El Fruto Prohibido. ( Continuación - 259 )
Una vez que desayunamos, Konrad y yo agarramos nuestros portátiles y las chicas sus carpetas, y así nos fuimos caminando hasta el recinto donde se celebraba la convención. Al llegar nos colgamos nuestras credenciales, y tras haber pasado los controles de identidad y seguridad, fuimos por un amplio pasillo por el que accedimos a la sala donde íbamos a realizar nuestro trabajo.
Nada más entrar, tomamos la mesa que teníamos asignada junto con un terminal, al que casi de inmediato nos pusimos a conectar nuestros respectivos portátiles, los cuales comenzamos a programar para acceder a la red que teníamos asignada. Mientras tanto, Inma y Carmen se acomodaron en una mesa anexa en la que fueron desplegando sus carpetas.
Una vez que Konrad y yo comprobamos la conexión y vimos que funcionaba a la perfección, fue que ya nos quedamos un tanto relajados a la espera de que se diera el pistoletazo de salida. Este tipo de trabajo era un tanto estresante, ya que todo iba muy rápido y había que mantener un nivel alto de concentración... Por eso pregunté a las chicas como llevaban lo suyo, y con ellas fui comprobando que todo estaba en orden y correctamente organizado.
Confieso que me sentía bastante inquieto por dentro y me pesaba la responsabilidad que llevaba encima, ya que todo el peso de aquel servicio recaía en mí, y era la primera vez que me veía en una así. Hasta entonces todo este tipo de servicios los había realizado en compañía de David, y él tenía la última palabra; pero ahora no estaba aquí y toda la responsabilidad del servicio y del equipo recaía en mí... Por tanto, de mik dependía el éxito o el fracaso de aquello; y no me quedaría tranquilo hasta que el cliente me confirmase su satisfacción con la labor que realizásemos. Pero a pesar de todo, confiaba plenamente en Konrad y en las chicas, y tenía la total seguridad de que iban a dar la talla y no me iban a fallar.
En medio de esas tensiones mías fue que nos comunicaron que la presentación de iba a retrasar como una media hora; así que nos relajamos, y al tener todo preparado enviamos a las chicas a por unos cafés, aunque yo como es habitual les pedía que me trajeran un te con limón. Y cuando a los pocos minutos nos trajeron todo, les dimos las gracias y nos pusimos a charlar distendidamente, con alguna que otra broma y algún comentario divertido, lo cual me vino bien para calmar esa tensión que llevaba dentro.
Cuando ya se dio el pistoletazo de salida, Konrad y yo nos pusimos de inmediato a ir traduciendo a nuestras respectivas lenguas todo lo que hablaban en castellano, a la vez que por seguridad lo íbamos grabando todo en unos pendrives y así fuimos tomando ritmo y dinamismo en nuestra labor. Según fuimos avanzando, alguna que otra vez Konrad era relevado por Inma, y eso le quitaba algo de presión, mientras que yo tenía que seguir al pié del cañón, ya que Carmen no podía relevarme en esa tarea. Pero hubo un par de veces en que Konrad si me relevó aprovechando alguno de sus descansos en que era sustituído por Inma, en vez de descansar me relevaba a mí, lo cual le agradecí enormemente; pero en vez de descansar, aprovechaba el momento para corregir algunos pequeños errores que había cometido Inma, pero en ningún momento le di toque de atención alguno, todo lo contrario, más tarde le comenté que al ser su primera vez en estas tareas pues era bastante normal que los hubiese cometido. También la animé diciéndole que lo estaba haciendo bastante bien en lineas generales.
Algo parecido también me ocurrió con Carmen, que se equivocó con algún que otro archivo, pero nada grave; lo subsanamos enseguida e hice con ella lo mismo que había hecho con Inma animándola. Solo que Carmen me lo agradeció con una mirada tierna con un breve pico en los labios...
Di un resoplido y discretamente le dije:
----- Ahora no; ya tendremos tiempo después. Tenemos que concentrarnos en lo que estamos y evitar toda distracción.
Me miró con una expresión un tanto decepcionada, pero enseguida sonrió y me hizo un gesto afirmativo.
Así fue avanzando la mañana, hasta que llegó la hora del almuerzo, y se anunció una parada de dos horas y media para ir a comer. De inmediato me puse a organizar el tema y les dije que se fueran los tres, que yo me quedaba para organizar alguna documentación que se había generado y que tenía atrasada.
Konrad e Inma me comentaron que ellos tenían la suya actualizada, que si eso me echaban una mano después...
----- No, mejor iros a comer.
----- ¿ Pero como te vas a quedar aquí solo ? ----- me dijo Inma ----- ¿ Cuando vas a comer ?
----- No importa, ya me apañaré con algo. ----- le respondí.
----- Comemos rápido lo que sea y nos venimos todos a ayudarte. ----- insistió
Y Konrad afirmaba con gestos.
Pero yo insistía en que no, que se fueran a comer los cuatro y que yo ya me apañaría después.
Entonces Carmen les dijo que se fueran, que ella se quedaba conmigo; yo le dije que no hacía falta, y por más que insistí no hubo manera de convencerla y se quedó conmigo.
Así que al final, Konrad e Inma se iban a comer sin nosotros, pero antes de irse Inma nos dijo:
----- Ya os traigo algo ligero para que llenéis el estómago.
----- Algo vegetariano. ----- le dijo Carmen.
Y sonriendo le respondió:
----- Si descuida, que me hago cargo.
----- A ver si hay sandwiches vegetales y alguna ensalada.
----- Vale.
Ambos se fueron y allí nos quedamos Carmen y yo. De inmediato me puse con la tarea, aunque casi todo lo tuve que hacer yo, porque al no hablar inglés, Carmen poco me podía ayudar. Pero si le fui indicando en que carpeta debía archivar todo aquello que iba cerrando, lo cual me liberó un poco de presión al encargarse ella de esa parte.
Como una hora más tarde regresaron Konrad e Inma, que según saludaron Carmen les preguntó:
----- ¿ Que tal la comida ?
----- Bahhhh... nada del otro mundo. ----- le respondió Inma.
----- ¿ Donde comísteis ?
----- Aquí en la cafetería.
Mientras hablaban, yo seguía con mi tarea tratando de cerrar todo aquello que aún tenía pendiente, y de lo que había avanzado bastante, pero aún quedaba tema por cerrar.
----- ¿ Y que tal ?
----- Pues como te digo, nada del otro mundo; un menú sencillo con dos primeros y dos segundos, postres sencillos y poco más.
Entonces alzó una bolsa que traía en la mano y dijo:
----- Os traemos esto.
----- A muchas gracias. ----- fue que dije.
----- No hay de que. ----- dijo Inma ----- No se que me daba el que estuvierais aquí sin comer.
----- ¿ Que has traído ? ----- preguntó Carmen.
----- Pues para ti un par de sandwiches vegetales.
----- Biennnnnn....!!!!! ----- exclamó Carmen.
----- Y para tí Danny, uno vegetal y otro de pollo.
Le hice un gesto positivo...
mientras añadía:
----- Y también os he traído una ensalada tropical para compartir.
----- Perfecto. ----- dijo Carmen.
Me puse en pié y con Carmen nos fuimos hacia un rincón de una de las mesas e hicimos espacio para comer aquello que nos habían traído y hacerlo rápido para poder seguir adelantando ese trabajo pendiente... En ese momento Konrad me preguntó que como lo llevaba, que le indicase por donde iba porque así él junto con Inma podían continuar la tarea mientras Carmen y yo comíamos.
Le agradecí aquel detalle, porque aunque no quedaba mucho, gracias a él iba a poder reanudad la convención con toda mi parte actualizada.
Carmen y yo nos pusimos a comer mientras ellos nos relevaban en la tarea. Y así Inma nos comentó:
----- Vimos a las alemanas de ayer.
----- Ah, si. ¿ Donde ?
----- En la cafetería, estaban comiendo con una gente y nos saludaron.
----- Anda que majas. ----- dijo Carmen.
----- Y nos dieron saludos para vosotros. Dijeron que a ver si nos vemos al final de la jornada.
Hice un gesto y comenté:
----- Eso ya se verá, porque de aquí saldremos escopetados para el hotel.
----- Hombre, una cervecilla tomaremos, digo yo. ----- dijo Inma.
Yo sonreí y le respondí:
----- Yo no se porque acabaré cansado y tendré cosas que actualizar después de cenar.
Y tras intercambiar una fugaz y cómplice mirada con Carmen, pensé para mis adentros en lo que ambos teníamos pendiente y que no habíamos podido ejecutar esa mañana.
Después de haber comido, Carmen y yo recogimos y limpiamos todos para ponernos de nuevo en marcha, pues en menos de veinte minutos comenzábamos la sesión de la tarde, la cual hicimos a buen ritmo y con mejor coordinación que por la mañana. Así cunado por fin se dio por concluida aquella jornada, una gran sensación de alivio invadió mi interior, puesto que habíamos realizado un gran trabajo y habíamos dado la talla.
Según terminamos, indiqué a Konrad que cerrase también mi portátil y lo recogiese, y a las chicas que recogiesen las carpetas en cuanto acabasen de archivar lo que estaba pendiente; mientras tanto yo me ausentaba para ir a ver a los clientes y comentar como había ido todo, a parte de recibir alguna indicación que quisieran darnos. Pero poco hubo que hablar porque según me comentaron, estaban muy satisfechos con el servicio que les estábamos dando y nos daban sus felicitaciones, las cuales agradecí cordialmente.
Cuando regresé con Konrad y las chicas ya casi tenían todo recogido y preparado para irnos al hotel. Les indiqué que en los cuartos del hotel ya revisaríamos y actualizaríamos todo lo que estuviese pendiente, y que al día siguiente ya rematábamos este servicio un poco más tarde del medio día en que finalizaba la convención.
También les comenté que estábamos haciendo un gran trabajo y que los clientes estaban muy satisfechos con nuestra labor y que nos felicitaban por ello. Esto fue motivo de celebración, porque tanto Inma como Carmen se mostraron eufóricas, alborotándose todas, saltando y exclamando a la vez que chocaban sus manos en el aire mientras daban saltos. Konrad y yo las mirábamos riendo
mientras ellas proclamaban a toda voz que eran las más mejores. Y yo les decía que estábamos siendo un gran equipo.
Ya con todo recogido salimos de nuevo a la calle y caminando regresamos a nuestro hotel, a donde llegamos en pocos minutos.
----- La verdad que ha sido un acierto pillar este hotel... ----- comentó Inma.
----- Pues sí, porque estamos bien cerca. ----- dijo Carmen.
----- Estaba todo calculado. ----- les dije yo.
Les cedimos el paso y ellas entraron primero. Saludamos en la recepción y nos fuimos hacia los ascensores, en uno de los cuales subimos hasta la planta donde se encontraban nuestros cuartos. Y durante la subida fuimos comentando que nos encontrábamos algo cansados, y por eso optamos por cenar en la misma cafetería del hotel.
Según llegamos a la planta y salimos del ascensor, nos fuimos directos a nuestros respectivos cuartos, y en la misma puerta acordamos que en pocos minutos bajábamos a cenar.
Nada más cerrar la puerta, Carmen dejó las carpetas sobre una silla y se abrazó a mi, a la vez que me dijo:
----- Ayyyyyy... mi amor. Que ganas tenía de estar aquí.
Yo sonreí y le dije:
----- También yo.
Entonces me miró fijamente mientras se mordía el labio inferior y me decía:
----- Aún tengo la calentura de esta mañana.
Yo me reí...
y le respondí:
----- Pues no hay tiempo para llamar a los bomberos; ya los llamaremos después de cenar.
Me miró con una expresión como de sádica y me dijo medio susurrando:
----- Quiero que mi fuego me lo apagues tú.
La miré apretando una sonrisa y le dije:
----- ¿ Y con que quieres que te lo apague ?
----- Con tu manguera... ----- me susurró.
Me acerqué y le susurré al oído:
----- Haremos una provisión abundante para que esté bien surtida y pueda apagar ese incendio.
----- Uhhhhmmmmmmm....!!!!! ----- exclamó.
Entonces pegó su boca a la mía y literalmente n os devoramos chocando nuestras lenguas.
Cuando nos separamos para tomar aire, fue que le dije:
----- Buuuuffff....!!!! Vamos a prepararnos para bajar a cenar.
----- Tengo mucha tensión encima. ----- me dijo.
Dejé el portátil sobre una mesa escritorio que teníamos allí; y acercándome a ella le dije:
----- Comienza a relajarte.
Entonces me empujó y caí de espaldas sobre la cama, a la vez que ella se echaba sobre mi y me decía:
----- No puedo relajarme.
Y acto seguido pegó su boca a la mía, mientras que yo la agarraba por las caderas y ella se iba agitando sobre mí mientras morreábamos, a la vez que frotaba su pelvis contra la mía.
Uffff....!!!!
Aquello ya comenzó a desatar un buen calentón dentro de mí. Y así estuvimos como un par de minutos, hasta que tomé conciencia de que aquello no se podía descontrolar. Así que la aparté hacia un lado.
Y tras tomar aire le dije:
----- Paramos ya, tenemos que bajar a cenar.
Y toda agitada susurró:
----- Joder que putada.
Me volví hacia ella, y tras acariciar su mejilla le dije:
----- Luego tendremos tiempo parea esto.
Sin más me puse en pié y miré los mensajes que tenía pendientes en el móvil; algunos eran de David, que los fui respondiendo poniéndole al corriente de todo pero sin profundizar... Y en cuanto terminé indiqué a Carmen que nos íbamos ya mismo.
Continuará...................................................................................