia.
-Joder, pues lo que dice la pregunta…más clara no puede ser. ¿Follamos bien, nos estamos perdiendo algo, alguno piensa que se está perdiendo algo, algo sería de otra manera…?
-A ver, yo creo que estamos en fase de aprendizaje, siempre descubres algo nuevo – dije yo – y sobre todo, yo al menos, intento que no se convierta en rutinario.
-Yo también lo creo – me apoyó Sonia – todos teníamos poquísima experiencia y entre el instinto, hablar y la practica hemos ido mejorando mucho.
-Perdonad que interrumpa esta apasionante charla pero… tengo hambre – dijo de pronto Coque.
-Ay, dios! Eres insufrible Coque – le respondió Lore tomándoselo con humor.
-Va, venga, vamos a cenar y luego seguimos hablando – dije yo.

Nos fuimos vistiendo rápido para bajar a cenar a la pizzería. Después de la cena y como otras veces, fuimos a tomar una copa a una terraza cercana, no mucho rato porque estábamos bastante cansados del día de playa. La charla durante la cena y las copas cambió a temas más de trabajo y estudio. Las chicas habían echado curriculums en varios sitios y estaban emocionadas a la vez que nerviosas a la espera de las entrevistas de trabajo.

De regreso al piso, el ver a Lore y Sonia tardando lo menos diez minutos en desnudarse porque continuamente se paraban para hablar de Isa y Toni habría sido para grabarlo. Las veía, ya echado en la cama, y me recordaba a una escena de película de humor y destape.

-… si es que no me huele bien eso – decía una.
-Bueno, que haga lo que quiera que ya es mayorcita – respondía la otra.

Y así todo el rato.

Por fin se echaron en la cama entre Coque y yo, y siguieron hablando del tema. ¡Y del coño de Carol! Jajaja. Pero de buen rollo, eso sí.
Poco a poco Sonia se dio la vuelta y se puso entre mis piernas, reposando su cuerpo contra mi pecho. Se la veía cansada. Lo mismo que a Lore, que estaba en igual postura sobre Coque.

-Uy, gente, me parece que estamos muy cansados esta noche… – dijo Coque.
-La verdad es que sí – añadieron casi a la vez Lore y Sonia.

Estuvimos un rato más, tranquilos, con la luz muy atenuada, hablando despacio, casi susurrando y sobre todo sin dejar de acariciar a Sonia, que era como un bálsamo para ella. Poco a poco nos fuimos apagando y Lore y Coque se fueron casi a dormidos hasta el otro cuarto.
Mañana sería otro día.

A la semana siguiente fuimos los cuatro a casa de los padres de Coque a pasar el fin de semana en la piscina. Isa tenía que haber ido a visitarnos el sábado a la tarde y quedarse a dormir pero algún impedimento que no recuerdo se lo impidió.
Días después todavía se lamentaba de no haber podido juntarse con nosotros.

No hubo más tiempo de playa o piscina. Las chicas empezaron a trabajar en una gestoría y en un despacho de abogados, en la parte de contabilidad y nosotros empezamos las clases del curso siguiente.

***FIN***
 
La noche más bonita 1/2

Realmente fueron dos noches. Pero, volvamos atrás, esta pequeña historia transcurre poco después de que Sonia y yo nos fuéramos a vivir juntos a nuestro piso. Y antes de que Coque y Lore dejaran el que alquilaron ellas y se fueran al suyo.

Era invierno, poco después de la fiesta de Reyes. Coque se había ido con su familia a un viaje largo al otro lado del Atlántico, de unos diez días creo recordar. Había insistido en invitar a Lore, pero a ella le fue imposible por cuestiones de trabajo. Lo último que quieres hacer es pedir vacaciones en una fecha no habitual en una empresa en la que llevas poco tiempo. Así que tuvo que declinar la oferta, muy a su pesar.

Sonia y ella quedaban más a menudo para tomar un chocolate al salir del trabajo, pero yo, la última vez que había visto a Lore había sido en la nochevieja. Ella, sola esos días, aprovechaba para visitar más a menudo a sus padres y se quedaba a dormir allí muchos días.

Llegado el fin de semana, y mientras comíamos el sábado, llamó Lore, y ambas quedaron para ir de compras a las rebajas. Yo tenía la tarde perfecta para sesión de sofá y mando a distancia. Debieron irse sobre las 4 o así, y eran más de las 8 cuando entraban por la puerta. Cuando se van de compras nunca sabes a qué hora van a regresar.
Las vi entrar cargadas con varias bolsas.

-Pero bueno, chicas, la habéis echado larga hoy, eh!
-Hola, ¡¡eh!! - respondió Lore con recochineo, como diciendo “llevas mucho sin verme y ¿eso es lo primero que me sueltas?".

Me levanté poniendo mi mejor sonrisa y me acerqué a ellas.
Abracé a Lore, y le di dos besos

-¿Cómo estás, cariño?
-Bien, un poco sola, pero bien jajaja - respondió ya con una sonrisa.
-Bueeeno, para eso estamos tus amigos.

Le di un pico a Sonia y me fui a la cocina a prepararles algo caliente mientras ellas llevaban las bolsas al dormitorio.

-¿Qué queréis que os haga, un café, una infusión, un cola-cao, otra cosa...que queréis?
-¡Yo un cola-cao! - gritó Lore.
-Y yo un café - escuché a Sonia.

Se lo preparé y se lo dejé en la cocina. Y me fui de nuevo al sofá con un café para mí.
Ellas fueron a la cocina a beberse lo suyo y estuvieron un buen rato charlando allí, mientras yo seguía viendo la tele. Como seguían ahí me acerqué de nuevo.

-Contadme, ¿qué habéis comprado?
-Pantalones, una chaqueta, unos leggins, mmm...un par de blusas, muchas bragas y alguna cosita más - dijo Sonia con una sonrisita sospechosa mirando a Lore de reojo.
-Eso, un poco de todo - añadió Lore - había mucha gente y por eso hemos tardado.
-Ya ya -respondí con sorna - bueno, estoy ahí en el sofá.
-Muy bien - respondió Sonia.

Las vi pasar hacia el dormitorio poco después y allí estuvieron largo rato, hablando entre risitas y cuchicheos, para supongo, que no las oyera. Yo a lo mío. Mientras estaba embelesado en la tele.

-Psss, psss - escucho a la entrada del salón. Me giro y casi se me cae la mandíbula al ver a Sonia, apoyada con el codo en el marco de la puerta, la otra mano en la cadera y las piernas ligeramente cruzadas. Llevaba puesto algo que sólo había visto alguna vez en alguna revista de moda que ella compraba.

-Madredediosss, pero…joooder - exclamé.

De pronto, apareció Lore y pasando de refilón junto a ella se puso un poco por delante y a un lado, con los brazos en jarras, su sonrisa pícara de siempre y con la misma prenda en negro. La de Sonia era en blanco.

-¿Qué? Eh!? - exclamó Lore.
-La madre que os parió a las dos... que buen trabajo hicieron, dios...jajaja.

Sólo el verlas así, con lo que llevaban puesto y su, digamos, presentación, ya fue suficiente para empezar a excitarme.
Ambas lucían unos bodys de encaje, de pernera alta, con la parte de la entrepierna y las copas de los pechos semi opacas y la zona del vientre y los laterales mucho más caladas. Muy sexis y atrevidos. Era la primera vez que se compraban algo así, distinto a lo habitual.
Y claro, como ellas estaban en “modo invierno”, se depilaban lo mínimo, y destacaba bastante más en el de Sonia, de color blanco. Su travieso vello púbico se escapaba por los laterales de la prenda. Indefectiblemente mis ojos se dirigieron justo ahí, y eso me excitó más todavía.

-Vaya, algo se quiere escapar - dije entre risas - A ti se te nota menos, Lore jejeje.
-¿Qué te dije? - exclamó Sonia mirando a Lore y meneando la cabeza.
-Ya.
-¿No te dije que se fijaría antes en eso que en lo bonito del body, eh? -continuó Sonia.

Lore le dio la razón asintiendo con la cabeza y encogiéndose de hombros.

-A ver chicas, que estáis estupendas, eh. y me parece que os sienta a las dos de maravilla...sólo es que... salta a la vista jajajaja - me reí sin poder evitarlo - En serio, son muy bonitos, en serio.

Menearon la cabeza mirándose entre ellas como diciendo “no tiene remedio”.

-Pues ya que estamos con el tema, igual me paso el lunes por la esteticien y me depilo toda, hala, todo pelao, mondo y lirondo - soltó Sonia.
-¡Nooooooo! - exclamé saliéndome del alma.
-¿Qué te dije también? -repitió Sonia mirando de nuevo a Lore..
-Jajajajaja Jajajajaja - se rió Lore contagiando inmediatamente a Sonia.
-Pues se está poniendo de moda según las revistas - siguió Sonia con sorna.
-Pero vosotras nunca habéis seguido la moda a pies juntillas.- dije yo, en tono casi de súplica. No me las imaginaba de ninguna manera con el pubis depilado como una muñeca. Y Coque menos.
-Ya, pues ya va siendo hora jajajaja.
-No porfa, noooo. - respondí en el mismo tono de súplica.
-Ya veremos - respondió Sonia mirando de nuevo a Lore - ¡Si llegas a salir con el otro body alucina de verdad!
-¿Eh, qué, cómo… otro? - respondí aturullado.
-Me he comprado otro, sí - dijo Lore poniendo esa cara de pícara típica suya.
-Y.. ¿lo puedo ver? - pregunté inocentemente.
-No creo - dijo Lore secamente y dándose la vuelta se metió para dentro dejándome con las ganas. Sonia la siguió después de sacarme la lengua para burlarse de mí.

Las escuché un rato cuchichear y reírse de nuevo jijiji jajaja.

-¿No lo puedo veeeeerrrr? - pregunté en voz más alta - Joooo! - Volví a preguntar lo mismo un minuto después sin obtener respuesta.

Al cabo de un rato largo escucho la voz de Lore.

-¡Eh, guapo!

Me giro y veo su cabeza asomada a la puerta, que había entornado previamente sin que me diera cuenta.

-¿Qué pasa preciosa? - respondí.

Inmediatamente apretó los labios sonriendo.

-Esto... se supone.... que debería verlo Coque primero, pero bueno… porque eres tú y porque a pesar de todo te quiero un montón - dijo con calculada picardía.

Abrió la puerta de pronto y dando un paso adelante y abriendo los brazos se me presentó con otro body, de color blanco, muy ajustado, como una segunda piel, completamente transparente de arriba a abajo. Era como de gasa o algo así.
Me quedé patidifuso, sin articular palabra. Sus tetas se marcaban espléndidas, sus grandes areolas se dibujaban nítidamente, y por supuesto, su oscura mata de vello era como un atractor para mis ojos.

-Jooodeeer! - exclamé por fín.
-¿Qué me dices, ahora, eh? - inquirió riendo.

Sonia apareció por detrás de ella y le dio un pellizco cariñoso en el culo al pasar a su lado.

-¿Y tú no te has comprado uno? - le pregunté.
-Sólo quedaba ese y ella se me adelantó - respondió - Pero bueno, se lo perdono, jajaja. Los demás que quedaban eran del estilo convencional, como los que nos hemos puesto antes. Este es de fantasía jejeje
-Pero, pero esto es para llevar de normal, ¿así?.

Lore se acercó a mí moviendo sus caderas exageradamente, se sentó sobre mis piernas y apoyó sus manos en mis hombros.

-¿Tú que crees? - preguntó mordiéndose intencionadamente el labio.
-No lo sé, no soy experto en estas prendas jaja - dije levantando las cejas..
-Esto es para ponérselo y que te lo quiten poco después - continuó ella con las insinuaciones.
-En..tiendo jejeje - respondí.
-Pues ya lo sabes.
-Bufff, chicas, creo que necesito un vaso de agua.
-Venga - dijo Lore. Me agarró la cara, me plantó un beso en la frente y luego se levantó.

Me levanté a beber algo.

-Bueno chicas, ¿qué queréis hacer, queréis que salgamos a comer una pizza o algo, nos hacemos algo aquí y luego salimos a tomar algo, que preferis? Son casi las nueve ya.

-Yo por mí vamos a comer una pizza y luego a tomar algo - dijo Lore.

Sonia asintió.

-Pues ea - respondí yo - Voy a vestirme.

Un cuarto de hora después estábamos esperando la pizza en un sitio cercano a casa. Se me quedaron mirando las dos entre risitas.

-¿Qué, te ha gustado el show, eh? - dijo Sonia
-Impresionante - acerqué la cabeza a ellas - Entre nosotros, es que estáis muy buenas.
-Buuuuu, eso se lo dirás a todas - respondió Lore.
-Si claro, jajaja ¿a quién? - respondí

Estuvimos un ratito mientras nos traían la cena lanzándonos pullas, piropos y riéndonos mucho.
Tras pagar, y salir, empezamos a andar hacia la zona de copas cercana a casa, no a la habitual nuestra, donde solemos coincidir con más amigos, Muy abrigados y juntitos porque hacía mucho frío. La idea era tomar una copa, acompañar a Lore a su casa y regresar a la nuestra, cuando de pronto empezaron a caer gotas.

-¿Está lloviendo? - dijo Lore.
-Me acaba de caer una gota - dije yo.

Empezó a llover.

-Me cago en todo lo que se menea, lo que faltaba, y sin paraguas - exclamó Sonia.
-No estaba previsto que lloviera hoy, creo, no? - dije yo.

Empezó a arreciar tanto que nos metimos en un soportal a esperar. Un cuarto de hora después, muertos de frío, seguíamos allí, y no dejaba de llover.

-Chicos, esto no tiene visos de parar y yo estoy empezando a quedarme helada - dio Lore.
-¿Qué hacemos, corremos a casa? - les pregunté yo.
-Nos vamos a calar seguro, pero por lo menos nos podremos calentar y cambiar - respondió Sonia.
-Venga, vamos.

Empezamos a correr por trozos, de soportal en soportal, para descansar, saltando charcos y cruzando los semáforos en rojo con cuidado.
Llegamos a casa prácticamente empapados, Lore tiritando. Dejamos las trencas, los pantalones y los zapatos en el cuarto de tender, secando, y fuimos directos al baño a abrir el agua caliente. Lore todavía temblaba. Se acabaron de desnudar en segundos. Sonia abrazó a Lore.

-Te quedas a dormir esta noche, eh, Lore - le dijo Sonia.
-No hace falta, si para y me dejas algo de ropa y un paraguas me voy - respondió.
-Qué no, que no, te quedas aquí que no está la noche para estar en la calle.
-Vaaaale.

En cuanto el agua empezó a salir caliente se metieron en la ducha las dos juntas.
Yo estaba esperando turno sentado en la taza del váter, con una toalla por encima.

-Entra - dijo de pronto Lore - ¡Anda! que te vas a quedar ahí frío.
-No cabemos tantos ahí dentro - respondí yo.
-¡Que sí que cabemos! Además, igual no salimos en media hora jajaja, anda entra - insistió.

Con la lluvia, el frío y todo el lío no tuve tiempo para pensar en nada sexual en ese momento. Además, estábamos los tres solos, sin Coque, y nunca habíamos cruzado esa barrera. A lo mejor es que simplemente, no se habían dado las circunstancias.
Sí, cuando las vi antes de salir a cenar con los bodys me había excitado levemente pero nunca pensé en más.
Me metí dentro con ellas. A duras penas cabíamos y me abracé a las dos, Íbamos moviéndonos ligeramente para que el chorro de la ducha fuera cayendo alternativamente sobre cada uno de los tres. Estaba feliz de estar así con ellas, rozando mi cuerpo con los suyos y sin apenas excitarme.

-Estáis preciosas, chicas - no puede evitar decirles al ver sus rostros bañados por el agua caliente.

Les acaricie el pelo un poco a las dos. Sonia me besó y se apretó un poco más a mí todavía. Lore ya no temblaba.

-Que gusto, que bien se está, no quiero saliiiiir - dijo con su recuperada sonrisa.
-Jajajajaja, ni yooooo - respondió Sonia.
-Bueno chicas, yo sí me voy a salir, me estaría un buen rato con vosotras si esto fuera un poco más ancho - dije yo.

Me salí, me sequé, y me fui al cuarto a ponerme un pijama. Subí la calefacción y las esperé en el sofá.
Escuché como se secaban el pelo y un ratito después aparecieron en el salón con una camiseta larga de dormir las dos.
 
La noche más bonita 3/4


-¿Qué estás viendo? - preguntó Lore al sentarse en el sofá a mi lado al tiempo que miraba la pantalla.
-Una película empezada - respondí.

Sonia pasó por delante y se asomó a la ventana.

-Sigue lloviendo fuerte… no se ve a nadie por la calle - comentó.
-Ponemos lo que queráis, a mí me da igual - dije yo - O poned una cinta de video de las que están ahí.
-A ver que tienes - exclamó Lore levantándose para seguidamente agacharse junto al estante de las cintas, dejando ver casi medio culo al subírsele la camiseta - No, no, puede, no, no… joer la mayoría son de acción, ya te vale.
-Detrás están las comedias y las de “amor” - dije yo haciendo las comillas con los dedos. Se rio.
-¡Esta! - escogió una que ni me acuerdo cual era y la metió en el reproductor. Reculó hacia el sofá para volver a sentarse junto a mí. Sonia seguía mirando por la ventana.

Yo siempre me ponía en el lado derecho del sofá porque si no me interesaba lo que había me agarraba un libro o una revista y tenía una luz de lectura a ese lado. Y lo sigo haciendo.
Sonia dejó por fin de mirar por la ventana y se acercó al sofá para sentarse.

-Ay, perdona! - dijo Lore - Ponte aquí - Hizo amago de correrse al otro lado para que Sonia se sentara junto a mí.
-No seas tonta, qué más dará, quédate ahí, anda - y sin darle tiempo a más, se sentó al otro lado.

Media hora después estaban las dos embelesadas viendo la película, y cuando están así, no sé por qué se van escurriendo en el sofá poco a poco. No era la primera vez que las encontraba en esa postura viendo la tele.

Sonia y yo siempre hemos dormido con poca ropa o desnudos. En invierno, con la casa caldeada, un buen edredón y el calor mutuo ha sido suficiente. Por eso no usaba nunca pijama, se ponía una camiseta larga y listo. Y una de esas es la que le prestó a Lore. Yo usaba el pijama sólo para estar en casa, y al entrar en la cama me lo quitaba o me ponía uno corto, según me diera.

-¿No tienes frío, verdad, Lore? - pregunté
-No, se está bien - respondió ella sin apartar la vista de la película.

Poco después me di cuenta de que estaban cogidas de la mano, algo tampoco muy extraño en ellas. Incluso a veces lo hacían por la calle. Y Sonia empezó a apoyarse en el hombro de Lore y como consecuencia Lore en el mío.

-Un poco empalagosa para mí gusto - dijo Sonia bajito.
-Ni me entero - dije yo, Estaba a lo mío, leyendo,
-Está bien, pero un pelín almibarada, sí - añadió Lore. Ya casi escurrida del todo, tenía casi la cabeza en el asiento del sofá, apoyada lateralmente en mi cadera, y el culo por fuera del mismo.
-Jajaja, Lore, no se como puedes estar en esa postura - dije yo
-Bah, estoy bien jijiji - respondió entre risas.

Seguían con las manos entrelazadas. Y yo en ese momento, ni por asomo imaginaba lo que estaba a punto de vivir. La película estaba terminando.
Sonia se incorporó un poco y se sentó de lado en el sofá de cara a Lore y a mí.
Lore la miró desde abajo, con su particular y encantadora sonrisa. Sonia empezó a acariciarle el pelo.

-¿Me lo corto un poco? - preguntó Lore bajito.
-Estás guapa igual, te lo cortes o no- respondió Sonia con dulzura, mientras le acariciaba el pelo - Mmm, pero como mucho un par de dedos,

Lore sonrió aún más.

-Vale, el miércoles voy a ir a la pelu y diré que...
-Me apetece un montón besarte - le interrumpió Sonia, segura de sí misma pero con una dulzura indescriptible.

Yo alucinaba al verlas. Nunca, jamás, se besaban estando ellas solas. No son bisexuales. Siempre lo hacían cuando estábamos los cuatro, para calentarnos a nosotros. Y lo hacían con ganas y poniéndole pasión. Así que al ver aquello me recorrió una maravillosa sensación por todo el cuerpo.
Sonia se inclinó lentamente sobre Lore, acercando su boca a la de ella. Lore la cogió de la cabeza con una mano, juntaron sus labios y se dieron un beso rápido, un breve roce de sus labios.
Se miraron a los ojos, y volvieron a juntar sus bocas. Esta vez fue un beso algo más largo, con breves mordisquitos de sus labios.

-Espera - musitó Lore. Se incorporó de su posición casi tumbada para sentarse mejor en el sofá.

Sonia se volvió a acercar a ella. Le acarició de nuevo el pelo, apartándoselo con suavidad. Yo estaba enfrente de ella y al principio ni me miró. Acercaron de nuevo sus labios y empezaron a darse el beso más tierno y cálido, pero a la vez más largo y húmedo que les había visto nunca. Un beso interminable, tanto que mientras se besaban, Lore buscó mi mano y me la atrajo hacia ella. La abracé por la cintura para acariciarla. Sonia abrió brevemente los ojos y mi mirada se cruzó con la suya.

A esas alturas mi erección era ya notable y tenía unas ganas enormes de quitarme el pantalón para pajearme, pero decidí esperar un poco. Me giré yo también un poco hacia ellas para verlas más de frente y Lore me volvió a coger la mano. A tientas, me la condujo debajo de la camiseta. La soltó y volvió a agarrar a Sonia por la cabeza, sin dejar de besarse. Mientras las miraba subí la mano hasta sus tetas y empecé a acariciárselas como tantas otras veces antes. Sus pezones estaban ya durísimos y se los pellizqué con mucha suavidad. Se estremeció levemente.

Pero de repente me vino Coque a la cabeza. Nunca habíamos hecho un trío estando solos. Siempre estando los cuatro juntos. ¿Lo habría hablado con Coque antes? ¿Se lo iba a contar luego? Eso por descontado, pensé. Lore es imposible que diga una mentira, no puede, lo lleva en su adn. Es completamente transparente y sin filtro alguno, sincera como nadie. Lo cual le ha llevado a veces a malentendidos e incluso a algún que otro problema. ¿Se lo tomaría mal Coque si era así? Por otro lado, conociéndonos como nos conocíamos ya, sabiendo como pensábamos y la confianza y complicidad alcanzada entre nosotros, no debería ser algo malo.

Aguanté con la mano acariciándola hasta que por fin dejaron de besarse e instintivamente la retiré con cierta brusquedad. Lore se dio cuenta enseguida. Me miró.

-¿Qué pasa? - preguntó con voz suave. Hice una mueca.
-No, nada…
-Se lo que estás pensando, no te preocupes por eso. Coque lo sabe - prosiguió -¿Sabes que me dijo cuando se marchó? Pásatelo bien y disfruta como siempre con ellos - añadió con esa mirada dulce.

No aguanté más, me acerqué a ella y fui a besarla. Me recibió con la boca levemente abierta y su lengua asomando entre los labios. Volví a meter la mano por debajo de la camiseta para seguir acariciando sus tetas, ahora con más intensidad Segundos después mi mano chocó con la de Sonia que estaba acariciándole también el vientre y las tetas. Lore lo sintió y se le escapó una risa mientras nuestras lenguas jugaban entre ellas. Estaba completamente empalmado y sacando la mano de debajo de su camiseta, me quité el pantalón del pijama. En cuanto dejé de besarla, volvieron ellas dos. Me quedé mirándolas mientras me masturbaba despacio.

Sonia le subió la camiseta un poco y metió una mano por dentro de las bragas de Lore. Esta se estremeció de nuevo, Yo seguía mirando y pajeándome, ahora viendo como se movía la mano de Sonia acariciándole el coño. Su vientre y su pecho empezaron a subir y bajar al ritmo de su respiración. Sin dejar de besarse, se le escapaban pequeños gemidos entre los labios. Por fin pararon, Sonia se levantó y se quitó la camiseta, luego se inclinó sobre Lore nuevamente, que estaba otra vez casi escurrida en el sofá, y tiró de sus bragas hasta quitárselas. Lore se incorporó por fin, se sentó mejor y se quitó también su camiseta, dejando a la vista sus tetazas con esos magníficos pezones erectos. Sonia estaba delante de ella, de pie. La cogió por las caderas y acercándose, empezó a besar y lamer su vientre mientras le bajaba a su vez las bragas. Una vez se deshizo de ellas, Lore levantó la mirada y se rieron.
Sonia se separó un poco y nos tendió una mano a cada uno.

-Venid, vamos a la cama.

Ellas fueron delante mientras yo apagaba con rapidez la televisión y las luces. Cuando entré en el cuarto, Sonia acababa de retirar el edredón.

Me abracé a ellas y empezamos a besarnos alternativamente los tres mientras les acariciaba el culo. No tardé en sentir la mano de Sonia envolviendo mi polla y sobandola suavemente. Luego me miró con un gesto picarón y me empujó para que me sentara en la cama. Sospeché cuáles eran sus intenciones y acerté.

Se subieron a la cama, cada una a un lado y me eché para atrás apoyándome en los codos.

Sonia se inclinó sobre mi regazo y empezó a lamérmela muy muy despacio, como si estuviera dándole los primeros lengüetazos a un helado. Mientras, Lore se acercó a mí y nos besamos pero enseguida sentí su mano de terciopelo acariciándome los huevos con suma delicadeza. La fantasía por excelencia de todo hombre se estaba haciendo realidad. No era la primera vez que ocurría, algunas veces habíamos hecho un trio dentro del cuartero podríamos decir, pero esto iba a ser muy distinto.
Por fin Lore se unió a Sonia y fue maravilloso verlas, y sentirlas.

-Chicas... - empecé a decir.. y ahí me quedé cuando ambas a la vez levantaron la vista para mirarme.

Sonrieron y siguieron lamiéndome. Sonia alargó un brazo y nos entre cruzamos las manos. Nunca había sentido una cosa igual con ellas, no tanto un placer físico como emocional. Cerré los ojos y me dejé llevar por los demás sentidos durante un rato. Estaban alargándolo tanto que empecé a pensar que me iba a correr mucho antes de lo que yo quería. A pesar de estar muy acostumbrado a ellas y durar bastante, esta vez notaba que se me iba el control mucho más rápido.

-Chicas ufff- repetí al abrir de nuevo los ojos y verlas de nuevo jugueteando con sus lenguas, lamiendo y chupando.
-¿Qué pasa, cariño, no te gusta? - susurró Sonia con una mueca socarrona en sus labios.
-Si no paráis un poco me voy a correr muy rápido. - respondí
-Jijiji - se rió Lore.

Las dos se pararon y tras mirarme continuaron besándose. Lore se subió a la cama y se sentó justo a mi lado, Sonia se inclinó sobre ella y le lamió brevemente sus pezones erectos y duros.

-Sube un poco - le pidió Sonia.

Lore se echó un poco más hacia atrás, recogió y separó las piernas mostrando abiertamente su coño.
Sonia empezó a mesar con suavidad el ensortijado vello de Lore, y luego agarró unos cuantos pelitos de sus ingles, tiró sutilmente de ellos y me miró.

-Jijijiji - se rio. Lore también me miró y se rio igual - Jijijiji. Esa faceta de ellas a veces casi infantil, de traviesas, era de las cosas que más me gustaban y divertían.

El pecho de Lore subía y bajaba otra vez, al compás de su respiración. Sonia pasó sus manos por encima de los muslos de Lore para agarrarla, y sumergió la boca en su coño.
Escuché como aspiraba. Levantó un momento de nuevo la cara.

-Me encanta tu olor - susurró de nuevo.

Le besó otra vez ambos muslos y se volvió a sumergir en su coño. Yo, al lado, pasado el punto de casi pérdida de control anterior, empecé a masturbarme de nuevo.

Los gemidos de Lore iban en aumento, y por momentos agarraba la cabeza de Sonia para apretarla más contra ella. Abrió los ojos, esbozó una leve sonrisa y le pasé el pulgar por sus labios húmedos.

-Preciosa - le susurré.
-Guapo - adiviné leyendo sus labios.

Me incliné a continuación sobre sus pechos para lamerle los pezones, trazando circulitos con mi lengua a su alrededor, o mordiéndolos con suma delicadeza. Me di cuenta de que cada vez se aferraba más fuerte a la sábana con su mano libre, señal de que la excitación era ya muy grande. En ese momento dejó de agarrar a Sonia de la cabeza y esta se retiró un poco esbozando una sonrisa de oreja a oreja y sus labios brillando por los jugos de Lore.

-Ufff! - exclamó en un susurro finalmente.

Lore me miró y me tocó el brazo, ni siquiera tuvo que decirme nada. La entendí perfectamente. Me coloqué sobre ella, que estaba con las piernas completamente estiradas y abiertas. Sonia se puso a un lado. Empecé a moverme despacio arriba y abajo, frotando mi polla contra su pubis y luego me incliné para besarla otra vez.
Me rodeó el cuello con un brazo y acercó su boca a mi oído.

-Fóllame... - susurró de nuevo con su voz dulce.

Apoyado sobre mis manos y guiado por la mano de Sonia la penetré lo más despacio que pude, mirándola a los ojos, como a ella le gustaba. Cuando mi pubis se juntó con el suyo, lanzó un suspiro y me abrazó la espalda con las piernas. Me quedé quieto unos instantes, mirándola y acariciándole la frente y el pelo. Sonia se sentó en la cama sobre sus talones, con las piernas abiertas para que la viese.
Empecé a follar a Lore lentamente, con mimo, entrando y saliendo casi del todo cada vez, mientras miraba a Sonia masturbarse justo al lado.

-Ummm... me encanta - susurraba Lore a duras penas - Más rápido...que gusto ummm - añadió empezando a tocarse ella misma.

Aceleré un poco más las embestidas. Mi pubis no paraba ahora de chocar con su mano que movía con brío. Poco a poco se fue tensando hasta explotar en un torbellino de espasmos y gemidos. Me sostuve sobre mis manos y pies para ver como temblaba debajo de mí, sin dejar de mirarnos a los ojos, hasta que poco a poco fue recobrando la normalidad. Apareció su eterna sonrisa y se la devolví. Me eché sobre ella y me abrazó. Sólo unos segundos, hasta que vi a Sonia de nuevo masturbándose al lado, cada vez más excitada. Me salí de Lore al mismo tiempo que Sonia se incorporaba y dándose la vuelta en la cama se colocaba a cuatro patas en el borde. Me levanté, me puse tras ella y se la metí de golpe.
Ella abrió bien las piernas y continuó masturbándose mientras yo empecé a empujar con fuerza agarrándola de las caderas.
No tardó en empezar a tensarse y yo a sentir las sacudidas de su cuerpo.

-Me estoy corriendo...córrete, lléname... dámela toda - dijo entre gemidos y sacudidas, y con la mano de Lore agarrando su brazo.

Cuatro golpes fuertes y me corrí dentro de ella coincidiendo con sus mayores espasmos. Poco a poco fue recuperando también el aliento.

-Dioooosss...- exclamó. Se dejó caer sobre la cama y yo, dentro de ella todavía, fui detrás.

Me quedé quieto hasta que fui perdiendo la erección y me salí para echarme a su lado.
Se hizo el silencio durante un par de minutos. Sólo se escuchaban nuestras respiraciones.

-Chicas...esto ha sido, ha sido.... - no me salían las palabras.
-¡Genial! - exclamó Lore antes de soltar una carcajada contagiosa de las suyas.

Diez minutos después estábamos de nuevo en la ducha los tres riéndonos mientras nos hacíamos cosquillas.
-¡Cabrón! - exclamó Lore, cuando la pillé bien.
 
La noche más bonita 5


Nos secamos entre risas y amagos de cosquillas. Salí el primero del baño y se quedaron secándose el pelo, otra vez.
Me fui a preparar algo caliente y las esperé sentado en la mesa de la cocina, con tres tazas de cola-cao calientes y galletas. Sonia entró y se sentó directamente sobre mis rodillas. La rodeé por la cintura y nos besamos.
Lore se sentó enfrente y Sonia no tardó en sentarse también en su silla. Empezaron a zampar con ganas.


-Caray chicas, si que estais hambrientas - bromeé
-Bueno, hemos gastado algunas energías jijiji - dijo Lore.
-Tampoco muchas - le respondí burlonamente.
-Pero bueno, ¿no has tenido suficiente?
-Siempre me parece poco - dije guiñándole el ojo

Movió la cabeza como siempre, con una sonrisa mientras intentaba meterse una galleta en la boca.
Cuando terminamos y recogimos nos fuimos directamente para los dormitorios.

-Bueno, chicos, me voy a mi cama - dijo Lore - que durmáis bien.
-Buenas noches cariño - respondió Sonia.
-Buenas noches Lore, hasta mañana - añadí yo.

Lore se fue al otro cuarto, el que usaban cuando pasaban la noche en nuestra casa. Y Sonia y yo arreglamos la cama, nos desnudamos y nos encamamos. A mí me cuesta un poco dormirme nada más acostarme, y suelo pillar un libro para leer unas pocas páginas.

Apagué arriba y encendí la luz de leer. Sonia, no suele leer en la cama, pero esta vez hizo lo mismo. No habían pasado cinco minutos, cuando escuchamos la voz de Lore al fondo. Habíamos dejado la puerta semiabierta y ella también la suya por lo visto.

-¿Estáis despiertos?
-Sí ¿qué pasa, Lore? - respondí. No escuchamos respuesta.

Segundos después abría la puerta de nuestra habitación.

-Chicos, ¿me quereis con vosotros esta noche? Me he sentido sola en la habitación - añadió haciendo un pucherito con su boca. Un pucherito de coña, claro.

Sonia y yo nos echamos a reír.

-Claro que sí, cariño jajaja - respondió enseguida Sonia - Ven, anda, ven aquí. ¿Dónde quieres ponerte, en el centro o a un lado?

Menos mal que la cama era grande. Lore gateó hacia el centro de la cama. Sonia se hizo a un lado y le dejó hueco.
Se metió dentro y se dio cuenta de que estábamos desnudos.

-¡Ah! yo no voy a ser menos - soltó con ese gracejo suyo. Y se quitó la camiseta larga que llevaba.
-Bueno, apago la luz, eh?!
-Apaga.
-Buenas noches, chicas.
-Buenas noches - respondieron casi al tiempo.

A la mañana siguiente al despertar, Lore estaba abrazada a mí. Notaba claramente sus tetas contra mi espalda. Me estuve quieto un rato, y luego empecé a moverme despacio, le aparté el brazo y me levanté despacio. Cuando me puse el pantalón y la camisa del pijama y me di la vuelta la vi con los ojos entre abiertos. Sonrió feliz. Sonia estaba como un tronco al otro lado.
Salí de la habitación, me fui al baño y luego a la cocina a desayunar.
Mientras desayunaba tranquilamente en la mesa apareció Lore por la cocina.

-Buenos dias, guapo
-Buenos días, preciosa - respondí - Puedes ponerte el café y calentar leche en el micro o lo que quieras, ya sabes. ¿Qué tal has dormido?
-Como una bendita - respondió - Gracias por dejarme dormir con vosotros.
-Faltaría más, cielo!

Mientras desayunaba empezó a mirarme y se sonreía.

-¿Qué, qué pasa? - pregunté curioso. Ella no dejaba de mirarme y sonreir entre sorbo y sorbo de café con leche.
-No sé, nada… - siguió desayunando. Yo estaba apurando mi café mientras leía un periodico atrasado.
-¿Tenéis algún plan Sonia y tú para hoy? - le pregunté.
-No lo sé. Ahora me voy a casa porque necesito ropa limpia y luego la llamaré.
-Muy bien.

Se levantó, dejó la taza en el lavaplatos y se fue a vestir. Al poco regresó para despedirse.

-Sonia está sobada todavía jajaja.
-Sí, mira que le gusta dormir, en un rato la despierto.

Lore se acercó por detrás, me abrazó y se inclinó sobre mí

-Fue precioso lo de anoche - dijo con dulzura. Y me dio un beso en la mejilla - Hasta luego. No importa me acompañes a la puerta.

Aún así, la acompañé, le dí un gran abrazo en la puerta y esperé hasta que llegó el ascensor.

-Si quieres quedarte a dormir aquí, hasta que Coque vuelva, ya lo sabes.

Sonrió con esa mezcla de dulzura y picardía tan suya.

-Pues igual sí, ya ves - respondió y me lanzó otro beso desde la puerta del ascensor.
-Hasta luego, preciosa - me despedí.
-Nos vemos, hasta luego.

Cuando regresé hasta el cuarto Sonia estaba desperezándose.

-Buenos días, bella durmiente, ¿qué tal has dormido?
-Estupendamente... ¿y Lore, se ha marchado ya?
-Acaba de irse, luego te llamará.

Me la quedé mirando y le acaricie la carita antes de darle el primer beso del día.
Tras ir a comer con los padres de Sonia y regresar a media tarde a casa, Lore se vino de nuevo a dormir. Y sí, lo pasamos de miedo otra vez.

***FIN***
 
Una fiesta, un lío y la nueva Isa

Capitulo 1/2



Esta historia transcurre un año y medio después de la anterior (La noche más bonita). En el verano del año siguiente.
Aunque cada una de las parejas vivíamos en nuestro piso, aprovechábamos algunos fines de semana de verano para ir a la piscina de la casa de los padres de Coque. Por supuesto, nuestras excursiones a nuestro rincón favorito, a nuestra playita para practicar el nudismo tampoco faltaban. A veces se apuntaba alguien más, Isa o Carol sobre todo. Carol se había hecho en poco tiempo muy amiga de las chicas, y sintonizaba muy bien con Coque porque también era muy bromista y le encantaba hablar con ironía o con doble sentido.

A mediados de julio de aquel año, y aprovechando que los padres se habían ido de viaje, a Coque se le ocurrió dar una fiesta en la casa para celebrar su cumpleaños. Como ya conté, era una vivienda moderna a las afueras de la ciudad, con una buena piscina, y mucho jardín, de hecho la parcela era enorme, y habían construido una zona con porche para hacer barbacoas, con su mesa y bancos para comer en el exterior.
Nunca había dado una fiesta, bueno, más que fiesta, una reunión para comer con amigos, darnos unos baños y pasar la tarde.

Al final debimos ser unos veinte. Nuestros amigos más cercanos, Isa, Pili y su novio, Mónica y su novio, Carol, y otros como Carlos y Belén, que no han salido en estos relatos, y también asistieron algunos compañeros de Coque de la Uni.

Durante los últimos años habían pasado algunas cosas.
Isa, por ejemplo, que ya no era la misma que cuando la conocí, había tenido varios rollos pasajeros. Y luego una relación bastante larga que se había terminado hacía poco, aunque ahora lo llevaba mejor. Si quería rollo, buscaba rollo y se lo pasaba bien. Hablaba mucho con las chicas y yo más o menos estaba al tanto. Pili y Mónica tenían unas relaciones sólidas con sus parejas, y Carol no salía con nadie aunque había tenido una relación larga también. No sabían nada de lo nuestro y así queríamos que fuera, por lo que solíamos andar con cuidado en su presencia.
Isa, según contaban las chicas, tampoco le había contado nada del asunto a ninguno de sus rollos o a su último novio.

El día de la fiesta, las chicas se encargaron de ir a comprar la carne y demás viandas. Y nosotros las bebidas y aperitivos. Yo tenía cosas que hacer de última hora, así que tras ayudar a meter las cosas en la casa me fui otra vez. Al menos me escaqueaba de la tarea de la hoguera jejeje.

Cuando llegué me encontré a Carol, que también llegó más tarde, aparcando su moto. Hacía semanas que no la veía, nos saludamos y pulsé el timbre. Lore nos abrió y pasamos a la cocina para dejar un par de cosas que había traído. Desde el ventanal de la cocina, que daba a un gran porche, se veía todo el jardín y la piscina. Carol fue a un baño a cambiarse y yo me quedé momentáneamente con Lore, que llevaba un pareo por encima, charlando en la cocina mientras bebía algo.

-¿Están todos ya, no?
-Sí, erais los últimos, hace un ratín ha llegado Isa. Está muy guapa.
-Buff, hace que no la veo...no sé, tres o cuatro meses.
-Pues ya la verás ya - respondió Lore con su sonrisa.

Miré por la ventana y aunque se veía a bastante gente no la vi. Estará dentro de la piscina, pensé.
Carol pasó por delante de la puerta de la cocina.

-¿No venís fuera? - preguntó parándose un momento.
-Sí, ahora vamos - respondió Lore. Carol continuó hasta el jardín.

Me fui a cambiar y salí al porche. Lore estaba sentada en una silla a la sombra. En el fondo la gente hablando en pequeños grupitos, otros en el agua y otros vigilando el fuego.
Enseguida me llamó la atención una chica de espaldas, de cabello oscuro y de corta melenita, con un vaso en la mano, charlando con un tio, y sobre todo porque lucía un bikini bastante escueto que además dejaba asomar una nalga más que la otra.

-¿Quién es esa? - pregunté curioso a Lore - ¿Alguna compi de Coque?

Ella me miró con cara de extrañeza.

-¿No has bebido nada todavía, verdad ¿O es que estás miope?
-Eh?!
-Si no reconoces a una con la que has follado es que estás peor de lo que pensaba jajajaja - me soltó riéndose.
-¡No jodas! ¿Esa es Isa? No me lo puedo creer, pero pero…
-Sí, se ha cortado el pelo y sí, también lleva un bikini muy pequeño, que seguro que en eso sí te has fijado - dijo con sarcasmo - Anda, ve a saludarla que antes preguntó por ti.

Me acerqué a ella y la llamé. Se giró inmediatamente y sonrío abiertamente.
Enseguida vino a mi encuentro con los brazos abiertos sujetando el vaso en una mano. Estaba tan sonriente que no pude resistirme al abrazarla y la levanté en vilo ligeramente. Nos dimos dos besos.

-¿Cómo estás?, cuánto tiempo…
-Jeje, bien… y tú? Te veo algo cambiada…
-Síii, me he cortado la melena jijiji.

El tio que estaba con ella hablando, y que supuse que era algún compañero de Coque, se quedó algo sorprendido al ver su efusividad conmigo y se fue hacia otro lado.

-Estás muy guapa Isa - sus preciosos ojos azules lo decían todo.

Sonrió y se ruborizó un poco. A pesar del cambio de mentalidad que había dado con los años, abriéndose mucho más, siendo más atrevida, cuando le dedicaba algún piropo afloraba todavía su timidez, aunque no como cuando la conocí. Y esa mezcla era uno de sus encantos. Además, me gustaba mucho ponerla en esa situación.

-Me alegro de verte de nuevo - repetí, la abracé de nuevo y la reté a darse un baño.
-Yo también, jeje, vamos.

Pasamos un rato agradable en la piscina, creo que en algún momento llegamos a estar todos dentro a la vez. Incluso con momentos divertidos, como la pérdida de algún bikini al lanzarse desde el trampolín, con el consiguiente cachondeo general excepto para la afectada. Y luego nos dispusimos a comer. Aunque la mesa era grande no cabíamos todos sentados a la vez, así que algunos comimos prácticamente de pie o sentados en el suelo.

Por la tarde y tras el reposo de la comida, otro rato de piscina y luego la gente empezó a irse poco a poco. Se fueron quedando los más íntimos, hasta que ya bien entrada la tarde quedamos nosotros cuatro, Isa, Carol, Mónica y Victor, su novio, que se habían quedado un rato más al insistir nosotros en que luego les acompañaríamos hasta la parada del bus más cercana, ya que habían venido con Pili y su novio, que se había tenido que marchar antes.

En cuanto nos quedamos solos, Sonia se quitó el sujetador del bikini la primera.

-Que ganas tenía dios. Lo hubiera hecho antes si no fuera por los tíos que no conocía.
-Lo mismo pensé yo, no me apetecía nada con tanta gente que no conozco - dijo Mónica, haciendo lo mismo a continuación.

En unos minutos las cinco estaban en topless tomando el sol.
Coque, Victor y yo pasamos un rato jugando al ping pong por turnos.

Más tarde tuve que acompañar en el coche a Mónica y Víctor al bus. Cuando regresé me encontré a las cuatro, desnudas en el césped, tomando el sol boca abajo formando un abanico y charlando, y a Coque sentado en uno de los bancos de la mesa de comer leyendo una revista.

-Caray, chicas, no hay nada como la confianza, eh! - les dije al pasar junto a ellas - ¿Y tú no te sumas? - bromeé con Coque. Miré a Isa de reojo, que sonrió.
-¿Y tú? - respondió Lore con una pullas.
-Prefiero sombra, gracias - respondí con tono de burla.

Hacía un año que no veía desnuda a Isa. Y a Carol lo mismo, desde el verano anterior en la playita. Estaba igual, quizá algo más fibrosa, ya que llevaba un tiempo yendo al gimnasio. Y Carol poco más o menos.
Pasamos otro rato dentro del agua los seis y luego, cuando el sol fue bajando, nos secamos y nos pusimos los bañadores para sentarnos un rato a jugar en la mesa a las cartas.

Tras unas cuantas partidas, Lore se levantó para ir a la cocina a buscar algo para picar y beber. Yo fui un par de minutos después al servicio y al pasar por delante de la cocina me metí a ayudarla. Nos pusimos a hablar de cosas y nos entretuvimos. Y con lo cariñosa que es ella, muchas veces no puede evitar abrazarte o darte un achuchón, ante cualquier chiste o tontería, o responderte con una sonrisa y un beso ante un piropo. O sencillamente apoyarse en ti mientras charlamos. Y eso es lo que pasó. Se apoyó en mí y la abracé por la cintura. Sus grandes tetas se aplastaban contra mi pecho.

-Como me gustan estos airbags tuyos - bromeé
-Jajaja, serás bobo - respondió entre risas intentando darme un cachete imposible al estar yo apoyado.
-Menos mal que se te pasó la neura aquella porque si lo llegas a hacer te hubiera retirado el saludo - continué bromeando
-¿En seeerioooo, en serio hubieras hecho eso, dejar de hablarme? Pero si tengo otros atractivos jijiji - se rio siguiéndome la broma
-Ah síii, como cuáles?
-Los tienes a mano - dijo poniendo esa sonrisa entre burlona y pícara.

Le acaricie un momento el pelo, apartándoselo un poco

-Más abajo - me pinchó ella
-Ahhh, estos - dije poniéndole brevemente las manos en su culo y apretándole las nalgas un poquito.

La casualidad quiso que en ese momento Carol entrase decidida por la puerta de la cocina a por algo, y nos viera en esa situación. Cuando estaba ya dentro, reaccionó al darse cuenta de lo que estaba viendo y se quedó paralizada con los ojos abiertos de incredulidad.
Y yo también, tanto que me quedé unos segundos con las manos en el culo de Lore, sin reaccionar.

-Uh… perdón - acertó por fin a decir Carol.

Lore se giró hacia ella, justo cuando se daba la vuelta para salir.

-¡Carol! - la llamó. Pero ella no se detuvo y salió por la puerta. -¡CAROL! - le gritó esta vez - ¡Ven por favor!
-Joder - dije en voz baja - Carol, ven un momento - me sumé yo a Lore.

Carol apareció por fin por la puerta.

-Yo no he visto nada - farfulló, haciendo el gesto de la cremallera en los labios.
-Sí que has visto - le dijo tranquilamente Lore - Y no...
-Mirad chicos, no se que pasa entre vosotros, pero a mí no me importa, somos mayorcitos y allá cada cual - dijo ella con el semblante muy cambiado, reflejando incomodidad y un cierto enojo.

-De verdad Carol, que no es lo que crees - dije yo.
-Ah, vale...por favor no me toméis por tonta con la frasecita típica de película, pero ya digo, ya somos mayores y cada cual es responsable de su comportamiento.
-¡QUE NO ES ESO, LEÑE! - Lore levantó la voz. De las pocas veces que la he visto hacerlo.
-¡Que no me grites! - respondió Carol enojada y amagando irse.
-Perdona, tienes razón...perdona, pero es que no me escuchas. Te digo que no es lo que piensas y no quiero que te quedes con esa idea.

Era lo que nos preocupaba realmente, que se fuera con una idea equivocada para siempre. Y perderla como amiga.

-¿Y entonces qué debo pensar?

Lore y yo nos miramos.

-Joder, vaya lio - dijo Lore en voz baja.
-Ya conoces a Lore - intervine yo - Lo efusiva y cariñosa que es, no es más que eso.
-Ya - contestó Carol apartando la cara un instante y volviendo a mirarnos - También lo es alguno de mis amigos, pero no le pongo las tetas encima y dejo que me toque el culo.

A Lore se le escapó la risa.

-Y encima te cachondeas, pues muy bien, pues vale… - se puso muy muy seria - No te entiendo, la verdad y me entristece que te lo tomes a risa.
-Perdona pero es que no he podido evitarlo, lo siento, de verdad - dijo Lore.
-¿Sabéis qué?, que creo que me voy a ir.
-No por favor - le supliqué - No queremos que te vayas...joder...con el tiempo que hace que nos conocemos y lo bien que lo hemos pasado juntos, no…
-¿Puedo haceros una pregunta directa? - dijo ella, tras unos segundos de incómodo silencio
-Claro - respondió Lore.
-¿Vosotros estáis juntos ahora y me he perdido algo? No sé...puede pasar, no digo que no. Pero es que...
-No, no. Coque y yo seguimos juntos y ellos lo mismo. Repito que no es eso.
-Por favor quédate - insistí.

No dijo nada más y salió por la puerta. Lore y yo salimos detrás. Al acercarnos a la mesa, Carol se sentó con la cara seria. Lore dejó una bandeja con cosas para picar en el centro y yo una botella grande de Coca-Cola.
Lore y yo regresamos a la cocina con la excusa de ir a por más cosas.

-¿Qué hacemos? - le pregunté.
-Puff, no lo sé...esperar a que se le pase.
-No lo creo, está muy enfadada… y me jodería que se acabara así con ella, me cae muy bien y es muy divertida.
-Y a mí, pero no podemos andar contándoselo a todo el mundo.
-A todo el mundo no, pero es una de vuestras mejores amigas, os veis con frecuencia. No se, supongo que tarde o temprano acabaría enterándose.

Lore se abrazó a mí de nuevo, apoyando su cara en mi pecho.

-¿Te imaginas que entra ahora de nuevo? - intenté ponerle un poco de humor.
-Le da un soponcio. y además nos tira lo primero que encuentre a la cabeza jajaja.
-Algo habrá que hacer…
-Bueno, vamos fuera y según como veamos ya decidiré que hacer.
-Como veas.

Lore se había vuelto más prudente con este tema, años atrás lo hubiera largado sin pensarlo, pero ahora le pesaba.
Al llegar a la mesa, Carol seguía seria, triste. Sonia se había dado cuenta. Por lo visto le había preguntado y ella había escurrido el bulto.

-¿Pero qué le habéis hecho a mi Carol ahí dentro, que mirad que cara tiene? - dijo sin ser consciente de nada.

Lore miró al cielo y movió la cabeza. Luego me miró. Sabía lo que iba a pasar pero no imaginaba como.

-Carol, ¿lo cuentas tú o lo cuento yo? - le dijo mirándola y con voz pausada.

Carol se quedó en ese momento aún más desconcertada. Y por su cara, aún más enfadada. Movió la cabeza, negándose a decir nada.
La cara de Isa era también un poema, no entendía nada. Pero Sonia empezó a sospechar de que iba el asunto y me hizo un gesto con las cejas. Yo le hice otro y entonces meneó la cabeza dándome a entender que lo había pillado. E intervino ella.

-A ver Carol, sin haber visto nada, me huelo lo que ha pasado - empezó - ¿has visto algo que te ha sorprendido mucho y que no te esperabas para nada?

Ahora sí que Carol se incorporó en la silla, poniéndose recta, con cara de no entender nada.

-¿Pero esto que es? ¿Una broma vuestra? - dijo escapándosele una sonrisa irónica - Tiene que ser una broma todo ¿no? Pues vaya bromita.

Lore tomó la palabra.

-Carol, te voy a contar una cosa… - hizo una pausa - pero antes quiero decirte que lo hago porque no quiero que te sientas mal, ni que pienses lo que no es, y te quedes con eso. Bueno, a lo mejor, después de lo que vas a escuchar, te enfadas todavía más, pero será por otra razón, no porque te hayamos mentido. Pero lo que te voy a contar no lo vamos contando por ahí.
Isa se incorporó también apoyándose en la mesa, con cara de sorpresa, pero claramente se lo estaba oliendo.

-Ay madre - dijo Sonia bajito.
-Lo que ha pasado es que Carol ha entrado en la cocina, nosotros estábamos tranquilamente hablando y bromeando y nos ha pillado abrazados y con las manos de este en mi culo. Le hemos tratado de explicar que no tenía importancia pero ha creído, y en parte le doy la razón, que le estábamos tomando el pelo y se ha enfadado.

Carol abrió los ojos como nunca al escuchar el relato de lo ocurrido delante de los demás.
Miró a Coque y este se encogió de hombros y le sonrió. Luego me dijo que no supo que decir en ese momento.

-Te preguntarás que a qué viene todo esto - continuó mirando a Carol - Mira, nosotros cuatro somos dos parejas que practicamos el intercambio desde hace mucho, y a veces, y porque además somos muy amigos y tenemos mucha confianza entre nosotros, no nos damos cuenta y se nos escapa algún gesto cariñoso que puede dar paso a un malentendido por parte de quien no lo sabe. De hecho ya nos ha pasado antes - dijo sonriendo - Y como comprenderás es algo que no vamos contando.

Carol alucinaba al escucharlo y movía la cabeza incrédula.

-No me lo creo, ¿en serio? no me lo puedo creer - negaba con la cabeza.
-¿Por qué no? - preguntó Sonia.
-Estáis siguiendo con la broma, ¿no?
-De verdad que no - siguió Lore.
-No es una broma Carol - intervino Coque - De verdad que no lo es.

A Coque le tenía en gran estima y le miró sonriente.

-¿No me estás vacilando tú también? - dijo, aunque ahora no parecía tan seria.
-Te doy mi palabra, Carol, de verdad es así, como te ha explicado Lore.

En ese momento Carol cayó en que Isa estaba ahí, con nosotros, y no había dicho nada. La miró sorprendida.

-¿Tú lo sabías, verdad? - le preguntó. De alguna manera aceptando lo que no quería creer.
-Eehmmm... sí - respondió casi susurrando.
-Joder - exclamó Carol.
-Lo saben sólo Isabel y tres personas más, y dos no son de aquí. La otra, nunca ha dicho nada, que sepamos. Pero entiende que no es una cosa para ir contando a todo el mundo.
-No, sí eso lo entiendo, pero es que alucino con vosotros… joder.

Bebió un sorbo de Coca-Cola. Coque y yo nos encogimos de hombros. Y luego, claro, lo que no pueden evitar cuando se enteran. La curiosidad.

-¿Pero desde cuando lleváis así? - se atrevió a preguntar.
-Bastante tiempo, casi desde que empezamos a salir juntos, quiero decir, cada uno con su pareja, al poco de eso - le respondió Sonia
-¿Quéee? ¿En seriooo? Pero si lleváis años saliendo y siempre habéis sido de las parejas más compenetradas que conozco, las dos - se sorprendió de nuevo Carol.
-Pues sí jajaja, igual eso tiene que ver - respondí yo entre risas.
-Alucino - exclamó Carol de nuevo.
-No, en serio, no tiene que ver, pero al contrario de lo que mucha gente piensa sobre este tipo de relaciones, ya sabes, que puedes buscar una pareja para experimentar y luego no la vuelves a ver, nuestra amistad fue creciendo al mismo tiempo que esa relación de intercambio que iniciamos - comentó Sonia.
-¿Y nunca habéis sentido celos? - Carol, ahora mucho más relajada y curiosa.
-Nunca - respondió tajante Lorena. Sonia y nosotros dos asentimos con la cabeza dándole la razón - ¿Por qué habríamos de sentirlos? Sabemos lo que hay, lo aceptamos y ya está, y disfrutamos de lo nuestro.
-Mira que no soy una mojigata, y ya veis, entre amigos no me importa estar desnuda para bañarme y me gustan la bromas y todo eso, pero yo no podría hacer lo que vosotros - dijo acabando por mirar a Isa como esperando su opinión también. Isa se sorprendió de que la mirara así.
-Yo les entiendo - dijo escuetamente.
 
Capitulo 3/4


Carol puso cara de extrañeza.

-¿Y tú cómo lo supiste? - le preguntó directamente.

Isa se quedó pensando, no sabía qué ni como decirlo.

-Porque nos pilló - soltó Lore tranquilamente.
-¿Que os pilló, cómo…. con las manos en la masa? Ay madre… perdón perdón… no tengo por qué andar preguntando, ya me callo, lo siento - dijo un tanto compungida al final.
-No pasa nada… no hay problema ahora que lo sabes, pero vamos, que no es que nos pillara... jajaja... fue todo muy loco… estábamos medio bromeando un día sobre orgías y tal...la verdad es que creo que fuimos demasiado lejos con eso, aunque ya te digo fue muy loco...y además, hace mucho…, total que se presentó dónde estábamos y no supimos como salir de esa…así que se lo acabamos contando para que entendiera por qué no la habíamos dejado entrar… en fin que me enrollo... - dijo Coque encogiéndose de hombros.
-Joooodeeer, cada vez alucino más - exclamó casi riendo.

Carol parecía haber dejado atrás el mosqueo y estaba más tranquila.

-Lo sentimos, Carol - dijo Coque.
-No pasa nada, tranquilos, me alegro de que me lo hayáis contado y entiendo perfectamente que si no llega a ser por las circunstancias no lo hubierais hecho, lo entiendo perfectamente, de verdad… yo hubiera actuado probablemente igual...lo que pasa es que yo no me veo en una situación como la vuestra sinceramente. Soy de otra forma, ni mejor ni peor, pero no sé, soy quizá demasiado posesiva en esos temas y para mí son muy personales e íntimos...pero bueno cada uno lo vive como quiere...
-A ver Carol - empezó Sonia - no quiero que pienses que lo nuestro es una comuna y que esto es la norma, vamos, que no estamos todo el día follando como conejos los cuatro...

A Coque le entró la risa. Lore le miró y amagó con una colleja.
Isa soltó la primera carcajada de la tarde y luego se quedó callada de golpe.

...no nos vemos tanto como puedas pensar - continuó Lore ahora - Simplemente que nos gusta pasar un rato juntos y ya está, quedamos, vamos a un sitio, cenamos, nos reímos mucho y … eso.

Miré a Isa y sonrió, una sonrisa aparentemente vergonzosa, apartó la mirada y a los pocos segundos volvió a mirarme. Ahora con una sonrisa a punto de carcajada otra vez. Tuvo que levantarse y disimular un poco acercándose a la piscina. Noté algo en su actitud, en su mirada, sin saber definirlo, y tuve el pálpito de que algo iba a pasar en algún momento.
Me levanté y me acerqué a ella junto a la piscina.

-¿Te pasa algo? - pregunté con fina intención.
-No... nada… por un momento pensé que antes Coque no se iba a parar e iba a contar lo otro.. ya sabes… - dijo mirando tímidamente de reojo.
-Naaa, que va jajaja - disimulé señalando algo en la piscina.

Al volver a la mesa, Carol tenía ya otra cara. Pasado un rato, todo parecía volver a la normalidad, aunque sabíamos que a Carol le iba a costar algo más el asimilarlo.

-Espero que no nos mires como a bichos raros a partir de ahora jajaja - dijo Sonia intentando ponerle un poco de humor al asunto.
-No, tranquilos, no os voy a mirar así jajaja, me lo paso muy bien siempre con vosotros -
-Y nosotros contigo, eres una tía cojonuda y muy divertida - dije yo.

Se estaba haciendo tarde, el sol se había puesto ya.

-¿Os queréis quedar a cenar con nosotros, chicas ? - preguntó Coque dirigiéndose a Isa y a Carol.
-No puedo - respondió Carol - me gustaría pero no puedo… y no tiene nada que ver con el lío, que conste eh! - añadió con una sonrisa.
-Jajaja, ya lo sabemos, Carol , tranquila.. bueno quizá otro día - respondió Coque.
-¿Y tú, Isa?.
-Bueno, vale… si me dais bien de cenar jijiji - respondió entre risas.
-Jajaja, eso por supuesto, en esta casa se cena siempre bien jajaja.
-Bueno gente, me voy a tener que ir, voy a cambiarme un momento y me voy, a ver donde dejé la ropa jajaja.
-Está en el vestidor junto al primer baño, te acompaño - dijo Sonia.

Los demás nos quedamos mirándonos con cara de alivio unos segundos.

-Buff, menos mal - dije yo.
-Tarde o temprano iba a pasar… - añadió Coque.
-Voy un momento dentro - dijo Isa, y se dirigió hacia el interior de la casa.

Según se dirigía hacia la puerta, hizo el gesto de ajustarse bien el bikini al culo.

-Isa! - exclamó Coque. Isa giró la cabeza y Coque le hizo la señal de “ok” con la mano - ¡Bien ese culete!

Isa se rio con ganas.

-Eres la monda - y continuó para adentro.

Cuando salió Carol la acompañamos todos hasta su moto y nos despedimos con besos y un fuerte abrazo. Regresamos la jardín.

-No sé vosotros, pero yo necesito un buen chapuzón antes de cenar, que estoy algo sofocado con este bochorno.

Se quitó el bañador, que lanzó al aire, y se tiró de cabeza a la piscina. Segundos después estábamos los cinco en pelotas dentro de la piscina.
La piscina de la casa era genial, tenía uno de los lados cortos con una especie de terraza sumergida, con un palmo y medio de agua. Luego he visto varias así, pero esa era la primera que veía con ese diseño. Podías estar sentado en esa plataforma mientras te bebías algo apoyado en la albardilla de la piscina.

-Bueno habrá que cenar algo, que yo estoy hambriento - dijo Coque mientras salía de la piscina y se secaba.
-Y si traes aquí la cena - dijo Lore, estirada sobre la plataforma con poco agua y poniendo cara de ingenua a ver si colaba.
-De eso nada, que es un lío - respondió Coque - A cenar a la mesa. Ya te meterás luego otra vez si quieres.
-Nini nini nini - se burló Lore saliendo a regañadientes del agua.

Nos secamos y nos pusimos los bañadores de nuevo.
Un rato después estábamos en la mesa cenando. Coque había encendido las luces de la piscina, las de la zona de la mesa y algunas del jardín. Y había sacado una radio para poner música suave.
Y como siempre, durante la cena, charlamos de todo, un rato del trabajo, otro de viajes de vacaciones, de colegas, lo de siempre. Isa estaba especialmente dicharachera, se la notaba a gusto, mucho más suelta que cuando había más gente, feliz y con la risa siempre en los labios. Y la situación empezó a degenerar a temas más jugosos, con dobles sentidos y pullitas cruzadas. Incluso se atrevió a contar algún chiste picante.

-Una cosa, ¿vosotros veis porno? - preguntó Isa de repente.
-Pero Isa! - respondí haciéndome el sorprendido.
-¿Qué pasa? - dijo ella - Tampoco es una pregunta del otro mundo.
-¡¿Para qué quiero ver porno si lo tengo en casa?! - respondió espontáneamente Lore con su peculiar gracejo.
-Jajajajajaja Jajajaja - nos reímos todos. Isa la que más. Coque cruzó las manos sobre su cabeza e hinchó el pecho orgulloso.
-Yo he visto algunas pelis, sí - dije yo.
-Yo sólo he visto un trozo una vez en un hotel al que fuimos en una escapada el año pasado - añadió Sonia.
-Y yo, claro, pero vamos que son bastante tostón, vista una, vistas todas - añadió Coque - ¿Y tú?
-Cuando vivía con mis padres vi alguna de esas que ponían de madrugada, pero cuando estaba con Santi ( su último ex-novio ), de vez en cuando ponía alguna que nunca acabábamos de ver...
-Jajajaja. Normal…
-Es que el otro día subiendo por la escalera de casa de mis padres pillé a un par de chavales hablando de pelis porno, era fácil adivinar que hablaban de eso. Al pasar yo se pararon y luego siguieron, puse la oreja por curiosidad y alguna jerga que escuché no la entendí. ¿Vosotros sabéis que es un ganban y un blucaque o algo así, o como se escriba? Yo entiendo lo que todo el mundo, vamos lo que he visto en alguna peli, pero no debo estar al día jajajaja.
-Ni idea - respondió Coque. Las chicas lo mismo.
-Un gang-bang es que una tía se lo monta con varios tíos - expliqué yo. Lo sabía por las revistas que tenía mi hermano en el local. Había algún reportaje con ese tipo de porno y lo ponía.
-O sea, una orgía - dijo ella.
-No, una orgía son varias tías con varios tíos, eso es sólo una para muchos jajaja.
-Aaahh, joder.
-Lo otro ni idea - añadí. Y era verdad, hasta años después que dispusimos de internet en casa no me enteré de que era un bukkake, ni de otras muchas cosas más.
-Na, curiosidad, igual no entendí bien - acabó ella.

Después de recoger las cosas de la cena, continuamos un rato más sentados en la mesa echando una partidas de cartas. Debían ser ya más de las diez de la noche y hacía bastante calor todavía, una de esas noches de bochorno.
Las chicas se fueron a sentar al borde de la piscina para meter los pies en el agua.
Yo me metí unos minutos y me salí enseguida, me sequé de nuevo y me puse otra vez el bañador para regresar a sentarme a uno de los bancos apoyándome con los codos en la mesa. Isa, que también se había dado un chapuzón rápido, vino detrás y se sentó a mi lado.

-Isa, ¿te quedas a dormir? - le preguntó Coque desde la piscina - Hay camas de sobra.
-Mmm... no sé - titubeó - Ya es un poco tarde...no sé.
-Pues por eso te lo digo - respondió Coque - Jajaja. Sabes que no hay problema.
-Deja que lo piense un poco - respondió ella.

Sonia se levantó y entró en la casa para algo. Un minuto después entré yo y me la crucé en el pasillo, que venía del servicio. Entramos los dos en la cocina a beber agua.

-Isa quiere quedarse y no sabe cómo decirlo. Se le nota - le dije yo.
-Me apetece que se quede - respondió guiñándome un ojo antes de salir.

Eso ya empezó a excitarme.

-¡Isa, te quedas! - le dijo Sonia directamente al pasar a su lado y continuó hasta la piscina donde estaba Coque, sentado en el borde, y Lore, desnuda, en la zona con poco agua.
-Coque, me quedo - dijo - Pero espero que me des una buena habitación jajajaja.
-Por supuesto cielo, una de las mejores, jajaja. Me alegro - respondió él riendo.

Se la notaba con ganas de quedarse con nosotros y sabía lo que podía pasar.
Y creo que estaba deseándolo. Subí un poco el volumen de la radio, y me senté de nuevo a su lado.

-A Lore le van a acabar saliendo escamas - comenté yo.
-Jejeje, sí, no se el tiempo que se ha pasado hoy en el agua.

Hubo un rato de silencio, sólo se escuchaba la música. Y los otros tres seguían en el mismo sitio, hablando, pero no les oía que decían.

-No sólo es sexo ¿verdad? - dijo de pronto señalando a los tres. Sonia estaba de rodillas detrás de Coque apoyando la barbilla en su hombro y abrazada cariñosamente a él. Lore sentada en plan sirenita en el agua y hablando con ellos.
-Claro que no. Ya lo sabes - respondí yo. Hice una pausa y la miré, sonrió tímidamente de nuevo. - Y no, aquel día tampoco fue sólo sexo.
-Fue bonito - dijo dulcemente - ¿Me estoy poniendo ñoña? - acabó entre risas.
-Para nada, jajajaja.
-Cuanto tiempo ha pasado ya, eh - dijo ella como si lo añorara.
-Unos cuantos años, sí ¿cuatro?
-¿Por qué no lo llegamos a repetir? - dijo sorprendiéndome realmente.
-No sé, las cosas vienen como vienen, tú te echaste novio...tampoco surgió de forma natural...¿Te hubiera gustado? - respondí volviendo a mirarla.
-Sí, me hubiera gustado, sí - dijo con dulzura pero con seguridad.

Isa me estaba sorprendido, hacía mucho que no hablaba tan íntimamente con ella, y se la notaba cada vez más cómoda hablando. Como hablaba o se veían muy a menudo con las chicas, estaba al tanto de nosotros y nosotros de ella. Y habíamos visto como había ido cambiando con los años. Muchas veces les comentaba a ellas que le habíamos cambiado la manera de enfocar las cosas, y que la habíamos hecho más segura de sí misma. Aunque la verdad sea dicha, que con los tíos no había tenido mucha suerte por una cosa o por otra, pero ya se lo tomaba de otra manera.

-A mí también...y a esos...también - dije señalando a los tres - Pero quiero que tengas una cosa clara…
-Lo sé, sé a que te refieres y tengo las cosas claras. Nunca te lo he dicho, pero no sabes lo loquitas que tenéis a esas dos jejeje. Y me alegro un montón.

Estuvimos callados un rato.

-Me he quedado porque quiero estar con vosotros, me encuentro a gusto aquí, y … me apetece - dijo mirándome con esos ojos azules suyos - Hala, ya lo he dicho.

Isa se había escurrido un poco en el banco y me di cuenta de que se le había subido lo justo la camiseta permitiendo que asomara la parte de abajo de su bikini. Sólo eso ya me excitó.

-Bueno, voy a ducharme ya - dijo Lore mientras salía del agua en dirección a las duchas exteriores.

Coque y Sonia se quitaron el bañador y se lanzaron a la piscina para un último remojón y tras salir se unieron a Lore en las duchas.

-¿Te vas a volver a meter? - le pregunté a Isa.
-No, ¿y tú?... ahora en cuanto acaben ellos, iré también a darme un agua.
-Pero si hay otra ducha al lado ¿no ves a Sonia en la otra?
-Uppss, pues si que estoy yo buena ni me había fijado - exclamó riendo.

Nos dirigimos a las duchas y nos desnudamos.

-Si sale hasta templada - exclamó Isa al ponerse debajo de la ducha junto a Sonia.
-Normal, todo el día dándole el sol a los depósitos jajaja - dijo Coque.
-Hacedme sitio - dije yo subiéndome en la que estaban Sonia e Isa.

Las abracé a las dos. Sonia abrió los ojos tras echarse el pelo para atrás, me sonrió y nos besamos. Al mismo tiempo apreté a Isa contra mí y ella pasó su brazo por mi cintura. En ese momento pude ver por encima del hombro de Sonia como Lore estaba empezando a pajear a Coque.
 
Capitulo 5/6


Una idea se cruzó en mi cabeza. Isa sólo había follado conmigo aquella única vez y empezó a ponerme cachondo el pensar en verla follar con Coque mientras yo les miraba. Según lo pensaba la apretaba más contra mí. La miré, aparté un poco el pelo de su cara y la besé. Ella me devolvió el beso y nos morreamos brevemente casi al mismo tiempo que noté la mano de Sonia agarrándome la polla ya a media asta y empezando a masajearla. No podía ni imaginar en ese momento lo intensa, desbocada y en algunos momentos hasta salvaje que iba a ser la noche y la madrugada.

Durante los siguientes minutos nos fuimos besando entre los tres y ellas dos se turnaban para cogerme la polla y meneármela con mimo. Entre beso y beso podía ver como la parejita había salido ya de la ducha y Lore estaba arrodillada chupándosela a Coque, que miraba al cielo con los ojos cerrados disfrutando del momento mientras acompañaba con su mano la cabecita de ella.

Mis manos, por otro lado, empezaron a recorrer los cuerpos de Sonia e Isa acariciando sus espaldas y apretando suavemente sus nalgas. Casi sin perder el contacto entre los tres nos salimos también de la ducha para seguir juntos sobre el césped. De reojo observé como Lore se incorporaba de nuevo y ambos se acercaban a nosotros. Pronto noté las manos de ella abrazándome por detrás y buscando mi polla sin perder un segundo. Me separé un par de pasos de Sonia e Isa para observar como se comían la boca mutuamente.

En ese momento Coque apareció por un lado y se abrazó a las dos, justo como yo estaba haciendo unos instantes antes. Me puse más cachondo si cabe. Lore lo notó y cerró su mano sobre mi polla apretando fuerte. Acto seguido empezó a masturbarme mientras me besaba suavemente la espalda y los hombros. ¡Me encantan esos besos, siempre! Darlos y recibirlos. Sonia e Isa interrumpieron sus besos entre risas. Ante mi sorpresa, fue Isa la que dio el primer paso y agarró la polla de Coque, empezando a pajearle haciendo el sacacorchos con su mano.

Él la miró y acercando su boca a ella, la besó. Era su primer beso serio, e Isa no se contuvo, sino todo lo contrario, muy fogosa, puso su mano en la nuca de Coque y le devolvió el beso con verdadero ardor. Nos fuimos calentando cada vez más, intercambiándonos entre los cinco, lo mismo estaban Sonia e Isa con Coque que Lore e Isa conmigo, o entre ellas.

El calor que hacía provocó que en pocos minutos nuestros cuerpos se secaran.

-Ven – dijo Lore cogiendo mi mano levemente.

La seguí y me condujo hasta el banco exterior de la mesa bajo la zona para comer. Me senté tranquilamente apoyando mi espalda y los codos en el borde la mesa. El resplandor producido por los focos de la piscina detrás de ella ayudaba a resaltar su silueta frente a mí. No dije nada, muchas veces el estar callado y simplemente contemplarlas era, y es, mucho mejor. Se quitó una goma que solía llevar siempre en la muñeca y se sujetó el pelo con ella. Señal inequívoca de sus intenciones.
Apareció su típica sonrisa justo antes de inclinarse sobre mí y volver a besarnos. La sujeté por la cintura mientras ella continuó bajando por mi pecho, dándome leves besitos hasta llegar a mi vientre y después de arrodillarse entre mis piernas, sujetármela con una mano a la vez que empezaba a acariciarme la punta enroscando su lengua alrededor de ella. Empecé a disfrutar, pero mucho más al mirar de nuevo al fondo y ver a los otros tres. Sonia e Isa arrodilladas comiéndosela a la vez a Coque y acariciando sus las nalgas y sus muslos. Se me puso como una roca.

-¡Caray, chico! – susurró Lore, dándoles unos golpecitos a mi polla y haciendo que esta bailara levemente - ¡Como estás hoy! Está durísima – añadió antes de volver a metérsela en la boca.

Disfrutaba con Lore mientras contemplaba a los otros disfrutar entre ellos.
Cerré los ojos unos momentos y al volver a abrirlos vi como Sonia se estaba tragando completamente la polla de Coque, que estaba ligeramente inclinado sobre ella apretando la mandíbula y mirando al cielo en una expresión de placer contenido. Isa al lado de los dos y sentada sobre sus talones masturbándose con fruición.

-Joder… que me voy a correr…Diooos, para un poco Sonia… – le escuchamos decir.

A Lore se le escapó la risa mientras me la chupaba y tuvo que dejar de hacerlo para que se le pasara. Me miró.

-¿Y tú? ¿Te quieres correr? – preguntó guiñándome un ojo.

Nos conocíamos ya tan bien que sabía que Coque lo que quería era correrse para durar mucho más después, y yo también.

-Yo me corro cuando tú me digas – le respondí con intención provocadora y alardeando un poco.
-Ah, ¿sííííí? – Se levantó bruscamente y se plantó delante de mí. Se introdujo un dedo en la boca y lo deslizó entre los labios de su coño. Luego se inclinó lentamente hacia mí – Pues te vas a correr cuando yo te lo diga, ni un segundo antes.

Lo dijo con tal morbo que a punto estuve de perder el control y correrme. Tuve que mirar a otro lado y respirar hondo para evitarlo. Luego me entró la risa al mirarla de nuevo. Nos reímos ambos y eso relajó mi tensión.

Por unos instantes me olvidé de lo que estaban haciendo los demás. La acaricié con ternura y besé sus pechos colgantes. Tras una mueca con una media sonrisa empezó a darse la vuelta manteniendo su mirada sobre mí hasta que se giró completamente. Al tiempo que bajaba sus caderas me la sujetó con una mano hasta colocarla en la entrada de su coño, pero en lugar de metérsela se sentó sobre ella colocándosela entre sus nalgas y empezó a mover sus caderas despacito adelante y hacia atrás, masturbándome con su culo. Puse mis manos en sus nalgas para acompañar sus movimientos y mientras la dejaba hacer miré al fondo de nuevo. Durante el tiempo que estuvo Lore sobre mí, Sonia e Isa se turnaban con Coque, lo mismo una estaba arrodillada y otra abrazándolo y besándose que al revés.

Hasta que por fin Sonia murmuró algo, Isa se levantó y los tres se dirigieron hacia nosotros.

-¡Mírala como baila! – dijo Lore, refiriéndose al vaivén de la polla de Coque según caminaba. Las otras dos bajaron la mirada hacia su polla y no pudieron contener la carcajada.

Sonia se sentó en el banco cerca de mí y continúo chupándosela a Coque, de pie delante de ella. Isa de pie y pasando un brazo alrededor de la cintura de Coque, observaba.

-¡Me voy a correr, chicas! – exclamó Coque.

En el momento en el que Sonia se separo un palmo, Isa le agarró la polla a Coque y acabó de pajearle abrazados el uno al otro por la cintura.

-¡Dámela! – exclamó Sonia abriendo la boca y sacando un poco la lengua.

Coque se tensó de repente y empezó a soltar su lefa a borbotones sobre la lengua de Sonia. Coque, al contrario que yo, parecía un “volcán tipo hawainano” al correrse, esos que sueltan su lava de forma lenta y espesa, pero igualmente abundante. La primera vez que se lo dije se descojonó, claro.

Mientras Isa apuraba las sacudidas me miró y no tardé ni dos segundos en empezar yo a eyacular con fuerza sobre mi propio vientre y sobre mi pecho con Lore sin dejar de deslizar su culo sobre mi polla.

-Lo siento Lore, pero me he corrido antes de que… – le dije, porque ella, al estar de espaldas a mí, no se había dado ni cuenta.

Se levantó y dándose la vuelta, exclamó.

-¡Ya lo veo, ya! – me espetó apenas ocultando su risita. Luego se acercó a mi oído - Espero que luego te portes mejor, eh!

Todo pringoso me dirigí a la ducha de nuevo. Al darme la vuelta estaba solo Isa poniéndose una camiseta y sentándose en el banco de nuevo. Luego cogí una toalla para secarme. Me acerqué a ella, todavía desnudo.

-¿Dónde están?
-Han ido al baño y a buscar algo para beber. ¿Has visto mi bikini por ahí? Te juro que no sé dónde lo dejé jajaja. Sólo he encontrado la camiseta.
-Pues no lo he visto, estará en cualquier rincón, como es tan pequeño jajaja.
-Jajajaja – se rio con ganas.

Me senté a su lado con la toalla atada a la cintura. Tras un par de minutos de silencio, se le escapó la típica risa tonta.

-¿De qué te ríes? - pregunté intencionadamente a ver por dónde salía.
-No, nada , jajaja… es que si no fuera porque te conozco, esto podría haber sido uno de esos silencios embarazosos jajaja…
-Jajajaja, que va… a veces me quedo mirando a lo lejos pero sigo atento, eh.

Desde la casa, en una ligera ladera, se veían las luces de la ciudad en esa dirección, y me había quedado mirándola. Isa estaba apoyada, como yo, en el canto de la mesa, igual que horas antes, pero esta vez no llevaba el bikini puesto, y la camiseta se le subía permitiendo apreciar parte de su vello púbico. Mientras hablábamos se la iba estirando y esta volvía a subirse ligeramente en cuanto movía un codo o se acomodaba un poco en el banco. Sonreí.

-¿De qué te ríes ahora tú? – exclamó ella.
-Nada, jajaja, es que te estoy observando y me hace gracia como vas estirándote la camiseta, queriendo, como queriendo taparte, y esta vuelve a subirse, jajaja…
-¡Serás cabrito! Y tú mirando, eh! – exclamó ella entre risas.
-¡Pues claro! Me gusta ver cosas bonitas…y… - me callé.

Ella dejó de tirar de la camiseta y se cruzó de brazos, provocando que esta se subiera aún más.

-¿Y… y qué? – inquirió Isa con una mirada pícara en sus ojos.

Volví a pensar que no parecía ni su sombra a cuando la conocí. ¡Qué cambio!, y sabía que nosotros habíamos tenido mucho que ver, y me alegraba por ello, porque buena persona y divertida ya lo era, y ahora además era mucho más desinhibida y atrevida.

-Que es precioso! – dije señalando con mis cejas hacia su entrepierna.
-Qué! Jajajajaja, me parto…jajajaja… - se rio con ganas.
-Jajajajajaja… es la verdad.
-Ay, si no fuera por lo que nos conocemos ya, lo a gusto que me encuentro aquí con vosotros y que todos sabemos lo que hay… diría que estás intentando ligarme… jajaja… es broma, eeh –
-Lo sé… jajajaja.
-Es que… a ver, que me hace mucha gracia… mira que los tíos con los que he estado me han dicho…pues lo típico, que qué ojos más bonitos, que si eres muy guapa, que me vuelven loco tus tetas…, que perdona la modestia, eh… pero… nadie había alabado mi coño…jajajaja.
-Jajajaja, bueno no era tu coño exactamente, que también jajajaja, pero ese vello tuyo es precioso… jajaja.
-Jajajajjaja – nos reímos los dos.

En ese momento salió Sonia con unos combinados en una bandeja y las dejó sobre la mesa grande de debajo del porche de la casa.

-¿De qué os reis tanto? – preguntó Sonia.
-Tu chico estaba alabando mi pelambrera jajajajaja -se carcajeó
-Pelambrera…jajaja, hacía tiempo que no escuchaba esa palabra jajajaja – exclamé yo.

Sonia meneó la cabeza y se rió.

-Por cierto, Sonia, has visto por casualidad mi bikini ¿No me acuerdo donde lo dejé?
-Pues me pareció ver algo detrás de aquella palmera, mira a ver si es eso.

Isa se levantó y caminó en esa dirección.

-¡Isa! – dije yo. Ella se giró – ¡Bonito culo! – añadí con el pulgar hacia arriba. Se rió y continuó andando y por fin encontró su bikini. Regresó hacia mí mientras trataba de colocarlo bien y a medio camino se paró y se puso la braga.
-Oooooh! – exclamé. Ella aceleró el paso y se inclinó sobre mí amagando con la mano.
-¡Será posible! – dio ella.

Me levanté y la abracé con cariño casi moviéndola en el aire…

-Venga, vamos a tomar algo.

Lore y Coque salían por la puerta al porche y se sentaron también. Decidimos jugar unas partidas de dados mientras nos tomábamos unas copas.

-Pero hay que ponerle algo de picante a esto, si no, no tiene gracia – dije yo.
-Vale, el que pierde partida paga prenda – respondió Coque.
-¿Otra vez, Coque? Pero como vamos a jugar prendas con tan poca ropa, mira yo, llevo una toalla y una camiseta nada más.
-Vaaaale, pues se me ocurre otra cosa, el que gana ronda, pregunta picante o prenda al que quiera.
-Miedo me da – dijo Isa – Miedo me dais todos jajaja.

Y empezamos a jugar.
 
Capitulo 7/8

Varias rondas después estábamos todos en pelotas de nuevo.
Y empezaron las preguntas. Coque ganó ronda y preguntó a Isa, a la que, como era evidente, íbamos a “machacar”.

-¿Gorda o larga? – preguntó serio.
-Gordilarga – respondió ella
-Jaja, no vale señorita, aténgase a la pregunta ¿gorda o larga?
-Y el tío lo dice todo serio, jajaja. ¡GORDA! – remarcó. Lore chocó su mano con ella en señal de aprobación.

Y así pasamos un buen rato, tirándole de la lengua y riendo sin parar.

-¿Es una sensación mía o hace ahora más calor que hace un rato? – preguntó Isa.
-No es una sensación tuya, hace más bochorno, me temo que va a ser una noche de mucho calor – contestó Coque – ¿Sabéis qué? Que me voy al agua – añadió levantándose y dirigiéndose hacia la piscina.
-¡Y yo! – dije a su vez. Me levanté y me uní a él en la piscina.
-¡Míralos qué bien! – exclamó Lore con recochineo – Claaaaro, como los señores ya tuvieron lo suyo, se piran y nos dejan aquí a nosotras solas, eh?!

En ese instante me paré en seco, me di la vuelta y me dirigí corriendo hacia Lore, que intentó escapar sin conseguirlo. Pensaba que iba a atormentarla a cosquillas como otras veces. Pero lo que hice fue cogerla en brazos como pude con la intención de tirarla a la piscina.

-No, no, no, noooo – chillaba Lore pero sin poder aguantar su risa. Por el rabillo del ojo pude ver como Sonia e Isa también corrían detrás. Prácticamente caímos los cuatro al agua al mismo tiempo. Y tras salir de nuevo a la superficie, me dio un pellizco en una nalga que me hizo soltar un grito.
-¡Eso por abusón! – exclamó intentando además pellizcarme de nuevo.

Tras calmarnos y relajarnos flotando en el agua, acabamos los cinco sentados en la zona de la plataforma con el agua por la cintura y apoyados en el muro. Se oyó un teléfono al fondo.

-¡Ahora vuelvo! – dijo Coque, y salió corriendo hacia la vivienda. Segundos después se asomó por la puerta con el teléfono en la mano. – Es Carol, pregunta que si vamos a estar aquí mañana por la mañana, que va a estar sola y que si puede venir a la piscina, ¿qué le digo?
-Dile que venga, pero no muy pronto, no antes de las once u once y media – respondió Lore - ¿No tenéis problema, no?
-Claro que no, que venga si quiere – añadió Sonia.
-Se lo digo – contestó Coque y se metió para dentro. Al cabo de unos segundos se apagaron los focos de la piscina. Miré hacia la casa y también se había apagado todo, nos quedamos completamente a oscuras.
-He sido yo – dijo Coque mientras regresaba – Dejadme sitio – añadió mientras se metía de nuevo en el agua entre Lore y Sonia. Sonia estaba en el centro de los cinco.

Sólo la débil luz de la ciudad a lo lejos y la de algunas viviendas cercanas hacia que pudiéramos distinguirnos entre nosotros, y era suficiente. Estuvimos un buen rato contemplando el cielo estrellado, como cuando pasamos aquella noche en la playita y escuchando el silencio, sólo interrumpido por algún ligero chapoteo de alguno que se movía.

-¡Que gozada, que paz! – susurró por fin Isa.

De reojo vi a Lore y Coque acaramelados besándose y casi al mismo tiempo noté la mano de Sonia deslizándose por mi muslo mientras se acurrucaba sobre mi hombro. Nos besamos y ella se fijó en Isa.

-¿Qué tal, Isa? – le preguntó.
-Increíble – musitó ella.

Se escuchó un tenue gemido.

-¿Qué ha sido eso? – pregunté sabiendo perfectamente que había sido un gemido de Lore.

Miré a Isa y se le escapó una leve risa al darse también cuenta. Mientras, Sonia me besaba el hombro y me acariciaba el muslo subiendo cada vez más arriba. Empecé a excitarme de nuevo, era imposible no hacerlo. No tardó nada en sentarse sobre mis muslos y apoyar sus manos en mis hombros.
Pensaba que nos íbamos a enrollar todos en la piscina, o en el césped, pero Lore y Coque se levantaron y salieron del agua. Coque con una erección ya considerable. Pasaron un momento por la ducha y volvieron junto a la piscina a recoger las toallas.

-Chicos, ¿vamos arriba? – preguntó Lore con su dulzura habitual. Y todos sabíamos que quería decir con ello.
-Sí, ahora vamos – contestó Sonia, nos besamos y luego se levantó para ir hacia la ducha a aclararse, mientras Lore y Coque seguían hacia la casa.

No tardó en seguirles. Isa también se levantó y fue a la ducha mientras yo di antes unas cuantas brazadas más. Las luces del porche y de la casa se volvieron a encender y poco después vi como se abrían las persianas del cuarto de Coque y Lore para que pasara bien el aire.
Cuando entré en la casa y cerré las puertas del porche me dirigí a la cocina con la intención de coger un botellín de agua y me encontré a Isa también bebiendo. Me sonrió, con esa sonrisa tímida que pone algunas veces. Yo llevaba la toalla atada a la cintura pero ella estaba desnuda, apoyada en la mesa de la cocina y con un botellín de agua en la mano, bebiendo.

-¿Hay sed, eh, Isa? Es que hace un bochorno de cojones – dije yo.

Volvió a sonreír sin decir nada. Cogí el agua, lo abrí y me apoyé frente a ella para beber.

-A veces pienso que estoy en un sueño, que no me creo que esté aquí – dijo ella tras unos segundos de silencio.
-Sinceramente… te diré que a mí me lo parece desde hace muchos años jajaja – respondí intentando quitarle trascendencia.
-Pero la diferencia es que yo no parezco ni mi sombra ahora, nada que ver con lo que era hace unos pocos años…
-¿Y te prefieres así, o como antes? – la pinché un poco, que era una de las cosas que más me gustaba hacerle y que además me excitaban.
-Jajaja – se volvió a reír – eres muy malo tú, eh, lo que quieres es tirarme de la lengua – se puso seria por unos momentos – Sí, me gusto más ahora, soy más feliz y creo que me estaba perdiendo cosas…
-Así se dice, jajaja! – exclamé.
-Voy a confesarte una cosa – dijo sin cortarse nada – Aún recuerdo muchas veces la vez que estuvimos juntos… ya sabes, tú, Sonia y yo…
-La vez que follamos – remarqué. Ella se rio otra vez.
-Porque pasó una cosa que no me había pasado antes, fue la primera vez que… - se calló como dudando.
-La primera vez que qué? – pregunté curioso.
-Es que me da vergüenza jijiji – dijo con una falsa timidez.
-¿Vergüenza? Pero si estás desnuda frente a mí, jajaja – respondí riendo.
-Bueno va… a parte de que por primera vez sentí que alguien se preocupaba realmente por mí y no sólo de su propio placer…porque ya sabes...- hizo un gesto mirando al techo – con Manu… en fin…a parte de eso…creo que fue el primer orgasmo realmente fuerte que sentí en mi vida… y una cosa lo provocó… me pediste que te mirara en cuanto viste que empezaba a correrme… y bufff, eso lo multiplicó por dos…

Cada vez estaba más excitado, di un paso adelante y me apoye en la mesa con ella entre mis brazos y a un palmo de su rostro.

-Es que me encanta miraros cuando os corréis, es de las cosas que más me excitan – le dije morbosamente - ¿y si subimos arriba? – añadí aún mirándola a unos centímetros, pero sin besarla. Me retiré un poco.
-Vale, pero antes…¿Puedo preguntarte una cosa? – dijo tras beber medio botellín de golpe y respirar profundo.
-Por supuesto.

Se mordió el labio inferior mientras hacía como que pensaba la pregunta.

-¿Cuando estás con Lore… sientes lo mismo que cuando estás con Sonia? –preguntó sin pudor y mirándome a los ojos, lo cual hizo que me excitara aún más.
-Eeeh, jajajaja…bueno… - me paré unos segundos – la verdad es que yo lo que intento, lo que quiero… y no sólo yo, ellas también al revés… es disfrutar al máximo juntos, darles todo el placer que pueda y pasarlo bien. No estoy hablando de sexo con amor o sexo sin amor, no es eso…pero evidentemente… internamente no siento lo mismo…aunque exteriormente no se diferencia a penas…Quiero un huevo a Lore… pero mi novia es Sonia. No sé, es complicado de definir y puede que de entender… y no soy muy hábil explicándolo jajaja.

Isa me escuchaba sin pestañear con una dulce sonrisa.

-Quiero a Lore y también a ti, eh jajaja.
-Jajaja…

Entró Sonia en la cocina.

-Anda, pensaba que estabas arriba ya.
-Estaba en el servicio de abajo y lavándome los dientes, he venido a por agua.
-Íbamos a subir – dije yo.

Sonia cogió un botellín y salimos de la cocina. Me quité la toalla y las seguí mientras subían por la escalera. Según subimos escuchamos un fuerte gemido. Las dos se giraron hacia mí y se taparon la boca para que no se escuchara mucho su risa.

-Vaya, alguien se lo está pasando bien – dije yo en voz baja

Entramos despacio y sin hacer ruido en el dormitorio, que era muy grande, tan grande que tenía incluso un sofá en una de sus paredes, además de un baño enorme privado. Y nos quedamos de pie contemplando a Lore tumbada, con la cabeza apoyada en el colchón y los ojos cerrados, y a Coque en el suelo a los pies de la cama agarrándola por los muslos y con la cabeza entre sus piernas. A Sonia se le escapó una risita y Lore abrió los ojos y nos miró.

-¡Cabrones! – soltó mientras se incorporaba apoyándose en sus codos.

Coque hizo un amago de parar pero tras mirarnos de reojo siguió a lo suyo. Lore pegó un respingo de placer y se sonrió mirándonos de reojo. Yo empecé a empalmarme al ver la escena. Abracé a Sonia por detrás y empecé a acariciarle una teta. No quería olvidarme de Isa a mi lado y también la abracé. Como antes en la ducha, nos empezamos a besar los tres alternativamente y a acariciarnos y tocarnos mutuamente. Luego Sonia se soltó y se acercó a Coque por detrás.

Se arrodilló junto a él y empezó a besarle en el cuello y hombros. Hice que Isa se diera la vuelta de nuevo para cogerla por detrás y poder apoyarme en una de las paredes con ella delante de mí, y mirando hacia los otros empecé a besarla en el cuello y a acariciarle las tetas con una mano mientras deslizaba la otra por su vientre hasta llegar a su coño. Fue tocarla y sentir como su cuerpo temblaba.

Lore alargó la mano en un gesto de invitación para que nos acercáramos a la cama. Empujé levemente a Isa para que lo hiciera y dando un par de pasos se subió de rodillas a la cama. Lore la atrajo hacia ella y se empezaron a morrear.

Isa le había estado contando a las chicas que después de dejarlo con su último novio había seguido tomando anticonceptivos y eso hizo que lo que vino después fuera mucho más fluido y dinámico, sin el engorro de tener que ponerse un condón de tanto en tanto. Nos lanzamos a una sesión de sexo intensa pero a la vez llena de ternura entre los cinco, en dónde los intercambios, las posturas y los gemidos, casi gritos a veces, se sucedían sin parar hasta quedar bastante agotados y tirados por la cama, el sofá y el suelo del dormitorio.

Isa, a la que Coque al final le había dado lo suyo hasta hacer que se corriera dos veces casi seguidas, acabó derrotada y tumbada en el sofá. Sonia y Lore en la cama boca arriba y relajando los músculos con las piernas recogidas, sonrientes mientras murmuraban cosas entre ellas. Coque sentado en el suelo apoyado en un lateral de la cama y yo en el otro enfrente de Isa que abría y cerraba las piernas yo creo que sin ser consciente de ello, mostrándose toda abierta de nuevo ante mí. Pero no, la cosa se iba a quedar ahí, necesitábamos descansar un poco. Tras pasar todos por la ducha otra vez decidimos retirarnos a las habitaciones.

Seguía haciendo mucho bochorno, dejamos la puerta abierta y abrimos las ventanas de par en par para que corriera el aire. A ninguno nos gustaba dormir con aire acondicionado.

Tras tumbarnos en la cama intentamos dormir, pero entre el calor y las imágenes que me venían a la mente de lo que acabábamos de vivir no había manera, empecé a dar vueltas y vueltas, me quedaba medio adormilado unos minutos, y otra vez vueltas.

Sonia, a mi lado, no daba tantas vueltas como yo y parecía dormida cuando de repente me pareció oír como si alguien se tirara a la piscina. Al principio pensé que me había pillado en un sueño, pero a los pocos segundos volví a escucharlo otra vez. Y luego chapoteo en el agua.

-Sonia – susurré muy bajito – ¿estás despierta?

-Eeehummii - que no supe si era un sí o un no.

-¿Has escuchado eso? – insistí.

-¿El qué? – respondió ahora más claro.

-Como si alguien se tirara a la piscina. Hay alguien en la piscina.

-Lo habrás soñado… duerme.

-Jajaja, si llevo sin pegar ojo desde que nos metimos en la cama.

Miré el reloj en la mesita. Casi las dos de la madrugada.

-Dueeeermeee – insistió. Me di la vuelta y lo intenté. Cerré los ojos y de pronto otra vez sonido de chapoteo en el agua. Los volví a abrir y ahora parecía que entrara algo más de luz. Me levanté sin hacer ruido y me acerqué sigilosamente a la ventana. Cuando me asomé, no podía creer lo que estaba viendo.

-Sonia, Sonia.. – la llamé en voz baja de nuevo.

-¿Ahora quéééé? – respondió quejica.

-Tienes que ver esto.
 
Capitulo 9/10


Tenuemente iluminados sólo por la luz de los focos de la piscina, podían distinguirse las figuras de Coque, sentado en el borde de la misma, y de Lore, dentro del agua, arrodillada en la plataforma y haciéndole una mamada.

Sonia se levantó y se acercó también a la ventana. Miró hacia la piscina.

-¿Son Coque y Lore? – exclamó con incredulidad – Pero, pero que hacen a estas horas!
-Jajaja, parece que no podían dormir y han decidido aprovechar el tiempo jejeje – respondí entre risas.
-Joder – volvió a exclamar.

Les observamos un par de minutos y empecé a ponerme cachondo y a acariciar el culo de Sonia.

-¿Tienes sueño? – le pregunté con toda la intención
-Ahora ya no – contestó ella mientras me pasaba un brazo por la cintura sin dejar de mirar hacia afuera – Joder, así no hay manera de dormir…
-Será por el calor, no por eso, eh?! jijiji.

Me dio un manotazo en una nalga. La abracé por detrás permitiendo que se apoyara en el alfeizar de la ventana y continuamos observándoles. No estaba seguro de si podían vernos en caso de que miraran hacia la casa, no había apenas luna pero la luz de la piscina tal vez lo permitiera. Poco después ambos se levantaron, y se fueron a la escalerilla más cercana a ellos. Pensé que iban a meterse en el agua, pero Lore se agarró con ambas manos a la misma y vimos como Coque, colocándose tras ella la penetró y empezaron a follar. Podíamos verles justo de frente. Coque detrás empujando y las tetazas de Lore bamboleándose con cada embestida.

Cada vez me estaba poniendo más cachondo y Sonia, por supuesto, notó mi polla contra su culo. Mis manos subieron por sus costados buscando sus tetas. Un ligerísimo gemido se le escapó cuando le pellizqué muy suavemente sus pezones, señal inequívoca de que también estaba poniéndose cachonda. Justo en el momento en el que iba a flexionar mis piernas para empezar a besarle la espalda y luego bajar hasta su culo me fijé en que Lore miraba hacia donde estábamos y poco después ladeando la cabeza parecía decirle algo a Coque, que no paraba de embestir.

-Creo que nos han visto – dije yo
-No, creo que no – respondió Sonia segura.

Me acuclillé detrás de ella y empecé a besar y mordisquear sus nalgas. Se repitieron sus casi imperceptibles gemidos, casi ronroneos. Palpé brevemente su coño con los dedos y después de levantarme se la metí con suavidad empezando a follarla lentamente al tiempo que acariciaba sus tetas y besaba su cuello. Sus gemidos aumentaron de volumen, pero aún así no pensaba que nos oyeran. De repente, Lore volvió a decirle algo a Coque, que miró en nuestra dirección. Un par de segundos después este agitó su brazo en señal de saludo.

-Jajaja, nos vieron – dije yo.
-¿Estáis follando? - se escuchó decir a Lore en el silencio de la noche.
-Nooo…¡vosotros estáis follando! – respondió Sonia antes de soltar una carcajada.

Lore se partió de risa, levantó un poco su cuerpo, y tras hablar algo con Coque nos hizo un gesto con la mano para que bajáramos.

-¿Quieres bajar? – le pregunté a Sonia.
-Por supuesto – exclamó con una sinceridad desbordante mientras empujaba con fuerza su culo contra mí.
-Como me gusta eso de ti – le dije al oído, en referencia a su seguridad en lo que quiere en cada momento. Me salí de ella, se dio la vuelta y nos besamos apasionadamente.
-Un momento – dije - ¿Isa?
-Igual duerme – respondió Sonia
-Voy a ver – dije yo.

Salimos de la habitación, yo con una fuerte erección todavía. Para bajar por la escalera había que pasar por delante del cuarto de Isa. Su puerta estaba abierta como la nuestra para que corriera el aire. Sigilosamente y sin hacer ruido nos acercamos a la puerta. Con los ojos ya acostumbrados a la penumbra me asomé con cuidado y vi que la cama estaba vacía. Mi vista recorrió rápidamente la habitación y pude verla de pie, junto a la ventana y apoyada en la pared. La luz que venía de la piscina apenas iluminaba su cara, y se estaba masturbando mientras miraba hacia afuera.

Sonia se acercó por detrás sin mucho cuidado, como decidida a entrar directamente en el cuarto, y tropezó con mi pie haciendo que tuviera que apoyarse en la puerta entreabierta. Lo que llamó la atención de Isa al oír el ruido. Miró hacia nosotros, dejó de tocarse pero no dijo nada. Tampoco mostró sorpresa. Sonia entró directamente hasta donde estaba ella, que la miró expectante y pasando su brazo por la cintura de Isa ambas se pusieron a mirar por la ventana, dejando impreso en mi mente uno de esos “flashes” que tanto recuerdo.

Me acerqué a las dos y las abracé.

-Supongo que nos oíste antes – le insinué a Isa.
-Sí, jejeje… pero ya estaba asomada a la ventana incluso antes de que ellos bajaran, no podía pegar ojo y me levanté … luego les escuché bajar y…
-Y te quedaste de voyeur jajajaja – añadió Sonia.
-Jajaja.
-¿Bajamos? – sugerí.
-Veo que estás ya dispuesto – replicó Isa bajando la vista.
-Jajajaja – me carcajeé – Como voy a ponerme estando así abrazado a dos chicas desnudas como vosotras jajaja…

Isa se comportaba ya con un desparpajo y una complicidad con nosotros impensable hasta hacía no mucho. Supongo que no era más que la respuesta al cariñoso trato hacia ella por parte de los cuatro y la confianza transmitida durante ese tiempo. Y creo que sobre todo a que tenía las cosas claras en nuestra relación, la aceptaba tal como era y se lo pasaba genial. Había dejado definitivamente atrás esa inseguridad y timidez mostrada al principio. Desde esa noche se inició una relación con nosotros que iba a dura, aunque de manera intermitente, casi tres años, hasta que por fin encontrara a una persona que la mereciera. Pero esa es otra historia.

Por fin bajamos y salimos al jardín. Esta vez no encendimos más luces, con los de la piscina bastaban. Al llegar ahí, Coque estaba sentado sobre una toalla en el suelo y Lore sentada sobre él abrazándole con las piernas. El movimiento de sus caderas les delataba.

Sonia se adelantó y se puso en cuclillas detrás de Coque, abrazándole y besándole el cuello para luego pasar a morrearse con Lore. Isa y yo nos quedamos de pie frente a ellos, la abracé por detrás y me apreté a ella. La acaricié poco a poco hasta deslizar mi mano hasta su coño. Y empecé a provocarla y excitarla como me gustaba hacerle. Incluso en según que circunstancias aún se ruborizaba.

-¿Te excita mirar como a mí? – le susurré al oído mientras presionaba su clítoris en círculos con mis dedos.
-Ss…sí – dijo casi sin voz.
-¿Y que te miren?
-An…tes no…a..hora…ss…sí – respondió entre suaves gemidos.
-Repite lo que has dicho por la tarde que te gustaba cuando a Coque le tocó hacerte una pregunta.
-Que me lo coman – respondió
-Ah, síii?
-Me vuel…ve loca – reconoció.
-A mí también – repliqué mirándola a los ojos.

Con un gesto la invité a echarse en el césped y me eché a su lado. Enfrente tenía a los otros tres. Coque estaba echado de espaldas a lo largo y Sonia había tomado el sitio de Lore y le estaba cabalgando.

Me recosté sobre Isa para besarla y poco a poco fui recorriendo su cuerpo a besos hasta tenderme entre sus piernas abiertas y recogidas. Empecé a besar sus muslos despacio, bajando casi desde la rodilla hacia su coño, para pasar de largo hasta el otro muslo. Me encantaba ver su expresión, como se iba encendiendo cada vez más, como su respiración se iba haciendo más profunda, su pecho subiendo y bajando. Se la veía impaciente pero yo quería mantener la tensión un poco más, incluso rebajarla un poco. En vez de hacer lo que ella estaba sin duda esperando, lanzarme con la lengua, acerqué un par de dedos, deslizándolos a un lado y a otro de su pubis y de sus labios, o atravesando su ensortijado monte de Venus, una y otra vez, muy suavemente, apenas con las yemas de los dedos. Ella hizo algunos ligeros aspavientos.

-¿Qué pasa? – le pregunté bajito.
-Cosquillas jijjiji – se rió con gracia – Hmmm…oohh.

Alargué el brazo con dos dedos de la mano extendidos. Se los metió en la boca y los chupó morbosamente. Tras lamérmelos yo mismo se los metí lentamente en el coño sin perder de vista su mirada. Dio un ligero respingo echando levemente la cabeza hacia atrás. Lentamente acerqué mi boca y empecé a lamérselo mientras metía y sacaba los dedos lo más despacio que podía. No tardé en sentir el aumento de su excitación, su cuerpo vibraba, a veces con algún respingo. No quería ir muy deprisa y me lo tomaba con calma haciendo pausas cuando notaba que ella se aceleraba algo más, pero cuando saque los dedos y metí por fin la lengua en su coño para enseguida empezar a comérselo con avaricia se desbocó totalmente, obligándome a sujetarla con fuerza por los muslos de las sacudidas que pegaba. Intentaba aferrarse al césped como podía y levantaba las caderas, retorciéndose cada vez. De vez en cuando, cuando paraba un poco, buscaba con la mirada a los otros y en una de estas me di cuenta de que no estaban, me giré momento buscándoles y los descubrí en la zona de la mesa. Solo distinguía sombras, porque estaban en una semi penumbra.

Volví rápidamente a Isa, ella me agarró la cabeza empujándola con fuerza y empezó a gemir cada vez más fuerte, y a apretar y retorcerse con más intensidad, hasta estallar en un agudo gemido y largo gemido que interrumpió el silencio de la noche. Con mi boca empapada de sus jugos, la miré sobre su vientre para notar como su vientre y su pecho subía y bajaba con rapidez para ir recuperando poco a poco el resuello.

Se incorporó, apoyándose en los codos y al cruzar las miradas sonrió, soltó un largo suspiro, y volvió a sonreír mientras movía la cabeza de lado a lado como si no se creyera lo que acababa de pasar. Le devolví la sonrisa, y levantándome un poco volví a pasar los dedos con suavidad por su coño empapado.

-Uuufff…cuidado, está muy sensible ahora – dijo en voz baja.
-Perdón – respondí – es que está precioso jejeje – añadí mientras volvía a pasar de nuevo los dedos, esta vez sólo por su vello.
-Jajajaja, otra vez con lo de precioso, eres la monda – se rió.
-Es que me encanta, que quieres que te diga, soy así, jajaja – proseguí mientras se lo “peinaba” con los dedos.
-Jajajaja, jajaja – se volvió a reír.
-No quería que te corrieras – le dije
-Pero yo sí – me cortó ella frunciendo graciosamente el ceño.
-Lo que iba a decir es que quería follar antes…
-Yo también…aún queda noche… - respondió con un deje muy pícaro.
-Me gusta – le respondí yo – ¿Vamos con los demás? – volví a preguntarle mientras me levantaba.
-Sí, ayúdame a levantarme – me pidió alargando un brazo – Bufff – exclamó mientras se abrazaba a mí – Me tiemblan las piernas jajaja.

Mientras tanto, de la zona de la mesa empezaron a escucharse gemidos intensos y el chasquido de las carnes chocando entre sí.

Según nos acercamos vi que Coque estaba de pie follando con Lore, tumbada boca arriba sobre la mesa con las piernas sobre los hombros de él, y Sonia sentada en el banco acariciándola a ella. Enseguida estábamos de nuevo los cinco follando usando la mesa o los bancos como apoyo, cambiando de pareja o de postura cada poco.

En una de estas, sentado en el banco y con Isa a su vez sentada sobre mí, abrazada a mí, con su cara pegada a la mía y sujetándola por las nalgas mientras ella me cabalgaba, el subconsciente o la costumbre me llevó a buscar su ano con uno de mis dedos. La verdad es que ni me di cuenta, lo hice instintivamente, y ella no dijo nada al principio, así que continué con el masaje en esa zona una vez ya fui consciente de lo que estaba haciendo. De pronto se paró en seco.

-¿Qué tocas? – murmuró al oído.
 

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