El encargado de la finca

Llegó el viernes por la tarde y Juan ya había cargado en su coche todo lo que necesitábamos para pasar la noche y todo el sábado de acampada. Esa misma mañana vino D. Fulgencio con su familia y estuvo hablando con Juan de algunos asuntos.
Juan se ve que le volvió a hablar maravillas de mi porque cuando me vio me dijo que lo primero eran mis estudios, pero que trabajo allí no me iba a faltar y que si necesitaba cualquier cosa se la pidiera.
Salimos después de comer de la finca con el coche cargado hacia mi casa a recoger mi mochila y algunas bolsas de comida y bebida.
- Niño, dile a tu hermana que salga un momento - me dijo al salir del coche.
Al entrar a mi casa le dije a mi hermana que estaba Juan fuera, saliendo por la puerta corriendo.
Al salir con todos los bártulos me veo como mi hermana estaba sentada en el asiento delantero pero agachada con un movimiento de cabeza que delataba que la cabrona le estaba haciendo una mamada a Juan. No tenían problema que los viera nadie porque a esa hora de la tarde no había un alma por la calle por el calor.
Me espere en la puerta porque no quería cortar esa mamada que le estaba haciendo mi hermana a Juan. Pensé que no serían capaces de irse al asiento de atrás a follar mientras yo me estaba achicharrando de calor.
Vi a Juan con la cabeza inclinándola hacia atrás con cara de estar corriendose. Mi hermana no levantaba su cabeza. Supuse que estaba tomando su postre. Efectivamente al rato veo a mi hermana llevando sus dedos dentro de su boca recogiendo la leche de Juan que se había derramado en sus labios y barbilla.
Yo no aguantaba más y fui hacia el coche abriendo el maletero del coche. Escuché a mi hermana decir que lo esperaba el domingo saliendo del coche dejándome la puerta abierta.
- Divertíos mucho y no hagáis el tonto - dijo mi hermana mientras se dirigía a mi casa.
Al sentarme veo como Juan tenía todo su mástil fuera de su pantalón todo duro y tieso.
- Se que nos has visto. No puedo metermela todavía dentro del pantalón niño. Mira como la tengo. - me dijo Juan señalandola con una sonrisa.
- Joder Juan, un poco más y me da un golpe de calor esperando. Menos mal que no hay ni dios por la calle. Por cierto lo vuestro es para hacer un estudio - le dije sin dejar de mirar su pollón.
- Es lo que te dije niño, no podemos parar. No podemos estar ni cinco minutos quietos, es meternos mano y follar a saco. - me dijo mientras íbamos a por Paco.

- Hijos de puta, ya era hora -. Es lo primero que dijo Paco cuando abría el maletero del coche.
- Vamos al lío que lo primero que voy a hacer cuando llegue es meterme en la playa y no salir. Que calor joder - dijo subiéndose al coche y saludandonos con un apretón fuerte en de sus manos en nuestros hombros.
- Joder Juan, ¿que haces ya con la picha fuera? - dijo Paco agarrándola fuerte con su mano y meneándosela.
- Está tomando el aire - dijo Juan riéndose. - Hostia. Se me ha olvidado metermela, estaba tan a gusto. - dijo descojonándose metiéndola ya en su sitio.
- No me jodais que habéis empezado sin mi hijos de puta - dijo Paco riéndose.
- No Paco, es que una se ha tomado su ración de leche bien calentita - dije mirando a Juan riéndome.
- Mejor no preguntar - dijo Paco.
- Eso, mejor no preguntes - le dije yo.

Llegamos, después de unos caminos de tierra laberínticos a la cala. Dejamos el coche dejado de unos árboles y la playa estaba a cinco minutos andando.
Paco y yo no conociamos para nada ese lugar. Al estar tan escondido solo había dos coches aparcados separados, uno de ellos con una caravana.
Cómo los tres éramos fuertes pudimos llevar todo llegando a una espectacular cala con una playa de arena fina y con un mar espectacular.
Escogimos un lugar donde había unos árboles pegados a la playa y con una sombra que se agradecía para instalar la tienda de campaña. En otro lugar cercano también habia otra tienda de campaña.
En la playa, varias toallas puestas, y en una de ellas una sombrilla. En el agua, separados, se veían dos parejas, una era un chico y una chica, y la otra dos chicos.
Mientras ayudábamos a Juan con la tienda de campaña vimos como salían del agua totalmente desnudos un hombre y una mujer que se dirigían para la sombrilla.
Nosotros seguiamos con el lío de poner todo en orden cuando vemos cómo el hombre y la mujer se acercaban hacia nosotros.
Tendrían unos cuarenta años más o menos. La mujer tenía un bonito cuerpo con buenas curvas, morena, atractiva y con tetas normales, pero lo que nos llamó mucho la atención era el abundante vello púbico que tenia entre las piernas.
El hombre era alto, moreno, bastante guapo, cuerpo delgado, con una polla larga y fina que terminaba cerrada por un abundante prepucio y unos huevos bastante colganderos cubiertos por abundante vello.
- Hola, ¿que tal? - nos dijo la mujer en un español con acento.
Nosotros los saludamos y siguió hablando:
- Somos Amelie y Lucas. Somos franceses. Tenemos la caravana allí arriba. Sí necesitáis la nevera, el congelador, ducharos o cualquier cosa no dudéis en decírnoslo. Y perdonad mi español - nos dijo riéndose.
- Muchas gracias - dijimos los tres casi a la misma vez.
- Sois muy amables. A lo mejor si vamos a necesitar el congelador para las bebidas, sobre todo para tenerlas mañana fresquitas. Nos quedamos solo esta noche y mañana. Además vamos a hacer una barbacoa está noche y he comprado bastante comida por lo que estáis invitados a cenar con nosotros. - les dijo Juan.
- Muchas gracias - dijo Lucas, que parece que entendía también el español - Si necesitas ya meter algo subimos un momento -.
- Pues metemos algunas y así las tenemos frescas para esta noche. Paco ¿te importa cogerlas y llevarlas? - preguntó Juan.
Lucas y Paco se fueron para la caravana y nosotros dos nos quedamos con Amelie que nos contó que estaban tres días en la cala, eran de Lyon y estaban casados.
- El agua está tarde está perfecta - dijo Amelie.
- Si vamos ya a darnos un baño - le dijo Juan que se quitó el bañador que llevaba justo enfrente de ella.
El poder de atracción de Juan empezó a funcionar. Amelie miraba nuestros torsos desnudos con cara de fascinación, pero cuando Juan destapó su herramienta se quedó sorprendida, a la misma vez que entusiasmada. Yo hice lo propio y también se fijó bastante en mi polla. Verdaderamente nos estaba follando con la mirada. El cabrón de Juan además se la tocaba sin ningún pudor estirándosela y rascándose sus huevos.

Nos metimos al agua los tres. La pareja de chicos todavía estaban en el agua bastante alejados pero con la mirada puesta en nosotros.
Mientras nos bañabamos estuvimos hablando, sobre todo ella, contándonos las escalas que habían hecho antes de llegar a la cala.
Cuando divisamos que Paco y Lucas llegaban a la playa, Amelie se salió en busca de su marido. Viéndola salir de espaldas, con el cuerpo desnudo, Juan me dijo:
- Tiene un buen polvo la francesa. Mira que culazo tiene y me pone su matojo de pelos en su coño -.
- Juan - le dije - es que no has visto que nos follaba con la mirada -
- Que me vas a decir niño - me dijo él pensando que seguramente la francesa iba a caer esa noche.

Vemos cómo Paco avanzaba nadando hacia nosotros.
- Joder tíos. No podéis creer lo que me ha pasado. Cuando hemos llegado a la caravana estaba metiendo las bebidas en el congelador y lo primero que me ha impactado es la polla de plástico de grandes dimensiones que tenían en la mesa. Pero es que como me estaba agachando para meter las bebidas al darme la vuelta me encuentro al franchute todo empalmado viendo mi culo. Me ha pedido perdón y ha salido de la caravana con toda la polla dura. -
- Joder Paco, y eso que te ha visto el culo con el bañador, si te ve tú tranca seguro que se tira a follarte. Las parejas francesas tienen fama de ser liberales y de gustarle todo. - le dije yo.
- Sí, me he quitado el bañador para venir al mar y no apartaban los dos la mirada de mi polla - dijo Paco riéndose.

Al rato de estar en el agua Juan nos dice:
- Joder con los franceses, parece que los hemos puesto cachondos - .
Dirigimos la mirada hacia la pareja y vemos como Amelie le estaba devorando la polla a su marido mientras él le estaba comiendo el coño.
- Me parece a mí que está noche vamos a follar bastante - les dije yo riéndome.

Salimos del agua viendo como Lucas había puesto a cuatro patas a Amelie, penetrándola intensamente mientras está no apartaba los ojos de nuestros cuerpos. Los gemidos de ambos ya se escuchaban bastante.
- Tenemos condones de sobra ¿no? - dijo Paco riéndose y cogiendo de la nevera tres cervezas.
Nos sentamos mientras comentábamos el polvazo de los franceses.

Juan se levantó y se fue a la orilla con la cerveza para ver dónde iba a poner las cañas de pescar durante la noche. Ver su cuerpo moreno desnudo, iluminado por el sol y ese culazo que tenía me hizo desearlo aún más. Paco también se fijó en él.
- Que tiene este tío joder. Dan ganas de follarlo constantemente. El morbo que desprende no es normal - dijo Paco.
- Es algo que no se puede explicar. Atrae a todo el mundo. Mira como esos dos tíos van hacia él - le dije a Paco
Efectivamente la pareja de chicos salió del agua y fueron por la orilla hacia Juan.
Mientras se acercaban me empecé a poner cachondo. Eran dos chicos rubios, altos, marcadísimos y con unas buenas pollas que se balanceaban al andar golpeando sus muslos.
Eran extranjeros y vimos como se ponían a hablar con Juan. Los tres se dirigieron hacia nosotros. Mientras se acercaban me di cuenta de que eran dos auténticos machos con un cuerpo muy musculado y unas pollas que daban ganas de comerselas en ese momento. Mi polla empezó a ponerse contenta.
- Tíos, os presento a... bueno son alemanes. Hablan un poco español y están este fin de semana en la cala. También les he dicho que están invitados a la barbacoa. - nos dijo Juan con una sonrisa. - Niño, sácales dos cervezas bien frías -
Se sentaron a nuestro lado. Con un acentazo alemán se defendían un poco en español. Se llamaban Gunther y Fabian. Tendrían unos treinta años. Me fijé que no paraban de mirar nuestras pollas, sobre todo la de Paco.

Nos giramos todos hacia los franceses cuando éstos gritaban como animales a causa del orgasmo. Nos reímos todos pero a la misma vez nos pusieron bastante cachondos. Al terminar de follar se volvieron a meter en el mar.

Hicimos una pequeña hoguera para tener mejor luz, además de la que llevábamos nosotros. La barbacoa estaba a pleno rendimiento. Estábamos preparando la carne sin parar de beber cervezas. Estábamos bastante contentos y lo estábamos pasando de puta madre.
La pareja de franceses trajeron unas botellas de vino. Amelie llevaba un vestido corto transparente sin ropa interior y Lucas llevaba solo un bañador. Después llegaron los alemanes, con unas camisas abiertas enseñando sus maravillosos torsos y unos bañadores ajustados que les hacían unos bultacos impresionantes. Trajeron botellas de cerveza. Los franceses y alemanes se conocían ya desde esa misma mañana.
Juan puso sus cañas en la orilla sabiendo que por experiencia no iba a pescar nada pero la ilusión no la perdia.

Comimos la apetitosa carne de la barbacoa bebiendo litros de cerveza y vino. El ambiente era fantástico, riéndonos y charlando los unos con los otros.

Al terminar nos pusimos en círculo alrededor del fuego, sonando música de un radiocasete que llevábamos y tomando unas copas. La francesa se puso a bailar quitándose el vestido que llevaba. Totalmente desnuda se puso en el centro haciendo una coreografía bastante sensual, que mirábamos todos con total atención. Empezó a tocar su cuerpo acariciando sus tetas y su culo llegando su mano a tocarse el coño que lo tenía cubierto por un abundante vello púbico mientras se contoneaba. Observe los paquetes de todos que estaban creciendo gracias al espectáculo hipnótico de la francesa. Nos la estaba poniendo durísima a todos.
Fabian se lanzó a bailar con ella. Al principio separados pero cada vez se arrimaban más. Se puso enfrente de ella agarrándola por la cintura y juntando su cuerpo con el suyo. Pego su paquete al coño desnudo de Amelie y se movía como si la estuviese follando de verdad. Me giré para ver la reacción de Lucas y éste se había sacado su polla erecta del bañador y se estaba pajeando viendo el espectáculo.
Fabian se dio la vuelta, y sin perder el ritmo de la música, pego su torso y su paquete, ya endurecido, en la espalda y culo de la francesa, usando sus grandes manos para tocar sus tetas y acariciar su coño.
Amelie estaba cachondísima, ya que mientras Fabian agarraba con sus dos manos su chocho peludo, metiéndole algunos dedos dentro de su vagina, Amelie intentaba bajarle el bañador sin éxito. Fabian se quitó el bañador volviendo a la posición que tenía, pero esta vez restregando su pollón en el culo de Amelie.
Lucas seguia pajeándose viendo como su mujer era follada por varios dedos del alemán y con una polla queriendo abrirse camino hacia alguno de sus dos agujeros.

Amelie bailando junto a Fabian se fue hacia Juan, que lo levanto y le quitó el bañador mostrando un pollón que llevaba un empalme de la hostia. Amelie tiro de Juan hacia su cuerpo con una mano y con la otra le cogió la polla dirigiéndola hacia la raja de su chocho, quedando la francesa en medio de dos machos con dos pollones dispuestos a follarla.

Paco y yo nos miramos con cara de incredulidad por lo que estabamos presenciando. Gunther también, como Lucas, se había sacado su pollón y se la estaba tocando.
Juan, mientras estaba realizando una danza preparatoria para el inmenso polvo que le iba a echar a la francesa, me miró y me hizo un gesto que lo entendí perfectamente. Me levanté todo empalmado y cogí dos condones de la bolsa que llevaba.
Como un cuarto participante más me introduje en esa danza que nos estababa poniendo malísimos, y cogiendo la polla de Juan me agaché, la chupe varias veces hasta ponerle con mis manos un condón. Me fui para Fabian, que con un gesto afirmativo me dio permiso para ponérselo a él, haciendo lo mismo que a Juan, chupando esa preciosa polla alemana varias veces. Antes de retirarme de ese ritual Amelie me cogió la cabeza y me dió un morreo tremendo.
Volví a donde estaba sentado mirando a Paco, que también se había sacado su misil
Lo que vimos después fue auténtico arte.

Continuará....
 
Juan levantó a Amelie ayudado por Fabian. Ésta se colgó del cuello de Juan mientras que éste la cogía de las nalgas. Fabián ayudó cogiendo la pollaca de Juan dirigiéndola al coño de Amélie.
Cuando la polla de Juan estaba ya en el coñito de Amelie la gravedad hizo el resto. Amelie se la metió bajando su cuerpo y empezando a bombear con las piernas bien abiertas suspendidas en el aire.
Juan no tenía problema en follar a Amelie de pie. Tenía una fuerza descomunal y Amelie parecía una pluma, no causando ningún esfuerzo a Juan.
El cuerpo de Juan en tensión mientras follaba me puso muy cachondo. Los músculos de sus piernas se endurecieron lo mismo que sus bíceps.
Amelie empezó a gritar de placer cada vez que Juan le clavaba su pollón hasta el fondo. Juan sabía que la estaba destrozando y de vez en cuando miraba hacia abajo para ver sus tetas saltando y sobre todo ese vello púbico que le impedía ver cómo su polla entraba y salía de su chocho.
Fabián estaba cerca de ellos pajeando su polla con el condón puesto. Los demás estábamos admirando como ese dios griego follaba de pie y sin piedad a la francesa sin ningún esfuerzo.
Fabián se acercó a la pareja cogiendo su verga, levantándola con la mano y acercándola al culo de Amelie.
Juan paro el ritmo y con toda su polla dentro empezó a compartir a la francesa con Fabián. Éste dirigió la punta de su polla hasta el ojete y se la fue metiendo por el culo. El grito de Amelie fue desgarrador. Se la metió entera y Fabián ayudando a Juan, la cogió por el culo y cuando ambas estacas estaban bien clavadas comenzaron a elevar y bajar a Amelie comenzando a follarla cada vez más fuerte.
Las caras de Juan y Fabian lo decían todo. Estaban gimiendo disfrutando de esa chica que en esos momentos jadeaba con gran intensidad. Estaba siendo clavada por dos pollones y eso la estaba volviendo loca.

Contemplar la follada nos había puesto a los demás muy cachondos, demasiado.
Lucas, el marido de Amelie se levantó, sin parar de pajearse y se vino hacia donde yo estaba. Se me puso enfrente a cuatro patas moviendo su culo y abriendo sus nalgas mostrándome su ojete.
- Follamé, quiero eso gordo y duro dentro de mi - me dijo con su acentazo francés y de manera muy sexi que me puso a mil.
Me levanté y me fui a por un condón. En ese momento vi como Gunther estaba arrodillado con la cara fuera de sí chupando el misil de Paco que con un gesto me pidió que le llevara otro.
El francés seguía a cuatro patas, abriendo bien sus piernas y con varios dedos dentro de su culo viendo como su mujer estaba siendo destrozada por dos machos.
Me arrodille y empecé a darle pequeños azotes en sus nalgas que hacían que gimiera y que se movieran esos pedazos de huevos colganderos que tenia. Le abrí con mis manos sus nalgas y escupí varias veces con fuerza en su ojete que parecía que respiraba al abrirse y cerrarse. Acerque mi boca y con la punta de mi lengua recorrí todo el perímetro de su ano varias veces hasta que empecé a lamerlo y chuparlo con más intensidad. El beso negro hizo que el francés se retorciera de placer. Mi lengua la fui introduciendo cada vez más a la misma vez que la sacaba y lamia con fuerza el exterior de su ano.
El trio estaba en el suelo. Amelie estaba volviendo a ser penetrada por ambos, pero ahora Juan le estaba dando bien fuerte por el culo mientras que Fabian hacia lo propio por su coño. Ver el culo de Juan moviéndose intentando meter hasta el fondo del culo de Amelie su enorme pollón me puso malo.

Me puse de pie y flexione mis piernas cogiéndome a la cintura de Lucas. Mi polla como un imán sabía perfectamente donde debía ir porque con un empujón se la metí de golpe a Lucas que dio un grito de placer increíble.

Paco estaba acostado disfrutando del pedazo mamadón que le estaba haciendo el alemán, que parecía que se había enamorado de esa polla porque la devoraba.

A Lucas se la metía hasta el fondo, sacándola entera y volviendosela a meter con fuerza. Los gemidos del francés, que decía palabras en su idioma, me pusieron muy burraco. Empecé a penetrarlo con mayor ritmo haciendo que sus huevos colganderos golpearan los míos. Pensé que ese culo ya había sido follado antes, y que en él seguro que había entrado el juguetito que tenían en la caravana. Me estaba dando verdadero placer y estar rodeado de gente follando me puso más caliente.

Mientras perforaba a Lucas, Gunther se estaba clavando el mastil de Paco haciendo que el alemán gritara algunas palabras que no entendia. Supongo que pocas pollas como la de Paco se ha metido en su culo y estaba gozando bastante. Empezó a cabalgarlo mientras que Paco levantaba a veces la cabeza con cara de placer.

En cuanto al trio, parece que Fabian también quería probar el pollón de Juan porque ahora el cabrón estaba destrozando el culo del alemán que, con las piernas en los hombros de Juan, hacia que la polla llegará hasta el fondo. Mientras Amelie estaba sentada en la cara de Fabian que comía su coño y bebía todos los fluidos que por él caían.

Seguía follando fuerte a Lucas cuando esté sin decirme nada me dejó con la polla bien dura para irse caminando a cuatro patas hacia donde estaba el trio. Juan viendo como a su lado aparecia otro culo para ser follado dejo a Fabian y se la clavo bien fuerte a Lucas que puso sus ojos en blanco en casa embestida.

Fabian vino hacia mi. Me empujó para que me acostara, cogió mi polla y dirigiéndola hacia su culo se sentó encima metiéndola hasta el fondo. Ver a ese pedazo de alemán poner la cara de placer mientras se estaba metiendo mi polla me encantó. Empezó a cabalgarme de una manera brutal haciendo aumentar mis gemidos del gustazo que me estaba dando.

Amelie se fue a donde estaba Gunther y Paco. Gunther seguía cabalgando la polla de Paco, y la francesa se volvió a sentar, esta vez en la cara de Paco, para que éste le comiera el coño, que lo hacía de tal manera que los jadeos de la francesa eran constantes mojando aún más la selva que tenía entre las piernas del placer que le estaba dando.

Se podria decir que esa noche fue mi primera orgia, y la experiencia me gustó. Sabíamos a quién estábamos follando en ese momento pero no había un orden establecido. No sabíamos si tú ibas a meter tu polla o te la iban a meter a ti. Y ese morbo que se experimentó esa noche fue increíble.

Continuará....
 
- Supongo que vas a estar aquí trabajando todo el verano. Intentaré cogerme esta ruta otra vez para vernos otra vez. - me dijo Ángel yendo otra vez para el campo.
- Muchas gracias por lo de hoy. Por cierto tu polla es deliciosa y tú semen estaba buenísimo - siguió diciendo con una sonrisa de oreja a oreja.- La próxima vez quiero ese pollón dentro de mi culo. Desde la mili lo tengo cerrado y quiero que tú me lo abras. ¿Me permites hacerte unas pregunta? -
- Claro, sin problema.
- ¿Follas solo con tíos o también con chicas? Y otra, con ese cuerpazo que tienes y siendo joven ¿por qué has follado con un viejo como yo?. Es que ahora estoy en una nube, pero luego empezaré a pensar en la gran suerte de haberte conocido y que esto ha sido un sueño, que no me ha podido pasar a mi -
- Mira Ángel. Me gusta el sexo y mucho. Me da igual si es un chico o una chica. Son dos tipos de sexo diferentes y al tener esa doble posibilidad hacen que me sienta completo y satisfecho. Me encantan las mujeres y los hombres, pero con estos últimos es puro morbo. Intento disfrutar y que disfruten conmigo. Se complementan. -
- Respecto a la segunda pregunta. Cómo ya te he dicho disfruto tanto como un hombre como con una mujer. Y en cuanto a la edad, me da igual si son de mi edad o más mayores. Sí la persona me gusta y me pone follo con ella. En tu caso me has puesto burraco y sobre todo el morbo que desprendes. Estás como un flan, eres un maduro interesante y atractivo, sabía que al follarme lo ibas a hacer con ganas, y el morbo de estar casado ha sumado puntos. Y no es por nada, pero seguro que te he despertado las ganas de volver a follar, ya sea con tu mujer o con otros tíos. Por cierto, la mamada que me has hecho ha sido brutal y el hecho de que estábamos haciendo algo prohibido, sobre todo, por estar tú casado y el riesgo de que nos pillaran ha generado más deseo hacia ti. -
- De nuevo gracias. Seguro que está noche me pajeare pensando en ti. - sentenció Ángel volviendo a cargar los capazos.
Me despedí de Juan en el almacén. Ángel ya se había ido con la furgoneta y volví a casa.
Mis padres esa noche se iban a cenar con unos amigos al pueblo de la costa. Mi madre nos había dejado cena preparada. Me duche y cené. Estaba solo en casa, no sabía dónde estaba mi hermana.
Salí después a unos recreativos que había en el pueblo. Allí me encontré a algunos de mis amigos que quedamos para el viernes por la noche para irnos a una discoteca cercana.
Después de tomarme una cerveza volví a casa.
Abrí la puerta, cogí del frigo una cerveza y me fui directamente al patio para bebermela tomando el fresco antes de acostarme. La puerta del patio estaba abierta. Siempre la dejábamos para que hubiese corriente de aire por la casa. Teníamos también una mesa con sillas donde cenábamos en familia en la noches de verano. No encendí ninguna luz y mientras me desplazaba al patio iba desnudándome dejándome solo los gayumbos puestos. Sabía que mis padres llegarían tarde.
Al salir por la puerta del patio veo luz en la habitación de mi hermana. La habitación daba al interior del patio. Tenía la persiana totalmente subida, abierta la ventana y sin correr las cortinas.
Empiezo a escuchar una conversación. Había un tío en la habitación de mi hermana, y esa voz me era familiar. Era Juan. Me acerqué poniéndome en un ángulo ciego del patio donde veía la cama, pero los que estaban dentro no podían verme.
La visión me dejó impactado. Juan estaba tendido en la cama de mi hermana solo llevando sus famosos slips blancos. Mi hermana, en bragas y sujetador, estaba de pie a su lado hablando con él.
- La semana que viene te voy a destrozar cabronazo. Por fin vas a poder con esa polla llenarme bien de leche mi coño, lo estoy deseando cariño. - decía mi hermana mientras se sentaba a su lado acariciando sus pectorales.
- Marga, no sabes cómo deseo eso. Mira como me tienes - cogiendo la mano de mi hermana hacia su paquete, que ya lo tenía cada vez más grande.
- Nada más conocerte empecé a tomar la pidora. Son siete días para que no haya problema alguno. Hay que esperar hasta la semana que viene Juan. -. Mientras hablaba le acariciaba su paquete suavemente. - Me tienes como una perra en celo. Verte así, como estás ahora, hace que solo piense en follarte durante horas. El coño se me abre cada vez que te veo. Me pones muy zorra. -
En ese momento mi hermana llevó su boca hacia el slip blanco de Juan. Empezó a abrirla mordisqueando la silueta de su pollon ya erecto. Le pasaba la lengua por todo el slip, llegando hasta sus cojones.
Al ponerse muy dura, la punta del mástil de Juan sobresalía el slip. Mi hermana empezó a besar su glande, dándole después buenos lametazos y buenos chupones.
Juan, que estaba tendido en la cama y con sus manos detrás de la cabeza estaba disfrutando, se le veía en la cara.
Mi hermana se levantó, le quitó el slip y se acostó poniendo su cara justo enfrente de su verga. La cogía con la mano y la levantaba, la miraba con detenimiento, viendo ese mástil duro, grande y gordo que rellenaba toda su mano. Empezó a pajearlo mientras devoraba sus huevos. Lo hacía muy suave, como queriendo que no pasase el tiempo, deseando tener ese pollón descomunal para siempre.
La lengua recorría sus huevos hasta subir por toda la polla hasta el glande, donde se paraba para lamerlo y darle pequeños chupetones.
- Ummm Marga, joder, tú sí que sabes. Sigue amor, sigue así. Estoy en el cielo aggghhh - le decía Juan con cara de mucho placer.
Mi hermana empezó a tragársela poco a poco mientras le agarraba bien sus cojones. Le estaba haciendo una mamada de la hostia. Recorría con su boca todo el mastil, abría la.boca y se la tragaba entera, la chupaba, la succionaba como si no hubiese un mañana. Juan jadeaba de gusto y se retorcía de placer. En ese momento descubri que mi hermana era una catedrática en el arte de hacer felaciones. No paraba de mamarsela, tenía mucha hambre de polla de Juan. No sabía si era la primera vez o ya se la había hecho anteriormente pero Juan estaba disfrutando al máximo de esa boca y de la técnica de mi hermana.
Se ve que estaba a punto que de repente cogió a mi hermana y la acostó boca arriba. Se fue hacia abajo y le quitó las bragas con gran rapidez. Mi hermana levantó las dos piernas y las abrió hundiendo Juan su cara en todo su chocho. Juan sabía utilizar su lengua y su boca cuando se comía algún coño. Sacaba toda su lengua que recorría toda la raja, a la misma vez que lamía y chupaba todo el coño haciendo que las mujeres chorrearan desde el minuto uno. Mi hermana empezó a gemir, cada vez más fuerte, mientras Juan la follaba con su boca y su lengua sobre todo. Empezó a meterle los dedos mientras chupaba sin descanso su clítoris. Mi hermana gemía cada vez más fuerte y se retorcía de placer.
Juan subió hacia arriba y puso su pollon sobre el chocho de mi hermana. Le quitó el sujetador y ante Juan aparecieron dos enormes senos que lo pusieron aún más burro. Empezó a moverse haciendo que su pollon recorriera todo el chocho, como buscando poder entrar dentro del mismo. Cuando se acercaba al agujero del coño Juan dejaba el glande y presionaba un poco, metiendo solo un poco de su punta en la vagina ya mojada de mi hermana.
Yo estaba como una moto, y con los gayumbos a punto de reventar, me tocaba mi polla a través de ellos.
- Juan, me da igual. Vamos a arriesgarnos. Follame, meteme ese pollón bien dentro. Follame cabrón, que gusto -.decia mi hermana al oído de Juan.
Juan mientras su pollon jugaba a entrar o no en su vagina, besaba su boca, su cuello y bajaba dando buenos lametones en sus tetas y pezones.
Mi hermana estaba que parecía que iba a morir allí mismo. Cada vez que Juan mordisqueaba sus pezones y frotaba su verga por su raja, está pegaba gritos ahogados de placer.
- Que tetas Marga, ummm que tetas tienes hija de puta - le decía Juan tocandoselas y apretándoselas fuertemente.
Juan desplazó su cuerpo hacia arriba. Su pollon estaba en las tetas de mi hermana. Suspendido prácticamente en el aire, apoyado por las manos, mi hermana cogió la polla y con ella acariciaba sus tetas y sus pezones mientras la pajeaba. El glande recorría en círculos los pezones de mi hermana y lo golpeaba en sus tetas.
Juan se sentó en su barriga y puso su pollon entre las tetas. Mi hermana las cogió y las presiono hacia el centro cogiendo bien la polla de Juan, para que no se saliera. Ya os dije el tamaño tremendo de las tetas de mi hermana.
Juan empezó a mover su polla. Cómo tiene la herramienta que tiene, el glande llegaba perfectamente a la boca de mi hermana que inclinando un poco la cabeza abría su boca en cada embestida en sus tetas chupandola. Estaba haciéndole una cubana como dios manda.
Yo ya me saque mi polla y me estaba pajeando viendo el espectáculo. Recordé como lo había hecho años antes viendo a mi hermana follar con sus novios. Pero esto era diferente. Se notaba que con Juan había una conexión increíble.
Juan con su culo sentado junto a las tetas de mi hermana, se movía cada vez más rápido mientras apretaba las tetas presionado su polla y viendo como mi hermana succionaba con su boca su polla.
Juan también gemía, la cubana junto con la felación le estaba matando.
- Eres una máquina Marga joder, puta máquina. Eres una diosa y estás muy buena siiii ufff siiiii cabrona.
Mi hermana ansiaba esa polla de Juan. Se veía en su cara puro vicio hacia ese hombre, pero no me extraña nada. Es lo que suele pasar cuando te acuestas con el.
Juan volvió hacia abajo con su cuerpo. Ahora besaba a mi hermana de manera apasionada mientras cogía su polla y dirigía su glande por toda la rajita de su coño.
Los dos respiraban de manera acelerada. Juan cogió con sus manos las dos de mi hermana y las apretó fuerte mientras la besaba sus labios, su cuello, sus tetas, sus pezones.
La punta de Juan presionaba distintas partes de la vagina de mi hermana. A veces se situaba en el agujero ansiado, y con el movimiento se metía un poquito de su glande. Así estuvieron un minuto jugando.
Se comían entre los dos. Tenían muchas ganas.
El glande estaba otra vez en el agujero de su vagina mientras Juan se movía con sus caderas y su culo haciendo pequeños círculos.
Mi hermana en ese momento levanto las piernas abriéndolas más y gimiendo le dijo:
- Juan no puedo más, metela por favor, metela hasta el fondo. No va a pasar nada, vamos a arriesgarnos pero es que te quiero dentro de mi amor -.
- Marga, no por favor. Aggghh ummm, no me hagas esto. Descargo bastante siempre y no quiero problemas agghhhh.- dijo Juan respirando aceleradamente.
De repente, mi hermana abrazó con sus piernas la cadera de Juan, con sus manos empujó su culo y levantó su cuerpo haciendo que la polla de Juan se metiera dentro de su coño.
- Agggghhh Juan siiii joder. Ya está dentro. Que pollón dios mío. Dame, dame y hazme tuya aggggghhh - grito mi hermana.
Juan se quedó inmóvil con la polla dentro del coño de mi hermana.
- Marga, que has hecho joder. Ummm, hacía años que no me follaba un coño a pelo. Que caliente, estrecho y húmedo cabrona. Que gustazo joder.
En ese momento, Juan empezó otra vez a besarla y empezó a bombear. Al principio lo hacía suave, como queriendo que esa sensación de follar un coño piel con piel con su polla no se acabará nunca. La sacaba dejando la punta dentro y la volvía a insertar entera, como una lanza, sin ningún obstáculo.
- Como me pones, aggghhh siiii que sensación Marga, agghhh qué coño tienes joder, siiii me muero de gusto - le decía mientras ya estaba aumentando el ritmo.
En cada embestida mi hermana jadeaba fuerte y se le ponían los ojos en blanco.
- Juan, Juan aggghhh no pares, no pares, aghhh sigue sigue. Eres de otro planeta. No quiero que salgas nunca dentro de mi. Cómo follas agchhh cabrón agghhh. Más fuerte, hasta el fondo agghh, como la siento, como la siento agghhhh que pollonaco, Juan sigue agggg sigue -
Juan empezó a darle con más intensidad. El sonido del choque de su cuerpo contra el de mi hermana cada vez era más fuerte. Sus huevos se balanceaban golpeando fuerte a mi hermana. Menos mal que los vecinos eran discretos, pero seguro que se estaban enterando de todo. Yo la escena que estaba viendo me puso a mil, pajeando mi polla cada vez más.
A Juan nunca lo había visto así, verdaderamente estaba disfrutando y me alegré por él. A mi hermana tampoco la había visto así con ningún tío.
Mi hermana en cada embestida agarraba fuerte el culo de Juan, llevando muchas veces sus manos hacia su espalda, arañandolo del gusto que sentia tener ese mástil dentro de ella
- Aggghh joder Juan, es que es muy grande agghhh que dura joder agggghh es muy grandeeeee aghhhh
Juan no paraba de bombear y jadear. Se comía sus tetas y sus pezones, le agarraba las piernas, el culo, y cada vez intentaba meterla más adentro.
- Margaaaa, me encantas. Aghhh, quiero que la sientas toda dentro, hasta el fondo agghhhh toma toma aghhhhb que coño tienes, como coge mi pollaaaaa aggghhh.
La respiración de los dos empezó a acelerarse. Decidieron esa primera vez la postura del misionero, con clavadas profundas, y verse las caras para comprobar cómo estaban gozando.
El ritmo de la penetración era brutal. Los jadeos constantes.
- Margaaa, afggg, ufff ¿quieres mi leche agghhh quieres mi leche dentroooo? Agghhhh
- Juan agghhh quiero que te corras dentro, quiero que tú leche aggghb me llene por dentro aggghhh la quiero toda. Siiii correte mi amor, soy tuya agghbhh quiero tú leche dentro de mi aghhhh siiii -
En ese momento Juan bombeaba fuerte y mi hermana empezó a moverse también de manera brutal.
- Dios, diossss Marga aggghhh joderrrrrr Marga joderrrr siiiii agghhhh
- Siiiii, mi amor, siiii agggghhhh llename de ti. Aggghhhhb aghhhhh me corrrroooo siiiii
El culo de Juan se contraía, notando bien marcados los músculos de sus nalgas a la misma vez que estaba descargando su leche en el coño de mi hermana. Cada vez que la metía hasta el fondo se notaba que era un trallazo de su leche. El orgasmo de mi hermana hizo que está se retorciera de placer durando más de lo normal. Los gritos de ambos al correrse fueron tremendos.
Juan agotado se acostó encima de ella.
- No la saqués todavía Juan, déjala ahí un rato por favor - le dijo mi hermana con la respiración muy agitada todavía.
- Marga, hacía muchos años que no me corría así. No me arrepiento de lo que acabamos de hacer. Me he corrido como nunca. - le dijo Juan mientras acariciaba desde la pierna hasta la axila de mi hermana.
Yo pare mi paja y no me corrí, temiendo que me pillaran, pero me pusieron muy cachondo.
Todavía con la polla dentro, y bastante dura, Juan empezó otra vez a bombear. Al hacerlo se veía como del coño de mi hermana salían sus fluidos mezclados con la lefa de Juan
- Ummm quieres más semental. Vamos a vestirnos y nos vamos a tu casa. Se que mañana trabajas pero quiero seguir follando contigo. Mis padres pueden llegar y no quiero que nos vean solos aquí. - dijo mi hermana.
Al sacarla del todo un chorro de lefa cayo en las sábanas de mi hermana. Juan se acostó al lado y todavía tenía su polla impregnada de su lefa. Mi hermana se levanto y al ponerse de pie cayeron de su chocho gotas de lefa de Juan al suelo.
- Joder tío, si descargas cabrón. - le dijo inclinándose y metiendo en su boca toda la polla de Juan limpiándosela bien y no dejando rastro de semen en ella. Juan volvía a estar duro cuando mi hermana se la saco de su boca.
- Te voy a dar polla toda la noche - le dijo acercándose y dándole una palmada en el culo.
Mi hermana cogió papel y se limpio su coño. Intento limpiar sus sábanas y se puso sus bragas. Juan empezó a vestirse. Puso alguna de su ropa sobre la sábana manchada evitando que mi madre sospechara de algo.
Yo en ese momento sali corriendo cruzando el patio hacia mi habitación.
En unos minutos vi que salían y cerraban la puerta. Ni se dieron cuenta de que estaba allí.

Continuará....
Es brutal, llevo desde ayer aprovechando cada rato que puedo para leerlo y no veas cómo me la pone siempre, pero en este "capitulo" puf, apunto de explotar sin tocarme.
Espero que tengas muchas más que contar.
 
Amelie no paraba de mojar toda la cara de Paco mientras éste le comía el coño. Quería probar la estaca de Paco, que veía como entraba y salía del culo tragón de Gunther. Amelie se levantó y se puso a cuatro patas enseñándole el chocho peludo y el culo a Paco. Gunther al ver que Amelie quería probar ese maravillosa herramienta que tenía Paco se levantó y dándole unas chupadas a la polla que lo acababa de perforar la cogió y la metió en el coño de Amelie que con la primera embestida volvió a chorrear de gusto. Paco la cogió por la cintura y se la empezó a meter por ese coño húmedo dando gritos de placer.

Gunther se dirigió hacia donde estábamos Fabian y yo. Le dio un morreo bestial a Fabian, que me estaba cabalgando, y le puso su pollón en su cara, que empezó a chupar con mucho vicio.

Los gritos de Lucas cada vez eran más fuertes. Juan lo estaba destrozando por dentro. Las embestidas eran brutales y el golpeteo del cuerpo de Juan contra el de Lucas se escuchaba bastante. Al francés parece ser que le gustaban las sensaciones fuertes.

Gunther hizo que Fabian se levantará de mi polla para metérsela el. Su culo se notaba más estrecho que el de Fabian y sus movimientos provocaron en mi polla un placer impresionante. La tenía bien dura e iba a explotar de un momento a otro.

Fabian se fue con Juan y Lucas. Juan sacó la polla de Lucas y se quitó el condón. Fue directamente a la boca de Lucas que empezó a devorar no sólo la polla de Juan, sino también la de Fabian.

Al mirarlos vi como Lucas chupaba las dos pollas con una cara de vicio que me puso más cachondo de lo que estaba. El cabrón de Gunther sabía follar, provocándome tremendos latigazos de placer que desde mi polla recorrían todo mi cuerpo. Esto hizo que no pudiera más y me corrí dentro del culo de Gunther de manera abundante.

Gunther se levantó y se fue donde estaba su compañero alemán y Juan, poniendo también su polla a disposición de Lucas que la chupó como lo estaba haciendo con las otras dos.

Yo me senté, quitándome el condón lleno de leche, viendo como Amelie se retorcía de placer con espasmos en su cuerpo y gritando como una poseída al tener un orgasmo con la polla de Paco penetrándola hasta el fondo.

Juan y los alemanes viendo a la francesa como, al tener el orgasmo, se apretaba sus tetas y su coño empezaron a lanzar trallazos de leche dentro de la boca y en la cara de Lucas. Los tres contraían su culo cada vez que su leche recorría el camino de sus cojones hacia sus pollas para salir a una velocidad tremenda hacia Lucas que la recibía con cara de deseo y vicio. Terminó bañado en leche literalmente.

Lucas no quería perder la oportunidad de follarse a Paco. Se fue hacia él dejándole su mujer el mastil bien duro que Lucas no dudó en metérselo por el culo. Lucas ponía cara de auténtico loco cada vez que la polla de Paco entraba y salía de su cuerpo.
Sin llegar a tocársela, Lucas, dando fuertes gemidos y gritando en francés, empezó a echar leche de su polla corriéndose provocando que con sus espasmos Paco también se corriera dentro de su culo rugiendo fuertemente.

Lucas saco la polla de Paco, y acto seguido, tanto él como su mujer, le quitaron el condón a Paco. Amelie lo cogió y se lo llevó a la boca bebiendo toda la lefa que Paco había descargado ahí. Después ella y su marido se la empezaron a chupar dejándola bien limpia poniendo Paco una cara de total satisfacción.

La luna llena iluminaba toda la cala. Los siete después del fiestón que nos pegamos nos fuimos a darnos un baño en el mar. Al salir recogimos un poco. Los franceses se fueron para la caravana y nos quedamos los alemanes y nosotros tomándonos las últimas cervezas.

Me desperté un poco antes del amanecer. Paco estaba durmiendo en su saco y vi como Juan estaba despierto sentado con sus cañas de pescar en la orilla.

- ¿Que haces despierto tan temprano niño? - me dijo Juan al notar mi presencia.
- Buenos días Juan. ¿Y tú? - le dije sentándome a su lado.
- Cuando vengo aquí me gusta ver el amanecer. Es una maravilla. - me dijo mirando hacia el horizonte.
- No has pescado nada ¿no? - le dije mirando el cubo totalmente vacío.
- Si, he tenido suerte, pero los devuelvo al mar que es donde deben estar.- me dijo con voz un poco entristecida.
- Quería traerte a esta cala niño para que vieras donde vengo a relajarme. Es mi pequeño paraíso. Además no sé el por qué pero siempre que vengo termino follando - me dijo ya riéndose.
- Es que ya vengas solo o acompañado Juan sabes perfectamente la atracción sexual que despides. Eres un seductor nato, tienes ese don. - le dije.
- Es que me encanta el sexo, me gusta follar niño. No lo puedo evitar - me dijo con una mirada que me produjo auténticos escalofríos al darme cuenta lo guapo que estaba en ese momento.
- Niño, estoy empezando a comerme la cabeza. -
Me gustaba que Juan confiara en mi y me contara lo que sentía o si tenía alguna preocupación. Lo conocía poco tiempo pero habíamos llegado a un grado de conexión increíble. Verdaderamente eramos como hermanos y se notaba la gran complicidad que había entre nosotros.
- ¿Te acuerdas lo que te conté de aquella chica que me dejó un poco tocado? Pues ahora estoy empezando a sentir lo mismo. Nos llevamos de puta madre, y en el sexo es como yo, con una química que hace que explotemos cada vez que estamos juntos. Además físicamente me atrae y su personalidad es increíble. - me dijo volviendo a mirar al horizonte.
Sabia perfectamente que estaba hablando de mi hermana Marga.
- Fíjate Juan que me dijiste que tu eras un tío libre, que si aparecían sentimientos tú cortabas radicalmente. Pero cuando algo tan fuerte empieza a surgir no puedes escapar. Te mereces tío todo lo mejor. Eres un tío de puta madre y mereces que alguien te quiera. - le dije mirando yo también al horizonte.

Juan pasó su brazo hasta mi hombro y me empujó hacia él dándome un abrazo.
- Niño, eres la hostia - me dijo dándome un puñetazo en el hombro.
- Tú prueba con mi hermana. Es una chica increíble y a ella también parece que le gustas bastante. Al final vas a terminar siendo mi cuñado - le dije a Juan mirándole a la cara y riéndome.
- ¿Quién ha dicho que es tu hermana? - me dijo Juan mirándome muy fijamente.
Yo lo mire con cara de sorpresa, no sabiendo que decirle.
Estuvimos unos segundos en silencio, mirándonos fijamente cuando Juan acercó su boca hacia la mía y me besó de manera muy tierna en la boca. Me separé, nos miramos a los ojos y volvimos a besarnos, esta vez con un intenso morreo donde nuestras lenguas se unieron más que nunca.
- Eres tú mi niño, eres tú - me dijo con una voz que hizo que me temblara todo el cuerpo.

Continuará....
 
Última edición:
Nos acostamos en la arena. El horizonte aparecía iluminado con un color azulado rosáceo anunciando el amanecer.
Juan se puso encima de mi. Sin parar de besar mi boca su mano iba acariciando todo mi cuerpo desde mi torso hasta mi pierna. Mis manos masajeaban su cabeza, bajando por su fuerte espalda hasta llegar a apretar su delicioso culo.
El beso y sus caricias me estaban poniendo muy cachondo. Instintivamente abrí mis piernas notando como Juan comenzaba a presionar su cuerpo contra el mío notando ya su paquete durísimo frotarse con el mío. Se movía como si su polla quisiera ya entrar en mi culo para follarme.
Bajo hasta mi cuello, que besaba y lamia, mientras yo le acariciaba con mis manos su espalda, bajando hasta su bañador donde agarraba bien sus nalgas.
Besaba, chupaba y mordisqueaba mis pezones a la misma vez que recorría con su lengua todo mi torso de forma lenta pero efectiva, haciendo que mi polla estuviese cada vez más dura.
Bajo dándome besos hasta mi paquete. Con la respiración de Juan cada vez más acelerada e intensa, notaba a través del bañador el calor de su boca, que abrió para meterse mi polla y mis huevos de forma muy lenta.
Con sus dientes fue cogiendo la tela del bañador que fue bajando apareciendo mi glande que empezó a besar y a lamer con suavidad. Estuvo bastante tiempo besando mi glande y lamiéndolo dándome un gustazo impresionante, recorriendo despues toda mi polla a través del bañador mordisqueándola y jugando con ella.
Se levantó y me quito el bañador, apareciendo ante él una polla enorme y unos huevos que empezó a masajear. Me miró con cara de deseo, cogió mi polla, la puso recta, agachó su cabeza y se la metió en su boca de golpe, estrechandola para que tuviese mayor placer.
- Juan, joder, agggghhhh, como la chupas hijo de puta aggghhh - le dije yo entre jadeos
La saco de su boca, se vino hacia mi cara, dándome un morreo mientras me la meneaba.
- Hoy vamos a hacer el amor niño - me dijo terminando el morreo y volviendo a mi polla metiéndosela hasta el fondo y comenzando a chuparla de manera suave pero intensa.
Yo lo miraba y cada vez me ponía más cachondo. Mientras me la comía Juan me miraba con cara de deseo, aumentando el ritmo de succión de mi polla haciendo que empezara a gemir y a retorcerme de placer.
- Juan, aggghhh, joder, agghhh, me estás matando del gusto aggghhh. Ven, quiero tener tu polla dentro de mi boca agghhh - le dije volviendome loco por la mamada que me estaba haciendo.
Juan volvió a acostarse encima de mi, dándome un morreo y frotando su paquete ya enorme con mi polla y mis huevos.
Con mis manos le quite el bañador, que el se retiró sin despegarse de mi, notando ahora su cuerpo totalmente desnudo y sobre todo su polla frotándose con la mía.
- Dame tu polla Juan, quiero tu polla - le dije mirandole a los ojos, derritiéndome por ese pedazo de macho.
Juan se sentó en mi torso dejando su polla bien empalmada frente a mi cara. Levanté un poco mi cabeza y saqué mi lengua que recorrió todo su glande. Cuando jugué con mi lengua, abrí mis labios y empecé a chupar su punta, cerrando bien la boca y succionándola mientras veía la cara de placer de Juan.
Empuje su culo contra mi cara y mi boca se fue tragando ese mástil que parecía que estaba más duro y gordo, chupándolo hasta el final.
- Ohhh, niño, aggghhh como te la tragas toda campeón, sigue joder, tu boca me encanta aggghhh - dijo Juan entre jadeos.
Aumente el ritmo de la mamada. La chupaba y lamia, además de succionarla fuerte, tragándomela hasta llegar a mi garganta, saboreando ese pedazo pollón que me provocaba auténtico vicio. Era una polla deliciosa y perfecta, que junto al cuerpazo y el encanto de Juan hacia que me sintiera en ese momento el tío más afortunado del mundo.
- No sigas niño, agggghhh, que me corro aggghhh, la chupas de puta madre - me dijo Juan, levantándose y arrodillandose enfrente de mi.
Levantó con sus potentes brazos mis lumbares. Yo le ayudé levantando mis piernas y alzando mi culo. Doblando mi cuerpo hundió su cabeza entre mis nalgas comenzando un beso negro, lamiendo todo el perímetro de mi ano. Mi ojete ya estaba palpitando. Los lametones que me daba en la raja de mi culo terminaban con la lengua introduciéndose dentro de mi ano. Escupía en él para después chupármelo y lamerlo fuertemente.
- Niño, quiero estar dentro de ti - me dijo mientras bajaba mi culo hasta el suelo.
Abrí las piernas y Juan se acostó encima. Notaba su polla dura pegada a la mía. Estábamos cara a cara, mirándonos fijamente y dándome un buen morreo.
- Te voy a meter solo la puntita ummm - me dijo Juan levantando su culo y poniendo su pollón en dirección a mi ano.
- Umm Juan, quiero toda tu polla, la quiero toda dentro - le contesté yo.
- Niño, solo la puntita agghhh - me dijo poniendo su pollón en mi ojete y presionando un poco. Yo ya notaba como ese pedazo de glande me estaba atravesando el culo.
- Aggghhh Juan, ya está ahí, joder, que gusto aggghhh - le dije mirándole a los ojos con cara de vicio.
Me la fue metiendo poco a poco hasta el final del glande.
- Ummm ohhh joder niño, como me pones, mira, mira, como mi puntita te da placer - me dijo mientras metía y sacaba su glande de mi culo muy lentamente.
- Uffff Juan, como te deseo, como me pones, siiiii, sigue asiii - le dije mientras sentía como mi culo quería que la metiera hasta el fondo.
- Niñoooo, aggghhh, joder que gusto, que gusto, como me pones siiii - me dijo entre jadeos y sin parar de besarme.
En ese momento Juan puso todo su peso sobre mi cuerpo y mientras me devoraba mi boca y mi cuello la fue metiendo poco a poco hasta el fondo de mi culo. Al llegar y tenerla toda dentro mi reacción fue apretar muy fuerte su espalda con mis manos, incluso haciéndole algunos arañazos por culpa del placer que sentía.
- Está toda agggghhh, está toda dentro ni niño uffff que culo tienes joderrr aggghhh. Siénteme, siénteme aggghhh - me dijo dejándola unos segundos dentro de mi culo.
- Juan, Juan eres la hostia, quiero que estés dentro de mi siempre. Te siento muy dentro, aggghhh muy dentro. Soy tuyo, soy aggghhhh tuyo - le dije en el oído poniendo mis ojos en blanco fruto del placer máximo que me estaba dando.
- Quieres mi polla ,ummm, ¿la quieres? Aggghh se me pone aún más dura y gorda cuando aggghhh estoy contigo aggghhh - jadeaba mientras empezó lentamente a follarme metiéndomela y sacándola lentamente.
- La siento muy dura agggghhh, es muy grande Juan, aggghhh me está destrozando. Se te ha puesto muy gordaaaaa - le dije entre gemidos cada vez más fuertes.
Empezó a dar embestidas más fuertes. Yo agarré fuerte con mis manos su culo, empujándolo hacia mi cuando su polla me perforaba y me llegaba hasta el fondo. Mientras lo hacía levantó su cara y nuestras miradas volvieron a cruzarse y esta vez no paramos de mirarnos viéndonos como disfrutabamos haciendo el amor.
- Niño aggghh niño agggghhh que gusto agghhh que gusto joderrr agggghhhhh - me dijo entre gemidos, sonriendo a veces y otras cerrando sus ojos con una cara de auténtico placer.
- Si, Juan, sigue aggghhh, sigue aggghhh, no la saques, aggghhh, sigueeee - le dije yo retorciéndome de gusto.

El ritmo de las embestidas era cada vez más fuerte. Levante mis piernas cruzándolas abrazando con ellas su cintura mientras su polla me taladraba mi culo. Mis manos acariciaban su cabeza, espalda y culo con la misma rapidez que me bombeaba.
- Joderrrrrr, niño agggghhhh no puedo más, aggghhh que gusto en mi polla, aggghhh voy a corrermeeee aghhhh - me dijo ya fuera de sí y poniéndome su cabeza de lado en mi hombro, con una respiración muy acelerada.
- Siiiii, correte como nunca aggghhhh,.siiiii - le dije moviendo ya mi culo al ritmo de sus embestidas.
Note como su polla se endureció más. Levantó su cabeza y me miró con cara desencajada por el placer
- Niññooo me agggghh me aghhhh me voyyyyyy -. Juan levantó la cabeza, puso todo su cuerpo en tensión y en cada trallazo de leche note como empujaba su polla dentro de mi culo como si todo su cuerpo quisiera también entrar. Me dio cinco o seis sacudidas fuertes que me hicieron el tío más feliz del mundo, notando como su lefa me llenaba por dentro. Gritó fuertemente durante su orgasmo, que duró bastante, con una respiración muy acelerada que hizo que al terminar dejara otra vez todo su peso sobre mi cuerpo, mientras yo le acariciaba su pelo, notando como todavía le salía semen de su dura polla derramándose por mi pubis.

Estuvo unos minutos quieto, sintiendo como su cuerpo se iba calmando encima del mío, cuando empezó a besar mi cuello, lamiendo después mis pezones y mis abdominales hasta llegar a mi polla todavía endurecida de la excitación que tenía.
Me la chupaba con ganas, de una manera brutal, notando su boca totalmente caliente y húmeda que estrechaba cada vez que se la iba sacando de su boca. Me devoraba los huevos, que estaban deseosos de ser vaciados después del calentón que tenía.
Me la cogió, se puso de cuclillas y se la fue entiendo poco a poco en su culo, siguiendo el con su pollón duro y gordo.
- Juan uffff Juannnn - jadeaba yo mientras notaba como su culo iba comiéndose poco a poco mi polla.
- Aggghhh niño, que pollón tienes. Ufff siente mi culo estrecho, siente como entras dentro de mi, ummmm - dijo poniendo una cara de vicio impresionante.
Empezó a cabalgarme, al principio suave y después mucho más rápido, jadeando ambos del gusto que nos estaba dando. Juan arqueaba su cuerpo hacia atrás lleno de placer mientras que yo le acariciaba su torso y le meneaba su tremenda polla que golpeaba cada vez que se la metía hasta el fondo mi barriga.
- Juannn, siiiiii, uffff no puedo, de verdad, me muerooo agghhh, sigue, sigue, aggghhh, como me pones cabronazo agggghhhh - gimiendo fuertemente.
Juan movía su culo de manera extraordinaria. Yo apoyé mis brazos en la arena y levante mi cuerpo. Juan me abrazo por mi cuello dándome unos morreos impresionantes mientras me cabalgaba.
- Niñoooo, agggghhh, que polla más dura, me la estoy clavando bien aggghhhh - me dijo mientras me miraba y besaba.
- Juannn, Juannnn, ufffff, no puedo massss aggghhh.
Mi cuerpo empezó a tensarse, mis huevos se endurecieron y sentía que mi polla iba a explotar.
- Siiii, sigueeeee aggghhhh Juannn, aggghhh, me corrroooooo..-
Juan aceleró el movimiento provocando que pegase unos gritos de placer mientras de mi polla salía gran cantidad de semen.
- Juaannnnn, por favorrrrr agggghhhh.- me quedé sin habla. Respiraba bastante rápido y fuerte cayendo todo mi cuerpo sobre la arena retorciéndome de gusto.

Juan se quedó con la polla dentro, moviéndose ahora poco a poco, notando como mi lefa salía junto a mi polla de su culo.
Se la sacó y se acostó a mi lado, respirando todavía los dos agitadamente mientras que el sol ya aparecía por el horizonte.

Unos minutos después nos sentamos uno junto al otro viendo el maravilloso amanecer.
- Juan, lo que ha pasado ahora mismo ha sido increíble. - le dije.
- Me has dejado sorprendido por lo que me has dicho antes. Lo de hoy ha sido distinto a todas las veces anteriores. Yo desde el primer día que te vi ya me gustaste. Conforme he ido conociéndote me has ido gustando más, sintiendo algo por ti - le dije ya girando la cabeza para mirarlo.
Juan giro la cabeza y me miró fijamente:
- No he conocido a nadie como tú. Me atraes físicamente, me vuelves loco y tú interior me fascina. Creo que hace tiempo que estoy enamorado de ti - le dije volviendo mi mirada hacia el horizonte.
- En las semanas que llevamos juntos se ya como eres. Se que eres un tío que no quiere ataduras, eres libre y quieres seguir siéndolo. Sé que aunque estés conmigo vas a seguir follando con tíos y tías, tú eres así y no vas a cambiar aunque te enamores de mi. Ese eres tú, y yo no soy quien para impedírselo o cambiarte. Se que estoy enamorado pero se que tú no vas a cambiar, por tanto, soy realista y asumo la realidad. Contigo no puedo ser ni posesivo ni celoso. Entraríamos en una relación abierta donde tanto tu como yo seríamos libres para follar con quién queramos sin ningún problema. Pero también sé que lo que sentimos cuando lo hacemos, no nos pasa con otros. - le dije de forma sincera.
- Me conoces muy bien niño, por eso me gustas y siento algo por ti, porque me conoces bien y sabes cómo soy, y no pretendes cambiarme. Sabes que si se me presenta la oportunidad o me apetece voy a follar. No puedo ser fiel, ni nunca lo seré. Además tampoco lo pretendo. Eso no significa que pueda estar enamorado de una persona. Pero esa persona debe respetarme y saber cómo soy, y por supuesto no pretender cambiarme. - me dijo clavandome la mirada.
- Contigo estoy feliz, lo pasamos bien y has aprendido de mi bastante. El maestro se ha encaprichado del aprendiz. Ya veremos como acabará esto, pero vamos a vivir el presente.- me dijo con una sonrisa en la cara dándome después un beso en mi boca.

Continuará...
 
Juan y yo nos metimos al agua totalmente desnudos. Estábamos disfrutando de un mar donde apenas había oleaje cuando vemos como Amelie bajaba por el camino donde tenía la caravana hasta nuestra tienda de campaña. Iba totalmente desnuda mostrando ese cuerpo que había sido disfrutado por casi todos la noche anterior.
Creemos que con la luz del sol dándole en la cara no se percató de que estábamos dentro del agua. Amelie tenía un objetivo claro en ese momento y lo encontró.
Se fue hacia donde estaba Paco, que estaba durmiendo totalmente desnudo en su saco de dormir. Amelie quitó la cremallera del saco sin llegar a despertarlo, apartando su parte delantera apareciendo ante ella un macho imponente con un pollón que en ese momento descansaba sobre su muslo.
Arrodillada cogió el pollón de Paco y se lo fue metiéndo en su boca empezando a hacerle una mamada. Paco seguía sin moverse y parecía que todavía no se estaba enterando que una tia le estaba follando con su boca, aunque a lo mejor la sensación que estaba teniendo seria la de disfrutar de un sueño erótico.
- Joder con la tía, se ve que está loca por la polla de Paco - dijo Juan.
- Se ve que ha pillado a Paco en la fase del sueño profundo, porque se le está poniendo dura pero él sigue durmiendo - le dije yo.

Al principio Amelie combinaba una mamada muy suave con una paja, pero el pollón de Paco enseguida tomo su forma erecta mostrándose duro, gordo y largo.

Amelie aprovecho que lo tenía como ella quería. Se levantó cogiéndolo con ambas manos, se agachó y se lo fue metiendo en su coño peludo. Fue en ese momento cuando vimos como Paco movió sus piernas y sus brazos.
- Se lo ha metido sin condón - me dijo Juan mirándome.
Parece que a Paco le pilló desprevenido porque se notaba que todavía estaba medio dormido cuando Amelie lo estaba cabalgando de manera intensa, presionando con sus manos los brazos musculados de Paco en el suelo.
- Se ve que Paco se ha despertado pero no es consciente todavía de lo que está pasando. El tiene a una tía que lo está follando a saco y la esta dejando porque le está dando un gusto impresionante, pero no sabe que está follándola a pelo - le dije a Juan.
- Es que cuando pasa eso, y te despiertan así de bien, no piensas en esas cosas, como si llevo condón o no. - me dijo Juan viendo como Amelie ya estaba retorciéndose de placer clavándose la estaca de Paco.

Lo cabalgaba metiéndose el pollón de Paco todo lo que podía. En una de esas sacudidas vimos como empezaron a tensarse las piernas de Paco, que se movían con pequeños espasmos. Era el preludio de que Paco se iba a correr dentro del coño de Amelie.

- ¿Se ha corrido dentro niño? - me dijo Juan con cara de incredulidad.
- Parece que si tío. Se ha corrido dentro de la francesa, que hija de puta - dije a Juan.
- Está quiere la genética de Paco para su futuro hijo la muy cabrona - dijo Juan.

Es normal que cualquiera quisiera tener un hijo con los genes de Paco porque es prácticamente perfecto: guapo, musculoso, alto, con encanto y encima con un pollón impresionante.

Amelie se levantó sacando el pollón de Paco de su coño, y sin decirle nada se fue hacia su caravana.
Paco seguía acostado, con su pollón todavía empinado, y no se movía.
- Éste todavía sigue durmiendo. Se cree que ha follado en sueños - me dijo Juan riéndose.

Paco se levantó al rato y empezó a buscarnos. Le hicimos señales para decirle donde estábamos y se metió en el agua con nosotros.

- Buenos días tíos. Creo que la francesa se ha aprovechado de mi. Me ha pillado durmiendo y me ha follado. - dijo Paco con cara todavía se sueño.
- He sentido un gusto en la picha que creía que estaba soñando y cada vez me gustaba más. De verdad que creía que era un sueño. Cuando he notado ya más placer me he dado cuenta que la francesa estaba encima mía follándome. Me estaba dando tanto gusto que me he dejado llevar e incluso creo que me he corrido dentro de ella. - nos dijo tan normal.
- Es muy posible que tengas un hijo en Francia dentro de nueve meses. - le dije riéndome.
- Y no sólo en Francia - dijo Paco también riéndose.
- ¿Es que follas sin protección tío? Que has estado con nosotros - dijo Juan bastante serio y preocupado.
- Juan estoy sanísimo. Solo me ha pasado en un par de ocasiones. Además soy donante de sangre y me hacen análisis. Tranquilo tio. Ahora tendré que hacerlo con condón hasta la próxima vez que done por si me ha contagiado algo está tia. Pero yo creo que ésta tampoco es tonta. Ayer lo hizo todo con protección. Esa quería algo de mí. - dijo Paco
- Pues claro, tus genes cabrón - le dije riéndome.
- Que hija de puta, pero que gusto me ha dado la cabrona al correrme en ese coño tan peludito - dijo Paco también riéndose.

Estuvimos toda la mañana bañándonos y bebiendo cervezas en la orilla. Los alemanes estuvieron con nosotros un rato y después se fueron a hacer senderismo. Los que no vimos en toda la mañana fueron a los franceses.

Cuando se hizo la hora de comer Juan trajo unos tuppers de comida fría.
- ¿Quién va a la caravana de los franceses a traerse toda la bebida? - dijo Juan.
- Ya sabes que el que vaya puede tardar, que estos te pillan y te follan - dijo Paco riéndose.
- Niño, ve tú y toma - dándome un par de condones - por si acaso - me dijo Juan con una sonrisa picara.
- Yo con el calor que hace y el hambre que tengo no tengo ganas de follar Juan - le dije.
- Ya sabes que ante cualquier oportunidad que surja tienes que aprovecharla niño - me dijo dándome una palmada en el hombro.
- Eres un cabrón - le dije riéndome.

Cuando llegué a la caravana no había nadie. Tampoco estaba el coche. Abrí la puerta de la caravana y estaba abierta. Me fui directo a la nevera y metí las bebidas en una bolsa. Al salir, en la mesa, los franceses tenían varias pollas de plástico de diferentes colores y tamaños, incluso un arnés ajustable con un pollón de grandes dimensiones. No quise quedarme más tiempo dentro de la caravana por si venían, aunque no hubiese tenido problemas con ellos porque necesitábamos la bebida para comer.

Comimos los tres sin que aparecieran por allí ni los franceses ni la pareja de alemanes. Después Paco y Juan se fueron a una zona de sombra a dormir la siesta. Yo les dije que me iba a explorar los alrededores, aunque me dijo Juan que estuviera en un par de horas allí porque ya nos íbamos para casa.

Caminé hasta terminar la cala y empecé a subir un sendero que daba a un pequeño acantilado. Cuando estaba arriba las vistas eran espectaculares. A mi izquierda quedaba la cala donde estábamos, y a mi derecha, bajando por un sendero se divisaba una pequeña cala, totalmente resguardada por la montaña, con una arena blanca y un mar con un agua totalmente cristalina. Cómo no era un camino difícil para bajar caminé para darme un baño en ese paraíso.

Al llegar me adentré en el mar donde apenas había oleaje. Después de un rato nadando me di cuenta que por el otro lado de la cala bajaba un hombre que llevaba un maillot de ciclista. Al llegar a la orilla se dio cuenta de mi presencia pero no tuvo problema en desnudarse completamente.
Era un hombre de unos cuarenta y cinco años, pelo totalmente canoso corto, bastante delgado aunque se le intuían unas buenas piernas y gemelos, sin apenas vello y con una polla pequeña pero gorda.

Se adentro en el mar y se puso a darse un baño relajante. Estaba como a unos cincuenta metros de él y a veces notaba que me estaba mirando.

Decidí salir y ponerme en la orilla medio acostado para sacarme y a la misma vez observar a ese macho maduro que, con esas miradas hacia donde yo estaba, me estaba dando mucho morbo. Abrí las piernas para que se viera bien mi pollón y mis huevos descansando en la arena.

Parece que en el agua tuvo un calentón porque al salir tenía la polla super empalmada. A pesar de su delgadez mostraba una polla bastante gruesa y tiesa, donde el prepucio se le quedaba a mitad del glande y con unos huevos que ahora sí se le veían muy grandes.

Se puso sentado en la orilla, con los brazos apoyados en la arena, las piernas abiertas mostrando su verga mirando al cielo dura, tiesa y gorda. El agua llegaba hasta ella y sus huevos. Parecía que el hombre estaba disfrutando en ese momento de una especie de masaje bastante placentero que le estaba dando el agua cuando llegaba a la orilla.

Quería saber si con el ciclista maduro podía tener alguna posibilidad. Me estaba poniendo muy cachondo, incluso desde el principio cuando lo vi vestido con el maillot de ciclista totalmente ajustado a su cuerpo. Es algo que desde siempre me ha puesto como una moto, ver a tíos vestidos con maillot, con mallas o con simples pantalones cortos ajustados, mostrando unos bultos que hacen que tú imaginación empiece a funcionar pensando en lo que pueden esconder dentro.

Escupi en mi mano y empecé a tocarme la polla, meneándomela y mirando la posible reacción del ciclista.

Ví como el ciclista me miró, apartó su mirada, pero volvió a mirarme. No sé sentía nada incómodo y su polla seguía mirando al cielo dura y gruesa.

Seguí masturbándome sin apartar mi mirada. El ciclista cogió su polla y se la empezó a menear, sin dejar de mirarme. Estuvimos un rato pajeándonos sin apartar la mirada el uno del otro.

El ciclista se levantó y sin moverse de donde estaba se puso de espaldas, agachando todo su torso, girando la cabeza para seguir mirándome y con sus manos abría sus nalgas tocándose con sus dedos el ano. Yo gire mi cuerpo sentado hacia donde estaba, abrí mis piernas bastante y me pajeaba con fuerza.
Comenzó a meterse varios dedos dentro de su culo, mientras con la otra mano se pajeaba con fuerza y sin parar de mirarme.

Me puso muy cachondo ver como estaba el ciclista disfrutando tanto yo del morbo de la situación. Hincó sus rodillas en el suelo y se puso a cuatro patas ofreciéndome la visión de su culo. Con una mano azotaba sus nalgas, abriéndolas e intentando meterse sus dedos en el ojete. Notaba que al estar poniéndome a mi como una moto le producía mayor excitación.

Yo no sabía que hacer. Mi impulso era el de ir donde estaba y follar como un animal, pero también me daba miedo que ese espectáculo que me estaba dando terminara de forma abrupta porque veía como disfrutaba el cabrón exhibiéndose y poniéndome super cachondo. Lo más seguro es que fuera un tío casado que le gustaba jugar pero que nunca había tenido contacto con otro tío, o que lo estaba deseando pero se veía incapaz de hacerlo.

Efectivamente mi intuición no me falló. El ciclista se dió la vuelta y empezó a masturbarse cada vez más fuerte. Empezó a temblar su cuerpo a la misma vez que chorros de lefa salían por su gorda polla cayendo en la arena. A continuación se metió en el mar hasta la cintura, sumergiendo su cuerpo en el mar y volviendo a salir. Cogió su maillot y se fue desnudo, todavía con la polla semierecta por el sendero por donde había aparecido.

Yo dejé de pajearme justo en el momento en que se corrió. No quisé yo correrme pero estaba muy caliente por lo que había pasado. El morbo que viví en esa cala fue extraordinario. Nunca sabré si hubiese podido tirarme aquel tío, pero el no se acercó a mi y eso me hizo pensar que su manera de disfrutar del sexo con otro tío era así y yo lo respeté. Además me sentí bien al pensar que por un momento puse cachondo a un tío y que se fue esa tarde con sus huevos totalmente descargados gracias a mí.

Continuará....
 
Llegamos a casa ya de noche. Juan dejó a Paco en su casa y nos fuimos para la mía. Al final nos fuimos de la cala sin despedirnos de los alemanes y del matrimonio de franceses. No estaban cuando decidimos irnos de la cala.

- Niño, tengo que entrar a tu casa a mear - me dijo Juan.
Entramos en casa donde solo estaba mi hermana, que coincidió que se estaba duchando. Tenía la puerta abierta.
- Hola Marga, Juan tiene una urgencia, ¿te queda mucho? - le dije alzando la voz.
- No me queda mucho, pero dile que entre, que yo no voy a mirar - me dijo con sorna.
- Vale, ¿hay algo de cena? - le dije volviendo a alzar la voz.
- Mamá ha dejado unas pechugas de pollo y una tortilla de patatas - me dijo casi gritando.
- Juan tú te quedas a cenar, voy a preparar también unos huevos fritos - le dije a Juan mientras entraba en el cuarto de baño.
Deje mi mochila en mi habitación y me fui para la cocina a preparar la cena.

Seguía escuchándose el agua de la ducha caer y Juan estaba tardando para ser una simple meada. Yo ya sabía lo que estaba pasando. Me acerqué al pasillo y me asomé al cuarto de baño de manera sigilosa.
Efectivamente Juan estaba follándose a mi hermana empotrándola contra la pared de la ducha, mientras el agua les caía en sus cuerpos. Su pollón entraba y salía del coño de mi hermana con gran fuerza mientras Juan le cogía del pelo a mi hermana con fuerza empujando su cabeza hacia atrás. Juan tenía una cara de vicio impresionante, estaba disfrutando el cabrón, mientras que mi hermana gemía cada vez más fuerte.

Me tuve que ir a la cocina porque tenía la sartén en el fuego, pero pensé que Juan era sexo puro y que, como él bien me decía constantemente, nunca hay que desaprovechar la oportunidad de follar.

- Niño, necesitaba una ducha - me dijo saliendo solo con el bañador, todavía abultando una polla semidura y con el pelo mojado que lo hacía irresistible.
- Una ducha cabrón - le dije con una sonrisa pícara. - Termina lo de la sartén que voy yo a darme una ducha rápida - le dije dándole la rasera.
Antes de irme a la ducha Juan se puso detrás de mí y me abrazó rodeando sus brazos mi torso y restregando bien fuerte su polla semidura en mi culo.
- Estás muy follable mientras haces la cena niño - me dijo bajando una de sus manos, metiéndola por debajo del bañador y acariciando mi polla y mis huevos.
- Tío, que nos puede ver mi hermana - le dije - y encima acabas de follar con ella. -
Juan empezó a menear mi polla por debajo del bañador notando como su polla se estaba poniendo tiesa empujándola contra mi culo.
- Se ha metido en su habitación y tardara porque se estará poniendo guapa para salir esta noche - me dijo mientras me bajaba el bañador hasta las rodillas.
- Juan joder eres insaciable ummm - le dije mientras notaba ya su polla en la raja de mi culo al sacarla de su bañador.
Juan escupió en su mano llevándola a su polla.
- Jodeerrrr Juan - grite cuando su polla dura y gorda empezó a perforar mi culo.
Agarré fuerte en ese momento el borde de la encimera con mis manos.
- Se que te mueres de ganas de que esté dentro de ti aggghh, este culito que tienes es muy tragón agggghhhh, estás tremendo niño agggghhh - me dijo entre gemidos mientras metía y sacaba su hermosa verga en mi culo.
- Juan ummm, Juan ummm metemela toda, hasta el fondo, como me follas cabrón, aggghhh destrozame por dentro, siiiii - le dije mientras el placer que me daba me hacían temblar las piernas.
- Mira como entra aggghhh, mira como llega hasta el fondo aggghhh, te deseo niño agghhhh. - decía Juan muy excitado.
- Asiiii, asiiii Juan, como ahora, lento, házmelo lento, la siento mucho joder, siiiii, suave Juan, como me entra, que ricoooo - le dije cada vez más cachondo.
- Como te siento niñooooo aggghhhh, es tuya, siéntela bien dentro, aggghhhh te voy a preñar cabrón - dijo Juan aumentando el ritmo al penetrarme.

La metía con fuerza, con mucha fuerza sintiendo yo como llegaba hasta mis entrañas.
- Agggghhhhh Juannn, más suave tioooo - le dije entre jadeos.
Juan en cada embestida intentaba meter la polla con más fuerza dentro de mi culo. Me empujaba fuerte haciendo que mi cuerpo se moviera tanto que tenía que agarrarme cada vez más fuerte al borde de la encimera.
- Toma mi polla, aggghhh, como traga joder, aggghhh, correte niñoooo aggggghhhh - haciendo la penetración cada vez más intensa y profunda.
- Juaannn, Juaannn aggghhh que me estás haciendo Juannn - gritaba con los ojos en blanco y con la respiración muy acelerada que parecía que me ahogaba.
Me estaba penetrando como nunca lo habia hecho anteriormente. Parecía un animal salvaje, follándome de forma brutal el culo. Notaba como la metía entera, con mucha fuerza, como si quisiera partirme en dos. El placer era inmenso pero nunca lo había visto así conmigo.
- Aggghhh jodeerrrr, como me pones hijo de puta agggghhh - gemía mientras con sus dos manos cogía fuerte mis hombros empujando en cada embestida su cuerpo contra el mío.

De pronto note un placer impresionante. Me empezaron a temblar las piernas, y sentí que me iba a morir de gusto. Por mi polla empezaron a salir chorros de lefa que caían sobre los armarios de la cocina y el suelo.
- Aggghhh, agggghhh no puedoooo aggghhh agghhhh que me está pasando aggghhhh - gemía mientras me corría y notaba que mi cuerpo estaba totalmente descontrolado.
Me incline sobre la encimera dejando mi cabeza y parte de mi torso sobre ella, mientras Juan seguía follándome como una persona totalmente poseída.
En cada penetración bestial yo ya solo rugía, mientras el aumentaba el ritmo cogiéndome ahora con fuerza mi cintura
- Agggghhh niñooooo, te preñooooo, siiiiii - me dijo a la misma vez que trallazos de leche golpeaban con fuerza el fondo de mi culo.
- Siiiii, agggghhh, siiiiiii joderrrrr - dijo todo embrutecido mientras notaba cuando la saco como mi culo estaba muy abierto, más de lo normal.

Al ponerme erguido sentí como me salía en abundancia la lefa de Juan. Lleve mis dedos hacia mi ano y comprobé como todavía estaba el orificio abierto y lubricado llenando mis dedos de su leche llevándomelos a mi boca para chuparlos.
- Me encanta que te tragues mi lefa hijo de puta - me dijo Juan mientras se subía el bañador y me daba un morreo dándole la lefa que todavía tenía en mi boca a la suya.

Me subí el bañador y me fui para el baño.
- Tío limpia toda esta lefa y termina lo que estaba haciendo cabronazo - le dije dándole un azote en el culo.

Por el pasillo me encontré a mi hermana que salía de la habitación. Me di cuenta que tenía los ojos humedecidos y un rostro serio.
- Voy a ducharme Marga. ¿Quieres que te preparemos algo para cenar antes de salir?
Mi hermana no me contestó y se fue directamente hacia la puerta de casa, saliendo sin despedirse de Juan.

La reacción de mi hermana me confirmó que tuvo que vernos follando. Y lo peor de todo es que se sintió dolida. Eso demostraba que se había colado por Juan.

Cuando termine de ducharme Juan había preparado la mesa.
- Se ha ido tu hermana sin despedirse -.dijo Juan.
- Parece ser que nos ha visto Juan, y he confirmado que siente algo por ti, porque se ha ido dolida - le dije a Juan sentándome en la mesa.
- Yo no le he dado motivos. Nos llevamos genial y follamos como fieras, pero yo no he mostrado hacia ella ningún sentimiento de amor o algo que la pueda confundir. - me dijo Juan sacando del frigo dos cervezas.
- Tienes que entender que es muy fácil enamorarse de ti Juan. Físicamente eres la hostia, eres un semental follando y encima eres un encanto - le dije mirándolo a la cara.
- Por eso cuando veo que la otra persona se empieza a confundir corto por lo sano, pero tu hermana es distinta. Me gusta estar con ella, pero no estoy enamorado. - me dijo llevándose la cerveza a la boca.
- Te voy a echar de menos cuando comience la universidad Juan. Seguramente tendré que quedarme en un apartamento en la ciudad - le dije.
- Por eso tenemos que vivir el presente y disfrutarlo. Te estás convirtiendo en otro seductor y sé que vas a follar muchísimo estando en la universidad - me dijo con un trozo de tortilla en la boca.
- No me creo lo que me está pasando este verano. Jamás hubiese pensado que, con la edad que tengo, haya vivido todo esto. Gracias por todo Juan.- le dije sonriéndole.
- Y lo que te queda niño - me dijo Juan llevándose a la boca un trozo de pechuga de pollo.

Continuará...
 
El domingo me levanté tarde. Cuando desperté me encontré solo en casa sin saber dónde podían estar mis padres y hermana.
Juan se fue después de cenar y de tomar unas cervezas. Quería descansar ya que el lunes nos esperaba bastante faena en la finca.

Eran las cinco de la tarde cuando escuché como aporreaban la puerta de casa que parecían que la iban a tirar. Al abrir me encontré con Paco:
- Hijo de puta, vamos a jugar al polideportivo que ayer estos folladores - señalando el coche donde estaban Teo, Luis y Pablo - han quedado para jugar con unos del pueblo de al lado. Trae una mochila con ropa de cambio que después nos vamos a cenar. -
- Joder tío, no puedo con mi alma - le dije con poco ánimo.
Paco me cogió con una mano los huevos y agarrándomelos me dijo:
- Vente ahora mismo que pareces un viejo coño, o te arranco los huevos aquí mismo - me dijo mientras los apretaba cada vez más.
- Cabronazo hijo de puta - le dije mientras desde el coche no paraban de gritar que me diera prisa.

Llegamos al pueblo costero donde habían quedado mis amigos con otros para jugar al futbito. Al llegar los otros chicos ya habían reservado una pista. En el polideportivo también había una piscina, un campo de fútbol, un pabellón, varias pistas de fútbol sala, baloncesto y tenis.

Los chicos del otro equipo eran todos de fuera. Estaban veraneando en el pueblo y eran más o menos de nuestra edad. Los conocieron de fiesta el viernes Teo, Luis y Pablo y quedaron con ellos para jugar el domingo.

Nos presentamos al llegar. Eran también cinco chicos. Nada más empezar nos quitamos todos la camiseta. Hacia bastante calor y más me subió la temperatura al ver nueve chicos sin camiseta, con bonitos cuerpos, solo llevando un pantalón corto y todos abultando buenos paquetes y con culos preciosos trabajados por practicar deporte desde niños y últimamente en el gimnasio.

Jugaban un poco a lo bestia, de forma agresiva, por lo que nosotros después de unas entradas no muy deportivas fuimos a por ellos. Al jugar era inevitable el roce con ellos, que a mí me ponían bastante burro, sobre todo al estar muy sudados. Por supuesto si tenía la ocasión de rozar mi cuerpo lo aprovechaba al máximo, arrimando mi paquete a su culo o notando el suyo en mi cuerpo al regatearles.

También hubo momentos de tensión con empujones y conatos de pelea, sobre todo cuando alguno hacia una falta bastante fea.
Cuando marcaban algún gol nos poníamos bastante furiosos, pero yo disfrutaba cuando lo celebraban al ver a cinco tíos abrazarse y tocarse sin ningún pudor imaginándome como seria follar con los cinco a la vez.
Al final los cabrones nos ganaron, pero terminamos con gran deportividad dándonos la mano. El precio por haber perdido era tener que pagarles una ronda de cervezas.

Nos fuimos a los vestuarios para ducharnos y cambiarnos. Empezamos a desnudarnos todos y yo en ese momento disfrute muchísimo. Ya estaba acostumbrado a ver desnudos a mis amigos, pero siempre me parecía morboso ducharme desnudo con otros tios en un vestuario. Es algo que me gustaba muchísimo, y tenía a veces que controlar mi mente para que mi polla no se despertara demasiado por la excitación y el morbo.

Conforme se bajaban los pantalones y los calzoncillos mi mirada se dirigía inmediatamente a observar esas pollas, huevos y culos. Intentaba hacerlo discretamente, como creo que lo hacen todos los tíos, ya sean heteros o no.

Al estar en ese momento sentado era un auténtico paraíso estar rodeado de nueve machos con sus correspondientes pollas. Me fijaba especialmente en las de los cinco chicos foraneos. Todas ellas diferentes, pero a la misma vez todas preciosas y dignas de ser chupadas y lamidas por mi. Algunas eran más grandes, otras más pequeñas, unas gruesas, otras más finas, con prepucio, descapulladas, con abundante vello o sin él....

Sabía que cuando Paco sacará su misil el tema de conversación entre todos seria su pollón y así fue. Cuando se quitó el pantalón y el gayumbo los foráneos pusieron cara de asombro.
- Joder tío, tienes una puta anaconda entre las piernas - dijo uno de ellos.
- Que barbaridad de picha tío - dijo otro
- Vosotros nos habréis ganado el partido, pero nosotros ganamos en pollas grandes - dijo Teo. - El que está ahí sentado también tiene un pollón el cabrón - señalándome a mi.
- Tío, pero eso tiene que destrozar un chocho - dijo otro.
- Pues el cabrón no para de follar. Y porque está ahora durmiendo, si veis la anaconda despierta salís corriendo - les dijo Teo riéndose.
- Tío, con lo que tienes no deberías jugar al fútbol, mejor el béisbol porque el bate que tienes es la hostia - dijo otro yéndose hacia Paco y poniéndose a su lado comparando la suya con la de Paco. - Joder tío, me estás deprimiendo colega - poniendo cara de auténtico asombro.
- Paco, empieza a meneartela que la vean como es cuando la tienes tiesa, que al final las cervezas las van a pagar ellos - dijo riéndose Teo.

Las duchas del vestuario eran colectivas, en un espacio abierto sin ningún tipo de separación. No había nada más morboso que estar rodeado de machos enjabonándose todo su cuerpo, incluidas sus pollas, huevos y culos. Y cómo eramos muy jóvenes, en el ritual de la ducha estaba incluido el cachondeo entre nosotros, con juegos de heteros pero que tenían un componente homoerótico bastante específico como el de coger a uno por la espalda y hacer como si te lo estuvieras follando, intentar mover tu picha con fuerza para salpicar con agua a los demás, mover el culo de una manera bastante elocuente, entre otros muchos.

Durante esos juegos, en los que todos participabamos de alguna manera, Paco y yo nos mirábamos de manera cómplice, deseosos de que se pudiese hacer realidad la fantasía de poder follarnos a todos en una brutal orgia grupal.

A la hora de secarnos y vestirnos todos mirábamos de reojo los miembros de los demás. El calentón que llevaba era bestial y mi cabeza empezaba otra vez a imaginar cómo me follaria al moreno, como me dejaría follar por el rubio o el intenso placer que me daría que la polla del más cachas creciera dentro de mi boca.

Me puse el slip rápido porque notaba que mi polla se estaba poniendo morcillona. Si ya estaba como una moto el verlos desnudos, ahora verlos en gayumbos y con el paquete marcado tampoco me hizo calmar las ganas de follarme a aquellos machos.

Salimos todos y nos fuimos a la cantina que habia en el polideportivo para tomarnos las prometidas cervezas. Nos sentamos los diez en una mesa y empezamos a beber y a charlar sobre nuestras cosas.

A los diez minutos más o menos busque en mi mochila el peine que llevaba, y me di cuenta de que no llevaba el gel y el champú.
- Paco, voy un momento al vestuario que creo que me he dejado el gel y el champú allí - le dije a Paco mientras me levantaba.

Al entrar a los vestuarios escuché el agua caer de una ducha y una voz que decía:
- Hostia Laureano, para tío, uffff, joder, que estamos casados. Para que nos va a pillar alguien ummm joder para -

Vi en el vestuario dos mochilas con sus respectivas raquetas de tenis y sus pelotas. También había ropa colgada de calle colgada y en los asientos ropa deportiva tirada. Me fijé y vi una de las camisetas. Recordé en ese momento a una pareja de cuarentones que estaban jugando al tenis en la pista contigua a la que nosotros estábamos. Vuelvo a oír la misma voz:
- Lauren, tío, no, no aggghhhh, joder, para, que nos van a pillar, aggghhhh, que estamos casados agghhhh, uffff como la chupas hijo de puta, para -

La voz del hombre se mezclaba con el agua de la ducha al caer y con el sonido tan característico de chupar con determinación una polla.

Me quedé quieto para intentar que no me pillaran, avanzando un poco para ver cómo ese par de cuarentones casados estaban disfrutando el uno del otro. El morbo que tenía al poder ser participe de esa locura de los casados y el poder espiarlos me puso como un toro. Pensar que podía ser la primera vez para ambos, que el calentón que tenían les llevo a vencer el miedo y disfrutar el uno del otro, el morbo de poder ser pillados por alguien, o el hacer algo prohibido por estar casados hizo que me sacara la polla y empezará a meneármela.

- Agggghhh, Laure, aggghh, por favor, para, ummm joder amigo - dijo gimiendo mientras se escuchaba el "glup, glup,.glup" de como el otro se la estaba mamamdo hasta el fondo

Yo estaba pajeándome intentando avanzar para poder verlos sin que ellos se dieran cuenta.

- Cabrón la chupas mejor que mi mujer aggghhh, y eso que ya ni me acuerdo cómo lo hacía ella agggghhh, pero de verdad, para Laureano agggghhh -

- Rápido Sebas, la tienes durísima, metemela por el culo, rápido tío, antes de que venga alguien, quiero que me folles y que me destroces con ese pollón tan gordo que tienes - le dijo Laureano.

- No tío, estamos en peligro aquí, ¿y si nos pillan?, que estamos casados - le dijo Sebas.

- Coño Sebas, lo estás deseando y yo también. No podemos perder esta oportunidad. La hora que es no hay nadie en las pistas, no va a venir nadie y esto lo cierran dentro de media hora. Fóllame, que se que lo estás deseando, que me cuentas qué no mojas con tu mujer desde hace meses, y yo por desgracia tampoco. Vamos a disfrutar coño. Trae esa polla - le dijo Laure.

Aproveche para acercarme un poco más y vi a dos tíos maduros desnudos, con unas pollas tiesas y duras, debajo del agua, intentando romper las putas barreras que les impedían obtener un placer que tenían derecho a tenerlo porque al fin y al cabo era lo que deseaban.

- Trae esa picha gorda que tienes - le dijo Laure cogiéndola con la mano y llevándosela a su culo inclinando su cuerpo y poniendo su culo en posición para ser penetrado.
Laure puso la punta gorda de la polla de su amigo casado en su ojete y se la fue metiendo poco a poco. El otro le temblaban las piernas y estaba muy nervioso, pero a la misma vez tenía cara de vicio al ver cómo iba a follar por primera vez el culo de su amigo.
- Lauren, te duele aggghhhh, joder Laure, aggghhh como entra, que sensación. Jamás he follado por ahí, ni a mí mujer agggghhh - dijo Sebas
- Ummmm que pollaca Sebas aggghhh, ya la tengo toda dentro, aggghhh, dale, dale que no me duele, follame, follame aggghhh - le dijo Laure ya gimiendo.

En ese momento creo que ellos se dejaron llevar y ni pensaban que estaban en un vestuario. El morbo y el deseo les llevo a estar el uno con el otro, sin pensar en las consecuencias o si iban a ser observados por alguien. El placer les hizo olvidar todo y centrarse en ellos mismos y en el polvazo que estaban echando.

- Laure, Laure, dios mío, aggghhhh, que gusto, que gusto. Hacia meses que no follo, agggghhh estoy muy cachondo, que gusto aggghhh me voy a correr enseguida agggggghhh - le dijo Sebas gimiendo y dándole unas buenas embestidas a su amigo casado.

Los gemidos de ambos, junto con el sonido del "plas, plas, plas" del choque de los dos cuerpos con el agua, y el morbo de vivir esa situación me llevo a intensificar mi paja que hacía que emitiera pequeños jadeos del gusto que me estaba dando.

- Dame más fuerte joder, follame el culo con fuerza, agggghhhh, que tienes un buen pollón para ello aagggghhhh. No se como tú mujer no disfruta de esta polla agggghhhh - dijo Laure fuera de si.

- Dios, dios, no puedo agggghhhhh que ganas tenía de follarte agggghhhh.siiiiiii, ¿dondeeee? ¿dondeeeee? agggggghhhh Laure agggggghhh lo sientooooo aggggghhhh - grito el casado teniendo un orgasmo de la hostia y corriéndose dentro del culo de su amigo.

En ese momento yo me corrí lanzando chorros de mi lefa sobre el suelo del vestuario. Me quedé encogido por el placer que me había dado la corrida.

Volví a escuchar un "glup, glup, glup" dentro de las duchas. Ahora Sebas le estaba haciendo una mamada a Laure.

- ¿Te hago daño? Es la primera vez que lo hago Lauren ummm tienes una polla preciosa, la proxima.vez quiero que esté dentro de mi culo - dijo volviéndosela a meter con ganas en la boca chupándosela con verdadero vicio.

- Aggggghhh lo haces de puta madre amigo aggghhhh sigue, sigue, que me voy a correr enseguida uffff - dijo Laure inclinado su cabeza y torso hacia atrás apoyándose en la pared del gusto.

Sebas seguía con la felación cada vez más intensamente cuando Laure empezó a gemir con fuerza
- Me corrroooo ,aggghhhh, cuanto tiempo esperando esto agggghhhh me corroooooo, sácala, aggggghhhh cabrón que me corro dentro de tu bocaaaaa siiiiiiiii - grito Laure viendo como su amigo apretaba fuerte la cabeza tragándose todo su miembro sin dejar opción a sacarla. Se tragó toda la lefa de su amigo.

En ese momento me subí los pantalones y sigilosamente me fui del vestuario con una sonrisa de oreja a oreja pensando en que había sido testigo de un final feliz entre dos amigos casados que han podido satisfacer sus deseos más profundos.

- Tío, ¿al final no has encontrado lo que buscabas? Has tardado mucho - me dijo Paco cuando me volví a sentar a su lado.
- He encontrado algo más importante: el derecho que tenemos, aunque sea por unos instantes, de ser felices y de hacer realidad nuestros deseos - le dije sonriendo.

Paco me miró con cara de no enterarse de nada - Estás cómo una puta cabra - me dijo, riéndose.

Continuará...
 
La semana fue bastante ajetreada de trabajo en la finca. Durante varios días vinieron algunos jornaleros a trabajar, y Juan estaba bastante ocupado tanto en sus labores de encargado como el tener que estar disponible en cualquier momento para D. Fulgencio, que al estar de vacaciones, no paraba de solicitarlo para cualquier gestión económica y laboral de su finca.

A mitad de semana, por la tarde Juan me dijo que me iba a llevar a dos trabajadores a que me ayudarán a limpiar y recoger las hortalizas del pequeño huerto que estaba cerca de la casa de D. Fulgencio. Más que un huerto para aprovechamiento económico era más por distracción y entretenimiento de D. Fulgencio y su mujer.

Estando ya en el huerto llegó Juan con dos mujeres.
- Niño, te dejo a estas dos bellezas para que te ayuden en lo que te he dicho que tienes que hacer en el huerto - me dijo, para después sonreír a las dos mujeres que, sonrojadas por lo que les había dicho, lo miraban con cara de deseo.

Tendrían ambas una edad cercana a los cuarenta. Una de las dos, por sus rasgos, era sudamericana. Vestían con una camiseta de tirantes y unos pantalones largos. Ambas tenían unas buenas tetas. Tenían un cuerpo bonito, con curvas que las hacían mujeres muy atractivas. No llegaban a estar regordetas, pero tampoco eran delgadas.

Pensé que Juan, por como las miraba, y ellas a él se las habia follado antes de venir al huerto, pero lo descarté porque no paraba de estar liadisimo recorriendo la finca todo el día.

Ambas mujeres se pusieron con las hortalizas mientras hablaban entre ellas. Yo no entre en sus conversaciones pero me enteré de que ambas estaban casadas, con hijos y de que estaban hasta los huevos de su día a día. A veces me miraban y cuchicheaban entre ellas riéndose.

Una de las cosas que dijeron que me mosqueo bastante fue cuando me acerqué a decirles algo del trabajo y la española cogiendo un calabacín bastante largo y grueso le dijo a su compañera sudamericana:
- Mira que este calabacín tiene que estar bueno - contestándole la sudamericana - si está bueno, si - diciéndolo mirándome a la cara con unos ojos de querer follarme allí mismo para después volver con su mirada a la española para sonreírle.

El calor de la tarde dio paso a la rápida formación de una tormenta de verano. Los truenos cada vez se oían con mayor fuerza empezando a caer unas ligeras gotas que agradecimos por el sofocante calor que hacía. Esas gotas dieron paso a unas mucho más grandes anunciando en unos segundos después una lluvia torrencial que empezó a mojar nuestros cuerpos.

Les dije a las dos que nos resguardaramos en el almacén, pero mientras recogíamos los capazos de hortalizas y los utensilios estábamos ya totalmente empapados. Salimos corriendo para el almacén sorteando el agua de los charcos y el barro que empezó a ser evidente por todos lados.

Ya en el almacén las dos mujeres estaban empapadas, con el cabello y la ropa totalmente mojadas. Fue algo tan rápido que pensaba que al ser una tormenta de verano apenas iban a caer cuatro gotas, pero me pilló desprevenido.

Me sentí un poco culpable por haberlas dejado en el huerto tanto tiempo y no se hubieran resguardado antes de que empezara a diluviar. Salí corriendo para la casa de Juan, cuando más llovía, y volví con un par de toallas que encontré en su cuarto de baño.

Llegué como si hubiese salido en ese momento de la piscina de D. Fulgencko. Me quite la camiseta de tirantes y me quedé solo con mi pantalón corto que al estar mojado se me pegó a mi cuerpo mostrando un paqueton que no paso desapercibido por ambas mujeres al no parar de mirarlo de reojo.

- Perdonad, os he traído toallas para que os sequeis el pelo y, si queréis podéis quitaros la ropa mojada, ponerla ahí encima y secaros, que podéis coger un enfriamiento - les dije mientras les daba las toallas y dándome la vuelta para que no se sintieran cohibidas.

Al darme la vuelta escucho entre susurros como decian lo bueno que estaba, que qué diferencia con sus maridos, y.alabando mi culo.

- Ya puedes darte la vuelta - me dijo la española.
Cuando me giré vi a las dos con el pelo todavía mojado, y con la toalla rodeando sus cuerpos ocultando sus pechos y quedándose un poco por encima de sus muslos, mostrando unos cuerpos que me pusieron cachondo.

Vi como se habian quitado toda su ropa poniéndola en una barra para intentar que por lo menos no estuviese tan mojada cuando se fueran, incluidas sus bragas.

- ¿No te quitas tú los pantalones? Los llevas mojadísimos. - dijo la española mientras escucho con voz muy baja a la sudamericana decirle a su compañera: - Como nosotras, lo tenemos muy mojado - riéndose de forma picara haciendo que la española también sonriera.

Me di cuenta de que querían jugar conmigo. Por lo que les escuché en el huerto no tendrian problema en divertirse un poco y volver a ser deseadas por un macho. Parece que en sus vidas la rutina es lo que imperaba y sus maridos no eran capaces de hacerlas sentirse atractivas. Me imaginaba que en el dormitorio de ambas se había acabado la pasión desde hacía tiempo llegando a practicarse un sexo tan solo para cumplir con el trámite.

Me baje los pantalones mostrando un slip, también mojado, con un paquete abultado ya por la morbosa situación.
Las caras de sorpresa que pusieron las dos me hizo sonreír. No se pensaban que tendría los cojones de quedarme en calzoncillos enfrente de ellas.

- ¿Eso que guardas ahí es real o llevas un calcetín? - me dijo la española sin dejar de mirarme el paquete. - ¿O es que nos ves atractivas? - me preguntó.

- Sois dos bellezones y claro que me ponéis cachondo, estáis muy buenas - les dije mientras me tocaba mi paquete - Y si, esto es real -

La española se acercó y se puso enfrente diciendo: - ¿Puedo comprobar si dices la verdad ? - llevando su mano a mi paquete y acariciandolo con suavidad.

- Joder Nina, si es real, si. Ven que ni mi Emilio ni tú Pepe tienen esto - le dijo a la sudamericana que se acercó tocándome con delicadeza el paquete.

- ¿Podemos verla? - me dijo la española sin tiempo a contestarle porque ya me la habia sacado del slip. - Dios mío, ¿como puedes tener esto si eres un crío?. No he visto nunca una así - me dijo mirándomela con cara de asombro. - Nina, de estas en tu país si tienes, y te viniste a casar con el Pepe - le dijo con sorna - Mira que has sido tonta -.

Con la situación morbosa que estaba viviendo mi polla se presentó ante ellas en todo su esplendor. La tenía durísima y me gustaba que me hicieran esos cumplidos. Las dos la miraban con cara de asombro, a la misma vez que con deseo.

- ¿Queréis probarla? - les dije para comprobar hasta donde podían llegar las dos casadas insatisfechas. - A mi no me importa daros el mayor placer que vais a experimentar en vuestra vida - les dije en plan chulesco por mi parte.

Sabía que follaba bien, y la cantidad de polvos que había echado ese verano certificaban que me había convertido, gracias a Juan, en un semental. Además me apetecía muchísimo follarme a las dos casadas y que se fueran ese día recordándolo siempre.

Nina era la más callada pero con la mirada lo decía todo. Estaba deseando ser follada.
- Antes de probarla Violeta - dijo Nina a su amiga - me gustaría que este crio me hiciera algo que hace muchos años que no me hacen. Mi Pepe jamás me lo hace y me da vergüenza pedírselo por si me dice que soy una guarra, ya lo conoces, aunque a él si le gusta que yo se lo haga. Yo creo que le da asco, pero en mi país mis novios me lo hacían siempre -

Sabía lo que Nina quería. La agarre por la cintura y la senté en la mesa. Le quite la toalla apareciendo unas tetas preciosas y un coño con abundante vello donde sobresalía el clítoris entre unos labios mayores rosáceos. Estaba deseando comerme ese coño, pero antes empecé a lamer y chupar sus tetas que al verlas me volvieron loco. Violeta se puso al lado observando, llevando sus manos a su coño sin quitarse la toalla.

Nina intentaba agarrar con sus manos la mesa sin éxito, fruto del placer que le estaba dando al devorar sus tetas. Sus pezones eran grandes, pero lo que más me ponía eran sus areolas oscuras, que lamía y chupaba con verdadera pasión.

Baje hasta su chocho que me pareció increíble. Lleno de vello alrededor sobresalían en su pedazo de raja los labios mayores que parecían como el magma solidificado de un volcán. Mi lengua empezó con una lamida profunda desde su perineo hasta el final de su raja, dándole buenos lametones a su clítoris. Lo hice varias veces viendo como la sudamericana se retorcía de placer cogiéndome con su mano mi pelo agarrándolo con fuerza.
- Papi, papiii, cariño, cuanto echaba de menos estoooo, ummm, papi sigue, sigue aggghhh - me dijo Nina mientras ya mi lengua empezó a acelerar el ritmo lamiendo, chupando y mordisqueando su chocho.

Violeta se subió también a la mesa poniéndose al lado de Nina, quitándose la toalla, acariciándose sus enormes pechos y su coño también peludo.

Hundía mi cabeza cada vez más entre las piernas de Nina. Aproveche que estaba cerca Violeta para acariciar con mi mano derecha su coño, mientras con la izquierda iba introduciendo varios dedos en el coño de Nina mientras mi lengua chupaba su clítoris.

- Cariño, sigueeee, sigueeee, uffff, ummm, no pares papi, tu si que sabes - decía Nina gimiendo y retorciéndose de placer. Mis dedos estaban cada vez más mojados de como lubricaba su coño.

Violeta, viendo a su amiga cómo se moría de placer, se ponía más cachonda, cogiendo mi mano y empujando mis dedos más al fondo de su chocho también ya totalmente lubricado. Mi polla estaba a punto de explotar.

Saque mis dedos del coño de Violeta, que gritaba de manera brutal, para follarmela con mi lengua. Se la metía dentro de su coño todo lo que podía mientras su flujo salía con fuerza derramándose por mi boca y mi barbilla.

- No puedo papi, cariño, déjala, que llego, que llego, quiero tenerlo con esa verga dentro de mi uffff no sigas papiiii ummm - me dijo jadeando de placer Nina.

- Violeta, termino con ella y empiezo contigo - le dije mientras iba al cajón donde Juan tenía una caja de condones.

- Espera - me dijo Violeta bajando de la mesa y llevándose mi pollón a su boca chupándomelo intensamente. - Esto si es una polla como dios manda - volviendo a tragársela de forma brutal.

- Joder Violeta, que mamada hostia, que ganas de polla tienes aggghhhh - le dije mientras se atragantaba intentando comérsela entera.

- Violeta, necesito ya esa verga dentro - le dijo impaciente Nina. Violeta se sacó la polla de su boca meneándomela un par de veces hasta que me puse el condón.

- Mi papi hermosoooooo - grito Nina cuando con mi mano dirigía mi glande hacia su coño frotando su rajita con fuerza antes de meterla en su volcán.

Después de frotar mi polla por toda su rajita se la fui metiendo notando un coño caliente y muy húmedo. Se la metí hasta el fondo mientras le chupaba las tetas. Empecé a follarla notando como su coño envolvía totalmente mi pollón

- ¡Ayyyyy! ¡Ayyyyy papitoooo!!! metele toda esa verga dura, así amor, asiiii aggghhh - gemía Nina mientras la embestia con mayor fuerza.

- Joder nenaaaa, joder como me pones, uffff, toma mi pollaca, agggghhh - le decía yo al oído mientras me apretaba fuerte mi culo con sus manos.

- Mi hombreeee, amorrrr, uffff, que placerrrr, cuanto tiempo, agggghhhh, sigueeee papi, sigueeeee, que me, ¡ayyyyy! ¡aaayyyyy! - Los gritos de Nina eran bestiales, teniendo espasmos por todo su cuerpo y cayendo al final rendida en la mesa, resoplando con fuerza y chorreando por su chocho abundante fluido provocado por su increíble orgasmo.
- Como follas papi, cuanto tiempo sin tener esto - no paraba de decir Nina.

Con mi polla totalmente embrutecida fui directamente al coño de Violeta, que abrió las piernas sentada en la mesa, enseñándome otro chocho increíble, menos peludo que el de Nina y bastante lubricado.

Mi lengua recorrió todo el coño de Violeta, lamiendo y chupando con fuerza sus labios mayores, menores, clítoris y su orificio vaginal. Ella inclinaba la cabeza hacia atrás gimiendo como un animal.
- Nunca me han hecho estoooo, ummmm, que gusto, que gustooooo, agggghhhh como he tardado tantoooo aggghhhhh, sigueeee sigueeee asiiii asiiii ohhhhh siiiiii -
Disfrutaba escuchando a esa mujer que estaba descubriendo por primera el placer de que un macho le estuviera comiendo su coñito. Era tal el placer que sentía que presionaba con fuerza sus muslos en mi cabeza, como si no quisiera que se escapase de ahí. Pensé que lo mejor era que se corriera en mi boca, follándola con mi lengua y sintiera por primera vez un orgasmo de esa manera.
Acelere el ritmo follándola alternando mi lengua con mis dedos que introducía rápidamente hasta el fondo.
- Dios mioooo, que es esto, agggghhh, me va a dar algooooo, agggghhh, ufffff, sigueee, esto es maravillosooooo aggggghhhh, noooo, aggghhhhh, nooooo, diossssss, sigueeeee agggghhhhh -
Jadeando intensamente y moviendo las piernas de forma descontrolada empezó a salir de su coño trallazos de fluido que mojaron toda mi cara, pelo y torso, como si estuviera orinándome encima.

Los cuerpos de Nina y Violeta descansaban sobre la mesa con sus piernas colgando. Yo estaba secándome el orgasmo de Violeta de mi cara cuando escucho detrás de mí:

- Ya veo que estáis bien. He venido para comprobar cómo estabais y si os había pillado la tormenta. Hay algunos caminos inundados. Los demás tienen que esperar a que baje el agua, yo he podido venir gracias al tractor. - dijo Juan mirando con cara de vicio a las dos mujeres totalmente desnudas encima de la mesa.
- Nos ha pillado y hemos venido corriendo para acá. Nos hemos empapado. He ido a tu casa a por unas toallas - le dije mirándolo con mi polla todavía empalmada y con el condón puesto. Además no podía ponerse normal al ver lo bueno que estaba Juan con su cuerpo totalmente mojado llevando solo los pantalones cortos.

Juan viendo la escena ya tenía su misil a punto. Nina se incorporó poniéndose de pie, miró a Juan de arriba abajo, y mordiéndose un labio dijo: - Ufff, que macho tengo aquí. Tú también me vas a follar papi - abalanzándose hacia él y quitándole los pantalones y el slip
- Diosito, que vergota tienes - llevándosela a la boca chupándola con gran maestria.

Violeta también se incorporó en la mesa y vio como su amiga le hacía una tremenda felación a Juan. -;Otro macho más aquí, ufff, cómo está de bueno - tocándose otra vez el coño con sus manos.
- Tú - me dijo - meteme ese pedazo de polla en mi coño, que quiero correrme otra vez - abriéndo las piernas y mostrándome como su coño palpitaba pidiendo a gritos un buen pollón que lo follara

Continuara...
 
Mientras Nina succionaba la polla de Juan dándole un placer tremendo que se reflejaba en su cara de éxtasis total, yo me acerque otra vez al coño de Violeta, que abriendo de nuevo sus piernas, y acostada en la mesa recibía con gemidos como mi pollón entraba de golpe en su vagina.
- Dioosssss, metemela hasta el fondo, agggghhh, quiero tener otro orgasmo agggghhhh. Nunca he sentido esto con mi maridoooo aggghhh ufffff sigueeee dameeee aggghhhh dameeee - dijo Violeta mientras veía como mi polla se perdía dentro de su húmedo agujero rodeado por su denso vello.

Le empecé a darle buenas embestidas, volviendo a mojar mi pubis y mis huevos por el inmenso chorreo que salía de su coño.
- Que polla, aggghhh, que pollón tienes hijo mioooo aggggghhh - decía entre jadeos mientras sus tetas se movían al mismo ritmo de las sacudidas que estaba dándole volviéndome loco de placer.
- Así no te folla tu marido eh, agggghhhh, con lo buenorra que estás uffff, que coño que tienes agggghhh, mira como se come mi pollón aggghhh. ¿Te gusta como te follo? Agggghhh, mira como te follo aggghhh - le dije entre jadeos apretando sus tetas y pezones haciendo que se retorciera de placer.

Nina se puso a cuatro patas en el suelo. Juan flexionó sus rodillas y empezó a golpear con su mástil sus nalgas. No tuvo dificultad su pollón en encontrar el coño de Nina. Solo bajo su mástil entre las dos nalgas de la mujer entrando directamente en el coño, metiéndole su glande para después empezar a follarla a saco.
- ¡Ayyyyy! papi, ¡ayyyyy! cariño, ¿que me estás metiendo? ummm, como me gusta aggghhh, que dura y que gordita amorrrr aggghhhh sigueeeee agggghhhh me encanta tu vergota agggghhhh - jadeaba Nina cuando Juan la estaba destrozando por dentro.
Juan estaba como loco, moviendo sus caderas y culo follándola como él sabe hacerlo.

- -¡Ay madre!, ¡ay madre! que gusto, que gusto dios mioooo, siiiiii, no pares, no pares agggghhhh - me gritaba como una energúmena Violeta mientras chorreaba por su coño, preludio de otro intensísimo orgasmo.
Empezó a golpear la mesa con las palmas de sus manos, teniendo espasmos bestiales mientras mi pollón se perdía en su felpudo de forma acelerada, impactando fuertemente mi pubis y mis huevos en sus ingles, perineo y culo. Los gritos hicieron que Juan y Nina nos mirasen, haciendo aumentar en ellos su excitación y por tanto el ritmo de su follada.

Violeta, aún con fuertes jadeos y con una respiración muy acelerada se puso de pie quitándome el condón. Hizo que me sentara sobre la mesa y cogiendo mi polla muy dura y tiesa abrió su boca empezando a hacerme una mamada que me puso muy burraco.

Mientras estaba en el séptimo cielo gracias al mamadon de Violeta escucho:
- ¡Ay encargado! por el culo no agggghhh, papito por el culo no uffff - empezó a decir Nina con una voz muy sensual y de estar muy caliente.
Gire la cabeza y vi como Juan se la estaba metiendo por el culo. Nina parecía que no quería que lo hiciera, se lo estaba diciendo, pero a la misma vez lo estaba deseando.

- ¡Ayyyy papi!, no, por el culo no, aghhhh, duele, duele ufffff - gemía Nina mientras Juan se la metía y sacaba por el culo lentamente.

Viendo a la casada chupándomela con fuerza, y a la misma vez ver a Juan taladrando el culo de Nina que le decía que no con la boca pequeña mientras ponía sus ojos en blanco de la excitación me hizo avisar a la que me estaba practicando la felación que me iba a correr de inmediato, algo que pasó dentro de su boca tragándose cada trallazo de mi leche que lanzaba mi polla.

- Duele amor, aggghhh, duele mucho. Aggghhhh es que tú vergota es muy grande aggghhhh está muy dura aggghhh duele ummm - volvía a decir Nina con una voz increíblemente sexi mientras Juan ya le estaba follando fuerte metiendo toda su polla en su culo.

- Sigueee aggghhh sigueeee hablándome asi guapa que me voy a correrrr - le gritó Juan entre gemidos fuertes.

- Ummm tu vergota me destroza el culo aggghhhh sigue mi amorrrr agggghhh mi papi siiii mi hombreeee agggghhh - gemía cada vez más fuerte Nina.

Juan la saco de su culo y se la hincó como si fuera una lanza en su chocho empezando a bombearla muy fuerte metiéndole varios dedos en su culo. Eran tan fuertes las embestidas que Nina no pudo con ellas cayendo su cuerpo sobre el suelo teniendo solo levantado el culo que Juan, apoyando sus manos en el suelo, y con solo el equilibrio de las puntas de sus pies la empujaba brutalmente metiendo su polla con fuerza en el coño.

Esto hizo que Juan comenzara a gemir como un verdadero macho semental al correrse provocando en Nina un orgasmo bestial confirmado por unos gritos brutales que retumbaban por todo el almacén.

Juan dejo caer todo su cuerpo sobre el de Nina, sin sacar su polla de su coño. Estuvieron así un rato víctimas del pedazo de orgasmo que habían tenido ambos.

Al rato nos vestimos esperando el furgón que tenía que llevar a estas dos mujeres a sus casas. Sus ropas todavía estaban empapadas, pero Juan les dijo que se pusieran las toallas por encima y que podian devolverlas la próxima vez que fueran a la finca.

Estando los dos en la puerta del almacén Juan me dijo:
- ¿Te querías montar la fiesta tú solo eh cabrón? -

- Tú siempre dices que hay que aprovechar la oportunidad de follar si surge ¿no? - le dije sonriendo.
- Niño, me ha puesto muy malo la sudamericana. Cómo gemia, como hablaba, ufff y ese chocho... - dijo Juan mientras veía como llegaban los furgones con los jornaleros.

Al llegar los furgones un hombre empezó a gritar mientras abría la puerta trasera del furgón:
- Pero Violeta, ¿cómo vas así? ¿y esa toalla? ¿Y tú también Nina? -
- Es que hemos hecho un striptease a estos dos en el almacén, no te jode - señalandonos a Juan y a mi - Eres muy tonto Emilio. Pues que va a ser, nos hemos empapado con la tormenta y este chico nos ha traído las toallas para no enfriarnos - le dijo a su marido.casi con voz enfurecida.

Juan y yo nos miramos con cara de sorpresa. Ninguno de los dos nos pensábamos que su marido estaba tan cerca del lugar donde su mujer habia sido follada como dios manda.

- ¿El Pepe va en el otro furgón no? Nina se tendrá que montar en ese - le preguntó a su marido al no ver quién iba dentro al estar los cristales sucios.

Nosotros volvimos a mirarnos sonriendo. También estaba a poca distancia el marido de la sudamericana.

- Si, Pepe va en el otro. Anda sube que nos vamos. - le dijo Emilio dejándola que subiera al furgón antes que él cerrando la puerta.

Llegó el otro furgón y Nina, antes de subirse, giró la cabeza y nos sonrió a los dos de forma picarona.

Violeta,.bajo el cristal del furgón y mirándonos a los dos nos dijo:
- Muchas gracias eh, pero muchas gracias por todo. Ya vendremos a devolveros las toallas -

- Que cabrona la casada - le dije a Juan mientras el furgón arrancaba y comenzaba a circular.
- Vamos papi que nosotros tenemos que terminar la faena que nos queda - me dijo Juan riéndose y dándome un azote en el culo.
- Si mi amor. Que hijo puta estás hecho, por el culo no... Por el culo no.... Cómo consigues lo que quieres cabronazo. - le dije yo poniéndole mi mano sobre su hombro.

Continuará....
 
Al día siguiente de la tormenta Juan me comentó que yo tenía que ir el sábado por la mañana a la finca a hacer algunas tareas porque D. Fulgencio se había empeñado en llevárselo a una cacería con unos amigos a un coto que estaba en un pueblo del interior. Juan no le gustaba mucho la caza pero no le podía hacer un feo a su jefe rechazándolo. Casi todos sus amigos llevaban a sus hijos y D. Fulgencio prefería llevar a Juan, que era como de la familia, antes que a su hijo Alberto, que además no estaba en la finca. Se iban el viernes por la noche para volver el domingo por la tarde.

El sábado por la mañana había quedado con un chico que quería compartir piso con otros estudiantes. Me ofrecía una habitación y quería ir a verlo ya que me interesaba al estar cerca de la facultad. Me iba a llevar esa mañana mi padre, pero al tener que quedarme en la finca trastocó todos mis planes.

El piso tenía tres habitaciones y se habían quedado dos vacias al terminar los estudios los chicos que las alquilaban.

Llamé a este chico, que se llamaba Manu, y le conté que no podía ir por la mañana. Me dijo que podía ir por la tarde, por lo que tuve que buscarme la vida y coger un autobús ya que mi padre por la tarde no podía llevarme. Si hubiese estado Juan le hubiera pedido el favor, lo mismo que Teo, pero esa tarde tenía una boda.

Llegué por la tarde a la ciudad donde hacia bastante calor. Manu me dió la dirección de la casa que no me fue difícil encontrar al estar en una zona conocida.

Manu estaba en segundo año de carrera y por teléfono parecía simpático. Me dijo lo que costaba al mes y me pareció interesante, sobre todo al estar cerca de la facultad y así poder ir andando y evitar tener que pagar transporte público.

Al abrir la puerta me quedé impactado. Manu era todo un macho, con un cuerpo de infarto y muy guapo. Ya la voz por teléfono era bastante varonil pero al verlo en persona me temblaron las piernas.

Era más alto que yo, con un cuerpo fuerte, duro, sin estar muy musculado. Tenía el pelo rizado, moreno y ojos marrones oscuros. Tenía unas facciones muy marcadas, con una mandíbula prominente y un hoyuelo en su mentón que le hacía muy atractivo y guapo.

Manu se dió cuenta que le hice un repaso lento por todo su cuerpo con mi mirada, pero es que era digno de ser observado con detenimiento.

Llevaba una camisa de manga corta abierta hasta el tercer botón que le marcaba un pecho fuerte y poderoso, cubierto por un vello no muy abundante pero que lo hacía irresistible por el morbazo que daba. Sus pantalones eran ajustados, marcando unas piernas grandes y fuertes y un paquete que hacía pensar que todo en él era potente y duro.

Nos presentamos en la puerta y al dirigirse al salón comprobé por su forma de andar chulesca era un macho muy seguro de si mismo y consciente de su potencial sexual. El culo que marcaba me puso burraco en ese momento.

Nos sentamos en el sofá del salón. Hacía calor por lo que tenía encendido el ventilador de techo. Me ofreció un refresco y, antes de enseñarme el piso, me informó del alquiler y las condiciones del contrato, además de las normas para tener la mejor convivencia entre nosotros como limpieza, reparto de tareas y visitas.

Al hablar de las visitas ya me llamó atención lo primero que me soltó:
- Busco compañeros con la mente abierta - me dijo sin andarse con rodeos.
Me pilló desprevenido y como un tonto le dije, aunque yo ya sabía por donde iba - ¿qué quieres decir con mente abierta? -
- Pues que respetemos nuestra intimidad y que no te moleste a quien pueda traer a mi dormitorio - me contestó él.

Yo entendí completamente lo que quería decir, y me sorprendió su valentía al ser tan sincero. Pensé que era lo mejor que podía hacer, quería compañeros de piso que no se molestaran si traía chicos y se acostaba con ellos.

- Me estás cayendo muy bien, y me gustaría que compartas piso conmigo, pero necesito saber si eres abierto de mente o más tradicional. - me dijo de forma sería.

Yo fui también directo y se lo pregunté:
- Me estás diciendo Manu que eres homosexual ¿no? -
Manu me miró y dijo:
- Me gusta que seas tan directo. Y por tu reacción ya me estás diciendo que no te incomoda lo que te he dicho. Otro se hubiese ido ya por la puerta. Si, me gustan los tíos y si ligo me los traigo aquí. - me dijo con total conviccion. - Con los otros chicos que se han ido no he tenido ningún problema. ¿Lo puedo tener contigo? - me preguntó.
- Conmigo no vas a tener problema Manu. Lo único que me preocupa es que tú y yo nos podamos liar - le dije con sinceridad.
- Hostias, eso no creo que sea un problema. Desde que te he visto he tenido que aguantarme porque me has puesto a mil. Estás buenísimo y eres muy guapo. ¿Eres también homosexual? - me preguntó.
- Me gustan tanto las tías como los tíos. - le contesté.
- La habitación si la quieres es tuya. Si te tengo que convencer de otra manera lo hago ahora mismo - me dijo con una sonrisa en la cara que me derritió.
- ¿Podemos ver cuál sería mi habitación? - le pregunté levantándome con la polla ya morcillona.

En ese mismo momento la situación se puso muy morbosa. Ni se me hubiese pasado por la cabeza que esa tarde estaria a punto de echar un polvo con mi futuro compañero de piso.

La habitación estaba bastante bien. Era amplia, con una cama grande, un escritorio, un ventilador de techo y un armario empotrado.
- ¿Te gusta la habitación? - me preguntó Manu. - Lo único es que al ser un edificio antiguo las paredes del piso son de papel y se oye todo prácticamente. Aquí estudiamos y dormimos con tapones en los oídos o poniéndonos música en el walkman cuando alguno traemos a alguien. - me dijo con una sonrisa pícara.
- No tengo tampoco problema en eso. Es normal que en un piso de estudiantes se folle bastante, y en este no va a ser la excepción - le dije acostándome en la cama moviéndome para saber si era cómoda.

Manu se acostó al lado diciéndome:
- El colchón es bueno. Ves, aguanta bien el peso de dos personas.-.

De pronto, Manu se me puso encima sentándose, frotando su culo en mi paquete como si estuviera cabalgándome.
- Apenas se oyen los muelles de la cama. Lo único que se puede oír son los gemidos - me dijo mientras simulaba que estábamos follando.

Mi polla estaba a punto de explotar dentro de mis pantalones. El bulto de Manu también estaba cada vez más grande viéndose la silueta de su tremenda polla como iba creciendo a través de su muslo.

- Ufff Manu. ¿Te llegaste a acostar con tus antiguos compañeros? Ummm - le pregunté mientras presionaba cada vez su culo en mi paquete.
- Siiii, me los he follado aunque para el resto eran muy heteros ufff. No veas las mamadas que les hacía, y como me pedían que les rompiera el culo ummm - me dijo Manu siguiendo con su movimiento cada vez más fuerte.
- Aggghhhh ummm ¿Llegasteis a hacer un trio? - le dije ya dando pequeños gemidos del morbazo que me estaba dando la conversación y la follada sin desvestirnos.
- Siiii. Ufff y también orgias de follar toda la noche con amigos míos agggghhh. Hemos llegado a estar ocho machos follando todos juntos aggghhhh - me dijo Manu mientras se quitaba la camisa.
- Joder Manu, que cuerpazo tienes cabrón - le dije mientras mis manos fueron directamente a sus pectorales velludos para acariciarlos y también apretarlos fuertemente.
- Tú no te puedes quejar. Tienes un polvazo - me dijo quitándome él la camiseta que llevaba.

Me cogió las dos manos y me las llevo hacia atrás, hacia el cabezal de la cama, presionado mis brazos para inmovilizarme. Inclinó su torso hacia mi y puso su cara casi pegada a la mía.

- ¿Al final te quedas la habitación? - me preguntó llevando su boca a la mía, mordisqueando con sus dientes mi labio inferior, para después introducir su lengua, dándome un morreo bestial.

Fue bajando dándome pequeños chupetones en el cuello, lamiéndolo hasta llegar a mi axila izquierda. Empezó a olerla, notando como aumentaba su excitación, para después besarla y lamerla. Lo mismo hizo con mi axila derecha, dándome un placer exquisito, que siguiendo más tarde mordisqueando mis pezones.

Me desabrochaó el pantalón, quitándomelo rápido, quedándome en ropa interior.
- Ummm , ¿que escondes aquí? - me dijo mientras su mano acariciaba, a la misma vez que apretaba mi paquete con la polla bien dura.

Acerco su nariz a mi paquete, que estuvo oliéndolo, notando yo su respiración a través de los calzoncillos. Manu al parecer le ponía el olor a macho porque se estaba poniendo cada vez más cachondo.

Abrió su boca cogiéndome con ella mi polla y mis huevos viendo como se humedecía mi ropa interior por su saliva. Yo estaba muy caliente, me gustaba bastante lo que me estaba haciendo mi futuro compañero de piso

Bajo hasta mis inglés que lamió y beso suavemente, hasta llegar a mis pies. Cogió mi pie izquierdo y empezó a chupar mis dedos mientras con su mano me masajeaba la planta. Chupaba los dedos de mis pies como si mi polla se tratara. Era la primera vez que me los chupaban y no me disgustaba. Además me puso muy burraco ver a Manu cómo me miraba con cara de vicio mientras se tragaba los dedos como si fuera una mamada. Sentí placer en lo que me estaba haciendo descubriendo un nuevo punto erógeno en mi cuerpo.

Después de chuparme los dedos se puso de pie y se quitó sus pantalones. No llevaba ropa interior, apareciendo ante mi un pubis muy velludo con una pollaca grande, superdura, tiesa, y algo que no había visto hasta ese momento de una manera tan brutal, unas venas muy marcadas, como las de un antebrazo de un culturista, que daba la sensación de que su enorme pollón fuera a explotar.

- Joder, que pollón tienes Manu - le dije sin parar de mirarlo.
- No te imaginas el placer que te va a dar - me dijo volviendo a la cama, llevando su venosa pollaca hasta mi boca, que abrí sin ningún problema, tragándomela entera hasta tocar mi garganta.

Continuará....
 
La polla que tenía en la boca me estaba excitando demasiado. Se la chupaba como podía ya que mi cabeza estaba apoyada en la almohada y Manu me la metía hasta el fondo de mi boca como si de mi culo se tratara.
Trataba de no atragantarme con aquel mástil superduro que entraba y salía de mi boca con rapidez. Sus huevos golpeaban mi barbilla y cuello, mientras yo le agarraba su culo con mis manos.
- ¿Te gusta que te follen la boca cabrón? Aggghhh siii, te la voy a meter hasta el fondo agggghhh. Tienes una boca tragona hijo de puta aggghhh - me dijo mientras aumentaba el ritmo.
Yo lo único que podía hacer era mantener mi boca bien abierta mientras entraba y salía su polla durísima. A veces la sacaba y me la restregaba por toda la cara, incluso me golpeaba con ella las mejillas, cogiéndola con mi boca para chuparla, recorriendo con mi lengua sus potentes venas que me estaban volviendo loco. También me ponía sus huevos en mi cara, que los frotaba aprovechando yo para chuparlos y lamerlos, mientras escuchaba sus gemidos cada vez más intensos.
- Tragate los huevos cabrón. Aggghhh siiii, están duros y cargaditos aggghhh siiii - me decía mientras me los metía en mi boca.

Así estuvimos un rato, disfrutando de la mamada y de la comida de huevos hasta que Manu se levantó y se fue a su habitación. Enseguida apareció con una caja de condones, un bote de lubricante y una polla de plástico de grandes dimensiones.

- Vamos a jugar chaval - me dijo meneando con su mano el pollón de plástico que llevaba y sonriendo. Verlo de pie, con su pollón empinado y ese cuerpazo me volvió loco. Me fijé en sus piernas muy musculadas, poderosas, y con venas, que aparecían también resaltadas en sus brazos y hombros.
- Manu, que cuerpazo tienes cabrón - le dije yo con cara de deseo.
- Juego desde hace tiempo en un equipo de rugby. Me encanta el contacto físico de ese deporte. Tú tampoco estás nada mal - me dijo mientras se acercaba a la cama.

Me quitó los calzoncillos que llevaba con rapidez. Al quitarlos mi polla erecta salió de golpe sorprendiendo a Manu.
- Ufff que bate tienes cabrón - me dijo mientras me la tocaba.

Me levanto las dos piernas haciendo que mi cadera se elevará. Fue directamente a por mi culo. Su lengua empezó a recorrer el perímetro de mi ano dándome lengüetazos en él que me volvían loco. Su lengua recorría desde mi ano hasta mi perineo haciendo que mi placer aumentará rápidamente.
Me empezó a lamer con su lengua el ojete hasta sentir como la metía dentro de mi ano de forma rápida sintiendo con cada movimiento como me daban auténticos espasmos en mi cuerpo. El cabrón sabía cómo comer un culo.
- Ummm Manu, joder, como sabes agghhh - le dije entre jadeos.
- Espera que esto acaba de empezar - me dijo volviendo a meter su lengua dentro de mi culo, sacándola después para recorrer el tramo desde mi ano hasta el perineo.

Manu abrió el bote de lubricante, echándo un buen chorro en los dedos de su mano. Note una sensación húmeda y fría dentro de mi culo cuando me los metio hasta el fondo. Vi como echaba otro buen chorro en la polla de plástico, una polla negra, de grandes dimensiones y gorda.

En la misma posición en la que estaba cuando me estaba follando con su lengua vi como Manu me puso ese monstruo de polla en mi culo.
- Tranquilo, te la voy a meter poco a poco. Es de gran tamaño, pero vas a saber cómo una polla así te llena el culo y la sensación es tremenda. - me dijo mientras me la metía por el agujero.
Pensé que ya me había metido una polla así, pero real, la de mi amigo Paco, aunque está tenía la peculiaridad de que era más gorda.

Mi culo se abrió sin problema mientras Manu con su mano me metía ese monstruo de polla. -Se ve que tú culo ya está acostumbrado a meterse estos tamaños. Está entrando de puta madre - me dijo Manu mientras empujaba cada vez más adentro ese pedazo de polla dentro de mi culo.
- Agggghhh con cuidado tío. Ufff es muy gorda aggghhhh - le dije yo aguantando ese trabuco dentro de mi.

Manu empezó a meter y sacar su juguete. Mientras lo hacía su boca buscó mi polla que estaba totalmente dura. Empezó lamiéndome mi glande, recorriendo después su lengua toda mi verga, hasta chupar y lamer mis huevos. Abrió su boca y comenzó a hacerme una mamada de auténtico maestro. Era un experto en el arte de la felación porque desde el primer segundo senti un gustazo difícil de describir. El placer del mamadón que me estaba haciendo se acrecentaba por como movía el pollón de plástico dentro de mi culo.
- Aggghhhh Manuuuu joder aggggghhhh que gusto, que gusto agggghhhh, sigueeee, como la chupas hijo de puta agggghhh - le decía entre gemidos poniendo los ojos en blanco. Me retorcía de placer, cogiendo con mis manos la cabeza de Manu presionándola contra mi pubis intentando meterle mi pollón en lo más profundo de su garganta.

Manu también era un experto en el tema de los consoladores. Sabía cómo mover esa polla, como si te estuviera follando un tío superdotado realmente. Si cerraba los ojos sentía un placer inmenso en mi polla y a la misma vez en mi culo.

Mientras seguía follándome con el trabucazo Manu soltó mi polla y me dijo:
- ¿Sabes poner un condón con la boca? - me preguntó
- Alguno que otro he puesto si - le contesté.

Me dejó el trabuco dentro de mi culo y volvió a poner su pollaca venosa dentro de mi boca.
- Dame un par de lengüetazos y ponme el condón con tu boca, que eso me pone mucho - me dijo muy excitado.

Me puse el condón entre mis labios y se lo puse sin problema con mi boca.
- Eres un experto cabroncete. Que bien lo vamos a pasar este curso - me dijo mientras me volvió a levantar las piernas quitándome el trabucazo de mi culo, sustituyéndolo por su pollaca venosa.

Con mis piernas en sus anchos hombros empezó a meterla, de una forma sublime, haciéndome enloquecer. El cabrón se ve que ya había destrozado muchos culos porque se movía de una forma que me hacía sentir muchísimo placer.
- Siiii, siiii joder Manu uffff como follas, joder, aggghhh como follas - le dijo yo entre jadeos sintiendo muchísimo como su polla llenaba mi culo.
- Tío aggghhh, que culo tienes, como sabes estrecharlo agggghhhh. Son muchos años uffff de follar aggghhh, y la experiencia que tengo agggghhh es mucha ufff. Me he follado a tíos muy heteros aggghhhh, que siempre negarían ummm haber follado conmigo aggghhh pero siempre me recordarán agggghhh - me dijo gimiendo de forma chulesca.
- Desde el instituto estoy agghhh haciendo mamadas ummm y follando aggghhh y uno ufff aprende lo que hace que un tío agggghhh se rinda a tus pies agggghhhh. Se perfectamente ummm lo que le gusta a los tíos agggghhh y me siento orgulloso ummm cuando un tío uffff me dice que soy mejor que su chica agggghhh -

La follada con Manu me estaba dejando sin palabras. Sabía perfectamente como llevar el ritmo, la intensidad y como moverse, además de tocar los lugares de mi cuerpo claves para sentir mayor placer. Su polla, además de estar superdura y gorda, parecía que estaba tocada por algún hechizo que hacía que la sintiera distinta a las que habían estado en mi culo. Follaba el cabrón de puta madre, sintiendo en todo momento un placer intenso.

- Siiii, sigue asiii, joder Manu, eres Dios aggghhhh creo que me has a provocar un orgasmo sin tocarme mi polla agggghhh - le dije ya con gemidos intensos.
- Como me estás poniendo, agggghhh, hacía tiempo que no follaba con un tío como tú, con un cuerpazo de la hostia aggghhhh - grito Manu aumentando sus embestidas en mi culo pero con unos movimientos que parecían que estaba haciendo una coreografía perfecta.
- Uffff Manuuuu, agggghhh que pollón, siiii, como lo haces cabrón - le dije ya retorciéndome de placer.
- Si te quedas conmigo yo te enseñaré a follar con estilo agggghhh, que culo más tragón, agggghh que bueno que estás aggghhh, me voy a correrrrr - me dijo aumentando la velocidad y cogiéndome fuerte con sus manos mis piernas que seguían apoyadas en sus anchos hombros.

A la hora de correrse se quedó quieto.
- Muévete cabrón, muévete para que me corra - me dijo con cara de auténtico vicio.
Baje mis piernas, que flexioné rodeando su cintura y empecé a mover mi culo metiendo y sacando su pollón rápidamente, follándolo de forma intensa mientras el ponía cara de auténtico placer.
- Tú agggghhh también agggghhh sabes agggghh siiii siiiii joder siiiii metela más, metela mássss, que culoooo agggghhhh voy a descargarrrr, joderrrr mi leche agggghhhh ahí vaaaaaa -. Mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás, comenzó a gritar bastante fuerte al tener un orgasmo increíble.
- Ohhhh, ohhhh, ufffff, diossss, joderrrr, que de leche agggghhh. - me dijo antes de darme un morreo increíble.

Se acostó mirando al techo, con la polla toda empalmada y con el depósito del condón a punto de explotar por la leche que contenía.
- Trae tu polla, quiero comérmela - me dijo todavía excitado.
Me senté en su torso, cerca de su cuello, y empezó a mamarla. Era tal el grado de excitación que me apoye con los brazos en el cabezal levantando mi culo para que la polla entrará mejor en su boca. Empecé a empujar y a moverme comenzando a follar su boca, como el me lo había hecho antes.
- Aggghhh Manu, aggghhh que gusto, que gusto, aggghh que boquita tienes aggghhh, me voyyyy agggghhh, me corroooo - le dije entre jadeos.
Cuando le dije esto el cabrón cogió fuerte mis glúteos empujando mi polla en su boca.
- Me corroooo dentro tioooo si no quieres agggghhhh -. Me empecé a correr cuando le dije "tío.". Al disparar el primer trallazo de leche Manu no quiso sacarla de su boca. Yo me quedé quieto y fue él con la boca y la lengua, teniendo toda mi polla dentro, el que seguía provocándome el orgasmo intenso.

Mire hacia abajo, y al sacarla de su boca salió como si de una explosión se tratara toda mi leche esparciéndose por toda su cara, pelo, cuello y torso. No se había tragado mi leche y al sacarla de su boca parecía el magma que sale en la erupción de un volcán.

Me puse en pie y fui a por una toalla al cuarto de baño para que se limpiase. Al llegar a la habitación me lo veo lamiendo la polla de plástico que estaba lubricada con mi lefa. Se ve que fue recogiendo con la polla toda la lefa que tenía en la cara y el torso y la estaba degustando.

- Te quiero como compañero de piso. El tercero lo voy a elegir la semana que viene. No te preocupes que elegiré bien - me dijo mientras con su lengua relamía la última gota de mi leche del pollon de plástico.

- La próxima vez me vas a follar tú. Pero habrá tiempo para todo. Es un curso completo. - me dijo con una sonrisa. - Además suelo cobrar por esto -.
Al decirme esa última frase me quedé petrificado.
- ¿Que me estás diciendo Manu? - le pregunté con inquietud.
- Lo que has oído. ¿Cómo crees que pagó el piso, mis estudios y los gastos que tengo? Te lo digo con total sinceridad porque algunos clientes vienen aquí. Y tú también podrías con la cara, el cuerpazo y el pollón que tienes. Además suelen ser clientes con poder adquisitivo, nada de gentuza. Piénsatelo, es dinero que viene muy bien. - me dijo Manu con total normalidad mientras continuaba desnudo en la cama tocando el pollón de plástico.
De pronto lo entendí todo y sobre todo en la forma de cómo follaba Manu y lo que senti con él.
- Tú seguro que tendrías mucho éxito. Te enseñaría unas cuantas cosillas y ganarías mucho dinero - me dijo levantándose de la cama.
- ¿Tus antiguos compañeros también lo hacían? - le pregunté
- Al principio no,.pero cuando ves que tienes dinero para pagar tus gastos y te sobra para tus caprichos la cosa cambia. Por supuesto no te voy a obligar, tan solo te he dicho que aquí recibo a mis clientes, para que no te asustes ni preguntes después. Te lo estoy diciendo ahora, antes de confirmarme que quieres la habitación, que espero que sí. - me dijo acercando su cara a la mía.
- Vale Manu, está semana próxima te llamo y te lo digo - le dije despidiéndome y saliendo por la puerta.

Caminado hacia el autobús mi mente no paraba de hacer encajar las piezas de la vivencia que había tenido hacia unas horas. El consolador, la forma de darme placer, su manera de follar.... Me di cuenta que me habia acostado por primera vez con un auténtico chapero.


Continuará....
 
El domingo quedamos todos mis amigos para ir a la playa. El plan era estar todo el día allí. Nos llevamos comida y sobre todo mucha bebida. Teo nos fue recogiendo y antes de mediodía ya estábamos jugando al fútbol en la arena.

Yo no paraba de darle vueltas a lo que me había pasado el día anterior con Manu. El piso estaba muy bien situado y la habitación estaba genial. El tema era como convivir con gente extraña que podía entrar y salir del piso en cualquier momento.

- Ayer no saliste - me dijo Paco estando dentro del agua. - Nosotros estuvimos en plan tranqui tomándonos unas cervezas -.
- No tío, llegue tarde de ver la habitación que quiero alquilar y ya después no tenía ganas de salir - le dije dudando si seguía contándole lo que ocurrió.
- ¿Y qué, te gustó? - me preguntó.

Paco y yo estábamos en un momento buenísimo de nuestra amistad. Separados del resto, dentro del agua, se lo conté todo, hasta el polvo que eche con Manu.

- No me jodas tío, un chapero. Y encima te sugirió que entres en ese mundo. Yo si fuera con tías ni me lo pienso jeje, incluso ni cobro - me dijo con cachondeo.
- Paco, no se que hacer. No me voy a convertir en chapero. Yo me tiro a tíos por el morbo, y cobrar por un polvo, y con tíos que a lo mejor no me atraen físicamente, va a ser que no. Pero es que el piso está bien, el alquiler barato y cerca de la facultad, es un caramelo envenenado.
- Tú mismo. Yo lo alquilaría y pondría un candado en la habitación. Tú vas a lo tuyo, y si ves que te molesta te vas a la biblio a estudiar. El problema es cuando quieras dormir si tienes que estar escuchando follar a tu compañero de piso con su cliente. - me dijo acercándose a mi.
- Tío, mira como me las puesto contándome lo del chapero - me dijo Paco viendo en el agua su estaca toda erecta al subirse la pata del bañador.
- Yo también la tengo tiesa Paco - le dije cogiendo con mi mano su gigantesca polla empezando a pajearla. - Sabes que podías perfectamente dedicarte a ser actor porno. La polla de plástico que me metió ayer el chapero era como la tuya, de tamaño gigante. - le dije mientras seguía pajeandolo. - Ves, esto si me da morbo -
- Ufff, sigue. Tío, vámonos para dentro, cerca de la boya, que quiero follarte. Solo te meto la punta ufff, que me has puesto muy cachondo - me dijo acercándose más y metiendo su mano a través del bañador para tocarme el culo. - Además, va a entrar bien, ya lo tienes bien abierto de ayer - me dijo con una sonrisa.
- Joder Paco, ufff, es que tú punta equivale a una polla entera normal - le dije riéndome.
- Vamos hacia la boya tío, vamos nadando y estos creeran que estamos compitiendo para ver quién llega antes - me dijo comenzando a nadar, viendo cómo no se había metido su pollón en el bañador, por lo que parecía que el cabrón tenía tres piernas.

Llegamos a la boya. Estaba bastante alejada de la orilla y, a no ser que alguien utilizará prismáticos, nadie podía ver lo que estábamos haciendo.
Mientras descansábamos nos bajamos ambos el bañador y empezamos a pajearnos.
- Yo tendré un pollón, pero la tuya esta también muy por encima de la media. Me encanta tu polla - me dijo Paco mientras me la meneaba.
- Paco, siempre me pones como una moto. Y es que lo que tienes entre las piernas tienes que darlo a conocer al mundo entero. Te puedes hacer rico ufff - le dije apretando ese monstruo que tenía tan grande y duro.

Paco se puso detrás de mí y puso su estaca en mi culo. Puse mis manos sobre la base de la boya para que pudiera follarme sin problema.
- Que ganas joder, que ganas tenía de volver a follarte - me dijo presionado su punta en mi ojete.
- Aggghhhh Pacoooo, solo la punta tiooo aggghhh - le dije mientras notaba como ya me comenzaba a empalar por el culo.

El morbo que daba estar los dos follando en el agua, estando la playa llena de gente y que podíamos ser sorprendidos por alguna embarcación o patinete de playa hizo que mi excitación aumentará y que mi culo aceptará el enorme trabuco de Paco.

- Agggghhhh Paco, sigueeee aggghhhh que morbazo tio, me gusta más la tuya que la de ayer aggghhhh asiii, dura, aggghhh gorda aggghhh la tuya si que si aggghhhh - le jadeaba mientras el me la metía y sacaba.
- Como me pones aggghhhh, me encanta follarte el culo aggghhh siiiii, a pelo, siiii, está no es de plástico aggghhh está viva y quiere entrar toda dentro aggghhh - gemía Paco mientras aumentaba el ritmo.

El mastil de Paco me destrozaba el culo con cada sacudida. Entraba toda dentro de mi, sin dejar ningún hueco, llegando a lo más profundo, dándome como siempre un placer difícil de describir. Además Paco estaba especialmente cachondo. La descripción pormenorizada de mi polvo con el chapero le despertó su lado más salvaje porque me la metía con fuerza.

- Quiero que estés aggghhh siempre ahí tío, quiero aggghhh tenerte siempre aggghhh para follar contigo aggghhh, tú has sido el primero aggghhhh y quiero que siempre agggghh estés conmigo agggghhh - jadeaba Paco sabiendo que me iba a preñar en cantidad dentro de mi culo.
- Siempre estaré aggghhh, cuando quieras follarme aggghhhh estaré siempre siiiii dispuesto agggghhhh sigueeee Pacoooo como me follas aggghhh cabrónnn - le dije con los ojos entreabiertos y jadeando bastante porque verdaderamente me estaba destrozando.
- Siiii, siiii que culo joder uffff, ¡Ay! ¡ay! que gusto, agggghhh, que gusto dios mioooo siiiiiiii - gritó Paco mientras notaba como mi culo se estaba humedeciendo por los trallazos de leche que Paco lanzaba cada vez que me la metía hasta el fondo.
- Agggghhhh joder agggghhh que ganas tenía de preñarte agggghhhh - dijo entre gemidos Paco sin sacarla todavía de mi culo.

Paco dejo su enorme tranca dentro de mi culo. Al minuto dijo: - como lo necesitaba tío. Cómo quería estar dentro de ti - sacándola, viendo los dos como su blanca lefa espesa, que todavía salía de su polla y la de mi culo, flotaba en el agua.
- ¿Quieres follarme tú a mí? - me dijo Paco con una cara que se notaba que acababa de tener un pedazo de orgasmo.
- Déjalo tío, no te preocupes. Yo estoy más que satisfecho sabiendo que conmigo has descargado y has tenido un orgasmo de la hostia, además de darme a mí un placer inmenso. Vamos a volver para que estos no se mosqueen. - le dije subiéndome el bañador.
- Eres demasiado generoso tío. Si quieres te pajeo y te corres, porque no te la puedo chupar aqui - me dijo con total sinceridad..
- No tío, no pasa nada. Estoy bien. Ya te follare yo otro día. Además me lo he pasado de puta madre, y no tengo que terminar siempre corriéndome yo también - le dije comenzando a nadar hacia la orilla.

- Vaya unos picaos,.mira que llegar nadando hasta la boya - nos dijo Pablo cuando salimos del agua y nos fuimos a por dos cervezas.
Paco y yo nos miramos y sonreímos.
- Es que le he dicho a Paco que no había huevos a ir hasta la boya, y este, como siempre, no sabe decir que no - le dije a Pablo.
- Pues recuperaros pronto que seguimos jugando el partido - dijo Teo cogiendo el balón.

Estuvimos toda la tarde y nos fuimos cuando empezó a oscurecer. Al llegar a casa, me di una ducha y me fui para la cama, sin poder conciliar el sueño al tener un calentamiento de cabeza brutal ya que tenía dudas de si alquilar o no la habitación del piso de Manu.

Llegué a la finca más temprano de lo habitual. Quería hablar con Juan y que me aconsejara que hacer con lo del piso.
Llamé a su puerta y me abrió en calzoncillos. La simple presencia de ese macho recién despierto, prácticamente desnudo, con un cuerpazo de la hostia, y con la típica erección matutina que se le marcaba en su ropa interior me puso muy burraco.

- Niño, ven aquí - me dijo Juan cogiéndome del brazo y empujándome hacia dentro de su casa, cerrando la puerta y dándome un morreo impresionante.
Sin darme tiempo a decirle nada, me empotró contra la puerta de la casa, me dio la.vuelta, me bajo los pantalones y los calzoncillos y empujó su cuerpo contra el mío, notando su enorme paquete en mi culo. Sin poder moverme, veo como se bajó sus calzoncillos y cogiendo su pollón ya duro me lo metió por el culo de golpe.

- Agggghhhh te necesitaba niño aggghhh - me dijo al oído mientras su pollón llegó hasta el fondo.
- Joderrr Juannnn, ¿que te pasa? - le dije yo totalmente desconcertado.

Continuará....
 
Pegado a la puerta Juan me la metía de manera intensa. Notaba como su pollón parecía más gordo y duro que otras veces.
Pensé que era un tío que necesitaba sexo todos los días, que sus huevos necesitaban descargar su densa leche que llenaba siempre en cantidad tanto mi culo como mi boca cuando se corría.
A mí me gustaba como me follaba, me dejaba llevar porque ya sea de forma suave como más agresiva me ponía muy cachondo, demasiado. Verdaderamente me gustaba tener a ese macho dentro de mi disfrutando, gimiendo y saber que yo le satisfacía cada vez que el quería.

Yo siempre estaba dispuesto y eso Juan lo sabia. Mientras me forzaba contra la puerta, de una manera brutal, sin apenas tener yo tiempo de reacción, Juan estaba plenamente convencido que lo que me estaba haciendo al fin y al cabo a mí también me gustaba y era cierto.

El morbo que me daba ser deseado por ese macho, que me estaba destrozando el culo con su pollón, metiéndolo y sacándolo con demasiada intensidad, me provocaba un placer difícil de explicar.

Mientras gritaba, cogiéndo de forma fuerte con sus manos mis brazos extendidos por encima de mi cabeza, metiéndome su mástil hasta lo más profundo de mis entrañas, pensé en la causa de ese polvo tan brutal.

Una de las causas pudo ser la falta de sexo durante el fin de semana durante la cacería con D. Fulgencio, aunque me extrañaba que alguno de los hijos de los amigos de D. Fulgencio no cayera rendido a sus encantos.

Otra de las causas podía ser que necesitaba desahogarse por algo que le pudo cabrear durante la cacería y el follar conmigo era su válvula de escape.

- Niñooooo, cómo me pones cabrón. Tengo mi polla a punto de explotar aggghhhh, que culo más estrecho tienes uffff, me gusta agggghhh me gusta follarte así aggghhh - gritaba mientras notaba en mi culo como su polla me golpeaba el fondo de mi ano como si quisiera abrirse camino hacia el interior de mi cuerpo.

- Juan, me destrozas tioooo ufffff me estás destrozando cariñoooo aggghhhh -
Al decirle esto, Juan se volvió loco. El sonido del golpeteo de su pubis con mi culo era cada vez más fuerte y más intenso.

- Me voyyy niñoooo, aggghhhh, me voyyyyy, joderrrr, que gustooo aggghhhh tomaaaaa tomaaaa aggghhh te preñoooooo aggghhhh - gritaba Juan mientras notaba sus disparos de leche llenando el interior de mi culo.

- Siiii niñooooo ,siiiii - me dijo Juan jadeando y respirando fuerte mientras seguia metiéndola hasta el fondo cada vez que su semen recorría todo el interior de su polla para ser expulsado hacia dentro de mi culo.

Yo seguía pegado a la puerta, de espaldas a él, cuando sentí como su polla abandonaba mi culo totalmente lleno de lefa. De pronto escuché a Juan sollozando. Me di la vuelta y me lo encontré sentado en el suelo, todavía con su pollón erecto y cubierto de lefa, llorando con la cabeza agachada.

Al ver por primera vez a Juan así de vulnerable me dejó en shock. Ver ese macho, que hasta hacía un momento me estaba llevando al éxtasis con sus sacudidas, como un animal totalmente indefenso, me conmovió.

Me acerqué a él cogiéndoke sus mejillas con mis manos y limpiando sus lágrimas de su cara
- ¿Qué te pasa Juan? Eres un tío muy fuerte y nunca te he visto así ¿que te pasa? - le dije con mucho cariño mientras le acariciaba su pelo, dándole algunos besos en su cara. - Me estas asustando Juan, ¿me puedes decir que te pasa? Si no me lo dices no te puedo ayudar.

Juan, mirándome con los ojos enrojecidos y con lágrimas, me empezó a contar lo que había ocurrido durante el fin de semana de cacería.

El viernes se encontraron todos los amigos de D. Fulgencio y sus hijos en la finca donde se iba a hacer la cacería el sábado y el domingo. Llegaron para la cena y después parece ser que se fueron todos a un club de alterne cercano a la finca. En el club de alterne se estuvieron tomando unas copas y uno de los amigos de D. Fulgencio decidió pagar a todos unas prostitutas. Por supuesto todos los jóvenes, y algún que otro amigo de D. Fulgencio escogieron una prostituta y estuvieron con ella. Juan también se folló a una, y según me contó, le hizo algún regalo extra por lo bien que la follo, saliendo el último de todos.
Del club de alterne se fueron directamente a cazar llegando a la finca para el almuerzo. Por la tarde, después de dormir la siesta, visitaron una bodega y después un conocido de ellos les tenía preparado un tentadero donde soltaron varios becerros. Allí cenaron y se fueron otra vez para despertarse temprano el domingo para volver a cazar.

Juan se fijó en uno de los jóvenes que había en el grupo. Era un guaperas, moreno, alto y con un cuerpazo. Este chico fue con el que más habló y conectó durante todo el fin de semana. Parece ser que no pudo resistirse a los encantos de Juan. Además estaba ya casado.

Al terminar la cacería del domingo Juan y este chico fueron los que les tocó preparar la barbacoa, mientras los demás se fueron a visitar una pequeña capilla que habia en un monticulo alejada de la casa principal.

Al quedarse solos preparando la barbacoa, se quitaron las camisetas por el calor y les subió demasiado la temperatura haciendo que ambos comenzarán a enrollarse, comiéndole el casado la polla a Juan y ofreciéndole su culo para que lo follara.

Ambos se metieron en una habitación que parecía ser una despensa y Juan empezó a embestir al casado, que se puso a cuatro patas, follándolo como él solo sabe hacerlo, recibiendo su pollón con ansias.

Mientras le estaba dando sacudidas Juan se dió cuenta de que alguien lo estaba observando. Al girar la cabeza se quedó paralizado. En la puerta se encontraba viendo la escena D. Fulgencio. Este se quedó mirando fijamente a Juan y se fue.

Juan rapidamente saco su pollón del culo del casado. Juan le dijo que se levantará y se subiera los pantalones, que había escuchado a alguien. El casado no vio a D. Fulgencio, y tampoco se lo dijo Juan.

Salieron de la despensa y no había nadie. El casado quería más polla pero Juan le dijo que mejor era que se pusieran con la barbacoa que los demás llegarían enseguida.

Estaban todos en el patio para comer ya que la barbacoa estaba lista. Todos menos D. Fulgencio. Juan no paraba de darle vueltas a su cabeza. Siempre había llevado mucho cuidado de que no lo pillaran, sobre todo si el afortunado era del sexo masculino. Sabía que D. Fulgencio era muy tradicional y lo que había visto era una traición hacia su persona. Además consideraba a Juan como un hijo y que estuviera follando con un tio le tuvo que decepcionar bastante.

En mitad de la comida llegó D. Fulgencio y con rostro muy serio, e incluso enfadado, le dijo a Juan que no se encontraba bien y que quería volver a casa.

El silencio en el coche fue lo predominante durante todo el trayecto. Juan no quería abrir la boca, solo miraba para la carretera. Le atormentaba y le jodía que fuera D. Fulgencio el que tuvo que pillarlo follando con otro tío. Además estaba preocupado por las repercusiones que podía tener.

A quince minutos de llegar a la finca D. Fulgencio, con voz muy sería, le dijo a Juan que iba conduciendo, sin mirarlo:
- Jamás me podía imaginar que tú fueras un puto maricón. Eres un hijo para mí y ahora me das asco. Siempre te he visto que has tenido mucho éxito con las mujeres. Me sentía orgulloso de que te las tiraras todas y fueras como tiene que ser un tío, un macho. Incluso hace dos días te tiraste a una puta que me dijo que nunca la habían follado como tú lo hiciste. Aunque no lo sepas algunas veces te he visto tirarte a mujeres en la finca. Yo te veía y me daba envidia sana. Incluso he escuchado como las satisfacias en tu casa cuando paseaba cerca y escuchaba sus gritos.-

Juan, mientras conducía y sin mirar a su jefe, se le caían varias lágrimas de sus ojos.

- Eres un pervertido, un desviado, un pecador. Y pensar que te has criado con mi hijo Alberto, que has dormido con él, que habéis estado desnudos juntos.
Te doy una semana para que me busques otro encargado. Quiero que te vayas de la finca y dejes la casa y no quiero volverte a ver más. Te lo he dado todo y mira. Puto maricón de mierda, depravado. -

Juan no paro de llorar hasta llegar a la finca. D. Fulgencio abrió la puerta de su coche, sin mirarlo y sin despedirse dio un portazo y se fue para su casa.

Cuando termino de contarme Juan lo que pasó lo único que se me ocurrió fue darle un fuerte abrazo sin decirle nada. Estaba pasándolo realmente mal. La finca era su vida y la había perdido para siemore.

Continuará ..
 
Juan no estaba bien. El trabajo lo realizaba sin ningún entusiasmo ese día. Él disfrutaba con todo lo que hacía en la finca, pero saber que tenía que abandonarla estando toda su vida en ella le causaba bastante dolor.

A media mañana se acercó el coche de D. Fulgencio hacia donde estábamos Juan y yo trabajando. D. Fulgencio bajo del coche y llamo a Juan.

Mientras estaba haciendo mi tarea, me fijaba como D. Fulgencio conversaba seriamente con Juan, que le miraba con cara de interés.
Después de un buen rato de charla vi como D. Fulgencio se volvió a su coche marchándose a toda prisa por el camino.

Juan llegó muy pensativo, y se puso a trabajar en la tarea que estaba haciendo antes de ser interrumpida por D. Fulgencio. Yo no quise preguntar nada sobre la conversación esperando que él me comentara algo.

Me tuvo todo el día loco ya que no me decia nada de lo que había hablado con D. Fulgencio.
Ya, cuando íbamos hacia su casa, terminando de trabajar, me soltó de pronto:
- Veo que no te intereso nada niño, no me has preguntado de lo que me ha dicho D. Fulgencio. -
- Quería darte tiempo y que fueras tú el que me lo dijeras cuando te sintieras preparado. No es porque no me intereses - le dije mirando lo frágil que se veía en ese momento.

Juan me empezó a contar lo que había hablado con él.
D. Fulgencio le pidió disculpas por su reacción en el coche. Estaba bastante enfadado. Esa noche habia hablado con su hijo Alberto y le contó todo lo que había sucedido.
Su hijo Alberto intentó quitar hierro al asunto, diciéndole que seguramente fue el otro el que lo amenazó o coacciono para hacerlo, diciéndole a su padre lo depravados que eran los hijos de sus amigos, que conseguirían cualquier cosa con tal de satisfacer sus caprichos y deseos. D. Fulgencio creyó a su hijo, porque pensó que Alberto era igual y que amenazaría a cualquiera con tal de conseguir su objetivo.
- Juan, quiero pensar que cometiste un error. Yo te quiero como un hijo, pero no voy a consentir que se hable mal de mi finca, y menos que digan que aquí hay maricones. Quiero pensar que eres un macho, un macho que no.para de acostarse con mujeres, como bien haces, pero con hombres no. He pensado que ya tienes una edad para formar familia y tener hijos. Me gustaría tener ya un "nieto" y que sea tú sucesor en la finca. Por tanto, con todas las mujeres que te has acostado elige una, le pides matrimonio, te casas y a tener hijos. Solo así olvidaré lo que vi. Por supuesto, puedes tener tu mujer en tu casa y acostarte con todas las que quieras, pero con un hombre no.
Te dije que te daba una semana. Te doy dos para que me presentes a tu futura esposa. Si en dos semanas no me presentas a ninguna para casarte con ella en septiembre te vas de aquí. Ese es lo que te puedo decir. O te casas y tienes hijos ya, o te vas de la finca. Tú decides - le dijo D. Fulgencio.

Juan me lo contó todo pensando en la encerrona que le había preparado D. Fulgencio y lo listo que había sido Alberto al intentar que su padre no despidiera a Juan.

El interés de Alberto estaba claro. Alberto no quería perder a un macho como Juan, que cada vez que venía a la finca se lo follaba. Justo Alberto describió al casado como él era realmente: un hijo caprichoso que con coacciones y amenazas conseguía lo que quería. Además sabía que aunque se casara y formara una familia siempre iba a tener a Juan cuando quisiera, porque sabía lo que Juan sentía por esa finca y que nunca la abandonaría.

- Me han cogido por los huevos niño - me dijo Juan preocupado. - He estado pensándolo toda la mañana y voy a hacer lo que me ha dicho D. Fulgencio -
- ¿Pero que dices Juan? - le dije enfadado. -Vas a hacer algo que no quieres para quedarte en la finca. ¿Y lo que me dijiste, lo que sientes algo por mí? -
- ¿Tú crees que podemos estar juntos niño? ¿Tú crees que podríamos vivir juntos en la finca, o en el pueblo? Tendríamos que irnos bien lejos, a una ciudad grande. Además tú tienes opciones. Te vas dentro de dos semanas a estudiar a la universidad, vas a tener estudios y seguro que me olvidarás ya que conocerás a tíos y tías, e incluso te enamoraras y yo solo seré un rollo de verano. Pero yo qué, yo no tengo a donde ir, no tengo estudios y lo único que se hacer es cuidar de esta finca y es lo que me hace feliz, no quiero moverme de aquí. En una ciudad me moriría, me axfisiaria.- me dijo bastante serio.
- No tienes ni puta idea Juan. Si te quedas vas a ser esclavo de esta gente toda tu puta vida - le dije cabreado. - Y no eres un rollo de verano, me he enamorado de ti -
Juan me miró con cara de pena. - Niño, he sido esclavo desde que nací. Respeta mi decisión y espero que con el tiempo la comprendas. -
- Vas a engañarte a ti mismo, no vas a ser feliz nunca - le dije un poco alterado.
- No te preocupes por mí. Nunca he sido feliz plenamente ni lo seré, pero ser encargado de esta finca hace que me sienta bien porque es lo único que me gusta. Me voy a casar con una mujer que me dará hijos. Se que no voy a serle fiel, pero la trataré como se merece y no le va a faltar de nada. Así va a ser mi vida dentro de poco y ya lo tengo decidido. - me dijo en la puerta de su casa.
- Juan, nunca voy a entender esto. Perdona que te lo diga pero eres un puto cobarde - le dije yéndome con un cabreo monumental y evitando que viera como mis lágrimas salían por mis ojos.

Durante las dos semanas siguientes la relación con Juan fue solo estrictamente laboral. Sabía que ambos estábamos sufriendo pero tanto uno como el otro no dábamos el paso para volver a reconciliarnos. A Juan le tuvo que doler que lo llamara cobarde, y a mí no me entraba en la cabeza que tomara esa decisión tan absurda.

Continuará....
 
CAPITULO FINAL

Me fui a la universidad en septiembre. Me despedí de D. Fulgencio, que me agradeció todo mi trabajo en la finca diciéndome que me esperaba otra vez el verano siguiente.

Con Juan la despedida fue anormal, como si todo lo que hubiésemos vivido no hubiese pasado. El último día me dijo que tuviera mucha suerte en los estudios y se despidió muy fríamente, aunque su cara denotaba que seguía sintiendo algo por mi, pero su orgullo le impedía mostrar sus verdaderos sentimientos. Yo le deseé también mucha suerte y me fui de allí llorando todo el camino hasta llegar a casa.

La relación con mi hermana Marga cambió desde que ésta nos vió a Juan y a mi follando en mi casa. Ya no hablábamos tanto como antes y desde que yo me fui a la universidad apenas nos veíamos porque cuando yo algún fin de semana volvía a casa ella estaba liada preparándose las oposiciones. Apenas sabía nada de Juan, pero tampoco quería preguntar cuando volvía a casa.

En las vacaciones de Navidad, antes de Nochebuena, estando en mi habitación entró mi hermana Marga.
- Sabes lo último de Juan - me dijo sentándose a mí lado en la cama. - Se casa después de Navidad, para enero. ¿Es qué ya no tienes contacto con él? - me preguntó mi hermana.
- No, no se nada de él - le dije sintiendo un dolor de estómago bastante fuerte por la noticia. - Se que sentías algo por él y siento que nos vieras los dos juntos - le dije sentándome al lado de ella.
- Fui tonta. Me hice ilusiones. Me atraía su físico y cómo follaba el cabrón, pero en el fondo sabía que a ti te gustaba y que el podía sentir lo mismo. No me sorprendió veros juntos, pero me cabreé, y te pido perdón también por mí reacción tan infantil - me dijo dándome un beso.
- ¿Conozco a la afortunada? - le pregunté
- La ha dejado embarazada, por eso se casa.
Y te vas a quedar alucinado con quién - me dijo cogiéndome mis manos.
- Joder Marga, dímelo ya -
- Con mi amiga Sofía hermanito, con Sofía - me dijo con voz pausada.
Mi hermana supo perfectamente lo que sentí viéndome la expresión de mi cara.

El verano siguiente me puse a trabajar con Paco. No quería volver a la finca, aunque D. Fulgencio se puso en contacto conmigo para volver. Tuve que darle muchas explicaciones pero al final se conformo. Por supuesto no le dije la verdadera razón y es que no quería volver a estar con Juan, que todavía lo deseaba, estando Sofía embarazada a punto de parir.

En los años siguientes iba al pueblo en vacaciones y nunca coincidí con él.
Después de terminar la carrera encontré trabajo en otra comunidad y ya solo iba a ver a mis padres en las fechas más señaladas de Navidad y unos días en verano, que aprovechaba para reencontrarme con mis amigos. Yo seguía soltero, disfrutando del sexo tanto con hombres como con mujeres. Me cuidaba mucho, intentando estar bien físicamente, y con los años seguía siendo bastante atractivo.

Hace veinte años, yo tendría unos treinta años, en un día de playa, mientras me paseaba por la orilla, dos chicos que tendrían entre diez y doce años, jugando con una pelota me dieron un balonazo. Cogí la pelota y al venir el mayor hacia mi me quedé petrificado. Al segundo el pequeño se puso al lado del mayor y eran casi idénticos. Eran hermanos y no había duda de quién era su padre. Eran los hijos de Juan.
En ese momento miré alrededor para ver si su padre estaba cerca de ellos. Les di la pelota y volvieron al lugar donde estaban. Al seguir hacia delante vi como una mujer salía al encuentro de sus hijos. Era Sofía.
Al darme la vuelta para no encontrarme con Sofía enfrente de mi se paró un hombre maduro, con el pelo canoso, de unos cuarenta años, con un físico imponente para su edad y marcando un buen paquete.
- Hola niño - me saludo con una sonrisa.
- Hola Juan - le dije mirándolo fijamente a los ojos y levantando mi mano para estrechar la suya.
El me cogió la mano y me tiro hacia él dándome un fuerte abrazo dándome fuertes palmadas en la espalda.
- Cuanto tiempo niño ¿cómo estás?. Ven que quiero que veas a mis dos vástagos. - me dijo como si fuéramos dos amigos que no se han visto en mucho tiempo.
- Bien Juan, estoy bien - le dije sorprendido por su reacción al verme después de tantos años y de cómo terminó la relación entre nosotros.

Me presentó a sus dos hijos y saludé a Sofía, que me preguntó por mi hermana Marga, que también se había ido a trabajar de maestra a otra ciudad.

- Sofía me voy con él que llevo muchos años sin verlo a tomarnos unas cervezas - le dijo Juan a su mujer.

Al verlo en la barra en bañador, con más años, con el atractivo y el poder de seducción de siempre hizo que me temblaran las piernas.
- Te veo muy bien niño. No has cambiado nada, incluso estás mejor. Ya eres un hombre y se nota en tu cuerpo. Estás muy bien - me dijo mientras me penetraba con esa mirada que tenía que hacía que perdiera los papeles.
- Tú tampoco estás nada mal Juan, eres un madurito muy interesante - le dije riéndome. - Por cierto tus hijos son guapísimos, son iguales que tú -
- Tienen buenos genes, los quiero mucho y me ayudan mucho en la finca - me dijo sin apartar su mirada de mi cuerpo. ¿Tú estás soltero o casado? -
- Soltero Juan, disfrutando de la vida - le contesté con los latidos de mi corazón ganando intensidad al verlo.

Juan se bebió toda la cerveza de un trago. Dejo el vaso en la barra y mirándome fijamente me dijo:
- Te he echado mucho de menos niño. He estado calentándome la puta cabeza todos estos años de lo gilipollas que fui las últimas semanas de ese verano. No he vuelto a sentir por nadie lo que sentí contigo. Me he acostado con tías y tíos estando con Sofía, pero lo que sentía contigo no lo he vuelto a sentir después. Perdoname por lo que te hice niño, y espero que me comprendas algún día. Cuando te he visto en la playa me he vuelto loco y he recordado los buenos momentos que pasamos, y sí, sigo deseándote y lo haré siempre -

Sus palabras me dejaron atónito.
- Juan, sabes perfectamente lo que siento por ti. Y si, todavía lo siento. En estos años nunca te he olvidado. Te deseo tio. Como un discípulo puede olvidar a su maestro. Y aunque también fui un imbécil esas dos últimas semanas, durante estos años he madurado, y empecé a entender y respetar tú decisión. Espero que tú también me perdones - le dije con los ojos un poco humedecidos.

Juan pago las cervezas y me dijo levantándome de la silla:
- Vente niño. Vamos a mi casa -
- ¿Que dices? ¿A la finca? - le pregunté.
- Hemos alquilado una casa aquí para que los niños no estén todo el verano en la finca. Está justo a una calle de aquí - me dijo andando rápido
- Juan, ¿y si nos pilla alguien? - le dije ya un poco excitado pensando en lo que iba a suceder.
- Sofía sube con los críos pasadas las dos. No te preocupes. Además, solo me preocuparía que me vieran mis hijos, Sofía no. Ella también se acuesta con otros. Es un acuerdo que tenemos. - me dijo mientras ya abría la puerta de su dúplex.

No nos dio tiempo a llegar a ninguna habitación. Nada más cerrar la puerta Juan y yo empezamos a darnos un morreo muy intenso acariciándonos con las manos nuestras cabezas, torsos, espaldas,.culos y los paquetes, que estaban a punto de estallar.

Juan fue bajando, lamiendo y.besando mi torso, mis pezones hasta bajarme el bañador apareciendo mi pollón erecto ante él.
- Como echaba de menos está pollaca. Está igual, incluso la veo más agggghhh- me dijo sin terminar la frase metiéndosela toda en su boca. Empezó a chuparmela como si no hubiese un mañana. Su lengua recorría desde mi glande hasta mis huevos, metiéndosela después en su boca mamándomela y succionandola mientras agarraba bien mis huevos.
- Juan ummm uffff Juannnn joder que mamada aggghhh - le dije yo entre jadeos.

Lo levante y lo empuje hacia la pared. El morbo y el deseo era tremendo. Le chupé los pezones y le lamí todo su torso hasta bajar al pubis. Al bajarle el bañador salió disparado ese mástil que tenia. Estaba igual que hacia años, incluso más dura y fuerte, fruto de la excitación de ese momento.
- Cómo deseaba Juan volver a tener tú pollón dentro de mi, está polla es mía - le dije metiéndomela entera en mi boca succionandola y chupándola con fuerza.
- Agggghhhh niñooooo que gusto, que recuerdos aggghh como te deseo - gritaba mientras me cogía la cabeza con fuerza para llevar el ritmo de la mamada.

Estábamos los dos muy excitados, demasiado. Habían sido muchos años y el deseo que sentíamos era indescriptible.
Me acosté en el suelo del pasillo. Juan se sentó de espaldas y estiró sus piernas dejándome su polla dentro de mi boca mientras el succionaba la mía tocando mis huevos y metiendome sus dedos en mi culo. Yo la chupaba con fuerza, sacándola de mi boca y lamiendo sus huevazos que golpeaban mi cara.

Pareciamos dos bestias dandonos placer. Chupabamos nuestras pollas de forma brutal.
- No puedo más niño, me voy a meter esa polla de hombre que tienes en mi culo, te voy a follar, quiero que estés dentro de mi - dijo Juan dándose la vuelta, flexionando las piernas y sentándose encima de mi polla.
- Mira como se la traga mi culo, ummmm, aggghhh ,siiiii, la polla de mi niñoooo agggghhh toda dentro aggghhh - jadeaba Juan mientras cogía mi polla y con la ayuda de su mano se la metió entera en su culo.
- Juannnn, Juannnn estoy dentro de ti siiii agggghhhh que gusto, follame, follameeee agggghhh - le dije yo gimiendo.
Juan empezó a cabalgarme de forma intensa.
- Ummm que dura, ummm que dura joder agggghhh - gemía Juan mientras se la metía hasta el fondo.
- Ufff Juannn sigue sigue te voy a preñar, estoy muy cachondo, me voy a correrrrr aggghhh.- le grite
Juan apoyo sus rodillas en el suelo y con una intensidad brutal me follaba mientras me besaba y morreaba gimiendo y con una respiración más acelerada.
- Juannnn te preñoooo siiiiiii siiiii agggghhhh
le grite mientras chorros de lefa salían de mi polla llenando su culo.
- Joderrrrr niññoooo, como te siento joder aggghhh - gritaba Juan sin sacar todavía mi polla.

Nos levantamos y con la lefa de su culo lubrique el mío. Nos fuimos hacia un sofá que tenía en el salón y después de chuparsela intensamente notando su fuerza, me puse a cuatro patas.
- Follame Juan, metemela hasta el fondo, correte dentro por favor, quiero tu leche dentro, quiero sentir ese mástil otra vez bien dentro de mi - le dije con voz muy cachonda.

La note superdura y gorda. Entro de golpe hasta el fondo. Juan me cogió por la cintura y empezó a bombear de forma bestial. Me la metía y sacaba a gran velocidad notando que me iba a partir en dos

- Afggfhhh niññooooo por finnn agggghhh cuanto deseaba esto otra vez agggghhh siiii, estoy muy cachondo agggghhh estoy agggghhh te voy a preñar enseguida aggghhhh no puedoooo - gritaba Juan
Las sacudidas eran bestiales, me estaba destrozando el culo
- Siiii Juannnn, follameeee siiiii aggghhh que pollaca, que verga, que delicia de pollón aggghhh - le gritaba sintiendo estar en el paraíso al volver a estar empalado por esa estaca otra vez.
- Aggghhhh niñoooo, le voyyy aggghhh siiiii ¡ayyyyy! ¡ayyyyy! que gustooooo siiiiii - gritaba mientras notaba como si cuerpo temblaba y su polla se endurecía recibiendo fuertes trallazos de leche dentro de mi culo.

Los jadeos fueron muy fuertes. Mientras se corría apretaba bien el culo intentando meter su polla lo más adentro posible.

Me moví para que sacara la polla y me di la vuelta. Me la metí entera en la boca tragándome las ultimas gotas de su lefa que le salían, dejándosela bien limpia con una mamada increíble.

- Ufff. Ha sido increíble niño. - me dijo volviéndose a poner su bañador.
- No hemos perdido facultades Juan - le dije poniéndome yo también el mío y llevando mi mano a su paquete acariciando todavía su polla erecta.

- ¿Tienes móvil niño? - me dijo sacando el suyo. Dame tu número que estoy hay que repetirlo.

Los dos teníamos el mismo Nokia. Nos guardamos los números.

- ¿Cómo me has puesto en el móvil Juan? - le pregunté.
Juan me lo enseñó. En sus contactos me puso "niño". Yo le puse "mástil".

Al despedirnos nos dimos un morreo con tocamientos otra vez en nuestros paquetes. Tuvimos que contenernos para no volver a follar.

Hasta el día de hoy seguimos follando cuando podemos. Lo más increíble es que a pesar de la edad el deseo y el morbo sigue siendo el mismo desde que nos vimos por primera vez en aquella finca.

FIN
 
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